La primera fórmula infantil hecha a

base de leche de cabra

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INDICE

uSOBRE LA LECHE DE CABRA _______________________ 4

u DAIRY GOAT COOPERATIVE, una empresa con historia __ 5
u CONTEXTO REGLAMENTARIO _____________________ 6
u ¿POR QUÉ ESCOGER CAPRICARE? __________________ 9
u ESTUDIOS
Estudios de evaluación clínica _________________ 14
Estudios sobre la alergenicidad ________________ 16
Estudios sobre la composición de la fórmula ______ 18
Bibliografía adicional ________________________19

3
®
 La leche de cabra
La cabra fue uno de los primeros animales que
domesticó el hombre y que le proporcionó leche
durante la antigüedad.
Los primeros testimonios gráficos nos remiten al
siglo tercero antes de nuestra era y están impresos
en el friso sumerio de Ur, llamado “la lechería”,
dentro del templo de la diosa Ninchursag, en
Mesopotamia. Este friso describe gráficamente
la obtención de la leche de cabra y su posterior
utilización.
La leche de cabra ha sido un componente
esencial de la “dieta mediterránea” en sus
orígenes, como bebida o bien mediante su
transformación en queso, como señalan los
autores clásicos Catón o Virgilio, mostrando no
solo las formas de hacer queso, sino los tipos que
existían (“oxigala”, “moretum”). También en esa
época se conocía la leche fermentada de cabra,
mostrándose en el Deuteronomio como “uno de
los alimentos dado por Jehová a su pueblo judío”.
Un alimento nutritivo y tradicional en la dieta mediterránea
La leche de cabra, más
digestiva que otras
Las proteínas de la leche de
cabra se digieren más fácilmente
que las proteínas de otras leches.
Esto se debe a que la leche de
cabra forma en el estómago
una cuajada más fina, suave y
esponjosa que permite que las
enzimas digestivas actúen
mejor.
Friso de Ur, también llamado “la lechería”. Año 3.000 a.C. Museo Nacional de Iraq. (Imagen C.C. Universidad de Cantabria)
CONTEXTO INTERNACIONAL
La existencia de cabras en el mundo alcanza
actualmente los 816 millones de cabezas, siendo
China el país con mayor rodeo (196 millones).
Mundialmente se producen 12,3 millones de
toneladas de leche de cabra, que representan
un 3% sobre el total de leche producida. El 70%
de la producción de leche caprina se destina a
la elaboración de quesos, el resto a consumo
directo y alimentación de cabritos.
La UE muestra el mayor nivel de desarrollo en la
producción, en el uso y avance de tecnologías
y en la calidad de productos, seguida muy
de cerca de Nueva Zelanda, país donde los
estándares de producción, procesamiento y
empaquetado están sujetos a estrictas normas
de seguridad auditadas por el Ministerio de
Agricultura y Ganadería, garantizando altos
niveles de calidad.
Con componentes Favorece una mejor
celulares naturales absorción de las grasas
A diferencia de la leche de La leche de cabra tiene mayor
vaca, la leche de cabra se contenido en ácidos grasos
segrega por un proceso de cadena corta y media y
similar a la leche materna sus glóbulos grasos son de
denominado secreción menor tamaño. Estos ácidos
“apocrina” de las glándulas grasos de cadena media forman
mamarias, que aporta más triglicéridos de cadena media
componentes celulares, (TCM), que son de fácil digestión
como nucleótidos y y absorción.
aminoácidos libres, que la
leche de vaca.
Dairy Goat Co-operative
Empresa líder en productos de nutrición
infantil en polvo a base de leche de cabra
INNOVACIÓN, LA CLAVE DE DGC
u Las grandes compañías multinacionales de
leches de fórmula se han centrado en leches
de vaca, sin embargo, DGC ha conseguido un
nicho para las fórmulas basadas en una fuente
de proteínas diferente: la leche de cabra.
u El equipo de desarrollo de productos de DGC
está actualizando las fórmulas continuamente
para adaptarse a las normas internacionales
y las tendencias nutricionales, guiado por un
equipo científico europeo de asesoramiento
independiente.
u Las instalaciones de fabricación de DGC se
han desarrollado y construido con el propósito
de fabricar leche en polvo basada en leche de
cabra.
u DGC tiene un programa en marcha pionero
en el mundo en cuanto a investigación en
nutrición basada en leche de cabra.
u DGC es la única compañía del mundo que
ha completado estudios clínicos de doble ciego
sobre la seguridad y eficacia de la leche de cabra
de fórmula para niños .
UNA EMPRESA CON HISTORIA
Dairy Goat Co-operative (DGC) es el fabricante
líder mundial de productos en polvo a partir de
leche de cabra. Gracias a sus estudios presentados,
la EFSA (Autoridad de Seguridad Alimentaria
Europea) aprobó la comercialización de fórmulas
infantiles a base de leche entera de cabra por
considerarla nutricionalmente apta.
DGC se constituyó en 1984 fruto de la unión de
diferentes cooperativas de leche de cabra de
Nueva Zelanda. Actualmente, DGC está compuesta
por 69 proveedores que suministran leche a la
cooperativa, son accionistas y propietarios de la
misma.
Con un total de 44.000 cabras de ordeño, DGC
produce 26 millones de litros de leche al año.
A finales de los años 80 DGC comenzó a fabricar
y comercializar fórmula infantil a base de leche
entera de cabra. Tras su éxito en mercados
como Nueva Zelanda, Australia y Taiwán, la
exportación de DGC ha seguido diversificándose
