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SÉPTIMO CUATRIMESTRE DE LA LICENCIATURA EN

PROTECCIÓN CIVIL

MATERIA: DERECHO INTERNACIONAL


HUMANITARIO

TEMA: CONVENIOS DE GINEBRA

PROFESOR: LIC. LUIS FERNANDO VILLALOBOS


VÉLEZ

ALUMNO: ROGELIO HIDALGO CARRASCO


Ensayo

El aniversario es, sin duda, un importante momento para poner de relieve la


función desempeñada por los Convenios de Ginebra durante los últimos diez
decenios y la protección que han ofrecido en las últimas guerras. También es una
valiosa oportunidad para reflexionar y hacer una evaluación sobre la función de los
Convenios y las dificultades que se plantean en el contexto de los conflictos
actuales.

"Los Convenios de Ginebra siguen siendo la piedra angular para la protección y el


respeto de la dignidad humana en los conflictos armados. Han ayudado a limitar o
prevenir el sufrimiento humano en guerras pasadas, y continúan siendo relevantes
en los conflictos armados contemporáneos."

Como ya han puesto de relieve otros oradores, los Convenios de Ginebra son la
piedra angular del derecho internacional humanitario contemporáneo. Contienen
las normas básicas relativas a la protección de las personas que no participan, o
que ya no participan, directamente, en las hostilidades, cuando caen en poder de
la parte adversaria: a saber, se otorga protección a los heridos y a los enfermos, a
los náufragos, a los prisioneros de guerra, a los internados civiles, a los civiles que
viven bajo la ocupación y a la población civil en general. El concepto del “respeto”
es la base de los Convenios: el respeto de la persona atrapada en el conflicto y el
respeto de su vida y dignidad. Los que sufren en un conflicto deben ser ayudados
y atendidos sin discriminación. En los Convenios también se refrenda y fortalece el
cometido de la misión médica. Muchas de estas normas se basan en principios
que son tan antiguos como el propio conflicto armado.

Los Convenios no deben considerarse por separado. Desde su concertación en


1949, han sido complementados y desarrollados en virtud de tres Protocolos
adicionales. En esos Protocolos, por ejemplo, se han codificado y, por primera
vez, especificado muchas de las normas de la conducción de las hostilidades. En
los Protocolos adicionales también se amplió la lista de garantías fundamentales
aplicables a todas las personas en poder de una parte adversaria. Muchas de
esas normas son ya parte del derecho internacional consuetudinario.
Quisiera ahora examinar brevemente ciertos aspectos de los Convenios, y su
importancia en el contexto de la guerra contemporánea.

Es importante señalar, en primer lugar, que los Convenios se orientan


principalmente a la reglamentación de los conflictos armados internacionales. Que
esos conflictos sean tal vez menos frecuentes, o de menor envergadura, que en el
pasado es algo que no incide en la pertinencia o la validez de los Convenios en la
actualidad. Los Convenios no son menos válidos y siguen proporcionando
importantes formas de protección. Todas las disposiciones de los cuatros
Convenios eran aplicables en los conflictos recientes, incluidos las hostilidades en
Afganistán (2001-2002), la guerra en Irak (2003-2004) y el conflicto entre Rusia y
Georgia (2008). También hay razones para creer que el surgimiento de nuevos
conflictos armados internacionales, incluidos conflictos de gran envergadura, sigue
siendo una posibilidad concreta en el futuro. Persisten las tensiones entre diversos
Estados y es fácil imaginar circunstancias en las que los Estados podrían recurrir
al uso de la fuerza armada.

En situaciones de conflicto armado internacional, incluidas las situaciones de


ocupación militar, los Convenios de Ginebra revisten crucial importancia para
garantizar la protección de las víctimas. Las disposiciones de los Convenios –por
ejemplo, las relativas a las condiciones materiales de la detención – han sido
fundamentales para salvar la vida y garantizar el bienestar de numerosos
detenidos. Basándose en esas normas, el CICR recuerda a los Estados el hecho
de que han consentido en acatar ciertas normas relativas al trato de los detenidos
en tiempo de conflicto armado; y de conformidad con esas normas se otorga al
CICR la posibilidad de desempeñar su misión humanitaria sobre el terreno.

Las cifras relativas a recientes conflictos armados internacionales demuestran la


continua pertinencia de los Convenios de Ginebra. Durante el conflicto entre
Eritrea y Etiopía, el CICR visitó –tan sólo en el año 2000– a más de 1.000
prisioneros de guerra etíopes y a 4.300 internados civiles. Además, facilitamos el
intercambio de 16.326 mensajes entre prisioneros de guerra etíopes y eritreos y
sus familiares. El CICR también organizó, en favor de 12.493 civiles de origen
etíope, el paso seguro a través de las líneas del frente. En cooperación con la
Cruz Roja de Eritrea, el CICR distribuyó ayuda para más de 150.000 civiles
afectados por el conflicto, y proporcionó suministros quirúrgicos para el tratamiento
de 10.000 heridos de guerra, en cooperación con el Ministerio de Salud de Eritrea

La Secretaría de Marina - Armada de México, consciente de los compromisos


adquiridos por el Gobierno de México al ser signatario de los principales
instrumentos internacionales de Derecho Internacional Humanitario (DIH), el cual
se define como "el conjunto de normas que, en tiempo de guerra, protege a las
personas que no participan en las hostilidades o que han dejado de hacerlo.
Siendo el principal objetivo limitar o evitar el sufrimiento humano en tiempos de
conflicto armado".

