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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA

FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES

DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS FORESTALES

“VALORACIÓN ECONÓMICA DE UNA PLANTACIÓN DE


AGUAJE (Mauritia flexuosa L. f.) ESTABLECIDA EN UN
BOSQUE SECUNDARIO”

Docente : Ing. M. Sc. YTAVCLERH VARGAS CLEMENTE

Curso : VALORACIÓN DE LOS RECURSOS


NATURALES

Responsables : GRUPO 5

Ciclo : 2009-II

TINGO MARÍA-PERÚ
2010
I. INTRODUCCIÓN

Conforme aumenta el deterioro ambiental, también crece la


preocupación en grandes sectores de la población por encontrar
herramientas para revertir estas tendencias negativas, tomando en cuenta
los problemas sociales y económicos específicos de cada sociedad.

La industrialización ha roto este equilibrio natural. La utilización


de combustible fósiles es responsable de la mayor parte de las emisiones de
dióxido de carbono en el mundo y de una importante fracción (alrededor del
20%) de las emisiones de metano y oxido nitroso. El aumento en la
agricultura, la deforestación, la producción industrial y minería, contribuyen
también de manera significativa con este tipo de emisiones.

El aguaje (Mauritia flexuosa L. f.), es uno de los recursos no


maderables más importantes del bosque amazónico desde el punto de vista
ecológico, social y económico. Las poblaciones naturales de "aguajales"
constituyen un centro de diversidad genética de la especie.

La investigación de plantación forestal de aguaje (Mauritia


flexuosa L. f.), establecidos en el bosque secundario del Centro de
Investigación y Producción Tulumayo Anexo la Divisoria y Puerto Sungaro
(CIPTALD), es una forma de apoyar a conservación del ecosistema y a la
contribución de la captura de carbono.

Las actividades humanas son causantes de cambios en la


composición de la atmosfera. Se cree que tales cambios se relacionan con
un sustancial calentamiento del clima global, debido al llamado “efecto
invernadero”. Los incrementos en la concentración atmosférica de CO 2, N2O
y otros GEI, causados por el uso desmedido de combustibles fósiles y el
cambio de uso del suelo, es objeto de enorme preocupación mundial
Los recursos naturales renovables y el capital natural, son una
fuente primordial de los insumos en que se basa la producción y el sistema
económico en muchas economías del mundo, además proporcionan
servicios ambientales. Sin embargo, en términos generales, los recursos
naturales y los servicios ambientales han sido bienes de bajo costo o de libre
acceso; aspecto que ha ocasionado que los costos privados de bienes y
servicios no hayan reflejado los verdaderos costos sociales de uso y menos
aun la provisión para el mantenimiento y la conservación de los recursos
naturales que hacen posible tales servicios ambientales.

1.1. Objetivos
1.1.1. Objetivo general

- Determinar el costo de valoración económica total (VET).

1.1.2. Objetivo especifico

- Determinar el costo de mantenimiento de la plantación del aguaje


(Mauritia flexuosa L. f.) de 2 años.

- Determinar del porcentaje de mortandad del aguaje (Mauritia


flexuosa L. f.)

- Calcular lo márgenes económicos de rentabilidad potencial a


partir de sus costos de establecimiento, manejo y los precios que
se pagan en el mercado regional por el aguaje orgánico y
amigable con la biodiversidad.

- Determinar el valor potencial de la plantación.

- Determinar el almacenamiento de captura de carbono.


II. REVISIÓN DE LITERATURA

2.1. Característica del aguaje (Mauritia flexuosa L. F.)

2.1.1. Taxonomía de la especie

Reino : PLANTAE
División : MAGNOLIOPHYTA
Clase : LILIOPSIDA
Orden : ARECALES
Familia : ARECACEAE
Género : Mauritia
Especie : M. flexuosa L. F.
Vulgar : “Aguaje”
2.1.2. Importancia

Según Henderson, (1995), citado por ROJAS et al., (2001), el


aguaje (Mauritia flexuosa L. f.) es, sin duda, el producto forestal diferente de
la madera más importante en la vida económica de Iquitos. A pesar de tener
una amplia distribución en todo el norte de Sudamérica y al este de los
Andes, el comercio a gran escala solo se observa en Iquitos (Perú) y, en
pequeña escala, en el Ecuador (Ojeda, 1994; citado por ROJAS et al.,
(2001).

La importancia del aguaje como alimento y proveedor de otros


productos no es un descubrimiento reciente, puesto que ya en 1852 el
célebre científico alemán Alexander von Humboldt lo llamó “árbol de vida”
(Storti, 1993, citado por ROJAS et al., (2001), y el coautor de la teoría de la
evolución, Alfred Russel Wallace, impresionado por la extensión de las
poblaciones naturales de aguaje, escribió en 1853 acerca de “un vasto
templo natural que no palidece en grandeza y sublimidad frente a aquel
compuesto por la Palmyra de Atenas” (Balick, 1979, citado por ROJAS et al.
(2001).

2.1.3. Ecología

DEL CASTILLO et al., (2006), el hábitat natural del aguaje esta


formado por pantanos y zonas de drenaje pobre, donde predominan los
suelos permanente o temporalmente inundados. En estas agrupaciones,
denominadas aguajales, los pobladores nativos distinguen dos tipos de
ecosistemas: una formación mixta de aguaje con ungurahui y otras especies
llamada sacha aguajal, y una formación casi pura llamada aguajal.

FREITAS et al., (2006), la Mauritia flexuosa L. f. crece en áreas


que resultan de la acumulación de materia orgánica poco descompuesta en
el agua. Soporta una inundación permanente de su sistema radicular,
pudiendo afirmarse que su presencia es característica en las zonas
inundables de la Amazonía.

2.1.4. Morfología

a) El estípite

GONZÁLES y RADEMIR (2005), el estípite solitario, inerme


erecto de hasta 40 m de altura y 30 a 60 cm., de diámetro, con una masa de
raíces en la base y con pocas hojas muertas y colgadas. Hojas palmadas de
8 a 20 dispuestas en espiral, vaina abierta con una capa fibrosa, pecíolo de
1,6 a 4 m, de longitud, lamina cerca de 2,5 m, de longitud y 4,5 m, total,
separados en cerca de 200 foliolos pendulados que miden de 4 a 5 cm, de
ancho (Figura 1.).
DEL CASTILLO et al. (2006), las larvas comestibles del
coleóptero suri (Rhynchophorus palmarum) se desarrollan en el estípite
(tronco) en descomposición.
El suri tiene un sabor muy agradable y es una gran fuente de
grasas y proteínas para la dieta de muchas poblaciones amazónicas. (Figura
2.).
A B

Figura 1. A: plántula de aguaje sin estípite y B: Aguaje con estípite.

Figura 2. El suri encontrado en el estípite

a) Inflorescencia

GONZÁLES y RADEMIR (2005), es interfoliar, pendulada,


pedúnculo de 0,7 a 0,9 m, de longitud, raquis de 1,4 a 2,4 de longitud con
vainas bracteales, con 18 a 46 raquilas de 70 a 119 cm, de longitud. Flores
simples, flores estaminadas densamente coronados en la raquila de 1,1 cm,
de longitud, sépalos de 3,5 a 4,5 cm, de longitud, pétalos lanceolados de 1 a
11 cm, de longitud. Flores pistiladas de 8 mm, de longitud, sépalos de 8 mm,
longitud.

DEL CASTILLO et al. (2006), las flores femeninas son de color


anaranjado y se tornan más brillantes y fragantes durante la etapa de
reproducción.
Figura 3. Flores femeninas de Mauritia flexuosa L. f.

DEL CASTILLO et al. (2006), las flores masculinas también son


anaranjadas, con espiguetas tipo piña. Cada espigueta contiene
aproximadamente 115 flores, lo que suma hasta 45 mil flores por racimo.

Figura 4. Flores masculinas de Mauritia flexuosa L. f.

a) El fruto

GONZÁLES y RADEMIR (2005), es una drupa, oblongos o


elipsoides hasta 7 cm, de longitud y 5 cm, de diámetro, el peso varía 40 a 80
gr., el epicarpio es escamoso de color pardo a rojo oscuro, el mesocarpio
suave, amiláceo y aceitoso, de color amarillo, anaranjado rojizo,
generalmente con una semilla.

Figura 5. El fruto del aguaje (Mauritia flexuosa L. f.)


DEL CASTILLO et al. (2006), el aguaje produce en promedio
ocho racimos por palmera, y cada racimo produce aproximadamente 725
frutos, por lo que la producción media estimada es de 290 kilos por palmera.

RUIZ M. (1991) nos recuerda que el fruto del aguaje ocupa un


sitio importante en la mitología amazónica: es el fruto de amor y además, se
le atribuyen muchas propiedades. Según ciertos rumore recientes, serviría
coma remedio contra el SIDA (PADOCH, 1988)

a) Raíz

DEL CASTILLO et al. (2006), El aguaje posee un tipo especial


de raíces aéreas llamadas neumatóforos, que le permite respirar en
condiciones de inundación.

Figura 6. Raíces neumatóforos del aguaje (Mauritia flexuosa L. f.)

2.1.5. Biología floral

Storti (1993), citado por GONZÁLES y RADEMIR (2005),


menciona que las inflorescencias femeninas y masculinas son interfoliares y
ligeramente semejantes. El periodo de formación de una inflorescencia
masculina hasta la producción de flores es de 2 a 3 meses, con floración
anual ocurriendo de febrero hasta agosto con pico en abril.

ProNaturaleza, (2003), citado por GONZÁLES y RADEMIR


(2005), menciona que en la cuenca del Yanayacu la floración de aguaje es
anual, ocurriendo de enero a agosto con pico en abril. Las flores masculinas
apenas duran un día y la inflorescencia de 7 a 15 días.

2.1.6. Sexo

Rojas (2000), citado por GONZÁLES y RADEMIR (2005), no


esta bien definido el sistema sexual en esta especie, si es totalmente dioica
o no; el único trabajo científico experimental sobre la biología floral fue la de
STORTI 1993, para quien el aguaje es dioico. VILLACHICA, et al., (1996),
afirma que la planta es dioica, con árboles de flores masculinas y árboles de
flores femeninas, sin características que permitan diferenciar a los individuos
machos de las hembras hasta la floración.

DEL CASTILLO, y OTAROLA, (2006), indica, que el aguaje


presenta en forma separada plantas femeninas y masculinas, la “hembra” es
la que produce el fruto, pero necesita de un “macho” para ser polinizador.

