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Jornada laboral o jornada del trabajador está formada por el número de horas que el
trabajador está obligado a trabajar efectivamente. Se debe diferenciar del concepto de
"horario de trabajo", la jornada representa el "número de horas que el trabajador debe
prestar su servicio", mientras que el "horario" fija la hora de entrada y la salida. Entre
horario y jornada prevalece la jornada, puesto que el salario que fija el contrato viene
determinado por el número de horas que se trabaja.
En términos generales, las horas de trabajo habituales de los países de todo el mundo
están en torno a 40 a 48 horas por semana, no obstante, esta situación no se da en todas
partes habiendo notables disparidades al respecto: desde las 35 horas por semana en
Francia, hasta las 112 horas por semana en los campos de trabajos forzados de Corea del
Norte
REGULACION INTERNACIONAL
En esta Conferencia se estableció el convenio por el que se limitan las horas de trabajo en
las industrias a ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales cuestión que
constituyó el primer punto del orden del día de la reunión de la Conferencia celebrada en
Washington, y que después de haberse decidido que dichas proposiciones revistieran la
forma de un convenio internacional, se acordó la constitución del acuerdo
como Convenio, que podrá ser citado como el "Convenio sobre las horas de trabajo -
industria- de 1919", y que fue sometido a la ratificación de los Miembros de la
Organización Internacional del Trabajo de acuerdo con las disposiciones de la
Constitución de la OIT.
La extensión de una sociedad de consumo que requiere tiempo para las compras y el gasto
en ocio ha generalizado en buena medida y en todo el mundo la semana laboral de 5 días;
de lunes a viernes en los países de tradición cristiana y judía (fin de semana el sábado y
domingo); de domingo a jueves en la mayoría de países musulmanes (fin de semana
el viernes y sábado).
David Anisi señala en su libro Creadores de escasez que ya Keynes en 1936 asociaba la
gestión de la demanda (crisis de demanda- sobreproducción - subconsumo) con el
mantenimiento del pleno empleo y como la presión demográfica requería aumento de la
demanda y aumento de la produccíón para el mantenimiento del pleno empleo. Sin
embargo, indica Anisi, no supo ver que el problema del empleo no solamente estaba
asociado a la demanda sino también al aumento de la productividad que requería
inevitablemente una disminución real del tiempo de trabajo si se quería mantener el pleno
empleo. Cuando esta disminución del tiempo de trabajo no se produce se genera
un desempleo estructural sin solución que se convierte en desempleo cíclico indicador de
una crisis económica
Para autores como Paul Krugman, Tony Judt, Angus Maddison, Vicenç Navarro y Josep
Fontana, entre otros, la denominada edad dorada del pleno empleo, fundamentalmente en
el mundo occidental desarrollado, se localiza en el período aproximado de 1950 a 1973,
prácticamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis del petróleo de
1973. La razón fundamental de esa edad dorada de pleno empleo o gran convergencia en
la igualdad social y económica, fue la prioridad política que se dio al pleno empleo y su
aplicación económica mediante el keynesianismo (Acuerdos de Bretton Woods). Los
tipos de cambios fijos, aunque no rígidos, facilitaron los créditos a escala internacional,
las políticas sindicales se reforzaron y mejoraron las condiciones económicas y la
seguridad de los trabajadores, se produjo un fuerte aumento en el comercio mundial.
La ruptura de la prioridad política del pleno empleo ha dado lugar a una desigualdad de
ingresos, la aparición del desempleo estructural y cíclico que ha sido denominado como
la por el economista Paul Krugman. El pleno empleo facilita la reivindicación, frente a lo
que Marx denominaba Ejército industrial de reserva, de la reducción de la jornada de
trabajo. Por otra parte, el desempleo estructural puede también reducirse con un reparto
estructural del tiempo de trabajo.
Joseph Stiglitz indica que un aumento en las horas trabajadas como resultado
del crecimiento demográfico que no redunde en un aumento de
la productividad impactará en elnivel de vida debido a que la mayor renta no tendrá un
valor real de consumo por la menor cantidad de bienes o servicios producidos, según la
fórmula: i de crec. de Producción = i de aum. de horas trabajadas + i de aum. de
productividad. En ese sentido, en un contexto de productividad superior, para mantener
niveles de crecimiento de la producción total en valores de equilibrio, es necesario reducir
la jornada, por cuanto resulta económicamente innecesario sobrepasar dichos niveles de
crecimiento estable, en concordancia con una tendencia al desarrollo sostenible, y en un
contexto de equilibrio demográfico.
