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Orlando Fals Borda

Ediciones Tercer l'tiundo


EL PROBLEMA DE COMO INVESTIGAR
LA REALIDAD PARA TRANSFORMARLA

POR LA PRAXIS
Orlando Fals Borda \

EL PROBLEMA DE COMO
INVESTIGAR LA REALIDAD
PARA TRANSFORMARLA

POR LA PRAXIS

Ediciones Tercer Mundo


Segunda edición: marzo de 1979
Tercera edición: corregida y aumentada: septiembre de 1985
Cuarta edición: junio de 1986

Contenido

Página

Tomado de: Crítica y política en ciencias sociales Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9


Tomo I, Editorial Punta de Lanza. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Bogotá, 1978. Ciencia y realidad
l. Sobre la casualidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2. Sobre la constatación del conocimiento . . . . . . . . . . 18
3. Sobre el empirismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
4. Sobre la realidad objetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
5. Sobre los conceptos........................... 23
6. Sobre la ciencia social critica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
La praxis y el conocimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Saber popular y acción politica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
l. Sobre el sentido común. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Sobre la ciencia del proletariado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Sobre el sujeto y el objeto del conocimiento............. 46
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Comentario a la ponencia de Orlando Fals Borda (Heinz
ISBN 958-601-017-1 (Moser)....................................... 58
Comentario a la ponencia de Orlando Fals Borda (Aníbal
Quijano)...................................... 71
Los problemas en la definición de una alternativa . . . . . . . 76
Post scriptum (Orlando Fals Borda) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
La ciencia y el pueblo: nuevas reflexiones sobre la inves-
tigación-acción (participativa) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Derechos reservados
1
Impreso por
EDICIONES TERCER MUNDO
Apartado Aéreo 4817 BASES GENERALES 88
Bogotá - Colombia
Concepto de ciencia ................................ . 89 ¡f
Impreso y hecho en Colombia
Printed and made in Colombia
1.148-86/22
Niveles de producción del conocimiento: dominante y
emergente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Concepto de ciencia popular .'. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Ciencia e interés de clase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Ciencia y poder politico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

II

ENSEÑANZAS DE LA INVESTIGACION-ACCION
PARTICIPATIVA(IAP) 94 PRESENT ACION

Aportes del saber popular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94


Metodología (1): Autenticidad y compromiso. . . . . . . . . . . 96 La figura y las ideas de Orlando Fals Borda, el más
Metodología (2): Antidogmatismo.................... 97 notable sociólogo colombiano, ya son parte integral de
Metodología (3): Devolución sistemática . . . . . . . . . . . . . . 98 nuestra historia contemporánea. Sea por sus libros sobre
Metodología (4): Reflujo a intelectuales orgánicos. . . . . . . 102 problemas básicos, o por sus experimentos de investiga-
Metodología (5): Ritmo, reflexión-acción. . . . . . . . . . . . . . . 104 ción-acción como los descritos en este libro, Fals Borda ha
Metodología (6): Ciencia modesta y técnicas dialógicas . . 104 dejado una marca importante en el desarrollo de las disci-
III
plinas sociales y en la política nacional.
Su teoría de la subversión como proceso moral y polí-
ENSEÑANZAS DE COYUNTURAS tico, que fue presentada primero en un libro de esta edito-
REVOLUCIONARIAS 105 rial en 1967, se ha incorporado a la sociología universal.
Esta teoría pasó a primer plano a raíz de los dramáticos
El Proletkult...................................... 106 acontecimientos de comienzos de este año, cuando fue
La inteligencia rural ............ ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 aprehendido, según parece, en la presunción de que era
La revolución cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 uno de los ideólogos de la subversión armada en Colom-
Excesos de la ortodoxia politica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 bia.
Su integridad y entereza como intelectual critico tu-
IV vieron que ser respetadas en esa dura prueba, que lo acri-
EL RETO DEL CONTROL INSTRUMENTAL 112 soló como pensador y como científico. Así y todo, el diario
Arbeiter-Zeitung de Viena, al dar cuenta de esos hechos, lo
Impacto de la cultura masiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 señalaba justamente, como "uno de los sociólogos latinoa-
La región: valores sustanciales y marginales . . . . . . . . . . . 114 mericanos más creadores e imaginativos".
Papel de minorías orgánicas especializadas. . . . . . . . . . . . . 116 El estudio que hoy publicamos es una reflexión sobre
La universidad en diáspora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 esta teoría aplicada en la práctica al contexto rural colom-
biano, entre 1970 y 1975. Trabajo polémico, lleno de alti-
Bibliografía ...... ~. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 bajos, triunfos y fracasos, como es de esperarse, y como él
mismo lo admite. Según el comentario del conocido soció-
logo peruano Aníbal Quijano, esta exposición de Fals Bar-

9
da en el Simposio Internacional de Cartagena sobre Inves-
tigación-Acción, "constituye uno de los más significativos
momentos de la histórica ruptura actual, cuando se busca
afirmar el camino encontrado en las ciencias sociales e his-
tóricas, para hacerlas más útiles al cambio radical de las
sociedades". Es, en efecto, un raro ejemplo de critica y
autocritica bien hecha, en las izquierdas continentales.
Tercer Mundo se complace en reproducir esta obra
que, seguramente, será muy útil no sólo en los medios uni-
versitarios, sino en los políticos, y para todos aquellos que
quieren profundizar en el problema de cómo combinar la
teoría social con la práctica revolucionaria. INTRODUCCION

Bogotá, febrero de 1984 Son relativamente pocas las ocasiones de confrontar


directamente, en el curso de la vida, procesos fundamen-
tales de transformación social. Es nuestro privilegio, co-
mo generación, la de vivir este proceso hoy día, y hacerlo
con las ventajas y desventajas que ofrece el desarrollo
contemporáneo. Es también nuestra responsabilidad, co-
mo pertenecientes a una comunidad de científicos, el sa-
ber interpretar esta transformación y derivar datos ade-
cuados a entenderla para ayudar a construir el futuro.
Cómo combinar precisamente lo vivencia! con lo ra-
cional en estos procesos de cambio radical, constituye la
esencia del problema que tenemos entre manos. Y éste,
en el fondo, es un problema ontológico y de concepciones
generales del que no podemos excusarnos. En especial,
¿qué exigencias nos ha hecho y nos hace la realidad del
cambio en cuanto a nuestro papel como científicos y en
cuanto a nuestra concepción y utilización de la ciencia?
Porque, al vivir, no lo hacemos sólo como hombres, sino
como seres preparados para el estudio y la critica de la so-
ciedad y el mundo. ·
Nuestras herramientas especiales de trabajo han sido
y son mayormente los marcos de referencia y las técnicas
con las que sucesivas generaciones de científicos han in-
tentado interpretar la realidad. Pero bien sabemos que es-

11
10
tas herramientas de trabajo no tienen vida propia, sino l. El esfuerzo de investigación-acción se dirigió a com-
que toman el sentido que les demos, con sus respectivos prender la situación histórica y social de grupos .obre-
efectos en variados campos de la vida y del conocimiento. ~os, campesinos e indígenas colombianos, sujetos al
De allí que no podamos desconocer el impacto social, polí- Impacto de la expansión capitalista, es decir, al sector
tico y económico de nuestros trabajos, y que, en conse- más explotado y atrasado de nuestra sociedad.
cuencia, debamos saber escoger, para nuestros fines, 2. Este trabajo implicó adelantar experimentos muy preli-
aquello que sea armónico con nuestra visión de la respon- minares, o sondeos, sobre cómo vincular la compren-
sabilidad social. Asimismo se satisface también nuestra sión histórico-social y los estudios resultantes, a la
vivencia. práctica de organizaciones locales y nacionales cons-
Estos problemas filosóficos, de concepción del traba- cientes (gremiales y/o políticas) dentro del contexto de
jo y de articulación teórica, se han sentido de manera la lucha de clases en el país.
constante y, a veces, angustiosa, en la experiencia colom- 3. Tales experimentos o sondeos se realizaron en Colom-
biana que un número de investigadores sociales hemos bia en cinco regiones rurales y costaneras y en dos ciu-
vivido y tratado de racionalizar en los últimos años (1970- dades, con personas que incluían tanto profesionales o
1976). El que sólo ahora se pueda articularlos con alguna intelectuales comprometidos en esta línea de estudio-
especificidad es, en sí mismo, parte del proceso vivencial- acción como cuadros a nivel local, especialmente de
racional que hemos recorrido. Ello no es demostración al- gremios.
guna de que hayan quedado resueltos o superados los pro- 4. Desde su iniciación, el trabajo fue independiente de
blemas descritos; pero, consecuentes con nuestras ideas, ningún partido o grupo político, aunque durante el cur-
queremos compartir estas preliminares reflexiones -que so del mismo se realizaron diversas formas de contacto
son también un l;>aiance de nuestra experiencia- en aras e intercambio con aquellos organismos políticos que
de una discusión que se nos sigue haciendo necesaria e compartían el interés por la metodología ensayada.
inevitable. Es ya una discusión a escala mundial, porque
las preocupaciones aquí esbozadas sobre el caso colom- Además, con esta experiencia se trató de responder,
biano se multiplican casi dondequiera que se ha intenta- en la práctica, a la inquietud que el autor había hecho en
do, desde hace varias décadas, promoviendo consciente- años anteriores (desde 1967) sobre el "compromiso" de
mente cambios revolucionarios, para verlos luego frustra- los científicos colombianos (y de los intelectuales en gene-
dos o tomando direcciones inesperadas o contrarias. Se ral) ante las exigencias de la realidad del cambio social.
trata, pues, de un problema teórico-práctico de suma gra- Aunque estos ensayos de investigación-acción no fue-
vedad y urgencia. ron siempre coherentes y padecieron de inevitables erro-
No as indispensable detallar la naturaleza de la expe- res, destacaron pautas que merecen recogerse y analizar-
riencia colombiana de ''investigación-acción'' (''estudio- se. Generaron fracasos y altibajos; incomprensiones y
acción'') que es tema de la parte específica de este traba- persecuciones; estímulos y polémicas. Por lo mismo con-
jo, ya que ha sido motivo de varias publicaciones y amplia viene evaluar la experiencia resultante para medir lo que
controversia nacional e internacional (1). Para fines del representa dentro del proceso de transformación radical
presente estudio, baste con señalar, a grandes rasgos, las que es el sino de nuestra generación y también de las que
siguientes características pertinentes: siguen. Porque el tratar de vincular el conocimiento y la
acción -la teoría y la práctica-, como en el castigo de Sí-

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sifo, es un esfuerzo permanente e inacabado de compren- Ciencia y realidad
sión, revisión y superación sobre una cuesta sin fin, difícil
y llena de tropiezos. Es la cuesta que el hombre ha venido Aunque fue en 1970 cuando se concibieron formal-
transitando desde que el mundo es mundo. mente los trabajos de campo entre obreros, campesinos e
Para evitar discusiones innecesarias, conviene esta- indígenas colombianos en la modalidad de la investiga-
blecer desde el principio las bases gnoseológicas del pre- ción-acción, ya desde antes se venían experimentando di-
sente trabajo, que pueden resumirse de la siguiente ma- ficultades teóricas y metodológicas: no satisfacían ni los
nera: marcos de referencia ni las categorías vigentes en los pa-
radigmas normales de la sociología que se habían recibido
de Europa y los Estados Unidos. Muchos los hallábamos
en buena parte inaplicables a la realidad existente, vicia-
1. El problema de la relación entre el pensar y el ser -la dos ideológicamente por defender los intereses de la bur-
sensación y lo físico- se resuelve por la observación guesía dominante, y demasiado especializados o parcela-
de lo material que es externo a nosotros e independien- dos para entender la globalidad de los fenómenos que se
te de nuestra conciencia; y lo material incluye no sólo encontraban a diario (Fals Borda, 1976) (2).
lo constatable de la naturaleza sino también las condi- Sin entrar a discutir las razones de este rechazo
ciones fundamentales, primarias, de la existencia hu- -que son motivo de otros ensayos y que, en general, se
mana. conocen ya bastante en la literatura científica reciente (So-
2. El problema de la formación y reducción del conoci- lari, Franco y Jutkowitz, 1976; Cortés, 1970; Quijano
miento no se resuelve diferenciando los fenómenos de 1973: 45-48; Graciarena, 1974; Bottomore, 1975)- la ex:
las cosas-en-sí, sino planteando la diferencia entre lo periencia acumulada en los últimos años indica que había
que es conocido y lo que todavía no se conoce. Todo causas profundas de este rechazo relacionadas con los
conocimiento es inacabado y variable y queda sujeto, conceptos de ciencia y realidad que se estaban manejando
por lo mismo, al razonamiento dialéctico; nace de la y que, en este momento inicial, no se alcanzaban a ver to-
ignorancia, en un esfuerzo por reducirla y llegar a ser davía en toda su magnitud y trascendencia. Estudiaremos
más completo y exacto. ahora algunas de estas implicaciones.
3. El problema de la relación entre el pensar y el actuar se
resuelve reconociendo una actividad real de las cosas a l. Sobre la causalidad
la cual sólo se adviene por la práctica que, en este sen-
tido, es anterior a la reflexión; allí se demuestra la ver-
dad objetiva, que es la materia en movimiento. Recordemos una vez más cómo se había insistido en
4. El problema de la relación entre forma y contenido se los textos y en las aulas que la sociología podría ser cien-
resuelve planteando la posibilidad de superar su indi- cia natural positiva, pautada al estilo de las ciencias exac-
ferencia por la práctica y no sólo por el comportamiento tas, en la que se debían cumplir las reglas generales del
intuitivo o contemplativo; toda cosa se da como un método científico de investigación. Estas reglas son las
complejo inextricable de forma y contenido, de allí que que en su día le había transferido Durkheim de las cien-
la teoría no pueda separarse de la práctica, ni el sujeto ci~s exp~ri~entales, y que había popularizado Pearson (y
del objeto. mas recientemente Popper) dentro de esquemas fijos de
acumulación científica, validez, confiabilidad, inducción y

·~.14 15
deducción (Durkheim, 1875; Pearson, 1892; Popper, pio desenvolvimiento y su propia dinámica, muchas veces
1959). En esencia, se creía que el mismo concepto de cau- como profecías que imponían mecanismos para su propia
salidad podría aplicarse así en las ciencias naturales como confirmación, en formas de causación no encontradas en
en las sociales, es decir, que había causas reales análogas la naturaleza, donde predominan sistemas cerrados y don-
tanto en una como en otras y que éstas podían descubrirse de el principio de la acción y reacción es más simple y di-
de manera independiente por observadores idóneos, aun recto (5). En todo caso, se vislumbraba un universo de ac-
de manera experimental o controlada. ción vinculada a las causas que el paradigma vigente no
El trabajo de campo realizado en las regiones escogi- anticipaba convenientemente, o que más correctamente
das especialmente en la primera etapa, reflejó esta orien-
' positivista, que se expresó de manera consciente . dejaba en la penumbra del conocimi~nto. '
tación Esta penumbra era, precisamente, lo más interesante
-en cuanto a la aplicación de algunas técnicas formales- para el trabajo, y exigía que se le dirigiera la atención. Al
y también inconscientemente, porque los procedimientos hacerse así, lo que pareció dibujarse en ella fue un reflejo
salían desde su origen condicionados por el paradigma del principio hegeliano: "El viviente no deja que la causa
positivista, sin caer en cuenta de sus posibles consecuen- alcance su efecto" (Hegel, 1974: 11, 497-498). De modo
cias deformantes para el análisis (3). que a las anteriores dimensiones conocidas de multicausa-
Las principales perplejidades que fueron rompiendo lidad, circularidad y autoconfirmación en lo social se aña-
el paradigma normal conocido, surgieron del estudio de día, entonces, otro elemento de volición que llevaba a to-
los movimientos sociales: éstos, según los cánones positi- mar en cuenta lo fortuito o lo aleatorio en el hombre espe-
vistas, pueden ser respuestas a impulsos aplicados en de- cialmente en situaciones de coyuntura como las ~ue se
terminados sectores del sistema social; o son efecto de si- experimentaban en las regiones escogidas para la experi-
tuaciones patológicas susceptibles de mejoramiento en mentación activa.
sus fuentes, que pueden ser individuales o grupales. ~sí No se trata aquí de un azar ciego y mecánico sujeto a
se justificaban teóricamente campañas de reforma social reglas matemáticas en un universo homogéneo, como se
propiciadas por la burguesía dominante, como la acción aplica en las ciencias exactas; sino de un elemento aleato-
comunal, la defensa civil, la beneficencia y el reparto de rio humano condicionado por tendencias anteriores o limi-
tierras en granjas familiares, todo dentro del contexto tado a cierta viabilidad dentro de opciones de acción. Co-
político-social existente. mo en lo social el antecedente inmediato de la acción es
Pero el estudio más profundo e independiente de los volitivo, la acción no va determinada en sentido único, si-
problemas económicos y sociales dejaba traslucir una red no que tiene una determinación múltiple dentro del proce-
de causas y efectos sólo explicable a través de análisis es- so o marco en el cual adquiere sentido (6). La determina-
tructurales que se salían de las pautas mecanicistas y or- ción múltiple, con ese abanico de opciones dentro de una
ganicistas acostumbradas, esto es, del paradigma vigen- coyuntura (posibilidades que se cierran al abrirse otras),
te. No podían aplicarse allí los mismos principios causales explicaría por qué la historia no se repite, por qué sus pro-
de las ciencias naturales, evidentemente, porque la mate- cesos no son inevitables, excepto quizás en formas muy
ria prima que se manejaba pertenece a una categoría on- largas y lentas. Dentro de una tendencia histórica o proce-
tológica distinta, que tiene cualidades propias (4). Se con- so de mediano. o corto plazo, todo es posible: la determina-
frontaban hechos y procesos de concatenación circular o ción múltiple y la volición hacen que ocurran vaivenes,
espiral, en sistemas abiertos que iban alimentando su pro- como los avances, saltos y retrocesos que se observaban

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dades estudiadas como víctimas de la explotación científi-
en la realidad de las regiones. De allí la incidencia d~ pro- ca (7).
tagonistas concretos y los giros singulare~ que éstos Impo- Como una posible alternativa, desde antes se había
nían en las campañas de los grupos re~Po.nales de base. propuesto la ''inserción en el proceso social''. En este ca-
Así se entendía también la naturaleza ultima de la r~la­ so se exigía del investigador su plena identificación con
ción entre lo táctico Y lo estratégico -la construcción los grupos con los cuales entraba en contacto, no sólo para
· te de 1~ historia hacia el futuro-, problema que obtener información fidedigna, sino para contribuir al lo-
conscien m 'd'
surgia en el trabajo de campo de manera cotl w.~, pero gro de las metas de cambio de esos grupos. Se diferencia-
sin poderlo entender bien, Y mucho menos maneJar' en ba así esta técnica de las anteriores en que se reconocía a
todas sus implicaciones. las masas populares un papel protagonista, con la consi-
Toda esta problemática de la causalidad fue llevando guiente disminución del papel del intelectual-observador
a cuestionar la orientación del trabajo re~onal Y ~s herra- como monopolizador o contralor de la información científi-
mientas analíticas disponibles. Has~ al~ se ha~u1 proce- ca (Mao, 1968: m, 119).
dido de manera rutinaria. La expenenc~ fue Indi~ando En segundo lugar, aunque el propósito del trabajo in-
que la validación de l?s. ~fectos d~l trabaJO .sólc:> pGdía ha- . vestigativo era obtener y entender mejor la ciencia y el
cerse, de manera definitiva, medw.nU: e~ cnten~ de la a~­ conocimiento a través del contacto primario con los grupos
ción concre~, esto es, que la causa. ultima teru!l una <;h- populares de base, como fuente promisoria, los resultados
mensión teórico-práctica. Lo aleatono de la acción social de esta variación en el paradigma resultaron decepcionan-
que se veía dia a dia, quedaba al fin y ~1 cabo sujeto al tes. La inserción del investigador en el proceso social im-
marco de la praxis, como explicaremos mas. adelante. plicó la subordinación de aquél a la práctica política condi-
cionada por intereses inmediatos, y el conocimiento alcan-
zado fue más de perfeccionamiento y confirmación de és-
te, que de innovación o descubrimiento. Aunque, como
2. Sobre la constatación del conocimiento veremos más adelante, el sentido común o saber popular
es valioso y necesario como fundamento de la acción so-
Otro resquebrajamiento del pan:1digma normal se cial, no se vio cómo podía articularse éste al conocimiento
produj 0 con la transferencia de la noción sobre. constata- científico verificable que se buscaba, para orientar las
ción científica, de las ciencias naturales a las s~Iales. . campañas de defensa de los propios intereses populares.
un primer aspecto fue el de la observ~c1ón experi- Finalmente se advirtió que el conocimiento científico
mental. A diferencia del observador naturalista, se sabe verificable resultaba más bien de las abstracciones que se
que en las disciplinas sociales el obseryador forx;m pa~ hacían en seminarios cerrados y de las discusiones que se
del universo por observar. Esta. co~~i~Ión especial ~bia sosterúan entre colegas del mismo nivel intelectual, así
sido oscurecida por los cánones poslt~v1s~s sobre la ob- como del propio estudio de la literatura critica. En esto no
. t'lVl'dad'' y.. 1~
Je m
''neutralidad'' en la c1enc1a, con lalaconse-
" b
se descubrió nada nuevo, aunque las expectativas inicia-
cuencia de que algunas técnicas de ca;mpo como . o - les sobre las posibilidades de derivar conocimiento cientí-
servación participante'' y la '' observac1ón por e~perlmen­ fico directamente del contacto con las bases habían sido
tación'' (muy conocida entre antropólogos) tendían a con- grandes. Volveremos a este tema cuando tratemos las
servar las diferencias entre el observa~or y lo observa~~· ''categorías mediadoras específicas" y el papel de los
Además, tales técnicas' 'neutrales'' de] aban a las comum- grupos populares de referencia.
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3. Sobre el empirismo nes de metodología'', ya citado), se dedica un capítulo a
las técnicas empíricas de medición estadística conteo
análisis y organización del material, que se juzga;on nece:
La práctica permitió constatar también que el investi- sarias para comprender la realidad a nivel local y regional.
gador consecuente puede ser al mismo tie~po sujet<:> y ob- Este esfuerzo de participación en el estudio puede
jeto de su propia investigación y expenmentar duecta- denominarse empírico en el buen sentido, esto es, busca
mente el efecto de sus trabajos (véase la parte final de es- ajustar herramientas analíticas a las necesidades reales
te estudio); pero tiene que enfatizar u~o u otro paJ?el den- de las bases y no a las de los investigadores (9). Así, ob-
tro del proceso, en una secuencia de ntmos. en el tiempo y viamente las técnicas desarrolladas por las ciencias socia-
el espacio que incluyen acercarse y distanciarse de la~ ba- les tradicionales no todas resultan de rechazar (como al-
ses acción y reflexión por tumos (8). Al buscar la realidad g_unos pretendieron), sino que pueden utilizarse, perfec-
en ~1 terreno lo que le salva de quedar por fuera del pro- Cionarse y convertirse en armas de politización y educa-
ceso es su co~promiso con las masas organizadas, es de- ción de las masas. Que esto es posible, la experiencia co-
cir su inserción personal. Las masas, como sujetos acti- lombiana en inserción (y en ''autoinvestigación'' como ve-
vo~, son entonces las que justifican la presencia del inves- remos más adelante) también tiende a demostrarlo. Pero
. tigador y su contribución a las tareas concretas, así en la hay que colocar en su contexto conformista, y reconocer
etapa activa como en la reflexiva. sus limitaciones, a aquellas técnicas empíricas derivadas
No podía, pues, haber lugar en este trabajo a la expe- del paradigma normal que cosifican la relación social,
rimentación social tradicional para hacer ciencia e inter- creando un perfecto divorcio entre sujeto y objeto de in-
pretar la realidad, en tales condiciones, sino al envolvi- vestigación, es decir, manteniendo la asimetría en las re-
miento personal y la inserción por ritmos. Las técnicas laciones entre entrevistador y entrevistado (como en las
quedaban subordinadas a las lealtades a los grupos ac- encuestas de opinión). Más aún: se admite ya que deben
tuantes y a las necesidades del proceso: resultó importan- rechazarse tales técnicas, cuando estos ejercicios se con-
te tener conciencia de "para quién" se trabajaba. Así, no vierten en armas ideológicas a favor de las clases domi-
se rechazaron técnicas empíricas de investigación usual- nantes, y en formas de represión y control de las clases
mente cobijadas por la escuela clásica, como la encuesta, pobres y explotadas, como sigue ocurriendo con frecuen-
el cuestionario o la entrevista, por ser positivistas (sólo los cia.
grupos extremistas confundieron erróneamente el empi-
rismo con el positivismo); sino que recibieron un nuevo
sentido dentro del contexto de la inserción con los grupos 4. Sobre la realidad objetiva
actuantes. Por ejemplo, no podía haber lugar a la distin-
ción tajante entre entrevistador y entrevistado que dicta- Las pautas positivistas habían exigido' 'cortes seccio-
minan los textos ortodoxos de metodología: había que . nales" como aproximaciones a la realidad de nuevo en
transformar la entrevista en una experiencia de participa- ilógica imitación de las técnicas de muestre~ muy desarro-
ción y consenso entre el dador y el recibidor de la informa- lladas en las ciencias exactas. Así se derivaban ''hechos''
ción, en la cual ambos se identificaron en cuanto a la nece- mensurables con los cuales se reconstruía mentalmente,
sidad y fines compartidos de esa experiencia. Por eso, én pedazo a pedazo, el mosaico de la sociedad.
el texto mimeografiado que se preparó en 1974 (''Cuestio- Sin negar la importancia de la mensura en lo social

