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Corteza terrestre

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Para otros usos de este término, véase corteza (desambiguación).

Capas terrestres, en un dibujo esquemático.

En geología, la corteza terrestre es la capa exterior más externa de un planeta rocoso,


un planeta enano o un satélite natural. Por lo general, se distingue del manto subyacente
por su composición química; sin embargo, en el caso de los satélites helados, se puede
distinguir en función de su fase (corteza sólida vs. capa líquida).
Las cortezas de la Tierra, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Ío y otros cuerpos planetarios
se formaron a través de procesos ígneos, y luego se modificaron por erosión, cráteres de
impacto, vulcanismo y sedimentación.
La mayoría de los planetas terrestres tienen cortezas bastante uniformes. La Tierra, sin
embargo, tiene dos tipos distintos: corteza continental y corteza oceánica. Estos dos tipos
tienen diferentes composiciones químicas y propiedades físicas, y se formaron por
diferentes procesos geológicos.
La corteza de la Tierra es comparativamente delgada, con un espesor que varía de 5 km,
en el fondo oceánico, hasta 70 km en las zonas montañosas activas de los continentes.

Índice

 1Tipos de corteza terrestre


o 1.1Corteza oceánica
o 1.2Corteza continental
 2Formación y evolución
 3Véase también
 4Referencias
 5Bibliografía

Tipos de corteza terrestre[editar]


1: Corteza continental.
2: Océano.
3: Manto superior.
4: Corteza oceánica.

Existen dos tipos de corteza terrestre: la corteza oceánica y la corteza continental.

Corteza oceánica Corteza continental Escudos o cratones antiguos Plataformas (escudos con cobertera
(según su edad) 0- sedimentaria) Cadenas orogénicas Cuencas tecto-sedimentarias Provincias ígneas Corteza adelgazada (por
20 Ma 20-65 Ma >65 Ma extensión cortical)

Provincias geológicas de la Tierra (USGS)

Corteza oceánica[editar]
Artículo principal: Corteza oceánica

La corteza oceánica cubre aproximadamente el 55 % de la superficie planetaria. Es más


delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel más inferior,
llamado nivel III, colinda con el manto en la discontinuidad de Mohorovičić; está formado
por gabros, rocas plutónicas básicas. Sobre los gabros se sitúa el nivel II, de basaltos,
rocas volcánicas de la misma composición básica que los gabros; se distingue una zona
inferior de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más superficial se basa
en basaltos almohadillados, formados por una solidificación rápida de lava en contacto con
el agua del océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I, formado por los sedimentos,
pelágicos en el medio del océano y terrígenos en las proximidades de los continentes, que
se van depositando paulatinamente sobre la corteza magmática una vez consolidadas.
La corteza oceánica se distingue química y mineralógicamente del manto contiguo. Los
gabros del nivel III y los basaltos del nivel II se distinguen por su estructura, derivada de su
modo de formación, plutónica en el primer caso y volcánica en el segundo, pero no por su
composición, que los califica como rocas básicas o máficas; se trata entonces de una
diferencia de fase. Las peridotitas del manto, del otro lado de la Moho, son por el contrario
ultrabásicas (ultramáficas). Los minerales más abundantes de esta capa son
los piroxenos y los feldespatos y los elementos son el silicio, el oxígeno, el hierro y
el magnesio.
La mayor parte de la corteza oceánica se sitúa bajo el mar, a varios miles de metros de
profundidad, pero hay excepciones: Islandia y la República de Dijibouti se interpretan como
partes de la red de dorsales mediooceánicas que asoman por encima del nivel del mar.
Además existen en los orógenos formaciones, llamadas ofiolitas o complejos ofiolíticos,
que son fragmentos de corteza oceánica, sobre todo edificios volcánicos submarinos, a los
que la dinámica de las placas ha izado sobre el continente.
El espesor de los niveles magmáticos de la corteza oceánica es de 6-12km, con un valor
típico de 7 km. La litosfera oceánica, de la que la corteza oceánica es la capa superior, se
recicla constantemente, engendrándose en las dorsales mediooceánicas y descendiendo
hacia el manto junto a las fosas a través del fenómeno de la subducción. Las rocas más
antiguas tienen así sólo 180 millones de años. Su extensión (% de la superficie terrestre)
es de un 55 %, mucho menor que la del océano, porque una parte significativa de los
mares tienen en su fondo corteza de tipo continental. Su densidad relativa es alta
(2,9 g/cm3), como corresponde a rocas plutónicas básicas.
Corteza continental[editar]
Artículo principal: Corteza continental

La corteza continental es de naturaleza menos homogénea, ya que está formada por rocas
con diversos orígenes y es horizontalmente heterogénea. Hay que distinguir en ella
regiones geológicamente activas, donde abundan los procesos tectónicos y magmáticos, a
las que llamamos orógenos; y regiones antiguas y consolidadas, a las que llamamos
cratones. En las regiones tectónicamente consolidadas que llamamos cratones, la mayor
parte de su espesor, desde la discontinuidad de Mohorovičić, está hecha de granitos,
rocas magmáticas ácidas, aunque aparece a la mitad de su espesor un límite físico de fase
llamado discontinuidad de Conrad. Sobre los granitos suelen aparecer rocas metamórficas
antiguas, formadas por metamorfismo regional en los orógenos, que con los anteriores
forman el zócalo continental. Salvo en los escudos, el zócalo está recubierto por una
cobertera, formada por sedimentarias muy variadas. En conjunto la corteza continental,
contiene más silicio y cationes más ligeros y, por tanto, es menos densa que la corteza
oceánica y desde luego que el manto. Tiene también un grosor mayor que la corteza
oceánica. A diferencia de esta no vuelve al manto, no se recicla, aunque sí se extiende, lo
que ocurre por los procesos de la orogénesis, de manera que su contribución al total de
corteza terrestre va creciendo.
Los minerales más abundantes de esta zona son los cuarzos, los feldespatos y las micas,
y los elementos químicos más abundantes son el oxígeno (46,6 %), el silicio (27,7 %),
el aluminio (8,1 %), el hierro(5,0 %), el calcio (3,6 %), el sodio (2,8 %), el potasio (2,6 %) y
el magnesio (2,1 %).1

