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La agrobiodiversidad, pieza clave para preservar la

seguridad alimentaria en Colombia frente al cambio


climático

Cultivos tan importantes para la canasta


familiar colombiana como el arroz, el fríjol, el maíz y la yuca podrán sobrevivir a los diferentes desafíos
climáticos que se presentan actualmente en Colombia, y que se presume empeorarán en el futuro, gracias al
desarrollo de nuevo germoplasma que se caracteriza por su tolerancia a factores como altas temperaturas, a la
disminución del recurso hídrico y a las plagas.
Actualmente, en el marco del convenio ‘clima y sector agropecuario colombiano’ entre el Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), se llevan a
cabo actividades experimentales que permiten probar estos nuevos genotipos en diversos ambientes para
poder ofrecer una alternativa a los agricultores. Esto consiste en probar en varias regiones diferentes fechas de
siembra bajo distintas condiciones climáticas y en suelos disímiles, para así establecer qué variedades
constituyen una opción para la mitigación de los efectos del cambio y la variabilidad climática.
Los resultados son muy positivos ya que para los cultivos en mención se ha encontrado que existen genotipos
con muy buen potencial que pueden ser aptos para las regiones de Colombia con alto grado de vulnerabilidad.
Lo anterior garantizaría el aumento de la producción para los agricultores que atiendan las recomendaciones
de fechas de siembra y el uso de variedades adecuadas adecuadas para cada zona.

“Estamos ofreciendo alternativas para hacerle frente al cambio climático. El clima no lo vamos a poder
cambiar pero desde la ciencia podemos desarrollar nuevos materiales que se adapten a condiciones adversas
y, por otro lado, hacer la predicción climática. En este sentido se busca ofrecer alternativas para que los
cultivos sean establecidos en condiciones optimas que permitan un mejor desarrollo”, manifestó Gloria
Mosquera, líder de opciones tecnológicas de adaptación en cultivos prioritarios del Convenio MADR-CIAT.

Lo anterior es muy importante, teniendo en cuenta que el cambio climático tendrá impactos significativos en
el sector agropecuario en Colombia, responsable de más de una décima parte del PIB del país. Los análisis
indican que para el 2050 es probable que se presenten aumentos significativos de la temperatura, precipitación
más errática y mayor prevalencia de plagas y enfermedades.
Las proyecciones indican que para el 2050, en la mayoría (>60%) de las áreas actualmente cultivadas se verá
impactado probablemente el 80% de los cultivos, y los cultivos perennes de alto valor sufrirán el mayor
impacto. Estas proyecciones tienen implicaciones socioeconómicas significativas: el sector agropecuario es
responsable del 40% de las exportaciones colombianas y el 21% de la población depende directamente de la
agricultura como fuente de empleo. El cambio climático, por ende, tendría efectos de amplio alcance en la
agroindustria, las cadenas de abastecimiento y la seguridad alimentaria y nutricional.

Adicionalmente, los efectos del cambio climático tendrán su mayor impacto en los agricultores de escasos
recursos y de pequeña escala, que representan la gran mayoría de los productores de alimentos en Colombia.

Ante este panorama, para


poder seleccionar nuevos materiales genéticos en los cultivos prioritarios y garantizar la sostenibilidad
productiva en el país, el Convenio de cooperación entre el MADR y el CIAT trabaja mancomunadamente con
entidades como FEDEARROZ, FENALCE y CLAYUCA, expertos en los cultivos y conocedores de sus
necesidades, cuya participación activa permitirá que los beneficios de la investigación llegue a los agricultores
colombianos.
Continuar desarrollando modelación climática en diferentes escenarios, a escala geográfica detallada y a largo
plazo permitirá conocer el grado en que diferentes sistemas, regiones y cultivos se podrían ver afectados, lo
que permitirá que los científicos y los formuladores de políticas desarrollen planes de adaptación apropiados.
Entretanto, se necesita más investigación para desarrollar cultivos tolerantes a condiciones extremas de e
clima, a las plagas y a las enfermedades. La explotacion de la agrobiodiversidad de los recursos fitogenéticos
es crucial para este fin.

Este proyecto, y otras experiencias del Convenio MADR-CIAT, serán presentadas en el foro ‘Agricultura
inteligente respecto al clima: Un Modelo para la Acción Global’, organizado por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID). Este evento, que se llevará a cabo en Washington el próximo 11 de febrero, busca fomentar
el diálogo sobre los esfuerzos de adaptación al cambio climático nacionales y regionales vigentes en el sector
agrícola.

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