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LA SUSPENSIÓN DEL ACTO

RECLAMADO

Victorino Rojas Rivera

Morelia, Mich., Octubre de 2010


1. El acto reclamado en el juicio de amparo. El juicio de
amparo constituye el medio eficaz del control de poderes y de
defensa que el gobernado tiene frente al Poder Público a efecto de
que prevalezcan las garantías individuales que le otorga la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o para que
sea restituido en el goce de las mismas; y la parte medular -del
juicio de garantías- lo viene a ser la suspensión del acto reclamado,
cuyo objeto de esta medida cautelar consiste en la preservación de
la materia sobre la que versa el acto de autoridad combatido a
través de la acción constitucional de amparo, pues de no decretarse
en el momento adecuado, pudiera no sólo dejar sin materia al juicio
de garantías sino tornar ilusoria la ejecución del fallo por el que
llegara a concederse la protección constitucional demandada.

La suspensión del acto reclamado procede: a) de plano o de oficio,


cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la
vida, deportación, destierro, o alguno de los prohibidos por el
artículo 22 de la Ley Fundamental, tales como las penas de
mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento
de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes,
cualesquiera penas inusitadas y trascendentales; o cuando se trate
de algún otro acto que, de llegar a consumarse, haría físicamente
imposible la restitución en el goce de la garantía violada; o bien
cuando los actos reclamados tengan o puedan tener por
consecuencia la privación total o parcial, temporal o definitiva, de
los bienes agrarios de algún núcleo de población (ejido o
comunidad agraria), o su substracción del régimen jurídico ejidal; y
b) a petición de la parte agraviada en cualquier otro caso, siempre
que se satisfagan las exigencias de ley.
En tratándose del primer caso, el juez de Distrito debe decretar la
suspensión de plano en el mismo auto en que admita la demanda
de amparo, comunicándola sin demora a la autoridad responsable
para su inmediato cumplimiento; comunicación que, incluso, puede
hacerla por vía telegráfica. Mas en el segundo se sigue un
procedimiento incidental por cuerda separada, pues de colmarse los
requisitos legales se decretará la suspensión provisional del acto
reclamado y, después de pedirse informe previo a la autoridad
responsable y de que la quejosa rinda prueba en su caso, se
resolverá sobre la definitiva, ya concediéndola ya negándola.

La Ley de Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada
por el General Lázaro Cárdenas y publicada en el Diario Oficial de
la Federación del 10 de enero de 1936, en la que se contiene la
innovación del juicio de amparo laboral y la creación de la Sala del
Trabajo en la Suprema Corte. Ley que se encuentra en vigor y que
reglamenta la medida suspensional tal como es conocida en la
actualidad, con la salvedad de que tratándose de laudos dictados
por las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la suspensión procedía en
los casos en que -a juicio del Presidente de la junta respectiva- no
se pusiera a la parte que obtuvo, si era la obrera, en peligro de no
poder subsistir hasta en tanto se resolviese el juicio de amparo,
suspendiéndose solamente la ejecución en cuanto excediera de lo
necesario para asegurar esa subsistencia.

Posteriormente surge la reforma del 19 de febrero de 1951 y su Fe


de Erratas del 14 de marzo siguiente, mediante la que es creada la
Sala Auxiliar de la Suprema Corte con el objeto de combatir el
rezago de amparos pendientes de resolución, asimismo se
introducen disposiciones tendientes a hacer más expedita la
administración de la justicia federal y crea los Tribunales Colegiados
de Circuito para conocer de amparos directos, cuando los actos
reclamados se hagan consistir en violaciones cometidas durante la
secuela o en sentencias definitivas contra las que no proceda
ningún recurso, a la vez que se alude a la suplencia de la queja en
favor de la clase obrera y en relación con actos reclamados que se
funden en leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia
de la Suprema Corte.

Con motivo de las reformas publicadas en el Diario Oficial de la


Federación, una del 10 de agosto de 1987, por la que se reformó el
artículo 107 Constitucional, y otra del 5 de enero de 1988, por la
que se reformaron varias disposiciones reglamentarias, se otorgó
mayor competencia a los Tribunales Colegiados de Circuito en
materia de amparo directo, en particular en los artículos 44 y 158 de
la Ley de Amparo; empero lo más trascendental y novedoso de las
últimas fechas, sin duda lo ha sido el criterio de la Suprema Corte
de Justicia acerca del amparo contra leyes, pues su concesión
contra una ley declarada inconstitucional se hace extensiva de por
vida en favor del quejoso a efecto de inaplicarla en todos los casos
en que se pretenda invocar en su perjuicio.

Ha de concluirse de lo expuesto que, la suspensión del acto


reclamado en el juicio de amparo, nace con su regulación en la Ley
Orgánica de Amparo del 30 de noviembre de 1861, teniendo como
antecedente el artículo Segundo, fracción III, párrafo tercero, de la
Ley Constitucional del 15 de diciembre de 1835, al preveer que “el
reclamo suspenderá la ejecución hasta el fallo”, y el voto particular
de la minoría de la Comisión Constituyente de 1842, al proponer en
la redacción del artículo 150, el que con la interposición del recurso
de reclamación se suspendiera la ejecución, sin ignorar que
también lo constituye el proyecto de ley orgánica de amparo
formulado por José Urbano Fonseca, durante la vigencia del Acta
de Reformas de 1847.

1.1. Concepto y efectos. La palabra suspensión deriva,


etimológicamente, del latín “suspentio”, a su vez de “suspendere”,
que significa levantar, colgar o detener una cosa en alto, en el aire,
diferir por algún tiempo una acción o una obra.

Suspender se entiende, gramaticalmente, como el acto de paralizar


o impedir algo que está en movimiento, o transformar
temporalmente en inacción una actividad cualquiera.

La suspensión, según Ignacio Burgoa, es aquel acontecimiento -


acto o hecho- o aquella situación que generan la paralización o
cesación temporalmente limitadas de algo positivo, consistente en
impedir para lo futuro el comienzo, el desarrollo o las consecuencias
de un “algo”, a partir de dicha paralización o cesación, sin que se
invalide lo anteriormente transcurrido o realizado.

Conforme al Manuel del Juicio de Amparo, editado por la Suprema


Corte de Justicia, la suspensión es la paralización, la detención del
acto reclamado, de manera que, si éste no se ha producido, no
nazca y, si ya se inició, no prosiga, no continúe, que se detenga
temporalmente, que se paralicen sus consecuencias o resultados,
que se evite que éstos se realicen; debiendo aclararse que
suspender no significa destruir, porque la materia de lo suspendido
subsiste, no desaparece.

La Suprema Corte de Justicia, en la jurisprudencia número 1162,


página 795 del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de
1917 a 1995, Tomo VI, Materia Común, Tercera Parte relativa a
Tesis Históricas Obsoletas, ha establecido que:

“SUSPENSIÓN, EFECTOS DE LA.- Los efectos


de la suspensión consisten en mantener las cosas
en el estado que guardaban al decretarla, y no en
el de restituirlas al que tenían antes de la
violación constitucional, lo que sólo es efecto de
la sentencia que conceda el amparo en cuanto al
fondo”.

Aunque es pertinente destacar que, en tratándose de clausuras


tanto por tiempo determinado como por tiempo indefinido, tal criterio
lo ha modificado el propio Máximo Tribunal de la República en las
jurisprudencias publicadas una en la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación número 56, correspondiente al mes de agosto de
1992, página 18, y otra en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, Tomo III, relativo al mes de abril de
1996, página 36 y siguiente, que en su orden señalan:
“SUSPENSIÓN, PROCEDENCIA DE LA.
TRATÁNDOSE DE CLAUSURA EJECUTADA
POR TIEMPO DETERMINADO. Cuando el acto
reclamado en el juicio de garantías consiste en
clausura temporal, ejecutada, procede conceder
la suspensión con el objeto de que el término por
el cual se decretó la clausura no se extinga, de
modo que no quede sin materia el amparo y se
haga imposible la restitución de las cosas al
estado que tenían antes de cometerse la violación
de garantías; siempre que concurran los
requisitos establecidos por el artículo 124 de la
Ley de Amparo, particularmente los referentes al
interés social y al orden público; toda vez que de
no concederse la medida suspensional, se
propiciaría que las sanciones administrativas de
carácter temporal, como la clausura por tiempo
determinado, quedaran fuera del control
constitucional, en virtud de que al transcurrir el
período por el que fue impuesta, el juicio de
amparo devendría improcedente y, por lo tanto,
no se podría analizar su constitucionalidad”.

“SUSPENSIÓN. PROCEDENCIA EN LOS


CASOS DE CLAUSURA EJECUTADA POR
TIEMPO INDEFINIDO. El artículo 107, fracción X,
de la Constitución General de la República,
establece como uno de los requisitos para la
procedencia de la suspensión del acto reclamado
en el amparo, el de tomar en cuenta la naturaleza
de la violación alegada; esto es, el juzgador
deberá realizar un juicio de probabilidad y
verosimilitud del derecho del solicitante, que
podrá cambiar al dictar la sentencia definitiva,
pues el hecho de que anticipe la probable
solución de fondo del juicio principal, es un
adelanto provisional, sólo para efectos de la
suspensión. Tal anticipación es posible porque la
suspensión se asemeja, en el género próximo, a
las medidas cautelares, aunque es evidente que
está caracterizada por diferencias que la perfilan
de manera singular y concreta. Sin embargo, le
son aplicables las reglas de tales medidas, en lo
que no se opongan a su específica naturaleza. En
este aspecto cabe señalar que son dos los
extremos que hay que llenar para obtener la
medida cautelar: 1) Apariencia de buen derecho
y 2) Peligro en la demora. La apariencia de la
existencia del derecho apunta a una credibilidad
objetiva y seria que descarte una pretensión
manifiestamente infundada, temeraria o
cuestionable, lo que se logra a través de un
conocimiento superficial, dirigido a lograr una
decisión de mera probabilidad respecto de la
existencia del derecho discutido en el proceso; el
peligro en la demora consiste en la posible
frustración de los derechos del pretendiente de la
medida, que puede darse como consecuencia de
la tardanza en el dictado de la resolución de
fondo. . En síntesis, la medida cautelar exige un
preventivo cálculo de probabilidad sobre el peligro
en la dilación, que no puede separarse de otro
preventivo cálculo de probabilidad, que se hace
sobre la existencia del derecho cuya tutela se
solicita a los tribunales. Consecuentemente, si
toda medida cautelar descansa en los principios
de verosimilitud o apariencia del derecho y el
peligro en la demora, el Juez de Distrito puede
analizar esos elementos en presencia de una
clausura ejecutada por tiempo indefinido, y si la
provisión cautelar, como mera suspensión, es
ineficaz, debe dictar medidas que implican no una
restitución, sino un adelanto provisional del
derecho cuestionado, para resolver
posteriormente, en forma definitiva, si el acto
reclamado es o no inconstitucional; así, el efecto
de la suspensión será interrumpir el estado de
clausura mientras se resuelve el fondo del asunto,
sin perjuicio de que si se niega el amparo, porque
la ‘apariencia del buen derecho’ sea equivocada,
la autoridad pueda reanudar la clausura hasta su
total cumplimiento. Lo expuesto anteriormente se
sustenta en la fracción X del dispositivo
constitucional citado, que establece que para
conceder la suspensión deberá tomarse en
cuenta la naturaleza de la violación alegada, lo
que supone la necesidad de realizar un juicio de
probabilidad y verosimilitud del derecho
esgrimido, con miras a otorgar la medida cautelar
para evitar daños y perjuicios de difícil reparación
al quejoso y conservar viva la materia del juicio, si
con ello no se lesionan el interés social y el orden
público, lo cual podrá resolver la sensibilidad del
Juez de Distrito, ante la realidad del acto
reclamado, pues si el perjuicio al interés social o
al orden público es mayor a los daños y perjuicios
de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso,
deberá negar la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público y el interés de la
sociedad están por encima del interés particular
afectado”.

La providencia suspensional sólo tiene vigencia mientras dure la


tramitación del juicio de amparo, esto es, hasta en tanto no se dicte
sentencia ejecutoria en el mismo; pues en el caso de concederse la
protección constitucional, el acto reclamado ya no se producirá o
ejecutará, pero no por virtud de la suspensión sino de la sentencia
que se dicte en ese sentido, cesando los efectos suspensorios; y en
el de negarse la protección de la justicia federal, la autoridad
responsable estará en aptitud de proceder a la ejecución del acto
reclamado, precisamente porque con el dictado de la sentencia en
el juicio cesaron esos efectos suspensorios.

En el juicio de amparo indirecto, la determinación de concederla o


negarla corresponde en primera instancia a los jueces de Distrito y,
excepcionalmente, al superior del tribunal que haya cometido la
violación siempre que dicho juicio se haya promovido ante aquél,
conforme a los artículos 107, fracción XII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y 37 de la Ley de Amparo; y, en
la segunda instancia, a los Tribunales Colegiados de Circuito a
través del recurso de queja, si se trate de la provisional, o del de
revisión si consiste en la definitiva y en la de plano, también
mediante aquel recurso cuando se trate de la decretada por la
autoridad responsable en el juicio de amparo directo.

Huelga señalar que la cuestión relativa al recurso procedente para


impugnar el auto que concede o niega la suspensión de oficio, ha
sido dilucidada por la Suprema Corte de Justicia en la
jurisprudencia registrada con la clave P./J:1/96 (8ª.), publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo III, correspondiente al mes de marzo de 1996, página 73, del
rubro:

“SUSPENSIÓN DE PLANO DEL ACTO


RECLAMADO. PROCEDENCIA DEL RECURSO
DE REVISIÓN CONTRA EL AUTO QUE LA
NIEGA O CONCEDE”.