y sus productos de fórmula están ya plenamente
establecidos alrededor de 20 países.
Desde 2003 DGC invierte en sus propias
instalaciones de fabricación que se encuentran a
lo largo de 7 hectáreas junto a las oficinas centrales
en Hamilton, Nueva Zelanda. La centralización
de los procesos garantiza un control exhaustivo
desde la granja hasta el producto final. DGC realizó
una ampliación de sus instalaciones que constó
de secado con pulverizador, mezclado en seco,
fabricación de envases y enlatado.
5
®
 Contexto
NUEVA reglamentario
Directiva Directiva
2006/141/CE 2013/46/UE
NORMATIVA DE ACEPTACIÓN
La Unión Europea modificó el 28 de agosto de
2013 la Directiva Europea 2006/141/CE por la
Directiva 2013/46/UE por la que se autoriza
la comercialización de fórmulas infantiles a
base de leche de cabra. Esta revisión de las
Directivas Europeas ha sido posible gracias a una
opinión positiva de EFSA (Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria), quien determinó
después de revisar los estudios clínicos realizados
en marzo de 2012 por Dairy Goat Co-operative
(N.Z.) Ltd que la leche de cabra es adecuada
como fuente de proteína para los preparados
para lactantes.
Idoneidad del uso de la
leche de cabra como fuente
de proteínas en fórmulas
para lactantes y preparados
de continuación
(EFSA Journal 2012; 10 (3): 2603)
RESUMEN
La Comisión Europea, a raíz de una solicitud
presentada por Dairy Goat Co-operative
(NZ) Ltd, solicitó al Panel de expertos en
Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias que
proporcionase un dictamen científico sobre la
idoneidad de la proteína de la leche de cabra
como fuente de proteínas en fórmulas infantiles
para lactantes y preparados de continuación.
En 2004, el Panel emitió, a petición de la Comisión
Europea, un dictamen científico relacionado con
la evaluación de las proteínas de la leche de cabra
6
como fuente de proteína para los preparados
para lactantes y de continuación, seguido por
una declaración en 2005, y concluyó que no
beneficiospara establecer la
había pruebas suficientes
idoneidad de la leche de cabra como fuente de
proteína en las fórmulas infantiles.
Para la presente evaluación, se tuvieron en
cuenta los datos obtenidos del empleo de
fórmula de inicio y de continuación para
lactantes elaboradas con leche de cabra
entera que conserva la proporción natural del
ratio proteína de suero/caseína de la leche de
cabra. Los datos correspondían a un estudio
controlado, doble ciego, aleatorizado, efectuado
en tres centros y formaron la base para la
revaluación del informe anterior del Panel.
El Panel observa que hay diferencias de
composición entre la leche de cabra y de
vaca, que deben ser tenidas en cuenta en la
fabricación de fórmulas infantiles para lactantes
y preparados de continuación, en particular con
respecto a la composición de las caseínas.
La alergia a la leche de vaca es la alergia más
frecuente en los primeros años de vida y hay un
alto riesgo de reactividad cruzada con la proteína
de la leche de cabra en los estudios clínicos,
pero también hay reacciones alérgicas sólo a las
proteínas de la leche de cabra. El Panel observa
que la proteína de la leche de cabra puede
inducir reacciones alérgicas. Actualmente, no
hay datos suficientes disponibles en cuanto
a carga alergénica de la proteína de leche de
cabra y no es posible predecir la incidencia y la
gravedad de la reacción adversa a la proteína
de leche de cabra como resultado del uso
propuesto. No hay datos convincentes para
apoyar que la incidencia de reacciones alérgicas
®
es menor cuando la alimentación es con
preparados para lactantes a base de leche de
cabra en comparación con los preparados para
lactantes a base de leche de vaca.
Un estudio multicéntrico, aleatorizado, a
doble ciego comparó de forma controlada
el crecimiento y el desarrollo ponderal de
lactantes con lactancia exclusiva con preparados
para lactantes a base de leche de cabra (n =
101) versus preparados basados en proteína
vacuna (n = 99) durante al menos cuatro meses,
seguidos de alimentación con preparados
de continuación hasta 12 meses, además de
alimentación complementaria. El estudio se
realizó entre abril de 2008 y abril de 2009 con
recién nacidos elegidos en tres hospitales de
Adelaida (NZ). (Shao J. Zhou, et als. Br J Nutr.
2014 ;111(9):1641-51)
Además, se incluyó un grupo de referencia con
niños amamantados exclusivamente con leche
materna (n = 101). Las características basales de
los participantes fueron iguales entre los dos
grupos de fórmula, excepto que en el grupo de
la fórmula de leche de cabra había más madres
fumadoras durante el embarazo. Los bebés
alimentados con leche materna tenían un peso
al nacer significativamente mayor, menor índice
de masa corporal (IMC) de las madres antes
del embarazo, menor porcentaje de madres
fumadoras y más padres con un mayor nivel
de educación. La ingesta media diaria de las
fórmulas del estudio no fue diferente entre los
grupos durante los cuatro meses.
No hubo diferencias estadísticamente
significativas o clínicamente relevantes en
el peso, longitud o desarrollo del perímetro
cefálico entre los dos grupos alimentados con
fórmula desde el momento del primer registro
