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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0527/2016-S3

Sucre, 9 de mayo de 2016

SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional

Expediente: 13658-2016-28-AAC
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 150 de 14 de diciembre de 2015, cursante de fs. 65 a 67,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Maria Virginia Barrientos Luque en representación legal de Carmiña Zeballos
Luque contra William Torrez Tordoya, Sigfrido Soleto Gualoa y Hugo Juan
Iquise Saca, Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental
de Justicia de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 21 de octubre de 2015, cursante a fs. 1 y 38 a 41 vta.,


la accionante a través de su representante, manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Mediante Resolución de 28 de junio de 2014, el Juez Cuarto de Instrucción en lo


Penal del departamento de Santa Cruz, dispuso la incautación del inmueble de
propiedad de su hijo AA -menor de edad-, conforme establece el art. 255 del
Código de Procedimiento Penal (CPP); posteriormente, interpuso incidente para
liberar la referida incautación, por lo que a través de Auto interlocutorio 388 de 14
de noviembre de igual año, la Jueza Decimoquinta de Instrucción en lo Penal del
referido departamento, revocó dicha Resolución -sustentando la misma en los arts.
56 de la Constitución Política del Estado (CPE), 255.I del CPP y 71.“II” de la Ley del
Régimen de la Coca y Sustancias Controladas (L1008), que refieren que la
incautación procederá cuando el propietario tomare acciones en el delito que se
investiga o en su defecto teniendo conocimiento de la acción delictiva no la
denunciare- al no demostrarse la participación del propietario en el acto investigado
y haber sido adquirido el inmueble antes de llevarse a cabo el mismo; sin embargo,

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debido al recurso de apelación planteado por el Ministerio Público, la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia del citado departamento integrado
por los ahora demandados, a través del Auto de Vista 43 de 12 de febrero de 2014
-lo correcto debió ser 2015-, declaró procedente el mismo, dejando sin efecto el
Auto interlocutorio 388.

Los Vocales ahora demandados a través del Auto de Vista 43, refirieron que: a) La
Resolución de primera instancia “…aplicó incorrectamente el art. 255 del Código de
Procedimiento Penal” (sic), sin indicar cuál debió ser una correcta aplicación del
mismo; sin hacer cita de otra norma jurídica que ampare la Resolución de alzada;
b) No consideró que el inmueble incautado es objeto de un contrato de anticresis a
favor de Manuel Jesús Gutiérrez Flores y Roxana Ardaya Menacho, en cuya cláusula
quinta se pacta que el inmueble es para uso de vivienda familiar de los
anticresistas, pero en la Resolución cuestionada se concluyó que se “deduce que
fue utilizado para fines ilícitos” (sic) inmersos en la “Ley 1008”; aspecto fuera
de cualquier norma jurídica pues no corresponde la incautación de un bien cuando
el propietario no tenía conocimiento del hecho porque vive en los Estados Unidos
de Norte América con su madre, ello debido a que en el inmueble incautado se
habría encontrado al tío del propietario del inmueble -menor de edad- en actos
ilícitos deduciéndose que el mismo fue usado para fines ilícitos; c) El Tribunal de
alzada realizó la valoración unilateral y no integral de la prueba que presentó al
interponer el incidente, ya que sobre la calidad del bien se señaló que el propietario
desconocía el uso que le daba el sentenciado “Carlos Zeballos Luque” -donde
circunstancialmente habitaba-, aspecto que se demostró con el título de propiedad
a favor de AA, la autorización judicial para dar en anticresis el inmueble, el contrato
de anticresis en cuya cláusula sexta establece que el inmueble tendrá un familiar
viviendo en el mismo; y, d) Incumplieron con el art. 398 del CPP, al pronunciarse
sobre aspectos que no fueron apelados.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

La accionante a través de su representante considera como lesionados sus


derechos al debido proceso en sus elementos de resoluciones fundamentadas,
motivadas y congruentes, a la valoración razonable de la prueba, a la defensa, a la
propiedad individual; y, a los principios de inocencia y seguridad jurídica, citando al
efecto los arts. 56, 115.II y 117.I de la CPE.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela; y en consecuencia, se deje sin efecto el Auto de Vista


43 “…Registrado a fs. 116 a 119, del Libro de Tomas de Razón 2-2015” (sic), de 14
de febrero de 2015 y que las autoridades recurridas emitan nueva resolución
acorde con los lineamientos expuestos.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