DEL CASTILLO et al. (2006), el aguaje presenta en forma


separada plantas femeninas y masculinas. La “hembra” es la que produce el
fruto, pero necesita de un “macho” para ser polinizada. En su etapa adulta, el
aguaje puede alcanzar hasta los 35 metros de altura y 50 centímetros de
diámetro; sus hojas son compuestas, conformadas aproximadamente por
200 segmentos foliares. Desarrolla en promedio ocho racimos por planta y
da cientos de frutos de forma ovalada de aproximadamente seis centímetros
de largo por cuatro de diámetro en promedio, cubiertos por escamas de color
rojo vino.

2.1.7. Germinación

Según LÓPEZ (1968), las semillas sembradas en un periodo de


1 a 10 días después de la cosecha tuvieron una germinación del 100% en 75
días que duró el proceso; sembradas en un periodo de 10 a 20 días tuvieron
una germinación de 85% en 90 días; sembradas de 20 a 30 días tuvieron
una germinación de 55% en 120 días.
2.1.8. Variabilidad

En las palmeras, los estudios de variación individual sobre un


amplio rango muestran especies sumamente variables; existiendo
diferencias en tamaño del fruto, altura del árbol, rendimiento, susceptibilidad
a la depredación, edad de la primera cosecha y otros factores, que son de
vital importancia para futuros cultivos pero que se pierden cuando no se
protegen las áreas de la cosecha destructiva (Balick, 1979 citado por
ROJAS, 2000).

2.1.9. Plagas y enfermedades

Pedersen y Balslev (1993), citado por GONZÁLES y RADEMIR


(2005), afirman que no han sido registradas plagas de importancia para
Mauritia flexuosa L. f., ni siquiera en grandes poblaciones monoespecíficas.

Según Villachica et. al., (1996), GONZÁLES y RADEMIR (2005),


afirman que debido a que el aguaje no ha sido estudiado debidamente al
estado cultivado, no se conocen sus plagas y enfermedades, afirma que se
observó Castnia sp. barrenador del raquis de los frutales, detectándose su
presencia por los orificios de salida de la larva del lepidóptero a lo largo del
raquis; también afirma que en los troncos caídos se encuentran
Rynchophorus palmarum.

2.1.10. Cosecha y producción

Según Cavalcante, (1967), citado por GONZÁLES y RADEMIR


(2005), la cosecha se inicia aproximadamente a los ocho años y se presenta
en forma continua durante muchos años, decreciendo a partir de los 40 a 50
años. El número de inflorescencias varía de 5 a 8 por palmera, conteniendo
una inflorescencia 724 frutos, lo que sugiere un total de 5792 frutos en la
palmera; la producción puede ser estimada en 290 kg. de frutos/ palmera.

Rojas, (1985), citado por GONZÁLES y RADEMIR (2005),


estudiando el aguaje en Jenaro Herrera, encontró un promedio de 03
inflorescencias por palmera, con un máximo de 07; el peso medio del total
de frutos/ inflorescencia fue de 16 Kg., encontrándose un máximo de 51 Kg.,
la máxima producción por árbol sin incluir el peso del racimo fue de 139 Kg.;
el número promedio de frutos por racimo fue de 333, encontrándose hasta
980 frutos; y el número promedio de frutos que pesan 1 kg., es 21, variando
de 13 a 42.

2.1.11. Comercio del aguaje

DEL CASTILLO et al. (2006), el Aguaje es la fruta más


importante en el mercado urbano de la Amazonía baja. Aunque no es
procesada a escala industrial, la fruta proporciona ingresos a un sector
importante de la población, particularmente mujeres.

En Iquitos, miles de familias obtienen ingresos por la


comercialización del aguaje. Se calcula que unas cinco mil familias están
relacionadas con la cadena de comercialización de este fruto.

DEL CASTILLO et al. (2006), el aguaje es el fruto comestible con


mayor reserva de betacaroteno (vitamina A). Comparado con la zanahoria y
la espinaca (conocidos por su alto contenido de vitamina A) el fruto del
aguaje es cinco veces mayor.

Su alto contenido de vitamina A convierte al fruto del aguaje en


un recurso inigualable para la dieta de niños y madres gestantes, pues
ayuda a la formación y el mantenimiento de dientes sanos, de tejidos
blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel. Esta vitamina
contribuye a mejorar la visión, especialmente ante la luz tenue y también es
necesaria durante la reproducción y la lactancia.

DEL CASTILLO et al. (2006), ninguna fruta en la Amazonía


peruana es comercializada en formas tan diferentes: maduro, verde, pulpa,
aguajina (refresco), chupetes, helados, mermeladas y yogures. Se estima
una demanda de 1.500 toneladas mensuales, es decir 50 toneladas diarias.

Con las semillas del aguaje se pueden elaborar artesanías de


gran calidad. Los motivos preferidos por los artesanos locales son
personajes humanos, animales de la región y hasta nacimientos
amazónicos.
Su vida útil de la planta aguaje es estimada en 40 años. De esta
forma las comunidades obtienen ingresos de manera constante y mejoran su
calidad de vida.

2.1.11.1. Precio de compra de los sacos de aguaje

Según ROJAS et al. (2001), el precio de saco en abundancia


promedio en el lugar de Belén es de 9 soles varían hasta 18 soles y el precio
en escasez es de 37 soles, la variación va desde 18 a 60 soles.

En cuanto a las vendedoras de “fruto verde”, ellas pagan 10


soles por saco en promedio durante la época de abundancia, aunque esta
cifra varía entre 5 y 20 soles. En época de escasez, se paga 40 soles en
promedio, cantidad que puede variar entre los 20 y los 70 soles.

Los rangos de los precios de las épocas de abundancia y de


escasez son explicables a partir del hecho de que, en ambas épocas, puede
haber, aunque relativa, escasez del producto. Esto se debe, principalmente,
a la rutina del tráfico de las lanchas y también a una especie de regulación
por los propios extractores, que no extraen frutos cuando observan que el
precio se encuentra muy bajo, lo que provoca un desabastecimiento artificial.

2.1.11.2. Economía de la comercialización del aguaje

Según ROJAS et al. (2001), los ingresos obtenidos por venta de


masa en época de abundancia son dos veces y media mayores que el
ingreso mínimo de un trabajador de la actividad privada (410 soles). Pero los
resultados observados para «fruto verde» nos indican que la utilidad es
menor, lo que, al parecer, se debe a que falta precisar la información
obtenida.

En cuanto a las utilidades obtenidas durante la época de


escasez, en ambas actividades, se observa que se supera largamente el
salario de un profesor universitario de una universidad nacional, que tenga la
categoría de principal y se dedique a la docencia de manera exclusiva.
2.2. Generalidades
2.2.1. Dióxido de carbono

Es fundamental en el equilibrio gaseoso, una parte de el se


preserva en la atmósfera, otra en forma de carbonatos, va a dar a los
océanos, donde los organismos marinos lo depositan en el fondo del mar y
una tercera parte, tomada por los vegetales, es retenida en sus tejidos y
parcialmente introducida al suelo donde se fosiliza (UNEP y GENS, 1992).

La tierra de forma natural esta cubierta por gases que permiten


la entrada de la energía solar, la cual calienta la superficie de la tierra.
Algunos de los gases en la atmosfera, llamados Gases de Efecto
Invernadero (GEI), impiden el escape de este calor hacia el espacio. Este es
un efecto natural que mantiene a la tierra con un temperatura promedio
arriba del punto de congelación y permite la vida tal como la conocemos. Las
actividades humanas han producido un exceso del GEI (principalmente CO 2,
CH4 y N2O) que están calentando la tierra. Las concentraciones atmosféricas
de CO2 ha aumentado en un 30% desde los tiempos pre-industriales,
mientras que la temperatura global promedio ha aumentado entre 0,3 y
0,6ºC (BEGON et al., 1996; ALEXANDER et al., 1998; BEAUMONT 1999).

Los ecosistemas vegetales son de suma importancia para el


ciclo global del carbono porque almacenan grandes cantidades de este en la
vegetación y el suelo, y lo intercambian con la atmosfera mediante los
procesos de fotosíntesis, respiración y descomposición. Además, estos se
constituyen en fuente de carbono para la atmosfera cuando sufren
alteraciones provocadas por el hombre o por causas naturales, por ejemplo,
actividades de conversión de bosque a otros usos no forestales (RAMIREZ
et al., 1999). La tala y quema de las masas forestales, permite la liberación
del carbono almacenado en la biomasa y con la degradación de los suelos
se libera parte del carbono almacenado en el mismo. Por otro lado, los
bosques en crecimiento se convierten en sumideros al registrar una
absorción neta de CO2 de la atmosfera, en la biomasa y en el suelo. El
hombre puede, mediante la ordenación forestal, modificar la magnitud de las
reservas de carbono e inducir cambios en la circulación (flujo) de este
elemento, alterando así la función de tales reservas en el ciclo del carbono y
posiblemente afectando el clima (BROWN, 1997).

2.2.2. Carbono almacenado

La cantidad de carbono secuestrado se relaciona a la capacidad


del bosque de mantener una cierta cantidad de biomasa por hectárea, la
cual esta en función a su heterogeneidad y esta determinada por las
condiciones del suelo y clima (BUDOWSKI, 1999).

Las plantas tienen la capacidad de almacenar el dióxido de


carbono de la atmósfera basando en el hecho de que durante la fotosíntesis
se fija carbono, que luego utilizan para generar el alimento necesario para su
crecimiento, estimándose que una hectárea de plantación arbórea puede
absorber alrededor de 10 t de carbono por ha/año de la atmósfera,
dependiendo de las condiciones del lugar (DRAKE et al., 1999).

Se asume que el 45% de la biomasa vegetal seca es carbono.


Existe en los bosques una acumulación de carbono que no es liberado a la
atmósfera. En ecosistemas de bosques tropicales la biomasa seca puede
variar entre 150 y 382 Tm/ha, por lo tanto el carbono almacenado varia entre
67,5 a 171 t/ha (IPARRAGUIRRE, 2000).

2.2.3. Secuestro de carbono

Es el proceso de fijación de carbono en forma continua en


cualquier sistema de uso de la tierra como consecuencia de alguna
intervención sobre áreas degradadas o en proceso de degradación. Estas
intervenciones pueden ser programas de manejo de suelos con
reforestación, agro forestación o conservación de suelos. Generalmente los
estimados de las cantidades fijadas de carbono por hectárea y año (t/ha/año)
se puede medir en diferentes sistemas de uso de la tierra cuyos
antecedentes (tiempo de uso principalmente), son conocidos por los
agricultores. Estos sistemas pueden ser el bosque primario, áreas quemadas
para cultivos anuales o plantaciones, bosques secundarios de diferentes
edades, pasturas, sistemas agroforestales, barbechos mejorados, sistemas
silvopastoriles, etc. Así en todos estos sistemas se denomina el secuestro de
carbono. La cuantificación de la biomasa en un ecosistema, es una tarea
relativamente compleja, sobre todo en el estrato superior (IPARRAGUIRRE,
2000).

