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Hacer una lista de todas las precauciones que deben tomarse cuando se
prepara el biberón del bebé, y dárselo al bebé.
Una vez limpios los biberones y las tetinas, se continua con la preparación del
biberón. Es importante lavarse las manos antes de comenzar.
De cara al cálculo de la leche que debe tomar el bebé, hay que tener en cuenta que
las cifras señaladas en los botes de leche adaptada son sólo orientativas. Estas
cifras se basan en la edad del niño y puede, por ejemplo, haber niños sanos de 2
meses que pesen 5 ó 7 kg y que tomen cantidades diferentes de leche. Como norma
general, conviene recordar que:
Todos los niños son diferentes y dos niños de la misma edad no tienen
por qué tomar la misma cantidad de leche.
Es recomendable no forzar a comer a los niños.
Si un niño termina todos los biberones es posible que requiera un
incremento en la cantidad de la leche que se le administra (siempre
de 30 en 30 cc).
Se calienta el agua (mineral o del grifo). Si existe alguna duda acerca de las
condiciones sanitarias del agua corriente recurriremos al agua mineral
embotellada o procederemos a hervir el agua del grifo durante 5 minutos.
Se vierte la cantidad de agua que se ha calculado al biberón (éste está
graduado y facilita la medición del agua).
Se echan los cazos de leche calculados inicialmente. Serán cazos rasos, sin
monte y sin presionar o comprimir el polvo.
Agitaremos el contenido del biberón hasta que la leche en polvo esté
homogéneamente disuelta.
Enfriaremos el biberón hasta que la leche alcance una temperatura
adecuada. Se comprueba la temperatura dejando caer unas gotas de leche
sobre el dorso de la mano de la madre.
A continuación, ofrecemos el biberón al bebé, teniendo la precaución de que
la tetina esté siempre llena de leche y no contenga aire.
A mitad de la toma se puede hacer un pequeño descanso, aprovechando
para que el bebé eructe. Habitualmente, eructan más los bebés lactados al
biberón que los lactados al pecho.
Tras terminar la toma, se lava el biberón con agua y jabón.
Al bañar un bebé hay ciertos cuidados a tener en cuenta. Veamos algunas pautas
y consejos.
A los bebés recién nacidos será suficiente con bañarlos dos o tres veces por
semana, siendo importante mantener bien limpia la zona de pañales. A medida que
los bebes van creciendo necesitarán un baño más seguido, sobre todo cuando
comienzan a gatear y recibir sus primeros alimentos. En general, es recomendable
bañar al recién nacido antes de la hora de la comida, si es que no tiene demasiado
hambre. Si se lo baña justo después de comer, es posible que regurgite. En el caso
de los bebés de mayor edad, es mejor bañarlos antes de que se acuesten, porque
así dormirán limpios y relajados. Hasta que al bebé no se le haya caído el resto del
cordón umbilical (entre 10 días y tres semanas después de haber nacido), lo
recomendable es bañarlo con una esponja para no mojar el cordón. Lo ideal es
poner al bebé en una superficie plana y suave (una buena idea es ponerlo sobre
una toalla limpia). Antes de comenzar hay que tener a mano un recipiente con agua
tibia y la esponja o paño que se utilizará y todos aquellos elemento como jabón (de
glicerina), champú para bebé, ropa, pañales, etc.
Hay que tener cuidado que no tome frío el bebé, sacándole una extremidad a la vez,
lavarla suavemente, sin frotar y secar con cuidado.
Si se llegara a mojar el resto del cordón umbilical, usar una toalla y secarlo con
cuidado. Cuando se ha caído el cordón se puede bañar al bebé en una bañera.
Hay que tener cuidado con la temperatura del agua, podemos introducir nuestro
codo para probarla, si la sentimos muy caliente o muy fría, el bebé también lo
sentirá.
Al bañarlo es importante tomarlo sin miedo, en forma firme y cuidadosa, hay que
sostener bien la cabeza del bebé, porque los músculos del cuello son débiles.
Ropa:
La vestimenta del niño de pocos días de nacido debe lavarse con jabón neutro y ser
enjuagada a lo menos tres veces, para eliminar con seguridad el detergente y no
causarle alergias.
La ropa debe ser de algodón y no hay que vestir al niño excesivamente. Ello alteraría
su circulación y temperatura.
Los bebés recién nacidos nos les gusta estar desnudos, ya que se sienten
desprotegidos al estar desprovistos de ropa.
También conviene evitar aquellas prendas que suelten pelo o tengan adornos
pequeños que puedan desprenderse y llegar a la boca o la nariz del bebé.
Los baberos pequeños son útiles para que la baba y las regurgitaciones del bebé
no empapen la ropa. Así, el bebé permanece seco más tiempo y se evitan las
irritaciones en el pliegue del cuello.
Ideas de cómo vestir a un bebé en primavera y verano
Durante el verano el bebé debe vestir con ropa fresca y cómoda, siendo
ideales los body, camiseta o piluchos de manga corta, manga cero o tirantes,
mamelucos con tirantes (sin camiseta dentro).
Los bebés deben usar un sombrero de alas para que los proteja del sol
(rostro, orejas, nuca), evitando las gorras de visera que sólo protegen el
rostro.
Si el calor fuera intenso, no dude en dejar al bebé sólo con pañales y una
camiseta liviana.