En el juicio de garantías uniinstancial, compete a la autoridad


responsable -emisora del acto reclamado- decidir sobre la
suspensión de la ejecución del mismo, por disposición de los
artículos 107, fracción XI, Constitucional y 170 de la Ley de Amparo.

1.2. Ubicación constitucional y legal. La suspensión tanto de


oficio como a petición de parte es regulada por el artículo 107
fracciones X y XI de la Constitución, además aquélla por el diverso
123 y ésta por el 124 y relativos de la Ley de Amparo.

REFORMADO PRIMER PARRAFO, D.O.F. 25 DE


OCTUBRE DE 1993)
Art. 107.- Todas las controversias de que habla el
Artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y
formas del orden jurídico que determine la ley, de
acuerdo a las bases siguientes:
[…]
(REFORMADA, D.O.F. 25 DE OCTUBRE DE
1967)
X.- Los actos reclamados podrán ser objeto de
suspensión en los casos y mediante las
condiciones y garantías que determine la ley, para
lo cual se tomará en cuenta la naturaleza de la
violación alegada, la dificultad de reparación de
los daños y perjuicios que pueda sufrir el
agraviado con su ejecución, los que la suspensión
origine a terceros perjudicados y el interés
público.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de


las sentencias definitivas en materia penal al
comunicarse la interposición del amparo, y en
materia civil, mediante fianza que dé el quejoso
para responder de los daños y perjuicios que tal
suspensión ocasionare, la cual quedará sin efecto
si la otra parte da contrafianza para asegurar la
reposición de las cosas al estado que guardaban
si se concediese el amparo, y a pagar los daños y
perjuicios consiguientes.

(REFORMADA, D.O.F. 31 DE DICIEMBRE DE


1994)
XI.- La suspensión se pedirá ante la autoridad
responsable cuando se trate de amparos directos
promovidos ante los Tribunales Colegiados de
Circuito y la propia autoridad responsable decidirá
al respecto. En todo caso, el agraviado deberá
presentar la demanda de amparo ante la propia
autoridad responsable, acompañando copias de
la demanda para las demás partes en el juicio,
incluyendo al Ministerio Público y una para el
expediente. En los demás casos, conocerán y
resolverán sobre la suspensión los Juzgados de
Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito.

1.2.1. Objeto de la suspensión. El juzgador de amparo, para


decretarla, debe tener en cuenta la posibilidad de que el acto pueda
ser suspendido o suspendible y que se satisfagan los requisitos de
ley, sin interesar la legalidad o ilegalidad del acto de autoridad que
se reclama, pues esto constituye la cuestión de fondo a resolver en
el juicio de garantías y no en la suspensión.

Oportuno es señalar que, aun cuando la Suprema Corte de Justicia


estableció en la jurisprudencia número 1184, publicada en el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de 1917 a 1995,
Tomo VI, Materia Común, que:

“SUSPENSIÓN, MATERIA DE LA. DIFIERE DE


LA DEL JUICIO. Al resolver sobre ella no pueden
estudiarse cuestiones que se refieran al fondo del
amparo; esa regla no resulta de observancia
textual, al modificarla en diversa registrada con la
clave P./J.15/96, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo III, correspondiente al mes de abril
de 1996, página 16 y siguiente, que precisa:
SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER SOBRE ELLA
ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS
“REQUISITOS CONTENIDOS EN EL ARTÍCULO
124 DE LA LEY DE AMPARO, HACER UNA
APRECIACIÓN DE CARÁCTER PROVISIONAL
DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO
RECLAMADO.- La suspensión de los actos
reclamados participa de la naturaleza de una
medida cautelar, cuyos presupuestos son la
apariencia del buen derecho y el peligro en la
demora. El primero de ellos se basa en un
conocimiento superficial dirigido a lograr una
decisión de mera probabilidad respecto de la
existencia del derecho discutido en el proceso.
Dicho requisito aplicado a la suspensión de los
actos reclamados, implica que, para la concesión
de la medida, sin dejar de observar los requisitos
contenidos en el artículo 124 de la Ley de
Amparo, basta la comprobación de la apariencia
del derecho invocado por el quejoso, de modo tal
que, según un cálculo de probabilidades, sea
posible anticipar que en la sentencia de amparo
se declarará la inconstitucionalidad del acto
reclamado. Ese examen encuentra además
fundamento en el artículo 107, fracción X,
constitucional, en cuanto establece que para el
otorgamiento de la medida suspensional deberá
tomarse en cuenta, entre otros factores, la
naturaleza de la violación alegada, lo que implica
que debe atenderse al derecho que se dice
violado. Esto es, el examen de la naturaleza de la
violación alegada no sólo comprende el concepto
de violación aducido por el quejoso sino que
implica también el hecho o acto que entraña la
violación, considerando sus características y su
trascendencia. En todo caso dicho análisis debe
realizarse, sin prejuzgar sobre la certeza del
derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de los actos reclamados, ya
que esto sólo puede determinarse en la sentencia
de amparo con base en un procedimiento más
amplio y con mayor información, teniendo en
cuenta siempre que la determinación tomada en
relación con la suspensión no debe influir en la
sentencia de fondo, toda vez que aquélla sólo
tiene el carácter de provisional y se funda en
meras hipótesis, y no en la certeza de la
existencia de las pretensiones, en el entendido de
que deberá sopesarse con los otros elementos
requeridos para la suspensión, porque si el
perjuicio al interés social o al orden público es
mayor a los daños y perjuicios de difícil
reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá
negarse la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público o del interés de la
sociedad están por encima del interés particular
afectado. Con este proceder, se evita el exceso
en el examen que realice el juzgador, el cual
siempre quedará sujeto a las reglas que rigen en
materia de suspensión”.

Así pues, con la suspensión provisional se fija la situación en que


habrán de quedar las cosas y tomarse las medidas para conservar
la materia del amparo, hasta en tanto se dicta la interlocutoria que
resuelva sobre la definitiva; y en ésta, se preserva viva la materia
del juicio de garantías hasta su conclusión.

1.2.2. Improcedencia de la suspensión. Casos en los que resulta

improcedente la concesión de la medida suspensional. Cuando con

ella se siga perjuicio al interés social o se contravengan

disposiciones de orden público, o se trate de actos consumados, de

particulares, declarativos, futuros e inciertos, contínuos, omisivos y

negativos -a no ser que produzcan efectos positivos, en cuyo caso

sí es procedente otorgarla-, debiendo señalarse que en esos casos

no encajan los actos de tracto sucesivo.


1.3. Clasificación de los actos reclamados y Jurisprudencia.
Precisa establecer que, conforme a la técnica imperante en la
materia, al resolver sobre la suspensión definitiva el juzgador debe
realizar el ejercicio analítico siguiente:

i) Determinar si es cierto o no el acto reclamado, ya que de no


ser cierto no existirá materia sobre la cual decretar la
suspensión;
ii) En el supuesto de que sea cierto el acto, verificar si es
suspendible (que sea positivo, negativo pero con efectos
positivos, o prohibitivo pero con efectos positivos);
iii) Verificar que se den las exigencia de ley (artículo 124,
fracción II), es decir, que con la medida suspensional no se
contravengan disposiciones de orden público ni se afecte el
interés social;
iv) En el supuesto caso de que exista tercero perjudicado,
fijar la garantía correspondiente a fin de garantizar a éste los
daños y perjuicios que se le puedan ocasionar con la medida
suspensional, en el supuesto de que el quejoso no obtenga
sentencia favorable a sus intereses; y,
v) Fijar los alcances de la medida cautelar, procurando
mantener la materia del juicio de garantías. 1

Respecto a los actos reclamados, específicamente para los efectos


de la suspensión, la Suprema Corte de la Justicia de la Nación ha
generado diversos criterios orientados a poner en evidencia los

1
Contradicción de tesis 24/2002-SS, ejecutoria publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, Julio de 2002, número de registro 17121.
diferentes tipos de actos, los cuales se agrupan en la forma
siguiente:

I. Actos negativos.
II. Actos positivos.
III. Actos negativos con efectos positivos.
IV. Actos prohibitivos.
V. Actos prohibitivos con efectos positivos.

Los primeros, es decir, los actos negativos, la jurisprudencia los


ha definido como aquellos en los que la autoridad se niega a hacer
algo y, por consecuencia, como los efectos de la suspensión son
precisamente mantener las cosas en el estado en que se
encontraban al dictarse la resolución en el incidente de suspensión,
ello implica que no procede en su contra la concesión de la
suspensión, ya que ello implicaría obligar a la autoridad a que
realizara la conducta o acto que se negó hacer, lo cual es exclusivo
de la sentencia de amparo.

Son ilustrativas al respecto las tesis que se transcriben a


continuación:

“ACTOS NEGATIVOS. Contra ellos es


improcedente conceder la suspensión, porque se
les darían efectos restitutorios.” 2

“ACTOS NEGATIVOS. Contra ellos es


improcedente conceder la suspensión.” 3

2
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo XXVI, página 1846.
3
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de
la Federación, Quinta Época Tomo XXV, página 1467.
“ACTOS NEGATIVOS. Contra ellos es
improcedente conceder la suspensión, porque
sería tanto como darle efectos restitutorios, que
sólo son propios de la sentencia que en definitiva
conceda el amparo.” 4

“ACTOS NEGATIVOS. Debe entenderse por


actos negativos, aquellos en que la autoridad
responsable se rehusa a hacer algo.” 5

“ACTOS NEGATIVOS. La Suprema Corte ha


establecido jurisprudencia en el sentido de que
acto negativo es aquel en que la autoridad se
niega a hacer algo; por tanto, como al ordenar
que se impida la prosecución de una obra, tiene
que desarrollarse determinada actividad para
sostener esa orden prohibitiva, este acto es
positivo.” 6

“ACTOS DERIVADOS DE ACTOS NEGATIVOS,


SUSPENSIÓN EN CASO DE. El criterio de que la
suspensión es improcedente cuando un acto sea
consecuencia de otro negativo, porque de
concederse equivaldría a darle efectos
restitutorios, es aplicable al caso en que el acto
original consiste en que el gobernador de un
Estado niegue una solicitud de expropiación pues
las consecuencias y efectos de su negativa que
se traducen en la determinación de archivar el
expediente expropiatorio, no son susceptibles de
suspensión, máxime, si se tiene en cuenta que no
se causan daños o perjuicios de difícil reparación
al afectado.” 7.

“ACTOS NEGATIVOS, SUSPENSIÓN CONTRA


LOS. No hay disposición alguna en la Ley de

4
Tesis del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la
Federación, Quinta Época Tomo XVIII, página 235.
5
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo XCVII, página 83
6
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LXXX, página 1213
7
Tesis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo CXVI, página 561.
Amparo que establezca la improcedencia de la
suspensión cuando el acto reclamado tenga el
carácter de negativo; los efectos de la suspensión
son precisamente mantener las cosas en el
estado en que se encontraban al dictarse la
resolución en el incidente de suspensión en el
amparo, y si esos efectos, no son restitutorios,
procede que se conceda la suspensión, ya que
según la jurisprudencia de la Corte referente a
actos negativos; se niega la suspensión porque
tiene efectos restitutorios, característicos
exclusivos de la sentencia de amparo.” 8

En ese orden de ideas, se llega a la conclusión que en todos los


casos en los que se solicita la suspensión, en relación con actos de
carácter negativo, resulta improcedente en su contra la medida
cautelar solicitada.

Tocante a los segundos actos, es decir, los actos de carácter


positivo, son aquellos que en contraposición a los negativos la
autoridad sí ejecuta una acción, contra este tipo de actos procederá
la suspensión del acto reclamado, siempre y cuando se reúnan las
exigencias del artículo 124 de la Ley de Amparo, esto es, que lo
solicite el quejoso, que con la medida suspensional no se
contravengan disposiciones de orden público ni se afecte el interés
social, además de que de no concederse la medida cautelar se
puedan ocasionar al quejoso daños y perjuicios de difícil reparación.

En conclusión, en contra de actos de naturaleza positiva, no


siempre procederá la suspensión del acto reclamado, sino

8
Tesis de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de
la Federación, Quinta Época Tomo C, página 80
exclusivamente, como se ha reiterado, en aquellos casos en que se
reúnan los requisitos que establece el artículo 124 de la ley de la
materia.

En tercer lugar, por lo que respecta a los actos negativos con


efectos positivos, son aquellos en los cuales, aunque la autoridad
se abstenga de realizar determinado acto, los efectos que trae
consigo esa abstención se traducen en un acto de naturaleza
positiva, tal es el caso de los giros mercantiles que cuentan con una
licencia de funcionamiento que está por vencerse y ante esa
situación acude ante la autoridad administrativa a realizar el
refrendo o renovación de la misma, sin que para el caso la
autoridad le dé tramite a la solicitud correspondiente, en este caso,
aunque la abstención de la autoridad responsable es un acto de
naturaleza negativa, traerá consigo un acto de naturaleza positiva,
ya que ante el vencimiento de la licencia la consecuencia necesaria
sería la clausura del giro mercantil aludido, motivo por el cual en
contra de tales actos se ha establecido que sí procede la
suspensión del acto reclamado, siempre y cuando se reúnan los
requisitos de exigencia contenidos en el artículo 124 de la Ley de
Amparo. Es aplicable al caso la tesis que se transcribe a
continuación:

“ACTOS NEGATIVOS CON EFECTOS


POSITIVOS. La prohibición de una autoridad
administrativa, para que el poseedor de una finca
de campo, extraiga de ella determinadas cosas,
tiene la apariencia de acto negativo, pero produce
efectos positivos, y la suspensión debe
concederse, si se ignora si existe motivo de
interés general que funde la orden de la autoridad
responsable, en virtud de no haber rendido el
informe previo.” 9

En relación con el cuarto tipo de actos, es decir, los actos


prohibitivos, son aquellos en los que, como su nombre lo indica, la
autoridad responsable prohíbe al gobernado la realización de una
determinada acción o conducta, y aunque tales actos de ninguna
forma pueden ser concebidos propiamente como los actos
negativos, ya que éstos consisten, precisamente, en un no actuar o
abstención total por parte de la autoridad responsable, en los actos
prohibitivos la autoridad sí actúa, pero esa actuación se encuentra
dirigida precisamente al hecho de que el particular se abstenga de
seguir actuando o de realizar determinado acto.