2.2.4. Biomasa

La biomasa o masa biológica, es la masa total de los seres vivos


presentes es una determinada área en un momento determinado y suele
expresarse en toneladas de materia seca por unidad de superficie o de
volumen, de lo que se deduce que se trata de un concepto útil al
proporcionar una orientación sobre la riqueza en materia orgánica que en un
determinado momento posee un ecosistema. La cuantificación de la biomasa
en un ecosistema, es una tarea relativamente compleja, sobre todo en el
estrato superior (IPARRAGUIRRE, 2000).

2.2.5. Contenido de carbono

Para conocer las implicaciones reales en cuanto a cantidad de


carbono capturado y emitido al implementar una o más opciones de
mitigación de carbono es necesario hacer unos anales de los reservorios de
carbono que puedan crearse o conservarse al llevar a cabo dichas acciones.

2.3. Métodos para estimar la cantidad de carbono existente en los


vegetales

Existen dos métodos para calcular la biomasa de los


ecosistemas y su elección dependerá de los datos que estén disponibles al
momento de realizar la estimación:

2.3.1. Método destructivo

Este método utiliza datos colectados a partir de las mediciones


destructivas de la vegetación en una unidad de superficie determinada. Por
su alto costo, generalmente no se aplica (HERNANDEZ, 2001).
2.3.2. Método alométrico

Es cuando se mide una parte del individuo para inferir el total.


Como una primera aproximación se estimaron a partir de datos de volumen
de fuste y valores de densidad de biomasa aérea arbórea (BA) de los
bosques regionales, aplicando las ecuaciones alométricas desarrolladas por
Brown, 1997, para bosques tropicales húmedos. La biomasa aérea arbórea
se estima usualmente mediante la aplicación de ecuaciones de regresión
alométrica a un conjunto de árboles de una parcela medida.

El método Brown, 1997, se puede aplicar de manera general a


bosques secundarios y maduros presentes desde climas húmedos y secos.
Sin embargo, lo mas apropiado es usarlo en boques densos ya que los datos
originales usados para desarrollar el modelo, provinieron de tales tipos de
bosques (HERNANDEZ, 2001).

2.4. Efectos de la concentración de dióxido de carbono


2.4.1. Efecto invernadero

El efecto invernadero es causado por ciertos gases que se


encuentran en la atmósfera a los cuales se les conoce como gases de efecto
invernadero (GEI). Estos últimos selectivamente absorben y emiten radiación
infrarroja o energía calorífica. Los dos gases de efecto invernadero mas
poderosos son el vapor de agua (H20) y el dióxido de carbono (CO) (IPCC,
1995).

Otros gases con concentraciones menores pero que producen el


mismo efecto son el metano (CH4), el oxido nitroso (N2O), los
clorofluorcarbonados (CFC) y el ozono (O3) (LUDEVIA, 1997).

El efecto invernadero ocurre porque la superficie de la tierra, la


cual es mas fría que el sol, emite energía radiante en forma de longitudes de
onda larga y los gases de efecto invernadero absorben algo de estas ondas
infrarrojas emitidas por la superficie de la tierra. Cuando esto último sucede
se produce el calentamiento de la atmósfera. Estos gases también emiten
radiación infrarroja y esta energía vuelve a calentar la superficie de la tierra.
Al evitar la rápida salida de la radiación infrarroja los gases de efecto
invernadero actúan como una capa aislante alrededor de la tierra,
provocando que su superficie sea mucho caliente que si estos no estuvieran
presentes (UNEP y GENS, 1992).

2.4.2. Cambio climático

Se define al cambio climático global como el posible aumento en


la temperatura superficial del planeta que se produciría como consecuencia
de un aumento importante y rápido de las concentraciones de los gases de
efecto invernadero en la atmósfera, y que se suma a la variabilidad natural
del clima observado durante periodos de tiempo comparables (IPCC, 1995).
La causa fundamental de este incremento es la emisión de gases
provocados por actividades humanas (ORDÓÑEZ, 1999).

Entre los gases de efecto invernadero, el Dióxido de Carbono es


el que predomina y sus concentraciones atmosféricas se han elevado en un
30%, desde 1860 (de 280 a 360 partes por millón). Las actividades humanas
que desde la revolución industrial intensificaron el uso de combustibles
fósiles, así como la destrucción de muchos sistemas ecológicos que
contribuyen al equilibrio ecológico dinámico de gases en la atmósfera, han
provocado que la acumulación antes mencionada de dióxido de carbono
alcance niveles que no se registraban en la atmósfera desde hace 200,000
años (ORDÓÑEZ, 1999).

2.5. Estudios de estimación de la captura de carbono en biomasa,


realizados en el Perú

FREITAS et al., (2006), los aguajales de la Reserva Nacional


Pacaya Samiria contienen biomasa aérea igual o ligeramente mayor (235,9
t/ha) que los ecosistemas de bosques primarios (210,0 t/ha), lo que
demuestra su parecido en términos de productividad primaria, es decir, a
pesar de las limitaciones al desarrollo de una alta diversidad florística, la
capacidad productiva del ecosistema no se ve disminuida.

El volumen de biomasa de los bosques tropicales, se destaca su


especial aptitud como sumidero de carbono, pues los bosques amazónicos
mantienen entre 155 y 187 tC/ha; 34 veces más en promedio, que las tierras
dedicadas a la agricultura (Brown, 1988 citado por CAIRNS Y MEGANCK,
1994).

En un estudio sobre evaluación de carbono en la cuenca del río


Nanay se reportó para carbono 104,03 tC/ha en varillales y 226,19 tC/ha en
aguajales. (IIAP, 2002)

En un trabajo efectuado sobre captura de carbono en aguajales


de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, (GUZMÁN, 2004) encontró que el
contenido de carbono en la vegetación aérea y raíz fue de 80,99 tC/ha y
101,59 tC/ha en áreas sin manejo; y valores entre 103,29 tC/ha y 126,42
tC/ha en áreas con manejo, entendiéndose que el manejo se refiere a la
forma de aprovechamiento en la cosecha utilizando subidores, y las áreas
sin manejo son las que no tienen un control sobre las prácticas de cosecha
de los frutos.

2.6. Valoración económica del servicio ambiental de fijación y el papel


de almacenamiento de carbono

El mantenimiento de reservas de carbono en los bosques se ha


convertido en un servicio ambiental reconocido globalmente, que puede
tener un valor económico considerable para países en vías de desarrollo
(DIXON et al., 1994).

La valoración de los servicios ambientales ha sido un tema de


importancia relevante en los últimos años. Los profesionales y los gobiernos
hoy comprenden que para calcular medidas alternativas de inversión se
requiere la determinación de valores monetarios de beneficios y costos,
tanto directos como indirectos, de diferentes acciones. La valoración
económica ha pasado de mediciones de los impactos directos provocados
por las actividades a incorporar el concepto de contabilidad de los recursos
naturales (DIXON et al., 1994).

A nivel mundial se han generado controvertidas discusiones


sobre la valoración de los servicios ambientales y la concientización de la
sociedad para retribuir económicamente y compensar a los propietarios de
los ecosistemas que aportan servicios ambientales (GREGERSON et al.,
1999). Los debates giran entorno a: ¿Cómo cuantificar los servicios
generados?, ¿Cómo valorar tales servicios?, ¿en cuales sistemas se pagan
tales servicios?, y más recientemente, ¿Cuáles son costos de transacción de
los servicios?. La complejidad de las interacciones dentro de un ecosistema
hace casi imposible poder medir y valorar cada bien por separado, como la
conservación de la biodiversidad, producción y protección del recurso
hídrico, belleza escénica natural para fines científicos y turísticos
(MONTENEGRO y ABARCA, 1999; OTÁROLA y VENEGAS, 1999). Una
excepción es el servicio ambiental de fijación y almacenamiento de carbono.
Este puede ser cuantificado en forma física y por componente dentro de un
ecosistema (árbol, planta, materia orgánica depositada arriba del suelo, y en
el suelo, etc.). Esto hace posible conocer la cantidad de carbono
almacenado por un ecosistema y por tanto posibilita realizar negociaciones
por este servicio.

En las pocas experiencias de valoración del servicio ambiental


de carbono se han utilizado varios precios de referencia. En le caso de
Costa Rica, este ha negociado con el gobierno de Noruega, un precio de
US$10 por tonelada de carbono almacenada por un periodo de 20 años. Sin
embargo, el precio de US$20 por tonelada que corresponde al promedio de
los mejores estimados existentes del costo marginal social de la emisión de
una tonelada de carbono al atmosférico, debería ser el pago por el servicio
de sumidero permanente de carbono atmosférico (RAMIREZ et al., 1999).

2.6.1. Servicios ambientales

Según ESPINOZA et al., (1999), son aquellos que brindan-


fundamentalmente, pero no exclusivamente- las áreas silvestres (sean
bosques, pantanos y humedales, arrecifes, manglares, llanuras, sabanas),
las áreas que en su conjunto conforman ecosistemas, ecoregiones, y las
cuencas hidrográficas. Estos servicios son, entre otros, los siguientes:

− Mitigación de las emisiones de gases con efecto invernadero,


mediante la fijación, reducción y almacenamiento de carbono (CO2) y
otros gases con efecto invernadero.
− Conservación de la biodiversidad- un servicio global sobre el cual se
fundamenta la sobrevivencia de los recursos naturales- mediante la
protección y uso sostenible de especies, conservación de los
ecosistemas y los procesos ecológicos de los cuales se deriva la
diversidad biológica y formas de vida, así como acceso a elementos
de la biodiversidad para fines científicos y comerciales.

− Protección de recursos hídricos, en términos de calidad, distribución


en el tiempo y cantidad, para uso urbano, rural, industrial e
hidroeléctrico, mediante protección y uso sostenible de acuíferos,
manantiales, fuentes de agua en general, protección y recuperación
de cuencas y microcuencas, etc.

− Belleza escénica derivada de la presencia de bosques, paisajes


naturales y elementos de la biodiversidad, que son los atractivos y la
base para el desarrollo del turismo en sus diferentes formas:
ecoturismo, turismo de playa y sol, turismo científico, de observación
y aventura.

