Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
en lenguas de Mesoamérica
ISBN
Abreviaturas ................................................................................................................. 11
Bibliografía................................................................................................................... 413
1, 2, 3 Personas gramaticales
A Juego a pronominal (en maya); relación gramatical A (vs. o y s); agente
ABS Absolutivo
ABST Sustantivo abstracto
ACAUS Anticausativo
ACT.LOC Actualizador locativo
ADV Adverbial
AF Afectivo
AG Agentivo
AGEN Sustantivo relacional de agente
AM Aspecto/modo
AMBU Ambulativo
ANIM Animado
AP Antipasivo
APL Aplicativo
APROX Aproximativo
ASEV Modal aseverativo
ASP Aspecto
ATR Atributivo
B Juego B pronominal
CAUS Causativo
CCN Construcción de complementación por nominalización
CENT Centrífugo
CF Contrafactual
CHAP Zoque de Chapultenango
CHO Chol
CIT Citativo
CLF Clasificador nominal
CLFN Clasificador numeral
COM Completivo
11
COMIT Comitativo
COMP Complementante
CON Condicional
CONT Continuativo
COP Cópula; zoque de Copainalá
CVS Construcciones de verbos seriales
D Marcación dependiente; forma ligada o dependiente (en otomí)
DAT Dativo
DD Dependencia discursiva
DEIC Deíctico
DEM Demostrativo
DENOM Denominalizador
DEP Dependiente
DER (Afijo) derivativo
DES Desiderativo
DET Determinante
DIM Diminutivo
DIR Direccional
DISC Discontinuativo
DIST Distal
DISTR Distributivo
DP Frase determinante, por sus siglas en inglés (determinant phrase)
DS Dependencia sintáctica
DU Dual
DUB Dubitativo
DUR Durativo
EA Enfoque agentivo
ENC Enclítico
ENF Enfático
EPN Epéntesis
ERG Ergativo
EST Estativo
EVID Evidencial
EXCL Exclusivo
EXT Existencial
FA Foco agentivo
FASP Frase aspectual
FF Fin de frase
FFLEX Frase flexiva
FFOC Frase de foco
FLEX Marcador flexivo
FN Frase nominal
FFNN Frases nominales
FNEG Frase negativa
FOC Foco
FP Frase preposicional
FTOP Frase de tópico
FUT Futuro
FV Frase verbal
GEN Genitivo
HAB Habitual
HUM Humano
INAL Inalienable
IMP Imperfecto
IMPF Imperfectivo
IMPT Imperativo
IN Intransitivo
INC Incompletivo
INCO Incoativo
IND Indicativo
INDEF Indefinido
I Independiente
IN Intransitivo
INES Inesperado
INF Infinitivo
INHER Inherente
INM Inmediativo
INSTR Instrumento
INS Insistencial
INT Intensivo
INTER Interrogativo
INV Inverso
IPA International Phonetic Alphabet
IRR Irrealis
IT Ititivo
ITER Iterativo
IVZR Intransitivizador
IXT Otomí de Ixtenco
JA Juego A
JB Juego B
KAQ Kaqchikel
K’I K’iche’
L Forma libre o pausal
LOC Locativo
MAL Malefactivo
MASC Masculino
MD Marcador de dependencia
MIR Mirativo
MOD Modal
MSUJ Mismo sujeto
NARR Narrativo
NEG Negación
NF No finito
NMLZ Nominalizador
NOM Nominalización
NOPOT No potencial
NPRET Nombre pretérito
O Relación O (vs. A y S)
OBJ Objeto
OBJT Caso objetivo (acusativo)
OBL Oblicuo
OP Objeto primario
OS Objeto secundario
P Preposición; forma pausal (otomí)
P1° Predicado primario
P2° Predicado secundario
PAH Participante del acto de habla
PAN Zoque de Pantepec
PART Participio
PART Partícula
PAS Pasiva
PE Posesión externa
PI Posesión interna
PIMPF (Sufijo de estatus de) posicionales en imperfectivo
PL Plural
PNV Predicado no verbal
POS Posesivo
PSDO Poseído
PSL Posicional
PSR Poseedor
POSP Posposición
POT Potencial
PPRF (Sufijo de estatus de) posicionales en perfectivo
PRED Predicativo
PREP Preposición
PRES Presente
PRET Pretérito
PRF Perfecto
PRFV Perfectivo
PRG Progresivo
PRO Pronombre
PROX Proximal
PROY Proyectivo
PSD Pasado
PSDO Poseído (possessum)
PSR Poseedor
PV Predicado verbal
PVT Predicados verbales transitivos
R Receptor; modo realis (en otomí)
REC Recíproco
RED Reduplicación
REL Relativo
REP Reportativo
RES Resultativo
RR Reflexivo-recíproco
S Relación S
SD Sufijo de direccional
SG Singular / determinante de singular (en otomí)
* Structure et Dynamique des Langues (umr8202), cnrs. Surrey Morphology Group, Universidad de
Surrey
** ciesas-Sureste.
17
Soto sobre los verbos de parentesco en cora gira asimismo en torno a la dimensión
semántica de la posesión, como lo hacen los trabajos de posesión externa de Peralta
Ramírez, en el capítulo 4 sobre el nahúatl, y el de Zavala Maldonado, en el capí-
tulo 5 sobre lenguas de la rama zoqueana. El fenómeno complejo de la integración
sintáctica de predicados se contempla, por un lado, en las construcciones de verbos
seriales de dos lenguas mayas q’anjob’alianas —el tojol’ab’al y el q’anjob’al—, a
cargo de Curiel y de Francisco Pascual, respectivamente, en los capítulos 6 y 7. El
resto de las contribuciones del libro, de los capítulos 8 al 13 estudian fenómenos
de integración sintáctica en estructuras de complementación en lenguas distintas,
tales como el mixe de Ayutla, tseltal, chol, mam, q’anjob’al y otomí.
una clase adjetival con muy pocos adjetivos básicos la que la mayoría de los miem-
bros son adjetivos denominales, como el totonaco (Levy, 2006b). Por último, están
las lenguas predicativas. En las lenguas predicativas encontramos dos grandes tipos.
En primer lugar, se tienen lenguas en las que la atribución de conceptos de propie-
dad se codifica en su mayoría o en su totalidad como predicados que son parte de
oraciones de relativo, como por ejemplo en cora (Vázquez Soto, 2004), en las
lenguas otopames (Palancar, 2006) y en el tlapaneco (Suárez, 1983) en las cuales
los predicados que expresan conceptos de propiedad suelen ser verbos estativos (es
muy probable que en otras ramas del otomangue suceda lo mismo), o en las zo-
queanas, en las que pueden ser tanto verbos como predicados no verbales (v.gr.
posicionales) que son parte de construcciones de relativo. Un ejemplo de este tipo
de lengua se da en 1, en el otomí de San Ildefonso Tultepec, Querétaro.
Dentro del otro gran grupo de las lenguas predicativas, en el que se encuentra
el p’orhépecha, los conceptos de propiedad con función atributiva se codifican de
manera no marcada, a modo de adjetivos, pero son, en su inmensa mayoría, formas
verbales estativas que provienen de verbos intransitivos incoativos. Esta estrategia
se encuentra en varias formas de zapoteco, como el de Santiago Apóstol (Padilla,
2010) y en el huave (Kim, 2008).
(3) huave
n-a-lyuy piats s-a-lyup tiol a najngoy
est-tem-ablandarse tortilla s1-tv-remojar en det caldo
‘Las tortillas blandas, las remojo en el caldo.’ (Kim, 2008: 197.)
b. néenu há’a-ya’ube’e
s1sg pos2-cuñado
‘Yo (soy) tu cuñado.’
Al contrario de lo que reporta Evans (2006) para las lenguas del norte austra-
liano, donde sólo se admiten construcciones verbales con “direccionalidad descen-
dente”, es decir, aquellas en las que el pariente mayor es codificado como sujeto y
el pariente menor como objeto, el cora admite construcciones con “direccionalidad
ascendente”, es decir, casos en lo que el pariente menor es codificado como sujeto,
y el pariente mayor como objeto, tal como se ilustra en 7 (véase el capítulo 3,
ejemplo 39b).
todos los tipos y existen incluso lenguas que emplean más de un tipo, entre ellas,
en este volumen, el náhuatl de Amanalco y las lenguas de la familia mixezoqueana.
El tipo en el que el poseedor se codifica como argumento central y el poseído
como oblicuo se ha reportado en Mesoamérica en el zoque de Tecpatán. En 11, el
participante que refiere al poseedor se expresa como sujeto absolutivo de la oración
por medio de la marca se sujeto ny- y del enclítico pronominal =mij en correferen-
cia con la segunda persona. Por otro lado, el poseído se expresa como un sintagma
oblicuo marcado por la posposición =pit. Nótese que el participante que refiere al
poseedor permanece registrado en el sintagma oblicuo, además de ser el sujeto
absolutivo de la oración (véase el capítulo 5, ejemplo 5b).
b. bi=ñüM’s-k-a=má ts’ói
3.psd=llenar.ta-1dat-d=1pos olla
‘Me llenó mi olla.’
(14) soteapaneco
mi=puy-ku.wiks-w
2abs=pie-doblarse-com
‘Te torciste el pie.’ (de Jong Boudreault, 2009: 666.)
b. ni-mits-ma:-pa-pa:k
s1sg-op2sg-mano-red-lavar.prf
‘Te lavé las manos.’
(Lit. ‘Te-mano-lavé.’)
b. ti-ne:ch-ihti-li no-kone:-w
s2sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-niño-sg.psdo
‘Me cuidaste a mi hijo.’
(Lit. ‘Me viste a mi hijo.’)
(17) oluteco
min=tuku pün mi=ko:puj-ax-anüpa=a
2psr=ropa quién 2abs=lavar-apl-irr.inv=anim
‘¿Quién te va a lavar tu ropa?’ (Zavala Maldonado, 1999: 256.)
(18) p’orhépecha
a. xuká-s-Ø-ti María-eri k’waníntikwa-ni
ponerse-prf-pres-3ind María-gen rebozo-objt
‘Se puso el rebozo de María.’ (Capistrán-Garza, 2006: 295.)
b. ni-mits-ichka-pia-li
s1sg-op2sg-borrego-cuidar-apl.prf
‘Te cuidé tus borregos.’ (Fui tu pastor por mucho tiempo.)
b. ny-ko-ka-u=mij n-yomo=pit
2abs-apl-morir-com=pro2abs 2pos-mujer=instr
‘Se te murió tu esposa.’
(Lit. ‘Te moriste con/por tu esposa.’)
(24) oluteco
a. je tye:mpo tan=jon-küx-ax-i-y min=piyu
aquel tiempo 1abs=robar-3pl-apl-com.dep-inv.dep 2psr=pollo
‘En aquellos tiempos ellos me robaron tus pollos.’
b. ta=tun-ax-ü-w=ak tan=kama-nak
1abs=hacer-apl-inv-com=anim 1psr=milpa-dim
‘Él me preparó mi milpita.’
Hasta muy recientemente, Mesoamérica fue un área donde el estudio sobre verbos
seriales había sido ignorado, sobre todo si lo comparamos con la investigación
exhaustiva que se ha hecho de este fenómeno en otras áreas del mundo, principal-
mente en el sureste asiático; Papua, Nueva Guinea, y África occidental. Con la
investigación del fenómeno en estas tres regiones se ha podido identificar a los
verbos seriales como secuencias de dos o más verbos que actúan juntos como un
solo predicado, que no tienen marcas expresas de coordinación, subordinación o
de dependencia sintáctica o discursiva, y que comparten al menos un argumento
(Aikhenvald, 2006a). El siguiente ejemplo del tojol’ab’al es un caso de una cons-
trucción serial debido a que: 1) entre las secuencias del verbo “decir” y “oír” no hay
dependencia sintáctica; 2) ambos verbos comparten el objeto lógico, y 3) los dos
verbos forman una unidad estructural que codifica un solo evento (véase el capí-
tulo 6, ejemplo 9).
(25) tojol’ab’al
y-al-a-Ø=ni k-ab’ ke mi=ni jas=ni wa x-’ek’-Ø
a3-decir-et-b3=enf a1-oír comp neg=enf qué=enf inc inc-pasar-b3
s-k’ujol=a
a3-corazón=dist
‘Claro que me dijo que nada le pasaba por la mente.’
(Lit. ‘Sí lo dijo y yo lo escuché que nada le pasaba por la mente.’)
(26) oluteco
maku u:ra tuk=xü i=xej-pük-i
diez hora uno=cit a3(abs)=exhalar-agarrar-incd
‘Uno descansa a las diez.’ (Zavala Maldonado, 2006: 273.)
(28) tojol’ab’al
mok wa-b’at-Ø y-i’ s-k’ab’ ja=’alats=i
neg.irr a2-pisar-b3 a3-tomar a3-mano det=bebé=top
‘No le pises la mano a la bebé.’
(Lit. ‘No la pises ella-tomar su mano de la bebé.’) (Txt)
(29) tojol’ab’al
a. mok wa-chon-on y-i’
neg.irr b2-vender-b1 a3-dat
‘No me vendas a él.’
(30) q’anjob’al
P1° P2°res
max-Ø-s-b’eq k’ay naq Wel s-q’oxq’om
com-b3-a3-soltar desaparecer clf Manuel a3-sombrero
‘Manuel perdió su sombrero.’
Por otro lado, en las lenguas mixeanas, el comportamiento de las marcas ex-
plícitas de dependencia en los verbos se emplea como criterio morfosintáctico
crucial para distinguir tipos de complemento. Estas marcas suelen correlacionarse
con marcas de aspecto y paradigmas de personas que en lenguas innovadoras han
dado pie, además, a sistemas de alineamiento complejos (Santiago Martínez,
2008). Estas marcas de dependencia — el término no se debe entender como su
bordinación— reflejan la sensibilidad del verbo a la estructura sintáctica de ciertos
constituyentes dentro de su ámbito clausal. Por ejemplo, el verbo aparece marcado
como “independiente” cuando lo preceden constituyentes argumentales, como en
34a, pero como “dependiente” cuando aparece un adverbio en posición inicial,
como en 34b (véase el capítulo 8, ejemplo 7).
(37) q’anjob’al
x-Ø-y-il ix [ha-way-i]
com-b3sg-a3sg-ver clf:mujer a2sg-dormir-vi
‘Ella te vio durmiendo.’
(38) q’anjob’al
x-ach y-uqtej-toq ix [man-oj jos]
com-b2sg a3sg-perseguir-dir clf:mujer comprar-inf huevo
‘Ella te mandó a comprar huevos.’
(39) q’anjob’al
max-Ø w-il [hach s-sah-on-toq ha-mam b’ay xal]
com-b3sg a1sg-ver b2sg a3sg-regalar-md-dir a2sg-padre a clf
‘Yo vi que tu padre te regaló a la señora.’
(40) q’anjob’al
* q-Ø-j-uqtej-toq ix [jun waj-oj sakate ti]
pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf:mujer indef juntar-inf zacate dem
Lectura buscada: ‘La mandaremos a juntar zacate.’
1
La incorporación es de un tipo especial que en Gerdts (2001) se denomina noun stripping (“desvesti-
miento nominal”).
En el capítulo 11, Vázquez Álvarez muestra que el chol tiene dos tipos de
cláusulas sin aspecto a las que se denomina “no finitas”. Un primer tipo, ilustrado
en 41, es equivalente al tipo estructural de forma con persona ejemplificado en 37
o 39, en q’anjob’al (véase el capítulo 11, ejemplo 50).
(41) chol
tyi k-il-ä-Ø [a-wuts’-oñ-el]
prfv a1-ver-vtd-b3 a2-lavar.ropa-ap-nf
‘Vi que lavabas ropa.’
(Lit. ‘Vi tu lavar ropa.’)
(42) chol
a. a’bi tä=x=tyo k-ñop-o-Ø-loñ [tyäl-el]
ayer prfv=ya=todavía a1-intentar-vt-b3-pl venir-nf
‘Ayer todavía intentamos venir.’ {Txt}
41 es el único argumento del verbo mejl, “poder” (Lit. “ser posible”). Como resul-
tado de la ascensión, el argumento del verbo wäyel, “dormir”, aparece codificado
como argumento de mejl en 43b (véase el capítulo 11, ejemplos 2a y 2b).
(43) chol
a. mejl-Ø [k-wäy-el]
poder-b3 a1-dormir-nf
‘Puedo dormir.’
(Lit. ‘Es posible mi dormir.’)
(44) chol
ts-ajñ-Ø-ob [tyi mäñ-oñ-el]
prfv-llegar-b3-pl p/sub comprar-ap-nf
‘Llegaron a comprar.’ {Txt}
(45) chol
tyi aw-il-ä-y-oñ [tyi __ uk’-el]
prfv a2-ver-vtd-epn-b1 p/sub llorar-nf
‘Me viste llorar.’
Los predicados no finitos sin aspecto y sin persona en las lenguas mayas son
típicamente intransitivos. El q’anjob’al muestra el caso más común. El sufijo -oq
se asocia directamente a una raíz intransitiva para formar un infinitivo (way-oq,
“dormir”). Cuando el verbo es transitivo de origen, se requiere primero modificar
la valencia del verbo mediante sufijos de voz: antipasivo (por ejemplo, q’an-waj-oq,
“pedir”, o kol-waj-oq “ayudar”) para dejar el argumento A como S, o pasivo (por
ejemplo, ante-lay-oq, “ser curado”) para que O sea S. Cuando el verbo transitivo
se emplea en una construcción de incorporación, no se requiere el sufijo de anti-
pasivo ya que la construcción en sí sirve de reductor de valencia (por ejemplo,
loh-oj china, “comer naranja”). En algunos casos, la intransitividad permea incluso
morfológicamente los predicados transitivos en la formas sin aspecto pero con
persona. Esto sucede, por ejemplo, en q’anjob’al, donde estos predicados no sólo
presentan un patrón de alineamiento no canónico como en otras lenguas mayas,
sino que además aparecen marcados con el sufijo -on (46a) (nótese además el uso
del sufijo de estatus de los verbos intransitivos en frontera prosódica, tal como se
ilustra en 46b) (véase el capítulo 9, ejemplos 14 y 26a), y que aparece también en
las construcciones de enfoque de agente que presentan igualmente transitividad
defectiva (Aissen, 2006).
(46) q’anjob’al
a. q-Ø-ey-ab’ [he-way-i]
pot-b3sg-a2pl-oír a2pl-dormir-vi
‘Se fijan como duermen.’ {Txt}
ración nominal, como en tx’eema-l sii’, “cortar leña”, pero a diferencia de todas las
demás lenguas mayas pueden hacer igualmente explícito su argumento objeto de
forma oblicua codificando la fn dentro de una frase de sustantivo relacional enca-
bezada por ee, que en otras construcciones tiene varias funciones como marcadorde
dativo/benefactivo y posesivo, como en 47 (véase el capítulo 10, ejemplo 20),
(47) mam
n=chi ku’ teen xjaal [belaara-l t-e weech]
inc=b3pl dir estar gente velar-inf a3sg-sr:pac gato_de_monte
‘La gente empezó a velar al gato de monte.’ {Txt}
El sustantivo relacional aparece poseído en núcleo con una marca del juego A
que hace referencia cruzada al sustantivo argumental del objeto y que se puede
emplear por sí sola de forma pronominal y anafórica, como en 48 (véase el capítulo
10, ejemplo 12).
(48) mam
n=ch=ul aaj=x=kya xjaal tzluu’
inc=b3pl=dir regresar=siempre=3pl.enf gente aquí
[b’inchaa-l t-ee]
hacer-inf a3sg-sr:pac
‘Viene la gente aquí a hacerlo.’
England apunta que este sustantivo relacional (junto con la marca pronomi-
nal) se suele repetir para indicar énfasis sobre el objeto (49) (véase el capítulo 10,
ejemplo 34a).
(49) mam
asta nn=Ø=ok teen meeb’a [woons-l t-e-t-ee
hasta inc=b3sg=dir estar huérfano tostar-inf a3sg-sr-a3sg-sr:pac
t-b’aq-al masaat]
a3sg-hueso-abst venado
‘[...] y se puso el huérfano a tostar los huesos del venado [...].’ {Txt}
-el, que se emplea con los verbos intransitivos, como en way-el, “dormir”. Asocia-
do a las raíces transitivas, el resultado es un predicado intransitivo que sorprenden-
temente, en el contexto de la familia maya, tiene orientación pasiva, es decir, se
cancela el argumento A, y O se trata como S, tal como se ve en 50, donde hay una
identificación de argumentos entre el agente de mulan, “gustar”, y el sujeto paciente
de la raíz jot’-, “rascar” (véase el capítulo 12, ejemplo 16).
(50) tseltal
ya j-mulan-Ø [jot’-el]
inc a1-gustar-b3 rascar-nf.pas
‘Me gusta ser rascado.’
(51) tseltal
ya j-mulan-Ø [s-jot’-el j-jol]
inc a1-gustar-b3 a3-rascar-nf.pas a1-cabeza
‘Me gusta rascarme la cabeza.’
(Lit. ‘Me gusta su ser-rascada de mi cabeza.’)
(52) chol
tyi k-il-ä-Ø [y-ixm-äñ-ty-el ixim]
prfv a1-ver-vtd-b3 a3-desgranar-vtd-pas-nf maíz
‘Vi desgranar el maíz.’
(Lit. ‘Vi su ser desgranado del maíz.’)
(53) chol
tyi k-il-ä-Ø i-ts’i’ aj-Wañ
prfv a1-ver-vtd-b3 a3-perro clf-Juan
‘Vi el perro de Juan.’
(Lit. ‘Vi su perro (de) Juan.’)
(54) tseltal
ya j-mulan-Ø [s-jot’-el]
inc a1-gustar-b3 a3-rascar-nf.pas
‘Me gusta rascarlo.’
(55) tseltal
* ya j-mulan-Ø [a-jot’-el]
inc a1-gustar-b3 a2-rascar-nf.pas
Lectura buscada: ‘Me gusta rascarte.’
(56) k’iche’
x-Ø-ki-maji-j [qa-yaaj-iik]
com-b3sg-a3pl-empezar-vt a1pl-regañar.pas-nf
‘Empezaron a regañarnos.’
(Lit. ‘Empezaron nuestro ser-regañados.’)
(57) tseltal
ya j-mulan-Ø [j-jot’-bel-at]
inc a1-gustar-b3 a1-rascar-nf.tr-b2
‘Me gusta rascarte.’
Por otro lado, la intransitividad de las formas no finitas no parece ser un rasgo
exclusivo de las lenguas mayas. En muchas lenguas otomangues se tienen nomi-
nalizaciones verbales en contextos de complementación que funcionan en la
inmensamayoría de los casos como predicados igualmente intransitivos. El capí-
tulo de Palancar, el último de este volumen, muestra en detalle la distribución
sintáctica de formas nominalizadas verbales en la familia otomí (otopame); éstas
se emplean como estrategia de complementación clausal y son también intransitivas.
Un ejemplo de la estructura en cuestión se ofrece el ejemplo en 58, del otomí de
la Sierra (Voigtlander y Echegoyen, 2007: 4).
1.6. Conclusión
Las lenguas de Mesoamérica son bien conocidas por sus características tipológicas
compartidas, pero también por la gran diversidad de sus genios estructurales pre-
sentes en la región, desde lenguas altamente polisintéticas hasta otras que son
puramente analíticas, lenguas con distintos alineamientos para marcar relaciones
gramaticales, lenguas que recurren a distintos mecanismos de codificación de las
relaciones gramaticales, lenguas con marcación en los núcleos o en los dependien-
tes, lenguas en las que las categorías gramaticales son claramente distinguibles y
otras en las que se presentan como híbridas, entre muchas características notables.
En esta área lingüística se encuentran rasgos compartidos no solamente dentro de
los límites de las familias, sino entre familias diversas, debido al contacto que
tuvieronlos hablantes de estas lenguas en épocas precolombinas.
Los siguientes capítulos, en este volumen abren vetas de investigación poco
conocidas en la sintaxis de las lenguas de Mesoamérica y reflejan la gran diversidad
de los dominios gramaticales y funcionales que son los ejes temáticos de la obra:
clases léxicas, posesión e integración oracional. Las contribuciones contenidas en
el libro son aportes que dialogan con la teoría sintáctica abocada al estudio de
corte contrastivo, tipológico y con la teoría de la gramaticalización. De esta mane-
ra, los distintos estudios no solamente son contribuciones que incrementan el
conocimiento de la morfosintaxis de las lenguas específicas sino que son aportes
a las teorías interesadas en comprender la diversidad de los patrones estructurales,
teniendo como base de estudio la diversidad de las lenguashabladas en los distintos
continentes. Este volumen es una muestra de la riqueza de los diversos patrones a
los que recurren algunas de las lenguas pertenecientes a cinco familias mesoame-
ricanas.
Alejandra Capistrán-Garza*
2.1. Introducción
1
El presente estudio se llevó a cabo dentro del taller sobre conceptos de propiedad en lenguas de Me-
soamérica dirigido por Paulette Levy en el Seminario de Estudios de Lenguas Indígenas de México
(selim). Agradezco a todos los participantes del selim por la retroalimentación que recibí durantes
las sesiones de 2003 y a la audiencia del ssila, en enero de 2004, que tuvo lugar en Boston, donde
presenté una versión de este trabajo. Agradezco especialmente a los editores del volumen, Enrique L.
Palancar y Roberto Zavala por sus valiosos comentarios a los distintos borradores que llegaron a sus
manos, los cuales permitieron precisar y mejorar varios aspectos de este capítulo.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
2
Los datos en que se basa esta investigación provienen de Puácuaro, poblado ubicado en la ribera
oeste del lago de Pátzcuaro.
49
que la del nombre es servir de argumento. Asimismo, asumo, como señalan Beck
(1999; 2002), Croft (1990: 140, 141), Hengeveld (1992), Lehmann (1990) y
Schachter (1985), que la función primaria y no marcada de los adjetivos es la
atribución (modificación nominal). De esto se sigue que si un elemento de una
clase léxica cumple una función marcada, debe requerir de algún dispositivo gra-
matical especial en ese contexto. En este estudio retomo el criterio de complejidad
estructural propuesto por Beck (1999: 31): “un elemento X es marcado con respecto
a otro elemento Y si X es más complejo, morfológica o sintácticamente, que Y”.
Este autor añade que la complejidad estructural se puede establecer por: a) com-
paración de dos formas de un lexema (complejidad morfológica) y b) comparación
de dos lexemas diferentes en la misma función sintáctica (complejidad sintáctica).
Con estos criterios, es posible definir un verbo como el lexema que en su fun-
ción predicativa aparece sin marcación alguna, pero que al ocurrir como argumento
o modificador nominal presenta complejidad estructural. De la misma manera,
los adjetivos son los lexemas que en la función de modificación nominal aparecen
en su forma no marcada pero que requieren de complejidad estructural para usarse
predicativamente.3
Este trabajo estudia las formas del p’orhépecha que expresan conceptos de
propiedad; palabras que ocurren como modificadores atributivos y que pueden
emplearse en la predicación de propiedades y estados. A partir del estudio de las
propiedades morfosintácticas de los conceptos de propiedad, mostraré que el
p’orhépecha cuenta solamente con dos adjetivos básicos y que el resto de los con-
ceptos de propiedad está constituido principalmente por bases verbales en su forma
estativa. Voy a demostrar que los sufijos -ri/-ti que aparecen con la mayoría de los
conceptos de propiedad son morfemas estativos, tal como ocasionalmente lo ha
sugerido Monzón (1998: 101-102; 2004: 95-96).
El capítulo está organizado de la siguiente manera. En la segunda sección, se
presenta un panorama general de las características de los sistemas verbal y nominal
del p’orhépecha; en la tercera sección, discuto las raíces del p’orhépecha que pueden
considerarse adjetivos básicos y ofrezco una breve exposición sobre los verbos
que codifican conceptos de propiedad; en la cuarta sección, se analizan tres tipos
3
Dixon (2004) presenta una posición algo distinta (véase la nota 11). Según este autor, los adjetivos
básicos (monomorfémicos) tienen dos funciones gramaticales: por un lado, la de aseverar que algo
tiene cierta propiedad, lo cual se puede realizar, a) funcionando como verbos intransitivos “verb-like
adjective”, o b) por medio de la cópula “noun-like adjective”; y por el otro, la de ser modificador en fn.
Desde su punto de vista, el adjetivo es una categoría universal que debe diferenciarse, aunque sea por
rasgos sutiles, de los verbos.
4
El nominativo es el caso no marcado, mientras que el acusativo —denominado tradicionalmente
como “caso objetivo”— se marca con -ni. Este caso objetivo (o acusativo) marca el objeto de construc-
ciones monotransitivas y los dos objetos de oraciones ditransitivas. En la lengua son posibles objetos
sintácticos sin marca de caso cuando la fn corresponde a un tema o paciente y se refiere a un inani-
mado singular sin determinante definido, a un genérico o a una masa. Para mayor información sobre
este punto véanse Villavicencio, 2002: 236-247; Capistrán-Garza, 2002; 2005.
5
Las únicas excepciones a esta regla son unas cuantas raíces monosilábicas irregulares (Foster, 1969:
66) que para flexionarse toman como formativo (excepto en imperativo y futuro) -rha o -ra, sufijo en
el que recae el acento.
6
Denomino -ni como marca de “no finito”, retomando la terminología propuesta por Haspelmath
(1995), pues sus funciones no se limitan a las reconocidas como típicas del infinitivo en otras lenguas.
7
En la ortografía práctica de la lengua se emplea ï para //; y /j/; C’ indica consonante aspirada; sh /ʃ/;
ts /t͡s/; ch /tʃ/; rh /ɽ/.
c. xí ú-a-sïn-Ø-ka=ni k’umánchikwa-icha-ni
1sg hacer-distr-hab-pres-1/2ind=1sg.suj casa-pl-objt
‘Yo hago casas.’
8
El símbolo + indica unión de dos morfemas cuyo sentido no puede descomponerse composicional-
mente.
En contraste con las bases verbales en 1 y 2, existen raíces que podemos reco-
nocer como nominales. Los casos más claros corresponden a palabras claramente
monomorfémicas como itsï, “agua”; purhú, “calabaza”; paré, “nopal”, y tumpí, “mu-
chacho” (en este grupo puede también incluirse la forma con reduplicación tsúntsu,
“olla”). Estas raíces pueden reconocerse como nominales ya que funcionan como
argumentos verbales (núcleo de fn), aceptan flexión de caso y número y toman
determinantes, pero no pueden tomar flexión verbal directamente ni usarse predi-
cativamente, tal como lo muestra la estructura mal formada en 3b.9
b. * í má tsúntsu-s-Ø-ti
este una olla-prf-pres-3ind
Lectura buscada: ‘Esto es una olla.’
9
En p’orhépecha la flexión de caso debe recaer en los determinantes definidos, si los hay, y en el último
constituyente de fn, pero puede también ocurrir en el núcleo nominal, aun cuando éste no sea el cons
tituyente final. La flexión de número sigue las mismas reglas, salvo que, en general, los determinantes
no toman la marca plural -icha/ -echa (para más detalles sobre esto, véase Capistrán-Garza, 2002).
10
Unas cuantas raíces, como itsï, “agua”, o kutsï, “luna, mes, mujer”, pueden tomar un sufijo verbal y
funcionar predicativamente. Así tenemos itsïmani, “beber” (-ma es un sufijo espacial, de resolución
transitiva); kutsïmini, “envejecer para mujeres” (-mi es un formativo verbal de resolución intransitiva).
Tales raíces pueden reconocerse como nominales pues, a diferencia de las raíces verbales no libres,
pueden ocurrir sin dicha sufijación (forma no marcada) y funcionar como nominales.
(4) a. í má purhú-i-s-Ø-ti
este una calabaza-vrbz-prf-pres-3ind
‘Esto es una calabaza.’
b. í xinté-s-Ø-ti purhú
este ser-prf-pres-3ind calabaza
‘Esta es (la) calabaza.’
(5) a. k’waní-nti-kwa
arrojar-área_de_oído_a_hombro-nmlz
‘rebozo’
b. mí+ta-kwa-icha
abrir-nmlz-pl
‘llaves’
c. teré-kwa
pudrirse-nmlz
‘hongo’
Ejemplos como los de 5 muestran raíces y bases verbales que pueden funcionar
como núcleos de ffnn, y aceptar flexión nominal una vez derivadas por el sufijo
-kwa. Las palabras resultantes, como ocurre con los sustantivos de 4, no pueden
usarse predicativamente sin la presencia del verbalizador o la cópula xinténi.
11
Las nominalizaciones del tipo pirékwa, “canción” (piréni, “cantar”), se forman con este sufijo. Las
palabras shukúparhakwa, “ropa”, en 1b, y k’umánchikwa, “casa”, en 1c, se derivan, respectivamente,
de shukúparhani, “vestirse”, y k’umánchini, “sombrear(se)”. Es importante señalar que existen otras
marcas con función nominalizadora, pero que por razones de espacio no es posible tratarlas aquí.
Dado que éste no es el tema central de esta exposición, no desglosaré morfológicamente los sustantivos
deverbativos que puedan presentarse en el resto de este trabajo.
Existen en p’orhépecha dos raíces que codifican los conceptos de propiedad “gran-
de” y “chico” y que podemos reconocer como adjetivos básicos. Estas raíces, —sapí,
“chico”, y t’arhé, “grande”—, aparecen en 6 en función atributiva.13
12
Más recientemente, Dixon (2004) ha replanteado su postura acerca de la existencia de lenguas sin una
clase de adjetivos básicos y sostiene que en todas las lenguas es posible determinar dicha clase, por
pequeña que sea, si se reconsideran los criterios que la determinan. Como aquí no entraremos en esta
discusión, véanse respecto a las distintas posturas, Beck, 1999; 2002; Chafe, 2004; Dixon, 2004;
Hajek, 2004; Vázquez Soto, 2004; Palancar, 2006.
13
Es también común la forma sapíchu, “chico”; sin embargo, puesto que aquí la raíz presenta el sufijo
-chu, cuyo estatus no es claro, consideraré sólamente sapí, que es la forma monomorfémica.
14
Sobre la marcación de caso, véanse las notas 4 y 9. En cuanto al orden del modificador respecto al
núcleo, tanto sapí como t’arhé pueden ocurrir antes o después del núcleo; sin embargo, la mayoría de
estas formas son usadas predicativamente, es necesario usar la cópula xinténi, “ser”,
como en 7, o agregar el sufijo verbalizador -i/e, como en 8.
b. í t’arhé-e-s-Ø-ti
éste grande-vrbz-prf-pres-3ind
‘Éste es grande.’
modificadores nominales derivados, como ambákiti, “bueno” (ambákini, “limpiarse, ser bueno”), y
k’éri, “grande” (k’éni, “crecer”), ocurren con el orden núcleo-modificador (el orden n-mod parece ser
una innovación respecto al patrón registrado en el siglo xvi, véase Villavicencio, 2002: 56; 2006: 72 s.).
15
Tanto sapí (pero no la forma sapíchu) como t’arhé, al igual que ocurre con algunas raíces nominales
(véase nota 10), si bien no pueden directamente recibir flexión verbal, pueden tomar sufijos que
funcionan como formativos de bases verbales y funcionar predicativamente, por ejemplo, t’arhé-pi-ni,
“envejecer para hombres”, o sapí-narhi-ni, “tener la cara chica” (narhi, “cara”).
16
El lexema sapí se emplea como sustantivo con la significación de “niño”.
17
La modificación n-n sólo parece posible en compuestos: tumína akwítsi, “tipo de víbora” (tumína,
“dinero”; akwítsi, “víbora”), kwashánta terékwa, “tipo de hongo” (kwahsánta, “huevo”; terékwa, “hon-
go”), etcétera. Por otro lado, algunos sustantivos en la lengua toman el clítico delimitativo =k’u y
b. kamáta shénkwa-iri
atole capulín-gen
‘atole de capulín’
b. * t’arhé-eri k’umánchikwa
grande-gen casa
‘la casa grande’
Puesto que el p’orhépecha presenta una clase sumamente pequeña de raíces adje-
tivas, no es sorprendente que el resto de los conceptos de propiedad se codifiquen
como verbos. En 11 y 12 doy algunos ejemplos de raíces verbales libres y no libres,
respectivamente, que expresan conceptos de propiedad.
pueden funcionar como modificadores nominales, por ejemplo wáts’ï, “hijo/niño”, > wáts’ï=k’u, “jo-
ven”; itsï, “agua”, > itsï=k’u, “aguado”; etcétera.
