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LAS 12 RAMAS (O CAMPOS) DE LA PSICOLOGÍA

Un resumen sobre las distintas especializaciones y ámbitos de acción de la ciencia de la


conducta.

por Arturo Torres

Es bastante común pensar que los psicólogos y psicólogas se dedican a solucionar cierto tipo de
problemas personales de "pacientes". Problemas de tipo comportamental, como la adicción al
alcohol; de tipo emocional, como el dolor que produce la muerte de un ser querido, o relacionado
con patologías tratadas también desde la psiquiatría.

En definitiva, la psicología es, para una buena parte de la población, la práctica de realizar
psicoterapia, cuando no directamente algo que tiene que ver con los divanes, la hipnosis y el
psicoanálisis en general.

Las distintas especialidades (ramas) de la psicología

Sin embargo, si nos detenemos a examinar más detenidamente lo que es y lo que ha sido la
psicología a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que los ámbitos y campos en los que
puede ser aplicada son bastante más amplios de lo que parece sugerir la icónica imagen de
Sigmund Freud prestando servicios de psicoterapia. De hecho, la psicología puede tener tantas
facetas como actividades realiza el ser humano.

Eso es lo que hace que no exista una sola psicología, sino muchas ramas de la psicología que están
orientadas a distintos ámbitos de aplicación y diferentes objetivos. La psicología consistente en la
realización de psicoterapia con pacientes es, pues, solo una de las muchas especialidades que
existen dentro de la ciencia de la conducta.

Así que, si quieres saber cuáles son las diferentes ramas de la psicología y sus salidas laborales, te
irá bien leer lo que viene a continuación.

1. Psicología de las organizaciones y del trabajo

La psicología de las organizaciones y del trabajo (esta última conocida también como psicología
industrial) tiene que ver con la investigación y la intervención sobre trabajadores, con el objetivo
de encontrar las estrategias para hacer que su nivel de rendimiento sea óptimo teniendo en
cuenta las necesidades de cada uno de ellos y las de la organización en su globalidad. Es, por
tanto, la aplicación de la psicología al mundo laboral.

Las personas que se dedican a la psicología organizacional suelen trabajar dentro de los
departamentos de Recursos Humanos de las empresas, o bien pueden ofrecer sus servicios desde
agencias especializadas en la selección de personal, la impartición de cursos formativos, la
creación de dinámicas de trabajo más efectivas, etc.

Como las actividades que se realizan dentro de una organización son muy variadas, esta rama de la
psicología tiene, a su vez, muchas vertientes.

Una de sus facetas, por ejemplo, está orientada a aquello que hace que cada uno de los
trabajadores y trabajadoras, individualmente, rindan bien en su puesto de trabajo, ya sea
interviniendo sobre las herramientas con las que cuenta cada persona, estudiando sus fortalezas y
debilidades, realizando estudios de ergonomía para comprobar si trabajan o no de manera
cómoda, etc. Esta faceta de la especialización suele ser llamada psicología del trabajo, o industrial,
ya que tiene que ver más bien con el rendimiento de cada uno de los trabajadores y su entorno de
trabajo inmediato.

La otra faceta de esta especialidad de la psicología, en cambio, está orientada a las dinámicas de
trabajo y las relaciones entre las personas que componen la organización, y por lo tanto tiene que
ver con el clima laboral, los estudios de liderazgo, la resolución de conflictos de intereses, la
creación de flujos de comunicación eficaces, etc. Esta es la psicología organizacional.

La psicología del trabajo y las organizaciones es, además, la rama de la psicología que acostumbra
a tener una mayor salida laboral, y por lo tanto suele ser una opción profesional muy preciada.
Dentro de ella, la selección de personal tiende a ser la que crea más puestos de trabajo.

2. Psicología del marketing y del consumidor

La psicología del marketing nace a partir de la psicología de las organizaciones, en el sentido de


que está orientada a cubrir las necesidades del engranaje productivo de las empresas. En este
caso, estas necesidades consisten en dar salida a los productos o los servicios que se ofrecen,
haciendo que la potencial demanda de estos se dirija a la oferta de la empresa.

