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Capitulo 5 © Hegemonta conservadora y movilizacién social en los albores del siglo XX (1905-1930) 1s tendencias hacia a smayGr integracién de las regiones centrales y el |) reciente marginamiento de las subordinadas, asi como el aumento de las # tensiones del mundo agrario ante la contraposiciéa entre los avances de Jahacienda latifundista y la coloniizacién campesina de baldfos, se fueron. “profundizando en las primeras décadas del siglo XX con el incremento de los recursos fiscales del Estado, que modificé profundamente, tanto las interacciones entre [a nacién, las regiones, las subregioneé y las locali- | dades, como el papel de los partidos politicos. A esas novedades se sum6 (ra importante: Ja apacicién del problems obrero, acelecado porlos cam- © bios promovidos por la nueva riqueza originada en el café, junto con el ‘surgimiento de una incipiente industria ligada a los mercados de las re- igiones integradas del centro andino colombiano, Esta industrializacién ‘empezaba por atraer lz migracién de la poblacién rural a las ciudades; aparecié asl Ia base para la creacién de un proletariado incipiente, que ronto fue entronizando un creciente clima de movilizacién social y pro- testa sindical y obrera en contra del gobierno conservador de Ia época, [20 Tales procesos, en’ los que se contrasta un régimen excluyente y un B; recimiento de recursos estatales con una creciente movilizacion social y fa persistencia del problema agrario, van preludiando les confrontaciones g| tanto en zonas de colonizacién con escasa presencia estatal y muy laxa a _fohesién social como en ls haciendas vecinas, constturd una ocasién I Stopica para el ito del dscurso socialista de los adios veine en esos P cenaros. Lo mismo oeuti con los grupos artesnnals y obreros de ‘720 Femén E. Gonzalez Gonzdlez HERE Sn Cerin eee ee Pee ieee) PPL Eee eet Perera H las ciudades, Jo cual mostraba que los partidos tradicionales empezaban Pero, al margen de este pals elativamente integrado econémicamente, ‘a dejar de ser los tinicos canales de expresi6n de los conilictos sociales. <3) en esos afios estaba surgiendo una importante movilizecién social y poli- Gn ese contexto de integracién territorial del pals andino, que seguia 249, Uca en as mrgenes c intersticios del mundo andino y en las fronterasea- el curso de las cordilleras y de los cultivos del café desde el valle del Cauca tne éste y la Costa Caribe, que desafiabe la tradicional mediacién politica hasta los Santanderes, acompafiado por Ia articulacién politica y la in- de los partidos Liberal y Conservador y preludiaba un escenario social- tegracién de estratos, mediada a su vez por los partidos politicos tradi- mente mucho mis conilictiva, Ante esos cambios, la posicién represiva cionales, se opera un notable crecimiento de las funciones y recursos del - "del Partido Conservador, con una concepeién estética de la sociedad, re- Estado e partir del decenio de los aflos veint del siglo XX. Las bonanzas forzada por la acitud dela jerarquia de a Ielesiacatblica, contrastabe con cafeteras, la indemnizacién de Panamé y Ia disponibilidad de préstamos lapostura més modernizante de algunos sectores del Partido Liberal. vyinculados a las expectativas de le explotacién petrolifera modificen fan- ‘damentalmente las relaciones polticas entre regiones, subregiones, loca- lidades y la nacién, Al aumentar los recursos fiscales, el Estado central se convirtié en un escenario relevante de poder, digno de ser influenciado, ‘Y.los jefes politicos locales y regionales se transformaron en los interme- diarios privilegiados de sus clientes y regiones frente @ las instituciones - ‘estatales (Deas, 1993: 218-221): su poder social y econémico, de carictér local y regional, sirvi6 de base para negociar con los dmbitos del orden nacional de los partidos y del Estado, alos que oftecen apoyo electoral a cambio de acceso a las ventajas del poder central. La conservacién de su infljo local y regional, pues, los oblige a otorger y buscar beneficios para conservar la lealtad de sus clientelas, so pena de ser desplazados por otros grupos oligirquicos en ascenso. En conclusién, en los tres primeros decenios del siglo XX el Esta- 9 ‘do central se