18
Quizá podría agregarse ximpáni, “nuevo”, a la lista de adjetivos básicos, puesto que dicha raíz sólo
ocurre en esta forma y se comporta como sapí y t’arhé. Sin embargo, existen evidencias que sugieren
que ximpáni podría venir de una forma verbal que se ha lexicalizado (véase el Diccionario grande, obra
de finales del siglo xvi; anónimo, 1991: 277).
19
En este aspecto, el p’orhépecha se asemeja a las lenguas registradas por Dixon (1982; 2004) en las que
existen únicamente tres o cuatro adjetivos básicos, de los que se espera que correspondan, en primer
lugar, al grupo semántico de dimensión y, en segundo lugar, al de edad.
Los formativos -pi, -mi y -mpi (posible combinación de -mi y -pi), que pueden
observarse en 12, ocurren solamente con conceptos de propiedad. Sin embargo,
como puede verse en los ejemplos de 11 y en la forma yóskani, en 12, no todos los
conceptos de propiedad son raíces ligadas que deban tomar uno de estos formati-
vos. Asimismo, ninguna de las raíces en 12 puede ocurrir sin afijación.
Las raíces y bases de 11 y 12 pueden recibir todas las flexiones verbales y
funcionarpredicativamente. A manera de ejemplo, muestro en 13 formas en
progresivo,y en 14, en perfecto.
b. tyámu charhá+pi-sha-p-ti
fierro enrojecer-prg-psd-3ind
‘El fierro se estaba poniendo rojo.’
b. tyámu charhá+pi-s-p-ti
fierro enrojecerse-prf-psd-3ind
‘El fierro se había enrojecido, estaba rojo (en la lumbre).’
Como ocurre con otros verbos, muchas de las raíces verbales que expresan
propiedades pueden funcionar como argumentos nominales si reciben el sufijo
nominalizador kwa.
20
Sobre el aspecto inherente de estos verbos y su comportamiento con las marcas aspectuales, véase
Capistrán-Garza 1997, donde se argumenta sobre el carácter dinámico de los verbos que codifican
nociones de propiedad y su carácter télico o atélico.
21
En las bases verbales que toman -pi, se presenta un cambio morfofonológico de la vocal final del
formativo al añadirse el causativo.
Existen en p’orhépecha palabras formadas por una raíz o base verbal más algún
sufijo, las cuales se comportan de la misma manera que los adjetivos básicos, tanto
al funcionar como modificadores nominales como al usarse predicativamente.
Encontramos tres tipos.
En los ejemplos de 17, las palabras derivadas con -kata funcionan como mo-
dificadores atributivos.
Las formas deverbales que pueden funcionar como modificadores con la ter-
minación -ri/-ti son muy numerosas y no se limitan a verbos que codifican
conceptosde propiedad, por lo cual no es posible dar una lista cerrada de ellas. En
21 se ofrecen algunos ejemplos más.
Todas las palabras derivadas que he presentado en esta sección se comportan como
los dos adjetivos básicos sapí y t’arhé. Todas ellas pueden funcionar atributivamente
y tomar flexión nominal, pero cuando se usan como predicados para expresar que
algo o alguien posee cierta propiedad, es necesaria una construcción con la cópula
xinténi, “ser”, o bien, la sufijación del verbalizador -i/e. Tal comportamiento se
muestra en 22 y 23 para cada uno de los tipos de palabraconsiderados anterior-
mente. En los ejemplos de 22 podemos observar predicaciones con el sufijo verba-
lizador.
b. k’umánchikwa tamá-pu-i-s-Ø-ti
casa engrasarse-pu-vrbz-prf-pres-3ind
‘La casa es vieja.’
c. wíchu turhí+pi-ti-i-s-Ø-ti
perro negrear-est-vrbz-prf-pres-3ind
‘El perro es negro.’
Como puede observarse, los tres tipos de palabras considerados pueden fun-
cionar como modificadores nominales, pero para predicar que algo tiene cierta
propiedad requieren del verbalizador o la cópula xinténi. Es decir, funcionan como
los adjetivos básicos. Sin embargo, como mostraré a continuación, las palabras con
la terminación -ri/-ti presentan diferencias morfosintácticas respecto a los otros
deverbativos que pueden funcionar como adjetivos. Tales diferencias se explican al
reconocer que las formas [v-ri/-ti] corresponden a bases verbales estativas.
En esta sección mostraré que -ri/-ti son sufijos estativos orientados al sujeto. Las
formas verbales que resultan de la afijación de estos morfemas indican situaciones
que implican estabilidad temporal; es decir, corresponden a formas verbales esta-
tivas. Entiendo por una forma verbal estativa, siguiendo a Kozinskij (1998) y
Nedjalkov y Jaxoton (1998: 6-27), una forma marcada del verbo que indica un
estado o cualidad sin implicaciones sobre su origen.22 Como Nedjalkov et al. (1998:
155) señalan respecto al chukchee, las formas estativas no contienen en sí infor-
mación acerca de una acción previa, aunque dicha información pueda desprender-
se del significado del verbo y/o del conocimiento del mundo.
El reconocimiento de los sufijos -ri/-ti como morfemas estativos permite pos-
tular que las formas que presentan estas terminaciones constituyen bases verbales.
Si esto es correcto, se explica el que dichas formas, si bien pueden adoptar propie-
dades morfosintácticas no verbales (como ocurre cuando funcionan como modi-
ficadores nominales o predican una propiedad inherente), sean comunes en cons-
trucciones restringidas a bases verbales. Lo anterior se demuestra cuando analizamos
las construcciones que expresan estados, así como otras formas verbales en que
ocurren los sufijos -ri/-ti .
22
Nedjalkov y Jaxoton (1998: 13) señalan que es posible, como ocurre en fula, que una cualidad, por
ejemplo “alto”, se exprese mediante la forma estativa de un verbo dinámico, por ejemplo “devenir alto”.
23
El contraste entre las construcciones que presento en esta sección y las predicaciones con el verbalizador
o la cópula xinténi corresponde a la diferencia entre “stage-level predicates” e “individual level predicates”
(Kratzer, 1995).
24
Construcciones como las de 25 son correctas, según algunos hablantes consultados. Aunque en Capis
trán-Garza (1997: 109) se dan como gramaticales, no todos los hablantes las aceptan (especialmente
los mayores) y no he encontrado ninguna ocurrencia de estas formas en texto.
25
Las formas [v-ri/-ti-ni] no pueden funcionar como modificadores en ffnn ni recibir al verbalizador
para predicar una propiedad:
b. turhí+pi-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti
negrear-est-nf estar-prf-pres-3ind
‘Está negro.’
c. k’arhí-ri-ni xa+rhá-s-Ø-ti
secarse-est-nf estar-prf-pres-3ind
‘Está seco.’
Por otro lado, en contraste con las construcciones en 26, las palabras que no
terminan en -ri/-ti no aceptan la sufijación de -ni, como puede verse en la agramati
calidad de los ejemplos en 27.
b. * xupá-kata-ni xa+rhá-s-Ø-ti
lavar-part-nf estar-prf-pres-3ind
‘Está lavado.’
c. * k’arhí-sï-ni xa+rhá-s-Ø-ti
secarse-sï-nf estar-prf-pres-3ind
‘Está flaco.’
(28) a. té-ri-sha-Ø-ti
endulzarse-est-prg-pres-3ind
‘Está dulce.’
b. turhí+pi-ti-sha-Ø-ti
negrear-est-prg-pres-3ind
‘Está negro.’
c. k’arhí-ri-sha-p-ti
secarse-est-prg-psd-3ind
‘Estaba seco.’
d. t’ú ts’irá+pi-ti-sha-p-ka
2sg enfriarse-est-prg-psd-1/2ind
‘Tú estabas fría/o.’
Cuadro 2.1
Similitudes y diferencias entre los adjetivos básicos y los deverbales
Adjetivos básicos: Adjetivos deverbales:
Para demostrar que las formas [v-ri/-ti] son bases verbales estativas, considere-
mos otros verbos que presentan construcciones como las de 26 y 28. Los verbos
que codifican eventos cuyo resultado es un estado, comúnmente son usados en
oraciones en que los sufijos -ri/-ti se refieren a estados orientados al sujeto. Esto
puede observarse en el ejemplo 30, con el verbo intransitivo washákani, “sentarse”.
(30) a. washá+ka-sha-Ø-ti
sentarse-prg-pres-3ind
‘Se está sentando.’
b. washá+ka-ni xa+rhá-ni
sentarse-nf estar-nf
‘Estar sentándose.’
c. washá+ka-ti-sha-Ø-ti
sentarse-est-prg-pres-3ind
‘Está sentado.’
d. washá+ka-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti
sentarse-est-nf estar-prf-pres-3ind
‘Está sentado, ha estado sentado.’
En 30a, la base verbal washáka toma el sufijo progresivo -sha para indicar que
la acción está ocurriendo en el momento del acto de habla. El ejemplo 30b corres-
ponde a la forma perifrástica del progresivo en la cual la base verbal toma el sufijo
no finito -ni al entrar en construcción con el auxiliar xarháni. Los ejemplos 30c y
30d se refieren a estados. En 30c, la base verbal más -ti es seguida por -sha para
indicar un estado que existe en el momento del acto de habla. En casos como el de
30d, la base verbal con terminación -ti debe tomar el sufijo de flexión no finita -ni
para combinarse con el auxiliar xarháni.
El postulado de que las formas en -ri/-ti son bases verbales se corrobora por el
comportamiento de verbos transitivos. En 31, tenemos las mismas construcciones
que en 30, con el verbo “cargar”.
c. kwí-parha-a-ti-sha-Ø-ti tsúntsu-icha-ni
cargar-espalda-obj.pl-est-prg-pres-3ind olla-pl-objt
‘Tiene ollas cargadas en la espalda.’
Los ejemplos de 32 muestran las mismas construccions que 30c, 30d y 31c,
31d, por lo cual es posible afirmar que en todos estos casos se trata construcciones
verbales estativas.
b. Xwánu ambá+ki-ti-sha-Ø-ti
Juan limpiarse_por_dentro-est-prg-pres-3ind
‘Juan está sano.’ (No se ha enfermado.)
Por su parte, las construcciones que presentan bases con el sufijo estativo, flexio-
nadas en no finito y seguidas del auxiliar xarháni, generalmente se usan para indicar
estados permanentes/recurrentes o limitados en su inicio. El valor que pueden to
mar estas construcciones depende del valor aspectual y/o temporal que tome el auxi-
liar. Los siguientes ejemplos nos muestran construcciones con habitual y con futuro.
En la sección anterior he mostrado que las formas [v-ri/-ti] son formas verbales
estativasorientadas al sujeto. En tanto bases verbales estativas que son defectivas,
sólo admiten la flexión no finita -ni o se flexionan con el aspecto progresivo -sha.26
Cuando toman -sha o forman la construcción perifrástica equivalente con el auxi-
liar xarháni y el verbo en forma no finita, le atribuyen al sujeto del verbo, de
pendiendo del tipo de evento en juego, un estado o una propiedad transitoria o no
inherente. Así, mientras son posibles formas como warhírishati, “está muerto” (de
warhíni, “morirse”); xí shukúparhatishaka, “yo estoy vestido” (de shukúparhani,
“vestirse”); terérishati, “está podrido” (de teréni, “pudrirse”); tsïpámpitishati “está
amarillo” (de tsïpámpini “amarillentarse”) o kakákurhitishati, “está roto” (de kaká-
kurhini “romperse”); no lo son *pirérishati (de piréni, “cantar”) o *xiwákurhitisha-
ti (de xiwákurhini, “gritar”).
Por otra parte, hemos visto que las formas [v-ri/-ti], si no toman flexión verbal,
pueden funcionar como modificadores atributivos que indican propiedades o cua-
lidades; es decir, nociones que implican mayor estabilidad temporal. Sin embargo,
no todos los verbos admiten que las formas que resultan de la sufijación de -ri/-ti
funcionen como modificadores nominales. Por ejemplo, los verbos washákani,
“sentarse”, y kwíparhani, “cargar en la espalda”, vistos en 30 y 31 respectivamente,
pueden encontrarse en construcciones como las de 36.
Palabras como las del ejemplo 38 pueden funcionar, unas más comúnmente
que otras, como modificadores nominales y todas pueden ocurrir como argumentos
(núcleos de fn). Lo anterior ha llevado a considerar a -ri/-ti como sufijos “agentivos”
derivativos.28 Sin embargo, no existen argumentos formales para distinguir estos
28
En muchos casos, las formas [v-ri/-ti] que funcionan como sustantivos no tienen un significado
transparente, por lo que pueden considerarse lexicalizadas; por ejemplo p’ukúri, “pino” (p’ukúni,
“engordar”, para animales y plantas); tepári, “canoa ancha” (también “gordo”, tepáni, “engordar”);
sufijos de los que ocurren en formas como shunápiti, “verde”, o téri, “dulce”. En el
análisis que aquí ofrezco, propongo reconocer un solo grupo de sufijos -ri/-ti de
valor estativo que permite indicar estados, propiedades y acciones o situaciones que
caracterizan al sujeto. El uso de tales formas como modificadores nominales y/o
núcleos de fn, así como la posibilidad de ocurrir en construcciones que indican
estados, parece depender de su contenido semántico.
Este análisis difiere de los estudios anteriores del p’orhépecha que consideran
a las secuencias -rini y -tini como marcas de participio o de formas adverbiales, y a
las formas con terminación -ri/-ti también como participios o como sufijos nomi-
nalizadores, básicamente de tipo agentivo.29 La consideración de distintos contextos
sintácticos en los que se presentan las formas [v-ri/-ti] permite confirmar que se
trata de bases verbales estativas, muchas de las cuales ocurren productivamente en
funciones sintácticas no verbales. De esta manera, se explica el que sea posible
reconocerun grupo abierto de palabras [v-ri/-ti] que indican propiedades o cuali-
dades, capaces de ocurrir en los contextos sintácticos típicos de los adjetivos y
adquirir propiedades morfosintácticas no verbales.
El comportamiento de las formas verbales [v-ri/-ti] parece mostrar signos de
“descategorización” y “recategorización”. Entiendo por “decategorización” la pér-
dida que presenta un elemento de ciertas propiedades gramaticales propias de su
clase léxica. Con “recategorización”, me refiero a la adquisición de propiedades
gramaticales que caracterizan a una clase léxica diferente.30
Las formas verbales [v-ri/-ti] no solamente son defectivas respecto a sus posi-
bilidades de flexión (tam), sino que cuando funcionan como modificadores nomi-
nales no pueden recibir ningun tipo de flexión verbal; es decir, pierden propiedades
de su clase léxica en dicho contexto sintáctico. Por otra parte, las formas [v-ri/-ti]
yurhíri “sangre” (yurhíni, “fluir”). Asimismo, es evidente que no siempre estas formas admiten un
valor agentivo.
29
Véanse Capistrán-Garza, 1997; Chamoreau, 1998: 512; Foster, 1969: 82; Friedrich, 1984: 73-74;
Gilberti, [1559] 1987: 178-80; Lagunas, 1983 [1574]: 65, 70, 95; Wares, 1974: 94-95. Si bien
Monzón (2004: 95-6) denomina a -ri y -ti como morfemas estativos, los distingue de su función como
marcadores de sustantivos animados (2004: 103-104). Que los sufijos -ri y -ti no son participios
puede sostenerse por su distinto comportamiento respecto a las formas claramente participiales en
-kata. Asimismo, las formas [v-ri/-ti] no tienen en sí un valor resultativo ni agentivo y no se ajustan a
la definición de participio propuesta por Haspelmath (1994) que he adoptado aquí: formas “no
finitas” del verbo (parte del paradigma flexivo verbal) que funcionan como “adjetivos verbales”. Las
formas [v-ri/-ti] no sólo pueden flexionarse, sino que muchas de ellas no pueden funcionar como
“adjetivos verbales”.
30
Estas nociones han sido retomadas, de forma simplificada y algo modificada, de las definiciones dadas
por Beck (1999: 40-45), quien parte de las propuestas de Bath (1994) y Hopper y Thompson (1984).
2.6. Conclusiones
31
Lo mismo aplica en el caso de formas verbales estativas que pueden funcionar como argumentos o
núcleos de fn.
3.1. Introducción
1
Quisiera expresar mi agradecimiento a Isabel de Jesús López por su valiosa colaboración en la recopila
ción de los datos del cora, tanto textuales como elicitados, que se presentan en este trabajo, así como
a todas las familias de Presidio de los Reyes y Santa Cruz del Guaybel que me han permitido entrar
en sus hogares para grabar sus conversaciones cotidianas; a los López, a los Flores, a los niños Bruno
y Galileo. El agradecimiento es inmenso para el trío de los Flores, los magníficos narradores que me
he encontrado en el camino por la sierra meseña: el difunto Macario Flores, Juan Flores y Másimo
Flores. Mi gratitud va también para Nick Evans y Roberto Zavala por estimularme a escribir este
artículo. Igualmente, agradezco la labor editorial tan atinada y cuidadosa de los editores de este volu-
men, Enrique L. Palancar y Roberto Zavala. Agradezco también el estímulo intelectual que me brindó
el ciesas durante la Comisión Académica y el año sabático que pasé en esta institución durante el
periodo de 2006 a 2009. Todos los errores que resten son de mi absoluta responsabilidad.
* Seminario de Lenguas Indígenas. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Au-
tónoma de México
77
(2) ne-mwa-náanaa
s1sg-op2sg-ser_madre_de
‘Yo soy tu madre.’ (Txt)
La predicación no verbal (pnv) es la más común en las lenguas del mundo para la
codificación de los términos de parentesco. En esta construcción en cora, el posee-
dor semántico de la relación de posesión se codifica mediante un afijo posesivo
asociado al sustantivo que designa el término de parentesco como poseído.Esta
construcción, que se ilustra en 3, se denomina ecuativa porque el sujeto representa
semánticamente al mismo referente que expresa el predicado no verbal poseído.
En el predicado no verbal complejo, se tiene el prefijo posesivo de primerapersona
singular ni- y el término de parentesco poseído yáuh, “hijo”.
Cuadro 3.1
Paradigma de posesivos nominales en cora meseño
b.
Ø-n-aa-hé’ika-ni
s3sg-op1sg-com-matar.op.sg-irr
‘Me matará.’
c. ne-ra-aa-séih
s1sg-op3sg-com-ver
‘Lo vi.’
Por otro lado, el cora es una lengua de objeto primario, porque en una predi-
cación aplicativa que toma tres argumentos es el receptor, y no el paciente, el que
se expresa como único objeto del verbo. Contrástese el verbo monotransitivo en
6a, donde el objeto expresa al paciente con el prefijo mwa- de segunda persona
singular, mientras que el verbo bitransitivo en 6b tiene la misma marca de objeto
para expresar el receptor semántico, y no el paciente.
b. ne-mwa-aa-nanái-tse-n
s1sg-op2sg-com-comprar-apl-irr
‘Te compraré algo.’
(7) a. pe-ni-yáuh
s2sg-op1sg-ser_hijo_de
‘Tú eres mi hijo.’ (Txt)
b.
pe-ni-yáuh-ka’a
s2sg-op1sg-ser_hijo_de-impf
‘Tú eras mi hijo.’ (Txt)
cuales, a pesar de llevar las marcas de sujeto y objeto, no muestran otra indicación
de morfología verbal (Amith y Smith-Stark, 1994a: 349). En cambio, los verbos
de parentesco en cora tampoco pueden recibir el prefijo completivo aa-/wa-, ni el
sufijo irrealis -ni, como se muestra, por ejemplo, en la agramaticalidad de 8.
(8) *
pe-ni-yáuh-ni
s2sg-op1sg-ser_hijo_de-irr
Lectura buscada: ‘Tú serás mi hijo.’
b.
me-ne-yá’ube’e-te-mwa’a=mu mwá’a=hu’u
s3pl-op1sg-ser_cuñado_de-int-pl.inal=s3pl 3pl.asp=fut.pl
‘Van a ser mis cuñados.’ (Txt)
Por otro lado, los términos de parentesco en cora, que son transitivos, se com-
portan igual que los verbos estativos intransitivos que expresan conceptos de pro-
piedad descritos en Vázquez Soto (1994) respecto a dos rasgos principales. En
primer lugar, muestran deficiencias en la marcación de aspecto, ya que aceptan el
sufijo imperfectivo -ka’a, tal como se ve en 10a, pero no aceptan el irrealis -ni.
(10) a. pe-pú’u-chi-ra’a-ka’a
s2sg-estar_gordo-anim.hum-anim.hum-impf
‘Tú estabas gordo.’
b. pe-pú’u-chi-ra’a=pe pwá’a=me
s2sg-estar_gordo-anim.hum-anim.hum=s2sg s2sg.asp=fut.sg
‘Tú vas a estar gordo.’
(12) a. * ne-tébi-ka’a
s1sg-persona-impf
Lectura buscada: ‘Fui una persona.’
b. ne-xɨ ́ehkan-ta-re-ka’a
s1sg-huérfano-inc-inc-impf
‘Me quedé huérfano.’/‘Era huérfano.’
De esta manera, en cora, los verbos de parentesco cumplen con ciertas carac-
terísticas verbales que los separan de los sustantivos (Evans, 2006: 16): son verbos
Cuadro 3.2
Marcas de sujeto, objeto primario y posesivo en cora meseño
lo menciona Evans (2000: 123), se pueden disolver y son menos accesibles a fun-
cionar como verbos de parentesco. Los términos de parentesco, ya sean consanguí-
neos o colaterales, sí participan en su totalidad en la construcción verbal.
Son pocos los sustantivos que afuera del área semántica de términos de paren-
tesco también participan en la construcción verbal transitiva, hasta ahora se ha
identificado a tahtúwan, “gobernador”, y kumpwáa, “compadre”. Las nociones que
codifican relaciones interpersonales como “amigo”, “vecino” y “amante”, no se
codifican en cora como palabras sino como estructuras perifrásticas, y los animales
y objetos domésticos cercanos a Ego no participan en la construcción verbal tran-
sitiva. El cora meseño es similar al náhuatl de Oapan y al oluteco porque los tér-
minos de parentesco que participan en la construcción verbal son los mismos que
los que participan en la construcción nominal. Esto difiere de las lenguas austra-
lianas, como el ilgar y el iwaidja, en las que las raíces de parentesco verbales difieren
de las raíces de parentesco nominales (Evans, 2000: 116), así como de las lenguas
iroquesas de Norteamérica (Evans, 2000: 125).
Cuadro 3.3
Términos de parentesco en cora meseño
táataa ‘padre’
náanaa ‘madre’
yáuh ‘hijo’
téi / téih ‘tía’
yé’ekwa ‘abuela’ / ‘nieto/a’
yáaxu ‘abuelo’ / ‘nieto/a’
yáuh ‘sobrino/a’
’iwára’a ‘hermano’
yá’ube’e ‘cuñado’
híiita / híiitah ‘cuñada’
mú’u / mú’uni / mú’una ‘suegra/o’, ‘nuera/yerno’
hú’u ‘hermano/a menor’
kú’ü / kúutsi’i ‘hermana mayor’
há’a / háatsi’i ‘hermano mayor’
b.
pe-ni-yáuh
s2sg-op1sg-ser_hijo_de
‘Tú eres mi hijo.’ (Txt)
Los ejemplos en 14 y 15 son del ilgar, una lengua australiana, y del seneca, una
lengua iroquesa de Norteamérica, respectivamente. En ambos ejemplos corrobo-
ramos la misma semántica que presenta el verbo de parentesco en cora meseño
donde las marcas de objeto se refieren al poseedor, mientras que las marcas de
sujetose refieren al poseído, y están en correferencia con el verbo de parentesco.
Este tipo de semántica ya había sido reportado por Zavala Maldonado (2006b:
360) para el cora meseño, y contrasta fuertemente con la semántica de los verbos
de parentesco que se ha descrito para otras lenguas mesoamericanas como el olu-
teco, el náhuatl de Oapan y el huichol (Amith y Smith-Stark, 1994a; 1994b;
Evans, 2000; Zavala Maldonado, 2006b). Nótese los ejemplos 16, 17 y 18, que
corresponden a estas lenguas respectivamente, en los que la marca de sujeto refiere
al poseedor, mientras que la marca de objeto refiere al poseído, dando la lectura
semántica: “X tiene/considera/trata a Y como hijo”.2
Relator: el término léxico que expresa la relación entre los dos argumentos
Referente: el argumento que se identifica con el relator
Relatum: el poseedor
(20) Sabas =pu ra-háatsi’i
Sabas =s3sg op3sg-ser_hermano_mayor_de
‘Sabas es su hermano mayor.’ (Txt)
c. néenu há’amwa-yauh
s1sg pos2pl/op2pl-hijo/ser_hijo_de
‘Yo soy su hijo de ustedes.’ (Txt)
Estructura pvt
b. ne-mwa-náanaa
s1sg-op2sg-ser_madre_de
‘Yo soy tu madre.’
Estructura pnv
c. néenu náanaa-ra’an
s1sg madre-pos3sg
‘Yo soy su madre.’
Estructura pvt
d. néenu ra-náanaa
s1sg op3sg-ser_madre_de
‘Yo soy su madre.’
En las dos construcciones se marca la pluralidad del relator con el sufijo -mwa’a,
típico para marcar pluralidad en los términos de parentesco, como en 24.
La pluralidad del relatum se codifica con -me’in, como en 25, éste que se emplea
en otros contextos para marcar la pluralidad de sustantivos de partes del cuerpo.
En este sentido, tanto -mwa’a como -me’in se emplean en el cora meseño para co-
dificar áreas típicas de la posesión inalienable.
(25) te-há’amwai-yauh-mwa’a-me’ini-ka’a
s1pl-op2.pl-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf
‘Nosotros éramos sus hijos (de ustedes).’ (Txt)
(27) sei-yáuh-mwa’a-me’ini-ka’a
s2pl-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf
‘Ustedes eran sus hijos de él.’ (Txt)
b. * se-rai-yáuh-mwa’a-me’ini-ka’a
s2pl-op3sg-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf
Lectura buscada: ‘Ustedes eran sus hijos de él.’
En contraste con ejemplos como 27, en casos en los que el referente sigue
siendo plural pero el relatum no es una tercera persona, no se emplea la marca de
plural -me’in, tal como se muestra en 29.
b.
há’a-téi
pos2sg-tía
‘Tu tía.’ (Txt)
d.
Ø-mwa-téi
s3sg-op2sg-ser_tía_de
‘Tu tía.’ (Txt)
(31) a. ne-mu’u-ra’an
s1sg-yerno-pos3sg
‘Yo soy su yerno.’ (Txt)
b.
ne-ra-mú’u
s1sg-op3sg’ser_yerno_de
‘Yo soy su yerno.’ (Txt)
trucción pvt es igualmente aceptable como respuesta a preguntas. Cada serie pre-
senta el par mínimo entre la construcción nominal y la construcción verbal.
El uso del estímulo en conversación natural arrojó datos inesperados que nos
llevan a reflexionar sobre las lenguas en las que coexisten tanto la construcción pnv
como la construcción pvt. Obsérvese para este propósito los ejemplos 33 y 34.
(33) Ø-há’a-ye’ekwa-ka’a
s3sg-pos2sg-abuela-impf
‘Era tu abuela.’ (Txt)
(34) Ø-mwa-yé’ekwa-ka’a
s3sg-op2sg-ser_abuela_de-impf
‘Era tu abuela.’ (Txt)
confirmar con los hablantes, las juzgaron aceptables, aunque mencionaron que no
las usan. La literatura sobre verbos de parentesco no ha discutido la ocurrencia o
no de las construcciones pvt en oraciones interrogativas, así que este trabajo supone
una aportación a la tipología sobre el tema.
En 36a ocurre una palabra explícita para indicar una expresión vocativa: mú.
Tatéi, la madre sagrada de los coras, que literalmente es “nuestra tía”, utiliza con-
tinuamente esta expresión para llamar a sus hijos, que son los diferentes colores del
maíz. Para llamar a sus hijos utiliza la construcción pnv ni-yáuh, “hijo mío”, que
en uso vocativo sólo requiere del relatum. En este contexto, usar una construcción
pvt, como en 36b, resulta agramatical.
De manera que en uso vocativo sólo se permite la construcción nominal de la
relación de parentesco. A pesar de que Evans (2000: 123) argumenta que inespe-
radamente los verbos de parentesco se usan más en la referencia que en la predica-
ción, los datos del iwaidja y el iligar, así como los del cora meseño, nos enseñan
que en contextos altamente referenciales, como el vocativo, la construcción
nominales la preferente.
Al hacer esta elicitación, el ejemplo 37c resultó revelador porque, por un lado,
presenta la reduplicación obligatoria del sufijo posesivo de tercera singular -ra’a
como el uso del sufijo de modo potencial. El último es un rasgo discutido, de ca-
rácter híbrido, de estas construcciones que están restringidas a ciertos contextos:
la marca aspectual en una forma pnv ocurre en respuesta a preguntas, y el modo
potencial aparece en expresiones de deseo. En conversación natural, como en elici
tación, coexiste el uso de las construcciones posesivas pnv y pvt y pueden ocurrir
formas pnv híbridas que se manifiestan no sólo en el uso esporádico de marcas de
tam en contextos específicos, sino también en el hecho de que existen casos de neu-
tralización en los prefijos de objeto primario y posesivo. Este fenómeno resulta
importante, ya que, conforme a Evans (2006), el estudio comparativo de formas
verbales y formas nominales para expresar relaciones de parentesco puede contri-
buir teóricamente al estudio de clases de palabras y muestra un caso en el que las
fronteras categoriales entre clases de palabras pueden ser muy sutiles.
Evans (2006: 35) propone una generalización en la que los verbos de parentesco o
las construcciones pvt sólo se pueden formular expresando una “direccionalidad
descendente”, es decir, que siempre toman al pariente mayor como sujeto y al
pariente menor como objeto. Al respecto, demuestro que en cora meseño ambos
caminos, tanto la “direccionalidad ascendente” como la “descendente”, son posi-
bles en construcciones de verbos de parentesco. En 39 se ilustran los ejemplos re-
levantes que muestran que sí es posible formular la “direccionalidad descendente”
mediante una construcción con verbos de parentesco.
b. mwéepe wá’a-yauh-ka’a
s2sg op3pl-ser_nieto_de-impf
‘Tú eras su nieto (de ellos).’ (Txt)
c. ne-rá-yauh
s1sg-op3sg-ser_hijo_de
‘Yo soy su hijo.’ (Txt)
d. ne-rá-mu’u
s1sg-op3sg-ser_yerno_de
‘Yo soy su yerno.’ (Txt)
3.5. Conclusiones
Cuadro 3.4
Resumen de los rasgos estudiados para las construcciones pnv y pvt
las lenguas yutoaztecas norteñas, a diferencia del náhuatl de Oapan. O bien esto
puede deberse a que la rama corachol de la familia yutoazteca se caracteriza por
tener una alta flexibilidad en el uso de los verbos de parentesco, pues el cahuilla, a
pesar de ser una lengua con rasgos norteños canónicos, sí presenta la restricción
por persona típica del náhuatl de Oapan.
Por otro lado, la restricción de que la construcción pvt no se usa en vocativo,
apuntada en el punto 6 del cuadro 3.4, es esperable por el carácter tan referencial
de este acto de habla y ya se había reportado para lenguas australianas e iroquesas.
Ésta fue la única restricción registrada para la construcción pvt, y resulta esperable.
Como lo concluyen Amith y Smith-Stark (1994a: 360) para el huichol, las
expresiones pvt en esta lengua son más altamente verbales que en el náhuatl de
Oapan, pues no sólo utilizan la marcación de sujeto y objeto, sino que además
muestran la flexion de aspecto, lo que es una característica típicamente verbal, y
las hace radicalmente diferentes a las formas nominales. Esta misma conclusión
procede para el cora meseño, pues el verbo de parentesco es susceptible de afijar el
sufijo imperfectivo -ka’a, como se indica en el punto 1 del cuadro 3.4, aunque, a
diferencia del huichol, ha perdido la capacidad para sufijar el irrealis -ni y optó por
tomar un futuro perifrástico, como se anota en el punto 2 de este mismo cuadro.
Se precisa de un estudio más detallado sobre los verbos de parentesco en huichol
para determinar si esta lengua es más verbal que el cora meseño, comparando los
parámetros relevantes. En cuanto al cora, las construcciones pnv pueden resultar
híbridas en su marcación en ciertos contextos, como la respuesta a preguntas, ya
que el relatum es nominal, aunque en la construcción pnv sí puede llevar el aspecto
imperfectivo. Este comportamiento es paralelo a los conceptos de propiedad en
cora meseño, los cuales, a pesar de ser verbos estativos, pueden tomar plurales
nominales (Vázquez Soto, 1994). Este hecho también es paralelo a las formas pnv
que expresan un deseo y pueden recibir el modo potencial.
Finalmente, uno de los descubrimientos más interesantes y sorprendentes sobre
las construcciones posesivas estudiadas en cora meseño es el presentado en el punto 3
del cuadro 3.4. Se trata de las restricciones para marcar la pluralidad del relator,
pues la pluralidad del término de parentesco dispara misteriosamente la ausencia
de marca del relatum en terceras personas. Esta ausencia de marcación parece ser
un proceso que empieza en el último segmento de la jerarquía de persona propuesta
por Silverstein (1976), y parece caracterizarse por ser una escisión para marcar el
relatum en cora meseño.
Resulta difícil tipificar los diferentes parámetros que describen el comporta-
miento de los verbos de parentesco por área o familia lingüística. En cuanto al
corachol, podemos afirmar que se caracteriza por una gran flexibilidad en el uso
de la construcción de verbos de parentesco y carece de las usuales restricciones que
se han reportado para otras lenguas, pero también resulta claro, por otro lado, que
las lenguas de esta subfamilia no son totalmente homogéneas, pues la semántica
de los verbos de parentesco del huichol, por ejemplo, es “X tiene/considera/trata
a Y como hijo”, mientras que la del cora meseño es “Y es pariente de X”. Concuer-
do con Evans (2006) en que urgen más estudios detallados sobre las lenguas en las
que coexisten construcciones verbales y nominales para expresar relaciones de
parentesco, esto con la finalidad de validar, falsificar y enriquecer la literatura tipo-
lógica sobre este tema con la que contamos hasta la fecha, y espero este trabajo sea
una invitación a hacerlo.
4.1. Introducción
1
Una primera versión de este trabajo fue presentada en el VII Congreso Internacional de Lingüística
en el Noroeste, celebrado el día 19 de noviembre de 2004 en la Universidad de Sonora. Inicialmente,
el trabajo formó parte de un conjunto de temas relacionados con la posesión en algunas lenguas de
Mesoamérica, que fueron el centro de discusión en las diferentes reuniones del Seminario de Lenguas
Indígenas de México (Selim), donde recibí valiosos comentarios de todos sus miembros; de manera
particular, quiero expresar aquí mi más profundo agradecimiento a Roberto Zavala, Enrique L.
Palancary Verónica Vázquez, no sólo por sus observaciones atinadas para mejorar el trabajo, sino
también por el apoyo que me han ofrecido para la comprensión de la complejidad morfosintáctica y
tipológica de las lenguas mesoamericanas, y en particular del náhuatl. Por supuesto, cualquier error
en este trabajo es de mi absoluta responsabilidad.
* Escuela Nacional de Antropología e Historia.
2
En inglés original: “external possessión to be constructions in which a semantic possessor-possessum relation
is expressed by coding the possessor as a core grammatical relation of the verb and in a constituent separate
from that which contains the possessum.”
103
b.
ni-yes-ki:sa
s1sg-sangre-salir
‘Sangro.’
Como se puede ver en 1a, el poseedor semántico está marcado por el posesivo
para primera persona singular no-, y el elemento poseído corresponde a un térmi-
no de parte del cuerpo yes-tli, “sangre”. La construcción es intransitiva y la fn
posesiva es correferencial con la marca de sujeto de tercera persona singular Ø-. En
la construcción de pi como en 1a, el poseedor semántico ocurre sólo como un
dependiente de la fn posesiva (Zavala Maldonado, 1999: 339). En 1b, en cambio,
el poseedor semántico ha tomado la posición de argumento central del verbo mar-
cado por la marca de sujeto de primera persona singular ni- y el elemento poseído
yes-, “sangre”, aparece incorporado al verbo, formando así un verbo intransitivo
complejo. En este tipo de incorporación hay un rearreglo de los argumentos de la
forma analítica a la forma sintética sin afectar la valencia del verbo que, dentro de
la tipología propuesta por Mithun (1984), se le conoce como incorporaciónTipo
II, con reacomodo de argumentos.