En resumidas cuentas, de entre todas las ramas de la psicología esta especialización se centra en
las investigaciones orientadas a crear servicios y productos atractivos para el cliente. Por tanto,
interviene en la creación del plan de marketing, la publicidad y el diseño del producto.

La psicología del marketing y del consumidor se especializa en hacer que lo que ofrecen las
organizaciones sea lo más atrayente posible para el tipo de cliente al que quiere venderse el
producto o servicio, y también establece qué estrategias de comunicación son más útiles para
llegar a este. Se trata de una disciplina muy solapada con lo que tradicionalmente vienen haciendo
las agencias de medios y de publicidad, y es por eso que este tipo de psicólogos trabajan
conjuntamente con los profesionales de esos ámbitos.

Entre los activos más valiosos de la psicología del marketing y el consumidor se encuentra el
neuromarketing, que aplica técnicas propias de las neurociencias para ver de qué manera
responden los potenciales clientes o consumidores ante piezas de publicidad, diseños de
packaging (el embalaje del producto), etc. Los psicólogos publicitarios también pueden jugar un rol
importante en estos procesos de diseño según el modo en el que interpretan la lectura de
patrones de activación cerebral, el seguimiento del movimiento de la mirada ante un cartel de
publicidad, etc.

Esta es una de las especialidades de la psicología más importantes en un contexto en el que los
consumidores son cada vez más inmunes y escépticos ante la publicidad.

3. Psicología clínica y de la salud

Esta es una de las ramas de la psicología más conocidas, si no la que más, y consiste en la
investigación e intervención centrada en los problemas psicológicos más o menos severos que
afectan a la calidad de vida de las personas. Si las alteraciones psicológicas tienen que ver con
trastornos mentales, los psicólogos clínicos trabajarán conjuntamente con otros profesionales de
la salud en el diagnóstico, pronóstico, intervención y control de las alteraciones psicológicas.

Las personas que pertenecen a esta especialidad de la psicología ofrecen un servicio llamado
psicoterapia y cuya forma, planteamiento y procedimientos pueden variar mucho, según la
orientación psicológica que se tenga y las herramientas con las que se cuente. Como
consecuencia, no todos los psicólogos de la salud trabajan del mismo modo ni cuentan con la
misma formación, aunque puedan ser incluidos dentro de la categoría de profesionales de la salud
mental.

4. Sexología

La especialización de sexología dentro del ámbito de la psicología tiene que ver con la aplicación
de la psicología a la resolución de problemas de sexualidad. Se trata de una rama de la psicología
derivada de la psicología clínica y de la salud pero que, se orienta a los tratamientos sobre la vida
sexual de pacientes.

Aunque la psicología del ámbito de la sexología es especialmente útil para tratar disfunciones
sexuales, también puede jugar un papel muy importante a la hora de mejorar la vida sexual de
personas sin ningún trastorno de este tipo.

5. Neuropsicología

El sistema nervioso es la base de operaciones de todo lo que tiene que ver con nuestra conducta,
nuestras emociones y sentimientos y nuestra capacidad de pensar y comunicarnos, así que es
normal que una de las ramas de la psicología esté orientada hacia las neurociencias.
La neuropsicología es una especialización a caballo entre la neurología y la psicología, y su razón
de ser es el estudio de los procesos mentales y el funcionamiento del encéfalo cuando hay alguna
alteración en este.

La neuropsicología es especialmente útil en el estudio de lesiones cerebrales, malformaciones,


disfunciones y enfermedades que afectan al funcionamiento del sistema nervioso. Así pues, las
personas que de entre todas las ramas de la psicología opten por esta especialización podrán
dedicarse al estudio de las relaciones entre los procesos mentales (y comportamentales) y lo que
ocurre en el cerebro, para extraer conclusiones que permitan realizar un diagnóstico, pronóstico,
tratamiento y control de síntomas.