hasta los 4 meses (preparados para lactantes)
o desde la inscripción hasta los 12 meses
(preparados de continuación). Las diferencias en
la bioquímica de la sangre entre los dos grupos
de fórmula eran para la urea y el ácido fólico y
reflejan las diferencias en la composición de las
fórmulas, pero no plantean una preocupación
con respecto a la seguridad y/o la adecuación
nutricional de las fórmulas. También se
observaron algunas diferencias en los niveles de
aminoácidos esenciales (L-isoleucina, L-treonina,
L-fenilalanina y L-valina) entre los grupos de
fórmula, pero ninguno de los niveles se considera
de importancia clínica.
No hubo diferencias en la incidencia de
acontecimientos adversos graves en los dos
grupos de niños alimentados con fórmula
durante los 12 meses de seguimiento del estudio.
Hubo pequeñas diferencias en los parámetros
de crecimiento longitudinal y de crecimiento
ponderal entre los niños de los dos grupos en
comparación con el grupo paralelo de lactantes
exclusivamente amamantados, incluso después
del ajuste por el mayor peso al nacer de los bebés
alimentados con leche materna. Las diferencias,
expresadas en las puntuaciones Z de la OMS,
eran mínimas (<0,5 Z-score). Las diferencias
se hicieron más pequeñas durante la segunda
mitad del primer año de vida. Cuando los bebés
alimentados con leche materna se compararon
con los bebés alimentados con fórmula, los
niveles de urea fueron superiores en el segundo
grupo, mientras que los niveles de folato fueron
menores en el grupo alimentado con fórmula de
leche de cabra, pero dentro del rango normal, lo
que refleja la mayor ingesta de proteínas en los
bebés alimentados con fórmula y el contenido
de folato inferior de la fórmula de leche de
cabra. Las diferencias observadas en los niveles
plasmáticos de algunos aminoácidos entre niños
alimentados con fórmula y niños alimentados
con leche materna tienen su explicación por
una mayor ingesta proteica de los lactantes
alimentados con fórmula en comparación con
los bebés alimentados con leche materna.
El Panel observó que la fórmula de leche de
cabra administrada en este estudio cumplió
con los criterios de composición de la Directiva
2006/141/CE. El seguimiento hasta los 12 meses
mostró patrones de crecimiento similares
en ambos grupos de fórmula. El patrón de
crecimiento de los lactantes alimentados con
fórmula difiere, como se espera, del patrón
de crecimiento de la OMS, en particular con
respecto al peso para la longitud. Los parámetros
bioquímicos reflejan lo que se conoce acerca de
la diferencia entre la fórmula y la alimentación
con leche materna. El Panel considera que el
estudio provee evidencia suficiente para concluir
que la leche de cabra puede ser una fuente
adecuada de proteínas para uso en lactantes y
preparados de continuación.
El Panel también considera el reanálisis realizado
por el solicitante de los datos de un estudio
7
®
clínico (C Grant, et als. J. Paediatr. Child Health
(2005) 41, 564-568) que formó parte de la base
de la evaluación anterior. El Panel observa
que el nuevo análisis de los datos no cambia
la conclusión anterior de que el tamaño de
la muestra fue insuficiente para concluir que
la fórmula de leche de cabra era tan segura y
nutricionalmente adecuada como una fórmula
de leche de vaca. El Panel, sin embargo, también
señala que los resultados de este estudio con
respecto a las similitudes en los patrones de
crecimiento y en la ocurrencia de eventos
adversos entre los grupos de niños alimentados
con fórmula de leche de cabra y leche de vaca,
así como con respecto a las diferencias en el
crecimiento entre los bebés alimentados con
fórmula y leche materna, son conformes con
los resultados del ensayo multicéntrico descrito
anteriormente.
El Panel no tiene datos en los que basar una
conclusión sobre la inocuidad e idoneidad de la
fórmula de seguimiento elaborada con leche de
cabra no modificada descrita en el expediente.
Sin embargo, dada la similitud en la composición
de la leche de inicio para lactantes y los
preparados de continuación a base de leche de
cabra, el hecho de que la fórmula para lactantes
se consumiera durante todo el primer año de
vida, en lugar de la fórmula de continuación, y el
hecho de que la fórmula de continuación cumple
los criterios de composición establecidos en la
Directiva 2006/141/CE, el Panel considera que
la proteína de la leche de cabra es una fuente
de proteínas adecuada para una fórmula de
continuación en lactantes de más edad que
reciben además alimentación complementaria.
El Panel concluye que la proteína de la leche
de cabra puede ser adecuada como fuente de
proteína para los preparados para lactantes
y de continuación, siempre que el producto
final cumpla con los criterios de composición
establecidos en la Directiva 2006/141/CE.
Se requiere una atención especial al contenido
y composición de las proteínas y aminoácidos
procedentes de la proteína de leche de cabra
que se utilizará en los preparados para lactantes
y preparados de continuación, los cuales deben
estar en conformidad en su producto final con la
Directiva 2006/141/CE, y si es necesario mediante
la adición de aminoácidos libres en cantidades
apropiadas.
© European Food Safety Authority, 2012.