Las medias deben ser de algodón y si usan algún tipo de calzado, deben ser
sandalias.
Debe tener un saquito liviano para ser usado al final de la tarde o durante las
noches.
Pijama delgado manga larga, tipo enterizo con pies durante las noches.
La madre es quien decide cómo acostar a su hijo, además las opiniones están
divididas en cuanto a como es mejor que duerma el bebé.
Hasta los 4 meses al menos, el bebé no puede girar ni moverse mucho.
Posteriormente, conforme crece el bebé podrá voltearse, y poco podrá hacer la
madre para mantenerlo en la posición que ella desee. Lo que sí pueden hacer las
madres durante los primeros meses, antes que el bebé pueda voltearse, es
acostumbrarlo a dormir en determinada posición. Lo mejor es que el bebé duerma
en una posición cómoda para él, con la finalidad de tener un buen descanso. No
hay estudios concluyentes que recomienden una u otra posición para dormir pero sí
podemos enumerar los pros y contras de cada una de ellas, las cuales de acuerdo
al autor, han sido relacionadas con el síndrome de la muerte súbita.
Acostar al bebe boca arriba
Ventajas:
* El bebé puede ver a su alrededor.
* No dificulta su respiración.
* Tiene los brazos y piernas libres para jugar.
Desventajas:
* Si el bebé regurgita o vomita puede ahogarse con su propio vómito,
generalmente esto sucede con bebés prematuros o muy débiles que no pueden
girar la cabeza; por el contrario un bebé saludable por instinto gira la cabeza en
caso de vomitar.
Ventajas:
* El bebé puede ver a su alrededor aunque en menor grado que si durmiera
boca arriba.
* No dificulta su respiración.
* Tiene un brazo y una pierna libre para jugar.
* El bebé puede voltearse quedando boca arriba para evitarlo, colóquele una
almohada o protector acolchado en la espalda del bebé.
* El bebé puede voltearse quedando boca abajo, para evitarlo asegúrese que
el brazo inferior del bebé esté hacia adelante.
Acostar al bebe boca abajo con la cabeza ladeada
* El bebé se siente más seguridad porque la presión de su cuerpo contra el
colchón lo hace sentir más seguro.
* Evita que el bebé pueda ahogarse con su regurgitación o vómito.
* Como el bebé no puede ver su entorno, favorece el desarrollo muscular y
motriz porque el bebé tratará de levantar su cabeza.
Desventajas:
* Bebés prematuros o muy débiles pueden no tener fuerza para ladear la cabeza
en cuyo caso podrían sufrir de asfixia si hunden su boca y nariz en un colchón
suave, almohada o edredones.
* Al encontrarse tan cómodo y tener un sueño muy profundo puede reducir la
capacidad de reaccionar ante la falta de oxígeno, aunque esto sucede en casos
muy reducidos.
* Al dormir boca abajo los pies quedan hacia adentro o hacia afuera pudiendo
generar Problemas.
Esta posición fue recomendada por mucho tiempo por los médicos.
Sea cual fuera la posición que se elija, hay que consultarlo con el pediatra, quien
dirá si el bebé tiene algún problema físico. Como el bebé recién nacido pasa la
mayor parte del tiempo durmiendo, es conveniente variar las posiciones a lo
largo del día cuando se puede tener mayor vigilancia sobre el bebé. No se debe
olvidar que lo más peligroso que hay, es poner a dormir al bebé en la cama
matrimonial porque accidentalmente los padres pueden causarle daño.
Saber cómo pesar a un bebé y cómo llenar el formulario del control del peso.
Generalmente el control del peso lo realiza el médico pediatra en las visitas que
hace la mamá con su bebé desde que nace. Cuando queremos pesarlo en casa y
no tenemos una balanza adecuada para bebés, podemos utilizar la de adultos,
primero se pesa el adulto solo, luego toma al bebé en brazos y se pesa con él. Si el
adulto solo pesaba 60 kg. Y con el bebé 65, quiere decir que el niño pesa 5
kilogramos. Aquí mostramos una imagen de una tabla en la que se puede llevar el
registro, mes a mes, del peso y la altura del bebé. Esto solo es un ejemplo.
Los anticuerpos que la madre trasmite al bebé a través de la leche materna pueden
ayudar a disminuir la incidencia de muchos trastornos, incluyendo:
¿Qué es el destete?
No se puede precisar una edad ideal para comenzar el proceso del destete. Todos
los niños son diferentes y cada uno tiene su ritmo de crecimiento y maduración que
le son propios. Como la dentición puede aparecer a los 4 ó 10 meses, la marcha
independiente entre los 12 y 18 meses, tampoco se puede establecer una edad
precisa para comenzar el destete.
Una situación muy frecuente que determina la necesidad de iniciar el destete antes
de lo habitual está relacionada con la situación laboral de la madre. A veces es muy
difícil conciliar el amamantamiento prolongado con una madre que trabaja más de
8 horas diarias fuera de su hogar.
En los bebés, los espacios donde se cruzan dos suturas forman un punto blando
cubierto de membranas denominado fontanela. Las fontanelas permiten el
crecimiento del cráneo durante el primer año de vida del bebé.
Las fontanelas permiten que el cráneo del feto se “aplaste” cuando está naciendo.
De no ser por las fontanelas de los bebés, el parto sería muchísimo más complicado,
aumentando la posibilidad de que el feto y/o la madre mueran al momento del parto.