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Sobre La Providencia - Séneca
Sobre La Providencia - Séneca
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SOBRE LA PROVIDENCIA
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B,S.R.
rlrLECCION: LE1RAS CLASICAS
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EMMANUEL
RANGELLORIA
Por el momento es inútil exponer que una fábrica tan 2
grande no perdura sin ningún guardián y que toda esta re-
unión y agitación de los astros no son propias de un ímpetu
casual, que las cosas que el azar impulsa se ven a menudo
Diseño: Brugalla alborotadas y.chocan en seguida, que esta velocidad sin tra-
bas regulada por una ley eterna continúa moviendo gran
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o DIÁLOGOS
SOBRE LAfROVIDENCIA 9
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10 DI.,'LOGOS SO ¡RE . PROVIDENCIA 11
no una ~ola vez, manteniéndose no obstante erguido entre mano 10.Por e30 creo yo qfe Sl,Jgolpe fue poco certero y efi- 12
10 las ruinas del estado. Y dice: «Aunque todo caiga en manos caz: a los dioser. inmortal1>,no les fue suficiente contemplar
de uno solo, las legiones vigilen las tierras, las escuadras los a Catón una sola vez: su valor fue retenido y reclamado para
mares y los soldados de César asedien las puertas, Catón que se mostrara en un ~apel más dificil; pues uno no encara
tiene pOi dónde escapar: con una mano abrirá a la libertad la muerte con ánimo tan firme como cuando la intenta de
un ancho camino. Este hierro, limpio e inocente incluso en nuevo. ¿Cómo no iban a contemplar gustosamente a su dis-
una guerra civil, por fin producirá obras buenas y nobles: cípulo evadiéndose en llIhfinal tan magnífico y memorable?
d:¡rá a Catón la libertad que no pudo dar a la patria. Em- La muerte consagr:l a lquellos" cuyo final alaban incluso I
prende, espíritu, csta acción tanto .iempo meditada, líbrate quienes lo~temían. .
de las cuéstiones de los hombres. Petreyo 8 y Juba 9 ya se Pero ya cuando avance mi discurso mostraré hasta qué 3
han trabado en combate)' ya)Jenmuertos el uno a manos del punto no son desgr.acias las que lo parecen: ahora afim..)
otro, un pacto del destino valiente e insigne, pero que no que ésas 'iue tú llamas <,margas,adversas y abominables son
conviene a nuestra grandeza: para Catón tan vergonzoso es provechosas primero a l{uienes les suceden y luego a la to-
11suplicar a alguien la muerte como la vida.» Para mi (¡stácla- talidad, de la que los dioses se cuidan más que de cada uno;
ro que los dioses miraron con gran gozo, mientras aquel tras esto, que suceden a quiene~ las desean y serían malditos
hombre, encarnizado libertador de si mismo, se preocupa de si las rel:hazaran. A esto añadiré que transcurren así por el
la salvación de los otro:>y organiza la fuga de los que se destino y ocurren a los buenos por la misma regla por la que
van, mientras se afana en sus estudios incluso en su "última son buenos. Luego te convenceré de que nunca compadez-
noche, mientras hunde la espada en su pecho venerable, cas a un hombre bueno: pues puede ser llamado infeliz, pero
mientras esparce sus entrañas y aquella su alma purísima e no puede ser/o. ~
inüigna de ser contaminada con el hierro la hace salir con su La más dificil de h .>cuestiones que he planteado p¡( ;ce 2
ser la que he dicho primero, esto es, que son provechosos a
acabó sus días suicidándose (año 45 a. C.). Es uno de los modelos favo- quienes les ocurren esos hechos que nos horrorizan y hacen
ritos de Séneca (cf. W. H. AI.I:XANJ>I:R, «Cato of Utica in the works of temblar. -¿Les es provechoso--, dices, -ser arrojados al
Sencca Philosophus», Trans. Roy. Soc. Canada 1112,40 (1946), 59-74), ~ d;:stierro, ser arrastrados a la necesidad, enterrar a los hijos,
lo cita frecuentemente, como se verá.
a la espo~a, sufrir una deshonra, pacec~; uáa mutilación?-.