mueve ya claramente en un escenario de “centralizaciéa incompleta’: los recursos econémicos le permiten convertirse en un centro hacia el cual tienden las relaciones politica: esto transforma en intermediarios a los politicos locales y regionales que desean entablar vineulos entre esos recursos y sus regiones y clientelas. Pero no se ope- ra todavia un “paso” hacia el dominio directo del Estado, sino que se hace mis visible el estilo de dominio indirecto que caracteriza al Estado colombiano, Sin embargo, se va avanzando hacia la centralizacién poli tica, porque ahora la relacién de intermediacién de los politicos locales otorga al Estado una mayor centralidad, En este nuevo espacio empieza ‘ configurarse el clientelismo como modelo de articulacién politica en- tre ol centro, las regiones y las localidades, y entre la poblaciéa subor- inada y las elites sociales ef clientelismo, que refleja tanto la centrall- zaciOn incompleta de que hablaba Gellner como una profundizactén de la integracién territorial y una mayor integracién, as{ sea trunca, de la poblacién subordinada, Las vicisitudes de la hegemonia conservadora Como reaccién contra las tensiones politicas resultantes de la contienda de los Mil Dias, el presidente Rafael Reyes (1904-1909) se mostré par- tidario de un erfoque mas bipartidista de la politica, que era apoyado égicammente porlos liberals pero también por conservadores moderados y algunos sectores del clero. Asi, Reyes trat6 de impulsar la participacién liberal en su gobierno por medio del nombramiento de liberales en su ga- binete, pero en puestos subalternos de la rama ejecutiva, al lado de cargos diplomaticos de prestigio, También buscé el fraccionamiento territorial de los antiguos Estados federales mediante la nacionalizacién de impor- ~ tantes recursos fscales de los departamentos yla creacién de nuevos. Las reformas tributaria y arancelaria aumentaron notablemente los recursos del Estado central, lo que se refleja en el apoyo a la expansiGn de ferroca- riley carretera, “Ademis, el gobierno de Reyes se empeii6 en conseguir el monopolio dela fuerza en manos del Estado por medio del desarme de los caudillos locales, la eliminacién del bandolerismo rural y la profesionalizacién del jército, tratando de universalizarel servicio military conformar un apa- rato militar independiente de los partidos. Este empeiio se concreté en 1907 con Ia creacién de la Escuela Militar, con la asesoria de una misién chilena, Pero Ins dificultades no se hicieron esperar, dada la fragmenta- ién y privatizacién del poder, que se refejaba en una serie de conflictos ‘entre los oficiales formados en las guerras civiles y los egresados de la ‘Escuela. Los primeros eran producto del padrinazgo politico y estaban spoyados por los gamonales tradicionales, que veian en la despolitizacién y nacionalizacién del Bjército una amenaze para su dominio electoral en localidades y regiones (Blair, 1993: 36-37). ‘Después de ia caida de Reyes (1904-1909) y del fracaso del intento de gobierno bipartidista de Ia Union Republicana bajo Carlos B. Restre~ 222 FerninE. Gonzilez Gnailez Hegemonfa conservadoray movilzacén socal en los alboes del siglo KX 223 lenciosas. Asi se forz6 el proceso de integracién de los nuevos grupos dweoerde sipmossectons campesinos, que comenzaron a organizarse oy ‘a expresar intereses 8, al i i ” Bu (de ea ao ‘Propios ‘margen de los partidos tradicionales” Deacuerdo con Jorge Orlando Melo, esta reforma constitucional ceé Jas bases para una convivencia relativamente pacifca entre los partidos tradicionales, aunque condenaba al.liberalismo a la condiciéa de mino- tis, Para este autor, a experiencia prictica de trabajo conjunto entre fos lderes moderadés de ambos partidos inflira en Ia conservecién del sigimen consttucional en los alos siguientes, a pesar de las pricteas hegeménica tredcionales de os repimenes de paride. En los ahos por terres del gobierno conservador se mantuvo la libertad de prensa se G) ‘elorzé a capacidad de negociacién politica entre los drigentes politicos. | Tito permitié al pfs sortear sin necesidad de golpes militares los dlfcal, {ades de la primera posguerra y de la crisis mundiel de 1930, No obstante, ‘a flexbilidad leglista de los partidos tradicionales les