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El Tiempo Me Dio La Razón (Adri - HC)
El Tiempo Me Dio La Razón (Adri - HC)
Una mañana más en la vida de Esther empezaba cuando su despertador sonaba para
decirle que tenía que prepararse para ir a trabajar, era su monotonía, pero no se podía
quejar de su vida
Con 24 años trabajaba de enfermera en el Hospital Central, allí tenía bastantes amigos
que habían empezado a ser solamente compañeros de trabajo, pero que con el tiempo se
habían convertido en algo impórtate en su vida
Pero dentro de ese grupo de grandes amigos había dos personas que ya formaban parte de
su familia, Laura, amiga de la infancia y compañera de piso, y Maca, alguien que conoció
en un viaje de fin de carrera y que por casualidades de la vida trabajaba ahora en el
mismo hospital, cosa que les encantaba a las chicas, pues se había forjado una gran
amistad entre ellas
Esther tenía una vida sentimental un poco estancada desde que dejara a su novio de toda
la vida, Juan, por ideas distintas de cómo tenía que seguir esa relación después de tantos
años...
Laura salía con Javier, otro doctor del hospital, después de mucho tiempo habían
conseguido consolidar su relación, y Maca tenía muy asumida su condición sexual, y
había tenido una relación seria con una compañera de la faculta, Sandra, y tras una
ruptura un tanto dolorosa, tenía bastantes relaciones, pero nada importante, pues no le
gustaba atarse a una persona, y tenía miedo de volver a enamorarse...
Cuando Maca rompió con Sandra, Esther se dio cuenta de que algo había cambiado en
ella
Salto en el tiempo:
Maca llegaba al piso de sus amigas llorando y temblando, mientras Esther hablaba con
Laura de como pensaban pintar el piso...
E: Laura cariño el rosa no es un color con el que puedas pintar un piso jajajaj vale que te
guste pero jaajjaja
L: ¡Pero Esther! ¡No digo un rosa chillón! Digo un raso palo algo así... (enseñándole un
muestrario que habían cogido de la tienda...)
E: Ya pero... (¡¡DING!! ¡¡¡DING!!! El timbre sonaba interrumpiendo las risas de las
chicas)... ¿tú esperabas a alguien Laura??... (mientras iba hacia la puerta)
L: No, yo quedé con Javier en su casa dentro de una hora
El tiempo me dio la razón 2
E: Pues yo tampoco... (en ese momento abría la puerta encontrándose a una Maca
destrozada)... ¡MACA! ¿Cariño que te pasa?... (mientras corría a abrazarla pues parecía
que en cualquier momento se iba a derrumbar)
M: Esther... snif... aaahhhhh... (abrazaba a la enfermera para desahogarse)
E: ¡Pero Maca por dios! ¡Que te pasa! Entra y tranquilízate. ¡Laura ven! Es Maca
L: ... (mientras salía de la cocina)... ¿pero que pasa?... (viendo a la pediatra en brazos de
Esther llorando...) ¿pero Maca? ¿Que te pasa?... (mirando a Esther)... ¿qué le pasa?
E: No lo sé ha venido y todavía no me ha dicho nada. Maca cariño mírame... (cogiéndola
para que rompiera el abrazo y la mirase)... ¿qué te pasa? ¿H ocurrido algo? ... (mientras
le quitaba las lágrimas en intentaba transmitirle tranquilidad para que les contase lo
ocurrido)
M: Sandra... Sandra... snif... aaahhhh... (llorando de nuevo)
E: ¿Has discutido con ella? ¿Es eso?... (abrazándola de nuevo)... ya verás como todo se
soluciona, tranquila... llora... desahógate... pero tranquilízate ¿mmmhhh?... (volviendo a
secarle las lágrimas y dándole un beso en la mejilla)...
M:... (hundiendo la cara en sus manos y negando con la cabeza)... Me ha engañado... me
ha engañado... se ha reído de mí...
E: ¿Cómo que te ha engañado? ¿Que ha pasado?
L:... (arrodillándose delante de Maca)... ¿Quieres que te haga una tila y te relajas un poco
y si quieres ahora nos lo cuentas?... (Maca asiente sin pronunciar una palabra)
Esther pasa su mano por la espalda de su amiga para que sepa que está ahí, y que no hay
prisa...
Se siente impotente por no saber como ayudarla, o que decirle en ese momento, pues
todavía no sabe lo que le pasa, pero no quiere agobiarla, con Maca no se puede, necesita
su tiempo, y ella misma hablará cuando se vea con fuerzas, y Esther lo sabe, sabe que
hay que tener paciencia
E: (“mírala, está destrozada... que coño le habrá hecho la jilipollas de Sandra... Maca
es fuerte... ha tenido que ser algo gordo... y yo no puedo hacer nada ¡joder!”)... Maca...
cariño... (mientras miraba a la puerta, Laura aparecía con la tila)
L: Toma Maca... te sentara bien
M: Gracias... (cogía la taza y se recostaba hacia atrás en el sillón dejando que sus amigas
vieran sus ojos hinchados de sabe dios las horas que estaría llorando)
E: Nos cuentas que ha pasado, a lo mejor te podemos ayudar... (“¡yo la mato! ¡¡A esta
tía la mato!! ¡¡Que habrá hecho para que Maca esté así!!”)
M: Uuufff ha sido todo muy rápido... he salido corriendo de casa y he venido
directamente aquí
E: ¿Habéis discutido?
El tiempo me dio la razón 3
M: He llegado de trabajar pronto por que Dávila estaba de buen humor hoy y como
apenas iba nadie me ha dicho que me fuera... así que he comprado una botella de vino
para darle una sorpresa a Sandra y comer con ella... he llegado al piso y estaba vacío...
pensé que había salido a comprar o algo, así que pensé en darme una ducha y relajarme
para cuando volviera... y cuando he entrado en nuestra habitación... la he visto... la he
visto... aaahhhhh... (volviendo a llorar)
L: Ssshhhh tranquila Maca, tranquila... Ssshhhh... (mientras se sentaba al lado y la
abrazada)... tomate tu tiempo...
E: Maca tranquilízate que así no solucionas nada... (cogiéndole la taza de las manos y
dejándola en la mesa)
M: Snif... snif... estaba en la cama con su ex marido...
E: ¡¡Será hija de puta!! (Levantándose del sillón)
L: ¡¡Esther!! ¡¡Por dios!! ¡Tranquilízate tu eh!
M: No Laura déjala, tiene razón... snif...
L: Ya sé que la tiene... pero poniéndose así solo consigue ponerte a ti más nerviosa
E: Lo siento pero... será cabrona... (andaba de un lado al otro del salón)
M: Solo he podido salir corriendo de la casa... me he quedado en blanco... no sabía que
hacer...
E: ¡Yo a esa la mato! ¡Te juro que la mato!
L: Maca... me tengo que ir que le prometí a Javier que lo acompañaría a hacer una cosa
con el abogado, pero vamos a hacer una cosa ¿vale? Te quedas a aquí a dormir y así
tendrás tiempo para pensar y ya veremos que hacemos mañana ¿vale? Además Esther
hoy no trabaja y se puede quedar contigo todo el día... ¿verdad? (mirando a Esther para
que contestará)
E: ¡Claro! ¡Claro! Vamos a ver si hacemos algo de comer y luego te echas un ratito y
descansas ¿vale? (Maca solo asentía)
L: Bueno pues yo me voy... (dándole un abrazo a Maca)... esta noche cuando acabe el
turno vengo... hasta luego
E: Hasta luego
M: Adiós
E: Maca... yo sé que estarás destrozada pero no sé merece ni una lágrima tuya después de
lo que ha hecho
M: Lo sé... pero es que... ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho mal? Yo la quería... yo la ayude
cuando todo el mundo le dio la espalda... no me merezco esto, ¿Por qué? ¿Por qué
Esther?
E: Maca ¡claro que no te lo mereces! ¡Te ha tratado mal, por eso te digo que ella si que
no se merece que llores por ella! ¡Ella se lo pierde! Todavía no sabe la pedazo de mujer
que a perdido, pero ¿sabes que?... (Maca la miraba con agradecimiento)... ¡qué cuando se
de cuenta será demasiado tarde!¡ Por que en cuanto se corra la voz de que estás solterita
van a venir como moscas! ¡Me vas a tener que pedir ayuda para quitártelas de encima!...
(en el rostro de Maca aparecía una sonrisa de la cual Esther se dio cuenta.)... ¡ves! ¡Así sí
que estás guapa! No cuando lloras, ¡qué te pones muy fea!
M: Gracias Esther, no sé que haría sin ti... (abrazándola y dándole un beso en la mejilla)
E:... (“¿por qué me palpita así el corazón? ¡Por dios Esther! ¡Que es Maca!... ya pero
cuando me ha sonreído no sé que me ha pasado... ¿y este abrazo?...¡si la he abrazado un
millón de veces!”)... Bueno... ¡así me gusta! Ahora vamos ha hacer la comida... ¡¡por que
tienes que comer!! Además si yo cocino no te puedes resistir jajajaja
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E: “¿Por que tengo esta sensación de querer protegerla? Vale que es mi amiga y la
quiero muchísimo... pero lo de antes no me había pasado nunca, primero, mira como me
he puesto cuando a contado lo de Sandra, me ha faltado salir a buscarla para pegarle
una paliza, pero es que ¡¡verla así, me ha puesto!!”
Conciencia: “¿No será que estás empezando a sentir algo por ella?”
E: “¿Pero que dices? ¿A mí? ¿Gustarme Maca? ¡¡Pero que yo soy hetero!!”
Conciencia: “¡¡Ya!! Pero entonces ese nerviosismo que te ha dado ¿por qué? ¡eh! Tú
verás lo que haces pero tiempo al tiempo, me tendrás que dar la razón...”
Había terminado de hacer la comida cuando salió a buscar a Maca, cuando llegó estaba
dormida acurrucada con la manta, se quedó mirándola aprovechando que la pediatra no
se daba cuenta
M: Es que... (“a ver como le digo esto sin que me tire la taza del café”)
E: (“Seguro que es por una tía... ¡pues esta vez no! Que luego llego echa polvo de verla
con otra y siempre soy la misma tonta, ¡Esther no cedas! ¡Esther no cedas!”) ¿Cómo se
llama y donde trabaja?
M: (“Cómo me conoce ¡la jodia!”) Silvia, en “la mona lisa”
E: (“Lo sabía... lo sabía... // Conciencia: Esther no seas masoca y dile que no, que luego
te tengo que soportar yo y ¡no veas como te pones! ¡Y todo por no acabar con esto y
decirle que la quieres! //¡¡pero como piensas que se lo voy a decir!! Tú estás loca!! //
Conciencia: tú verás... pero luego no me busques”) Maca no sé si puedo, hoy tengo que
cubrir a una enfermera y voy a salir más tarde, y seguro que no me apetece...
M: Esther... por fa... Que sabes que yo sola... no me sale, me da vergüenza... (poniéndose
detrás y abrazándola)... por fa... pídeme lo que tú quieras... (Esther no decía nada,
poniendo la barbilla en su hombro)... por fa... di que sí, la última vez que te lo pido, lo
juro...
E: (“Es que no puedo... como siga así me caigo aquí mismo... Encima le diré que sí, y
luego verás tú, vendré súper mal, y luego Laura me echará la bronca, como si lo
estuviera viendo, pero en el fondo luego yo no veo nada, por que se va con la Silvia esa y
yo me quedo con Laura, pero me lo imagino y me pongo negra...”) Está bien, pero ¡la
ultima vez Maca! ¡Te lo advierto!
M: ¡Gracias!... (beso)... ¡Gracias!... (beso)... ¡Gracias!... (beso)... ¡Gracias! Bueno...
¿vamos? Que llegaremos tarde como siempre...
E: Sí vamos... (“¡al final me ha liado! ¡Si es que no puede ser esthercita! ¡Esta noche
llorarás!”)
Llegaron al hospital y allí estaba Teresita como siempre para darles los buenos días con
algún que otro cotilleo
La mañana pasaba rápida, parecía que la gente se había puesto de acuerdo para ponerse
mala después de las vacaciones de fin de año para no volver al trabajo... Esther no paraba
quieta, tuvo un rato libre y se fue a la cafetería para ver quien sería la maravillosa
persona que la acompañaría para tomarse el café
E: (“¡Dios! Estoy molida, a ver quien hay por aquí... necesito un descanso... anda mira
ahí esta Laura...” Se pone un café y va hacia su mesa) ¡Hola guapa! ¿A que me haces un
hueco contigo?
L: ¡Claro mujer!
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El día pasó y llegó la hora de salir... Esther y Laura se arreglaban mientras esperaban a
que Maca llegara para coger el metro, ya que las tres querían beber esa noche...
L: ¿Esther estás ya hija? Que parece que no hayas salido en tu vida... (mientras entraba
en la habitación)... ¡¡por el amor hermoso!! ¿Te has probado todo el armario?
E: Es que quiero ir guapa... quien sabe a lo mejor esta noche cuando me vea se olvida de
Silvias, Vanesas y Nurias... (“¡eso no me lo creo ni yo!! Pero bueno... de ilusión también
se vive ¿no?”)
L: Esther cariño... no puedes estar siempre así... ¿por qué no se lo dices? Si el “no” ya lo
tienes ¿y si te dice que sí? Estarías perdiendo todo este tiempo tontamente...
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E: Laura esto ya lo hemos hablado, como tú dices el “no” ya lo tengo, pero ¿y lo que
puede venir con el “no”? ¿y si me da la espalda y me quedo sin su amistad encima? No...
prefiero callarme y si algún día veo claro... clarísimo que puedo hacer algo, lo haré, no lo
dudes... Ya está... así estoy bien... ¿Qué te parece?... (iba sencilla pero arreglada, una
falda por la rodilla de gasa negra que realza sus caderas, y una camiseta de tirante de
hombro con un escote mas que insinuado)
L: Preciosa... estás preciosa... solo falta que ella lo vea (“¡si es que tiene ojos en la
cara!”)... (¡¡DING!! ¡¡DING!!)... ¡Esther! Maca ya está aquí ¿vienes?
E: Siiii... ¡¡voy, voy!! ¡¡Dios que prisas!!
L: ¡Es que eres más lenta que el caballo del malo Esther! jajaja
E: ¡Venga! ¡Venga! ¡Menos criticar y más andar!
Cuando estaban apunto de llegar al portal Esther se quedó parada, Maca iba
impresionante, se quedó observándola hasta que Laura le llamó la atención
L: ¡¡Esther!! ¡¡venga!! ¿Qué haces ahí parada ahora? ¿Qué te has olvidado?
E: (“¡Joder! ¡Y encima por que se viste así! ¡Normal que siempre consiga lo que quiere!
Y yo... mírame... ¿donde voy queriendo a alguien así?”)
L: ¡¡Esther!! ¡¡eeeoooo!!... (Pasándole la mano delante de la cara9
E: ¿Eh?... aahh ya voy ya voy...
M: ¡¡Hombre!! ¡¡Ya está bien!! ¿Queréis que me quede periquito o que? ¡¡Que hace frió
coño!!
L: ¡Ya! ¡Ya!... ¡esta! ¡¡Que se ha probado medio armario!!... (Esther aparecía tras Laura
con la cabeza agachada)
M: Esth... (se quedó mirándola descaradamente)... (“joder como se ha puesta la niña
hoy... seguro que se le pone algún baboso al lao...”) ¡Esther por dios! ¿Es que desfilas
hoy y no me has dicho nada? Jajaja que guapa
E: (dando una vuelta)... ¿De verdad que estoy guapa?
M: ¡Guapísima!
L: Bueno... bueno... menos peloteos y vamos que mira que hora que es y yo no me quiero
recoger tarde...
M: ¡¡Laura que todavía no hemos salido y ya piensas en volver!!
L: Es que yo soy una persona responsable no como vosotras
Fueron hasta el metro para ir al Púb. donde estaba la “presa” de Maca, después de coger
durante un tiempo el metro y otro rato dando un paseo, llegaron a su destino
Se fueron a una mesa que había en un rincón, desde allí podían ver la barra, que era lo
que Maca quería, para así poder ver a Silvia
Mientras Maca iba hacia la barra Laura que sí se había percatado del cambio de humor de
Esther por el comentario de la camarera quiso saber como estaba la enfermera
Mientras en la barra...
M: ¡Silvia!
Silvia: ¡Maca! ¿Cómo tu por aquí?... (dándole dos besos)
M: Pues nada que he venido con unas amigas (“¡aaaiisss como esta hoy! ¡A esta la pillo
por banda hoy! ¡Cómo que me llamo Macarena!”)
Silvia: ¡A bien! ¿Dónde estáis? Que me tengo que tomar un descanso y así os llevo las
bebidas de excusa para escaparme de aquí
M: Jajajaj pues allí en la mesa del fondo, ¿nos llevas ahora las cosas entonces?
Silvia: ¡Claro! Dime que os pongo y os lo llevo
M: Pues ponte...
Mientras Maca volvía hacia la mesa Laura y Esther seguían hablando de lo mismo, pero
fueron interrumpidas...
L: Hola
E: Hola
L: Esta muy bien este sitio ¡eh!¡ Hay mucha gente!
Silvia: Sí, antes no venía mucha no te creas, pero desde que se corrió la voz viene
mucha, hay noches que no damos abasto jajaja
E: Pues dile a Maca que te ayude, seguro que está encantada... (mirando a la pediatra
directamente)
L: ¡¡Lo que le faltaba a ella! Jajajaj ¡¡salir de curar a niños y ponerse a servir copas!!
Ajajajaj... (suavizando el comentario de su amiga, mientras le daba un codazo en forma
de riña)... (“¡esta niña es tonta! ¿Ahora te arrepientes? ¡pues te aguantas! Tú sola te has
metido en la boca del lobo guapa”)
E: (“¡Será barbie la camarerucha esta! No si encima será simpática y todo... aaaggg no
sé por que he aceptado a venir, si esto me pasa por tonta, y la otra mira como se le cae
la baba, así te resbales con ella!”)
M: (“Y a esta que le pasa ahora, que borde se ha puesto oye... ¡si yo no he hecho nada!
Bueno, ahora en cuanto beba algo se le pasa seguro”)
Silvia: Bueno... Esther, ¿tú eres enfermera no?
E: (“no si ahora querrá caerme simpática y todo”)... Sí me gustaba más que la medicina,
no a todo el mundo le gusta eso de ser médico, además creo que las enfermeras son
indispensables hoy en día, sin nosotras los médicos estarían perdidos ajjajajaj
M: Además Esther es la mejor enfermera que tenemos en el central, nos la rifamos para
que este con nosotros jajaja
E: No seas pelota anda... que ya estoy aquí, no hace falta que aludes más... ¿Laura vamos
a baliar?... (bebiéndose lo que le quedaba de copa de un trago)
L: Claro... vamos... (mirando a Maca como diciendo “no se que coño le pasa”)
Se marcharon dejando a la pareja sola en la mesa, ante la mirada expectante de Maca que
no entendía el porque de la reacción de Esther
Maca reaccionó tarde así que tuvo que intentar coger el mismo ritmo que su camarera,
por que iba bastante lanzada, la pediatra cogía la cara de Silvia entre sus manos para
intensificar el beso ya que le gustaba llevar ella el control
Desde la pista de baile Esther estaba paralizada ante lo que estaba viendo y decidió ir a la
barra sin avisar a Laura, necesitaba otra copa
El camino al piso lo hicieron en silencio, cada una repasando la noche y sacando sus
conclusiones
E: (“Esto me pasa por tonta, no tenía que haber venido, esto me lo busco yo... pero ¡se
acabo! ¡Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que esto cambie! ¡No pienso
llorar más! ¡No señor! ¡Me buscare un novio! ¡Sí, eso haré! ¡Me dejaré de tonterías!
¿Pero que digo?... Maca no es ninguna tontería, Maca es mi vida, su sonrisa es mi vida,
no puedo olvidarme de ella, no puedo... // Conciencia: Perdón si molesto // ¿y tú que
quieres ahora??!! // Conciencia: Por que no se lo dices de una vez y que sea lo que
tenga que ser, no ves que así la que sufres eres tú // no puedo... sé que me dirá que me
quiere como a una hermana, su hermana pequeña... y yo no podré volver a mirarla a la
cara, sabiendo que ella sabe que la quiero, esto es mi escudo, o es que no lo ves! Así
puedo ser fuerte frente a ella, pero sin esto, no podré... no podré... // Conciencia: Tú
verás lo que haces”)
L: ¿Esther? Esther, ¿estas bien?
E: ¿Eh? Dime Laura...
L: Que abras, que llevas tú las llaves...
E: Ah... Perdona, ya abro... (entrando al piso)... oye Laura que...
L: No pasa nada Esther... tranquila, no tienes que decirme nada
E: Gracias... (dándole un beso)... voy a acostarme... buenas noches
L: Buena noches
El tiempo me dio la razón 11
Esa noche Esther la pasó llorando, maldiciéndose por querer a Maca, por no poder
quitársela de la cabeza, y lo más importante, sacarla de su corazón, sabía que no podía, y
estaba cansada, cansada, de tener que fingir, cansada de no ser valiente, de no poder
decirle todo lo que sentía, gritarle que la quería, y decirle que la haría la mujer más feliz
de la tierra si la dejaba, pero ella sabía que eso no pasaría, por que para eso hacía falta
valor, y ella no lo tenía, solo tenía miedo, solo conocía el miedo, la tristeza de cada noche
al acostarse, abrazando a la almohada, dejando salir toda esa frustración acumulada en el
día... y una vez más entre lágrimas y suspiros se dejó llevar por el mundo de los sueños...
Eran las 7:30, entraba a las 9:00, pero ya llevaba como una hora dando vueltas a la cama
decidiéndose por levantarse o no... mientras lo decidía escucho la puerta... tembló... no
podía ser otra que Maca
E: (“Que hará aquí tan temprano... espero que no venga ahora de estar con Silvia, solo
me faltaba tener que escuchar su fantástica noche ahora, por dios que no entre, que se
haga el café y se quede en la cocina... ¡por favor señor! Si me escuchas... QUE NO
ENTRE!”)
Pero no, Maca entraba en la habitación sigilosa, sabiendo que Esther dormía, entró, se
quito los zapatos y se metió en la cama...
M: Esther... Esther...
E: ¡Maca por dios! ¿Llegas ahora? (“Empieza la batallíta·)
M: Uuuu que frió ¡dame manta! No, no llego ahora... es que me apetecían churros, y os
he traído para desayunar, y si no vas temprano te dan los peores... jajaj
E: Ssshhh que Laura está durmiendo...
M: Ssshh es verdad... ven que hace frió. (Abrazándose a ella) (“mmmm que calentita se
está así... que bien huele... me quedaría aquí siempre...”)
E: (“Esta me quiere matar, me quiere matar...”) Maca... Que aun es temprano, todavía
puedo dormir un rato
M: Pero si ya estabas despierta, apropósito, ¿por que estabas despierta marmota?
E: No me encontraba bien anoche
M: ¿Por eso os fuisteis sin avisarme?
E: No es que estuvieras muy aburrida cuando nos fuimos
M: Perdona, ¿al final no es tanto sabes?
E: ¿El que no es tanto?
M: Silvia, está bien y todo eso, pero... no sé...
E: (“Una noticia buena... pero bueno que a mí me da igual, se acabo...”)
M: ¿Sabes que le gustaste?
E: ¿Yo? Jajaja anda corre y ríete de Laura, que yo tengo sueño... (dándole la espalda y
tapándose más)
M: (abrazándola por detrás)... Te lo digo enserio... pero le dije que tú no entendías...
(“¡así! ¡Sí señor! Con sutileza... a ver que contesta...”)
E: ¿Y que te dijo?
M: Que era una pena
E: Aaahhhh... (levantándose de la cama)... bueno, visto que no me vas a dejar dormir,
voy a ducharme...