Ahora, en virtud de que los actos prohibitivos, como se ha indicado,


tienen por efecto que el gobernado se abstenga de realizar
determinada conducta o acto de naturaleza positiva, en contra de
ellos la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado que
no procede la suspensión, ya que ésta, como su nombre lo indica,
tiene como función paralizar o detener los actos de la autoridad, por
lo que si se concediera, no tendría ya los efectos de mantener las
cosas en el estado en que se encontraban al momento de emitirse
el acto reclamado, sino que retrotraería los efectos al estado en que
se encontraban antes de dictarse la prohibición, efectos que
necesariamente corresponden exclusivamente a la sentencia que
se dicte en cuanto al fondo del amparo, ya que a través de la
concesión de la suspensión se le estaría permitiendo al gobernado

9
Tesis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LIII, página 205.
que siguiera actuando o realizando los actos que la autoridad
responsable le prohibió, por lo que con la suspensión, inclusive, se
estaría incorporando a la quejosa un derecho con el cual no
contaba antes de que se emitiera el acto reclamado, efecto que,
como se ha indicado, solamente corresponde a la sentencia de
amparo y no a la sentencia interlocutoria que se emite al resolverse
el incidente de suspensión.

Son ilustrativas al respecto las tesis que se transcriben a


continuación:

“ACTOS PROHIBITIVOS, SUSPENSIÓN


IMPROCEDENTE CONTRA LOS. Aunque en la
Ley de Amparo no se encuentra disposición
alguna que establezca que debe negarse la
suspensión cuando el acto reclamado es
prohibitivo o negativo, el criterio de la Suprema
Corte ha sido constante en el sentido de que la
suspensión no procede contra actos que tienen
ese carácter, porque la misma paraliza y detiene,
mientras se tramita el amparo, la acción de la
autoridad responsable, y si se concediera la
suspensión contra actos prohibitivos, no tendría
ya el efecto de mantener las cosas en el estado
en que se encuentran, sino que las retrotraería al
estado en que se encontraban antes de dictarse
la prohibición, lo cual sólo es propio de la
sentencia que se dicte en cuanto al fondo del
amparo.” 10
“ACTOS PROHIBITIVOS, SUSPENSIÓN
IMPROCEDENTE CONTRA LOS. La suspensión
es improcedente contra los actos prohibitivos,
porque sería contraria a la naturaleza de la

10
Tesis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo XCI, página 2501
institución, toda vez que ésta tiene por único y
exclusivo objeto, mantener las cosas en el estado
en que se encuentran, y si se concediera la
suspensión contra tales actos, sus efectos no se
limitarían a mantener las cosas en ese estado,
sino a permitir al particular la ejecución de los
actos que la autoridad responsable le prohibió
ejecutara, esto es, se daría a la suspensión
efectos restitutorios, toda vez que se mantendría
la situación jurídica que prevalecía antes de
dictarse el acto reclamado.” 11

“ACTOS PROHIBITIVOS, SUSPENSIÓN


IMPROCEDENTE CONTRA LOS. Si se reclama
en amparo la orden administrativa que prohíbe al
quejoso ejecutar determinados actos, la
suspensión debe negarse, por tratarse de actos
prohibitivos, porque, si se concediese, no tendría
ya los efectos de mantener las cosas en el estado
en que se encontraban, sino que se retrotraerían
al estado anterior a la prohibición, efectos que
sólo puede tener la sentencia que se dicte en el
amparo.” 12

“ACTOS PROHIBITIVOS. Contra ellos es


improcedente conceder la suspensión, porque de
otorgarse, sus efectos serían los que son propios
de la sentencia que concede el amparo.” 13

“ACTOS PROHIBITIVOS. De otorgarse la


suspensión contra los actos de carácter
prohibitivo, quedaría sin materia el juicio
correspondiente.” 14

11
Tesis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LXVI, página 1003.
12
Tesis de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LIV, página 1022.
13
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo XLVI, página 4441.
14
Tesis de la Primera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la
Federación, Quinta Época Tomo XXXVI, página 766.
Por último, los actos prohibitivos con efectos positivos
consisten en el hecho de que la autoridad responsable le prohíbe al
gobernado la realización de determinado acto, pero la conducta
desplegada trae consigo la restricción de derechos adquiridos con
anterioridad.

Como ejemplo de este tipo de actos, es aquel caso en que un


particular obtiene un permiso o licencia para ejecutar una
construcción y con el paso de los días la autoridad administrativa le
prohíbe la continuación de la construcción, en este caso es
indudable que con el acto prohibitivo desplegado por la autoridad
responsable se le está restringiendo al gobernado un derecho que
ya había adquirido con anterioridad, por lo que el resultado se
traduce en un hecho de naturaleza positiva.

Sobre tal tipo de actos son ilustrativas al respecto las tesis que se
transcriben a continuación:

“ACTOS PROHIBITIVOS, SUSPENSIÓN EN


CASO DE. Si la resolución reclamada, impide al
quejoso continuar una construcción que estaba
realizando en una finca, que dice ser de su
propiedad, el acto reclamado, en esencia, es un
acto prohibitivo, puesto que se le impide el
ejercicio de un derecho, y no porque se haya
dado la orden y ésta se haya cumplido, puede
decirse que el acto se ha consumado, ya que si
se otorga la suspensión para que no surta efectos
la orden prohibitiva, se deja al quejoso en libertad
de ejercitar su derecho, o sea, el interesado
estará en aptitud de continuar dicha construcción,
y esto en ninguna forma puede constituir un
efecto restitutorio, porque no se le da el derecho
de ejecutar la obra, sino que se le permite el
ejercicio de ese derecho, que se le ha coartado
por medio de la prohibición reclamada; por tanto,
si en el caso, con la suspensión solicitada no se
afecta el interés general, ni se contravienen
disposiciones de orden público, por tratarse de
una contienda entre intereses de particulares, es
claro que se llenan los requisitos del artículo 124
de la Ley de Amparo, por el perjuicio de difícil
reparación que traería consigo el cumplimiento de
la orden reclamada, y es indudable que es de
concederse dicha suspensión, previa fianza que
garantice los perjuicios que pudieran resultar a
tercero con esta medida.” 15

“ACTOS PROHIBITIVOS Y ACTOS


NEGATIVOS, DIFERENCIA ENTRE LOS
(EXPLOTACIÓN DE BOSQUES). Si se reclama
en amparo la resolución de un delegado forestal y
de caza y pesca, en el sentido de suspender al
quejoso un permiso de explotación de bosques y
el uso de guías forestales, hasta que las
autoridades correspondientes resuelvan en
definitiva el litigio que existe entre el permisionario
y otra persona, respecto a los terrenos en que se
hace la explotación, no se trata de actos
negativos, sino de actos prohibitivos, puesto que
los primeros consisten en rehusarse a hacer algo
o a otorgar un permiso, una concesión o un
derecho a que se cree acreedor el demandante; y
los actos prohibitivos se caracterizan, en términos
generales, por el hecho de que la autoridad
impide al demandante, el ejercicio de un derecho
o la continuación de una actividad a que está
dedicado, siendo susceptibles de suspenderse,
en virtud de que tienen efectos de carácter
positivo sobre la persona y el patrimonio del
15
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LXXVI, página 1054.
quejoso, como sucede en el caso, puesto que el
delegado forestal y de caza y pesca, por medio
de la suspensión de las guías y licencias
forestales, impide al quejoso la continuación de
sus trabajos; y la suspensión debe concederse,
mediante fianza, para garantizar los daños y
perjuicios que pudieran ocasionarse al tercero
perjudicado.” 16

“ACTOS NEGATIVOS. La Suprema Corte ha


establecido jurisprudencia en el sentido de que
acto negativo es aquel en que la autoridad se
niega a hacer algo; por tanto, como al ordenar
que se impida la prosecución de una obra, tiene
que desarrollarse determinada actividad para
sostener esa orden prohibitiva, este acto es
positivo.” 17.

2. Suspensión del acto reclamado en materia penal.

2.1. Tipos de suspensión. El artículo 122 de la Ley de Amparo,


contempla dos, a saber: a) la que se decreta de oficio, conocida
como la suspensión de plano; y b) la que se decreta a petición de la
parte agraviada.

2.1.1. La suspensión de oficio. Mejor conocida como la


suspensión de plano, es la que otorga el juez de Distrito sin
audiencia del tercero perjudicado ni de la autoridad responsable
cuando el quejoso, o el que promueva en su nombre, señale como
acto reclamado alguno que importe peligro de privación de la vida,

16
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LVIII, página 3284.
17
Tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial
de la Federación, Quinta Época Tomo LXXX, página 1213.
deportación, destierro, o alguno de los prohibidos por el artículo 22
de la Carta Magna, o bien cuando el impugnado pueda quedar
consumado de modo irreparable, haciendo físicamente imposible
restituir al agraviado en el goce de la garantía violada y cuando se
trate de actos atentatorios contra los derechos colectivos de
campesinos sometidos al régimen agrario. También puede ser
decretada en su caso por el superior del tribunal que haya cometido
la violación, o por la autoridad judicial responsable atinente
exclusivamente a sentencias definitivas dictadas en juicios del
orden penal.

2.1.2. La suspensión a petición de la parte agraviada. Es la


que se tramita incidentalmente con audiencia de las autoridades
responsables y del tercero perjudicado, si lo hay, y en la que el juez
de Distrito tiene en consideración el perjuicio que se siga o no al
interés social y la contravención a disposiciones de orden público
así como la difícil reparación o no de los daños y perjuicios que
puedan ocasionarse al agraviado con la ejecución del acto
reclamado; y en la que, si su concesión puede causar daños y
perjuicios a terceros, se decreta mediante otorgamiento de garantía
por el quejoso.

2.2. Tramitación de la suspensión en el amparo directo. En los


juicios de amparo directo, la suspensión la decreta la autoridad
responsable que emita el acto reclamado, siendo de plano cuando
se trate de sentencias definitivas dictadas en juicios del orden
penal, y en los demás sólo a instancia del agraviado, según los
artículos del 170 al 174 de la Ley de Amparo, pero observándose
las reglas establecidas para la del juicio biinstancial. Esta medida
cautelar, por regla general, es decidida en el mismo auto en que se
da curso a la demanda de garantías si en la misma se solicita, o por
separado si posteriormente es pedida, formándose un cuaderno de
amparo por la responsable en el que glosa la resolución
concerniente a la suspensión; pero no se tramita en vía incidental.
La resolución que la concede o niega es similar a la de la
suspensión de oficio, siendo sus efectos también similares a los de
la suspensión definitiva.

No obsta la tesis del Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito,


publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Ëpoca, Tomo II, correspondiente al mes de agosto de 1995,
página 649, que señala:

“SUSPENSION DEL ACTO RECLAMDO EN EL


JUICIO DE AMPARO. DEBE SUBSTANCIARSE
EN LA VIA INCIDENTAL LA. Es inexacto que la
ley reglamentaria de los artículos 103 y 107
constitucionales, en el título y capítulo relativos a
la tramitación del juicio de amparo directo ante los
Tribunales Colegiados, no exija que para la
suspensión del acto reclamado en materia laboral
deba substanciarse en la vía incidental; por tanto,
si la responsable exige la garantía por concepto
de seis meses de salario como subsistencia del
actor, así como fianza para la posible
indemnización de posibles daños y perjuicios que
se le pudieran ocasionar a la parte tercero
perjudicada, la responsable cumple con los
requisitos procedimentales para la fijación de la
caución, esto es, que aplicó correctamente lo
dispuesto por los artículos 174 en relación con el
125 de la Ley de Amparo”
Porque la circunstancia de que se exija garantía para que surta
efectos la medida cautelar y su posterior exhibición, de ninguna
manera significa que con ello se esté efectuando un procedimiento
que luego deba culminar con resolución que la conceda o niegue,
pues ya ha sido concedida y surtirá efectos aun cuando la garantía
sea exhibida fuera del término fijado por la responsable; cuanto más
que la suspensión de que se trata no está sujeta a ratificación o
rectificación en audiencia o interlocutoria alguna, a efecto de que
pudiera considerarse que se tramita incidentalmente.

2.3. Tramitación de la suspensión en el amparo indirecto.


Presentan distinto trámite o procedimiento, según se trate de la de
oficio, o la de a petición de parte.

2.3.1. De oficio. Esta providencia se decreta de plano en el mismo


auto en que se admite a trámite la demanda de garantías,
comunicándose sin demora a las autoridades responsables, incluso
por vía telegráfica, para que procedan a su inmediato cumplimiento,
ordenando que cesen los actos que pongan en peligro la vida, o los
que puedan ocasionar la deportación o el destierro, o bien la
realización de alguno de los prohibidos por el artículo 22
constitucional; y en relación con otros, el mandamiento no es para
que cesen los actos reclamados sino para que las cosas se
mantengan en el estado que guarden, tomando el juez de Distrito, o
la autoridad que conozca del juicio de amparo en su caso, las
medidas que crea pertinentes para evitar su consumación. Lo que
significa que, para decidir la medida cautelar de cuenta, no se
sigue incidente ni procedimiento alguno sino que de plano se
decreta o niega en el auto relativo a la admisión de la demanda, sin
oír al tercero perjudicado ni a las responsables y sin que haya
previa rendición de pruebas que no sean las acompañadas con la
misma demanda.