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Celebrada la audiencia pública el 14 de diciembre de 2015, según consta en el acta
cursante de fs. 62 a 65, presente la parte accionante como el representante del
Ministerio Público y ausentes las autoridades demandadas, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante ratificó in extenso los términos expuestos en su memorial de la


presente acción tutelar, y ampliándolo manifestó que la Resolución cuestionada:
1) No consideró la previsión contenida en los arts. 251 y 255.I del CPP; y, 70 y 71.“I”
de la L1008, únicamente hizo referencia a la mala aplicación del art. 255 del CPP,
deduciendo subjetivamente que el inmueble fue empleado para fines delictivos;
2) Si bien señala que no se demostró la licitud de la ocupación por parte de Carlos
Zeballos Luque, para ello hace referencia al contrato de anticrético -Instrumento
Público 46/2014- que en su cláusula quinta establece que el inmueble es otorgado en
calidad de anticrético a Manuel Jesús Gutiérrez Flores y Roxana Ardaya Menacho, sin
tomar en cuenta la cláusula sexta que señala que un familiar del propietario ocupará
las habitaciones que se encuentran en la parte trasera del inmueble, que en el caso
es Aida Luque Zeballos -abuela del propietario- y el título de propiedad inscrito en
Derechos Reales (DD.RR.) el 21 de abril de 2008, seis años antes de la comisión del
delito; y, 3) El Ministerio Público no amplió la investigación contra el menor AA o
contra su madre, para estar inserto en el art. 71 de la L1008.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

William Torrez Tordoya, Sigfrido Soleto Gualoa y Hugo Juan Iquise Saca, Vocales de
la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, no
asistieron a audiencia, ni presentaron informe alguno, pese a sus legales citaciones
cursantes de fs. 55 a 57.

I.2.3. Intervención del Ministerio Público

Fanny Alfaro Vaquila, Fiscal de Sustancias Controladas, en audiencia solicitó se


deniegue la tutela impetrada, refiriendo que los Vocales ahora demandados
realizaron una adecuada valoración de la prueba y fundamentaron respecto a la
apelación planteada contra el Auto interlocutorio de 14 de noviembre de 2014, a
través del cual la Jueza Decimoquinta de Instrucción en lo Penal del departamento
de Santa Cruz, dispuso la devolución del inmueble incautado.

I.2.4. Resolución

La Sala Social, Contencioso Tributario y Contencioso Administrativa Primera del


Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituida en Tribunal de
garantías, mediante Resolución 150 de 14 de diciembre de 2015, cursante de fs. 65
a 67, concedió la tutela solicitada, disponiendo la nulidad del Auto de Vista
43/2015, dictado por los Vocales ahora demandados, debiendo los mismos
pronunciar un nuevo fallo congruente, pertinente, fundamentado y aplicando las

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normas precedentemente enunciadas, valorando todos los extremos del incidente
como el contrato de anticrético en toda su dimensión real, bajo los siguientes
fundamentos: i) No se valoró en su totalidad el contrato de anticrético que el
propietario del inmueble otorgó a favor de Manuel Jesús Gutiérrez Rojas y Roxana
Ardaya Mercado, que en su cláusula sexta, establece las condiciones en las que se
encontraba el ocupante de las habitaciones de la parte posterior del inmueble quien
fue procesado por posesión de sustancias controladas; y, ii) El art. 255.I y II del
CPP, establece la forma de interposición del incidente de calidad de los bienes
incautados y la forma en que la autoridad jurisdiccional debe verificar que no existe
contradicción o insuficiencia de la documentación presentada; es decir, el inmueble
objeto de la incautación hubiese sido obtenido lícitamente, con anterioridad al
hecho o motivo de la acción penal y que los que participaron en el hecho no sean
propietarios del mismo, conforme los arts. 253 del CPP y 71 de la L1008.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece


lo siguiente:

II.1. Mediante Auto interlocutorio 388 de 14 de noviembre de 2014, la Jueza


Decimoquinta de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz,
declaró probado el incidente de calidad de bienes presentado por María del
Carmen Zeballos Luque -ahora accionante- en calidad de madre y tutora
legal del menor AA, representada por Maria Virginia Barrientos; y en
consecuencia, revocó la Resolución de 28 de junio de igual año, ordenando a
la Dirección de Control y Administración de Bienes Incautados (DIRCABI)
proceda a la devolución del inmueble incautado a Carlos Zeballos Luque
“…ubicado en la U.V. 16, Manzano 85, lote N° 15 e inscrito en Derechos
Reales bajo la matricula N° 7011990036402…” (sic [fs. 28 a 29 vta.]).