M: (levantándose y yendo tras ella)... ¿Me vas a decir que te pasa conmigo? Y no me
digas que no te pasa nada
El tiempo me dio la razón 12
E: No me pasa nada
M: ¡No seas cría Esther!
E: Maca te he dicho que no me pasa nada “contigo”, que pasa, ¿qué te crees el ombligo
del mundo?
M: No, perdona... no quería agobiarte... (bajando la cara y sentándose en la cama)... lo
siento
E: (sentándose con ella)... No, perdóname a mí... es que ya sabes como son mis
despertares ajajaja,... (cociéndole la barbilla para que la mirase)... de verdad Maca, que
no me pasa nada, es que e pasado mala noche, y ya está, ¡pero vamos! Que me ducho y
acorralo yo a esos churros y se me pasa todo ¡eh! ¡Así que arriba!
M: Vale, te creo, pero... ¿si te pasase algo me lo dirías verdad?
E: ¡Que sí tonta! ¡Venga haz algo de provecho y prepara chocolate mientras me ducho!!
M: ¡¡MARCHANDO CHOCOLATE CALIENTE!!
E: ¡¡Maca!! ¡¡Laura está durmiendo!!
M: Sssshhh ¡Laura está durmiendo! Jajajaj... (y antes de irse le planta un pico a Esther, la
cual se queda que no sabe si levantarse o quedarse ahí por si se derrite y no llega a la
ducha)
E: (“Te ha besado, Esther, te ha besado, vale que ha sido un beso, corto, muy corto...
pero ¡¡¡me ha besado!!! Jajajaja ¡soooo toro! ¡¡Que te embalas!! No te emociones, ha
sido, un impulso, ya está, no le des importancia...”)
Maca estaba igual en la cocina, preguntándose, el por que de ese beso, nunca le había
dado un beso así a Esther, con algunas amigas lo hacía, pero no con Esther, su Esther...
M: (“A ver... maquita... ese beso, ¿a qué se debe? ¡Tú nunca besas así a Esther, vale que
lo hagas con Ana pero, Esther, la habrás dejado patidifusa! ¿Y si se lo toma a mal?
Bueno... solo ha sido un beso pequeñito... y corto, por que mira que ha sido corto... //
Conciencia: ¿y para que querías que fuese más largo? A ver, si a ti no te gusta Esther, o¿
sí?// pero ¡¡que dices!! ¡¡Calla!! Y déjame ¡¡que se me quema el chocolate!!”)
E: UuUuUu que frió... (aparece en albornoz)... no he podido ni quitarme esto ajajaja...
(acercándose hasta la pediatra para ver como iba el chocolate)... mmmm que bien huele
¿no?
M: (“Tú si que hueles bien... ¿pero que me pasa? Céntrate en el canali... ¡digo! ¡en el
chocolate!”) Eh... sí, sí, huele que alimenta... oye ¿no vas a coger frió así? ¿Podrías
ponerte un poco más ropa no? Quiero decir... podrías vestirte...
E: Sí, si ya voy, pero es que el olor me ha traído hacia ti jajaja, voy a despertar a Laura
por si quiere, ahora vuelvo...
Entre risas y chocolate paso el desayuno, ese día entraban con una super-puntualidad que
descontroló a Teresita
M: Jajajajajajaja pues la verdad ahora que lo pienso... Cuando he ido a por esta, ya estaba
despierta... así que no sé yo ¡eh!... jajajja ¡¡¡AAAUUUUU!!!... (Esther le daba una
colleja)
E: ¡¡Te lo mereces por atacarme!! ¡Pero si eres tú la que se a metido en mi cama! ¡Y ha
roto mi placentero sueño!
M: Pero te he llevado el desayuno joooo... (poniendo morritos de niña buena)
E: Bueno da igual... vamos a...
T: (cortando a la enfermera)... ¡Espera... espera! Dices que ella... (a Maca)... ¿se a metido
en tu cama?
M: ¡Teresa por dios! No me seas ahora peliculera...
E:... Teresa no tiene importancia, somos amigas, hemos dormido muchas veces juntas
T: Una cosa es eso, y otra muy distinta que aquí esta vaya como Perico por tu casa y se
meta en tu cama para despertarte ¡Ni que fuera tu novia!
E:... (“lo que me faltaba ahora, Teresita con su gran imaginación... y ¡activando la
mía!”)
M:... (abrazando a Esther)... ¿Qué pasa Teresa, que no hacemos buena pareja, o que?
Jajajaja
E: ¡Maca quita! No seas cría... me voy a trabajar ¡que parece que la única que ha venido
a eso sea yo!... (se iba rápido de allí dejando una vez más a Maca descolocada)
Y así pasaban los días, Maca sin darse cuenta de que Esther poco a poco se consumía en
una tristeza que la hacía cada día más vulnerable, se levantaba sin ganas de nada, pero a
la vez una parte de ella deseaba encontrarse con ella... tenía miedo, miedo de todo y de
nada, muchas veces ese mismo miedo le daba fuerzas para enfrentarse a todo, pero otras
muchas la hundía en una oscuridad que solo ella conocía, se refugiaba en Laura, su gran
amiga, solo ella sabía su secreto, pero no siempre recurría a ella, por no querer abusar de
la situación, de vez en cuando salía con Laura y Javier para distraerse, y otras muchas se
quedaba en casa viendo una peli hasta que llegaba Maca, y descolocaba todo su mundo
con solo una sonrisa, llegaba la fiesta de cumpleaños de Javi, estaban preparando una
fiesta por todo lo alto en la discoteca de un amigo, iba a ser la celebración del año...
Laura y Javier estaban en la cafetería del hospital ultimando la hora a la que le deberían
decir a sus compañeros para ir a cenar y luego a la discoteca
J: A ver Laura... ¿estaría bien a las nueve no? Por que así a los que acaban en turno de
tarde les da tiempo de sobra para ir a cambiarse y llegar bien de tiempo, ¿que te parece?
L: Por mi perfecto, y se nos hará buena hora para ir a la discoteca y los que no puedan
venir a la cena vengan para las copas
J: Pues entonces listo, ¿se lo dices tú a las chicas y yo me encargo de decírselo a ellos?
L: Vale cariño, nos vemos en un rato y te digo algo... (dándole un beso antes de irse)
J: Vale guapa
Maca acababa de dar el alta a un niño que había llegado con el brazo roto y estaba con
unos informes en su despacho, tenía la mesa llena de ellos, los había ido acumulando y
había decidido que tenía que darle solución a esa montaña de papel, así que pensaba estar
ahí bastante rato
Pasadas unas horas cuando ya su cuello se quejaba dolorido y su cuerpo pedía acto de
presencia de su amiga la cafeína decidió ir a la cafetería a tomarse un café bien cargado
para poder terminar y de paso hablar con Teresa ya que no la avisaban de la presencia de
ningún niño
M: ¡Teresa! ¿Es que hay huelga de niños que no me mandas ningún aviso? Jajaja
T: Sí hija, ¡no viene ni uno solo! ¡Así que aprovecha!
M: Eso voy a hacer, que llevo ya no sé cuantas horas con los informes de pediatría y
necesito café... si viniese alguno me tienes allí ¿vale?
T: De acuerdo, creo que allí tienes a Laura que acaba de entrar
M: Bien, pues voy con ella, hasta luego
Laura fue en busca de Esther que salía de operar con Cruz después de unas cuantas horas,
le costó convencerla, no quería tener que ver a la pediatra y menos cenar en casa, pues
sabía que si se alargaba la cosa se quedaría a dormir, y lo haría en su cama, y era lo que
menos podía soporta en esos momentos, al final Laura la hizo entrar en razón, diciéndole
que si no aceptaba Maca se iba a preguntar porque y tendría que darle alguna
explicación, en ese momento Esther se dio cuenta que si tenía poca gana de cenar, menos
tenía de tener que poner todo su esfuerzo en no sucumbir ante la pediatra para no cenar
esa noche...
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Llegó la hora de salir y Maca las esperaba en recepción hablando con Teresita, Laura y
Esther hacían su aparición
M: ¿Estáis ya?
L: Sí, es que nos hemos entretenido un poco
E: Sí, es que he tenido que operar con Cruz y ha sido un poco complicado
M: ¿Pero a salido todo bien? No tienes buena cara
E: Sí, sí, es que estoy un poco cansada, ¿nos vamos?
L: Sí vámonos, hasta luego Teresa
T: Hasta luego chicas, pasáoslo bien
M: ¡Eso ni se duda Teresa!
E: Hasta mañana
El viaje a casa Esther estuvo callada todo el tiempo, iba en la parte trasera del coche,
Maca iba delante con Laura, hablando de la fiesta de Javier, y riéndose mientras
imaginaban a Teresa en la discoteca quejándose por todo
Llegaron al piso entre risas, pero con una Esther, visiblemente seria
E:... (abriendo la puerta)... Mientras hacéis la cena yo me voy a duchar... (yéndose directa
a su habitación sin dar opción a que ninguna de sus compañeras dijera nada)
M: (a Laura)... ¿Y dices que no te has fijado? Por favor Laura... si va arrastrando los pies,
a Esther le pasa algo, seguro... (“solo hay que ver como ha dejado de sonreír...”)
Cenaron intentando animar a Esther que parecía que hacía un esfuerzo sobre humano
para no hacer sentir mal a sus compañeras, intentaba hablar y de vez en cuando reír. Para
bien de Esther, la cena se alargó poco, así que Maca se fue a su casa y la enfermera no
tuvo que pasar por el mal rato que ella temía
Al día siguiente era la fiesta de Javi, el día en el hospital pasaba rápido para todos pues
habían tenido varios avisos y no habían parado ni un solo segundo, se acercaba la hora de
salir y Esther fue a buscar a Laura a la cafetería para comentarle que no se encontraba
bien y que no le apetecía ir a la fiesta de Javi
E: (acercándose hasta donde estaba Laura)... Laura ¿te puedo comentar una cosa?
L: Claro Esther, dime
E: Que no me encuentro muy bien, y no creo que deba ir al cumpleaños de Javier, sería
un estorbo, y solo necesito llegar y acostarme...
L: ¡Ni hablar Esther! ¡esto no lo puedes hacer! ¡Sabes que no! ¡De verdad crees que me
voy a creer todo eso! ¡Tú te vienes, ya venga Maca! ¡O Rita la cantaora! ¡Me oyes! ¡Yo
te espabilo a ti como que me llamo Laura!
E: Laura de verdad... que no...
L: Esther no hay nada más que decir, y me voy que Aime me está esperando, a la salida
me esperas que vayamos juntas a casa...
Efectivamente Laura no hizo caso a Esther y a las nueve menos diez Javier las recogía en
el piso para ir los tres en el coche hacia el restaurante, Esther felicitó a Javi ya que este
había librado ese día y no se habían visto aun, iban el coche hablando y Esther de vez en
cuando discutiendo con Laura por haberla obligado a ir a la fiesta, cosa a la que Laura no
El tiempo me dio la razón 16
le daba pie y más enfadaba a la enfermera. Llegaron al restaurante y allí estaban los
compañeros a los que su turno les permitía ir. Allí estaban, Teresa, Aime, Vilches, Cruz y
Maca.. Eva, Rober, Rusti y Héctor se unirían mas tarde
V: ¡¡Hombre!! ¡¡Ya se deja ver el cumpleañero!! ¡¡Ya está bien no!! ¡Que encima que hoy
no has trabajado nos haces esperar aquí muertos de frío!!
C: ¡Vilches por favor! ¡No empecemos!
V: ¡Si es que tengo razón!
J: ¡Perdón! ¡Perdón! Pero es que no encontrábamos aparcamiento
Los hombres entraban charlando entre alguna que otra broma pasada de rosca de Vilches,
Esther hablaba con Teresa de cómo les había ido el día y Maca entraba con Laura
hablando de cómo se encontraba Esther
La cena trascurría alegre, Maca no paraba de observar a Esther que parecía que eso que le
ocurriese no le estaba chafando la cena, y está sonriente hablando con Vilches y viendo
como este hacía enfurecer a Teresita con sus comentarios, decidió que la dejaría tranquila
por esa noche, no quería que la enfermera cambiase el humor, la veía feliz en ese
momento y era lo que importaba, terminada la cena se dirigieron a la discoteca, en la cual
ya esperaban los que faltaban, se dirigían a la zona que estaba reservada para ellos,
gracias a los contactos de Javier
Eva: ¡¡¡FIESTAAAA!!!¡¡ Cuánto hombre!! ¡¡Esther saca la caña de pescar que esta
noche vamos a ver como están las truchas!!
E: Jajajaja Eva ¡¡estás como una cabra!! Tienes aterrorizada a la pobre Teresa jajaja
T: ¡Oye! Que tampoco soy tan antigua ¡eh! ¡Ya verás tú!
V: Oioioioi ¡qué Teresita se nos desmelena esta noche!
H: ¡Che Teresa! Vos bailará conmigo esta noche ¡eh!
T: ¡Claro que sí! ¡Vamos Héctor! Que van a ver estos lo que es bueno
L: Jajajaja ¡pobre Héctor! No sabe dónde se ha metido jajajaj
E: Déjalo jajaja así aprende a tener ese piquito argentino cerrado jajaja
Eva: Esther vamos a ver como esta la cosa por ahí!
E: ¡Venga vamos! Ajajaja
L:... (cogiendo a su amiga del brazo)... Esther piensa lo que haces ¡eh! No vayas a hacer
ninguna tontería...
E: Ya soy mayorcita para saber que hacer o no, ¿no crees Laura?
L: Ya, pero sabes que lo digo por ti...
E: Lo sé Laura, estaré bien de verdad
Así pasaba la noche, Maca bailando con Laura cuando se lo permitía Javi, Cruz riñendo a
Vilches por que no paraba de mirar a todas las tías que había por allí, iban todos ya un
poco finos así que decidieron sentarse un poco aprovechando que tenían ese reservado y
así descansar un rato
El tiempo me dio la razón 17
Ya entrada la madrugada se iban de la discoteca con una Teresita, más que bebida
tirándole los trastos a Héctor con lo cual Vilches se divertía mucho, Eva y Esther
recordando todos los chicos con los que habían hablado y descartando los que no les
gustaban, Rober hablando con Javier y con Aime de que tenista estaba mejor, Maca y
Laura riéndose de cómo eran los hombres...
Maca iba pensando en su conversación con Esther, era más de lo que había conseguido
en mucho tiempo, estaba preocupada por su amiga, no sabía que bebía hacer, no
encontraba las palabras adecuadas ni el momento...
L: Tranquila Maca, seguro que pronto se le pasa y volvemos a tener a la misma Esther de
siempre
M: Eso espero... por que yo no sé como estoy sobreviviendo sin ella... (“¿he dicho yo
eso? La verdad es que sonará egoísta, pero necesito a mi Esther... la necesito más de lo
El tiempo me dio la razón 18
que me imaginaba, echo mucho de menos ir a despertarla y ver como se hacer de rogar,
y como se despierta regalándome esa sonrisa que hace que pueda empezar el día”)
L: (“¿Ha dicho lo que creo que a dicho? ¡Dios! A ver si ahora va a ser que a esta
también... no... no puede ser...”)
Los días pasaban y Esther no entraba en razón, no había ningún cambio, Laura ya había
tenido más de una conversación con ella, diciéndole que como no pusiera de su parte
hablaría con Carlos para que él intentara algo, cuando lo hacía parecía que Esther
intentaba solucionarlo pero no duraba mucho tiempo, volvía a caer en su mundo de
miedos y tristeza
Maca no sabía que hacer, estaba furiosa por que no sabía como ayudarla, se había tirado
días y días tras Esther intentando hablar con ella, yendo a su casa, pero ella siempre le
daba largas o se refugiaba en la casa de su madre
Maca estaba en recepción hablando con Teresita cuando escucho reír a Esther como hacia
tiempo que no lo hacia se volvió y la vio entrar con una chica a la que no conocía
E: ¡Maca! ¡Mira te presento! Maca ella es Mónica, una amiga de la infancia a la que le
había perdido el rastro, ella es Maca una amiga y compañera de aquí del hospital
Mónica: Encantada Maca
M: Igualmente... (dándole dos besos)
E: Oye ¿has visto a Laura?, que le vamos a dar una sorpresa
M: Ah ¿pero es que también se conocen?
E: Sí... es amiga de las dos... ¿verdad? Aaaiiii ¡¡mi Mónica!! Cuanto la echaba de
menos... (abrazándola como una niña pequeña)
Mónica: Jajajaja ¡¡siempre igual!!... (a Maca)
M: Sí... siempre igual... (sus ojos lo decían con tristeza pues hacía tiempo que Esther no
era así con ella, y eso le dolía en el corazón)
E: Eh... (dándose cuenta de la reacción de Maca) bueno... Mónica ¿vamos a buscar a
Laura?
Mónica: Sí vamos, que quiero ver a esa medicucha, lo dicho, un placer Maca, ya nos
veremos
M: Igualmente, hasta luego
Maca se fue a su despacho nuevamente con la idea de lo que le pasaba a Esther era con
ella, pues al verla así con su amiga la hizo entristecer bastante, no sabía como solucionar
aquello, estaba empezando a enfadarse pues la enfermera no le daba pie a arreglarlo. Lo
que aun no sabía es que Mónica iba a vivir con Esther y le pondría las cosas más difíciles
con la enfermera
Esther hablaba con Laura en la cafetería de lo que le había propuesto Mónica para el fin
de semana, estaba aparentemente contenta con el plan, cuando apareció Maca por allí y
fue a sentarse con sus compañeras como hacia días que no hacía...
M: ¡¡Hola guapas!! ¿Ha quien criticáis?
L: Hola, pues nada aquí, Esther que se va a hacer puenting el sábado
M: ¡¡¿¿Tú??!! ¡¡Puenting!!
E: Sí, ¿qué pasa? ¿Que yo no puedo tirar de un puente? Jajajaja
M: Claro que sí, pero como antes te daban miedo esas cosas
E: Ya ves... la gente cambia
El tiempo me dio la razón 19
Había pasado un rato, Cruz y Laura estaban con la enfermera esperando que se
recuperase...
C: Bueno... pues visto como está el panorama creo que deberías irte a casa y ya que
libras el fin de semana, meterte en la cama a descansar, y no hacer esfuerzos, te ha dado
una gran bajada de tensión y eso no es bueno
E: ¿¿Todo el fin de semana??
C: Sí Esther, ¡¡y no me seas irresponsable!! Laura acompáñala a casa y oblígala a que
coma y a que descanse
L: Dicho y echo
E: Pero Cruz...
C: ¡Ni Cruz ni leches Esther! ¡vete a casa! ¿O quieres que te despida?
E: (poniendo los ojos en blanco)... Vaaaaaale, ¡brujas! ¡¡Que sois una brujas!! Y por
favor de esto... ni una palabra Maca ¿me oís?
C: Por mí de acuerdo
L: Lo discutiremos por el camino, anda vamos...
Se dirigían hacia la salida, Esther se paro en recepción a despedirse de Teresa, ya que esta
se había dado un gran susto
Laura aparecía en recepción pues se había olvidado las llaves del coche y había tenido
que salir corriendo
L: ¿Vamos?
T: ¿Ah, pero tú también te vas?
L: La voy a llevar Teresa, enseguida vuelvo, por si alguien pregunta por mí, Cruz ya lo
sabe
T: Está bien, y Esther cuídate anda
E: Gracias Teresa.. hasta el lunes
T: Hasta luego
Como Cruz le había dicho a Laura, llevó a Esther a casa y la obligó a acostarse, pero eso
fue peor, pues no paraba de darle vueltas a la discusión con Maca, había pensado en
llamarla pero cuando estaba decidida a hacerlo algo se lo impedía, se quería disculpar,
pero estaba aterrada, se había comportado muy mal con la pediatra
E: (“Me he pasado... ya no querrá ni verme (empezaba a llorar) ¡¡es que todo me sale
mal!! ¿Que voy a hacer sin ella? Es que me lo merezco... ha estado intentando
ayudarme, pero siempre le he dado largas... pero como me va a ayudar, si es ella, la que
me hace estar así, la quiero... la quiero tanto... pero ella no tiene la culpa, no tiene por
que darse cuenta... yo he echo que no se de cuenta... por ser una cobarde, por eso no me
la merezco, la he perdido... (cogiendo una foto de ellas dos en la nieve que tenía puesta
El tiempo me dio la razón 21
En ese momento llegaba Mónica, Esther no quería asustarla así que salió a decirle que ya
estaba allí y por que
E: Mónica...
Mónica: Ah ¡Esther! ¿estás aquí ya?
E: Sí, es que me ha dado una bajada de tensión y Cruz me ha mandado a casa
Mónica: ¿Pero estás bien? ¿Quieres que te prepare algo?
E: No, no, si ya estoy mejor... ha sido el momento
Mónica: ¿Pero que a pasado?
E: Que he discutido con Maca... (bajando la mirada)
Mónica: (cogiéndole la barbilla para que la mirara)... Con que Maca ¿mmmhhhh??... (la
enfermera ya había puesto al día a su amiga en lo referente a la pediatra)... Esther... ya te
lo he dicho y no quiero parecer pesada, pero es que... tienes que darle una solución a
esto... no puedes estar así cariño...
E: Tu lo has dicho, no seas pesada...
Mónica:...
E: Perdona... es que... la he cagado Mónica... (echándose a llorar)
Mónica: Sssshhh no llores Esther... ven y cuéntame que ha pasado a ver si lo podemos
arreglar
E: No se puede... le he dicho cosas horribles
Mónica: Pues... no sé que decirte, yo no conozco a Maca, pero dale tiempo, pídele
disculpas...
E: Si lo sé... pero es que... (sin dejar de llorar)
Mónica: Mira tranquilízate, acuéstate... y mañana pensamos mejor ¡eh! Por que visto lo
visto vamos a hacer sofing en vez de puenting jajajaja
E: Jjajaajja
Mónica: Así me gusta... que sonrías... (limpiándole las lágrimas)
E: Gracias...
Mónica: No hay nada que agradecer... ¿somos amigas no?... (la enfermera asentía)...
¡pues eso! ¡Ahora a la cama enferma! ¡Que mañana tenemos que arreglar cierto asunto!
Así, un poco más relajada Esther se iba a la cama, pero no paraba de darle vueltas al
asunto, no podía dormir, y cuando lo hacía no paraba de tener pesadillas con Maca, que
en parte la hacían no querer dormirse...
Cuando se levantó salió a la cocina y no había rastro de sus compañeras, se fue hasta la
cocina y tampoco había nadie, se fijo que en el frigorífico había una nota:
“Cariño me vas a matar pero me llamó mi madre anoche después de acostarte y me dijo
que mi abuelo había caído enfermo, así que esta mañana a primera hora me he tenido
que ir... me daba pena despertarte lo siento... Laura no volvió anoche así que supongo
que estará con Javier. Estaré de vuelta el domingo, arreglaremos lo tuyo entonces
Un beso wapa, Mónica
El tiempo me dio la razón 22
E: (“Pues sí que estamos bien... Laura no trabaja hoy así que volverá tarde... y encima
está lloviendo... pues nada Esther, como dijo Mónica, ¡a hacer sofing! No pienso hacer
nada hoy”)
Pasaban las horas y Esther no hacía nada más que ver la tv, no echaban nada que le
gustase y se puso a ver que tenía por allí para distraerse... vio un dvd que habían grabado
en un viaje a la playa el verano pasado, se dispuso a verlo, pero lo apagó, sabía que
saldría Maca, y no se creía capaz... al cabo de un rato se decidió a ponerlo.. allí aparecía
ella, le decía hola a la cámara cuando de repente aparecía Maca detrás abrazándola y
poniéndole unos cuernos en la cabeza sin que ella se enterase, hasta que un comentario
de Laura la hizo darse cuanta... “uuuuu aquí huele a toro ¡eh! ¡Esther!” en ese momento
se giraba y encontraba a la pediatra escondiendo la mano y esta salía corriendo tras ella
hasta que la pediatra alcanzaba el agua... lo volvió a apagar, estaba llorando y solo había
visto dos minutos... se sentó junto a la ventana, recordaba cada momento con Maca, y
lloraba más y más... así pasaron las horas hasta que empezó a anochecer y llegó Laura, se
la encontró sentada mirando como llovía... encendió la luz y la enfermera salió de su
mundo para ver quien había interrumpido sus recuerdos...