Formación y evolución[editar]
La Tierra se formó hace aproximadamente 4600 millones de años a partir de un disco de
polvo y gas que orbitaba el Sol recién formado. Se formó a través de acreción, donde los
planetesimales y otros cuerpos rocosos más pequeños colisionaron y se atascaron,
creciendo gradualmente en un planeta. Este proceso generó una enorme cantidad de
calor, lo que provocó que la Tierra primitiva se derritiera por completo. A medida que la
acreción planetaria disminuía, la Tierra comenzó a enfriarse, formando su primera corteza,
llamada corteza primaria o primordial.2 Esta corteza fue probablemente destruida
repetidamente por impactos grandes, luego se reformó del océano de magma que dejó el
impacto. Ninguna de las capas primarias de la Tierra ha sobrevivido hasta hoy; todo fue
destruido por la erosión, los impactos y la tectónica de placas en los últimos miles de
millones de años.
Desde entonces, la Tierra ha estado formando una corteza secundaria y terciaria. La
corteza secundaria se forma en los centros de expansión de la mitad del océano, donde la
fusión parcial del manto subyacente produce magmas basálticos y nuevas formas de la
corteza oceánica. Este "empuje de cresta" es una de las fuerzas impulsoras de la tectónica
de placas, y está creando constantemente una nueva corteza oceánica. Eso significa que
la vieja corteza debe ser destruida en alguna parte, entonces, opuesto a un centro de
expansión, generalmente hay una zona de subducción: una trinchera donde una placa
oceánica está siendo empujada hacia atrás en el manto. Este proceso constante de crear
una nueva corteza oceánica y destruir la antigua corteza oceánica significa que la corteza
oceánica más antigua de la Tierra tiene solo unos 200 millones de años.
Por el contrario, la mayor parte de la corteza continental es mucho más antigua. Las rocas
de corteza continental más antiguas de la Tierra tienen edades en el rango de
aproximadamente 3700 a 4280 millones de años34 y se han encontrado en el Narryer
Gneiss Terrane en Australia Occidental, en el Gneis Acasta en los Territorios del
Noroeste en el Escudo Canadiense y en otras regiones cratónicas como aquellos en
el Escudo báltico. Se ha encontrado algo de Zircón con una edad de hasta 4300 millones
de años en el Narryer Gneiss Terrane.
La edad promedio de la corteza continental actual de la Tierra se ha estimado en unos 2
mil millones de años.5 La mayoría de las rocas corticales formadas antes de hace 2500
millones de años se encuentran en cratones. Dicha corteza continental antigua y la
astenosfera del manto subyacente son menos densas que en cualquier otra parte de la
Tierra y, por lo tanto, no se destruyen fácilmente por subducción. La formación de nueva
corteza continental está vinculada a períodos de orogenia intensa; estos períodos
coinciden con la formación de los supercontinentes como Rodinia, Pangea y Gondwana.
La corteza se forma en parte por la agregación de arcos insulares, incluidos los cinturones
de pliegues metamórficos y graníticos, y se conserva en parte mediante el agotamiento del
manto subyacente para formar un manto litosférico flotante.

Definición de Corteza Terrestre


 C

 General

- Definista

La corteza terrestre es la capa externa compuesta principalmente a base de rocas


pertenecientes a la tierra, según su ubicación pueden indicarse niveles de grosor
distintos, si es a nivel marítimo la corteza poseerá una medida en cuanto a su grosor
aproximadamente de 6 kilómetros, mientras que en las zonas más superficiales donde
reposan las montañas, la corteza puede medir un aproximado de 72 kilómetros.
La corteza se encuentra conformada por distintas capas cuyos componentes varían en
cuanto a la densidad o el peso de los mismos, de esta manera los compuestos más
livianos se encontraran en la superficie y los materiales más pesados se encontraran
debajo de los livianos, uno de los tantos elementos considerados como livianos son,
el potasio, el oxígeno, el calcio, el sodio y el silicio por lo tanto se encuentran en las
regiones más superficiales.

Las placas que se encuentran originando la corteza terrestre, están en constante


flotación sobre distintos materiales de carácter pastosos, las placas se desplazan
lentamente unas con otras, anteriormente era una sola placa pero la misma se dividió
dando origen a los distintos continentes conocidos hasta hoy, debido a la generación de
estos movimientos sumando las distintas presiones a las que son sometidas las placas
inferiores, se originan distintos fenómenos, como plegamiento de las placas,
terremotos, volcanes, grietas en la tierra y a fines.

Existen dos tipos de corteza terrestre: corteza oceánica, caracterizada por ser más
delgada y en ella se puede realizar la identificación de tres niveles; por otra parte se
encuentra, la corteza continental que posee menos homogeneidad entre sus elementos
que la conforman y posee una densidad menor con respecto a la corteza oceánica.

Corteza terrestre
La Corteza Terrestre.
Es la capa rocosa Corteza terrestre
externa de la Tierra.
Es comparativamente
fina, con un espesor
que varía de 7 km, en
el fondo oceánico,
hasta 70 km en las
zonas montañosas de
los Continentes.
Los elementos más
abundantes de esta
capa son el silicio,
el oxígeno,
el aluminio y
el magnesio. La Concepto: La Corteza Terrestre es la capa rocosa
corteza de la Tierra ha externa de la Tierra
sido generada por
procesos ígneos, y
estas cortezas son más ricas en elementos incompatibles que sus mantos
subyacentes.

