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El termino es muy genérico y podría referirse a cualquier tipo de servicio a Dios dentro de la
comunidad cristiana, podría aplicarse a la realización de ciertas tareas dentro de la
congregación, administrativas, diaconado, es un dado para ayuda mutua; este don genera en
quien lo ha recibido el deseo firme de servir a los demás en muy diferentes formas y ordenes
dentro de la congregación local.
El que exhorta en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud;
el que hace misericordia, con alegría.
Era tradicional en la sinagoga que después de la lectura del pasaje bíblico correspondiente del
día se invitaba a algún miembro a dar una “palabra de exhortación” “mensaje de aliento”
Hechos 13:15.
La palabra exhortar proviene de dos voces “para” que se traduce “junto a”, “al lado de” unida
al verbo “muthia” llamar, de ahí que exprese la idea de “venir al lado de alguien” Es una de las
palabras usadas en el NT. Para expresar la idea de hablar e influir sobre alguien; pablo usaba la
palabra mayormente en sentido de animar invitando, de allí exhortar, consolar.
El don es dado para capacitar creyentes que consuelen, estimulen y alienten al pueblo de Dios
para el desarrollo de su vida cotidiana. Son los que aplican la palabra con gracia, orientada a la
ética cristiana, la exhortación siempre tiene que ver con el consuelo y aliento a quienes están
en tribulación. 1 Tes. 4:18.
Luego está el don de repartir o compartir; es un don que requiere dar a otros ¡abriendo antes
el corazón que la mano! Una buena ilustración es la actitud de los macedonios hacia las
necesidades de los creyentes de Jerusalén. 2 Co. 8:3-5.
Es un don que trae bendición especial para quien sirve a otros con el Hechos 20:35. Prov.
11:24. No solo los que tienen el don tienen necesidad de compartir con nuestros hermanos
todos los creyentes tenemos que aprender a compartir. Sant. 2:15-16.
Para muchos cristianos la palabra EXHORTACIÓN significa regaño, por
la interpretación que se la ha dado a las escrituras en las que es
mencionada en el Nuevo Testamento, pero hoy aprenderemos que esa
palabra tiene una gran relación con la obra del Espíritu Santo y que
tiene mucho de ventaja cuando se conoce su significado real.
3. La consolación.
En ninguna parte Pablo habla con tanta fuerza como en lo más duro
de la aflicción. El texto más angustioso que ha escrito es aquel en
el que los términos del consuelo se van enlazando hasta llegar a
ofrecer la liberación inesperada (2 Corintios 1:1-7 “QUERIDOS
HERMANOS: Les escriben Pablo, a quien Dios nombró mensajero de
Jesucristo, y nuestro amado hermano Timoteo. Esta carta la
dirigimos a los cristianos de Corinto y en general a todos los
hermanos de Grecia. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo
los bendigan poderosamente y les den paz. ¡Qué maravilloso es
nuestro Dios! Él es Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las
misericordias y Dios de las consolaciones que tan maravillosamente
se nos ofrecen en nuestras dificultades y pruebas. ¿Y por qué nos
consuela? Para que cuando nos encontremos a alguien en
problemas, falto de consuelo y aliento, podamos impartirle la misma
ayuda y el mismo consuelo que Dios nos prodigó. Pueden estar
seguros que mientras más sufrimos por Cristo, mayor es el consuelo
y el aliento que Él nos da. Estamos en grandes dificultades por tratar
de llevarles el consuelo y la salvación de Dios. Pero en medio de
nuestras tribulaciones Dios nos ha consolado para bien de ustedes;
para que podamos, basados en la experiencia, enseñarles la ternura
con que Dios puede consolarlos cuando tengan que pasar por los
mismos sufrimientos. A su debido tiempo les dará fortaleza para
resistir.).
Paraklésis lleva la idea de traer a alguien muy de cerca a fin de "exhortar", "instar", "alentar",
"dar gozo", y "consolar" a la persona. Todas estas acciones constituyen el don de exhortación.
Por ejemplo, Pablo a menudo exhortó e instó a sus lectores a que actuaran sobre algo que
escribió. Un buen ejemplo está en Romanos 12:1-2, donde Pablo insta a los romanos a
presentar sus cuerpos a Dios como un sacrificio vivo. Haciendo esto, ellos conocerían y
comprenderían la voluntad de Dios.
Curiosamente, cuando Jesús conversaba con sus discípulos en la noche de su arresto, se refirió
al Espíritu Santo como el "Ayudador" o "Consolador" (Juan 14:16, 26; 15:26), razón por la cual
se habla del Espíritu Santo como el "Paracleto", que es aquel que viene a nuestro lado para
exhortarnos y alentarnos.
Una persona con el don espiritual de la exhortación, puede usar su don tanto en público como
en privado. La exhortación es útil en la consejería, el discipulado, el mentoreo y la predicación.
El cuerpo de Cristo es edificado en la fe como resultado del ministerio de aquellos que tienen
el don de la exhortación.