6. Psicología forense

Esta especialidad está orientada a cubrir necesidades que aparecen en el seno del sistema judicial.
Un psicólogo forense recopila, analiza y presenta pruebas de tipo psicológico que van a ser tenidas
en cuenta en procesos judiciales. Por ejemplo, puede evaluar a una persona investigada para
examinar la posibilidad de que tenga trastornos mentales, o bien aporta pruebas que refuerzan la
hipótesis de que una persona tiene falsos recuerdos.

A diferencia de lo que ocurre durante la psicoterapia, en la que también se recopila y se analiza


información relacionada con el comportamiento de una persona concreta, en la evaluación
psicológica forense los intereses del psicólogo o psicóloga y los de la persona examinada no
coinciden. De hecho, entre las tareas que tiene el psicólogo forense se encuentra la de explorar la
posibilidad de que la persona examinada esté mintiendo para hacer valer una versión de los
hechos que le beneficie.

Además de todo esto, la rama de la psicología forense está relacionada con la creación de perfiles
psicológicos de criminales para ayudar en las tareas de búsqueda y captura.

7. Psicología de la educación y del desarrollo

Casi todas las ramas de la psicología dirigen parte de su atención a los procesos de aprendizaje,
pero la especialización en psicología educativa dirige toda su atención hacia ellos. El objetivo de
esta rama es aplicar técnicas y estrategias para hacer que el aprendizaje se realice de la manera
más satisfactoria posible, haciendo que exista un buen encaje entre aprendices y maestros.
Además, la psicología de la educación entiende el concepto "educación" en su sentido más amplio.
No tiene que ver solo con lo que hacen los jóvenes en la escuela, sino que sea aplica a todos los
ámbitos en los que el aprendizaje tenga un papel protagonista, ya sea en cursos formativos de
trabajadores o dentro de familias y comunidades que deben adaptarse a una nueva situación.

De hecho, desde la psicología de la educación cada vez se le da más importancia a la necesidad de


concebir la educación como un trabajo en red, que se ejerce mucho más allá de las escuelas y las
academias. Es por eso que parte de los esfuerzos de los psicólogos de la educación se dirigen a
poner en contacto a diferentes agentes que, entre sí, tienen un papel en la educación de un grupo
de personas: maestros, trabajadores sociales, familiares, etc.

La psicología del desarrollo está muy relacionada con la psicología de la educación y a menudo se
las percibe como una misma cosa. Sin embargo, la primera está más orientada a los cambios
comportamentales que tienen que ver con el desarrollo madurativo de las personas y su paso por
las diferentes etapas de crecimiento, desde la niñez hasta la vejez.

Esto es utilizado desde la psicología educativa para establecer criterios que prmitan saber cuáles
son las capacidades y los límites de aprendizaje de las personas, dependiendo de en qué etapa del
desarrollo se encuentren. Por ejemplo, el hecho de que una niña tenga cinco años permite
presuponer que no será capaz de aprender contenidos que obliguen a la utilización de de una
lógica formal medianamente elaborada.

8. Psicología del deporte

La rama de la psicología del deporte tiene como fin implementar estrategias para hacer que el
rendimiento psicológico y físico de los deportistas los lleve a mejorar sus resultados, tanto en lo
que respecta a su rendimiento individual como en el que involucra a su cooperación y
coordinación con otras personas de su equipo (si hay equipos en el deporte en cuestión). El
objetivo es hacer que las dinámicas psicológicas, las estrategias aprendidas y el estado emocional
en el que se encuentra el deportista lo lleven a encontrarse en una situación óptima para exprimir
al máximo sus capacidades.