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21
cuando ésta se justifica, en el terreno pudo verse cómo es- ción de aquella transformación de "cosas en sí" en "
tos "hechos" quedaban amputados de su dimensión tem- sas :para nosotros'' para entender la realidad objetiva ~~
poral y procesual. Pero esta dimensión temporal era parte lo v!no a esc~~ecerse cuando se cuestionaron asimi~mo
fundamental de la propia realidad de los ''hechos'' obser- las Ideas tr~dicionales que había sobre la vigencia de le-
vados. Era su porción dinámica, viva, la que precisamente y~s, ~función de conceptos y el uso de definiciones en la
debía comandar el mayor interés: porque corrla ante los ciencia_. Aquel ~rincipio de aleatoriedad condicionada con
ojos de los investigadores la realidad objetiva de materia y el cual re-exarm~mos l~~ procesos causales, no fue poco
movimiento que buscan loe d.~:utíficos como causa final de para transformar Ideas fiJas sobre lo heurístico y el arma-
las cosas (10). ZÓJ?- conceptual de la ciencia social, como veremos en se-
La realidad objetiva aparecía como ''cosas-en-sí'' que guida.
se movían en la dimensión espacio-tiempo y que venian de
un pasado histórico condicionante. Se convertían en ''co-
sas para nosotros'' al llegar al nivel del entendimiento de 5. Sobre los conceptos
los grupos concretos, tales como los de la base en las re-
giones. Así ocurrió con conceptos generales conocidos, co- Con frecuencia tendemos a absolutizar las leyes y los
mo ''explotación'', ''organización'' e ''imperialismo'', conceptos y a convertir las definiciones en dogmas esto
por ejemplo, que, entendidos empíricamente o como sen- es, a ~c~r de la teorí.a un "fetiche" como objeto de' culto
super~ticioso y excesivo. Así ocurrió en las experiencias
saciones individuales por campesinos e indígenas, pasa- descntas con el resultado de que se oscurecía o deformaba
ban a ser reconocidos racionalmente y articulados ideoló- la re.alidad. No fueron pocos los casos en los cuales los in-
gica y científicamente, por primera vez por ellos, en su vest~gado~e.s, por falta de claridad en los marcos de refe-
contexto estructural real. U no de los dirigentes campesi- rencia y ng1dez conceptual y de métodos, querían ver en
nos que plasmaron formalmente su ideología, logró expli- ~,1 terreno, <:omo con .vida propia, leyes tales como la de la
car en términos de ''lucha inconsciente de clase'' determi- reproducción ampliada en la expansión capitalista'' y la
nadas pautas tradicionales de la conducta de los terrajeros de la ''correspondencia entre estructura y superestructu-
a cuya clase pertenecía. Y el recuerdo de la organización ra";, o aplicar f~ci~ente conceptos complejos como auto-
campesina que se había dado en una región hacía casi gestión Y colomalismo; o confirmar definiciones amplias
medio siglo, resurgió como ''cosa para nosotros'', una vez como las de sector medio, latifundio y dependencia, para
que se tradujo al contexto de las confrontaciones actuales hallar que, naturalmente, salieron mediatizadas, incom-
y los viejos luchadores fueron recolocados en el proceso pletas, deformes y, a veces, contradichas en la práctica.
histórico vivo. En el caso de las definiciones, muchas resultaron tautoló-
Esta transformación de ''cosas en sí'' en ''cosas para gicas, es decir, imposibles de concebir sin sus componen-
nosotros", según Lenin, "es precisamente el conocimien- tes reales dados, con lo cual poco se ganó en poder de aná-
to" (Lenin, 1974: 110, 111, 179) (11). El nivel de conoci- lisis (12). ·
miento de la realidad objetiva en las regiones donde se ~sta mala situación teórica se empeoró por el efecto
trabajó subió algo, gracias a esta transformación. No su- obsesiV? ~e los slogans y las doctrinas prefabricadas, con
bió más porque este esfuerzo de búsqueda y creación de su prop1o JUego de leyes, conceptos y definiciones absolu-
conocimiento quedó frustrado, en parte, por la utilización tas, que como fetiches saltaban también en los movimien.;.
consciente o inconsciente del aparato conceptual del para- tos populares y políticos en las regiones estudiadas. Re-
digma vigente. De allí que todo el sentido de la implica- sultaba demasiado fácil adoptar interpretaciones de otras
22
23
épocas, forn1aciones sociales y coyunturas políticas distin- lo veremos otra vez en la sección dedicada a la praxis y el
tas a las que en realidad se encontraban. Y esto a la larga conocimiento (Hegel: 1, 50).
no podía ser positivo ni para ganar conocimiento ni para Se sabe que esta forma de trabajar dialécticamente
una acción política eficaz, lo cual es ampliamente acepta- puede evitar que las categorías nuevas se vayan acomo-
do (13). dando a formas viejas de pensamiento, lo cual es indis-
Pero no estamos constatando aquí nada nuevo: en pensable en la creación de nuevos paradigmas (Feyera-
efecto, los conceptos, las definiciones y las leyes, aunque bend, 1974: 38-40). Es lo que ocurre hasta en las ciencias
necesarios para ligar la realidad observada a la articula- naturales, pues allí también los datos van surgiendo con-
ción intelectual, es decir, para fundamentar las represen- dicionados al medio social en que se forman. Se apela en-
taciones de la realidad, tienen un valor limitado y circuns- tonces a planteamientos ad hoc que tratan de explicar las
crito a contextos determinados para explicar eventos y áreas no cubiertas por los paradigmas existentes o que di-
procesos. Decía Rickert: ''De los conceptos no podemos rigen la atención a las porciones oscuras de las explicacio-
recoger y sacar más que lo que hemos puesto en ellos'' y, nes teóricas vigentes, que en muchos casos pueden ser
con ellos, ''no podemos hacer otra cosa que echar puentes extensas y significativas (Kuhn, 1970: 13, 83, 152, 153,
sobre el rio caudaloso de la realidad, por diminutos que 172; Bernal, 1976: I, 415, 417, 424, 427). En los casos co-
sean los ojos de esos puentes" (Rickert, 1943: 69, 200; lombianos muchos de estos planteamientos ad hoc se deri-
Hegel: II, 516, 700) (14). Marx. ya había sugerido que cada varon de un análisis preliminar del materialismo histórico
periodo histórico puede tener sus propias leyes (15), y Le- -como veremos en seguida-; pero tratando de no dejar-
nin había escrito que ''la ley no es más que una verdad se esclavizar por sus conceptos más específicos o por sus
aproximada" constituida por verdades relativas (16). La definiciones más corrientes, aunque hubo el peligro de
dogmatización debía quedar así proscrita de sus obras y que algunos vieran allí un fatal ''revisionismo''.
de las de sus seguidores más consecuentes.
Así como no resultó conveniente esperar a trabajar
con conceptos estables o permanentes que dieran siempre 6. Sobre la ciencia social crítica
una descripción "correcta, completa y objetiva" de los
hechos, hubo de buscarse soluciones teóricas alternas que En este limitado esfuerzo por adquirir conocimiento
permitiesen aproximarse mejor a la realidad para enten- válido y útil a la vez, surgió finalmente otro factor que no
derla y transformarla. Ida respuesta más adecuada la ofre- era nuevo, sino reiterativo: la dimensión del ''hecho'' co-
ció el método dialéctico aplicado en pasos alternos y com- mo proceso histórico, que la realidad es un "complejo de
plementarios, así: 1) propiciando un intercambio entre P.rocesos''. Reconfirmamos por enésima vez que, en lo so-
conceptos conocidos o pre-conceptos y los hechos (o sus Cial, no puede haber realidad sin historia: los "hechos"
percepciones) con observaciones adecuadas en el medio deben completarse con ''tendencias'', aunque éstas sean
social; 2) siguiendo con la acción a nivel de base para categorías distintas en la lógica (17).
constatar en la realidad del medio lo que se quería concep- Como era de esperarse, las tendencias o procesos
tualizar; 3) retornando a reflexionar sobre este conjunto , aparecían simplemente co1no actos sucesivos válidos para
experimental para deducir conceptos más adecuados u ob- contextos inmediatos, que podían eslabonarse unos a
tener mejores luces sobre viejos conceptos o teorías que otros para dar dirección a un cambio y sentido a una trans-
así se adaptaron al contexto real; y 4) volviendo a comen- formación social de mayor alcance. Había tendencia en las
zar el ciclo de investigación para culminado en la acción. tomas de tierras, por ejemplo, hacia un desafio a fondo de
Estos pasos y ritmos podían ejecutarse ad infinitum, como
24 25
la estructura latifundista tradicional: y este desafio podí,a puestos por la burguesía para encubrir la situación de la
llevar, a su vez, a trastocar los basamentos del ~oder P?lí- lucha de clases, la situación real": podía ser al mismo
tico local y regional. Siendo que estas tende~c~~ veruan tiempo guía científica e instrumento de lucha (Lukacs,
1975: 91).
del pasado (aunque, evidentemente, otr~s se 1mcmro~ en
estos años de experiencia), su comprensión no era P?s1ble Las otras disciplinas que en este plano podían inte-
sin adentrarse en la historia, y mucho meno~ se sentía na- grarse a la sociología y a la historia, eran ·la economía, la
die capacitado para proyectarlas al futuro s1n entender lo geografía, la psicología, la antropología, la ciencia política
que venía del ayer mediato e inm~diat?. y el derecho, hasta llegar a redondear algo que se acerca a
La adición definitiva de la historia en es~ e.squema lo que se denominaba ''economía política'' en el siglo die-
para comprender la realidad objetiva (una conv1~C1Ón que, cinueve; pero con los elementos de "teoría critica" que
en verdad, venía de mucho antes, desde los prrme.ros es- Marx y Engels, romo figuras cumbres, le añadieron en
tudios de Saucío en 1955 y Boyacá. en 1~57), terrm~ó P?r sus obras y en su propia acción política, elementos que re-
romper el paradigma normal y la v1~encm. de la soc1ologJ.a tomaron otros científicos sociales, entre ellos algunos
positivista y académica. Ya no parec1a J?OSlb.le trans~ormar miembros de la ''Escuela de Frankfurt'' en las décadas de
esta sociología académica, desde su 1ntenor,. en Instn:- 1950 y 1960, así como marxistas de diversas nacionalida-
mento revolucionario. La conocida en Colombia se hab1a des desde hacía varias décadas. Se esbozaba así una
concebido en términos de los intereses conservador~s de "ciencia social critica" que no era nueva, pero cuya nece-
clase y de poder social y político de la burguesía dominan- sidad actual llevaba a aplicarla con mayor intensidad y
te: ésta no podía suicidarse intelectua~ente con su pro- dedicación (Mandel, 1974: 61; Mansilla, 1970; Solari, et.
pio instrumento. En las regiones estudiadas se sent1a la al., 1976: 66, 67) (19).
necesidad de contar con una sociología que fuese ante to- N o se logró en un primer momento, por los limitados
do una ciencia social inspirada en los intere~es de las cla- grupos comprometidos en estos experimentos, articular
ses trabajadoras y explotada~;. se nec~s1taba de una coherentemente el paradigma alterno de la ciencia social
''ciencia popular'' como se defnnó al co~~nzo del traba- critica; pero pudieron barruntar aproximadamente por
jo, que fuera de mayor ~Itilidad en el anális~s de las luchas dónde podía andar el nuevo esfuerzo investigativo regio-
de clases que se advert1an en el terreno, as1 como e~ la ac- nal, basándose en experiencias e informaciones anteriores
ción política y proyección futura de las clases trabaJadoras pertinentes de Colombia y otros pálses. A medida que se
como actores en la historia (más adelante volveremos a es- avanzaba, se vio que el reto para tales grupos era franca-
te punto fundamental). mente epistemológico, puesto que había de entenderse a
En esta nueva ciencia social del pueblo Y, para ell?u~­ fondo las implicaciones teórico-prácticas y filosóficas de lo
blo trabajador había necesidad de inte~ar diversas disci- que se había llamado, con cierto entusiasmo ingenuo,
plinas: no era con la sociología sola m é~ta como ~nda­ ''investigación-acción''. Estas implicaciones y sus conse-
mento general. Era el materialismo histónco, col?o filoso- cuencias son objeto de análisis en las secciones que si-
fía de la historia el que brindaba el punto culminante de guen.
la unificación c¿mo se había demostrado en otras épocas
y latitudes, p~r muchos estudiosos competentes (18). Con
el materialismo histórico, como decía Lukacs, se e~taba Y!! La praxis y el conocimiento
en capacidad de ''revelar la esencia del or~en ~?Cml capi-
talista y atravesar con los fríos rayos de la c1encmlos velos El rechazo del positivismo y de las técnicas '' objeti-

26 27
vas'' de investigación inspiradas en el modelo ?onocid<? de El punto de partida de esta discusión no fue la primi-
la integración y el equilibrio social no podía deJar la orien- genia definición aristotélica de praxis como acción o ejer-
tación de los nuevos trabajos regionales en el vacío; esto cicio para alcanzar la bondad y la justicia en la formación
hubiera equivalido a rechazar la c~en~~ ~~· Había, del carácter, sino la que la define como acción política pa-
pues, que sustituir la estructura científi~ 1mcml de los ra cambiar estructuralmente la sociedad. Su fuente es el
trabajos por otra más adecuada a las necesidades reales Y descubrimiento que hizo Hegel de que la actividad como
a la naturaleza de las tareas investigativas concretas en trabajo es la forma original de la praxis humana -que el
esas regiones. hombre es resultado de su propio trabajo-, descubri-
En la sección anterior se dieron indicaciones de cómo miento que luego elaboró Marx como ''acción instrumen-
se fue formando un paradigma científico alterno en el tal'' , es decir, como la actividad productiva que regula el
campo de la metodología y en la concepción de la realidad. intercambio material de la especie humana con su medio
La adopción del materialismo histórico como guía. cien~ífi­ ambiente natural (24). El principio de la praxis original,
ca e instrumento de lucha fue un paso en esta dirección. llevado al campo del conocimiento como relaciones entre
Pero la idea central alrededor de la cual cristalizó lo que teoría y práctica, cristaliza en ocho de las once Tesis sobre
pudiera considerarse como base del pa~a~igma ~lte~o, Feuerbach(l888), especialmente en la segunda y la undé-
fue la posibilidad de crear y poseer con~rmiento c1entíf~co cima. Estas ''Tesis'' de Marx pueden considerarse, a ni-
en la propia acción de las masas trabaJadoras: que la ~n­ vel filosófico, como la primera articulación formal del pa-
vestigación social y la acción política con ella, pueden sin- radigma de la ciencia social crítica: la comprometida con
tetizarse e influirse mutuamente para aumentar tanto el la acción para transformar el mundo, en contraposición al
nivel de eficacia de la acción como el entendimiento d~ la paradigma positivista que interpreta la praxis como sim-
realidad (Fals, 1976: 55, 58, 66, 67, 73, 74; Fundación ple manipulación tecnológica y control racional de los pro-
Rosca 1972: 44-50; Stavenhagen, 1971: 339; Moser, 1976: cesos naturales y sociales (25).
357-3S8) (21). Tomando en cuenta que "el criterio de ~ En el contexto concreto del trabajo regional aquí exa-
corrección del pensamiento es, por supuesto, la reali- minado, lo que se llamó "teoría" envolvía pre-conceptos,
dad'' el último criterio de validez del conocimiento cientí- ideas preliminares o infonnaciones externas (exógenas)
fico v~nía a ser entonces, la praxis, entendida como una relacionadas a "cosas en sí", procesos, hechos o tenden-
unidad dialécti~a formada por la teoría y la práctica, en la cias que se observaban en la realidad, como viene explica-
cual la práctica es cíclicamente de~rminante (22). . . do; y "práctica" quería decir la aplicación de principios o
El descubrimiento de la praxis como elemento defim- de información derivada de la observación, aplicación rea-
torio de la validez del trabajo regional no era, de ninguna lizada primordialmente por los grupos de base, como acto-
manera la base de un nuevo paradigma general en las res y controladores del proceso, con quienes los investiga-
ciencia; sociales nacionales, puesto que ese descubri- dores compartían la información y hacían el trabajo de
miento, como ya se dijo, venía de muy atrás y, en efecto, campo. Estos pasos se podían dar en forma simultánea, o
se había aplicado en diversos contextos, dentro y fuera del siguiendo el ritmo reflexión-acción con acercamientos y
país. El "nuevo" paradigma era viejo según otros ~rite­ distanciamientos de la base, como quedó explicado en la
rios· lo que faltaba en este caso era conocerlo meJOr Y sección anterior. La idea era propiciar un intercambio en-
abri~le posibilidades adicionales de aplicación en medios Y tre conceptos y hechos, observaciones adecuadas, acción
organizaciones sociales y políticas diversas, donde indu- concreta o práctica pertinente para determinar la validez
dablemente se justificaba su adopción (23). de lo observado, vuelta a la reflexión según los resultados
29
28
de la práctica, y producción de pre-conceptos o J?lan~~­ aquellos elementos que hubieran sido útile·s para la clase
mientos ad hoc a un nuevo nivel, con lo cual podía reim- trabajadora en sus confrontaciones con la clase dominan-
ciarse el ciclo ritnrico de la investigación-acción, indefini- te. El periodo critico de 1918 a 1929, cuando surgieron los
damente. . . primeros sindicatos en Colombia, era casi un misterio pa-
Aunque no pudieron aplicarse estos principios en to- ra los historiadores colombianos, así como para las organi-
da su extensión por razones diversas (véase más adelan- zaciones políticas. Este misterio no empezó a revelarse si-
te), esta modalidad experimen~l de trabaj~ p;odujo.bu~­ no cuando uno de los principales dirigentes de esa época,
nos avances así en la acumulación del conocumento cientí- Juana Julia Guzmán, ya octogenaria, constató el resurgi-
fico de la realidad regional como en la acción política Y or- miento de la lucha campesina en 1972 y se reincorporó a
ganizativa (coyuntural) de los grupos de base interesados· ella. Antes se había resistido a dar ninguna información a
Se afianzó así la certeza del principio de la praxis p~r~.de­ los historiadores burgueses y liberales que se le habían
terminar la validez de los trabajos locales, y las posi~llid~­ aproximado con ese fin. Con la incorporación de Juana Ju-
des de desarrollar allí el paradigma alterno de la ciencia lia al movimiento campesino se obtuvieron los primeros
social critica. Varios ejemplos podrán ilustrar este aserto. datos fidedignos sobre el papel del anarcosindicalismo en
1. La hipótesis del "arma cultural" como ~le mento los primeros sindicatos colombianos y el origen del Parti-
movilizador de masas había sido expuesta Y aplicada por do Socialista del país, datos que fueron publicados en un
las organizaciones revolucionarias vietnamitas (entre folleto ilustrado que, por un tiempo, era la única fuente ci-
otras) (Burchett, 1969). En Colombia, esta hipótesis no table sobre este importante desarrollo político en Colom-
había sido ensayada en firme ni en grande, en parte por bia. Simultáneamente, la recuperación de ese periodo de
considerar -erróneamente en nuestra opinión- que el luchas y de uno de sus viejos dirigentes dio continuidad
''frente cultural'' con sus expresiones costumbristas, ar- histórica y mayor impulso ideológico y organizativo al mo-
tísticas e intelect~ales debía tener una baja prioridad en vimiento regional de "usuarios campesinos" entre 1972 y
la lucha contra el imp~rialismo y la burguesía. Con la in- 1974, para llevarlo a una posición de avanzada que le fue
formación preliminar sobre la experiencia vietnamita, se reconocida en todo el país.
decidió estimular el ''frente cultural'' en una región don- 3. La teoría de la "lucha y violencia de clases" como
de la música popular tiene grande arraigo. A raíz de es~s una constante histórica, ampliamente conocida, se con-
ensayos se obtuvo la formación de conjuntos que cambi~­ frontó en una región colombiana con similares resultados
ron la música romántica tradicional para darle un conte~­ pedagógicos y políticos. Con ella en mente se descubrió
do de protesta revolucionaria, lo cual sü;vió para la mo~Ili­ que, a principios de este siglo, una diócesis había usurpa-
zación y politización de masas campesin.as. en esa reg¡ón. do las tierras de un resguardo indígena para hacer allí un
Al mismo tiempo, en el campo del conoc~nuent?, se. logró seminario. La investigación histórica de archivo y notaria
un mayor entendimiento del origen, sentido e historia r~al sobre este tema -como la local en el terreno- llevó, no
de esa música como la concibe el pueblo que la canta e In- sólo a confirmar la teoría y enriquecer el conocimiento de
terpreta, y no la burguesía que la baila? y se rompiero.n al- la región y su historia desde el punto de vista de la lucha
gunos esquemas clásicos de la ?istona cultural n~c1onal de clases, sino a proveer al movimiento indígena de las ar-
sostenidos por intelectuales y artistas de la burguesia. mas formales y del conocimiento ideológico y político ne-
2. La hipótesis de la ''recuperación critica de la histo- cesarios para enfrentarse al obispo y recuperar a la fuerza
ria'' lleva a examinar el desarrollo de las luchas de clase la tierra, en una gran victoria popular.
del ~asado para rescatar de ellas, con fines actuales,
31
30
En cada uno de estos casos se determinó la validez relacione~ entre los investigadores y las bases populares o
del conocimiento por los resultados objetivos de la prácti- sus organismos con los cuales se desarrolla la labor políti-
ca social y política, y no mediante apreciaciones subjetivas ca. ~ste es un aspecto fundamental del método de investi-
(Mao, 1968: 319). Así lo aleatorio quedó circunscrito por la gación, porque, como queda dicho, el propósito de éste es
acción concreta y el conocimiento pertinente, es decir, produ~ir conoc,i~iento que tenga relevancia para la prácti-
hubo cierto control de desemboque de coyunturas que no ca social ~ política: no se estudia nada porque sí. Siendo
hubiera sido posible en otra forma. Estos casos tenían re- qu~ la acción concreta se realiza a nivel de base, es nece-
ferentes teóricos anteriores o exógenos, algunos de ellos san~ en~:nder las formas como aquélla se nutre de la in-
basados en experiencias y reflexiones específicas de otras V?stlgacion, y los mecanismos mediante los cuales el estu-
partl8s; lo cual no invalida la posibilidad de crear conoci- dio a su vez se perfecciona y profundiza por el contacto
miento absolutamente original, en esta misma forma. De con la base.
todos modos, es demostrable que en estos casos se obtu- ~n la investigación-acción es fundamental conocer y
vo, y se creó, conocimiento científico en la propia acción apreciar el papel que juega la sabiduría popular el senti-
de masas, pasando éste a ser patrimonio general de los do común y la cultura del pueblo, para obtener ; crear co-
grupos de base y particular de la ciencia social critica. Al nocimientos ci~ntíficos, por una parte; y reconocer el pa-
mismo tiempo, se alimentó la lucha popular con ese mis- pel de los partidos y otros organismos políticos o gremia-
mo conocimiento, recibiendo un impulso importante den- les, como contralores y receptores del trabajo investigati-
tro de las opciones ofrecidas por las coyunturas. De allí vo Y como protagonistas históricos, por otra. A estos as-
que pueda sostenerse otra vez que la praxis tiene fuerza pectos fundamentales se dedica, necesariamente el resto
definitoria, y que vincular la teoría a la práctica en el ám- del t:abajo, más aún tomando en cuenta que so~ tópicos
bito del cambio radical o revolucionario no es ni tan difícil relativan:ente poco tratados en la literatura crítica. Pue-
ni tan complejo como parece, en nuestro medio (26). den analizarse ordenadamente de la siguiente manera:
Queda, sin embargo, un interrogante por resolver a
este respecto: el del papel de la organización de base en la
obtención y utilización del conocimiento y en la ejecución
de la praxis. Sin esa organización no se habría ido tan le- l. Estudiando las relaciones recíprocas entre sentido co-
jos, ni se habrían obtenido los datos con la profundización mún, ciencia, comunicación y acción política.
necesaria, ni éstos habrían tenido la trascendencia y utili- 2. Examinando la interpretación de la realidad desde el
dad política que alcanzaron. Pero esto también dependía punto de vista proletario, según ''categorías mediado-
del tipo de organización y de la naturaleza de las relacio- ras específicas'' .
nes establecidas entre los investigadores y las bases, lo 3. Estudiando cómo se combinan sujeto y objeto en la
cual es el tema de la sección que sigue. práctica de la investigación, reconociendo las conse-
cuencias políticas de esta combinación.

Saber popular y acción política

Si se admite que. la praxis de validación, como la con- . Analizaremos cada uno de estos tres problemas, en lo
cebimos aquí, es ante todo política, la problemática de la que toca a la experiencia colombiana objeto del presente
investigación-acción lleva necesariamente a calificar las estudio.