L: ¡¡Esther!! ¿¿que te pasa??... (corriendo hacia ella, al verla llorar y con los ojos
extremadamente hinchados)... ¿pero cuantas horas llevas así? ¿Y Mónica? ¿Por que no
me has llamado?
E:...
Esther no decía nada, solo lloraba y lloraba, se abrazaba a su amiga, con fuerza, como si
al hacerlo dejara escapar toda esa rabia que sentía, se había dado cuenta de todo lo que
había perdido por su cobardía
E: La he perdido Laura... Ahora la he perdido para siempre... (su llanto no cesaba cada
vez era mas intenso)... he sido una cobarde... tenía que haber tenido el valor de hablar
con ella...
L: Todavía puedes arreglarlo Esther... estoy seguro que si hablas con Maca, querrá
escucharte... ella te quiere con locura, y no sabes si lo hace como tú esperas...
E: No querrá verme...
L: ¡¡No digas tonterías!! ¿Sabes lo que tienes que hacer? La vas a llamar y vas a intentar
hablar con ella
E: No...
L: ¿Cómo que no?
E: Por teléfono no, voy a ir a su casa...
L: Esther estás muy nerviosa, no deberías conducir
E: No, de verdad, ahora estoy bien, esto tengo que decírselo a la cara
L: ¿Se lo vas a decir?
E: Sí, la he perdido por una estupidez y no quiero tener que arrepentirme toda mi vida
por no haberlo intentando
Salió de casa aun con el miedo de Laura, estaba demasiado nerviosa, pero sabía que tenía
que hacerlo, quería hacerlo, estaba lloviendo... empezó a llorar otra vez, tenía miedo,
pero tenía que hacerlo, llegó al edificio de Maca, en ese momento alguien salía del portal
así que se ahorró tener que llamar al telefonillo, llegó al piso con paso lento... llamo al
timbre
El tiempo me dio la razón 23
Esther reconoció esa voz, en ese momento se paralizó y recordó lo que Maca dijo en la
cafetería
Se sentía morir... deseaba salir corriendo de allí, pero no podía, el miedo la dejó
paralizada, no sabía que hacer, Maca la miraba con miedo, ella había dejado de llorar,
pero lloraba por dentro... su corazón se volvía a romper como tantas otras veces
Silvia: ¿Maca? ¿Quién es pasa algo?... (Silvia salía de la cocina secándose las manos con
un trapo)... Esther... hola...
E:... Eh... yo... hasta luego... (corrió hacia las escaleras)
M: ¡Esther! ¡¡Espera!!... (salió corriendo tras ella y la alcanzó justo cuando la enfermera
abría la puerta del portal)... ¡¡Esther!!... (cogiéndola del brazo)
E: ¡¡No!! ¡¡Déjame!!... (lloraba y lloraba... le costaba respirar)
M: ¡Esther! ¿Qué ocurre? Me estás asustando... (abrazándola)
E: ... (se aferraba a la pediatra con fuerza, con odio, pero no podía soltarse, si lo hacia se
caería)
M: Esther cariño...
E:... (antes esas palabras Esther reaccionó, recordó a Silvia, Silvia estaba en su casa,
Silvia y Maca... Maca y Silvia...) ¡No! ¡Te odio! ¡Te odio!... (dándole con los puños, pero
sin fuerzas)... ¡Silvia! ¡Corre con Silvia! ¡Siempre eres la misma Maca! ¡Nunca
cambiarás!
M: ¿Pero Esther? ¡¡No te entiendo!! ¿Que tiene que ver todo esto con Silvia?
¡¡¡Estheeeeer!!!
Pero Esther ya corría bajo la lluvia, corría y corría, liberando toda esa rabia acumulada,
llegó hasta el coche no paraba de llorar, no se podía quitar la imagen de Silvia en la casa
de Maca, Maca... Maca... Maca... arrancó el coche... no podía dejar de llorar, empezaba a
llover más fuerte... apenas veía la carretera
E: (“Cómo he podido ser tan tonta... Maca nunca se fijaría en mí... ¿por qué Esther?
¿Quién te manda enamorarte de Maca?...” en ese momento su llanto hace que empiece a
marearse, se le nubla la vista, todo le da vueltas, cierra los ojos y allí está, Maca
sonriendo, Maca entrando por la puerta, Maca atendiendo a un niño, Maca, Maca, Maca,
Maca... sintió un gran dolor en sus piernas, no podía moverse... oía voces, cristales
rompiéndose, pero no podía moverse... incluso con aquel dolor su único pensamiento era
Maca, Maca, Maca, siempre Maca...)
El tiempo me dio la razón 24
Eva: ¡¡Cruz!! ¡¡Es Esther!! ¡ha tenido un accidente! ¡¡Tiene las dos piernas rotas!! Y
traumatismo, ¡¡no ha recobrado el conocimiento!!
C: ¡¡Teresa!! Llama a Vilches ¡¡¡rápido!!!
T: ¡¡¡Esther!!!
C: ¡¡¡Teresa!!! ¡¡¡Ahora!!! ¡¡Vamos al box!! Eva llama a Laura, ¡está en cortinas!
Eva: Voy... ¡Cruz!!
C: ¿Sí?
Eva: Sálvala...
Laura estaba desconsolada, no podía dejar de llorar, estaba con Eva en la sala de médicos
esperando alguna noticia, su móvil la sacó de sus pensamientos, pero un miedo le entró al
ver quien la llamaba
L: ¿Sí? Maca... Maca... no te asustes... sí... lo sé... sí... sí sé donde está... está aquí Maca...
(en ese momento rompía a llorar)... ha tenido un accidente... sí... estamos todos aquí...
vale... te espero...
En quince minutos la pediatra llegaba al hospital, corría hasta la sala de médicos, Laura
le había dicho que estaban allí
Las horas pasaban y ni Cruz ni Vilches aparecían, la cosa se estaba alargando, todos
estaban de un lado para otro, Teresa no para de llorar y repetir “mi niña... ” Laura en los
brazos de Javier estaba dormida después de haber estado llorando tantas horas, Maca
estaba en la puerta de quirófano meciéndose en si misma, sin dejar de llorar, sus lágrimas
no habían cesado de caer sin ningún tipo de esfuerzo... estaba con los ojos cerrados, su
única visión era Esther, quería que solo fuese Esther, no se imaginaba su mundo sin ella,
la quería, la quería con locura, y ahora en este desgraciado momento se daba cuenta de
que daría su vida por la de ella, y eso solo quería decir una cosa ¿se había enamorado de
Esther? no entendía como ahora, en el peor momento se estaba dando cuenta, cuando
podía perderla
M: (“¿Cómo he podido estar tan ciega?... ahora no... Esther... (se tapaba la cara para que
su llanto no llamase demasiado la atención)... no me dejes Esther... ahora no... nunca... te
quiero... lo siento... te he fallado... ¡¡dios!! ¿Por que tú? ¿Por qué no yo? Se fuerte
Esther, se fuerte mi niña... por favor...”)
En ese momento Cruz salía de quirófano con Vilches, tenían el gesto cansado... Maca
corría hasta ella sin dejar de llorar, esperando en su amiga una mirada de seguridad, un
gesto que le dijese que todo había ido bien, pero algo le decía que no, que no iba bien
M: ¿Pero?
C: Está inconsciente Maca... tiene un gran traumatismo en la cabeza... y tiene que
despertar por ella misma... incluso puede estar en coma y aparte está lo de sus piernas...
M: ¿Que les pasa?
C: ...
M: ¡Vilches! ¿Que le pasa?
V: Pues que ahora si va a necesitar toda vuestra ayuda, se las ha hecho añicos Maca...
Javier tendrá que volver a operarla para que se plantee el volver a andar...
En ese momento Maca negaba con la cabeza, no se podía creer todo lo que sus
compañeros le decían, le venían a la mente todos los recuerdos, todos los momentos
junto a Esther, su sonrisa, su vitalidad, no podía pensar en otra cosa, su vida se iba
desmoronando como un castillo de naipes, no concebía su vida sin Esther, su Esther, no
podía, de pronto le venían a la cabeza los últimos meses, la tristeza de sus ojos, su
discusión, y por último, cuando la vio ese mismo día, fue a hablar con ella, después de
todo lo que se habían dicho, como Silvia le dijo... “Maca, no te preocupes, ya verás
como todo se arregla, os queréis mucho, por todo lo que me has contado, verás como lo
solucionáis...”
Solo habían quedado como amigas, y Maca encontró en Silvia su paño de lágrimas en ese
momento, estaba contándole la situación actual con Esther mientras estaban haciendo la
cena, Silvia no quería dejar sola a Maca en esa situación, además le gustaba estar con la
pediatra, una cosa no quitaba la otra, en ese momento fue cuando llegó Esther y todo lo
demás ocurrió demasiado rápido
Todo se agolpaba en la mente de Maca queriendo encontrar un motivo, pero por mas que
se esforzaba no encontraba nada
Pasaron a Esther a una habitación, Cruz le había explicado a sus compañeros la situación
de la enfermera, y también se disponía a llamar a la madre de esta, que le había dicho que
se iban para allá, ella y su hija menor
M: Siento mucho todo esto... en realidad no sé que pasa por esa cabecita tuya, me siento
impotente... no puedo ayudarte... pero sé que tú eres fuerte... lo eres... y vas a salir de
esta... yo estaré contigo, nunca te dejare sola... además... que sería de mí sin que tu
ordenes mi vida... y te tienes que despertar... por que te tengo que decir algo, y tienes que
estar despierta para decirme que te parece... tengo miedo... miedo a que te asustes... pero
es así... te quiero Esther... ha hecho falta que pase esto para darme cuenta de que me he
enamorado de ti... (en ese momento empezaba a llorar y cogía esa mano tan fría en ese
momento para dejar un dulce beso en ella, un beso que transmitía toda su esperanza,
Laura entraba en la habitación, presenciando la escena tan emotiva de la pediatra)
L: ¿Cómo estás?
M: Eso es lo que menos importa ahora...
L: ¿Sigue igual no?... (acariciando la frente de la enfermera y limpiándose unas lágrimas
que empezaban a hacer acto de presencia)
M: Sí, parece que esta dormidita...
El tiempo me dio la razón 26
L: Cómo cambian las cosas en un momento... salió de casa... (su llanto cada vez era mas
fuerte)... ¡no tenía que haberla dejado ir! ¡Estaba muy nerviosa!
M: ¿Alguien piensa decirme de una puñetera vez que le pasa?... (empezando a enfadarse)
L: Yo... Maca... yo no puedo, es algo que tienes que hablar con ella... yo... (dándose
cuenta que no tenía que haber dicho todo aquello)
M: ¡¡¡Pero no ves que ella no puede!!! ¡¡Y a lo mejor nunca podrá!!... (de sus ojos caían
lágrimas con una facilidad pasmosa, estaba temblando, aquello que acaba de decir la hizo
estremecerse se sentó en la silla que había junto a la cama y empezó a llorar como una
niña, le faltaba el aire, sentía que el mundo estaba en su contra, nadie le decía que le
pasaba a Esther, nadie comprendía nada, no sabían las noches en vela que había pasado
pensando en ella, en que la podía esta pasando)... Laura por favor... necesito saberlo... por
favor...
L: Maca...
M: (sentándose de nuevo en la cama, y cogiendo la mano de la enfermera)... Por favor...
L: Está bien, no debería... pero... Maca...
M:...
L: Esther está enamorada de ti
explicaciones! Que no eres nadie para meterte en mi vida y decir que yo me hago la
victima, aunque si querer que la gente no se meta en mi vida y querer que me dejen en
paz es hacer eso ¡si! ¡Me hago la victima!
De repente le vino a la mente la visita de la enfermera esa misma noche a su casa, como
la vio cuando abrió la puerta
Todo le aparecía de golpe, se daba cuenta de tantas cosas que no podía reaccionar, tenía
puestos los ojos en Esther mientras su cabeza recopilaba tanta información... tantos
recuerdos...
Ahí lo entendió todo, todo su mundo se desmoronaba, ahora entendía cada reacción de
Esther... ahora se culpaba aun más de todo lo ocurrido, Esther estaba enamorada de ella...
M: (la miraba, todos los recuerdos habían pasado su cabeza en menos de un minuto,
estaba colapsada, no podía dejar de mirar a Esther, su pecho le oprimía, estaba
empezando a sentir vértigo)... ¿Pero?... ¿pero?... ¿desde cuando? ¿Cómo no...?
L: Eso es lo de menos Maca... ella estaba aterrada, yo le decía que hablase contigo, que
tú... no sé, la podías ayudar, que si el sentimiento no era mutuo... no le darías la espalda,
pero no entendía a razones, estaba cegada por el miedo
M: (con temblor en sus manos rozaba la mejilla de la enfermera, con dulzura, como si
tuviese el miedo de romperla).. Es mutuo...
L: Yo le decía que... ¿qué has dicho?... (no se creía lo que acababa de escuchar de la boca
de la pediatra)
M: Que es mutuo... ha tenido que pasar todo esto para que me diese cuenta, hacía tiempo
que había cosas que me hacían pensar, pero... ahora sé... sé que la quiero... como nunca
había querido a nadie... ella es... mi mejor amiga... es... la primera persona que quiero ver
cuando me despierto... es en lo último que pienso cuando me duermo y es la única
persona que hace que quiera luchar por cualquier cosa, que quiera ser mejor persona...
(no pudo evitar echarse a llorar, había dicho todo aquello sin pensar, todo había salido de
su corazón)... y ahora... yo... es culpa mía... todo es culpa mía... ¡he estado ciega!
El tiempo me dio la razón 28
L: ¡No Maca! ¡No! ¡Tú no tienes culpa de nada! ¿me oyes? ¡De nada! ¡Tú no tenías
porque darte cuenta! Esther hacía todo lo posible por que tú nunca te dieras cuenta... por
eso estaba así las últimas semanas... se estaba consumiendo...
M: Yo...
L: Ssshhh tranquila... (abrazaba a la pediatra quien sentía desplomarse por momentos)...
pero... ¿pero sabes que?... (haciendo que la mirase)... que por fin esta tarde tuvo ese
valor, estaba llorando cuando llegué a casa y hablando decidió ir a contártelo todo, pero...
M: Pero Silvia estaba en mi casa y pensó que...
L: ¿Silvia?
M: Sí, pero no de la forma en la que piensas, necesitaba desahogarme, y Silvia se
ofreció, estuve contándole lo sucedido y llegó Esther, estaba llorando, ahora sé lo que iba
a decirme, en ese momento no sabía el por qué de ese miedo en sus ojos, pero entonces
salió corriendo, la alcancé pero no paraba de llorar, me gritaba y me pegaba, decía que
me odiaba... yo... (llorando)... no me merezco otra cosa...
L: No... ssshhhh, Maca te repito que tú no tienes culpa, y en ese momento Esther no
pensaba lo que te decía...
M: Yo... no puedo... no... ha sufrido mucho por mi culpa... yo no... no me merezco estar
aquí... (levantándose y acercándose a la puerta)
L: ¡Maca por dios! ¡No digas tonterías! ¡Nadie se merece más que tú estar aquí!
¡Macaaaa!!... (pero la pediatra salía corriendo sin hacer caso a Laura)
Corría y corría, quería salir de allí, no podía, todo estaba sobrepasando la línea de lo
racional, no encontraba la solución, todo le daba vueltas, llegó corriendo a la puerta,
seguía lloviendo, las miles de gotas se llevaban sus lágrimas, esas lágrimas que le sabían
a culpa, sintió odio hacía si misma, estaba parada, no se movía, deseaba que toda esa
lluvia se llevase todo su dolor, toda su rabia, seguía allí parada la gente la miraba, pero
ella no quería ver a nadie, no escuchaba nada, ante ella solo veía a Esther, solo escuchaba
a Esther
Un taxi se paró justo delante suya, eran Encarna y Natalia, la madre y hermana de Esther
Encarna rompió ese abrazo con mucho cariño y salió rápida hacía la habitación de su
hija, Teresa que había visto toda la escena se encaminó a acompañar a la mujer hasta la
habitación de la enfermera, Natalia se había quedado parada al ver a Maca de aquella
manera
Natalia: ¿Tan mal esta?... (ella también lloraba, la que estaba en aquella habitación de
hospital era su hermana mayor, a la que ella adoraba, era su ejemplo a seguir, siempre la
había ayudado, animado, sorprendido, como nadie lo hacía, era su hermana, a la que
tanto quería)
M: Yo... será mejor que os lo explique Cruz, Natalia... yo no... yo no puedo... (ahora
estaban resguardadas de la lluvia, la pediatra se dejaba caer al suelo apoyada en la
pared)... yo no puedo... (negaba con la cabeza mientras se tapaba la cara con las manos,
pues otra vez, empezaba a llorar de manera nerviosa)
El tiempo me dio la razón 29
Natalia: (se arrodillaba a la altura de la pediatra y posaba sus manos en las rodillas de
esta)... Maca... estás empapada, tendrías que entrar y cambiarte, no querrás ponerte mala
¿verdad? Mi hermana te necesita... te necesita fuerte... (ayudaba a Maca a levantarse)...
ven... (Cruz pasaba por allí y se dirigía hacía ellas)
C: ¿Maca? Estas empapada...
Natalia: Hola Cruz
C: Hola Natalia... ¿has venido sola?
Natalia: No, mi madre ya ha subido a la habitación, yo voy ahora, pensaba dejar a Maca
en algún sitio para que se cambiase...
M: Yo estoy bien... dejarme ir a casa... (decía con un hilo de voz)
C: ¡De eso nada! Como te vas a ir así a casa...
Natalia: ¿Y Esther?... (aquella niña de doce años había hecho la gran pregunta, que
pasaba con Esther... pensaba dejarla ahora, cuando más la necesitaba)
M:...
C: (algo se le escapaba a la cirujana pero tenía que hacer por que su compañera saliese lo
menos dolorida posible de esa pregunta)... Natalia ve con tu madre, yo me encargo de
Maca...
Natalia: No. Maca contéstame... ¿Y Esther?¿Ahora que te necesita también la vas a dejar
sola?
M: (Maca se dio cuenta de que aquella niña sabía lo que su hermana callaba con tanto
dolor, sabía que Esther tenía muchísima confianza con su hermana pequeña, y que
aquella niña era muy adulta para la edad que tenía)... Natalia... (la miraba a los ojos, las
dos estaban llorando, en ese momento la niña salía corriendo en dirección a la habitación
de su hermana)
C: Vamos Maca... tienes que quitarte esa ropa mojada y tomar algo caliente... (la pediatra
no ponía resistencia, tampoco tenía fuerzas para eso)
Cruz hizo que Maca se duchase y se pusiera ropa limpia mientras la suya se secaba, la
dejó en la sala de enfermeras, pues allí nadie la molestaría, le llevó un vaso de leche
caliente y la dejó acostada en el sofá, el tranquilizante que le había dado no tardaría en
hacer efecto. Así fue, al cabo de un rato Maca estaba dormida, pero inquieta, ni
durmiendo su cabeza le daba tregua, soñaba con Esther, en todos los momentos junto a la
enfermera, estaba feliz, pero de pronto la veía llorando, gritándole que la odiaba, y salía
corriendo, ella intentaba alcanzarla pero cada vez estaba más y más lejos, cuando la
alcanzaba estaba en la cama del hospital, se acercaba a ella pero en el momento que
intentaba hablarle, pedirle perdón, decirle que la quería... no podía, su voz no aparecía,
no podía... en ese instante despertó asustada, su corazón le latía con tanta fuerza que
parecía que fuese a salirse de su pecho, se incorporó, recordaba el sueño como si hubiese
sido real, de pronto calló en la cuenta que gran parte era real, Esther estaba inconsciente,
y quien sabe si volvería a andar
C: Hay que pensar que sí, Encarna, Esther es una chica fuerte, ya vera como sí ...
(posando su mano en el hombro de la mujer en señal de apoyo)... y tu Natalia ¿tienes
hambre quieres que te traiga algo?
Natalia: No gracias
L: (que no había querido salir aun de la habitación)... Cruz, he estado mirando las
constantes de Esther y parece que está remontando por si sola
C: Vamos a verlo...
Hizo las pruebas pertinentes, cuando acabó, fue a la habitación a decirle a la familia y a
Laura que estaba en lo cierto
C: Ya estoy aquí...
En: ¿Y?
C: Laura tiene razón, está remontando poco a poco, yo estaría dispuesta a decir que
puede despertar de un momento a otro
Natalia: ¿Sí?!! ¿Estas segura? ¿No nos mientes?... (en su cara se iba formando una
sonrisa que la llenaba de esperanza)
C: No, no te miento Natalia... (regalándole otra sonrisa a la niña para que esta sintiera
que no le estaba mintiendo)
L: Uuufff, ¡ve Encarna! ¡Esther es fuerte!
C: ¿Podemos hablar un momento Laura?
L: Sí claro, Encarna salgo un momento, vuelvo enseguida
En: Vale hija... ¿me podrías hacer un favor?
L: Claro dígame
En: Podrías ir a casa de Esther y traerle ropa y sus cosas de aseo, y algo para que se
distraiga cuando despierte
L: Sí, voy ahora entonces, vuelvo enseguida
En: Gracias
Cruz iba con Laura hacía la cafetería, quería comentarle el estado de la pediatra, no
estaba muy segura pero sabía que algo pasaba, y quería hacérselo saber
C: ... (dejando las dos tazas de café en la mesa)... Laura, a Maca esto le ha afectado
demasiado
L: Lo sé... ¿te ha dicho algo?
C: No, pero al entrar me la encontré en la calle con Natalia, iba empapada, está como ida,
le he dado un tranquilizante y esta durmiendo en la sala de enfermeras
L: Antes de irme iré a verla
C: No sé si debería preguntar, pero he estado presente en una conversación que ha tenido
con Natalia, ¿entre ella y Esther?...
L: No te puedo decir que no, pero es algo complicado, y yo no debería...
C: No, si no pretendo que me lo cuentes, tranquila... Maca está muy afectada
L: Voy a verla y a por las cosas de Esther, luego nos vemos, si ocurriese algo me llamas
C: De acuerdo, estate tranquila
L: Maca... tengo que ir a casa a recoger unas cosas de Esther que su madre me ha pedido,
¿necesitas algo?
M:...
L: Maca, ¿me escuchas?
M: Yo iré
L: No Maca, no hace falta, quédate con ellas, la niña está bastante afectada y sabes que a
ti te quiere mucho, deberías estar con ellas
M: Esa niña ahora mismo me odia, además... necesito salir de aquí no puedo estar en esa
habitación, no puedo... no me merezco nada, no merezco estar con ella dime que tengo
que traer yo iré
L: Está bien, pero lleva cuidado... (no quiso llevarle la contraria, estaría bien que le diese
un poco el aire, sabía que estando en esa habitación ahora mismo haría que la pediatra no
pudiese recuperase para cuando se despertase Esther)
Abrió ese baúl de recuerdos, allí estaban las dos, en el cumpleaños de Eva hace un año,
Esther llevaba el típico gorrito y Maca también, estaban abrazadas, se las veía felices,
eran felices... lo vio entero, lloraba con cada foto, se paraba en cada una, recordando ese
momento... llevaba más de dos horas fuera del hospital, pensó que Laura estaría
preocupada, cuando se disponía a irse el teléfono empezó a sonar dudo en cogerlo o no,
decidió que no, por que si preguntaban por alguna de sus compañeras tendría que
inventarse algo para no dar explicaciones, con lo cual salto en contestador
Voz: ¿Maca? Soy Laura, Esther ha despertado... como tardabas tanto pensaba que
estarías en casa... si estás cogelo... parece que no...
