CONCLUSIONES VIDEO “EL PODER DE LA EXCELENCIA” DE MIGUEL CORNEJO
La reflexión no es nada sin la acción. No es suficiente con que sepamos cuál es la
decisión correcta, es necesario accionar en pro de ella. La excelencia es excederse para mejorar. En cualquier ámbito positivo de nuestra vida podemos ser excelentes desde que hagamos más allá de lo ordinario. Somos el resultado de nuestras decisiones. Nuestro presente es el producto de todas las decisiones que tomamos en el pasado. A diferencia de lo que la gente cree, aprendemos más del éxito que del fracaso. Porque se puede fracasar mucho sin aprender de eso, en cambio quién conoce el éxito fue acertado en sus decisiones. El primer paso para aprender es aceptar el error. Es fácil culpar a los demás cuando algo sale mal (rupturas amorosas, despido laboral, crisis económica, etc.) pero lo importante es aceptar que nos equivocamos para que se dé un cambio. Hay que “engancharse a una estrella”. Rodeándonos de triunfadores podemos aprender a triunfar. Y no siempre se trata de seguir su camino, sino de continuar donde ellos llegaron. No hacer de la esperanza una virtud. Dejamos que la suerte o los milagros nos cambien la vida en lugar de accionar por ella. Para crear hay que creer. Debemos convencernos de que somos capaces de llegar a la meta. La fuerza de voluntad es la columna de la excelencia. Tener determinación es requisito para llevar a cabo nuestros planes. Usar la experiencia, no que la experiencia no use; tomar lo mejor y arrojar lo demás. Recibimos información por todos los acontecimientos que vivimos; hay que elegir lo que nos puede servir de todo eso y desechar lo que nos limita o retrasa. Ser optimista no es ser feliz a pesar de que ocurran desgracias, sino estar convencido de que se lograrán los sueños.