Contenido
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 1 Tipos de corteza terrestre


o 1.1 Corteza oceánica
o 1.2 Corteza continental
 2 Fuente

Tipos de corteza terrestre


Corteza oceánica
La corteza oceánica cubre aproximadamente el 75% de la superficie planetaria.
Es más delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel
más inferior, llamado nivel III, linda con el manto en la Discontinuidad de
Mohorovich; está formado por gabros, rocas plutónicas básicas.
Sobre los gabros se sitúa el nivel II de basaltos, rocas volcánicas de la misma
composición que los gabros, básicos como ellos; se distingue una zona inferior
de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más superficial se
basa en basaltos almohadillados, formados por una solidificación rápida de lava
en contacto con el agua del océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I,
formado por los sedimentos, pelágicos en el medio del océano y terrígenos en
las proximidades de los continentes, que se van depositando paulatinamente
sobre la corteza magmática una vez consolidadas.
Los minerales más abundantes de esta capa son los piroxenos, los feldespatos
y los elementos son el silicio, el oxígeno, el hierro y el magnesio.
Corteza continental
La corteza continental es de naturaleza menos homogénea, ya que está
formada por rocas con diversos orígenes. En ella predominan las rocas ígneas
intermedias-ácidas (como el Granito por ejemplo) acompañadas de grandes
masas de rocas metamórficas formadas por metamorfismo regional en los
orógenos y extensamente recubiertas, salvo en los escudos, por sedimentarias
muy variadas. En general, contiene más silicio y cationes más ligeros y ,por
tanto, es menos densa que la corteza oceánica. Tiene también un grosor mayor
y en la historia geológica se observa un aumento en su proporción respecto del
total de corteza terrestre, ya que, por su menor densidad, es difícil que sus
materiales sean sumergidos en el manto.
Los minerales más abundantes de esta capa son los cuarzos, los feldespatos y
las micas, y los elementos químicos más abundantes son el oxígeno (46,6%),
el silicio (27,7%), el aluminio (8,1%), el hierro (5,0%), el calcio (3,6%),
el sodio (2,8%), el potasio (2,6%) y el magnesio (2,1%).

Definición de Superficie terrestre


El concepto de superficie terrestre se emplea recurrentemente para referirse, ya sea a la
totalidad de la superficie de la tierra, o en su defecto, a alguna parte concreta del vasto
territorio que ostenta la misma.

Extensión de la tierra y composición


La superficie terrestre, también denominada corteza terrestre se halla dividida en diversas
placas tectónicas, las cuales se deslizan sobre el magma (la materia rocosa fundida) y está
cubierta por continentes y por islas, los cuales, poseen variadas fuentes de agua: lagos,
océanos, entre otros, que juntos implican el 71 % y constituyen la hidrosfera.

La influencia del agua en su conformación


Al día de hoy no hay evidencias que otro planeta presente el mismo equilibrio de agua que la
tierra y que por supuesto resulta ser indispensable para la presencia de vida en la misma.

En la tierra el agua resulta ser el único elemento que existe a temperaturas ordinarias, y en los
tres estados de la materia, tales como sólido, líquido, y gaseoso.

En los glaciares y casquetes polares está en estado sólido.

En la lluvia, lagos, mares, océanos y en el rocío, entre otros, aparece en estado líquido, y las
nubes y el vapor manifiestan el estado gaseoso.

La gravedad genera que se acumule en las partes libres de las rocas y debajo de la superficie,
conformando depósitos de agua subterránea que saben abastecer pozos, manantiales y el curso
de algunas aguas como son los arroyos y que ayudan en épocas de sequía.

De la corteza o superficie terrestre forma parte también el suelo y respecto de su espesor


resulta ser relativamente fina, oscilando entre 7 km., en el fondo oceánico, y 70 km. en
aquellas zonas montañosas de los continentes.

Los elementos más característicos y abundantes son el aluminio, el magnesio, el oxígeno y el


silicio.
Procesos que la conformaron y clases
Cabe destacar, que el origen de la corteza terrestre es el resultado de procesos ígneos y que los
polos de la misma, se encuentran cubiertos por hielo sólido, en tanto, el interior se caracteriza
por ser geológicamente activo y dispone de una capa de manto sólido, un núcleo externo
líquido que provoca un campo magnético y un núcleo de hierro sólido en el interior.

Hay dos tipos de superficie terrestre: la corteza oceánica , que implica el 75 % de la superficie
planetaria total y dispone de tres niveles: nivel inferior o III, limita con el manto y está formada
por gabros y rocas plutónicas básicas; el nivel II de basaltos se sitúa sobre los gabros
mencionados; y sobre los basaltos se halla el nivel I conformado por los sedimentos.

Y por su lado, la corteza continental, es menos homogénea que la anterior ya que la conforman
rocas de diferentes orígenes y es menos delgada.

Características del planeta tierra y evolución


El planeta tierra es el más rocoso entre sus pares y fue creado hace unos cuatro millones y
medio de años y se forma junto a todo el sistema solar.

Al comienzo era fría pero la contracción de los materiales que la componían y la radiactividad
de algunos elementos hicieron que su temperatura se elevase.

La gravedad también hizo lo propio y diferenció la corteza del manto y el núcleo.

Debemos decir también que la tierra está rodeada por un potente campo magnético, podríamos
ponerlo en términos que la tierra tiene un enorme imán interno.

En la misma se distinguen montañas, ríos, mesetas, llanuras, desiertos, selvas, entre otros, que
son los que delinean y caracterizan la forma que ostenta.

Pero la tierra tal como se presenta hoy dista mucho de tener el aspecto que disponía cuando
nació, porque en aquellos tiempos era solamente una acumulación de rocas conglomeradas que
cuando se calentó su parte interior terminó fundiendo todo el planeta.

Cuando pasa el tiempo, la corteza se seca y se vuelve sólida, en las partes más bajas se
acumuló el agua y por encima de la corteza se conformó una capa de gasas: la atmósfera.

En tanto, la formación del universo se produce hace unos trece mil años con la famosa
explosión que se conoce como Big Bang, cuya tremenda fuerza impulsó fantásticamente la
materia.

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Definición de Corteza Terrestre


Se conoce como corteza terrestre a la capa más superficial del planeta tierra, su espesor varía
de 5 km, en el fondo oceánico y 40 km, en las montañas. Entre los elementos más
característicos que conforman esta estructura se cuentan el silicio, el oxígeno, aluminio y
magnesio. En tanto, en esta, a su vez, se distinguen tres capas: la sedimentaria, granítica y
basáltica. Por el lado de la sedimentaria está compuesta por rocas sedimentarias que se
encuentran solo en los continentes y en aquellos fondos próximos al continente.