Fórmulas clinicamente probadas

Gracias a las investigaciones de DGC, la Autoridad Europea para
la Seguridad Alimentaria consideró nutricionalmente apta la leche
de fórmula a base de leche de cabra para bebés

Las fórmulas de DGC son el resultado de más de 20 años de investigación sobre el

empleo de la leche de cabra en nutrición para lactantes incluyendo estudios de doble
ciego.

El cambio en la normativa europea, favorecido por los estudios e investigaciones de

DGC, ha permitido la aparición de esta nueva alternativa en España
avalada tras su buena acogida en 20 países de todo el mundo.

8
®
 ¿Por qué escoger
Capricare®?
Razones para recomendar una fórmula
infantil hecha a base de leche de cabra
USO DE LECHE ENTERA
La mayoría de las fórmulas a base de leche de
vaca utilizan procesos de fabricación complejos
descomponiendo la leche a través del llamado
proceso de extracción del suero. Capricare utiliza
un proceso de fabricación sencillo y natural,
utilizando el 100% de sus proteínas y un 55% de
su materia grasa, formando en el estómago un
coágulo más esponjoso y suave que la leche de
vaca.
Se añade a la fórmula aquellos componentes
necesarios y esenciales, como lactosa, ácidos
grasos esenciales, vitaminas y minerales, para
cumplir con los requisitos reglamentarios y para
que sean unas formulas de inicio y continuación
nutricionalmente completas.
PROTEÍNAS
Las proteínas de Capricare provienen de la
leche de cabra. La leche de cabra contiene
un 80% de caseínas y un 20% de proteínas de
suero de leche. Las caseínas son alfa s1-caseína,
alfa s2-caseína, beta-caseína y kappa-caseína.
Las principales proteínas de suero son beta-
lactoglobulina y alfa-lactalbúmina. Hay otras
proteínas de suero, pero están presentes en
concentraciones mucho más bajas. El propósito
principal de las proteínas en la fórmula son
proporcionar aminoácidos para el crecimiento.
En la fabricación de fórmula de leche de vaca es
común agregar proteínas de suero para mejorar
la composición de aminoácidos de la fórmula. La
relación natural de proteínas de suero y caseínas
de la leche de vaca es de aproximadamente
20:80 (suero/caseína). Las proteínas del suero
de dicha leche se añaden a la fórmula para
asemejarse al suero de la leche materna, que
es aproximadamente 60:40 (suero/caseína). La
leche materna contiene proteínas diferentes a la
leche de vaca o de cabra. Como ya hemos visto
también, la leche de vaca y la leche de cabra
contienen beta-lactoglobulina, mientras que la
leche materna no. Una fórmula con las proteínas
de lactosuero añadido triplica los niveles de
beta-lactoglobulina. La beta-lactoglobulina
es una proteína alergénica y es más difícil de
digerir que la caseína. Capricare conserva la
relación suero/caseína presente en la leche de
cabra entera de 20:80, manteniendo los niveles
de beta-lactoglobulina a un mínimo.
La tensión de la cuajada constituye una medida
de la dureza o suavidad de la misma. A mayor
suavidad, la digestibilidad resulta ser mayor.
La tensión de la cuajada de la leche de cabra
fue de 36 y la de vaca 70 según la circular 101
de la Estación Experimental de Agricultura de
Utah, USA. De esta manera se justifica su gran
reputación.
El hecho de que el cuajo protético formado por
la acción de la renina sea diferente con respecto
al de leche de vaca es debido a su diferente
composición en caseínas, que presenta niveles
9
®
 muy bajos de alfa s1- caseina en la leche de La leche de cabra entera proporciona
cabra. cantidades suficientes de todos los
aminoácidos esenciales y semi-esenciales
AMINOGRAMA
exigidos en una fórmula infantil.
Comparativa del perfil de caseína
El aminograma refleja que la fórmula de leche
de cabra para lactantes cumple con todos los
niveles de aminoácidos establecidos por la UE
2006/14/EC, excepto la cisteína. Sin embargo,
la directiva de la Unión Europea, basada en
la publicación del estudio de la European
Commission Scientific Committee on Food
(2003) estableció que los niveles de metionina
y cisteína se pueden sumar conjuntamente
al evaluar el aminograma. Como muestra el
aminograma de la fórmula los niveles de
metionina + cisteína son los adecuados.
DGC ha llevado a cabo extensos estudios de
las proteínas y aminoácidos contenidos en la
leche de cabra en lactantes alimentados con
Capricare confirmando que las cantidades y
la biodisponibilidad de los aminoácidos en la
fórmula para lactantes a base de leche de cabra
entera eran suficientes para el crecimiento del
lactante.
Aminoácidos en la fórmula infantil a base de leche de cabra
10
ALERGIAS
Una diferencia importante en la composición de
la leche de cabra y de vaca es la composición de
las proteínas de caseína, en particular la alfa s1-
caseína. Estudios en animales, modelo murino,
indican un menor número de reacciones
inmunes cuando se dan niveles más bajos
de alfa s1-caseína. (J. Hodgkinson et al 212)
(Federico Lara-Villoslada et al 2004).
Sin embargo, hay muchas proteínas diferentes
en la leche que pueden provocar alergias. La
única forma de determinar cuál es la respuesta a
la leche de cabra es realizar el estudio adecuado
por un especialista. Los estudios actuales
(Bellioni-Businco et al, 1999) (Infante Pina et al.,
2003) (Muñoz Martín T et al 2004) demuestran
que no es posible afirmar que las personas
con sensibilidad a la leche de vaca no tendrán
