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ADICCIONES Y BÚSQUEDA ESPIRITUAL

Reseña del programa:


La espiritualidad le da conciencia y trascendencia al Ser Humano, en el
caso de la enfermedad de la adicción la espiritualidad abre un camino a la
recuperación

Destinatarios:
Personas interesadas en el desarrollo humano, el autoconocimiento, la
autoconciencia y la experiencia espiritual.

Objetivo:
El participante explorara las distintas dimensiones de la persona para
iniciar o reforzar un proceso de recuperación o bien de autodescubrimiento.

Temas:
•Espiritualidad y el Ser Interior
•Urgencia de la Espiritualidad
•Qué es la espiritualidad
•Lo espiritual
•Espiritualidad y Relaciones de Pareja
•Consolación y Desolación
•El proceso del perdón
•Por la ruta de la espiritualidad
•Espiritualidad y elaboración del proyecto de vida
•La espiritualidad en el programa de los doce pasos
+LOS NIVELES LÓGICOS DE LA RECUPERACIÓN.
*ITINERARIO ESPIRITUAL de los 12 pasos..

Duración
10 hrs.

Fecha:
Viernes 13 – sábado 14 de Mayo del 2011

Horario: Viernes 16:00 – 21:00 hrs


Sábado 09:00 – 14:00 hrs..

Lugar:
Universidad Don Vasco.

INTRODUCCIÓN:
La vida en las grandes ciudades nos conduce a entrar en un
determinado estilo de vida urbana y encarrilarnos hacia un ritmo acelerado y
estresante.

Tomando como referencia mi propia historia, las observaciones de mi clínica


profesional y lo que escucho y veo que acontece en el mundo, me atrevo a
decir que la raíz del mal-estar humano radica en su propio desarraigo natural,
debido a la ruptura y a la separación del hombre con la naturaleza y su
destierro a un medio artificial y complejo. De esta brecha nace el
desgarramiento corporal, alterando los ritmos biológicos y alienando a la
persona en relación con su entorno. Esta ruptura externa, por extensión nos
conduce a activar nuestros conflictos internos, provocado una desgarradura
entre lo que sentimos y lo que pensamos y cómo resultado se produce una
lucha permanente entre los instintos de vida y el mundo de los pensamientos,
de las imágenes, de los ideales, etc.

El aspecto social es un factor importante en las problemáticas adictivas, pero


no es determinante. El problema básico de las adicciones es personal, el
aspecto social lo activa y lo intensifica. Entonces, ¿para qué una persona se
droga? Fundamentalmente para llenar de maneras diferentes sus vacíos y
carencias afectivas.

Primeramente, quisiera hacer una distinción entre drogas y adicciones.


La primera se refiere a la ingestión de cualquier tipo de substancia en el
cuerpo, alterando su funcionamiento a corto, a medio o a largo plazo. Por
ejemplo: el tabaco, el alcohol, los psicofármacos, la heroína, la cocaína, etc.

Por otra parte, las adicciones además de referirse a las diferentes


substancias tóxicas, incluyen otras formas compulsivas de actuación, cómo las
ludopatía, y también la dependencia de ciertas personas; ante la dificultad de
vivir solos.

Si una persona necesita de manera compulsiva e imperante cualquiera de


estos tres factores, significa que la vida se le hace insostenible necesitando
imperiosamente poseer algo para colmar su vacio y así, calmar su ansiedad.

La tendencia que tienen la mayor parte de los adictos es buscar algo, o


alguien de afuera que les saque de su sufrimiento, aburrimiento, soledad y/o
confunsión mental. Sin embargo en esta búsqueda imperiosa por encontrar
algo que calme su tensión, caen en un patrón compulsivo repetitivo de :

Necesidad/tensión (droga) Satisfacción/placer (ingestión) Vacío/enfermedad

Este ciclo sin fín (necesidad-satisfacción-vacío) está alimentado de


forma pasiva por un gran número de terapias, desde las más clásicas y
conocidas como pueden ser la medicina y la psiquiatría; al igual que algunas de
las terapias alternativas actuales como la acupuntura, los diferentes tipos de
masaje, las flores de bach, la homeopatía, las técnicas de autoayuda, etc. que
tienen como objetivo disminuir las tensiones físicas y/o psíquicas,
reorganizando temporalmente las disfunciones energéticas (del sistema
nervioso vegetativo). La diferencia de estas últimas con respecto a las
anteriores es que son tratamientos no agresivos y por tanto no generan efectos
secundarios, así como ocurre con los psicofármacos.

Mi tarea como psicoterapeuta en Análisis Bioenergético no se basa


solamente en ayudarles a distender las tensiones, a pesar de que les pueda
proporcionar una sensación agradable y les sirva para llenar temporalmente su
vacío interior, esta ayuda es necesaria pero no suficiente. En el momento que
se disipe la "anestesia", volverá nuevamente la sensación de vacío y/o de
sentirse que les falta algo (un cigarrillo, una copa de alcohol, una pastilla para
los nervios o para adelgazar, etc.)

Para salir del circulo vicioso que les crea su dependencia adictiva, es
necesario que exploren y descubran las fuentes que alimentan su sufrimiento y
que habitan en su cuerpo. ¿Cómo les ayudo y acompaño en esta búsqueda de
expresión, compresión y aceptación de sus carencias dolorosas ?

De manera activa, pero respetuosa, adaptándome a los ritmos del


paciente y explicándole que su actitud pasiva- demandante le impide salir de
ese círculo vicioso-adictivo. A partir de aquí, el proceso terapéutico consiste en
que perciba lo qué está haciendo con su cuerpo y que sienta cómo lo habita.
Es un trabajo muy vivencial, donde participan: el cuerpo, a través de la
expresión de las emociones que están retenidas por las tensiones y defensas
psicocorporales y la mente, por medio de la palabra para comunicar, dar
sentido y significado a las vivencias y su posterior comprensión e integración
psicocorporal. Todo esto, vivido en la relación clara y respetuosa entre paciente
y terapeuta.

Es así, como el Análisis Bioenergético ayuda a la persona adicta a


aceptar e integrar su falta. Paradójicamente, ocurre que este vacío se llena,
transformándose en un sentimiento de autoposesión. Esto permite hacer frente
y regular de manera creativa y sana las dificultades que antes al paciente le
resultaban infranqueables, viviéndolas con angustia y desesperación.

Ya antes de los años 30`s, S. Freud propone una relación entre la adicción y la
espiritualidad. Se trata de una correspondencia que hace el padre del
psicoanálisis entre los narcóticos y los consuelos religiosos, la adicción y la
religiosidad.

“Evidentemente, el hombre se encontrará así en una difícil situación: tendrá


que confesarse su total desvalimiento, su nimiedad dentro de la fabrica del
universo; dejará de ser el centro de la creación, el objeto de los tiernos
cuidados de una providencia bondadosa.”

Pareciera que el hombre no puede abstenerse del consuelo de la ilusión


religiosa tanto como del uso de sustancias adictivas. La una como las otras
están siéndole precario soporte para intentar tolerar la realidad, las fallas, los
límites, el fin.

Es en la adolescencia, esta etapa que en algunos, cada vez mas, es temprana


en comenzar (9/ 10 años) y tarde en finalizar (35/45 años), donde el sujeto
debería poder ya valerse y cuidarse por si mismo que aparecen junto con el
consumo y el abuso, las adicciones. Esto, que suena muchas veces como una
sola cosa, no lo es. El consumo no es lo mismo que el abuso y el abuso no es
lo mismo que la adicción. El consumo continuo puede llevar a la satisfacción
sustitutiva; el abuso en cambio conduce al total aturdimiento, a la absoluta
insensibilidad y puede terminar con la vida. Pero la adicción es otra cosa, La
“a-dicción es, en tanto acto, una puesta en juego del destino del sujeto. No
importa ya que es lo que el “a-dicto” no puede decir acerca de si mismo, no se
trata de silencio de palabras, sino del lugar que ocupa en el destino de si
mismo cada uno de estos seres humanos. Así entonces, los narcóticos, a los
que Freud llamó, irónicamente, “quitapenas”, ocupan un lugar deferente para
cada sujeto, dependiendo de su estructura, de su historia, del lugar desde
donde pueda posicionarse frente estas sustancias.

El propósito de Freud al escribir en 1927 “El porvenir de una ilusión”, texto al


que he hecho antes referencia, fue señalar, tal como el lo expresa
textualmente, que “Salir del infantilismo es la única manera de saber contar con
las propias fuerzas, saber trabajar cada uno en su parcela en esta tierra para
nutrirse”. Como si el gran maestro del psicoanálisis lo hubiese escrito ayer
refiriendo ha los eternos adolescente, de 20, de 30, de 40 años o de
mas….como si estuviera asistiendo a la negación de estos sujeto a dejar su
pueril posición para comenzar a ser adultos, asistiendo a como toman por
subrogado de la protección paterna a la droga de la que no pueden tampoco
despegar.

Lo cierto es que, para concluir estas breves líneas, no puedo mas que volver a
citar este genial texto en otra de sus frases que define lo que yo entiendo como
el camino a trabajar para que el hombre deje de estar preocupado por si
avanza o no avanza la droga y pase a ocuparse de como “Deberá perder sus
esperanzas en el más allá, y concentrando en la vida terrenal todas las fuerzas
así liberadas, logrará probablemente que la vida se vuelva soportable para
todos y la cultura no sofoque a nadie más”

Biliografía
Freud, Sigmund: El porvenir de una ilusión (1927), Ediciones Amorrortu,
Tomo XXI, Buenos Aires, 1976.