− El mantenimiento de las áreas como bosques, humedales, arrecifes y


manglares, que mitigan los impactos de los desastres causados por
las inundaciones, derrumbes, sequías, etc., asociados con fenómenos
naturales.

Según ARMAS et al., (2009), los servicios ambientales son de


dos tipos:

a. Servicios de ámbito global

Generan beneficios que no están restringidos a nivel local. Dos


ejemplos típicos de servicios ambientales de ámbito global son:

- Secuestro y almacenamiento de carbono


- Conservación de la biodiversidad (valor de existencia)
b. Servicios de ámbito local

Donde los usuarios o beneficiarios del servicio están


circunscritos a una escala geográfica concreta y cercana al lugar de donde
se provee el servicio y donde usuarios de la tierra ejercen sus actividades
productivas. La característica local facilita el surgimiento de esquemas de
PSA debido a la cercanía geográfica entre usuarios y proveedores de
servicios ambientales. Ejemplo tenemos:

- Conservación del ciclo hidrológico en cuencas hidrográficas


- Belleza escénica
2.6.2. Valoración económica del ambiente

Vivimos en una sociedad en la que el problema de decidir qué es


lo que se produce, cómo se lo produce, y cómo se distribuye lo producido,
ha sido dejado en manos de lo que llamamos el sistema de mercado, que se
encarga de proporcionar el valor económico de los distintos bienes en
respuesta a la disponibilidad de recursos y la demanda de los interesados en
ellos (HERRADOR y DIMAS, 2000). El mercado ideal tiene una serie de
agentes económicos (productores, trabajadores, consumidores) que actúan
e interaccionan de manera racional y definen un precio para los productos.
Los consumidores muestran sus preferencias y la intensidad de las mismas
es decir, su disposición a pagar; las empresas o productores recogen esta
información y organizan el proceso productivo. La competencia entre estas
partes garantiza la optimalidad del resultado.

Sin embargo, para los bienes y servicios ambientales aún no


existen reglas claras para establecer mercados donde se puedan
intercambiar, debido a que el sistema de precios para éstos falla y por ende
no provee información certera acerca de la correcta asignación de los
recursos disponibles. Para la producción de bienes y servicios ambientales,
en la mayoría de casos, sólo se consideran los costos de restaurar el bien y
no los beneficios percibidos, sin ahondar en los a costos privados de
producción. Obviamente, el hecho de que no exista un precio de mercado no
significa que el valor del medio ambiente sea cero (ALPÍZAR, 2004).

Las fallas de estos mercados pueden deberse a diversos


factores como: externalidades, bienes públicos, recursos comunes o de libre
acceso.
La valoración económica contribuye sustancialmente con
criterios económicos para la determinación del monto de pago por servicios
ambientales, comparar decisiones alternas o complementarias que hagan
explícitos los beneficios monetarios producidos por dichos servicios. La
implementación de esquemas novedosos de gestión que simultáneamente
conjugan objetivos económico-productivos, ambientales y sociales, permiten
la sostenibilidad de los servicios ambientales (HERRADOR y DIMAS, 2000).

2.6.3. Valoración Económica Total (VET)

Bateman et al., (2003), citado por CASTRO M. (2009), es el


agregado de todos los valores que se generan de la interacción de las
preferencias de los individuos con los diversos provistos por un bien.

Turner et al., (2000) citado por CASTRO M. (2009), en general,


el valor económico de incrementar (o preservar) una cantidad de un bien o
servicio se define como cuanto están los individuos dispuestos a renunciar
de otros recursos para obtener este incremento o status.

Según PÉREZ et al., (2000), es más amplio que la evaluación de


costos/beneficios tradicionalmente utilizada; está conformado por diversos
tipos de valores, entre los principales tenemos la agregación de los valores
de uso (tangibles) además de los valores de no-uso (no tangibles).
Dependiendo del recurso natural a ser valorado se puede plantear una gama
de posibilidades de VET, e inclusive en la mayoría de casos la complejidad
de combinación de estos valores y la falta de información, pueden tan sólo
dar como resultado un estimado general del verdadero VET.

Los valores de uso están ligados al uso directo, indirecto y de


valor de opción de un recurso con el objeto de satisfacer una necesidad,
obtener un beneficio económico, o la simple sensación de deleite. En los
valores de no-uso, el componente fundamental es el denominado valor de
existencia que causa bienestar, a pesar de no utilizarlos de manera directa,
indirecta o en un futuro (BURNEO, 2003).

En la valoración del recurso hídrico es importante conocer el


valor económico y los costos asociados a su provisión. El equilibrio
económico del valor del agua, estimado del valor de uso, se alcanzaría si
fuera igual al costo total del mismo, para así maximizar el bienestar social.
Sin embargo, en la práctica, el valor de uso es mayor debido a la dificultad
de estimar las externalidades medioambientales. En el caso del valor del
agua para consumo humano, está influenciado crucialmente por la
distribución, continuidad del abastecimiento hídrico y su calidad; estos
factores determinan la disposición a pagar de la población que se beneficia
por el recurso (ROGERS et al., 2001).

El valor económico total es la suma del valor de uso y valor de


no uso, tenemos las definiciones siguientes:

2.6.3.1. Valor de uso

MOTTO P. (2001), están ligados a la utilización directa o


indirecta del recurso con el objeto de satisfacer una necesidad, obtener un
beneficio económico o la simple sensación de deleite. Las personas que
utilizan los bienes ambientales se ven afectadas por cualquier cambio que
ocurra con respecto a su calidad, existencia o accesibilidad.

2.6.3.1.1. Valor de uso directo

MOTTO P. (2001), los individuos valoran los bienes por su uso


directo. Este se refiere al valor de utilizar los productos y servicios del
bosque para la obtención de beneficios directos (productos extraídos del
ecosistema). Incluye actividades comerciales (venta de madera, miel,
algarroba) y no comerciales (leña, caza, plantas medicinales y comestibles,
investigación, turismo, etc.). Los usos directos incluyen también importantes
servicios como la recreación, investigación y educación.

a. Los bienes ambientales

BARZEV R. (2002), son los recursos tangibles utilizados por el


ser humano como insumos en la producción o en el consumo final y que se
gastan y transforman en el proceso.
2.6.3.1.2. Valor de uso indirecto

MOTTO P. (2001), comprende la gran mayoría de funciones


ecológicas del bosque. Se deriva de proteger o sostener actividades
económicas que tienen beneficios cuantificables por el mercado. Por
ejemplo, algunos bosques pueden tener valores de uso indirecto a través de
controlar la sedimentación o las inundaciones, regular microclimas o captura
de carbono, entre otros. Parte del valor de uso indirecto lo constituyen los
servicios ambientales.

a. Servicios Ambientales

BARZEV R. (2002), son característica principales que no se


gastan y no se transforman en el proceso, pero generan indirectamente
utilidad al consumidor, como, por ejemplo, el paisaje que ofrece un
ecosistema. Son las funciones ecosistémicas utilizadas por el hombre y al
que le generan beneficios económicos.

2.6.3.1.3. Valor de opción

MOTTO P. (2001), existen personas que, aunque en la


actualidad no están utilizando el bosque o alguno de sus atributos, prefieren
tener abierta la opción de hacerlo en algún momento futuro. Para ellas, por
tanto, cualquier cambio en sus características supone un cambio en el
bienestar. Se lo considera como la disponibilidad a pagar para la
conservación del ambiente frente a un posible futuro.

2.6.3.2. Valor de no uso

MOTTO P. (2001), viene dado por la existencia de los recursos


naturales.

2.6.3.2.1. Valor de existencia

MOTTO P. (2001), es el valor que pueden tener el bosque, sus


componentes y sus atributos para un grupo de personas que no los utilizan
directamente ni indirectamente, ni piensan hacerlo en el futuro, pero que
valoran positivamente el simple hecho de que existan en determinadas
condiciones (por ejemplo: aves, osos, caídas de agua, montañas, etc.). su
degradación o desaparición, por tanto, supone para ellas una perdida de
bienestar.

2.6.3.2.2. Valor de legado

MOTTO P. (2001), algunas personas estarían dispuestas a


pagar para que las futuras generaciones disfruten de los bienes y servicios
que algunos ecosistemas proveen. Por ejemplo, pagarían para asegurar que
las personas del futuro puedan conocer el paisaje de páramo y las especies
que en él se albergan. El valor de legado se podría ver como una forma de
valor de opción que favorece a las futuras generaciones.

2.6.4. Métodos de valoración económica ambiental

Los servicios ambientales determinan en gran medida la


disposición a pagar (DAP) de los usuarios (demanda). No obstante, el monto
total a pagar dependerá de otros factores como la disponibilidad a aceptar
(DAA) de los proveedores (oferta) (AGÜERO 2001). Existen diversos
métodos para valorar económicamente tanto la demanda como la oferta de
servicios ambientales, y es posible agruparlos de acuerdo al origen de la
información para su estimación.

Según ALPÍZAR (2005), los métodos de valoración económica


ambiental pueden ser clasificados en dos grandes grupos: el primer método
de preferencias reveladas (basados en información de mercado, en su
mayoría se orientan a estudios de costo-beneficio), y el segundo método de
preferencias enunciadas (basados en información extraída a través de
encuestas).

Dentro de los métodos de preferencia revelada se tienen los


métodos de precios hedónicos (mercado de propiedades), los métodos de
función de producción familiar (costos de viaje y cambios en la oportunidad)
y los métodos de función de producción de utilidad (gastos defensivos). En
los métodos de preferencias enunciadas los métodos más utilizados en la
actualidad para determinar la demanda por una mejora o evitar un daño a un
bien o servicio ambiental en un mercado hipotético son: el método de
valoración contingente, los experimentos de selección.
2.6.4.1. Métodos basados en valores de mercado
2.6.4.1.1. Método que utilizan directamente precios
de mercado

MOTTO P. (2001), es uno de los métodos más simple de


valorización económica, que consiste en identificar aquellos bienes y
servicios proveídos por la naturaleza que son comercializados en mercados
locales o internacionales, incluyendo productos maderables (madera y leña
para combustible) y no maderables (alimentos, medicinas, artesanía, etc.),
que son relacionados con cultivos, ganadería, cacería, pesca y recreación.
Estos precios de mercado y las cantidades producidas y comercializadas
pueden permitir la estimación tanto de los costos como de los beneficios de
las alternativas del uso de la tierra. En algunos casos será necesario ajustar
los precios (precios sombra), debido a la existencia de imperfecciones de
mercado.