iba a servi come, proteccién contra el surgimiento de nuevas alternatives politica, lo cual os grupos sociales aparecidos durante este siglo seguir expre- 8 intereses a través de! bipartdismo, Por eso nose consolidaroa ‘nuevos partidos eapaces de impulsar una miés répida modernizacién dela ciedad colombiana y de sus instituciones poltices. As! pudo sobrevivir fun sistema que fue incepaz de enfrentar decididamente las transforma, g) clones que la industrializacion y la urbanizacién planteaban al mundo predominantemente rural de entonces, ya que pérmitia la coexistencia de #) grupos may tradcionalistas ysectores modernos dentro deca partido, 7 ero, conlie Melo ‘ axe gant agp de paz entre 1910 y 1948 F two mucho que ver con la profanda er li 7 Liban we wer con pide cr de amin de nose No obstant, los movimientos de obreros, campesinos y artesanos de ¢stos aflos pusieron en evideacia que los gobiernos tradicionalistas de : ‘Concha y Sudrez iban en contravia dela evolucién, econémica y social del: [/ pals. Bsa movilizacién social comenzaba.aescapar del marco estrecho del _bipartidismo tradicional: ders delos sectoresartesantlesy de pequefios | Wrupos intelectuales intentabaa organizar ia protesta de las masas azn. f> pesinas en las zonas de colonizacién y de los pequefios grupos obreros de los enclaves petrolero y bananero, lo mismo que de los tabsjadores eeocartileros y portuaztos de a Costa Atlantica y del rfo Magdalena, g feta pcs eal cuddles nance Sloe fy cos p ‘staban ampliando aunque relativamente-laclientela po- po (1910-1914), se regresa a los gobiernos de partido con los mandatos de José Vicente Concha, Marco Fidel Suérez.y Miguel Abadfa Méndez, Sin embargo, las reformas de la Asamblea Constituyente de 1910 hablan introducido algunas modificaciones a la Constitucién de 1886 que per- ritfan a los dos partidos tradicionales gozar libremente de los derechos politicos que la aplicacién de la Carta vigente habia llevado a desconacer: por ejemplo, ordenaba una legislacién electoral que diera representacién ‘a las minorias, Esta reforma constitucional, segin Jorge Orlando Melo, dificulteba en clerta medida la imposicién de la hegemonifa total de un partido pero no lograba impedir del tddo la eventualidad de considera- ble manipulacién y frande electorales por parte de quien controlara el ‘Bjecutivo o contara con las mayorfas del Congreso. ¥, de todos modos, la oposicién quedaba reducida a la condiciéa perpetua de minorfa, aunque sele garantizaba cierto niimero de curules, mientras el Ejeciitive quedaba bajo el control perpetuo de ia “mayorla’, real o supuesta. Sin embargo, el a poder podia ser compartido ocasionalmente en el gabinete (casi siempre «4 con ministerios secundarios o con el de las relaciones exterioyes), aunque nunca en el Ejército ni en las gobernaciones y alcaldfas més importantes, ‘De hecho, era notorfa entonces la supervivencia de toda suerte de vi- clos en el sistema electoral: las inscripciones de electores dependian de la voluntad de los jurados, por lo general representantes de los ambitos 4 ros aunque no cumplieran con los requisitos de afabetismo, edad, renta © propiedad. En algunas veredas y poblaciones apartadas aparecian mis votantes de los posibles y, en iltimo caso, cuando Ia derrota oficial era evidente, los jueces electorales anulaban los votos de los adversarios. Gra- cias al apoyo del clero, alos trucos de manipulacién electoral y al fuacio- ‘namiento de una mequinaria electoral eficiente, la votacién rural del con: servatismo se agrandé hasta extremos inveros{miles pare contrarrestar el avance liberal en las ciuddes. Todo esto influia en Ia poca legitimidad de las antoridades y en Ia frecuencia de conflictos, a veces armados, en torno ala competencia electoral (Melo, 1989: 228-229) Sin embargo, la expresién legal de la representacién proporcional: de los partidos tuvo' una consecuencia importante: la consolidact6n.del sistema politico bipartidista y la obstruccidn « fa formmaciéu de puctidos'/ ruevos, “en un momento en que las transformaciones econémicas y so- ciales del pais hacfon salir a Ie luz piblica nuevas formaciones sociales impulsaban la expresién politica de agrupaciones tradicionalmente si

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