I Marco Petreyo, lugarteniente de Pompeyo y uno de los principales
en los distintos escenarios de la guerra: a su cargo estuvo la campaña en Si te extraña que esto ~ea provechoso para alguien, te extra-
Hispania (año 49 a. C.) y participó en las batallas de Farsalia (año 48) y
'"- ñará que algunos quedo11curados por el hierro y el fuego, no
de Tapso (año 46). f
9 Juba, rey de Numidia, intervino en la gueIT~civil por agradecimien- 10Séneca sigue la versión común en todos los autores (cf., entre
to a Pompeyo, que habia asentado a su padre Jénsal "enel trono. T~ la otr"5, PUJT"RCO,Catón e/Joven 70, 8-10; DIÓNCASIO,XLIII 12, 1; VA-
derrota de Tapso, concertó con Petreyo un duelo para entrematarse y mo- LERIOMÁxiMO,V 1, 10), según la cual Catón fue curado de la herida que
rir honrosamente (cf. [CÉsAR), Guerra de África 94; según este autor, se hahíai!!f\igido, pero, al recuperar el sentido, desgarró el vendaje y se
Catón ya se habia suicidado). la volvió a abrir con sus pro~os.
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16 DIÁLOGOS
SOBRE ut.OVIDENCIA 17
neno en Sócrates 17,la muerte en CatA'n.Un ejemplo magní- co que no cedió en algo ante el dictador Sila19e, invitado a re-
fico no lo encuentra más que la mala suerte. gresar, simplemente no se echóp;1ra atrás y huyó más lejos?
s ¿Es desdichado Mucio porque pone su diestra sobre el «Ya verán», dijo, «ésos a quienes tu buena fortuna sorpren-
fuegü de los enemigos y él mismo se exige el castigo de su de en Roma: que vean sangre abundante en el foro y en
error, porque con la mano abrasada hace huir al rey al que ia superficie del lago ServiJio'w (pues es el espoliario de la
no pudo con ella arrr,ada? ¿Qué, pues? ¿Sería más dichoso proscripción de Sila) las catezas de los senadores y en todas
si c~lentara su mano en el seno de su amiga? partes m:madas de sicari0s vagando' por la ciudad y muchos
6 ¿Es desdichado Fabricio porque cavó su campo en miles de ciudadanos romanos pasados a cuchillo en un solo
cuanto se libró de la política? ¿Porque emprendió una gue- lugar, tras promesa de inmunidad, es más, a causa de la
rra tanto contra Pirro como contra la riqueza? ¿Porque junto promesa misma.; que vean esas cogas los que no pueden
al fuego cena las mismas raíces que desbrozando su campo desterrarse.» ¿Qué, pues? ¿Es dichoso Lucio Sila porque, 8
arrlncó ese anciano honrado con un triunfo? ¿Qué, pues? cuando baja al foro, le abren paso con la espada, porque to-
¿S(~ríamás feliz si acumulara en su vientre pescados de le- lera que le muestren cabezas de varones consulares y fija el
janos litorales y extraños volátiles, si estimulara la desgana precio de la muerte a través del cuestor y de los registros
de su estómago hastiado con marisco del Mar Superior e In- " ,'.
ferior 18,si con un enOlme montón de frutas guarneciera una ~'~
.
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salvajina de primera calidad, capturada con gran mortandad ~
de los cazadores? ~
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19Lucio Comelio Sila (138-78 a. C.) adoptó el sobrenombre Felix, el \
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7 ¿Es desdichado Rutilio porque quienes lo condenaron Afortunado, por su buena estrdla en cuantas acciones participó, ya fu,e-
han de defender su causa generación tras generación? ¿Por- ~I
ran guerras exlcriores como civile,: asi, en la que enfrentó al partido pc ,¡
que toleró ser arrebatado a su patria ccn mayor sereni- pular, acaudillado por su antiguo superior Mario (cf. Brevedad n. 58),
dad que quedarse privado del destie:rro?¿Porqu<:fue el úni- contra el aristocrático, cuyo jefe era él mismo, consiguió la derrota total
de sus enemigos y utilizó sus pode::es absolutos como dictador para pros-
cribirlos, lo que implicaba ejé,;ur:ión sumaria y requisa de bienes', dándo-
se lugar a innum~rabks abusos y atropellos (las cabezas de los proscritos
primeros, Epístolas 67, 7), afirma que flle en un arca, especie de doncclla tenian precio puesto, el'. PI.UTARCO, Catón el Joven 17, 5); además, esa
de hierro, lo que se corresponde mejor con los numerosos clavos y las persecución implacable alcanzaba también a los parientes y allegados de
múltiples heridas que describe. sus adversarios (ef. 1m 1134,3).