Orientan el punto de vista las tesis del Segundo Tribunal Colegiado


del Décimo Primer Circuito, Segundo Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito y Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito, publicadas en el Semanario Judicial de la Federación,
Octava Época, Tomos XIII-Enero, XIV-Julio y IV en su Segunda
Parte-1, páginas 317, 828 y 46, que respectivamente establecen:

“SUSPENSIÓN DE PLANO. DEBE


DECRETARSE EN EL AUTO ADMISORIO DE
DEMANDA Y SIN ORDENAR FORMAR
INCIDENTE.- Si los actos reclamados son de
aquellos que tienden a privar total o parcialmente,
en forma temporal o definitiva al ejido quejoso de
la posesión, uso y disfrute de los terrenos
precisados en la demanda, es inconcuso que la
juez de Distrito actuó incorrectamente al, en auto
admisorio de ésta, ordenar formar por duplicado
incidente de suspensión, pues como esos actos
encuadran dentro de la hipótesis prevista en el
numeral 233 de la Ley de Amparo, el cual ordena
que en el propio auto admisorio de demanda
debe decretarse la suspensión de plano de los
mismos, por lo que procede revocar el proveído
recurrido para conceder la medida suspensional
de plano y sin fianza, porque el numeral 234 de la
Ley en cita, ordena que cuando ésta se conceda
a núcleos de población, no requiere de ella, para
que surta efectos”.
“SUSPENSIÓN DE OFICIO. DEBE
DECRETARSE EN EL AUTO ADMISORIO DE LA
DEMANDA.- Es inexacto que el juez de Distrito
deba observar en la sentencia lo establecido en el
artículo 123, fracción II, de la Ley de Amparo,
toda vez que en el cuaderno principal no pueden
decidirse cuestiones relativas a la suspensión, y
tratándose de la prevista en el mencionado
precepto, o sea la de oficio, se decreta de plano
en el auto en que se admite la demanda de
garantías y no en la sentencia”.

“ACTOS PROHIBIDOS POR EL ARTÍCULO 22


CONSTITUCIONAL, NO SON MATERIA DEL
INCIDENTE DE SUSPENSIÓN.- Si en una sola
demanda de amparo se reclaman conjuntamente
actos prohibidos por el artículo 22 constitucional y
otros que no lo son, la suspensión de los
primeros, por ser de oficio y de plano, no serán
materia del incidente; por lo que esa suspensión
deberá decretarse en el cuaderno principal, en el
mismo auto en que se admita la demanda, pues
así lo dispone el artículo 123 de la Ley de
Amparo”.

Un caso en que puede consumarse el acto, de no decretarse la


suspensión de plano, y ocasionar un perjuicio de difícil reparación,
es el previsto en la tesis de la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia, publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
Quinta Época, Tomo XXVI, página 366, que indica:

“PATENTES.- Contra el auto que manda levantar


el embargo de los bienes asegurados a quien
infringe una patente, procede conceder la
suspensión de plano, puesto que de consumarse
el acto, sería físicamente imposible poner al
dueño de la patente, en el completo goce de la
garantía violada”.

2.3.2. A petición de parte. Esta clase de suspensión puede ser


provisional y definitiva, la primera se concede en el auto admisorio
de la medida cautelar cuando hubiere peligro inminente de que se
ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el agraviado
y, tratándose de la restricción de la libertad personal fuera de
procedimiento judicial, el juez de Distrito, o la autoridad judicial que
conozca del juicio de garantías, siempre la concederá hasta que se
notifique a la autoridad responsable la resolución que se dicte sobre
la suspensión definitiva; y la segunda se otorga en la interlocutoria
que resuelve el incidente respectivo, con base en el informe previo
rendido por la responsable, en las pruebas documental o de
inspección ocular que las partes hayan ofrecido en la audiencia
incidental y en los alegatos de las partes y del Ministerio Público
Federal, conforme los numerales 130 y 131 de la Ley de Amparo.

La substanciación consiste en que, una vez promovida la


suspensión, el tribunal de amparo pide informe previo a la autoridad
responsable, la que deberá rendirlo dentro de veinticuatro horas y
transcurrido el cual, con informe o sin él, celebrará la audiencia
incidental dentro de setenta y dos horas, excepto cuando alguna de
las autoridades responsables funcionen fuera del lugar de la
residencia del tribunal de amparo, en cuyo caso podrá efectuarla
respecto del acto reclamado de la autoridad responsable residente
en el lugar, reservando la celebración de la que corresponda a las
foráneas. La fecha de la audiencia incidental es fijada en el mismo
auto admisorio de la medida suspensional y, en dicha audiencia,
pueden recibirse únicamente las pruebas documental y de
inspección ocular -o la testimonial, cuando se trate de actos que
importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad
personal fuera de procedimiento judicial, deportación, destierro, o
alguno de los prohibidos por el artículo 22 constitucional- que
ofrezcan las partes así como sus alegatos, incluyendo a los del
Ministerio Público Federal, y el resolutor de amparo decidirá en la
misma audiencia si concede o niega la suspensión definitiva, según
los artículos 131 y 133 de la invocada Ley Reglamentaria.

2.4. Jurisprudencia.
Registro No. 189851
Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XIII, Abril de 2001
Página: 452
Tesis: 1a./J. 2/2001
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN. ES IMPROCEDENTE CUANDO EL ACTO


RECLAMADO LO CONSTITUYE LA RESOLUCIÓN QUE RECAE A
LA EXCEPCIÓN DE INCOMPETENCIA, EN TÉRMINOS DE LO
PREVISTO POR LA LEY DE AMPARO, SIN QUE SEA FACTIBLE
APLICAR OTRO ORDENAMIENTO LEGAL.

Si en un juicio de amparo se reclama la resolución dictada en el recurso de


apelación interpuesto contra la sentencia interlocutoria que resolvió la
excepción de incompetencia, debe considerarse que no procede otorgar la
suspensión del acto reclamado, por no reunirse los requisitos que al efecto
establece el artículo 124 de la Ley de Amparo, en virtud de que el
otorgamiento de dicha providencia cautelar ocasionaría la paralización del
procedimiento en lo principal, contraviniéndose con ello disposiciones de
orden público, así como el criterio que ha sostenido la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en el sentido de que no debe otorgarse la suspensión del
acto reclamado en el amparo cuando ella tienda a detener el procedimiento
judicial, sin que sea por ello factible la aplicación de otras disposiciones
legales diferentes a la Ley de Amparo. No obsta a la anterior conclusión el
hecho de que en la legislación procesal civil de diversas entidades federativas
se prevea la excepción de incompetencia como una excepción de previo y
especial pronunciamiento que suspende el procedimiento en el principal hasta
su resolución, pues independientemente de lo que de dicha legislación pudiera
derivar, la suspensión del acto reclamado en el juicio de amparo, que no es
una instancia procesal más, ni una prolongación del juicio ordinario, sino que
es un medio extraordinario para impugnar jurídicamente los actos de las
autoridades de un Estado cuando se estime que contravienen a la Constitución
Federal en los casos previstos en el artículo 103 de la misma, se rige por lo
que dispone la Ley de Amparo. Además, considerar lo contrario, es decir, que
de la mencionada legislación procesal debe derivarse la procedencia de la
suspensión del acto reclamado y, por ende, del procedimiento en el juicio,
sería otorgarle indebidamente a aquélla un ámbito de aplicación mayor al que
realmente tiene.

Contradicción de tesis 15/99. Entre las sustentadas por el Segundo y Quinto


Tribunales Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito. 10 de noviembre
de 2000. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Luis Fernando
Angulo Jacobo.

Tesis de jurisprudencia 2/2001. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de catorce de febrero de dos mil uno, por unanimidad de
cinco votos de los señores Ministros: presidente José de Jesús Gudiño Pelayo,
Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Juan N. Silva Meza
y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.

Registro No. 198729


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
V, Mayo de 1997
Página: 226
Tesis: 1a./J. 16/97
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

SUSPENSIÓN PROVISIONAL. MEDIDAS DE ASEGURAMIENTO


QUE PUEDE IMPONER EL JUEZ DE AMPARO TRATÁNDOSE DE
ACTOS RESTRICTIVOS DE LA LIBERTAD PERSONAL.
De los artículos 124, 136 y 138 de la Ley de Amparo se desprende, entre otros
aspectos, que la suspensión se decretará cuando no se siga perjuicio al interés
social ni se contravengan disposiciones de orden público; que el Juez de
amparo tiene las más amplias facultades para fijar las medidas de
aseguramiento que estime convenientes, a fin de que el quejoso no se
sustraiga a la acción de la justicia y que el otorgamiento de la medida cautelar
no constituya un impedimento para la continuación del procedimiento que
haya motivado el acto reclamado. Lo anterior lleva a considerar que al proveer
respecto de la suspensión de los efectos del acto reclamado, tratándose de la
restricción de la libertad personal, es menester que se guarde un prudente
equilibrio entre la salvaguarda de esa delicadísima garantía constitucional, los
objetivos propios de la persecución de los delitos y la continuación del
procedimiento penal, aspectos sobre los que se encuentra interesada la
sociedad. Para lograr dicho equilibrio, el artículo 136 de la Ley de Amparo
dispone que en los juicios constitucionales en los que se reclamen actos
restrictivos de la libertad, el Juez de Distrito dictará las medidas que estime
necesarias, tendientes al aseguramiento del quejoso, con el fin de que sea
devuelto a la autoridad responsable, en caso de que no se le concediera el
amparo que hubiere solicitado, de donde se desprende que los Jueces de
Distrito gozan de amplitud de criterio para fijar dichas medidas, tales como
exigir fianza; establecer la obligación de que el quejoso proporcione su
domicilio, a fin de que se le puedan hacer las citaciones respectivas; fijarle la
obligación de presentarse al juzgado los días que se determinen y hacerle
saber que está obligado a comparecer dentro de determinado plazo ante el
Juez de su causa, debiendo allegar los criterios que acreditan esa
comparecencia, o cualquier otra medida que considere conducente para el
aseguramiento del agraviado. Asimismo, debe tomarse en cuenta que atento lo
preceptuado por el artículo 138 de la Ley de Amparo, en los casos en que la
suspensión sea procedente, ésta se concederá en forma tal que no impida la
continuación del procedimiento en el asunto que haya motivado el acto
reclamado. Por lo anterior, se concluye que los aludidos requisitos que se
impongan al quejoso, al otorgar la suspensión provisional en el juicio de
amparo en el que se reclamen actos restrictivos de la libertad personal, son
congruentes con los preceptos que regulan la suspensión.

Contradicción de tesis 33/96. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Primero y Segundo del Décimo Cuarto Circuito. 16 de abril de
1997. Cinco votos. Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretario:
Teódulo Angeles Espino.

Tesis de jurisprudencia 16/97. Aprobada por la Primera Sala de este alto


tribunal, en sesión de treinta de abril de mil novecientos noventa y siete, por
unanimidad de cinco votos de los Ministros, presidente Juventino V. Castro y
Castro, Humberto Román Palacios, José de Jesús Gudiño Pelayo, Juan N.
Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Registro No. 189848
Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XIII, Abril de 2001
Página: 268
Tesis: P./J. 43/2001
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN PROVISIONAL. SURTE SUS EFECTOS DESDE


LUEGO, SIN QUE PARA ELLO SE REQUIERA DE LA EXHIBICIÓN
DE LA GARANTÍA RESPECTIVA.

De la interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 125, 130 y 139


de la Ley de Amparo, que regulan lo relativo a la suspensión provisional y
definitiva de los actos reclamados, y a la garantía que el quejoso debe otorgar
en los casos en que aquéllas sean procedentes, para reparar el daño e
indemnizar los perjuicios que se puedan ocasionar al tercero perjudicado si no
se obtiene sentencia favorable en el juicio de amparo, y atendiendo a la
naturaleza, objeto, requisitos de procedencia y efectividad de la medida
cautelar de que se trata, así como al principio general de derecho que se
refiere a que donde existe la misma razón debe existir la misma disposición,
se arriba a la conclusión de que respecto a la suspensión provisional que se
puede decretar con la sola presentación de la demanda, cuando exista peligro
inminente de que se ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el
quejoso, tomando el Juez de Distrito las medidas que estime convenientes
para que no se defrauden derechos de tercero, y a virtud de la cual se ordena
mantener las cosas en el estado que guardan hasta en tanto se notifique a la
autoridad responsable la resolución que se dicte sobre la suspensión definitiva,
surte sus efectos, al igual que ésta, inmediatamente después de que se concede
y no hasta que se exhiba la garantía fijada, porque de lo contrario no se
cumpliría con su finalidad, que es la de evitar al quejoso perjuicios de difícil
reparación. Además, debe tomarse en cuenta que ante el reciente
conocimiento de los actos reclamados, el quejoso está menos prevenido que
cuando se trata de la suspensión definitiva, y si ésta surte sus efectos desde
luego, aun cuando no se exhiba la garantía exigida, lo mismo debe
considerarse, por mayoría de razón, tratándose de la suspensión provisional,
sin que ello implique que de no exhibirse garantía deje de surtir efectos dicha
suspensión.

Contradicción de tesis 17/2000-PL. Entre las sustentadas por el Primer


Tribunal Colegiado del Décimo Sexto Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Tercer Circuito en contra del Primer Tribunal Colegiado
del Décimo Cuarto Circuito. 27 de febrero de 2001. Unanimidad de diez
votos. Ausente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente: Sergio Salvador
Aguirre Anguiano. Secretario: José Manuel Quintero Montes.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy veintinueve de marzo


en curso, aprobó, con el número 43/2001, la tesis jurisprudencial que
antecede. México, Distrito Federal, a veintinueve de marzo de dos mil uno.