II.2. Por Auto de Vista 43 de 12 de febrero de “2014”, William Torrez Tordoya,


Sigfrido Soleto Gualoa y Hugo Juan Iquise Saca, Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz -hoy
demandados- declararon “…ADMISIBLE y PROCEDENTE…” (sic) el
recurso de apelación incidental interpuesto por la representante del
Ministerio Público, revocando el Auto interlocutorio 388, disponiendo se
mantenga vigente la incautación del bien inmueble (fs. 30 a 33).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante a través de su representante, señala como vulnerados sus derechos


al debido proceso en sus elementos de resoluciones fundamentadas, motivadas,
congruentes y valoración razonable de la prueba, a la defensa, a la propiedad
individual; y, a los principios de inocencia y seguridad jurídica, debido a que los
Vocales hoy demandados emitieron el Auto de Vista 43, que declaró procedente la
apelación incidental presentada por la Fiscal de Materia, ordenando se mantenga
vigente la incautación de su inmueble asumiendo que el mismo fue utilizado para

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fines ilícitos inmersos en la “Ley 1008”: a) Sin efectuar una adecuada
fundamentación respecto a las razones por las cuales el Auto interlocutorio 388
apelado aplicó incorrectamente el art. 255 del CPP, ni señaló cuál debió ser la
correcta aplicación del mismo, omitiendo considerar la previsión contenida en los
arts. 251 y 255.I del citado Código; y, 70 y 71.“I” de la L1008; y fundamentar
respecto al contenido del contrato de anticrético; b) Realizando una valoración
unilateral y no integral de la prueba que presentó al interponer el incidente,
omitiendo considerar, el título de propiedad inscrito a favor del menor AA -con seis
años de anterioridad al hecho-, a través del cual se demostró conforme a la
normativa jurídica que no corresponde la incautación de un bien inmueble cuando
el propietario no tiene conocimiento del uso que se le daba al mismo; y,
c) Incumplieron con el art. 398 del CPP, al pronunciarse sobre aspectos que no
fueron apelados.

Corresponde en revisión, verificar si lo alegado es evidente y si se debe conceder


o denegar la tutela solicitada.

III.1. La revisión de la actividad jurisdiccional de otros tribunales

La SCP 1631/2013 de 4 de octubre, respecto a la revisión de la actividad


jurisdiccional por parte de la justicia constitucional, sostuvo que: “De todo lo
mencionado, se tiene que la línea jurisprudencial relativa a la revisión de la
actividad de otros tribunales por parte de la justicia constitucional ha
avanzado en términos evolutivos hasta consolidar la noción que la
interpretación de la legalidad infra constitucional le corresponde a los
tribunales de justicia y no a la justicia constitucional; sin embargo, ante la
existencia de violación de derechos y garantías previstos en la Norma
Suprema, excepcionalmente la justicia constitucional puede ingresar a
valorar la actividad desarrollada en miras a brindar tutela. De lo referido, se
deben precisar tres elementos de suma importancia: i) Las autoridades de
los otros sistemas de justicia (civil, penal, familiar, agroambiental,
administrativa) en realidad ejercen al igual que la justicia constitucional una
actividad hermenéutica que parte de la Constitución e irradia a todo el
ordenamiento jurídico; por ello a la luz del Estado Constitucional de Derecho
no es válido hablar de “legalidad ordinaria”, pues todos los órganos de
justicia se encuentran sometidos a la Constitución y su labor interpretativa
parte de la misma; ii) La noción de “reglas admitidas por el Derecho”
rescatando una posición teórica decimonónica no agota las posibilidades
hermenéutico - argumentativas de las autoridades judiciales, por ende, si
bien los métodos de interpretación formalistas, pueden resultar útiles en la
obtención de un resultado hermenéutico, no agotan todas las posibilidades
que tiene la autoridad jurisdiccional en miras de satisfacer los principios fines
y valores que se encuentran en la Constitución; iii) La revisión de la actividad
interpretativa que realizan otras jurisdicciones que involucra el análisis de la
motivación, congruencia, adecuada valoración de los hechos (valoración de
la prueba) y adecuada valoración del Derecho (interpretación de las normas),
no es la labor propia de la justicia constitucional, sin embargo, es