Se quedó paralizada... no podía reaccionar, había despertado, estaba feliz, pero algo le
aterrorizaba, que haría Esther cuando la viese, le había dicho que la odiaba, no era para
menos... salió corriendo a su casa, su miedo la había llevado a pensar en algo que sería
doloroso, pero que veía correcto...
Llegó al hospital, iba despacio, tenía miedo, tendría que ver a Esther, pero no quería, era
cobarde, nunca lo había sido, pero ahora sabía toda la verdad y su mirada la delataría, con
Esther lo haría. Estaba aun es el pasillo, Laura estaba sentada sola, se acercó hasta ella
El tiempo me dio la razón 32
Le temblaban las manos, tenía una mano puesta en el pomo esperando esa fuerza para
abrir, y la otra la cerraba con tanta rabia que empezaba a no poderle circular la sangre,
miró a Laura, esta la miró asintiendo, supo que era el momento de entrar, no podía perder
tiempo o toda la seguridad que tenía en la decisión que había tomado se esfumaría tal y
como había venido. Abrió la puerta y entró despacio, la vio allí tal y como la había
dejado antes de irse, pero con la diferencia de que ahora si dormía, tenía la cara más
relajada, parecía un ángel, se acercó hasta ella y cogió su mano con cuidado de no
despertarla
M: Yo... (tan flojo que ni ella misma se escuchaba apenas)... soy una cobarde Esther... sé
que a Laura le caerá una buena por habérmelo contado, pero no puedo hacer otra cosa
que irme, soy un estorbo en tu vida, mira lo que te he causado... volveré... eso sí te lo
prometo, pero... necesito pensar... y que tú te recuperes, sin que yo pueda interrumpir tu
tranquilidad... te... te quiero Esther... más que a nadie... y me he dado cuenta tarde, me he
enamorado de ti sin darme cuenta, y yo como una tonta jugando contigo sin saberlo, lo
siento, lo siento tanto... (besaba su mano, y seguidamente se acercaba despacio hasta ella
para dejar otro en sus labios, para después susúrrale)... te quiero...
Iba hacía la puerta cuando de los ojos de la enfermera caían unas lágrimas que hacían
saber que no estaba dormida, pero la pediatra ya estaba de espaldas y no podía verlo,
cuando abrió la puerta, antes de salir una voz la hizo parar
E: Maca...
M:... (se quedó parada en la puerta, no podía reaccionar, su cuerpo temblaba, temblaba
tanto que no sabía si podría resistir de pie mucho tiempo, la voz no le salía, no podía
articular ninguna palabra)
E: Te quiero...
M: ... (su cuerpo se erizó con aquellas dos palabras, pero no podía desmoronarse ahora,
lo que hacía era por ella, por su felicidad, pero también sabía que haciendo eso podría
perderla para siempre)... yo también te quiero... (y así desapareció de esa habitación
dejando a una Esther desecha, empezó a llorar pero no tenía fuerzas para nada, lo hacía
en completo silencio, un silencio en el que todavía estaba el eco de esas dos palabras con
las que Maca la hacía la mujer más feliz del mundo pero que a la vez se despedían de ella
con tanto dolor)
El tiempo me dio la razón 33
Maca iba por el pasillo ante la atenta mirada de Laura, la que no podía hacer nada por
evitarlo, le pesaban los pies, su corazón le decía que no siguiera, que estuviera con
Esther, pero su cabeza le decía que la dejara ser feliz, que se recuperase y que entonces
volvería con lo que el destino tuviese preparado para ella
Se fue a Jerez, pero no a la casa de sus padres, sino a la que su abuela le había dejado en
herencia, justo enfrente de la playa, esa playa que la ayudaba tanto a no sentirse sola,
pasaban los meses y casi cada día llamaba a Cruz o a la Laura para interesarse por la
recuperación de Esther, estas le decían como iba mejorando, que estaba haciendo
rehabilitación, que era bastante duro, porque tenía las piernas bastante mal, pero que con
el tiempo tendría mejoría, solo le preguntaba a ambas por su estado salud, Laura intento
sacarle mas de una vez la conversación de su vuelta pero ella le daba largas, ni ella
misma lo sabía...
En otro lugar estaba Esther, su madre se había empeñado en que mientras no pudiese
valerse del todo por ella misma viviera con ella, cosa a la que accedió, pues Laura no se
podía ocupar de ella
No dejaba de pensar en Maca, Laura le había contado la conversación que tuvo con ella,
la enfermera le recriminó que lo hiciera, pues decía que ella no era quien para meterse,
pero después de un rato se dio cuenta de que Laura no tenía la culpa, la situación había
hecho que se lo tuviese que contar... no podía dejar de pensar en ella, la quería, le había
dicho que la quería, pero no fue como ella tantas veces se lo había imaginado, Laura le
decía que estaba bien, era lo único que le importaba, en el fondo seguía recordando cada
día esas palabras de Maca “volveré” y día tras día soñaba en que fuese ese, pasaban los
meses, Esther ya andaba con muletas, iba cada día a rehabilitación, tenía que ir si quería
recuperarse lo antes posible
Así llegó el verano, Esther estaba ya viviendo otra vez en su piso con Laura, y estaban
decidiendo que hacer con la habitación que se había quedado libre con la marcha de
Mónica, la cual estuvo con ella ayudándola hasta que estuvo mejor, entonces volvió con
sus padres, e intentar seguir con su carrera, la cual había dejado estancada todo ese
tiempo
Llegó la hora de comer y Javi ya estaba con ellas, estaban los tres hablando del hospital y
Esther de lo mucho que echaba de menos trabajar
J: Eso lo dices por que te has olvidado de Vilches y su mal humor ¿verdad?
El tiempo me dio la razón 34
E y L: Ajajajajaja
E: No me he olvidado pero es que me aburro mucho, ahora me puedo mover más, pero
solo salgo para ir a rehabilitación
L: Pero anda que no esta bueno José ¡eh!
J: ¿Quién es José? Si se puede saber
L: Jajajaja el fisioterapeuta de Esther, está loquito por ella, pero aquí la tonta nada de
nada
E: Laura no empecemos ¡eh!
J: ¡No me habías dicho nada Esther!... pillina
E: Javi ¡por favor!
J: ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Perdona mujer!
En ese momento sonaba el móvil de Laura, que al ver quien la llamaba se fue
disimuladamente a hablar a otro sitio, cuando volvió se encontró a Esther besando a Javi
en la mejilla como a una niña pequeña y no para de repetir
Por fin llego el fin de semana iban rumbo a la playa en el coche de Javi, Esther se había
llevado a su hermana por que sabía la ilusión que le hacía, fueron a Almería, a una casita
que tenían los padres de Javier allí, llegaron justo a la hora de comer, después de poner
todo en orden, y de hacer la comida estaban los cuatro comiendo en el jardín de la casa
Como Javier les había dicho después de comer bajaron a la playa, estuvieron tomando el
sol y con la ayuda de Javi Esther se metió al agua, Laura estaba tomando el sol, recibió
una llamada y tuvo que decirles a los chicos que se iba un momento a la casa
L: ¡¡¡Javiiiiii!!!
J: (saliendo del agua) Dime
L: Yo me subo ya, no tardéis en subir que Natalia se está poniendo como un cangrejo
J: Vale, subimos enseguida
Laura subía a la casa, Javier iba de nuevo al agua a indicarle que Laura se iba y que ellos
tenían que ir también recogiendo
El tiempo me dio la razón 35
Entre risas, pero despacio pues Esther iba con las muletas llegaron a la casa, iban aun
mojadas así que llamaron a Laura para que les acercase unas toallas
Laura bajaba hasta el jardín con las toallas y con una sonrisa en la cara que no paso
desapercibida para Esther
E: Oye ¿y esa risita? Encontráis cualquier momento ‘’eh!! Jajajaja ¿tanto hemos tardado?
L: ¿Pero que dices mal pensada? (dándole con la toalla en la cabeza) es que tenemos
visita...
E: Toma Natalia (dándole una toalla) ¿Cómo que visita? ‘Laura por dios! Pero mira que
pintas tenemos, ¿es algún familiar de Javi?
L: No
E: ¿Alguien del hospital?
L: Sí pero no
E: ¿Entonces quien es?
Alguien aparecía tras la enfermera sigilosamente, sin que ella ni Natalia que también
estaba de espaldas se diera cuenta
La pediatra abrazaba a la niña sin dejar de mirar a Esther que estaba parada en el mismo
sitio, no pestañeaba, su cara no gesticulaba. Estaba paralizada, se hubiese esperado a
cualquiera menos e ella... Maca... había vuelto como le había prometido, pero ahora al
tenerla frente a ella, todo ese dolor por haberla dejado sola salía, salía en forma de
lágrima, respiro hondo antes de hablar
E: Voy a la playa, ahora vuelvo... (se había quedado sin palabras, no podía reaccionar,
necesitaba asimilar que Maca había vuelto, y con ella cerca no podía)
Natalia: ¡Espera que te acompaño!
E: No cariño... quédate aquí con ma... con Maca, yo vuelvo enseguida
L: Pero Esther con las muletas no puedes andar por la arena, te vas a hacer daño
E: Me las apañare, tranquila
Y así, desapareció del jardín, dejando a las tres chichas preocupadas y a la pediatra
dudando de si había sido buena idea, al principio cuando Laura se lo dijo le pareció bien,
pero ahora lo ponía en duda
El tiempo me dio la razón 36
Esther andaba por el pequeño camino que llevaba a la playa, sabía que no podía caminar
por la arena, miro a ambos lados y vio un banco, fue a sentarse en él, el olor del mar la
relajaba, ahora entendía a Maca cuando le decía “no hay nada mejor que sentarse en la
playa, el olor del mar te libera de todo”... Maca, había vuelto, con solo dos palabras había
vuelto su mundo al revés, no sabía que pasaría ahora, pero ya no le asustaba, de eso
estaba segura, había tenido mucho tiempo para pensar, pero lo que sí sabía es que no le
iba a poner las cosas fáciles a la pediatra, la quería, sí, pero necesitaba hacerlo de esa
manera para poder sentirse fuerte
En la casa Laura había ido a avisar a Javier de que Maca se quedaba con ellos el fin de
semana, así que tenía que arreglar una habitación más, Maca estaba con Natalia en el
jardín
Iba despacio pero decidida, cuando llegó a la playa, que estaba justo detrás de la casa se
dispuso a buscar a Esther y no tardó mucho, la vio justo enfrente, de espaldas a ella,
sentada en un banco, se imaginó que como dijo Laura, no podría andar por la arena...
que intentaba no dejarla seguir)... aun te necesito... (pero lo dijo tan flojo que la pediatra
no se percato)
M: (abrazándola)... Yo te he necesitado siempre Esther... y aun te necesito, déjame estar a
tu lado, déjame volver a ganarme tu confianza, déjame quererte Esther...
E: ¿Qué has dicho?
M: Déjame quererte Esther, te quiero, y quiero demostrártelo, déjame hacerlo...
E: Yo... (bajando la mirada, no quería decir aquello, pero no quería ponérselo tan fácil a
la pediatra)... yo necesito tiempo Maca
M:... (la miraba con dudas pues la enfermera no la miraba y quería que sus ojos también
le hablase)... Mírame Esther... (acariciándole suavemente la barbilla, haciendo que esta la
mirase)... te daré todo el tiempo del mundo si me lo pides... pero
E: ¿Pero?
M: ¿Me dejarás estar a tu lado?
E: Va a ser difícil Maca... han pasado demasiadas cosas...
Las dos estaban sentadas, parecía que la conversación tenía que seguir pero ninguna
encontraba la manera de retomarla sin que fuera duro para ninguna, Maca sentía el miedo
del posible rechazo de la enfermera, quería que Esther supiera cuanto la quería, pero
tenía que dejar que estuviera junto a ella, Esther por su parte pensaba en lo mucho que
había deseado la situación en la que se encontraba, quería decirle cuanto la quería, pero
tenía que ir despacio, había sufrido mucho y no quería ilusionarse falsamente y que su
corazón volviera a romperse
Aquella situación era nueva para las dos, se conocían perfectamente, pero estaban ante
algo por descubrir, algo que ansiaban pero que les daba cierto temor por que no saliese
como ellas esperaban
De pronto Natalia como respuesta a algo que las dos necesitaban apareció llamando a
Esther
Natalia: ¡¡Estheeer!!.
E: ¿Eh?... dime Natalia
Natalia: Javier dice que volváis, que te tiene que enseñar una cosa que te va a gustar...
(intentaba no reírse pues sabía lo que Javier le quería enseñar a la enfermera y sabía que
le gustaría)
E: ¿A mí?
Natalia: Bueno... a todas, pero...
E: ¿Pero?
Natalia: ¡Venga no preguntes maás y vamos!
Se levantaban despacio para ser comprensivas por el estado de Esther iban despacio,
Esther miraba al suelo para no tropezar las muletas, pero cuando levantó la vista vio algo
que le encogió el corazón, su hermana se abrazaba a la pediatra mientras caminaba y
escuchó algo que la entristeció...
Natalia: Eso no te lo crees ni tú... (mirando a Esther)... ¡Esther dile que no puede ganar!
¿Por qué he mejorado mucho verdad?
E: (la enfermera miraba a Maca con cariño en los ojos, esas escenas las había vivido pero
en ese momento le hacían querer aun más que todo aquello funcionase)... Tiene razón
Maca, está hecha toda una campeona te lo va a poner muy pero que muy difícil... (Esther
sonreía feliz, y la pediatra sintió ganas de abrazarla y protegerla, eso era señal de que la
enfermera iba a poner de su parte y eso la alegraba más que ninguna otra cosa)
M: (contagiada por la sonrisa de Esther ella también lucía una que no pasó desapercibida
para la enfermera)... Pues... ¡¡eso lo veremos canija!! (dirigiéndose a la niña) ¡¡ya verás
que paliza te voy a dar!!
Y así entre risas y bromas llegaron al piso, Laura canturreaba en el jardín mientras
colgaba las toallas húmedas y colgaba su bikini y el bañador de Javier, escuchó las risas
que se adentraban en la casa se volvió y vio algo que dudaba que volviera a ver otra vez,
Maca llevaba a coscaletas a la niña, se estaban riendo de la enfermera y esta ante aquello
se paró en seco y le dio un cachete en el culo a la pediatra con la muleta quien salió
corriendo con la niña
L: Me alegro que esa sonrisa vuelva, hacía tiempo que no la veía... (dirigiéndose a la
enfermera pues Maca y la niña iba coarriendo por el jardín)
E: Y yo...
Laura abrazó a su amiga quien en ese momento agradecía tal gesto, la pediatra vio la
escena y se alegró de que Laura apoyara tanto a Esther, pues ella también había
necesitado ayuda en los momentos en los que estaban separadas y su amiga Ana había
hecho que la pediatra recuperara las fuerzas para poder luchar
E: ¡Bueno! ¿Qué es eso que tu novio nos quiere enseñar? ¡¡Que ya estoy muy intrigada!!
L: Vamos a dentro y os lo enseñamos... Macaaaaaaaa, Nataliaaaaaaa! ¡Vamos a dentro a
ver lo que Javier quiere enseñaros!
M y Natalia: ¡Vamooos!
Las cuatro pusieron rumbo a la casa, Laura las llevaba a una casita que había en otra
parte del jardín, todavía no la habían visto, la niña que sabía de que se trataba iba
emocionada, pues a ella también le hacía ilusión, iban hablando cuando ante ellas
apareció Javi, con otro bañador puesto y tapándose con una toalla...
J: Bueno chicas...
E: ¿De donde sales así?
J: Eh... bueno ante todo aunque sea un lugar para divertirse también, es para que tú (a
Esther) hagas tus ejercicios, es un lugar donde puedes hacerlos sin cansarte demasiado, y
de paso relajarte un poco
E: No te entiendo Javi...
L: ¡¡Déjate de rodeos y enséñaselo ya!!
Todas iban detrás de Javier que habría la puerta y aparecía una piscina climatizada, era
bastante grande, había una red de boley la cual estaba recogida, unas cuantas hamacas y
una canasta con ruedas en una esquina, si no tuvieran suficiente con estar cerca de la
playa, Javier les enseñaba ese magnifico sitio, Natalia empezó a decir como una loca que
se quería meter
El tiempo me dio la razón 39
Natalia: ¡¡¡Yo me quiero bañar!!! ¿Javi me puedo bañar? ¿me puedo bañar Javi?
E: Javier... esto es precioso... de verdad
J: Me alegro que te guste
L: Pero también es para trabajar en tus piernas ¡eh!
E: Sí, sí claro
M: ¡¡Pues a mí me están dando ganas de airarme hasta vestida!! Jajajaja
J: ¡¡Meteros venga!! Que el agua está buenísima, la estaba probando antes jajajaja
Natalia: Al aguaaaaaaa (corriendo mientras se dirigía hasta la piscina)
M: ¡Voy a por mi bikini! ¡Vengo ahora mismo! (la pediatra salía corriendo ante la mirada
de sus compañeros los cuales estallaban en una carcajada)
Todos: Jajajajajajajaja
Esther se había metido al agua con la ayuda de Javier, Natalia jugaba con Laura, y una
Maca sonriente entraba con un mini bikini que no daba oportunidad a la imaginación,
Esther la miraba y no podía quitarle ojo a la pediatra, realmente ese bikini estaba hecho
para ella
J: ¡¡Dios Maca!! ¡¡Para eso no haberte puesto nada!! ¡Cómo está la tía!
L: ¡¡Javiiiiii!!
J: ¿Quee? ¡Uno no es de piedra!
M: Jajajaja perdón pero es que no encuentro el otro (un poco sonrojada por la situación,
su mirada se cruzó con la de la enfermera que no dejaba de mirarla, ante la atenta mirada
de Esther, Maca se iba acercando a la piscina para meterse en el agua)
Natalia: ¡¡Macaaa!! ¡¡Vamos que Javi me a dado una pelota!!
E: (reaccionando ante los gritos de su hermana) ¡¡Natalia!! ¡Deja en paz a Maca, no tiene
por que jugar contigo siempre!
Natalia: Jo... lo siento...
M: Esther da igual, yo quiero jugar con ella... (se lo dijo con dulzura para que no le
riñera a la niña, quien se comportaba como tal y estaba jugando feliz en la piscina)
¡vamos Natalia! ¡Pásamela!
Estuvieron jugando bastante rato, mientras Esther y Javi hacían algún que otro ejercicio
cuando las chicas les dejaban y no les hacían participes de ellos, Laura pensó en ir
preparando la cena, pues llevaban todo el día moviéndose y empezaban a tener hambre,
Javier le propuso ayudarla así que dejó a las hermanas y la pediatra en la piscina, Esther
estaba sentada en la escalera de la piscina, en la parte baja así que el agua le cubría hasta
el pecho, miraba divertida a su hermana jugando con Maca, empezó a sentir frío así que
decidió nadar un poco, pero sin esforzarse mucho, la pediatra al oír zambullirse a Esther
se giró a observarla, Natalia se dio cuenta, y excusándose de que empezaba a tener
hambre salió escopeteada hasta la cocina, dejando solas a las dos chicas, Esther no se
había dado cuenta de la ausencia de su hermana y seguía nadando tranquila, Maca
apoyada en la pared de la piscina observaba como quien mira su tesoro más preciado,
como el cuerpo de Esther iba de un lado al otro de la piscina. Esther sintió que se
cansaba, volvió nadando al mismo ritmo hasta llegar al mismo escalón, se sentó y buscó
con la mirada a las chicas, solo vio a Maca, quien la observaba tranquila al otro lado de la
piscina...
E: ¿Y Natalia?
M: Se ha ido... tenía frío
El tiempo me dio la razón 40
E:... La verdad es que yo también tenía, por eso me he puesto a nadar, creo que
deberíamos volver
M: (se acercaba lentamente hasta la enfermera quien empezó a darse la vuelta para salir
de la piscina)... Espera que te ayudo... (poso una mano en la cintura de la enfermera y con
la que le quedaba libre agarró la de la enfermera)
M: ¿Vamos? Estas temblando... (frotaba los brazos de la enfermera para que entrase en
calor)
E: No es por el frío... (y con esas palabra se daba la vuelta dejando helada a la pediatra,
no sabía si esas palabras habían salido de su boca o había sido parte de su imaginación, la
enfermera llegaba hasta la puerta y vio que Maca no la seguía, se giró y la vio
observándola, no decía nada, solo sonreía)... ¿Me ayudas o...?
M: Sí, sí... perdona... (fue hasta la enfermera, sin decir una palabra mas se dirigieron
hasta la casa)
Esther, Laura y Javier estaban en la cocina ultimando la cena mientras disfrutaban de una
botella de vino que Javier tenía por allí... reían ante las ocurrencias de Javier, hasta que
Laura hizo la gran pregunta...
L: ¿Habéis hablado?
E: Sí, bueno... algo...
L: ¿Algo como que?
E: ¿Javi?
J: Dime... (mientras termina de preparar la ensalada)
E: ¿Tú que opinas?
J: ¿Qué opino de que?
E: Maca y yo...
J: ¿Tú la quieres?
E: No te quepa duda
J: Pues ya está...
El tiempo me dio la razón 41
Esther le dio un beso en la mejilla a Javier ante la atenta mirada de Laura, que por cosas
así, esos gestos de Javier que no espera, lo quería cada día más...
Estaban terminando de preparar todo y Esther fue al salón a busca las dos niñas que
habían en el salón, pues se escuchaban sus risas por toda la casa, llegó hasta la puerta, y
allí estaban dos de las tres personas que más quería en esta vida, veía como Maca se
hacía la enfadada por que la niña la ganaba, Natalia reía con gana mientras Maca se
cruzaba de brazos y decía que no jugaba más
Natalia: ¡¡Pero Maca!! ¡¡No te piques!! ¡¡Te advertí que había practicado mucho!!
M: ¡¡Pero es que tú me has ganado cinco veces y yo sola una!! (volvía a cruzar sus
brazos en señal de protesta) es que te has apuntado en alguna academia especializada en
UNO ¿o que? Jajajaja
Natalia: ¡¡Que va!! Jajaja es que todo el tiempo que estuvo Esther en el hospital como la
pobre se aburría por que no podía levantarse apenas me dedicaba a darle palizas jugando
jajaja
M: (cambio su cara ante aquel comentario, sabía que tenía que haber estado con ella ese
tiempo y no lo hizo, y aquella niña con ese comentario inocente había hecho remover los
demonios de Maca) Ya...
Esther que había presenciado la escena no dudó en salir en la ayuda de la pediatra que no
sabía que decir en ese momento
E: ¿Cómo se lo pasan las niñas más guapas de la casa? (solo hizo falta esa pregunta para
que Maca volviera a sonreír, Esther conseguía que con solo una frase, una palabra, su
mundo se llenase de ilusión, ilusión por recuperarla, por hacerla feliz)
Natalia: Pues yo bien jajajaja pero aquí la niña grande se enfada por que no consigue
ganarme jajaja
M: ¡Eso no es verdad! ¡¡Es que no me da tregua Esther!! ¡dile algo! ¡Que es tu hermana!
E: Venga Natalia déjala ganar alguna vez mujer... no ves que es una niña pequeña jajajaja
M: (sacándole la lengua) Gracias por defenderme (irónicamente)
L: ¡Chicaaaas! ¡La cena!
E: ¡Ya vamooos!, ya la habéis oído, luego más, si queréis me apunto y os meto una paliza
a las dos jajaja
Natalia: Siiiii
M: ¿Cómo que sí?