32 33
lectuales independientes'' era '' voluntarista'', por relegar
1. Sobre el sentido común a segundo plano a los activistas y a los cuadros políticos
organizados (investigadores-militantes). Estas düiculta-
des políticas impidieron la realización plena de aquellos
Algunas de las investigaciones regionales emprendi- principios metodológicos, en estos casos.
das se inspiraron inicialmente en una concepción casi ro- La primera inspiración de este tipo de trabajo -qui-
mántica de "pueblo", hasta el punto de inclinarse a ver zás no muy bien interpretada- iba en otra dirección que
en las opiniones y actitudes de éste toda la verdad revolu- no era la de hacer competencia a los partidos o a sus cua-
cionaria. Esta tendencia obviamente errónea, de creer dros: era la de la experiencia pedagógico-política directa
que ''las masas nunca se equivocan'', provenía de escue- con las clases trabajadoras. Su origen era Gramsci y su te-
las políticas en que se había enfatizado la identificación sis de que es necesario Hdestruir el prejuicio de que la fi-
personal del estudiantado y de los intelectuales con las losofía es algo sumamente difícil por tratarse de una acti-
masas, demandando demostraciones palpables del com- vidad propia de determinada categoría especializada de
promiso, tales como callos en las manos, y una forma de letrados" (27). Por el contrario, se creía, con él, que existe
vida franciscana a tono con la pobreza de los tugurios y una ''filosofía espontánea'' contenida en el lenguaje (co-
caseríos rurales en que se hacía el trabajo. En la práctica mo conjunto de conocimientos y conceptos), en el sentido
este "masoquismo populista" no llevó a ninguna parte: común y en el sistema de creencias o folklore que, aunque
no era esta la mejor forma de vincularse con las masas tra- incoherente y dispersa, tiene valor para articular la praxis
bajadoras, por no ser ni intelectual ni humanamente ho- a nivel popular. Gramsci señalaba como una debilidad
nesta, y por pecar de un objetivismo extremo que, en el mayor de las izquierdas el "no haber sabido crear la uni-
fondo, corresponde a la intelectualidad pequeño-burguesa dad ideológica entre los de arriba y los de abajo (como se
(Mandel, 1972: 51-61). había hecho en la Iglesia Católica), entre los sencillos y los
Pero, evidentemente, como reacción al intelectualis- intelectuales'', punto de vista de gran importancia para
mo académico del que venían muchos investigadores, se romper con la tradición académica e implementar el com-
quiso probar la potencialidad científica de la vinculación promiso de los intelectuales. Además, para el mismo au-
con las bases, creando grupos de referencia constituidos tor, "toda filosofía tiende a convertirse en el sentido co-
por campesinos, obreros e indígenas (Fals, 1976: 58-61; mún de un ambiente asimismo restringido (el de todos los
Gramsci, s.f.: 81). La meta era reducir la distancia entre el intelectuales)'', lo cual vino a relativizar el problema y a
trabajo manual y el trabajo intelectual, para que los obre- reforzar la decisión de aquellos grupos de investigadores
ros, campesinos e indígenas no siguieran subyugados es- de vincularse a las bases en las regiones (Gramsci, s.f.:
piritualmente a los intelectuales. Se quería estimular sus 69-70) (28).
cuadros más avanzados para que asumieran por lo menos Por supuesto, ni Gramsci ni los investigadores aludi-
algunas tareas investigativas y analíticas que se conside- dos trataban de introducir una ciencia nueva en la vida in-
raban monopolio de los técnicos y de los burócratas. dividual de las masas. Querían dar utilidad critica a la ac-
Como no había plena claridad en cuanto a la orienta- tividad ya existente, haciendo que la ''filosofía de los inte-
ción ideológica de los trabajos -excepto una idea muy lectuales'' tomara en cuenta con mayor fidelidad las reali-
general y algo ingenua de compartir la búsqueda de la dades encontradas y fuera como la culminación del pro-
conciencia proletaria con las bases-, pronto surgió el celo greso del sentido común; porque como lo sostiene el mis-
partidista para hacer ver que este tipo de trabajo de ''inte-
35
34
mo Gramsci, el sentido común implica un principio de Por lo que viene explicado, la investigación activa no se
causalidad serio, que se desarrolla quizás de una manera contenta con acumular datos como ejercicio epistemol,ógi-
más exacta e inmediata que la ofrecida por juicios filosófi- c?, q~e lleve co~o tal a descubrir leyes o principios de una
cos profundos o por observaciones técnicas sofisticadas. ciencia pura, ni hacer tesis o disertaciones doctorales
En esto se registran casos anteriores importantes, basa- porque sí. Ni tampoco investiga para propiciar reformas'
dos en la transformación de experiencias cotidianas en por mas necesanas que parezcan, o para el mantenimien-
1 • '

conocimiento filosófico o científico: el de Kant, por ejem- to del statu quo. En la investigación activa se trabaja para
plo, cuyas interpretaciones newtonianas en su Crítica de armar ideológica e intelectualmente a las clases explota-
la razón pura van selladas por una racionalidad que no era das de la sociedad, para que asuman conscientemente su
otra cosa que el sentido común de su época (Wright Mills, papel como actores de la historia. Este es el destino final
1969: 111) ; o el de Galileo, cuya "teoría del ímpetu" ex- del conocimiento, el que valida la praxis y cumple el com-
presada en sus primeros escritos sobre la mecánica (De promiso revolucionario.
motu) era la expresión de la opinión común sobre el movi- Como mucha de la información se originaba en el te-
miento, a partir del siglo quince (Feyerabend, 1974: 63, rreno, con las bases, el asunto planteaba la devolución de
189) (29). ese conocimiento a las bases. Esta devolución no podía
Veamos cómo se tradujo el principio del sentido co- darse de cualquier manera: debía ser sistemática y orde-
mún a la realidad del trabajo de campo regional en Colom- nada, aunque sin arrogancia. En esto se trató de seguir el
bia, recordando nuevamente la naturaleza experimental y conocido principio maoísta, ''de las masas, a las masas''
preliminar de esas labores. (ver nota 11). También se prestó atención a la experiencia
Primeramente había que tomar en cuenta el saber y vietnamita sobre la utilización de la cultura popular para
la opinión experimentada de los cuadros y de otras perso- fines revolucionarios (Mao, 1968, ID: 119; Chinh y Giap,
nas informadas de las regiones y localidades. Esto se refe- 1974: 5, 25, 102; Chinh y Giap, 1972: 55-58).
ría ante todo a los problemas socio-económicos regionales El principio de la "devolución sistemática" fue uno
y sus prioridades, en lo cual la confianza de los investiga- de .los
'
que más energías desató y más polémicas suscitó ,
dores fue retribuida con creces. La riqueza factual de la quiZas por tocar con elementos. obvios que muchas organi-
experiencia campesina se reflejó en la organización de ac- zaciones gremiales y políticas habían relegado a segundo
ciones concretas, como las tomas de tierras; en la inter- planoy no obstante su importancia. Porque asegurar la
pretaeión de la agricultura como técnica y como forma de comprensión de lo que uno hace, dice o escribe, puede
vida; sobre la adopción de costumbres y prácticas nuevas marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en un movi-
en el medio tradicional; y sobre la utilización de la botáni- miento político o social. Hasta un filósofo ilustrado como
ca, la herbología, la música y el drama en el contexto re- Fichte se preocupó por la comunicación de sus ideas, y no
gional específico. En estas actividades, como en otras, se tuvo reparos en "traducir" algunos de sus complicados
registraron muchos más éxitos que fracasos, lo cual con- tratados, para ''obligar a comprender al lector'' como él
firmó la secular convicción sobre las posibilidades intelec- mismo dijo, con una' 'exposición clara como la lu'z del sol,
tuales y creadoras del pueblo. al alcance del gran público'' (1801).
Luego, había que llegar con ideas e informaciones a El esfuerzo de comunicarse implica, por lo menos,
las bases e ilustrar o modificar el sentido común para con- reconocer las posibilidades de comprensión de nuevas
vertirlo en ' 'buen sentido'' (Gramsci). Este problema en- ideas por las bases. Si no todos los hombres son filósofos
focaba la tesis más general del destino del conocimiento. formales, por lo menos los espontáneos abundan, decía
36 37
Gramsci. En los casos colombianos,. el pro? lema r8:dicaba minación de prioridades y metas de los grupos de base, y
en cómo llegar a las bases, no con srmpl~ mformación P~­ el control de la información. Así se publicaron, con el
riodística o educacional (con lo que podían. Y~ estar. suf~- acuerdo de las bases y buscando simplicidad de expre-
. ntemente bombardeadas) sino con conocimiento cienti- sión, libros como la Historia de la cuestión agraria en Co-
~::o de la realidad que les creara concienci~ de c~se revo- lombia (1975). Modos de producción y formaciones socia-
lucionaria y disolviera la alienación que les Impedía en~n­ les en la Costa Atlántica (1974), La cuestión indígena en
der la realidad y articular su lucha y defensa colectiva Colombia, por Ignacio Torres Giraldo (1975), María Cano,
(Mandel, 1974: 61-69) (30). . . . _ mujer rebelde, por Ignacio Torres Giraldo (1973), En de-
Se ensayaron, en consecuencia, actividades disena- fensa de mi raza, por Manuel Quintín Lame (1972). Por
das a romper, aunque fuera parcialmente, 1? b~rrera cul- ahí es la cosa (1972) y otros similares.
tural con las bases campesinas, obreras ~ Indígenas. S~ En segundo lugar, con ayuda de los cuadros más
trató de ajustar aquellos principios y técn~cas de comu~­ avanzados al nivel local, se prepararon y publicaron textos
cación a la situación colombiana,. reconociendo que el m- ilustrados, también de fácil comprensión y lectura, deriva-
vel de desarrollo político y educativo de los grupos de b~se dos del mismo trabajo de campo (Lomagrande, Tinajones,
era bastante deficiente. Se aplicó, pues, la ~egl~ ya S?J:?-a- Felicita Campos, El Boche, etc.). Así, las bases eran prác-

:e
1 da de comenzar trabajos al nivel de conciencia polític!l
l~s bases, para llevarlas s~cesi~amente al' 'bue~ senti-
do'' y a la conciencia revolucionana ~e clase .. Esta Inge~te
ticamente las primeras en conocer los resultados de las
investigaciones emprendidas. Para mantener este impul-
so, se fueron transmitiendo al personal de cuadros, me-
tarea hubo de quedar inconclusa a mvel nacional Y reg¡~­ diante manuales y cursillos, las técnicas y el conocimiento
nal por diferentes causas, algunas de las cuales se especii necesarios. A los impresos se añadieron luego materiales
fican más adelante, la más importan~ de las cuales fue e audiovisuales, películas de corto metraje ("Mar y pue-
hecho de que los investigadores activos, com? tale~,. no blo", "La hora del hachero", etc.), filminas, transparen-
podían asumir ningún papel como vanguardia política, cias y, por último, grabaciones educativas y el empleo de
aunque hubiese, en efecto, un vacío en es~ cam?~· conjuntos musicales y dramáticos de las propias localida-
No obstante, la experiencia pedagógico-política pudo des.
desarrollarse en algunos aspectos: . . En tercer lugar, se creó en 1974 una revista nacional
En primer lugar, ante el creciente re~on~Imiento de de crítica política y oposición, Alternativa, para ampliar el
la importancia de hacer estudios para rac1on~hzar Y ha~~r contacto con las bases e incluir en éstas a porciones de la
más eficaz la acción de los organismos gre~Iales Y po.lítl- pequeña burguesía y clase media colombiana. El fenome-
cos se impulsaron estudios históricos y s~lo-económicos nal éxito de esta revista, que llegó a ser, en cinco meses,
regionales (Costa Atlántica, Litoral Pacífico, Cauca, An- la segunda en circulación del país con 52.000 ejemplares,
tioquia Valle del Cauca). Así se cubrieron temas como ~l indicó que se iba por buen camino, por lo menos en la ta-
origen del latifundio, la formacióJ:?- de .las clases ~a~pesi­ rea de politizar los sectores medios. En este intento cola-
nas, historias de comunidades, histonas de .movi~Ient.os boraron importantes agrupaciones de izquierda. Pero el
populares, la situación ~ctual. de la educación prrmana, afán de enfatizar el contacto con los grupos de base cam-
factores de represión y violencia estatal, etc. b pesinos, obreros e indígenas a expensas de los medios,
Estos estudios se plantearon en consulta con las a- llevó a una sonada crisis pública nacional que no fue nada
ses (sus cuadros más avanzados .an«: todo), tomando en positiva para las causas que los diversos grupos partici-
cuenta lo ya dicho sobre la expenencla popular, la deter- pantes apoyaban, con la división sucesiva de la revista y
38
39
su temporal suspensión (31). Así, la comunicación con las comprensiones en su realización fueron ante todo de natu-
bases en el campo periodístico, ayudó poco a superar la raleza política, y podían haberse previsto al recordar los
alienación y la ignorancia de nadie para llegar al ''buen carg~s .hechos antes sobre ''voluntarismo''. Pero la princi-
sentido'' y la conciencia revolucionaria de clase, debido al pal dificultad en el manejo e interpretación de estos ele-
''canibalismo'' desatado y a la confusión sobre los fines mentos de educación, comunicación y politización parece
de la revista en relación con los intereses de los grupos que estribó en olvidar parcialmente el proceso dialéctico
responsables. que la praxis implica, para llevar a las bases populares
En cuarto lugar, mediante cursillos especiales y el principios ideológicos y conocimientos ordenadores de su
texto vulgarizado Cuestiones de Metodología (1974) se propia experiencia que les permitieran avanzar en la
fueron dando a los cuadros más aptos técnicas simples de transformación de su mundo (32). En otras palabras, las
investigación social y económica, puestas a su alcance, bases envueltas en estos trabajos avanzaron ideológica-
para permitirles realizar y continuar indefinidamente sus mente, pero no suficientemente, porque la filosofía y el
propios estudios con un mínimo de sistematización y aná- conocimiento resultantes de la investigación activa no se
lisis, sin tener que acudir a asesoría o ayuda externa: esto tradujeron, a ese nivel, en un sentido común más ilustra-
es, se quiso estimular la '' autoinvestigación'' de la comu- do, ordenado y coherente, en un ''buen sentido'', que lle-
nidad y resolver, en parte, el problema del control de los vara a un nivel de acción política superior al existente. Se
trabajos y el ''para quién'' de la investigación. logró información para las bases, se obtuvieron datos
Finalmente como ya se sugirió, para todos los pro- científicos, se hicieron publicaciones y se impulsaron mo-
yectos y niveles' se trató de adoptar un lenguaje directo, vimientos; pero el trabajo no cristalizó en organismos su-
claro y sencillo para la comunicación de resultados. Esto periores o en tareas más ambiciosas de transformación
obligó a revisar conceptos y definiciones, como quedó social.
también explicado, y a combatir el estiramiento científico- Esta tarea superior fue imposible hacerla a los grupos
académico y la verborragia especializada, lo cual llevó a que ejecutaron la investigación-acción, porque implicaba
diseñar formas nuevas de publicación y producción inte- recursos de organización política y permanencia institu-
lectual más abiertas y menos esotéricas y descrestad oras. cional que no tenían: desde el principio habían quedado
En cuanto a los grupos de referencia populares que al sueltos, como cuadros espontáneos. Ni tampoco fue posi-
principio se habían postulado como alternativas de los ble articular firmemente esta tarea con partidos revolucio-
académicos e intelectuales, éstos se conformaron por cua- narios existentes, aunque hubo varios intentos positivos,
dros dirigentes experimentados y de cierta capacidad ana- a causa de desconfianzas mutuas que luego se demostra-
lítica. Pero su influencia resultó ser más práctica que teó- ron irracionales.
rica, más política que científica. Aunque fueron bastante Aun así lo poco que se hizo en este campo pedagógi-
útiles la discusión estrictamente científica hubo de se- co-político destacó la importancia de entrar al aparato de
guirs~ realizando entre profesionales identificados con el convicciones de las bases y de sus dirigentes para dispo-
trabajo investigativo que se estaba adelantando, a quie- nerlos a actuar, y actuar con eficacia: parecía ser una ma-
nes se llevaban las impresiones -el sentido común- de nera pertinente de convertir la ''psicología de clase'' que
las bases. se encontraba, en conciencia de clase; el ayudar a trans-
A pesar de las grandes dificultades encontradas, es- mutar la "clase en sí" en "clase para sí" (Lukacs, 1975:
tas actividades tuvieron a veces desarrollos que, en algu- 55, 83, 223, 225; Feyerabend, 1974: 82). Que sepamos, no
nos aspectos, fueron asombrosos. Las dificultades e in-
40 41
que esta ciencia ha de ser concebida para entender las
h advertido aún otra forma mejor de convertir el senti- contradicciones del capitalismo y actuar sobre ellas, con
d~ c~mún en conocimiento científico, ~ darle lo~ elem~~= elementos ideológicos capacitados para superar a éste. N o
tos dinámicos necesarios para su propia superación polítl se conoce hasta hoy otra concepción adecuada para estos
ca En este campo el reto continúa; pero este ret? es,. m~­ fines que la propuesta con base en el materialismo históri-
ch~ más para lo~ partidos revolucionarios de IZqUI~~ a co, cuyo desarrollo consecuente, sostenemos, ha sido y es
como taÍes' que para los intelectuales comprometl os la ciencia critica. Porque el materialismo histórico, como
(33). filosofía de la historia, permite combinar el conocimiento
con la acción: él mismo es acción. Al actual proletariado le
corresponde, por lo tanto, adelantar la lucha en la cual
Sobre la ciencia del proletariado coinciden la teoría y la práctica, tesis que ya aceptamos
como válida cuando estudiamos el concepto de praxis (34).
Cuando se iniciaron los experimentos .de investi~?a­ Cómo definir y determinar este proletariado como ac-
'ó - . , en 1970 (como dijimos en la pnmer.a secci.ó~ tor de la historia, incluyendo en él a los propios intelectua-
ci n acc1on . d' 'ó · ló poslt1
de este estudio), al rechazar la tra . 1c~ n s.oc1o g¡c6~• • - les que hubiesen adoptado la ideología proletaria, fue pro-
. t académica se empezó a distinguir entre cien~I~ blema constante en el trabajo. Pero no se logró resolverlo.
~~r::esa'' Y ''ciencia del proletariado', a 1~ m~nera cnti- Había grupos en el campo y en la ciudad que eran, eviden-
acostumbrada por los intelectuales de IZquierd~. Era temente, proletarios objetivos, y con ellos se estableció un
~~idente que la interpretación domina~te ~e la. rea~ta~ Y contacto muy íntimo. De ellos se quiso reconocer y respe-
del mundo en Colombia -con su propia ,ciencia ~ ~ e o o- tar su sabiduría popular y sentido común, para ver si, por
' a- era Y sigue siendo la de la burguesia, ~omimo que, allí, se podía desarrollar su propia ciencia; pero esto no
~esde finales del siglo dieciocho, viene combinandf con el dio resultados palpables. Había, evidentemente, una in-
triunfo de los movimientos políticos liberale~ que a rev~i terpretación campesina y obrera de la historia y de la so-
lución industrial hizo posible. Esta obsen:ación e 1em~n ciedad, como ésta salía de la propia entraña del pueblo
había enseñado objetivamente que tale~ .Interpretaciones trabajador, del recuerdo de sus ancianos informantes, de
de la realidad Y del mundo vienen condicionadas por pr~= su tradición oral y de sus propios baúles~archivos: era una
cesos impulsados por intereses de clase, esto es, J?O~ fue interpretación distinta de la burguesa consignada en los
zas históricas motoras que impulsa~ los. acontecimilen~~~ textos conocidos de historia. Hubo casos estimulantes en
en 1a real I'da d . Asi' como la burguesia hizo sudrevo uci te que se logró que diversos cuadros campesinos plasmaran
-incluyendo su ciencia como elem.ento coa yuvan - por escrito sus concepciones ideológicas nuevas; estos es-
podía deducirse que es posible confi~rar una contra~~­ critos tuvieron un efecto positivo en la politización y crea-
ciedad en la cual la clase social determinan~ s;a. a~ue ~ ción de conciencia proletaria en otros compañeros, y sir-
o uesta a la dominante, en este caso, Y por e IIDCl n,. vieron para delinear una ''ciencia popular'' como se pos-
~oletariado. Es, entonces, fácil concluir que e~ proletana- tuló en 1972.
~o como clase también puede desarrollar .e rmponer ~u Pero, en general, la voz de las bases tuvo acentos
propiO. SIS
. tema de interpretación de la realidad, es decir, muy tradicionales que reflejaban el peso de la alienación a
su propia ciencia. . · (1 que los tenía sujetos el sistema capitalista: eran necesa-
Por las experiencias revolucionanas exitosas a ~~- riamente personas educadas en, y corrompidas por, la so-
bana, la china, la soviética, la vietnamita Y otras), se sa la
43
42
ciedad capitalista. Hasta los cuadros considerados avan- resultó acertada en algunos aspectos y desacertada en
zados muchas veces demostraron no tener conciencia cla- otros. En la práctica no se sintió que se hubiera enriqueci-
ra de su acción en la historia, mucho menos capacidad pa- do ninguna ''ciencia del proletariado'', porque lo que se
ra articular una interpretación científica de su propia rea- anticipó como "ciencia popular" no alcanzó, por aquel
lidad ni proyectarla hacia el futuro. dogmatismo, a reflejar fielmente las realidades objetivas
Así, con característica impaciencia, fueron los inves- encontradas y, a veces, las distorsionó u oscureció, como
tigadores activo·s y sus aliados intelectuales quienes hu- ocurrió en las discusiones sostenidas entre los investiga..
bieron de definir lo que querían como ''ciencia popular'' dores y con otros, sobre el papel y funciones de van-
en contraposición a la burguesa, e inyectar su propia defi- guardia revolucionaria, el dogma de los cinco modos de
nición intelectual en el contexto de la realidad. Era como producción, la supervivencia del feudalismo en Colombia
buscar un fantasma: a falta de uno, sintieron la necesidad y su relación con la formación social, el determinismo eco-
de crearlo. Y el resultado fue una aplicación especial del nómico y la caracterización de la sociedad, que más que
concepto de inserción en el proceso social, para ''colocar todo parecieron ser diálogos de sordos.
el conocimiento al servicio de los intereses populares'', Un resultado ambiguo como éste podía haberse pre-
como se dijo, y no ante todo derivarlo de las condiciones visto: la condición histórica y social de las masas colom-
objetivas del proletariado, como hubiera sido teóricamen- bianas parece que. no da aún para formar y enriquecer el
te más correcto (Marx, 1971: 109, 191) (35). No obstante, complejo científico y cultural propio de los intereses de las
se llegó a proponer y aplicar pautas cooperativas de inves- clases trabajadoras (frente a los de la burguesía) como ac-
tigación con los grupos proletarios del campo, en que és- to de un s~eto histórico capaz de producir el futuro antici-
tos tomaron un papel activo, en la solución de este proble- pando el resultado, es· decir, capaz de ver y entender la
ma. realidad concreta del presente y construir así, consciente-
En todo caso, ante la dureza de este problema real, mente, su propia historia. No había que hacerse ilusiones
los fundamentos de la orientación y validación del trabajo sobre el material humano real con el que se contaba (aun-
de campo y de la búsqueda científica siguieron siendo los que se tendía a idealizarlo), y las opciones de lo aleatorio
del materialismo histórico y la praxis que éste implica. Co- quedaban demasiado condicionadas por el sistema tradi-
mo el materialis1no histórico era patrimonio casi exclusivo cional: la revolución, en efecto, no es cosa de un día, y las
de los investigadores activos e intelectuales comprometi- fallas humanas de las bases y sus cuadros no dejaron de
dos, éstos no tuvieron otro camino que compartirlo y di- hacer su costosa irrupción (37).
fundirlo en la base como ideología, lo cual llevó a adoptar Así, la experiencia de búsqueda de una "ciencia del
como "categorías mediadoras específicas" las que de · proletariado'' quedó inconclusa y sin respuesta en espera
manera clásica se exponen como postulados generales del de que sucesivos intercambios, contactos y esfuerzos edu-
marxismo. En esta forma, lo que se llamó "ciencia popu- c~.tivos disminuyeran el efecto de la ignorancia y la aliena-
lar'' tuvo que ser un calco ideológico de algunas tesis ge- cion tan~~ en el proletariado como en los intelectuales, pa-
nerales del materialismo histórico como se han desarrolla- ra permitirles dar el salto cualitativo que les capacitara a
do en diversos contextos y en diferentes formaciones so- todos par~ .construir ese futuro y esa ciencia, y para libe-
ciales, es decir, se cayó en la más grande forma histórica rarlos políticamente (38). De allí la renovada responsabili-
del dogmatismo, que es la mímesis (36). dad de aclaración y critica que les compete a los cuadros
Esta transferencia de conceptos y categorías dadas revolucionarios contemporáneos en la praxis porque, co-

44 45
da (que tenían los miembros d 1
como punto de partida para l e ~~ comunidades de base)
.
molo señala Hobsbawm, si los intelectuales no son nece-
sariamente decisivos, tampoco sin ellos podrán las clases dro mismo, cuya conciencia a ~I n, Y no el nivel ~el cua-
trabajadoras hacer la revolución, mucho menos hacerla lantada que la de las bases P a .estar mucho mas ade-
contra ellos (Hobsbawm, 1973: 264, 266) (39). por exceso de activismo o ¿rsf evitaro? errores políticos
trató de evitar tambi'eln (nop . gnorancia (41). Además se
. siempre con é 't ) d · ·
unilaterales 0 verticales que odl XI o ecisiones
que, de pronto, habrían podi~o ~:~~era paternalismo y
1
Sobre el sujeto y objeto del conocimiento
plotación intelectual Y política del rmas nuevas de ex-
Como hemos visto, el paradigma de la ciencia social querían combatir a todo tranc , as masas' formas que se
. e.
critica estipula que la diferencia entre sujeto y objeto pue- L ~ Investigación así concebida -
de reducirse en la práctica de la investigación. La expe-
' ' autoinvestig '6 " q~e era, en parte,
telectual y po~~~onque 'to'!.~o:nuna d~vi~Ión ~el trabajo in-
1 ••
11
riencia colombiana de investigación-acción tiende a com-
probar esta tesis que, en verdad, no es nueva: ya Hegel paración, tratando de evitar di'sccur~n .a o~óniveles
Irmnaci de pre-
n o arrog ·
había explicado cómo, en la idea de la vida, el dualismo de en 1os cuad ros. Por ejemplo 1 1r . . . . anc1a
cutaba un cuadro avanz d ' e. ana ISIS cuantitativo. lo eje-
sujeto y objeto queda superado por el conocimiento, en
una síntesis que se logra al reducir el segundo al primero recta, la grabación cona a~c~~eo~tr~! 6~~~a e~tr~vis:: di-
mentos Y retratos antiguos en lo~ baúles fue J·
e ocu-
~~~:;~a~;~~~~ ~~~:a~:s1 otros menos,;~r~;~~~s~ i~
(Hegel TI: 671-674).
En consecuencia, el trabajo de campo en las regiones
colombianas estudiadas no se concibió como mera obser- interesados en el trabajo Y el a ple~a ~articipación de los
vación experimental, o como simple observación con em- investigación y sus fines 'por P~~~~:to Y contr.ol de la
pleo de las herramientas usuales (cuestionarios, etc.), si- te por la organización . os, especialmen-
no también como ''diálogo'' entre personas intervinientes cedió en el te grermal, en estos casos. Así se pro-
que participaran conjuntamente de la experiencia investi- expectativa. ~:~~~: re~tulta?os que s~brepasaron toda
gativa vista como experiencia vital, utilizaran _de manera turaleza de las luch s SI ua~~?nes motivadas por la na-
compartida la información obtenida, y prepararan y auto- adelantar estudios ~f ;::a~ec~:~~' ~o ht ab?a sido posible
rizaran la publicación de los resultados en forma táctica y ma "dialógica" en la . I~Ienl o sino en esta for-
útil para las metas de los movimientos involucrados (40). entre el sujeto y el obje~~esl: ~~:~7;~~~ ~as diferencias
6
Este entendimiento entre personas de distinto ori-
C?mo los ~stu~li.os que se realizaron en .esta form
~~~!~:~~= ;::~~:~~0; ~:::~~~~:~:?n:ed ~b:an co~~~
0 d to d , e no po-
gen, entrenamiento y, muchas veces, clase social, tuvo
lugar cuando aquella que se consideraba mejor preparada
modificó la concepción de su papel -sea como cuadro o dían verse sólo como 1a ,
como investigador- y adoptó una actitud de aprendizaje Y objeto Habl prol uc e una sintesis entre sujeto
y de respeto por la experiencia, el saber y la necesidad de sujetos ~ obj~~o;u:c~~~ os como un en;endimiento entre
la otra, alistándose al mismo tiempo para dejarse '' expro- dentro de · s que compartlan la experiencia
piar'' su técnica y conocimiento. Esta actitud comprensiva tuandocoX:~ uX::::t~ s~j~~s;o~~~órico, en e~ fondo, ac-
tuvo consecuencias políticas positivas, como se constató tearse el problema del sentido dela t:anto,
Inserci'hóabia
n queque pla~-
se reali-
en el terreno. En efecto, cuando quiera que se tomó en
cuenta el nivel real de conciencia de la situación encontra-
47
46
zaba en el proceso histórico, como efecto político sobre las ya aceptada, que en estas actividades teórico-prácticas
masas y sobre sus propios organismos. tiene la organización, para desarrollar toda la potenciali-
En general, la experiencia colombiana dejó entrever dad revolucionaria.
que es posible realizar este tipo de estudio-acción por in- . Sabido es que, desde el punto de vista de los princi-
vestigadores aislados cuando van en función de intereses pios ortodoxos del marxismo-leninismo, "la organización
objetivos de las bases o de sus gremios; pero que, obvia- es la forma de mediación entre la teoría y la práctica''
mente, su efecto político cae en el vacío cuando el trabajo (Lukacs, 1975: 312; G:am~ci, s.f.: 76; Mandel, 1974: 61).
no es convergente con los de partidos u organizaciones Por,lo. tanto, ~a org~n1Zac1ón ~s la 9ue debería disponer,
políticas, o cuando no está directamente auspiciado e im- en. "?ltlmas, como ejecutar la Investigación, cuándo y con
pulsado por éstas con sus investigadores militantes. En ~u1enes: pues es la que controla opciones en lo táctico y
vista del peligro que esta indefinición podía representar, JUe~a con, l? aleatorio del cambio en las coyunturas. Tal
cuando quiera que los investigadores activos se apartaron tes1s es vahda para aquellas organizaciones no fetichistas
de esta regla hubo acusaciones de ''espontaneísmo'', y el que conceden importancia a la investigación, porque apli-
celo partidista con frecuencia agudizó situaciones o autori- can correctamente el principio leninista de que ''sin teoría
zó la persecución, la macartización y el "canibalismo" a revolu~ionaria no ,~ue?e haber .acción revolucionaria'', y
los cuadros e investigadores que se consideraban respon- el mao1sta de que quien no ha Investigado no tiene dere-
sables. cho a opinar" (Mao, 1968b: 9; Colletti, 1976, Parte II). Sin
Este choque producido por el sectarismo partidista, embargo, e~ el caso colombiano, se sentía muchas veces
por una parte, y por el afán espontáneo e individual de que no hab1a mucho más que un reconocimiento ritual a
participar en el proceso revolucionario, por otra, creó pre- tales prin~ipi?s, y que c~si todas las energías y los recur-
siones para responder al impasse políticamente, es decir, sos organ1Zat1vos se dedicaban a la acción directa. Seme-
para que los investigadores se constituyeran a su vez en jant~ solución, a~nque respetable desde muchos puntos
grupo político. Pero, aunque se dieron algunos pasos en de VIsta, no parec1a convemente para el proceso revolucio-
este sentido, a la larga no fue posible hacerlo por diversas nario en gene~al, especialmente en sus aspectos estratégi-
razones: 1) las diferencias sobre el enfoque de aparatos de c?s de formación de una contra-sociedad fuerte y conven-
comunicación (especialmente la revista Alternativa), lle- Cida. Pero el proceso fue enseñando: los sucesivos golpes
varon a una dramática escisión en tales grupos, con efec- de un enemigo de clase mejor informado por el estudio y
tos públicos adversos; 2) las bases campesinas y obreras la investigación científica llevaron a algunos de aquellos
se afectaron también por una división interna que agudizó grupos activistas y partidos a reconsiderar su posición. En
contradicciones relacionadas con interpretaciones tenden- estos. casos, la experiencia en el proceso condujo en Co-
ciosas y personalistas sobre el trabajo regional y el origen lombia a formas más maduras de mediación entre la teoría
económico de los aportes (ver Nota 37); 3) en el momento Y la práctica, que ya no pueden ignorar los principios me-
de la decisión, algunos optamos por inclinar la balanza y todológicos de la investigación-acción y la ciencia social
guardar la distancia enfatizando el papel del científico critica, como aquí se han esbozado.
comprometido dentro del proceso y no el papel del político El adentrarse en el saber popular y el intercambio
pragmático y calculador que podían exigir las circunstan- con la experiencia de base sobresalen así como necesida-
cias. De cualquier manera, tales dilemas y tentaciones d~s tá~tic~s. El sentido común y la formación de una opi-
simplemente confirmaron la importancia básica, también nión publica basada en la conciencia de clase y consciente