ADICTO UNA VEZ, ADICTO PARA SIEMPRE, ESTAS RECAIDO


Existe la posibilidad real de recuperarse de la adicción a drogas?

Espiritualidad y adicción

ESPIRITUALIDAD Y ADICCIÓN
La espiritualidad es un factor esencial en el estudio de la adicción; está
íntimamente relacionada con la mera raíz, con la naturaleza misma de la
adicción. Todo programa para el tratamiento de adicciones tiene que apoyarse
en la espiritualidad para poder tener éxito; éste es otro hecho ignorado por los
profesionales de la medicina que comparten la opinión que todos estos
programas no tienen base sólida; sin embargo, envían a sus clientes a ellos,
sin respetar la dimensión espiritual, pensando que cualquier cosa es mejor que
continuar alcoholizándose.

Es decir que existe este tipo de actitud condescendiente a pesar de que los
programas de 12 pasos ofrecen un servicio altamente efectivo que ayuda a
muchas personas en todo el mundo. Otro punto que es ignorado es el hecho
que estos programas de 12 pasos constituyen además un sistema de
comunidades espirituales muy exitoso, de apoyo mutuo, que están vigentes por
más de medio siglo y que han logrado evitar los errores y los escándalos que
han destruido a muchos grupos religiosos y lastimado a otros, incluso a la
iglesia cristiana.

David Steindi-Rast, un monje benedictino, señala sobre espiritualidad y


adicción; sus primeros comentarios fueron que, en su opinión, la organización
AA (Alcohólicos Anónimos) se parece más a la iglesia que Cristo hubiese
querido ver que a lo que se ha vuelto la iglesia cristiana actual. La creciente
popularidad de de programas, no sólo el AA o NA (Narcóticos Anónimos), sino
que se ha extendido a otras áreas como el sexo, las relaciones, la obesidad, el
juego, la codependencia, etc. Quizá haya más de 200 tipos de estos
programas.

Para el tratamiento de adicciones, la espiritualidad es básica; aquí radica el


cisma entre los programas de 12 pasos, en su mayoría administrados por para-
profesionales, con raras excepciones, y la comunidad académica;
generalmente ésta rechaza el énfasis de estos programas en lo espiritual. Por
eso creo que es importante clarificar el tema de espiritualidad y reformularlo de
manera que sea compatible con lo mejor de la ciencia, es decir, crear un tipo
completo de tratamiento que incluya a la espiritualidad en vez de tratarla como
algo extraño.

Para realizar esto se necesita definir la espiritualidad como algo que no está
conectado con, ningún credo, iglesia o afiliación religiosa, sino más bien simple
mente como un "poder más alto" o como Dios en la forma en que uno lo pueda
comprender. Muchos de los puntos señalados en los programas de 12 pasos
están perfectamente apoyados por las investigaciones modernas sobre los
estados de conciencia, así como por la psicología transpersonal.

La psicología transpersonal sostiene que todo ámbito de interacción humana


puede convertirse en un espacio propicio para el crecimiento de sus
protagonistas. Numerosas investigaciones en todo tipo de entornos (familiares,
educacionales, empresariales) han demostrado que aquellos espacios en los
que se aplican los principios del Desarrollo Personal e Interpersonal se
convierten en terrenos fértiles para el aprendizaje, la excelencia profesional y
ética, la salud, la productividad y el progreso individual, organizacional y social.
Por el contrario, se ha demostrado que los ámbitos no - humanizados además
de dificultar la realización de logros individuales y grupales son generadores de
frustración, enfermedad y deterioro social.

Encuadrada en el movimiento de la Psicología Humanista, la corriente


Transpersonal comparte la visión esperanzada del ser humano que tiende a su
autorrealización, no como individuo sino con recursos saludables para su
desarrollo óptimo a través de la integración cuerpo, mente, emociones y
espíritu, así como para la convivencia sana con su entorno social (familia,
pareja, comunidad, trabajo, etc.).

A Carl Gustav Jung se le considera como uno de los antecesores de la


psicología transpersonal. Jung fue también el antecesor de AA y desempeñó un
papel crítico en el desarrollo de los programas de 12 pasos. Esto está
demostrado por su correspondencia con Bill Wilson. Lo que encontramos en
esta correspondencia es que Wilson dio crédito a Jung en este sentido; aquí
cito dicha correspondencia:

"Como Ud. verá claramente, esta cadena de sucesos increíbles comenzó hace
mucho tiempo en su cuarto de consultas, directamente basada en la humildad y
profunda percepción suyas; le aseguro que tiene Ud. una posición
predominante en los afectos y la historia de nuestra comunidad. Con mucho
agradecimiento, William Wilson"

El inicio de la cadena de sucesos a que se refería, es el caso de un paciente


alcohólico que tenía Jung, mencionado como Roland H. Tuvo éste una recaída;
volvió a Jung, el cual le dijo esencialmente que no podía hacer nada más en su
favor, que su caso no tenía solución y que su única salida era unirse a una
comunidad religiosa o espiritual donde pudiera exponerse a una experiencia
espiritual directa.

El paciente se unió entonces al llamado Grupo Oxford que tenía un énfasis de


entrega total, de confesionalismo, muy similar a los programas de 12 pasos; allí
tuvo su experiencia. La transmitió a amigos de su círculo, siendo uno de ellos
Bill Wilson, quien a su vez tuvo una experiencia espiritual propia muy intensa
en la habitación del hospital donde se encontraba, éste último tuvo la gran
suerte de estar bajo el cuidado de un profesional comprensivo que no le puso
etiquetas patológicas sino más bien le ofreció gran ayuda y apoyo. Así fue la
historia de esos contactos donde Wilson tuvo la idea de crear el AA.

Lo más interesante para nosotros en este contexto es el cambio que ocurre en


personas esencialmente ateas que experimentan una conversión religiosa; un
caso donde esto aparece es en los sermones de John Wesley cuando
describía el cielo y el infierno causando conversiones en algunos de los
feligreses. William James estaba muy al tanto de la importancia de la relación
entre el alcohol y la espiritualidad, así como de las conversiones religiosas y el
impacto que pueden tener en las personas con adicciones.
ADICCIÓN:
EGOCENTRISMO & ESPIRITUALIDAD

La adicción es una enfermedad crónica, con un sin fin de características que en


su conjunto desarman la personalidad del individuo, podríamos decir que es
una de las patologías más complejas que puede llegar a comprometer
seriamente el desenvolvimiento de una persona dentro de su entorno social,
léase, familia, trabajo, sociedad en general. "Al observar con lupa" la
personalidad de un adicto, nos encontramos con uno de los rasgos que
acentúan más el comportamiento degenerativo del individuo, y no es otro que
la parte espiritual, durante el tiempo de adicción "activa" el individuo va
desarrollando un deterioro de su espiritualidad a consecuencia de un elevado
egocentrismo. El adicto comienza a creer que el mundo gira a su alrededor ,
son sus deseos y demandas los únicos dignos de consideración, la mente
egocéntrica de un adicto cree que es capaz de conseguir todo lo que quiere si
la dejan actuar a su antojo, ese engaño de autosuficiencia total solo puede
florecer a gran escala en la mente enfermiza de un adicto, una estructura de
pensamiento de este tipo no puede concebir nada más grande ni más
importante que ella misma, son victimas de un agobiante engreimiento, la única
razón que motiva a una mente con esta patología a tratar con los demás es el
egoísmo, si, de querer lo que se quiere en el momento que se quiere, y nada
más; es una obsesión con él mismo que esta arraigada en el mismísimo
terreno de su vida. Cuando un adicto decide parar su consumo, y empezar un
proceso de recuperación se va a encontrar con un "espejo" que le hará ver de
que el mundo no gira a su alrededor, muchos están convencidos de que sus
sentimientos, deseos y necesidades son de suma importancia para todo el
mundo, es de entender, son años creyendo que es la única forma de vivir;
mientras el adicto insista en ser el centro del universo, mas se llenara de
insatisfacciones.

Es urgente revertir esta concepción de vida, como ya mencionamos hace falta


mucho más que simplemente le mera abstinencia, es vital abocarse a
desarrollar y practicar principios espirituales, es lo único que podrá con la
mente egocéntrica; en primer lugar permitirse creer en que algo superior a él
mismo puede guiar su vida, es simple solamente se plantea es que en el
individuo se de, el génesis de la "fe", que el crea en algo superior, en un dios,
tal cual como lo conciba. Seguidamente la práctica continúa de principios
espirituales, y los resumimos en tres, honestidad, buena voluntad y
receptividad; con la determinación de caminar agarrado de la mano de estos
principios no quedara espacio en la mente para pensamientos egocéntricos.
Estamos en la puerta de una solución que liberará al individuo de ese bloqueo
que no le permite ver la existencia del prójimo. Cuando se comienza a percibir
que se puede servir a los demás y no solo a él mismo, que en vez de pensar lo
que se puede sacar de una situación, se empieza a pensar en el bienestar de
los demás, cuando se enfrenta una situación que implique una decisión moral,
y se aprende a parar, recordar principios y actuar adecuadamente, se están
cambiando patrones de pensamientos poniendo en práctica la buena voluntad
que mencionamos anteriormente, "haciendo lo correcto por el motivo correcto".
Es un trabajo difícil, continuo, implica cambios de pensamientos, esto es
sencillamente poner en acción la intención de recuperarse.
ESPIRITUALIDAD: Es el ejercicio natural que todo ser con conciencia hace del
Vigor natural o fortaleza que alienta a obrar, manifestándolo en forma de
ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo, vivacidad e ingenio. (Wikipedia)

Espiritualidad y Recuperación

La espiritualidad es una área que siempre se impacta de una manera profunda


a lo largo del proceso adictivo. También es la que mas lentamente se recupera.
Su importancia radica en las funciones tan elevadas que se gestan en esa área
del ser, como lo son la capacidad de amar y la trascendencia.