En el caso de la granítica, las que la componen son rocas similares al granito que formarán la
masa madre de aquellas zonas continentales emergidas. Entre esta capa y la siguiente se ubica
la discontinuidad de Conrad, que indica los límites entre la granítica y la basáltica y por último,
la basáltica, está conformada por rocas parecidas a los basaltos, esta es la capa
inmediatamente continúa a la tierra y la discontinuidad de Mohorovicic la separa del manto.

La corteza terrestre se divide en dos tipos, la oceánica y la continental. La oceánica representa


el 75 % de la superficie del planeta tierra, es mucho más fina que la continental y en ella se
reconocen tres niveles. El nivel más inferior o nivel III está conformado por gabros, rocas
plutónicas básicas y linda con el manto de la discontinuidad de Mohorovicic. Sobre estas rocas
se erige el nivel II de rocas basaltos, con la misma composición que la anterior, luego se
extiende una zona inferior compuesta por diques y la zona más superficial de este nivel está
conformada por basaltos almohadillados, que se formaron como consecuencia de la
solidificación de lava con agua oceánica. Y sobre los basaltos, entonces se erigirá el nivel I,
formado por sedimentos.

Y la continental ostenta una naturaleza menos homogénea y densa que la anterior por eso se
ubica encima de la oceánica, ya que entre su composición se encuentran rocas que provienen
de diversos orígenes, como ser las ígneas ácidas como el granito, acompañadas por una
importante masa de rocas metamórficas.

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Corteza Terrestre: Capas y


Composición
Por

Leonardo W Crick

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La corteza terrestre es la capa más externa de la Tierra. Esta formada


por una fina capa de roca sólida que contiene una gran cantidad de roca
fundida y se trata de una parte del planeta que se ha enfriado y
solidificado.

La Tierra consta de cuatro capas concéntricas: núcleo interno, núcleo


exterior, manto y corteza. Esta última se compone de placas tectónicas,
que están en movimiento constante.
La corteza de la Tierra tiene unos 30 km de espesor, aunque en el fondo
oceánico, el grueso de la corteza puede ser de 5 kilómetros. Toda la
corteza ocupa sólo el 1% del volumen de la Tierra y pueden dividirse en:
la corteza continental y la corteza oceánica.

Partes de la corteza terrestre

La corteza oceánica
La corteza oceánica es la parte de la corteza terrestre que cubre las
cuencas oceánicas. Se compone de rocas de color oscuro compuesto de
basalto.

Esta piedra se compone de silicio, oxígeno y magnesio siendo la densidad


de la corteza oceánica de aproximadamente 3,0 g / cm3, siendo su
densidad menor.

Esta diferencia en las densidades promedio permite que muchos


fenómenos naturales ocurran en y debajo de la superficie de la Tierra. La
corteza oceánica apenas flota en el manto y sufre un fenómeno peculiar.

Con la edad, la corteza oceánica reúne una capa de manto enfriado en la


parte inferior. Esto hace que la estructura de dos capas se hunda en el
manto caliente y fundido.

Una vez en el manto, la corteza oceánica se funde y se recicla a sí misma


y debido a este proceso hay una ausencia de corteza oceánica envejecida.
Este fenómeno está ausente o es raro en la corteza continental.

A su vez, el grosor de ambas cortezas también varía. Pero para la


oceánica, el espesor es de alrededor de 3 a 6 millas, ( de 5 a 10
kilómetros) siendo su corteza más delgada que la continental.

La corteza continental
La corteza continental representa el 40% de la superficie de la Tierr a y
se compone de roca de granito que es de color claro. Esta piedra es rica
en componentes como el silicio, el aluminio y el oxígeno.

La densidad de la corteza continental es mucho menor en comparación


con la corteza oceánica con un valor de 2,6 g / cm3. Debido a esta
diferencia en las densidades en el magma entre la corteza oceánica y la
corteza continental, los continentes permanecen en sus lugares,
permitiendo que ambas cortezas puedan flotar en el maga.

Sin embargo, la corteza continental flota mucho más libre en el magma.


En esta línea, la corteza continental es mucho más gruesa en comparación
la oceánica.

Tiene un espesor que varía entre 20 millas, (35 km). En las llanuras, hasta
40 millas, que es de unos 70 km en las montañas más altas.

Distribución
La corteza terrestre se divide en pedazos llamados placas. El calor que
sube y cae dentro del manto crea corrientes de convección generadas por
la desintegración radiactiva en el núcleo.

La función de las corrientes de convección es mover las placas para que


diverjan cerca de la corteza terrestre. Esto es, donde las corrientes de la
convección convergen, las placas se mueven la una hacia la otra.

El movimiento de las placas, y la actividad dentro de la Tierra, se llama


placas tectónicas y al moverse originan terremotos y volcanes.

El punto donde dos placas se encuentran se llama un límite de placa. Los


terremotos y los volcanes son más probables de ocurrir en o cerca en los
limites de éstas.
Asimismo, las placas de la Tierra se mueven en diferentes direcciones que
son las siguientes:

En un límite tensional, constructivo o divergente las placas se separan, en


un límite de compresión, destructivo o convergente, las placas se
desplazan una hacia la otra, en un límite conservador o de transformación
las placas se deslizan entre sí y e un límite destructivo también puede
llamarse límite de colisión.

Composición de la corteza
La corteza se compone de una variedad de rocas ígneas, metamórficas y
sedimentarias reunidas en placas tectónicas.

Estas placas flotan sobre el manto de la Tierra, y se cree que la convección


de la roca en el manto hace que las placas se deslicen alrededor. En
promedio, las rocas en la corteza duran alrededor de 2.000 millones de
años antes de que se deslicen debajo de otra placa y regresen al manto
de la Tierra.