Natalia: ¿Que sí quiero que juegue digo
M: ¡¡Aahhh!!
Natalia: Yo la he acompañado alguna vez... parece divertido, bueno... José hace que sea
muy divertido
M: ¿José?
Natalia: Sí, el fisioterapeuta... ¡es guapísimo! Se parece a brad pitt
E: ¡¡Anda!! ¿por eso me acompañas no?
Natalia: Jajajaja ¡no! Bueno... por eso también jajaja
M: Osea... ¿Qué es guapo? (mirando fijamente a Esther con una medio sonrisa en los
labios pues sabía que intimidaba a la enfermera)
E: Eh... no sé... no me he fijado...
L: ¡Pues él bien que se ha fijado en ti!! ¡¡No es descarao ni na!!
E: Buuaaajjjsjsj (tosiendo, Laura había dicho eso adrede, así que le dio una patada por de
bajo de la mesa)
L: ¡¡Aaauuuu!!
J: ¿Qué te pasa cariño?
L:... No nada... que me ha dado un calambre (mirando a Esther mientras lo decía)
M: Y ¿qué decías Laura? Antes de que te diera el “calambrazo” (acentuando la palabra)
L: ¿Eh? No, no, nada...
M: Algo decías mujer
L: No... que... (miraba Esther, quien la estaba desafiando con la mirada, no le gustaba el
rumbo que estaba tomando la conversación)... a José... le gusta Esther...
M: Aaahhh
Natalia: ¡Eso no me lo habías dicho!
E: Natalia, come y calla
Natalia: ¿Pero a ti te gusta?
E: ¡Natalia! Esto es una conversación de mayores, cena y deja hablar
M: La niña se ha callado, ¿no piensas hablar?, te había preguntado algo... (de sus labios
asomaba una sonrisa de la cual Esther se percató, sabía a lo que Maca estaba jugando)
E: La niña no sabe lo que pregunta...
M: Bueno... pues te lo pregunto yo ¿te gusta?... (estaba apunto de reírse pero no quería
chafar aquello, estaba aguantando, quería que la enfermera respondiese)
E: ¿De verdad te interesa?
J: Tocada... (en un susurro, pero que todas escucharon, se llevó un manotazo de Laura
bajo la mesa
M: (con la misma sonrisa, disfrutaba con aquello)... me interesa mucho
Natalia: Hundida... (Maca miró a Natalia quien al ver la cara de la pediatra no pudo
evitar reírse contagiando a toda la mesa, menos a una Esther, que veía que Maca sabía
llevar mejor la situación)
E: Voy a tomar el aire, podéis seguir riéndoos de mí
L: Esther nadie se ríe de ti...
Natalia: Perdona Esther
E:... Ahora vuelvo... (se iba al jardín, a ella también le había hecho gracia el comentario
de su hermana, pero no quería reírse delante de ellos, salió riéndose por la conversación,
El tiempo me dio la razón 43
Natalia tenía razón, hundida, Maca había ganado aquella batalla de preguntas, a Esther
no le gustaba José, nada en absoluto, era mono y tal, pero le gustaba suponer que a la
pediatra esa situación le pudieran producir celos, con una sonrisa en los labios se sentó en
un pequeño columpio que había en el jardín, hacía fresco, pero se estaba a gusto allí, de
echo le encantaba estar allí, vio a Maca aparecer por la puerta que daba al jardín, la
pediatra se acercó a paso lento con la manos en los bolillos y mirando a Esther en todo
momento, se sentó en el columpio de al lado)
M: Esther... siento lo de ahí dentro, no pretendíamos reírnos de ti
E:...
M: Esther por favor
Pero Esther no decía nada, se contenía por no reírse, pero ahora le iba a devolver la
jugada a la pediatra
Ante aquella respuesta unas lágrimas se escapaban por los ojos de la pediatra, esta no
pudo hacer otra cosa que abrazar a Esther, quedando su cabeza sobre el pecho de esta, no
significaba nada, pero las dos necesitaban ese acercamiento, Esther acariciaba el pelo de
la pediatra y tras unos segundos Maca rompió ese silencio
Esther no dijo nada, solo acariciaba a la pediatra, no necesitaban decir nada, ese silencio,
acompañado de las caricias de ambas era más valioso que cualquier conversación.
Después de un rato decidieron volver a la casa, vieron una peli, Natalia se había quedado
dormida, así que Javi la llevó hasta el cuarto para que descansara, los cuatro se quedaron
un rato mas hablando en el salón
J: ¿Oye Maca?
M: Sí, dime
J: ¿Al final con tu piso que? ¿has llamado al fontanero?
M: Sí, lo llame nada más llegar ayer, estuvo mirando lo que pasaba...
E: ¿Qué le pasa a tu piso?
M: Pues que cuando lleguú había algún problema en las tuberías y cuando abrí la llave
de paso, y una tubería estallo, y se me inundó la casa...
E: ¡¡Joder!!
L: Pero... ¿mucho?
M: Lo justo como para no poder estar allí, tuve que irme de allí y alojarme en un hotel
mientras me arreglan el problema y me limpian la casa
L: ¿Cuando tiempo puede ser?
M: Una semana
E: ¡¿Y vas a pasar una semana en un hotel?!
M: ¡Tú me dirás! Eso, o me compro una colchoneta para dormir
E: ¡De eso nada! ¡Te vienes a casa!
Maca y Laura se miraron, Javier no le dio mucha importancia, pero estas se volvieron
mirando a Esther, quien ahora se avergonzaba por el ímpetu que había puesto en
proponerle eso a la pediatra
El sol salía bien temprano, y con él una Esther ansiosa por empezar ese día se levantaba
con cuidado de no despertar a nadie, se fue directa a la cocina, preparó café, desayunó en
el jardín escuchando la llamada de las gaviotas a un día que ella sabía que traería
sorpresas, quería darse una baño, se planteo ir a la playa pero sabía que era muy
arriesgado, ella sola no podría, así que decidió ir a la piscina, fue despacio, llegó y
comprobó la temperatura del agua, estaba realmente perfecta, se introdujo en ella
despacio y fue andando hasta llegar donde aquel escalón la protegía de caerse, tras un
rato acomodando su cuerpo al agua, se zambulló en ella y empezó a nadar, nadó bastante
rato, cuando comprobó que sus piernas empezaban a quejarse se dirigió a las escaleras,
allí una Maca sonriente la esperaba con una toalla
M: Buenos días
E: Buenos días, es temprano todavía ¿no puedes dormir?
M: Esa pregunta debería hacerla yo “marmota” ¿desde cuando te levantas tú la primera?
E: Me apetecía ver salir el sol, y tomarme un café en el jardín
M: Y después se te ocurrió nadar
E: Exacto
M: Anda ven, que te vas a helar...
Esther salía bajo la mirada de Maca que no perdía detalle, cuando la pediatra podía
ayudarla sin tener que mojarse le cogió la mano hasta llevarla hasta ella, y esta vez si la
abrazó al rodearla con la toalla, estaba detrás de Esther, apoyaba su barbilla en el hombro
de esta, en realidad ese era el primer abrazo que se daban desde que la pediatra llegase...
Estuvieron unos minutos abrazadas, Esther intentaba recuperar todos los abrazos
perdidos, la pediatra agradecía tanto ese abrazo que solo podía estrecharla más entre tus
brazos. Solo una cosa salía del corazón y la voz de la pediatra
La enfermera comprobó que los latidos de la pediatra cada vez eran más rápidos, supo
que esas palabras eran sinceras
E: Y yo a ti... (le dio un beso en el hombro y con mucha dulzura deshizo el abrazo
quedando en frente a frente)... vamos a despertar a Natalia y bajamos a la playa ¿vale?
M: Vale
Se dirigieron en silencio hasta la casa, Maca fue a despertar a Natalia sin poder dejar de
pensar en lo sucedido en la piscina, Esther la quería, su miedo iba siendo tapado por el
amor de esa mujer, el miedo desaparecía con cada sonrisa que la enfermera le regalaba
Esther estaba cogiendo las toallas cuando su hermana apareció por la puerta con el bikini
puesto
El tiempo me dio la razón 46
Natalia frenó su paso hasta que Esther y Maca llegaron a su altura, ninguna decía nada,
llegaron a la zona de arena, Maca ayudó a Esther a ir hasta donde se pensaban poner.
Maca estiraba las toallas, Esther se recostaba en la suya para tomar un ratito el sol, ya que
todavía no hacía mucho calor, la niña se sentaba en la suya y empezaba a jugar con el
móvil de su hermana, Maca iba despacio hasta el agua a comprobar como estaba de
temperatura, metió un pie y vio que no estaba muy fría para ser la hora que era, se metió
sin pensarlo y empezó a nadar, necesitaba relajarse, Esther la miraba, sabía que para la
pediatra nada de aquello era fácil igual que para ella, miró a su hermana y recordó lo que
esta le dijo, cuando razón tenía esa personita...
Paso un rato en el que Esther tomaba el sol, de vez en cuanto alzaba la vista para buscar a
su hermana y la pediatra quien jugaba alegremente con la niña, de vez en cuando las veía
hablar, se preguntaba de que, pero estaba tranquila. De pronto escucho que Javi y Laura
se acercaban
L: ¡¡Buenos días!!
El tiempo me dio la razón 47
J: ¡Muy buenos!
E: ¡Diréis buenas tardes! Jajaja ¡es más de la una!
L: Jajaja sí bueno... es que nos dormimos tarde... (poniendo una cara bastante graciosa
mientras miraba a Javi)
J: Si es que no podíamos dormir
E: Ya... ¿el calor no? Jajajaja
L: El calor sí jajajaja
Estuvieron hasta las tres allí, los estómagos empezaron a quejarse por hambre, se fueron
a casa a preparar la comida, esta vez fue Maca la que quiso ayudar haciendo que Esther
se sentase en el jardín hasta que estuviera la comida lista, Natalia también fue con Maca,
dejando sola a la enfermera. En la cocina estaban los cuatro, la niña ayudaba a Maca con
la carne, la pareja preparaba el picoteo y la ensalada. Maca y Natalia cuchicheaban algo
que ni Laura ni Javi acertaban a entender...
L: ¿Se puede saber de que habláis tan bajito? ¡¡No sé si me molesta más el ruidito del
cuchicheo o que no me lo queráis contar!!
M y Natalia: Jajajajaj ¿nosotras?... (mirándose como no entendiendo a la doctora)
L: ¡Sí! ¡¡Vosotras!!
M: Nada... que cierta personita me va a ayudar a conquistar a una enfermera que hay
muy guapa rondando por esta casa ¿verdad canija? (mirando a la niña)
Natalia: (con los ojos en blanco) Y después dicen que los adultos son los que cuidan a
los niños...
L: Jajajajaj ¿estáis hablando enserio?
Natalia: ¡Muy enserio!
L: ¡Me apunto!
J: Bueno... yo me voy de aquí que tanta arpía me da miedo
Chicas: Jajajajajajajajaajja
Mientras Esther estaba en el jardín, se paró a mirar el columpio, recordó la noche anterior
y una sonrisa se dibujó en sus labios, estaba claro que no iba a aguantar mucho tiempo
esquivando la verdadera situación y menos si Maca aceptaba la invitación de estar en su
casa hasta que acondicionasen la suya, recordó que todavía no había llamado a su madre,
cogió el móvil y marcó el número de casa
M: ¿Conmigo?
Natalia: Sí le he dicho que habías venido y me lo ha dicho...
M: (miraba a Esther quien asentía con la cabeza para que no pensase nada raro)
¡Encarna!... (la enfermera no podía evitar reírse)... sí... antes de ayer... no, no a Madrid...
sí hable con Laura... sí... sí quería darle una sorpresa... (mirando a Esther)... sí... vuelvo
con ellos esta tarde... bien, yo bien... y ¿usted? ¿Cómo está? Perdona... ¿Cómo estás?
Jajaja... me alegro... si yo iré a verla... ¡a verte!... jajaja muy bien Encarna... sí... yo se lo
daré... sí... hasta luego Encarna... un beso...
Natalia: Se ha puesto muy contenta jajaja
M: Sí eso parece... (se acerca hasta Esther y le da un beso en la mejilla)
E: ¿Y esto?
M: Nada... ordenes de tu madre... que me ha dicho que te dé un beso jajaja
Natalia: Ya... jajajajaja
E: Aahhh vale jajajaja
M: ¡Bueno me voy que he dejado a dos buenos en la cocina!
E: Os echo una mano...
M: ¡De eso nada!, Tú a descansar que hoy me encargo yo
E: Pero Maca, que a mi no me importa de verdad
Natalia: ¡No seas cabezona hermana! Deja que lo haga, si quiere hacerlo...
E: Aaiiss vale... me hacéis sentir inútil
M: Para nada eres una inútil Esther...
E: Pero si no puedo hacer nada...
M: A mí se me ocurren algunas cosas que seguro que puedes... (subiendo las cejas y
yendo hacía la cocina)
E: Jajajajaja anda Natalia ¡corre y échales una mano! Jajajaja
Natalia: ¿Por qué te ríes? Yo no lo he pillado
E: Ni falta que hace jajajajajaa
Natalia: Pues se lo pregunto a ella
E: ¡Sí corre! Jajajajaja
Natalia se iba a la cocina, pero Esther también quería ver aquello así que sin hacer ruido
se dirigió también hacía allí, al llegar se plantó en el marco de la puerta y se dispuso a
presenciar una escena la cual sabía que no iba a tener desperdicio
Natalia: Maca
M: Dime cielo
Natalia: Nada... que mi hermana se ha quedado riéndose con cara de tonta por lo último
que has dicho y...
M: ¿Con cara de tonta?
Natalia: Sí... bueno la cosa es... que yo no lo he pillado y ella no me lo ha querido decir...
¿me explicas la gracia?
M: Jajajaj y que te ha dicho exactamente cuando le has preguntado
Natalia: Que no me hacía falta saberlo y le he dicho que te lo preguntaría a ti, y me ha
dicho que lo hiciera...
M: Ya... pues a ver Natalia... son cosas que hacen los mayores... (Maca sabía que Esther
estaba en la puerta y quería devolverle la jugarreta)
E: (“¡No si le dará una clase de sexualidad! Espero que no se le ocurra”)
Natalia: ¿Qué cosas?
M: Pues mira...
E: ¡Maca! A ver que le dices ¡eh!... (haciendo su aparición)
El tiempo me dio la razón 49
Maca iba hacía el frigorífico que era justo donde estaba la enfermera, iba mirándola para
tantear el nerviosismo que tenía, Esther cada vez temblaba más, veía como Maca se
acercaba directamente a ella
Laura aparecía con Javier en la cocina, habían ido a poner la mesa, la comida estaba
preparada, se fueron hasta el porche, hacía un día fabuloso para comer fuera, en un lado
de la mesa estaban Laura y Javi, y al otro Esther, Maca y Natalia sucesivamente
J: Bueno, son las dos y media, como mucho a las cinco nos vamos que si no llegamos
muy tarde ¿no?
L: A mí me parece bien, es Maca la que tiene que hablar con Dávila mañana
M: Sí pero tengo todo el día para ir, me dijo que no hacía falta que fuera temprano
E: ¿Te puso alguna pega para volver a incorporarte?
M: Que va... parece ser que mi sustituto no estaba muy a gusto con el ritmo de urgencias,
que se agobiaba ¡vamos! Jajaja y que no había ningún problema
E: Me alegro
Estuvieron un rato más hablando de las cosas que se había perdido Maca en su ausencia,
de los futuros planes de boda de Javi y Laura, de los estudios de Natalia, y finalmente
Laura hizo la pregunta que Esther no se atrevía volver a repetir, no quería sonar insistente
L: Oye Maca, ¿al final te vienes a casa?... (conforme terminaba la pregunta miro a Esther
quien le agradeció con la mirada que fuese ella quien lo preguntase)
M: Mmm pues si te digo la verdad, lo prefiero antes que irme a un hotel pero es que...
solo tenéis dos camas y...
L: Ya no... en la habitación de Esther hay otra cama supletoria
Natalia: ¡Sí! La que uso para cuando me quedo con ella jajajaja ¡puedes dormir en mi
cama!
M: Es que...
L: Venga pues listo, ni es que, ni nada, vas a estar pagando hotel teniéndonos a
nosotras...
E: Es lo que digo yo... (todos la miraron pues había estado callada en todo el momento,
pero pareció que si eso no lo decía iba a explotar)... ¿qué?
Todos: Jajajajajajaja
El tiempo me dio la razón 50
Terminaron de comer y se dispusieron a recoger las cosas y dejarlo todo listo para solo
tener que montar en el coche, descansaron un rato mientras veían la tele y tal y como
había dicho Javi a las cinco se ponían en camino, Esther iba delante con Javi para poder
estirar bien las piernas, Laura, Maca y Natalia detrás, iban hablando hasta que el
cansancio se empezaba a notar ya que nadie decía nada
Javier ponía el cd, eran canciones variadas, todos estaban en silencio, empezó a sonar una
canción lenta, Esther creyó reconocerla, y por un momento miró por el retrovisor, Maca
también la miraba a ella...
Esther miraba por la ventanilla, una lágrima empezaba a asomar por sus ojos, recordaba
cuanto había echado de menos a la pediatra, cuantas noches la había llamado en el
silencio
Maca iba en medio de las tres por lo tanto estaba obligada a mirar al frente, su mirada se
iba hacía el retrovisor sin pensarlo, buscaba los ojos de Esther, aquella dichosa canción
también estaba haciendo sentir a la pediatra la culpa y la tristeza que en esos días
intentaba disimular
Sus miradas se cruzaban en el espejo, ninguna era capaz de apartar sus ojos de la otra, en
la cara de Esther empezaba a aparecer una sonrisa, esos ojos que la miraban eran los que
quería ver el resto de su vida, y su corazón lo sabía, no cabía ningún tipo de duda...
El tiempo me dio la razón 51
Por tu amor
La canción acababa, gracias a dios lo que restaba de disco era más alegre, incluso se
atrevieron a cantar más de una, Javier llevó a las chicas al piso, Natalia dormiría con ellas
esa noche ya que estaba de vacaciones y no tenía clase, Javier se despidió de ellas y
subieron
Llegaron no muy tarde pero estaban cansadas, estuvieron viendo la televisión un rato, la
niña cayó dormida en poco tiempo, cuando Laura empezó también a dormirse propuso
que ya había sido todo por ese día, ninguna puso objeción. Natalia dormía con su
hermana que tenía una cama bastante grande, y Maca en la pequeña que quedaba al lado,
Esther se puso en el lado que daba paralelamente a la de Maca
Ninguna dijo nada más, pero tampoco dormían, intentaban no hacer ruido, al final el
sueño las venció a las dos entre los recuerdos de ese fin de semana que parecía el
principio de algo especial
La primera en despertarse fue Esther, que se dio la vuelta para ver si Maca seguía
durmiendo, así era, estaba justo frente a ella, se quedó observando tan maravillosa
imagen, recordaba lo que era despertarse a su lado, y se sintió feliz de tenerla
El tiempo me dio la razón 52
nuevamente allí, pasó un rato allí, en silencio, pensando en que hacer. Maca se
despertaba, abrió los ojos y vio lo que tanto echaba de menos, Esther tenía los ojos
puestos en ella, y al ver que la pediatra también despertaba no pudo evitar sonreír
Se miraban, estuvieron unos segundos sin decir nada, cuando Maca quiso romper ese
silencio algo la interrumpió...
Las dos se lanzaban hacía Esther pero siempre con el cuidado de no hacerle daño, le
hacían cosquillas, Natalia la intentaba agarrar para que no se moviera mucho
Así empezaron una guerra de almohadas, cuando ya estaban más que cansadas, con los
pelos de alguna manera bastante extraña y bastante más que despejadas se fueron hacía la
cocina a preparar el desayuno
M: ¿Y Laura?
E: Vino esta mañana a la habitación a decirme que Dávila la había llamado que la
necesitaban allí, se fue temprano
Natalia: Maca... ¿vas a hacer creepes?
M: Mmmm ¿creepes?
Natalia: Sí... mi madre no sabe hacerlos... y de ella... (a Esther)... no me fío
E: ¡Pues bien que te los comes bonita!
M: Jajjaaj vale está bien, pero... Esther dime donde están las cosas porque por lo que veo
me lo habéis cambiado todo de sitio jajaja
Maca estaba preparando la mezcla para hacer los creepes cuando sonó el teléfono de
casa...
Se iba hacía el salón a cogerlo volvía para dárselo a su hermana, era su madre...
E: Hola mama... si es que llegamos tarde y no sabía si estarías durmiendo... sí... ¿no
puedes?... ah... ¿tienes que ir al médico con Natalia?... pues no... Laura no puede... no
mama, tiene doble turno... voy sola no pasa nada... no mama, me vuelvo en taxi y ya
está... ¿a Maca?... no mama que ella tendrá cosas que hacer...
M: ¿Qué yo no, qué?
Natalia: Por que mi madre y yo tenemos que ir al médico a que me hagan las pruebas de
la alergia y no puede acompañar a Esther a rehabilitación, le estará diciendo que la
acompañes tú por lo que oigo
M: Esther trae... (le quitaba el teléfono)
E: ¡Maca!...
M: Buenos días Encarna... (le sacaba la lengua a Esther)... nada aquí preparando el
desayuno para sus dos princesas... jajaja... sí... eso es lo que estaba oyendo... sí... claro
que la puedo acompañar... venga pues luego la acercamos nosotras y ya la veo... bien...
hasta luego Encarna... otro para usted... (colgaba el teléfono y seguía con los creepes)
E: Maca no hacía falta que te molestases, además, tienes que ir a hablar con Dávila
M: No es molestia Esther, yo puedo ir ahora a hablar con Dávila y cuando vuelva
comemos, acercamos a tu hermana y te acompaño, no me cuesta nada
E: Bueno... no voy a discutir contigo... (en el fondo se alegraba que Maca la
acompañase)
M: Es que no es discutible
Maca llegaba al hospital, nada había cambiado, levantó la vista y allí vio a Teresa quien
se peleaba con alguien...
El tiempo me dio la razón 54
Teresa miro para ver quien le había dicho semejante barbaridad, sus ojos se encontraron
con los de la pediatra quien sonreía
Maca iba saludando a todos sus compañeros, habló con Dávila sobre su reincorporación,
quedaron en que el lunes de la semana próxima ya podría hacerlo, se despidió de Teresa
con gran dificultad pues no paraba de hablar, fue otra vez para el piso de Esther, visto la
hora que era las llamó para decirles que iba a comprar comida china para no llegar tarde a
casa de Encarna
M: Ya estoy aquí... (dejando las llaves de Esther en la mesita del recibidor)... ¡he
comprado mucha comida!
Natalia: ¡Estamos en la habitación!
M: (asomando la cabeza por la puerta) ¿Qué hacéis?
E: Haciéndote un hueco en el armario, ya puedes colocar tus cosas cuando quieras
M: Gracias chicas... (se acercaba a Natalia y le daba un beso en la mejilla)... ¿vamos a
comer?
Natalia: Sí... tengo hambre
E: Pues vamos entonces
Natalia salía primera de la habitación cuando fue a salir Esther se quedó en la puerta, la
pediatra se giró a mirarla
M: ¿Pasa algo?
E: A mi no me has dado beso y yo también e ayudado...
M: ¿Quieres un beso?... (la pediatra se tenía que reír, en momentos así la enfermera la
sorprendía mucho)
E: ¡Pues claro!
El tiempo me dio la razón 55
Maca no le dio tiempo a terminar, ya se acercaba hasta ella, iba despacio, para que Esther
pudiera dar ese permiso, Esther no decía nada, así que siguió su camino, lentamente unió
sus labios a los de la enfermera, fue un beso pequeño pero cálido, lleno de dulzura, la
pediatra volvió a mirarla, esta seguía con los ojos cerrados, no tardó en abrirlos cuando
dejó de sentir el tacto de la pediatra
M: ¿Contenta?