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insoslayable que las autoridades jurisdiccionales no se encuentran habilitadas
a vulnerar derechos fundamentales, y en esa dimensión esta jurisdicción
constitucional se encuentra facultada a vigilar que en todo fallo, providencia
o decisión judicial que las autoridades judiciales se sometan a la
Constitución; y, iv) Para que la jurisdicción constitucional analice la actividad
interpretativa realizada por los tribunales de justicia, los accionantes deben
hacer una sucinta pero precisa relación de vinculación entre los derechos
fundamentales invocados y la actividad interpretativa - argumentativa
desarrollada por la autoridad judicial. Demostrando ante esta justicia
constitucional que se abre su competencia en miras a revisar un actuado
jurisdiccional, sin que ello involucre que la instancia constitucional asuma un
rol casacional, impugnaticio o supletorio de la actividad de los jueces.

De lo referido sólo resulta exigible sino una precisa presentación por parte de
los accionantes que muestre a la justicia constitucional de por qué la
interpretación desarrollada por las autoridades, vulnera derechos y garantías
previstos por la Constitución, a saber en tres dimensiones distintas: a) Por
vulneración del derecho a un Resolución congruente y motivada
que afecta materialmente al derecho al debido proceso y a los
derechos fundamentales que se comprometen en función de tal
determinación; b) Por una valoración probatoria que se aparta de
los marcos de razonabilidad y equidad; y, c) Por una incorrecta
aplicación del ordenamiento jurídico, que más allá de las implicancias dentro
del proceso judicial o administrativo lesiona derechos y garantías
constitucionales” (las negrillas nos pertenecen).

III.2. Análisis del caso concreto

La accionante a través de su representante, alega la vulneración de sus


derechos invocados en la presente acción tutelar; toda vez que, los Vocales
hoy demandados a través del Auto de Vista 43 de 12 de febrero de “2014”,
declararon procedente la apelación incidental presentada por la Fiscal de
Materia, ordenando que se mantenga vigente la incautación, asumiendo que
el inmueble fue utilizado para fines ilícitos inmersos en la “Ley 1008”: 1) Sin
realizar una debida fundamentación respecto a las razones por las cuales el
Auto interlocutorio 388 apelado aplicó incorrectamente el art. 255 del CPP, ni
indicaron cuál debió ser una correcta aplicación del mismo, obviando
considerar la previsión contenida en los arts. 251 y 255.I del CPP, 70; y, 71.“I”
de la L1008 y eludiendo fundamentos adecuados respecto a las estipulaciones
del contrato de anticrético; 2) Realizando una valoración unilateral y no
integral de la prueba que presentó al interponer el incidente, omitió considerar
el título de propiedad inscrito a favor del menor AA -con seis años de
anterioridad al hecho-, a través de la cual se demostró conforme a la
normativa jurídica que no corresponde la incautación de un bien inmueble
cuando el propietario no tiene conocimiento del uso que se le daba al mismo;
y, 3) Inobservaron el art. 398 del CPP, al pronunciarse sobre aspectos que no
fueron apelados.

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De la revisión de antecedentes, se tiene que mediante Auto interlocutorio 388
de 14 de noviembre de 2014, la Jueza Decimoquinta de Instrucción en lo
Penal del departamento de Santa Cruz, declaró probado el incidente de calidad
de bienes presentado por la ahora accionante, ordenando a DIRCABI a que
proceda a la devolución del inmueble incautado a Carlos Zeballos Luque
“…ubicado en la U.V. 16, Manzano 85, lote N° 15 e inscrito en Derechos
Reales bajo la matricula N° 7011990036402…” (sic) (Conclusión II.1.).

