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“Estamos ofreciendo alternativas para hacerle frente al cambio climático. El clima no lo vamos a poder
cambiar pero desde la ciencia podemos desarrollar nuevos materiales que se adapten a condiciones adversas
y, por otro lado, hacer la predicción climática. En este sentido se busca ofrecer alternativas para que los
cultivos sean establecidos en condiciones optimas que permitan un mejor desarrollo”, manifestó Gloria
Mosquera, líder de opciones tecnológicas de adaptación en cultivos prioritarios del Convenio MADR-CIAT.
Lo anterior es muy importante, teniendo en cuenta que el cambio climático tendrá impactos significativos en
el sector agropecuario en Colombia, responsable de más de una décima parte del PIB del país. Los análisis
indican que para el 2050 es probable que se presenten aumentos significativos de la temperatura, precipitación
más errática y mayor prevalencia de plagas y enfermedades.
Las proyecciones indican que para el 2050, en la mayoría (>60%) de las áreas actualmente cultivadas se verá
impactado probablemente el 80% de los cultivos, y los cultivos perennes de alto valor sufrirán el mayor
impacto. Estas proyecciones tienen implicaciones socioeconómicas significativas: el sector agropecuario es
responsable del 40% de las exportaciones colombianas y el 21% de la población depende directamente de la
agricultura como fuente de empleo. El cambio climático, por ende, tendría efectos de amplio alcance en la
agroindustria, las cadenas de abastecimiento y la seguridad alimentaria y nutricional.
Adicionalmente, los efectos del cambio climático tendrán su mayor impacto en los agricultores de escasos
recursos y de pequeña escala, que representan la gran mayoría de los productores de alimentos en Colombia.
Este proyecto, y otras experiencias del Convenio MADR-CIAT, serán presentadas en el foro ‘Agricultura
inteligente respecto al clima: Un Modelo para la Acción Global’, organizado por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID). Este evento, que se llevará a cabo en Washington el próximo 11 de febrero, busca fomentar
el diálogo sobre los esfuerzos de adaptación al cambio climático nacionales y regionales vigentes en el sector
agrícola.