Los psicólogos y psicólogas que optan por esta rama intervienen en muchos de los procesos que se
abordan desde la psicología clínica y la educativa, como el seguimiento de autoinstrucciones, el
desarrollo de una buena autoestima y autoimagen, la resolución de conflictos, los hábitos que
tienen que ver con la comunicación durante las sesiones de deporte, etc.
9. Psicología social

Esta es una de las ramas de la psicología más interesantes, ya que pone especial énfasis en la
dimensión de lo colectivo, las relaciones entre personas en un contexto. Así, la psicología social
está orientada a investigar el modo en el que la presencia de otras personas (ya sean reales o
imaginadas) afecta a los procesos mentales del individuo.

Se trata, por lo tanto, de una especialización que, aunque pertenece a la psicología, se acerca a la
sociología más que las otras ramas. Además, al ser uno de los grandes ámbitos de la psicología,
puede tener un importante papel en el resto de ramas de esta disciplina: en la psicología de las
organizaciones, en la educativa, etc.

10. Psicología comunitaria

La psicología comunitaria puede entenderse como una deriva de la psicología social orientada a la
investigación e intervención sobre problemas que afectan a comunidades específicas y colectivos
localizados de personas.

Su objetivo es generar tanto cambios materiales en el contexto de estas personas como nuevas
dinámicas de relaciones entre ellas que permitan que su calidad de vida y capacidad de decisión
mejoren.

Además, la estrategias de investigación e intervención de los psicólogos comunitarios promueven


la participación de los miembros de la comunidad en todo el proceso.

11. Psicología de pareja y familiar

Esta rama de la psicología puede entenderse como una especialización dentro de la psicología
clínica que también toma ingredientes de la psicología social y comunitaria y, en el caso de los
servicios de terapia de pareja, de la sexología. Se centra en la resolución de conflictos en el seno
de las familias, y las sesiones ofrecidas acostumbran a ser en grupo.

12. Psicología básica y experimental

La psicología básica es una rama de la psicología totalmente volcada en la investigación de los


procesos psicológicos más generales que tienen que ver con el comportamiento humano. Está
orientada al estudio de los procesos psicológicos típicos de los seres humanos maduros y sanos,
para descubrir tendencias y patrones que caracterizan a toda la población humana.

Esta especialidad de la psicología se encarga, por tanto, del estudio de los procesos psicológicos
básicos como la memoria, la atención, el razonamiento o la toma de decisiones, poniendo mucho
más énfasis en los mecanismos en los que se fundamentan estos que en el modo en el que el
contexto influye en ellos.
Psicología inversa, ¿Cómo funciona?

EN:

Todos sabemos que la psicología inversa es el fenómeno de conseguir que alguien haga algo que
queremos diciéndoles que hagan lo contrario a lo que se desea que hagan. Pero lo que no sabe
mucha gente es porque funciona o como aplicarla. Pues bien, en psicología es un fenómeno
bastante estudiado, además de ser bastante divertido de observar (aquí encontrareis un buen
ejemplo en vídeo).

¿Qué es realmente la psicología inversa?

Es una técnica conductista descrita por el psiquiatra y escritor Viktor Frankl. Consiste en modificar
la conducta de la otra persona cuando esta se resiste a hacer lo que queremos, es un truco
mediante el cual al cambiar nosotros de posición (y defender la opuesta a la original) y querer el
otro llevarnos la contraria acaba por aceptar lo que realmente nos interesaba que aceptara
(llevándonos la contraria lo que le hace creer que gana el).

He de decir que es una técnica de manipulación y como tal puede suponer algún que otro dilemilla
moral.

Para entenderlo mejor voy a resumiros unos ejemplos que podéis encontrar en esta página: En
una empresa conceden 35 horas de formación a los trabajadores, estos no las utilizan así que
deciden decirles que por motivos económicos las quitan, ellos lo sienten como una injusticia, las
reivindican, y la empresa al final de negociar cede y se las devuelve, la situación es la misma que al
principio pero ahora los trabajadores las aprovechan y las ven como deseadas por ellos y no
impuestas. En niños por ejemplo se puede ver que funciona cuando en lugar de recompensar al
niño por leer viendo la tele, se le dice que después de ver la tele podrá leer el libro pero solo dos
páginas, al final el niño ve el libro como especial y lo deseará por encima de la tele.