reacciones a la leche de cabra.
Por lo tanto, DGC no recomienda el uso de
su fórmula para bebés diagnosticados con
alergias o intolerancias a la proteína de la
leche de vaca y aconseja consultar con el
médico antes de indicar su empleo o ante
cualquier duda.
GRASAS
Quinlan et al, en 1995, realizaron un estudio
comparativo detallado de la composición de
las heces de niños alimentados con lactancia
materna y con fórmula infantil a base de
proteínas vacunas, y objetivaron la existencia
de una relación entre la dureza de las heces y
su contenido de jabones cálcicos. Estos autores
demostraron que las heces de los niños lactados
al pecho eran más blandas y prácticamente no
contenían jabones cálcicos, mientras que las de
los niños con fórmula eran significativamente
más duras, y en ellas los jabones cálcicos
llegaban a constituir el 40% de su composición.
La leche materna tiene una estructura esteroi-
somérica de los triglicéridos diferente de la
mayoría de las grasas vegetales y, desde luego,
de la estructura de los triglicéridos de las leches
®
infantiles. En la leche materna, el 70% del
ácido graso palmítico se localiza en posición
beta del triglicérido y el resto se reparte en las
posiciones alfa. Sin embargo, en las fórmulas
infantiles de leche de vaca la cantidad de
palmítico en posición beta suele ser del 6-12%.
La importancia de esto radica en que la colipasa
dependiente de la lipasa pancreática hidroliza
Ácidos grasos de Capricare
de manera preferente la posición alfa y da lugar
a los ácidos grasos libres correspondientes.
Sin embargo, no hidroliza la posición beta,
con lo que el ácido graso queda unido al
glicerol formando un 2-monoglicérido que
forma micelas mixtas con las sales biliares y es
fácilmente absorbido. Sin embargo, los ácidos
grasos libres se absorben mal y tienden a unirse
al calcio formando jabones cálcicos insolubles,
que son eliminados por las heces (Carnielli VP
et al 1996).
Capricare contiene un 30% de los ácidos
grasos del palmítico en posición beta del
triglicérido debido a que se conserva la grasa
natural de la leche de cabra en una proporción
del 55%.(Prosser CG et al 2010). Ello conlleva
que las heces de los lactantes alimentados con
fórmula a base de leche de cabra se asemejen
a las de los bebés alimentados con leche de
madre en cuanto a la consistencia y así mismo
el número de evacuaciones es más frecuente y
sin molestias. (Youngshin Han et al 2011).
ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3 Y 6
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-6
(ácido linoleico C18: 2 n-6) y omega-3 (ácido
11
®
alfa-linolénico C18: 3n-3) se consideran
esenciales para nuestra dieta. Capricare de
inicio y Capricare de seguimiento contienen
ácidos grasos omega 3 y omega 6, que están
presentes de forma natural en la leche de
cabra. Sin embargo, las concentraciones de
ácido linoleico y alfa-linolénico en la leche de
cabra son insuficientes para los bebés lactantes,
por lo que los niveles de estos ácidos grasos
se han mejorado añadiendo aceites vegetales
ricos en aceite de canola, aceite de girasol y
aceite de girasol rico en oleico, suponiendo la
suma total un 45% de las grasas de Capricare.
COLESTEROL
El nivel de colesterol tanto para Capricare 1
como Capricare 2 es aproximadamente de 50
mg / 100 g de polvo.
COMPONENTES CELULARES
A diferencia de la leche de vaca, la leche de
cabra tiene un proceso de secreción que
libera componentes celulares presentes de
forma natural en la leche como nucleótidos
y aminoácidos libres. Este proceso de
secreción que conserva más componentes
celulares se denomina secreción apocrina y es
predominante en humanos y cabras. El proceso
de secreción predominante en la leche de vaca
es el denominado secreción merocrina y no
conserva tantos componentes celulares. Los
niveles de nucleótidos totales son del orden
de 15 mg / 100 g ( 3 mg / 100 Kcal) (Prosser CG
Proceso de secreción
et al 2011). Los nucleótidos no son añadidos y
derivan de manera natural de la leche de cabra.
La proporción de oligosacáridos en la leche
de cabra es muy similar a lo proporcionado
por la leche materna, desarrollando un papel
fundamental en el desarrollo de la flora
probiotica y otros efectos inmunológicos.
ADITIVOS ALIMENTARIOS
Sin conservantes, huevo, gluten ni azúcares
añadidos.
No se usan conservantes en las fórmulas de
Capricare. Además, Capricare no contiene
gluten, alérgenos al huevo ni azúcares
añadidos. Se añade lactosa como complemento
a los niveles ya existentes en la leche de cabra.
Esto es para que los niveles totales de lactosa
sean iguales a la leche humana y cumplan
con las normativas. Además, las fórmulas
son suplementadas con los aminoácidos
L-isoleucina, L-triptófano y taurina, así como
con minerales y vitaminas para obtener los
niveles de las recomendaciones oficiales.
Los reglamentos son muy estrictos en
cuanto a qué aditivos está permitido usar en
productos para lactantes. En Capricare, se
añaden los aditivos siguientes, cumpliendo
con la normativa vigente: regulador de la
acidez (ácido cítrico) y antioxidantes (lecitina,
tocoferoles mixtos). Éstos útimos no se agregan
directamente a la fórmula para lactantes, sino
que son componentes de la mezcla de aceite
que se añade y que actúan como antioxidantes.
 Capricare® Leche de inicio 1 Capricare® Leche de continuación 2