En el segundo tipo de construcción de pe, el sustantivo poseído pasa a ser ar-
gumento central (objeto primario) de una construcción aplicativa y se restringe a
casos en los que el poseído refiere a términos de parentesco. El contraste entre pi y
b. ti-ne:ch-wi:ki-li no-kone:-w
s2sg-op1sg-llevar-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo
‘Te me llevaste a mi hija.’ (Me la robaste con fines de casamiento.)
b. ni-mits-tlaxkal-chi:wi-li
s1sg-op2sg-tortilla-hacer-apl.prf
‘Hice tus tortillas.’ (Por un tiempo razonable por ser tu mujer.)
(Lit. ‘Te-tortillas-hice.’)
objeto primario del verbo con aplicativo, marcado con el pronominal de objeto de
segunda persona singular mits-.
Las tres construcciones de pe comparten dos rasgos sintácticos. Por un lado,
el elemento poseído pasa a un segundo plano desde el punto de vista sintáctico. En
1b y en 3b, el poseído se incorpora pasando a ser parte del complejo verbal, mien-
tras que en 2b ocupa la posición de objeto secundario sin correferencia pronominal
en el verbo. Por otro lado, en las construcciones de pe, el poseedor semántico pasa
a ocupar una posición de argumento central, sujeto, en 1b, u objeto primario, en
2b y 3b.
Las construcciones de pe del primer tipo codifican de manera especial la afec-
tación del poseedor, la cual es puesta en primer plano. Este tipo de semántica no
es parte de la estructura de pi. En las construcciones de pe del segundo y tercer
tipo, los poseedores son codificados como afectados o beneficiados por la acción
del verbo, mientras que esa lectura no es parte necesaria de la construcción de pi.
Estas distinciones semánticas serán abordas con más detalle en las secciones si-
guientes.
El presente capítulo está organizado de la siguiente manera: en la sección titu-
lada “características básicas de lengua”, presento algunas de estas características,
como las clases de sustantivos que se pueden establecer por medio de la construc-
ción posesiva, la estructura de la frase nominal posesiva y el patrón de marcación
de las funciones sintácticas centrales en la cláusula. A continuación, discuto la
modificación de la valencia verbal vía el aplicativo y hago la distinción entre una
construcción aplicativa con semántica benefactiva-malefactiva y una construcción
aplicativa con semántica exclusivamente benefactiva. Posteríormente, se discute el
punto central del artículo; es decir, las tres construcciones de posesión externa
antes señaladas, para lo cual presento, primero, un panorama general de la incorpo
ración nominal, basándome principalmente en la clasificación tipológica hecha
por Mithun (1984), y finalmente, como conclusión del trabajo, hago un resumen
de los puntos más significativos de este estudio.
Las construcciones posesivas del náhuatl permiten establecer una distinción entre
sustantivos alienables e inalienables y una subclase dentro de estos últimos a los que
denomino sustantivos “inherentes”. Como es esperable, existen sustantivos que no
pueden ser poseídos, como aquellos nombres de objetos de la naturaleza, nombres
de cuerpos celestes, y nombres de animales no domésticos. En el ejemplo 4 se
muestran las clases más representativas que surgen a partir de la construcción po-
sesiva. El prefijo i-, que aparece en algunos de los ejemplos, hace referencia a un
poseedor de tercera persona singular.
(4) a. Alienables:
a:-tl ‘agua’ i-a:-w ‘su agua’
cha:n-tli ‘casa’ i-cha:n ‘su casa’
to:tol-i ‘guajolota’ i-to:tol ‘su guajolota’
b. Inalienables:
i-kxi ‘su pie’
i-ma:n ‘su mano, rama’
i-kniw ‘su hermano’
c. Inherentes:
i-yes-yo ‘su sangre’
i-i:xa:-yo ‘sus lágrimas’
i-ach-yo ‘su semilla’
d. No poseíbles:
yeʔyeka-tl ‘viento’
kiawi-tl ‘lluvia’
kowa:-tl ‘serpiente’
Por otro lado, los sustantivos inalienables son todos aquellos que refieren a
términos de parentesco, partes del cuerpo humano y animal, y partes de plantas.
Todos estos sustantivos se presentan siempre poseídos, ya que no tienen formas
absolutivas equivalentes, como se muestra en la segunda columna, en 6.
3
El sufijo de abosolutivo {-tl} tiene tres alomorfos condicionados fonológicamente: -tl que aparece
cuando la raíz nominal termina con vocal, -tli cuando termina en consonante, -(l)i cuando la raíz
termina en /l/. Los sustantivos alienables que aparecen en la construcción posesiva pierden el sufijo de
absolutivo. En esta circunstancia, algunos sustantivos cuya última sílaba acaba en vocal reciben la
semiconsonante labiovelar w para acomodarse al patrón fonológico de sílaba tónica final (c)vc#.
4
En las artes y vocabularios del náhuatl clásico (Molina 1977 [1571]; Carochi 1983 [1645]), los sus-
tantivos de partes del cuerpo y los términos de parentesco aparecen con el sufijo absolutivo -tli. La
inserción del sufijo absolutivo con todos los sustantivos inalienables fue realizada por los frailes para
unificar las entradas del diccionario por raíces.
b.
*i-yekaselik-wa:n ‘sus retoños’
*i-kwitlapil-wa:n ‘sus colas’
*i-kamak-wa:n ‘sus bocas’
Cuadro 4.1
Tipos de sustantivos poseíbles
Cuadro 4.2
Pronombres posesivos
persona sg pl
1a no- to-
2a mo- namo-
3a i- in-
Fuente: Elaboración propia.
(9) a. no-cha:n
pos1sg-casa
‘[Es] mi casa.’
b.
to-cha:n
pos1pl-casa
‘[Es] nuestra casa.’
b.
in-cha:n in ko:-kone-
pos3pl-casa det red-niño-pl
‘Las casas de los niños.’
(Lit. ‘Su casa de los niños.’)
Cuadro 4.3
Pronombres de sujeto y de objeto primario en el núcleo predicativo
persona s/a op
1a sg ni- ne:ch-
2a sg ti- mits-
3a Ø- ki-
1a pl ti- te:ch-
2a pl nan- ame:ch-
3a pl - -in
Fuente: Elaboración propia.
b.
Ø-ki-kwa:-s-ke (in tla:-tla:ka-)A (in tlaxkal-i)OP
s3pl-op3sg-comer-irr-pl det red-hombre-pl det tortilla-abs
‘Los hombres comerán la tortilla.’
Otros ejemplos con aplicativo presentan una lectura ambigua entre benefac-
tiva o malefactiva. Un ejemplo se da en 15.
5
En esta lengua, la valencia de los verbos ditransitivos ya no puede ser modificada por ningún sufijo,
ya sea aplicativo o causativo todo parece indicar que en náhuatl sólo pueden ser codificados como
argumentos sintácticos del complejo verbal tres participantes: A(gente), P(aciente) y R(eceptor).
En este tipo de construcción de pe, el elemento poseído que refiere a una partedel
cuerpo es incorporado y el poseedor pasa a ser un argumento central. En los ejem-
plos en 17 y 18 se ilustra el caso. En los ejemplos 17a y 18a se presenta la cons-
trucción de pi con el poseedor como dependiente de la fn, mientras que en los de
pe, en 17b y 18b, se ilustra la codificación del poseedor como argumento central
en función de s (17b) y de op (18b).
b. ni-tsonkal-kopi:n
s1sg-cabello-despegarse
‘Se me arrancó el cabello.’ (Me estoy quedando calvo.)
b. ni-mits-ye:ka-popo:wa
s1sg-op2sg-nariz-limpiar
‘Te limpio la nariz.’ (Haciéndote una maldad.)
6
En Peralta Ramírez (2008), he propuesto que el náhuatl de Amanalco posee los cuatro tipos de incor-
poración nominal propuestos por Mithun (1984), que son: Tipo I, incorporación por composición;
Tipo II, incorporación por manipulación de caso; Tipo III, incorporación para la manipulación dis-
cursiva ; Tipo IV, incorporación clasificatoria. Para los objetivos de este trabajo, sólo serán tomados
en cuenta los dos primeros
b. ni-mits-ma:-pa-pa:k
s1sg-op2sg-mano-red-lavar.prf
‘Te lavé las manos.’
(Lit. ‘Te-mano-lavé.’)
b. ni-kama-wa:ki
s1sg-boca-secarse
‘Tengo la boca seca.’ (Por enfermedad.)
b. * ni-ikix-nenemi
s1sg-pie-caminar
Lectura buscada: ‘Caminan mis pies.’
b. * ni-mits-ma:-popo:w
s1sg-op2sg-mano-limpiar.prf
Lectura buscada: ‘Mi mano te limpió.’7
b. ni-xa:n-ki:x-tia
s1sg-adobe-salir-caus
‘Trabajo haciendo adobes.’
7
La construcción agramatical de 22b es aceptable en una lectura en la que el nominal incorporado
exprese el instrumento: “te limpié con la mano” o “te limpié a mano”. Ésta es una construcción de
incorporación de oblicuo que no afecta la valencia verbal.
Los tres tipos de construcciones de pe, en los que el poseedor semántico se expresa
como dependiente directo del verbo, tienen su contraparte en construcciones de
pi, en los que el poseedor semántico ocurre como un dependiente de la frase
nominalposesiva. Aunque ambas estrategias forman una familia de construcciones
(Croft, 1985; Levy, 2006a), existen diferencias semánticas sistemáticas asociadas a
la pe que no comparte la pi.
Los pares de ejemplos de 24 a 26 nos muestran la alternancia entre la cons-
trucción de pi y la de pe por incorporación. Las construcciones de pi en los ejem-
plos 24a, 25a y 26a codifican al poseedor como un participante en segundo plano,
mientras que en la construcción de pe en los ejemplos 24b, 25b y 26b se pone en
primer plano no la parte, sino el poseedor, implicando que se codifica como una
entidad afectada por el evento.
(24) PI
a. Ø-wa:ki mo-kamak
s3sg-secarse pos2sg-boca
‘Tu boca se seca.’ (Por cansancio.)
PE
b. ti-kama-wa:ki
s2sg-boca-secarse
‘Tienes la boca seca.’ (Por enfermedad.)
(25) PI
a. Ø-ki:sa no-yes-yo
s3sg-salir pos1sg-sangre-inher
‘Sale mi sangre.’ (Por un rasguño.)
PE
b.
ni-yes-ki:sa
s1sg-sangre-salir
‘Sangro.’ (Por enfermedad.)
(26) PI
a. Ø-wilaxiwi i-te in kwa:kwe
s3sg-crecer/agrandarse pos3sg-estómago det vaca
‘Se agradó la panza de la vaca.’
PE
b.
Ø-te-wilaxiwi in kwa:kwe
s3sg-estómago-crecer/agrandarse det vaca
‘La vaca está preñada.’
El sufijo aplicativo -li(a) del náhuatl permite que argumentos oblicuos con la función
de benefactivos, malefactivos y dativos pasen a ser objetos primarios de monotransi-
tivos y bitransitivos. El morfema aplicativo cambia la valencia del verbocon el que
coaparece. Un verbo intransitivo más el aplicativo -li(a) pasa a ser una base mono-
transitiva, de la misma manera que un verbo monotransitivo más el aplicativo -li(a)
pasa a ser una base bitransitiva. La construcción con el aplicativo es un recurso gra-
matical para codificar poseedores de argumentos centrales (sujeto y objeto) como
objetos primarios. Esta construcción es posible solamente cuando el sustantivo po-
seído refiere a un término de parentesco. Los sustantivos de parentesco son sustanti-
vos inalienables que no participan de la construcción de pe con incorporación. La
construcción de pi en 27a contrasta con la de pe con aplicativo en 27b. La cláusula
en 27a es intransitiva y su sujeto es la fn poseída. En contraste,la cláusula con apli-
cativo en 27b es transitiva y tiene como objeto primario al poseedor semántico de la
fn en función de sujeto, marcado con el pronominal de primera persona objeto
ne:ch-. Nótese también que el poseedor semántico en 27b se marca en dos lugares en
el interior de la cláusula, como op en el verbo y como pronombre posesivo dentro
de la fn sujeto, con el prefijo poseedor de primera persona no-.
b. Ø-ne:ch-kochi-lia (no-kone:-w)op
3suj.sg-op1sg-dormir-apl pos1sg-hijo-sg.psdo
‘Mi hijo se me duerme.’ (Se duerme en mi beneficio)
b. ti-ne:ch-ihti-li (no-kone:-w)os
s1sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-niño-sg.psdo
‘Me cuidaste a mi hijo.’
b. * Ø-ne:ch-nenemi-li (no-kone:-w)op
3suj.sg-op1sg-caminar-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo
Lectura buscada: ‘Mi hijo me caminó.’
b. * Ø-ne:ch-miki-li no-kone:-w
s3sg-op1sg-morir-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo
Lectura buscada: ‘Se me murió mi hijo.’
b. * Ø-ne:ch-wechi-li no-kone:-w
s3sg-op1sg-caer-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo
Lectura buscada: ‘Se me cayó mi hijo.’
Esta restricción no opera con verbos transitivos, ya que éstos permiten posee-
dores semánticos codificados como op con lectura de benefactivos, como en 28b,
o con lectura de malefactivos, como en 32b y 33b.
b. ti-te:ch-kwawi-li to-kone:-w
s2sg-op1pl-golpear-apl.prf pos1pl-hijo-sg.psdo
‘Nos golpeaste a nuestro hijo.’
b. ti-ne:ch-mik-ti-li no-tla:ka-w
s2sg-op1sg-morir-caus-apl.prf pos1sg-hombre-sg.psdo
‘Me mataste a mi marido.’
b. ti-ne:ch-ihti-li no-kniw
s2sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-hermano
‘Me cuidaste a mi hermano.’ (Lectura benefactiva.)
b. ti-ne:ch-no:chi-li:-s no-we:ltiw
s2sg-op1sg-llamar-apl-irr pos1sg-cuñada
‘Me invitarás a mi cuñada.’ (Lectura benefactiva.)
Además de los dos tipos anteriores, el náhuatl de Amanalco tiene otra construcción
de pe que combina la estrategia de incorporación más la estrategia de aplicativo.
El tipo de incorporación a la que se recurre en esta construcción es diferente de la
utilizada en la construcción de pe por incorporación vista en la sección sobre el
primer tipo, en la que solamente intervienen sustantivos poseídos que refieren a
partes del cuerpo. Ya vimos que el segundo tipo de construcción de pe en náhuatl
recurre a la incorporación nominal del Tipo II de Mithun (1984), en la cual el
sustantivo poseído que se incorpora deja vacante su función sintáctica para que sea
ocupada por el poseedor. El tercer tipo de construcción de pe recurre a la incorpo-
ración nominal del Tipo I de Mithun (incorporación por composición) que reduce
la valencia del verbo (1984: 848-856). En la incorporación nominal del Tipo I
participan los sustantivos alienables, a diferencia de la del Tipo II en la que parti-
cipan solamente sustantivos inalienables que refieren a partes del cuerpo. En 36b
se ilustra el Tipo I de incorporación. Nótese que bajo este tipo de incorporación la
función sintáctica objeto queda cancelada, como lo muestra la estructura agrama-
tical de 36c.
b. ni-tlaxkal-chi:wa
s1sg-tortilla-hacer
‘Hago tortillas.’ (Como parte de mis actividades.)
c. * ni-k-tlaxkal-chi:wa
s1sg-op3sg-tortilla-hacer
Lectura buscada: ‘Hago tortillas.’
b. * ni-mitz-tlaol-namaka
s1sg-op2sg-maíz-vender
Lectura buscada: ‘Te vendo tu maíz.’
(38) ni-tlaol-namaka
s1sg-maíz-vender
‘Vendo maíz.’
En la tercera estrategia de pe, las bases n+v resultado del Tipo I de incorpora-
ción, como las de 38, requieren del aplicativo que abra la posición sintáctica de
objeto que pueda ser ocupada por el poseedor. Compárese la construcción agra-
matical de 37b con la gramatical en 39.
(39) ni-mitz-tlaol-namaki-lia
s1sg-op2sg-maíz-vender-apl
‘Te vendo el maíz.’ (Lectura benefactiva; lo hiciste por mí a otra gente.)
Otros pares que ilustran el contraste entre pi y pe por medio de la tercera es-
trategia se ilustran en 40 y 41.
b. ni-mits-tsotsoma-ko:wi-li:-s
s1sg-op2sg-ropa-comprar-apl-irr
‘Te compraré la ropa.’ (Lectura benefactiva.)
b. ti-ne:ch-tlaxkal-namak-li
s2sg-op1sg-tortilla-vender-apl.prf
‘Me vendiste las tortillas.’ (Lectura benefactiva; lo hiciste por mí a otra gente.)
b.* ni-mits-ma:-ihti-lia
s1sg-op2sg-mano-ver-apl
Lectura buscada: ‘Te veo la mano.’
b.* ti-nech-kone:-no:chi-lia
s2sg-op1sg-hijo-llamar-apl
Lectura buscada: ‘Me llamas a mi hijo.’
b.* ni-mits-te-wi:ki-lia
s1sg-op2sg-piedra-llevar-apl
Lectura buscada: ‘Te llevo la piedra.’
Hay una diferencia notable que separa la tercera estrategia de pe de las dos
primeras estrategias. Tanto la estrategia de incorporación (45), como la de aplica-
tivo (46), permiten que el núcleo predicativo de la construcción sea una raíz in-
transitiva.
b.* ni-tsotsoma-wechi-li
s1sg-ropa-caer-apl.prf
Lectura buscada: ‘Se me cayó la ropa.’
(48) tsotsoma-wetsi-k
ropa-caer-prf
‘Cayó ropa.’
(Lit. ‘Ropa-cayó.’)
b. ni-mits-tlaxkal-chi:wi-lia
s1sg-op2sg-tortilla-hacer-apl
‘Te hago tus tortillas.’ (Para ayudarte o porque eres mi esposo.)
b. ni-mits-ichka-pia-li
s1sg-op2sg-borrego-cuidar-apl.prf
‘Te cuidé tus borregos.’ (Fui tu pastor por mucho tiempo.)
b. ni-mits-tsotsoma-siotomi-li
s1sg-op2sg-ropa-rasgar-apl.prf
‘Te rompí tu ropa.’ (Rompí tu ropa porque estaba enojada y con eso me he
desquitado de lo que me has hecho.)
4.5. Conclusiones
1. Con incorporación;
2. Con aplicativo;
3. Con incorporación más aplicativo.
Cuadro 4.4
Clasificación por posesión y la construcción de pe
5.1. Introducción
El término “posesión externa” (pe) refiere a las construcciones en las que el poseedor
(psr) semántico de un sustantivo poseído (possessum) (psdo) se codifica afuera del
sintagma nominal con el cual guarda una relación de dependencia formal y semán-
tica. En las estructuras de posesión externa, el poseedor se expresa en forma de
argumento central de algunos de los tipos básicos de predicados de la lengua:
intransitivos, transitivos, bitransitivos (Payne y Barshi, 1999: 3). La familia de
construcciones de posesión externa ha sido un área que ha despertado gran interés en
la investigación de corte teórico, tipológico y contrastivo en años recientes (Blake,
1984; König y Haspelmath, 1998; Haspelmath, 1999; Payne y Barshi (eds.) 1999,
inter alia). Para la evaluación de los parámetros estructurales y semánticos que
entran en juego en el análisis contrastivo, han sido fundamentales los estudios de
tallados de casos en lenguas particulares, como los que se han hecho para varios
tipos estructurales de pe presentes en lenguas mesoamericanas (Aissen, 1979; 1987;
Capistrán-Garza, 2006; Constable, 1989; Levy, 2002; Marlett, 1986; Palancar,
2009; Polian, 2009; Zavala Maldonado, 1999; entre otros; véase también el capí-
tulo 4).
1 El presente estudio fue posible gracias al apoyo del Proyecto para la Documentación de Lenguas de
Mesoamérica financiado por la National Science Foundation, la Fundación Salis Mundi y el Instituto
Nacional de Lenguas Indígenas. Agradezco profundamente a mis maestros zoques: José del Carmen
Juárez, de la cabecera de Tecpatán, Chiapas; Nicolás Velásco Díaz, de Jaconá, municipio de Pantepec;
Samuel Ávila y Domingo Gómez Domínguez, del municipio de Chapultenango; Pedro González y
Primitivo González, de Ejido Calido, municipio de Jitotol, y a todos mis colegas, maestros y estudiantes
que me han ayudado a entender este fenómeno en las familias mixezoque, maya y otras lenguas de
Mesoamérica. Agradezco también a Judith Aissen y a los miembros del Seminario de Lenguas Indí-
genas de México: Alejandra Capistrán, Paulette Levy, Michael Knapp, Eladio Mateo, Enrique L.
Palancar, Valentín Peralta, Gilles Polian y Verónica Vázquez, quienes me han escuchado y llenado de
preguntas durante la presentación de los avances de esta investigación en distintos foros académicos.
Un agradecimiento a B’alam, Vero, El Polivoz y Enrique por sus comentarios detallados al manuscrito.
* ciesas-Sureste
133
(2) yoruba
ó jí mi l’ ówó gbé
él robar me en dinero llevar
‘Él me robó mi dinero.’ (lit. ‘Él me llevó en dinero.’) (Haspelmath, 1999: 119.)
(3) blackfoot
nít-ssik-o’kakín-aw óma nínaawa
1suj-romper-espalda-3o aquel hombre
‘Le rompí la espalda al hombre.’ (Mithun, 1984: 858.)
(4) a. kalkatungu
kalpin-tu lha-nytyama-mi-kin nyini thuku
hombre-erg golpear-apl-fut-inter tú:abs perro:abs
‘¿Golpeó el hombre a tu perro?’ (Haspelmath, 1999: 120.)
b. okanagano
k͟ w͟ u͟ ͟ am-ł-t-ís i-sqwsí
1sg.o alimentar-apl-transitivo-3s 1sg.psr-hijo
‘Él alimentó a mi hijo.’ (Kiyosawa y Gerdts, 2010: 164.)
2 Los ejemplos del zoque se presentan en cuatro líneas. La primera es una representación, aunque no
fonética, sí cercana a las emisiones del hablante aplicando las reglas morfofonémicas de la lengua. La
segunda línea representa las formas base o subyacentes de los morfemas. La tercera línea incluye las
glosas de los morfemas, mientras que la cuarta es la traducción de los ejemplos. Los símbolos utilizados
en la primera y segunda línea siguen las convenciones de ipa, a excepción de los siguientes casos: Las
vocales nasales en la primera línea se representan acompañadas de un acento circumflejo <~>, el glide
[j] se representa como <y>, la aspirada [h] como <j>, la africada alveolar [ts] se representa como <tz>,
la africada palatal sorda [t∫] como <ch>, la africada palatal sonora [d3] como <dzy> y la nasal velar []
como <nh>.
(7) tsotsil
a. a-mil k-ol
2erg-matar 1psr-hijo
‘Mataste a mi hijo.’ (Aissen, 1987: 141.)
El zoque no presenta una distinción explícita entre los sustantivos alienables versus.
inalienables, ya que todos los sustantivos pueden ser marcados por los mismos
morfemas posesivos y todos los sustantivos aparecen en su forma no marcada
3 El jitotolteco es una lengua de la rama zoqueana que recientemente he identificado como
una lengua distinta respecto a las variantes de zoque que forman el continuo dialectal que
empieza en el sur, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y llega hasta el norte, a Teapa y Tapijulapan,
en el estado de Tabasco.
En zoque, las marcas de caso genitivo y los prefijos posesivos son idénticos a
las marcas ergativas que ocurren con verbos transitivos, como se verá en el siguiente
apartado.
CUADRO 5.1
Alineamiento ergativo del zoque
erg abs
a s
g o
Fuente: Elaboración propia.
(13) a. mbyujtumij
tec ny-put-u=mij
2abs-salir-com=pro2abs
‘Saliste.’
b. ngwanis mbyatumij
n-kwan=is ny-pat-u=mij
clf-Juan=erg 2abs-encontrar-com=pro2abs
‘Juan te encontró.’
CUADRO 5.2
Pronominales singulares en zoque de Tecpatán
A S O
1SG n-V=s (1:3) Ø-V=j Ø-V=j (3:1)
1erg-V=pro1erg 1abs-V=pro1abs 1abs-V=pro1abs
n-V=s=mij (1:2)
1erg-V=pro1erg=pro2abs
n-V=mis=j (2:1)
2erg-V=pro2erg=pro1abs
El zoque presenta un único verbo bitransitivo, el verbo tzi, “dar”. Este verbo no
requiere derivación aplicativa para codificar tanto al argumento tema (t) como al
argumento receptor (r) como objetos sintácticos que son parte de la estructura
argumental del predicado. En 15a, el sintagma nominal tum kayu, “un caballo”
refiere al t, mientras que las marcas absolutivas de segunda persona, tanto el pre-
fijo de persona como el enclítico pronominal, expresan el r. El ejemplo en que 15b
muestra que el argumento r con referencia a tercera persona, a diferencia de lo que
ocurre con los r que refieren a los participantes del acto de habla, no dispara mar-
cas de persona o clíticos absolutivos en el verbo.
b. ngwanis ngyokenumij
n-kwan=is ny-ko.ken-u=mij
clf-Juan=erg 2abs-cuidar-com=pro2abs
‘Juan te cuidó.’
lugar un proceso de “ascensión” del poseedor son tres. En primer lugar, el verbo
carece de marcación de persona absolutiva en correferencia con el poseedor del t,
como en 25a, donde el poseedor es segunda persona y el verbo no registra marca
de absolutivo de segunda persona. En segundo lugar, el poseedor semántico no se
registra como sujeto de la pasiva, como se ilustra en 25b, donde el sujeto de la
pasiva tiene como referencia una tercera persona mientras que el poseedor del t
tiene como referencia una segunda persona. En tercer lugar, el poseedor del t no
puede funcionar como sujeto de la construcción recíproca, como se ilustra en 25c,
donde el sintagma nominal poseído de tercera persona en función de t es el argu-
mento correferencial con la marca de sujeto absolutivo en la construcción aplicativa
(y no el poseedor que refiere a segunda persona).
Todas las variantes de las distintas áreas dialectales zoques admiten la presencia
del aplicativo -jay cuando el poseedor del t no es correferencial con el a, como en
los ejemplos 26a y 26b del zoque de Tecpatán, y no permiten la construcción con
aplicativo cuando a y el poseedor del t son correferenciales, como en los ejemplos
27a y 27b.
Al igual que las lenguas de la familia zoque (como el zoque de San Miguel
Chimalapa,el zoque de Santa María Chimalapa, el jitotolteco, el soteapaneco,
texistepequeño y el ayapaneco), otras lenguas de Mesoamérica recurren a la
construcción de pe con aplicativo solamente cuando el poseedor del t no es corre-
ferencial con el a. Esto se puede observar en la familia maya (en lenguas como el
tsotsil, tseltal, chol, chontal, huasteco), en yutoazteca (como las diversas lenguas
nawas y el cora), en mixezoque de la rama mixeana (como el oluteco, sayuleño y
las lenguas mixes de Oaxaca), en el totonaco-tepehua y en el p’orhépecha (aislada).
El caso se ilustra en 28, con los ejemplos del mixe de Totontepec, que es una
lengua inversa y jerárquica. Nótese que en esta lengua no se marca abiertamente el
poseedor semántico como op en el verbo, en la construcción “directa” (28a),
porqueel argumento a es más alto en la jerarquía de prominencia que el op. En
contraste, la construcción “inversa” (28b) registra abiertamente al poseedor como
op porque este argumento es más alto que el a en la misma jerarquía.
El mixe de Totontepec, al igual que todas las lenguas mesoamericanas que usan
la estrategia de pe con aplicativo, sólo recurre a la estrategia de pe cuando el agente
no es correferencial con el psr del objeto. El ejemplo 29 no puede tener una lectura
en la cual el poseedor del objeto es correferencial con el agente.
En todas las lenguas de Mesoamérica reportadas hasta hoy en día, en las cuales
se recurre a la construcción de aplicativo para expresar pe, el psr pasa a ser un
argumentoaplicado que adquiere el estatus de op, mientras que el poseído ocupa
la posición de os. Esto se hace evidente por pruebas de código (marcación de
persona en el verbo), como de comportamiento (pasivo y blanco de recíproco). En
(31) tsotsil
ch-i-s-toyilan-be j-jol
inc-1abs-3erg-levantar-apl:r 1psr-cabeza
‘Él está levantando mi cabeza.’ (Aissen, 1987: 126.)
(32) tsotsil
ch-i-toyilan-b-at j-jol
inc-1abs-levantar-apl:r-pas 1psr-cabeza
‘Me fue levantada mi cabeza una y otra vez.’ (Aissen, 1987: 131.)
(35) tepehua
ju kim-pay ki-maqaw-ni-lh ju kin-herencia
det 1psr-padre 1op-dejar-apl:r-com det 1psr-herencia
‘Mi padre me dejó mi herencia.’ (Kung, 2004: 30.)
(36) huasteco
a. t-u ela-tzi-Ø ti-a bitziim-al
inv-1:2 encontrar-apl:r-com clitico-2psr caballo-psdo
‘Encontré tu caballo.’ (Constable, 1989: 152.)
b.
it ela-tzi-at an ti bitziim
2abs encontrar-apl:r-pas det clitico caballo
‘Tu caballo fue encontrado.’ (Constable, 1989: 150.)
(37) chontal
a. ’u-chon-b(e)-on k-tsimim ’aj-limberg
3erg-vender-apl:r-1abs 1psr-caballo clf-Limberg
‘Limberg vendió mi caballo.’ (Osorio May, 2005: 181.)
(38) chol
a. tyi k-ts’äk-ä-b-ety aw-alo’bil
com 1erg-curar-estatus-apl:r-2abs 2psr-hijo
‘Curé a tu hijo.’ (Vázquez Álvarez, 2002: 295.)
(39) tseltal
laj k-uch’-b-at aw-ul
com 1erg-beber-apl:r-2abs 2psr-atole
‘Te bebí tu atole.’ (Polian, 2009: 5.)
(40) p’orhépecha
eshé-chi-nt’a-s-Ø-ka=kini kúchi-ni
ver-apl:r:2-iter-perf-pres-1:2ind=2sg.o cerdo-objt
‘Me encontré tu cerdo.’ (Capistrán-Garza, 2006: 295.)
(41) oluteco
a. tantükawak tayakke:kaxüpa tantu:min
tan=tükaw=ak ta=yakke:k-ax -ü-pa tan=tu:min
1psr=padre=anim 1abs=quitar-apl:r-inv.i-inc.i 1psr=dinero
‘Mi padre me arrebata mi dinero.’ (Zavala Maldonado, 2000: 700.)
b. tayaktu:taxüw tanjapoyu:ki
ta=yak-tu:t-ax-ü-w tan=japoyu:ki
1abs=pas-poner-apl:r-inv.i-com.i 1psr=desayuno
‘Me fue dado mi desayuno.’ (Zavala Maldonado, 2000: 702.)
(42) sayuleño
pek iaktajnaw wan ilibru
pek i-ak-tan-ja-w wan i-libru
Pedro 3erg-caus-quedar-apl:r-com.i Juan 3psr-libro
‘Pedro agarró el libro de Juan.’ (Clark, 1983: 49.)
b.
d=wt-m-jay-w n=ykwij
1abs=romper-pas-apl:r-com 1psr=camisa
‘Mi camisa fue rota.’ (Johnson, 2000: 144.)
Los ejemplos en 44 son del jitotolteco, que es una lengua zoqueana diferente
a las variantes que forman la cadena dialectal del zoque chiapaneco. En la cons-
trucción inversa, en 44a, el poseedor semántico funciona como op marcadoen el
verbo con el prefijo de segunda persona. En la voz pasiva, en 44b, la marca en
función de sujeto refiere al poseedor, lo que confirma que es el poseedor, y no el
poseído, el argumento que registra el verbo como op.
(44) jitotolteco
a. níko∫ nókadyw min núne
niko=∫ n-jok-jay-t-w min n-úne
Nicolás=erg 2abs-esperar-apl:r-inv-com 2gen 2psr-hijo
‘Nicolás te esperó a tu hijo.’
(45) ayapaneco
nyea maatzakabojá nxuuyi
nnyea mma=a=tzatzkpo-jay n=xuye
3pro com=1abs=romper-apl:r 1psr=camisa
‘Rompiste mi camisa.’ (Cortesía de Daniel Suslak.)
(46) soteapaneco
jee ta ugaiyajpa tan npiny tyam
jee ta=uk-ay-yaj-pa tan=npiny=tam
3pro 1abs-tomar-apl:r-3pl-inc 1psr=sangre=pl.hum
‘Bebieron nuestra sangre.’ (de Jong Boudreault, 2009: 537.)
El ejemplo 47, del texistepequeño, igual al 42, del sayuleño, hace evidente que
el aplicativo se requiere cuando el poseedor del t no es correferencial con el agente.
Sin embargo, debido a que estas lenguas hacen uso de un sistema de marcación
jerárquica para los argumentos centrales, el psr en referencia a la tercera persona
no se marca como op abiertamente en el predicado, aunque las pruebas de código
y comportamiento claramente indican que también en estas lenguas el psr semán-
tico efectivamente desempeña la función de op.
(47) texistepequeño
čyaha hyos a:ha
y-tah-a y-hos a:ha
3erg-escarbar-apl:r 3psr-hueco canoa
‘Le hizo hueco a la canoa.’ (Wichmann, 2007: 71.)
Otra evidencia adicional que demuestra que el psr en las construcciones apli-
cativas no adquiere el estatus de op es la imposibilidad de ser marcado en el verbo
por medio del prefijo absolutivo, como lo ilustra la estructura agramatical en 50b.
El estatus sintáctico que tienen las funciones de poseedor y poseído en los ejemplos
49a, 50a, 51 y 52 es claramente diferente al que presentan otras lenguas mesoame-
ricanas, en general, y mixezoqueanas, en particular, que cuentan con una construc-
ción de pe en las que el poseedor ocupa la posición de objeto primario, y el poseí-
do, de objeto secundario. Ya he mostrado que el poseedor en la construcción
aplicativa de pe en las variedades de zoque de Tecpatán, Copainalá y Pantepec no
tiene el estatus de op porque el marcador de absolutivo en los verbos con aplicativo,
que es una expresión de código de op, no es correferencial con el poseedordel t.
En este apartado voy a presentar las pruebas de código y comportamiento que
permiten determinar con precisión el estatus sintáctico tanto del poseído como del
poseedor en la construcción con aplicativo en estas variedades del zoque, con el fin
de establecer la pertinencia de tres análisis alternativos con los que se puede evaluar
las propiedades de los argumentos objeto.
El hecho de que el poseedor no tenga las propiedades de código propias de los
objetos primarios (marca de persona absolutiva y marca pronominal absolutiva)
descarta la posibilidad del análisis que tradicionalmente se ha hecho del morfema
aplicativo para un gran número de lenguas mesoamericanas, como un mecanismo
que “promueve” al poseedor extratemático a objeto primario oracional. Por esta
razón, para explicar los hechos sintácticos de esta construcción en las variedades
de zoque estudiadas aquí, se requiere de otros análisis alternativos.
En algunas lenguas mayas, el morfema aplicativo puede cumplir una función
adicional que se le ha denominado, en el interior de la gramática relacional,
“registrode argumentos” (Aissen, 1990: 411), es decir, el morfema aplicativo,
cuando cumple esta función, hace posible que el argumento extratemático quede
registradoen la morfología verbal sin que dispare la “promoción” de este argumento
a la posición sintáctica de objeto oracional. Esta operación la ilustro con ejemplos
contrastivos en dos lenguas mayas de la rama k’icheana. El aplicativo instrumental
en k’ichee’ “promueve” el argumento instrumental a la posición de objeto oracional
(53a), lo que a su vez hace posible que ocupe la función sintáctica de sujeto de la
(53) k’ichee’
a. ch’iich’ x-Ø-i-sok-b’e-j aw-eech
machete com-3abs-1erg-herir-apl:instr-estatus 2psr-sr:de
‘Usé un machete para herirte.’ (Dayley, 1990: 354.)
(54) tzutujil
a. machat x-in-r-choy-b’e-ej
machete com-1abs-3erg-cortar-apl:instr-estatus
‘Fue con machete con el que él me cortó.’ (Dayley, 1990: 354.)
b. machat x-in-choy-b’e-x-i
machete com-1abs-cortar-apl:instr-pas-estatus
‘Fue un machete con lo que fui cortado.’ (Dayley, 1990: 355.)
Para que un análisis semejante al propuesto para el tzutujil sea viable para ex
plicar los hechos sintácticos de la construcción aplicativa de pe presente en las
variedades del zoque de Tecpatán, Copainalá y Pantepec, se tiene que demostrar
que efectivamente el poseído se mantiene como objeto sintáctico y que el posee-
dor, que es el argumento aplicado, no dispara concordancia en el verbo. Las eviden
cias de código y comportamiento muestran de manera inequívoca que el argumento
poseído mantiene el estatus de objeto clausal. El argumento poseído es invariable-
mente un participante de tercera persona absolutiva sin morfología explícita en el
verbo porque el prefijo de persona absolutivo es formalmente un cero morfológico.