Contra el Auto interlocutorio 388 supra referido, la representante del Ministerio


Público, interpuso recurso de apelación incidental, cuyos agravios -extraídos
del Auto de Vista 43- (Conclusión II.2.), son los siguientes: La Resolución
impugnada hace una vaga fundamentación, además de no asumir los
argumentos expuestos en la contestación al incidente por el Ministerio Público,
sobre la existencia de alguna documentación o contrato que demuestre la
relación contractual objetiva entre la ahora accionante en representación del
propietario menor de edad y el imputado Carlos Zeballos Luque, ya que si bien
existe un contrato de anticrético, el mismo no es con el imputado y de los
antecedentes del cuaderno de investigaciones se tiene que el inmueble fue
obtenido y utilizado para cometer hechos ilícitos vinculados al narcotráfico,
que si bien el inmueble fue adquirido con anterioridad al hecho, la incidentista
no demostró la finalidad lícita de la adquisición del inmueble, tampoco acreditó
por qué el imputado -hermano de la mandante- se encontraba habitando el
inmueble, siendo ajeno al contrato de anticresis, por lo que en el momento del
hecho se encontraba viviendo en el inmueble incautado, lugar en el que fue
encontrado con la sustancia controlada, lo que motivó su procesamiento, sin
haberse demostrado en que calidad, se encontraba viviendo allí.

Los Vocales ahora demandados a través del Auto de Vista 43, declararon
procedente la apelación planteada por la Fiscal de Materia, revocando el Auto
388, disponiendo se mantenga vigente la incautación del bien inmueble
(Conclusión II.2.), sustentando dicha decisión, en los siguientes argumentos:
i) A través del Auto interlocutorio apelado, el Juez a quo no encuadró su
accionar a los preceptos constitucionales y legales vigentes, “…no tuvo
cuidado ni la prolijidad exigida por el Art. 173 del Código de Procedimiento
Penal a tiempo de valorar la prueba presentada por la incidentista,
fundamentalmente en lo referido al contrato de anticresis suscrito entre la
mandataria Maria Virginia Barrientos de Sejas y los anticresistas Manuel Jesús
Gutiérrez Flores y Roxana Ardaya Menacho (…) en cuya clausula Quinta
establece claramente que el inmueble será ocupado ‘Exclusivamente para
vivienda familiar de los anticresistas’; sin embargo, por los datos del proceso
se evidencia que en el referido inmueble también vivía el imputado Carlos
Zeballos Luque, hermano de la mandante María del Carmen Zeballos Luque;
de lo que se deduce que no ha tomado en cuenta y considerando los
argumentos expuestos por la parte apelante, por lo que se evidencia que
hubiera incurrido en las omisiones observadas en el Recurso De Apelación
Incidental (…); consiguientemente, lesionado el derecho al debido proceso y la

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legalidad manifestada por el Ministerio Público” (sic); y, ii) La petición de
devolución de inmueble formulada por la incidentista, se fundamentó en que
el inmueble fue incautado dentro del proceso penal que promueve el
Ministerio Público contra Carlos Zeballos Luque, por posesión de sustancias
controladas -ciento cincuenta gramos de cocaína-, no obstante que el referido
inmueble habría otorgado en contrato de anticresis a favor de Manuel Jesús
Gutiérrez Flores y Roxana Ardaya Menacho, en cuya cláusula quinta establece
claramente que el inmueble será ocupado “…exclusivamente para vivienda
familiar de ‘LOS ANTICRESISTAS…’” (sic), de lo que se deduce que el
inmueble fue utilizado para fines ilícitos inmersos en la Ley del Régimen de la
Coca y Sustancias Controladas; por lo que, la Jueza inferior al disponer la
devolución del inmueble aplicó incorrectamente el art. 255 del CPP.

Ahora bien, en atención a los reclamos expuestos por la ahora accionante en


la presente acción de defensa y de la revisión del Auto de Vista cuestionado,
corresponde referirnos a los siguientes aspectos:

a) La accionante reclamó que el Auto de Vista 43, dispuso mantener vigente


la incautación del bien inmueble de propiedad del menor de edad al que
representa, sin realizar una adecuada fundamentación y motivación
respecto a las razones por las cuales el Auto interlocutorio apelado aplicó
incorrectamente el art. 255 del CPP, sin indicar cuál debió ser una
correcta aplicación del mismo, ni considerar la previsión contenida en los
arts. 251 y 255.I del citado Código; y, 70 y 71.“I” de la L1008, además de
eludir fundamentos adecuados respecto a las estipulaciones del contrato
de anticrético.