48
49
de su verdadera historia, son elementos a considerar se- naturalista y el método histórico que él consideraba propio de la ciencia
cultural (Rickert 1943: 46-47). Ver las reservas que hace al respecto Colle-
riamente, por las posibilidades que ofrecen de crear y en- tti 1976: 37-38.
riquecer una eventual ciencia del proletaria~o. La com- 5. Esta tesis se habia venido enfatizando ya en algunas escuelas, y desde
prensión dialéctica de sujeto-objeto en la praxis va al cora- Marx, para el estudio de la sociedad humana y de la cultura; recuérdese
cómo Karl Marx, en el Prefacio a la primera edición de El capital, al com-
zón de este problema, por cuanto toma en cuenta el desa- pararse con los físicos, subraya que la sociedad no es un "cristal fijo" sino
rrollo social y político de las masas. una entidad que hay que ir ''entendiendo continuamente en el proceso de
Como ya se sabe, sin las bases organizadas no es po- transformación". Cf. también su Carta a Mikhailovsky sobre el método
histórico de investigación (1877).
sible el cambio revolucionario y la construcción del futuro; 6. Tal es el "principio del impulso" A-B adaptado por Lenin al discutir las
ni tampoco sin ellas es posible la adquisición del conoci- tesis de J. Petzoldt, para explicar las diferentes opciones D.C.F. que pue-
miento científico necesario para tareas tan vitales. Pero den tomarse en la realidad, lo que se explicarla distinguiendo entre "lo
fortuito y lo necesario" en la acción social: Lenin 1974: 152-154. (Agradez-
este conocimiento sigue siendo, mal que bien, la respon- co a René Zavaleta el haber llamado mi atención a este aspecto del plan-
sabilidad de los científicos. Evidentemente, serán científi- teamiento leninista).
cos más consecuentes, eficaces y productivos, si mantie- 7. En esta misma categoría colocamos los intentos de la ''antropologia de la
acción'' propuesta en la década de 1950 por Sol Tax; y, en parte los ensa-
nen el equilibrio, el ritmo y la dialéctica de esta oposición, yos d~ " etnometodologia" realizados por H. Garfinkel, aunque , de éste
y si la organización política les estimula, acoge y respeta son dignas de recogerse las premisas prácticas que retan o condicionan la
"ciencia normal" de su época. Véase el interesante artículo de Freund y
como tales. Abrams 1976:377-393.
8. "Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se
r~pite en infinitos ciclos y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del
conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es la teoría materialista
dialéctica del conocimiento ... y de la unidad sobre el saber y el hacer"
(Mao 1968, Tomo 1: 331).
NOTAS 9. No hay que dejarse confundir en cuanto al "empirismo" ciego. Este pro-
blema fue aclarado por el mismo Marx en 1880, con su ''Encuesta obre-
ra". Por ejemplo, los cuestionarios adecuados pueden ser, al mismo tiem-
1. Varias instituciones colombianas realizaron experiencias de investigación- po, elementos de politización y de creación de conciencia de clase, como
acción desde 1970, pero la más conocida, por diversas razones, fue la Fun- pudo hacerlo Marx en el fraseo de sus preguntas (Bottomore y Rubel1963:
dación Rosca de Investigación y Acción Social (1970-1976), a la c.ual ~rte­ 210-218).
neció el presente autor. Entre publicaciones más influyentes o difundidas: 10. Este es un postulado tan antiguo como el mismo conocimiento humano,
Fundación Rosca 1972, 1974a, 1974b y 1975. Debe distinguirse la "in~esti­ p~ero articulado por la filosofia griega y revivido por Descartes. Hoy lo
gación-acción" de la "investigación militan~".'- que es ?"quella realizada confirman muchos pensadores y cientificos naturales. La misma tesis fue
por cuadros científicos dentro de marcos partulistas y suJetos a las pautas replanteada por Engels como la "ley del movimiento", cuya ciencia es la
y necesidades de su respectiva organización. dialéctica en el desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento
2. Sobre los paradigmas de la ciencia hemos seguido las teorías de Kuhn (Engels 1935: 144-145; Lenin 1974: 165-166, 251). Estos principios derivan
1970: 23, 187-281, especialmente en cuanto tienen que v~r con 1~, f?rm~­ más de Aristóteles que de Newton, pero no son por ello menos vigentes o
ción del conocimiento y la instauración de nuevos paradigmas ( ciencia actuales.
11. Lukacs recuerda que estas categorias kantianas, al ser tomadas por Hegel,
extraordinaria''). . . no se contr?"ponen sino que son "correlatos necesarios"; en lo que coloca
3. En efecto como señala Lukacs, había desde la fuente un cierto acondiciO-
namiento producido por el ideal cognoscitiv? de las cienci~ natur~es que, en su propio contexto lo que, basado en Engels, sostiene Lenin (Lukacs
al aplicarse al desarrollo social, se convertiR en un arma 1deológ¡ca de la 1975: 179; Hegel, 11:464,479, sobre la realidad).
12. Es posible que este sea un defecto intrlnseco de toda definición, que la ha-
burguesía (Lukacs 1975: 12). ce incorregible cuando cambian los marcos de referencia: en este caso to-
4. Un principio tan obvio cuán fácil de olvidar, a pesar de las razones claras Y
elementales expuestas por epistemólogos como Rickert, cuando hablB; de do debe caer junto con las definiciones. Cf. lo ocurrido en las ciencias fisi-
r.
una "oposición material (r~al)': entre naturaleza cu~~~a, I?ara expli~
la vieja distinción entre '' c1encia de la naturaleza y c1enc1a del espm-
cas (Kuhn 1970: 183-184). Hegel habla señalado cómo la definición ''redu-
ce la riqueza de las múltiples determinaciones de la existencia intuida a
tu" , lo cual le llevó a reconocer una "oposición formal" entre el método

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los momentos más simples'', asi como otros limitantes que con frecuencia 22. "El punto de vista <J.e la vida, de la práctica, debe ser el punto de vista pri-
se olvidan (Hegel, ll: 700-701). n;tero Y fundame~tal de la teoria del conocimiento" (Lenin 1974: 133). La
13. Cf. el análisis convergente que de este problema de la falta de coinciden- cita sobre la realidad proviene de Lukacs 1975: 261.
cia entre agrupaciones politicas radicales y la visión cientifica global del 23. Dentro de las izquierdas colombianas, sólo el Partido Comunista ha tenido
desarrollo, presenta Moura 1976: 69. La fetichización es evidente cuando una politica fi~a de inv~stigación. socioeconómica relacionada parcialmente
los grupos o partidos politicos empiezan a buscar a todo trance el ''Palacio con sus ~r!lbajos; publica Estudios marxistas con textos de sus investiga-
de Invierno" en los contextos locales, sacrificándolos a fines meramente dores-~tante~. Agrupaciones socialistas empiezan a hacer lo mismo. y
tácticos, etc. ha habido est?dios pertinentes anteriores de marxistas como Luis E. Nieto
14. Kuhn 1970: 149, Jlluestra el peso del aparato conceptual y del vocabulario Arteta, lgna~1o Torres GU:aldo y otros (Causa popular, 1972: 70-71).
en la reformulación de relaciones dentro de nuevos paradigmas, con su En este sentido, se ha olVIdado con frecuencia que las vinculaciones entre
consecuente aplicación a la realidad. Y otro autor crítico nos recuerda que ~ teoria Y~ práctica son evidentes para quienes han desarrollado la cien-
"los conceptos, al igual que las percepciones, son ambiguos y dependen cia Yla técmca modernas como bagaje de la burguesia dominante o para la
de las anteriores experiencias de la persona, de su educación, de las con- defe~sa del statu quo. Su gama corre desde la izquierda hasta la derecha
diciones generales del medio" asi como del vocabulario y del "idioma ob- politlca: cf. Moser 1976: 366 y sus referencias (Clark 1962). Norman Birn-
servacional" (Feyerabend 1974: 66, 619, 125-126). baum recuerda el ''Moynihan Report'' sobre desarrollismo como un caso
15. Karl Marx, palabras finales a la segunda edición alemana de El capital, de "investigación activa" de este tipo (Birnbaum) 1974: 209).
1973; y Prefacio a la primera edición alemana de El capital, parte final, 24. Hegel ll: 622, 657-663, 674-680, establece la relación entre la teleologia
1867. Hay que subrayar que el propósito de Marx era ''descubrir la ley del hombre Y la autofinalidad de la naturaleza que el hombre utiliza en su
económica del movimiento de la sociedad moderna", en sus propias pala- trabajo. Cf. Mandel1972: 1947.
bras, y no una ley general o eterna. 25. También, "human engineering" a la Kurt Lewin o la "ciencia aplicada"
16. ''Cada frase del desarrollo de la ciencia añade nuevos granos a esta suma como se ha entendido normalmente. Cf. Haberm:as 1974: 263-267 sobre
de verdad absoluta; pero los limites de la verdad de cada tesis cientifica ''el aislamiento positivista de la razón y de la decisión''. Una de las 'prime-
son relativos, tan pronto ampliados como restringidos por el progreso ulte- ras discusiones sobre las ''Tesis'' como clave de la obra de Marx y su tra-
rior de los conocimientos" (Lenin 1974: 126-127). Sin embargo, Lenin (ins- ducción a una ''filosofia de la práctica'' (praxis), es la de Gentil~ 1899, ci-
pirado en Engels) no dejó de sostener la existencia de "leyes objetivas" tado por Bottomore y Rubel. Cabe señalar aqui que existe efectivamente
en la naturaleza, como la de las estaciones, pero éstas son más bien proce- u~a ''filosofia de la praxis'! relativamente desarrollada po~ Lenin, Grama:
sos causales o necesidades naturales. Las tesis sobre la verdad absoluta y ci, Lukacs Y otros, pero que no ha avanzado mucho más allá de las Tesis
relativa fueron también adoptadas por Mao Tse-tung 1968a: 330. - sobre Feuerbach como criterio de orientación o validación· mientras que
17. Plantear los "hechos" puros o simplemente empíricos es cosificar la reali- no hay como ~al una ''metodología de la praxis'', a menos que ésta se tra-
dad y abandonar el método dialéctico, sostiene Lukacs 1975: 236-239. Lo duzca, como mtentamos hacerlo aqui, a elementos de la investigación acti-
correcto es tratarlos como lo hace Rosa Luxemburgo en ¿Reforma social o va con la orientación del materialismo histórico. Es decir no alcanzamos a
revolución? donde las tendencias se convierten en hechos, pues éstos en si a~v~rtir en la idea de praxis ningún elemento que permÍta convertirla, en
mismos "constan de procesos" (Marx, ID, 1: 316). SI nnsma, en una categoría analitica.
18. Siguiendo a Rickert y otros, no consideramos al materialismo histórico 26. No parece necesario elaborar más este punto. Para el efecto consúltense
como ciencia al mismo nivel de las otras, sino como filosofia de la historia, las observaciones convergentes que al respecto hacen Kuhn 1970: 52 141
en lo cual creemos que somos fieles a los propósitos de Marx, quien, como Y 147 (la distinci?n artifi~ial entre hecho y teoria), 33-34 (la acción sim~tá­
se sabe, sólo habló de los "fundamentos materialistas" de su método de nea de la .expe?IDentaci?n y_Ia formación de la teoría); Habermas 1974:
investigación (en realidad la designación no es de Marx sino de Engels); 78-79 (la filosofia de la histona como guia de la praxis y el sentido politico
(Rickert 1943: 185). Véase también Bottomore y Rubel1963: 35-36; Man- de é~ta); Lukacs ~975: 21-~2 (punt:o de partida de la práctica), 263, 347 (de
del1972: 46, 56. teona de 1~ práctica a ~ona. práctica); Fichte 1913, 1: 79 (sobre la práctica
19. Solari, et. al., señalan con justeza la "pobreza de la discusión epistemoló- Yla refleXIón); Gramsc1 s.f.: 72-74 (sobre el nexo teoría-práctica sus rela-
gica en América Latina'' y la poca atención que prestamos a los aportes de ciones con el sel!ti~o común y el papel de la comunidad científi~); Althu-
la ''Escuela de Frankfurt'', especialmente en los años que tuvimos la polé- sser 1973: 36 (pnondad de la práctica sobre la teoria y del ser sobre el pen-
mica sobre "ciencia, crisis y compromiso" (1968-1970). En efecto, sólo se sar); y otros.
leía a Marcuse, mientras que otras obras pertinentes, como las de Hork- 27. "Todos los hombres son filósofos" (Gramsci s.f.: 61).
heimer y Habermas, sólo se conocieron en inglés o español después de 28. En cambio para Fichte la "filosofía popular" va llena de errores porque no
1970. logra ''presentar la prueba de las cosas como hechos'' y no puede ''llegar
20. Tienden a confirmarse asilas tesis generales de Kuhn sobre pautas forma- a comunicarla" (Fichte 1913, ll: 46).
tivas en paradigmas científicos, Kuhn 1970: 84-85. 29. Al P?litico norteamericano Adlai Stevenson se le atribuye el siguiente pen-
21. Véase también la discusión sobre los títulos que puede tener la investiga- sam¡ento: ''En la gente sencilla hay visión y propósito. Muchas cosas se
ción-acción como nuevo paradigma, presentada por Moser 1976: 357-368. revelan a los humildes que se esconden a los grandes. Espero recordar las

52 53
grandes verdades que son tan obvias (entre los sencillos) cuanto que en rienda de Gramsci que estipula "tr b .
otras partes se oscurecen" (Time, enero 24 de 1977: 17). lectuales de nuevo 'tipo surgidos dir!=.~~ promover élites de inte-
30. Este conocimiento cientifico, evidentemente, es el producido por los in- nezcan en co.atacto con ellas . e ~s masas, que perma-
vestigadores activos y los militantes comprometidos con las bases, según sión" (Gramsci, s.f.: 8 1 ). M!:: ~;;:~:ss~;nelnucl~o básico de expre-
1
principios metodológicos expuestos en este estudio. ros avanzados" ; Fals 197 5: 46. . - , Y su tesis sobre los "obre-
31. El presente autor fue de opinión de organizar dos revistas, una como venia 39 · Es cuestionable si en otros países aun en al
y otra para las bases, en lo que contó con el acuerdo del escritor Garcia ción ideológica del proletariado se~ mejor q guno~ ~es~ollados, la situa-
Márquez, vocero de la contraparte; pero este arreglo fue rechazado por el histórico del proletariado en los países ca it':f:n o om Ia. El desempeño
nuevo grupo editorial de Bogotá, que habia asumido, equivocadamente, be, es una de las paradojas más agudas d~l ~s avanzados, como se sa-
una actitud triunfalista. La fórmula intermedia de Alternativa del Pueblo en cu t E marxismo actual aun tomand0
falló muy pronto, a los seis meses. La otra Alternativa (del grupo Garcia J ~n;. ~ue en uropa aparecieron obreros-filósofos de ~tegoria
Márquez), suspendió temporalmente en diciembre de 1976, luego de un osep Ie z~en.' a qwen alabó Marx Yde cuyos escritos tomó . , como
recorrido meritorio como critico de la sociedad y del Estado colombiano. na,s d~ sus prmci~al.es concepciones ideológicas. El m · t~dalgu:
mas bien un movmuento de la alta intel . anusmo SI o alli
Reanudó la publicación en abril de 1977. diecinueve cuando empezó a im actualidad, ?esde finales del siglo
32. De aquí el conocido debate sobre la ''inyección ideológica'' desde fuera de tíficos;.cf. Bottomorey Rubel19:n4e¡~:3~~!~~:e~~~.a~:d(é~cols Y cien-
las bases populares, que resolvió Lenin adoptando la politica de intelec- formación de Lukacs de ideólo .' . · so re a trans-
tuales y cuadros de partido, siguiendo los lineamientos de Marx y Engels 40. El concepto de "diálogo" ti godimr?vo1uc.lOnano en pr~fesor universitario).
sobre la teorla de las clases sociales; V. I. Lenin 1944, I: 121. Cf. Moura d t ene ens10nes revolucionarias en ste t•
e con acto, como lo expone Freire 1970· 83-84 S d .e lpo
1976: 106-108. Esta politice., no obstante, puede enriquecerse con el "diá- dad objetiva Y crear conciencia sobre ~ •t ·.ó upone e~bnr la reali-
logo'' que sobrepasa las diferencias entre sujeto y objeto e impide la impo- sión; véase también la o inión d G s~ uaci n para eliminar la opre-
sición unilateral, de arriba abajo, del nuevo conocimiento o de la nueva pedag?gica. Expe~enci~ pertin!n~:::~d~!~c?:-9~; sobre la relación
ideologia (véase la sección siguiente). matena de refleXIón como el , 'parti . to n e adultos son hoy
33. Una posibilidad es estudiar a fondo la interpretación fisiocrática del senti- 1975: 24-78. ' Cipa ry research": Conve.rgence
do común como ''opinión pública'', formada é~ por una reflexión colecti- 41. En esta forma podría interpretar la . .
va guiada por filósofos idóneos, y como una aplicación concreta de la pra- luartes de autogestión campesin:~. e:~o~~~Ión de lo que se llamó ''ba-
xis (control político y acción social); cf. Habermas 1974: 74-81. zación de Usuarios e · om 18., como parte de la organi-
34. Lukacs ha definido las funciones ideológicas del materialismo histórico también el consejo de~:s~~~¡~éga:s~s~t19b75.: d143-14d4. Recuérdese
como arma del proletariado: juzgar el orden social capitalista y revelar su
esencia, como sefuiliunos antes. En estas circunstancias, ''el conocimiento
n °
"E tod t b .
ra aJo que se realice para las
cesidades y no del buen deseo de
ra aJa ores e la cultura".
·
. d~a~das, se requiere partir de sus ne-
·
lleva sin transición a la acción" (Lukacs 1975: 90-91). un m IVI uo He aqui dos pri · .
uno, las necesidades reales de las masas n... . . nciplOs;
35. ''A medida que la lucha del proletariado toma forma con mayor claridad
(los teóricos) no tienen más necesidad de encontrar una ciencia en sus pro- por nosotros, Yel otro, los deseos de las ~s~ Yo l~ecsdesi?~des Imaginadas
ellas mism w. ec1s1ones que toman
pias mentes; sólo tienen que observar lo que ocurre ante sus ojos y hacer- m: 186-187)~' y no 1as que tomamos nosotros en su lugar" (Mao 196ab,
se sus vehículos de expresión'', para llegar a ser ''ciencia revoluciona-
ria", Marx 1971: 109, 191.
36. Según lo concebido por Platón; cf. Lukacs 1975: 261. "Sobre categorlas
mediadoras específicas", Lukacs 1975: 201.
37. Este es tema para otro estudio. El presente autor trabajó bajo el supuesto
de que puede crearse una conciencia y una moral revolucionarias que de-
terminen el uso del dinero y otros recursos materiales necesarios para las
tareas. Mucho de la crítica que se hizo al efecto corruptor del dinero, la
ayuda externa, etc., tuvo visos de moral pequeñoburguesa con elementos
de falsa o mala conciencia, como se hizo ver, inútilmente, en repetidas
ocasiones (Fundación Rosca 1976: 39-45). Estos experimentos en investi-
gación-acción fueron apoyados económicamente por una gran diversidad
de instituciones que iban desde las civicas de paises neutrales o socialistas
(como el SIDA de Suecia) hasta la campaña Solidaridad de Holanda y el
Comité Nacional de Auto-Desarrollo de los Pueblos, de Estados Unidos.
Ninguna de estas instituciones impuso condiciones al uso de los fondos re-
cibidos.
38. Es posible desarrollar dirigentes marxistas de base, si seguimos la ~xpe-

54
55
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56 57
~orda que la historia, como mediadora entre teoría y prác-
ti~a, se convierte en foco indispensable de un nuevo para-
digma dialéctico de las ciencias sociales. En una situación
social caracterizada por la alienación de los hombres la
historia llega a ser un medio para la ruptura de las est~c­
turas sociales. O, en términos de la descripción dialéctica
de Fals Borda: las estructuras sociales como cosas-en-sí
se vuelven cosas-para-nosotros mediante la reflexión his-
tórica. Desde este punto de vista, el pensamiento histórico
es el veneno del positivismo puro. Como principio operati-
vo de la investigación-acción, esta idea es muy importan-
te.
Pero el prerrequisito de este tipo de estrategia es la
COMENTARIO A LA PONENCIA DE continuidad del proceso histórico, donde los problemas de
ORLANDOFALSBORDA ayer -no resueltos en el presente- se pueden traducir
fácilmente a problemas relevantes para la situación ac-
Heinz Moser* tual. Como lo demuestra la ponencia, en la situación co-
lombiana esta traducción no se ha hecho a fondo.
Comentar esta ponencia es a la vez una tarea intere- Agreguemos a lo anterior otro ejemplo. En mi país
sante y difícil. Al provenir de una cultura completamen~ esta vinculación con la historia es aún más difícil de reali-
diferente, es un poco complicado para mí penetrar sufi- ~a~. La conciencia .de, la clase trabajadora como fuerza po-
lí~Ica de v~nguard1a se halla más o menos destruida, y el
cientemente en la situación sobre la cual se basa esta po-
nencia. Sin embargo, me parece interesante ?uzgar las nivel de bienestar logrado por la sociedad incluye una con-
premisas y conclusiones que el autor ha ob~rudo de sus cepción del progreso histórico, en la cual éste se interpre-
experiencias colombia~as. Por otr~ lado, existe un fondo t~ como un mérito del capitalismo. A pesar de que esto
de antecedentes filosóficos entreteJidos ~on la argu~en~­ ciertamente sólo se refiere a un nivel superficial de la rea-
ción que trata muchos temas bien conocidos en la filosofía lidad social, representa la interpretación sobre Suiza de la
mayoría de la gente que vive en el país. Al acentuar este
europea y alemana. punto, no negaría que esta interpretación corresponde
En mi comentario quiero pensar sobre estos proble-
mas, porque tienden un puente entre .los antecedentes Y más a una idealización ilusoria, que a una realidad. Los
problemas económicos a nivel mundial ("recesión") de
experiencias diferentes que hemos tenido. . . .
Primero, me parece necesario anotar la pos1c1ón 1m· los últimos años, han mostrado claramente que la '' estabi-
portante que ocupa la historia como guía para el pr~eso lidad'' está amenazada, mientras las estructuras capitalis-
de investigación-acción. Dentro de~ contexto de la discu- tas .continúe? orientándose hacia el lucro, antes que hacia
sión alemana, este aspecto no constituye uno de. sus asun- la nqueza rmsma del hombre. Como consecuencia de esta
tos principales. He aprendido de esta ponencia de Fals amenaza, la mayoría de la gente no tiene la capacidad pa-
ra apreciar políticamente esta situación. Por el contrario,
procuran hallar consistencia en el sentido de la teoría cog-
• Paedagogisches Institut, Universitaet Zurich, Suiza. Traducción de Andera
noscitiva de la personalidad.
Rudqvist. 1
59

