¿Qué formas adquirió el Para hacer converger los intereses
Estado al expandirse en su de la sociedad en su conjunto y dar cuna occidental, y fuera de sentido al término ciudadanía se ella? torna necesario el fortalecimiento del sujeto popular y las organizaciones sociales. El desmantelamiento del Estado, entendido como la reducción de sus obligaciones frente al ciudadano, lleva a estos grupos a actuar al margen de él en la búsqueda de respuestas a sus demandas legítimas. Pero para que no queden convertidos en hechos aislados, es imprescindible que entre estos movimientos haya cierta aglutinación, coordinación o conjunción que desemboque en una redefinición del Estado que garantice el desarrollo social. Nueva construcción en la que el poder debe desconcentrarse y otorgarse mayor participación a la sociedad, lo que revestiría de sentido a los órganos gubernamentales representativos, hoy desvirtuados. Como así también daría cabida a un sujeto reformista y autónomo que haría valer su fragmentación como una forma de vehicular los distintos intereses de los grupos sociales. ¿Por qué el lugar del Estado es La expansión colonialista de los objeto de revaluación en la países capitalistas centrales había segunda mitad del siglo XX? modificado las relaciones de fuerzas entre las naciones europeas – principalmente Alemania, Inglaterra, Francia e Italia- y había fortalecido la posición de los Estados Unidos, que pasó de árbitro durante el conflicto a garante de la paz posterior.
Otras de las funciones que se
arrogó el gobierno norteamericano, una vez finalizado el conflicto, fue la de financiar la reconstrucción de las economías más afectadas por la guerra que se desarrolló en territorio europeo. Paralelamente a este conflicto mundial, en el año 1917, hizo su aparición un nuevo movimiento político denominado en los libros de historia como Revolución Rusa.
El gobierno comunista que asumió
el poder en Rusia luego de la caída del Zar puso al Capitalismo, por primera vez desde su existencia, ante la realidad de la existencia de un modelo económico y político alternativo. Consolidado el poder comunista en Rusia, la posición de los partidos políticos y sindicatos de izquierda en el resto del mundo se vieron fortalecidos, inclusive en el seno de la sociedad norteamericana, incrementando los niveles de conflicto social en esas sociedades.
En este contexto, la crisis
económica mundial fue precipitada por la crisis de la economía norteamericana que comenzó, en 1928, con la caída de los precios agrícolas y estalló cuando el 29 de octubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York. Ese día bajaron rápidamente los índices de cotización de numerosos valores -al derrumbarse las esperanzas de los inversores, después que la producción y los precios de numerosos productos cayeran por espacio de tres meses consecutivos- y se vendieron precipitadamente unos 16 millones de acciones.
¿Qué cambios produce en el La dependencia de la economía
Estado la dinámica de la mundial respecto de la mundialización? norteamericana era ya tan sustancial -sólo en Europa los préstamos norteamericanos entre 1924 y 1929 se elevaron a 2.957 millones de dólares-; y las debilidades del sistema internacional eran tan graves - países excesivamente endeudados y con fuertes déficit comerciales, grandes presiones sobre las distintas monedas, muchas de ellas sobrevaloradas tras el retorno al patrón-oro, numerosas economías dependientes de la exportación de sólo uno o dos productos- que el resultado de la reacción norteamericana fue catastrófico: provocó la mayor crisis de la economía mundial hasta entonces conocida.
¿Qué funciones estatales Debilidad del Estado” implica un
fueron redefinidas? grado bajo de la variable “capacidad del Estado”. Este es un concepto que tiene dimensiones múltiples, por lo menos tres. La primera, se refiere a los insumos del Estado en relación con la sociedad, que son dos: su autonomía, que significa simplemente la independencia del Estado en relación con presiones sectoriales, y su capacidad extractiva, o sea la capacidad de absorber recursos de la sociedad mediante impuestos. Una segunda dimensión se refiere a los productos del Estado. Un capitalismo sólido y una democracia de alta calidad requieren tres servicios por parte del Estado. En primer lugar, la existencia de un Estado de derecho de calidad aceptable, lo que incluye la existencia de derechos efectivos de propiedad. Me refiero no solamente a la protección de la propiedad sobre bienes, sino también sobre ingresos y asignaciones sociales, o sea a toda la propiedad de todos los ciudadanos.