Nuevas rocas se forman en las regiones de la corteza oceánica donde el


nuevo material se extrae de la tierra entre las placas que se separan. En
comparación, las rocas en los océanos tienen sólo 200 millones de años.

La temperatura de la corteza aumenta a medida que se profundiza en la


Tierra. Comienza en una temperatura fresca, pero puede llegar hasta 400
grados Celsius en el límite entre la corteza y el manto, mientras que la
corteza es rica en algunos elementos volátiles tales como los álcalis (Na,
K,Rb).

En general, la corteza está enriquecida por elementos incompatibles


(elementos concentrados en fundidos). Desde su composición, podemos
concluir que la corteza fue creada por el magmatismo.
El 98,5% de la corteza se compone de sólo 8 elementos y el oxígeno es el
elemento más abundante de ella. Como átomo grande, el oxígeno ocupa
el ~ 93% del volumen de la corteza.

Los elementos químicos presentes en el sistema solar, son los mismos que
componen la corteza terrestre pero en proporciones diferentes. La corteza
terrestre no tiene una composición uniforme. Por un lado, la corteza
continental es mucho más gruesa con mayor proporción de sílice y es más
liviana que la corteza oceánica.

En la corteza continental, los isotopos radioactivos se encuentran en


mayor proporción y la proporción de uranio/silicio es mil veces superior
que la del sistema solar. En la corteza oceánica, el número de isotopos
radioactivos es menor. El basalto, contiene una proporción de tan solo 0,5
o 0,6 partes por millón de uranio.

Más del 90% de la corteza se compone de minerales de silicato. La


mayoría de los silicatos abundantes son feldespatos (plagioclasa (39%) y
feldespato alcalino (12%)). Otros minerales comunes de silicato son el
cuarzo (12%) piroxenos (11%), anfiboles (5%), micas (5%) y minerales
arcillosos (5%).

El resto de la familia de silicatos comprende el 3% de la corteza aunque


sólo el 8% de la corteza se compone de no silicatos – carbonatos, óxidos,
sulfuros, etc. La plagioclasa es el mineral más importante de la corteza.
Es común en la roca ígnea máfica como la muestra de diabasa anterior.

Los fenocristales alargados blancos en masas basálticas más finas son


cristales de plagioclasa. Los cristales negros pertenecen al piroxeno
(mineral augita). Tanto la augita como la plagioclasa ocurren también en
la masa de tierra de grano fino. Los grandes cristales se formaron
lentamente antes de que el magma entrara en erupción y el resto se
solidificara rápidamente.
La plagioclasa es tan común porque las rocas basálticas y sus equivalentes
metamórficos están muy extendidos. La mayor parte de la corteza
oceánica está compuesta de rocas basálticas.

La olivina (verde) es más densa que la plagioclasa y el piroxeno (ambos


están presentes en la masa molida) y por lo tanto se hunde hasta el fondo
de los flujos de lava donde se forman las rocas acumuladas de olivina.

Los minerales de arcilla son demasiado pequeños para ser mostrados


individualmente, incluso con un microscopio de luz sólo verá barro o polvo
dependiendo de si estos minerales están húmedos o secos.

Los minerales de arcilla son silicatos que son el producto de la erosión de


otros minerales de silicato, en su mayoría feldespatos. La biotita es uno
de los dos principales minerales de mica. La otra es muscovita de color
claro.

Tipos de roca en la corteza terrestre


Hay tres tipos básicos de roca: ígneo, sedimentario y metamórfico.
Extremadamente comunes en la corteza terrestre, están las rocas ígneas
que son volcánicas y se forman a partir de material fundido.

Incluyen no sólo la lava arrojada desde los volcanes, sino también rocas
como el granito, que están formados por magma que se solidifica muy
bajo tierra. Típicamente, el granito compone partes grandes de todos los
continentes.

El lecho marino está formado por una lava oscura llamada basalto, la roca
volcánica más común. El basalto también se encuentra en los flujos de
lava volcánica, como los de Hawái, Islandia y grandes partes del noroeste
de Estados Unidos.

Las rocas de granito pueden ser muy viejas. Se cree que algunos granitos,
en Australia, tienen más de cuatro mil millones de años de antigüedad,
aunque cuando las rocas se ponen tan viejas, han sido alteradas lo
suficiente por fuerzas geológicas que es difícil clasificarlas.

Las rocas sedimentarias se forman a partir de fragmentos erosionados de


otras rocas o incluso de restos de plantas o animales. Los fragmentos se
acumulan en áreas bajas, lagos, océanos o desiertos, y luego se
comprimen de nuevo en roca por el peso de los materiales que los
recubren.

La piedra arenisca se forma de la arena, de las lodolitas y de la piedra


caliza de conchas marinas, de las diatomeas, o de las capas de minerales
que se precipitan fuera del agua rica en calcio.

Los fósiles se encuentran con mayor frecuencia en la roca sedimentaria,


que viene en capas, llamadas estratos. Las rocas metamórficas son rocas
sedimentarias o ígneas que han sido transformadas por presión, calor o la
intrusión de fluidos.

El calor puede venir de magma cercano o agua caliente penetrando a


través de aguas termales aunque también pueden provenir de
subducción, cuando las fuerzas tectónicas dibujan rocas profundamente
debajo de la superficie de la Tierra.

El mármol es piedra caliza metamorfoseada, la cuarcita es piedra arenisca


metamorfoseada, y el gneis, otra roca metamórfica común, que comienza
a veces como granito.

Los tipos de roca más abundantes en la corteza

Las rocas se dividen en tres grandes grupos: rocas ígneas, metamórficas


y sedimentarias. La corteza oceánica se compone en su mayor parte de
rocas ígneas basálticas que están cubiertas por una fina capa de
sedimentos que son más gruesas cerca de los márgenes de las masas
continentales.
La corteza continental es mucho más gruesa y más vieja auqnue es a su
vez mucho más variable y estructuralmente muy compleja.

Prácticamente todos los tipos de rocas conocidos por el hombre se


encuentran en la corteza continental. Incluso los meteoritos, los xenólitos
del manto y los ofiolitas (fragmento de la antigua corteza oceánica) son
constituyentes de la corteza continental.