17 Sócrates, es sabido, fue condenado a ingerir cicuta. No sólo su lO A orillas del hgo Servilio (en realidad, un manantial que estancaba
muerte serena, rodeado de amigos con los que debatía sobre el trance (el'. sus aguas cerca del Campo de Marte), y no flotando en él, quedaron ex-
más abajo, 12), sino su vida también, despertaron la admiración de Séne- puestas las csbeza¡ de los proscritos asesinado~, según C¡CERÓN, Defensa
ea, que lo menciona repetidamente de modelo, en los Diálogos como en de Roscio de Ameria 89; sus bienes fueron subastados oficialmente, por
todas sus obras, e incluso a las veces le hace trascender ese papel pasivo
y le cede la palabra (el'. Vida feliz 25, 4-8; 26, 4-8; 27-28).
eso Séneca llama: al lugar «espoli~!!? es, lo identifica con la de-
pendencia del al' ¡teatro donde los gladiadores moribundos eran remata-
-
18 El Mar Superior se corresponde con el Adriático, y el Inferior con dos (estrangulándolos, según el propio filósofo, el'. Epístolas 93, 12) y,
el ¡meno.
junto con los ya cadáveres, eran despojados de sus armas y vestidos.
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18 DIÁLOGOS SOBRE LA . ROVJDENCIA '- 19
públicos? y todo esto lo hace él; que promulgó la Ley Cor-
nelia 21. .
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te, ajado por los placeres y cnando por una dicha exagera-
da, más que lo que sufre 10 atormenta la causa de su sufrir.
9 Pasemos a Régulo. ¿En qué lo perjudicó la suerte al ha- No han alcanzado los vicios un dominio tal de! género hu- 11
cerla modelu de lealtad, modelo de resistencia? Los clavos mano que sea dudoso si, en caso de darse la posibilidad de
- p~nt:i.ransu piel y, ":.".":v.:¡uieraque reclim, 3Ucuerpo ex- elegir el destino, más quenjan nacer Régulo!: que Mecenas;
hausto, Ú: recuesta sobre una herida; sus ojos están someti- °, si hay' alguien que se atr~a a decir que hubiera preferido
dos a una perpetua vigilia: cuanto más tormentos, más gloria nacer Mecenas a Régulo, ése mismo, por más que se lo ca-
alcanzará. ¿Quieres saber hasta qué punto no se arrepiente lle, ha preferido nacer Terencia. .
de haber fijado este precio a la virtud? Reanímalo y mán- ¿Juzgas que Sócrates fue maltratado porque engulió 12
10 dalo al senado: expresará la misma (1pinión. ¿Consideras tú aquel bebedizo mixturado por el pueblo no de Qtraforma
por tanto más dichoso a Mecenas22, a quien, apurado de que si fuera el medicamento d( !a inmortalidad y debatió
amores y deplorando los desplantes ~otidianos de su displi- sobre la muerte hasta su propia muerte? ¿Se portaron mal
cente esposa, le procuran el sueño mediante la melodía de con él porque se heló su sangre y poco a poco, según se iba
orquestinas que resuenan levemente a lo lejos? Por más que extendiendo el frío, se detuvo el vigor de sus venas? ¡Cuán- 13
se amodorre con el vino y se distraiga con el fragor del agua to más hay que envidiar a éste que a aquéllos a quienes les .'
y engañe con mil placeres su mente apurada, tan insomne sirven en una gema, a quienes un invertido enseñado a pasar
estará en su lecho de plumas como aquél en su cruz; pero por todo, de virilidad cercenada o dudosa, les licúa en el oro
para aquél es un consuelo padecer crueldades por un punto nieve filtrada! Éstos devolverán en un vómito cuanto bebie-
de honor y del sufrimiento pasa a considerar su causa, a és- ron, tristes y con el n'.gusto de s' bilis, aquél, por el contra-
rio, apurará el veneno con gusto y ganas.