Este método es utilizado par la estimación referencial del valor


de Uso directo, pero solo considerando el valor del bien final (no se han
considerado los insumos o materia prima, costo de producción, costo de
extracción y transporte), es decir los beneficios, más no los costos.

2.6.4.1.2. Método de costo efectividad

MOTTO P. (2001), este método no intenta medir directamente el


valor del bien o el beneficio ambiental del mismo, sino que intenta analizar y
cuantificar los costos diferentes métodos que permitan lograr un nivel o
efecto previamente determinado. A través de esta técnica se pueden
identificar los costos de instrumentar una política o acción especifica y
determinar si tal acción es deseable o no.

2.6.4.2. Métodos basados en preferencias reveladas


2.6.4.2.1. Costo de viaje o travel cost

MOTTO P. (2001), Es un método bastante utilizado para valorar


bienes y servicios recreacionales o recursos escénicos.
MOTTO P. (2001), Ha sido especialmente utilizado en países
desarrollados. Se basa en el supuesto de que los consumidores valoran la
experiencia de visitar un bosque o área recreativa, al menos en lo que
gastan en llegar hasta ahí, incluyendo todos los costos directos de
transporte, así como el costo de oportunidad del tiempo invertido en el viaje,
el cual se estima a través de la ganancias dejadas de percibir. Ejemplo: para
la estimación del valor del ecoturismo en ecosistemas forestales.

2.6.4.2.2. Precios hedónicos o valores de la


propiedad

MOTTO P. (2001), Muchos bienes no tienen un único valor de


uso, no satisfacen una única necesitada humana, sino que son bienes
multiatributo: satisfacen varias necesidades al mismo tiempo, esto determina
la disposición a pagar por el comprador.

Los precios hedónicos intentan, descubrir todos los atributos del


bien que explican su precio y discriminar la importancia cuantitativa de cada
uno de ellos. Atribuir, en otras palabras, a cada característica del bien, su
precio implícito: la disposición marginal a pagar de la persona por una
unidad adicional de la misma.

MOTTO P. (2001), En el campo ambiental el método se utiliza


para estimar el daño implícito al ambiente por la contaminación de aire,
agua, ruido, etc. Así mismo se puede utilizar en proyectos de provisión de
agua potable y alcantarillado que de alguna forma pueden contribuir a
valorarse más las propiedades por el efecto de las externalidades positivas o
también puede reducirse su valor por efecto de las externalidades negativas.

2.6.4.2.3. Método de bienes sustitutos

MOTTO P. (2001), Este es un método bastante sencillo. Para


aquellos recursos forestales que no tienen mercado o que son utilizados
directamente (por ejemplo, leña), el valor puede ser calculado a partir del
precio de mercado de bienes similares (por ejemplo, la leña vendida de otras
áreas) o el valor de la mejor alternativa o bien sustituto (por ejemplo, carbón
vegetal o gas para consumo domestico).
MOTTO P. (2001), El alcance para el cual el valor del bien de
mercado alternativo refleja el valor del bien ambiental en cuestión depende
del grado de similitud o sustitución entre ellos.

2.6.4.3. Métodos basados en preferencias declaradas


2.6.4.3.1. Método de valoración contingente (MVC)

El MCV o de mercados hipotéticos, se fundamenta en la


medición del impacto de un proyecto sobre el bienestar de una comunidad, a
través de la máxima disposición a pagar de los individuos por un bien o SA.

Según Mitchell y Carsson, citados por ALPÍZAR (2004a)


mediante la aplicación de una encuesta para obtener las preferencias que
los consumidores tienen por un bien público es posible encontrar la voluntad
de pago, medida en unidades monetarias, para mejoras en la protección del
bien ambiental.

Hoy en día, este método es el más utilizado principalmente por


su flexibilidad y, en la mayoría de los casos, por ser el único disponible para
valorar un bien o SA. Debido a que cambios en un bien ambiental no se
reflejan en mercados existentes de manera directa (naturaleza pública del
bien) o de manera indirecta (funciones de utilidad o producción) (ALPÍZAR
2004a).

Para la valoración se utiliza un enfoque directo mediante la


aplicación de encuestas, entrevistas y cuestionarios. Pearce y Turner
(citados por BURNEO 2003), recomiendan que se incluyan en el
cuestionario preguntas de cuánto estarían dispuestos a pagar por un
beneficio o lo que estarían dispuestos a recibir a modo de compensación por
tolerar un perjuicio.

Existe la posibilidad de inferir en las encuestas diferentes clases


de sesgo que alterarían la confiabilidad de los resultados al momento de su
análisis, y por ende en la estimación del valor a pagar. De ahí que, es
necesario durante el diseño y elaboración de la encuesta, evitar problemas
referentes a la información de punto de partida, tiempos y respuestas
negativas, que implican la inclusión de sesgos instrumentales y no
instrumentales (AZQUETA 1995).

2.7. Pago por servicios ambientales (PSA)

Wunder, (2005), citado por ARMAS et al., (2009), es aquella


transferencia monetaria o en especie que se realiza voluntariamente, para
obtener un servicio ambiental claramente definido, en donde interviene al
menos un comprador y un proveedor del servicio, y que se concreta de
forma condicional – es decir, solo si se asegura la provisión del servicio
ambiental.

Diferentes usos de la tierra en una propiedad generan una


variedad de servicios ambientales. Por ejemplo, una cobertura forestal
regula el ciclo hidrológico, el riesgo por inundación o deslizamientos, entre
otros. Lamentablemente, en la actualidad no existen los mecanismos o
instrumentos que permitan a los propietarios de tierras percibir algún tipo de
compensación por los servicios ambientales prestados, que apoye al uso
sustentable de los recursos naturales (PAGIOLA 2001).

Los impactos de estos procesos sobre la cantidad y calidad del


agua son cada vez más severos, y vuelven más vulnerables a las
comunidades rurales. Para enfrentar estos impactos existen dos alternativas:
la mitigación y la adaptación. El PSA posibilita acciones de mitigación, a
través de flujos financieros entre los actores y modificando sus relaciones y
percepciones acerca del uso del ambiente, a través de la adaptación de
tecnologías adecuadas en el manejo del suelo y agua (PÉREZ et al. 2002).

La implementación de mecanismos apropiados de PSA puede


contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y bienestar de las
poblaciones rurales. Sin embargo, esto supone el desarrollo de un proceso,
de participación y reconocimiento, por parte de los beneficiarios y de los
productores, de la importancia de los servicios ambientales actuales y
potenciales, la identificación y valoración económica de tales servicios, y la
determinación de los montos de cobro y pago. Adicionalmente, es importante
la intermediación de los fondos y la creación de un marco apropiado que
contemple la dimensión legal, de tenencia de la tierra y de aquellos arreglos
institucionales necesarios para su ejecución (HERRADOR y DIMAS 2000,
ALPÍZAR y MADRIGAL 2005).

ARMAS et al., (2009), los PSA sólo tienen sentido cuando se


trata de servicios ambientales que generan beneficios del tipo “externalidad”.
Esto significa que son beneficios que se gozan, más que todo, fuera del
predio del usuario de la tierra que modifica el suministro de servicios
ambientales a través de sus actividades económicas. En ese sentido, el
afectado externo (puede ser una localidad, una región, un país o la población
global) puede estar dispuesto a pagar para que, quien tiene influencia en el
origen, evite causar el problema.

Entonces, bajo esta premisa, la primera condición básica para el


surgimiento de PSA es que haya recursos suficientes (disponibilidad a pagar
- DAP) para cubrir los costos que implica la compensación a los usuarios de
la tierra por reducir la externalidad negativa o aumentar la externalidad
positiva. Estos costos incluyen la pérdida de rentabilidad económica privada,
es decir los costos de oportunidad (CO), y los costos de implementación del
sistema (costos de transacción - CT), por ejemplo, para monitoreo y
verificación de servicios ambientales.

Así la condición económica fundamental para PSA puede ser


resumida como:

DAP ≥ CO + CT

Wunder et al. (2008), citado por ARMAS et al., (2009), La


relación entre costos de transacción y costos de oportunidad generalmente
depende de la escala del proyecto y de la facilidad de medir y monitorear el
servicio ambiental en cuestión. Estudios comparativos han mostrado que los
costos de transacción en PSA existentes son generalmente mucho menores
que los costos de oportunidad. Por ende, este estudio se enfoca en el
cálculo de los costos de oportunidad como primer paso para evaluar la
viabilidad de PSA en la Amazonía peruana.
III. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Características generales del área de estudio
3.1.1. Lugar de ejecución

El presente trabajo se llevó a cabo en el Centro de


Investigación y Producción Tulumayo Anexo la Divisoria y Puerto Súngaro
(CIPTALD) de la Universidad Nacional Agraria de la Selva, ubicado a la
margen derecha del río Huallaga a 26 Km de la carretera Tingo María –
Aucayacu.

3.1.2. Ubicación ecológica

De acuerdo a la clasificación de zonas de vida o formaciones


vegetales del mundo y el diagrama bioclimático de HOLDRIGE (1987), la
zona de estudio se encuentra dentro de la siguiente zona ecológica:

Bosque muy Húmedo – Premontano Subtropical (bmh. PST).

3.1.3. Clima

Tº mínima : 18º C

Tº máxima : 29º C

Precipitación : 3500 mm

3.1.4. Ubicación política

Región : Andrés Avelino Cáceres

Departamento : Huánuco

Provincia : Leoncio Prado

Distrito : José Crespo de Castillo+

Localidad : Santa Lucia


3.1.5. Ubicación geográfica

18L : 385570

UTM : 8992178

Altitud : 610 m.s.n.m.

3.1.6. Vegetación

En el área de estudio es un bosque pantanoso esta constituido


principalmente por Mauritia flexuosa L. f., y algunos arboles a menudo de
gran diámetro, tales como capirona (Calycophyllum spruceanum);
pinochuncho (Schizolobium amazonicum); tangarana (Triplaris peruviana),
requia (Guarea guidonia), cumala (virola sebifera).

3.1.7. Fisiología

El área total del terreno del CIPTALD se extiende en dos tipos


de topografía: planas y semiplanas, ocupando áreas dedicados al cultivo de
cacao, frutal y caza, bambuzal, plantaciones forestales, aguajales.

Tiene un suelo en el que predomina el tipo franco arcilloso


(pardo rojizo, rico en arcilla, arsénicos y sustancias orgánicas), además
existen suelos no aptos para la agricultura ya que contienen calcio,
magnesio, la deficiencia de nitrógeno en los suelos es considerable.

