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Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

Esplicacion de la baraja con que juegan los coyotes,


ó sea
Descripcion alegórica de todos y cada uno de sus puntos,
hecha por un coyote á su hijo.
[Transcripción realizada por Antonio Lorenzo respetando la ortografía del original]

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Hijo. Padrecito, buenas noches tenga V.

Padr. Buenas te las de Dios, hijo mio.

H. Quiere V. decirme qué cosa es la que tiene en la mano que tanto


le divierte.

P. Hijo, esta se llama baraja.


Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

H. ¿Y para que sirve? ¿Es por ventura algun libro divertido?

P. Sirve para jugar y perder, ó ganar el dinero: le llaman el libro de


cuarenta hojas.

H. ¿No me enseñará V. el modo como con ese libro se gana


dinero?

P. A mí no me conviene, hijo mio, ni debo enseñarte á jugador,


sino á hombre de bien, á buen vasallo del rey nuestro sr. y á
comerciante de las indias, que es como se gana mucho dinero en
breve tiempo, y con seguridad, cuyo saber consiste en comprar
barato y vender caro á los bobos americanos.

H. Dígame V. padre, ¿pues qué es muy malo el juego de la baraja?

P. Si es, porque las mas veces se pierde el dinero, y de ahí viene la


ruina de las familias, y que los hombres se llenen de vicios; y si
alguna ocasión se gana, es una mera casualidad: las mas veces se
consigue en fuerza de picardías, como marcando las cartas con
tinta de China, bajando la carta de arriba, ó subiendo la de abajo,
y ejecutando otras mil cosas que llaman fullerías con que les
ganan la plata á los bobos; pudiendo decirse que semejantes
travesuras equivalen á toda arma blanca, de fuego, gansuas &c.
de que se valen los ladrones para robar á los que tienen dinero.

H. Estoy convencido de que el jugador fullero es un ladron


tolerado á ciencia y paciencia de todos; pero yo he oído decir que
algunos comerciantes también son ladrones ¿cómo es, pues, que
V. quiere que tome esa carrera?

P. Tu dices muy bien; pero la diferencia consiste en que en el


comercio se gana el dinero con seguridad, y mas como lo hacemos
nosotros en las indias; pues á fé mia, que nadie nos reconviene,
nos insulta, nos da palos ni nos asesina, porque ganemos un
doscientos por ciento en la venta de los efectos, y sí lo hacen así á
Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

cada paso con los referidos jugadores, cuando les descubren sus
fraudes y agilidad de manos.

H. Y dígame V. padre ¿qué no se puede hacer caudal lícitamente


en el comercio, sujetándose á lo que está permitido ganar?

P. Casi es imposible, hijo mio, sería necesario mucho tiempo y


paciencia; pero como nosotros los coyotes tenemos fincada, toda
nuestra felicidad, buen estar y orgullo en la codicia; con tal que
consigamos tener dinero, atropellamos con la religión, con las
leyes y con la humanidad, y de ahí es que en breve tiempo
hacemos gruesos capitales sin temer los riesgos de que te he
hablado.

H. Pues siendo así, padre mio, quiero mas bien emprender la


carrera de comerciante y no la de jugador: desde ahora por lo
mismo suplico á V. me ponga en la tienda del sr. Michaus, porque
este sr. Es muy rico, y empezó por el comercio.

P. Así será hijo mio.

H. Ahora quisiera, puesto que tiene V., la baraja en la mano, que


me explicase lo que significan esas pinturas á manera de rueditas
amarillas, espaditas, palitos, lo que representan esos sres. De
acaballo, esos monos que parecen mujeres, y esos sres. de
corona.

P. Voy á satisfacer tu curiosidad. Esta que se llama baraja está


compuesta de cuarenta cartas: estas están divididas en cuatro
ramos que se llaman oros, copas, espadas y bastos, entre los que
hay cuatro ases, doces, treses, cuatros, cincos, seises, sietes,
sotas, caballos y reyes. Cada uno de ellos tiene distinta
representación, como verás, si pones atención y cuidado.