La psicología inversa puede utilizarse también en forma de reto: ¿Apuesto a que no puedes llegar
puntual? (esto la gente se lo suele oler y funciona mejor con niños, pero aún así funciona bastante
bien)

¿Funciona? ¿Por qué?

Sí funciona (aunque no siempre). Funciona debido al fenómeno cognitivo conocido (emocional)


como resistencia psicológica. Esta resistencia se refiere a la necesidad de demostrar la libertad de
uno mismo, la autonomía. Cuando vemos que hacer lo que nos dicen es algo impuesto que
implicaría ceder e implícitamente perder libertad (esta sensación puede ser real o subjetiva),
tendemos a hacer lo contrario para reivindicarla. Es una activación motivacional que busca
restaurar la propia autonomía y libertad de acción. Se acentúa esto por el sesgo que infravalora las
cosas permitidas y sobrevalora las prohibidas. Es una respuesta que se emite ante una amenaza
hacía nuestras libertades.

¿Cómo aplicarla?

No es que haya una regla per se para aplicarla, pero si es cierto que algunos consejillos nos pueden
ayudar.
1- Ten en cuenta con quien la aplicas, hay personas más propensas a funcionar con psicología
inversa, para empezar me vienen a la cabeza los niños y adolescentes por su momento evolutivo
caracterizado en ciertas edades por rebeldía y rechazo a la autoridad. Otro grupo de personas con
las que puede funcionar son aquellas personas a las que les molesta que les controlen o que están
en contra de la autoridad. A los que el ego les nuble el juicio también serán más propensos. Pero
esto no quiere decir que no vaya a funcionar con el resto de nosotros.

2- Cuanta más emoción haya más efecto tendrá. Cuanto más deseos de ganar tenga la otra
persona más probabilidad hay de que haga lo contrario a lo que le pedimos.

3- Procura seguir el tono de la conversación/discusión. Si estas enfadado, que lo que pidas sea
enfadado o pareciendo que te das por vencido y el otro gana. Más que nada para que pase
desapercibido lo que estás haciendo.

4- No te des por vencido, no acabes haciendo tu lo que querías que hiciera esa persona, no cedas,
es un momento crucial.

5- Factores que aumentan la reactancia psicológica:

La expectativa de libertad. Cuanto más libre se sienta la persona, más reactancia habrá.

La fuerza de la amenaza. Cuanta más amenaza se perciba más funcionará.

La importancia que se le da a la libertad. Esto depende de la persona y las implicaciones en su vida


que tenga esa libertad. A más importancia e implicación más reactancia.

La legitimidad de la amenaza. Si procede de una fuente de autoridad legitima la reactancia será


menor

Nunca Uses la Psicología Inversa

Pau F. Navarro38 comentarios

Vale, está claro que has picado. Si estás leyendo esto a lo mejor sí que deberías usarla, porque
parece que acaba de funcionar contigo. Y en este artículo entenderás por qué.

Cómo utilizar la psicología inversa

Tengo una historia que siempre arranca una sonrisa cuando la cuento. Cuando era muy pequeñito,
alrededor de 5 años, hubo una temporada en que tenía que tomarme una medicina cada noche
antes de acostarme. Recuerdo que era una pastilla efervescente que se disolvía en agua y sabía
muy mal, casi como a azufre.

Al principio me resistía mucho a tomármela y era un drama para mis padres lograr que me la
bebiera cada noche. Hasta que mi psicólogo padre empezó un juego. Me dijo y me hizo creer que
esa medicina era en realidad un jarabe mágico que me volvía invisible y que conforme me la fuera
tomando sus efectos serían más potentes. Pero que la decisión de bebérmela o no dependía de
mí.
Y así, en poco tiempo, mi padre logró que un mocoso de 5 años que antes lloraba y pataleaba cada
vez que se tenía que tomar su medicina se convirtiera en niño que cenaba a toda velocidad para
no perder tiempo y tomarse lo antes posible su pócima mágica.