Sin embargo, cuando el argumento poseído tiene referencia plural, el verbo toma
el sufijo de tercera persona plural -yaj en correferencia con el poseído, lo que mues-
tra que este participante preserva el estatus de argumento central, siendo que sólo
este tipo de argumentos pueden disparar concordancia plural en el verbo, como se
muestra en 55.
Ahora bien, cuando la referencia del poseedor es plural, el verbo también toma
alguno de los dos sufijos que expresan plural en la morfología verbal: -yaj, cuando
el poseedor es tercera persona plural (56a y 56b), y -tam, cuando el poseedor es pri-
mera o segunda persona del plural (57a y 57b).
(65) oluteco
metzko burro-wok i=toj-tzüm–pet-küx-u mo:k
dos burro-dim 3erg=apl:instr-cargar-dir:arriba-3pl-com.i maíz
‘Él cargó el maíz con dos burros.’
(66) oluteco
a. tüpxi=je ta=toj-tzum-ü-w=ak xuxta:tu
soga=foco 1abs=apl:instr-amarrar-inv.i-com.i=anim soldado
‘Es con la soga que el soldado me amarró.’
b. tüpxi ta=yak-toj-tzum-pa
soga 1abs=pas-apl:instr-amarrar-inc.i
‘Se me está amarrando con una soga.’
c.
ta=ni-toj-puj-ü-w xapun
1abs=rr-apl:instr-lavar-inv.i-com.i jabón
‘Me lavé yo mismo con jabón.’
(67) oluteco
i=tun-küx-ay-u=k i=awok
3erg=hacer-3pl-apl:r-com.i=anim 3psr=hijo
‘Él le hizo (a ella) sus hijos.’
(68) oluteco
a. i=mi:n-an=ak min=kowok-ta:k-ax-e-j
3abs=venir-irr.d=anim 2abs=tocar-de_repente-apl:r-inc.d-inv.d
min=tük-aw+ku
2psr=casa-entrada
‘Es posible que él venga a tocarte de repente a tu puerta de la casa.’
b.
min=win min=yak-wop-ax-i-y
2psr=ojo 2abs=pas-golpear-apl:r-com.d-inv.d
‘Te golpearon tu ojo.’
c.
ta=ni-yu:k-ax-ü-w tan=ko+pak mü:t tuku
1abs=rr-esconder-apl:r-inv.i-com.i 1psr=cabeza con trapo
‘Escondí mi cabeza yo mismo con el trapo.’
5.6. Conclusiones
Alejandro Curiel*
6.1. Introducción
En la familia de las lenguas mayas hay varias estrategias para introducir un tercer
participante en la predicación transitiva (ejemplo, “lo vendió” versus “me lo ven-
dió”). Este participante se puede manifestar de cuatro maneras: como argumento
central, a la manera de los objetos primarios (Dryer, 1986); como poseedor con
lectura de beneficiario; como oblicuo, o en una construcción de verbos seriales.
Veamos algunos ejemplos.
Las lenguas con acceso a la estrategia de objeto primario tienen en su inventario
morfológico un sufijo aplicativo que en protomaya tuvo la forma *-b’e (Mora-
Marín, 2003). Este morfema hace posible que el receptor pase a ser objeto prima-
rio codificado por la marca de absolutivo en el complejo verbal. En contraste, el
tema se codifica como objeto secundario. Por ejemplo, en 1, el receptor de un
verbo transitivo en tz’utujil, la primera persona, está asociado a la base verbal con
el prefijo absolutivo in-, mientras que el tema, una tercera persona, carece de ex-
presión morfológica en la base verbal.1
(1) tz’utujil
x-in-ru-k’ayi-b’e-ej
com-b1-a3-vender-apl-vt
‘Me lo vendió.’ {García Matzar, citado en Mora-Marín, 2003: 204.}
171
(2) chol
mi kej-el k-mel-Ø a-waj
inc fut-nf a1-hacer-b3 a2-tortilla
‘Voy a hacerte tortillas.’
(Lit. ‘Voy a hacer tus tortillas.’) (Levy, 2006: 315)
(3) yucateco
Juan=e’ t-u=siih-ah u=nook’ ti’ hun-tú chan xi’ibpal
Juan=top prf-a3=regalar-com a3=ropa p uno-clfn pequeño niño
‘Juan le regaló vestidos a un niño pequeño.’ (Cortesía de Barbara Blaha.)
(4) q’anjob’al
max-Ø-h-aq’ ch’en tumin ay-on
com-b3-a2.sg-dar clf dinero dat-b1.pl
‘Nos diste el dinero.’ (Cortesía de Adán Francisco Pascual.)
(6) tojol’ab’al
oj k-i’-Ø jun w-ala kuchara
irr a1-tomar-b3 uno a2-dim cuchara
‘Te voy a traer una cucharita.’
(Lit. ‘Voy a traer tu cucharita.’) (Txt)
(7) tojol’ab’al
ja=ma’ wan s-le’-j-el ja=y-ajnal ja=b’a s-kwerpo
det=rel inc a3-buscar-pas-nf det=a3-medicina det=p a3-cuerpo
ja=waw-un-tik-il=i
det=a2-hijo-pl-inal=top
‘Los que le están buscando medicina al cuerpo de tus hijos.’ (Txt)
(8) tojol’ab’al
mok wa-b’at-Ø y-i’ s-k’ab’ ja=’alats=i
neg.irr a2-pisar-b3 a3-tomar a3-mano det=bebé=top
‘No le pises la mano a la bebé.’
(Lit. ‘No la pises ella-tomar su mano de la bebé.’) (Txt)
(9) tojol’ab’al
y-al-a-Ø=ni k-ab’ ke mi=ni jas=ni wa x-’ek’-Ø
a3-decir-et-b3=enf a1-oír comp neg=enf qué=enf inc inc-pasar-b3
s-k’ujol=a
a3-corazón=dist
‘Claro que me dijo que nada le pasaba por la mente.’
(Lit. ‘Sí lo dijo y yo lo escuché que nada le pasaba por la mente.’) (Txt)
(10) jak-y-on
llegar-vi-b1
‘Llegué.’ (Txt)
2
El sustantivo relacional reflexivo/recíproco en tojol’ab’al tiene su origen en un sustantivo que origi-
nalmente significaba “cara” y que está altamente gramaticalizado. No obstante, en el ejemplo, este
sustantivo no es reflexivo, sino que tiene una retención de su significado original y sirve para codificar
una expresión idiomática que significa “conocer”. De ahí que esté marcado con el prefijo posesivo de
tercera persona, a pesar de que el verbo lleve prefijo ergativo de segunda persona.
3
En todos los ejemplos gloso el verbo ’i’ como dativo (dat).
En esta sección discuto los análisis previos de la estrategia serial para la introducción
del receptor de un verbo transitivo y los contrasto con una nueva propuestaque
considera esta estructura como un fenómeno de serialización verbal gramaticalizado
en una marca de caso. La discusión se inserta en el debate contemporáneo sobre
las construcciones de verbos seriales.
(21) y-i’-l-e’
a3-dat-ligadura.pronominal-3pl
‘a ellos.’
(22) y-i’-Ø-w-e’
a3-tomar-ligadura.verbal-b3-3pl
‘Ellos lo tomaron.’
Por otro lado, el análisis que Brody propone no explica por qué el tema no
aparece en el segundo verbo, tal como se sugiere en 23, en contraste con la impo-
sibilidad de 24, donde el argumento absolutivo sigue afijado. Todo esto bajo el
supuesto de que el análisis del ejemplo 20 fuera correcto, en el cual el verbo más
bajo recibe absolutivo.
La cvs dativa es asimétrica. Esto quiere decir que el primer verbo proviene del
paradigma abierto de verbos transitivos —excepto ’al, “decir”, que forma su propia
cvs de receptor—, pero el segundo está restringido a ’i’, “tomar”. Otra propiedad
de esta cvs es su estricta adyacencia. La agramaticalidad del ejemplo 28 muestra
que la secuencia v1-v2 no se puede separar empleando una frase nominal que
exprese el argumento compartido.
Por otro lado, en la discusión sobre serialización es importante notar si las cvs
forman o no una sola palabra. La cvs dativa del tojol’ab’al forma una sola palabra
fonológica, como se muestra en 29, pero dos gramaticales, como deja ver la posi-
ción del enclítico de segunda posición =b’i en 30.
En esta sección presento evidencia desde varios niveles de análisis para demostrar
que el v2 de la cvs dativa se ha gramaticalizado en una marca de caso con compor-
tamientos prosódico, morfológico, morfosintáctico, sintáctico y semántico equi-
parables a los de otras marcas de caso en la lengua (v.gr. agente oblicuo o causativo
y comitativo). Asimismo, proporciono datos de otra cadena de gramaticalización,
que también tiene como fuente el verbo ’i’, que sugieren que esta raíz se encuentra
en un proceso de “poligramaticalización” (Craig, 1991). Cierro con una
comparacióncon otros procesos de gramaticalización equiparables presentes en
otras lenguas del mundo.
Esta vocal está condicionada por el patrón silábico de la raíz y puede ser la aproximante
[w] o [j].
Cuadro 6.1
Paradigmas pronominales en tojol’ab’al
Libres Agentivos Dativos Comitativos
1 sg ke’n kuj ki’ jmok
2 sg we’n wuj ki’ wamok
3 sg ye’n yuj yi’ sok|(<s-mok)
1 pl.incl ke’ntik kujtik ki’tik jmoktik
1 pl.ex ke’ntikon kujtikon ki’tikon jmoktikon
2 pl we’nlex wujilex wi’lex wamokilex
3 pl ye’nle’ yujile’ yi’le’ sok (<s-mok)
Fuente: Elaboración propia.
En 35a, repetición del ejemplo 23, vemos un tema en correferencia con el argu-
mento absolutivo afijado a la base verbal transitiva. Este mismo tema no tiene
incidencia morfológica en la marca de caso, como lo muestra la agramaticalidad
de 35b, repetición del ejemplo 24.
b. * oj j-chon-a y-i’-wa
irr a1-vender-b2 a3-dat-b2
Lectura buscada: ‘Te voy a vender a él.’
La posición de la marca de caso dativa es fija, pues ocurre después del v1+dir.
Esta propiedad la comparte con las marcas de comitativo y el nombre relacional
agentivo. En el ejemplo 36, vemos la marca de dativo después del verbo transitivo
más direccional.
La alteración de este orden se juzga como agramatical, tal como se ilustra en 37.
La marca de dativo comparte las mismas restricciones sintácticas que los obli-
cuos centrales (causativo-agente y comitativo). Los ejemplos 39 y 40 ilustran que
los comitativos y los causativos no se pueden dislocar en la periferia izquierda. La
evidencia para demostrar que los nominales de la periferia izquierda están
dislocadoses la posibilidad que tiene el pronombre ye’n, que refiere al agente dis-
locado, de recibir el sufijo terminal -a. Este morfema se emplea al final de un
constituyente prosódico, que se marca con el signo #.
b. * ja=j-moj-tikon=i te’y-a=’a
det=a1-con-1pl.excl=top dem.ext-b2=dist
Lectura buscada: ‘Con nosotros, aquí estás.’
b. * [te’y-a=’a] j-moj-tikon
dem.ext-b2=dist a1-con-1pl.excl
Lectura buscada: ‘Estás, con nosotros.’
b. * y-uj el-i-Ø
a3-agen salir-vi-b3
Lectura buscada: ‘Fue por él que eso salió.’
b. * wa-mok oj waj-k-on
a2-comit irr ir-irr-b1
Lectura buscada: ‘Es contigo con quien voy a ir.’
b. * oj waj-k-on mi s-mok-uk
irr ir-irr-b1 neg a3-con-irr
Lectura buscada: ‘Voy no contigo.’
b. * j-neb’-a-Ø mi y-i’-uk
a1-aprender-vt-b3 neg a3-dat-irr
Lectura buscada: ‘Lo aprendí no por él.’
Las dos funciones del caso dativo que no tiene el tojol’ab’al son el dativo iudi-
cantis y el dativo de dirección. La imposibilidad de asociar la marca de dativo a la
predicación intransitiva restringe estas extensiones, tal como se muestra en los
ejemplos 56 y 57.
6.5.6. Poligramaticalización
Es interesante hacer notar que una aprendiz de dos años y ocho meses, de
padres monolingües en tojol’ab’al, colocó un enclítico de segunda posición después
de la marca dativa, como se ilustra en 63. Esto nos muestra que la niña hizo un
reanálisis de la marca de caso dativo como un elemento afijado al núcleo verbal, a
la manera de las lenguas con morfología aplicativa.
(63) a’-Ø-k-i’=xa
dar-b3-a1-dat=disc
‘¡Dámelo!’ (Txt)
En una cláusula como la del ejemplo 65, las lenguas de objeto directo con
obviación seleccionarían obligatoriamente la voz activa porque se tiene un nominal
animado y definido (ja snani, “su mamá”) que actúa sobre un tema inanimado e
indefinido (una oración completiva). No obstante, en tojol’ab’al, la estructura
activa resulta agramatical, tal como se puede ver en 66.
Por otro lado, cuando un nombre menos animado (obviativo) actúa sobre uno
animado (proximal), en tojol’ab’al también se selecciona la voz pasiva. En el
ejemplo68 vemos que el agente inanimado (ja ik’i, “la reuma”) actúa sobre otro
igualmente inanimado (skwerpo, “su cuerpo”). En esta circunstancia, la voz pasiva
es también obligatoria debido a que el receptor introducido por la marca dativa es
humano (yi’, “a ella”). El ejemplo confirma que la selección de voz opera entre
agente y receptor, sin que el tema sea relevante. El ejemplo muestra, además, la
degradación sintáctica del tema el cual es introducido como oblicuo por la prepo-
sición man, “hasta”.
En esta sección presenté los cuatro contextos en los cuales los hablantes de
tojol’ab’al seleccionan voz pasiva para asignar caso gramatical a los participantes
en tercera persona de una predicación transitiva. Demostré con ejemplos que la
asignación de voz no ocurre entre el agente y el tema, como es esperable en una
lengua de objeto directo, sino entre agente y receptor, un comportamiento de lengua
de objeto primario. Esta evidencia se puede acumular con los datos fonológicos
para hacer notar que el comportamiento sintáctico de la marca de dativo, respecto a
la selección de voz, opera con las mismas restricciones de las lenguas de objeto
primario.
En la siguiente sección estudio la construcción recíproca y argumento que el
tojol’ab’al semiincorpora el nombre relación que marca reflexivo/recíproco, lo cual
permite que las relaciones entre agente y tema sean resueltas en el complejo verbal
sin tomar en cuenta al receptor.
(70) q’anjob’al
ch-Ø-ey-aq’-lej ch’enej ay-ex jun-jun-ex
inc-b3-a2.pl-dar-iter piedra dat-b2.pl uno-red-b2.pl
‘Se dan piedras entre ustedes.’ (Cortesía de Adán Francisco Pascual.)
Por otro lado, en tzotzil, una lengua típica de objeto primario, para expresar
las mismas nociones de reciprocidad entre agente y receptor se toman estos parti-
cipantes como principales mediante el empleo de morfología aplicativa, degradando
el tema.
Ante una construcción como ésta, surge la pregunta de cómo podemos estar
seguros de que es el tema, y no el receptor, el participante que está en referencia
cruzada con el argumento absolutivo, dado que los dos son sintagmas nominales y
no tienen marca de caso. El ejemplo 76, en el cual el tema es una primera persona
y aparece como absolutivo, nos ayuda a comprobar que efectivamente es el tema, y
no el receptor, el que tiene acceso a la estructura argumental.
7.1. Introducción
p1° p2°res
(1) x-Ø-(s)-nil tz’a heb’ s-pichil
com-b3-a3-prender_fuego quemarse 3pl a3-ropa
‘Ellos quemaron su ropa.’
1
Expreso mis agradecimientos a Roberto Zavala Maldonado y Enrique L. Palancar por su asesoría y
sus comentarios que me ayudaron a aclarar varios puntos de este artículo.
* Universidad de Texas en Austin.
2
En este artículo utilizo la ortografía práctica del q’anjob’al creada por la Academia de Lenguas Mayas
de Guatemala. Las grafías que se alejan de la norma ortográfica del español y su equivalente en la
ortografía fonética son las siguientes: b’ /b/, ch’/t∫’/, k’ /k’/, q /q/, q’ /q’/, t’ /t’/, tx /t’/, tx’ /t’/, tz/ts/,
tz’/ts’/, x //, ’//.
199
El q’anjob’al es una lengua de verbo inicial. Es una lengua ergativa con marcación
en el núcleo, en el cual el verbo recibe marcas de persona que hacen referencia
cruzada a sus argumentos mediante los llamados juego a (ergativo) y juego b
(absolutivo). Esto se muestra en el ejemplo 2. El hecho de que las ffnn aparezcan
entre paréntesis indica que no son constituyentes obligatorios.
b. ejmach’-taq=on
broma-poco=b1pl
‘Somos un poco bromistas.’ (Txt)
b. ch-on-y-il=teq heb’
inc-b1pl-a3-ver=dir.irr 3pl
‘Nos ven ellos.’ (Txt)
Predicado intransitivo
(5) lanan=Ø ko-b’ey-i
prg=b3 a1pl-caminar-vi
‘Estamos caminando.’
Para los intereses de este trabajo, se podría destacar que el q’anjob’al tiene las
siguientes tres propiedades tipológicas relevantes: i) es una lengua de verbo inicial,
ii) la marcación de persona se hace en el núcleo verbal; iii) el uso de dos tipos de
alineamiento, uno con patrón ergativo y otro con patrón acusativo.
Los depictivos expresan un estado que tiene lugar durante la referencia temporal
del evento codificado por el predicado principal […]. Los resultativos expresan un
estado que es interpretado como el resultado del estado de cosas que codifica el
predicado principal.[La traducción y el subrayado son míos.]
En lenguas como el q’anjob’al, sin embargo, los dos tipos de predicados pre-
sentan un orden inverso, además de otras diferencias que se señalan más adelante.
Compárese, al respecto, la construcción depictiva en 8 con la resultativa en 9.
Cuadro 7.1
Diferencias entre depictivos y resultativos en q’anjob’al
Depictivos Resultativos
Semántica Estado cotemporal Estado resultante
Orden p2°+p1° p1°+p2°
Tipo de raíces como p1° Intransitiva, transitiva Transitiva
Clases de palabras como p2° Verbos y pnv Inergativas e inacusativas
Patrón de marcación en el p1° Nominativo-acusativo Ergativo-absolutivo
Alcance de negación e interrogación Sobre el p2° Sobre toda la cláusula
Controladores s, o, psr o
Fuente: Elaboración propia
Otra prueba de que el p1° y el p2° forman una sola cláusula es el comporta-
miento de los dos verbos en las oraciones de complemento. Las raíces transitivas
en función de complementos aparecen en su forma “no finita” y se vuelven intran-
sitivas, ya que el objeto se incorpora. Se sabe que el nominal está incorporado
porque no toma clasificador y semánticamente es un objeto genérico. Contrástese
el ejemplo 13, donde el objeto de la oración simple no está incorporado, con el de
objeto incorporado sin clasificador dentro de una oración de complemento en 14.
7.2.2.1. Los verbos seriales describen lo que se conceptualiza como un evento simple
en lenguas sin serialización
(16) vt + vi
7.2.2.2. Los verbos seriales son monoclausales y tienen una sola marca
de aspecto y valor polar
Las marcas de negación, aspecto y persona que preceden al primer verbo tienen
alcance semántico sobre los dos predicados. Esto demuestra que la construcción
es una sola cláusula con dos verbos que codifican un evento y que comparten una
marca de negación y un argumento.
En los ejemplos de 20, el primer verbo está pasivizado, por lo tanto, su sujeto
es también el sujeto lógico del segundo verbo; aquí tampoco se expresa formal-
mente el argumento en el segundo verbo.
b.
x-ach-ten-lay=’aj jab’-naj-oq
com-b2sg-tocar-pas=dir tendido-ines-vi.res
‘Fuiste derribado inesperadamente/violentamente.’
7.2.2.4. Cada componente puede ser el núcleo de una oración cuando aparece
en estructuras no seriales
Este rasgo se ejemplifica en 21 y 22; los verbos b’eq, “soltar”, y k’ay, “desaparecer”,
de la estructura serial, en 21, pueden funcionar como núcleos de oraciones inde-
pendientes, como en 22.
b. x-Ø-k’ay=il-oq
com-b3-desaparecer=dir-irr
‘Desapareció.’ (Txt)
En las lenguas con verbos seriales hay varios tipos de serialización y uno de ellos es
el del tipo resultativo. Los ejemplos siguientes ilustran este tipo de estructura en
tres lenguas con verbos seriales. Nótese que en las tres lenguas se mantiene el mis-
mo orden icónico que toma lugar en las estructuras resultativas del q’anjob’al, es
decir, el primer verbo describe la causa, y el segundo, el efecto.
En taba, cantonés y dumo, los verbos seriales no son contiguos, son palabras
independientes. En contraste, hay otras lenguas, como el oluteco (Zavala Maldo-
nado 2006a), en las que los dos verbos son parte de una misma palabra, como se
ilustra en 26.
c.
x-in-ha-ten=toq jew-naj y-ib’an xal ixnam
com-b1sg-a2sg-tocar=dir.irr sentado-ines a3-sobre clf señora
‘Me tumbaste sobre la señora.’
(Lit. ‘Me empujaste cayendo (yo) sentado sobre la señora.’)
(30) akateko
tol=ab’ chi-Ø-nus-le tz’aa s-naa eb’
que=rep inc-b3-quemar-pas arder a3-casa 3pl
‘Que les quemaban sus casas.’ (Zavala Maldonado, 1992: 128.)
(31) popti’
x-Ø-s-maq’ k’ay-oj naj hin-k’ul y-et
com-b3-a3-pegar perderse-vi.res él a1sg-estómago a3-cuando
lanhan=Ø Ø-hin-b’is-ni ch’en melyu
prg=b3 b3-a1sg-contar-ds clf dinero
‘El me confundió cuando estaba contando el dinero.’
(Ramírez Pérez et al., 2001: 173.)
(32) chuj
tz-Ø-(s)-ma’ takjok k’ak’ te s-nich te’
inc-b3-a3-pegar secarse calor clf a3-flor palo
‘El calor marchita la flor.’ (Felipe Diego, 1998: 135.)
(33) tojol’ab’al
s-mak’-a-won man cham-y-on
a3-golpear-vt-b1 sub:hasta.que morir-vi-b1
‘Me golpeó hasta que me morí.’ (Cortesía de María Lichim.)
Por otro lado, dentro de los resultativos asimétricos, el q’anjob’al presenta dos
tipos. En el primer tipo, el primer verbo viene de una clase cerrada, y el segundo,
de una clase abierta. Un ejemplo es la construcción con el causativo analítico aq’,
“hacer” o “dar”. Los ejemplos aparecen en 34.
(35) a. max-Ø-y-iq-on=’ek’=toq
com-b3-a3-cargar-dd=dir=dir.irr
‘Lo cargó para el otro lado.’
b.
x-Ø-cheq-lay=kan=’ok=toq
com-b3-mandar-pas=dir=dir=dir.irr
‘Fue mandado de vuelta hacia adentro.’
Cuadro 7.2
Verbos de movimiento y direccionales en q’anjob’al
Raíz Direccional Verbo de movimiento Direccional
ek’ ek’~ik’ “pasar”, “atravesar” “a través”
ok ok “entrar” “hacia dentro”
el el~il “salir”, “huir” “hacia fuera”
aj aj “subir” “hacia arriba”
ay ay “bajar” “hacia abajo”
kan kan “quedarse, permanecer” “sin movimiento”
pax pax “regresar” “de regreso”
toj toq “ir” “hacia allá”
tit teq “venir” “hacia acá”
ul ul “llegar” “llegar aquí”
jay jay “llegar aquí” “llegar aquí”
apn apn “llegar allá” “llegar allá”
Fuente: Adaptado de Zavala Maldonado (1994: 102).
movimiento que significa “pasar” y es el núcleo del predicado. La misma forma ek’,
en 36b, tiene la función de un direccional que significa “a través”, el cual es un
elemento adyacente al verbo principal iq, “cargar”.
b. ch-Ø-y-iq=ek’=toq heb’
inc-b3-a3-cargar=dir=dir.irr 3pl
‘Ellos lo cargan al otro lado.’
En contraste con los simétricos, los resultativos que dieron origen a los direc-
cionales del cuadro 7.2 aparecen también en lenguas de la rama tseltalana (tseltal,
tzotzil, chol) y es posible que también se manifiesten en algunas lenguas de la rama
mameana (mam, teko, awakateko, ixil). En estas lenguas sólo puede encontrarse
la estructura de los resultativos del tipo asimétrico. Por lo tanto, la estructura
simétrica,considerada como la estructura resultativa prototípica, se encuentra
solamente en las lenguas q’anjob’alianas.
7.3. Conclusiones
8.1. Introducción
217
algunasde éstas parecen tener todos los elementos de una cláusula independiente;
otras, en cambio, tienen muchas restricciones sintácticas o morfológicas, por ejem-
plo, los verbos en el predicado aparecen nada más en un tipo de conjugación, no
pueden tomar morfología de concordancia de sujeto, no pueden ser negadas, et-
cétera (Van Valin y LaPolla, 1997; Givón, 2001; Cristofaro, 2003; Noonan, 1985;
Dixon, 1995; entre otros).
Las cinco estructuras de complementación del mixe tienen distintas propieda-
des morfosintácticas, al tiempo que la cláusula de complemento puede tener un
mayor o menor grado de integración sintáctica. Por así decirlo, en algunos,casos
se trata de un constituyente muy elaborado dentro de la cláusula matriz, en donde
cada verbo, tanto el matriz como el de complemento, tienen su propio ámbito
clausal; en otros casos, pareciera que los lindes entre la cláusula matrizy la de
complemento se disolvieran.
Tradicionalmente, la complementación se ha visto como un tipo de subordi-
nación. En este trabajo se argumenta que no todos estos casos deben ser conside-
rados como instancias de subordinación, sino que existe otro tipo de estructura en
la cual la cláusula de complemento no está incrustada en la cláusula matriz sino
que ambas son codependientes (véase la sección “cláusulas codependientes”).
Basado en sus propiedades formales, distingo los siguientes tipos de estructu-
ras: i) las estructuras subordinadas, Tipos 1 y 2; ii) las cláusulas las cáusulas code-
pendientes Tipos 3, 4 y 5.
Tipo 1. Cláusulas subordinadas plenas de complemento. Tienen casi todas las ca-
racterísticas de una cláusula independiente y es el único tipo de cláusula de com-
plemento introducida por un complementante.3
3
La ortografía aquí utilizada es la misma que usan otros lingüistas y promotores de la escritura en mixe
(Reyes, 2005). Desviaciones del afi: x=//; ts=/ts/; y=/j/; ’=//; ë=/ɨ/; ä=//.
4
En el análisis morfológico, el signo “+” indica que existe un linde de morfemas que no resulta perti-
nente para la discusión.
En esta sección expondré brevemente cuáles son los elementos gramaticales nece-
sarios para entender la estructura de la cláusula simple en la lengua, éstos ayudarán
a entender los elementos de la cláusula compleja. El mixe de Ayutla es una lengua
con marcación en el núcleo. Permite incorporación nominal y de algunos adverbios
(en particular, la incorporación de la partícula negativa será de gran utilidad
posteriormente). Otras características importantes son la presencia de un sistema
de alineación inversa y de una división básica entre cláusulas dependientes e
independientes.5
El mixe de Ayutla tiene las marcas flexivas a los extremos del complejo verbal: el
primer prefijo encontrado en un verbo es la marca de persona. En el otro extremo,
los últimos sufijos del verbo son los de aspecto/modo (am), como en el ejemplo 6.
5
Para una descripción más detallada, véase Romero Méndez, 2009; para características similares en
otras lenguas mixe-zoques, véase Zavala Maldonado, 2000; 2002; 2007b.
Todos los verbos finitos deben tener estos dos elementos para obtener una
cláusula gramatical. En contraste, los verbos en una forma “no finita” aparecen
obligatoriamente en aspecto neutro (glosado en estos casos como nf, por conve-
niencia), pero no tienen marcadores de persona. Esta diferencia será importante
para distinguir distintos tipos de estructuras de complementación.
(7) Independiente
a. Karlos yäjkts y-kay-py
Carlos memelas 3a-comer-i.tr
‘Carlos come memelas.’
Dependiente
b.
xem Karlos yäjkts t-kay-y
deic Carlos memelas 3a-comer-d
‘Carlos come memelas ahí.’
En cuanto a las cláusulas subordinadas, todas aquellas que son introducidas por
una conjunción subordinante o, en el caso de las cláusulas de complemento, por un
complementante, aparecen marcadas como dependientes. La única excepción son
los casos que se discutirán en la sección sobre complementos con cláusulas plenas.
6
Estos términos no son sinónimos de subordinación estructural: un verbo en una cláusula que no esté
subordinada se puede marcar como dependiente si tiene las condiciones para ello. Dicha terminología
es ciertamente poco afortunada, ya que se confunde con la idea de dependencia en la literatura sobre
subordinación (Cristofaro, 2003).
En el verbo existe solamente una posición para los marcadores de persona en co-
rreferencia con uno de los argumentos verbales: en un verbo intransitivo, con el
único participante, el sujeto de intransitiva (s); en un verbo transitivo, con el su-
jeto de transitiva (a) o con el objeto (o). Existen dos paradigmas de marcadores de
persona, uno para las cláusulas independientes y otro para las cláusulas dependien-
tes. Esto se ilustra en los cuadros 8.1 y 8.2.
Cuadro 8.1
Marcadores personales para cláusulas independientes
Intransitivo Transitivo
m- 2 m-
2>3 m- 3>2
Ø- 3 y- 3>3’ Ø- 3’>3
Fuente: elaboración propia.
Cuadro 8.2
Marcadores personales para cláusulas independientes
Intransitivo Transitivo
s marcado a marcado o marcado
m- 2 x-
2>3 m- 3>2
y- 3 t- 3>3’ y- 3’>3
Fuente: elaboración propia.
Alineación inversa
b. m-ex-ë-p mejts yë’ë uk
2o-ver-inv-i 2pro dem2 perro
‘El perro te está viendo.’
7
La inversión funciona de forma distinta no sólo en lenguas de distintas familias, sino también en
lenguas mixe-zoques (para oluteco, véase Zavala Maldonado, 2002; 2007a; para mixe de Tamazula-
pam, véase Santiago Martínez, 2008 y para el mixe de Ayutla Romero Méndez, 2009). Para tener
claridad terminológica, uso “sistema de alineación inversa” para referirme al conjunto de recursos
gramaticales involucrados que pueden coaparecer o no, como se explica en el cuerpo del texto.
Cuadro 8.3
Marcadores de aspecto-modo en mixe de Ayutla
Independiente Dependiente
Irrealis -p -t
En mixe de Ayutla se puede expresar aspecto perfectivo por medio del adverbio
tëë, ‘ya’, en 10a, y aspecto perfectivo y tiempo pretérito por medio del adverbio ojts,
en 10b (Romero Méndez, 2008).10
El mixe de Ayutla, al igual que otras lenguas de la familia, presenta un alto grado
de flexibilidad en el orden de constituyentes. Sin embargo, podemos encontrar las
tendencias expresadas en 11 cuando hay frases nominales plenas. Como veremos
en un momento, las cláusulas de complemento no siempre presentan el mismo
grado de flexibilidad, además de que a veces deben aparecer después del verbo,
incluso si la marcación del verbo matriz es dependiente, lo cual contrasta con las
frases nominales.
Algunos predicados toman una cláusula como uno de sus argumentos, en lugar
de, o además de, una frase nominal, como en los ejemplos mostrados en la introduc
ción. Predicados de esta naturaleza se llaman “predicados matrices”; por su parte,
la cláusula que sirve de argumento de dicho predicado se llamará “cláusulade
complemento”. Aunque las expresiones “predicado matriz” o “cláusula matriz” se
han usado principalmente para estudios de subordinación, aquí los utilizaré como
10
Tanto el aspecto de punto de vista perfectivo como el imperfectivo se definen siguiendo a Klein, 1994.
términos de cobertura para el predicado que toma complemento en todos los casos
de complementación, ya sea que exista subordinación o codependencia.
Para el presente artículo, tomaré dos puntos clave para identificar la comple-
mentación en mixe. En primer lugar, en términos semánticos, el predicado
expresadopor la cláusula de complemento debe ser un argumento semántico del
predicado expresado por la cláusula matriz. En segundo lugar, limitaré el análisis
a los siguientes casos: verbos intransitivos cuyo único argumento sea la cláusula de
complemento y verbos transitivos cuyo objeto sea la cláusula de complemento.11
De forma esquemática, para el estudio de la complementación (o de la subor-
dinación en general) se puede distinguir entre dos tipos de relaciones: dependencia
estructural e incrustación (Cristofaro, 2003). Por “dependencia estructural” en-
tiendo simplemente que la cláusula de complemento no podría aparecer con la
misma forma como una cláusula independiente. Por “incrustación” entiendo que
las cláusulas subordinadas forman un constituyente dentro de la cláusula matriz.
En el caso de la complementación, la cláusula de complemento debe ser un argu-
mento sintáctico del verbo matriz. Así pues, en 12 la cláusula de complemento
está introducida por el complementante que, marcándola así como dependiente,
y ocupa la posición de objeto directo del verbo oír, con lo cual sabemos que está
incrustada.
Ya otros autores han señalado, sin embargo, que existen estructuras en las
cuales se relacionan dos cláusulas que no califican propiamente ni como subordi-
nación ni como coordinación (Van Valin y LaPolla, 1997; Van Valin, 2001; 2005;
Givón, 2001; Cristofaro, 2003; Guerrero, 2006; entre otros). En muchos de estos
casos, las cláusulas pueden compartir operadores de tiempo, aspecto o polaridad,
pueden compartir un argumento, o incluso dos verbos pueden formar un predicado
complejo de forma que compartan todos los argumentos.
Para fines del presente artículo, llamaré construcciones codependientes (o co-
subordinadas) a estos casos que parecen ocupar una posición intermedia entre
coordinación y subordinación. En ellos, la cláusula de complemento es dependiente
sintácticamente del verbo matriz pero no existe incrustación. La idea de codepen-
11
En una discusión más amplia del mixe, y de otras lenguas, habría problemas con este punto (Munro,
1982). En mixe de Ayutla, por ejemplo, los verbos de habla toman claramente un complemento
clausal que, sin embargo, no es argumento sintáctico. Esto se refleja en que el verbo matriz es intran-
sitivo. Dadas las dimensiones del artículo, dejaré de lado casos como el de los verbos de habla.
dencia no debe entenderse como una nueva propuesta teórica, sino como un tér-
mino conveniente para designar la relación sintáctica existente entre cláusula ma-
triz y complemento en tres tipos de cláusulas de complemento en el mixe de
Ayutla (o sea, los tipos 3, 4 y 5).12
De forma más particular, en las construcciones subordinadas, tanto la cláusula
principal como la subordinada tienen definido su límite clausal, mientras que en
las cláusulas co-dependientes los límites entre una y otra cláusula parecen diluirse.
En este sentido, la marcación de los verbos como dependientes o independientes
sirve de clave para distinguir si existe subordinación o codependencia. Si la mar-
cación del verbo matriz y el verbo de complemento no está correlacionada, la
relaciónserá de dependencia. Por el contrario, si la marcación de ambos verbos
como independiente o dependiente está correlacionada, existe codependencia.
Todo esto es explicado a lo largo de la exposición.
Finalmente, en el estudio de la complementación también se considera cuál
es la complejidad sintáctica de la cláusula de complemento. Dicha complejidad se
puede tomar como un indicador de la integración sintáctica de la cláusula de
complemento en la cláusula matriz. Entre más compleja sea una cláusula de com-
plemento (es decir, si existe complementante, si acepta modificadores y cuáles, si
el verbo puede tener argumentos o no), habrá una menor integración sintáctica y
viceversa.
12
Para una definición más restringida sobre la cosubordinación y una discusión teórica respecto a ella,
véanse Foley y Van Valin, 1984; Van Valin y LaPolla, 1997 Van Valin, 1993; 2005.
tante y por estar incrustada en una estructura sintáctica mayor, la cláusula subor-
dinada tiene casi todas las características que podríamos encontrar en una cláusu-
la independiente. Los operadores semánticos de la cláusula matriz son
independientes de los operadores semánticos de la cláusula de complemento. A
pesar de ello, veremos que las cláusulas interrogativas de complemento tienen aún
menor integración sintáctica que las cláusulas aseverativas.