58
Esto significa, por ejemplo, una tendencia a acentuar historia como acontecimientos-en-sí se convierte en histo-
las influencias extranjeras sobre nuestra economía, a difa- ria que es para nosotros, y de la cual somos responsables.
mar la crítica izquierdista como un movimiento destructi- La investigación-acción debe agregar a la cuestión de
vo contra la democracia, a disminuir los peligros de la re- los hechos como cosa propia de la sociología positivista el
cesión económica (tendencia expresada en slogans como: asunto relacionado con la ''génesis''. Las experiencias' de
"la calidad del trabajo suizo es el mejor remedio para ha- los hombres deben ser analizadas por ambos lados: las
cer frente a la crisis''). Asentadas las contradicciones in- experiencias tienen su base en el proceso de socialización
herentes a este patrón es extremadamente difícil cambiar- que transfiere aspectos tradicionales (el pasado) orienta-
lo. Porque este patrón garantiza la identidad cultural res- dos por la idea de u.n futuro mejor.
pecto a una situación, en la cual se observan síntomas de ~1 te~er en mente .esta mediación como la idea guía
una crisis real total en la estructura política y económica. ~ara ~ncluu ~1 aspecto histórico en el concepto de la inves-
Como lo demuestran ambos ejemplos, no existe nin- tigación-acción, podemos también captar los límites de es-
guna acción automática que vincule a la historia con pro- te enfoque. La historia no tiene sentido en sí misma. Es
cesos de activación y concientización del pueblo. El poder necesario el trabajo práctico para apoyar la relevancia de
de las interpretaciones establecidas, que logran ''la ver- las dimensiones históricas de cualquier problema. Como
dad'' por el mero hecho de la existencia de un monopolio lo acentúa Fals Borda, la investigación-acción no está
de opinión, y que además influye sobre las interpretacio- guiada por las ideas de generalización y abstracción. El
nes del sentido común (por ejemplo, mediante la educa- conocimiento histórico, así como las teorlas sociológicas
ción histórica y política en las escuelas), puede constituir- no constituyen principios encumbrados que se pueda~
se en un obstáculo serio para el cambio social. El conse- aplicar de manera deductiva.
cuente temor a perder la identidad cultural y la seguridad Sin embargo, el enfoque fenomenológico de Garfin-
de una vida ''ordenada'', a menudo tiene consecuencias kel (1967) ha ilustrado el carácter índice de las acciones.
importantes: la interpretación burguesa de la historia se De~tro. ~e1 contexto del pensamiento fenomenológico, es-
convierte también en la interpretación popular. En esta si- to signÜica la dependencia que tienen los procesos de co-
tuación, una ciencia crítica no está en capacidad de recu- municación frente a las situaciones concretas de la vida.
perar a la historia de manera directa. La confianza en el Los. signüicados no tienen sentido abstracto, pero es nece-
poder purificador del pensamiento histórico como medio sano tratar con ellos en el flujo específico de la comunica-
para inculcar conciencia no es sino un fantasma. ción. Seguramente, éste es un enfoque bastante formal.
Sin embargo, no se pueden descuidar los aspectos Pero, como lo demuestra Fals Borda, debe extenderse
históricos: especialmente aquellos aspectos de la opre- desde el punto de vista de una versión materialista. Todo
sión, ''olvidados'' por la propia historia -ilustrados por el conocimiento cultural que obtienen los individuos en
la reflexión histórica- pueden resultar fructíferos para un sus situaciones de vida, son en algún sentido expresiones
enfoque científico que se orienta hacia la activación de la índices de sus condiciones de vida. Las masas no constitu-
gente. O en términos má.s abstractos: El pensamiento his- yen una mayoría silenciosa sin conocimiento relevante,
tórico puede destruir la "ontologización" de las estructu- como a menudo las perciben los intelectuales. Han gana-
ras sociales existentes. Las esperanzas incumplidas y los do muchas experiencias valiosas en su contexto de vida
elementos utópicos del pasado, así como la percepción de concreto. Fals Borda nos entrega los siguientes ejemplos:
mecanismos de explotación y dominación nos darán algu- ''La riqueza factual de la experiencia campesina se reflejó
nas perspectivas para la creación de un futuro mejor. La en la organización de acciones concretas, como las tomas
60 61
de tierras; en la interpretación de la agricultura como téc-
d~scub~rlo. Por medio de la destrucción de los aspectos
nica y como forma de vida; en la adopción de costumbres Y
~ntológ¡cos que rodean tanto al conocimiento de los inves-
prácticas nuevas en el medio tradicional; y respecto a la tigadores como al de los prácticos, se puede avanzar en el
utilización de la botánica, la herbología, la música Y el
desarrollo de la conciencia. Al llevar a cabo este progra-
drama dentro de un contexto regional específico''.
El trabajo índice de la investigación-acción se basa en ma, se debe tener otro punto en mente: en vez del elitismo
expresiones de este tipo. Los investigadores debieran en- científico, la investigación-acción toma las experiencias de
l~s ~pos de base c~mo fundamento para el análisis y las
tenderlas en su sentido contextual. No debieran imponer
sus categorías y marcos propios, los cuales destruyen el discusiones, y tambien para elaborar estrategias alternati-
valor del conocimiento práctico. Esta actitud por parte de vas de acción. Además, este proceso es un proceso que se
la ciencia no es otra cosa que una forma distinta de explo- refiere al aprendizaje común de prácticos e ln,v-e!§;tü!:'a«:loa
tación cultural, cuya consecuencia es un incremento de la res, incluyendo también los fracasos como una base para
el aprendizaje nuevo. Todo esto se demuestra de una ma-
explotación de los ''sujetos de campo''.
Por otra parte, el conocimiento índice -como se defi- nera detallada por Fals Borda.
ne arriba- no es idéntico al conocimiento verdadero. No Pero la ponencia muestra también que no es fácil lle-
es más que la expresión auténtica de grupos específicos. var a cabo este enfoque. Por ejemplo, en el caso del pro-
Generalmente, este conocimiento refleja estructuras de yecto colombiano, queda sin resolver la siguiente pregun-
poder, explotación e impotencia del pueblo. Puede con~­ ta: si he entendido correctamente a Fals Borda, el trabajo
truir mitologías que funcionan como ideologías en benefi- del proyecto en general se relacionaba con cuadros de los
cio de los grupos sociales dominantes. Sin embargo, to- grupos de base, como el grupo de referencia principal del
mar en serio tal "sabiduría popular" es una cosa; la con- proyecto. Los cuadros se convirtieron en mediadores entre
las masas y los investigadores. Por otro lado, Fals Borda
fianza que le podamos tener, constituye otra.
Los "fracasos" que relata Fals Borda están frecuen- señala su intención de crear un enfoque científico que re-
temente relacionados con este problema de la ''sabiduría coja el conocido principio, "de las masas a las masas".
popular''. En mi opinión no son de ningtina manera Sin embargo, no entiendo exactamente la posición de las
"errores" o "equivocaciones", sino una fase casi indis- masas dentro del marco de este proyecto. A veces me pa-
pensable de un proyecto nuevo. El conocimiento práctico, rece que -en vez de votar por una especie de ciencia po-
en este sentido, no es el objetivo de la investigación- pular- se desarrolla una especie de elitismo: los voceros
acción, sino el comienzo. La reflexión común de investiga- de las masas son ''cuadros avanzados''. Si Fals Borda cri-
dores y prácticos (activistas) se dedica a ''probar'' cuida- tica el dogmatismo de algunos grupos radicales que recla-
dosamente este conocimiento por medio de una relación man una posición de vanguardia en el proceso revolucio-
dialéctica entre el análisis y la praxis (mediada por la his- nario, tenemos que preguntar: ¿No estaba estableciendo
toria). Como resultado, el conocimiento puede alcanzar él mismo. una especie de vanguardia, cuando acentuó la
una calidad nueva, que permite colocar las acciones sobre cooperación con grupos organizados y ante todo con gru-
pos de cuadros más avanzados?
una base distinta. . . Seria interesante obtener una mayor clarificación so-
Esto disminuye la intención de generar conocimiento
por parte de la investigación:ac.ción. En otras palabras, el bre este punto. Este problema de los "cuadros" en gene·
verdadero sentido del conoc1m1ento no se expresa por ~1 ral me parece crucial para la investigación-acción. ¿Debie-
conocimiento que se tiene a 1nano, sino que es necesano ra este tipo de proyecto referirse a cuadros existentes, o

62 63
ciencia· están convencidos de que poseen la verdad, y que
debiera formar sus propios cuadros como una de las pri- deben tan sólo aplicarla. A menudo, el dogmatismo es el
meras intenciones de todo el proceso? resultado de tal concepción. Muchas dificultades ilustra-
Un segundo problema que anoto se refiere a las rela- das por Fals Borda tienen sus raíces en este tipo de aplica-
ciones entre la política y la investigación-acción. En la ción mecanicista de los principios marxistas: ''En esta for-
''polis'' griega, Platón fue quien propuso la identidad ?el ma, lo que se llamó ciencia popular tuvo que ser un~ ~opia
liderazgo filosófico y político. En la Edad Media, también ideológica de algunas tesis generales del mater~ahsmo
existía una constelación importante que pudiéramos des- histórico, tal como éstas se han desarrollado en diversos
cribir como la interrelación entre el trono y la Iglesia. Hoy contextos y formaciones sociales, es decir, se cayó en la
este modelo está destruido, así como la concepción de Pla- mayor forma histórica del dogmatismo, que es la míme-
tón. El liberalismo ha establecido la razón autónoma del sis''.
hombre, enfrentándose más con el comercio y los proble- Si miramos el enfoque burgués de las ciencias socia-
mas económicos, que con cuestiones metafísicas. Sin e~­ les los problemas son de un alcance mayor aún que las
bargo, la teoría capitalista del hombre privado, que obtie- cie~cias sociales contemporáneas reflejan, nada menos
ne riqueza por sus propios méritos, ha dejado a un lado las que la separación de la ciencia y la política en la sociedad:
cuestiones mencionadas arriba.
aquí la tarea de la ciencia es descubrir leyes ab~t~act~s,
El Estado y su gobierno se perciben como una espe- hipótesis y generalizaciones. En contraste, el polí~Ico tie-
cie de "guardián nocturno" (Nachtwachterstaat). En una ne que enfrentarse a situaciones sociales específicas. ~l
sociedad capitalista, el Estado tiene la función de proteger vínculo entre ciencia y política todavía es un problema sin
la esfera económica y garantizar una tasa alta de ganan- resolver que difiere de la opinión de algunos investigado-
cias. Por tanto, los dirigentes políticos son los administra- res resp~cto al uso tecnológico del conocimiento científico
dores más diligentes del statu quo existente; no son gen- que puede servir como vínculo. .
tes creadoras que buscan las dimensiones futuras de la ca- Un análisis detenido demuestra, por ejemplo, que la
lidad de la vida. tecnología fragmentaria de Popper tampoco resuelve el
El marxismo, por otra parte, ha fomentado una resu- problema (cf. Habermas, 1967; Musgrave/Lakatos, 1972).
rrección de la antigua relación griega. Esta se expresa en ·Pero no se trata acaso de la tarea de la investigación-
la noción del ''socialismo científico''. El cambio revolucio- ~cción o sea la de encontrar una vinculación nueva? El
nario de la sociedad como tarea política se basa en terre- model~ cíclico y su subyacente pensamiento dialéctico, es-
nos científicos. Pero la ciencia aquí no se entiende en el tablecen una nueva cualidad de la ciencia popular, descri-
mismo sentido a como se entiende en la concepción de la ta cuidadosamente por Fals Borda. Sin embargo, el pro-
investigación-acción. En algunos aspectos, esta armonía
blema no se limita a esto. El desarrollo institucional de
entre ciencia y política parece ser característica del pensa-
miento del último siglo, donde el hombre ha obtenido una nuestras sociedades por sí mismo refleja la brecha exis-
confianza sin límites en el poder de las ciencias (especial- tente entre teoría y praxis. Por un lado, el monopolio de la
mente las ciencias naturales). El progreso humano se con- ciencia se concentra en instituciones específicas, como las
sideró como el resultado de la industrialización con el pro- universidades o los institutos científicos. Por otro lado,
organizaciones tales como los gobiernos y partidos, mono-
greso científico concomitante.
polizan la esfera de la política.
De manera análoga, algunos grupos y partidos mar- Si la investigación-acción trata de cambiar este mode-
xistas tienen una visión meramente instrumentalista de la
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lo establecido de poder, tanto las instituciones científicas rar las contraestrategias que procuran la destrucción de
como las políticas se sentirán amenazadas por un enfoque los proyectos.
tal En consecuencia, surgen coaliciones, a menudo extra- Naturalmente, en este caso existe un problema d
ñas, que abarcan a partidos marxistas dogmáticos y al sis- "co. rrupc1"ón d e proyec t os " . En su esfuerzo para conse-e
tema. Se encuentran también algunos ejemplos de esta si- guir apoyo de otros grupos, un proyecto empieza paso a
tuación en la ponencia de Fals Borda. paso a aba~~onar su~ propias metas. Al final, el hecho de
Sin embargo, esta situación no es tan sorprendente la cooper~cio~ es la unica meta en común. Por lo tanto, la
como parece en el primer momento. Porque la investiga- cooperac~on tiene sólo un valor positivo si no tiene lugar
ción-acción no puede trabajar en un vacío, y necesaria- una erosión severa de las guías que comprometen a la in-
mente confronta a la estructura social institucionalizada. vestigación-acción. Como lo demuestra Fals Borda en el
Al relacionar teoría y práctica de una manera nueva, caso de la revista Alternativa se encuentra un ejem~lo de
se tiende a ver en este enfoque un reto al statu quo: los cooperación fal~da: '' ... debi~o al ''canibalismo'' desata-
políticos de todos los colores, así como los investigadores do Y a 1~ confusion sobre los fines de la revista en relación
de las universidades u otros institutos, se sienten someti- c~n los Intereses de los grupos responsables''. Tales con-
dos a un proceso de cuestionamiento. fhct~s a ~enudo tienen un final que se caracteriza por la
Por consiguiente, tales conflictos no son ''fracasos'' dominacion de uno o dos grupos oprimiendo los intereses
de un proyecto específico, sino más bien la expresión de la de los otros .. En cas~s como éste, es mejor para los investi-
situación desafortunada descrita arriba. Estas dificultades g.~dores activos ret~r~rse antes que arriesgar su reputa-
disminuirán en la medida en que se acepte la investiga- cion en favor. de actividades que, al fin y al cabo, no pue-
ción-acción como un trabajo científico serio. den .co1n:~arbr . .P; largo plazo creo que se aceptaná la in-
Los nuevos proyectos de investigación-acción deben v~stlgacion-accion como una estrategia real de investiga-
asumir las consecuencias de experimentos tales como el cion, Y los problemas mencionados arriba disminuirán. El
colombiano. Esto significa que, desde el principio, deben fracaso ~el paradigma cie~tífico antiguo abrirá más y más
tratar de formar coaliciones con grupos establecidos que a las. soc1edad~s para realiZar tales experimentos. La des-
tienen intenciones similares en su trabajo. Este tipo de conf¡~nza creciente contra el pensamiento puramente tec-
consenso limitado debiera dar la posibilidad de cooperar nológiCo que, como efecto secunda:do del llamado "pro-
parcialmet1te y lograr un mejor entendimiento por parte g.reso'' ~estruye la identidad cultural, da a la investiga~
de unos y otros. Buscar coaliciones no es traicionar los CIÓn-acc:~ón una buena posibilidad. Especialmente en el
principios fundamentales de la investigación-acción. Al Tercer Mundo, el "progreso" en su forma tecnológica es
contrario, es necesario encontrar apoyo de otros grupos una esp.ecie d~ regresión, donde un limitado desarrollo
(institucionalizados), para que los proyectos de investiga- eco~ónnc? está acompañado por la explotación cultural y
ción-acción obtengan relevancia social. la alienación.
De todos modos, los proyectos aislados sólo constitu- El experimento colombiano ilustra este aspecto clara-
yen movimientos espontáneos sin una perspectiva amplia mente, cuando coloca sus prioridades en un resurgimiento
para realizar el cambio social. Un "enfoque de grupos de de ~a cultura campesina con sus bailes su folclor y su his-
base'' que no está apoyado por el gobierno, los sindicatos, ~on.a. Aquí los "sujetos de campo" ~o son conejillos de
las administraciones locales, los partidos políticos u otros Indias en las manos de intereses oscuros. La activación de
grupos organizados relevantes, no tiene poder para supe- la gente es posible sólo en el contexto de un enfoque dialó-

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gico, que desarrolla la confianza en sí mismo en lugar de Si esta última interpretación es en general correcta,
la alienación. no puede estar de acuerdo con el intento de algunos inves-
Si el proyecto colombiano no ha sido un éxito comple- tigadores activos de establecer una especie de '' comuni-
to, esto no debiera interpretarse como una especie de fal- cación simétrica" sobre bases científicas. Esto pudiera
sación del enfoque total ni tampoco como un fracaso de es- convertirse en una estrategia sublime de los investigado-
te proyecto específico. Lo que estamos haciendo no es otra res para mantener sus privilegios. Así, el código elabora-
cosa que aprender a manejar una forma nueva de investi- do de discusión científica entraría en conflicto con el len··
gación "dialógica", para la cual no estamos aún prepara- guaje del pueblo, generando nuevas formas de alienación.
dos. Entrenados para resolver problemas metodológicos Detrás de estos enfoques siento la necesidad de la estruc-
en el sentido de la experimentación instrumentalista, ne- turación urgente de una sociedad igualitaria. La anticipa-
cesitamos en el caso de la investigación-acción, súbita- ción utópica de una nueva comunidad científica y política
mente, una serie de competencias comunicativas diferen- debiera ocurrir por medio de un voluntarismo puro. En mi
tes. No es posible realizar esta sola tarea en unos pocos opinión, es imposible abolir el principio de la división del
días. Y lo mismo vale en cuanto a grupos de referencia trabajo dentro de un sector de la sociedad, mientras éste
populares. Estos tendrán que desarrollar una imagen nue- continue existiendo como principio fundamental de la vida
va del científico, quien pierde sus cualidades ''místicas''. económica y social. No creo que Fals Borda sea uno de es-
Tiene que ser aceptado como un hombre concreto, y no tos utopistas. Pero su explicación sobre el conocimiento
como un ser que lo sabe todo, que sólo tiene que difundir científico invita a alguna clase de especificación.
la solución ''correcta'' . Sin embargo, la división del trabajo de ninguna ma-
Al enfocar problemas tales como la comunicación dia- nera tiene que arruinar el enfoque cooperativo de las cien-
lógica, me siento retado por la siguiente exposición en la cias sociales, por lo menos, si tenemos una visión realista
ponencia que estoy comentando: de este tipo de cooperación. En contraste con el concepto
''Aunque fueron bastante útiles (los grupos popula- de reciprocidad completa, al empezarse puede ser útil
res), la discusión estrictamente científica hubo de seguir- contar con diferentes modelos de competencias propias,
se realizando entre profesionales identificados con el tra- bien de los investigadores, bien de los "sujetos de cam-
bajo investigativo que se estaba adelantando, a quienes se po". En esta fase, la cooperación significa, en primer lu-
llevaban las impresiones -el sentido común- de las ba- gar, un intercambio continuo de experiencias. Si los gru-
ses''. pos de base carecen de la habilidad de actuar así, los in-
Sin embargo, a esta exposición siguen muchas pre- vestigadores activos tienen que dar apoyo en vez de im-
guntas como: ¿Qué quiere decir "la discusión estricta- plantar sus propios conceptos, o establecer un grupo se-
mente científica'' en este contexto? ¿Todavía sigue siendo parado dedicado a ''discusiones estrictamente científi-
el investigador quien decide sobre la cualidad de los argu- cas''.
mentos? ¿Es un propósito de la investigación-acción el lo- Durante este período de intercambio verbal y no ver-
grar que las masas sean capaces de ''discusiones estricta- bal -apoyado por actividades ''didácticas''- la calidad
mente científicas"? ¿O es más bien el sentimiento de la de la cooperación se incrementa. Es un proceso que inclu-
necesidad de un nuevo paradigma de investigación, con- ye el intercambio de ciertas competencias también. Al fi-
gruente con el fracaso del enfoque tradicional, incluyendo nal obtendremos una nueva cualidad en la cooperación,
todo lo que pueda incluirse en las llamadas ''discusiones donde las formas antiguas son aufgehoben (como diría
estrictamente científicas' '? Hegel). ·
68 69
Esta fase de ningún modo tiene que caracterizarse
por una distribución igual de competencias (una mera
analogía de la teoría económica). Más bien incluirá una
capacidad envolvente de entender los aspectos teóricos y
prácticos de un proyecto, y para trabajar en una atmósfera
de confianza mutua y empatía. Las competencias específi·
cas de miembros del proyecto no se rechazan, pero tienen
que legitimarse en el trabajo concreto y diario del proyec·
to. De todos modos, este es un estado que se encuentra le-
jos aún en la mayor parte de nuestros proyectos y activida-
des. Estos proyectos son sólo los primeros pasos - inse-
guros todavía- en esta dirección, donde a los pocos éxi-
tos a menudo sigue un sentimiento de honda desespera-
ción. Sin embargo, tenemos que aprender a pensar en pe-
riodos más largos que meses o semanas (como sucede con Aníbal Quijano*
frecuencia con los investigadores empíricos). Seguramen-
te, como gentes comprometidas, tendemos a estar des- Desafort~nadamente, he podido leer este trabajo so-
contentos con periodos largos. Como las ratas de Skinner, lamente a mi llegada. Por eso, la riqueza de problemas
necesitamos nuestra porción del éxito que acondiciona. explorados~ suscitados en él, no podría ser examinada
En el caso de la investigación-acción tenemos que cambiar en esta ocasión, con el detenimiento necesario '
a fondo esta actitud de impaciencia. De otra manera no T~ataré, pues, de abordar sólo algunas de.las cuestio-
sacamos nada más que frustraciones diarias Este es un
o
nes mas saltantes que se plantean en este documento. Lo
punto principal que tenemos que aprender de la experien- hago con temor y temblor, porque ellas son también algu-
cia colombiana, como yo la entiendo o nas, d~ las ~u e más nos importan en este momento en
Esto puede resultar realmente difícil para un científi- Amenca L~tma, y en cuya discusión nos sentimos más
co educado a la manera antigua de hacer investigación. comprometidos, aunque de antemano sabemos que mu-
Porque tiene que legitimar su trabajo diario no sólo en el chas de ellas no son aún, quizás, susceptibles de respues-
contexto de sus comunidades científicas. Sus anteriores tas enteramente satisfactorias.
''objetos'' (como los grupos de base) lo están también juz- . . En pri~er término, quisiera hacer notar que el traba-
gando. JO tiene, a mi par~cer, dos connotaciones entrelazadas. De
u'? lad~, ~s, en Cierto modo, un recuento de cómo, en la
bio~afia Intelectual y política de todo un sector de investi-
gaciones, fue planteándose la crisis de una vertiente teóri-
~o-metod~l,ógica q';le pr~sidi?, especialmente, la fase de
Implantacion de la Investigación social en América Latina,

• Sociólogo, Director de la revista Sociedad y Política, Lima (Perú).

71
70'
durante este periodo. Y, de otro lado, a partir de eso, es re~lidad social sólo es accesible, plenamente, desde el in-
una reflexión teórica acerca de algunos de los problemas tenor de una práctica social transformadora. Lo cual cier-
centrales de la constitución del conocimiento científico so- t~mente,, i~plica .una opción epistemológica y, al ~ismo
cial, como un momento de la praxis social global; de su tiempo, etic~. Quien .quie:a adquirir un conocimiento ple-
ubicación de clase; del modo en que puede expresar y par- no ?e la reahdad social, tiene que dedicarse a la práctica
ticipar en la modificación de la conciencia de una clase y soc~al ~ransformadora. O renunciar a esa ambición de co-
en la conciencia de clase del propio investigador. En fin, nocimiento.
de los instrumentos de comunicación que para eso requie- . En las sociedades de clases, toda práctica social se
re; de sus relaciones con~ práctica política; y, en conse- VIncula, en definitiva, al modo cómo se expresan y se ejer-
cuencia, de las relaciones entre investigación científica y ce~ e.n cada contexto, los intereses de esas clases. y la
organización política de clase. practica transformadora de los fundamentos de una socie-
Debido a eso, sin duda, como lo confirma en la expo- dad ~e clases, cor~esponde a los intereses de las clases
sición que acabamos de escucharle, Orlando Fals Borda domi.nadas., La opció~ epistemológico-ética planteada por
reflexiona desde una posición simultáneamente testimo- Marx es, asi, una opción de clase en la producción del co-
nial y teórica. En cuanto a lo primero, yo quiero subrayar D:ocimiento científico, pues ella es la base necesaria, histó-
en el punto de partida, y con un énfasis muy especial mi ncamente, de.l acceso .a un ~onocimiento radical y global
reconocimiento admirativo a la honestidad entera, el cora- y, en esa medida, al mismo tiempo cierto y eficaz.
je y la lucidez excepcionales, con que él ha sabido permi- En América Lati~a, este problema se planteó, explíci-
tirnos compartir sus experiencias, inclusive sus frustracio- tam~nte, en las relaciones entre saber social y sociedad,
nes, de investigador cop}prometido con los problemas de p~rticularmente desde fines de la Segunda Guerra Mun-
nuestros pueblos, desde el descubrimiento de la esterili- dial, cuando la investigación social se va constituyendo
dad de los enfoques que inicialmente orientaron su labor y como una prác~~ca socia~ institucionalizada, y en ese terre-
después a través de su búsqueda de un modo alternativo y no ~e va tambien constituyendo un cuerpo de científicos
eficaz de conocimiento. Por lo segundo, me parece obser- soc1al~s, como un sector institucionalmente distinto de
var que esta reflexión mantiene en parte, aún, su condi- profesionales.
ción de encrucijada. Es a partir de esos años, que para la generalidad de
Me parece útil intentar ubicar, en la perspectiva de l~s países latinoamericanos, se va imponiendo como cien-
las luchas de clases en América Latina, el significado ge- Cia .generalizada de la sociedad, la necesidad de cambio
n~ral de e~~ recuerdo testimonial y teórico del agota- soc~.al; es la expresión de la maduración creciente del con-
miento y cnsis de la presencia de las vertientes neo-positi- tenido de clase de las luchas político-sociales ellas mis-
vas Y estructural-funcionalistas en la investigación social mas manifestación de la corrosión definitiva de las bases
aunque esta vez, y aquí, sólo puedo reflexionar en voz al~ estructurales previas de la sociedad.
sobre estas cuestiones. En la medida en que la expansiÓn y la modernización
Marx, en la 11 a Tesis sobre Feuerbach señaló que no del capitalismo, bajo el dominio del capital imperialista
bastaba con interpretar el mundo, pues de 'lo que se trata s~, procesaba en nuestros países, y se ampliaba la penetra:
es de transformarlo. La proposición parece un reclamo éti- ~Ion de modelos de vida configurados en los países capita-
c? Y en un sentido l? es; pero solamente a través de lo que, lista~ desarrollados, para los sectores modernos de la bur-
s1n duda, es el sentido fundamental: el conocimiento de la guesla Y para las clases medias se hacia necesaria la re-