Y a fin de dar cumplimiento al Artículo 83 del PROTOCOLO I ADICIONAL A LOS


CONVENIOS DE GINEBRA DEL 12 DE AGOSTO DE 1949, a través del cual los
Estados Miembros se comprometen a difundir los Convenios lo más ampliamente
posibles, tanto en tiempo de paz como en tiempo de conflicto armado, de forma
que esos instrumentos puedan ser conocidos por las fuerzas armadas y la
población civil.

Las regulaciones para la protección de las personas así como evitar su sufrimiento
se encuentran en los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y los
Protocolos adicionales I, II del 8 de junio de 1977 y recientemente en el III
Protocolo adicional del 8 de diciembre de 2005, dichos Convenios y Protocolos se
enfocan a:

I Convenio de Ginebra de 1949 "Para aliviar la suerte que corren los heridos y los
enfermos de las Fuerzas Armadas en campaña".

II Convenio de Ginebra de 1949 "Para mejorar la suerte que corren los heridos, los
enfermos y los náufragos de las Fuerzas Armadas en el mar".
III Convenio de Ginebra de 1949 "Relativo al trato de los prisioneros de guerra",
contiene detalladamente la suerte que corren desde el momento de su captura
hasta su liberación y repatriación.

IV Convenio de Ginebra de 1949 "Relativo a la protección debida a las personas


civiles en tiempos de guerra", en este instrumento se considera civil a toda
persona que no participa en las hostilidades y que no pertenece a una fuerza
armada.

Protocolo I adicional a los Convenio de Ginebra de 1949 "Relativo a la protección


de las víctimas de los conflictos armados internacionales" del 8 de junio de 1977,
su objetivo es proteger a la población civil de los efectos de la guerra.

Protocolo II adicional a los Convenio de Ginebra de 1949 "Relativo a la protección


de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional" del 8 de junio
de 1977.

Protocolo III adicional a los Convenio de Ginebra de 1949 "Relativo a la


aprobación de un signo distintivo adicional" del 8 de diciembre de 2005, su objetivo
es aprobar al Cristal Rojo como un signo distintivo universal.

México se adhirió a los cuatro Convenios de Ginebra, el 29 de octubre de 1952,


por lo que los compromisos adquiridos obligan a los Estados Parte incluyendo a
las Fuerzas Armadas a la aplicación y difusión precisa de las normas del DIH que
garanticen la dignidad de las personas en cualquier circunstancia.

En concreto esta página hace una recopilación de los Instrumentos internacionales


relacionados al DIH, asimismo encontrará los vínculos a los sitios de interés en los
cuales encontrará temas relacionados a la protección, sensibilización y los
mecanismos de protección del DIH.

El CICR ha propuesto un conjunto de principios y garantías procesales que


deberían aplicarse —como cuestión de derecho y de política— cuando menos, en
todos los casos de privación de libertad por razones de seguridad. Ese documento
ha servido, y continúa sirviendo, de base para intervenciones y propuestas
cuidadosamente calibradas del CICR en una serie de contextos operacionales.

A raíz de los traumáticos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 y sus


desastrosas consecuencias, los Convenios de Ginebra y el derecho internacional
humanitario están bajo rigurosa supervisión. La denominada "guerra global contra
el terrorismo" ha planteado importantes cuestiones jurídicas, su significado y su
aplicación. Esas cuestiones han obligado a muchos actores, incluido el CICR, a
examinar exhaustivamente el derecho internacional humanitario, a fin de
determinar la idoneidad del marco jurídico que ofrece para la protección de las
víctimas de los conflictos armados.

Esa situación ha dado lugar a que en varios Estados se proceda a una nueva
evaluación del equilibrio entre los requisitos de seguridad del Estado y la
protección de las personas. En muchos casos, se han tomado medidas en
detrimento de las personas. Mencionaré sólo un ejemplo: después de todas las
mejoras introducidas en las normas internacionales que rigen el trato de las
personas privadas de libertad, trabajo que tomó muchos decenios, han vuelto a
surgir debates sobre la validez de la tortura en determinadas situaciones, a pesar
de que esa odiosa práctica está prohibida en todas las circunstancias y es un
delito en el marco del derecho internacional humanitario y de otros conjuntos de
normas jurídicas.