En este sentido, se advierte que evidentemente la Resolución de alzada


objeto de análisis, a más de señalar que “…la juez inferior al disponer la
devolución del inmueble, aplicó incorrectamente el art. 255 del Código de
Procedimiento Penal” (sic); no desplegó razonamiento alguno tendiente a
explicar las razones por las cuales considera que no fue correctamente
aplicada la citada norma procesal penal, omitiendo cumplir con el deber de
la debida fundamentación, impidiendo a la accionante conocer los motivos
y razones de manera clara y precisa por los que asumieron dicha
consideración.

En esta misma línea, la accionante reclama que el Auto de Vista omitió


realizar una adecuada fundamentación respecto a las condiciones
establecidas en el contrato de anticrético -concretamente la cláusula
sexta-, al respecto este Tribunal advierte que en el sustento
argumentativo de la referida Resolución, los Vocales ahora demandados
proyectaron una fundamentación con relación a la cláusula quinta del
contrato de anticrético, resaltando que “MARÍA DEL CARMEN ZEBALLOS
LUQUE no es investigada, sindicada, imputada ni acusada, como consta
en el cuaderno procesal; sin embargo, en el inmueble fue encontrado su
hermano Carlos Zeballos Luque, en posesión de sustancias controladas

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(…) no obstante que el referido inmueble habría sido otorgado en
contrato de anticresis (…) en cuya clausula Quinta establece claramente
que el inmueble será ocupado ‘Exclusivamente para vivienda familiar de
los anticresistas’, de lo que se deduce que el inmueble fue utilizado para
fines ilícitos inmersos en el Ley 1008” (sic); empero, se extraña
pronunciamiento respecto a un análisis integral del contrato de anticresis
-cláusula sexta del mismo, que a criterio de la parte accionante
establecería que el inmueble tendrá un familiar viviendo en la parte
trasera del inmueble, aspecto que justificaría el por qué el imputado se
encontraría en el inmueble y en qué calidad-, aspectos por los cuales se
puede concluir que el referido Auto de Vista carece de la debida
fundamentación en los puntos extrañados, aspecto que impele a esta
jurisdicción constitucional conceder la tutela impetrada;

b) La hoy accionante a través de la presente acción tutelar, también denunció


que el Auto de Vista 43, realizó una valoración unilateral y no integral de la
prueba que presentó al interponer el incidente, omitiendo considerar el
título de propiedad inscrito en DD.RR. a favor de AA -con seis años de
anterioridad al hecho-, a través del cual se demostró conforme a la
normativa jurídica que no corresponde la incautación de un bien inmueble
cuando el propietario no tiene conocimiento del uso que se le daba al
mismo, tampoco valoró la autorización judicial para dar en anticresis el
inmueble, por el cual se demostró, que existía el desconocimiento del
origen lícito del mismo o de su utilización como objeto del delito.

Al respecto, corresponde señalar que la pretensión constitucional de la


ahora accionante, es que la justicia constitucional ante la presunta omisión
probatoria denunciada, despliegue una labor implícita de valoración de la
prueba, atribución prima facie es exclusiva de las autoridades
jurisdiccionales; siendo permisible a la justicia constitucional verificar si en
dicha labor: “…a) Las autoridades no se apartaron de los marcos legales
de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de manera arbitraria la
consideración de ellas, ya sea parcial o totalmente; y, c) Basaron su
decisión en una prueba inexistente o que refleje un hecho diferente al
utilizado como argumento. Claro está que además de ello, en cualquier
caso, se debe demostrar la lógica consecuencia de que su incumplimiento
ocasionó lesión de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales
al afectado; lo que se traduce en relevancia constitucional. (…) Asimismo,
es imprescindible también, que el recurrente señale en qué
medida, en lo conducente, dicha valoración cuestionada de
irrazonable de inequitativa o que no llegó a practicarse, no
obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia en
la Resolución final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión
procesal en materia de prueba (referida a su admisión, a su
práctica, a su valoración, etc.) causa por sí misma indefensión
material constitucionalmente relevante, correspondiendo a la
parte recurrente, demostrar la incidencia en la Resolución final a