Al intentar definir la espiritualidad, y para efectos prácticos, nosotros


utilizaremos el modelo de "constitución trascendente del ser humano" , que
nos señala al espíritu como: el aliento de la vida, lo que anima al cuerpo y a la
mente. De esta manera la espiritualidad puede ser definida como el estado de
funcionalidad de ese espíritu, especialmente en relación a sus tres
dimensiones: la personal, la interpersonal y la universal.

Para una buena salud espiritual es necesario que la persona mantenga una
relación adecuada con esto tres niveles.

De hecho la conección del espírtu con el universo (el inconciente colectivo de


Jung), o "factor transcendental" es la conección más importante pues, es a
través de esa relación, que la fuerza espiritual nutre el resto de las facetas del
ser. La conexión personal es la relación con el propio yo, y la relación
interpersonal es la manifestación de esa fuerza en nuestras relaciones. De esta
manera si hay una desconexión con la fuerza o factor trascendental, los otras
dos niveles estarán bloqueados también.

Las adicciones causan una desconexión con la realidad espiritual interior, y con
la fuerza trascendental universal. Esta desconexión no es inmediata sino
progresiva y puede ser reversible. Mientras más severa se vuelve la adicción,
más profunda es la desconexión espiritual interior. Esto a su vez funciona como
un círculo vicioso, pues el vacío interior resultante, predispone más aún al uso
como forma de llenar estos vacíos, pero esta es una solución temporal,
agravando la desconexión a largo plazo y reforzando la dependencia.

Una vez en recuperación la fuerza de la reconexión funciona a través de un


flujo natural. No es necesario trabajar en la reconexión, pues ella se da
espontáneamente. El trabajo de la recuperación consiste en trabajar en
nosotros y el entorno, para poder disminuir o remover los obstáculos que
bloquean ese flujo de reconexión interior.

No confundamos la espiritualidad con la religión o la religiosidad. La


espiritualidad es la esencia del ser. La espiritualidad es lo que mueve a una
persona a buscar significado en su vida. La religión se refiere más al conjunto
de dogmas, doctrinas y rituales que sirven de base para un modelo de relación
espiritual.

Se pueden definir tres instancias para poder entender la dinámica de la


espiritualidad:

1.- El elemento espiritual o "factor trascendental" o poder superior: es la


fuente de la fuerza espiritual. Lo que nos anima e impulsa a buscar y vivir una
vida con significado trascendental.

2.- La condición espiritual, se refiere a la relación entre el ser individual y el


elemento espiritual o poder superior.

3.- La disciplina espiritual, que es lo más cercano a la definición de religión.


El conjunto de rituales o prácticas destinadas a nutrir la relación espiritual.

Una religiosidad fuerte no garantiza una conección espiritual robusta, así como
la falta de religiosidad, no necesariamente esta asociada, a falta de
espiritualidad.

Cada persona desarrolla instintivamente una relación especial con el elemento


espiritual que es personal e íntima.

Los grupos de autoayuda, basados en los Doce Pasos, son una herramienta
poderosa en la disciplina espiritual de la persona en recuperación.

La participación en la propia religión o doctrina del adicto en recuperación, es


otra forma valiosa de disciplina espiritual que ayuda a nutrir la espiritualidad

Actividades relativas al arte, la vida familiar, la práctica de principios espirituales


en la vida diaria, son formas útiles de reforzar y compartir el crecimiento
espiritual.

En escencia la espiritualidad es un fenómeno íntimo y trascendente que es


vital para el desarrollo de una recuperación de calidad, y es además, fuente de
motivación para nuestra mision y búsqueda de significado en la vida.

Una vez que el crecimiento espiritual se fortalece se comienzan a notar algunos


cambios en la vida diaria del adicto en recuperación.

Algunos de las manifestaciones del crecimiento espiritual son:

1.- Adecuada capacidad de relacionarse y compartir, asi como servir a los


demas
2.- Serenidad interior que se refleja en las actuaciones y en la personalidad
individual.
3.- Capacidad de valorar lo cotidiano y lo que aprentemente es intrasendente.
4.- Capacidad de jugar y expresar sentimientos
5.- Disminucion del egocentrismo y de la necesidad de validacion externa
6.- Disminucion de la necesidad obsesiva e irazonable de control en las
relaciones personales
7.- Mayor dedicacion al servicio desinteresado.
8.- Confianza renovada en el provenir, percibiendo al universo como un sitio
amoroso y seguro.
9.- Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción,
como el dinero, sexo, prestigio o propiedades.
10.- Capacidad de maravillarse con la simplicidad.

Recuerde siempre que la razón última o el significado del desarrollo espiritual


es algo muy personal, pero nunca debe ser visto como el fín en sí mismo, sino
como un don que debe ser compartido para poder conervarlo.

Adicciones y espiritualidad
Filed under: Más allá del Ego by Hugo Basile — Deja un comentario agosto 23,
2008 por Stanislav Grof

Stanislav Grof, M.D., P.H.D., es psiquiatra con expenencia de más De 30 años


de investigación sobre estados no ordinarios de conciencia inducidos
porsustancias psicodélicas y varias técnicas sin drogas.Nació en Praga,
Checoslovaquia, donde también hizo sus estudios científicos -un grado M.D. en
la Escuela de Medicina de la Universidad de Charles y un grado P.H.D. en la
Academia Checoslovaca de Ciencias. Sus primeras investigaciones sobre el
uso clínico de drogas psicodélicas fueron llevadas a cabo en el Instituto de
Investigación de Praga, donde era el principal investigador de un programa
sobre el potenciaL heurístico y terapéutico del LSD y otras sustancias
psicodélicas. En 1967, fue invitado como miembro de investigación y clínico por
la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, MD. Al cabo de dos años decidió
quedarse en Estados Unidos y seguir su investigación como Jefe de
Investigación Psiquiátrica en Maryland y como profesor asistente en psiquiatria
en la Clínica Henry Phillips de la Universidad Johns Hopkins. En 1973, fue
invitado por el Instituto Esalen en Big Sur, Califomia, donde vivió hasta 1987 en
calidad de residente escolar escribiendo, dando seminarios y cursos, y
desarrollando con su esposa Christina, el Holotropic Breathwork, una forma
innovadora de psiquiatría experiencia. Fue miembro del Consejo de
Administración del Instituto.
Por ahora vive en MU Valley, CA, dirigiendo seminarios prácticos para
profesionales en trabajos de respiración holotrápica y psicología transpersonal
(Grof transpersonal training) y da cursos y seminarios en todo el mundo. Es
uno de los fundadores y jefes teóricos de la psicología transpersonal y
Presidente ftmdador de la International Transpersonal Association. En esta f-
tmción ha organizado conferencias internacionales en Estados Unidos India y
Australia.