H. Con mucho gusto padresito; comienze V. diciéndome qué


significan los cuatro ramos de la baraja.
Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

P. Antes que descienda á la esplicacion de ellos y de los demás


puntos, debo advertirte, que asi como los antiguos representaban
los vicios y las pasiones bajo ciertas figuras simbólicas, tú puedes
hacer lo mismo con las pinturas de esta baraja. Asi es que, si
aquellos para simbolizar la avaricia lo hicieron bajo el emblema de
una joven afanada en llenar de joyas preciosas un tonel sin fondo;
tu puedes representarte en los oros la codicia española en el reino
de las indias de donde hemos estrahido los mas preciosos metales
desde el momento en que fueron descubiertas hasta la presente,
sin que nos haya embarazado cosa alguna, pues hemos sabido
vencer los mayores imposibles y no hemos tenido empacho de
atropellar lo mas sagrado por saciarla. Si aquellos para
representar al génio de la beodéz se valieron de la imagen de un
viejo rubicundo, reclinado al pie de una frondosa vid, recogiendo
sus preciosos jugos en una espaciosa cuba; tu puedes
representarte en las copas la embriaguéz introducida por
nosotros en las indias con el laudable objeto de embrutecer á sus
habitantes, arruinarles la salud y mantenerlos en la estupidez para
que no pudiesen jamás reconocer sus derechos. Si aquellos para
dar una idea del furor usaron del geroglífico de un viejo cargado
de cadenas, sentado sobre un monton de armas en aptitud furiosa
de despedazarlas y arrancarse los cabellos; tu puedes
representarte la crueldad y fiereza de nosotros los coyotes en las
espadas solamente, pues con estas, en el tiempo de la conquista
y en la época de la insurreccion derramamos la sangre de los
americanos á torrentes y cual otras furias escapadas del negro
Averno, conseguimos introducir por todas partes el terror y el
espanto. Si aquellos, en fin, representaron el fanatismo bajo la
pintura de un hombre llevando en una mano la abrasadora tea de
la discordia y en la otra un puñal de dos filos para embainarlo en
los pechos de los sábios que se opusiesen á su ignoracia y furores;
tu, hijo mio, puedes representarte en los bastos la leña conque
encendiamos las hogueras de la inquisición de Sevilla y la de
México. En aquellas hacíamos perecer á los hombres que en
España y en América nos parecían herejes por su sabiduría,
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patriotismo y despreocupación, á los que conocían sus derechos y


osaban reclamarlos y á los que no daban crédito á las
supersticiones conque malos clérigos y peores frailes han
desfigurado la religión católica.

H: ¡Jesus padrecito!... qué crueldad!... ¿quemar á los hombres


vivos?... qué horror!... Ya se vé pero si eran herejes… En fin, deje
V. esas cosas que causan terror y espanto y sígame explicando una
por una las demás cartas.

P. Voy á darte gusto. Aqui tienes el as de oros: en esta carta debes


representarte el gobierno absoluto, el que por su unidad, secreto
y estabilidad es el mejor, en mi concepto, y el que Dios les dio á
los hombres, pues con el gobierno republicano y el libertinaje
nunca hay paz ni se conserva la religión como bajo la sombra de
un monarca que siempre la sostiene. Este es el as de espadas que
representa las conque se dan á temer los reyes y sujetan á los
pueblos vibrándolas sobre las cabezas de los infelices que no
quieren obedecerlos. Este otro es el as de copas en el que se
simboliza el caliz de la amargura que hemos hecho apurar á los
americanos hasta las heces y que no queriendo gustar por mas
tiempo, se nos revelaron. Este, en fin, es as de bastos que figura
el arbol genealógico de cuyas ramas, aunque sea la mas pequeña,
blasonamos defender y derivamos nuestra nobleza.

H. Esa esplicacion está muy hermosa, padrecito: continué V, pues


me está divirtiendo grandemente.

P. En este dos de oros están significados los dos mundos, es decir,


España y América. El dos de espadas representa dos brazos
armados, el de la religión que con su espada no hiere, pero corta
los miembros podridos que aparecen por medio de la
escomunion, y el de los reyes; cuyas dos espadas unidas, cuando
se abusa de ellas son formidables y el azote de la humanidad. En
estas dos copas se representa el veneno mortífero de la opresión
y despotismo conque se deleitan los tiranos y los inquisidores; y
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este dos de bastos figura dos picotas con cuyo ignominioso


invento han afligido nuestros paisanos tantas veces á los indios,
azotándolos sin pudor por robarlos en los repartimientos.