Nutrientes Nutrientes

Vitaminas Vitaminas

Minerales
Minerales

LECHE LECHE DE
DE INICIO CONTINUACIÓN
 ESTUDIOS DE EVALUACIÓN CLÍNICA
Adecuación nutricional de la leche de cabra en fórmulas infantiles para
recién nacidos: estudio de doble ciego aleatorio controlado

Shao J. Zhou, Thomas Sullivan, Robert A. Gibson, Bo Lonnerdal, Colin G. Prosser,

Dianne J. Lowry and Maria Makrides // Br J Nutr. 2014 ;111(9):1641-51

La seguridad e idoneidad nutricional de las de resultados relacionados con la salud y con la

fórmulas infantiles de leche de cabra había sido
cuestionada.
El objetivo principal del presente estudio ha sido
comparar el crecimiento y el estado nutricional
de los lactantes alimentados con una fórmula
infantil a base de proteínas de leche de cabra
con lactantes alimentados con una fórmula para
lactantes típica a base de proteína de leche vaca.
El objetivo secundario fue examinar una serie
alergia.
Metodología: Se realizó un estudio a doble
ciego, aleatorio y controlado en 200 neonatos
alimentados con fórmula asignados al azar para
recibir leche de fórmula de cabra o de vaca desde
las 2 semanas a los 4 meses de edad. Se incluyó
una cohorte de 101 lactantes alimentados con
leche materna como grupo de referencia. Se
midieron el peso, la longitud y el perímetro

14
®
cefálico a las 2 semanas y a los 1, 2, 3, 4, 6 y 12
meses de edad. El estado nutricional se evaluó a
partir de la albúmina de suero, urea, creatinina,
Hb, ferritina y el ácido fólico. Las concentraciones
de aminoácidos plasmáticos se evaluaron a los 4
meses.
Los valores de Z-score para peso (Figura 1), talla,
(Figura 2) perímetro cefálico y peso/longitud no
presentaron diferencias significativas entre los
dos grupos alimentados con fórmula.
Hubo diferencias en los valores de algunos
aminoácidos (Figura 3) y biomarcadores (Figura
4) en la sangre entre los grupos alimentados
con fórmula, pero los valores medios de los
biomarcadores estaban dentro del rango de
referencia normal.
No hubo diferencias en la incidencia de
eventos adversos graves. La salud general y la
incidencia de dermatitis, alergia a los alimentos
o médicamente no fue diagnosticada. Según
informaron los padres, la incidencia de las heces
manchadas de sangre fue mayor en el grupo
alimentado con fórmula de leche de cabra,
aunque esto fue un resultado secundario y su
importancia no está clara. Los resultados prevén
que el crecimiento y la nutrición en lactantes
alimentados con fórmula de leche de cabra no
difieren de los proporcionados por una fórmula
estándar a base de suero de leche de vaca.

Comparación aleatoria a doble ciego del crecimiento de lactantes que

recibieron una fórmula a base de proteínas de leche de cabra versus a
los alimentados con una fórmula a base de proteína de leche de vaca

C Grant, B Rotherham, S Sharpe, R Scragg, J Thompson, J Andrews, C Wall, J

Murphy and D Lowry. J. Paediatr. // Child Health (2005) 41, 564-568

Objetivo: Comparar el crecimiento de los Resultados: Setenta y dos niños fueron

lactantes alimentados con fórmula a base de
leche de cabra (GMF) o fórmula a base de leche
de vaca (CMF) y comparar la tolerabilidad y la
seguridad de las dos fórmulas.
Métodos: El estudio se llevó a cabo en Auckland,
Nueva Zelanda. Se realizó un estudio a doble
ciego, aleatorio y controlado. Los recién nacidos
fueron asignados al azar en un plazo de 72 horas
desde su nacimiento a GMF o CMF. Las fórmulas
de leche en polvo se presentaron en sobres
individuales y se alimentó con ellas a los bebés
desde su nacimiento hasta los 168 días de edad.
No se administró ninguna otra fórmula desde la
aleatorización hasta la edad de 168 días. El peso
de cada bebé, su longitud y la circunferencia de su
cabeza se midieron en el momento del nacimiento
y a los 14, 28, 56, 84, 112, 140 y 168 días. También
se cuantificó el número de evacuaciones, la
consistencia de las heces, patrones de sueño,
llanto y los eventos adversos.
asignados al azar, 36 para cada tipo de fórmula:
GMF o CMF, con 62 neonatos que completaron
el estudio. En la inscripción el peso medio de los
recién nacidos en el grupo GMF (media ± DE) fue
de 3,33 ± 0.43kg y en el grupo CMF 3,43 ± 0,47 kg;
y al final del estudio 8,07 ± 0,90 kg (GMF) y 7,87
± 0,99 kg (CMF). La diferencia en el promedio de
ganancia de peso durante el período de estudio
para el grupo GMF versus el grupo CMF no fue
significativa (309 g; IC del 95% = -49 a 668, P =
0,09). La media de frecuencia de evacuaciones
diaria fue mayor en el grupo GMF que el grupo
CMF (2,4 vs 1,7, P = 0,01). No hubo diferencias
entre los grupos en la consistencia de las heces,
duración del llanto, facilidad del sueño o la
frecuencia de eventos adversos.
Conclusión: El crecimiento de los lactantes
alimentados con GMF no es diferente al de los
lactantes alimentados con CMF.