E: ... (no esperaba un beso así, pero era mejor del que pedía, así que no pudo hacer otra
cosa que sonreír) Mucho
Salieron de la habitación, se pusieron a comer la comida que Maca había traído, durante
la comida se miraban de reojo, Esther no se podía quitar esa imagen, incluso
recordándola su corazón se aceleraba. Terminaron de comer y se fueron rumbo a casa de
Encarna a dejar a la niña, y de paso Maca saludar a la madre de Esther
Las dos se dirigían a la cocina, cuando llegaron la cafetera anunciaba que el café estaba
listo, Encarna la apagó mientras Maca sacaba los vasos
Entraron y efectivamente José estaba colocando las cosas de la anterior visita, las
escucho entrar y se dirigió a saludarlas
Esther y José empezaron con la sesión, unos ejercicios de estabilidad y equilibrio a los
que Esther ya estaba acostumbrada y los llevaba bien
Esther levantó la vista para encontrase con una Maca sonriente, la pediatra se lo pasaba
bien con aquello
José soltaba a Esther, esta tardaba algunos segundos en empezar a andar, nunca había
intentado andar tanto sin sus muletas, iba como una niña pequeña con los brazos a la
altura de su cintura controlando el equilibrio, Maca la miraba emocionada, estaba
presenciando algo importante para Esther, pero para ella también. La enfermera llevaba
la mitad del camino, iba mirando al suelo en todo momento
Y así, Esther se encontraba con Maca enfrente suya, le transmitía seguridad, estaba casi
llegando cuando vio que la pediatra parecía que empezaba a llorar, le quedaba un paso
cuando la pediatra empezaba a incorporarse y a ofrecerle sus manos para cuando llegase.
Esther finalmente la alcanzó, cogió sus manos y seguidamente se abrazó a ella, estaba un
poco cansada, se miraron por un momento diciéndose miles de cosas que no podían
expresar con palabras
El tiempo me dio la razón 58
Llegó hasta el servicio, miró si había alguien dentro, comprobó que no, entró en uno de
los baños, cerró la puerta y se sentó, ya había empezado a llorar, no sabía porque lloraba,
solo se sentía feliz por Esther, y se culpaba de no haber estado con ella en cada momento
como aquel, cuando vio a Esther andando hacía ella, con ese miedo sintío querer
protegerla, pero también vio seguridad en sus ojos, seguridad por que ella estaba
esperándola...
Reflejaba en ese gran paso para Esther, todo ese tiempo que ella no había estado, la dejó
caminar sola y al final allí estaba ella, pero sintió que quería estar a su lado, para que no
cayese...
Cuando vio que se estaba demorando demasiado salió del baño, se mojó la cara y respiró
tranquilamente, no quería que la enfermera notase la rojez en sus ojos...
M: Yo también lo espero
E: ¡Bueno! Pues no vamos, hasta mañana
José: ¡Otra cosa!
E: Dime
José: Que ya no hace falta que vengas diariamente, dejémoslo en... martes y jueves, así
que ya te espero el jueves ya que hoy has venido ¿vale?
E: ¿Estás seguro?
José: Completamente
E: Pues hasta el jueves
M: Hasta luego
Se fueron hasta donde Maca tenía aparcado el coche, la pediatra no hablaba y Esther no
quería agobiarla, Maca la ayudó a entrar, seguidamente entró ella, se sentó pero no
arrancaba, no decía nada...
Pusieron rumbo a casa de Esther, la enfermera parecía que le dada una oportunidad con
esa conversación que le ofrecía, no quería hacerse ilusiones, llegaron al piso pensando
que no había nadie, pero Laura y Javier estaban allí, veían una película, entraron al salón
y encendieron la luz
E: ¿Ínterrumpimos?
L: ¡Hola!
M: Buenas...
J: Hola chicas
L: ¿De donde venís? ¿Tú no tenías que estar en rehabilitación?
El tiempo me dio la razón 60
Esther empezaba a caminar, al igual que en la clínica, necesitaba los brazos para coger
equilibrio, pero esta vez miraba todo el tiempo a Maca, ninguna desviaba la mirada, iba
despacio, ya que en esa ocasión no tenía nadie al lado no quería dar un traspiés y caer al
suelo, con paciencia llegó hasta Maca, esta le ofrecía ya los brazos para que se agarrase,
Esther cogía sus manos, se pegaba a ella, no dejaba de mirarla...
E:... ¿Ves?... (susurrando)... siempre que tú estés al final estoy segura de que llegaré... (y
dicho eso se acercaba hasta los labios de la pediatra, esta esperaba, no quería forzar nada,
Esther unió sus labios, no llegaron a intimarlo más, pero disfrutaron más de él, Esther se
separaba lentamente ante la mirada de una Laura más que sorprendida...)
L: ¿Pero... pero Esther? ¿Desde cuando puedes hacer eso?
E:... (se daba la vuelta sonriente para contestarle a Laura)... ¿Esto? o... (señalando a
Maca, refiriéndose al beso)...
L: ¡Esther! ¡por dios! ¡Lo de andar!
E: Jajajaja... (volviendo a mirar a la pediatra)... Cariño ¿me puedes llevar al sofá?
M:... (se quedó muda ante aquel “cariño” pronunciado por Esther)... eEh... si, vamos,
cógete a mi...
Despacio llegaron hasta el sofá que había libre, Maca ayudó a Esther a sentarse y luego
lo hizo ella
E: Pues... desde esta tarde, José me propuso hacerlo, con la ayuda de Maca claro...
(mirándola y cogiéndole la mano)... y lo hice jajaja nos sorprendimos todos ¡eh! Yo la
primera
M: Yo incluso lloré... (enseñando una medio sonrisa)
E: Sí bueno... es que esta, esta sensiblera hoy jajajaja
L: Ya veo ya... bueno, pero eso es fantástico ¿no?... (mirando a Javi)...
J: Realmente cada día me sorprendes más Esther, cualquiera en tu situación tarda
muchos más meses en hacer eso que acabas de hacer... (se levanta para acercarse hasta
ella, se arrodilla y le coge una pierna)... ¿me permites?
E: Claro
El tiempo me dio la razón 61
Javier le flexiona las rodillas colocando sus manos de forma de que con su tacto pueda
captar los movimientos del hueso, lo hace varias veces ante la atenta mirada de las tres
chicas
Así dejaron a la pareja sola, Esther se recostaba en el sofá, se daba unos golpecitos en las
piernas para que la pediatra se recostase en ella
Como le había dicho, la pediatra se recostaba haciendo que su cabeza quedara en las
piernas de esta, Esther le acariciaba el pelo, ante aquel gesto Maca no puedo hacer otra
cosa que cerrar los ojos para concentrarse en aquella caricia...
también me hacía daño Maca... y... estuve toda la tarde aquí, en esa ventana viendo llover
y me di cuenta que hasta eso quería hacerlo contigo, entonces llegó Laura, y decidí ir a
hablar contigo y bueno... el resto ya lo conoces... vi a Silvia y...
M: Silvia no estaba allí de la forma que imaginas Esther... (incorporándose para hablar
ella también)
E: Lo sé... me lo dijo Laura... y ahora me arrepiento mucho de aquello, por que si hubiera
dejado que hablases... pues...
M: Sssshhh... (se aproximó hasta ella para abrazarla, después siguió hablando)... en el
fondo es normal que pensases aquello Esther
E: Ya, pero una vez más el miedo hizo que todo se fuese a la mierda
M: El miedo es algo normal Esther, yo también lo tuve
E: Pero tú eres más valiente Maca
M: ¿Si lo fuera me hubiese ido?
E: ...
M: Cuando... cuando llamé a Laura para preguntarle por ti, cuando te fuiste de aquí, me
dijo lo que había ocurrido, en ese momento no pensé en nada y salí corriendo, solo podía
pensar en estar junto a ti Esther... mientras te operaban... yo estaba en el pasillo dándome
cuenta de que... de que no podía pensar en vivir sin tenerte cerca... me di cuenta de que
estaba enamorada de ti Esther... hizo falta aquel dolor en mi para darme cuenta... (sus
ojos se humedecían recordando aquello)... pero decidí ser fuerte por las dos en ese
momento, estando contigo en la habitación Laura... Laura me lo contó todo, y ahí tuve
miedo, miedo de que por todo el daño que te había causado no quisieses saber de mi...
E: Pero tú no sabías nada, no tenías por que sentirte culpable
M: Deja que termine... tuve miedo, me fui de allí, pensaba que no merecía tenerte cerca...
convencí a la Laura para que me dejase ir a mí a por tus cosas, estuve aquí, me di cuenta
de muchas cosas en ese momento y... me sentí más culpable aun, un mensaje en el
contestador me dijo que habías despertado y finalmente me aterroricé Esther... decidí
irme para no obstaculizarte, para dejarte espacio, fui cobarde... me arrepentiré de eso el
resto de mi vida
E: Pero yo tampoco te lo impedí... mientras me hablabas en la habitación te escuchaba,
pero en ese momento no pude enfrentarme a tus ojos...
M: Lo siento Esther
La pediatra lloraba como una niña abrazada al cuerpo de Esther, ella también lloraba,
estaban dejando salir todos esos demonios que no les permitía estar juntas, pasado unos
minutos cuando Esther notó que Maca se tranquilizaba rompió ese abrazo
Esther decidió que no había más que decir, quiso sellar aquellas palabras con un beso, se
aproximó hasta la pediatra hasta estar unidas por aquellos labios que tanto habían dicho
para empezar a hablar en el lenguaje de los sentimiento, empezó siendo un beso cálido
para dejar paso a una pasión que creció en esos días, las lenguas se buscaban queriendo
demostrar que querían ser participes de aquel momento. Aunque con pasión, todo aquel
beso era dulzura y amor, un amor que las hacía sentirse felices
El tiempo me dio la razón 63
Despacio fueron separándose para quedar unidas sus frentes, se miraban, con sinceridad,
Maca volvió a recostarse en Esther pero esta vez se abrazaba a su cintura, Esther cogía la
mano de la pediatra con una en una suave caricia
Estuvieron un buen rato en silencio, estaban con los ojos cerrados dedicándose caricias,
el estómago de Esther rompió aquel silencio haciendo que la pediatra sonriera...
Fueron hasta la cocina, Maca miró el reloj, eran casi las once
Pidieron la pizza y cenaron viendo una peli, cuando acabaron, se echaron en el sofá,
primero Maca y luego Esther, estaban abrazadas, la pediatra besaba de cuando en cuando
el hombro de su niña, y Esther se volvía hacía ella para besarla, cosa que a Maca le
enternecía, se sintió feliz, tenía entre sus brazos a la persona más importante de su vida, y
esta le pagaba amor con amor...
Maca notó que la respiración de Esther se relaja bastante, dedujo que se había dormido,
vio que era tarde y Laura no volvía, supuso que esa noche no iría a dormir así que
empezó a despertar a Esther...
M: Esther... (en un susurro)... Esther... (pero Esther no despertaba)... tan dormilona como
siempre... (empezó a recorrer el cuello de la enfermera dejando un beso a cada paso)...
Esther cariño... (beso)... despierta... (beso)
E: Mmmmm... (empezó a balbucear palabras incoherentes)...
M: Venga Esther... vamos a la cama
E: Mmmm... (se giraba para tener a la pediatra enfrente)... con una condición
M: Jajaja a ver... ¿cuál?
E: Que duermas conmigo... (y dicho esto escondió su cara en el cuello de la pediatra
abrazándola)...
M: Aaiiiss... (estrechandola contra su cuerpo)... claro tonta... venga vamos que si no
luego te va a doler todo el cuerpo
Se dirigieron hasta la habitación, Maca decidió llevar a Esther en brazos, pues estaba
demasiado adormilada y no se fiaba mucho, llegaron a la habitación, la pediatra ayudó a
Esther a ponerse el pijama y la acostó
Antes de salir de allí se paró en la puerta mirando a Esther, hoy sería un día importante es
sus vidas, apagó la luz y fue hasta la cocina, se sentó con un vaso de leche entre las
manos, recordó el momento de la clínica, recordó la conversación de horas antes, todo
parecía un sueño, dejó el vaso en el fregadero y volvió a la habitación sin hacer ruido, se
cambió y se metió en la cama, parecía que Esther dormía, se quedó mirando al techo, la
volvió a mirar, aquello no era un sueño, su niña estaba con ella, la había dejado estar con
ella
De repente notó como la enfermera iba hasta ella y la abrazaba poniendo la cabeza en su
pecho
E: Has tardado...
M:... (le dio un beso en la frente)... Ya estoy aquí, ahora duerme... (dejando otro beso en
su cabeza)
E: Te quiero...
M:... (dos lágrimas empezaron a caer ante aquellas dos palabras que la llenaban de vida,
no pudo hacer otra cosa que abrazar más Esther)... Y yo a ti mi vida... (se acomodó de
nuevo)... te quiero
Un rato después, con aquella paz que le proporcionaba Esther, la pediatra se quedó
dormida también, estuvieron toda la noche abrazadas, estaban como tanto habían deseado
Por la mañana la primera en despertar fue Maca, quien comprobó que la enfermera estaba
aun aferreda a su cuerpo, sonrió ante aquella imagen, tenía la más bonita que podía tener
nada más despertar, se quedó un rato observándola hasta que esta también empezaba a
despertar)
M:... (la enfermera se revolvía sin dejar de abrazar a Maca)... Bueno días cariño...
E: Mmmm cariño... que bien suena... (alzo la vista para mirar a la pediatra)... hola...
(dándole un beso en los labios)
M: Hola...
E:... (volviendo al pecho de Maca)... Me quedaría aquí el resto de la vida
M: Y yo... pero tu estómago dudo que aguante mucho jajajaja... (los ruidos del estómago
de Esther empezaban su cántico personal)...
E: Jo déjame que estoy creciendo jajaja
M: Mmmm creciendo ¿no?
E: Sí... (escondiéndose en el cuello de la pediatra como una niña pequeña)
M: Vamos a hacer una cosa ¿vale?
E: Mientras no me tenga que separar de ti, lo que tú quieras
M: Jajaja mira... nos vamos a duchar... nos vamos a vestir y te voy a invitar a desayunar
¿qué te parece?
E: Me parece bien...
M: Pues venga, empieza a ducharte tú mientras yo hago la cama
E: Es una lastima
M: ¿El que?
E: Que ya no me haga falta ayuda para ducharme
El tiempo me dio la razón 65
Esther se levantó y fue despacio hacía la puerta ante la mirada de Maca, que no había
podido reaccionar ante el comentario de la enfermera, esta se paró y se giró para mirarla
Esther se duchaba sonriente, le hacía gracia como conseguía poner nerviosa a la pediatra.
No habían hablado de nada serio respecto a estar juntas en el sentido sexo, pero Esther
deseaba estar con ella tanto como Maca, tenían el problema de la movilidad de Esther, no
se veía capaz de tal esfuerzo aun
Maca ordenaba la habitación no paraba de darle vueltas al comentario, parecía raro, pero
todavía no se había planteado llevar a cabo esa situación. Entre pensamiento y
pensamiento Esther salió de la ducha canturreando y llegó hasta la pediatra
E: Ya estoy
M: Estas contentilla tú hoy ¿no?
E:... (abrazándola por detrás)... ¿Y por que no iba a estarlo?
M: Tienes razón... (volviéndose y dándole un beso)... vístete que yo acabo enseguida...
(dándole otro beso)
Maca salió se arregló y cogieron el coche, la enfermera no sabía donde la llevaba, pero
no quiso preguntar
En un rato parecía que salían de Madrid, Maca cogía un desvió para dirigirse a la
montaña, Esther reconocía todo aquello. Llegó hasta un parking y paró el coche
Salieron del coche y se dirigieron hasta la cafetería. Había una terraza que daba justo al
mirador, desde ahí se podía ver toda la ciudad. Desayunaban entre risas y recuerdos
M:... (se acercaba hasta ella hasta que su nariz rozaba la de la enfermera)... Cariño eso lo
podemos hacer todos los días del año... (dándole un tierno beso)... ¿uhm?
E: Uuufff ya veremos
M: Ya verás cuando te vea Teresa, te voy a tener que coger para que no te tire al suelo de
la efusividad jajajaj
E: Jajaja ¡déjala! ¡Que es un encanto de mujer!
M: Si yo no digo lo contrario jajaja
Entraban por la puerta, Esther todavía iba a paso lento, pero se las arreglaba bastante
mejor. Llegó hasta recepción y vio una cabeza bajo el mostrador
E: ¿Se puede saber donde está el personal de este hospital?... (fingiendo enfado)
T: ¿Cómo dice?... (subiendo y respondiendo con brusquedad)... pero... ¡¡Esther!!
E: Jajajajaja
Teresa salía veloz para abrazar a aquella personita que tanto quería
Estuvieron por el hospital saludando a sus compañeros, se cruzaron con Cruz que salía de
una operación y se fueron con ella a cafetería
Los tres se fueron hasta urgencias para realizar las pruebas a Esther, Maca estuvo con ella
en cada momento, cosa que la enfermera le agradecía, Javier les dijo que fueran a la sala
de médicos a esperarle unos momentos
J: Bueno... ya estoy aquí... (llevaba las pruebas de Esther en las manos)... aquí tengo los
resultados
M: ¿Y?
J: Míralos tu misma... (le entregaba las placas y algunos informes a la pediatra)
M:...
E: ¡Maca por dios! ¡Di algo!
M: Esther, esto es...
E: ¡Joder Maca! ¿Qué es?
M: ¡Genial Esther! Es ¡genial! Si visto esto, solo necesitas empezar a hacer ejercicios
para la musculatura y que los huesos cojan fuerza
E: ¿Me hablas enserio?... (mirando a Javier)
J: Esther... (arrodillándose junto a ella)... están totalmente soldados... tu rehabilitación a
sido perfecta e inmejorable
El tiempo me dio la razón 68
E:... (miraba a Maca, la pediatra sonreía, miraba a Javier y el también sonreía, no se creía
lo que estaba oyendo... )... Estoy... estoy recuperada
M: Sí cariño... (se abrazaba a la enfermera)... ¿lo ves? Ves que son buenas noticias...
J: Bueno... yo os dejo a solas... nos vemos luego en tu casa ¡eh! Que esto hay que
celebrarlo
Decidieron hacer una cena esa noche con Laura y Javier para celebrarlo, la cena
transcurría con una felicidad que parecía que esa casa no vivía hace meses, Maca se fue
hasta la cocina mientras iba recogiendo todo, Laura fue a ayudarla
La fiesta del cumpleaños de Esther sería el sábado, era una sorpresa para ella, Maca le
había dicho que al final cenarían solas y que solo harían una comida con su madre, su
hermana, Javier y Laura
El viernes Maca llegaba de hablar con el fontanero de cómo iba su casa, Esther estaba en
la cocina preparando café
Esther abría la caja, en ella había un anillo de oro blanco, tenía los bordes con pequeños
dibujos y el centro era completamente liso, y por dentro llevaba una inscripción “eres la
luz de mi camino” M&E
El sábado llegó y después de comer como Maca le había dicho, decidieron ir al cine,
después pararon a tomar un helado y un pequeño parque que había antes de llegar a casa
y cuando empezó a oscurecer decidieron volver
Todos: ¡SORPRESAAAAAA!
E: ¡Joder!... (cogiendo a Maca de un brazo pues se había asustado considerablemente)
M: Jajajajajajajaj
E: Pero...
V: Un gracias chicos hubiera estado mejor que un “joder” ¿no crees?
E: Jajajaja es que me habéis asustado ¡coño!
Uno a uno iban a felicitar a homenajeada, estaban casi todos sus compañeros del central,
alguno faltaba por tener trabajo pero los más importantes para ella estaban allí, su madre
y su hermana también, habían comido con ella pero no querían perderse aquella fiesta
para la enfermera
El tiempo me dio la razón 70
Esther hablaba con su madre y con la Laura, Vilches hacía enojar a Héctor para no perder
la costumbre y los demás bebían y reían contando anécdotas. Maca hablaba con Natalia,
las dos reían, Esther en uno de los momentos en los que pudo escabullirse fue hacía ellas
E: ¿Se puede saber porque os lo pasáis tan bien sin mí?... (sentándose en las piernas de la
pediatra)...
M:... (susurrándole al odio)... Cariño... están todos aquí...
E: ¿Y? ¿Te importa?
M: ¿A mí? Para nada
E: Pues ya está... (dándole un beso en los labios, el cual no pasó desapercibido para su
hermana que comenzó a reírse)...
M: ¿Y tú de que te ríes si se puede saber canija?... (dándole con su pie)
Natalia: Jajajaja que estáis muy graciosas
E: ¿Ah sí?... (mirando a la pediatra)... ¿estoy graciosa?
M: ¿Y yo?
E: Tú estás igual de guapa que siempre... (dándole otro beso)
Natalia: Buah... yo me voy de aquí que empezáis a ser empalagosas
M y E: Jajajajajaj
La noche pasaba entre risas para todos, la gente empezaba a irse, solo quedaban Teresa,
Laura, Javier, Cruz, Vilches, Encarna y Natalia...
Teresa hablaba con Encarna de sus cosas y Esther hablaba con Laura y Cruz, estas fueron
a ayudar a Teresita quien se ofreció a empezar a recoger, Encarna se acercó hasta su hija
quien miraba a Maca jugando a las cartas con su hermana
En: Maca... nos veremos pronto por lo que veo... (dándole un abrazo y sonriéndole con
cariño)
M: Sí... nos veremos pronto... (se acerca hasta la niña)... y tú... quiero la revancha que lo
sepas jajaja
Natalia: ¡Claro que sí! Cuando quieras y donde quieras
M: Trato hecho... (dándole un abrazo)
Natalia: Felicidades hermanita...
E: Hasta luego enana
Al rato Javier también decidió irse y Laura con él, para dar un poco de intimidad a la
pareja, quedaron en que volvería para el café al día siguiente
Maca terminaba de recoger y Esther a la que no la había dejado ayudarla estaba en el sofá
haciendo zapping hasta que la pediatra llegó
E: ¿Ya?
M: Ya... ¡dios! ¡Cómo se pueden untar tantas cosas!
E: Es que si me hubiese dejado ayudarte...
M: No... hoy mi reina no tiene que mover un músculo
E:... (se acercaba hasta su cuello, empezó a darle besos y subio hasta el oído de la
pediatra)... ¿No me vas a dejar mover un músculo?
M: Esther...
Estaba dejando un reguero de besos por todo su cuello dejando claras sus intenciones
M: ¿Estás segura?...
E: No lo he estado tanto en mi vida
Dicho esto Maca cogió a Esther en brazos, esta no cesó en sus caricias aun estando en los
brazos de la pediatra, llegaron hasta la habitación, Maca la recostó con cuidado en la
cama quedando ahora ella dueña de la situación
La enfermera se sentía como en el cielo, los movimientos de Maca eran todo dulzura,
cariño, amor... un amor que las hizo llegar al más placentero de los sentimientos
Esther estaba abrazada a la pediatra, todavía sintiendo el eco de aquellas sensaciones que
nunca se podría imaginar junto a otra persona
Maca dibujaba caricias en la espalda de esta, no decían nada, aquel silencio era el regalo
de algo esperado, de algo soñado, y de algo que hizo envolver a dos personas en un
mismo sentimiento. Esther levantó la vista hasta encontrarse con una Maca pensativa
M:... De que estoy segura de que esto es lo que quiero... quiero disfrutar contigo todo lo
que venga... superar contigo todo lo que pase... y tenerte aquí conmigo siempre...
(después de eso, se dirigió a besar esos labios que se le antojaban la esencia de su vida)...