13
El complementante kuu tiene otras funciones, entre ellas, introducir cláusulas temporales (de hecho,
uno podría suponer que ésta es la función más básica), cláusulas finales y cláusulas de causa.
En los ejemplos anteriores se muestra que los argumentos del verbo subordina
do se pueden expresar como frases nominales plenas, algo que no ocurrirá en las
cláusulas reducidas. Además, es posible tener adverbios temporales, en particular
el adverbio que indica referencia pretérita ojts, dentro de la cláusula subordinada (de
hecho, sería posible tener un ojts para la cláusula matriz y otro para la cláusula su
bordinada). Nótese que, en 18, la referencia temporal de la cláusula subordinada
es independiente de la referencia temporal de la cláusula matriz.
14
Noonan (1985) distingue entre complementos en subjuntivo y complementos en indicativo como
dos tipos distintos, sin embargo, esta distinción no parece pertinente en mixe.
Las cláusulas de complemento interrogativas, aunque las catalogo como una va-
riante del Tipo 1, merecen un apartado propio. Aunque las cláusulas de comple-
mento interrogativas también son introducidas por un complementante, resultan
ser el tipo de cláusula de complemento con menos integración sintáctica.
En la cláusula simple, las preguntas de interrogación total están marcadas por
el clítico interrogativo =a, tal como se ve en 20.
Por otro lado, las preguntas de interrogación parcial están marcadas por una
palabra interrogativa que aparece al inicio de la cláusula, por ejemplo tii, en 21.
15
Esta conjunción es la misma usada para introducir la prótasis en cláusulas subordinadas condiciona-
les (más específicamente, en contrafactuales).
16
Resulta interesante el hecho de que el complementante pen, “si”, en contraste con el complementan-
te kuu, no desencadene por sí mismo la dependencia. Aunque por el momento no puedo explicar del
todo este fenómeno, quizá esto indique que ocupa una posición estructural distinta (o, al menos,
podría sugerir que históricamente provenga de una construcción independiente).
En 24a se puede ver que el verbo “no finito” es argumento sintáctico del verbo
matriz porque este último toma el sufijo -py, que marca al verbo como transitivo.
Como se mencionó anteriormente, el verbo subordinado no puede tomar
argumento alguno, tal como se muestra en la agramaticalidad de 25a. Sí se puede,
en cambio, que los argumentos aparezcan incorporados, como se observa en 25b.
En estas construcciones, el verbo del complemento aparece como núcleo predica-
tivo mínimo (core, en inglés).
17
Para que esta construcción no se confunda con formas finitas en las que el verbo toma el sufijo de am
neutro independiente. En este tipo de construcción, -p se glosa como “no finito” o nf.
En mixe de Ayutla, existe una construcción típica de verbos que denotan estados
mentales, como el verbo desiderativo tsok, “querer”; verbos de pensamiento (nasäw,
“suponer”; najäw, “saber”; näw, “saber”; jät, “saber hacer”), y verbos de acción
psicológica (jënmay, “pensar”; atät, “pensar”; jamyats, “recordar”; jatyëkey, “ol
vidar”). En esta construcción no encontramos ningún complementante introdu
ciendo el complemento, como se ejemplifica en 29.
Si bien este tipo se podría tomar como una estructura con cláusula subordina-
da que no toma complementante, existen varias características que no existen en
las estructuras con cláusula subordinada de complemento, por ejemplo, el objeto
de la cláusula de complemento puede aparecer en posición inicial, la cláusula tiene
restricciones de am y tiene patrones de marcación de dependencia y de negación
interesantes.
En cuanto a la posición del objeto del verbo de complemento, nótese en 29
cómo akxäjk, “chayote”, aparece al comienzo de la estructura, aunque es argumento
de tsok, “querer”. Hay que aclarar que en esta posición, el objeto no se ha extraído
hacia una posición dislocada a la izquierda, ya que, si éste fuera el caso, requeriría
de un tipo de entonación particular en el que se articulara con pausa antes del
resto de la cláusula, lo que no sucede aquí. Simplemente, en este tipo de construc-
ciones, la cláusula de complemento no aparece incrustada en la cláusula matriz ni
forma un constituyente en sí misma, por lo que uno de sus argumentos puede
aparecer a su izquierda.
Por otro lado, a diferencia de la cláusula “no finita” vista en la sección anterior,
en este caso, el v2 toma marcadores personales y aparece con argumentos expresados
por medio de frase nominal. Esto las equipara con el Tipo 1. Sin embargo, existe
una restricción en cuanto a los marcadores de am. En la gran mayoría de los casos,
este tipo de cláusulas aparece en modo irrealis, como en 29, o con el desiderativo
y aspecto neutro, como en 30.
b.
*
kutypys n-jamyats-y ka’t Karlos t-jëy-y
aguacate 1a-recordar-d neg Carlos 3a-comprar-d
Lectura buscada: ‘Recordé que Carlos no compró aguacates.’
Los verbos matrices de este tipo son verbos de percepción (por ejemplo, kaxë’ëk,
“verse como”, “parecer”; ex, “ver”; mëtoo, “escuchar”; xuuk, “oler”) y un verbo de
18
“Machucado” es el nombre que recibe un platillo tradicional que se prepara el 1 de agosto.
Sin embargo, en afinidad con el Tipo 3, en el Tipo 4, los argumentos del verbo
de complemento también pueden aparecer dislocados de su núcleo (véase el
ejemplo29) incluso con mayor flexibilidad. Esto se muestra en 36a, donde el su-
jeto de tapoot, “cortar”, aparece al comienzo de la cláusula, mientras que su objeto
aparece después del verbo matriz. En 36b, tanto el sujeto como el objeto del verbo
de complemento aparecen a la derecha del verbo matriz. Como en los ejemplos 29
y 30, en éstos que siguen no hay escisión a la periferia derecha puesto que este
movimiento requeriría una entonación especial.
Por otro lado, como se aprecia en los ejemplos anteriores, el verbo de la cláusula
de complemento puede aparecer marcado como independiente, en 34 y 36, o
como dependiente, en 37 y 38. De hecho, las condiciones que desencadenan la
dependencia en la cláusula de complemento son exactamente las mismas que en
la cláusulasimple. Hay que señalar que, en este caso, la marcación de independien-
te en 34 y 36 no es opcional, como en el tipo anterior, sino obligatoria, como lo sería
en una cláusula simple.
Por otra parte, el verbo matriz, que aparece después del verbo de complemento,
está obligatoriamente marcado como dependiente, incluso si no hay nada que,
aparentemente, desencadene la dependencia. Esto se puede contrastar en todos los
tipos anteriores, en los que la aparición del verbo matriz como dependiente o in-
dependiente no está relacionada con la estructura de complementación. Ante estos
hechos, surge la pregunta: ¿por qué el verbo matriz debe ser marcado como depen-
diente? Sabemos que el verbo matriz es transitivo por el tipo de marcadores perso-
nales que toma, de forma que la cláusula de complemento es su argumento, y aún
así, en términos de la marcación de dependencia, parecería que no lo fuera. Esto
sugiere que la cláusula de complemento no está incrustada en la cláusula matriz,
de manera que desencadena la dependencia aunque sea argumento. A esto hay que
Esta construcción es típica con verbos como ja+tsok, “querer”; jënmay “pensar
(hacer algo)” y algunos verbos de percepción con sentido epistémico. Por una
parte, el Tipo 5 tiene varias similitudes con el Tipo 4, al cual vimos en la sección
anterior, v.gr. el verbo de complemento se encuentra antes del verbo matriz y este
último se conjuga en la forma dependiente. Sin embargo, el objeto del verbo de
complemento no aparece realizado sintácticamente. Sabemos que el verbo se
encuentraen una forma finita porque, al contrario de la forma “no finita” en el
Tipo 2, tiene marcadores personales. Esto no es evidente en la primera o tercera
persona, pero sí en la segunda persona, como se muestra en el ejemplo 39.
19
Se podría pensar que el predicado matriz se superpone a la cláusula de complemento. Esto no sería
del todo extraño, pues en ciertas estructuras, también llamadas de complementación, como en inglés,
I guess it’s ok, o It’s ok I guess, la estructura central es it’s ok, sin incrustación, en tanto que I guess fun
cionaría como operador modal superpuesto (Diessel y Tomasello, 2001; Thompson, 2002; Boye y
Harder, 2007; véase también la idea de “syntantic blends” de Barlow, 2000). No obstante, éste no es el
caso para la estructura mixeana, como lo muestra la flexibilidad en la posición de los argumentos del
verbo de complemento. Por otro lado, el hecho de que la negación, el adverbio de tiempo/modo y otros
adverbios espaciales aparezcan en posición inicial tomando como dominio todo el complejo clausal,
muestra que son éstos, y no la cláusula matriz, los que tienen un estatus de operadores clausales.
b. m-akxäj-jë’kx-p x-jënmay-y
2s-chayote-comer-i 2a-pensar-d
‘Piensas comer chayote.’
d.
y-wets-py t-jënmay-y
3a-llevar-i.tr 3a-pensar-d
‘Piensa llevárselo.’
De igual forma, similar al Tipo 4, el verbo matriz aparece siempre con marca-
ción dependiente.
b. m-tsoom-p x-ka-tsok-y
2s-irse-i 2a-neg-querer-d
‘No quieres irte.’
8.5.4. Discusión
En esta sección hemos visto tres tipos de estructuras de complemento, las cuales
van de mayor a menor grado de independencia morfosintáctica. Sin embargo, en
ninguno de estos casos podríamos decir que la cláusula de complemento está
claramenteincrustada en la cláusula matriz. Algunos ejemplos de los discutidos en
esta sección podrían asemejarse a los casos de complementación paratáctica seña-
lados por Noonan (1985), en los que se enfatiza la falta de complementación, el
hecho de que no hay incrustación y que cada cláusula constituye una aserción
propia. Esto sucede, por ejemplo, en lango, una lengua nilótica occidental hablada
en Uganda, ejemplificada en 45.
(45) lango
atîn òpòyò òkwɔ̀rɔ̀ kál
niño recordó-3sg cernió-3sg mijo
‘El niño se acordó de cernir el mijo.’
(Lit. ‘El niño lo recordó, él cernió el mijo.’) (Noonan, 1985: 55.)
(46) tzotzil
l-i-y-ak’ 7ak’otaj-ik-on
com-b1-a3-dar bailar-subj-b1sg
‘Él me deja bailar.’ (Aissen, 1987: 215.)
20
Quizá los casos más extremos de integración serían las causativas morfológicas y cuando dos raíces
verbales se unen en una misma palabra para formar un predicado complejo. En mixe también encon-
tramos estos dos fenómenos, pero su cabal discusión rebasa los límites de este artículo.
Cuadro 8.4
Características principales de los tipos de cláusulas de complemento
Tipo 1 Tipo 2 Tipo 3 Tipo 4 Tipo 5
Subordinadas Subordinadas Codependientes Codependientes Codependientes
plenas no-finitas plenas finitas Mínimas
Complementante
Forma finita en v2
Flexibilidad en am
(irrealis)
Negación en v2
Adverbios
tempo-aspectuales
en el complementante
21
Esta explicación no cancela la posibilidad de que otros factores estén en juego. En particular, se sabe
que elementos sintácticos “pesados” suelen aparecer después del verbo matriz.
22
La predicación secundaria no fue discutida aquí, pero véase Romero Méndez (2009), para una carac-
terización de la predicación secundaria en mixe, o Zavala Maldonado (2004) para el oluteco.
9.1. Introducción
En q’anjob’al, una lengua maya hablada en Guatemala, hay dos tipos de cláusulas,
según los rasgos de finitud observable en la marcación de aspecto, una con aspecto
y otra sin aspecto. Las cláusulas finitas marcan la categoría de aspecto, como el
completivo x- sobre il, “ver”, en el ejemplo 1, y el verbo uqtej, “perseguir”, en el
ejemplo 2. Las cláusulas sin aspecto, entre corchetes en 1 y 2, son de dos subtipos:
i) sin aspecto pero con flexión de persona, como en 1; ii) sin aspectoni flexión de
persona, como en 2. Las estructuras sin aspecto en 1 y 2 funcionan como comple-
mentos clausales, lo cual es una de sus funciones más comunes. El complemento,
en 1, se denominará cláusula sin aspecto, y el de 2, cláusula de infinitivo.
Persigo tres objetivos en este trabajo. Primero, voy a describir las propiedades
morfosintácticas de las cláusulas sin aspecto y las de infinitivo. Segundo, voy a ofre-
cer un catálogo de los contextos en los que aparece cada una para entender mejor
sus propiedades. Tercero, voy a proponer algunas reglas de la estructura clausal en
q’anjob’al que expliquen los contextos de aparición de las estructuras sin aspecto.
Las cláusulas sin aspecto y cláusulas de infinitivo comparten la característica de
no recibir marcador preverbal de aspecto. Sin embargo, cada una tiene sus propias
* ciesas-Sureste.
247
características. Las cláusulas sin aspecto y con persona tienen las siguientes propie-
dades:
b. max-ach hin-kol-o’
com-b2sg a1sg-ayudar-vt
‘Te ayudé.’
c. max-in ha-kol-o’
com-b1sg a2sg-ayudar-vt
‘Me ayudaste.’
d. tx’ijan hex
inteligente b2pl
‘Ustedes son inteligentes.’
Las ffnn en correferencia con las marcas de persona en el verbo siguen el orden
vso, como en 5a. Cambios a este orden obedecen a factores como enfoque, interro
gación, etcétera. Los sintagmas nominales ergativos reciben un trato diferente de
otros argumentos; su extracción requiere de una voz antipasiva o enfoque agentivo,
como se muestra en 5b y 5c, respectivamente, por lo que la lengua tiene rasgos
ergativos en su sintaxis (England, 1983; 1996; Dayley, 1990; Larsen, 1990).
b. hoq-ach way-oq
pot-b2sg dormir-irr
‘Dormirás.’
b. y-et ha-way-i…
a3sg-cuando a2sg-dormir-vi
‘Cuando dormiste…’
En esta sección voy a establecer los tres tipos de cláusulas subordinadas que se
pueden distinguir por su complejidad estructural: i) cláusula con aspecto; ii) cláu-
sula sin aspecto; iii) cláusula infinitiva. Una cláusula con aspecto tiene elementos
preverbales y funciona como cláusula independiente. Una cláusula sin aspecto
carece de posiciones preverbales y consiste de un sintagma verbal con flexión de
persona, el cual es siempre subordinado. Una cláusula de infinitivo consiste de un
núcleo predicativo y carece de elementos preverbales y de flexión.
Una cláusula con aspecto tiene marcador preverbal de aspecto y permite una
expansiónestructural hacia la izquierda del núcleo tal como se esquematiza en 10.
Esta representación sigue de forma cercana la propuesta de Aissen (1992: 46; 2000:
193), aunque difiere respecto a la posición que ocupa el foco y negación.
ftop
3
top ffoc
3
foc/neg fneg
3
neg fasp
3
asp fv
6
v + argumentos
b.
a heb’ x-Ø-’a’-on ayudar
foc ellos com-b3sg-dar-ea ayudar
‘Fueron ellos quienes ayudaron.’ (Txt)
c.
a heb’ xin manaq juntu ch-Ø-Ø-jatnej heb’
foc ellos tns neg dem.indef inc-b3sg-a3sg-hacer ellos
‘En cambio ellos, no es eso lo que hacen.’ (Txt)
d.
manaq naq tu k’am chi-Ø b’et-ik’-oq
neg clf dem neg inc-b3sg ir.regresar-dir-inf
‘No es ése hombre quien no va a ir y regresar (de algún lado).’
Además, nótese que los adjuntos ocurren después de los argumentos, como el
locativo en 12.
Voy a asumir que las cláusulas finitas con aspecto tienen el rasgo abstracto
[+aspecto], el cual permite la expansión de la cláusula hacia la izquierda, como en
los ejemplos de 11. Como se mostrará en las dos secciones siguientes, la ausencia
de este rasgo ([-aspecto]) prohibe la expansión a la izquierda del verbo, y por ende,
éste tiene una estructura más reducida.
Las cláusulas sin aspecto ([-aspecto]) no tienen las posiciones preverbales esque-
matizadas en 10, sino sólo las de 13, donde la frase flexionada sólo requiere de
argumentos y del verbo.
Fflex
3
flexión fv
6
v + argumentos (+ adjuntos)
Por claridad, comparo estas cláusulas con las cláusulas con aspecto en función
de complemento (véanse los contextos de uso en la sección sobre cláusulas sin
aspectoe infinitivas). El ejemplo 15 muestra que el complementante tol introduce
complementos con aspecto (15b) pero no complementos sin aspecto (15a).
Los ejemplos de 16 a 20 muestran que las cláusulas sin aspecto no tienen las
posiciones preverbales que presentan las cláusulas con aspecto. En la comparación,
los ejemplos “a” muestran una cláusula sin aspecto, y los “b”, el de una con aspecto.
El ejemplo 16 muestra enfoque; el 17, negación de frase; el 18, interrogación de
frase; el 19, adverbios preverbales, y el 20, negación clausal (maj niega completivo;
k’am, incompletivo; man, pnv y potencial).3
3
El enfoque dentro de la cláusula sin aspecto no debe confundirse con la extracción de elementos de
la cláusula sin aspecto hacia la posición preverbal de la cláusula matriz, como en i, pero esto no se
discutirá aquí por razones de espacio.
(i) a naq chi-Ø s-kamk’ulnej ix [s-way-i__ ]
foc clf inc-b3sg a3sg-cuidar clf a3sg-dormir-vi)
‘
Es a él (al niño) a quién ella cuida durmiendo.’
b. a ch’-Ø-al-on-i
foc inc-b3sg-decir-ea-vi
[tol mayal Ø-jay-ok y-orah-il].
comp ya b3sg-llegar-dir a3sg-hora-abs
‘Es ella/él quien dice que ya llegó su hora.’ (Txt)
Los ejemplos 18b y 20b no tienen el complementante tol por diferentes razo-
nes. En 18b, no se emplea porque el complemento es introducido por una palabra
interrogativa, y en 20b, es opcional.
Finalmente, los adverbios y adjuntos posnucleares son gramaticales tanto en
cláusulas sin aspecto (21a), como en cláusulas con aspecto (21b).
Una cláusula de infinitivo está formada de un núcleo predicativo sin flexión y sin
posiciones preverbales como lo muestra el esquema en 22.
v [v=núcleo verbal]
6
v + argumentos
Hasta aquí he mostrado que las cláusulas del q’anjob’al pueden clasificarse en
tres grupos, según su estructura en relación con el aspecto: cláusulas con aspecto,
cláusulas sin aspecto y con persona y cláusulas de infinitivo. El rasgo abstracto
[+/- aspecto] es central en la distinción. Las cláusulas finitas ([+aspecto]) toman la
marca preverbal de aspecto en los verbos y permiten la expansión de la cláusula hacia
la izquierda (v.gr. pueden tener enfoque, negación, tópico, etcétera.). La ausencia de
este rasgo impide la expansión a la izquierda del verbo. Hay dos subtipos de cláusu
las sin aspecto: cláusula sin aspecto con flexión de persona y cláusula de infinitivo
(v.gr. un sintagma verbal sin flexión). La cláusula sin aspecto con flexión incluye
marcas de persona, pero la cláusula de infinitivo se define por la completa ausencia
de flexión, lo cual obliga a emplear otros mecanismos para la realización sintáctica de
los argumentos.Antes de discutir la marcación de argumentos en estas cláusulas,
describo la marcación de dependencia sintáctica en las cláusulas sin aspecto.
En esta sección muestro que las cláusulas sin aspecto marcan parcialmente su
estatusdependiente. Cuando la cláusula tiene un verbo transitivo, éste toma obli-
gatoriamente el morfema -on, como se ve en el contraste entre 26a y 26b.
Mientras que las cláusulas con aspecto siguen un patrón de marcación ergativo,las
cláusulas sin aspecto disparan un patrón nominativo-acusativo, como en 30a,
donde agente y sujeto se marcan con morfemas del juego a y el objeto con morfemas
del juego b (véase la sección “los tipos de cláusula según su estuctura”). La marcación
ergativa en este contexto resulta agramatical, como lo muestra el ejemplo 30b.
Nótese también que las cláusulas sin aspecto no alteran la valencia verbal. Un
verbo intransitivo tiene un marcador de persona y los verbos transitivos dos
marcadores(véase el ejemplo 27).
A continuación se describen los contextos en los que ocurren cláusulas sin aspecto
e infinitivas. Éstas pueden ser subordinadas o construcciones de predicación
compleja.Cada construcción tiene sus particularidades y complejidades pero por
razones de espacio y coherencia sólo presento una breve descripción de cada una.
(33) Verbos matrices que toman complemento sin aspecto y con persona
a. Verbos de conocimiento: etz’ej, “imitar”; kan yul-k’ul, “saber”; kuyu’,
“aprender”; nachaj, “saber”; etcétera.
b. Percepción directa: ab’ej, “escuchar”; ila’ ,“ver”; wayichilnej, “soñar”;
etz’ej, “imitar”; matz’ej, “observar”, etcétera.
c. Desiderativos: cha-k’ul, “gustar”; echb’anej, “esperar”; aq’lej, “intentar”;
“probar”; na’, “pensar en”; etcétera.
d. De emoción: ispay “aburrirse de”; k’umb’i, “cansarse de”; k’aytoq yul-k’ul,
“olvidarse de”; etcétera.
e. Manipulativos (algunos): ala’, “invitar, decir”; cheqa’, “mandar”; “ordenar’;
iqej, “obedecer, aceptar’; aq’, “hacer que, provocar”; etcétera.
f. Modales: je’, “poder”; uji, “poder”; techaj, “aguantar”; sub’oj, “fácil”; etcétera.
g. Fasales: k’oli “iniciar y continuar”; el yich, “iniciar’; chahok, “empezar”; lanan,
“en proceso”; etcétera.4
4
Los verbos aspectuales y modales son auxiliares gramaticalizados a partir de cláusulas de
complementación.
El tercer contexto en el que ocurren las cláusulas sin aspecto es una construc-
ción resultativa con un orden resultativo+predicado primario (Francisco Pascual,
2007) a la que me referiré como “construcción resultativa perifrástica”. En
q’anjob’al hay dos construcciones resultativas. La primera, ilustrada en 36, es una
cláusula simple con un verbo causativo antes de un predicado resultativo, formando
un predicado serial complejo (para más detalles, véase el capítulo 7). En esta
estructura,los predicados primarios son todos transitivos y los secundarios son
intransitivos no agentivos.
5
Existe también una construcción con significado de estado final cuya estructura es igual a la construc-
ción depictiva ilustrada anteriormente (Mateo Toledo, 2012). Un ejemplo de esta construcción es:
(iv) yax s-taj ko-lob’ej
crudo a3sg-cocinarse a1pl-comida
‘Nuestra comida se cocinó pero quedó cruda.’
6
La ausencia de aspecto en cláusulas adverbiales puede depender de una restricción de “coherencia
aspectual” en lo discursivo, para un caso en mam véase England (2007).
Las cláusulas con adverbios de manera adelantado pueden estar seguidas por un
verbo sin marcador de aspecto, como se muestra en el ejemplo 41 (un patrón si-
milar aparece en mam, véase el capítulo 10). Sin embargo, esta construcción sin
aspecto no puede analizarse como cláusula sin aspecto ni tampoco como cláusulas
con aspecto.
Las construcciones en las que el sufijo -on indica continuidad discursiva tienen
una interpretación aspectual completiva aunque carezcan de aspecto. Estas cláu-
sulas tienen el mismo comportamiento morfosintáctico que las cláusulas simples
con aspecto cuya estructura aparece esquematizada en 10. Las cláusulas con con-
tinuidad discursiva, además del adverbio adelantado, pueden tener topicalización
(43a), enfoque (43b), negación de argumento (43c).
b.
a ha hej tu yelk’ulal s-tan-aj-oq
foc clf agua dem rápido a3sg-apagarse-dir-inf
‘Era el agua que estaba desapareciendo rápido.’
c.
manaq ha hej tu yelk’ulal s-tan-aj-oq
neg clf agua dem rápido a3sg-apagarse-dir-inf
‘No era el agua que estaba desapareciendo rápido.’
La negación clausal, sin embargo, sigue otro patrón. Cuando está ligada al verbo
es agramatical, como en las cláusulas sin aspecto (44a), pero es gramatical cuando
precede al adverbio (44b).
b.
man amuk’wan-oq max-Ø k’ay-aj ha a’ej
neg rápido-irr com-b3sg desaparecer-dir clf agua
‘No fue rápido que desapareció el agua.’
b.
Verbos de manipulación: cha’, “permitir”; uqtej, “forzar”; etcétera.
c.
Predicados de emoción: ispay, “aburrirse de”.
(51) a. v1 s o v2
max-Ø y-uqtej-toq ix Malin cham [ __ ante-lay-oq]
com-b3sg a3sg-mandar-dir clf Malin clf curar-pas-inf
‘María mandó al señor a ser curado.’
* ‘María mandó al señor para ser curada.’
b.
v1 o v2
q-Ø-j-uqtej-toq ix [ __ waj-oj sakate]
pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf juntar-inf zacate
‘La mandaremos a juntar zacate.’ (Txt)
c.
v1 s o v2
max-Ø s-cheq-toq ix naq winaq tu [ __ waj-oj sakate]
com-b3sg a3sg-enviar-dir clf clf hombre dem juntar-inf zacate
‘Ella mandó al hombre a juntar zacate.’
Estos datos sugieren, por un lado, que las cláusulas de infinitivo comparten
rasgos nominales y verbales dependiendo del contexto en el que aparecen. Cuando
9.6. Conclusiones
Cuadro 9.1
Rasgos que distinguen a las cláusulas en q’anjob’al
Cláusula Cláusula Cláusula
Rasgos de comparación con aspecto sin aspecto de infinito
Flexión de persona + + –
Marcación ergativa + n/a n/a
Marcación nominativa-acusativa n/a + n/a
Marcación -on de dependencia – + –
Control estructural n/a n/a +
Fuente: elaboración propia.
El cuadro 9.1 resume los rasgos importantes que distinguen los tres tipos de
cláusulas. El signo + indica la presencia de un rasgo y el signo – su ausencia. En los
casos en que los rasgos no se aplican se marca “n/a”.
En el trabajo se han discutido algunas reglas que definen la estructura clausal
y los rasgos de las cláusulas sin aspecto y de infinitivo en q’anjob’al. Primero, el
rasgo abstracto [+/- aspecto] distingue entre las cláusulas con aspecto y sin aspecto.
El rasgo [+/- aspecto] es similar a lo que se denomina [+/- finito] en otros trabajos. Las
cláusulas finitas tienen el rasgo [+aspecto] y permiten elementos preverbales. Sin
embargo, las cláusulas sin el rasgo de aspecto no aceptan elementos preverbales. El
q’anjob’al cuenta con dos subtipos de cláusulas sin expansión de elementos prever-
bales: sin aspecto e infinitivas. Las cláusulas sin aspecto toman flexión pero las del
tipo infinitivo carecen de flexión hasta el punto de que pueden comportarse como
nominales. Segundo, se confirma que la ausencia de marcador preverbal de aspecto
dispara marcación nominativa-acusativa en las cláusulas que marcan persona (Ma-
teo Toledo, 2004; Aissen, 2005). Tercero, la dependencia sintáctica y la ausencia
del marcador de aspecto disparan la presencia del sufijo -on con verbos transitivos,
el cual marca la dependencia de la cláusula sin aspecto. Por otro lado, la ausencia
de flexión verbal en los infinitivos obliga a un cambio de realización sintáctica de
los argumentos en un predicado.
Finalmente, las cláusulas sin aspecto con adverbio de manera adelantado pare
cen ser un contraejemplo a la propuesta de que el rasgo [+aspecto] permite una
estructura prenuclear. Los datos sugieren que estas cláusulas forman un cuarto
tipo de estructura que mantiene los elementos prenucleares al igual que las cláu-
sulas con aspecto, pero difiere en cuanto a la negación. Al igual que una cláusula
sin aspecto, sigue un patrón nominativo-acusativo de flexión de persona, pero
difiere de ésta por su interpretación de completiva y porque permite elementos
preverbales.
Nora C. England*
10.1. Introducción
1
Agradezco de forma especial a Ajb’ee Jiménez por clarificar muchas de mis dudas y a José Pérez Vaíl
por discutir conmigo la gramática del mam. Los datos son de San Ildefonso Ixtahuacán, Departamento
de Huehuetenango, Guatemala. Una primera versión de este trabajo se presentó en noviembre de
2006, en el IX Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste, Universidad de Sonora, Hermo
sillo. Agradezco también a los demás participantes de la mesa, Eladio Mateo Toledo, Telma Can y
JuanVázquez, por el placer de haber desarrollado el tema conjuntamente.
* Universidad de Texas en Austin.
2
Los ejemplos que provienen de texto se marcan con (Txt). Los demás son construcciones elicitadas.
He usado varios de los ejemplos en publicaciones anteriores, especialmente en England, 1983b. El
alfabeto práctico empleado tiene los siguientes símbolos especiales: ’ [ʔ], b’ [], ch [tʃ], j [χ], ky [c], q’
[], tx [t], tz [ts], x [], xh [∫], y /j/, VV [vocal larga].
277
3
Es decir, no llevan una marca del juego de proclíticos de aspecto que anteceden al verbo. Existen otras
maneras alternativas de indicar aspecto como adverbios, partículas, auxiliares o bases verbales. En
mam, hay seis aspectos morfológicos: ma, “próximo”, x=, “próximo dependiente”; o, “completivo”,
Ø, “completivo dependiente”; n=, “incompletivo”, y ok, “potencial” (England, 2007).
b.
ma tz-ul w-ii-’n=a
prox b3sg-dir a1sg-tomar-sd=1sg
‘Lo traje para acá.’
b. (ok) Ø=t-laq’-a’=ya
pot b3sg=a2sg-comprar-pot=2sg
‘Lo comprarás.’
c. Ø=q’ii-m=a
b3sg=llevar-impt=2sg
‘¡Llévalo!’
d. Ø=q’ii-n=x=a
b3sg=llevar-impt=dir=2sg
‘¡Llévalo (allá)!’
10.3. Infinitivos
Los infinitivos se forman con el sufijo -l, tanto para verbos intransitivos como
para transitivos. El verbo no marca aspecto ni persona de los argumentos. El verbo
transitivo en infinitivo es seguido por el sustantivo relacional -ee, como en 14, el
cual refiere al paciente en este contexto, aunque el sustantivo relacional usual para
paciente en otros contextos es -i’j, por ejemplo, con el antipasivo en 15.4
El sustantivo relacional -i’j, que marca paciente en 15, indica tema con los
infinitivos, como se ve en 16.
Se han identificado cuatro contextos en los que se usan los infinitivos: i) con verbos
transitivos causativos; ii) como cláusulas adverbiales de propósito con verbos
intransitivosde movimiento como verbos matrices; iii) con el verbo intransitivo
4
El sustantivo relacional -ee tiene varias funciones: dativo, posesivo, benefactivo y paciente (England,
1983b: 72-74). Con el antipasivo, y sólo si el agente precede al verbo, el paciente puede indicarse bien
con -ee o con -i’j, pero con una diferencia de significado. Con -i’j se entiende que la acción se hizo con
intención por parte del agente, mientras que con -ee se interpreta que la acción no se realizó intencio-
nadamente (para ejemplos véase England, 1983b: 223-224).
b.* ma tz’ok nq’o’na tx’eemal sii’ Kyel/ ma tz’ok nq’o’na tx’eemal Kyel sii’
Lectura buscada: ‘Puse a Miguel a cortar leña.’
En este caso, el verbo tiene una función aspectual de inceptivo. Se entiende que el
sujeto del infinitivo es igual al sujeto del verbo teen, “estar”.
Los ejemplos de este tipo no son muy comunes, pero existen. La cláusula matriz
consiste en un predicado no verbal. En 21, el núcleo del predicado no verbal es aa,
cuyo sujeto es qqo’, juntos indican “somos nosotros”. Se entiende que el sujeto del
infinitivo es correferencial con el sujeto del predicado no verbal. En 22, en cambio,
el predicado no verbal es qiina, “soy yo”.
10.3.1.5 Discusión
En los ejemplos presentados se puede notar que los argumentos que controlan la
interpretación del sujeto de un infinitivo siempre tienen el papel de absolutivos
dentro de la cláusula matriz, independientemente de que sean objetos de transitivos
o sujetos de intransitivos o de predicados no verbales. Por esta razón, he propuesto
que estos datos muestran un contexto en el que la lengua mam tiene ergatividad
sintáctica (England, 1983a; 1983b).
Como evidencia de esta propuesta, sirva mostrar un contexto en el cual no se
encuentra el uso del infinitivo como complemento de un verbo transitivo no cau-
sativo. Por ejemplo, el verbo ajb’el, “querer”, que tiene un sujeto no absolutivo,
toma en mam un complemento de cláusula con un verbo marcado solamente con
persona y número del sujeto, como en 23a, pero nunca en infinitivo, tal como lo
demuestra la imposibilidad de 23b. Esto contrasta con el uso del infinitivo en otros
contextos.
Por otro lado, en el ejemplo siguiente, en 24a, tenemos una cláusula de pro-
pósito con el subordinante tu’n. El sujeto de esta cláusula subordinada es
correferencialcon el argumento del verbo xii’ma, “pensar”, en la cláusula matriz,
que se codifica con un ergativo. Debido a que este argumento no aparece con
absolutivo, vuelve imposible el uso del infinitivo, tal como se muestra en la agra-
maticalidad de 24b.
Estos datos sugieren que el infinitivo sin -ee es una forma de infinitivo antipa-
sivo, aunque no reciba el sufijo de antipasivo.5
5
Otro análisis posible sería que el sufijo antipasivo esté suprimido morfofonológicamente, ya que una
/n/ se suprime antes de /l/ a final de palabra, como por ejemplo en el potencial: poon, “llegar allá”, +
-l, “potencial”, > pool; taan, “dormir”, + -l, “potencial”, > taal. Si este proceso es general y se aplica a
la combinación del antipasivo (-n) más el infinitivo (-l), sería imposible marcar morfológicamente la
diferencia entre transitivo activo y antipasivo dentro de un infinitivo.
Ahora bien, el infinitivo sin -ee puede tener un paciente expresado directamente.
Parece que hay dos contextos en los cuales se encuentra este paciente. En el primero
el paciente es, por un lado, morfosintácticamente simple (es decir, es un sustantivo
sin morfología, como la marca de posesión o los modificadores) y presenta una
lectura no específica. Varios ejemplos se dan en 29.
Se puede ver en los primeros dos ejemplos, 29a y 29b, que el significado es
obviamente genérico (“cortar leña en general”, “arreglar agua en general”). En el
ejemplo 29c, el sustantivo yaa’y, “abuela”, pertenece a la clase de sustantivos nor-
malmente poseídos (inalienables), pero en este caso lleva el sufijo que toman los
sustantivos de esta clase cuando no aparecen poseídos. De esta manera, no se está
hablando de una abuela específica, sino que se está hablando de una abuela gené-
rica, o sea, la abuela del pueblo (y como se explica en la siguiente cláusula, es la
luna). Por eso se puede considerar que este sustantivo se interpreta como una
construcción no específica, aunque no es obligatorio que se use así.6
6
Más adelante en la narración, se agrega tee a la misma construcción, tal vez porque ya es información
conocida y por eso más definida. Así, la diferencia entre usar y no usar tee corresponde a una diferencia
entre información nueva (primera mención) e información compartida.
(i) n=Ø=xi’ [txako-l t-e yaa’y-j t-uk’ mariimp weena]
inc=3sg=ir llamar-inf a3sg-sr:pac abuela-inal a sg-sr:con marimba bueno
‘Se fue a llamar a la abuelita con marimba [...].’ {Txt}
“ganancia”. Parece que, por el hecho de haber mencionado antes cuál es la ganancia
del huérfano —el venado—, el uso de tee es facultativo y se ofrece el mismo signi-
ficado con o sin tee.7 Es decir, se sabe cuál es la ganancia del huérfano porque se ha
mencionado antes, pero se está refiriendo a esta ganancia de manera no específica
en este momento. En el ejemplo 31b, el paciente no es específico y se marca con
el determinante jun, que funciona como artículo indefinido o el numeral “uno”.8
Al agregar taa’lan (de qué está hecho el caldo), se identifica al poseedor de la gallina
(el huérfano), pero se sigue hablando de una porción no especificada del caldo. En
este caso, no es posible agregar tee, tal como se muestra en la agramaticalidad de 32.