21 El uso romano era designar las leyes con el nombre de quien ¡as
hubiera promovido o promulgado; eso hace que las leyes que publicó Sila En lo que a Catón toca, se ha dicho suficiente y el 14
se ].amen todas Comelia, pero parece evidente que Séneca. alude a la de acuerdo común de los hombres reconocerá que le corres-
sieariis et ueneficiis, que castigaba asesinatos, envenenamientos y las pondió la dicha mayor a él, a quien la naturaleza escogió pa-
condenas capit31es contra derecho. ra con él andar a golpes contra trances terribles. «Las ene-
2' Gayo Cilnio Mecenas (ea. 69-8 a. C.), íntimo de Augusto, le ayudó
a alcanzar el poder y a mantenerse en él, abortando algunas conjuras
migas de los poderosos son penosas: que se enfrente a la
contra el cmpcrador (cf. Brevedad 4, 5), sustituyéndolo en ocasiones y, vez con Pompey023,con César, on Craso24. Es penoso ser
(
20 DIÁLOGOS
. SOBRE L'iPROVIDENCIA 21
superado por las peores personas en los cargos públicos: cado para su valor, que ibala caer en el ol,..ido,una oportu-
que se vea pospuesto a Vatinio 25.Es penoso implicarse en nidadpara brillar.Disfrutan,digo, a veces los grandeshom- 4
guerras civiles: que sea soldado por el orbe entero en pro de bres con la adversidad, no de o1.'a forma que los soldados
una buena causa, con tanta desventura como te:;ón. Es peno- esforzados con la guerra; al mirmilón Triunf026 yo, durante
so atentar contra uno mismo: que lo haga. ¿Qué conseguiré el reinado de Tiberio César, lo oí quejándose de la escasez
con esto? Que todos sepan que no son desgracias éstas de de combates: «¡Qué bonita,poca», decía, «desaparece!».
las cuales consideré yo digno a Catón.» El valor está ansioso de peligros y piensa a dónde diri-
4 La felicidad va a parar a la plebe y a los de natural des- girse, no qué va a sufrir, puesto que incluso lo que V};a su- .
preciable: ptr el contrario, subyugar desatres y terrores hu- frir forma parte de su gloria. Los hombres aguerrid;is .se va-
manos es prorio del grande hombre. Ser siempre dichoso y naglorian de sus heridas, alardean contentos de su sangre
pasar la vida sin dentelladas en el espíritu es, de cierto, des- que maRa por una causa honorable: por más que los que re-
. ~ conocer el otro lado de la naturaleza. Eres un gran hombre: gresan ilesq~ del combate hayan realizado las mismas haza-
pero ¿cómo lo sé, si la suerte no te da ocasión de demostrar ñas, se mira más al que vuelve herido. El dios, digo, mira 5
tu valor? Has 1'-ajacoa los juegos olímpicos, pero nadie más por quienes desea que sean honrados lo más posible cada
que tú: tienes una corona, no tienc:suna victoria; no te feli- vez que les procuraocasiónde hacer algo animosay esfor- "
cito como hombre esforzado, sino como UO0lue ha alcan- zadamente, para lo cual es preciso cierta complicación:
- zado el consulado o la pretura: has salido ganando en honra. apreciarás al piloto en la tempestad, en el combate al solda-
3 Lo mismo puedo decir también a un hombre bueno, si nin- do. ¿Cómo puedo saber qué grande es tu ánimo frente a la \.,
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guna circunstancia comprometida le ha dado oportunidad en pobreza, si rebosas de riquezas? ¿Cómo puedo saber cuánta
firmeza muestras frente a la deshonra y el descrédito y la d
que mostrar la fuerza de su ánimo: «Te tengo por un infeliz .L
porque nunca has sido infeliz. Has pasado ia vida sin un ad-
versario; nadie s¿¡~ráde qué has sido capaz, ni tú mismo si-
inquina de la gente, si envejeces entre aplausos, si te persi..
. guc su favor insobornable, propicio por alguna prop'ensión
~
quiera». Pues para el conocimiento de uno mismo es preciso de sus mentes? ¿Cómo sé con cuánta ecuanimidad vas a so-
pasar alguna prueba: nadie ha advertido de qué cm capaz :;i portar la pérdida de tus hijos, si tienes ante tus ojos a cuan-
no es intcntándolo. Así pu::s, algunos se han ofrecido es- tos has criado? Te he oído cuando consolabas a otros: me
pontáneamente a las desgracias que ya tardaban y han bus- habría hecho idea de ti si tc hubieras consolado a ti mislllO.