El suelo permanentemente saturado de agua se caracteriza por


ser plano y rico en materia orgánica. En la época de lluvias la parcela
estudiada queda inundada desde unas horas hasta varios días, luego de las
fuertes precipitaciones. Mauritia flexuosa L. f., y su sistema radicular siempre
esta sumergido, aun en época seca.

3.1.8. Características climatológicas de la zona

Los datos meteorológicos son los promedios mensuales, estos


fueron registrados en la Estación Climatológica de SENAMHI en Tulumayo.
Cuadro 1. Datos meteorológicos registrados durante la fase de campo.

Temperatura (°C)
Humedad Precipitación
Año Meses
(%) (mm)
Máxima Mínima Promedio

Junio 29,6 19,2 24,4 84,0 143,9

Julio 29,9 19,2 24,6 86,0 266,8

Agosto 31,1 20,2 25,7 82,0 69,6

2008 Septiembre 31,1 19,4 25,3 84,0 118,4

Octubre 31,2 20,2 25,7 82,0 242,5

Noviembre 31,8 21,1 26,5 81,0 112,5

Diciembre 30,1 21,1 25,6 85,0 281,2

Enero 29,6 20,0 24,8 86,0 339,0

Febrero 29,6 20,8 25,2 86,0 407,9

2009 Marzo 29,8 20,6 25,2 87,0 279,8

Abril 29,8 20,4 25,1 86,0 206,4

Mayo 30,0 20,7 25,4 86,0 372,6

Total 363,6 242,9 303,5 1015,0 2840,6

Promedio 30,3 20,2 25,3 84,6 236,7

Fuente: Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), Estación Meteorológica


Tulumayo.

Las características climáticas del campo experimental


corresponden al de un clima de Bosque Muy Húmedo Sub-tropical, con una
temperatura promedio de 25,3°C y la precipitación promedio de 236,7 mm; la
humedad relativa mostró cambios debido a las variaciones pluviales, las que
se encontraron en un nivel favorable promedio de 84,6%.
3.2. Materiales
3.2.1. Materiales biológicos

1. Mauritia flexuosa L. f. (Aguaje).

3.2.2. Materiales, equipos e instrumentos de campo


 Bolsa

 Brújula SUNNTO

 cámara digital FUJIFILM

 Capa

 Clavos

 Cuaderno de apuntes

 Eclímetro

 GPS Garmin Venture HC

 Grasa o aceite

 Jalones

 Lima

 Machete

 Martillo

 Naftalina

 Pala

 Placa de aluminio

 Poseadora

 Reloj

 Serrucho

 Tijera de podar

 Vernier digital

 Wincha STANLEY 30 m y 5 m
3.2.3. Equipos de laboratorio

 Estufa

 Balanza analítica

3.2.4. Materiales de gabinete

 Computadora [Microsoft Office 2007; ArcView GIS 3.2]

 Calculadora CASIO fx-82MS

3.2.5. Unidad ecológica del paisaje a evaluar

El 23 de setiembre de 1993, en la ciudad de Tingo María, el Sr.


CERRATE VALENZUELA, Alfonso, Jefe del Instituto Nacional de
Investigación Agraria (INIA), EL Dr. URRELO GUERRA, Rafael, Rector de la
Universidad Nacional Agraria de la Selva (UNAS); en presencia del señor
Ministro de Agricultura Ing. VÁSQUEZ VILLANUEVA, ABSALÓN y el Dr.
FLORES SÁENZ, Otto, Presidente de la Comisión de Fundaciones, del INIA
(COFUN), convienen en firmar la presente Acta de Transferencia de la
Estación Experimental Agrícola Tulumayo y su anexo La Divisoria ambas
pertenecientes al INIA a la Fundación para el Desarrollo Agrario de la Selva
(FUNDEAS) de la UNAS. Se desarrollo en el gobierno de FUJIMORI
FUJIMORI, Alberto; Presidente Constitucional de la Republica.

La Resolución Suprema Nº 061-94-AG, Lima, 2 de Junio de


1994, considero que la UNAS – Tingo María requiere contar con una
infraestructura para el desarrollo de sus actividades relacionadas a la
enseñanza, investigación, promoción agrícola y pecuaria; que el INIA cuenta,
entre otras, con la Estación Experimental Agrícola de Tulumayo y su anexo
la Divisoria, ubicados en la provincia de Leoncio Prado, Departamento de
Huánuco, Región Andrés Avelino Cáceres; estación que ha sido solicitada
por la UNAS – Tingo María, mediante Oficio Nº 177-93-UNASTM, para el
cumplimiento de sus fines académicos. Que, es política del gobierno
promover la investigación y capacitación agropecuaria como una forma de
apoyar a la agricultura nacional, por lo que resulta conveniente transferir a
favor de la referida cada de estudios de Estación Experimental Agrícola de
Tulumayo del INIA, que comprende un predio rústico e instalaciones
necesarias para el desarrollo de las actividades académicas a favor de los
estudiantes del referido ámbito regional.

En el articulo 14 de la Constitución Política del Perú establece


que es deber del Estado promover el desarrollo científico y tecnológico del
país.

De conformidad con lo dispuesto en el Decreto Legislativo Nº


560, Decreto Ley Nº 25554 y Decreto Supremo Nº 025-78-VC, reglamento
de la Administración de la Propiedad Fiscal.

Se resuelve, en el articulo 1º, autoriza el INIA, para que transfiera a favor de


la UNAS – Tingo María la Estación Experimental Agrícola de Tulumayo y su
anexo la Divisoria, para ser utilizada en el desarrollo de actividades
académicas de la especialidad. Dicha transferencia comprende el predio
rustico, instalaciones, edificaciones, plantaciones y crianza.

En el articulo 2º, por el merito de la presente resolución el registro de la


Propiedad Inmueble de los Registros Repúblicos de Huánuco efectuará la
primera inscripción de dominio a favor de la UNAS – Tingo María del
inmueble a que se contrae la presente Resolución Suprema.

En el artículo 3º, la presente Resolución Suprema entrará en vigencia al día


siguiente de su publicación en el Diario Oficial El Peruano y será refrendada
por los Ministros de Agricultura y de la Presidencia.

El establecimiento de la plantación del aguaje se realizó el 14 de


enero del 2008 y 01 de abril del 2008; con el sistema de plantación es en
hileras; se realizó con el método de plantación en fajas, en el área del
CIPTALD; donde se determino el costo de establecimiento.

3.3. Metodología
3.3.1. Reconocimiento del área en estudio

Se recorrió el área de la plantación de aguaje; donde se repartió


tres personas por cada faja y las cuatro últimas fajas de dos personas; la
dispersión de los plantones de aguaje está de 10x10m, alineado con una
azimut de 55º. Se determino las coordenadas UTM con el GPS del punto de
la faja número 1.

Figura 7. Ubicación del área de estudio, de las fajas de plantación de aguaje

3.3.2. Preparación y limpieza del área en estudio

Es necesario limpiar el área de estudio, para facilitar la


evaluación y el control de competencia de crecimiento; como están en sus
primeras etapas de desarrollo. También para facilitar que ingrese suficiente
luz para un mejor desarrollo.

Figura 8. Limpieza del terreno a evaluar


3.3.3. Alineamiento y demarcación
3.3.3.1. Selección y manejo de los jalones

La selección de los jalones, lo más adecuado es tener un palo


recto, sin curvatura y un tamaño de 2 m para que resista su peso al ser
plantado.

El manejo del jalón tiene que estar perpendicular con el terreno y


frente al individuo que lo manipulara, para que el que tiene la brújula lo dirija
en la dirección correcta, siendo derecha o izquierda.

Figura 9. Forma de poner perpendicular el jalón.

3.3.3.2. Selección y manejo de la brújula

Hay que tener mucho cuidado, hay diferentes tipos de brújulas


pero la más recomendable es el SUUNTO, y más fácil en usar.

El manejo de la brújula es perpendicular a la vista de los ojos de


la mira, de la Brújula SUUNTO, dentro de la brújula verán una cinta que
indica el azimut que deseas buscar, la cinta tiene que esta horizontal a la
vista; donde hay una línea que indica el azimut correspondiente; la línea
tiene que estar con la dirección del jalón.

3.3.4. Transporte de plantones al área del terreno

El transporte de las plantas de aguaje, se realizo con cajas y de


manera manual, de tal manera que no puedan voltearse durante el
transporte
.

Figura 10. Caja de transporte con las plantas.

3.3.5. Apertura de hoyo

La marcación del terreno por medio de estacas, que están


distribuidas los aguajes de 10x10 m

Por lo general los hoyos para aguaje deben hacerse de


35x30x35cm, también debe considerarse la posibilidad de hacer más
grandes los hoyos cuando se plantan los árboles en terrenos menos fértiles
o mas compactados, lo cual tiene por objetivo favorecer el desarrollo
radicular inicial del árbol. Se debe limpiar (suelo desnudo) un circulo de 1 m
de diámetro alrededor de cada posición de siembra.

Donde utilizaremos las herramientas de una poseadora; el


método de utilizar la poseadora es muy importante para que no se pierda el
alineamiento, primero sacamos la estaca donde ha sido marcado el punto
centro, alrededor de este punto hacemos el hoyo circularmente para no
perder el punto central que ira la planta. Haciendo un hueco apropiado para
la planta de aguaje.

Figura 11. Plántula del establecimiento


3.3.6. Evaluación silvicultural del aguaje
3.3.6.1. Altura total

Se tendrá en consideración, el peciolo más larga; donde se


medirá, desde la base del aguaje hasta el inicio del foliolo. (Figura 5)

Figura 12. Medición de la altura total

3.3.6.2. Diámetro de la copa

Se tendrá en cuenta dos consideraciones del Norte a Sur y de


Oeste a Este.

Figura 13. Medición del diámetro de la copa N-S

3.3.6.3. La hoja

La evaluación de la hoja se determino contando cuantas hojas


presentan; y que color presenta la hoja (verde, amarillo y caña) y
determinando el diámetro del peciolo, del peciolo más largo que es la altura
total del aguaje.
Figura 14. Medición del diámetro del peciolo

3.3.6.4. Evaluación del porcentaje de mortandad

Se realizo un recorrido contando cuantas plantas vivas y


muertas hay en cada franja.

Para la determinación de la mortandad se utilizo la siguiente


formula

T−V
M(%) = x100 … … … . (1)
T

Donde:

M (%) = % de mortandad

T = Número de plantas vivas y muertas

V = Número de plantas vivas.

3.3.7. Colocado de etiquetas

Las etiquetas van a ser de material de metal para que perdure


más tiempo en el campo, y donde estará codificada cada planta de aguaje.
Las estacas serán de la altura de 1.2m.