Quisiera tratar ahora el tenía de las relaciones entre la espiritualidad y la


religión. Considero extremadamente importante que la diferencia entre ambas
quede bien clara, antes de proceder a considerar las conexiones entre ciencia y
espiritualidad, ya que la ciencia y la religión jamás se podrán sintetizar, pero
resulta en efecto muy fácil el sintetizar la ciencia con la espiritualidad. No
debemos confundirnos y pensar que el hecho que la investigación moderna
sobre estados d ‘ e conciencia y la psicología transpersonal re-descubrieran la
espiritualidad constituye un endoso a la religión convencional; fue más bien
sólo un re-descubrímiento de las experiencias espirituales, tales como la
experiencia de morir/renacer, de vidas anteriores, de unión con el universo, de
identificación con ciertos animales. Ya habremos visto durante la demostración
de respiración holotrópica que precedió a esta conferencia, el tipo de
experiencia que tuvieron algunos de los participantes, de identificación con la
naturaleza, con animales, y demás.
Estas experiencias frecuentemente traen con ellas información nueva sobre el
tema del que tratan: uno puede tener una experiencia transpersonal con un
león, y como resultado de ello aprender sobre los leones mucho más de lo que
aprenderíamos viendo una película o leyendo un libro sobre leones. 0 podemos
tener una experiencia “fuera de cuerpo” en la que viajamos y vemos lo que está
ocurriendo en otra habitación en este edificio, o algo que sucede a 200 millas
de distancia; es decir, se trata de experiencias válidas y legítimas que pueden
acarrear con ellas un gran volumen de información sobre el universo, que está
más allá de lo púramente intelectual y deben, en este sentido, ser tomadas en
serio.
Ahora bien, este tipo de experiencia transpersonal frecuentemente ocurre en
ámbitos religiosos místicos, o en órdenes monásticas, cuyos integrantes
practican por ejemplo la meditación, pero no tienen que ver en absoluto con el
Vaticano, ‘Con jerarquías, con sacerdotes; son experiencias válidas, muy
personales e individuales, que son perfectamente compatibles con la ciencia,
como trataré de demostrar más adelante. No deben ser confundidas con el
dogmatismo, fundamentalismo, y ritual de las iglesias convencionales, que son
ajenas a la espiritualidad tanto como a la ciencia. Pero desde el punto de vista
de la psicología tranpersonal se puede ver cómo existe y se produce la
distorsión: en la cuna de casi todas las religiones, yacen experiencias
espirituales de los fundadores, santos, o profetas, que constituyen la fuente
original de esa religión, pero más tarde, cuando surge una iglesia establecida,
aparece una serie de otros factores que producen una pérdida de la con ‘xión
con la inspiración original.
Steindl-Rast, de quien ya hablé anteriormente, compara esto con un volcán: la
inspiración espiritual original constituye la magma volcánica ardiente, donde
todo está vivo Removiéndose, mientras que la iglesia convencional que sigue,
constituye la corteza de lava ya fría, que alguna vez fue algo, pero es ahora
una cosa muy distinta. Así es cómo as iglesias convencionales fomentan unión
entre aquéllos que son sus miembros, pero también fomentan divisiones en el
mundo, entre sus feligreses y aquéllos que no lo son: cristianos y paganos,
hindúes y musulmanes, lo que lleva a guerras religiosas y otros conflictos
similares.
Cada una de las iglesias establecidas tiene ramas misticas: los místicos
cristianos, los Sufi dentro del Islam, la Cábala y el Hasidismo dentro del
Judaismo, y en estas ramas sus practicantes buscan la experiencia directa con
la divinidad, usando técnicas tales como la meditación, el baile, la respiración,
que los llevan a experimentar la realidad divina. Esto es lo que enfoca la
psicología transpersonal, que no se interesa en la religión, ni en cosas tales
como las Cruzadas o la Inquisición, más relacionadas a cuestiones de
manipulación, control y poder, de interés para los historiadores, que, no tienen
nada que ver con la espiritualidad. Incluso es posible imaginarse una
iglesia’que no tenga nada que ver con la espiritualidad, es más, que constituya
un obstáculo activo en contra de la verdadera espiritualidad. Carl Gustav Jung
escribió qu-e la función de la mayor parte de las iglesias establecidas es la de
proteger al público de una experiencia directa con Dios.
Un amigo mío, Walter Houston Clark, profesor muy conocido que ha escrito un
texto sobre la psicología de las religiones, después de 20 altos de enseñar el
tema, tuvo finalmente una experiencia mística, y pudo comprender de qué se
trata aquéllo sobre lo que ha estado escribiendo durante tantos, años.
Se podría comparar lo que sucede en iglesias convencionales con una vacuna:
uno va a la iglesia el Domingo y recibe un vacuna para protegerse de la
experiencia real. Ud. va con sus niños el Domingo a la iglesia y puede llenarse
de espiritualidad falsa condenando a sus vecinos que no han ido.
La espiritualidad requiere experiencia directa de la dimensión divina. Y hay dos
grandes tipos de experiencias espirituales: la primera es de espiritualidad
inmanente, es decir, donde todo aparece como normal, los árboles, las
personas, el cielo, las flores, las sillas alrededor aparecen como tales, pero en
cierto sentido todo aparece profundamente transformado, como si los bordes
se derritieran, todo aparece intensamente vivo, todo está integrado en un solo
campo de visión,y de energía creadora, y aún lo más banal es creación divina,
creación de una inteligencia cósmica, pero nada es añadido ni nada se
transforma excepto nuestra propia percepción de ello. Una comparación sería
la de estar contemplando una pantalla de televisión en blanco y negro, y en la
cual aparecieran súbitamente los colores.
La segunda es la de espiritualidad trascendente, donde aparece algo
radicalmente distinto, tal como una visión de la Virgen María, o de Kali, o del
paraíso terrestre, o se ve una luz divina, como frecuentemente sucede en
casos erca de la muerte. Estos son los dos tipos de experiencias místicas que
nos interesan.
Las “aperturas ” espirituales vienen en dos clases. Una es, por ejemplo, en
casos de depresión, frustración y desaliento, un estado de crisis donde no
vemos ninguna salida y estamos a punto del suicidio, cuando algo sucede
súbitamente, ylrascendemos la crisis, como una especie de muerte del ego.
Existe otra posibilidad donde, por ejemplo, vamos flotando en una balsa en el
Río Colorado, viendo las bellísimas formaciones rocosas en el Gran Cañón y,
de pronto, no odemos distinguir dónde termina la balsa y dónde empieza uno
mismo, no podemos separarnos de las rocas ni del cielo, y tenemos una
sensación de universalidad y de unión con todo lo que nos rodea. Esto le
puede ocurrir a artistas en la escena, a personas escuchando música, o a
visitantes a lugares como el Taj Majal, etc.
Estas son las experiencias que Maslow denominó “experiencias cumbres”, y
que tienen mucho que ver con la adicción y con la cura de la adicción, ya que
para muchos alcohólicos adictos éstas pueden ocurrir en los lugares más
insospechados. Bill Wilson estaba en el hospital en medio de una crisis severa
y ésta es la descripción de lo acontecido:
“Ahora, no tenía nada delante de él que no fuese la muerte o la locura, éste era
el final, el punto donde iba a tomar el salto final, la oscuridad amenazadora era
total para él, y en su desesperación y desvalidez, gritó: !Haría cualquier cosa, lo
que fuese, por salvarme! Había llegado a un estado de entrega total, y
exclamó: !Si es que existe un dios, que se deje mostrar! Y el propio Bill
entonces describe: Súbitamente mi habitación se vio invadida por una luz
increíblemente intensa, mientras yo me llené de un éxtasis indescriptible, me vi
situado en la cumbre de una montaña donde soplaba un viento no de aire sino
de espíritu, que se introducía a través de mí en grandes ráfagas y me vino un
pensamiento incontrovertible: =eres un hombre libre! Me invadió un sentimiento
de gran paz y me sentí intensamente al tanto del momento presente, que se
me hacía constituido por un mar de puro espíritu. Estaba acostado en las
riberas de un nuevo mundo, y por primera vez sentía que pertenecía a él. Supe
que podía amar y ser amado”.
Después de este punto, jamás volvió a tomar alcohol.
Esto es un ejemplo del énfasis que el movimiento Alcohólicos Anónimos tuvo
originalmente sobre la experiencia directa. Después vino lo que William James
llamo la “variación educacional”, refiriéndose al cambio producido menos
dramáticamente y más lentamente a través de prácticas cotidianas.
Para resumir, el afán hacia la trascendencia espiritual es una tendencia muy
importante en el ser humano,’algo así como el deseo de sexo, pero mucho más
profunda y fundamental; y, de alguna manera, la adicción tiene mucho que ver
con esta tendencia, como si se tratara de una manifestación distorsionada,
irreconocible, de esa tendencia fundamental. Muchos participantes en nuestros
programas de respiración holotrópica, después de experimentar este tipo de
experiencia espiritual, afirman que era eso precisamente lo que estaban
buscando, no alcohol o heroína, que implican una especie de caricatura con
disminución de claridad o intelecto, sino precisamente este tipo de experiencia
espiritual, que conlleva sentimientos de paz, riqueza de percepciones
cósmicas, claridad y serenidad.
Entramos ahora en la última parte de mi presentación, que será breve, aunque
requiriría casi toda uría conferencia, como hice hace poco en Bombay, es decir,
la convergencia entre la ciencia y la espiritualidad. Mi propio libro sobre esto se
titula “Beyond the Brain”. Así que la ciencia occidental, mecanicista y
materialista, no sabe distinguir entre la espiritualidad y la religión. Las grandes
filosofías espirituales, tales como el Yoga, el Vajrayana tibetano, el Taoísmo, o
el Sufismo, serían tratadas todas como una sarta de supersticiones folklóricas o
de boberías fundamentalistas, sin poder discernir que se trata de algo muy
distinto. Igualmente, incluso en psiquiatría, la ciencia tradicional no sabe
distinguir entre misticismo y psicosis, así que cualquier experiencia directa de la
dimensión espiritual será vista como algo patológico, como una psi cosis, a ser
tratada típicamente con medicamentos. Se ha escrito una serie de artículos y
trabajos sobre cuál debería ser la diagnosis psicopatológica correcta de
individuos tales como Jesús, Mahoma, o Maharsi, o Aurobindo -hay
publicaciones antropológicas sobre los desaikstes’y de lo que se debe hacer
con los shamanes, si son psicóticos ambulantes, o esquizofrénícos, o
histéricos, o epilépticos-. Frank Alexander, eminente psicoanalista, ha descrito
la meditación como una forma artificial de la catatonia, como si uno no debiese
meditar a no ser que tenga un temperamento patológico. Así que la
espiritualidad, desde el punto de vista de la ciencia occidental tradicional, se
consideraría un caso de educación deficiente, información deficiente,
Inhabilidad para comprender el mundo material en el que fio existe espacio
para el espíritu, algo relacionado con la superstición, y si ocurre en personas de
alto nivel intelectual, sería considerado una patología, algo no resuelto en
temprana edad que ha quedado pendiente, así que pensar en Dios que existe
una relación defectuosa con nuestro padre sanguíneo. Y una experiencia
espiritual directa, sería interpretada como patología severa.
Este tipo de enfoque presenta grandes problemas porque, en primer lugar, se
ignora la observación y experiencia personal en las situaciones
transpersonales. Si se usa este enfoque, tenemos que afirmar que este tipo de
experiencias transpersonales sencillamente no existen en nuestro universo.
Esto sucede frecuentemente en el caso de las experiencias fuera-de-cuerpo,
donde existe amplia evidencia sobre personas que se encuentran, por ejemplo,
cerca de la muerte, acostadas con los ojos cerrados, mientras un equipo
médico trata de salvarlas o resucitarlas, y entonces su conciencia se separa, y
la persona ve a su propio cuerpo desde cierta distancia, quizás desde cerca del
techo, o puede ver cosas que suceden en otra habitación o a 200 millas de
distancia, y que después, cuando resucitan, la conciencia regresa al cuerpo y la
persona puede narrar lo que vio. Incluso existen casos documentados de
personas que pudieron ver esas escenas o acontecimientos ópticamente a todo
color, siendo médicamente ciegas, y que cuando regresaron o resucitaron
volvieron a su estado de ceguera original. Esto representa desde luego un
desafío a la sabiduría científica convencional. Todo aquél que haya sido
entrenado en un sistema CartesianoNewtoniano naturalmente negará que este
tipo de experiencia pueda existir en este tipo de universo. Pensará que habrá
habido algún error. Hay una gran necesidad de negar su existencia por el temor
subliminal de que, si se cree en ellas, todo el sistema convencional en el que
creemos se vendría abajo. Es preferible ignorarlas y,junto a ello,ignorar el rol de
la conciencia en relación con la materia. Muy pocos están dispuestos a
enfrentarse a estas preguntas.
Así que la única forma que tienen para enfrentar esta situación es simplemente
eliminar el campo completo de las experiencias transpersonales como objeto
digno de estudio. La mera afirmación que hace la ciencia moderna occidental
de que la materia constituye la única realidad en el universo, es de por sí
imposible de demostrar. Lo más importante en la ciencia occidental es que los
hechos puedan ser demostrados y replicados, y esta hipótesis es imposible de
ser demostrada, no importa la forma, y queda como una afirmación metafísica.
Las experiencias transpersonales por el contrario dejan intuir que hay una
realidad espiritual y en ningún ‘caso implican que exista sólo lo material.
Otro problema que presenta este enfoque es que con él se hace una
extrapolácíón ilícita de la física a la psicología, empezando con un universo de
preceptos físicos Newtonianos que ento n ces se encaja n a los psicólogos,
dictando qué pueden observar o no observar, ver o no ver, decir o no decir.
Esto no es aceptable en la ciencia convencional, donde hay que observar
hechos y tomar datos, y luego proponer una hipótesis que explique las
observaciones, pero donde igualmente no se puede hacer predicciones sobre
algo que aún no se ha observado.
Un problema adicional que conlleva esta forma de pensar es que se crea una
confusión entre el mapa y el territorio. Korzybski escr ibió ampliamente sobre
esto, así como Gregory Bateson con su tipología lógica. Este último explicó que
la teoría científica es como un mapa, y la realidad descrita es como el territorio,
y estas dos cosas no deben ser confundidas. Bateson decía que si los
científicos continúan cometiendo el error de confundirlas, llegará un momento
en que al entrar en un restaurante, se comerán el menú en vez de la comida.
Quiero mencionar una cosa más, como Wilbur decía, que si parece existir un
conflicto entre ciencia y espiritualidad, debe tratarse de falsa ciencia o falsa
espiritualidad; que si ambas son legítimas, no existe conflicto.
Y para terminar, algo muy prometedor e interesante es que en una serie de
recientes descubrimientos en una variedad de disciplinas que representan un
nuevo panorama, es decir un nuevo aradigma, éste aparece perfectamente
compatible con la psicología transpersonal. Esta última es incompatible con
una visión Cartesiana-Newtoniana, pero más y más compatible con lo nuevo
que está descubriendo la ciencia. Sólo mencionaré algunos casos: la física
moderna nos enseña la unidad general del universo, donde la conciencia tiene
un papel distinto al que pensábamos, mucho más cercano al que han descrito
los grandes místicos; en la biología con Rupert Sheldrake y su idea de los
campos morfogenéticos; la ciencia occidental nunca ha lidiado adecuadamente
con la idea de la forma, el orden y la norma. Es decir que el mundo comienza a
ser visto como una increíble obra de arte, con forma, con sentido, que no
puede ser explicado solamente en términos materialistas. Como analogía, sería
imposible describir a la Mona Lisa como una pura composición química de
elementos: ello implicaría perder el sentido real de esa píntura como obra de
arte. Bateson, por su parte, se refirió especialmente a esto en un trabajo
titulado “Cybernetics of the Self’, una teoría sobre el alcoholismo, donde
describe la muerte del ego como el comienzo de la cura.
El nuevo paradigma describe a todo dentro del universo como producto de una
inteligencia cósmica, elanima Mundi, un poder superior, que puede ser
concebido en términos de la ciencia moderna. Retornando a mi pasión, creo
que si se tiene esta nueva concepción científica en la psiquiatría y en la terapia,
podemos lograr grandes avances en el tratamiento de las adicciones, en el
tratamiento de personas que atraviesan crisis psico-espirituales, y finalmente
en la resolución de la crisis global.
Décimoprimera Conferencia Internacional Transpersonal:
“Búsqueda Espiritual, Dependencias y Adicciones” Eugene (Or.). Setiembre
1990. Segunda Parte.
Traducido del inglés por Kenneth A. Symington y TAKIWASI.