Registro No. 168543


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXVIII, Octubre de 2008
Página: 377
Tesis: 1a./J. 68/2008
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

SUSPENSIÓN DEFINITIVA CONTRA ACTOS DERIVADOS DE UN


PROCEDIMIENTO PENAL QUE AFECTEN LA LIBERTAD
PERSONAL. ELEMENTOS QUE DEBE CONSIDERAR EL JUEZ DE
DISTRITO PARA FIJAR EL MONTO DE LA GARANTÍA
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 124 BIS DE LA LEY DE
AMPARO).

La facultad de fijar el monto de la garantía es de carácter discrecional, siempre


que ello no implique exceder los extremos señalados por el legislador en las
condiciones de aplicación de la citada norma. Así, el juez de distrito debe
llevar a cabo un análisis integral en el que conjugue adecuadamente las
siguientes tres condiciones legales. En primer lugar, debe tomar en cuenta el
tipo de delito de que se trata, su naturaleza dolosa o culposa, el bien jurídico
tutelado, etcétera, y aunque en este primer momento puede hacerse presente el
monto estimado de la reparación del daño, eso no significa que la garantía
fijada por el juez de amparo tenga que coincidir con dicho monto, pues
aquélla no puede equipararse a la caución que se fija para decretar la libertad
provisional, ya que la garantía tiene la finalidad de asegurar que el quejoso
acuda al proceso, la dicta un juez de amparo y responde a los objetivos del
control constitucional; mientras que la fianza o caución obedece a la
necesidad de garantizar la reparación del daño, la fija un juez penal y es
acorde con los fines del proceso penal. En segundo lugar, el juzgador debe
indagar respecto a la situación económica del quejoso. Y finalmente, en tercer
lugar, el juez debe vigilar que el monto de la garantía no permita al quejoso
sustraerse a la acción de la justicia, es decir, habrá de fijar una cantidad que no
invite al quejoso a realizar un cálculo utilitario que le orille a evadir la acción
de la justicia. Por tanto, una primera cantidad obtenida a partir de la
obligación derivada de la fracción I del artículo 124 bis de la Ley de Amparo
debe modularse, por un lado, mediante la capacidad económica del quejoso
(fracción II), para establecer el límite inferior de la garantía y, por el otro, a
través de la precaución de no disminuirla a tal grado que se promueva una
posible conducta evasiva por parte del quejoso (fracción III).

Contradicción de tesis 25/2008-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Primero, Segundo, Tercero y Cuarto, todos del Décimo Primer
Circuito. 11 de junio de 2008. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío
Díaz. Secretario: Roberto Lara Chagoyán.

Tesis de jurisprudencia 68/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de junio de dos mil ocho.

Registro No. 170432


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXVII, Enero de 2008
Página: 371
Tesis: 1a./J. 149/2007
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

SUSPENSIÓN PROVISIONAL CONTRA ACTOS QUE AFECTAN LA


LIBERTAD PERSONAL. LA OBLIGACIÓN DEL QUEJOSO DE
COMPARECER ANTE EL JUEZ DE LA CAUSA O EL MINISTERIO
PÚBLICO ES EXIGIBLE HASTA QUE SE TIENE CERTEZA
RESPECTO DE LA EXISTENCIA DEL ACTO RECLAMADO Y DE
LA AUTORIDAD QUE LO EMITIÓ.

El artículo 138, segundo párrafo, de la Ley de Amparo debe interpretarse en el


sentido de que cuando la suspensión se haya concedido contra actos derivados
de un procedimiento penal que afectan la libertad personal, la obligación del
quejoso de comparecer dentro del plazo de tres días ante el juez de la causa o
el Ministerio Público, apercibido que de no hacerlo la suspensión concedida
dejará de surtir efectos, se actualiza hasta que se tiene certeza respecto de la
existencia del acto reclamado (orden de aprehensión o de presentación) y de la
autoridad que lo emitió. Ello es así, porque ante la eventualidad de que en la
demanda de garantías se señalara una multiplicidad de posibles autoridades
responsables, resultaría innecesario y desproporcional que se constriñera al
quejoso a presentarse ante cada una de ellas; de ahí que en tal supuesto el juez
de amparo que conceda la suspensión provisional debe hacerlo en términos de
los artículos 124 Bis, 136 y 138 de la Ley de Amparo, pero en el entendido de
que la mencionada medida de aseguramiento será exigible hasta que se tenga
certeza respecto de la existencia del acto reclamado y, en su caso, de la
autoridad que lo emitió, lo cual ocurre, en el juicio de amparo indirecto,
cuando las autoridades señaladas como responsables rinden informe previo
dentro del término de veinticuatro horas y en él manifiestan, entre otras cosas,
si es o no cierto el acto que se les atribuye, cuestión que deberá notificarse
personalmente al quejoso.

Contradicción de tesis 79/2007-PS. Entre las sustentadas por el Segundo


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito y el Séptimo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito. 19 de septiembre de
2007. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel
Enrique Sánchez Frías.

Tesis de jurisprudencia 149/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de fecha diez de octubre de dos mil siete.

Registro No. 172967


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXV, Marzo de 2007
Página: 151
Tesis: 1a./J. 5/2007
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

ORDEN DE COMPARECENCIA. ES UN ACTO QUE AFECTA LA


LIBERTAD PERSONAL, POR LO QUE PARA LA PROCEDENCIA
DE LA SUSPENSIÓN DEBE ESTARSE A LAS REGLAS
ESTABLECIDAS EN LOS ARTÍCULOS 124 BIS Y 138 SEGUNDO
PÁRRAFO DE LA LEY DE AMPARO.

La orden de comparecencia dictada por un Juez, se emite en todos aquellos


casos en que el delito no dé lugar a aprehensión, sino que, a pedimento del
Ministerio Público se librará dicha orden en contra del inculpado, a fin de que
rinda su declaración preparatoria, siempre que estén acreditados el cuerpo del
delito y su probable responsabilidad. En este sentido, esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que la orden de
comparecencia, es un acto que afecta la libertad personal para efectos de la
suspensión solicitada en la demanda de amparo, ello a partir de los "efectos"
que provoca en el proceso penal, esto es, de sujetar al indiciado a la
jurisdicción del Juez penal que lleva el proceso correspondiente. En
consecuencia, para la procedencia de la suspensión del acto reclamado,
consistente en la orden de comparecencia, debe estarse a las reglas aplicables
que establecen los artículos 124 bis, y 138 de la Ley de Amparo,
correspondientes a cuando el acto reclamado afecte la libertad personal del
quejoso.

Contradicción de tesis 105/2006-PS. Entre las sustentadas por el


Segundo y Séptimo Tribunales Colegiados en Materia Penal del
Primer Circuito. 15 de noviembre de 2006. Cinco votos. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Rosalba Rodríguez Mireles.

Tesis de jurisprudencia 5/2007. Aprobada por la Primera Sala de este


Alto Tribunal, en sesión de fecha diecisiete de enero de dos mil siete.

Registro No. 174462


Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXIV, Agosto de 2006
Página: 12
Tesis: P. LI/2006
Tesis Aislada
Materia(s): Común

FIANZA ILUSORIA O INSUFICIENTE. CONFORME A LA


INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN XVII DEL ARTÍCULO 107
DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, LA CONDUCTA DE UNA AUTORIDAD
RESPONSABLE CONSISTENTE EN ADMITIR AQUÉLLA CUANDO
PROVEE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO,
GENERA RESPONSABILIDAD PENAL.

En la fracción X del texto original del artículo 107 constitucional se establecía


que: "La autoridad responsable será consignada a la autoridad
correspondiente, cuando no suspenda el acto reclamado, debiendo hacerlo, y
cuando admita fianza que resultare ilusoria o insuficiente, siendo en estos dos
últimos casos solidaria la responsabilidad penal y civil de la autoridad, con el
que ofreciere la fianza y el que la prestare.", supuesto normativo que con
motivo de la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 19 de febrero de 1951, se incorporó a la fracción XVII del
mismo numeral, debiendo destacarse que aun cuando en el texto vigente de
esta fracción, derivado de aquella reforma, ya no se hace referencia a la
responsabilidad penal que generan las conductas precisadas en ella, esa
supresión no implicó eliminar su carácter delictivo, sino únicamente suprimir
la mención a que existiría una solidaridad penal de la autoridad responsable
con el que ofreciere la fianza y el que la prestare, al considerarse que en el
ámbito penal no es procedente hablar de tal solidaridad, tal como se expresó
en el dictamen emitido por la Cámara de Diputados el 17 de noviembre de
1950 dentro del procedimiento de reforma constitucional respectivo, lo cual
resulta revelador de que las conductas a que alude la mencionada fracción
XVII son hechos delictivos cuya comisión genera responsabilidad penal.

Consulta a trámite 1/2004-PL. Derivada de la petición de Elva López Heredia,


relacionada con el recurso de queja 53/2004, del índice del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito. 8 de mayo de 2006. Mayoría
de siete votos. Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Disidentes: Juan
Díaz Romero, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Juan N. Silva
Meza. Ponente: Juan Díaz Romero. Encargado del engrose: Mariano Azuela
Güitrón. Secretario: Rafael Coello Cetina.

El Tribunal Pleno, el veintinueve de junio en curso, aprobó, con el número


LI/2006, la tesis aislada que antecede; y determinó que la votación no es
idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a
veintinueve de junio de dos mil seis.

Registro No. 175421


Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXIII, Marzo de 2006
Página: 419
Tesis: 2a./J. 15/2006
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. EL JUZGADOR NO DEBE


DETERMINAR LA NATURALEZA DE LA GARANTÍA QUE EL
QUEJOSO HABRÁ DE EXHIBIR PARA QUE AQUÉLLA SURTA
EFECTOS, SALVO LO PREVISTO POR EL ARTÍCULO 135 DE LA
LEY DE AMPARO.
De lo previsto por los artículos 125, 126, 127, 128, 173 y 174 de la citada Ley,
se advierte que el Juez de Distrito o la autoridad que conoce del juicio de
garantías o de la suspensión no están facultados para determinar la naturaleza
de la garantía o caución que deba presentar el quejoso para que surta efectos la
suspensión del acto reclamado, por lo que basta determinen su monto para que
se exhiba en cualquiera de las formas establecidas por la ley, salvo lo que
establece el artículo 135 del mismo ordenamiento legal, respecto del cobro de
contribuciones.

Contradicción de tesis 43/2005-PL. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Tercero y Décimo Tercero, ambos en Materia de Trabajo del
Primer Circuito, Segundo del Décimo Noveno Circuito (actualmente en
Materias Administrativa y Civil) y Primero en Materia Penal del Cuarto
Circuito. 10 de febrero de 2006. Cinco votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Secretario: Marco Antonio Cepeda Anaya.

Tesis de jurisprudencia 15/2006. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto


Tribunal, en sesión privada del diecisiete de febrero de dos mil seis.

Registro No. 188074


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XIV, Diciembre de 2001
Página: 141
Tesis: 1a./J. 75/2001
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

SUSPENSIÓN DEFINITIVA. SU OTORGAMIENTO, TRATÁNDOSE


DE ACTOS RESTRICTIVOS DE LA LIBERTAD PERSONAL, NO
DEPENDE DEL INCUMPLIMIENTO DE LAS MEDIDAS DE
ASEGURAMIENTO DECRETADAS POR EL JUEZ DE DISTRITO EN
LA PROVISIONAL.

De conformidad con lo dispuesto en los artículos 130 y 136 de la Ley de


Amparo, que establecen lo relativo a la suspensión del acto reclamado en sus
dos formas, provisional y definitiva, tratándose de aquellos restrictivos de la
libertad personal, se advierte que aun cuando tienen como finalidad paralizar
el acto reclamado para que no se ejecute por la autoridad responsable, exigen
la satisfacción de diversos requisitos para su otorgamiento, aunado a que de lo
previsto en el primero de dichos preceptos y en el diverso 131 de la propia ley,
se desprende que su dictado se realiza en dos estadios procesales diferentes y,
por lo mismo, las condiciones para ese fin, en una y otra, son independientes.
En razón de lo anterior, debe estimarse que el otorgamiento de la suspensión
definitiva del acto reclamado, no depende del incumplimiento del quejoso
respecto de las medidas de aseguramiento dictadas para la provisional, pues,
por un lado, si en esta última no se cumplen las medidas señaladas, lo
decretado en ella quedará sin efecto y podrá la responsable ejecutar el acto, en
tanto no se dicte la suspensión definitiva y, por el otro, porque el Juez de
Distrito para normar su criterio y resolver sobre ella cuenta con el informe de
las autoridades responsables y con las pruebas que conforme a la ley pueden
ofrecerse y desahogarse, elementos que no tenía al resolver sobre la
suspensión provisional, por lo que podrá, si lo estima conveniente, decretar
estas medidas, o bien, otras diferentes.

Contradicción de tesis 14/2000-PS. Entre las sustentadas por el Segundo


Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, el Segundo Tribunal Colegiado del
Octavo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito. 4 de abril de 2001. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Humberto
Román Palacios. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Luis Fernando
Angulo Jacobo.

Tesis de jurisprudencia 75/2001. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de quince de agosto de dos mil uno, por unanimidad de
cuatro votos de los señores Ministros: presidente en funciones Juventino V.
Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Juan N. Silva Meza y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo.