72 73
El problema del cambio social, definido hasta enton-
moción de las relaciones de producción de origen precapi-
ces predominantemente según los intereses del desarrollo
talista, vigentes en mayor o menor medida en muchos paí- y la modernización del capital, se redefinía o se iba redefi-
ses, y de sus expresiones sociales, culturales, políticas.~' niendo para las clases dominadas, ya no sólo como un pro-
del mismo modo, inclusive formas primitivas o ya ''tradi- blema de remoción a los "obstáculos" al desarrollo capi-
cionales" de implantación del propio capitalismo. Algu- talista, sino de remoción de las bases mismas del orden
nos de los problemas planteados desde antes, en las lu- capitalista.
chas del proletariado y del campesinado, alcanzaban así, Esos conflictos de intereses sociales, se hicieron, na-
parcialmente, categoría de problemas generales de la so- turalmente, presentes en la ideología política y en la in-
ciedad. vestigación concreta de los científicos sociales, acentuan-
El ''desarrollo'', la ''modernización'' de la sociedad, do las diferencias polémicas entre sus corrientes principa-
pasaron de ese modo a convertirse en esos años, en la les (teoría. estructural-funcionalista y teoría materialista
ideología burguesa dominante sobre el ''cambio social'', de la sociedad y de la historia), pero taxnbién introducien-
apoyada por los propios sectores más avanzados de la bur- do diferenciaciones agudas en cada una de ellas. Para lo
guesía imperialista, y encontraron en las nuevas capas de que aquí interesa, un creciente sector de investigadores
inteligencia burguesa y de clase media, sus formuladores formados en la vertiente estructural-funcionalista, fue en-
teóricos y técnicos. contrando rápidamente los límites cognoscitivos de su teo-
El sustento teórico de esa ideología, en las ciencias
ría y mucho más rápidamente, avanzando a la adhesión
sociales es el estructural-funcionalismo y su fundamento de ideologías políticas radicales y aún más revoluciona-
neopositivista, principalmente, de avasalladora predomi-
nancia en los Estados Unidos durante esa etapa. No fue, rias. · · · 1
Fue en esas condiciones, características prmc1pa -
pues, accidental que, en esas condiciones, una pa~e muy mente de la etapa de fines de los sesenta, que una parte
amplia de los investigadores sociales latinoatnencanos, importante de investigadores sociales latinoamericanos,
orientaran su labor según esos enfoques, cuya influencia cuya radicalización político-ideológica no era acompañada
en un momento llegó a ser tan vasta y fuerte, que, inclusi- en el mismo ritmo y en la misma profundidad por la reor-
ve, parcialmente impregnó la obra de los investigadores ganización radical de su teoría científica y de sus funda-
que reconocían, explícitamente, la teoría materialista de mentos epistemológicos, se encontró en una situación pe-
la historia como orientación de sus investigaciones. Muy culiar: la hibridación de una ideología política de izquier-
pocos de ellos, si los hay, pudieron quedar en esa etapa, da con una epistemología de derecha.
inmunes a esta experiencia. Yo no me excluyo. . Para los más importantes de ellos, la ruptura decisiva
Sin embargo la propia expansión y la modernización con los fundamentos de su previa conciencia teórica, va en
del capitalismo, il~an permitiendo la depuración creciente realidad, culminando solamente a través de la adopción
del carácter de clases de la sociedad en América Latina. de un compromiso político abierto y explícito aliado de las
En esa medida, las luchas político-sociales se profundiza- clases dominadas. Es decir, el desplazamiento de clase de
ban en el sentido de ir asumiendo la expresión de la divi- la investigación y del conocimiento social, en América La-
siór:_ fundamental entre los intereses de las clases básicas tina, va culminando a través de la participación del inves-
del capitalismo. Y consecuentemente, se iban reordenan- tigador en la práctica social transformadora, demostrando
do las luchas de las otras clases dominadas y de las capas que es ésta la base y la puerta de acceso a las zonas pro-
medias.
75
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fundas del conocimiento científico social. El cambio de como lo que es en realidad, un cuerpo de conceptos y de
clase implica también un cambio de roles, desde el rol de proposiciones de conocimiento concreto de la realidad
intelectual como tal al de militante político de las clases ciertamente inacabado y en permanente desarrollo un~
dominadas, bajo diversas formas de organización. matriz de instrumentos conceptuales y metodológic~s pa-
Todo eso da cuenta de que, en América Latina, el ra la investigación concreta de la realidad, fundado en una
proceso de producción del conocimiento social está ligado perspectiva epistemológica determinada, definida como
esencialmente al proceso de las relaciones de clases; que materialista y dialéctica. En otros términos, se asume a la
por lo mismo el desarrollo de la presencia de los intereses teoría materialista de la historia, como si fuera una pers-
de los dominados en la investigación social, implica el de- pectiva filosófica del acontecer histórico, cuyos contenidos
sarrollo del compromiso militante de los investigadores. Y no son susceptibles de control científico, ni en su produc-
que eso no se ha cumplido entre nosotros ni de modo fácil, ción ni en su duración, como ocurre con toda filosofía de la
ni unilinealmente coherente. historia .
Y es esta compleja experiencia intelectual y vital, que Me parece que esta inadecuada concepción sobre la
me parece posible aprender y reconocer en el lúcido y vívi- teoría materialista de la historia está en la base de algunas
do recuento que el documento de Orlando nos ofrece. En dificultades, de una cierta ambigüedad que corre algunos
lo que de testimonial tiene, su valor no es, por eso, sola- tramos de la reflexión del autor de la ponencia al revisar la
mente el de un testimonio personal. Es, en verdady el de experiencia cumplida y al señalar los problemas de su de-
toda una etapa histórica de la investigación social, en el sarrollo.
escenario de la lucha de clases de América Latina. En primer lugar, tengo la impresión de que en el tex-
to está presente una preocupación sobre la cual ya hemos
tenido ocasión de discutir en este mismo encuentro, y que
Los problemas en la definición de una alternativa solamente seria justificada por la idea del materialismo
histórico como una filosofía de la historia: la necesidad de
La ponencia da cuenta de que, al irse clarificando la conciliar la perspectiva del materialismo histórico con la
impotencia científica de los enfoques estructurales-funcio- verificación de hechos, y en ese sentido corriendo el ries-
nalistas y de sus fundamentos neopositivistas y, en conse- go de un reclamo de conciliación entre el neopositivismo y
cuencia, de su inadecuación como parte de una práctica la dialéctica materialista.
social transformadora, se hizo igualmente claro el mate- En tanto que teoría materialista de la historia el ma-
rialismo histórico como la opción alternativa. Este es, sin terialismo histórico no solamente no evita, sino po~ el con-
duda, el resultado central de la rica experiencia sobre la trario reclama la investigación concreta, el control y la ve-
cual Orlando reflexiona. rificación de los datos como medio de establecer los he-
Sin embargo, esa reflexión teórica me parece no estar chos y sus mutuas conexiones. Pero aquí no se trata de
exenta de problemas, que dificultan la plena afirmación una conciliación imposible entre las bases epistemológi-
de la alternativa encontrada, para la prosecución de la ex- cas de esta teoría y el neopositivismo, sino de una manera
periencia, y sobre los cuales creo que es útil detenernos. distinta de iluminar los datos, de establecer los hechos y
En efecto, en la ponencia, el materialismo histórico de elaborar sus correspondientes categorías, lo que puede
es admitido ante todo como una filosofía de la historia y no implicar, inclusive, la utilización de los hallazgos empíri-
como una teoría materialista· de la historia. Es decir, no cos producidos en la investigación guiada por enfoques

76 77
positivistas u otros, y aun de rescatar y reelaborar catego- po, como por el hecho de que se constituyen en y se ago- ·
rías producidas de ese modo, y de lo cual son numerosos tan por una praxis determinada, lo que impide que el ca-
los ejemplos en la propia obra de los fundadores de la teo- rácter históricamente necesario de los procesos sociales
ría materialista de la historia. sea equivalente a la fatalidad (o necesidad ciega en que
En conexión con lo anterior, tanto en el texto como en ninguna praxis interviene) de los procesos puramente na-
la exposición oral que acabamos de escuchar, el autor de turales. Y eso no niega, no obstante, su carácter objetivo.
la ponencia pone un énfasis especial en la necesidad de En relación con ello, creo también que en la ponencia
relativizar el conocimiento, hasta un punto en que se hace el concepto de praxis aparece mucho más ceñido a la ac-
ambiguo el reconocimiento de la existencia objetiva de le- ción de individuos o de grupos de ellos, y no al movimien-
yes de movimiento de la historia, y de los instrumentos to objetivo de las estructuras sociales como tales, como
conceptuales y metodológicos que permiten su descubri- complejos de relaciones sociales. Si el concepto de praxis
miento. Fundándose en la posición del historicismo de recubriera solamente la acción de individuos o de conjun-
Rickert, Dilthey y otros, el autor defiende aquí la distin- tos de ellos, seguramente es inevitable admitir un margen
ción polar entre conocimiento natural, que admite la exis- muy amplio de experiencia que respaldaría la idea de la
tencia de leyes objetivas, y el conocimiento 'histórico cuya inexistencia objetiva de leyes históricas. Pero ello equival-
naturaleza hace imposible la admisión de la existencia de dría a explicar el movimiento del capitalismo por lo que
leyes históricas objetivas. De este modo, se intenta una hacen o piensan los capitalistas solamente, más bien que
conciliación entre el materialismo histórico (como filosofía por la dinámica que mueve a las relaciones sociales de pro-
de la historia) y el historicismo idealista. ducción y de poder social y político edificadas sobre aqué-
Sin embargo, para la teoría materialista de la histo- llas. Esto es, explicar lo objetivo por lo subjetivo y no a la
ria, el proceso social es un proceso histórico-natural, como inversa. Las "leyes de movimiento" del capital, descu-
fue subrayado por Marx, no únicamente por el reconoci- biertas por Marx, han probado ser objetivarnente existen-
miento de que el hombre y lo que hace es parte integrante tes y han permitido por eso, prever, con la relatividad ad-
del universo material conjunto, de la naturaleza, sino por- mitida de leyes definidas en la praxis y la del propio cono-
que el modo de existencia de la sociedad dentro de ese cimiento siempre inacabado de ellas, su desenvolvimiento
universo, se especifica por la intervención de la praxis histórico.
como el modo particular de inserción de los hombres y de Si el conocimiento científico de la sociedad no se con-
su historia en ese universo material conjunto. La historia cibe como conocimiento histórico-natural, es decir, si no
humana, como proceso histórico-natural, se desarrolla, en se admite la existencia de leyes históricas objetivamente
consecuencia, regida por leyes histórico-naturales, es de- existentes, aunque relativas por su naturaleza histórica
cir, leyes cuyo carácter está condicionado por la praxis y (constituidas en la praxis), no se puede abandonar un mo-
en ese específico sentido relativizadas. do de elaboración esencialmente empirista del conoci-
Las leyes históricas son tan objetivas como las que ri- miento.
gen en el resto de la naturaleza; pero son, precisamente, El problema que de allí se desprende para establecer
históricas en tanto que rigen una praxis determinada y la relación entre conocimiento científico y acción política,
son, al mismo tiempo, definidas por ella. En consecuen- no puede ser soslayado. Porque, en este caso, la acción
cia, no tienen la ''intemporalidad'' de las leyes puramente política seria siempre prisionera de lo que el autor de la
naturales. Son, pues, en este sentido relativas en el tiem- ponencia califica como lo aleatorio, lo impredecible; esto

78 79
es, de las circunstancias contingentes, empíricamente es- y que ''hasta los cuadros considerados avanzados muchas
tablecidas. Y ninguna estrategia efectiva sería posible, veces demostraron no tener conciencia clara de su acción
salvo como construcción intelectual y voluntaria, desde en la historia, mucho menos capacidad para articular una
fuera del movimiento de la realidad y de sus determina- interpretación científica de su propia realidad, ni proyec-
ciones objetivas. tarla hacia el futuro'', como si todo ello mostrara que el
Quizás estas consideraciones podrían ayudar a avan- conjunto del movimiento de la clase es posible de ser inte-
zar en la clarificación de algunos de los resultados de la grado a las conclusiones sobre ''la base'', y haciendo de la
experiencia en discusión, y en particular los que se refie- práctica individual el equivalente de la praxis social como
ren a las relaciones entre los investigadores y las bases tal, para señalar más adelante la imposibilidad de prescin-
populares. dir de los intelectuales en la lucha revolucionaria, como
Así, por ejemplo, me parece que el hecho de definir algo externo al proletariado, como si el concepto de prole-
la relación investigadores y "bases" como el eje central tariado -como movimiento de clase- se agotara en el
en torno del cual es hecha la experiencia y la evaluación concepto de obreros.
teórica de ella, introduce muchas dificultades, sobre las Es difícil alejar la impresión de que, de ese modo, la
cuales descansan, sin embargo, algunas de las conclusio- lucha de clases es admitida en el conocimiento científico
nes sustantivas del trabajo. de la sociedad, más como un dato de la realidad que a tra-
De una parte, aquí "la base" es un concepto teórica- vés de una teoría efectiva de las luchas de clases, sobre la
mente indeterminado, que en la práctica se maneja como cual pudiera replantearse la relación-teoría acción política
sustitutorio de la clase. La "base", en tanto que conjunto y la de investigador-clase (o grupo específico dentro de la
empírico de individuos afectados por una situación de ex- clase y de las luchas de clase de cada momento).
plotación y de dominación, es sin duda afectado por el fe- Así como el concepto de praxis social parece ser redu-
nómeno de clase y de las luchas de clases. Pero creo que cido al de acción de individuos o grupos empíricos, la vali-
no es difícil admitir que no se puede pedir, ni esperar, en dación del conocimiento científico se hace reposar sobre
la conducta de ningún grupo concreto de individuos, todas esa "praxis". Pero en tal caso, ese conocimiento es con-
las virtualidades inherentes al movimiento de la clase, en tingente, remite a hechos aislados y sólo el éxito de la ac-
tanto que ésta implica, al mismo tiempo, una matriz de ción es confirmatorio de su calidad científica. Así, por
orientación del comportamiento social, objetivamente de- ejemplo, cuando se da cuenta de que el descubrimiento de
terminado por el conjunto de las relaciones de producción determinados documentos probatorios del despojo de las
y de poder, y agrupamientos sociales amplios afectados tierras de un grupo de campesinos, permitió a éstos recu-
por su lugar en esas relaciones y en esa matriz de orienta- perarlas de mano de un obispo, victoriosamente. La me-
ción del comportamiento social. moria histórica es aquí asumida como equivalente de con-
De allí, en consecuencia, que la relación investiga- ciencia de clase, y el éxito como demostración de la vali-
dor-base, y sus resultados, no puedan ser justificadamen- dez de una proposición de conocimiento.
te el fundamento de conclusiones que parecen referirse, Me parece, pues, que todos estos problemas requie-
sin embargo, a una relación investigador-clase, sino de ren aún ser abordados más detenidamente, no sólo desde
modo parcial y distorsionado. luego por el autor de la ponencia o sus compañeros de ex-
Quizás por ello, en la ponencia, es inevitable concluir periencia, sino por todos nosotros, como parte del proceso
que "la voz de las bases tuvo acentos muy tradicionales" de afirmación y de maduración de un conocimiento inser-

80 81
to, como resultado y como guía, en la praxis social revolu-
cionaria.
Yo he señalado aquí más los problemas que· los evi-
dentes logros alcanzados en esa experiencia y en su refle-
xión teórica, porque no tengo el tiempo en esta reunión
para hacer entera justicia a cada una de las partes de una
ponencia tan cargada de sugerencias y de exploraciones
válidas de cuestiones que a todos nos afectan. Quisiera
dejar dicho, con todo el interés que tengo en ello, que de
lo que se trata es de contribuir a la afirmación del camino
encontrado, el abandono de nuestra conciencia pasada y
sus prolongaciones en nuestra actual, pues de todo ello, POST SCRIPTUI\1
de esta histórica ruptura, esta ponencia es uno de sus más
significativos momentos. Orlando Fals Borda

El debate de esta ponencia y otros estudios sobre


aplicación de la investigación-acción en Colombia permi-
ten ver con mayor claridad algunas dimensiones adiciona-
les del asunto, que no fueron debidamente tratadas y que
se refieren, en esencia, a las relaciones entre los intelec-
tuales y los partidos de izquierda. Creo que existió un de-
seo latente de replantear y examinar la teoría del partido
revolucionario, especialmente la concepción stalinista con
su origen leninista, por hallarla defectuosa, esto es, in-
trínsecamente contradictoria con las tesis democráticas y
participatorias de que deriva su razón de ser histórica. Es-
te examen crítico no se articuló suficientemente en el sim-
posio. De allí que valga la pena recalcarlo, en vista de la
gran importancia estratégica, que tiene en el momento ac-
tual.
Las experiencias realizadas en Colombia en los últi-
mos quince años, así en la universidad (Facultad de Socio-
logía) como en la ciudad (empresas comunitarias) y en el
campo (baluartes de autogestión) no pueden verse sino
como tales -como experimentos-, en respuesta a la ne-
cesidad de hacer frente a problemas concretos de la socie-
dad colombiana que los grupos y partidos revolucionarios
se encontraban, en esos momentos y por diversas causas,

82 83
incapacitados de hacer frente, o de comprender o resol- espacio que ocupábamos había sido en realidad dejado en
ver. Eran experimentos que podían llevar por etapas a el vacío por éstos. Pero la falta de correspondencia entre
otros aún más radicales según el desarrollo de la concien- la realidad de la práctica que hacíamos y el cartabón parti-
cia política-de las bases. Tenían la ventaja de permitir el dista -entre el papel del intelectual y el del partido- se
examen crítico de la realidad para actuar sobre ella. Como vio entonces, no como un desfase provocado por la expe-
lo veíamos, eran pasos preliminares o exploratorios hacia riencia misma, sino como una herejía política. En ese
la construcción de nuevas relaciones sociales congruentes momento, los partidos confirmaron su estructural incom-
con un ideario socialista. Había así un cierto deseo de en- petencia científica, lo cual no es de extrañar, porque éste
sayar y preparar el terreno para el tipo de sociedad en no es su campo específico. Pero al hacerlo, echaron por la
prospectiva que los partidos de izquierda usualmente en- borda lo bueno y lo malo de aquellas experiencias, hacien-
cuadran en sus programas. Había la convicción de que no do que sucumbiera hasta lo congruente con los propios fi-
se. le estaba haciendo juego al sistema de explotación do- nes revolucionarios: la actividad científica de la sociología
y otras ciencias sociales, la idea autogestionaria, algunas
minante, por quedar esas experiencias bajo el control di-
recto de organismos revolucionarios o pararrevoluciona- revistas de oposición al sistema, los elementos materiales
rios. Eran formas aplicadas de "subversión", entendida y superestru.cturales de diversos movimientos sociales, y
ésta como lo he planteado teóricamente en diferentes es- otros más que se habían organizado en la práctica. En
tudios. Por lo mismo, la tesis sobre la necesidad táctica de perspectiva, podemos ver que los partidos radicales co-
la violencia revolucionaria para combatir la reaccionaria lombianos tomaron el curso ortodoxo imitativo de partidos
también quedaba implícita y vigente. ' monolíticos de otras partes, que exige un control sobre to-
La investigación-acción resultante proveyó la raciona- das las actividades conectadas con su acción; en perspec-
lización científica de esa experimentación social y política. tiva también, puede verse que ésta no era la solución más
Este esfuerzo científico y político se situó por fuera de los adecuada desde el punto de vista político-social, ni para
partidos, y cabe preguntarse por qué se hizo así, si ello hacer avanzar a los partidos, ni para resolver la dialéctica
respondía a alguna coyuntura específica del momento po- entre teoría y práctica.
lítico, y parece que sí. No puede negarse que, en esos ¿Sería que, a través de nuestra práctica experimen-
años, este tipo de investigación no hallaba acogida en los tal, los intelectuales habíamos estado tratando, consciente
partidos de izquierda: se veía como algo innecesario am- o inconscientemente, de incidir sobre los partidos de iz-
biguo o peligroso. Y, por otro lado, los intelectual~s así quierda en Colombia para que modificaran sus deficientes
comprometidos nos sentíamos en un limbo, por la descon- concepciones organiza tivas, con el fin de admitir la aper-
fianza que abrigábamos sobre los partidos. Temíamos tura en la discusión de las ideas, la creatividad científica
perder nuestra libertad crítica y nuestras posibilidades de basada en el estudio de la realidad nacional, y el indepen-
trabajo autónomo si nos sometíamos a la disciplina cerra- dentismo intelectual? Esto es posible. Aún hoy, los inte-
da, muchas veces sectaria y, por lo mismo anticientífica lectuales comprometidos aspiramos a que los partidos
de tales partidos. ' ' demuelan el sectarismo; que estimulen la participación
La práctica fue demostrando que, ciertamente, los in- democrática de las bases; que modifiquen la verticalidad
tele~tuales comprometidos en esta línea espontaneísta in- conservadora de sus mandos; que demuestren táctica-
v~dtmos la esfera política, y el celo de los partidos nos lo mente y ahora que no van a ser burocráticos una vez lle-
hiZo ver pronto (a veces con exceso irracional), aunque el guen al poder.

84 85
En fin vuelve a surgir el reto a la teoría del partido
stalinista-l~ninista como la hemos visto aplicada aquí, Ya
sus prácticas especiales sobre la vanguardia, la dictadura
del proletariado, y las relaciones entre el poder y el estado
que esta teoría asume.
Por fortuna, los partidos de izquierda en Colombia,
como en otras partes (incluida Europa con sus nuevas te-
sis sobre experimentación social de izquierda, a lo que lle-
ga tarde en relación con nosotros), están superando el pe-
riodo dogmático y sectario que acabamos de vivir, y están
recogiendo muchos elementos de esa época polémica. Al
revivir algunas de estas prácticas experimentales, están LA CIENCIA Y EL PUEBLO: NUEVAS
revalorando las ciencias sociales por dentro y por fuera de REFLEXIONES SOBRE LA INVESTIGACION-
las universidades, con la metodología de la investigación- ACCION(PARTICIPATIVA)
acción como eje; al mismo tiempo están ganando autono-
mía nacional y peso popular. Así, retomando las palabras
de Heinz Moser, parece que no todo el esfuerzo de es~s ~igue ~reci~ndo el. interés mundial por la metodología
años resultó en balde. de 1~ Invest.Igacio~-acción que se aplica para ayudar a pro-
Durante las revueltas estudiantiles de mayo de 1968 ducir ~ambios radicales en la sociedad. Desde el Simposio
en Francia, aparecieron letreros en las paredes que reza- ~undial. de Cartagena (1977) se han realizado encuentros
ban: ''¡La imaginación al poder!''. Ahora se necesita tam- Internacionales sobre el mismo asunto en Filipinas India
bién este: "¡La creatividad al partido!". No es suficiente Banglad~sh, Tanzani~, Perú, Canadá, Venezuela,' Méxi~
con querer ganar el poder y controlar el aparato del Esta- co, Suecia y Yugoslavia. Casos de aplicación concreta se
do: así se le sigue haciendo el juego al sistema político y han registrado también en otros países de los cinco conti-
explotador dominante, reproduciéndolo en otro contexto. n?~t~s. UNESC~, .OIT, FAO y UNRISD han inaugurado
Más importante seria trabajar disciplinada y organizada- divisiones especializadas con el mismo objeto. Muchos ar-
mente hacia la obtención del poder, para con éste cons- tí.culos y varios libros en seis idiomas distintos han apare-
truir una democracia operante y general, y una sociedad cido sobre el tema en el último año. Y el asunto será moti-
superior que satisfaga las necesidades y aspiraciones de vo central de discusión en los próximos congresos mun-
todos sus miembros, sin permitir ni explotados ni explota- diales de sociología y antropología.
dores. El partido revolucionario debe ser el primer reflejo . Claro que. no se perciben en Colombia, por razones
y la primera arena de este ideal democrático. Y para él, y obvias, expresiones dramáticas del método de investiga-
en él, los intelectuales debemos y podemos brindar un ción-acción, y una de las instituciones que lo auspiciaban
aporte responsable, como lo sostuve en la ponencia. (~UND~RCO) dejó de existir. Pero es natural que el inte-
res persista entre nosotros, que se estén llevando a cabo
diversos ensayos en varias regiones del país, y que algu ..
nas de las fallidas experiencias anteriores se reaviven pe-
riódicamente. No es para menos, puesto que este asunto