H. En verdad, padrecito, que en cada una de las cartas tengo


mucho que aprender. Siga V. por su vida.

P. Este tres de oros significa que tenemos en España una trinidad


de borbones que son tres distintas personas, y en ideas de
tiranizar bajo un gobierno absoluto, una sola, pues lo mismo es
Fernando que Carlos y Francisco de Paula. Estas tres copas
representan las en que hacen sus brindis por su efímero triunfo
contra la libertad. Esas tres espadas significan otras tantas que
ciñen en esta América los generales insurgentes presidente
Guadalupe Victoria, Bravo y Guerrero para sostener la
independencia contra las tropas de aquella raza de tiranos y
proteger á los rebeldes mexicanos; y estos tres bastos figuran
otros tantos palos en que fusiláran á los borbones si vinieran á la
América á usurparles de nuevo su independencia y libertad.

Puedes también representarte en este núm, atendiendo


solamente á los puntos, las tres garantías: asaber, la
independencia que los Coyotes hemos visto, vemos y veremos con
mal ojo por ser el origen de nuestra desgracia, pues si antes
tratábamos á los americanos como una horda de salvages y los
teníamos bajo nuestros pies, hoy nos vemos abatidos hasta el
estremo por mas que movemos todos los resortes que nos sugiere
nuestra astucia para volverlos á dominar: la religión, único
antemural tras del que procuramos parapetarnos para asestar
mejor nuestros tiros y la única tabla de que pretendemos asirnos
en el presente naufragio, haciendo creer a los incautos que su
ecsistencia es incompatible con la del sistema republicano; y la
unión que jamás tendremos con los americanos por nuestra parte,
pues teniendo ellos un amor innato á su libertad y
engrandecimiento y nosotros á su esclavitud y ruina, es imposible
que aquella se verifique, asi como no la puede haber entre
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materias heterogéneas y entre dos estremos diametralmente


opuestos.

Puedes tambien en dicho número contemplar el tiempo de


trescientos años que esta América estuvo bajo la dominación goda
y fue gobernada virga férrea: tiempo en que los americanos tenían
como embotadas sus facultades intelectuales, sin poder
desarrollar sus talentos, asi como la rosa demasiado oprimida en
el capullo no puede desplegar el pomposo círculo de hojas que
forma el todo de su belleza. En aquel tiempo hijo mio (si te he de
hablar verdad) cualquiera de nosotros, aunque fuese un triste
palafrenero, un miserable conductor de escrementos ó el mas vil
y despreciable escarabajo de la Península, se presentaba otro en
América. Con hacer una brillante descripción de su genealogía,
nombrar entre sus parientes á los primeros personajes y contar
que tenia ricas heredades, hételo ahí celebrando de algunos
majaderos y ainda mais colocado en un buen destino en el que se
presentaba muy luego haciendo y deshaciendo con la dignidad de
un Sancho Panza en su ínsula barataria… Quedan ya esplicados los
treces: voy á darte ahora la esplicacion de los cuatros.

En estos puedes figurarte las cuatro dales: a saber; en el de oros


la de este nombre representada en el tiempo de la conquista, pues
entonces nuestros paisanos sin mas que estender sus ávidas
manos, se hacían de todas las riquezas de estos países, así como
en el benéfico reinado de Saturno, según los poetas, los hombres
eran dueños de todos los productos de la tierra sin impender
trabajo alguno en su cultivo: en el de espadas la edad de plata, es
decir cuando conociendo los indígenas nuestra insaciable codicia
comenzaron á escasearnos sus dádivas y hecharon mano de sus
macanas y dardos para resistir nuestras injustas usurpaciones: en
el de copas la edad de bronce, esto es, cuando cansados los
americanos de sufrir el pesado yugo de nuestra dominación nos
dieron á gustar el amargo caliz de la tribulación; y en fin, en el de
bastos la de hierro en que actualmente vivimos los coyotes, pues
habiendo abusado de la generosidad con que los americanos nos
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hicieron partícipes de una multitud de beneficios, nos los van


escaseando, y ya esta tierra no puede producir para nosotros sino
abrojos y espinas.