Figura 15. Etiqueta a colocar en la plantación con su respectivo código


Descripción del código:

Numero superior (5): indica el # de franja.

Numero inferior (25): indica el # de planta de la respectiva franja.

3.3.8. Determinación de los costos

El método realizado para la determinación de los costos de


mantenimiento de una plantación aguaje: costos fijos + los costos variables
que se generó en el transcurso de la practica realizada.

CT = CF + CV … … … … . (2)

Donde:

CT= Costo total

CF = Costo fijo

CV = Costo variable

3.3.9. Determinación del costo unitario

Simbólicamente, una función de producción para la producción


de plantones se representa:

Q = f(X1 + X2 + X3 + ⋯ + Xn) … … … … . (3)

Donde:

Q = Número de plantones

X1 = Mano de obra

X2 = Abono

X3 = Sustrato; así sucesivamente hasta Xn

Entonces para hallar el costo unitario se utiliza la siguiente


formula:

Costo unitario = CT/Q ………(4)

Donde:
CT = Costo total

Q = Número de plantones

3.3.10. Valoración económica de bienes y servicios de la


plantación de aguaje (Mauritia flexuosa L.f.)

La valoración económica, hoy en día, una herramienta muy


utilizada en proyectos que persiguen el desarrollo local sostenible, y por
ende está dirigido a usuarios específicos. Los mismos que tienen la última
palabra en la implementación de programas de manejo y conservación de
los recursos naturales con el propósito de mantener o aumentar el beneficio
que se percibe de un bien o servicio ambiental.

3.3.10.1. Valoración del uso directo


3.3.10.1.1. Biomasa de Mauritia flexuosa L.f.

Según RUGNITZ et al., (2009), Una tonelada de carbono


equivale a 3,67 toneladas (t) de CO2 (obtenido en función de los pesos
moleculares del carbono y del CO2, de 12/44). Para saber la cantidad de
CO2 emitido o almacenado a partir de la cantidad de carbono de un
determinado deposito, se debe multiplicar esta por 3,67. A su vez, una
tonelada de biomasa forestal posee aproximadamente 0,5 toneladas de
carbono. Resumiendo:

1 t biomasa +/- 0,5 t C

1 tC 3,67 t de CO2
3.3.10.1.2. Método de la plántula medio

Consiste en buscar la plántula que contenga el diámetro del


peciolo, altura, diámetro de la copa y número de hoja promedio; apearlo y
estimar su peso seco. Sobre esta base la biomasa total, en una unidad
superficie, se calcula por el producto entre el número de plántulas y la
biomasa de la plántula medio. En general, se utiliza cuando los ejemplares
presentan un alto valor económico, ecológico o social (MADGWICK, 1973).
a. Determinación de clases de altura

A partir de la información del inventario, se escogieron las


plántulas que serían muestreados o destruidas, habiéndolos ubicado
previamente por rangos o clases de altura. Se consideró la toma de datos de
las siguientes variables: altura, número de hojas, diámetro del peciolo,
diámetro de la copa.

b. Determinación de la biomasa aérea

Para el muestreo de biomasa se apearon 10 palmeras (aguaje),


que fueron los promedios de la determinación de las evaluaciones. Se
determinó el valor de la biomasa por medición de peso directo de los
componentes de la plántula provenientes del muestreo destructivo de los
individuos seleccionados de la especie. Los componentes evaluados fueron:
hojas (incluye pecíolo y foliolos) y raíz.

B.1. Evaluación de la biomasa de las hojas (pecíolo y


foliolos)

Para obtener la biomasa se seccionó todas las hojas, y se pesó.


Adicionalmente se tomaron 3 muestras al azar de 100 g cada una para el
análisis de humedad y de carbono respectivos. De cada árbol apeado se
separaron las hojas, se contaron y pesaron para obtener la biomasa fresca.
Se tomaron tres muestras de 100g cada una para los análisis de laboratorio.
La medición de palmeras hasta la base de la primera hoja funcional.

B.2. Determinación de la biomasa de las raíces

La estimación de almacenamiento de carbono en biomasa bajo


el suelo (raíces) es importante, ya que puede representar entre un 10 y 40%
de la biomasa total (MACDICKEN, 1997). En el aguajal puede ser mayor la
biomasa de las raíces.

La biomasa de las raíces (neumatoforas) fue extraída del suelo,


para sus análisis.
Los valores de peso de biomasa fueron expresados en base
seca (biomasa de la especie sobre la superficie). El cálculo se efectuó a
partir las siguientes fórmulas:

Peso de muestra seca


MS % = x100 … … … (5)
Peso de la muestra original

P xMS(%)
B = … … … … … … . . (6)
100

Donde:

MS% = Porcentaje de materia seca

Pm = Peso de la muestra (t)

Bm = Biomasa de la muestra (t)

B.3. Biomasa de hojarasca

Se recolecto y se peso la hojarasca acumulada en los sub


cuadrantes de 0,5m x 0,5m y de esta se tomo una sub muestra de valor
arbitrario, que se envió a laboratorio para el secado en estufa hasta alcanzar
el peso constante y obtener el peso total de la muestra. Luego, para
determinar la biomasa de hojarasca se utilizo la siguiente ecuación:

( ⁄ℎ ) = ( ⁄ ) 0,04 ……….(7)

Donde:

BH = Biomasa de la hojarasca

PS = Peso seco (g)

PF = Peso fresco (g)

0,04 = Factor de conversión

c. Análisis de datos

Un análisis de correlación ha permitido efectuar un ajuste por


regresión relacionando los valores de biomasa por componente del árbol, a
la altura del mismo.
La sumatoria de los valores de biomasa de cada componente de
la plántula proporcionó la biomasa total, y permitió esbozar una ecuación de
regresión para la biomasa de Mauritia flexuosa L.f. en función de su altura.

3.3.10.1.3. Fase de evaluación de carbono

El contenido de carbono presente en el ecosistema de aguajal


involucra: evaluación de contenido de carbono del aguaje y carbono
presente en el suelo.

A. Carbono de la especie Mauritia flexuosa L.f.

A.1. Cálculo del carbono

Los valores de biomasa total obtenido por la ecuación de


regresión en cada componente, se saco un promedio.

B( ) B( ) B( )
f = fc( )x + fc( )x + fc( )x … … (8)
B( ) B( ) B( )

Donde:

fc prom = Fracción de carbono promedio

fc (hojas) = fracción de carbono de hojas

fc (raíz) = fracción de carbono de raíces

fc (hojarasca) = fracción de carbono de la hojarasca

B (hojas) = Biomasa de hojas

B (raíz) = Biomasa de raíz

B (hojarasca) = Biomasa de la hojarasca

B (total) = Biomasa total de la plántula

A2. Calculo carbono orgánico en el suelo

a) Densidad aparente

Para determinar el contenido de carbono en el suelo, es


necesario conocer la densidad aparente del suelo. Para esto se utilizo el
método del “cilindro de volumen conocido” que se describe en MACDIKEN,
1997.

Se tomó una muestra por cada perfil de suelo estudiado, para


ellos se utilizo el cilindro de volumen conocido, cada muestra fue tomada en
el centro del rango de profundidad de cada perfil (0-20, 20-40 y 40-80cm), el
primero se tomo a los 10cm, el segundo a los 30cm y el tercero a los 60cm.

b) Carbono orgánico

La muestra para la estimación de carbono en el suelo fueron


tomadas hasta una profundidad de 80cm, pasando por los tres perfiles de
suelo antes descrito. Se tomó una muestra compuesta de cada uno de los
tres perfiles considerados, se mezcló el suelo para cada horizonte hasta
alcanzar un color uniforme. Una muestra de 200g aproximadamente fue
colocada en una bolsa de plástico, se rotuló debidamente y se llevó al
laboratorio de suelos de la Universidad Nacional Agraria de la Selva (UNAS)
para determinar el contenido de carbono orgánico.

El carbono fue determinado utilizando la metodología de


combustión húmeda descrita por Walkley-Black 1934. El principio de este
método es la oxidación del carbono orgánico por medio del acido crónico
caliente. Al muestra se le da una cantidad de calor, en un baño de acido
crónico. El acido crónico no utilizado en la oxidación del carbónico se
determina mediante titulación con sulfato ferroso de amonio.

% M. O = %C x 1,72 … … … … . . (9)

Donde:

%M.O. = Porcentaje de materia orgánica

%C = Porcentaje de carbono orgánico

1,72 = Constante
3.3.10.1.4. Carbono total de la plantación de
aguaje

Se obtuvo por la suma de los valores de carbono de cada componente.

C = C + C … … … . (10)

3.3.10.2. Determinación del valor de no uso


a) Valor de opción o potencial

Es el valor determinado en el presente, son los ingresos que se


tendrá en el futuro.

El valor actual es el costo de establecimiento de la plantación de


Mauritia flexuosa L.f de 10x10 m y el manejo de la plantación de Mauritia
flexuosa L.f. para ello se selecciona una taza (i) de interés que representa o
refleja la importancia del tiempo. El que se va utilizar es el interés
compuesto, porque se calcula periódicamente puede ser mensual, anual y
se determina en el tiempo.

S = C (1 + i) … … … . . (11)

Ic = S − C … … … … (12)

Donde:

S = Monto final

C = Capital inicial

(1 + i) = Taza de capitalización

i = Taza de interés

n = periodo o plazo

Ic = Interés compuesto

3.3.10.3. Determinación de precios

Los precios de establecimiento de plantación, manejo y precio


de mercado estarán descritos dentro del VAN (Valor Actual Neto). Que
tendrán datos de precios según la metodología de PRECIO DE MERCADO
(Oferta y demanda) y CONTIGENCIA (encuestas piloto y final) a ejecutar;
así estimar el valor económico del producto (Aguaje) que son transados en
mercados y los disponibles a pagar por la población como un valor indirecto
o ambiental. Por lo tanto (si el VAN es mayor a cero es rentable la
plantación, si el VAN es menor que cero la plantación no será rentable).

3.3.10.3.1. Determinación del VAN.

La cuantificación de VAN nos ayudara a tomar decisiones para


el manejo y mantenimiento de la plantación y obtención de ganancias y/o
pérdidas, teniendo en cuenta los costos de establecimiento, manejo y
precios de una plantación los datos obtenidos serán productos de la
aplicación de los métodos de PRECIO DE MERCADO y CONTIGENCIA,
según la ecuación siguiente:

( − )
= … … … … … (13)
(1 + )

Donde

VAN = Valor Actual Neto

Bt = Beneficio de la plantación en el año T

Ct = Costo de establecimiento en el año T

d = Tasa de interés del 10% al 12%


IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Cuadro 2. Costo del establecimiento de la plantación de Mauritia flexuosa L.f.