3. Suspensión del acto reclamado en materia civil,

3.1. Tipos de suspensión.

3.2. Tramitación de la suspensión en el amparo directo.


3.3. Tramitación de la suspensión en el amparo indirecto.

3.4. Jurisprudencia.
Registro No. 179170
Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXI, Febrero de 2005
Página: 321
Tesis: 2a./J. 7/2005
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN AMPARO. ANTE LA OMISIÓN DE


RENDIR EL INFORME PREVIO, EL JUEZ DE DISTRITO DEBE
PRESUMIR CIERTOS LOS ACTOS FUTUROS, AUNQUE
PRESCINDIENDO DE LOS CALIFICATIVOS A LOS ACTOS
RECLAMADOS, SIN PERJUICIO DEL ANÁLISIS QUE DEBA
REALIZAR SOBRE LA SATISFACCIÓN DE LOS REQUISITOS
LEGALES PARA OTORGARLA.

De conformidad con el tercer párrafo del artículo 132 de la Ley de Amparo, la


falta de informe previo de las autoridades responsables establece la presunción
de ser cierto el acto que se estima violatorio de garantías, para el solo efecto
de la suspensión. En tal virtud, ante la falta de informe previo se debe
presumir cierta la realización de actos que el quejoso aduce se van a producir
y ejecutar en su contra, aunque sin tomar en cuenta los calificativos sobre
ellos, los que en su caso serán materia del juicio en lo principal, sin perjuicio
del examen de los requisitos que para otorgar la medida cautelar prevé el
artículo 124 y demás aplicables de la Ley de Amparo.

Contradicción de tesis 158/2004-SS. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Tercero y Séptimo en Materia Administrativa del Primer Circuito
y Tercero en Materia Administrativa del Sexto Circuito. 21 de enero de 2005.
Cinco votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretaria: Georgina
Laso de la Vega Romero.

Tesis de jurisprudencia 7/2005. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto


Tribunal, en sesión privada del veintiocho de enero de dos mil cinco.
Registro No. 168670
Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXVIII, Octubre de 2008
Página: 146
Tesis: 1a./J. 55/2008
Jurisprudencia
Materia(s): Común

GARANTÍA. SU MONTO DEBE FIJARSE DISCRECIONALMENTE


EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 125, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA
LEY DE AMPARO, CUANDO SE CONCEDE LA SUSPENSIÓN
CONTRA ACTOS INTRAPROCESALES RELACIONADOS CON LA
PERSONALIDAD Y ELLO RETARDA LA EMISIÓN DE LA
RESOLUCIÓN EN EL JUICIO NATURAL.

Si el efecto de la suspensión consiste en la abstención del dictado de la


sentencia definitiva, hasta en tanto se resuelva el juicio de amparo
correspondiente, se actualiza el supuesto contenido en el segundo párrafo del
artículo 125 de la Ley de Amparo, pues el daño que dicha medida cautelar
pudiera causar al tercero perjudicado no es patrimonial, en tanto que el retardo
en el dictado de la sentencia afecta su derecho de celeridad procesal, el cual
no es estimable en dinero. En ese sentido, se concluye que cuando se concede
la suspensión contra actos intraprocesales relacionados con la personalidad y
ello retarda la emisión de la sentencia definitiva en el juicio natural, la
autoridad que conozca del amparo debe fijar discrecionalmente el monto de la
garantía en términos del mencionado artículo.

Contradicción de tesis 112/2007-PS. Entre las sustentadas por el Tercer


Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Segundo
Tribunal Colegiado en Materias Penal y Civil del Cuarto Circuito (ahora
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Cuarto Circuito). 14 de
mayo de 2008. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio A. Valls
Hernández. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria:
Ana Carolina Cienfuegos Posada.

Tesis de jurisprudencia 55/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de fecha veintiuno de mayo de dos mil ocho.

Registro No. 182529


Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVIII, Diciembre de 2003
Página: 98
Tesis: 2a./J. 111/2003
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CUANDO EL QUEJOSO ÚNICAMENTE


SOLICITE LA MEDIDA CAUTELAR SOBRE LAS
CONSECUENCIAS DE LOS ACTOS RECLAMADOS, EL JUEZ DE
DISTRITO SOLAMENTE DEBE CONCEDER O NEGAR DICHA
MEDIDA RESPECTO DE AQUÉLLAS.

De la interpretación armónica de la fracción I del artículo 124, en relación con


el artículo 131, ambos de la Ley de Amparo, se advierte que para que el Juez
de Distrito pueda pronunciarse sobre la concesión o negativa de la suspensión
definitiva del acto reclamado, es requisito que el agraviado la haya solicitado
expresamente. Ahora bien, cuando el quejoso solamente solicita la suspensión
respecto de las consecuencias del acto reclamado, el Juez Federal debe
resolver si concede o niega la suspensión definitiva, única y exclusivamente
respecto de ellas, y cerciorarse previamente de la existencia de los actos
reclamados a los que se les atribuyen, a fin de que el pronunciamiento que
realice sobre la medida cautelar se sustente sobre actos ciertos.

Contradicción de tesis 31/2003-PL. Entre las sustentadas por el Primer


Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito; el Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito; el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito y el Primer Tribunal
Colegiado del Décimo Circuito. 29 de octubre de 2003. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Genaro David Góngora Pimentel. Ponente: Sergio Salvador
Aguirre Anguiano. Secretario: Bertín Vázquez González.

Tesis de jurisprudencia 111/2003. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto


Tribunal, en sesión privada del siete de noviembre de dos mil tres.

Registro No. 191770


Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XI, Mayo de 2000
Página: 315
Tesis: 2a. LIII/2000
Tesis Aislada
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN EN AMPARO. EL MONTO DE LA CAUCIÓN QUE SE


FIJA AL QUEJOSO PARA QUE SURTA EFECTOS, DEBE
RESPONDER ÚNICAMENTE POR LOS DAÑOS Y PERJUICIOS QUE
PUEDEN CAUSARSE AL TERCERO PERJUDICADO COMO
CONSECUENCIA JURÍDICA DE LA SUSPENSIÓN DEL ACTO
RECLAMADO.

La suspensión del acto reclamado obra sobre su ejecución, afecta las medidas
que tienden a concretar sus consecuencias jurídicas y materiales, por tal
motivo, el acto cuya constitucionalidad se reclama a través del juicio de
amparo, en sí mismo, es extraño a los efectos de la suspensión que llegue a
concederse, pues ésta únicamente provoca que las cosas se mantengan en el
estado en que se encuentran y, en casos excepcionales, que los actos de
ejecución que han comenzado a iniciarse se detengan sin continuar su
realización, que puede acarrear su consumación e, inclusive, dejar sin materia
el juicio de garantías, por lo que resulta inconcuso que los efectos de la
referida medida cautelar no afectan la validez del acto de autoridad reclamado,
no lo socavan, ni trascienden a su constitucionalidad, aun cuando se advierta
la apariencia del buen derecho, cuestión que no vincula al juzgador
constitucional. En tal virtud, así como la suspensión de los actos impugnados
en el juicio de amparo no constituye un fin en sí mismo, pues su otorgamiento
tiene lugar en función del proceso principal, por lo que no afecta la validez ni
la existencia del acto controvertido, y menos aún, tiene por objeto verificar la
veracidad de la pretensión hecha valer por el quejoso, sino que con tal medida
se busca asegurar la efectividad de la justicia constitucional, igualmente, la
caución que debe otorgar el peticionario de garantías para responder de los
daños y perjuicios que pudieran causarse al tercero perjudicado si no se otorga
la protección constitucional, tampoco puede jurídicamente tener por objeto
preservar y garantizar la existencia de la prerrogativa que se incorporaría a la
esfera jurídica de aquél, como consecuencia de la ejecución inmediata del acto
de autoridad cuyo apego a la Norma Fundamental se controvierte, pues por su
naturaleza accesoria, únicamente se encuentra dirigida a garantizar las
consecuencias derivadas directamente de la suspensión del acto de autoridad,
es decir, los daños y perjuicios que pudieran causarse al tercero perjudicado
por no haber incorporado en su patrimonio, desde el momento en que se
concedió la suspensión, hasta que se resuelva el juicio de amparo, las
prerrogativas que le confiere el acto reclamado. Así, verbigracia, los daños y
perjuicios que puedan generarse por la suspensión de una resolución
jurisdiccional que establece una condena líquida o de fácil liquidación, no
pueden traducirse, válidamente, en el numerario que se incorporaría al
patrimonio del tercero perjudicado en virtud de lo ordenado en ésta, ya que los
efectos de esa medida cautelar en manera alguna tienden a destruir los que
derivan del acto reclamado, únicamente detienen su ejecución, por lo que la
caución no debe fijarse atendiendo a un monto que no se pierde o menoscaba
por el acto judicial cuyos efectos se condicionan al otorgamiento de ésta.

Contradicción de tesis 48/98. Entre las sustentadas por el Séptimo Tribunal


Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito y el Primer Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito. 14 de abril del año 2000. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Secretario: Rafael Coello Cetina.

Nota: Esta tesis no constituye jurisprudencia pues no trata el tema central de la


contradicción que se resolvió.

Registro No. 197239


Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
VI, Diciembre de 1997
Página: 23
Tesis: P./J. 96/97
Jurisprudencia
Materia(s): Común

SUSPENSIÓN PROVISIONAL CUANDO SE RECLAMA EL


DESPOSEIMIENTO DE UN BIEN. EL JUEZ DEBE PARTIR DEL
SUPUESTO DE QUE LOS ACTOS RECLAMADOS SON CIERTOS,
PERO PARA ACREDITAR EL REQUISITO DEL ARTÍCULO 124,
FRACCIÓN I, DE LA LEY DE AMPARO, EL QUEJOSO DEBE
DEMOSTRAR, AUNQUE SEA INDICIARIAMENTE, QUE TALES
ACTOS LO AGRAVIAN.

Cuando se solicita la suspensión provisional señalándose como acto


reclamado el desposeimiento de un bien, el Juez de Distrito, atendiendo a las
manifestaciones bajo protesta de decir verdad, debe partir del supuesto de que
los actos reclamados son ciertos, pero en acatamiento a lo establecido en el
artículo 124, fracción I, de la Ley de Amparo, debe constatar si el quejoso
demuestra, aunque sea indiciariamente, que tales actos lo agravian. Es verdad
que para acreditar la posesión, según criterio generalmente aceptado, la prueba
idónea es la testimonial, medio de convicción cuya recepción no es factible en
la hipótesis examinada, pero también es verdad que puede acreditarse de
manera indiciaria, entre otros elementos, con escritura pública de propiedad,
certificación del Registro Público de la Propiedad y de Comercio, documento
privado de contrato de compraventa debidamente inscrito, inmatriculación
judicial o administrativa, recibo del impuesto predial a nombre del
promovente, contrato de arrendamiento, certificado de derechos agrarios, fe de
hechos ante fedatario público y otras probanzas que, por sí solas, no son aptas
para acreditar plenamente la posesión y que, por tanto, pueden ser
desvirtuadas en la secuela del procedimiento, pero que pueden ser suficientes
para conceder la suspensión provisional, ya que el dictado de la medida
cautelar no presupone un análisis en cuanto a la calidad de la posesión, es
decir, si ésta es originaria, derivada, legítima, ilegítima, de buena fe o de mala
fe, porque la finalidad es, solamente, decidir si procede suspender los actos
que presumiblemente causarán daños y perjuicios de difícil reparación al
agraviado.

Contradicción de tesis 37/97. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal


Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito y el entonces Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito. 4 de
noviembre de 1997. Unanimidad de diez votos. Ausente: Genaro David
Góngora Pimentel. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Edgar Humberto
Muñoz Grajales.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el diecisiete de noviembre


en curso, aprobó, con el número 96/1997, la tesis jurisprudencial que
antecede. México, Distrito Federal, a diecisiete de noviembre de mil
novecientos noventa y siete.

Registro No. 177784


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXII, Julio de 2005
Página: 354
Tesis: 1a./J. 53/2005
Jurisprudencia
Materia(s): Civil

SUSPENSIÓN DEFINITIVA DE LA REDUCCIÓN DE LA PENSIÓN


ALIMENTICIA PROVISIONAL. EL JUEZ DEBE VALORAR EN
CADA CASO SI PROCEDE OTORGAR LA GARANTÍA
CORRESPONDIENTE, A FIN DE SALVAGUARDAR LA
SUBSISTENCIA TANTO DEL ACREEDOR COMO DEL DEUDOR
ALIMENTARIO.
El artículo 125 de la Ley de Amparo dispone que en los casos en que la
suspensión del acto reclamado pueda ocasionar daño o perjuicio a tercero,
dicha medida se concederá si el quejoso otorga garantía bastante para reparar
el daño e indemnizar los perjuicios que con ella pudieran causarse si no se
obtiene sentencia favorable en el juicio de garantías. Ahora bien, cuando el
acto reclamado consiste en la resolución que decide reducir la pensión
alimenticia provisional, para determinar si procede el otorgamiento de alguna
garantía, el juzgador debe valorar cada situación particular, ya que debe
verificar que con su resolución no se ponga en riesgo la subsistencia del
acreedor -de acuerdo a sus necesidades- ni tampoco la del deudor alimentario
-según sus posibilidades reales-.

Contradicción de tesis 126/2004-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Primero y Segundo, ambos en Materia Civil del Séptimo Circuito.
11 de mayo de 2005. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José Ramón Cossío
Díaz. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Andrea Nava
Fernández del Campo.

Tesis de jurisprudencia 53/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de fecha once de mayo de dos mil cinco.