Si bien mi padre usó la imaginación de un niño para conseguir su propósito, su estrategia tiene
mucho que ver con una de las herramientas más útiles pero menos conocidas de la influencia: la
psicología inversa.

¿Qué es la psicología inversa?

Si hay ocasiones en las que, de forma intencionada, argumentas a favor de una decisión o
conducta mientras que secretamente esperas que tu interlocutor haga lo contrario, es que tú
también usas la psicología inversa.

“Pero Pau… ¡yo nunca intentaría manipular de esa forma a un amigo!”

Aunque honestamente creas que tú nunca lo haces, la realidad es que sí. En este estudio se
demostró que es una de las formas de persuasión que más utiliza la gente, ya sea de manera
consciente o no. ¡Así que ándate con cuidado cuando un amigo te diga que no hagas algo!

La psicología inversa funciona por un motivo muy simple: a muchos no nos gusta que nos
presionen o digan lo que tenemos que hacer, así que a menudo hacemos justamente lo contrario
para reafirmar nuestra autonomía y libertad individual. A esto, en términos psicológicos, se le
llama reactancia.

La teoría de la reactancia nos dice que la gente que siente que se le está quitando el control lo
intentará recuperar haciendo justamente lo contrario a lo que se le ha pedido, así que la psicología
inversa funciona especialmente bien en personas que necesitan sentir que tienen el mando como
los adolescentes.

La psicología inversa es muy útil en adolescentes

Cuando la uses debes estar dispuesto a llegar hasta el final. Si la utilizas en forma de ultimátum,
asegúrate de cumplir tu palabra o la otra persona comprenderá que sueles ir de farol y quizás se
aproveche de eso.

¿Cuándo usarla?

Antes de nada conviene que tengas presente que las personas suelen responder mejor a
peticiones directas. Sin embargo, en aquellas que se resisten al cambio o a las sugerencias es
donde puedes intentar la psicología inversa como último recurso.

Si bien es cierto que los expertos todavía no han consensuado cómo usarla, sí que se pueden sacar
algunas conclusiones preliminares sobre cuándo funciona mejor:

En gente muy segura de sí misma, tozuda o con mucho ego, porque si les dices que no saben hacer
algo seguramente querrán demostrarte que te equivocas. Sin embargo no es bueno hacerlo en
gente con baja autoestima, ya que corres el riesgo de que realmente crean que no son capaces y
los hundas más.
En personas en un estado muy emocional. Si alguien está enfadado o incluso furioso no será tan
racional y es más probable que la psicología inversa funcione. ¡Con esto no estoy diciendo que
hagas cabrear a tu interlocutor antes!

Cuando la otra persona sabe lo que tiene que hacer para llegar a tu objetivo. Si quieres que
alguien adelgace es mucho más efectivo decirle “apuesto a que no puedes cenar verdura durante
un mes” que no “nunca conseguirás adelgazar” porque en el segundo caso no le dices
específicamente qué tiene que hacer y que tenga éxito depende de un montón de factores.

Funciona especialmente bien en niños pequeños, aunque la verdad es que algunos adultos no se
diferencian mucho 😉

Formas de usar la psicología inversa

Existen muchas maneras de usarla, pero todas parten del principio de que la otra persona debe
sentir que tiene el control y que nadie le está presionando. Aquí tienes las principales:

1. Rendirte y darle la razón

Una vez alguien entra en una discusión, a menudo su objetivo deja de ser debatir el propio tema
para convertirse en ganar la discusión.

Si te ves en esta situación con alguien te recomiendo que le des lo que quiere. Deja que gane la
discusión, porque entonces tú podrás ganar lo que de verdad importa: el motivo de la discusión.

¿Cómo?