En segundo lugar, un Estado capaz
de regular efectivamente los mercados. Por último, un Estado capaz de establecer una red de seguridad compensatoria. Hay muchas cosas que una economía de mercado no hace o no hace bien, y para que esta economía funcione es necesaria una red compensatoria en áreas tales como salud, educación, y seguridad social, sin las cuales tampoco es posible tener una democracia de alta calidad.
La tercera dimensión se refiere a lo
que podríamos llamar la “caja negra”, es decir lo que sucede adentro del Estado, la relación entre estos insumos y productos. Esta relación tiene dos aspectos: la eficiencia con la que trabaja el Estado, es decir, la eficiencia con la que transforma insumos en productos, y la transparencia con que lo hace.
Paso a examinar los lazos causales
entre la debilidad del Estado y las dos variables dependientes a las que me referí anteriormente, la solidez del capitalismo argentino y la calidad de su democracia. Una economía de mercado sólida es imposible sin un Estado que, aún si es pequeño, debe ser fuerte, y tener una capacidad más o menos razonable de proveer los tres servicios a los que me referí anteriormente (el Estado de derecho, la regulación efectiva de los mercados, y la red de seguridad compensatoria). Si esto no sucede, el capitalismo no va a ser un capitalismo de alta calidad. Por ejemplo: el capitalismo es un sistema económico basado en contratos.
En una sociedad en la que no hay
garantía de cumplimiento de los contratos, entre particulares o entre particulares y el gobierno, no podría esperarse un capitalismo muy eficaz o transparente. Si no tenemos un capitalismo de calidad razonable, ninguna de sus tres alternativas en una economía basada en la propiedad privada de los medios de producción es muy atractiva: Tendríamos el caso estudiado por Polanyi, un sistema darwiniano incompatible con la comunidad social, o una cleptocracia, o lo que se ha llamado “crony capitalism”, o “capitalismo para los amigos” típico de algunos países del sudeste asiático como Indonesia.
Si miramos a la Argentina reciente,
es claro que la debilidad del Estado ha sido un factor fundamental en el proceso económico de los últimos 20 años. La crisis de 2001 no es el efecto necesario de la perversidad intrínseca de la economía de mercado, sino de la manera en que fueron realizadas las reformas de mercado en la década de los 90s. Uno de los aspectos fundamentales de este proceso de implementación fue precisamente la debilidad del Estado. Las causas de la catástrofe de 2001 fueron básicamente dos: en primer lugar y fundamentalmente, las dificultades de financiamiento del Estado, que se resolvió con alta inflación en los 80s y con endeudamiento después. El endeudamiento irresponsable a partir de la mitad de la década del 90 fue la causa primordial de la crisis. La segunda causa fue la convertibilidad que, de paso, fue un mecanismo heterodoxo, inconsistente con lo que se ha dado en llamar el Consenso de Washington, que propugnaba tipos de cambio flexible. La convertibilidad fue algo muy bueno cuando fue establecida, porque liquidó rápidamente las expectativas hiperinflacionarias. Pero debía haber sido claro que, si no se salía de ella en los tres o cuatro años siguientes, iba a ver un atraso progresivo del tipo de cambio. En este contexto, la crisis económica mundial fue precipitada por la crisis de la economía norteamericana que comenzó, en 1928, con la caída de los precios agrícolas y estalló cuando el 29 de octubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York. Ese día bajaron rápidamente los índices de cotización de numerosos valores -al derrumbarse las esperanzas de los inversores, después que la producción y los precios de numerosos productos cayeran por espacio de tres meses consecutivos- y se vendieron precipitadamente unos 16 millones de acciones.