86 87
científico-político de tantos alcances tuvo uno de sus pri- Concepto de ciencia
meros puntales en Colombia. Además, el pueblo trabaja-
dor sigue necesitando de este tipo de metodología teórico- En primer lugar, no es correcto hacer de la ciencia un
práctica para adquirir experiencia y conocimientos que lo fetiche, como si ésta tuviera entidad y vida propias capa-
lleven a adelantar las luchas y reivindicaciones de clase ces de gobernar el universo y determinar la forma y con-
que cada día se hacen más urgentes y apremiantes. . texto de nuestra sociedad presente y futura. La ciencia, le-
De estos trabajos y experiencias, así como de la dis- jos de ser aquel monstruoso agente de ciencia ficción, no
cusión en las reuniones nacionales e internacionales efec- es sino un producto cultural del intelecto humano, produc-
tuadas, se deduce que uno de los problemas centrales a to que responde a necesidades colectivas concretas
aclarar en la metodología de la investigación-acción para -incluyendo las consideradas artísticas, sobrenaturales y
el cambio radical es el de la producción del conocimiento extracientíficas- y también a objetivos determinados por
científico. Del proceso de producción de este conocimiento clases sociales que aparecen como dominantes en ciertos
dependen mucho el alcance y el sentido del trabajo de periodos históricos. Se construye la ciencia mediante la
campo que se realiza con grupos de base, sea táctica o e~­ aplicación de reglas, métodos y técnicas que obedecen a
tratégicamente. Como en el momento actual se experi- un tipo de racionalidad convencionalmente aceptada por
menta también una crisis global en la justificación ideoló- una comunidad minoritaria constituida por personas hu-
gica del aparato científico dentro del sistema capitalista, manas llamadas científicos que, por ser humanas, quedan
conviene reflexionar sobre estos problemas. precisamente sujetas a las motivaciones, intereses, creen-
Uno de los aspectos pertinentes a reexaminar y reva- cias y supersticiones, emociones e interpretaciones de su
lorar es aquel que se ha identificado como ''ciencia popu- desarrollo social específico.
lar'' o ''ciencia del pueblo'' desde comienzos del presente Por lo mismo, no puede haber ningún valor absoluto
siglo. Aquí advertimos una linea de estudio y acción que en el conocimiento científico, ya que su valor variará se-
puede hacer aflorar conocimientos subyacentes y articular gún los intereses objetivos de las clases envueltas en la
una voz respetable que ha sido reprimida en aras de la formación y acumulación del conocimiento, esto es, en su
ciencia instrumental, cuyos avances hoy nos aturden e producción. Para nuestros fines del momento nos intere-
hipnotizan. Una voz y un conocimiento seculares que, en sará examinar este proceso de producción del conocimien-
su aparente simplicidad, puedan ofrecernos algunas de to científico -incluido el tecnológico y cultural- mucho
las respuestas vivenciales que más necesitamos para con- más que el producto final mismo representado en objetos,
tinuar la lucha y los esfuerzos. artefactos, leyes, principios, fórmulas, tesis, paradigmas
o demostraciones. Estos productos son los que aparecen
como absolutos en textos y tratados, sin que necesaria-
1 mente lo sean.
BASES GENERALES
Niveles de producción del conocimiento:
Comencemos por sentar bases generales sobre las dominante y emergente
cuales podamos construir alguna argumentación coheren-
te sobre tan importante asunto como es el de la ciencia En segundo lugar, si lo que más interesa es el proce-
popular.
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Concepto de ciencia popular
so de producciÓn del conocimiento para fines prácti~os,
tácticos y estratégicos, cabe preguntamos sobre los nive-
les de formación y comunicación en que cristaliza este co-
nocimiento para tener consecuencias en la conducta colec- En este nivel de la ciencia emergente o subversiva
tiva y en el acaecer cotidiano. . . , . -o de cultura reprimida y silenciosa- puede incluirse la
U no de tales niveles es el de la comumdad de científi- llamada ciencia popular cuando pretendemos dinamizarla
cos occidentales especializados que hoy pretende mono- políticamente y, en consecuencia, incorporarla al desarro-
polizar lo que es la ciencia y dictaminar sobre lo que es o llo socioeconómico y a la corriente científica general para
no es científico. Este nivel tiene claras consecuencias en el que deje oír su voz.
mantenimiento del statu quo político y económico que se Por ciencia popular -o folclor, saber o sabiduría
revuelve alrededor del sistema capitalista e industrial popular- se entiende el conocimiento empírico, práctico,
dominante. En estas condiciones, la producción del cono- de sentido común, que ha sido posesión cultural e ideoló-
cimiento a este nivel se dirige obviamente a mantener Y gica ancestral de las gentes de las bases sociales, aquel
fortalecer este sistema. que les ha permitido crear, trabajar e interpretar predo-
Para ello los científicos del sistema prefieren mane- minantemente con los recursos directos que la naturaleza
jar objetos, d~tos y hechos congruentes ~on las finalid.ades ofrece al hombre.
del sistema capitalista, y relegan, reprrmen, o supnmen Este saber popular no está codificado a la usanza do-
otros que, de destacarse o inventarse, revel~~an al~ma­ minante, y por eso se desprecia y relega como si no tuvie~
tivas contradictorias, inconsistencias y debilidades Inhe- ra el derecho de articularse y expresarse en sus propios
rentes al sistema. . términos. Pero el saber popular o folclórico tiene también
A priori, estos datos y objetos ~congruentes del sis- su propia racionalidad y su propia estructura de causali-
tema poseen, como los otros, su propia ~structura c~gn?s­ dad, es decir, puede demostrarse que tiene mérito y vali-
citiva, y pueden tener su propio lenguaJe y su P!Opia sin- dez científica en sí mismo. Queda naturalmente por fuera
taxis de expresión. Pero como responde a otros Intereses, del edificio científico formal que ha construido la minoría
desembocan en un nivel de formación y comunicación que intelectual del sistema dominante, porque rompe sus re-
aquí vamos a identificar como el de la ''ciencia o cultura glas, de allí el potencial subversivo que tiene el saber po-
en1ergent e '' o '' sub versiva
. '' . . . . pular.
A posteriori, ello no significa que este ruvel repnmido Así, por ejemplo, el conocimiento de un curandero
o emergente sea anticientífico ni que vay~ ~n con~ra ~~1 campesino es inadmisible para un médico doctor. Y no es
proceso de acumulación general del conocimiento científi- admisible porque ignora y sobrepasa, en este caso, los es-
co tecnológico y artístico que ha sido una constante desde quemas institucionales del médico de consultorio con sus
la 'aparición de los humanoides. Sin embargo, re~on~~ equipos importados, cuyas fórmulas abstractas juegan
una antigua y respetable dimensión del quehacer ~Ien~Ifi­ como fichas en un gran dominó explotador. Lo mismo se
co y cultural que ha ido y va por fuera de canales Institu- puede decir de las ciencias económicas y agrícolas y de
cionales formales, gubernamentales y académicos. Y sus practicantes.
que, po; el contrario, ha sido factor po~iti':o d~ an.imación,
creación e innovación aun en las propias Instituciones es-
tablecidas que han sido retadas (Nowotny y Rose, 1979).
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Ciencia e interés de clase rior p~ra ~~nstruir se~n nue~os ? r~volucionarios esque-
mas científicos o técmcos. (Asi lo Indica el mismo Lenin en
Seria preferible no usar adjetivos cuando hablamos uno de sus ensayos: Tareas de la asociación juvenil).
de ciencia o de cultura, si queremos verla como un único
proceso formativo de conocimientos válidos que tienen Ciencia y poder político
consecuencias en la conducta colectiva y en el acaecer co-
tidiano. Como se sugirió antes, la ciencia es un proceso to-
talizador y constante que se mueve en varios niveles y que Evidentemente, esta amplia interpretación de lo que
se expresa a través de personas y grupos pertenecientes a es la ciencia lleva a reconocer en ella una dimensión ideo-
diversas clases sociales. Puede, por lo mismo, sumar y lógica y política. importante. Paradójicamente, el triunfo
actual de la ciencia al imponerse casi como un fetiche de
restar datos y objetos, enfatizar ciertos aspectos y oscure- ficción ha llevado a que se le caiga tanto la careta de la
cer otros, acordar mayor importancia a determinados fac- neutralidad valorativa con que deambula, especialmente
tores, en fin, construir y destruir paradigmas de conoci- en las universidades, como la peluca de objetividad con
mientos comparables. que quiso impresionar al gran público.
Por eso, estrictamente hablando, no puede haber La ciencia no pudo escaparse por esos recovecos, sino
~í"ciencia popular" como tampoco "ciencia burguesa" o que quedó engarzada en los avatares de la política co-
''ciencia proletaria''. Ocurre que, en determinadas coyun- rriente. El concepto de verdad, por lo tanto ya no parece
turas históricas, diversas constelaciones de conocimien- fijo ni terminado, sino que se da desde u~a posición de
tos, datos, hechos y factores se articulan según los intere- poder que formaliza o justifica el conocimiento aceptable.
ses de las clases sociales que entran en pugna por el domi- Y esta aceptación va condicionada a visiones concretas de
nio social, político y económico (Kuhn, 1970: 23, 181-187). la sociedad política y su desarrollo. Por eso, ser científico
Así, existe un aparato científico construido para defender hoy es estar comprometido con algo que afecta el futuro
los intereses de la burguesía, y este aparato es el que do- de la humanidad. Así, la sustancia de la ciencia resulta ser
mina hoy a nivel local y general en las naciones llamadas cualitativa y cultural; no es la sola medición estadística
occidentales, el que condiciona, limita o reprime el creci- sino la comprensión de las realidades. '
miento de otras construcciones científicas y técnicas; por Si el proceso de producción del conocimiento va liga-
ejemplo, las que responden a intereses de clases campesi- do, como viene dicho, a una base social, es necesario des-
nas y proletarias, o las de otros grupos populares a quie- cubrir esta base para entender los vínculos que existen
nes se les ha aplicado la ley del silencio. entre el desarrollo del pensamiento científico, el contexto
El devenir histórico lleva a un cambio en esta relación cultural y la estructura de poder de la sociedad. Hoy no
de subordinación de clases, sin que necesariamente esta existe la urgencia mítica de hacer ciencia pura o exacta
revolución lleve a descartar todos los conocimientos que encerrado en un laboratorio lleno de pipetas y cubetas, o
han hecho posible la dominación burguesa, como antes la en una Facultad universitaria clásica, sino que el científico
feudal. Al contrario, puede anticiparse que muchos de los alerta y verdadero se pregunta: ¿Cuál es el tipo de conoci-
elementos tecnológicos descubiertos por los científicos miento que queremos y necesitamos? ¿Para quiénes es el
burgueses servirán para beneficiar a las clases proletarias conocimiento científico y a quiénes va a beneficiar?
y afianzar el poder de éstas, una vez que lo ganen por la Por lo tanto, debemos seguir examinando fríamente e
acción política. No es imprescindible destruir todo lo ante- impulsando la ciencia emergente y reprimida y la cultura
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subversiva, y trabajar por un reo~denamiento del q'?eh~- empuico que le ha permitido sobrevivir, interpretar,
r científico que sea útil y conveniente. Para ello es Inevi- crear, producir y trabajar por siglos con medios directos
~=ble tomar en cuenta las necesidades de las grandes ma- naturales- tiene su propia racionalidad y su propia es-
yorías, víctimas d~l avan~e q~e ha traído el progreso dese- tructura de causalidad, conviene empezar por tratar de
quilibrado de la rmsma ciencia. . entender aquella racionalidad y esta estructura en lo que
A las sugerencias del pueblo que trabaJa y produce, tienen de propio o específico. Gramsci señaló una ruta
el que padece los efectos de la experie.ncia capitalista, se cuando sostuvo que en las clases trabajadoras existe una
le da hoy, a regañadientes, g_ran atención por la amenaza ''filosofía espontánea'' contenida en el lenguaje (como
que presenta al sistema dominante. Hay, pues, que acer- conjunto de conocimientos y conceptos), en el sentido co-
carse a las bases no sólo para e~tender p~r ~entro la v~r­ mún y en el sistema de creencias que, aunque incoherente
sión de su propia ciencia práctica Y. repnmida extensiÓ~ y disperso a nivel general, tiene valor para articular la
cultural, sino para buscar formas d~ Incorporarla~ necesi- práctica diaria (Gramsci, 1976: 69-70).
dades colectivas más generales, sin hacer que pierda su En efecto, no sobra recordar lo mucho que este saber
identidad y sabor específico. A este pro?lema, Y aparente y cultura popular ha hecho por la civilización, lo cual va
dilema, me referiré en las páginas que siguen. desde productos agrícolas indígenas hasta prácticas empí-
ricas de salud y ricos aportes artísticos. No es infrecuente
encontrar personas cultas que se apropian del saber popu-
n lar o de sus técnicas y artes y los transforman haciéndolos
aparecer como nuevos descubrimientos y modas: es el ca-
ENSEÑANZAS DE LA INVESTIGACION-ACCION so de artículos como la ''ruana'' en la caballería española,
P ARTICIPATIVA ( IAP) bailes como la cumbia en los salones, el primitivismo en
pintura, la narrativa costumbrista. Muchos inventos me-
Acercarse a las bases populares ha sido uno de los cánicos importantes se diseñaron con base en la experien-
propósitos de la izquierda política y de sus grupos compe- cia rústica, como ocurrió con los de Franklin, McCormack,
tidores en todas partes. Con ello se ha buscado ~nda~en­ Le Tourneau, y los hermanos Wright. Las interpretacio-
tar una acción consecuente con fines revolucionan~s o nes newtonianas de Kant en su Crítica de la razón pura
conservadores. Pero no siempre se ha actuado con sabidu- llevaban el signo de una racionalidad que no era otra cosa
ría y prudencia en esta búsqueda. Conviene tomar e~ que el sentido común de su época; y Galileo plasmó en su
cuenta las experiencias habidas al resp~cto, pues .de allí De motu una teoría del ímpetu que era la expresión técni-
pueden derivarse formas adecuadas de Incorporación del ca de la opinión común sobre el movimiento que venía
conocimiento del pueblo a la corriente científica y cultural desde el siglo XV (Milis, 1969: 111; Feyerabend, 1974: 63,
general con efectos radicales, y viceversa. 189).
Dramaturgos como Shakespeare eran de estirpe neta-
mente popular, así como lo fueron sus tragedias; y los clá-
Aportes del saber popular sicos filmes de Cantinflas y de Chaplin, o la música de los
Beatles no se habrían producido si no hubieran tenido sus
Si aceptamos la premisa de qu~ 1~ cienci~ d~l pu~blo raíces en el mundo de la gente común. Foucault encuentra
común 0 folclor-es decir, el conocuniento practico, vital, en esta dimensión popular elementos suficientes para la

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''historia viva'' que postula en su arqueología del saber intelectual ha?ía aP,rendido la lección de que "el pueblo
(Foucault, 1970: 22-23). Por otra parte, Lévi Strauss se le nunca se equivoca , una de las falacias más socorridas
acerca, aunque con prejuicios, al referirse al "pensamien- por. rev~lucionarios desorientados. Pero el pueblo no se
to salvaje"; y muchos antropólogos llegan a admitir que equivoco esta v~~ al desautorizarlos repetidamente por su
"no hay mejores colectores de datos que los propios nati- falta de autenticidad, hasta cuando los intelectuales se
vos" y que el papel de los científicos debería reducirse a convencieron de que eran víctimas de un objetivismo ex-
anotarlos y editarlos (Radin, 1933: 70-71 ). tremo que sólo podía corresponder a la intelectualidad pe-
Además, la interpretación campesina y obrera de la queño-burguesa (Mandel, 1972: 51-61).
historia y la sociedad, "como ésta sale de la propia entra- La lección se aprendió parcialmente: en efecto, en las
ña del pueblo trabajador, del recuerdo de sus ancianos in- luc~as populares hay campo para los intelectuales, sin ne-
formantes, de su tradición oral y de sus propios baúles cesidad de que se camuflen como campesinos u obreros
archivos'' , es una interpretación válida que corrige la ver- natos. Sólo que deben demostrar honestamente el com-
sión deformada que corre en muchos textos académicos, y promiso que les anima, en el aporte concreto de su disci-
que puede "recuperarse críticamente" así como aspectos plina para los fines que los movimientos populares bus-
especiales de la cultura en general (Fals Borda, 1978: can.
235).
De esta manera puede verse cómo se articula el saber
popular, cómo se expresa a la primera escarbada investi- Metodología (2): Antidogmatismo
gativa, y cómo se defiende de los ataques externos a su
clase y de otras influencias desorientadoras. De allí el res- .Aún así, esta importante apertura política y científica
peto con que el observador y el activista deben acercarse a ha sido malograda a veces por los mismos intelectuales
la cultura del pueblo y a la ''filosofía espontánea'' de que comprometidos en la investigación-acción cuando éstos
habla Gramsci. Pero desafortunadamente no ha sido han pretendido aplicar ciegamente sus con~imientos téc-
siempre así. nicos Y ,l~s principios ideológicos de diversas organizacio-
nes políticas. En algunos países la situación se ha compli-
cado. cuando se ha impartido, por los cuadros activistas, la
consigna de buscar y construir en el terreno una ''ciencia
Metodología (1): Autenticidad y compromiso ~roletaria" que neutralice la "burguesa" a la que se
Imputa, correctamente, mucho de la alienación reinante.
Una primera falta de respeto a esa cultura y filosofía Las experiencias realizadas en varios países enseñan
es la de simplemente aparentado. Fue lo ocurrido en los q_u~ n~ convie!'le aplicar con rigidez en el terreno los prin-
últimos años de la década de 1960 y comienzos de 1970 en Cipios Ideológicos puros que animan a los investigadores o
varios países, cuando huestes de fervorosos activistas in- cuad~os, sea porque éstos pertenezcan a partidos cerrados
telectuales desertaron de la universidad para adentrarse (verticales) o porque hayan sido fuertemente indoctrina-
en el pueblo y beber de sus fuentes mimetizándose en él. dos en universidades y otros medios. Lo mismo ocurre con
La intención era honesta; pero resultó equivocada. El di- lo aprendido en facultades científicas como técnicas o es-
ploma que se buscaba entonces era presentar manos en- pecializaciones. El dogmatismo no sólo es anticientífico
callecidas y la piel tostada al sol, como pruebas de que el sino que se constituye en obstáculo para el avance de ini-

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impuestas por el medio rural y el sistema político-econó-
cíativas que puedan ser positivas para la lucha de clases mico. De allí proviene en parte la alienación que ha lleva-
(Marx 1971: 109). Esto es aplicable tanto al colonialismo do al campesinado con frecuencia a actitudes pasivas o re-
intele~tual de las derechas políticas como al de las izquier- sistentes al cambio, y a imitar valores sociales que provie-
das (Fundación Rosca, 1972: 72). Pero no quiere decir que nen de clases terratenientes o urbanas.
el investigador actúe contra la organización o la sobrepa- Hay, pues, en la tradición y cultura campesinas ele-
se: al contrario, se la reconoce como instancia mediadora mentos positivos y negativos hacia el cambio social que
entre la teoría y la práctica política, como lo sostuvo Lu- abren posibilidades para transformaciones revoluciona-
kacs, entre otros. Depende de la organiz~ción, no obstan- rias en el conocimiento y en la acción. Esto es obvio: no en ~
te, el que logre asimilar con la debida amplitud por las otra forma se explicarían tantas revueltas campesinas co-
ideas criticas, a los intelectuales involucrados en estos tra- mo han ocurrido en la historia universal. En muchos casos
bajos de base, así como a los trabajos mismos, para darles es fácil determinar algunas de las fuentes y canales de la
la cobertura política necesaria. alienación que impiden una acción consecuente carnpesi-
Para estos fines en casi todas partes se ha empleado na, aquella proveniente de la difusión de valores burgue-
con éxito el materi~lismo histórico como guía científica ses. Se puede, por tanto, equilibrar el peso de estos valo-
abierta y orientación adecuada para entender las realida- res alienantes mediante una devolución enriquecida del
des problemáticas encontradas. N o es conveniente usarlo mismo conocimiento campesino, especialmente de su his-
sólo como meta probatoria anticipando sus tesis, lo que lo toria y realizaciones, que vaya llevando a nuevos niveles
desvirtuaría como ciencia. de conciencia política en los grupos. Así se va transfor-
En cambio la búsqueda de una ' 'ciencia proletaria'' mando el sentido común de éstos para hacerlo más recep-
en sí misma ha ~esultado contraproducente e inoficiosa. Si tivo al cambio radical de la sociedad, y a la acción necesa-
se es dogmático en estas labores, puede ocurrir que se va-
ria, así como para hacer oír, a nivel general, la voz de las
ya produciendo una ''ciencia para el pueblo'', entregada y
bases populares antes silenciosa y reprimida.
concebida de arriba abajo e impuesta de manera paterna- Esta devolución, extensiva a todas las clases trabaja-
lista, y no como un conocimiento genuino y ordenado del doras, no puede darse de cualquier manera: debe ser sis-
pueblo trabajador que éste pueda entender y controlar pa- temática y ordenada aunque sin arrogancia intelectual, en
ra defender sus propios intereses (Fals Borda, 1978: 235). lo que se trata de seguir el conocido principio maoísta,
"de las masas a las masas" (Mao Tse-tung, 1968, ill:
119). Por eso se llama "devolución sistemática" a esta
Metodología (3): Devolución sistemática técnica de desalienación y de formación de nuevos conoci-
mientos a nivel popular. Cuatro reglas pueden destacarse
El problema gramsciano de cómo convertir el sentido en este sentido:
común popular en "buen sentido" ha tenido, en cambio, a) Diferencial de comunicación. Una primera regla de
un desarrollo más positivo en varios países. Se parte del esta técnica es la de devolver materiales culturales e his-
hecho de que la cultura popular, especialmente la campe- tóricos regionales o locales, de manera ordenada y ajusta-
sina (la tradición) no es tan conservadora como se ~ pre- da según el nivel de desarrollo político y educativo de los
tendido sino realistamente dinámica, pues aunque 1ncluye grupos de base que suministran la información o con quie-
elementos contradictorios provenientes de las clases do- nes se hace la inserción investigativa o técnica, y no según
minantes urbanas, responde a necesidades específicas
99
98
el nivel intelectual de los cuadros que, por lo general, es res y sus personeros más esclarecidos (constituidos como
más adelantado o muy distinto. grupos de referencia como adelante se explica), y toman-
Por éso los materiales resultantes se pueden publicar do en cuenta las necesidades y prioridades de las luchas
primero en lo que se llama el Nivel 1 de comunicación, populares y las de sus organizaciones auténticas. Así se
que son como folletos estilo ''comics'', bien ilustrados y ha resuelto no sólo el problema del "para quién" de los
sencillos. Las bases son las primeras en conocer así los re- trabajos y estudios, sino el de la inserción misma del cien-
sultados de las investigaciones que emprenden en esta tífico o cuadro dentro del proceso social y su justificación
"recuperación histórico-cultural". A estos "comics" se personal en el medio donde le toca actuar. Para el efecto
pueden añadir después materiales audiovisuales, filmi- se pueden adoptar técnicas dialógicas que rompan el es-
nas, transparencias, grabaciones, conjuntos musicales y quema asimétrico del objeto y sujeto de la investigación y
dramáticos propios del pueblo y películas cortas hechas de la acción ( Freire, 1970 ).
con la misma gente del pueblo (la técnica que desarrolló d) Vulgarización técnica. La cuarta regla es la de re-
Jorge Sanjinés en el Perú y Bolivia). Después se pueden conocer la generalidad de las técnicas científicas más sim-
publicar los mismos textos a un nivel m~s ~omplejo Y. com- ples de investigación, y colocarlas al servicio de los mejo-
pleto, para los cuadros (Nivel2); y por ultimo, los mismos res cuadros populares. Así se pueden enseñar cursos so-
temas tratados a nivel descriptivo y teórico más general~ bre metodología corriente de la investigación a los cua-
tomando en cuenta contextos nacionales y regionales, pa- dros más adelantados, para que rompan su dependencia
ra los intelectuales comprometidos, los universitarios, de los intelectuales y realicen fácilmente la autoinvestiga-
profesores y funcionarios (Nivel 3). N o t<>?-o se p~e~e pu- ción.
blicar o comunicar: ello depende de necesidades tácticas y
de anticipar el mal uso que los enemigos de clase puedan
hacer de la información que se suministra.
b) Simplicidad de comunicación. La segunda regla es Sumando la aplicación de estas cuatro reglas en los
expresar los resultados de los estudios y trabajos en len- países referidos, examinando los materiales acumulados y
guaje accesible, descartando el dirigirse ante todo a la evaluando la marcha de las luchas populares en algunas
comunidad tradicional de científicos dominantes en su partes, puede concluirse que el conocimiento de la reali-
propia terminología complicada y esotérica, o empleando dad se enriquece bastante con la devolución sistemática.
sus esquemas clasificatorios latine seos y simbólicos. Esto Se llega, por ejemplo, a desplazar héroes culturales bur-
exige un nuevo estilo de presentación de materiales cien- gueses por otros propios de las luchas. El campesinado
tíficos que puede llevar a una cierta liberación político- logra equilibrar un poco la alienación en que vive como
económica de la producción científica y a una mayor efec- parte de su tradición, y puede mantener vivos movimien-
tividad en la difusión de las ideas (Fals Borda, 1979). tos que, a pesar de la represión, ponen en jaque a los go-
e) Autoinvestigación y control La tercera regla se re- biernos reaccionarios. Puede así verse cómo el sentido
fiere al control de la investigación por los movimientos de común de las gentes trabajadoras va adquiriendo nuevas
base y el estímulo a su propia investigación. Ningún inte- aristas mediante la educación política, para asumir una
voz propia e irse convirtiendo en ''buen sentido''. Empie-
lectual o investigador debe determinar por sí mismo lo
que se pueda investigar o hacer en el terreno, sino que za a parir una nueva tradición a un nivel más alto de cono-
cimiento, práctica e impulso vital.
debe definir sus tareas en consulta con las bases popula-

100 101
Metodología (4): Reflujo a intelectuales orgánicos mente, en una minoría más o menos seleccionada por el
conocimiento y la experiencia. A este nivel se hace la arti-
Por supuesto, no todo el proceso pedagógico-político culación entre lo específico regional y lo teórico general o
se reduce a recuperar críticamente la historia y la cultura nacional, para producir una visión totalizante e integrada
y devolverlas sistemáticamente a las bases populares. del conocimiento adquirido.
También se realiza un reflujo dialéctico o "feedback" d~
las bases hacia los intelectuales y cuadros comprometi-
dos. Esto es parte importante del proceso total de búsque- Pero esta discusión de minorías ya viene enriquecida
da e identificación de la ciencia del pueblo. por la práctica en el terreno, por el contacto con las gentes
Una consecuencia y condición de este reflujo dialécti- de base y sus problemas concretos y por las opiniones y
co es la necesidad de diferenciar papeles (roles) en el te- conceptos de los cuadros campesinos del grupo ad hoc de
rreno en tal forma que el científico o investigador no ten- referencia. Hay un aporte intelectual critico de parte de
ga qu~ recurrir a camuflarse de campesino u obrero, como estos cuadros que se expresa en exigencias tales como de
queda dicho, sino que sea reconocido y respetado por las claridad y precisión en la exposición de la teoría; observa-
bases y sus organizaciones políticas y gremiales co~o ciones a la aplicabilidad de la teoría en el contexto inme-
quien es. Al advertir la inevitable d.ivisión del t~a~aJO diato; descripciones fieles y vívidas de procesos sociales;
científico que ha impuesto la acumulación del conocimien- explicaciones de estrategia y táctica en la lucha popular;
to (ya que no todos pueden hacer todas las tareas con la información profunda sobre motivaciones de conducta in-
misma eficiencia), se ve la posibilidad de desarrollar en la dividual y colectiva no visibles para personas extrañas al
práctica el concepto del ''in~lectual orgánico'' ~ropuesto medio; elementos de cultura como la herbología y los mi-
también por Gramsci. Estudiemos un poco este Importan- tos; términos empleados en la agricultura, la pesca y la
te asunto. . caza; y principios técnicos en el manejo de utensilios y he-
Los intelectuales comprometidos con la lucha popular rramientas rústicas.
en algunos países han intentado formar grupos de refe- Todo esto es información valiosa de primera mano,
rencia ad hoc conformados por los campesinos, obreros e sobre un "know-how" que enriquece los análisis realiza-
indígenas de mayor experiencia, altruisr;no ! visión 9-ue dos a nivel científico más general por los grupos de inte-
estuvieron involucrados en tareas organ1zatlvas y aglta- lectuales.
cionales con el fin de desplazar a los grupos de referencia Se tiene así la convicción de que el folclor del pueblo
constituidos por académicos y profesores universitarios campesino, su conocimiento empírico, vital y práctico,
(la élite.dominante) (Fals Borda, 1978: 233). puede encontrar un nicho en el curso del desarrollo de la
Estos grupos ad hoc, de donde deberían salir los ver- ciencia como proceso totalizador y constante, y que su voz
daderos intelectuales orgánicos de las clases· trabajado- apagada puede adquirir nueva resonancia. Los agentes de
ras hasta ahora no han alcanzado a responder totalmente este proceso dialéctico han sido o son intelectuales orgáni-
a 1~ discusión científica misma, como se ha planteado, si- cos. Pueden tener la misma sensación que en su tiempo
no que han contribuido más a los asp~ctos.~rác~ico~ ~ polí- tuvieron Kant y Galileo cuando bebieron de fuentes popu-
ticos del trabajo en el terreno. La d1scus1on c1entíf1ca de lares, o la de quienes diseñaron tantos inventos mecánicos
cierto nivel actual sobre lo que se va haciendo se sigue contemporáneos con base en la experiencia rústica, como
realizaJ;ldo entre personas preparadas más tradicional- se dijo anteriormente.