Casi tres cuartas partes de la corteza continental están cubiertas por rocas
sedimentarias y casi todas están cubiertas por sedimentos sueltos (tierra,
arena, tierra, etc.).

Es importante entender que a pesar de ser tan ubicuos en la superficie,


constituyen sólo alrededor del 8% de toda la masa de la corteza. Los
sedimentos se consolidan en las rocas sedimentarias y la arena se
convierte en piedra arenisca, limo de barro a piedra caliza, arcilla a arcilla.

Las rocas sedimentarias son estables sólo en las partes superiores de la


corteza. El grueso de la corteza continental está hecho de rocas
metamórficas. Las rocas ígneas también son comunes en la superficie en
regiones volcánicamente activas, pero también se encuentran más
profundamente en la corteza como intrusiones graníticas (en su mayoría).

Los sedimentos más importantes son la arena, la arcilla, el barro (mezcla


húmeda de arcilla y arena fina) y el fango calcáreo. Las rocas
sedimentarias generalizadas son la caliza (2% de la corteza por volumen),
arenisca (1,7%), arcilla (4,2%) que son versiones litificadas de los
sedimentos sueltos mencionados anteriormente.

También son importantes los sedimentos químicos como halita y yeso,


pero su volumen total es claramente inferior al 1% de la corteza. Las rocas
ígneas importantes son granito, granodiorita, gabro, basalto, diorita,
andesita, etc.
Es muy difícil decir cuál es el porcentaje de estas rocas pero las rocas
metamórficas importantes son metamorfoseados de rocas sedimentarias
e ígneas extensas.

En esta línea, las rocas metamórficas comunes son la pizarra (piedra


arcillosa metamorfoseada), el esquisto (arcilla metalizada, grado superior
que la pizarra), cuarcita (piedra arenisca), mármol (caliza), gneis (roca
ígnea o rocas sedimentarias), anfibolita ( rocas basálticas).

Distribución global
El mapa de las masas terrestres muestra que la corteza oceánica ocupa la
mayoría de la superficie de la Tierra, y que la corteza continental se
encuentra en el hemisferio norte.

La corteza continental (sial) es mucho más gruesa bajo cadenas


montañosas que bajo áreas planas y cree que la corteza oceánica (sima)
yace, por el contrario, debajo de los continentes también formando los
pisos oceánicos.

L a Gran Enciclopedia Ilustrada del Proyecto Salón Hogar

La Corteza Terrestre

Desde sus orígenes, nuestro planeta está compuesto de diversas capas que se
formaron mientras los materiales pesados caían hacia el centro y los más ligeros
salían a la superficie. Entre algunas de las capas se producen cambios químicos o
estructurales que provocan discontinuidades. Los elementos menos pesados, como
silicio, aluminio, calcio, potasio, sodio y oxígeno, componen la corteza exterior.

Las placas que forman la corteza terrestre se encuentran flotando sobre materiales
pastosos sometidos a fuertes presiones. Se desplazan lentamente las unas con
respecto a las otras. En el pasado estuvieron unidas, después se separaron formando
los actuales continentes.

Debido a estos movimientos y a la presión sobre los materiales internos, se producen


diversos fenómenos: plegamientos del terreno, fallas, grietas, volcanes y terremotos.
Vivimos sobre una superficie que, lejos de permanecer estable, va cambiando a lo
largo del tiempo.

El estudio de los terremotos ha permitido definir el interior de la Tierra y distinguir tres


capas principales, desde la superficie avanzando en profundidad, en función de la
velocidad de propagación de las ondas sísmicas. Dichas capas, apreciables en un
corte transversal, son: corteza, manto y núcleo. También la información que nos
proporcionan los meteoritos puede ser de gran utilidad para conocer la composición
de los materiales del interior de la Tierra.

Los métodos de datación sitúan la edad de algunos meteoritos en unos 4500 millones
de años coincidente con la edad de la tierra. Se cree que la composición de muchos
meteoritos es idéntica a la de algunas capas del interior terrestre. (foto arriba: cráter
en Arizona por el impacto de un un meteorito, tiene aproximadamente 1,5 Km. de
diámetro, y se cree que su masa era de 300.000 ton. y viajaba a una velocidad de
60.000 Km/h.)

La corteza

Con el nombre de corteza se designa la zona de la Tierra


sólida situada en posición más superficial, en contacto directo
con la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. La corteza
terrestre presenta dos variedades: corteza oceánica y corteza
continental.

La corteza oceánica

La corteza oceánica tiene un grosor aproximado de 10 km; no


obstante, esta cifra decrece notablemente en determinados
puntos del planeta, como en el rift valley, en el área central de
las dorsales oceánicas, donde alcanza un valor prácticamente
equivalente a O. En dicha zona, el magma procedente del
manto aflora directamente. En la corteza oceánica se pueden
distinguir diversas capas. Los sedimentos que forman la
primera tienen un espesor situado entre 0 y 4 km; la velocidad media de propagación
de las ondas sísmicas alcanza los 2 km/s. A continuación se localiza una franja de
basaltos metamorfizados que presentan entre 1,5 y 2 km de grosor; la velocidad de
las ondas es en este punto de 5 km/s. La tercera capa de la corteza oceánica,
formada por gabros metamorfizados, mide aproximadamente 5 km; en ella, la
velocidad media queda comprendida entre 6,7 y 7 km/s. Cabe mencionar una última
parte, donde se registra la máxima velocidad (8 km/s); está constituida por rocas ultra
básicas cuyo espesor ronda el medio kilómetro.