Registro No. 195815


Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
VIII, Agosto de 1998
Página: 203
Tesis: 1a./J. 40/98
Jurisprudencia
Materia(s): Civil

SUSPENSIÓN DE PAGOS. EXISTIENDO SENTENCIA QUE LA


DECLARE, PROCEDE SUSPENDER EL JUICIO EJECUTIVO
MERCANTIL PROMOVIDO PARA OBTENER EL PAGO DE UN
CRÉDITO CON GARANTÍA PRENDARIA, PORQUE ÉSTE NO SE
UBICA EN LOS CASOS DE EXCEPCIÓN PREVISTOS POR EL
ARTÍCULO 409 DE LA LEY DE QUIEBRAS Y SUSPENSIÓN DE
PAGOS.

El juicio ejecutivo mercantil promovido para obtener el pago de un adeudo


garantizado con prenda no se ubica en el caso de excepción para los créditos
con garantía real previsto en el artículo 409 de la Ley de Quiebras y
Suspensión de Pagos, sino en la regla general consistente en que mientras dure
el procedimiento de suspensión de pagos, quedarán en suspenso los juicios en
que se reclame una obligación patrimonial, tomando en consideración la vía
ejecutiva elegida y la naturaleza personal de la acción ejercitada en el juicio
natural, dirigidas a obtener el cumplimiento forzoso del contrato de crédito
base de la acción y el pago de las cantidades reclamadas en la demanda
relativa; y no al ejercicio del derecho real derivado de la prenda constituida
sobre el bien adquirido con motivo del contrato de crédito base de la acción,
en virtud de que conforme a la técnica del juicio ejecutivo mercantil, el Juez
responsable ordena el embargo de los bienes propiedad de la demandada, que
no se circunscriben al afectado por el gravamen real, en perjuicio del concurso
de acreedores, cuya garantía consiste en la generalidad de los bienes de la
suspensa. Lo que no implica la pérdida de la garantía real establecida sobre el
bien pignorado, pues el acreedor puede hacerla valer en todo momento, e
incluso concurrir al procedimiento de suspensión de pagos para que en su
oportunidad se reconozca su preferencia a ser pagado con dicho bien.

Contradicción de tesis 78/96. Entre las sustentadas por el Segundo y Primer


Tribunales Colegiados, ambos del Quinto Circuito. 17 de junio de 1998. Cinco
votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Germán Martínez Hernández.

Tesis de jurisprudencia 40/98. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de primero de julio de mil novecientos noventa y ocho,
por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: presidente Humberto
Román Palacios, Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús Gudiño Pelayo,
Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.

Registro No. 165659


Localización: Jurisprudencia
Materia(s): Común
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXX, Diciembre de 2009
Tesis: 2a./J. 204/2009
Página: 315

SUSPENSIÓN. PARA DECIDIR SOBRE SU OTORGAMIENTO EL


JUZGADOR DEBE PONDERAR SIMULTÁNEAMENTE LA
APARIENCIA DEL BUEN DERECHO CON EL PERJUICIO AL
INTERÉS SOCIAL O AL ORDEN PÚBLICO.

El Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la


jurisprudencia P./J. 15/96, de rubro: “SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER
SOBRE ELLA ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS
REQUISITOS CONTENIDOS EN EL ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE
AMPARO, HACER UNA APRECIACIÓN DE CARÁCTER
PROVISIONAL DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO
RECLAMADO.”, sostuvo que para el otorgamiento de la suspensión, sin
dejar de observar los requisitos exigidos por el artículo 124 de la Ley de
Amparo, basta la comprobación de la apariencia del buen derecho invocado
por el quejoso, de modo que sea posible anticipar que en la sentencia de
amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado, lo que deberá
sopesarse con el perjuicio que pueda ocasionarse al interés social o al orden
público con la concesión de la medida, esto es, si el perjuicio al interés social
o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que
pueda sufrir el quejoso. Conforme a lo anterior, el juzgador debe realizar un
estudio simultáneo de la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora
con la posible afectación que pueda ocasionarse al orden público o al interés
social con la suspensión del acto reclamado, supuesto contemplado en la
fracción II del referido artículo 124, estudio que debe ser concomitante al no
ser posible considerar aisladamente que un acto pudiera tener un vicio de
inconstitucionalidad sin compararlo de manera inmediata con el orden público
que pueda verse afectado con su paralización, y sin haberse satisfecho
previamente los demás requisitos legales para el otorgamiento de la medida.

Contradicción de tesis 31/2007-PL.- Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Décimo Quinto en Materia Administrativa del Primer Circuito y
Segundo en Materia Civil del Séptimo Circuito.- 21 de octubre de 2009.-
Mayoría de tres votos.- Ausente: Mariano Azuela Güitrón.- Disidente:
Margarita Beatriz Luna Ramos.- Ponente: Sergio Salvador Aguirre
Anguiano.- Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.
No. Registro: 22116
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XXXI, Abril de 2010
Página: 356

CONTRADICCIÓN DE TESIS 225/2009. ENTRE LAS


SUSTENTADAS POR EL QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL
OCTAVO CIRCUITO Y EL TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
PENAL DEL CUARTO CIRCUITO.
CONSIDERANDO:

[…]

CUARTO. Una vez que se ha precisado el contenido y alcance de


los criterios contendientes, es preciso dilucidar si, al ser
confrontados entre sí, reúnen o no los requisitos necesarios para
dar existencia a la presente contradicción de tesis, es decir, si hay
materia respecto de cuál criterio debe prevalecer.

De la confrontación de los criterios de los tribunales contendientes


se advierte que el Quinto Tribunal Colegiado del Octavo Circuito y el
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito,
actualmente Primer Tribunal Colegiado de la misma materia y
circuito, dentro de la reclamación 7/2009 y la queja 51/2001,
respectivamente, sometidos a su consideración, analizaron
esencialmente el mismo tema, a saber, si en contra de la falta de
pronunciamiento expreso por parte del Juez de Distrito, en el
sentido de negar o conceder la suspensión de plano, es procedente
el recurso de queja, o bien, el recurso de revisión; pero cada
tribunal resolvió de manera diferente, ya que mientras el primero de
dichos órganos jurisdiccionales consideró que en contra de tal
determinación es procedente el recurso de queja, en términos de lo
previsto en la fracción VI del artículo 95 de la Ley de Amparo; por su
parte, el segundo de los órganos colegiados sostuvo que lo
procedente en contra de dicha resolución es el recurso de revisión
previsto en el artículo 83 de la Ley de Amparo, y no así el recurso
de queja.
Lo que se ha expuesto hasta aquí permite declarar existente la
presente contradicción entre dichos tribunales, sin que sea óbice
para ello la posible discrepancia en aspectos secundarios.

Es aplicable lo expuesto en la tesis siguiente:

“Novena Época
“Instancia: Pleno
“Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
“Tomo: XXX, julio de 2009
“Tesis: P. XLVII/2009
“Página: 67

“CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE ESTIMARSE EXISTENTE,


AUNQUE SE ADVIERTAN ELEMENTOS SECUNDARIOS
DIFERENTES EN EL ORIGEN DE LAS EJECUTORIAS. …”

No es obstáculo a lo anterior la circunstancia de que los criterios en


contraposición no constituyan jurisprudencia, porque los artículos
107, fracción XIII, párrafos primero y tercero, de la Constitución
Federal y 197-A de la Ley de Amparo, que establecen el
procedimiento para resolverla, no imponen dicho requisito.

En relación con este punto cobra aplicación la jurisprudencia


sustentada por el Tribunal Pleno, que es la siguiente:

“Novena Época
“Instancia: Pleno
“Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
“Tomo: XIII, abril de 2001
“Tesis: P./J. 27/2001
“Página: 77
“CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA
DENUNCIA BASTA QUE EN LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN
CRITERIOS DISCREPANTES. …”

QUINTO. Una vez declarada la existencia de la presente


contradicción, conviene delimitar el tema a resolver que, según se
advierte del conflicto de criterios antes narrado, se puede resumir
en lo siguiente: determinar si en contra de la falta de
pronunciamiento expreso por parte del Juez de Distrito, en el
sentido de negar o conceder la suspensión de plano, es procedente
el recurso de queja, o bien, el recurso de revisión.

El artículo 122, contenido en el capítulo III, “De la suspensión del


acto reclamado”, inmerso en el título segundo, “Del juicio de amparo
ante los Juzgados de Distrito”, de la Ley de Amparo establece:

“Artículo 122. En los casos de competencia de los Jueces de


Distrito, la suspensión del acto reclamado se decretará de oficio o a
petición de parte agraviada, con arreglo a las disposiciones relativas
a este capítulo.”

De lo transcrito se aprecia la existencia de los dos sistemas de


suspensión que se mencionan.

La suspensión de oficio procede en los asuntos que no admiten


ninguna demora; son de tal naturaleza que si no se ordena la
suspensión del acto reclamado podrían ocasionarse al gobernado
perjuicios de imposible reparación. Es decir, ni con la naturaleza
que caracteriza a las sentencias concesorias del amparo se podría
restituir al gobernado en el goce de la garantía individual violada.
De ahí resulta la imperiosa necesidad que de forma oficiosa se
mantenga viva la materia del juicio de garantías.
Al respecto, resulta ilustrativo citar los artículos 123 y 233 de la Ley
de Amparo, que establecen:

“Artículo 123. Procede la suspensión de oficio: I. Cuando se trate de


actos que importen peligro de privación de la vida, deportación o
destierro o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la
Constitución Federal; II. Cuando se trate de algún otro acto, que, si
llegere (sic) a consumarse, haría físicamente imposible restituir al
quejoso en el goce de la garantía individual reclamada. La
suspensión a que se refiere este artículo se decretará de plano en
el mismo auto en que el Juez admita la demanda, comunicándose
sin demora a la autoridad responsable, para su inmediato
cumplimiento, haciendo uso de la vía telegráfica, en los términos del
párrafo tercero del artículo 23 de esta ley. Los efectos de la
suspensión de oficio únicamente consistirán en ordenar que cesen
los actos que directamente pongan en peligro la vida, permitan la
deportación o el destierro del quejoso o la ejecución de alguno de
los actos prohibidos por el artículo 22 constitucional; y tratándose de
los previstos en la fracción II de este artículo, serán los de ordenar
que las cosas se mantengan en el estado que guarden, tomando el
Juez las medidas pertinentes para evitar la consumación de los
actos reclamados.”

“Artículo 233. Procede la suspensión de oficio y se decretará de


plano en el mismo auto en el que el Juez admita la demanda,
comunicándose sin demora a la autoridad responsable, para su
inmediato cumplimiento, haciendo uso de la vía telegráfica en los
términos del párrafo tercero del artículo 23 de esta ley, cuando los
actos reclamados tengan o puedan tener por consecuencia la
privación total o parcial, temporal o definitiva de los bienes agrarios
del núcleo de población quejoso o su substracción del régimen
jurídico ejidal.”

Aparentemente los artículos transcritos prevén tres hipótesis


diversas, dos previstas en las dos fracciones del artículo 123 y la
otra en el artículo 233, ambos de la Ley de Amparo.

Sin embargo, en realidad es una sola la condición, referida


genéricamente en la fracción II del numeral 123 citado, y resaltada
en circunstancias especiales de grave peligro para las personas en
la fracción I.

Por ello, la suspensión de oficio se decreta de plano, de tal suerte


que puede o no pedirse en la demanda, pues la solicitud que a ese
respecto haga la parte quejosa es intrascendente si se tiene en
cuenta que el Juez de Distrito decidirá de acuerdo a las
características del acto reclamado, de ahí que, si procede,
suspenderá el acto en forma oficiosa, aunque no medie
petición.

0
El objeto de la suspensión de oficio es entonces mantener viva la
materia del amparo impidiendo que el acto que lo motiva, al
consumarse irreparablemente, haga ilusoria para el agraviado la
protección de la Justicia Federal; por virtud de la suspensión, el acto
que se reclama queda paralizado, mientras se decide si es violatorio
o no de garantías.

De ello se advierte que la suspensión de plano es aquella


providencia que el Juez debe decretar, sin esperar a que se la
solicite el agraviado, o quien promueva a su nombre, por
contemplarse en la instancia -la demanda de amparo-, un “acto
que si llegare a consumarse, haría físicamente imposible
restituir al quejoso en el goce de la garantía individual
reclamada”. Estamos en el asunto más extremo y apremiante
del periculum in mora.

Ahora, cuando no se trate de estos supuestos urgentes y de


imposible reparación, atendiendo a la naturaleza del acto
reclamado, se estará frente a la suspensión a petición de parte.

Como su nombre lo menciona, en estos casos, para conseguir esta


medida es necesario solicitarla.

Al respecto, el artículo 124 de la Ley de Amparo determina que la


suspensión se decretará cuando concurran los requisitos siguientes:

Ser solicitada por el agraviado,

No debe seguirse perjuicio al interés social, ni contravenir


disposiciones de orden público; y,

Por último, deben de ser de difícil reparación los daños y perjuicios


que se causen al agraviado con la ejecución del acto reclamado.

Por lo tanto, en el trámite del juicio de garantías el quejoso tiene la


opción de solicitar o no la suspensión del acto reclamado pero, en
estos casos, previamente deben superarse los requisitos de
efectividad establecidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo para
que el juzgador de amparo esté en aptitud de otorgar la medida
cautelar.

En estos casos, aun sin ser suspendidos los actos reclamados,


cabe la posibilidad de que en caso de que el gobernado obtenga
una sentencia concesoria, se logre restituirlo en el pleno goce de la
garantía individual violada.
En este orden de ideas, es preciso hacer notar que la ley realiza
una distinción, al establecer que la suspensión de oficio procede
tratándose de actos cuya ejecución sea de imposible reparación, y
la de a petición de parte, cuando sea de difícil reparación.