7
Llegué a esta conclusión gracias a las conversaciones al respecto con Ajb’ee Jiménez.
8
Sustantivos con jun son indefinidos en mam (no específicos). Sustantivos sin jun pueden
ser definidos o genéricos y dependen de contexto para la interpretación. De esta manera,
existe cierta ambigüedad entre definido y genérico si no se toma en cuenta el contexto.
Parece que hay cierta variación en cuanto a si se usa tee o no cuando el sustan-
tivo poseído es conocido o específico. Sin embargo, la ausencia de tee normalmente
indica un paciente no específico, sin importar si es poseído o no. El otro contexto
en el que es agramatical usar tee es con un sustantivo poseído pero acompañado
por jun. En general, los contextos de uso de los infinitivos con pacientes directos
apoyan su análisis como estructuras paralelas al antipasivo de incorporación.
La situación más común es que el verbo transitivo forma el infinitivo con el sus-
tantivo relacional tee, que indica el paciente. Se puede usar sin un complemento
nominal en forma pronominal, como en 35, o con un sustantivo que indica más
específicamente al paciente, como en 36. Por otro lado, se puede repetir tee para
poner más énfasis en el paciente, como en 37, y en tal caso la vocal del primer
morfema se abrevia y se juntan los dos morfemas. En otros contextos, es natural
adelantar la fn que refiere al paciente para poner el énfasis en ella, pero esto no es
posible con los infinitivos.
Además del paciente, se pueden agregar adjuntos de varios tipos después del verbo
en infinitivo. Los adjuntos nominales siempre se introducen por medio de sustan-
tivos relacionales que indican su función. En esto, las cláusulas de infinito no
difierenmucho de las independientes. Se dan a continuación, en 39, ejemplos de
adjuntos para razón, locativo y comitativo, respectivamente.
10.3.2.4 Resumen
El verbo de una cláusula de infinitivo está marcado con el sufijo -l. Los infinitivos
no tienen expansión a la izquierda y no toman ninguna flexión; tampoco pueden
tener direccionales. Si el verbo es transitivo y el paciente es específico, normalmente
marcan al paciente con tee (o tetee). Usualmente, un verbo sin el sustantivo rela-
cional tee es intransitivo, y si la base es transitiva, es funcionalmente antipasivo.
Equivale al antipasivo absolutivo cuando no hay paciente y al antipasivo de incor-
poración cuando lo hay. La cláusula de infinitivo puede tener adjuntos nominales
de varios tipos y adjuntos adverbiales solamente en posición última.
Se introducen cláusulas de tiempo por medio de cuatro partículas: aj, ok, ela,
kwanto/kwando. Dos de éstas implican diferencias de aspecto. Por ejemplo, aj se
usa para los aspectos completivo, como en 41a, o con próximo e incompletivo,
como en 41b, y ok se usa para los aspectos imperfecto, en 42a, y potencial, en 42b.
Ela y kwanto, por otro lado, se usan en cualquier aspecto, por ejemplo en 43.
Ok y ela requieren que la cláusula no lleve aspecto y que todos los argumentos se
marquen con el juego a (ergatividad mixta). Aj permite el uso del aspecto incom-
pletivo (n=) con los marcadores de persona normales para indicar el habitual, como
en 41b, pero en otros contextos no se usa aspecto y hay ergatividad mixta. Otro
factor que puede influir en 41b es el negativo nti’, que no dispara la ergatividad
mixta (sección “Negativos”). Kwanto tiene dos patrones: ocurre sin aspecto y con
ergatividad mixta como los demás, como en 43a, pero también se encuentra con
los marcadores de aspecto dependientes y marcadores de persona normales (43b).
En cuanto a orden, la cláusula de tiempo puede aparecer después de la principal,
como en 41a, o precederla, como en 41b y el resto de los ejemplos mostrados.
Por otro lado, una cláusula subordinada de tiempo puede aparece simplemente
yuxtapuesta a la principal, como en 44; es decir, no es necesario introducirla con
un subordinante. Se reconoce como cláusula subordinada de tiempo por el mero
hecho de que no lleva aspecto y presenta ergatividad mixta.
10.4.2. Negativos
b.
mii’n Ø-tzaaj jb’aal ja’la
neg b3sg-venir lluvia hoy
‘No va a llover hoy.’
b.
nti’ Ø=tzaj q’o-’n ch’in t-chi’ t-u’n
neg b3sg=dir dar-sd poco a3sg-carne a3sg-sr:por
meb’a-yi-l t-ee
huérfano-vrbz-ag a3sg-sr:pac
‘[...] los padrastros no le dieron su poquito de carne [...].’ (Txt)
Sin embargo, los dos ejemplos de 48 son las dos únicas excepciones en un
corpus de texto en las que se encuentra nti’ con el aspecto incompletivo n= y con
el completivo.
La partícula jaka, “se puede”, aparece también en cláusulas sin aspecto y sigue
el patrón de marcación de persona ergativo. En esto contrasta con los subordinantes
de la siguiente sección. La partícula jaka no incluye aspecto o modo dentro de su
significado, pero tal vez funciona así por analogía con milaay/nlaay, “no se puede”.
Las formas ii, “es necesario”, y tu’n, “para”, introducen cláusulas que no tienen as
pecto y que marcan persona, rompiendo el patrón ergativo.
ii) palabras afectivas (adverbios de manera), como en 55; iii) verbos afectivos9 (varían
entre usos como adverbios o predicados secundarios y predicados independientes),
como en 56. Los posicionales siempre ocurren en posición preverbal, las palabras
afectivas normalmente —pero no siempre— preceden al verbo, y los verbos afec-
tivos pueden aparecer antes del verbo pero también pueden ser verbos principales.
En otros casos menos frecuentes, una base afectiva puede seguir al verbo. En
éstos, el verbo lleva aspecto y marcación de persona normal. El ejemplo 57 ilustra
uno de las pocas apariciones textuales encontradas en un amplio corpus de la len-
gua. En este ejemplo, la interpretación resulta un poco ambigua ya que la palabra
afectiva puede asociarse al verbo que le antecede, como en 57a, o al verbo que le
sigue, como en 57b, ya que no se marca aspecto y rompe el patrón ergativo.10
9
Empleo el término “verbo afectivo” para formas con la derivación -V1C2V1V1n, como jowowoon, en
ejemplo 56, para distinguirlas de otros tipos de palabras afectivas que no se utilizan como verbos in-
dependientes.
10
En un caso también se encontró una palabra afectiva adelante de un verbo que está marcado con un
aspecto dependiente y concordancia normal.
(ii) entoonses txuk Ø=Ø=xi’ saat t-uj maar
entonces af com.d=b3sg=ir venado a3sg-sr:en mar
‘Entonces txuk se fue el venado en el mar [...].’ {Txt}
Los predicados factivos “ser bueno” y “ser malo” son otro tipo de predicados que
requiere como complemento una cláusula sin aspecto con ergatividad mixta y con
un verbo marcado con el pasivo -njtz. La cláusula con el verbo con -njtz funciona
como sujeto del predicado no verbal que indica la cualidad. La estructura y uso de
este tipo de construcción son muy restringidos.
b. mii=b’an=Ø [t-waa’-njtz]
neg=bueno=b3sg a3sg-comer-pas
‘No es comestible.’
Para indicar que el estado de querer algo ocurrió antes, se pueden usar los
marcadores de aspecto o, de completivo, o ma, de próximo, pero el complemento
ya requiere el subordinante de propósito tu’n (véase la sección “Obligación y pro-
pósito”). Asimismo, el verbo en la cláusula introducido por tu’n presenta ergatividad
mixta.
El verbo chi indica una cita directa o indirecta, o una fuente indirecta de
información.Nunca lleva aspecto, posiblemente debido a que está en el proceso de
gramaticalizarse. La concordancia, no obstante, sigue un patrón ergativo normal.11
10.4.7. Resumen
Las cláusulas de tiempo, las cláusulas de obligación y propósito, las cláusulas des-
pués de adverbiales frontalizados y las cláusulas que son complementos de factivos
usualmente carecen de aspecto morfológico y requieren de ergatividad mixta en el
verbo en mam. Otras características de estas cláusulas son que sus verbos indican
persona (con marcadores ergativos) y tienen los sufijos flexivos de modo; no tienen
derivaciones u otras marcas especiales. Estas cláusulas pueden tener adjuntos de
varios tipos y parecen ser iguales a cláusulas independientes excepto que no llevan
aspecto marcado en el verbo y de preferencia tienen ergatividad mixta. Otra res-
tricción es que el verbo en estas cláusulas sigue directamente después del subordi-
nante o del adverbio que las introduce (la única excepción a esta generalización
consiste en algunos enclíticos que pueden agregarse al subordinante). Las cláusulas
después de negativos y de la partícula jaka, “se puede”, también carecen de aspecto
pero tienen concordancia canónica. Se observa que los negativos que se usan con
verbos y dos de los subordinantes temporales tienen asociados nociones de aspecto
o de modo. En estos dos casos, la falta del aspecto en el verbo es una característica
morfológica ya que el aspecto como categoría semántica aparece asociada a esas
mismas partículas.
11
Excepto en primera persona singular, cuando se utiliza la n- de juego a más el enclítico de énfasis para
primera persona (en vez de -tzan, el cual es obligatorio con otras personas): n-chi-we, “dije”.
10.5. Conclusiones
El mam tiene dos tipos de cláusulas con flexión defectiva con respecto a la flexión
verbal canónica en cuanto a que no tienen marcas de aspecto. Se trata de los infi-
nitivos y de las cláusulas sin aspecto. Los infinitivos a su vez carecen también de
marcas de persona. Asimismo, las cláusulas sin aspecto tienen dos subtipos, las que
presentan un patrón de alineamiento ergativo canónico y otras que presentan una
extensión de marcación ergativa a todos los argumentos. El cuadro 10.1 muestra
un resumen de los contrastes encontrados.
Si se toman las cláusulas de infinitivo como las menos similares a una cláusula
independiente, por las características compartidas con las cláusulas que se ubican
en estos dos puntos contrarios, se puede considerar que las cláusulas negativas son
las más similares a una cláusula independiente, porque la negación viene a reem-
plazar las marcas de aspecto, y las demás cláusulas sin aspecto están en un punto
intermedio en el continuo entre las de infinitivo y las negativas (y un poco más
cercano a las negativas).
Cuadro 10.1
Comparación de cláusulas independientes y con flexión reducida.
Ergativa Adjunto Adjunto
Aspecto Persona Dirección mixta nominal adverbial Restricción
Sujeto restringido;
Infinitivo ningún elemento
preverbal
Sólo negativo
Negativo (+enclíticos) antes
del verbo
Sólo subordinada/
Otros adverbial
()
sin aspecto (+enclíticos) antes
del verbo
Indepen-
diente
Figura 10.1
Continuo de tipos de cláusulas en mam
11.1. Introducción1
El presente capítulo trata sobre las estructuras clausales que contienen núcleos
predicativos sin flexión de aspecto ni de persona/número en chol, lengua maya de
la rama cholana. Estas estructuras son cláusulas no finitas en función de complemen
toy se tienen de dos tipos, mostrados en los ejemplos 1 y 2b. En el ejemplo 1, la
cláusula subordinada no finita funciona como argumento del predicado matriz
en correferencia con la marca cero de absolutivo de tercera persona en el verbo. El
complemento, en 2a, es una cláusula más finita que la que se da en 1, pues porta
flexión de persona y contrasta con el tipo de cláusula en 2b, donde la cláusula
subordinada no finita ahora es introducida por el subordinador tyi, que en otros
contextos funciona como preposición locativa. El verbo matriz en 2b recibela
única marca explícita de sujeto de la oración.
1
Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el IX Encuentro Internacional de Lingüística
en el Noroeste, en Hermosillo, Sonora en noviembre de 2006, y fue enriquecida en el Taller Sobre
Complementación en Lenguas Mesoamericanas, a cargo de Judith Aissen, en Antigua, Guatemala,
en agosto de 2007. El estudio de los predicados no finitos se alimentó de las discusiones de Nora
England, “B’alam” Mateo Toledo y Telma Can, a quienes agradezco sus comentarios. En especial,
agradezco a Enrique L. Palancar y a Roberto Zavala Maldonado por sus observaciones sobre el análi-
sis de los datos y su trabajo editorial. Cualquier error en el análisis es responsabilidad mía. El escrito
se desarrolló durante mi estancia como estudiante huésped en el Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social (ciesas-Sureste) durante el año académico 2007-2008.
* Universidad Intercultural de Chiapas, Universidad Autónoma de Chiapas.
305
2
Aissen (1987: 214-251) identifica la ascensión de sujeto de cláusulas dependientes a objeto de cláu-
sulas matrices en las construcciones causativas en tzotzil y las analiza como unión de cláusulas dentro
de la tradición de la gramática relacional.
3
Los predicados no verbales merecen un análisis aparte ya que no toman flexión de aspecto y por lo
tanto no siguen completamente la definición de finitud bajo el criterio flexional.
Esta propiedad contrasta con las cláusulas menos finitas, las cuales toman
flexiones de persona pero no de aspecto (7a). La interpretación aspectual de la
cláusula de complemento es la misma que se encuentra codificada en la cláusula
matriz; es decir, hay dependencia clausal. Esta dependencia también se manifiesta
en el hecho de que el sujeto de la cláusula subordinada debe ser correferente con
un argumento de la cláusula matriz, es decir, en este tipo de cláusula subordinada
el controlador (agente del verbo principal) ejerce control inherente sobre el argu-
mento agente del verbo subordinado (compárese con agramaticalidad de 7b).
jakalteco
(8) a. x-Ø-to naj [ __ way-oj]4
asp-b3-ir clf dormir-nf
‘Él fue a dormir.’ (Craig, 1977: 313)
4
Para unificar ortografía y las glosas a lo largo de este trabajo, he hecho cambios a la ortografía de Craig
(1977) y he glosado y realizado cortes morfémicos en algunos de sus ejemplos.
jakalteco
(9) a. x-Ø-ichi [ha-munlayi]
asp-b3-comenzar a2-trabajar
‘Comenzaste a trabajar.’
(Lit. ‘Comenzó tu acto de trabajar.’)
b. xk-ach-ichi [ha-munlayi]
asp-b2-comenzar a2-trabajar
‘Comenzaste a trabajar.’ (Craig, 1977: 295.)
c. Regla de ascensión
9
v fn fn
Cláusula
4
fn
mam
(10) ma chin-x aaj-a [ __ b’eeta-l]
asp b1-dir regresar-1sg caminar-nf
‘Fui a caminar.’ (England, 1983: 299.)
Por último, Dayley (1985) identificó en tzutujil (k’icheana) dos tipos de cons-
trucciones no finitas en función de cláusulas de complemento: cláusula de comple
mento infinitivo que funcionan como argumento de predicado matriz y cláusula
tzutujil
(11) Infinitivo simple
x-Ø-qaa-maj [ __ wa7-iim]
asp-b3-a1pl-comenzar comer-nf
‘Comenzamos a comer.’ (Dayley, 1985: 393.)
tzutujil
(12) Infinitivo con complementante
nin-tajin [chi __ b’ijn-eem]
b1-prg sub caminar-nf
‘Estoy caminando.’ (Dayley, 1985: 394.)
(Lit. ‘Estoy en el acto de caminar.’)
5
Dayley (1985) analiza chi en estos contextos como complementante.
(14) a. mi i-säkl-añ-Ø
impf a3-buscar-vtd-b3
‘Lo busca.’ (Txt)
b. mi i-lets-el ma
impf a3-subir-nf dir:ir
‘Sube.’ (Txt)
Deixis+aspecto+núcleo
b. komo wä’ mi i-mel-Ø-ob wajali cheñ
como aquí impf a3-hacer-b3-pl antes pues
‘Como aquí lo hacían antes pues.’ (Txt)
Negación+foco+deixis+predicado secundario+aspecto+núcleo
c. mach jiñ aj-Wañ ya’ buch-ul tyi käyle-Ø
neg foc clf-Juan allá sentado-est prfv quedar-b3
‘No es Juan quien se quedó sentado allá.’
mentos de otros como pacientes transitivos.” (Mithun, 1991: 511). Para las lenguas
mayas, se han documentado sistemas de alineamiento agentivos en el mopán (Da-
zinger, 1996), chol (Vázquez Álvarez, 2002; Gutiérrez Sánchez, 2004), chontal
(Osorio May, 2005) y poqomam (Zavala Maldonado, 2007a).
En chol, los verbos intransitivos agentivos se expresan como complementos
no finitos del verbo ligero transitivo cha’l, “hacer”. El sujeto de la construcción se
indica con la marca del juego a (ergativo) en el verbo ligero. En el ejemplo 20a,
k’al, “techar”, es sintácticamente el complemento en función de objeto de cha’l,
“hacer”; mientras que el sujeto se encuentra expresado mediante juego a en el
verbo ligero. A diferencia de los intransitivos no agentivos, el verbo agentivo no
puede tomar marca de persona y aspecto de forma directa, como lo muestra el
ejemplo agramatical en 20b.
b. * tyi k’al-e-Ø-loñ
prfv techar-vtd-b3-pl
Lectura buscada: ‘Techamos.’
Los predicados en lenguas mayas pueden ser verbales o no verbales. Los últimos se
distinguen de los primeros en que no toman marcas aspectuales, como por ejemplo
los posicionales que codifican estados.6
b. * tyi buch-ul-Ø
prfv sentar-est-b3
Lectura buscada: ‘Estuvo sentado.’
b. mi i-ñok-tyäl
impf a3-hincar-pimpf
‘Se hinca.’
6
Para mayor información sobre los tipos de predicados en chol, véase Vázquez Álvarez, 2010. Véase
también la clasificación minuciosa que presenta Gutiérrez Sánchez (2004) de los predicados intran-
sitivos en chol.
b. tyi il-äñ-ty-i-Ø
prfv ver-vtd-pas-vi-b3
‘Fue visto.’
c. mi y-il-äñ-ty-el
impf a3-ver-vtd-pas-nf
‘Es visto.’
Antipasiva de incorporación
b. tyi k-cha’l-e-Ø [wuts’-pisil]
prfv a1-hacer-vtd-b3 lavar.ropa-ropa
‘Lavé ropa.’
Cuadro 11.1
Verbos matrices que toman complementos no finitos simples
Actitud proposicional: ch’ujb, “aceptar, obedecer”, “estar de acuerdo”; jak’ ,“aceptar”;
chajp, “planear”; ñop, “tratar, probar”
Las cláusulas no finitas introducidas por tyi presentan la siguiente estructura: (asp)
+ v matriz + [ tyi v no finito]. Del mismo modo que el tipo anterior, el comple-
mento tiene la forma no finita, la cual se indica a veces con el sufijo -vl (véase el
ejemplo 32). Este tipo resulta agramatical sin la presencia de tyi (33b).
La lista del cuadro 11.2 corresponde a los verbos matrices que toman comple-
mentos no finitos introducidos por preposición/subordinador. Tal como se ve, no
existe traslape semántico entre estos verbos y los de la lista anterior del cuadro 11.1,
salvo con los verbos fasales, que a diferencia del anterior, son todos intransitivos.7
Cuadro 11.2
Verbos matrices que toman complementos introducidos por tyi
Percepción directa: il, “ver”; k’el, “ver”; ub, “escuchar”; ñäch’, “escuchar”
7
Esta característica del chol contrasta con otras lenguas mayas, como el kaqchikel, en el que el verbo
principal aspectual debe ser transitivo (Rodríguez y García, 1997).
Los intransitivos derivados de verbos transitivos, como los pasivos (38) o los
antipasivos (39), también participan en los dos tipos de construcciones.
8
Véase para más detalles sobre este tipo de complemento, Vázquez Álvarez, 2008.
El objeto directo del verbo matriz también puede funcionar como controlador
del sujeto elidido en la cláusula subordinada (Noonan, 1985: 66; Stiebels, 2007: 3).
Verbos con una estructura semántica causativa han sido identificados como ejem-
plos típicos de predicados de control de objeto (Stiebels, 2007: 5). En chol, al igual
que en jakalteko, se puede observar tanto el fenómeno de elisión de la fn sujeto o
control estructural así como la ascensión del sujeto (Craig,1977: 357-379). Pero a
diferencia del jakalteco, en el que el empleo de una u otra regla está regida por el
tipo de predicado causativo (iptze, “obligar”, “forzar”, genera elisión de fn y a’a,
“hacer que”, genera ascensión del sujeto), la distribución de las reglas en el chol
tienen otra motivación. Los intransitivos agentivos (43a) y ambivalentes (43b)
requieren del predicado causativo äk’, “dar”, para causativizar pero únicamente los
últimos pueden ser parte de la construcción en la que ocurre el control estructural
(43b).10 En este sentido, el chol se comporta igual que el inglés; es decir, el objeto
10
Judith Aissen (comunicación personal) me ha señalado que es importante hacer una distinción entre
los verbos de manipulación y los verbos causativos. Como verbos causativos, éstos tienden a compor-
tarse morfosintácticamente como auxiliares. Al parecer, en chol, el verbo äk’, “dar”, posee ambas
propiedades, pero por razones de espacio esta discusión se debe dejar para una investigación futura.
del verbo matriz también puede ejercer control sobre el sujeto del verbo subor
dinado.
Por otro lado, los verbos intransitivos agentivos participan de la regla de ascen-
sión cuando funcionan como complementos no finitos. Esta regla la discuto en la
siguiente sección.
exprese como argumento sintáctico del predicado matriz. Por esta razón, en esta
operación sintáctica también se requiere una cabeza de la cual pueda depender el
elemento subordinado. Esta función la llena tyi, que aparece entre los dos predi-
cados para señalar una relación de subordinación. La ausencia de tyi en las estruc-
turas con ascensión resulta en una construcción agramatical, como se puede notar
en 45b.
b * chonkol-oñ [ __ och-el]
prg-b1 entrar-nf
Lectura buscada: ‘Estoy entrando.’
objeto de la matriz, lo que provoca que se sature la valencia del verbo matriz de
manera similar a lo que ocurre en 44b y 45a. La saturación de la valencia del verbo
matriz requiere que el predicado subordinado sea encabezado por la preposición/
subordinador tyi. Nótese también que con la ascensión de sujeto a objeto, el objeto
de la matriz ejerce control estructural sobre el sujeto de la subordinada.
Los ejemplos 48 y 49, en los que la operación de ascensión toma lugar, son
estructuralmente distintos a los casos en los que los mismos verbos de percepción
reciben como complementos cláusulas sin aspecto pero con sujetos in situ. Nótese
que, en los ejemplos 50 y 51, la marca de absolutivo en el verbo matriz es tercera
persona que registra al argumento objeto en la forma de cláusula de complemento
no finita con persona y sin aspecto.
En el ejemplo 17, se destacó que la cláusula independiente puede tener una expan-
sión máxima con el siguiente orden: [neg + [ffnn en foco + [deixis + [predica-
ción secundaria + [asp + [núcleo]]]]]]. También se destacó que el linde izquier-
do de la cláusula es señalado por clíticos de segunda posición. En Vázquez Álvarez
(2007), se discuten los tres tipos de cláusulas de complemento que existen en chol.
El primer tipo es precedido por el complementante che’ o mi, dependiendo de si el
complemento es aseverativo o interrogativo. Este tipo de complemento puede
tomar todos los elementos de la cláusula simple. Por ejemplo, el complemento, en
52, tiene la forma indicativa y el verbo es precedido por la marca de aspecto per-
fectivo, donde se encuentra alojado el clítico aseverativo äch. El hecho de que se
permita la presencia de un clítico de segunda posición en el complemento sugiere
que la cláusula tiene independencia sintáctica respecto a la cláusula que le precede.
b. * mi k-mul-añ-Ø [ __ xämb-al=ix]
impf a1-gustar-vtd-b3 caminar-nf=ya]
Lectura buscada: ‘Me gusta que ya camine.’
Los verbos intransitivos no finitos en lenguas mayas también han sido llamados
verbos nominalizados o sustantivos verbales. Para el caso chol, hay varias razones
que motivan tales conclusiones. Una razón es que, como he demostrado en este
capítulo, la cláusula no finita puede fungir como argumento de la misma manera
que un sustantivo canónico, como en el ejemplo 59a.
b. y-om-Ø [koty-äñ-ty-el]
a3-querer-b3 ayudar-vtd-pas-nf
‘Quiere ser ayudado.’ (Txt)
Otra razón consiste en que algunos verbos sin aspecto pueden tomar el juego
a en ambientes sintácticos específicos (véanse los ejemplos 50 y 51). El chol com-
parte esta propiedad con otras lenguas mayas, tal como el kaqchikel (Rodríguez y
García, 1997: 109), k’ichee’ (López Ixkoy, 1997: 137-140), q’anjob’al (véase el
capítulo 9) y mam (véase el capítulo 10). Es importante mencionar que, en las
lenguas mayas, los prefijos del juego a funcionan como poseedores de sustantivos
(60a). Por lo tanto, los verbos no finitos que toman marcadores de sujeto en la
forma de marcadores del juego a pueden interpretarse como formas nominalizadas
poseídas, como en el ejemplo 60b.
b.
mach y-om-Ø (*mach) kajpej
neg a3-querer-b3 café
‘No quiere café.’ (Txt)
b.
mach jiñ ch’aj=bä-Ø otyoty mi’ (i)-su’b-eñ-Ø-o’
neg foc amargo=rel-b3 casa impf a3-decir-vtd-b3-pl
‘No es el que casa-amarga le dicen.’11 (Txt)
11
Ch’ajbä otyoty es el nombre de una cueva.
Cabe destacar que algunos verbos agentivos, como ojbal, “toser”, o verbos anti
pasivizados, que también exhiben un comportamiento agentivo, pueden ofreceruna
lectura nominal sin necesidad de mayor derivación morfológica; es decir, ojbal pue-
de interpretarse como “toser” o “tos”.12 Por ello es posible encontrar li antes de verbos
agentivos, propiciando una lectura nominal, como en los siguientesejemplos.
12
Véase la lista de este grupo en Zavala Maldonado, 2005.
Los verbos de movimiento del chol toman cláusulas de propósito con la forma de
verbos no finitos introducidos por tyi, lo que los hace estructuralmente idénticos
a los predicados intransitivos aspectuales (véase la sección “complementos intodu-
cidos por preposición/subordinador). Esta particularidad no es común a las lenguas
mayas que tienen cláusulas de complemento introducidos por preposición/subor-
dinante, por ejemplo el tzutujil, en el que sólo los predicados matrices con sentido
aspectual toman complementos seguidos por la preposición cognada con tyi (Day
ley, 1985: 394).
En las cláusulas de movimiento con propósito de los ejemplos 71a y 71b, el
marcador de sujeto únicamente se expresa en el primer verbo, con juego b, en 71a,
o con juego a, en 71b, debido a que es un contexto en el cual toma lugar la ergati
vidad mixta. El sujeto nocional del verbo no finito introducido por tyi aparece
controlado estructuralmente por el sujeto del primer verbo.
Las cláusulas de propósito, en chol, son diferentes a las del jakalteko y del tzu
tujil por varias razones. En primer lugar, en chol, la preposición tyi introduce
adjuntos, mientras que, en jakalteko, no hay una preposición genérica que marque
explícitamente los adjuntos locativos ni que introduzca cláusulas subordinadas no
finitas; por lo tanto, en jakalteko, no es posible observar si los complementos no fi-
nitos son tratados como formas adverbiales. Contrástense los adjuntos locativos
del jakalteko (73), con los del chol (74).
(73) jakalteko
x-Ø-ul hin-mam w-atut
asp-b3-venir a1-papa a1-casa
‘Mi papá vino a mi casa.’ (Craig, 1977: 116.)
(74) chol
tyi jul-i-Ø k-papa tyi k-otyoty
perf llegar-vi-b3 a1-papa p a1-casa
‘Mi papá vino a mi casa.’
(75) tzutujil
x-in-ee-war-i
prfv-b1-ir-dormir-ei
‘Fui y dormí.’ (Dayley, 1985: 98.)
(76) chol
tyi majl-i-y-oñ tyi wäy-el
prfv ir-vi-epn-b1 p/sub dormir-nf
‘Fui a dormir.’
11.12. Conclusiones
En este capítulo he mostrado que hay dos contextos en chol en los que los verbos
sin flexión para persona y aspecto pueden aparecer. El primer contexto se refiere al
complemento no finito simple. En este tipo de estructura, el verbo matriz es
siempretransitivo y el sujeto se identifica con el argumento elidido en la cláusula
subordinada; es decir, hay control estructural. El segundo contexto de uso de las
formas no finitas toma lugar en los complementos introducidos por la preposición/
subordinador tyi. En esta estructura, el sujeto omitido de la cláusula subordinada
se codifica en la cláusula matriz como argumento ascendido. Existen dos posiciones
Gilles Polian*
12.1. Introducción
Las lenguas de la familia maya poseen diversos mecanismos para derivar infinitivos
y/o sustantivos verbales, pero estos mecanismos se restringen a verbos intransitivos,
radicales o derivados. Es decir, los verbos transitivos deben sufrir primero una re-
ducción de valencia antes de poder producir un infinitivo o un sustantivo verbal.
Esta reducción de valencia puede ser por medio de un pasivo (supresión del agente)
o de un antipasivo (supresión del paciente). En consecuencia, las lenguas de la
familia maya presentan una restricción sobre la formación de infinitivos propiamen
te transitivos.
En este capítulo describo las formas no finitas (infinitivos y/o sustantivos
verbales) del tseltal. Muestro, por una parte, que el tseltal es muy similar a otras
lenguas mayas, y en particular al chol, respecto a sus formas no finitas intransitivas,
que son básicamente sustantivos verbales. Pero, por otra parte, se observa en tseltal
una gran diversidad de recursos para derivar formas no finitas de verbos transitivos,
entre los cuales destaca el surgimiento de infinitivos propiamente transitivos por
reanálisis de sustantivos verbales pasivos. En este trabajo muestro que las formas
no finitas transitivas del tseltal conforman un ámbito gramatical complejo e inesta
ble, en el que se ponen en juego varias estrategias, a veces contradictorias, alternán-
dose en las variantes dialectales de esta lengua.
1
Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el V Congreso de Estudios Mayas, en la
ciudad de Guatemala, del 6 al 8 de agosto de 2003. Una versión más elaborada fue presentada, en
colaboración con Roberto Sántiz Gómez, en el taller impartido por Judith Aissen, Complementación
en Lenguas de Mesoamérica, Antigua Guatemala, okma, agosto de 2007. En sus diferentes etapas, se
enriqueció con los comentarios de diferentes personas, a las que agradezco: Nora England, Clifton
Pye, Judith Aissen, María de Jesús Gómez K’ulub, Juan Méndez Girón, Pedro López Gómez y Jaime
Pérez González. Asimismo, agradezco a Enrique L. Palancar y a Roberto Zavala Maldonado por la
coordinación y corrección de este trabajo, a quienes deslindo de todo error u omisión que pudiera
encontrarse.
* ciesas-Sureste.
339
El tseltal es una lengua maya del grupo occidental, moderadamente cercano al chol
y muy cercano al tsotsil. La mayor parte de los datos de este trabajo provienen de
la variante de Oxchuc (tseltal central), pero en las conclusiones presento datos de
otras variantes. Es una lengua aglutinante, de marcación en el núcleo. En el nivel
sintáctico, es de verbo inicial, siendo voa el orden más frecuente de los constitu-
yentes en la oración transitiva. Es una lengua morfológicamente ergativa: los verbos
intransitivos, así como los predicados no verbales, toman un sufijo del juego abso-
lutivo, llamado juego b en la lingüística maya, como en el ejemplo 1. Los mismos
sufijos marcan el objeto de los verbos transitivos, mientras que el agente de estos
verbos es marcado por un prefijo personal ergativo de juego a, como en 2.
(1) ya x-lok’-on
inc inc.in-salir-b1sg
‘Salgo.’
(2) ya a-koltay-on
inc a2-ayudar-b1sg
‘Me ayudas.’
Aparte de los afijos de persona, los verbos, como en los ejemplos 1 y 2, llevan
las marcas de aspecto que aparecen en el cuadro 12.1.
Cuadro 1
Marcas de aspecto verbal
Aspectos Verbos intransitivos Verbos transitivos
Incompletivo ya x-v ya v
Completivo Øv la v
v-oj (perfecto activo)
Perfecto v-em
v-bil (perfecto pasivo)
Progresivo yakal + forma no finita yakal + forma no finita
(4) a. ants-on
mujer-b1sg
‘Soy mujer.’
b. muk’-otik
grande-b1pl
‘Somos grandes.’
(5) a. ma alal-uk-at=ix
neg niño-irr-b2sg=ya
‘Ya no eres un niño.’
b. ma och-em-uk-on
neg entrar-prf.in-irr-b1sg
‘No he entrado.’
c. ma Ø-och(*-uk)-on
neg com.in-entrar-irr-b1sg
‘No entré.’
Finalmente, resulta relevante para este estudio resaltar que los prefijos de juego
a, que marcan el agente de los verbos transitivos, también funcionan como prefijos
posesivos con los sustantivos, como se ilustra en el ejemplo 6 con el prefijo y-.
Cuadro 12.2
Prefijos de Juego A (ergativos o posesivos) y sufijos de plural
/_c /_v Plural
1 j- jk- / k- -tik
2 a- aw- -ik
3 s- y- -ik
Fuente: elaboración propia.
Vamos a ver que uno de los problemas centrales de este estudio concierne al
análisis de un prefijo de juego a de tercera persona (a3) que aparece sobre ciertas
formas no finitas. Muestro que este prefijo se origina como marca de posesión,
pero que se reanaliza como prefijo ergativo neutralizado.
Para los fines de este trabajo, recurro a una concepción bastante tradicional de la
finitud según la cual ésta es una propiedad esencialmente de los verbos (aunque no
necesariamente lo sea), presente en muchas lenguas del mundo pero no en todas.
Se habla de un verbo finito cuando éste toma determinada marcación morfológica
que lo identifica como núcleo predicativo principal de una oración, esto es, cuan-
do está plenamente conjugado (Nikolaeva, 2007a, 2007b). Esta marcación puede
incluir categorías gramaticales muy variadas según las lenguas, pero en tseltal, al
igual que en español, se considera que un verbo es plenamente finito cuando lleva
marcas de persona y de tiempo/aspecto. La omisión de estas marcas indica que el
verbo toma formas no finitas, como por ejemplo los infinitivos del español.
Entre las diversas formas no finitas que pueden existir, conviene hacer la dis-
tinción entre los sustantivos verbales, que son propiamente nominalizaciones, y
los infinitivos, que son formas verbales que aparecen en determinados contextos
sintácticos dependientes (subordinados). Adopto para el concepto de “infinitivo”
la definición de Noonan (2007: 67):2
2
En inglés original: “[Infinitives are] verb-like entities that do not bear syntactic relations to their no-
tional subjects; i.e. their subjects do not take nominative case marking or condition verb agreement
[Los infinitivos son] entidades de tipo verbal que no llevan una relación sintáctica con
su sujeto nocional; es decir, su sujeto no toma la marcación de caso nominativo o no
condiciona concordancia verbal [...], y tampoco está marcado en el caso genitivo,
como podría estar marcado un sujeto de una nominalización. Los sujetos nocionales
de los infinitivos son típicamente omitidos por correferencia con el sujetodel predi-
cado principal [omisión del mismo sujeto], ascendidos, o hechosel objeto de una adpo
sición [...]. Pero ya que los infinitivos son de tipo verbal, las relaciones que establezcan
con sus objetos [...] son las mismas que las establecidas por verbos en cláusulas inde-
pendientes. [la traducción es mía.]
[...], nor are they marked in the genitive case, as a subject of a nominalization might be marked. The
notional subjects of infinitives are typically equi-deleted, raised, or made objects of adpositions [...].
But because infinitives are verb-like, the relations that they may establish with their objects [...] are
the same as those established by verbs in s-like complements”.
3
Vázquez Álvarez (véase el capítulo 11) muestra que estas formas presentan ciertas propiedades de los
sustantivos, por lo cual el sufijo -el, en una perspectiva tipológica, debe verse como una estrategia de
nominalización, y estas formas no finitas pueden considerarse, al menos parcialmente, como sustan-
tivos verbales. Sin embargo, respeto aquí la decisión de ese autor de llamarlas “infinitivos”, en razón
de que presentan también divergencias gramaticales notables para con los sustantivos canónicos.
(7) chol
mi k-mulañ-Ø [wäy-el]
inc a1-gustar-b3 dormir-nf
‘Me gusta dormir.’
(8) chol
a. * mi k-mulañ-Ø [ch’äl-el]
inc a1-gustar-b3 adornar-nf
Lectura buscada: ‘Me gusta adornar.’
