LO RELIGIOSO FLOTANTE, ECLECTICISMO Y SINCRETISMO (FRANCOISE CHAMPION)
Esta efervescencia parecía parecía ir en contra de la idea de una continua decadencia
de la religión en las sociedades modernas. La sorpresa fue entonces mucho más grande porque las muy diversas manifestaciones de esta efervescencia rompían la tendencia anterior de las religiones al acomodo con las diversas formas de racionalidad moderna. Se afirmaba sobre todo, en un mismo impulso, la primacía de las relaciones de persona a persona (contra la tendencia moderna al anonimato de las organizaciones burocráticas) y la primacía del sentimiento sobre la razón. En contracorriente del movimiento de racionalización de las creencias, siempre tendente a limitar más la intervención de lo sobrenatural en lo visible y lo concreto de la vida cotidiana, los Nuevos Movimientos Religiosos llevaban a cabo una “desracionalización” de las creencias.
El uso que se hace de la Biblia expresa particularmente bien la
desinstitucionalización del cristianismo. La lectura de la Biblia ya no se integra a la experiencia creyente común; ya no está sometida al control de una comunidad creyente, aún menos se lleva a cabo bajo la autoridad de un comentario eclesiástico que, como antaño, habría dado el sentido “verdadero”. La Biblia queda expuesta a todas las interpretaciones y reinterpretaciones, científicas, sociales -por parte de artistas y publicistas...- o estrictamente individuales.
Es decir que el cristianismo se ha vuelto un fragmento de la cultura. Pero, al
mismo tiempo, la sociedad sigue impregnada de marcas cristianas, más o menos visibles, más o menos impositivas. Lo mismo sucede con el atractivo de las actividades del tipo pedagógico, filantrópico o militante, que toma el relevo de las misiones o de los sacerdocios de antaño.