Autores como David Anisi, Guy Aznar, Laura Balbo, Alain Caillé, André Gorz, Jean-
Lousi Laville, Jacques Robin, Roger Sue, Jeremy Rifkin, Carlos Gabetta, consideran que
hay una crisis del sistema salarial tradicional como consecuencia del desarrollo de la
sociedad tecnológica actual que han disociado el crecimiento económico de la creación
de empleo haciendo incluso compatible que una disminución del trabajo asalariado se
produzca junto a una alta productividad y crecimiento -al que actualmente contribuye
eltaylorismo digital-. También deben considerarse en este contexto los límites ecológicos
y productivos de la Tierra; en este sentido Donella Meadows ha señalado que los límites
del crecimiento del planeta podrían producir un colapsos sociales y guerras climáticas
Los planes de reducción de las horas de trabajo se consideran sumamente eficaces durante
periodos de crisis ya que reducen el número de despidos. En Alemania, por ejemplo,
durante la crisis económica de 2008-2014 o Gran recesión, la estabilidad del empleo se
ha logrado en buena medida gracias a los ajustes en las horas de trabajo gracias al diálogo
social y como una de las medidas para proteger tanto el empleo como la productividad y
viabilidad de las empresas.
MOTIVACIONES AMBIENTALES
Los modelos económicos productivistas, plantean una reducción de la jornada laboral que
no afecta la producción total. El decrecimiento es una corriente de pensamiento político,
económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción
económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser
humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos. Para Serge
Latouche, uno de los teóricos del decrecimiento una reducción fuerte del tiempo de
trabajo, que permitiera reducir la producción total y un mayor y mejor reparto del trabajo
entre toda la población activa, es fundamental.
MOTIVACIONES ANTIPATRIARCALES
Desde su mirada pro-feminista Michael Kaufman aboga por una reducción de la jornada
laboral para los varones por considerar que va en el mismo sentido que sus ideas: mayor
acceso al trabajo para las personas que sufren discriminaciones en el mercado laboral,
cuestionamiento de la identidad masculina tradicional (el rol proveedor), mayor
involucramiento de los varones en las tareas de paternidad, con beneficios para
la infancia. Desde la organización británica NEF (New Economics Foundation) se
considera la reducción de la jornada como una medida imprescindible para promover
la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres.
En la Tabla 1 puede apreciarse la evolución de las horas de trabajo por año, semana y día
por persona en el Reino Unido desde 1785 al año 2000. En este país se ha pasado en unos
200 años de 3.000 horas anuales a 1.489, prácticamente la mitad; de igual modo ha
descendido el horario semanal y diario, si bien con la advertencia de que los días anuales
no trabajados han ido aumentado y, a la vez, disminuyendo los días laborales semanales,
desde 6 días, en algunos desde 7, hasta 5 los días laborales. Puede apreciarse un constante
incremento de la productividad por hora trabajada y PIB per capita y su explosión desde
los años 1950 hasta los 2000 período en el que se ha cuadriplicado y triplicado
respectivamente.
Para autores como Herbert J. Gans una nueva reducción significativa y real del tiempo de
trabajo solamente será posible si existe una convicción generalizada de los beneficios -
tanto individuales como sociales- de dicha reducción.
REDUCCIÓN DE LA SEMANA LABORAL Y LA JORNADA LABORAL
El primer paso para la reducción de la semana de 6 días fue, en los países occidentales, la
implantación del fin de semana inglés que unía la tarde del sábado al domingo (1 día y
medio de descanso). La extensión de una sociedad de consumo que requiere tiempo para
las compras y el gasto en ocio ha generalizado en buena medida y en todo el mundo la
semana laboral de 5 días; de lunes a viernes en los países de tradición cristiana y judía
(fin de semana el sábado y domingo); de domingo a jueves en la mayoría de países (fin
de semana el viernes y sábado).
En Venezuela, desde mayo de 2013, como señala el Artículo 173 de la nueva Ley
Orgánica del Trabajo de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT) señala que la semana
laboral será de 5 días y 2 días de descanso (40 horas semanales). Anteriormente la semana
laboral era de 6 días de trabajo y un día de descanso (44 Horas semanales).