La única manera en que las raíces transitivas acepten el sufijo -el es mediante
la intransitivización sintáctica por medio del pasivo, como en 9, o del antipasivo,
como en 10.
(9) chol
mi k-mulañ-Ø [ch’ä<j>l-el]
inc a1-gustar-b3 adornar<pas>-nf
‘Me gusta ser adornado (por ejemplo, que me vistan de manera elegante).’
(10) chol
mi k-mulañ-Ø [ch’äl-oñ-el]
inc a1-gustar-b3 adornar-ap-nf
‘Me gusta adornar (cosas o gente).’
4
Agradezco a Juan J. Vázquez Álvarez y Pedro Gutiérrez Sánchez la discusión de los ejemplos de chol
de esta sección.
construcción, que es una cláusula sin aspecto que tiene marcas de persona que
hacen correferencia a los argumentos del predicado, como en 11.
(11) chol
mi k-mulañ-Ø [k-ch’äl-Ø k-otyoty]
inc a1-gustar-b3 a1-adornar-b3 a1-casa
‘Me gusta adornar mi casa.’
Las cláusulas sin aspecto son comunes en muchas lenguas mayas: vienen siendo
un equivalente funcional de los infinitivos transitivos en otras lenguas. Este tipo
de construcción se ha analizado con pormenores al menos en q’anjob’al (Mateo
Toledo, 2005; véase también el capítulo 9), mam (véase el capítulo 10) y chol
(Vázquez Álvarez 2007; véase también el capítulo 11). Los verbos sin aspecto llevan
marcas de persona, que son eventualmente diferentes a las marcas personales que
reciben los verbos matrices (por ejemplo, en mam y q’anjob’al, toman un patrón
de marcación con ergatividad escindida), y su interpretación aspecto-temporal
depende del contexto sintáctico del verbo matriz. En ciertos casos, la morfología
revela su carácter dependiente en el nivel sintáctico, ya sea que lleven morfemas
especiales o que, por el contrario, carezcan de algún morfema propio de los verbos
independientes (como en el caso del chol, los verbos sin aspecto carecen de los
“sufijos de estatus” de los verbos independientes). En síntesis, los verbos sin aspecto
son formas intermedias entre verbos finitos e infinitivos.
De manera similar a la forma chol del ejemplo 10, en mam se usan infinitivos
transitivos de tipo antipasivo. El objeto puede ser expresado con estos infinitivos, pero
de forma oblicua, encabezado por el sustantivo relacional ee (véase el capítulo10),
lo cual no tiene equivalente en chol.
(12) mam
n=ch=ul aaj=x=kya xjaal tzluu’ [b’inchaa-l
inc=b3pl=dir regresar=siempre=3pl.enf gente aquí hacer-inf
t-ee]
a3sg-sr:pac
‘Viene la gente aquí a hacerlo.’
(13) k’ichee’
x-ix-b’ee [pa kuna-x-ik]
com-b2pl-ir p curar-pas-nf
‘Ustedes fueron a ser curados.’
La forma no finita pasiva del ejemplo 13 es similar al infinitivo pasivo del chol
del ejemplo 9: lleva un morfema explícito de pasivo, en este caso el sufijo -x, que
es el mismo que se usa en los verbos finitos. Asimismo, el verbo presenta el sufijo
-ik (/-iik), que Mondloch analiza como un nominalizador. Para expresar infinitivos
transitivos, el k’ichee’ usa este mismo tipo de infinitivos pasivos, pero con prefijo
de posesión: el poseedor codifica entonces al paciente, tal como se ilustra en 14
(Mondloch, 1981: 142).[La traducción y adaptación de glosas es mía]
(14) k’ichee’
x-Ø-ki-maji-j [qa-yaaj-iik]
com-b3sg-a3pl-empezar-vt a1pl-regañar.pas-nf
‘Empezaron a regañarnos.’
(Lit. ‘Empezaron nuestro ser-regañados.’)
El tseltal tiene formas no finitas en parte semejantes a las de las otras lenguas mayas,
pero en ciertos ámbitos muestra innovaciones notorias. Primero, se observa que el
tseltal comparte con el chol el sufijo -el que deriva formas no finitas, compárese el
ejemplo 15, del tseltal, con el ejemplo 7, del chol.
Pero a diferencia del chol, el tseltal permite el uso de este mismo sufijo -el con
los verbos transitivos, como en 16. Sin embargo, en este caso, la interpretación es
obligatoriamente pasiva. Es decir, el morfema -el, en tseltal, en las formas transiti-
vas tiene dos funciones, la de pasivo y la de no finito (compárese el ejemplo 16, del
tseltal, con el ejemplo 9, del chol).
5
Nótese, por ejemplo, en k’ichee’, que las raíces transitivas cvc terminadas con glotal no permiten el
alargamiento, que es el procedimiento regular de marcación del pasivo con ese tipo de raíces. Por lo
tanto, el infinitivo pasivo se forma aparentemente sobre la misma raíz transitiva, sin modificación
(Mondloch, 1981: 132): ya, “dar” > ya’-ik, “ser dado”. Algo similar ocurriría en el caso del tseltal, pero
de manera generalizada para todo tipo de raíces.
Sin embargo, en tseltal se puede usar estas formas VT-el con una marca de
posesión de tercera persona, como en 19.
b. ya j-mulan-Ø [s-na]
inc a1-gustar-b3 a3-casa
‘Me gusta su casa.’
Muestro más adelante que las formas A3-VT-el de los ejemplos 19 y 21a
resultanser verdaderos infinitivos transitivos, y que la fn que corresponde semán-
ticamente al paciente de ese verbo funciona como un objeto sintáctico, y no como
un poseedor.
Para codificar un paciente de primera o segunda persona en cláusulas no
finitas,el tseltal emplea otro tipo de forma no finita, en la que el verbo toma el
sufijo -bel, como en 23.6 Estas formas VT-bel se flexionan con persona, pero no
toman aspecto. Tienen, por lo tanto, un parecido con las cláusulas sin aspecto
presentes en varias lenguas mayas comentadas con anterioridad (véase el ejemplo 11).
En este trabajo, a este tipo de formas las denomino “inaspectuales” o formas con
persona y sin aspecto.
6
Este ejemplo resulta muy propio de la variante tseltal de Oxchuc. Muestro las estrategias usadas por
otras variantes más adelante, en la sección “los infinitivos transitivosen una perspectiva dialectal”.
Cuadro 3
Tipos de formas no finitas en tseltal
a. Intransitiva vi-el way-el “dormir”
7
Me concentro aquí sobre todo en las formas no finitas intransitivas vi-el y pasivas vt-el, y descuido
en cambio un poco la descripción de las formas no finitas antipasivas vt-aw, por razón de espacio.
Estas formas vt-aw pertenecen en realidad al grupo más amplio de los “sustantivos de acción”, que
son sustantivos que codifican actividades agentivas (como “bailar”, “cantar”, “trabajar”, etcétera.). En
tseltal, estos son categorialmente sustantivos, aunque funcionen en ciertas construcciones como el
núcleo semántico de predicaciones inergativas.
En la seccion sobre las formas no finitas del tseltal, mostré que las formas no
finitas pasivas vt-el pueden ser poseídas en tercera persona, pero que, al menos
en los contextos que llamo “infinitivales”, no pueden ser poseídas en primera o
segunda persona. Ahora, se observa que fuera de esos contextos sí pueden serlo. En
8
Efectivamente, estas dos funciones no se suelen confundir, ya que la función ergativa sólo se mani-
fiesta sobre verbos transitivos en cláusulas finitas y sobre las formas inaspectuales vt-bel.
9
Nótese que no hay ergatividad escindida generalizada en tseltal, como sí la hay en otras lenguas mayas,
como el chol; en este fenómeno, los prefijos ergativos/posesivos de juego a marcan también el sujeto
de verbos intransitivos en determinados contextos sintácticos, en lugar de las marcas absolutivas es-
peradas; sin embargo, se presenta más adelante un caso limitado de ergatividad escindida en tseltal,
(véase el ejemplo 40).
este caso, el poseedor siempre se interpreta como el paciente, tal como se ve en los
ejemplos 30 y 31.
b. lek-Ø te ya a-koltay-on=e
bueno-b3 det inc a2-ayudar-b1sg=enc
‘Es bueno que me ayudes.’
Por lo tanto, éste es un contexto en el que se usa una forma inaspectual donde
se espera una forma nominal no finita usada como predicado no verbal. Lo mismo
sucede en la construcción de subordinación adverbial, cuando ciertos elementos
adverbiales toman formas no finitas predicativas.13 Para los fines de este estudio,
sólo interesa el caso de los clíticos adverbiales =ix, “ya”, y =to, “todavía”.14 Estos dos
últimos elementos, por su carácter de enclíticos, se colocan después de la forma no
finita y producen una interpretación no predecible (y que no se da con otros tipos de
palabras) de inminencia (“estar a punto de...”) y de pasado inmediato (“acabar
de...”), respectivamente.
b. VT-el: poxtay-el-on=ix
curar-nf.pas-b1sg=ya
‘Estoy a punto de que me curen.’
c. VT-bel: k-il-bel-at=to
a1-ver-nf.tr-b2sg=todavía
‘Te acabo de ver.’
13
Con excepción de las formas antipasivas vt-aw.
14
Fuera de estos clíticos, esta construcción se usa con algunos adverbios de manera, y más específicamen
te, los adverbios que caracterizan el grado de rapidez o inmediatez del evento, como toj “rápidamente”
(literalmente, “directamente”), bebel, “poco a poco”; ajk’-nax, “en un ratito”; animal, “rápido, con
prisa”; etcétera, como en el ejemplo i.
(i) toj k’ax-el-Ø ta j-jol
directamente pasar-nf-b3 p a1-cabeza
‘Rápido se me va de la cabeza.’ {Txt}
(38) ma k-il-bel-uk-at=to
neg a1-ver-nf.tr-irr-b2sg=todavía
‘No te acabo de ver.’
15
Nótese que éste es un patrón nominativo-acusativo, ya que las formas intransitivas (incluyendo la
pasiva) marcan su sujeto con un prefijo de juego a, al igual que las formas transitivas, como la de 40c.
En síntesis, he mostrado hasta ahora que el tseltal posee cinco tipos de formas no
finitas. Tres de éstas, que se derivan mediante un simple sufijo de un tema verbal
y son sintácticamente monovalentes, presentan un carácter nominal, es decir, son
básicamente sustantivos verbales: intransitiva vI-el, antipasiva vt-aw y pasiva
vt-el. Asimismo, existe un infinitivo que se manifiesta superficialmente como una
forma no finita pasiva poseída en tercera persona, A3-vt-el, aunque voy a mostrar
mas adelante que funciona realmente como infinitivo transitivo activo. Por último,
la forma transitiva inaspectual vt-bel constituye un caso intermedio entre verbos
finitos y sustantivos verbales, ya que lleva los mismos afijos ergativo y absolutivo
que los verbos conjugados pero que carece de marcación aspectual y aparece en los
mismos contextos sintácticos que las demás formas no finitas.
En esta sección, presento los contextos en los que las formas no finitas funcionan
como núcleos de cláusulas no finitas, razón por la que los llamo contextos “infiniti-
vales”. Concretamente, voy a distinguir cuatro construcciones con los usos que pre-
sentan estas formas no finitas en el tseltal de Oxchuc, tal como se sintetiza en el
cuadro 12.4. A continuación, pasaré a estudiar cada una de estas construcciones.
Cuadro 12.4
Contextos sintácticos de uso de las formas no finitas
Intransitiva VI-el
Transitiva pasiva
VT-el (sin persona)
Transitiva activa
A3-VT-el
El aspecto progresivo es uno de los contextos en los que las formas no finitas se
utilizan de forma más sistemática.
Este aspecto se codifica mediante el auxiliar yakal, el cual lleva un sufijo abso-
lutivo que expresa el sujeto nocional de la cláusula, más un complemento no fini-
to encabezado por la preposición ta.16 En estas formas, hay ascensión del sujeto del
complemento a la posición de sujeto del auxiliar. En 41 el ejemplo, se ilustra el
aspecto progresivo con las formas no finitas monovalentes: intransitiva, antipasiva
y pasiva.
16
El elemento ta es la preposición genérica del tseltal que encabeza todo tipo de constituyentes adverbiales
locativos, de instrumento y de manera, en general. Véase la sección 12.5.3. Más adelantesobre otros
tipos de constituyentes no finitos encabezados por ta. Un punto que no trato en este trabajo es que
este elemento ta es generalmente opcional en el tseltal de Oxchuc.
En lugar de 42b y 42c, el tseltal usa las formas inaspectuales vt-bel. Éstas, y
sólo éstas, pueden construirse en aspecto progresivo de dos maneras. Por una parte,
pueden aparecer como sujeto del auxiliar yakal; en este caso, el auxiliar lleva un
sufijo nulo de tercera persona, y no aparece la preposición ta, como en 43a, y por
otra parte, pueden aparecer con ta, y el auxiliar lleva entonces un sufijo personal
en referencia cruzada con el sujeto (ergativo), como en 43b.17
17
Nótese que, en ciertas variantes de tseltal (por ejemplo, en San Pedro Pedernal, Huixtán), se puede
construir el progresivo sin forma no finita como en el ejemplo (ii). Esta construcción es también la
que se usa en tsotsil. Es posible que esta estructura se deba a la influencia del tsotsil sobre estas variantes
tseltales.
(ii) yakal j-tsak-at
prg a1-agarrar-b2sg
‘Te estoy agarrando.’
No se puede interpretar el ejemplo 44 como “me gusta que la milpa sea hecha
(por alguien)”: el sujeto (agente) nocional de la forma no finita debe ser correfe-
rente con el sujeto del verbo matriz “apreciar, gustar”. Con las formas inaspectuales,
que a diferencia de las demás formas no finitas sí son flexionadas por la persona, se
da también un mecanismo de control de tipo “inherente” (Stiebels, 2007) en el
cual el sujeto del verbo matriz debe ser correferente con el sujeto del inaspectual
(véase el ejemplo 45a). Las oraciones en la que no se da esta correferencia son
incorrectas,tal como se observa en 45b y 45c, donde resulta interesante notar que
hay un contraste en el grado de agramaticalidad, a saber: la malformación es menor
cuando hay correferencia del sujeto matriz con el objeto del complemento, como
en 45b, pero es total cuando no hay ningún argumento correferente con el sujeto
matriz, como en 45c. Para expresar el sentido buscado en 45c, se recurre a una
cláusula de complemento finita, como en 45d.
b. * ya j-mulan-Ø [a-koltay-bel-on]
inc a1-gustar-b3 a2-ayudar-nf.tr-b1sg
Lectura buscada: ‘Me gusta que me ayudes.’
c. * ya j-mulan-Ø [a-koltay-bel-Ø]
inc a1-gustar-b3 a2-ayudar-nf.tr-b3
Lectura buscada: ‘Me gusta que tú le ayudes.’
Nótese que, al igual que mulan, “apreciar, gustar”, muchos de los verbos de
complemento clausal admiten tanto complementos no finitos como finitos; éste es
el caso, por ejemplo, de xi’, “temer”, tal como se puede observar en 46, donde
aparece con un complemento no finito, mientras que en 47 presenta un comple-
mento finito, sin contraste semántico evidente.18
18
Para una propuesta de clasificación de los verbos transitivos de complemento proposicional en tseltal
según su tendencia a tomar complementos finitos o no finitos, véase Polian, 2008.
19
Con el verbo k’an, “querer”, la cláusula de complemento finita tiende a aparecer sin subordinador, y
el auxiliar de incompletivo ya del verbo subordinado tiende a omitirse.
b. * ya j-k’an-Ø [y-il-el]
inc a1-querer-b3 a3-ver-nf.pas
Lectura buscada: ‘Quiero verlo.’
c. * ya j-k’an-Ø [k-il-bel-at]
inc a1-querer-b3 a1-ver-nf.tr-b2sg
Lectura buscada: ‘Quiero verte.’
Un grupo de verbos matrices permite la ascensión del sujeto del complemento con
la forma pasiva vt-el. Éste es el caso, por ejemplo, del verbo intransitivo ju’, “po-
derse, lograrse”, tal como lo muestro más adelante. Este verbo toma comúnmente
de sujeto una cláusula finita, como en 56.
Por otra parte, no cabe duda de que se trata de un caso de ascensión porque el
verbo ju’ no puede tomar argumentos de primera persona, como lo muestra el
ejemplo 59.
(59) * ya x-ju’-on
inc inc.in-poderse-b1sg
Lectura buscada: ‘Puedo, soy capaz.’
Esto confirma que el sufijo absolutivo que aparece en 58 sobre ju’ corresponde
al sujeto lógico ascendido de la forma no finita pasiva subordinada.
Las estructuras con ascensión son exclusivas de las formas no finitas pasivas,
no se permite con otros tipos de formas no finitas, como la intransitiva o la inas-
pectual, tal como se ilustra en las estructuras mal formadas de 60a y 60b, respec-
tivamente.
De la misma forma que ju’, otros predicados que permiten este tipo de ascen-
sión exclusiva de las formas no finitas pasivas son el verbo transitivo tak’, “poder”,
en 61, y el adjetivo wokol, “difícil”, en 62. El ejemplo 61 es un caso de ascensión
de sujeto lógico del complemento a objeto del predicado matriz, mientras que el
ejemplo 62 es un caso de ascensión de sujeto lógico del complemento a sujeto.20
1. Todos los verbos transitivos tienen una forma no finita vt-el de orientación pasiva.
2. Estas formas vt-el son básicamente sustantivos verbales, ya que comparten rasgos
sintácticos y morfológicos con los sustantivos. En particular, pueden llevar un prefijo
20
El verbo tak’, parcialmente sinónimo con ju’, es impersonal: se usa de manera defectiva, con un sujeto
no referencial de tercera persona y con un complemento clausal, siempre finito fuera de los casos si-
milares a 44.
Prueba de ello es que se puede sustituir el poseedor de tercera persona por uno
de primera o segunda persona en el primero (65), mientras que esto es imposible
en el segundo (66).
b. ya k-ut-b-at a-nich’an
inc a1-regañar-ben-b2sg a2-hijo
‘Te regaño a tu hijo.’
21
Esto no significa que los infinitivos a3-vt-el se restrinjan semánticamente a pacientes singulares.
Efectivamente, el plural en tseltal no es de marcación sistemática, por lo cual, la oración ya j-xi’-Ø
y-ut-el puede interpretarse como “temo regañarlos” en el contexto adecuado.
La única diferencia con los verbos finitos es que el poseedor ascendido a objeto
primario no provoca la aparición de un sufijo absolutivo de persona sobre la forma no
finita. Nótese que existe una construcción alternativa para codificar al objeto primario
ascendido de un infinitivo, a saber, se puede codificar este objeto ascendido sobre el
verbo matriz, como en 71. Si el poseedor es de primera o segunda persona, dispara la
aparición del sufijo absolutivo correspondiente sobre el verbo matriz, como en 72.22
Ante estos hechos, surge la pregunta de cuál es la naturaleza del prefijo s-/y- de
a3 sobre estos infinitivos. El mismo contexto de la ascensión puede proveer una
primera respuesta: si el prefijo s-/y- fuera una verdadera marca de posesión y estos
infinitivos fueran en realidad sustantivos poseídos, al ocupar la posición de objeto
de un verbo transitivo, su “poseedor” debería poder ascender al predicado matriz.
Esto, de hecho, sí es lo que sucede cuando una forma vt-el funciona como sus-
tantivo verbal poseído, tal como se ilustra en 74.
verbo inaspectual subordinado es controlado por el sujeto del verbo matriz, vol-
viendo la codificación de la información de persona en el segundo verbo redun-
dante. En este sentido, el prefijo s-/y- de a3, en los infinitivos a3‑vt‑el es también
un prefijo ergativo neutralizado. Su función radica exclusivamente en señalar la
posición de agente.
En conclusión, en esta sección he mostrado los siguientes hechos respecto a
los infinitivos a3-vt-el:
Por otro lado, es interesante notar que, en la construcción del ejemplo 81, se
selecciona como sitio de realización morfológica del paciente subordinado la
posiciónde objeto del verbo matriz, lo cual es otro resultado del reanálisis de la forma
a3-vt-el: al perder ésta su estatus de sustantivo y adquirir el de infinitivo, se da
pie a una reorganización argumental entre el verbo matriz y el verbo subordinado,
cuyo efecto visible aquí es que el paciente subordinado es ascendido a la posición
de objeto matriz. Los pormenores de esta reorganización argumental, sin embargo,
no serán tratados en este trabajo.
La ascensión, en cambio, no se puede dar cuando el infinitivo se usa en una
cláusula no finita con preposición ta, como en 82. Aquí, se observa que el paciente
subordinado se manifiesta directamente sobre el infinitivo a3-vt-el.
Esto significa que, en este ámbito sintáctico, para las variantes que seleccionan
esta construcción, la forma a3-vt-el debe realmente analizarse como a3-vt-el-b;
es decir, que siempre lleva una marca pronominal absolutiva (de juego b), aun en
tercera persona, caso en que la marca absolutiva es el sufijo nulo Ø, como en 84.
23
Shklovsky (comunicación personal) ha registrado formas similares en el tseltal de Petalcingo (tseltal
norteño), lo cual indica que este fenómeno probablemente sea compartido por más variantes dialec-
tales.
Cuadro 12.5
Distribución de las formas no finitas transitivas con pacientes
de primera y segunda persona
Oxchuc vt-bel JB
Cancuc,
Tenejapa a3-vt-el JB
12.7. Conclusiones
En este estudio he mostrado que el tseltal es similar a otras lenguas mayas, como
el chol, en su derivación de un sustantivo verbal intransitivo (con sufijo -el), pero
que diverge del resto de la familia por tener una variedad de formas no finitas
transitivas. Entre éstas, he mostrado que el tseltal desarrolló un infinitivo transitivo,
único en las lenguas mayas hasta ahora descritas, a partir de un sustantivo verbal
pasivo poseído. Éste representa un caso muy interesante de “reverbalización” en el
que una forma nominalizada deverbal se reanaliza, en determinados contextos
sintácticos, como un infinitivo, es decir, vuelve a adquirir propiedades sintácticas
verbales, como la de marcar objeto.
Por otra parte, el tseltal es también único en las lenguas mayas por sus formas
inaspectuales. Aunque resulten similares a los llamados “verbos sin aspecto” presen
tes en varias lenguas de la familia, he mostrado que estas formas especiales pertenecen
a un mismo paradigma gramatical que las demás formas no finitas, pese al carácter
marcadamente nominal de algunas de estas últimas. Es decir, a pesar de que toman
los mismos afijos de sujeto y objeto que los verbos finitos, estas formas inaspectuales
tienen un carácter más participial que, por ejemplo, los verbos sin aspecto del chol
o del q’anjob’al.
Comparado con la sobriedad del sistema de formas no finitas en chol, en el
que sólo existen dos tipos de formas no finitas —los infinitivos intransitivos y los
verbos transitivos sin aspecto (véase el capítulo 11)—, sorprende de alguna manera
la complejidad del sistema de formas no finitas en tseltal, aumentada por la multi
plicidad de estrategias en la red dialectal, tal como se ha presentado. Se ve, por lo
tanto, que éste es un campo de experimentación de la lengua que sugiere la existen
cia de un área de inestabilidad en el sistema, donde varias posibilidades estructura
les están en competencia para la codificación de ciertos significados propios de los
contextos de las formas no finitas.
Enrique L. Palancar*
13.1. Introducción
1
La elaboración de este artículo se financió parcialmente por el proyecto esrc-ahrc res-062-23-3126
Endangered Complexity: Inflectional Classes in Oto-Manguean Languages. He presentado versiones
de este trabajo en el VIII Coloquio de Lingüística de la enah, así como en el Centre d’Études des Lan
gues Indigènes d’Amérique (celia), de la Unidad Structure et Dynamique des Langues del cnrs,
París, Francia. Mis más sinceras gracias a todos los colegas que colaboraron con sus comentarios para
mejorar este trabajo, en especial a Roberto Zavala Maldonado.
* Structure et Dynamique des Langues (umr8202), cnrs. Surrey Morphology Group, University of
Surrey.
2
La convención ortografía que empleo para escribir las diferentes lenguas otomíes es la siguiente: -
indica afijación; = clítico; <> infijo. Consonantes: <C’>› /eyectiva/;<’> //; <ƒ>; /ph/; <j> /kh/; <ñ>
//; <r> /ſ/; <r> /r/; <tx> /t/; <y> /j/; <x> /∫/. Vocales <a> /a/; <a> /ɔ/; <e> /ɛ/; <o> //; <u> /ɨ/; <i>
//. Diéresis en vocal indica nasal (por ejemplo <ä> /ã/; <ü> /ũ/).
3
Este verbo tiene también la significación de “saber algo” o “tener conocimiento de algo”; el argumen-
to objeto puede ser una idea o concepto que se codifica con una fn, como en el ejemplo i, o con una
proposición, como en ii, codificada en una cláusula de complemento que se verá más adelante.
(i) txá=hpö=hka rú txü
1.pres.cont.r=saber.a[3obj]=1sg.enf sg.3pos nombre
‘Sé su nombre.’
381
experimentante del acto cognitivo que se codifica como sujeto; ii) el otro argumento
es eventivo, es decir, una acción para la que el sujeto tiene el conocimiento adqui-
rido para realizarla de forma convencional. El argumento eventivo se codifica en
la fn objeto ra hnë, “el baile”, que designa la actividad de bailar.
El ejemplo 1 muestra una construcción gramatical de complementación cuyo
estudio resulta interesante porque su uso está relegado principalmente a actividades
humanas de tipo convencional o rutinario.
El capítulo tiene la siguiente estructura. En la sección siguiente se hace una
introducción a los rasgos esenciales de las lenguas otomíes necesarios para entender
la construcción ejemplificada en 1. En esa sección, presento asimismo otras dos
estructuras de complementación que existen en cada lengua de la familia. Después,
presento los predicados que pueden aparecer en la construcción de nominalización
para, en la siguiente sección revisar detalladamente el tipo de nominalización que
se permite en la construcción así como los procesos morfológicos de nominalización
verbal en general. En la sección “Uso de la cnn” muestro que las nominalizaciones
son intransitivas en otomí, por lo que la estructura no se puede emplear con un
objeto sintáctico. El capítulo concluye con un breve resumen de la propuesta.
5
Este mismo procedimiento se aplica a muchas otras lenguas indígenas de México.
6
En las lenguas conservadoras, encontramos asimismo una serie prefijos con función flexiva en algunos
tiempos gramaticales.
(3) a. r hmï
tol sg tortilla
‘La/una tortilla.’
b.
k’ mä ’indö
dem.dist.sg 1.pos hermano.de.mujer
‘Mi hermano.’
(Lit. ‘Aquel mi hermano.’)
En 4 se muestra asimismo la construcción de posesión nominal con poseedor
explícito. La marca de posesivo de tercera persona es un tono alto que recae sobre
el determinante de número del sustantivo poseído xtö “cabello”, en este caso el
determinante de plural yu. La fn que codifica el poseedor aparece yuxtapuesta.8
7
Las lenguas otomíes varían mucho en cuanto al número y tipo de determinantes de número. Para el
singulativo, las innovadoras suelen tener una forma con alternantes condicionadas morfofonológica-
mente; las conservadoras tienen varios alomorfos condicionados léxicamente, por ejemplo, es común
tener una forma específica asociada a nominales deverbales.
8
En el predicado del ejemplo 4, aparece un verbo pacientivo que codifica su argumento sujeto como
objeto. La marcación no es clara en tercera persona porque no hay marcador explícito de objeto de
tercera persona.
9
A pesar de su similitud fonológica, el complementante ge que aparece en 5a no es un préstamo del
español que.
reducida que indica su carácter menos finito en términos estructurales. Por ejemplo,
aunque aparece marcada con tam y concordancia de sujeto, no puede recibir una
fn de sujeto explícita y presenta restricciones aspectuales: i) o bien aparece en
tiempos del modo irrealis, como en 6a, ii) o bien copia los valores tiempo-aspec-
tuales de la matriz, como en 6b. La cláusula también requiere de un tipo de patrón
de correferencia argumental que Stiebels (2007) denomina “control inherente” y
que implica que el sujeto de la cláusula subordinada tiene que ser obligatoriamente
correferencial con al menos uno de los argumentos del predicado de la cláusula
matriz: en 6a y 6b es correferencial con el sujeto de la matriz, en 6c lo es con el
objeto.10 Ninguna de estas características se da en la cláusula de complemento
plena de los ejemplos de 5.
Los dos tipos de estructuras en 5 y 6 representan la mayor parte del espectro
funcional de la complementación clausal en las lenguas otomíes. Además de estas
dos construcciones, existe también la “construcción de complemento por nomi-
nalización” (en adelante, ccn) que ejemplificamos en 1 para el otomí de Tilapa.
En 7, se da otro ejemplo del otomí de la Sierra.
10
En el ejemplo 6d, el argumento sujeto del verbo intransitivo tehe, “poder”, se codifica morfológica-
mente como objeto en un tipo de escisión de intransitividad que Mithun (1991) denomina tipo
agentivo/pacientivo.
11
La excepción al patrón morfológico, la supone el verbo de cognición hpohpi, “gustar”, del otomí de
Tilapa, en el cual el argumento del verbo es experimentante y se codifica con marcas de objeto, aunque
sigue siendo sujeto desde un punto de vista sintáctico.
Cuadro 13.1
Predicados agentivos
Otomí
Otomí Otomí Otomí Otomí de San Ildefonso
de la Sierra de Tilapa de Ixtenco de Toluca Tultepec
De movimiento
propositivo “ir a hacer algo” pa (in) pa (in) pa (in) pa (in) pa (in)
Desiderativo “querer hacer algo” nde (tr) nde (tr) ? ne (tr) —
En los ejemplos 8a y 8b, el verbo matriz pa, “ir”, en la ccn denota un evento
de movimiento genérico que el sujeto agente efectúa con el propósito de realizar
la acción designada por el sustantivo deverbal. En estos casos, la acción propósito
del movimiento se interpreta metafóricamente como una locación meta, del
mismomodo que la fn adverbial en 9.
12
El participante que efectúa el movimiento designado por pa, “ir”, lo hace en la mayoría de las ocasiones
con un lugar meta en mente hacia el cual orienta su movimiento con el fin de alcanzarlo. Al respecto,
nótese que el verbo pa no tiene la significación de “moverse”, para cuyo espacio semántico existe el
verbo ’ñöni, en San Ildefonso Tultepec, o sus cognados en otras lenguas. En el otomí de la Sierra se
tiene, además, el verbo ’yani “moverse (plantas)”, y en Tilapa nk’wëni, “moverse (animales)”.
fn como en 9, mientras otras metas que son adjuntos semánticos, como en 10, se
suelen codificar de manera oblicua mediante una frase preposicional(fp).
b.
ma=ga=’oht-a=no=r ntxu_mfo
inm=1.pres.irr=oír.a.alguien[3obj]-d=def.sg=sg mujer_mestizo.ta
‘Voy a obedecer a la señorita.’(Txt)
b. ya ga=ma [ga=tsi-the]
ya 1.pres.irr=ts/ir 1.pres.irr=ingerir-agua.ta
‘Me voy a tomar.’ (Txt)
Aparte del verbo pa, “ir”, los demás verbos del cuadro 13.1 pertenecen a clases
semánticas de verbos matrices de los que se espera que tomen tipológicamente un
complemento clausal menos finito, como el verbo desiderativo ne, “querer”, en 16,
o el de adquisición de conocimiento pädi/pödi, “saber hacer algo”, en 17, que son
muy frecuentes.
13
Nótese que, como auxiliar, se emplea también la forma ma, que es el reflejo gramaticalizado del tema
secundario (véase el ejemplo 15).
Cuadro 13.2
Predicados fasales y causativos
Otomí
Otomí Otomí Otomí Otomí de San Ildefonso
de la Sierra de Tilapa de Ixteco de Toluca Tultepec
Fasales ‘acabar de hacer algo’ jwadi jwadi jwadi jwadi jwadi
(láb)1 (láb) (láb) (láb) (láb)
‘dejar de hacer algo’ hegi (tr)*2 hegi (tr) ? ? —
Los verbos matrices de la ccn, independientemente del tipo de predicado del que
se trate, presentan todos un argumento eventivo codificado en la fn cuyo núcleo
14
Desde un punto de vista morfológico, la productividad del proceso de nominalización varía bastante
de lengua a lengua dentro de la familia, así como también de hablante a hablante. El problema de si
el proceso de generación de las formas deverbales tiene carácter flexivo o es de índole estrictamente
derivativa se plantea en Palancar (en prensa).
Aparte de los verbos activos se tienen los verbos “inactivos”. Los verbos inactivos
codifican su argumento sujeto morfológicamente como objeto, y son sintáctica-
mente y morfológicamente inacusativos. En algunas lenguas hay dos clases de verbos
inactivos: los verbos “pacientivos”, que designan cambios de estado, como el que
aparece en 25a, y los verbos “estativos”, que refieren estados, como en 25b. En otras
lenguas solamente hay verbos pacientivos. Las nominalizaciones de estos verbos
designan normalmente entidades abstractas o propiedades, más raramente acciones.
Por esta última razón, tal como se verá en la sección sobre los sustantivos de acción,
no se encuentran apenas nominalizaciones de estos verbos dentro de la ccn.
15
En algunos casos hay también cambio de tono, pero el proceso es irregular e impredecible, por lo que
no se puede decir que exista un proceso derivativo con morfología suprasegmental, y añade evidencia
de que la derivación está léxicamente condicionada.
16
De este tema se derivan sustantivos de agente como en el otomí de la sierra: däi, “comprador”, de täi,
“comprar”, y por esta razón no se tratarán en esta sección, ya que como no designan estados de cosas
no son susceptibles de aparecer en la fn de la ccn.
(27) tp
sit a. tai “mercado” < tai (tr) “comprarlo”
pont’i “cruz” < pont’i (láb) “cruzar/cruzarlo”
ñ’ëni “juego” < ñ’ëni (in) “jugar”
tse “frío” < tse (in) “estar frío”
pa “calor” < pa (in) “estar caliente”
ntxüi “noche” < ntxüi (in) “anochecer”
nde “tarde” < nde (in) “hacerse tarde”/ “atardecer”
nthuni “hervida” < nthuni (in) “hervir”
til b. kani “ronquido” < kani (in) “roncar”
(30) ti tp
sit a. ’bede “cuento” < ’bede < pede (tr) “contarlo”
’befi “trabajo” < befi < pefi (tr) “trabajar en algo”
juni “masa” <
juni < kuni (tr) “molerlo”
hwöhi “milpa” < hwöhi < ’wöhi (tr) “ararlo”
t’ï “sueño” < t’ï < ’wï (tr) “soñarlo”
b.
t’öhö “sueño” < t’öhö < ’öhö (in) “dormir”
hñö “palabra, habla” < hñö < ñö (in) “hablar”
’ofo “cosecha” < ’ofo < xofo (in) “cosechar”
Aparte del ti, en la conversión se emplea también el tema estativo (te), como
en los casos del ejemplo 31. El te se forma con un prefijo nasal que tiene función
de estativo. En los verbos transitivos, y en algunos inergativos, el te se forma a
partir del ti.
(31) te tp
sit mfeni “pensamiento” < mfeni < beni (tr) “pensarlo”
m’ot’i “siembra” < m’ot’i < pot’i (tr) “sembrarlo”
nso ki
h “llave” <
nso ki h < xo ki
h (tr) “abrirlo”
nthöt’i “amarrada” < nthöt’i < thöt’i (tr) “amarrarlo”
ntsagi “salto” < ntsagi < tsagi (in) “saltar”
ñhu ki “gancho” < ñhu ki < hu ki
h h h (in) “colgar”
ñhüni “comida” < ñhüni < ñüni (in) “almorzar”
ñhëts’i “altura” < ñhëts’i < hëts’i (in) “ser alto”
ñ’i “chile” <
ñ’i < ’i (in) “ser picoso”
sier ntse “frio” <
ntse < tse (in) “estar frío”
mpa calor” <
mpa < pa (in) “estarcaliente”
nxïdi “anchura” < nxïdi < xïdi (in) “ser ancho”
De los que se originan por conversión se tienen, por último, unos pocos que
proceden de verbos intransitivos a partir de un antiguo tema perfecto (tperf ),
como los que aparecen en 32. En algunos casos, el tema del que se originaron los
sustantivos ha dejado de ser productivo en la lengua y es sólo reconstruible.