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dictarse, es decir, que la Resolución final del proceso hubiera
podido ser distinta de haberse practicado la prueba omitida, o si
se hubiese practicado correctamente la admitida, o si se hubiera
valorado razonablemente la compulsada…” (las negrillas fueron
añadidas) (SCP 1215/2012 de 6 de septiembre), condiciones últimas que
no fueron expuestas ni demostradas por la accionante, al haber limitado su
alegación a la presunta valoración individual contraria a la valoración
integral de la prueba presentada conjuntamente el incidente y omisión de
determinado elemento probatoria, más no explicó con claridad de qué
manera dichas reclamaciones repercutieron en la decisión final y tampoco
las implicancias en los derechos alegados como vulnerados; por lo que,
ante la falta de carga argumentativa, esta jurisdicción constitucional se
encuentra impedida de ingresar excepcionalmente a considerar el acto
lesivo denunciado, correspondiendo denegar la tutela solicitada; y,

c) Con relación a la inobservancia del art. 398 del CPP, al pronunciarse sobre
aspectos que no fueron apelados.

De los fundamentos invocados tanto por la representante del Ministerio


Público a tiempo de exponer sus agravios como de los inmersos en el
Auto de Vista cuestionado -supra mencionados-, y realizada la
contrastación constitucional se tiene que las autoridades demandadas a
tiempo de resolver la impugnación planteada circunscribieron su
actuación jurisdiccional a los aspectos cuestionados de la resolución, por
lo que no se evidencia que hubieren obrado de forma extra petita como
aduce la accionante; correspondiendo denegar la tutela impetrada.

Finalmente, ante la lesión de los derechos a la defensa, y a la propiedad


individual, la hoy accionante no argumentó de qué manera los
mencionados derechos hubieren sido conculcados; asimismo, respecto a
la vulneración a los principios de inocencia y seguridad jurídica, es
necesario recordar que según la dogmática procesal constitucional esta
jurisdicción acoge la protección de los principios cuando los mismos se
encuentran vinculados a los derechos, no siendo posible tutelarlos a
través de las acciones de defensa constitucional de forma independiente,
correspondiendo en esta reclamación denegar la tutela solicitada.

III.3. Otras consideraciones

Este Tribunal en ejercicio de la atribución establecida en el art. 202.6 de la


CPE, revisados los antecedentes del proceso constitucional, evidencia que la
accionante en el memorial de la presente acción tutelar señaló como
tercera interesada a la Fiscal de Materia adscrita a la Fuerza Especial de
Lucha Contra el Crimen (FELCC), siendo admitida en dicha calidad por el
Tribunal de garantías.

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Sin embargo, cabe precisar que la actuación del referido Tribunal de garantías,
no resulta ser adecuada; toda vez que, los Fiscales no detentan la calidad de
terceros interesados, en ese sentido, la SC 1125/2010-R de 27 de agosto,
estableció que: “Como órgano autónomo, consagrado constitucionalmente
regido, por los principios de unidad y jerarquía; en su calidad de defensor de
la legalidad debe ser siempre citado con la acción de amparo para que en la
audiencia en uso de sus atribuciones y facultades opine y requiera en
cumplimiento de sus funciones, no para que defienda sus propios intereses,
por lo que también desde ese punto de vista no puede considerarse 'un
tercero interesado', porque 'sus intereses' no están al margen del colectivo
social. Tampoco operativamente es factible su intervención en esa condición,
porque desnaturalizaría el principio de unidad al tornarle en dual su
participación, una como defensor de la legalidad y otra como tercero
interesado, lo que por supuesto es inadmisible. Por lo anotado el Tribunal de
garantías debe prever la notificación al representante del Ministerio Público,
posibilitando su intervención, requerimiento u opinión en representación de los
'intereses generales de la sociedad' y no como persona con interés particular
como el que refiere a la calidad de 'tercero interesado”'.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al conceder la tutela solicitada, adoptó


la decisión correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en
parte la Resolución 150 de 14 de diciembre 2015, cursante de fs. 65 a 67,
pronunciada por la Sala Social, Contencioso Tributario y Contencioso
Administrativa Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y
en consecuencia:

1° CONCEDER la tutela impetrada, únicamente respecto a la vulneración al


debido proceso en su elementos de fundamentación, motivación y congruencia,
disponiendo la nulidad del Auto de Vista 43 de 12 de febrero de “2014”,
debiendo los Vocales ahora demandados emitir uno nuevo conforme a los
razonamientos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

2° DENEGAR la tutela, respecto a la reclamada vulneración al debido proceso en


su elemento omisión de la valoración de la prueba, a la defensa y a la
propiedad.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

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Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey
MAGISTRADO

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

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