15
®
Valoración entre formas de alimentación infantil en la población general
con respecto al crecimiento y a las características de las heces

Youngshin Han, Eun-Young Chang, Jihyun Kim, Kangmo Ahn, Hye-Young Kim, Eun-
Mi Hwang, Dianne Lowry, Colín Prosser and Sang-Il Lee // Nutrition Research and
Practice 2011;5(4):308-312

Estudio prospectivo realizado con 976 recién
nacidos desde el nacimiento hasta los 12 meses
de edad.
Los lactantes fueron alimentados con leche
materna, fórmula infantil a base de leche de
cabra, fórmula infantil hecha a base de leche
de vaca o una combinación de fórmula y leche
materna durante los primeros 4 meses de edad. Se
recogieron datos sobre el tipo de leche utilizada
para la alimentación y el crecimiento infantil (peso
y altura) al nacer y a los 4, 8 y 12 meses durante
la evaluación clínica. El número de evacuaciones
y la consistencia de las heces por día fueron
registrados basados en datos observacionales
suministrados por las madres.
Los bebés alimentados con leche materna o
fórmulas infantiles tanto de cabra como de
vaca durante los primeros 4 meses muestran
resultados de crecimiento similares. El número
de evacuaciones intestinales fue menor y la
consistencia de las heces más duras con fórmula
infantil de vaca en comparación con los bebés
alimentados con leche materna. Las características
de las heces de los lactantes alimentados con
fórmula a base de leche de cabra se parecían a las
de los lactantes alimentados con leche materna.

ESTUDIOS SOBRE LA ALERGENICIDAD

Respuestas alérgicas inducidas por la proteína Alpha S1-Caseína de la

leche de cabra en un modelo murino de atopia gastrointestinal

A. J. Hodgkinson, N. A. McDonald, L. J. Kivits, D. R. Hurford, S. Fahey, and C. Prosser //

J. Dairy Sci. 95:83-90 2012.

Hasta el 3% de los niños pequeños puede S1-CN no ha sido confirmada.

desarrollar alergia a la leche de vaca y esto puede
influir en el desarrollo de enfermedades inmuno-
mediadas en su vida posterior. Una proteína que
se ha asociado con reacciones alérgicas a la leche
de rumiantes es la alpha S1-caseína (CN). Los
estudios sugieren que la leche de cabra con bajos
niveles de alpha S1-CN puede reducir las alergias
a la leche, pero la respuesta a la dosis para alpha
Objetivo: Examinar la respuesta inmune a
diferentes niveles de la proteína alpha S1-CN
procedente de leche de cabra en un modelo
murino de alergia gastrointestinal.
Metodología: Los ratones BALB / C (edad 5
sem) recibieron inyecciones intraperitoneales
con alpha S1-CN y aluminio como adyuvante
en 1 y 3 semanas para sensibilizar a los ratones

16
®
con el antígeno. En la quinta semana, los grupos
de ratones (n = 8 / grupo) fueron inyectados 4
veces en días alternos por sonda intragástrica con
una solución salina de 2, 10, ó 20 mg de alpha
S1-CN. Se determinaron los niveles séricos de
anticuerpos específicos IgE, IgG1, IgG2a y de los
mastocitos de proteasa-I. Fue medida la respuesta
de Interleucina-4, IL-10, y IFN-γ a las 48-h de
activación con el antígeno en esplenocitos
cultivados. Se determinó que los ratones
sensibilizados con alpha S1-CN tenían títulos más
elevados de anticuerpos IgE en comparación con
los controles de IgG1 específico. Sin embargo, los
grupos inyectados con diferentes dosis de alpha
La leche de cabra es menos inmunogénica que la leche de vaca en un
modelo murino de atopia
Federico Lara-Villoslada, Mónica Olivares, Jesús Jiménez, Julio Boza, and Jordi Xaus
// Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition 2004; 39:354-360
La alergia a la proteína de la leche de vaca se
produce entre un 2% y un 6% de la población
lactante. La leche de cabra se ha utilizado como
una alternativa a la leche de vaca, pero es probable
que haya cierta reactividad cruzada entre las
leches. Poco se sabe sobre la carga alergénica de
la leche de cabra en sí.
El objetivo de este estudio es comparar la carga
alergénica de la leche de vaca y la leche de cabra
en un modelo murino de atopia.
Métodos: los ratones BALB / C fueron
intragástricamente sensibilizados a la leche de
vaca o de cabra durante cinco dosis administradas
semanalmente. Seis semanas después de la
primera dosis los ratones murieron, sus sueros
fueron recogidos y los bazos extraídos para su
análisis.
Resultados: El número de ratones con diarrea
fue significativamente mayor en el grupo
sensibilizado a la leche de vaca que en el grupo
sensibilizado a la leche de cabra. Los niveles de
S1-CN no diferían. El grupo inyectado con la
dosis más alta de alpha S1-CN tenía un aumento
de 10 veces en los mastocitos de proteasa-I
en comparación con el grupo inyectado con
solución salina. Tanto la IL-4 como la IL-10 fueron
producidos de una manera dependiente de la
dosis por los esplenocitos cultivados e incubados
con alpha S1-CN.
Conclusiones: En general, la inyección de alpha
S1-CN estimuló la producción de citoquinas
asociadas con la enfermedad alérgica y
dependiente de la dosis. Por lo tanto, la leche con
niveles más bajos de alpha S1-CN debe contribuir
a una carga alergénica menor.
inmunoglobulina específica Gl y de la histamina
en suero también fueron significativamente más
altos en los ratones sensibilizados a la leche de
vaca. La producción de citocinas derivadas por las
células T del bazo mostraron una respuesta Th2
con altos niveles de producción de interleucina-4
y bajos niveles de interferón a los ratones
sensibilizados. Además, la leche de cabra indujo
una sensibilización de linfocitos inferior como
resultado de una disminución significativa en
la relación de proliferación específica de estas
células.
Conclusión: La leche de cabra, cuando se utiliza
como la primera fuente de proteína después de
un período de la lactancia materna, es menos
alergénica que la leche de vaca en los ratones. Se
necesitan más estudios para aclarar si la leche de
cabra es adecuada como alternativa a la leche de
vaca en fórmulas a base de leche para la nutrición
infantil.
17
®
ESTUDIOS DE COMPOSICIÓN DE LA FÓRMULA
Composición y distribución de los ácidos grasos en los triglicéridos
procedentes de la grasa en las fórmulas infantiles a base de leche de
cabra
Prosser CG, Svetashev VI, Vyssotski MV, Lowry DJ // J Dairy Sci. 2010;93(7):2857-62.