H. En cada carta, padrecito, veo un hecho de la historia: suplico á


V. continúe su esplicacion y no se enfade.

P. on mucho gusto, hijo mio. Este cinco de oros figura á los que
conocemos en esta ciudad con el nombre de cinco señores, que se
han decidido, fiados en su impunidad, á desacreditar al gobierno
y á declararse protectores de dos generales españoles y otros
coyotes. Estas cinco copas representan las en que hacen sus
bríndis, suponiendo inmediato el triunfo contra el sistema federal.
Estas cinco espadas figuran las que semejantes Catilinas, tienen
tal vez dispuestas para castigar á los que dicen estar hollando la
constitución y garantías sociales; y estos cinco bastos simbolizan
otros tantos palos en que quisieran fusilar a todos los yorlinos y al
ministro de la guerra in primo capite.

H. ¡Jesus padrecito!... Son dignos de aprecio estos señores: quizá


son los únicos que quieren á los coyotes y que vuelva a mandarnos
el rey de España: continúe vd.

P. Este seis de oros representa otros tantos grandes sucesos en


esta América que tanto ha dado que sentir á España y á nosotros.
á saber: el glorioso grito del inmortal Hidalgo en Dolores, el de
Iguala, la coronación de Iturbide, su caída el sistema federal y la
constitución mexicana. Estas seis copas representan las en que
han brindado en cada una de tales épocas los mexicanos á la salud
de su pátria, asi como nosotros en otro tiempo lo hacíamos á la
del rey en compañia de algunos gallicoyotes que eran nuestros
Ganimédes: estas seis espadas significan las que los generales
mexicanos desembainaron en semejantes ocasiones, no para
derramar sangre, sino para mantener la paz y el órden; y los seis
bastos figuran otras tantas hasta-banderas en que ha tremolado
el pabellon mexicano por semejantes triunfos.
Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

Este siete de oros representa otras tantas repúblicas


independientes de España que se gozan libres á su vez y son:
México, Colombia, Alto y Bajo Perú, Buenos Aires, Chile y
Guatemala: las siete copas simbolizan otras tantas en que los
americanos han gustado el suave néctar de la libertad: las siete
espadas equivalen á otras tantas conque sus respectivos
libertadores han triunfado de los tiranos; y los siete bastos figuran
otros tantos frondosos árboles, bajo cuya apacible sombra
reposan sus moradores recogiendo el dulce fruto de la paz. Esta
es la esplicacion que te puedo dar de las cartas blancas: la de las
figuras será mañana, pues ya desearás dormir.

H. Nada de eso, padrecito: aunque amaneciera no me pesaría.

P: Pues bien, voy á concluir. Estas cuatro sotas representan otras


tantas mujeres de Fernando VII tres de matrimonio y una fuera de
él. La de espadas simboliza á la que murió tísica: la de oros es la
rica portuguesa que también murió: la de copas es la actual y la de
bastos es un emblema de la Macanás con quien tubo sus buenos
ratos en Marcella.

Los cuatro caballos representan muy bien á los tres borbones y


al duque del Infantado, pues todos ellos por animales, no han
sabido, ni sabrán gobernar en España, entendiéndose que el de
espadas figura á Fernando que todo lo quiere componer con las
armas.

Los cuatro reyes figuran otros tantos tiranos enemigos de la


libertad que han jurado destruir, formado una liga, que llaman
santa y son: el Emperador de Rusia, el de Alemania, el rey de
Francia y el de España que no deja de volver sus ojos de lince acía
América, a la que como otra Troya quisiera ver reducida á cenizas,
pues está bien persuadido de que los americanos, primero que
doblar primero la cervíz, descenderán cubiertos de laureles al
sepulcro. –He concluido, hijo mio.
Explicación de la baraja por un coyote a su hijo

H. Me ha dejado vd. Lleno de asombro, padrecito, al paso que me


he divertido: doy á vd. Las gracias por el trabajo que se ha tomado,
y le suplico me conceda retirarme á dormir.

P. A Dios hijo: hasta mañana: celebraré pases feliz noche. –


México: Julio 3 de 1827.

El que no puede ver al Sol.

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