St 1\ti nlislllo le hubierus prohibido afligirte. Os lo ruego, no 6
dcl! ola ell Curras frellh: a los partos y la posterior muerte a tmición que
éstos le procuraron. Cónsul con Pompeyo en el año 54, ambos lograron. a 26 Este Triunfo era, a lo que dice Séneca. pues por otra fuente no es
fuerza de sobornos y maniobras arteras, que Catón no resultara elegid" eonvcido. un gladiador de los que iban armados eon espada, escudo y
prelor (cf. PI.U;ARCO, Catón el juven 40, 1-6). casco al estilo galo. rematado por la figura de un pez conocido en griego
25 Publio Vatinio. un deshonesto arribista (cf. CICEI:ÓN. Cartas a su como mórmylos. de"ífonde ellatin mu~ designarlos. Su queja la
hermano Quinto 114, 1). precisamente el rival de Catón en las elecciones provocan las reducciones en las partidas destinadas a los espectáculos
mencionadas en la nota anterior. impuestas por el ahorrador Tiberio (cf. SunoNlo, Tióáiu 34, 1).
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22 DIÁLOGOS
SOBRE LA P~OVIDENCIA 23
os espantéis de esas circunstancias que los dioses irunortales : 'siempre del viento las vidriels, cuyos pies se ~an calentado
aplican a los ánimos como aguijones: un desastre es una ~&1trefomentos renovados de continuo, cuyos comedores ha
oportunidad para el valor. Con razón uno llamaría infelices templado un calor subterráneo y repartido por las paredes 27,
a los que se embotan en una prosperidad exagerada, a 10$ a éste una Hgera brisa no lo acariciará sin peligro. Aun 10
que una calma chicha detieJ1e como en un mar apacible: cuando todo lo que ha svJ'.;J?asado su medida es perjudicial,
7 cuanto les soblevenga les vendrá de nuevas. Las situacion~s la desmesura más peligrosa ~s la de la prosp,:ridad: perturba
violentas abruman más a los inexpertosj pesado es el yugo el cerebro, incita a la mente a ensueños vanos, esparce gran
para una cerviz jóven; el novato palidece ante la suposición cantidad de niebla ambigua entre lo falso y lo verdadero.
de una herida, contempla con audacia su propia sangre el ¿Cómo no va a ser mejor sobrellevar una desdicha sin fin
veterano que sabe que a menudo ha resultado vencedor des- con ayuda del valor, que reventar de bienes infinitos e in-
. pués de derramada. Asi pues, el dios endurece, ejercita a los moderados? La muerte por inanición es más llevadera, por
que pone'a prueba, a los que ama; en cambio, a los C;,uepa- una indigestión explotan.
rece mirar con indulgencia, a los que parece perdonar, los Así pues, los dioses siguen con los hombres buenos el 11
conserva flojos para las desgracias venideras. 'Pues os equi- mismo sistema que con sus alumnos los maestros, que exi-
vocáis si creéis que alguno está exento: también al largo gen más trabajo a aquellos en quienes tienéil puestas mayo- "
tiempo dichoso le llegará su parte; quienquiera que parece res esperanzas. ¿Acaso crees tú que: a los espartanos les son .j
s
haber sido emancipado ha sido emplazado.
¿Por qué el dios molesta a los mejores Gon una mala
odiosos sus hijos, cuyo temple prueban con azotes adminis-
trados en público? Sus mismos padres los animan a que
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salud o con un kto o con otros inconvenientes? Porque en aguanten valientemente los golpes de los látigos y lei~Lle- '"
el campamento también las misiOnes peligrosas se encargan gan, ya desgarrados y exánimes, que perseveren en ~fr<:cer ,:~,
a los más esforzados: el comandante envía a los más selec- ,~
las heridas a otras heridas 28.¿Qué tiene de sorprendente que 12
tos a que acometan al enemigo en una emboscada nocturna el dios tantee los ánimos generosos con dureza? Un modelo
o exploren el Call".Ínoo desalojen de su posición a una guar- de valor nunca es blando. Nos azota y desgarra la suerte: su-
nición. Ninguno Je los que salen dice: «Mal me ha conside- frámoslo. No es saña, es una competición: cuanto más a
rado el general», sino «Bien me ha juzgado.» Que digan lo
fnismo cuantos reciben la orden de sufrir casos que hacen 27 Do:; medidas contra el frío en las casas de los pudienles: ventanas
cerradas con delgadas planchas de vidrio, y calefacción obtenida por el
llorar a los miedosos y cobardes: «Hemos parecido al dios
sistema llamado hipocausto; el vapor producido en una caldera de agua
dignos de ser en quienes se experimentara cuánto sabía su- hirviendo se repartia por debajo del piso, que era doble, y mediante tubos
frir la naturaleza humana.» por las paredes. El propio Séneca asegura que tanto el cristal como la "a-
9 Rehuid los deleites, rehuid la enervante prosperidad, de le facción empezaron a usarse en su época (c( Epístolas 90, 25).