Una semana laboral de 21 horas podría ayudar a enfrentar varios problemas relacionados
y urgentes: sobre trabajo, desempleo, hiper consumo, altas emisiones de carbono, bajo
bienestar, desigualdad, y sobre todo la falta de tiempo para vivir de manera sostenible y
de cuidar de nuestros seres queridos, o simplemente de disfrutar la vida. La New
Economics Foundation (NEF) presentó un informe en 2010 en el que considera, a la vista
del promedio de horas trabajadas por semana para la población económicamente activa,
suficientes y satisfactorias 21 horas de trabajo semanal. En el mismo tipo de
argumentación que la NEF estáría James Vaupel quien, desde la demografía, considera
que el aumento de la longevidad traerá importantes cambios de vida que tendrán una
repercusión en la disminución de las horas de trabajo.
Los argumentos para una jornada laboral de 4 horas se remontan a las propuestas
de André Gorz; y a los planteamientos de Jon Bekken. Dichos argumentos son,
principalmente, el aumento de la productividad y en el estancamiento de las reducciones
de la jornada laboral desde 1886, cuando se logró la jornada de 8 horas.
Para autores como Enric Sanchis en la esencia del capitalismo está la generación de
desigualdades sociales que fueron moderadamente mitigadas durante la etapa fordista -
pacto keynesiano posterior a la segunda guerra mundial- pero que comenzaron a
desbocarse desde la década de 1980 y que no han parado de crecer. Estas desigualdades
son cada vez mayores y fragmentan la sociedad dejando una élite muy rica, una parte de
la población trabajando cada vez en peores condiciones y otra en la más absoluta pobreza.
El taylorismo digital somete a las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -
de carácter creativo, intelectual-, propio de las clases medias y muchos profesionales, al
mismo destino que las artesanales. Dichas tareas son codificadas y digitalizadas
consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por
programas informáticos con protocolos de decisión establecidos. Además, por su
facilidad de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones
globales informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.
Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las
tareas informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y
subdesarrollados donde se encuentran salarios cada vez más bajos.
Alex Williams y Nick Srnicek en su libro Inventing the Future. Postcapitalism and a
World Without Work, defienden que la sociedad dorada del capitalismo ha pasado y que
nos aproximaríamos a una sociedad postcapitalista, en la que el concepto tradicional de
trabajo estaría obsoleto y pronostican la necesidad de una renta básica. Paul Mason incide
en el punto de vista anterior al afirmar la imparable automatización de los procesos
productivos con la consiguiente liberación de la necesidad de trabajar para los seres
humanos, al menos como hasta ahora se ha entendido, y por tanto con una reducción
drástica de la jornada laboral.
LAS OCHO HORAS DIARIAS Y LAS 40 HORAS SEMANALES
La jornada de ocho horas hace referencia a la reivindicación del movimiento obrero por
la reducción de la jornada laboral y el establecimiento de las ocho horas de trabajo diarias
o 48 horas a la semana, también conocido como el movimiento por la jornada reducida,
que tuvo su origen en las penosas condiciones de trabajo de la Revolución Industrial en
Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII.
...a las 2, a las 3, a las 4 de la mañana, se sacan a la fuerza de sus sucias camas a niños
de 9 a 10 años y se les obliga a trabajar para ganarse un mísero sustento hasta las 10, las
11 y las 12 de la noche.
MOVIMIENTO POR LA REDUCCIONDE LA JORNADA LABORAL
Desde 1810, Robert Owen difundió la idea de que la calidad del trabajo de un obrero tiene
una relación directamente proporcional con la calidad de vida del mismo, por lo que para
cualificar la producción de cada obrero, es indispensable brindar mejoras en las áreas de
salarios, vivienda, higiene y educación; prohibir del trabajo infantil y determinar una
cantidad máxima de horas de trabajo, de diez horas y media,2 para comenzar. Para 1817
formuló el objetivo de la jornada de ocho horas y acuñó el lema de ocho horas de trabajo,
ocho horas para vivir, ocho horas de descanso (8 hours labour, 8 hours recreation, 8 hours
rest).
El 8 de junio de 1847, en Inglaterra, una ley concedió a mujeres y niños la jornada de diez
horas. Todos los obrero francés conquistaron la jornada de 12 horas después de la
revolución de febrero de 1848.
En Australia la lucha por las ocho horas se libró ampliamente desde 1855 y la jornada de
ocho horas se estableció en el sector de la construcción desde 1858, pero solamente se
generalizó paulatinamente en el país.