MI CAMINO PERSONAL

Esta mañana, voy a hablar sobre las relaciones entre la adicción, la


espiritualidad y la ciencia occidental, y quisiera poner todo esto dentro de un
panorama mayor, la relación entre espiritualidad y psicología, psiquiatría y
psicoterapia. Este es un tema que me apasiona por razones muy personales;
quisiera por lo tanto hablar algo en términos autobiográficos antes de proceder
al tema en sí. Esto tiene que ver mucho con mi historia personal así como con
mi historia profesional. Comencé mi vida profesional como analista freudiano,
muy convencido; leer a Freud cambió literalmente el curso de mi vida. Muy
pronto comencé a desarrollar un conflicto, un cisma, sobre las teorías del
psicoanálisis; sentía más y más entusiasmo por la contribución del
psicoanálisis a un mayor entendimiento de áreas muy oscuras -sueños,
síntomas neuróticos, y lo que en ese tiempo me parecían puntos de vista sobre
la religión, comprensión de lo artístico y demás-. Sin embargo, empecé a
sentirme gradualmente más desilusionado en lo que se refiere a la práctica
psicoanalítica por el hecho que tiene aplicaciones muy reducidas, además las
personas que parecen ser buenas candidatas tienen que comprometerse a ser
tratadas por largo tiempo -no por meses sino años-, sin resultados
impresionantes.

Esto llegó a tal punto que me vi precisado a cuestionar si la decisión de


convertirme en psiquiatra había sido buena y si no hubiese sido mejor seguir la
carrera del cine y películas animadas que me había atraído originalmente.

Justamente en esos momentos, algo muy, muy importante, sucedió en mi vida;


en la facultad donde trabajaba, recibimos un envío de ampolletas de LSD que
se nos fueron ofrecidas para experimentación y exploración de la génesis de la
psicosis, particularmente la esquizofrenia, y también como un instrumento muy
poco convencional para las prácticas de auto-exploración de los psiquiatras,
una oportunidad para estudiar lo que se consideraba como el mundo de
enfermos mentales, y volver con nuevos conocimientos para tratar aquellos que
se encuentran en espacios psicóticos. Esta era una oportunidad que no me
hubiese perdido por nada en el mundo.

Tuve un encuentro muy profundo con mi propio subconsciente, lo que me llevó


a investigaciones psicoterápicas y a la creencia de que quizás los agentes
psicodélicos harían el psicoanálisis tan efectivo y potente como lo pretendía en
su sistema teórico. Comencé un programa de psicoterapia asistida por LSD y
ese fue mi trabajo por muchos años. Durante ese tiempo se hizo obvio que el
LSD era un potente catalizador que traía los procesos inconscientes a la
conciencia; una de las cosas que sucedieron fue que todo tipo de experiencias
que no debían haber sucedido, en efecto sucedieron; fue un período durante el
cual la exploración de la biografía personal se trasladó a zonas que han sido
descritas por las grandes tradiciones espirituales, tales como muerte y
renacimiento, muerte del ego, entrega total, experiencias de vidas anteriores a
ésta, experiencias con arquetipos mitológicos y demás.

Quiero aquí señalar que me doy cuenta cabal de que ésta es una cuestión
extremadamente discutible en general, así como particularmente en esta
Conferencia. Muchas personas consideran las sustancias psicodélicas dentro
de la misma categoría que la cocaína, la heroína y otras sustancias adictivas
que llevaron a muchos a todo tipo de problemas; sin embargo,creo que tienen
su lugar cuando su uso se hace debidamente, con respeto, con reverencia y
con el apoyo necesario. También es cierto que han sido un sacramento
importante para una serie de culturas, por ejemplo para los indios de México y
Suramérica. Han habido culturas que han podido usar estas sustancias de
manera muy distinta. No hemos usado LSD durante los últimos 15 años, pero
esto forma parte de mi historia personal y por lo tanto así lo quiero declarar, a
pesar de que me doy cuenta de los problemas, particularmente en este
contexto.
Pero, con este trabajo, me percaté que el entendimiento de la psiquis en la
psiquiatría occidental es extremadamente estrecho, carece de la dimensión
espiritual e ignora la cuestión de la apertura hacia el espíritu, experiencias
sobre la muerte, el renacimiento, experiencias místicas, de vidas anteriores y
demás.

La siguiente parte importante de mi vida que swe relacioa con esto, es mi vida
con Christina. Cuando nos conocimos, y que Christina relato su vida,
experimentaba ella un potente proceso de despertar espiritual que más tarde
reconocimos como un despertar del Kundalini. Además, pasó por muchas
experiencias que dentro de un contexto convencional hubieran requerido un
tratamiento de hospitalización. De esto nació el concepto de emergencia
espiritual y el sistema de red de emergencia espiritual. En efecto no
reconocemos la dimensión espiritual, no marcamos ninguna distinción entre
una experiencia mística y otra psicótica. Esto constituye una tragedia para
muchas personas que experimentan transformaciones muy intensas y reciben
diagnósticos equivocados que son categorizados indebidamente. Entonces el
proceso espiritual se detiene súbitamente, con consecuencias indeseables.