La corteza continental

Con un espesor medio de 35 km, la corteza continental incrementa notablemente este


valor por debajo de grandes formaciones montañosas, pudiendo alcanzar hasta 60-70
km. Aparece dividida en dos zonas principales: superior e inferior, diferenciadas por la
superficie de discontinuidad de Conrad. En este plano existe un brusco aumento de la
velocidad de las ondas sísmicas, que, no obstante, no se registra er~ todos sus
puntos. Consecuentemente, puede afirmarse que no hay una separación nítida entre
ambas capas. La corteza superior presenta una densidad medía de 2,7 kg/dm3 y, en
el continente europeo, su espesor medio se sitúa en algo más de 810 km. Los
materiales que la constituyen son rocas sedimentarias dispuestas sobre rocas
volcánicas e intrusivas graníticas. La corteza inferior contiene rocas metamorfizadas
cuya composición es intermedia (entre granito y. diorita o gabro); su densidad
equivale a 3 kg/dm3.

El manto

En un nivel inmediatamente inferior se sitúa el manto terrestre, que alcanza una


profundidad de 1900 km. La discontinuidad de Mohorovicic, además de marcar la
separación entre la corteza y el manto terrestres, define una alteración en la
composición de las rocas; si en la corteza —especialmente en la franja inferior— eran
principalmente basálticas, ahora encontramos rocas mucho más rígidas y densas, las
peridotitas. Hay que hacer notar que la discontinuidad de Mohorovicic se encuentra a
diferente profundidad, dependiendo de que se sitúe bajo corteza oceánica o
continental. El manto se puede subdividir en manto superior e inferior.

El manto superior se prolonga hasta los 650 o los 700 km de profundidad. En este
punto, la velocidad de las ondas sísmicas se incrementa, al aumentar la densidad. A
su vez, en el manto superior pueden diferenciarse dos regiones; en la superficial, el
incremento de velocidad es constante con relación a la profundidad, mientras que en
la inferior la velocidad decrece súbitamente. Como resultado de la fusión que
experimentan las peridotitas en esta última capa, su rigidez disminuye con relación a
la capa superior.
El grosor del manto inferior varía entre 650-700 km —bajo la astenosfera— y 2.900
km —en la discontinuidad de Gutenberg, que marca la separación entre el manto y el
núcleo—. En la parte interna de esta capa, tanto la densidad —que pasa de .4 kg/dm3
a 6 kg/dm3, aproximadamente— como la velocidad aumentan de manera constante.

El núcleo

Los principales elementos constitutivos del núcleo terrestre son dos metales: hierro y
níquel. A partir del límite marcado por la discontinuidad de Gutenberg, la densidad
experimenta un súbito aumento, desde 6 a 10 kg/dm3, aproximadamente. Por otra
parte, la velocidad de las ondas sísmicas primarias experimenta un rápido descenso
—se pasa de 13 km/s a 8 km/s—, al tiempo que no se registra propagación de ondas
secundarias hasta profundidades de 5.080 km. En este último punto, conocido como
discontinuidad de Lehmann, la velocidad de las ondas primarias vuelve a
incrementarse, situándose en torno a los 14 km/s en el centro del globo terrestre.

Existe un núcleo superior y un núcleo inferior; el primero, con ausencia de ondas


secundarias, aparece fundido, mientras que el segundo se encuentra en estado
sólido.

La investigación de los fondos oceánicos

La aplicación de grandes avances tecnológicos al estudio de los océanos ha


permitido, en las últimas décadas, conocer a fondo aspectos enormemente relevantes
de su geología y su morfología. Como resultado, existen en la actualidad mapas
precisos de los fondos oceánicos. Elementos característicos de la geografía
submarina son los márgenes continentales, las cuencas oceánicas y las dorsales.

Los márgenes continentales

La prolongación de los continentes por debajo del nivel del mar constituye los
márgenes continentales, formados por corteza continental. Se distinguen tres zonas
principales: la plataforma, el talud y la elevación.

La plataforma continental, una zona que se inclina paulatinamente hasta llegar al


talud, puede no presentarse o, por el contrario, alcanzar una extensión de cientos de
kilómetros. Aparece recubierta por materiales resultantes de la erosión de la tierra
emergida, que han sido transportados por los cursos fluviales.
En torno a —200 m aparece el talud, una pendiente horadada por los denominados
cañones submarinos, por los que «viajan» sedimentos procedentes de la plataforma o
bien consecuencia de grandes desprendimientos submarinos provocados por los
terremotos. La acumulación de sedimentos determina el surgimiento de abanicos, por
la forma que adquiere el depósito, que conforman la elevación continental, a veces
muy extensa pero generalmente con poca pendiente.

Las cuencas

Las cuencas, cuya profundidad puede superar los 4.000 m, están formadas por
corteza oceánica. En ellas pueden individualizarse diversas formas, desde antiguos
volcanes, que hoy son montañas submarinas, hasta áreas deprimidas de perfil
estrecho y alargado, las denominadas fosas oceánicas, que marcan el punto de
contacto entre las placas litosféricas.

Las dorsales oceánicas

Por su parte, las dorsales oceánicas son cadenas montañosas de considerable


longitud —de hecho, las más largas del planeta—, que se extienden de forma
ininterrumpida por los océanos, a través de unos 80.000 km; su anchura es de 2 .000
km aproximadamente. Están formadas por crestas de origen volcánico, con una
altitud media aproximada de 2.000 m sobre el fondo. No obstante, en algunos puntos
de la Tierra, por ejemplo en Islandia, pueden llegar a emerger. Las dorsales, centro
de actividad sísmica de notable intensidad, aparecen cortadas por numerosas fallas
de gran tamaño, denominadas fallas transformantes.

LITOSFERA Y ASTENOSFERA

La franja superior de la superficie terrestre se encuentra dividida en dos partes:

• La litosfera, formada por la corteza y la zona externa del manto superior, es bastante
rígida, presenta aproximadamente 100 km de espesor y en ella, la velocidad de las
ondas sísmicas aumenta constantemente en función de la profundidad.

• La astenosfera es la franja inferior del manto superior, que se encuentra fundida


parcialmente. Se extiende hasta los 400 km, punto en el que el manto recupera sus
características de solidez y rigidez, puesto que la velocidad de las ondas sufre una
nueva alteración muy brusco.
MODELOS DE LA ESTRUCTURA DE GEOSFERA
Al interior de la tierra también se la conoce con el nombre de geosfera, y si se intenta
hacer un estudio directo, solo se puede profundizar un pocos kilómetros, por lo que
son necesarios métodos indirectos. Acá se presentan los dos modelos que intentan
explicar como es la estructura interior de nuestro planeta.