(32) tperf
tp
sit ngöi “bajada” < ngöi < köi (in) “bajarse”
ndü “muerto” < ndü < tü (in) “morirse”
nzabi “cansada” < *nzabi < tsabi (in) “cansarse”
ntsü “susto” < *ntsü < tsü (láb) “asustarse”/“temer”
(33)
ps
til (dí) xadi ‘oración’ <
xadi (tr) ‘orar’
(dí) pefi ‘trabajo’ <
pefi (tr) ‘trabajar en algo’
(dí) töni ‘paseo’ <
töni (in) ‘pasear’
(dí) nzengwate ‘visita’ <
nzengwate (in) ‘estar de visita’
(dí) ’ndohte ‘dejada de comida’ < htohte (in) ‘ir a dejar comida’
Los sustantivos deverbales en lenguas otomíes pueden tener una semántica que
denota objetos, como en 34a, que son en su mayoría instrumentos implicados en
la acción designada por el verbo, pero también lugares funcionales, como en 34b.17
17
Por conveniencia, todos los ejemplos de esta sección provienen del otomí de San Ildefonso Tultepec.
(36)
njohki
Acción a. “barrida, barrer” < johki (tr) “barrer”
ntho’ts’e “cocida, cocer” < ho’ts’e (tr) “cocer”
Acción b.
thühü “cantar”/“canción” < tühü (láb) “cantar”
producción nt’ofo “escribir”/“escritura” < ’ofo (in) “escribir”
ñ’ëni “jugar”/“juego, jugada” < ñ’ëni (in) “jugar”
juni “molida”/“masa” < kuni (láb) “moler”
mfeni “pensar”/“pensamiento” < beni (láb) “pensar”
mfë “robar”/“robo” < pë (tr) “robar”
t’afi “sacada de aguamiel”/ < ’afi (tr) “sacar
“aguamiel” aguamiel”
m’ot’i “sembrar”/“siembra” < pot’i (tr) “sembrar”
(38) juni “molida”, ’befi “trabajo”, mfë “robo”, ’bot’i “siembra”, mpit’i “orinada”, etcétera.
sit
Desde un punto de vista gramatical, los sustantivos que pueden emplearse
como argumentos de los predicados de control de sujeto son típicamente nomi-
nalizaciones de verbos intransitivos inergativos, es decir, de los activos agentivos,
como en 39. Se dan ejemplos varios tomados de distintas lenguas, ya que el mismo
principio se aplica a todas ellas, y en la mayoría de los casos, encontramos incluso
sustantivos cognados.
b.
thi “baño” <
hi (in) “bañarse”
sier sofo “cosecha” <
xofo (in) “cosechar”
ts’oni “llanto” <
zoni (in) “llorar”
’bu “molida de caña” < pu (in) “moler caña”
mbonni “paseo” < mbonni (in) “pasear”
18
Como la derivación de sustantivos de acción no es productiva, no todos los verbos que expresan accio
nes habituales tienen siempre un correlato léxico en un sustantivo que se pueda emplear en la ccn.
b. g‹w›u=johku=k’w=a a h
kamusanto
‹loc›2.pres.irr=barrer.d[3obj]=distal=encl p.loc cementerio
‘Vas a barrer allá en el panteón.’ (Txt)
19
Los dos sustantivos ’ndyühü y (n)txü, “siembra”, en 39c, del otomí de Tilapa, muestran un caso léxico
poco común que consiste en tener dos nominalizaciones distintas de un mismo verbo. Estos sustanti
vos son sinónimos en Tilapa. En el otomí de San Ildefonso Tultepec, se encuentra un caso muy pare-
cido pero esta vez para un verbo transitivo. Se trata del verbo pot’i (tr), “sembrar”, del cual se tienen
los nominales, m’ot’i —del te— y ’bot’i —del ti—. Sin embargo, mientras el primero se emplea para
denotar el evento de forma holística, el acto de sembrar este año o el año que viene, que se puede
evaluar como fructífero, excelente o pésimo por su resultado, el segundo denota la acción, el acto
de estar sembrando y solamente el segundo aparece en la ccn.
(42) njohki “barrida” < johki (tr) “barrerlo” > njohki (in) “barrer”
20
sit ntho’ts’e “cocida” < ho’ts’e (tr) “cocerlo” > ñho’ts’e (in) “cocer”
mpohmi “embrocada” < pohmi (tr) “embrocar tierra” > mpohmi (in) “embrocar
tierra”
’beti “limosneada” < pehti (tr) “limosnearle” > mpehti (in) “limosnear”
ñ’üspi “lumbreada” < ’üspi (tr) “hacer lumbre” > ñ’üspi (in) “hacer
lumbre”
20
Se refiere al acto de cocinar alguien, no al proceso de cocinarse los alimentos.
juni “molida” < kuni (tr) “molerlo” > nkuni (in) “moler”
ñ’adi “petición” <
’adi (tr) “pedirlo” > ñ’adi (in) “pedir”
sadi “rezo” < xadi (tr) “rezarlo” > ntxadi (in) “rezar”
mfë “robo” < pë (tr) “robarlo” > mpë (in) “robar”
’bot’i “siembra” < pot’i (tr) “sembrarlo” > mpot’i (in) “sembrar”
’bëfi “trabajo” < pëfi (tr) “trabajar en algo” > mpëfi (in) “trabajar”
m’a “venta” < pa (tr) “venderlo” > mpa (in) “vender”
nkode “vestida” < kode (tr) “vestirlo” > nkode (in) “vestirse”
(43) pefi “trabajo” < pefi (tr) “trabajar” > mpefi (in) “trabajar”
til ’mbadi “cuidado” < fadi (tr) “cuidarlo” > mfadi (in) “atender
de animales animales”
Se encuentran también casos aislados, como los dos del ejemplo 44, donde no
parece existir el correlato antipasivo.
Los verbos compuestos antipasivos que sirven de base para las nominalizaciones
en 45 provienen de la composición de un tema verbal transitivo más el tema
nominaldel objeto paciente de la acción, tal como se muestra en 46, y corresponden
al tipo I de incorporación nominal en Mithun (1984). Los temas implicados,
tanto verbales como nominales, aparecen con frecuencia en una forma ajustada
morfofonológicamente en la composición.
(46)a. jux-jödo (in) “cercar” < juts’i (tr) “cercar”+ jödo “pared”
sit fa-mboi (in) “cuidar animales” < fadi (tr) “cuidar” + boi “animal vacuno”
jo-ju (in) “juntar frijol” < jo (tr) “juntar” + ju “frijol”
honga-k’ani (in) “recoger quelites” < honi (tr) “buscar” + k’ani “quelite”
tuhk-lolo (in) “cortar fruta” < tuhki (tr) “cortar (fruta)” + lolo “fruta”
tuhka-’raxt’ö (in) “cortar nopalitos” < tuhki (tr) “cortar (fruta)” + ’raxt’ö “nopalito”
tuhka-köhö (in) “cortar tunas” < tuhki (tr) “cortar (fruta)” + köhö “tuna”
ju-hwö (in) “pescar” < ju (tr) “agarrar” + hwö “pez”
pe-jwa (in) “cazar” < pe (tr) “cazar” + jwa “conejo”
ho-pts’udi (in) “hacer matanza < ho (tr) “matar” + ts’udi “puerco”
de puerco”
ho-boi (in) “hacer matanza < ho (tr) “matar” + boi “animal vacuno”
de ternera”
21
La nominalización proviene del verbo antipasivo ze-te, “ayudar en el trabajo, colaborar” y éste a su
vez, del transitivo zedi, “ayudarlo en el trabajo”.
(52) b‹w›u=tu-htï=gi
til ‹loc›(3.)psd.r=inco-emborracharse/marearse=1obj
‘Me emborraché/mareé.’
El nominal ntï puede también significar “mareo”; el hecho de que pueda apa-
recer en el marco construccional del ejemplo 51 responde a que, en su significado
de “borrachera”, refiere en realidad a una acción concebida semánticamente como
agentiva, convencional y rutinaria, de la misma manera que todos los inergativos
presentados en esta sección. El nominal, en vez de referir al efecto incontrolado
que el alcohol puede tener en el individuo que lo consume, refiere más bien a la
ingesta de alcohol con el fin de alterar volitivamente el estado físico y psicológico.
En lenguas innovadoras, las dos significaciones han dado pie a dos verbos distintos.
Por ejemplo, en el otomí de San Ildefoso Tultepec, mientras que el verbo para
“marearse” es pacientivo, como en Tilapa (ntïngabi), el verbo para “emborracharse”
es el verbo activo medio ntï.
En contraste con los predicados agentivos, los predicados matrices fasales y
causativos no imponen restricciones sobre el sujeto de la nominalización, de tal
manera que permiten deverbales tanto de verbos activos como inactivos, como en
el ejemplo 53, donde tenemos deverbativos de verbos inergativos, con una posible
significación rutinaria en 53a, pero sin ese rasgo en 53b. Lo mismo sucede con
nominales de verbos activos no agentivos que tienen argumento sujeto inanimado,
como en 54a, o incluso con uno de los pocos nominales de inactivos que refieren
acciones y no propiedades, como en 54b.
Nótese, por ejemplo, que ésta es la posición natural para el sujeto de la cláu-
sula en el otomí de la Sierra, ya que las lenguas conservadoras son de orden básico
vos. En la sintaxis de la ccn, con un predicado como pädi, “saber hacer algo”, se
requiere que su sujeto sea obligatoriamente correferencial con el sujeto de la no-
minalización, que ya no se puede explicitar (esto se indica con el guión bajo y el
subíndice “i”, que indica correferencialidad). No se puede, por lo tanto, tener una
estructura poseída similar a la de 55, tal como se ilustra en la agramaticalidad de 57.
Por otro lado, las nominalizaciones en lenguas otomíes son intransitivas. Este
rasgo parece ser areal mesoamericano, ya que se encuentra, también por ejemplo,
en la familia maya —en k’ichee’ (Can Pinxabaj, 2009); en mam (véase capítulo
10); en chol (véase capítulo 11); en q’anjob’al (véase capítulo 9)— así como en
algunas lenguas mixe-zoques, como el mixe de Ayutla (véase capítulo 8), datos que
sugieren que la situación no es coincidental (para la innovación de infinitivos
transitivos en tseltal véase el capítulo 12).
Como consecuencia de su carácter intransitivo, las nominalizaciones de verbos
transitivos no pueden coaparecer con una fn que refiera al objeto, tal como se
muestra en la imposibilidad de 58, donde los nominales sädi, “rezo”, y ’mbaxi,
“barrida”, tienen solamente un argumento sujeto agentivo: el que realiza la acción
del rezo y la barrida, respectivamente.
b. xtú=mba [g‹w›u=hpen-i]
1.prf.r =ts/ir ‹loc›1.pres.irr=lavar.ropa-l)
‘Fui a la lavar (a otro lugar).’
b. tú=hpöd-i [gu=gu=tú-ñö]
1.psd.r=saber[3obj]-l 1.pres.irr=psd.irr=1-hablar
‘Supe qué decir.’
Aikhenvald, Alexandra
2006a “Serial Verb Constructions in Typological Perspective”, en Alexandra Aikhenvald
y Robert M. W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology,
Oxford, Oxford University Press, pp. 1-68.
2006b “Serial Verb Constructions in Tariana”, en Alexandra Aikhenvald y Robert M.
W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 273-300.
Aissen, Judith
1979 “Possessor Ascension in Tzotzil”, en Laura Martin (ed.), Papers in Mayan
Linguistics, Columbia, Lucas Brothers, pp. 89-108.
1987 Tzotzil Clause Structure, Dordrecht, Reidel.
1990 “Una teoría de voz para idiomas mayas”, en Nora C. England y Stephen R. Elliot
(eds.), Lecturas sobre la lingüística maya, Guatemala, cirma, pp. 399-419.
1992 “Topic and Focus in Mayan”, Language, núm. 68, pp. 43-80.
1997 “On the Syntax of Obviation”, Language, núm. 73, pp. 705-750.
1999 “Agent Focus and Inverse in Tzotzil”, Language, núm. 75, pp. 451-485.
2000 “Prosodic Conditions on Anaphora and Clitics in Jakaltek”, en Andrew Carnie
y Eithne Guilfoyle (eds.), The Syntax of Verb Initial Languages, Oxford, Oxford
University Press, pp.185-200.
2001 “Notas sobre predicación I”, Primer Taller sobre Predicados Secundarios, ciesas-
Sureste, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 6 al 17 de agosto.
2004 “Notas sobre predicación II”, Taller sobre Predicados Secundarios, ciesas-Sureste,
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 9 al 14 de agosto.
2005 “Acusatividad en idiomas mayas”, ponencia plenaria presentada en el Congreso
sobre Idiomas Indígenas de Latinoamérica II, Universidad de Texas en Austin,
25 al 27 de octubre.
2006 “Serialization and Clause Structure in Tzotzil”, Universidad de California en
Santa Cruz. (manuscrito).
Aissen, Judith y Roberto Zavala Maldonado (eds.)
2010 La predicación secundaria en lenguas de Mesoamérica, México, ciesas.
413
Brody, Jill M.
1982 Discourse Processes of Highlighting in Tojolabal Maya Morphosyntax, tesis doctoral,
Saint Louis, Universidad de Washington.
Campbell, Lyle, Terrence Kaufman y Thomas Smith-Stark
1986 “Meso-America as a Linguistic Area”, Language, núm. 62, pp. 530-570.
Can Pinxabaj, Telma Angelina
2009 Morphosyntactic Features and Behaviors of Verbal Nouns in K’ichee’, tesis de maes-
tría, Universidad de Texas en Austin.
Capistrán-Garza, Alejandra
1997 “Expresión de propiedades y cualidades en p’orhépecha”, Estudios de Lingüística
Aplicada, núms,23-24, pp. 107-114.
2002 “Marcación de caso objetivo en la frase nominal p’orhépecha. Concordancia y
Suffixaufnahme”, en Zarina Estrada y Rosa María Ortiz (eds.), VI Encuentro
Internacional de Lingüística en el Noroeste. Memorias, t. i, Hermosillo, Universidad
de Sonora, pp. 251-269.
2005 “Sufijos espaciales del p’orhépecha y variaciones en la marcación de caso”, Lingüís
tica Mexicana, núm. 2, pp. 59-80.
2006 “Relaciones posesivas entre los participantes de un evento en p’orhépecha”, en
Zarina Estrada (ed.), VIII Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste.
Memorias, t. i, Hermosillo, Universidad de Sonora, pp. 291-312.
Cárceres, Fray Pedro De
1907 [1580] “Arte de la Lengua Othomi”, Nicolás León (ed.), Boletín del Instituto
Bibliográfico Mexicano, num. 6, pp. 38-155.
Carlson, Robert
1991 “Grammaticalization of Postpositions and Word Order in Senufo Languages”,
en Elizabeth Closs Traugott y Bernd Heine (eds.), Approaches to Grammaticali-
zation, vol. II, Ámsterdam-Filadelfía, John Benjamins, pp. 201-223.
Carochi, Horacio.
1983 [1645] Arte de la lengua mexicana con la declaracion de los adverbios della, Miguel
León-Portilla (estudio introductorio), edición facsimilar de la publicada por Juan
Ruys en la ciudad de México en 1645, (Facsímiles de Lingüística y Filología
Nahuas, 2a ed.) México, unam.
Chafe, Wallace
2004 “Do all languages have adjectives?”, ponencia presentada en Annual Meeting of
the Society for the Study of the Indigenous Languages of the Americans, 8-11 de
enero 2004, Boston, Massachusetts.
Chamoreau, Claudine
1998 Description de purépecha parlé sur les îles du lac de Patzcuaro (Mexique), tesis
doctoral,París, Universidad de París v-René Descartes-Grupo de ciencias Huma-
nas-Sorbona.
Clark, Lawrence
1983 Sayula Popoluca Verb Derivation, Dallas, Summer Institute of Linguistics.
Comrie, Bernard
1976 Aspect, Cambridge, Cambridge University Press.
Constable, Peter
1989 Basic Clause Structure in Veracruz Huastec, tesis de maestría, Universidad de North
Dakota.
Craig, Colette G
1977 The Stucture of Jacaltec, Austin, University of Texas Press.
1991 “Ways to Go in Rama: A Case Study in Polygrammaticalization”, en Elizabeth
Closs Traugott y Bernd Heine (eds.), Approaches to Grammaticalization, vol. ii,
Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins, pp. 455-492.
Cristofaro, Sonia
2003 Subordination, Oxford, Oxford University Press.
Croft, William
1985 “Indirect Object ‘Lowering’”, Proceedings of the Annual Meeting of the Berkeley
Linguistic Society, núm.11, pp. 39-51.
1990 Typological Universals, Cambridge, Cambridge University Press.
Crowley, Terry
2002 Serial Verbs in Oceanic. A Descriptive Typology, Oxford, Oxford University Press.
Dayley, Jon P.
1985 Tzutujil Grammar, Berkeley, University of California Press.
1990 “Voz y ergatividad en idiomas mayas”, en Nora England y Stephen R. Elliot
(eds.), Lecturas sobre la lingüística maya, Guatemala, Centro de Investigaciones
Regionales de Mesoamérica, pp. 335-398.
Dazinger, Eve
1996 “Split Intransitivity and Active-inactive Patterning in Mopan Maya”, International
Journal of American Linguistics, núm. 62, pp. 379-414.
Diessel, Holger y Michael Tomasello
2001 “The Adquisition of Finite Complement Clauses in English: A Corpus-based
Analysis”, Cognitive Linguistics, núm.12, pp. 97-141.
Diller, Anthony V. N.
2006 “Thai Serial Verbs: Cohesión and Culture”, en Alexandra Aikhenvald y Robert
M. W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 273-300.
England, Nora C.
1996 “Topicalización, enfoque y énfasis”, Cultura de Guatemala, año xviii, vol. ii,
Guatemala, Universidad Rafael Landívar, pp. 273-288.
2006 “Cláusulas no finitas en Mam”, ponencia presentada en el IX Encuentro Interna
cional de Lingüística en el Noroeste, Hermosillo, Sonora, 15 al 17 de noviembre.
2007 “Marking aspect and inferring time in Mam (Mayan)”, ponencia plenaria pre-
sentada en el XXXIII Annual Meeting of the Berkeley Linguistics Society,
Berkeley,California, 9 al 11 de febrero
Evans, Nicholas
2000 “Kinship Verbs”, en Petra M. Vogel y Bernard Comrie (eds.), Approaches to the
Typology of Word Classes, Berlín-Nueva York, Mouton de Gruyter, pp. 103-172.
2006 “Verbos de parentesco en ilgar e iwaidja”, en Zarina Estrada Fernández (ed.),
Memorias del VIII Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste, t. i,
Hermosillo,Universidad de Sonora, pp. 11-49.
Felipe Diego, Mateo
1998 Diccionario del idioma Chuj, Guatemala, Proyecto Lingüístico Francisco Marro-
quín.
Foley, William y Michael Olson
1985 “Clausehood and Verb Serialization”, en Johanna Nichols y Anthony C. Wood-
bury (eds.), Grammar Inside and Outside the Clause, Cambridge, Cambridge
University Press, pp. 17-60.
Foley, William y Robert D. Van Valin
1984 Functional Syntax and Universal Grammar, Cambridge, Cambridge University
Press.
Foster, Mary L.
1969 The Tarascan Language, Berkeley, University of California Press (Publications in
Linguistics, núm. 56).
Francisco Pascual, Adán
2005 Predicación secundaria en q’anjob’al, tesis de licenciatura, Guatemala, Universidad
Rafael Landívar.
2007 Transitividad y dependencia sintáctica y discursiva en q’anjob’al, tesis de maestría
en Lingüística Indoamericana, México, ciesas.
2010 “Predicación secundaria en q’anjob’al”, en Judith Aissen y Roberto Zavala Maldo
nado (eds.), La predicación secundaria en lenguas de Mesoamérica, México, ciesas,
pp. 87-116.
Francisco Pascual, Adán, Eladio Mateo y Roberto Zavala Maldonado
2007 “Cláusulas de complemento en q’anjob’al”, ponencia presentada en el Taller de
Complementación, La Antigua Guatemala, Oxlajuuj Keej Maya’Ajtziib’, 30 de julio
al 10 de agosto.
Friedrich, Paul
1984 “Tarascan: from Meaning to Sound”, en Munro Edmonson (ed.), Supplement to
the Handbook of Middle American Indians. vol. ii Linguistics, Austin, University
of Texas Press, pp. 56-82.
Furbee-Losee, Louanna
1976 The Correct Language: Tojolabal. A Grammar with Ethnographic Notes, Nueva
York, Garland Publishing.
Gerdts, Donna B.
2001 “Incorporation”, en Andrew Spencer y Arnold. M. Zwicky (eds.), The Handbook
of Morphology, Londres, Wiley-Blackwell, pp. 84-100.
Gilberti, Maturino
1987 [1558] Arte de la Lengua de Michuacán, J. Benedict Warren, (preparación del
texto) Morelia, Fimax. (Fuentes de la lengua tarasca o purépecha, núm. ii.)
Givón, Talmy
1979 On Understanding Grammar, Nueva York, Academic Press.
1990 Syntax: A Functional-typological Introduction, vol. ii, Ámsterdam John Benjamins.
1991 “Serial Verbs and the Mental Reality of ‘event’. Grammatical vs. Cognitive Pac-
kaging”, en Bernd Heine y Elizabeth Closs Traugott (eds.), Approaches to Gram-
maticalization, vol. i, Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins, pp. 81-127.
2001 Syntax: An Introduction, vol. ii, Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins.
Guerrero Valenzuela, Lilián
2006 The Structure and Function on Yaqui Complementation, Munich, Lincom.
Gutiérrez Sánchez, Pedro
2004 Las clases de verbos intransitivos y el alineamiento agentivo en el chol de Tila, Chiapas,
tesis de maestría en Lingüística Indoamericana, México, ciesas.
Haar, Gemma van der y Carlos Lenkersdorf (eds.)
1998 San Miguel Chiptik: Testimonios de una comunidad tojolabal, México, Siglo XXI
Editores.
Hajek, John
2004 “Adjective Classes: What Can We Conclude?”, en Robert M. W. Dixon y Alexan-
dra Aikhenvald (eds.), Adjective Classes: A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 97-104.
Halpern, A. M.
1942 “Yuma Kinship Terms”, American Anthropologist, núm. 44, pp. 425-441.
Haspelmath, Martin
1994 “Passive participles across languages”, en Barbara Fox y Paul Hopper (eds.), Voice:
Form and Function, Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins, pp. 151-177. (Typo-
logical Studies in Language, núm. 29.)
Haspelmath, Martin
1995 “The Converb as a Cross-linguistically Valid Category”, en Martin Haspelmath
y Ekkehard König (eds.), Converbs in Cross-Linguistic Perspective. Structure and
Meaning of Adverbial Verb Forms: Adverbial Participles, Gerunds, Berlín-Nueva
York, Mouton de Gruyter, pp. 1-55.
1999 “External Possession in a European Areal Perspective”, en Doris L. Payne e Im-
manuel Barshi (eds.), External Possession, Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins,
pp. 109-135.
Heine, Bernd, Claudi, Ulrike y Friederike Hünnemeyer
1991 Grammaticalization. A Conceptual Framework, Chicago-Londres, The University
of Chicago Press.
Hellwig, Birgit
2006 “Serial Verb Constructions in Goemai”, en Alexandra Aikhenvald y Robert M.
W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 273-300.
Hengeveld, Kees
1992 Non-verbal Predication: Theory, Typology, and Diachrony, Berlín, Mouton de
Gruyter.
Himmelmann, Nikolaus y Eva Schultze-Berndt
2005 “Issues in the Syntax and Semantics of Participant‑oriented Adjuncts: An Intro-
duction”, en Nikolaus Himmelmann y Eva Schultze-Berndt (eds.), Secondary
Predication and Adverbial Modification, Oxford, Oxford University Press, pp.
1-67.
Hopper, Paul y Sandra A. Thompson
1984 “The Discourse Basis for Lexical Categories in Universal Grammar”, Language,
núm. 60, pp. 703-752.
Ingram, Andrew
2006 “Serial Verb Constructions in Dumo”, en Alexandra Aikhenvald y Robert M. W.
Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 273-300.
Jelinek, Eloise
1984 “Empty Categories, Case and Configurationality”, Natural Language and Linguis
tic Theory, núm.2, pp. 39-76.
Jelinek, Eloise y Fernando Escalante
1988 “ ‘Verbless’ Possessive Sentences in Yaqui”, en William Shipley (ed.), In Honor of
Mary Haas: From the Haas Festival Conference on Native American Linguistics,
Berlín. Nueva York-Ámsterdam, Mouton de Gruyter, pp. 411-30.
Levy, Paulette
2002 “El aplicativo dativo-benefactivo en totonaco de Papantla”, en Zarina Estrada
Fernández y Rosa María Ortiz Ciscomani (eds.), Memorias del VI Encuentro In-
ternacional de Lingüística en el Noroeste., t 1, Hermosillo, Universidad de Sonora,
pp.175-196.
2006a “Posesión externa y posesión proléptica en algunas lenguas de la familia maya”,
en Zarina Estrada Fernández (ed.), Memorias del VIII Encuentro Internacional de
Lingüística en el Noroeste, t. 1, Hermosillo, Universidad de Sonora, pp.313-330.
2006b. “Adjectives in Papantla Totonac”, en Robert M. W. Dixon y Alexandra Y.
Aikhenvald (eds.), Adjective Classes: A Cross-linguistic Typology, Oxford, Oxford
University Press.
Li, Charles y Sandra A. Thompson
1974 “Co-verbs in Mandarin Chinese: Verbs or Prepositions?”, Journal of Chinese Lin-
guistics núm. 2, pp. 257-278.
Lichtenberk, Frantisek
2006 “Serial Verb Constructions in Toqabaqita”, en Alexandra Aikhenvald y Robert
M. W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 254-272.
López Ixkoy, Saqijix Candelaria
1997 “Procesos de complementación en K’ichee’”, Cultura de Guatemala, año xviii,
vol. ii, Guatemala, Universidad Rafael Landívar, pp. 129-141.
López Nicolás, Oscar
2009 Construcciones de doble objeto en el zapoteco de Zoochina, tesis de maestría en Lin
güística Indoamericana, México, ciesas.
Lord, Carol
1973 “Serial Verbs in Transition”, Studies in African Linguistics, núm. 4, pp. 269-296.
1982 “The Development of Object Markers in Serial Verb Languages”, en Paul J.
Hopper y Sandra A. Thompson (eds.), Syntax and Semantics. Studies in Transitivity,
vol. 15, Nueva York, Academic Press, pp. 277-299.
1993 Historical Change in Serial Verb Constructions, Ámsterdam-Filadelfia, John
Benjamins.
Lord, Carol ; Ha Yap, Foong y Shoichi Iwasaki
1991 “Grammaticalization of ‘Give’. African and Asian Perspectives”, en Elizabeth
Closs Traugott y Bernd Heine (eds.), Approaches to Grammaticalization, vol. ii,
Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins, pp. 217-235.
MacKay, Carolyn y Frank Trechsel
2008 “Symmetrical Objects in Misantla Totonac”, International Journal of American
Linguistics, núm. 74, pp. 227-255.
Merlan, Francesca
1976 “Noun Incorporation and Discourse Reference in Modern Nahuatl”, International
Journal of American Linguistics, núm. 42, pp. 177-191.
Mithun, Marianne
1984 “The Evolution of Noun Incorporation”, Language, núm. 60, pp. 847-894.
1991a “Active/Agentive Case Marking and its Motivations”, Language, núm. 67-3, 510-
546.
1991b “The Role of Motivation in the Emergence of Grammatical Categories: The
Grammaticization of Subjects”, en Elizabeth Closs Traugott y Bernd Heine (eds.),
Approaches to Grammaticalization, vol. II, Ámsterdam-Filadelfia, John Benja-
mins, pp. 159-184.
1996 “Multiple Reflections of Inalienability in Mohawk”, en Hillary Chappell y Wi-
lliam McGregor (eds.), The Grammar of Inalienability. A Typological Perspective
on Body Part Terms and the Part-Whole Relations, Berlín-Nueva York, Mouton de
Gruyter, pp. 633-649.
Molina, Fray Alonso de
1977 [1571] Vocabulario en lengua Castellana y Mexicana y Mexicana Castellana,
México, Porrúa.
Mondloch, James Lorin
1981 Voice in Quiche-Maya, tesis doctoral, Universidad del Estado de Nueva York en
Albany.
Montejo Esteban, Ruperto
1996 Gramática del idioma q’anjob’al, Guatemala, Proyecto Lingüístico Francisco
Marroquín.
Montejo, Ruperto
1996 Cuentos de San Pedro Soloma, Rancho Palos Verdes, Ediciones Yax Te’.
Monzón, Cristina
1998 Los morfemas de espacio de la lengua p’urhépecha; morfosintaxis y significado, tesis
doctoral, México, unam.
2004 Los morfemas espaciales del p’orhépecha. Significado y morfosintaxis, Zamora, El
Colegio de Michoacán.
Mora-Marín, David
2003 “Historical Reconstruction of Mayan Applicative and Antidative Constructions”,
International Journal of American Linguistics, núm. 69, pp. 186-228.
Munro, Pamela
1982 “On the Transitivity of ‘Say’ verbs”, en Paul J. Hopper y Sandra A. Thompson
(eds.), Syntax and Semantics. Studies in Transitivity, vol. 15, Nueva York, Academic
Press, pp. 301-318.
Palancar, Enrique L.
2008 “The Emergence of the Active-stative Alignment in Otomi”, en Mark Donohue
y Søren Wichmann (eds.), The Typology of Semantic Alignment, Oxford, Oxford
University Press pp. 357-79.
2009 Gramática y textos del Hñöñhö: Otomí de San Ildefonso Tultepec, Querétaro, vol. I,
México, Plaza y Valdés-Universidad Autónoma de Querétaro.
Payne, Doris L. e Immanuel Barshi (eds.)
1999 External Possession, Ámsterdam, John Benjamins.
Payne, Doris L. e Immanuel Barshi
1999 “External Possession: What, Where, How, and Why”, en Doris L. Payne e Imma
nuel Barshi (eds.), External Possession, Ámsterdam, John Benjamins, pp. 3-29.
Peralta Ramírez, Valentín
2003 Tipos de construcciones causativas en el náhuatl de Amanalco, Tezcoco Estado de
México,tesis de maestría en Lingüística Indoamericana, México, ciesas.
2008 “La incorporación nominal en el náhuatl de Amanalco”, ponencia presentada en
el X Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste, Hermosillo, Univer-
sidad de Sonora.
Polian, Gilles
2006 Éléments de grammaire du tseltal: une langue maya du Mexique, París, L’Harmattan.
2008 “Las cláusulas de complemento en tseltal: tipos de predicados y nivel de integra-
ción”, en Zarina Estrada Fernández y Ana L. Munguía Duarte (eds.), Memorias
del IX Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste, t 1, Hermosillo,
EditorialUniSon, pp. 307-332.
2009 “Las oraciones ditransitivas en tseltal: la oposición ente receptor, beneficiario y
poseedor externo”, en El Archivo de los Idiomas de Latinoamérica, Memorias del
Congreso de Idiomas Indígenas de Latinoamérica IV, Universidad de Textos en
Austin, <http://www.ailla.utexas.org/site/cilla4/Polian_CILLA_IV.pdf>, página
consultada el 7 de julio de 2011.
Ramírez Pérez, José, et al.
2001 Diccionario Jakalteko,Guatemala, Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín.
Raymundo González, Sonia; Francisco Pascual, Adán y Eladio Mateo Toledo.
2000 Sk’exkixhtaqil Yallay Koq’anej, Variación dialectal en q’anjob’al, Guatemala,
Cholsamaj.
Reyes Gómez, Juan Carlos
2005 Aportes al proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura y la escritura ayuuk, Mé-
xico, Centro de Estudios Ayuuk.
Robertson, John S.
1977 “A Proposed Revision in Mayan Subgrouping”, International Journal of American
Linguistics, núm. 43, pp. 105-120.
Rodríguez, Pakal B’alam y Lolmay Pedro García
1997 “Complementación en Kaqchikel”, Cultura de Guatemala, año xviii, vol. ii,
Guatemala,Universidad Rafael Landívar, pp. 97-111.
Romero Méndez, Rodrigo
2008 “De pasada por Ayutla: tiempo pasado en mixe alto sureño (Ayutla)”, en Rosa
Maria Ortiz C. (ed), Memorias del IX Encuentro Internacional de Lingüística en el
Noroeste, t. 2, Hermosillo, Universidad de Sonora, pp. 307-327.
2009 Ayutla Mixe Grammar, tesis doctoral, Universidad de Nueva York en Buffalo.
Santiago Martínez, Godofredo
2008 Alineamiento, inversión y obviación en el mixe de Tamazulápam, Oaxaca, tesis de
maestría en Lingüística Indoamericana, México, ciesas.
Sasse, Hans-Jürgen
1988 “Der irokesische Sprachtyp”, Zeitschrift für Sprachwissenschaft, núm. 7, pp. 173-213.
1993 “Das Nomen-eine universale Kategorie?”, Sprachtypologie und Universalienfors-
chung, núm. 3, pp. 187-221.
Schachter, Paul
1985 “Parts-of-speech Systems”, en Timothy Shopen (ed.), Language Typology and
Syntactic Description, Clause Structure, vol. i: Cambridge, Cambridge University
Press, pp. 3-61.
Schultze-Berndt, Eva y Nikolaus P. Himmelmann
2004 “Depictive Secondary Predicates in Crosslinguistic Perspective”, Linguistic Typo-
logy, núm. 8, pp. 59-131.
Sebba, Mark
1987 The Syntax of Serial Verbs. An Investigation in Sranan and other Languages,
Ámsterdam-Filadelfia, John Benjamins.
Seiler, Hansjakob
1980 “Two Systems of Cahuilla Kinship: Labeling and Descriptive”, en Kathryn Klar,
Margaret Langdon y Shirley Silver (eds.), American Indian and Indoeuropean
Studies: Papers in Honor of Madison S. Beeler, La Haya, Mouton de Gruyter, pp.
229-236.
1982a “Inherent versus Established Relation, Proximity versus Obviation, and Two Types
of Cahuilla Kinship Expressions”, International Journal of American Linguistics,
núm. 48, pp.185-196.
1982b “Possessivity, Subject and Object”, Arbeiten Des Kölner Universalien-Projekts,
núm. 43, Colonia, Institut für Sprachwissenschaft.
Shibatani, Masayoshi
1994. “An Integrational Approach to Possessor Raising, Ethical Datives and Adversative
Passives”, en Proceedings of the xx Annual Meeting of the Berkeley Linguistic Society,
Berkeley, University of California Press, pp. 461-486.
1996 “Applicatives and Benefactives: A Cognitive Account”, en Masayoshi Shibatani
y Sandra A. Thompson (eds.), Grammatical Constructions, Oxford, Oxford
UniversityPress, pp. 157-194.
Silverstein, Michael
1976 “Hierarchy of features and ergativity”, en Robert M. W. Dixon (ed.), Grammatical
Categories in Australian Languages, Canberra, Australian Institute of Aboriginal
Studies, (Linguistic Series núm. 2.) pp. 112-171.
Simpson, Jane
2006 “Depictives in English and Warlpiri”, en Nikolaus Himmelmann y Eva Schultze-
Berndt (eds.), Secondary Predication and Adverbial Modification, Oxford, Oxford
University Press, pp. 69‑106.
Slocum, Marianna C., Florencia L. Gerdel y Manuel Cruz Aguilar
1999 Diccionario tzeltal de Bachajón, Chiapas (Serie Vocabularios y Diccionarios Indí-
genas “Mariano Silva y Aceves” núm. 40.), México, Instituto Lingüístico de
Verano.
Smith, Carlotta
1997 The Parameter of Aspect, Dordrecht, Reidel.
Solnit, David B.
2006 “Verb Serialization in Eastern Kayah Li”, en Alexandra Aikhenvald y Robert M.
W. Dixon (eds.), Serial Verbs Constructions. A Cross-linguistic Typology, Oxford,
Oxford University Press, pp. 273-300.
Soustelle, Jacques
1937 La famille otomí-pame du Mexique central, París, Institut d’Ethnologie.
Stiebels, Barbara
2007 “Towards a Typology of Complement Control”, en Barbara Stiebels (ed.), Studies
in Complement Control. ZAS, Papers in Linguistics, núm. 47, pp. 1-80.
Suárez, Jorge
1983 The Mesoamerican Indian Languages, Cambridge, Cambridge University Press.
Thompson, Sandra A.
2002 “Object Complements and Conversation”, Studies in Language, núm. 26, pp.
125-164.
Torres, Joel
1997 P’urhepecha Uandatskuecha. Narrativa P’urhépecha, vol. i, Morelia, Instituto Na-
cional Indigenista.
433