Creemos firmemente que el equilibrio entre la necesidad militar y las


consideraciones de humanidad, que es la base de las disposiciones de los
Convenios de Ginebra y de los Protocolos adicionales, sigue siendo pertinente, no
obstante las características del mundo después del 11 de septiembre, y a pesar de
las controversias en relación con cuestiones jurídicas muy precisas. El derecho
internacional humanitario no impide que los Estados hagan frente a las amenazas
que plantea el terrorismo:
De conformidad con el derecho internacional humanitario, las personas que
cometen actos de terrorismo en el contexto de un conflicto armado (que algunos
Estados llaman combatientes ilegales o, en términos más correctos, "beligerantes
no privilegiados"), pierden la protección contra el ataque directo cuando participan
directamente en las hostilidades. Eso significa que pueden ser blanco de ataques.

Esas personas también pueden ser detenidas por razones de seguridad


imperativas, en tanto representen una amenaza para la seguridad y, de ser
necesario, durante toda la duración del conflicto armado, siempre que se respeten
los principios y garantías procesales pertinentes.

Por lo demás, de conformidad con las disposiciones del artículo 5 del IV Convenio
de Ginebra, puede considerarse que una persona protegida que ha sido capturada
en el contexto de un conflicto armado internacional ha quedado privada de ciertos
derechos y privilegios, que de aplicarse en su favor podrían causar perjuicio a la
seguridad del Estado. En esos casos, siguen siendo aplicables ciertas garantías
fundamentales del derecho convencional y del derecho internacional
consuetudinario.

Las personas que cometen actos de terrorismo también pueden ser enjuiciadas,
no sólo por crímenes de guerra sino también en virtud de las leyes nacionales del
Estado que practica la detención, por su participación en las hostilidades.

Con esas posibilidades a disposición de los Estados, el CICR no tiene en claro


qué nuevas medidas deberían, o podrían, aplicarse a los denominados
combatientes “ilegales” sin correr el riesgo de violar gravemente las normas de
humanidad fundamentales. En otras palabras, ¿qué hace falta? Evidentemente, no
apoyamos la opinión de que sea necesario volver a examinar las normas en las
que se prohíbe la tortura y otras formas de malos tratos. Tampoco creemos que
las garantías judiciales deban moderarse, ya que el juicio equitativo es una
garantía fundamental del derecho internacional.
Consideramos que el respeto de la dignidad humana es, y debe seguir siendo, una
inversión en seguridad a largo plazo. Esa opinión parece estar ganando terreno
nuevamente, lo que es una señal alentadora. El derecho internacional humanitario
y los Convenios de Ginebra siguen siendo pertinentes, aun cuando los conflictos
armados se libran en el contexto de una “lucha contra el terrorismo” de carácter
más amplio.

La Convención de Ginebra es un conjunto de tratados internacionales firmados en


la ciudad del mismo nombre entre 1864 y 1949, por los que se garantiza la
protección de los prisioneros de guerra y de la población civil en los conflictos
armados. Dan como resultado el reconocimiento de normas internacionales para
humanizar la guerra, constituyendo el denominado “Derecho Internacional
Humanitario”.

En realidad, se trata de cuatro convenciones, que han pasado a formar parte de


dicho Derecho Internacional Humanitario y han sido hasta la fecha adoptadas por
194 países, entendiéndose como límites a la forma de hacer la guerra.Como
antecedentes de lo que hoy en día conforma la denominada “Convención de
Ginebra” de 1949, que revisó y aprobó los pactos hasta entonces existentes, se
tienen los siguientes:

La Primera Convención de Ginebra, de 1864, que comprende el Convenio de


Ginebra para el mejoramiento de la suerte que corren los militares heridos en los
ejércitos en campaña.

La Segunda Convención de Ginebra, de 1906, que comprende el Convenio de


Ginebra para el mejoramiento de la suerte de los militares heridos en los ejércitos
en campaña, empero en el rubro marítimo.

La Tercera Convención de Ginebra, de 1929, que comprende: Convenio de


Ginebra para mejorar la suerte de los heridos y enfermos de los ejércitos en
campaña y el Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros de guerra.

Retomándose las convenciones antes precisadas, el doce de agosto de 1949, se


procede a su revisión y actualización (adoptándose por los países intervinientes
como propios los citados pactos), llegándose así a la aprobación de lo que
actualmente se concibe como las “CONVENCIONES DE GINEBRA DE 1949”,
mismas que se integran por los siguientes apartados:
1. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos
de las fuerzas armadas en campaña (I Convenio), aprobado por 47 votos a favor y
una abstención (Israel);

2. Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos
y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar (II Convenio), aprobado por 48
votos a favor y una abstención (Israel);

3. Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra (III


Convenio), aprobado por unanimidad entre las 49 delegaciones que participaron
en la votación; y,

4. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en


tiempo de guerra (IV Convenio), aprobado por 47 votos a favor y dos abstenciones
(Birmania e Israel).

Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo


a la aprobación de un signo distintivo adicional (Protocolo III), adoptado en
Ginebra el ocho de diciembre de dos mil cinco, firmado por México el dieciséis de
noviembre de dos mil seis

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