Supón que llevas un rato discutiendo con tu compañero de piso porque casi nunca lava los platos y
nadie cede en sus argumentos. ¿Qué crees que ocurriría si dijeras “Entendido, tú ganas, no limpies
más los platos.”?

Lo que suele ocurrir es que entonces la otra persona se da cuenta de que en realidad no quería
ganar el asunto de la discusión, sino sentir que te podía vencer en una lucha de poder.

En ese caso comprenderá que lo ha conseguido a costa de algo que para ti significaba mucho más
que para ella, y eso no le hará sentir demasiado bien. De esta forma es más probable que termine
cediendo.

2. Di lo contrario a lo que estabas diciendo

Si estás en una discusión muy emocional y las dos posturas lleváis un buen rato enrocadas, dile en
el mismo tono lo contrario a lo que estabas defendiendo hace un momento.

Volviendo al ejemplo anterior, sería decirle que es mejor que no lave los platos cada noche porque
así todo el mundo se dará cuenta de lo irresponsable que es.

Es probable que en ese caso te responda “¡Limpiaré los platos cuando me dé la gana!”. Y ya lo
tienes. Habrá pasado de justificar por qué no limpiaba los platos a decir que lo hará a veces.

3. Provoca a su ego
Ésta funciona especialmente bien con personas con mucha autoestima o confianza. Hay tres
formas de conseguirlo:

Provocación indirecta: “da igual que no laves los platos, de todas formas no sabrías hacerlo bien…”

Provocación directa: “la razón por la que no lavas los platos es porque tú mismo sabes que no
puedes ser meticuloso con algo”

Convirtiendo tu petición en un desafío: “me juego lo que quieras a que no eres capaz de lavar los
platos durante una semana entera”

Lo que consigues provocando es apelar al ego. Le estás diciendo que no puede hacer eso porque
es algo que requiere más habilidad o aptitudes de las que tiene.

Cuídate de usar este tipo de psicología en personas con baja autoestima porque podría ser que
terminasen creyéndote y ni siquiera lo intentaran.

4. Crea misterio

Esta fórmula funciona bien sólo en ciertas situaciones. Imagínate que a un niño le dices muy
seriamente “Sobre todo, por encima de todas las cosas, no abras ese armario de la cocina” sin
explicar por qué. ¿Qué crees que hará cuando tú no estés mirando?

Crear misterio

La clave está en dejar un aura de misterio que le dará más emoción a lo que realmente queremos
que haga alguien. Evidentemente esto no funciona con tareas aburridas como sacar a pasear el
perro, si no sería maravilloso.

5. Ofrece otras opciones alternativas

A la gente, especialmente la más tozuda, no le gusta que le limiten las libertades y por eso se
rebela. De eso se aprovecha la psicología inversa. Cuando te dicen que no puedes tener o hacer
algo pasas a quererlo más. Te rebelas para reafirmar tu libertad individual y te enfadas con la
persona que te la restringe.

Pero también ocurre lo contrario. Cuando das opciones a alguien le haces sentir más
independiente, que tiene el control. La gente se vuelve más cooperativa si cree que tiene el
control. Y ofreciendo opciones también minimizarás las probabilidades de rechazo porque no
habrás preguntado algo que se pueda responder sólo con un sí o un no.

-Creo que si no quieres lavar los platos entonces empezaré a comprar platos de plástico, ¿te
parece bien? ¿Me das dinero y te compro para ti también?

La clave aquí es dar una opción más mala que la que queremos que haga. De esta forma le das una
alternativa que probablemente descarte sin que tengas que presionarle y le traspasas la
responsabilidad de decidir, con lo que es probable que se muestre más amistoso.

6. Muestra el lado bueno de las cosas


Cuando alguien te presiona para que hagas algo que él mismo no quiere hacer, es cuando
empiezas a encontrar motivos por los que precisamente no deberías hacerlo, ya que das por
supuesto que es la opción mala.