Está claro que el interior terrestre está formado por varias capas, y en esto coinciden
todos los modelos. Pero las investigaciones sobre el interior de la Tierra se han
centrado en dos aspectos. en la composición de los materiales que forman las
distintas capas del planeta y en el comportamiento mecánico de dichos materiales (su
elasticidad, plasticidad, el estado físico...)

Por eso, se distinguen dos tipos de modelos que presentan diferentes capas, aunque
coinciden en muchos puntos: el modelo estático y el modelo dinámico.

Capas en el modelo estático

La corteza es la capa externa de la Tierra. Se diferencian dos partes: la corteza


continental, con materiales de composición y edad variada (pueden superar los 3.800
millones de años) y la corteza oceánica, más homogénea y formada por rocas
relativamente jóvenes desde un punto de vista geológico.

Por debajo de la corteza se encuentra el manto, mucho más uniforme, pero con dos
sectores de composición ligeramente distinta: el manto superior, en el que destaca la
presencia de olivino, y el superior, con materiales más densos, como los silicatos.

Por último, la capa más interna es el núcleo, que se caracteriza por su elevada
densidad debido a la presencia de aleaciones de hierro y níquel en sus materiales. El
núcleo interno podría estar formado por hierro puro.

Capas en el modelo dinámico

La capa más externa es la litosfera, que comprende la corteza y parte del manto
superior. Es una capa rígida. La litosfera descansa sobre la astenosfera, que equivale
a la parte menos profunda del manto. Es una capa plástica, en la que la temperatura y
la presión alcanzan valores que permiten que se fundan las rocas en algunos puntos.

A continuación se encuentra la mesosfera, que equivale al resto del manto. En la


zona de contacto con el núcleo se encuentra la región denominada zona D”, en la que
se cree que podría haber materiales fundidos. La capa más interna es la endosfera,
que comprende el núcleo interno y el núcleo externo. Los estudios de propagación de
las ondas sísmicas han puesto de manifiesto que la parte externa de la endosfera (el
núcleo externo) está compuesta por materiales fundidos, ya que en esa zona se
interrumpe la transmisión de algunas de las ondas.

El Suelo
Se conoce como suelo la parte superficial de la corteza terrestre conformada por
minerales y partículas orgánicas producidas por la acción combinada del viento el
agua y procesos de desintegración orgánica.

Los suelos no siempre son iguales


cambian de un lugar a otro por razones
climáticas y ambientales, de igual forma
los suelos cambian su estructura, estas
variaciones son lentas y graduales excepto
las originadas de desastres naturales.

En el planeta Tierra, el suelo es


fundamental como recurso natural
renovable de él depende en gran parte la
actividad agropecuaria.
El suelo está formado por varios componentes: rocas, arena, arcilla, humus o materia
orgánica en descomposición, minerales y otros elementos en diferentes proporciones.

El conjunto de alteraciones que sufren las


rocas, hasta llegar a constituir el suelo, se
denomina, meteorización;�proceso que
consiste en el deterioro y la transformación
que se produce en�la roca al
fragmentarse por acción de factores
físicos, químicos, biológicos y geológicos.

Factores físicos: las grandes rocas


sometidas a la acción del hielo, la lluvia,
los vientos, las variaciones de temperatura
y muchos otros factores, se rompen,
formando rocas cada vez más pequeñas.

La Litosfera hace millones de años, era


sólo un conjunto de valles y montañas
rocosas y la vida sólo existía en las
aguas.� Gracias a la acción de los
vientos, la lluvia, sismos intensos y el
deshielo, grandes masas de rocas se
rompieron y al caer de las montañas se
desmenuzaron en partes más pequeñas
que se acumularon en los valles.

En esta etapa de meteorización, las rocas


sufrieron principalmente cambios físicos.

Factores químicos: los minerales de las rocas, al entrar en contacto con el agua o el
aire, se disuelven o se oxidan, dando origen a sustancias con propiedades diferentes
a las de los minerales primitivos.�
Entre�las piedras del suelo, se fue infiltrando el agua y el aire. El agua comenzó a
disolver diferentes materiales, a mezclarlos, y el oxígeno del aire a su vez, inició su
oxidación logrando entre ambos, una lenta descomposición de las rocas y la
formación de nuevos compuestos de pequeño tamaño y espesor. En esta etapa de
meteorización, las rocas sufrieron cambios químicos.

Factores geológicos:
Los terremotos, movimientos sísmicos,
derrumbes y temblores son los principales
factores geológicos que causan cambios
bruscos en el relieve, por consiguiente el
factor geológico es de suma importancia
en la formación del suelo, éste afecta la
erosión y deposición del material rocoso.
Perfil del suelo
Los suelos no son todos iguales entre sí, porque varía la cantidad y calidad de
partículas minerales y orgánicas que los componen.

El análisis del espesor y características de las diferentes capas que constituyen


la Litosfera se denomina perfil del suelo. El perfil típico de un suelo comprende tres
capas principales (suelo, subsuelo y roca madre) llamadas también horizontes.

Estas tres capas son:

Horizonte A o suelo: está formado por


partículas muy pequeñas de minerales y
abundante humus o materia orgánica. Su
color es oscuro. Es la parte de
la Litosferaapta para el cultivo. El
Horizonte A puede desaparecer fácilmente
a causa de la erosión, la tala y la quema
de la vegetación.

Horizonte B o subsuelo: se encuentra


debajo del suelo. Está formado casi
exclusivamente por piedras medianas y
pequeñas. Posee además, cantidades
muy pequeñas de materia orgánica
proveniente, casi exclusivamente, de la
descomposición de raíces profundas.
Horizonte C o Roca Madre: es la capa
más profunda de la Litosfera. Compuesta
por rocas de gran tamaño, que según se
desintegren a causa de factores físicos y
químicos, van originando el subsuelo y el
suelo. En esta capa no hay vida.

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