La mayoría de las fórmulas infantiles utilizan
aceites vegetales en lugar de la grasa de la leche
para proporcionar un perfil de ácidos grasos
similar a la leche materna. Los aceites vegetales
tienen entre 5-20% de ácidos grasos saturados
en la posición sn-2 de los triglicéridos, a menos
que sean modificados por interesterificación.
La interesterificación se utiliza cada vez más
para elevar el nivel de ácidos grasos saturados
en la posición sn-2 de 40 a 60% en las fórmulas
infantiles.
El objetivo de este estudio fue verificar un
enfoque alternativo para proporcionar el perfil de
ácidos grasos apropiados, incluido en la posición
sn-2, para una fórmula infantil hecha a base de
leche de cabra.
Metodología: el 55% de la grasa total se obtuvo a
partir de grasa de leche de cabra y el 45% de una
mezcla de girasol alto en oléico, canola, y aceites de
girasol en una proporción de 44:30:26. El perfil de
ácidos grasos se midió por cromatografía de gas-
líquido y el porcentaje relativo de ácidos grasos
en la posición sn-2 de los triglicéridos se midió
a través de desacilación parcial con el reactivo
de Grignard usando derivados trimetilsililo de
monoacilgliceroles.
Conclusiones: la mezcla de la grasa de la leche de
cabra con aceites vegetales produjo una fórmula
con un perfil de ácidos grasos esenciales y una
relación de ácido linoleico: ácidos grasos alfa-
linolénico dentro del intervalo requerido de 5
a 15:1 recomendado para la fórmula infantil. La
proporción de ácido palmítico en la posición sn-2
fue del 31%.

Composición de la fracción de nitrógeno no proteico de la leche de cabra

entera en polvo, de las fórmulas para lactantes a base de proteína vacuna
y las fórmulas a base de leche de cabra
Prosser CG, Mclaren RD, Frost D, Agnew M, Lowry DJ // Int J Food Sci Nutr. 2008
Mar;59(2):123-33.
Se define y compara en este estudio la fracción
de nitrógeno no proteico de la leche de cabra
entera en polvo y de las fórmulas para lactantes
y preparados de continuación elaborados a partir
de leche de cabra con el perfil presente en la leche
de vaca en polvo y sus fórmulas derivadas de ella.
Resultados: La fórmula infantil de inicio a base
de leche de cabra estudiada contenía 10%
de nitrógeno no proteico, expresado como
porcentaje de nitrógeno total, en comparación
con el 7,1% presente en la fórmula de leche de
inicio a base de proteína vacuna. La fórmula de
continuación a base de leche de cabra entera
contenía un 9,3% de nitrógeno no proteico y la
fórmula de continuación a base de leche de vaca
un 7,4%.
18
La urea, un 30%, fue cuantitativamente el
componente más abundante de la fracción de
nitrógeno no proteico en las fórmulas a base de
leche de cabra, seguido de los aminoácidos libres,
con un 7%. La taurina, glicina y ácido glutámico
fueron los aminoácidos libres más abundantes
en este tipo de fórmula. La leche infantil a
base de leche de cabra contenía 4 mg / 100 ml
de monofosfatos nucleótidos totales, todos
derivados de la propia leche de cabra.
En conclusión, se puede afirmar que la leche de
cabra tiene un perfil muy diferente en cuanto a
la fracción de nitrógeno no proteico respecto de
la leche de vaca, con varios constituyentes, tales
como nucleótidos, en concentraciones cercanas a
las de la leche materna.
®
 Bibliografía adicional

Report of the Scientific Committee on Food on the Revisión of Essential Requirements

of Infant Formulae and Follow-on Formulae
European Commission Scientific Committee on Food
SCF/CS/NUT/IF/65 Final 18 May 2003

Goat milk allergenicity as a function of alphas-casein genetic polymorphism

Ballabio C, Chessa S, Rignanese D, Gigliotti C, Pagnacco G, Terracciano L, Fiocchi A, Restani P and Caroli
AM, 2011.
Journal of Dairy Science, 94, 998-1004.

Use of goat’s milk in patients with cow’s milk allergy

Infante Pina D, Tormo Carnice R and Conde Zandueta M, 2003.
Anales de Pediatria, 59, 138-142.

Selective allergy to sheep’s and goat’s milk proteins

Muñoz Martín T, de la Hoz Caballer B, Marañón Lizana F, González Mendiola R, Prieto Montaño P and
Sánchez Cano M, 2004.
Allergologia et Immunopathologia, 32, 39-41.

The relationship between stool hardness and stool composition in breast- and
formula-fed infants
Quinlan PT, Lockton S, Irwin J, Lucas AL.
Pediatr Gastroenterol Nutr 1995;20:81-90.

Structural position and amount of palmitic acid in infant formulas: effects on fat, fatty
acid, and mineral balance
Carnielli VP, Luijendijk IHT, van Goudoever JB, Sulkers EJ, Boerlage AA, Degenhart HJ, Sauer PJ
Pediatr Gastroenterol Nutr 1996, 23:554-560.

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