Te pongo un ejemplo:

Imagínate que tienes una reunión en la otra punta de la ciudad y tu compañero, que se suponía
que debía preparar las fotocopias, te dice que a pesar de que las quería hacer él porque así podía
repasar un momento antes de empezar, no le funciona la impresora y te pide si las podrías
imprimir y llevar tú.

Seguramente en este caso diría que sí, que ningún problema.

Ahora imagínate que tienes la misma reunión en la otra punta de la ciudad y tu compañero que
tenía que llevar las copias te dice que pesan mucho y que prefiere no ir cargado, así que te
pregunta si las puedes llevar tú. ¿Qué dirías en este caso?

En ambas situaciones las fotocopias pesan lo mismo y la petición, a fin de cuentas, es que las lleves
tú, pero seguramente en el segundo caso te pondrías a la defensiva. ¿Él no puede ir cargado pero
tú sí? ¡Ni hablar!

Ésta es una forma de manipulación que debe usarse con sutileza o se te verá el plumero y, aunque
no la recomiendo, utilizada de forma inteligente puede ser muy útil.

7. Di lo que nadie espera que digas

Imagínate ahora que estás en mitad de una primera cita cuando la otra persona te pregunta que
cómo te lo estás pasando del 1 al 10. Tú estás disfrutando pero tampoco quieres que se emocione
demasiado, así que le pones un 7. Su tendencia habitual seguramente sería contestar con un “¿Y
qué tengo que hacer para que te lo pases de 10?”

El problema de esta respuesta es que las personas tenemos una tendencia natural a resistirnos a
las sugerencias si sentimos que de alguna forma se espera algo de nosotros.

En lugar de eso existe una curiosa técnica (gracias Mike Michalowicz) que sería responder lo
siguiente:

“¿Un 7? Qué curioso, porqué hoy no estoy fino y creía que me ibas a poner un 5.

De esa forma seguramente conseguiría que tú, para autojustificar que has puesto una nota mejor
que él, quisieras demostrarte y demostrarle que estás en lo cierto. De esta forma te
autosugestionarás para encontrar motivos por los que ir subiendo la nota de la cita.

8. Implantándola de forma inconsciente

Esta última estrategia es un poco rollo la película Origen, pero es posible implantar una sugerencia
en tu interlocutor a la vez que evitas su reactancia diciéndole que no quieres forzar su decisión.

“No estoy diciendo que debas lavar los platos después de cenar…”. Con esto logras que la otra
persona ahora deba considerar lavar los platos después de cenar, pero como no le has pedido
realmente que lo haga quizás termine contemplando la opción con mejores ojos.
No es oro todo lo que reluce

La psicología inversa no está exenta de efectos secundarios. Algunos de los más relevantes,
especialmente en niños y adolescentes, son los siguientes:

Cuando recompensas, felicitas o agradeces a alguien por hacer lo contrario a lo que tú has dicho,
le estás enseñando a no hacerte caso porque parecerá que realmente no sabes lo que quieres.

Otro peligro es que te salga el tiro por la culata si tu interlocutor se da cuenta que estás
intentando manipularle. En ese caso podría decidir hacer caso a tu sugerencia inversa para
fastidiarte.

La psicología inversa no es la panacea ni sirve en todas las situaciones. Si por ejemplo a


Ronaldinho, en su época en que más que entrenar lo que hacía era salir de fiesta, alguien le
hubiera dicho “No hace falta que entrenes, eres el mejor igualmente” quizás habría logrado que
Ronaldinho se lo terminase creyendo porque eso era precisamente lo que le gustaría escuchar.

Usar la psicología inversa

Al final, la psicología inversa se basa realmente en apelar a la autonomía o libertad de elección de


tu interlocutor. “Si haces A, B o C es totalmente tu decisión. No puedo forzarte a hacer algo que no
quieras”.

Y con esto termino este monográfico que espero que te haya resultado útil. Yo ahora tengo que
marchar corriendo a una reunión. Por suerte mi compañero lleva las fotocopias 😉

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