La tercera razón por la que me apasiona este tema, es mi creencia en que la


ausencia de espiritualidad en la cultura industrial occidental es una de las
causas más importantes de la crisis global, el proceso de nuestra alienación y
pérdida del espíritu. Parece ser que en nuestra cultura occidental existe el
sentir que la espiritualidad es de alguna manera incompatible con la ciencia,
aunque esa no es mi opinión. Generalmente existe un gran respeto a la ciencia
y aceptamos automáticamente lo que proviene de círculos académicos. Hasta
aquí, pues, lo que concierne a mi biografía en relación con la psiquiatría y la
espiritualidad, y más específicamente con la adicción, ya que como Uds. han
oído, Christina ha pasado por un período de alcoholismo del cual se está
recuperando y en el que tuve mi contraparte desde el punto de vista de la
codependencia; tuve responsabilidad en lo que se refiere a permitir, aceptar y
compartir esa situación que Uds. conocen a través de los programas de
codependencia. Ambos hemos participado en programas de codependencia de
un mes de duración y a través de los cuales he desarrollado gran respeto a los
“programas de 12 pasos” que incluyen la espiritualidad como ingrediente
esencial. Allí también se me hizo aparente la existencia de ese cisma. Los
psiquiatras y psicólogos envían a sus pacientes a los “programas de 12 pasos”
porque saben que esos programas producen resultados; sin embargo, se
sienten turbados porque la invocación de la espiritualidad y de los poderes
mayores les parece esencialmente incompatible con un marco racional y
científico. Pienso que es importante legitimar la espiritualidad y hacerla
compatible con lo mejor que pueda ofrecer la ciencia; en esta creencia radica
parte de la energía y pasión que anima mis comentarios de hoy.

Voy a tratar de dividir mi charla entre tres áreas que considero de importancia:
la relación entre espiritualidad y adicción, la segunda será las diferencias entre
la espiritualidad y la religión, un tema al que ya aludió Frances Wong y la
tercera será las relaciones entre la espiritualidad y la ciencia.

ESPIRITUALIDAD Y ADICCIÓN
La espiritualidad es un factor esencial en el estudio de la adicción; está
íntimamente relacionada con la mera raíz, con la naturaleza misma de la
adicción. Todo programa para el tratamiento de adicciones tiene que apoyarse
en la espiritualidad para poder tener éxito; éste es otro hecho ignorado por los
profesionales de la medicina que comparten la opinión que todos estos
programas no tienen base sólida; sin embargo, envían a sus clientes a ellos,
sin respetar la dimensión espiritual, pensando que cualquier cosa es mejor que
continuar alcoholizándose. Es decir que existe este tipo de actitud
condescendiente a pesar de que los programas de 12 pasos ofrecen
gratuitamente un servicio altamente efectivo que ayuda a muchas personas en
todo el mundo y que se puede comparar muy favorablemente con los servicios
ofrecidos por profesionales médicos altamente pagados. Otro punto que es
ignorado es el hecho que estos programas de 12 pasos constituyen además un
sistema de comunidades espirituales muy exitoso, de apoyo mutuo, que están
vigentes por más de medio siglo y que han logrado evitar los errores y los
escándalos que han destruido a muchos grupos religiosos y lastimado a otros,
incluso a la iglesia cristiana.

Tenemos a un gran amigo, el Hermano David Steindi-Rast, un monje


benedictino que vino a hablarnos durante una sesión de un mes en Esalen,
sobre espiritualidad y adicción; sus primeros comentarios fueron que, en su
opinión, la organización AA (Alcohólicos Anónimos) se parece más a la iglesia
que Cristo hubiese querido ver que a lo que se ha vuelto la iglesia cristiana
actual. Y lo último que quisiera decir sobre esto, es que es evidente la creciente
popularidad de este tipo de programa, no sólo el AA o NA (Narcóticos
Anónimos), sino que se ha extendido a otras áreas como el sexo, las
relaciones, la obesidad, el juego, la codependencia, etc. Quizá haya más de
200 tipos de estos programas.

Para el tratamiento de adicciones, la espiritualidad es básica; aquí radica el


cisma entre los programas de 12 pasos, en su mayoría administrados por para-
profesionales, con raras excepciones, y la comunidad académica;
generalmente ésta rechaza el énfasis de estos programas en lo espiritual. Por
eso creo que es importante clarificar el tema de espiritualidad y reformularlo de
manera que sea compatible con lo mejor de la ciencia, es decir, crear un tipo
completo de tratamiento que incluya a la espiritualidad en vez de tratarla como
algo extraño. Para realizar esto se necesita definir la espiritualidad como algo
que no está conectado con, ningún credo, iglesia o afiliación religiosa, sino más
bien simple mente como un “poder más alto” o como Dios en la forma en que
uno lo pueda comprender. Muchos de los puntos señalados en los programas
de 12 pasos están perfectamente apoyados por las investigaciones modernas
sobre los estados de conciencia, así como por la psicología transpersonal.

Hemos encontrado en el transcurso de nuestro trabajo que temas tales como la


entrega, el abandono de la ilusión de control personal, la muerte del ego, el
llegar al fondo, son puntos críticos que llevan hacia una apertura a la
espiritualidad; pertenecen además a mecanismos importantes de
transformación y cura. Personas que practican la psicología transpersonal
están muy al tanto de esto.
DIFERENCIAS ENTRE ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN

El segundo punto que quisiera mencionar es la relación entre Carl Gustav Jung
y los programas de 12 pasos, y su influencia en la fundación original de AA.
Como ya mencioné, la psicología se pronuncia generalmente en contra de la
espiritualidad, salvo en algunas excepciones. Carl Gustav Jung constituye una
de ellas. A Jung se le considera como uno de los antecesores de la psicología
transpersonal. Quiero en efecto demostrar que fue también antecesor de AA y
desempeñó un papel critico en el desarrollo de los programas de 12 pasos.
Esto está demostrado por su correspondencia con Bill Wilson. Lo que
encontramos en esta correspondencia es que Wilson dio crédito a Jung en este
sentido; aquí cito dicha correspondencia:

“Como Ud. verá claramente, esta cadena de sucesos increíbles comenzó hace
mucho tiempo en su cuarto de consultas, directamente basada en la humildad y
profunda percepción suyas; le aseguro que tiene Ud. una posición
predominante en los afectos y la historia de nuestra comunidad. Con mucho
agradecimiento, William Wilson”

El inicio de la cadena de sucesos a que se refería, es el caso de un paciente


alcohólico que tenía Jung, mencionado como Roland H. Tuvo éste una recaída;
volvió a Jung, el cual le dijo esencialmente que no podía hacer nada más en su
favor, que su caso no tenía solución y que su única salida era unirse a una
comunidad religiosa o espiritual donde pudiera exponerse a una experiencia
espiritual directa. El paciente se unió entonces al llamado Grupo Oxford que
tenía un énfasis de entrega total, de confesionalismo, muy similar a los
programas de 12 pasos; allí tuvo su experiencia. La transmitió a amigos de su
círculo, siendo uno de ellos Bill Wilson, quien a su vez tuvo una experiencia
espiritual propia muy intensa en la habitación del hospital donde se encontraba,
a lo que me referiré más adelante; éste último tuvo la gran suerte de estar bajo
el cuidado de un profesional comprensivo que no le puso etiquetas patológicas
sino más bien le ofreció gran ayuda y apoyo. Así fue la historia de esos
contactos donde Wilson tuvo la idea de crear el AA.

Ahora citaré lo que Carl Gustav Jung respondió a Bill Wilson:

” No le puedo dar una explicación completa y suficiente del caso de Roland H.;
sin embargo, lo intentaré con Ud. porque concluyo de su carta tan decente y
honesta que Ud. ha adquirido un punto de vista superior a las banalidades
equívocas que uno suele oir con respecto al alcoholismo. La avidez por el
alcohol es, a un nivel bajo, el equivalente de la sed espiritual que todos
tenemos por ser completos; en lenguaje medieval equivaldría a la unión con
Dios. Alcohol, en latín, se traduce por “spiritus” ; y usamos también la misma
palabra para la más alta experiencia religiosa como para el veneno más
depravado. La fórmula más adecuada por lo tanto sería “spiritus contra
spiritum”.”

El punto siguiente en donde nos enfrentamos a la relación entre la


espiritualidad y la adicción es el de las conversiones, es decir el de aquellos
potentes, súbitos y dramáticos cambios de personalidad que generalmente
ocurren bajo ciertas condiciones de tensión emocional o física en las que los
seres humanos sufren cambios de valores y de sistemas de vida. Estas
conversiones ocurren en varios casos: las conversiones sexuales en las que
una prostituta se convierte en monja o viceversa -el caso más famoso es el de
María Magdalena, en la Biblia-, las conversiones morales en las que un criminal
se convierte en filántropo o al menos adopta altos principios –en la Biblia, de
nuevo, el ejemplo más conocido es Barrabás, y otro famoso ejemplo es Jean
Valjean, en Los Miserables de Víctor Hugo: un prisionero liberado roba a un
sacerdote. Cuando los gendarmes detienen al prisionero y le traen ante el
padre, éste último dice que no hubo robo y que lo supuestamente robado había
sido un regalo. Esto constituyó una experiencia tan inusitada que causó la
rehabilitación del delincuente. Arthur Koestler describe una conversión política,
es más, dos, de un burgués convertido al comunismo y tres años más tarde
reconvertido a su situación original. Esto aparece en “La Flecha Azul” y en “El
Dios que Falló“.

