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EN PLENA FIEBRE ALCISTA

¿Quién se acuerda hoy de Bre-X, el mayor


fraude cometido en la historia del oro?
En la jungla de Indonesia no había más que pedregal

¿Q

"Nadie se molestó en comprobar si lo que Walsh decía


era verdad "
El oro liquidó sus máximos históricos a principios de diciembre cuando superó con
holgura los 1.200 dólares la onza. Y los analistas creen que seguirá brillando con fuerza
el año que viene. Pero a veces las cosas no son lo que parecen. Y las burbujas pueden
pincharse casi tan rápido como se forman. Es lo que pasó a finales de la década de los
noventa con la minera canadiense Bre-X, protagonista del mayor fraude jamás visto en
la historia del oro.

Todo comenzó a gestarse en 1995 cuando David Walsh, un oscuro broker


neoyorkino, decidió dar un nuevo impulso a la empresa que había fundado unos años
antes, la aún más oscura y minúscula minera Bre-X. Ni corto ni perezoso se asoció con el
geólogo John Felderhoff y compró un pedazo de tierra en la jungla de Borneo (Indonesia),
conocido también como el yacimiento de Busang. Y sencillamente, dijo que allí había
encontrado oro.
Según relata José Luis Cárpatos en la obra "Leones contra Gacelas", estábamos a mediados
de los años noventa, una época en la que las bolsas subían sin parar. La edad dorada de la
burbuja, donde todo valía y nada se cuestionaba. Para dar un toque de realismo a la historia,
contrató al geólogo Michael de Guzman y se las arregló para que certificara que en el
remoto yacimiento de Busang había hasta 6.500 toneladas de oro, es decir, casi el 8% de
las reservas mundiales del metal precioso.
Pero en realidad, nadie se molestó en comprobar si lo que Walsh decía era verdad y las
acciones de Bre-X comenzaron a subir como la espuma. Así, a finales de 1995, los títulos
valían poco más de dos dólares canadienses, y en mayo de 1996 marcaron un pico de 275
dólares canadienses, lo que valoraba la empresa en 4.400 millones de dólares (casi 6.000
millones de dólares estadounidenses). Pocos meses después, la gran minera estadounidense
Barrick fichó como ejecutivo al ex presidente de Estados Unidos, George Bush, quien envió
una carta al mandatario indonesio Suharto -también metido en Bre-X- para que vendiera dos
tercios de la minera a Barrick. Hasta entonces, todos salvo Walsh desconocían que en la
jungla de Indonesia no había más que pedregal del bueno.
Se destapa la gran mentira
Sin embargo, en marzo de 1997 la situación dio un giro radical, cuando otra minera de
fama mundial, Freeport MacMoRan -ya dueña de un 15% de Bre-X - tuvo la feliz idea de
inspeccionar la supuesta mina del tesoro. Y he aquí la sorpresa que el 26 de marzo esta
empresa dijo que en el yacimiento de Busang hay "cantidades insignificantes de
oro", cuando una semana antes, el propio Walsh -ideólogo del fraude- había declarado que al
menos había 70.000 toneladas del metal precioso. Un día después, las acciones de Bre-X se
desplomaron un 82% en la bolsa de Toronto.
Para arrojar luz sobre un asunto que ya olía bastante mal, se contrató a un asesor
independiente, Strathcona Mineral Services, cuyo informe se hizo público el 6 de mayo de
1997. Y la empresa no se ahorró ni un solo detalle: "Este yacimiento (Busang) que pretendía
ser el mayor hallazgo de oro de la historia, es prácticamente un pedazo de tierra sin valor en
medio de la jungla de Borneo". Ese mismo día, en la bolsa de Toronto, Bre-X se desplomó
algo más de un 97% en menos de diez minutos. Y lo que antes valía 6.000 millones de
dólares quedó reducido a una escasa decena de millones. También en esa jornada, Toronto
batió todos los récords de negociación vistos hasta entonces, cuando casi 50 millones de
acciones de la minera cambiaron de manos.
El geólogo jefe y vicepresidente de Bre-X, John Felderhoff, negó cualquier tipo de
implicación. Y el otro geólogo, Michael de Guzman, había muerto misteriosamente unos
meses atrás al caer desde un helicóptero. Pero el informe de Srathcona era muy contundente,
y afirmaba sin lugar a dudas que "cantidades precisas de polvo de oro fueron añadidas a las
muestras de Busang en algún laboratorio clandestino". Estaba claro hubo adulterio.
La ruina de los ahorradores
El gran drama para muchos ahorradores es que Bre-X llegó a crecer tanto en tan poco tiempo
que resultó incluida en el selectivo TSE 300, el mayor índice bursátil de Canadá, el que
agrupaba a las mejores empresas. Por este motivo, los grandes inversores compraron
acciones de Bre-X, sólo para replicar al selectivo. Así, el fondo de pensiones de los profesores
de Ontario perdió con la minera 50 millones de dólares y hasta la Caisse de Depot du
Placement, la mayor gestora de Canadá, registró pérdidas de 70 millones. Según declararon
los responsables de ambas firmas "compramos Bre-X porque estaba en el TSE 300 y porque
la recomendaban los diez brokers más importantes del país".
Apenas un mes después, en junio, la minera se enfrenta a una docena de demandas, ocho
de ellas interpuestas en Estados Unidos, y por parte de un centenar largo de accionistas.
Los abogados esgrimieron que sus clientes "confiaban ciegamente en que allí hubiera oro". Y
a finales de julio, incluso, el prestigioso 'Wall Street Journal' publica que las demandas han
llegado ya hasta J.P. Morgan y Lehman Brothers, especialmente este último, cuyos
analistas habían emitido un informe sobre Busang y habían recomendado 'comprar' Bre-X.
Pero había poco más que hacer, principalmente porque lo que faltaba en Busang era oro. Por
eso, a finales de diciembre de 1997, Bre-X fue declarada en quiebra. La misma estrella que
acabó con la supuesta mayor reserva de oro de la historia dejó de brillar también para Walsh,
quien en un intento de huir hacia delante, se fugó a las Bahamas, donde murió el 5 de junio
de 1998 víctima de un ataque al corazón. Felderhoff tuvo más suerte y fue absuelto por
parte de la justicia canadiense, quien también determinó que no había posibilidad de
demandar a los brokers que recomendaron Bre-X.
La moraleja de Bre-X es que las burbujas se pinchan con la misma facilidad con que se
inflan. Y que muchas veces, los inversores siguen un comportamiento de rebaño totalmente
irracional que termina por conducir a la ruina. Según apunta Marion Mueller, presidente y
directora Comercial de OroyFinanzas.com, estas noticias suelen impactar a la compañía, pero
no al oro, ya que una cosa son los factores fundamentales que mueven su precio y otra las
firmas que explotan las minas. Casualidad o no, el caso es que en el año en que estalló el
escándalo de Bre-X, 1997, los futuros del oro se desplomaron un 22%, su mayor caída anual
desde 1981. Y como acaba Cárpatos: "Nunca compren una acción sin saber si fabrica palos
de escoba o cables de fibra óptica, que no se la den con queso".

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