A la mañana siguiente Maca se despertaba, notó la falta de Esther, abrió los ojos y
comprobó que no estaba, se puso una bata, y salió en busca de la enfermera, la encontró
en la terraza envuelta en una sabana, con un café entre sus manos...
M:... (la rodeaba con sus brazos dejando un beso en su nuca)... Buenos días princesa...
E: Mmmmmm... (se daba la vuelta dejando la taza en una silla y abrazando a Maca)...
buenos días... (habló en un suspiro, pero un suspiro que nada desagrado a la pediatra)
M: ¿Cómo estás?
E: Me dio miedo dormirme por si despertaba y todo había sido un sueño
M: Pues creo recordar que en mis sueños no hacías esas cosas ¡eh!... (levantando una
ceja)
E: Jajajaja ¡tonta!
M: Sí, sí, seré tonta, pero ya me explicaras tú si eso era tu instinto o que...
E: Mmmmm... (se escondía en su cuello)...
M: Ahora me dirás que te da vergüenza...
E: Pues sí Maca ¡me da vergüenza! Jajajaja
M: Poco a poco te quitaré yo esa vergüenza, ¡ya verás tú! Jajajaj
Ese día comieron juntas en casa de Esther, parecían que no podían tener más
complicidad, se sentían felices, más de lo que hubiesen imaginado
Laura y Javier llegaron para el café, estuvieron charlando tranquilamente hasta que Javier
se tuvo que ir al hospital
Maca fue a comprar unos dulces que se le antojaron a Esther, dejando solas a las
compañeras de piso.
Se acostaron pronto pues Maca trabaja de nuevo al día siguiente y entraba temprano
El despertador sonaba a las ocho en punto, Esther sacó su brazo para apagarlo y despertar
a la pediatra quien seguía durmiendo
Mientras Maca se duchaba Esther le preparaba el café y unas tostadas. Se sirvió una taza
y se sentó en la cocina a esperarla
Con ese oro liquido entre las manos pensaba en todo lo que había pasado, lo hacía cada
mañana al despertarse, para asegurarse de que no era cosa de su imaginación, se sentía
más feliz de lo que en un principio hubiese imaginado
Le daba vueltas a su café con la mirada perdida en él cuando la pediatra apareció por la
puerta
M:... (le daba un beso en la cabeza a la enfermera y se servia el café para sentarse con
ella)... ¿En que piensas?
E:... (levantó la mirada mostrando una amplia sonrisa)... En ti... ¿en qué sino?
M:... (le dio un beso tras esa respuesta)... Guapa
E: Sales a las tres ¿no?
M: Sí, ¿por?
E: Por que podría coger un taxi e ir a recogerte, así vamos a hacer la compra y si
aguantas un poquito comemos juntas
M: Trato hecho... (levantándose y dejando la taza en la mesa)... me voy que llegaré tarde
y eso no es propio de mí
E: Eso lo dices ahora... (poniéndole ojos recriminando su actuación estando en la cama)
M: Eso lo digo ahora que no te tengo pegadita a mi...
E: Anda vete que todavía será peor
M: Está bien... (se acerca hasta estar al lado de la enfermera)... un beso
E: Y todos los que tu quieras... (dándole ese beso)
M: Otro
E:... (beso)
M: Otro
E:... (beso)
M: Otro
E: ¿No vas a parar? jajajaaj
M: ¿Tú no me has dicho que los que yo quiera?
E: Sí Maca pero entre una cosa y otra llegarás tarde
M: Venga el último... (poniendo morritos)
El tiempo me dio la razón 74
Esther ordenaba un poco la casa, a su ritmo, no quería que por confiarse fuera a tener
algún percance, y mientras Maca termina su turno en el central. Esther dejó la comida
prepara solo para meterla en el horno, y viendo que eran las dos y media llamó al taxi y
fue para el hospital
E: Hola Teresa
T: ¡Hola hija!! ¡Cada día te veo mejor y más guapa!
E: Eso es por que me cuidan bien
T: No... si tendremos que darle gracias a la pija...
M: ¿Qué pija?
T: Eh... no... no nada...
E: Teresa que dice que te tendrá que dar las gracias al final
M: ¿A mí? ¿Por qué? Jajajaa
E: Por que me cuidas muy bien... (dándole un beso en los labios, acto que hizo que
Teresa se pusiera nerviosa)... guapa
M: Mmm... (mirando a Teresa que no perdía detalle)... ¿también quiere uno Teresa?
T: Pero... ¡qué cosas dices mujer! ¡Anda! ¡Anda! ¡No me líes que al final siempre te ríes
de mi!
E: Jajajaja ¡Maca! ¡Es que tienes unas cosas! Jajaja
M: Hasta mañana Teresa
E: Hasta luego
T: Adiós... anda que...
Se fueron hasta el supermercado que tenían al lado de casa, la enfermera ya llevaba días
protestando que se quedaban sin comida y ya no podían dejarlo por más tiempo
Maca llevaba el carrito mientras Esther iba mirando y remirando las estanterías
por detrás)... cuando haces esas cosas me dejas sin palabras que lo sepas... (dándole un
beso en la espalda)
M:... (se daba la vuelta para quedar frente a la enfermera)... A lo mejor tú no lo has
pensado pero yo sí...
E: Claro que lo he pensado cariño... (dándole un beso en los labios)... incluso Laura me
preguntó... ¿y sabes que le dije?
M: ¿Qué?
E: Que aunque yo lo deseara tanto teníamos que ir a una velocidad normal, además... si
antes te pasabas media vida allí... ahora...
M: Bueno... pero tú también te puedes venir a la mía
E: ¿Ah puedo?... (disimulando con cara de ilusionada)
M: Puedes... y ¡debes!
E: ¡Entonces no hay problema mujer!!... (dándole un golpe en el brazo)... vamos a la caja
que tenemos que comer todavía
Estaban pagando y charlando con la cajera que ya era conocida para Esther, la enfermera
estaba delante metiendo las cosas en las respectivas bolsas
M: Cariño... no las llenes tanto... ¡qué las bolsas no te las cobran, sabes!
E: Sí yo es por ahorrar espacio
Cajera: Ya Esther pero cuando las cojas...
M: Ves... (dándole un beso, gesto que no pasó desapercibido para la señora mayor que
había detrás de la pediatra, y la cual puso cara de circunstancia)
E: ... (dándose cuenta de que la señora no les quitaba el ojo)... Señora como siga mirando
así a mi novia me pondré celosa
Señora: Habrá poca vergüenza... (dirigiéndose a la otra mujer que tenía detrás)
M: Esther... (riñendo a la enfermera)
E: ¡No si poca vergüenza habrá pero usted sigue mirándole el culo!
La pediatra no sabía dónde meterse, la cajera hacía lo imposible por no reírse, Maca sabía
que la enfermera estaba de broma pero no quería que fuese a más
Al final conseguían terminar de pagar y salir ante la atenta mirada de toda la fila de
mujeres que habían dejado atrás
M: ¡Anda! ¡Anda! ¡Y anda! Tira para el coche que todavía nos echan por escándalo
publico en un parking
Llegaron al piso de Esther y tras ordenar la compra, comieron lo que Esther había
preparado
Tras la comida se echaron en el sofá a ver un rato la tele, cosa que no evitó que las dos se
quedaran durmiendo, la pediatra recostada y la enfermera apoyada en ella escondiendo la
cara en su cuello
Al rato entraban por la casa Laura y Natalia que venía a ver a su hermana, entraban
hablando en el salón, pero las palabras cesaron al ver aquella estampa tan dulce
La niña se iba hacía el sofá después de haber conseguido zafarse de los brazos de Laura
que se lo estaban impidiendo, llegó hasta la pareja y se sentó con cuidado al lado
La pediatra que tenía el sueño más ligero que ella de aquí a lima, despertó al oírla
quejarse, abrió un ojo y vio lo que Natalia pretendía, solo pudo sonreír pues aquello era
algo que también le hacía ella
Natalia: Jajajaj sssshhh... (se reía flojo para seguir con su broma pasándole otro ahora
por la frente)
E:... (lo que no sabían es que la enfermera ya sabía quien le estaba haciendo aquello y
estaba siguiendo la broma)... José... para... (escondiendo más su cara en el cuello de la
pediatra para que no la viese reírse)...
M: ¡¿Cómo que José?!... (moviéndose para que la enfermera se despertase y haciendo
que sacara la cabeza de donde la tenía viendo que esta se lo estaba pasando en grande
mientras se reía)
E: Jajajajajaaja
Natalia: Jajajajajajaja
M: ¡Pues a mi no me hace gracia!... (levantándose del sofá y fingiendo enfado)
E: Pues nada... (abrazándola con cariño)... que querían quedarse conmigo y ha sido al
revés jajajaja cariño era broma... (dándole un beso en la mejilla)...
M: Pero si eso ya lo sé yo tonta... (riéndose al fin)... si yo estoy de lo más tranquila...
(haciéndose la importante)
E: ¿Ah sí?... (subiendo una ceja) ¿ y eso por que?
M: Por que... (susurrándole algo a la enfermera para que las demás no lo oyeran)... y
luego me cuentas... (separándose de ella y alejándose hasta la cocina, dejando a Esther
paralizada y con una sonrisa de tonta)
Natalia: ¿A que sí, que?
E: ¿Umh?... (mirando a su hermana sin haber escuchado nada de lo que esta le decía)
L: Que.. ¿a que sí, que?... (queriendo ser cotilla)
E: Aahh... cosas nuestras... (se dirigía hasta donde estaba la pediatra que volvía)...
¡¡Macaaaaa!! ¿pero eso se puede hacer?
M: Jajajajajaja claro tonta, luego te lo demuestro... (sin quitar una sonrisa que empezaba
a poner nerviosa a la enfermera)
E:... (con una amplia sonrisa)...
M:... (se acercaba hasta su oído)... ¿Impaciente?
E: Uuuuuffff¡¡¡mucho!!! Voy a ducharme ahora vuelvo
M: Jajajajaja
L: Que le habrás dicho...
M: Aaaahhh... (poniendo las manos en alto en señal de que no iba a decir nada)
L: ... (iba tras la enfermera)... ¡¡Estheeeeer!! ¡¡Ven aquí ahora mismo!!
M: Jajajaja Natalia ¿nos echamos unas cartas? Jajaja
Las semanas iban pasando iban de un lado a otro mareando la perdiz, se pasaban la vida
con la maleta a cuestas del piso de una al de la otra, estaban bien pero la pediatra se
cansaba de tener que estar así, y ahora más que Esther prácticamente estaba recuperada y
había dejado la rehabilitación
Una noche cuando las dos aun estaban regalándose caricias después de haber tenido su
momento de pasión, Maca le daba vueltas a la cabeza respecto a la manera de vivir de un
lado a otro que tenían...
Estaban en una cafetería esperando a la madre de Esther que había ido con la niña a
comprar ropa para Natalia
E: Mi madre dice que a ver cuando la invitamos a cenar, que desde que vivimos juntas no
le hacemos caso jajaja
M: ¿Mi suegra dice eso?... (la enfermera asentía)... pues en cuando venga verás tu que
alegría le doy
Al rato aparecían madre e hija, la niña un tanto enfadada por la elección de su madre en
la ropa y la otra renegando de lo que le gustaba a su hija
M: ... (entraba con Esther a urgencias, Maca a trabajar y Esther para hablar con Dávila
para poder incorporarse cuanto antes)... Buenos días Teresa
E: Hola
T: Hola guapas, pero tú no entras hasta dentro de una hora... (a la pediatra)
M: Ya, pero hemos venido a hablar con Dávila para la incorporación de Esther y estar un
rato más juntas
T: Eso... vosotras no perder el tiempo
E: ¿Y para que Teresa? Si nos encanta estar juntas... (mirando dulcemente a la pediatra)...
T: Aaaiiisss a propósito Maca, Cruz te buscaba
M: ¿Sabes para que?
T: Para unos cursos de Barcelona o algo así
M: No me j...
E: ¿Qué cursos cariño?
M: Luego te lo explico, Teresa estamos en la cafetería
T: Está bien
La pareja iba rumbo a la cafetería, Maca no le había explicado nada a Esther sobre
aquellas jornadas pues creía que había convencido a Cruz para que fuese Salinas en vez
de ella
C: Hola
M y E: Hola
C: ¿Puedo?... (retirando una silla para sentarse con ellas)
E: Claro...
M: Me ha dicho Teresa que me andabas buscando
C:... (suspirando)... Sí
M: Cruz no me digas no que creo que me vas a decir
C: Salinas no puede Maca, operan a su hijo de urgencia y tiene post-operatorio
M: ¡Joder!
E: Pero vamos a ver... ¿Cuándo son esas jornadas?
C: Este fin de semana, bueno... de viernes a domingo
M: Pues yo no pienso ir
C: Yo te lo digo de buenas Maca, pero alguien tiene que ir, y Dávila te lo dirá peor... lo
sabes...
E: Maca... no es malo que vayas
M:... (miraba a la pediatra queriendo indicarle que no siguiera por ahí)... Esther por favor
además tenemos la cena con tu madre y con mis padre
E: Se puede posponer ¿pero por que no quieres ir?
M: Pues por que me tendría que ir jueves y volvería domingo de madrugada si no lunes
por la mañana
C:... (empezaba a notar que sobraba en la conversación)... Bueno yo me voy... piénsatelo
o aguanta el sermón de Dávila... Esther, hazla entrar en razón...
E: Lo intentaré... (Cruz se marchaba y Esther intentaba saber más de aquella negación de
la pediatra)... dime que te pasa, ¿Por qué no quieres ir?
El tiempo me dio la razón 80
Entró y la vio sentada en el sofá con los brazos cruzados y moviendo una pierna
nerviosamente
E:... (se sentaba al lado y con la mano le retiraba un mechón de pelo para colocárselo
detrás de la oreja)... ¿Y esto a que viene?
M: Parece que a ti te dé igual que me tenga que ir tres días... (parecía una niña enfadada,
una niña preciosamente enfadada)
E: Jajaja cariño... ¡cómo me va a dar igual estar tres días sin verte! No me da igual, pero
son cosas del trabajo y no puedes poner esa excusa ante Dávila... sabes que no servirá de
nada, además hablaremos por teléfono siempre que puedas
M: ... (le cogía una mano a la enfermera y la miraba)... Vente conmigo
E: No puedo cielo...
M: ...
E: Habla con Dávila... inténtalo pero no te emperres mucho que te conozco... (subiendo
un dedo en señal de advertencia)... y si tienes que ir vas... aprendes... y de paso te
diviertes... que en esos sitios siempre conoces gente interesante...
M: Está bien... (abrazaba a la enfermera)... perdona por lo de antes
E: No pasa nada mi amor... (dándole un beso en el cuello)
Tocaban a la puerta
T: ¿Se puede?
E: Sí, pasa Teresa...
T: Esther... alguien te busca en urgencias... le dije que estabas con la baja y que no
estabas pero dice que te vio entrar y que no te importaría verle
E:... (miraba a la pediatra sin saber que decir)... ¿Pero te ha dicho quien es? ¿o algo?
T: Es un chico... (la pareja se miraba aun más desconcertada)... ¿Cómo me dijo que se
llamaba?... a ¡sí!... ¡Juan!
M y E: ¿Juan?
T: Sí... ¿sabes quien es?... la cosa es que su cara me suena
M: Es el ex-novio de Esther
E: ¿Y te ha dicho que quiere verme?
T: Sí... eso me ha dicho... que le digo
E:... (en ese momento la enfermera miraba a la pediatra buscando alguna respuesta)...
M: Ve... así sales de dudas
E: Pero tú vienes conmigo
El tiempo me dio la razón 81
Juan: ¡Esther!... (se acercaba para darle dos besos)... ¿tú eres Maca verdad?
E: Hola Juan...
M: Sí... hola... (dándole dos besos también)
E: ¿Y que te trae por aquí?
Juan: Pues que iba andando por la calle y me a parecido verte entrar... y he dudado en
hacerlo o no, no te creas, pero quería saludarte
E: Aaahhh ¿y que tal te va?... (mirando a la pediatra para que esta no se sintiese
desplazada)
Juan: Pues bien... no me puedo quejar, al final me metí en la empresa de mi padre y me
estoy pagando un piso... ¿y tú... te veo genial?
E: Yo tampoco me puedo quejar la verdad, me va todo maravillosamente
Juan: ¿Puede ser que me dijera Ana que tuviste un accidente?
E: Sí por desgracia sí... a principios de año, pero nada, ya estoy bien... no del todo... pero
vamos que se hace lo que se puede
Juan: Me alegro... ¿y de amores que tal?
E: Mejor que en nada... (en ese momento se le dibujo una sonrisa y miró hacía donde se
encontraba la pediatra que estaba apoyada en el mostrador para no estar muy en medio)...
vivimos juntas ya y todo...
Juan: ¡Que bien!... ¿perdona? ¿has dicho...
E: Juntas... (cortándolo)... sí, has oído bien... (en ese momento ambas se miraban y Juan
se daba cuenta)
Juan: ¿Con ella?
E:... (se acercaba un poco y le decía flojito)... ¿A qué es guapa?
Juan:... (miraba a la pediatra quien estaba pendiente de la situación y volvía a mirar a la
enfermera quien se estaba riendo)... Eh...
E: Jajajaja ¡es broma hijo! No hace falta que me lo digas... ya lo sé yo
Juan: Jajajaja te veo bien... me alegro mucho de verdad... se te ve feliz
E: Lo soy
Juan: Bueno... pues yo me tengo que ir... pero podíamos quedar un fin de semana para
tomar café o algo... y hablamos tranquilamente ¿no?
E: Claro...
Juan: Pues bien... yo me voy ya... (le daba dos besos y se acercaba hasta la pediatra para
despedirse también)... me alegro de volver a verte
M: Igualmente... (sin mucho entusiasmo)...
Juan: ¡Nos vemos eh!
E: Sí... sí... hasta luego... (se iba y la enfermera se acercaba hasta su chica que empezaba
a aburrirse) uuufff
M: ¿Qué te ha dicho?
E: Nada que pasaba por aquí y que me ha visto entrar... y que nos tomemos un café un
día de estos
M: Aaahhh ¿bien no?
E: Uhm... a mí me da igual... ¿no te molestaría no?
M: Claro que no... confío en ti plenamente
El tiempo me dio la razón 82
E: Gracias... (le daba un beso en los labios)... oye que voy a subir a ver a Dávila que tu
tienes que entrar ya
M:... (mirando la hora)... Sí... ¿me buscas antes de irte?
E: Claro... (le daba un beso en los labios)
Maca empezaba su jornada esperando a que Esther fuese a despedirse y a contarle que tal
con Dávila
Casi a la hora cuando ella estaba rellenando un alta en recepción apareció Esther riendo
con Dávila
Los días pasaban y llegaba el jueves, habían hablado de aplazar la cena y así se haría,
ninguno de los padre pusieron objeción. Dávila le había dado el día libre a Maca para que
pudiera organizarse antes de irse, al final había conseguido convérsele para poder irse
viernes a primera hora, estaban las dos acostadas, la pediatra empezaba a despertarse y su
mano buscaba el cuerpo de Esther, ya que no la tenía pegada a ella como era normal
M: ¿Cómo que no? Ahora mismo me vuelvo a la cama y olvido todo esto ya verás... (le
daba un beso en la mejilla y desaparecía de la cocina para volver a la misma posición que
tenía en la cama)
La enfermera terminaba el desayuno sin poder borrar esa cara de felicidad que le
dibujaba la pediatra con cada actuación como aquella, iba con la bandeja en las manos,
llevaba un desayuno bien completo, como a la pediatra le gustaban, y un vasito con una
rosa
E:... (se acercaba hasta la pediatra dejando la bandeja en la mesita)... Buenos días mi
amor... (le daba un beso en la mejilla)
M:... (la pediatra hacía como que se desperezaba)... Mmm buenos días preciosa... (le
devolvía en beso pero en los labios)... ¿y esto?
E: Pues que una persona que anda por aquí se merece un buen desayuno conmigo, y
pasar todo el día en la cama descansado
M: ¿Descansando?
E: Sí
M: Pues esa persona se va a aburrir mucho...
E: ¿Sí?
M: Pues tú me dirás... tú vas a estar todo el día aquí conmigo... y no descansando
precisamente... (cogía a la enfermera y la recostaba con ella)... esta batita te queda de
muerte... (la enfermera solo sonreía)... pero...
E: ¿Pero?
M: Yo soy partidaria de la belleza natural... así que... (empezaba a abrirle el escote de la
prenda bajando su dedo hasta la cintura para desanudarla, acto seguido la abría y
contemplaba a la enfermera que estaba sin poder moverse desnuda bajo ella)... así estás
mejor...
Fue marcando con besos aquel cuerpo que le gritaba que era suyo, baja desde el cuello
por el pecho, ante aquel contacto la enfermera no pudo más que arquear su espalda
haciéndole la llegada más fácil a una pediatra que devoraba cada pecho con el ansia de
alguien que los necesita para vivir
Bajo por su abdomen dejando un cálido rastro que no le hiciera olvidar el camino de
vuelta, se entretuvo en su ombligo haciendo que la enfermera aplacase la excitación que
sentía pero poco le duró cuando vio como aquella sensación bajaba hasta llegar a una
zona que le dejaba paso para recibir el mismo cariño que el resto del cuerpo
La enfermera se retorcía entre las sabanas ante una pediatra que de vez en cuando miraba
cuanto disfrutaba su princesa, cuando dio por cumplida su tortura subió por aquel camino
que la llevaba hasta los labios de su amada
Se colocó haciendo que sus cuerpos solo fueran uno, encajaban cual piezas de puzzle,
yacían abrazabas en un baile que solo ellas podían ser protagonistas, un baile que llegaba
a su fin con dos corazones gritando cuanto se querían, y que no podrían vivir el uno sin el
otro...
Despertaban al unísono, recibiendo cada una esa mirada que les hacía ver que
maravillosa era la vida, cuantas cosas tenían por las que luchar...
E: Hola...
M: Hola...
E:... (se abrazaba aun más si se podía)... El desayuno se ha enfriado
M: No importa... yo he desayunado de la mejor manera
E: Jajaja la verdad es que sí... pero ¡esta manera no veas el hambre que da!
M: Jajaja cariño... tú siempre tienes hambre
E:... Sí hambre de muchas cosas... (se escondía en su cuello y empezaba a besarlo
provocando a la pediatra)...
M: ¿Más?
E:... Hay que aprovechar que vamos a estar tres días en castidad obligatoria cariño
M: Jajajajaja pero ¡¡¡en que te he convertido!!!
E: Jajajaj ¡¡calla!! que tengo hambre
Pasaron ese día haciendo lo mismo auque con un alto en el camino para comer ya que
necesitaban recuperar fuerzas. Cenaron y se acostaron para esta vez dormir para que la
pediatra estuviera en plenas facultades para las jornadas
E: Desayunar
M: ¡Solo faltaría eso! ¡Cómo desayunas conmigo con nadie más! ¡Me oyes! ¡Con nadie!
Ajajajaja
E: Ni se me ocurriría jajajaja
M: Bueno cariño que voy a coger el taxi y me voy al hotel que no voy a poder ni
sentarme, llegaré con el tiempo justo
E: Vale... cuando puedas me llamas otra vez
M: Eso está hecho
E: Hasta luego cariño
M: Hasta luego preciosa
Mientras Maca estaba en las jornadas Esther se iba con Laura para distraerse un poco,
estaban almorzando en una terracita hablando cuando el móvil de la enfermera sonaba
E: ¿Sí?... ah ¡hola!... no... no te preocupes... mmm ¿esta tarde?... pues no sé... ya pero...
sí... sí... luego te mando un sms... ¿a este?... sí... venga vale... chao...
L: ¿Quién era?
E: No te lo vas a creer
L: ¿Quién?
E: El otro día me vio entrar en el hospital y entró a saludarme
L: Coño Esther... ¿Quién?