la que se empapan los espíritus y, si no interviene algo que 2&Se trata de Viamastígosis «<flagelación»), de la que habla P,-u-
'TARCO, Antiguas costumbres de los ef;arla'ñbs 40: una ceremonia anual
les recuerde su condición humana, se embotan como amo-
en la que los niños competían por ver quién aguantaba más latigazos (cf.
dorrados en una borrachera sin final. A .:¡;.;:c"han defendido también C¡CERÓN, Tusculanas 1134; V 77).
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24 DIÁLOGOS
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30 DIÁLOGOS
í VIDENCIA
consiente que al hombre bueno le suceda lo que el hombre he puesto todos los bienes: no necesitar la dicha es vuestra
bueno a las veces quiere que le suceda? Lc:; hombres bue- dicha.
nos pierden hijos: ¿cómo no, cuar.do a las veces h1mbién 'Pero nos caen encima muchas penalidades horrorosas, 6
los matan? Son enviados al destier:o: ¿cómo no, si a veces dificiles de toierar.' Puesto !4ue no podía yo sustraeros a
\ ; ellos mismos dejan la patria dispuestos a !lOregresar? Son ellas, armé vuestros ánimos contra todas ellas: soportadlas
asesinados: ¿cómo no, cuando a veces atentan contra sí serenamente. Esto es en lo que aventajáis al dios: él está
3 mismos? ¿Por qué razón sufren duros tropiezos? Para que más allá del sufrimiento de las desgracias, vosotros por en-
\ :
enseñen a otros a sufrir: han nacido para ser ejemplo. Así .Jcima del sufrimiento. Menospreciad la pobreza: nadie vive
pues, imagina que el dios dice: «¿Qué tenéis que podáis re- tan pobre como ha naci<.io.Menospreciad el dolor: o se des-
\
procharme vosotros que os complacéis en la rectitud? A los truye o destruye. Menospreciad la muerte: o bien os da fin o \
otros los he rodeado de bi~nes falsos y he burlado sus espío bien os cambia de lugar. Menospreciad la suerte: no le he \
ritus frívolos con una suerte de sueño largo y engañoso: los dado ningÚn venabio con el que pudiera malherir el espíritu. j
heiecorado con oro, plata y marfil, dentro no hay nada Ante todo he procurado que nadie os retuviera sin quererlo 1 ,. ,J
4 bueno. ÉS()Sque consideras dichosos, si los miras no por
donde se ofrecen a la vista sino por donde se ocultan, son
vosotros; la salida está expedita: si no queréis pelear, os es ,:: \
p,osiblehuir. Por lo tanto, de todas las cosas Cj.uehe querido :;. j
infelices, sucios, repugnantes, enlucidos por fuera a seme- qüe os fueran inevitables, nada he hecho más hacedero que 1.';\7;
\.. j
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janza de sus paredes; ésa no es una dicha sólida y simple: es . el:morir. He puesto la vida cuesta abajo: avanza por sí mis- ~'LQ
un revestimiento y fino por demás. Así pues, mientras les es . roa; Tan sólo fijaos y veréis qué corto y despejado cami110 . lIt
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\ posible estar de pie y mostrarse a su capricho, deslumbran y .: llé:vaa la libertad.No os h~ impuestoa la salidaunas dHa-
engañan; cuüüdo les cae encima algo que los descompone dones tan largas como a los que entran; de otro modo, la
\ y destapa, se hace entonces evidente cuánta profunda y ver-
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32 DIÁLOGOS