Lo más interesante para nosotros en este contexto es el cambio que ocurre en


personas esencialmente ateas que experimentan una conversión religiosa; un
caso donde esto aparece es en los sermones de John Wesley cuando
describía el cielo y el infierno causando conversiones en algunos de los
feligreses. William James estaba muy al tanto de la importancia de la relación
entre el alcohol y la espiritualidad, así como de las conversiones religiosas y el
impacto que pueden tener en las personas con adicciones. Escribió:

“El poder del alcohol en la humanidad se debe inequívocamente a la habilidad


que tiene de afectar las facultades místicas del ser humano, generalmente
aplastadas por los datos objetivos y las críticas secas de las horas sobrias. La
sobriedad (en el sentido de lo opuesto a la embriaguez) discrimina, disminuye y
dice no; la embriaguez expande, une y dice sí”.

Más adelante habla de la intoxicación como una especie de caricatura de la


experiencia espiritual. Resume sus puntos de vista sobre las conversiones
diciendo: “la única cura para la dipsomanía es la religiomanía” (la dipsomanía
es un término arcaico para el alcoholismo), es decir, si una persona tiene una
experiencia religiosa intensa, esa persona tiende a abandonar la botella porque
.existe una incompatibilidad entre un tipo de vida profundamente religioso y el
hábito de tomar alcohol.

ADICCIÓN Y SU TRATAMIENTO CON PSICODÉLICOS

Ahora entramos en el terreno más discutible y problemático que tiene que ver
con los agentes psicodélicos. Lo hago con ciertas reservas pero ello es
simplemente parte de mi historia. Me refiero al uso de los psicodélicos como
sacramentos, en ciertas culturas tales como el uso del cactus peyote por
algunos grupos indios, el uso de hongos, el soma, planta descrita por la
literatura védica, que abría la mente. Lo que quisiera específicamente describir
es el uso del peyote que fue consumido en Mesoamérica con anterioridad a
300 A.C. Su uso era frecuente en el mundo azteca y tolteca como sacramento
en la época de la conquista por los españoles. Aún es usado hoy día por los
indios Huicholes y Yaquis como sacramento principal. Después de la Guerra
Civil norteamericana, el uso del peyote se expandió rápidamente desde el Río
Grande hacia los E.E.U.U. y muchas tribus, casi 50, de los indios
norteamericanos lo adaptaron, combinándolo sincréticamente con elementos
cristianos. Esto dio origen a la Iglesia Nativa Americana que ha dado mucho
apoyo espiritual y moral a las tribus norteamericanas que han sido desprovistas
de su herencia cultural y de sus tierras, convirtiéndose en un elemento potente
y rehabilitador en esa cultura. Existen muchos testimonios de indios alcohólicos
que han sido rehabilitados después de su participación en esa iglesia y en
experiencias espirituales con el uso ceremonial del peyote. Esta fue la principal
fuente de inspiración en la creación de programas usando psicodélicos en el
tratamiento de adictos y alcohólicos de los cuales formé parte. Vine de Europa
con una beca, con este propósito específico.

Voy a permitirme unos minutos para describir las controversias con respecto al
uso de psicodélicos, una situación muy interesante y muy compleja. El primer
problema consiste en su clasificación: los agentes psicodélicos son clasificados
en el mismo grupo que la cocaína, heroína y demás; esto constituye para
muchas personas una indicación de que deben ser tratados de forma similar. El
segundo problema es que muchas personas que los han experimentado de una
forma descontrolada y sin supervisión han abierto zonas muy dolorosas en su
psiquis. Entonces se han asustado y volcado hacia el alcohol o la heroína como
medio para suprimir el surgimiento de este tipo de material psíquico doloroso.
Así que existe una conexión entre el uso de psicodélicos y el posible uso
ulterior de otras drogas. Lo que también contribuye a esto es que aquellas
personas que trabajan en el campo del abuso de drogas tienen que vérselas
solamente con los accidentes y no ven nunca a aquellas otras personas que
pueden lidiar con los psicodélicos de otra manera. Eso fue algo sorprendente
para mí porque siempre consideré los psicodélicos bajo otro enfoque: como
sacramento en otras culturas o como tratamientos terapéuticos con debida
preparación y ambiente, en una categoría completamente diferente de las otras
sustancias. Cuando presencié reuniones de grupos de 12 pasos me di cuenta
que hay personas que usan los psicodélicos de forma promiscua; recuerdo el
caso de un estibador, adicto a la heroína, que tenía un tatuaje. Cuando alguien
le preguntó cómo lo había obtenido, contó que se había embriagado, tomando
cocaína, heroína y más de 500 microgramos de LSD; había amanecido 24
horas más tarde en un parque, sin saber cómo había obtenido el tatuaje. Así
que me di cuenta cabal que los psicodélicos eran usados de manera distinta y
en otro contexto del que me era familiar.

Otro punto es que muchas personas que están en proceso de recuperación


tienen miedo a un cambio de conciencia; no importa si es con o sin drogas, ya
que han estado tanto tiempo en un estado alterado de conciencia. Así, el uso
de la respiración holotrópica puede ayudar al proceso de recuperación pero
constituye un asunto problemático para el adicto por la misma razón. Existe un
problema adicional, relacionado con la historia generalmente conocida de Bill
Wilson quien, después de 20 años de abstinencia, participó en un programa
con LSD y tuvo una experiencia espiritual muy profunda; trató de incorporarla a
su programa de 12 pasos del AA, específicamente en el paso 11, encontrando
una resistencia negativa muy fuerte. De nuevo, esto contribuye a la
controversia. He oído el rumor que él escribió ampliamente sobre esto, con las
instrucciones que dichos escritos no fueran abiertos hasta 20 años después de
su muerte cuyo aniversario se cumplirá el año próximo. Ya conoceremos su
opinión sobre el particular.

De cualquier forma, todo esto es parte importante de mi historia, aparte de las


opiniones que podamos tener al respecto y sobre lo apropiado de este tipo de
trabajo, pero lo hemos hecho; lo que ha resultado de estas investigaciones ha
sido enfoques muy interesantes sobre la dinámica de las adicciones y, sobre
todo, en lo que se refiere a ciertas raíces de la adicción que van más allá de la
biografía, a la conexión con los niveles perinatales del subconsciente que se
relaciona con el trauma del nacimiento, el nacimiento y la muerte, así como la
relación con el nivel transpersonal de la psiquis. Lo más importante en este tipo
de investigación en el cual las personas pudieron vivir de nuevo su nacimiento
fue el descubrimiento de la relación profunda entre la adicción a drogas y la
anestesia usada durante el parto. Si se piensa sobre esto es obvio que el
primer gran trauma emocional y físico que sufrimos es el del nacimiento. Si el
niño se encuentra en medio del trauma del nacimiento y en ese momento se
propone una anestesia, ello indicaría a nivel celular que la forma de salirse de
una situación dolorosa es por medio de las drogas; muchos piensan que los
jóvenes de hoy que están tan involucrados en adicciones a drogas, no lo están
al azar sino porque son la generación que nació en la época en la que los
médicos obstétricos comenzaron a usar anestesia muy generosamente en
partos, frecuentemente sin ninguna buena razón, sólo por su propia
conveniencia o por la conveniencia de la madre.

¿Cómo es que los psicodélicos pueden ser usados en el tratamiento de


alcohólicos? Existe un estudio donde se compara la gama de experiencias
psicodélicas bajo la influencia del LSD con la gama de experiencia de personas
que atraviesan un episodio de delirium tremens. Se conoce clínicamente que
muchos de aquéllos que atraviesan un episodio de delirium tremens lo
consideran como un punto clave de cambio en sus vidas, tan pavoroso que los
cambia radicalmente. De ahí surgió la idea de crear un shock similar con los
alcohólicos y así de alguna forma, detener su hábito de tomar. Algunas
investigaciones comenzaron usando este punto de vista. Entonces surgió la
figura misteriosa de L. Hubbard, que dijo que ésa no era la forma correcta de
hacerlo y que lo correcto era crear experiencias espirituales positivas; había
que introducir un ambiente especial y bello, con música y flores. Cuando le
preguntaron el origen de sus ideas, contestó que con diez años de anterioridad
al descubrimiento del LSD había tenido una visión durante la cual un arquetipo
sobrenatural le había anunciado el próximo descubrimiento del LSD, dándole
instrucciones de cómo debía ser usado. Se comenzó à usar entonces de esa
manera, imitado en varios lugares, con resultados muy positivos reportados.

En nuestra investigación ulterior encontramos que no existe tan importante


contradicción aparente entre estos dos enfoques positivo y negativoporque
llegamos a la conclusión que son las experiencias espirituales positivas en
principio las que valen en la cura; sin embargo, para llegar a alcanzarlas
muchas personas tienen que enfrentarse primero con aspectos muy penosos
de ellos mismos, de su propia psiquis, que equivalen a la noche oscura del
alma; la muerte del ego, la entrega total y demás. Cuando fueron reportados
estos resultados se recibieron con incredulidad porque después de todo el LSD
era considerado una droga; el estado bajo la influencia de LSD se consideraba
un estado patológico. Desde luego, surgía la pregunta de cómo un estado
patológico podía curar a otro. Habían experiencias dramáticas; los resultados
dramáticos se veían como patológicos y no como curativos. Esos eran los
elementos de la incredulidad; los resultados positivos conseguidos en corto
tiempo se veían como contrarios a las ideas de que para obtener resultados
duraderos era preciso trabajar durante años en el desentrañamiento de los
nudos de la psiquis. Igualmente, estas investigaciones se basaban más bien en
impresiones clínicas que en estudios controlados; eso contribuyó a la
incredulidad.