En 1919, en Barcelona, después de una huelga general de 44 días, con más de 100.000
participantes que paralizó efectivamente la economía, el gobierno español aceptó las
demandas de los trabajadores que incluían una jornada de ocho horas, el reconocimiento
de los sindicatos y el reintegro de los trabajadores despedidos. El 3 de abril fue aprobado
el decreto y a partir del 1 de octubre de 1919 la jornada máxima total de trabajo
en España fue de 8 horas al día y de 48 a la semana. El Conde de Roma-nones fue
relevado del gobierno en abril de 1919 después de firmar el 3 de abril de 1919 el llamado
"Decreto de la jornada de ocho horas"
Actualmente la defensa de la jornada de ocho horas para los trabajadores, depende de la
lucha contra las diferentes formas de disfrazar la relación laboral, mediante contratos de
servicios, honorarios u obras, que con sistemas de pago a destajo, por tareas, piezas o
peso y con la tercerización, eluden la aplicación de las normas laborales vigentes en casi
todos los países y logran de hecho imponer jornadas de trabajo indefinidas. Además de
recibir un mal trato por parte de los dueños y poseer una calidad de vida baja.
En la Tabla 1 puede apreciarse la evolución de las horas de trabajo por año, semana y día
por persona en el Reino Unido desde 1785 al año 2000. En este país se ha pasado en unos
200 años de 3.000 horas anuales a 1.489, prácticamente la mitad; de igual modo ha
descendido el horario semanal y diario, si bien con la advertencia de que los días anuales
no trabajados han ido aumentado y, a la vez, disminuyendo los días laborales semanales,
desde 6 días, en algunos desde 7, hasta 5 los días laborales. Puede apreciarse un constante
incremento de la productividad por hora trabajada y PIB per capita y su explosión desde
los años1950 hasta los 2000 período en el que se ha cuadriplicado y triplicado
respectivamente.
nal laboral de 30 horas por las feministas suecas y, en los décadas de 1980 y 1990, de la
semana laboral de 35 horas en Francia reflejan el estancamiento de la reducción del
tiempo de trabajo e incluso, en la primera década del siglo XXI, el incremento del tiempo
de trabajo. Desde posiciones neoliberales se demanda el aumento del tiempo de trabajo
como condición para la prosperidad -incluso cuando no resuelva el problema del
desempleo-; desde posiciones sindicales se demanda una reducción de la jornada de
trabajo, el reparto del mismo y la consideración del tiempo trabajado total por el conjunto
de la sociedad o comunidad.
Temas como la jornada máxima, los horarios nocturnos y las horas extras muchas veces
son un dolor de cabeza para los trabajadores. El MTPE da pautas para que conozca sus
derechos.
¿Ha tenido que trabajar más de su horario y no se lo reconocieron? En esta nota podrá
conocer diez de losderechos básicos de los trabajadores y que las empresas están
obligadas a cumplir, según la legislación laboral que es fiscalizada por el Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE).
2. Jornada de trabajo para menores de edad. Está regulada en el Código del Niño y el
Adolescente y señala que entre 12 y 14 años será de cuatro horas diarias o 24 horas
semanales, mientras que entre 15 a 17 años serán seis horas diarias o 36 horas a la semana.
Las actividades laborales de los menores no deben afectarlo física ni emocionalmente y
deberá permitirles estudiar.
3. Exclusiones de la jornada máxima legal. Estás fuera de esta exigencia los trabajadores
de dirección y de confianza (salvo sea sujeto de fiscalización), así como los trabajadores
que no tienen supervisión inmediata o no realizan sus labores total o parcialmente fuera
del centro laboral.
5. El empleador puede extender la jornada hasta la máxima legal. En los centros de trabajo
en donde rijan jornadas menores a ocho horas diarias o 48 horas semanales, el empleador
puede extenderlas hasta estos límites, incrementando la remuneración en función al
tiempo adicional laborado.
6. Jornada nocturna. Está comprendida entre las 10:00 pm y las 6:00 am y deben ser en
lo posible rotativos. El sueldo mínimo de un trabajador en este horario es de S/. 1,012.50.
10. Horas extras se pueden compensar con descansos. Para ello debe haber un acuerdo
entre el trabajador y el empleador en un tiempo equivalente al trabajado. Deberá constar
por escrito y tomarse en el mes siguiente al cual se realizó el sobretiempo.
BIBLIOGRAFIA
REFERENCIAS