102 103
lo cual no quiere decir que, por modesta, esta ciencia sea
Metodología (5): Ritmo reflexiónoacción de segunda clase, o carezca de ambición.
2) L.a de que el investigador debe: a) descartar la
En consecuencia, una de las responsabilidades prin- ~roganc1a del l~trado o del doctor, aprender a escuchar
cipales de los investigadores (intelectuales orgánicos) ha d1scurs?s conceb1d?s en otras sintaxis culturales y asumir
sido la de articular el conocimiento concreto al general, la la ~umddad ~e quien realmente desea aportar al cambio
región a la nación, la formación social al modo de produc- so~1al necesano; b) romper las relaciones asimétricas que
ción y viceversa, la observación a la teoría y, de vuelta, la se Imponen generalmente entre entrevistador y entrevis-
de ver en el terreno la aplicación específica de principios, ~ados para .explotar unilateralmente el conocimiento de
consignas y tareas. Para que esta articulación sea eficaz, est?s; Y e) Incorporar a las gentes de base, como sujetos
se ha adoptado un determinado ritmo en el trabajo que va a~tlvos, pensantes y actuantes, en su propia investiga-
de la acción a la reflexión y de la reflexión a la acción en CIÓn.
un nuevo nivel de práctica. · Cie~cia mod~sta y técnicas dialógicas o participantes
El conocimiento avanza entonces como una espiral en se constituyen as1 en referencias casi obligatorias para to-
que se procede de lo más sencillo a lo más complejo, de lo do esfuerzo que busque estimular la ciencia popular 0
conocido a lo desconocido, todo en contacto permanente apr~nder ?el saber y cultura del pueblo para multiplicarlo
con las bases y los grupos ad hoc de referencia. De éstos a ~nvel mas. gene~al. Es lo que se pretende hacer con el
se reciben los datos; se actúa con ellos; se digiere la infor- metodo d~ Investigación-acción en su modalidad partici-
mación en un primer nivel; y se reflexiona a un nivel más pante radical UAP), y con el apoyo de las ciencias emer-
general. Luego se devuelven los datos de manera más gentes y subversivas.
madura y ordenada; se estudian los efectos de esta devo-
lución y así indefinidamente, aunque· dentro de plazos
prudel\ciales determinados por la lucha misma y sus nece- IU
sidades.
ENSEÑANZAS DE COYUNTURAS REVOLUCIONARIAS
Metodología (6): Ciencia modesta y técnicas dialógicas . En la ide~ de :'pueblo'' que he venido usando he in-
clui~o, para su:nphficar, un conjunto de personas que en
Las condiciones mínimas para el desarrollo de este realidad son mas heterogéneas de lo que el concepto indi-
ritmo de reflexión-acción y del reflujo cultural de las bases ca. ~ólo he destacado, como ingredientes básicos para es-
hacia la minoría científica orgánica pueden reducirse a tudiar lo que e.s la cienc~a y la cultura popular, el compo-
dos ideas: nente proletano y l~ antigua relación folclórica con la na-
1) La de que la ciencia puede avanzar hasta en las si- turaleza. Esta relación corresponde evidentemente a s' _
tuaciones más modestas y primitivas y que, en efecto, en t emas precapi"ta 1'I~~s, y se deriva de la actividad
. IS
producti-
las condiciones populares encontradas la modestia en el · ya como f~rma on~1nal de la praxis, aquella que regula el
manejo del aparato científico y en la concepción técnica I~tercamb1o ma~n~l de la especie humana con su am-
(especialmente descarte de instrumentos muy sofisticados biente natural. Los Ingredientes mencionados no son sino
Y mayor uso de elementos locales, económic.os y prácticos) elementos iniciales de análisis, aunque dejen una impron-
es casi la única manera de realizar los trabajos necesarios,
105
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etc., de origen obrero producirían una cultura especial di-
ta permanente que no puede ignorarse en el ~sunto que ferente de la burguesa, y ese origen, según ellos, debía
nos ocupa. conferirles una esencia indescartable. A los sabios del
El problema es más complejo, y esto lo podemos ver Proletkult se les consideraba como ' 'ingenieros sociales''
en los desarrollos del presente siglo, cuando se realizaron cuya tarea era tratar a las masas inferiores como. si fuesen
las primeras revoluciones socialistas y ocurrió, casi simul- un material de cera al que había que moldear desde arriba
táneamente, un vigoroso ascenso en el control instrumen- y desde fuera.
tal del hombre sobre elementos naturales, gracias al avan- Claro que todo ello llevaba a agudizar la diferencia
ce científico-educativo y a la expansión del modo de pro- entre trabajo manual e intelectual, y así lo hizo ver Lenin
ducción capitalista e industrial a nivel mundial. Esto afec- cuando habló críticamente sobre la ''ficción de los oríge-
tó las posibilidades de desarrollo de la ciencia del pueblo o nes'' (Bettelheim, 1977: 528, 530). Con razón los más al-
folclor como se ha conocido tradicionalmente, y abrió com- tos dirigentes bolcheviques hubieron de frenar este des-
puertas que pueden llevar a su eventual desaparición. orientado movimiento que, desgraciadamente, todavía
tiene sus metástasis en otros países.
El Proletkult

La revolución rusa tiene mucho que enseñamos a es- La Intelligentsia rural


te respecto, ya que, en sus comienzos, hizo un importante
intento de construir por la base una cultura proletaria de
índole científica, llamada '' Proletkult'', que fuera con-
gruente con los fines revolucionarios (Bettelheim, 1977: El Proletkult pasó a mejor vida. Pero la coyuntura es-
475, 528). Encabezadas por intelectuales comprometidos, pecífica de la revolución rusa a partir de la muerte de Le-
estas campañas político-literarias se iniciaron poco des- nin, el exilio de Trotsky y el advenimiento del stanilismo,
pués de la revolución de febrero de 1917 y duraron hasta especialmente hacia 1928, hlzo·que la política oficial hacia
1922, cuando recibieron el rechazo de Lenin y de Trotsky el campesinado ruso no fuera muy distinta, en sus efectos,
(Deutscher, 1968: 64). de aquella sugerida por el Proletkult. El Estado soviético y
La tónica principal del trabajo del Proletkult fue la el Partido Comunista habían determinado crear la cultura
arrogancia contrarrevolucionaria de sus prosélitos. To- y la ciencia proletarias como bases ideológic~s y políticas
mando al pie de la letra la negativa y limitada impresión para proceder a la industrialización necesaria. Se privile-
de Marx sobre el papel del campesinado en la revolución gió así al proletariado urbano, y se castigó al campesinado
francesa, estos intelectuales rusos consideraron a los rús- con el peso de la nueva planificación.
ticos de su país como sacos de patatas. El campesinado ruso, que no había sido unánime. en
El médico e ideólogo Alejandro Bogdanov, el primer el apoyo a la revolución -con altibajos producidos por la
impulsor del movimiento, sufría de un marxismo superfi- influencia de Kulaks y Mujiks-- se constituyó en el para-
cial que le llevó a sostener tesis incongruentes con la teo- rayo natural de la desconfianza oficial. Por consiguiente,
ría vigente del partido, como la de que el desarrollo de la Stalin resolvió imponerles la ''civilización proletaria'' des-
conciencia proletaria de clase reposaba ante todo en la de arriba -y desde las urbes- , con el empleo de cuadros
práctica de la producción y no en la lucha de clases. Sus obreros y urbanos del partido, y con institutores y especia-
seguidores creían que los sabios, artistas, ingenieros,
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listas agrarios (la llamada "intelligentsia rural avanza- produjo allí, y en eso se equivocaron los intelectuales del
da"). Ni siquiera se reclutaron cuadros campesinos para Proletkult y sus sucesores. Es la acumulación, difusión y
esa tarea. La desconfianza llegó hasta ordenar que los perfeccionamiento de técnicas y conocimientos anteriores
tractores y las máquinas que se llevaran a los nuevos kolk- originados entre capitalistas y burgueses rusos y extranje-
hozes no fueran manejados por campesinos, sino por ros~ que han pasado al control político y económico de su
clase antagónica. Hubo un cierto tipo de popularización
obreros. del conocimiento científico, cultural y técnico contemporá-
Toda esta campaña desde arriba y desde fuera llevó
al tremendo genocidio rural de todos conocido, y a la des- neo que, si se quiere, puede verse como una "ciencia del
trucción cultural del campo ruso, algo que dejó minúscu- proletariado'' ; pero ésta, como realidad propia, no seria
las las crueles gestas autocráticas de Pedro el Grande. Na- entendible así sino en el contexto soviético.
turalmente, al destruirse en forma tan masiva la base tra-
dicional del campo ruso, se perdió también buena parte de
la cultura popular o folclórica y se relegó a segundo plano La Revolución Cultural
la tradición científica del pueblo común soviético. Pero se
crearon nuevas bases humanas, sociales, culturales y tec- En la China Popular, para fines semejantes, se obser-
nológicas que han servido para reconstruir la sociedad ru- va un proceso diferente. No hay genocidio y ocurre una
ral en la Unión Soviética, y ésta creó otro sentido común y mayor participación de las bases campesinas y obreras en
otra tradición más moderna y avanzada que la descrita por la conformación de una nueva cultura y ciencia armónicas
Tolstoi. con la revolución. El clímax de esta tendencia ocurre, por
Ahora bien ¿será éste ya el ''buen sentido'' que es- supuesto, durante la herética Revolución Cultural de 1966
peraba Gramsci? ¿Valía la pena pagar el alto costo social y a 1968 ·(con efectos visibles hasta 1976) de lo cual podemos
humano de esa hecatombe para llegar al inmenso desarro- derivar así mismo importantes enseñanzas.
llo actual de la Unión Soviética? ¿Se construyó en verdad Muy diciente fue uno de los incidentes iniciales de la
una ciencia proletaria hegemónica? Una cosa es cierta: en Revolución Cultural: el acto de rebeldía con afiches en la
el esfuerzo se perdieron muchos valores de la cultura y Universidad de Pekín porque el rector, un historiador an-
ciencia campesinas que podían haber sido congruentes ticuado, entre otras cosas dificultaba que los estudiantes
con la revolución y que la habrían enriquecido de seguir hicieran labores manuales, y ejercíá discriminación contra
su marcha como ocurrió en los casos chino y vietnamita. alumnos provenientes de familias trabajadoras o campesi-
Algunos d~ esos valores que sobreviven, como en la músi- nas (Wheelwright y McFarlane, 1972: 127). Aquí parece
ca y el arte, y en las artesanías, ayudan a darle sabor e residir el meollo de la cuestión: se trataba de romper el
identidad hasta al mismo Estado soviético; otros, como las elitismo tradicional que, influenciado por la burguesía chi-
creencias religiosas, continúan con cierta fuerza. na occidentalizada, tenía sus raíces locales en Confucio y
De todos modos, aquí vemos el caso patético de un sus enseñanzas ancestrales. El elitismo tradicional lleva-
pueblo revolucionario que decidió descartar masivamente ba a imitar y adoptar lo extranjero, y a respetar y obedecer
la tradición campesina, con su ciencia y todo, con el fin de a las autoridades superiores (:padres, ancianos, lideres del
construir un proletariado técnico e industrial que tuviera partido, gobernantes, funcionarios, emperadores) y a los
una ciencia propia y una cultura congruente con los fines hombres de ciencia, intelectuales, maestros y letrados de
de la revolución. Pero no es una ciencia nueva la que se uñas largas y pulidas. Por todo ello, no era una simple re-

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volución generacional la que se iniciaba en 1966. Era una Excesos de la ortodoxia política
acción ideológica que seguía la clásica linea maoista "de
las masas a las masas'', para reorientar valores de anta- Es difícil negar el estímulo que este gigantesco es-
ño, ''solidificar el concepto del mundo proletario- fuerzo -como el de las comunas populares anteriores-
comunista para la masa del pueblo'' y crear una nueva tuvo a nivel de las bases, especialmente en el desarrollo
opinión pública, o sentido común. Esta opinión nueva iría de la medicina popular (''médicos descalzos''), el alfabe-
a reforzar los objetivos de la revolución, combatir las ten- tismo, la artesanía (conversión del hierro) y la tecnología
dencias conservadoras de la disciplina partidista y llevar a intermedia en la agricultura, el transporte y otros medios,
una nueva concepción científica y cultural nacional (Blu- así como a nivel industrial se registraron innovaciones téc-
mer, 1972: 72, 18'6-187)0 nicas ingeniosas y productivas (Wheelwright y MacFarla-
Por eso sus primeros abanderados y activistas fueron ne, 1972: 191, 194-195). Se estaba en verdad fomentando
jóvenes y, además, reclutados exclusivamente de las cla- una ''ciencia del pueblo'' controlada por éste y sus perso-
ses trabajadoras: campesinos, obreros, taxistas, hasta neros inmediatos, que tomaba como punto de partida una
pordioseros, a quienes se les impartió el mínimo de orien- tradición cultural recuperada y selectiva, sin destruirla to...
tación contenida en el famoso "Librito Rojo", personas talmente. Era una ciencia modesta y realista que no traba-
que iban decididas a ser "antes que maestro, el primer jaba sino dentro de los parámetros históricos de los cono-
alumno de las masas", a "luchar contra el egoísmo" y a cimientos populares. Y así avanzó bastante para el benefi-
''servir al pueblo que es el que hace la historia''. Actua- cio de éstos, hasta años más recientes.
rían por fuera de estructuras formales partidistas, en lo Pero, como se sabe, ocurrieron excesos de celo pro-
que este movimiento fue realmente inusitado. ducidos por un deseo irracional de imponer la ortodoxia
Se propició así un gigantesco intercambio rural-urba- política en niveles incongruentes, tales como el manejo de
no, con 25 millones de citadinos que visitaron el campo y fábricas y en la alta tecnología. El antiintelectualismo y el
millares de obreros que fueron a escuelas, con lo cual se antiburocratismo a ultranza fueron llevando a una crisis
esperó romper la verticalidad de la dependencia con el Es- anárquica en la producción, tal que el gobierno tuvo que
tado y el partido, promover un desarrollo ideológjco más echar pie atrás: disminuyó el impulso y fervor juveniles
auténtico que emergiera de las mismas y, en fin, "modifi- del movimiento, reglamentó mejor los comités políticos
car la faz intelectual de toda la sociedad''
o • que imponían estructuras organizativas contraproducen-
Transparente fue una de las metas técnico-científicas tes y volvió a llamar a personas y trabajadores de expe-
trazadas por Mao: en efecto, el presidente quería adies- riencia para que siguieran administrando fábricas, escue-
trar a los trabajadores para convertirlos en técnicos (como las e institutos. Además, se vio que la consigna de que las
se hacía ya en el Instituto de Ingeniería Mecánica de masas se educaran a sí mismas no había podido cumplirse
Shangai), y que los estudiantes tuviesen experiencia prác- al pie de la letra, pues seguían necesitando de asistencia
tica y regresaran a la producción luego de unos años de externa, especialmente de la orientación del partido o

estudio. Se reconocían en esta forma las conexiones que la Políticamente, Mao triunfó en esta forma sobre ele-
educación tiene con el trabajo productivo, reconocimiento mentos conservadores de la sociedad y de su propio parti..
que llevó a modificar los pénsumes oficiales de enseñan- do y aseguró que la revolución china siguiera por el derro-
za. tero que le había marcado hacia el socialismo. Cultural y
científicamente, impulsó valores y conocimientos a nivel

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de base que sirvieron para afirmar la colosal reconstruc- nes que ayuden a identificar y comprender el problema de
ción económica de la nación china, una reconstrucción re- ~as bases populares y la ciencia y la cultura que tanto nos
lativamente ~utónoma que le ha permitido a esa nación Interesa como fenómeno contemporáneo.
ocupar una posición de comando a nivel mundial, y a su
pueblo tener un nivel de vida grandemente mejorado.
Hubo aquí mayor respeto que en la Unión Soviética Impacto de la cultura masiva
por las bases campesinas. Se rompió parcialmente el mo-
nolitismo del partido y de su guardia dogmática. Los cua- Un hecho casi incontrovertible es que la ciencia y el
dros fueron reclutados más equilibradamente desde el saber o ~ultura popular! por tener sus fundamentos y raí-
punto de vista de sus orígenes. No hubo tanto énfasis en ces en sistemas precapitalistas, se han visto amenazados
imponer pautas verticales, de-arriba hacia abajo. No obs- d? extinción debido al acelerado desarrollo de la tecnolo-
tante, se vio la necesidad de seguir diferenciando entre g¡a moderna Y del control instrumental del hombre sobre
ciencia popular y ciencia avanzada, dejando que ésta con- la naturaleza que van unidos al sistema capitalista domi-
tinuara siendo provincia especial de la minoría intelectual n~n~e. Podemos ver esto fácilmente en los países indus-
y técnica que la Revolución Cultural había intenta~o ree- tnalizados, cuyos sociólogos empiezan a hacer una distin-
ducar por el trabajo manual y la práctica en el terreno. Por ción más esl?ecífica en,t,re la cultura folk como aquí la he-
eso se enfatiza hoy allí a la ''ciencia y tecnología'' como mos entendido, y la cultura masiva popular'' (Lewis
una de las cuatro modernizaciones planteadas como metas 1978: 14-25). '
a alcanzar para el año 2000. Porque sólo así puede la Chi- E~ los países avanzados, según Lewis, la cultura po-
na mantener su liderazgo a nivel mundial y defenderse de pul?-,r tiene aspectos negativos que se refieren a la masifi-
las potencias que la siguen asediando. c?-,cion p~r los grandes medios de comunicación (televi-
sion, radio y prensa). Esto lleva a que el común de las
gentes sea víctima de empresarios que no piensan sino en
IV e! lucro, Y así van rebajando el nivel cultural o emprobre-
Ciendo Y anulando el existente o folclórico tradicional En
EL RETO DEL CONTROL INSTRUMENTAL estas condiciones, la cultura popular de esos países tÍene
la tendencia a imitar elementos de la llamada ''alta cultu-
La Unión Soviética y la China Popular ofrecen casos ra'' -que puede ser más creadora y particular- rebajan-
dramáticos de cambio social en que se realizaron reformas ~ o su calidad Y desvirtuando el talento, hasta llegar al
profundas del alma popular. Otros ejemplos nacionales de gust? abyecto de la. m~snada''. Además, tiene el peligro
este tipo de subversión son también de interés: lo ocurrido d.e estrmular al totalitansmo por fomentar audiencias pa-
en el Japón a la Restauración Meiji y durante la ocupación sivas que se adaptan primordialmente a la manipulación
americana; el efecto de la autogestión obrera y campesina demagógica,. como lo anticipó, mal que bien, Ortega y
en la sociedad yugoslava; la revolución cubana y el "po- Ga.sset. En fm, este tipo de desarrollo instrumental capi-
der popular'' ; el impacto del culto de las cargas en comu- talista avanzado produce el mayor índice de alienación
nidades primitivas melanesias; la experiencia del Bhoomi po~u~ar hasta ahora conocido, pues lleva a lo que Marcuse
Sena y del Movimiento por la Ciencia del Pueblo en la In- definió co~o '' hom~re unidimensional'', y culmina en la
dia. Quizá en todos ellos se encuentren elementos comu- contrautop1a Orwelliana de la granja de animales con el
''Big Brother'' en todas partes.
112
113
Si así ocurre en esos países industrializados, bien les acerca con mensajes de devolución del conocimiento 0
puede entenderse lo que pasa cuando de allí se exportan a para recuperar la historia y la cultura. ·
los países subdesarrollados, no sólo las técnicas alienan- . ¿Cuáles son, pues, esos valores sustanciales? Es po-
tes sino los mismos productos terminados, o "envasa- s~?le que sean aquellos fundamentados en la especial vi-
dos''. Se registra entonces un fuerte impacto cultural que sion del mu:r;tdo (W eltanschauung) o filosofía de la vida
barre los valores propios, haciendo olvidar aquellos ele- que caractenza a los grupos populares regionales menos
mentos del folclor que constituyen lo que se ha dado en conta~ina~o~, especialmente los que se articulan aún con
llamar ''la esencia de la nacionalidad'' . Se va borrando así la pr~xis onginal, como los campesinos, y los que han de-
la ''filosofía espontánea'', el lenguaje, el sistema de fen~hdo el ancestral contacto con la naturaleza y ambiente
creencias y el sentido común tradicional de los habitantes region~l específico. En últimas, éstos son los valores que
de estos países pobres, para suplantarlos por otros que s,e .arraigan ~n creencias sobre lo sobrenatural y extracien-
son xenofílicos e inauténticos. Así se limitan también las tifico, los rmsmos por los cuales se han armado guerras en
posibilidades raizales de producir e inventar en los cam- e:l P~sad~, con los cuales se crean y destruyen mitos se
pos científico y tecnológico. •t fabncan Ideologías y movimientos, se conforman utopfas.
Son los qu~ ha11: hecho del hombre lo que es, los que le han
dado a la histona su sentido teleológico.
La región: valores sustanciales y marginales , La racionalidad de estos valores sustanciales parece-
na po~ lo tanto irracional, si le aplicáramos los criterios
cart~sianos sobre la Razón que nos han inculcado en uni-
Lo increíble es que los conocimientos populares de versi~ades Y academias, y sobre los cuales se ha construi-
los países pobres, de origen precapitalista, hayan podido do la Idea contemporánea dominante de ciencia. Pero se
resistir tantos impactos instrumentales desde hace tanto trata. de una ~ontextura racional diferente que tiene su
tiempo, y que todavía queden elementos útiles para la propio lenguaJe expresivo y su propia sintaxis. Para en-
identificación regional y nacional, con posibilidades de re- tender Y lle.gar a los valores de este tipo racional popular
cuperación y creación. Esto lleva a pensar que en el apara- es n.ecesano sobreponerse a las barreras cognoscitivas
taje cultural de las gentes en sus regiones -hasta llegar dormn~nt~s. Y asumir actitudes vivenciales que sean tan
al nivel de caserío, barrio y comunidad- existen por lo extracientificas como las de los grupos populares. y si se
menos dos clases de valores: los más acendrados y sustan- pue~e, l?~ar el ~ominio simultáneo de dos o más le~gua­
ciales, que podrían compararse con el almendrón de una ]es Cientificos o niveles de comunicación diferentes.
fruta o la savia de un árbol; y los ajustables o marginales ~~ra ~mpe,zar a adquirir esta vivencia popular y el
que, aunque van intrínsecamente envueltos con los otros, d~rmnio simultáneo de lenguajes diferentes que ello im-
pueden modificarse por distintas causas sin que sufra el plica, quedan p~os caminos aparte de destacar estratégi-
aparato cultural total. camente la regi?n y emplear las técnicas ya sugeridas
La racionalidad propia del aparato cultural popular, cuando nos refenmos a la investigación-acción radical es-
su estructura y sabor específicos derivan de los valores to es, el empleo subversivo y crítico de la ciencia mod~sta
sustanciales, y de éstos depende la versión especial que y técnicas participantes (IAP).
los grupos populares dan a la comunicación y sus niveles,
como cuando el intelectual comprometido o el activista se

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grupos pequeños de maestros y estudiantes en casas par-
Papel de minorías orgánicas especializadas ticulares, fuera de los conventos que monopolizaban el
conocimiento, en talleres artesanales, en plazas y vecin-
No es necesario imaginarnos cómo seria la estructura darios donde se aprendía de la vida y se orientaba la ense-
educativa formal en un país donde la llamada ciencia po- ñanza y la investigación a los problemas cotidianos de la
pular fuera hegemónica. Ya vimos lo ocurrido en dos ca- comunidad. N o había doctorados entonces, ni diplomas.
sos históricos en los cuales se puede aducir que, política- Se sentía urgencia práctica del saber, y esta vivencia se
mente, el proletariado advino al poder. Las diferencias compartía a nivel de base en formas simples, toleradas al
con los sistemas formales científicos del pasado fueron menos por una buena parte del sistema social y político de
mínimas. Sólo resultó necesario mantener el control de la entonces. Pero había personas más sabias y enteradas, de
estructura del Estado para que los nuevos esfuerzos edu- genio y chispa, que fueron guiando ese desarrollo, con su
cativos y científicos fueran congruentes con los intereses propia versión de la vivencia y del compromiso social.
de las clases trabajadoras, y estimular tecnologías inter-
medias. Aun así, hubo necesidad de reconocer la continui-
dad del conocimiento y el papel de minorías orgánicas es- La universidad en diáspora
pecializadas, para mantener el ritmo de la producción y
elevar el nivel de vida de las poblaciones. ¿Valdrá la pena pensar en nuevos tipos de talleres
El hecho de que deba haber minorías para sostener populares contemporáneos, dispersos en ciudades y en el
este esfuerzo científico no significa que toda la estructura campo, por fábricas y fincas, cada uno con su problemáti-
institucional se conciba casi exclusivamente para formar- ca especial, que formen técnicos y prácticos instrumenta-
las y sobreeducarlas, como ocurre ahora. ~emos dic.ho les de nivel intermedio, pero orgánicos con las clases tra-
que los principales retos en este campo provienen .del In- bajadoras? ¿Podremos concebir una universidad en diás-
tercambio teórico-práctico directo con las bases reg¡onales pora que se juzgue según sus efectos sociales de conjunto
explotadas por el capital. Derivan de una ciencia critica e y no por facilidades físicas? ¿Podremos articular, en esta
integrada, modesta y realista. No provienen del diálogo forma y de manera permanente, el conocimiento teórico
cerrado dentro de una élite de científicos sofisticados con con la praxis?
orejeras profesionales, que puedan llegar a determinar el ¡Cuántas ventajas no tendría un plan educativo de es-
sexo de los ángeles. La potencialidad de la investigación- te tipo! Desaparecerían las falsas divisiones creadas entre
acción radical reside precisamente en el desplazamiento las ciencias (los conocidos departamentos profesionales,
qQe promueve de los recintos universitarios al terreno las academias y las especializaciones) y se fomentarían
concreto de la realidad. Este tipo de investigación rompe verdaderas actividades interdisciplinarias. Sabido es que
los esquemas clásicos de la academia al desconocer las di- los principales problemas contemporáneos, como los de la
ferencias entre sujeto y objeto de estudio. Lleva a que los pobreza, el hambre, la destrucción ecológica, la explota-
letrados desciendan de las torres de marfil y queden suje- ción del hombre, la violencia institucional y general, exi-
tos al juicio de idoneidad que imparten las comunidades gen niveles complejos de análisis que desbordan las espe-
en que viven y trabajan, y no dependan necesariamente cialidades. Aparecerían entonces nuevos campos de ac-
del de los decanos y rectores. ción científica y técnica vinculados directamente a necesi-
Recordemos que en esa forma funcionaban en el siglo dades comunitarias urgentes, y no para que sigan benefi-
XIV las primeras universidades en París y en Uppsala, con
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ciando a la burguesía enriquecida ~ue v~ene arrasá1_1dolo
todo. y habría organizaciones, ?nentaciones y .acciones
mucho más democráticas, participan~s y pluralis!a~ que
terminarían con la dictadura de organismos dogmatlcos Y
BIBLIOGRAFIA
con estados fascistas que quieren levantar cabeza, espe-
cialmente en el hemisferio americano. ·
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