Por eso voy a dedicar unos minutos a describir el estudio controlado hecho por
nosotros, con dos equipos. La idea es que si un grupo sólo tiene resultados
positivos con estas experiencias nuestro juicio es subjetivo y no válido. Un
equipo consistía en personal terapéutico que había tenido la experiencia y el
otro consistía en personas que nunca la habían tenido; éste último emitió el
diagnóstico inicial sobre el progreso del paciente y lo seguía en su
recuperación. El estudio se realizó con dos grupos de pacientes seriamente
alcohólicos, provenientes en su totalidad de los departamentos de
rehabilitación de alcohólicos de hospitales estatales; tuvo lugar después de la
desintoxicación de los pacientes. Uno recibió la droga y el otro fue un grupo de
comparación. Usamos dosis de 450 microgramos de LSD y en otros casos de
50 mcg., con preparación, apoyo, música y demás, con resultados notables,
verificados a los 6, 12 y 18 meses ulteriores. El Indice de recuperación fue
inicialmente de 52% y luego bajó a 47%, aún así notable, especialmente
cuando se consideraba que estos pacientes participaron tan sólo de 1 a 3
sesiones. Aquí llegamos al punto clave del estudio. Inicialmente el éxito fue
impresionante de por sí, pero el problema fue que la dosis de 50 mcg., que se
consideraba como un placebo, produjo con la música y el apoyo, un efecto muy
grande, mientras que muchos pacientes con la dosis más alta de 450 mcg.
tuvieron experiencias espirituales livianas o no tuvieron ninguna. Resulta que la
correlación es con la experiencia espiritual intensa y no con la cantidad de
droga administrada. Este es el puente que lleva a la respiración holotrópica; el
asunto no es simplemente el de tomar la droga ya que es la experiencia, no la
droga, la que produce la transformación. Menciono esto porque es
históricamente importante; muchas personas pueden tener experiencias muy
importantes usando técnicas sencillas como respiración, música, manipulación
física, etc., con resultados equivalentes sin involucrar a drogas .

Lo último que quisiera decir sobre la relación entre la espiritualidad y la adicción


a drogas es referente a lo que otros ya han mencionado elocuentemente en
esta conferencia, especialmente R. Koger Walsh, Jack y Christina. Refiérase al
hecho que podemos crear un buen argumento para establecer una profunda
relación entre la unión, en el sentido espiritual, y la adicción; la adicción es una
forma extrema de la unión; la unión es algo que pertenece al campo de la
espiritualidad como Walsh ya lo ha demostrado. Así que, en este sentido, la
adicción es una especie de dilema humano universal. Vivimos una crisis global;
nos hemos acercado al borde de una catástrofe, expresada en la adicción en
general, no sólo a drogas, adicción vinculada al sentido profundo de la unión.

Espiritualidad y perspectivas religiosas sobre AA


¿Es AA una secta, culto o religión?

Bueno, en algún momento me hice eco de este tipo de críticas publicadas en el


sitio More Revealed.

En la actualidad me parece que los programas como Alcohólicos Anónimos no


pueden considerarse una secta o culto pues las ideas de sus miembros en el
terreno espiritual son muy diversas y porque desde una perspectiva religiosa
existen visiones contradictorias sobre AA y los 12 pasos. Al respecto pueden
citarse algunos ejemplos:

•Los cristianos fundamentalistas norteamericanos no parecen aceptar la


perspectiva de AA, como se puede ver en los artículos publicados en el sitio
Psychoheresy. Por ejemplo, critican al Dr. Bob, co-fundador de AA, porque
llamaba a La Biblia "Good Book" y no "Word of God" y por su afinidad con el
pensamiento de un pastor liberal que negaba la divinidad de Cristo. Dentro de
esta misma orientación se ubica el artículo "Una crítica reformada de
Alcohólicos Anónimos"

•Por el contrario, en este sitio religioso puede encontrarse un artículo de un


pastor evangélico sobre el alcoholismo (una buena síntesis del tema, por cierto)
donde manifiesta su apoyo al programa de Alcohólicos Anónimos (artículo
agosto 2003).

•Igualmente, en el sitio Stepstudy.org se publican varios artículos sobre los 12


pasos, donde se establecen matices importantes respecto de una práctica
religiosa ortodoxa. Además, se reproducen dos perspectivas sobre los doce
pasos desde el punto de vista del budismo y del judaísmo sobre los doce
pasos. De particular interés resulta la conclusión de un texto sobre el capítulo
"Nosotros los agnósticos" del Libro Azul donde se dice: "Diverse conceptions of
God can exist side-by-side in a context of similar religious experiences based
upon a shared program of action without having to agree with one another, and
each can still maintain its provisional claim to truth" (para traducir...)

•También existe un movimiento de recuperación de las adicciones basado en


los 12 pasos y con una perspectiva cristiana (versión en español y versión en
inglés).

•Una perspectiva interesante sobre el tema puede hallarse en el artículo Los


Doce Pasos (AA) y los Siete Principios (UU) (se puede bajar de este enlace,
formato pdf), que representa el punto de vista de los Unitarios Unionistas, un
religión* liberal basada en principios humanísticos. En el artículo citado se
señala “lo que se convirtió en los Doce Pasos, y lo que se conoce en círculos
AA como "El libro grande" es esencialmente la adaptación de Wilson de los
principios de Oxford. Los sacó de su contexto cristiano conservador con el
objeto de hacerlos más ampliamente aceptables, a través de las fronteras
culturales y religiosas, y los aplicó específicamente a combatir el alcoholismo”.

* También se denominan Asociación Unitaria Universalista. Dentro de sus


principios están los siguientes: "Los Unitarianos Universalistas creemos en la
espiritualidad libre, sin dogmas y sin jerarquías eclesiásticas.
Afirmamos la libertad de cada persona de investigar y decidir sobre sus
creencias religiosas y éticas" (del sitio Web de los Unitarios Universalistas de
Argentina).

La ilustración que sigue es de corte zen y no tiene que ver con la última
corriente de pensamiento mencionada. Aunque quizás de manera indirecta es
afín pues el zen es una perspectiva de espiritualidad no teísta.

LA ESPIRITUALIDAD DE LOS DOCE PASOS:


PASO 1: Admitir que el uso del alcohol o drogas ha causado el mayor
problema de su vida.

 Completa admisión permite:


a) Transformación.
b) Victoria
c) Recuperación
 Rendición permite afrontar el dolor
 Se afronta realidad, se admite situación
 Se deja evitación y simulación
 Inicio de viaje espiritual hacia integridad

La Codependencia es:

 Esfuerzo de control de sentimientos para manipular.


a) Gente.
b) Cosas.
c) Eventos.

Las necesidades provienen de experiencias infantiles


Necesidades básicas -- Amor -- Padres Rígidos – Cariño -- Padres sobre
protectores
Familias disfuncionales ----- raíz de adicción posterior.

 Desarrollo del progreso de sanidad:


1.- Sanar nuestras relaciones
a) Recuerdos
b) familia
c)disfunción
d) Relaciones actuales

2.- Familia de recuperación


a) Grupo apoyo.
b) Iglesia 3.- Disfrutar y crecer en relación cercana a Dios

Codependencia es hambre de amor que puede transmitirse de generación a


generación.

PASO 2: “Creemos que un Poder Superior a nosotros puede devolvernos


la salud”
Afianzar la creencia que un poder mayor nos puede rehabilitar.

EMOCIÓN:E-MOTERE: MOVER HACIA. CONJUNTO DE ELEMENTOS QUE


BIOLOGICAMENTE SE DAN –PALPITACIONES, .
SENTIMIENTO: ES LA EMOCION PERO CON HISTORIA. PARA
RESIGNIFICAR LA HISTORIA HAY QUE TRABAJAR CON EMOCIONES.
LOS SENTIMIENTOS SON TEMPORALES, ESPONTANEOS, NATURALES Y
NEUTROS (NI BUENOS NI MALOS)

LOS DOCE PASOS Y LA DISCIPLINA ESPIRITUAL


META PASO DISCIPLINA
Paso 1: Reconocer nuestra RENDICIÓN
debilidad
PAZ CON EL Paso 2: Nacimiento de CONVICCIÓN
PODER SUPERIOR nuestra fe
Paso 3: Pedir a Dios que se DECISIÓN
encargue de nuestra vida
Paso 4: Involucra el ADMISIÓN
autoexamen.
Paso 5: Es la disciplina del
convencimiento. CONVICCIÓN
PAZ CON Toma de conciencia.
NOSOTROS Paso 6: Transformación
MISMOS interior y un llamado al
cambio. RENOVACIÓN
Paso 7: Transformación y
fortalecimiento del carácter.
Paso 8: Involucra examinar
nuestras relaciones y
prepararnos
PAZ CON para hacer enmiendas
OTROS Paso 9: Es la disciplina de RESTITUCIÓN
hacer enmiendas
Paso 10: Mantenimiento del
Progreso iniciado en la
recuperación.
Paso 11: Involucra la
disciplina espiritual de ORACION
MANTENIENDO oración y meditación MEDITACIÓN
LA PAZ Paso 12: Se relaciona al CRECIMIENTO
servicio comunitario y la SERVICIO
solidaridad con el ser
humano.

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