El primer sentido de la palabra
"moderno" es filosófico; designa una profunda transformación en nuestra manera de pensar el mundo y los hombres que empezó en el siglo XVI. Simplificando al máximo podemos decir que los antiguos creían en la existencia de un orden natural o divino, al cual las sociedades y los individuos tenían que adaptarse; por el contrario, los modernos se consideran autónomos; de golpe, la libertad humana ocupa el lugar primordial hasta entonces mantenido por la "naturaleza". Los individuos son iguales por derecho, en lugar de someterse a una jerarquía "natural", y la base del juicio moral es la universalidad en vez de la conformidad con la tradición; accedemos a los valores por medio de la discusión racional, no a través de un acto de fe. La expresión política de la modernidad filosófica es el Estado democrático. Así entendida, la modernidad es realmente un proyecto inacabado (actual), tal como dice Habermas, y deseado por la gran mayoría de nosotros -todos aquellos que no creen en las virtudes de las utopías totalitarias o de las nostalgias conservadoras con respecto a las jerarquías sociales y el orden divino.
¿Las reformas a las El monetarismo surge como una
funciones del Estado significa reacción frente a la teoría keynesiana surgida a principio del el fin de este modelo de siglo XX, defendiendo una posición organización política? contraria a la intervención estatal en el mercado, emparentada con los preceptos del paradigma liberal clásico.
La corriente monetarista es una
precursora de lo que actualmente se conoce como neoliberalismo. Su preocupación máxima es la inflación la que argumentan que es un problema estrictamente monetario.
La inflación se produce, según el
monetarismo, porque hay más dinero en circulación en manos de las ciudadanos del que debería haber de acuerdo a las reservas del Banco Central y a la actividad económica en general. En consecuencia, al darse esa situación el dinero no tiene respaldo y vale menos. En lo referido específicamente a la ecuación de intercambio desarrollada por Fisher, Friedman pensó que esta ecuación era demasiado sencilla e inexacta para describir la realidad. Es así como introdujo el Método de la “brecha inflacionaria”. Según el mismo, con pleno empleo, si el gobierno utiliza recursos adicionales el resto de la economía tendrá acceso a menos recursos.
Esta transferencia de recursos del
sector privado al sector público no produce inflación si el incremento del gasto es igual a lo que es absorbido, producto del traspaso de recursos de una esfera a otra. La brecha inflacionaria se produce cuando el gasto del gobierno no es correspondido con una reducción de la absorción. En este caso, se produce una elevación de los precios para forzar la caída de la absorción. Friedman propone, para evitar este proceso inflacionario, reducir la absorción por medio de impuestos.
Se declara entonces a favor del
impuesto a los gastos, es decir, a los desembolsos y no a los ingresos. Estos impuestos tendrían la ventaja de estimular el ahorro y reducir la demanda sin la necesidad de que el Estado provoque distorsiones en los precios. Estos impuestos estarían dirigidos al ingreso destinado al consumo, no es un impuesto sobre las ventas – como por ejemplo el IVA- ya que estos impuestos distorsionan los precios.
Aunque Friedman no redacta nada
absolutamente sobre la globalización, menciona que dentro de las relaciones internacionales debe mantenerse el principio básico del mercado: “comprar al que vende más barato y vender al que pague más”. Si este principio se cumple en un mercado interno, dentro del internacional su aplicación debe ser total.
Al parecer, los gobernantes no
entienden que si se intenta distorsionar el perfecto desenvolvimiento del mercado, por medio de barreras arancelarias, el mismo mercado se encargará de compensar lo que los productores ganen con lo que los consumidores pierden. Este raciocinio lógico es justificado por un análisis histórico de la situación de la economía mundial y de determinados países, como EEUU después de la abolición de la ley de cereales por parte del Reino Unido. O el esplendoroso caso de Japón al salir de la dinastía Meiji. Pero para no referirse al pasado, usa el ejemplo del moderno Hong Kong, que al estar totalmente liberalizado se ha transformado en uno de los mayores polos de desarrollo a nivel mundial.
El típico justificativo para tomar las
mal llamadas medidas proteccionistas es la balanza de pagos, pero para ello no se toma en cuenta la regla económica de un solo precio ni el movimiento dinámico que ésta representa. Si somos más baratos venderemos más al exterior pero, de la misma manera, deberemos canjear la moneda que hemos recibido por productos de otro lugar o reconvertirla en moneda local. Esto implicaría una apreciación del tipo de cambio, con lo que pasaríamos a costar un poco más; así sucesivamente, en todos los países.