Por lo que se colige que la Ley de Amparo, en la suspensión de


plano que se resuelve de oficio, que es la que a este asunto
interesa, da un tratamiento especial a los asuntos que revisten
características de gravedad, otorgándoles una tramitación más
sencilla y clara, procurando mantener viva la materia del juicio de
garantías. Actos como lo son:

• Que importen peligro de privación de la vida;


• Deportación o;
• Destierro o;
• Alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución
Federal (penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca,
los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa
excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas
inusitadas y trascendentales); y,
• Cuando se trate de algún otro acto que, si llegare a consumarse,
haría físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la
garantía individual reclamada.

Como se puede advertir, en estos supuestos se atribuye la


obligación al juzgador de suspender oficiosamente los actos
reclamados. Los cuales, como se puede apreciar, son casos
caracterizados por su notoria urgencia e imposible restitución.

Por lo que, en el supuesto de no lograr la suspensión, se perdería la


materia del juicio de garantías.
A efecto de corroborar lo anterior es dable destacar que la Ley de
Amparo concede ciertas prerrogativas a este tipo de actos, entre las
cuales se pueden mencionar las siguientes:

Que cualquier persona pueda presentar la demanda de garantías,


incluso, un menor de edad, en este caso, el Juez dictará todas las
medidas necesarias para lograr la comparecencia del agraviado
(artículo 17).

De interponer la demanda de amparo en cualquier tiempo (artículo


22).

La posibilidad de poder promover a cualquiera hora del día o de la


noche (artículo 23).

El habilitar cualquier hora del día o de la noche para tramitar el


incidente de suspensión y dictar las providencias urgentes a fin de
que se cumpla la resolución en que se haya concedido (artículo 23).

La obligación de los jefes y encargados de las oficinas de correos y


telégrafos a recibir y transmitir, sin costo alguno para los

interesados ni para el gobierno, los mensajes en que se demande


amparo, así como los mensajes y oficios que expidan las
autoridades que conozcan de la suspensión, aun fuera de las horas
del despacho (artículo 23).

La posibilidad de presentación de demandas o promociones de


término, el día en que éste concluya, fuera del horario de labores de
los tribunales, ante el secretario, y en casos urgentes y de notorios
perjuicios para el quejoso los Jueces podrán habilitar los días y las
horas inhábiles para la admisión de la demanda y la tramitación de
los incidentes de suspensión no comprendidos en el segundo
párrafo del presente artículo (artículo 23).
De que en los lugares donde no resida Juez de Distrito, los Jueces
de Primera Instancia dentro de cuya jurisdicción radique la
autoridad que ejecuta o trate de ejecutar el acto reclamado tendrán
facultad para recibir la demanda de amparo (artículo 38) y
suspender provisionalmente el acto reclamado (artículo 39).

De exceptuarse a los supuestos de improcedencia previstos en el


artículo 73, fracción XIII, que versan sobre la improcedencia del
juicio de garantías en caso de no agotar previamente el principio de
definitividad.

De poder interponer el recurso de queja en cualquier tiempo en los


casos de las fracciones IV y XI del artículo 95 de la Ley de Amparo
(artículo 97).

De sólo requerir para la admisión de la demanda que se exprese el


acto reclamado, la autoridad que lo hubiese ordenado, si fuere
posible al promovente; el lugar en que se encuentre el agraviado y
la autoridad o agente que ejecute o trate de ejecutar el acto (artículo
117).

La posibilidad de poder formular la demanda por comparecencia,


levantándose al efecto acta ante el Juez (artículo 117).

De suspender de oficio el acto reclamado (artículo 123).

La posibilidad del quejoso de poder alegar verbalmente en la


audiencia constitucional, asentándose en autos un extracto de
éstas, si lo solicitare (artículo 155).

La obligación del Ministerio Público de cuidar que los Jueces de


Distrito cumplan con la obligación marcada en el artículo 157 de la
Ley de Amparo, consistente en vigilar que los juicios de amparo no
queden paralizados (artículo 157).
El de castigar como reo del delito de abuso de autoridad al Juez de
Distrito o la autoridad que conozca de un juicio de amparo o del
incidente que no suspenda el acto reclamado, si se llevare a efecto
la ejecución de aquél (artículo 199).

Fuera de los casos a que se refiere el artículo 199, si la procedencia


de la suspensión fuere notoria y el Juez de Distrito que conozca del
incidente no la concediere por negligencia o por motivos inmorales y
no por simple error de opinión, se impondrá la sanción que fija el
Código Penal aplicable en materia federal para los delitos
cometidos contra la administración de justicia (artículo 200).

Por otra parte, de forma general el recurso de revisión tiene como


notas distintivas las siguientes:

a) Es un recurso principal, caracterizado por su procedencia para


combatir las resoluciones que ponen fin al juicio tanto del juicio de
amparo directo como indirecto y, en su caso, contra las
resoluciones que desechan la demanda de garantías o la tiene
por no interpuesta, de cierta forma se equipara su procedencia a
la del juicio de amparo directo, que procede contra las
resoluciones que ponen fin al juicio. De igual manera, procede
contra las resoluciones relativas a la suspensión definitiva. Todas
las anteriores se distinguen por su trascendencia en el juicio de
garantías.
b) Es resuelto de forma terminal, es decir, el tribunal de alzada,
reasumiendo jurisdicción, resuelve la inconformidad planteada.
c) Mediante el recurso de revisión el tribunal de alzada tiene acceso
a todos los autos ya sea en original o en copia certificada
derivados de la inconformidad planteada.
Asimismo, el recurso de queja tiene las siguientes características
esenciales:

a) Su procedencia está dirigida hacia resoluciones interlocutorias o


autos que perjudican, pero no ponen fin al juicio de garantías.
b) El tribunal de alzada, generalmente, se concreta a determinar si
es fundada o no la inconformidad, devolviendo la jurisdicción al a
quo para que dicte una resolución de conformidad con las
consideraciones realizadas.
c) A efecto de resolver el recurso de queja, el tribunal de alzada sólo
tiene acceso a copias del auto impugnado y del recurso
interpuesto.

Ahora bien, el artículo 83 de la Ley de Amparo, en vigor antes de la


reforma de cinco de enero de mil novecientos ochenta y ocho,
disponía, en lo que interesa, lo siguiente:

“Artículo 83. Procede el recurso de revisión: ... II. Contra las


resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del tribunal
responsable, en su caso, en las cuales: Concedan o nieguen la
suspensión definitiva; Concedan o nieguen la suspensión de oficio;
...”

En la disposición transcrita se observa que el recurso de revisión


estaba previsto expresamente contra las resoluciones de los Jueces
de Distrito en que se concediera o negara la suspensión de oficio.

Posteriormente, a partir del quince de enero de mil novecientos


ochenta y ocho, entraron en vigor nuevas reformas, en las que se
modificó el artículo en cuestión, para quedar como sigue:

“Artículo 83. Procede el recurso de revisión: ... II. Contra las


resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del tribunal
responsable, en su caso, en las cuales: a) Concedan o nieguen la
suspensión definitiva; b) Modifiquen o revoquen el auto en que
concedan o nieguen la suspensión definitiva; y c) Nieguen la
revocación o modificación a que se refiere el inciso anterior; ...”

Lo primero que debe establecerse es si el artículo 83 de la Ley de


Amparo, para la procedencia del recurso de revisión, prevé diversas
hipótesis en forma limitativa, o bien, enunciativa o ejemplificativa.

En términos del precepto reproducido, procede el recurso de


revisión, entre otros casos, contra las resoluciones en las cuales:
concedan o nieguen la suspensión definitiva, modifiquen o revoquen
el auto en que concedan o nieguen la suspensión definitiva y
nieguen la revocación o modificación a que se refiere el supuesto
anterior.

Dentro de las hipótesis que describe el precepto de referencia, no


se puede incluir el caso en donde el Juez de Distrito omite
pronunciarse sobre la concesión o negativa de la suspensión de
oficio.

El Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación


sostuvo el criterio de que el recurso de revisión sólo procede contra
resoluciones señaladas, expresa y limitativamente, en el invocado
artículo 83, por lo que no admite interpretación por analogía,
similitud o mayoría de razón.

En estas condiciones, debe concluirse que la omisión del


pronunciamiento del Juez de Distrito respecto de la suspensión de
oficio no está prevista dentro de las hipótesis que limitativamente
prevé el artículo 83 de la Ley de Amparo, por lo que en su contra no
procede el recurso de revisión, y sí el recurso de queja en términos
del artículo 95, fracción VI, de la citada ley, ya que se está en
presencia de una resolución del Juez de Distrito, durante la
tramitación del juicio de amparo, que no admite expresamente el
recurso de revisión y, por su naturaleza, puede causar daño o
perjuicio al quejoso, no reparable en la sentencia definitiva que se
dicte en el juicio.

Sirve de apoyo a lo expuesto la jurisprudencia que es del tenor


siguiente:

“Novena Época
“Instancia: Pleno
“Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
“Tomo: V, marzo de 1997
“Tesis: P./J. 21/97
“Página: 32

“AMPLIACIÓN DE UNA DEMANDA DE GARANTÍAS. PROCEDE


EL RECURSO DE QUEJA Y NO EL DE REVISIÓN, CONTRA
RESOLUCIONES QUE LA DESECHAN.-El recurso de revisión no
es el medio de defensa idóneo para impugnar el acuerdo que niega
la admisión de la ampliación de una demanda de amparo indirecto,
ya que la interpretación del numeral 83, fracción I, de la ley de la
materia, conduce a concluir que dicho recurso procede únicamente
contra aquellas resoluciones que desechan la demanda de
garantías en su totalidad y todos los casos en que procede tal
recurso se refieren a resoluciones que dan por terminado el juicio
de amparo o el incidente de suspensión. En efecto, el recurso de
revisión sólo procede contra resoluciones señaladas, expresa y
limitativamente, en el invocado artículo 83, por lo que no admite
interpretación por analogía, similitud o mayoría de razón; de modo
tal que su fracción I no es aplicable al caso porque entre la
demanda inicial y su ampliación no existe una relación lógica de
identidad, pues con la presentación de la primera se ejerce la
acción de amparo, iniciándose así el proceso jurisdiccional, en tanto
que con la ampliación se pretende introducir nuevos elementos al
juicio para modificar o adicionar una litis en vías de integración; ante
estas diferencias, tampoco pueden estimarse idénticos los autos
que desechan una y otra, ya que el de la demanda primordial tiene
como efecto la inapertura del juicio, mientras que la no admisión de
la ampliación permite que continúe el procedimiento; de ahí que el
recurso procedente contra tales determinaciones es el de queja, de
conformidad con el artículo 95, fracción VI, de la citada ley, ya que
se está en presencia de una resolución del Juez de Distrito, durante
la tramitación del juicio de amparo, que no admite expresamente el
recurso de revisión y, por su naturaleza, puede causar daño o
perjuicio al quejoso, no reparable en la sentencia definitiva que se
dicte en el juicio; además, atendiendo al sistema de tramitación de
ambos recursos, resulta más adecuado a la práctica el de queja, por
ser breve y sencillo, dejando abierta la opción de suspender el
procedimiento en determinados casos, como lo dispone el artículo
101 de la Ley de Amparo, lo que no sucede con el recurso de
revisión, cuya sustanciación es más compleja y, por lo mismo,
implica mayor dilación, y no prevé la suspensión del procedimiento.”

No pasa inadvertido que el artículo 89 de la Ley de Amparo dispone


que: “Tratándose del auto en que se haya concedido o negado la
suspensión de plano, interpuesta la revisión ...”; sin embargo, no
contempla el caso en el que existe omisión de pronunciarse sobre la
concesión o negativa de la suspensión de oficio.
El artículo de mérito dispone lo siguiente:

“Artículo 89. ... Tratándose del auto en que se haya concedido o


negado la suspensión de plano, interpuesta la revisión, sólo deberá
remitirse al Tribunal Colegiado de Circuito, copia certificada del
escrito de demanda, del auto recurrido, de sus notificaciones y del
escrito u oficio en que se haya interpuesto el recurso de revisión
con expresión de la fecha y hora del recibo. ...”

Por las razones apuntadas, esta Primera Sala considera que en


contra de la falta de pronunciamiento expreso por parte del Juez de
Distrito, en el sentido de negar o conceder la suspensión de oficio,
procede el recurso de queja y no el recurso de revisión.

En consecuencia, debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia,


el criterio sustentado por esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en los siguientes términos:

SUSPENSIÓN DE OFICIO. CONTRA LA RESOLUCIÓN EN LA


QUE EL JUEZ DE DISTRITO OMITE PRONUNCIARSE
EXPRESAMENTE RESPECTO DE SU CONCESIÓN O NEGATIVA,
PROCEDE EL RECURSO DE QUEJA.-La suspensión de oficio
procede en los asuntos que no admiten demora alguna, en tanto
que de no ordenarse podrían ocasionarse al gobernado perjuicios
de imposible reparación. Ahora bien, la omisión del pronunciamiento
expreso del Juez de Distrito respecto de la suspensión de oficio no
está contenida en las hipótesis que limitativamente prevé el artículo
83 de la Ley de Amparo, por lo que en su contra no procede el
recurso de revisión; en cambio, en términos del artículo 95, fracción
VI, de la citada ley, contra dicha omisión procede el recurso de
queja, ya que se trata de una resolución del Juez de Distrito,
durante la tramitación del juicio de amparo, que no admite
expresamente el recurso de revisión y que por su naturaleza puede
causar daño o perjuicio al quejoso, no reparable en la sentencia
definitiva que se dicte en el juicio. No es obstáculo a lo anterior que
el artículo 89 del mencionado ordenamiento legal aluda al recurso
de revisión “tratándose del auto en que se haya concedido o
negado la suspensión de plano”, ya que no contempla el caso en el
que ocurra la referida omisión.

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