UNIDAD DE COSTO COSTO COSTO


CONCEPTO RENDIMIENTO CANTIDAD
MEDIDA UNITARIO PARCIAL TOTAL
1. COSTOS FIJOS 378,50
A. GASTOS GENERALES
Técnico forestal Día 4 43,33 173,33 346,67
Conductor de la camioneta Día 4 43,33 173,33
B. DEPRECIACIÓN DE
HERRAMIENTAS
31,83
Machete Horas 428,4 0,07 31,50
Cavadora Horas 27,2 0,01 0,33
2. COSTOS VARIABLES 4961,13
A. MANO DE OBRA
Ubicación del terreno General 1 43,33 43,33
Limpieza del área Jornal 65 20 1300 1983,33
Demarcación del área Jornal 12 20 240
Cargado y descargado de plantones Jornal 5 20 100
Distribución de plantones Jornal 250p/día 4 20 80
Apertura de hoyos Jornal 325h/día 6 20 120
Plantación propiamente dicha Jornal 325p/día 5 20 100
B. INSUMOS
2256
Plantones de aguaje Unidad 1128 2,00 2256
C. MATERIALES
112,80
Estacas para alineado Unidad 1128 0,10 112,80
D. PASAJES Y GASTOS DE
TRANSPORTE
Transporte mayor de plantones Flete 4 60 240 429,00
Transporte menor de plantones Jornal 7 20,00 140
Transporte de personal Flete 7 7,00 49,00
E. HERRAMIENTAS Y OTROS
Lima triangular para afilar Unidad 2 6 10,00 60,00 100,00
Jabas de madera Unidad 8 5,00 40,00
F. INSTRUMENTOS DE MEDICIÓN (D)
80,00
Wincha de 30 m Unidad 2 40,00 80,00
Total 5339,63
Costo unitario por plantón 5,43
Cuadro 3. Porcentaje de mortandad por fajas y el total de plantas vivas

Plantas
Faja
vivas muertas % mortandad % vivas Total
1 36 14 28,00 72,00 50
2 25 26 50,98 49,02 51
3 36 15 29,41 70,59 51
4 28 24 46,15 53,85 52
5 27 25 48,08 51,92 52
6 28 24 46,15 53,85 52
7 22 32 59,26 40,74 54
8 18 36 66,67 33,33 54
9 21 33 61,11 38,89 54
10 21 33 61,11 38,89 54
11 19 35 64,81 35,19 54
12 29 25 46,30 53,70 54
13 21 33 61,11 38,89 54
14 24 30 55,56 44,44 54
15 15 39 72,22 27,78 54
16 18 36 66,67 33,33 54
Total 388 460 54,25 45,75 848
El total de plantas muertas es de 460 que viene hacer el 54,25%
de mortandad, del total de plantas que es 848 de muertas y vivas.

Se va recalzar 460 plantas de Mauritia flexuosa L.f. en la


plantación de 10x10 m; desde la faja 1 al 16; respectivamente que les
corresponde.
V. CONCLUSIÓN
- Determinamos el costo de establecimiento de la plantación de aguaje
(Mauritia flexuosa L.f.); donde obtuvimos el costo unitario de cada
plantón es de 5,43 soles.
- El porcentaje de mortandad del área a evaluada es de 54,25%; donde
representa 460 plantones de Mauritia flexuosa L.f. este dato
utilizaremos para el recalce respectivos de plantones.
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44. ROGERS, P; BHATIA, R; HUBER, A. 2001. El agua como un bien
económico y social: como poner los principios en práctica.
Asociación mundial del agua (GWP). TAC background
papers. No2. Suecia. 42 p.
45. ROJAS R, RUIZ P, RAMÍREZ M, SALAZAR J, RENGIFO S,
LLERENA F, MARÍN R, TORRES N, OJANAMA V,
SILVANO A, MUÑOZ I, LUQUE S, VELA G, DEL
CASTILLO F, SOLIGNAC R, LÓPEZ O, PANDURO R.
2001. Comercialización de masa y “fruto verde” de aguaje
(Mauritia flexuosa L. f.) en Iquitos – Perú. Folia Amazónica
Vol. 12(1-2). IIAP. Iquitos. Perú. 24p.
46. ROJAS, R. 2000. Estado del Conocimiento sobre el Aguaje (Mauritia
flexuosa L. f.). Iquitos – Perú. 62 p.
47. UNEP, GENS. 1992. Los gases que producen el efecto Invernadero.
Sánchez – Vélez y Gerón d. traductores. Universidad
Autónoma de Chapingo. México. 41p.
48. VILLACHICA, H., URANO, DE C., HANS, M., Díaz, S., ALMANZA, M.
1996. Frutales y hortalizas promisorias de la Amazonía.
Tratado de Cooperación Amazónico. Lima. 367 p.
ANEXO
Cuadro 4. Formato de evaluación de la Mauritia flexuosa L.f.

Planta Hoja
diámetro
Nº Color peciolo
Faja Altura copa
planta Viva Muerta Nº
(cm) diámetro
N-S E-O Verde amarillo caña
(mm)
1 1 104 70 72 4 1 8,74
2 1 68 35 38 2 1 6,34
3 1 97 60 63 3 1 6,4
4 1
5 1
6 1
7 1
8 1 42 65 49 2 1 7,41
9 1
10 1
11 1 120 100 70 3 1 10,97
12 1
13 1 126 90 95 3 1 12,17
14 1 110 125 157 4 1 21,53
15 1
16 1
17 1
18 1 105 47 53 2 1 8,09
19 1 110 63 68 2 1 7,64
20 1
21 1
22 1
23 1 76 42 35 2 1 7,81
24 1
25 1
26 1
27 1 109 84 70 5 1 6,87
28 1 65 60 40 2 1 4,89
29 1 93 70 80 3 1 5,16
30 1
31 1
32 1
33 1
34 1 88 50 45 2 1 5,14
35 1 37 32 41 1 1 5,34
36 1 145 210 200 5 1 8,35
Cuadro 5. Integrantes del grupo 5 y responsables con sus respectivas fajas

Faja Nº Responsables

1 CABALLERO SORIA, Roy


1
2 RUVINA LOPEZ, Dean Harold
3 REATEGUI RODRIGUEZ, Roy
2 4 CARDENAS MEZA, Piero
5 KOCH DUARTE, Cristian
6 ALBUJAR NATEROS, Yoc-Lin
3 7 VEGA CORTEZ, Jhon Keny
8 FLORES VILLALBA, Eliana
9 MALDONADO ARBILDO, Brenda
4 10 BARBOSA DECADA, Nikie
11 ESTEBAN AGUIRRE, Benjamina
12 ANGULO LUNA, Jolene
5 13 PEREZ ROSAS, Marina
14 VELA RODRIGUEZ, Jose
15 UTIA PUJAY, Karen
6 16 GARCIA RAMIREZ, Alan
17 TRELLES FERNANDES, Evelyn
18 PERES MARCHAN, Isacar
7 19 CASTILLO CORAL, Carlos
20 GARCIA ESCOBAR, Harrisson
21 GUTIERREZ CAMPOS, Paul
8 22 CACHIQUE PUJAY, Alex
23 AGUIRRE RUIZ, Yeselly
24 CANCHANYA PAES, Jose Luis
9 25 AMBICHO RAMIREZ, Andrea
26 ARAUJO ESPINOZA, Diana
27 GONZALES PANDURO, Alicia
10 28 VILLANUEVA TIBURCIO, Henry
29 PAUCAR LOBATO, Pedro
30 CAVALIE CHUMBE, Susana
11 31 VASQUEZ NAVARRO, Juerguen
PANDURO PELAEZ, Enmanuel
32
33 SEGURA GONZALES, Rocio
12 34 MALLQUI ANAPAN, Oscar
35 MENDOZA DAGA, Ramon
36 DELGADO OJANAMA, Marco
13
37 BRAVO MORALES, Nino
38 HIDALGO RIOS, Rene
14
39 ARANDA GARAY, Belinda
40 VASQUEZ ROJAS, Roxana
15
41 VASQUEZ PUELLES, Rony
42 CANCHANYA QUISPE, Josseph Joel
16
43 MEJIA GAMARRA, Avemelec
ENCUESTA DE INFORMACIÓN BÁSICA
Valoración Económica Total de los bienes y servicios ambientales del aguaje
(Mauritia flexuosa L.f.).

Estimados sr:
Esta encuesta pretende recolectar información necesaria
para determinar el valor económico total de la plantación
de aguaje (Mautitia flexuosa L.f.) en el área del CIPTALD
– Santa Lucia.

1. Datos del encuestante


Soltero
Edad Sexo M F Estado civil Casado

Separado

1.1. ¿Qué nivel de estudios tiene usted?


a. Ninguno
b. Primaria
c. Primaria incompleta
d. Secundaria
e. Secundaria incompleta
f. Universitaria
g. Universitaria incompleta
h. Otros: ……………………………………..
1.2. ¿Podría indicarme el promedio del ingreso mensual que tiene
su familia? Recuerde que la respuesta individual es
absolutamente confidencial.
Ingreso mensual aproximado de su familia
Menos de 400
De 400 a 700
De 700 a 1000
De 1000 a 1500
De 1500 a 3000
De 3000 a 5000
Mas de 5000
1.3. ¿Actividad principal que se dedique?
…………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………

2. Escenario de valoración
2.1. ¿Por qué sucede los cambios climáticos?
…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………

2.2. ¿Qué conoce sobre el tema efecto invernadero?

…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
……………………….

2.3. ¿Qué importancia tiene el aguaje?

…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
……………………….
2.4. ¿Cómo podría contribuir a la conservación de los Recursos
Naturales?

…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
……………………….
3. Problemática
3.1. ¿Esta dispuesto a pagar por la conservación de las
plantaciones de aguaje? (Si la respuesta es no saltearse Nº 3.8)
SI NO
3.2. ¿Cuánto esta dispuesto a pagar?
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
……………………….
3.3. ¿podría decirme algún motivo por el cual no desea hacer
ninguna contribución?
a. Creo que no es mi responsabilidad
b. No me interesa el problema
c. No dispongo de recursos a pagar
d. Existe corrupción y no confió en el proyecto
e. No me gusta la forma de pago
f. Otros ……………………………………………………….

¡Muchísimas gracias por su colaboración!

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