E: Juan
L: ¿Juan?... (poniendo cara de sorprendida)... ¿y que quiere el señor “sin ataduras”?
E: Tomar café
L: ¿Vas a ir?
E: Pues la verdad no lo sé... en realidad acabamos bien... no sé... no tendría nada de malo
¿no?
L: No... no tiene por que... ¿lo sabe Maca?
E: Sí... estaba conmigo cuando nos vimos
L: ¿Y que dice?
E: Nada... ¿Qué va a decir?... solo vamos a tomar café
L: Ya cielo... pero no sé... es un ex... puede no sentarle bien
E: Ya... pero vamos que luego cuando hablé con ella se lo digo y si no quiere no voy... (le
volvía a sonar el móvil)... hablando de la reina de Roma... ¡hola cariño!
M: Mmm que gusto que te reciban así jajaja
E: ¿Qué haces? Es pronto todavía ¿no?
M: Sí... nos han dado un descansillo... pero corto... y como no he hablado con nadie
aun... pues con quien mejor que con mi reina
E: No entiendo como eres así te antisociable cuando quieres jajaja
M: Estoy aquí contra mi voluntad así que...
E: Aaaiiiss... oye cariño una cosa
M: Dime
E: Me ha llamado Juan
M: Aahhh ¿y?
E: Que si tomábamos café hoy
M: Que oportuno el chico... parece que ha olido que no estaba
E: Si no quieres no voy eh...
M: No, no, claro que vas... si ya te dije que no tenía ningún problema, de ti me fío... de
ti... pero de él... además... que es solo un café... a lo mejor otra cosa... pues si me
importaría
El tiempo me dio la razón 86
Esther mandó un mensaje a Juan para decirle que si podría quedar esa tarde,
seguidamente le mandó otro a Maca para hacérselo saber y pidiéndole que cuando
acabase la llamara fuera la hora que fuera
Quedó con él en una cafetería a la que solían ir cuando salían juntos, fue hasta allí en
metro y llegaba un poco tarde
Cuando atravesó la puerta buscó con la mirada para ver donde se encontraba, lo divisó
sentado en una mesa del fondo
E: Perdona... (se acercaba para darle dos besos)... me ha sido imposible llegar antes
Juan: Tranquila... ¿qué te pido?
E: Un café con leche gracias
Juan: Vengo ahora mismo... (se dirigió hasta la barra y volvió con los cafés)... aquí
tienes
E: Gracias
Juan: Bueno... y ¿cuándo empiezas a trabajar?
E: Uuufff pues en menos de un mes... estaba deseando
Juan: Jajajaja poca gente diría algo así
E: Es que llevo ya muchos meses sin trabajar y lo voy necesitando
Juan: Te debe encantar tu trabajo
E: Así es... me encanta donde trabajo y lo que hago
Juan: Me alegro mucho por ti
E: Bueno... pero di tú algo que solo hablamos de mí
Juan: Buaa mi vida sigue siendo la misma... con la diferencia de que ahora trabajo más
E: Pero eso es bueno
Juan: Sí... no me quejo
E: ¿Y de amores como andamos?
Juan: Mejor solo que mal acompañado jajaja
E: Hombre... tampoco es eso... (en ese momento le sonaba el móvil)... perdona...
(descolgaba)... ¡¡hola cariño!!... sí... con Juan tomando café... ¿tú que tal?... bueno...
paciencia cielo... ya... sí cenaré con Laura... me llamas ¿vale?... Sí... y yo a ti... hasta
luego...
El tiempo me dio la razón 87
Estuvieron hablando durante un buen rato, poniéndose al día de sus respectivas vidas, a
Esther le parecía que aquello estaba bien, en su momento quiso mucho a aquella persona
que tenía enfrente, y ahora lo podía considerar como un amigo...
Se fue para el hospital a recoger a Laura para ir a cenar, ya que Javi tenía guardia esa
noche y hacía tiempo que no hacían una de esas cenas principalmente acompañadas de
una gran charla
E:... (entraba por la puerta de urgencia y veía a Laura hablando con Teresa)... Ya estoy
aquí
L: ¡Ya está bien! Que llevo aquí quince minutos
T: ¡Ni que te aburrieras conmigo hija!
L: No Teresa, si yo lo digo por ti, que seguro que tienes mil cosas que hacer... (mirando a
Esther quien intentaba no reírse)...
T: Claro, claro
E: Bueno niña vámonos que se nos pega el tiempo
L: Hasta mañana Teresa
E: Hasta luego
T: ¡Adiós chicas!
Se fueron hasta el restaurante en el coche de Laura y mientras que el camarero les llevaba
las cartas empezaron a hablar
Cenaron tranquilamente hablando cada una de sus cosas y recordando otras tantas,
llegado el momento del café, el móvil de Esther sonó haciendo que una sonrisa se
plasmara en su cara
E: ¡Cariño!
M: Hola preciosa... ¿qué haces?
E: Aquí con Laura, acabamos de terminar de cenar, estamos en el café
M: Lo que me gustaría estar ahí y no aquí... (con tono triste)
E: ¡Eh! Pero que ya ha pasado la mitad solo te queda mañana... ¿al final vienes lunes o
mañana?
M: ¡Mañana! Jajajajaj
E: ¿Pero llegaras tarde no?
M: De madrugada
E: Bueno pues piensa que cuando llegues estaré esperándote... (empezaba a reírse por las
caras que ponía Laura)
M: Me encanta la idea... ¿oye, de que te ríes?
E: Jajaja de las caras de Laura
M: Jajajaj bueno pues os dejo terminar... cuando llegues a casa me avisas ¿vale?
E: Claro mi amor, intenta dormir ¡eh! ¡Que nos conocemos!
M: Sí mama...
E: Venga cariño descansa... hasta mañana
M: Hasta mañana... te quiero
E: Y yo a ti...
L: Hay que ver que pegajosa te pones por dios jajaja
E: Pues calla ¡que tuú con Javi eras igual!
Cuado acabaron se fueron para el piso y el domingo amaneció, Maca llamaba a Esther
cada vez que podía, se le hizo más aburrido de lo que ella pensaba, aquello estaba lleno
de pediatras viejos contando historias de cómo eran los otros tiempos y como se tuvieron
que sacar las castañas del fuego sin tanta maquina moderna de hoy en día
En cuanto acabo se fue en el primer avión que hubo, llegó entrada la madrugada, solo
pensaba en llegar a su casa, llegar hasta esa cama en la que la esperaba Esther
Introdujo las llaves sin hacer ruido, no quería despertar a la enfermera, era bastante tarde
Dejó la maleta en el salón y se dirigió hasta la habitación, se asomó por la puerta y vio
como Esther estaba en su lado de la cama abrazando la almohada, se fue hasta su lado, se
despojó de la ropa y se metió en la cama, la enfermera notó el peso de la pediatra y se
giro para abrazarla...
M: Un poquito...
E: Bueno pues a dormir... (dándole un beso en el hombro)...
M: Sí... buenas noches preciosa
E: Buenas noches
Por la mañana mientras desayunaban hablaban de cómo había pasado cada una su fin de
semana
Dieron por zanjado el tema, no querían que aquel dichoso asunto les trastornara el día
después de haber estado dos días sin verse
El timbre sonaba para que una Esther se levantase ya que era ella la que estaba recostada
encima de la pediatra
E: Hola capuyina
Natalia: Yo también te quiero... (dándole un beso a su hermana)... hola cuñada
M: ¿Y desde cuando me llamas tú así?
El tiempo me dio la razón 90
Terminaba de ver la película y mientras recogían todo lo que habían llevado al salón para
picotear mientras, comentaban la película
Llegó el primer día de trabajo para Esther, estaba nerviosa, iba de un lado a otro
poniendo más nerviosa a Maca, que estaba preparando el desayuno...
Llegaron puntuales y saludaron a una Teresa más que contenta por la vuelta de la
enfermera
La mañana pasaba rápida, y Maca no tenía noticias de Esther, llevaba un rato esperando,
así que decidió ir a tomarse ella un café, empezaba a necesitarlo
Tras ese día, todo iba sobre ruedas, ni ellas mismas se imaginaban hasta que punto
Llevaban más de dos años juntas y apenas habían tenido alguna discusión, pero no les
duraba ni unas horas. La Navidad había llegado y decidieron ir de compras para comprar
los adornos y los regalos familiares
No podían ir más cargadas, estaban a pocos metros del coche cuando pasaron por una
tienda de artículos de bebe, Maca seguía hasta el coche pero Esther se quedaba embobada
ante aquel escaparate
M: ¡¡Esther!! Venga vamos que quieren usar el sitio... (metiendo las bolsas en el
maletero)... ¡¡Esther!!
E: ¿Eh?... ¡¡sí!!... ya voy
El tiempo me dio la razón 92
Estaban en casa adornando el árbol, la insistencia de hacerlo las dos juntas había hecho
que lo hubieran aplazado varias veces, así que cuando pudieron la pediatra no tuvo
escapatoria
E: Maca ven... (la pediatra se acercaba y ella le ponía una alrededor del cuello)... que
guapa estas... (dándole un beso)...
M: ¿Y sin esto no lo estoy o que?...
E: Mmmm... (acercándose para quedar su cara a pocos centímetros)... tú estás guapa con
todo y sin nada...
M: Jajajajaja hay que ver que bien te sienta la navidad ¡eh!
E: Simplemente me gusta, como a la gran parte de la gente
M: A mí lo único que me gusta de la Navidad eres tú... (dándole un beso en la nariz)...
E: Venga Maca pon la estrella que yo no llego ni con la silla
M: Ajajajaja ahiii mi niña pequeña
E:... (dándole en el brazo)... ¡Oye! menos guasa y ponla
M: ¡Voy! ¡Voy!... (se subía a un pequeño taburete y colocaba la estrella con las
indicaciones de Esther)... ¿aquí?
E: Sí
M: ¿Segura?... mira que la dejo como está ¡eh!
E: ¡Que sí Maca!
M: Vale... (se baja y abraza a Esther por la espalda para poder mirar las dos aquel árbol
que hacía que la enfermera viviera con tanta ilusión la Navidad)... ¿te gusta?
E: Me encanta
Era el viernes antes de noche buena, estaban en el sofá viendo la televisión, como en
otras tantas ocasiones, la pediatra estaba recostada sobre las piernas de la enfermera, se
prodigaban caricias lentamente, y algún que otro beso
E: Maca...
M: Hum...
E: ¿Te has planteado tener hijos?
M:... (se incorporaba para quedar frente a la enfermera)... ¿Cómo?
E: Bueno... que... yo lo he estado pensando... la verdad que no sé porque
M: ¿Me estás hablando enserio?
E: ... (empezando a enfadarse un poco)... ¿Tengo cara de guasa?... (levantándose del
sofá)... simplemente dime que no y se acaba la conversación no hace falta que ponga esa
cara...
M: Vamos a ver Esther... (se frotaba la cara con las manos)... yo no estoy poniendo
ninguna cara... no... no esperaba eso, simplemente me ha venido de improviso...
Un silencio inundó la casa, la pediatra con las manos en la frente miraba al suelo y la
enfermera que aun estaba de pie la miraba sin decir una palabra
Maca escuchó como unos pasos de Esther se dirigían hacía la puerta y la cerraba tras de
si
Tras escuchar aquello se recostó sobre el sofá en el que minutos antes estaban tan bien,
no sabía porque le había sentado tan mal aquello a la enfermera, no había podido
El tiempo me dio la razón 93
reaccionar de otra forma, le había sorprendido mucho esa pregunta, mentiría si dijera que
nunca había pensado en ello, pero era simplemente eso, un pensamiento
Pasaban las horas y la enfermera no aparecía, Maca estaba histérica, había llamado a todo
el mundo preguntando por ella, ya no sabía que hacer, deambulaba por la casa
Se preparo una tila y se sentó en la cocina con la idea de salir a buscarla, pero no sabía ni
por donde empezar
Dentro de aquel pensamiento escuchó las llaves en la puerta y se dirigió corriendo hasta
allí...
M: ¡¡¡Esther!!!... ¿pero dónde has estado?... (se abrazaba a la enfermera)... me has tenido
preocupada...
E: Lo siento... estaba paseando... (se iba hacía el salón y se sentaba en el sofá como si no
hubiese pasado nada)...
M: Esther...
E: No Maca, da igual... dejémoslo
M: No lo vamos a dejar
E: Ya me ha quedado claro, así que no hay nada que hablar
M: ¡Quieres dejar de hablar así! ¡Lo vamos a hablar y punto!
E: ¡¡¿Quieres hablar?!! ¡¡Hablemos!! ¡¡Como quieres que me sienta si te pregunto algo
de lo que yo nunca, me oyes NUNCA, hablaría en algún termino que no fuese serio, por
que es muy serio, tener un hijo con la persona que quiero pasar el resto de mi vida!!
¡¡¿Cómo me tengo que sentir si esa persona parece que no quiere lo mismo?!!... (en ese
momento se derrumbó ante unas lágrimas que se peleaban por salir de sus ojos)...
M: ... (la estrechó entre sus brazos mientras la mecía para no llorar ella también)... Esther
mírame...
E: No Maca...
M: Por favor... (la enfermera levantaba su cara del pecho de la pediatra)... yo no he dicho
que no quiera lo mismo que tú... simplemente me ha sorprendido que hablases de eso
así... de repente... y tampoco sabía que...
E: No es que lleve pensando esto cada día Maca... pero el otro día... no se me dio por
pensar y me creció una sensación de querer tener un hijo... un hijo contigo... que una
personita crezca con nuestro cariño
M: La verdad que tiene que ser maravilloso
E: ¿De verdad lo crees?
M: Mmmm ¿una personita como tú corriendo por la casa?...
E: ... (solo pudo sonreír ante aquel comentario)... ¿Entonces?
M: Que te quiero mucho mi vida... y no hay nada que me hiciera más feliz que tener un
hijo contigo
E: ... (se echaba encima de Maca abrazándola y besándola)... Gracias
La noche vieja la pasaron con la familia de Maca en Jerez, Esther ya había ido en más de
una ocasión, pero aquello era distinto, iban oficialmente como pareja y los nervios
afloraban en la enfermera
Llegaban hasta la gran puerta de la casa tocando el timbre para que abrieran la gran verja
Entraban con la maleta en una casa que aun en las fechas que se encontraban estaba en
silencio, lo normal de aquellas fiestas era tener a la familia a todas horas riendo y
comiendo aprovechando las vacaciones, pero lo normal no tenía cavidad en aquella casa,
pocas cosas eran normales allí
Maca no recordaba unas Navidades como las que pensaba pasar ese año, siempre tenían
algún viaje por el que estar separados y tenerse que felicitar el año con ese amigo tan frió
que era el teléfono, y algún año ni eso
Rosario: ¡¡Hija!!... (se acercaba hasta ella para darle un abrazo al que Maca no supo muy
bien como responder)...
M: Hola mama...
Rosario: ¿Y Esther?
M: Entra enseguida, terminaba de hablar con Carmen... (en ese mismo instante tocaba la
puerta pidiendo paso para entrar)
E: ¿Interrumpo?
Rosario: Pasa hija pasa... (se acercaba unos pasos hacía una Esther que aun con los
nervios entraba sonriente)... dame un abrazo
E: ¿Cómo está? Hace tiempo que no nos vemos
Rosario: Pues con los achaques de la edad, pero bien
E: Yo la veo igual de guapa que siempre... (Maca miraba a la enfermera sonriendo, desde
el primer día que entró en esa casa, intentaba ser condescendiente con su madre para
hacerle las cosas fáciles a la pediatra, y realmente lo conseguía)...
Rosario: ¡Tú! Que me miras con buenos ojos... vamos al porche y tomamos un aperitivo
antes de que Carmen sirva la comida...
El tiempo me dio la razón 95
M: Sí... será lo mejor... (se acercaba hasta su novia y le ofrecía su mano para ir juntas
hasta aquel aperitivo que sabían tendrían la conversación de su noviazgo)...
Llegaron hasta un trozo de jardín techado en el que hacía una gran mesa acondicionada
para el almuerzo, Rosario se sentó en uno de los lados presidiendo ese almuerzo y la
pareja se sentó a su derecha aun Agarrándose de la mano...
Esther estaba en una situación parecida pero intentaba comprender a Rosario, Maca no
daba la oportunidad a su madre para que excusase su reacción, miraba a la pediatra quien
jugaba con un dedo de la enfermera y miraba a Rosario quien jugaba con la puntilla de
los bajos del mantel
Rosario: Bueno... cuando me decías que estabas con alguien... siempre me podía la idea
de que aquellas personas estaban contigo por interés... tú siempre has sido muy ingenua
Maca
M:... Ppuufff...
Rosario: Déjame continuar... cuando me contaste que tú y Esther... bueno... a Esther ya
la conocía, y desde un primer momento supe que era una bellísima persona, y tengo la
seguridad de que si está contigo, es por que te quiere... así que me ha ayudado a querer
comprender... que ya es un gran paso... ¿no crees hija?
M:... (empezaba a emocionarse pero no quería desbancar su imagen delante de su
madre)... Sí mama... gracias
Rosario: No las merezco... te he causado sufrimiento mucho tiempo... y una madre no
hace eso con sus hijos...
M:... (se levanto de su asiento para acerarse hasta su madre y darle un beso en la
mejilla)... Yo te lo agradezco, de verdad
Rosario:... Bueno... vamos a ver que hacen estas dos ¿Vale?
M: Sí vamos...
Justo un rato antes de comer entraban por la puerta de aquella casa el Sr. Wilson con su
hijo pequeño, este entro gritando llamando a su hermana cosa que su padre le recriminó,
pero era un niño de diecisiete años así que tampoco podía recriminarle tanto
Fran: ¡¡¡Macaaaaaaa!!!
M: ¿Qué pasa que no puedes buscarme mengajo?... (se paraba seria ante su hermano
quien se quedó paralizado al verla, esta no pudo más que quitar esa expresión y regalarle
una sonrisa a su hermano pequeño, ese que la tenía en un pedestal y siempre la trataba de
una manera que a ella le encogía en corazón)... ¡ven aquí anda!
Fran: ... (corría hasta su hermana y la abrazaba)... ¡¡Te echaba de menos!!
M: ¡¡Y yo a ti fiera!!...
Fran: Hola Esther... (le daba un beso en la mejilla)... hola mama
E: Hola Fran... (removiéndole el pelo en señal de saludo)...
Rosario: ¿Y para mi no hay beso?
Fran: Aaiisss mama si a ti te vi esta mañana
Pedro: ¡Dale un beso tu madre Francisco!
Fran: Uuufff... (se lo dio con cara de pocos amigos)...
M: Hola papá... (le daba un abrazo a su padre)
Pedro: Hola hija... ¿cómo estás?
M: Bien... no me puedo quejar... (miró a la enfermera quien estaba a un lado comentando
algo con su hermano)...
Pedro: Hola Esther
E: Hola Sr. Wilson... (dándole dos besos)...
Pedro: Hija llámame Pedro... que ya tengo bastante con sentirme yo mismo viejo
E: Perdone, Pedro
El tiempo me dio la razón 97
Pasaron un el día bastante bien, a media tarde llego Jerónimo acompañado por una chica,
y luego comenzó llegando el resto de la gran familia Wilson. Cenaron con más de un
niño remoloneando por el gran salón, tomaron las uvas entre risas y bromas, aquel año
indiscutiblemente Maca se sentía en familia, con su familia, estaba realmente feliz
El primer día de aquel año tan especial para ella amanecía tras unos cristales
descubriendo a dos personas abrazadas, durmiendo, viviendo un sueño del que no
pensaban nunca salir...
Tardaron poco y arreglarse y recoger las cosas, no querían llegar tarde para poder comer
con Encarna y con Natalia, se despidieron de su familia quien prometió hacerles una
visita en corto tiempo
El camino fue tranquilo, Esther se quedó dormida y Maca escuchaba música sin perder
de vista la carretera
La Navidad pasó pero no dijeron nada sobre aquella decisión que habían tomado días
antes, quedaron en que cuando acabase la Navidad irían a la clínica para prepararlo todo
y cuando finalmente estuvieran embarazadas comunicarían la buena nueva
E: Buenos días...
M: Hola... ¿nerviosa?
E: Mmmm un poco
M: Bueno... pero tú tranquila por que saldrá todo bien y seguro que pronto lo
conseguimos
E: ¿Y si no soy buena madre?
M: Mmm lo dudo... eres la mejor persona que he conocido en la vida, serás igual o
incluso mejor siendo madre...
E: Seremos... buenas madres...
M: Sí...
El tiempo me dio la razón 98
Llegaron a la clínica y tras hablar con la doctora fueron hasta la habitación para que
Esther se pusiera la bata
La enfermera entraba llamando a Esther, quien se despedía de Maca con otro beso y
dejaba allí a la pediatra nerviosa, aunque hiciera lo posible por que ella no lo estuviera
Hacía dos semanas que le habían hecho la segunda intervención, Esther estaba cada día
más nerviosa, había comprado tantas pruebas de embarazo que habían perdido la cuenta,
Maca estaba preocupada por Esther ya que en la primera no tuvieron suerte y esta no
hacía otra cosa que evitar a la pediatra
Maca estaba en pediatría cuando Teresa la llamó al busca, y bajó a recepción para ver si
la necesitaban
Salió corriendo como alma que lleva el diablo, cuando entró y se dirigió hasta el servicio
vio a Laura sentada en el suelo intentando convencer a la enfermera de que abriese la
puerta
Los días pasaban y parecía que la enfermera estaba peor, Maca intentaba animarla pero
era en vano...
Estaban distantes, solo hablaban por cosas del trabajo y la pediatra no sabía que hacer
para que Esther recuperase el ánimo
Estaban como uno de tantos días atrás, no se dirigían una palabra si no era necesario por
causa del trabajo, Esther entraba en la cafetería algo cansada, estaba doblando turno por
no estar en casa y eso Maca lo sabía
Entró con mala cara, Laura estaba sentada sola en una mesa del fondo y la avisó para que
fuese con ella
E: Hola
L: Vaya cara traes...
E: Pues la que tengo... (con tono borde)...
L: Conmigo no la pagues
E: Perdona... es que ya no sé ni cuantas horas estoy aquí y encima... bueno da igual
L: ¿Has ido a ver a Maca?
E: Pues no... ¿Tengo por que hacerlo?
L: ¡Esther! ¿¡¡Es que no te has enterado!!?
E: Enterarme de que Laura
L: El familiar de un paciente estando en una discusión por llevarse al chaval o no, le ha
dado un golpe en la cara Maca
E: ¿Pero cuando? ¿Dónde está?
L: Fue hace un rato... está con Cruz en cortinas
Se fue corriendo hasta allí, no se había enterado de nada, pero tampoco entendía porque
la pediatra no hizo por que la avisaran...
E:... Pero... ¿qué ha pasado?... ¿estás bien?... (Cruz estaba mirando el golpe de Maca)...
C: Tranquila Esther... ha sido un golpe doloroso, pero sin importancia... un poco de hielo
y arreglado
E: ¿Por qué no me has avisado?
M: ¿Ahora te preocupas por mí?
E: Maca por favor... no me seas cría
M: Actuó tal y como lo haces tú
E: No entiendes nada...
M: O eso es lo que a ti te parece
C: Bueno esto ya está... me voy para que habléis tranquilas
E: No hace falta Cruz, me voy yo... parece que no soy bien recibida... (se fue corriendo y
con lágrimas en los ojos)
M: ¡Esther!... ¡mierda!
C: Solo se ha preocupado por ti Maca...
M: Lo sé... ¡joder!... es que parece que todo lo hago mal... no sé ni cuanto tiempo hace
que no comemos juntas, y encima dobla turnos para no dormir en casa cuando lo hago
yo...
C: Pasáis por una mala racha eso es todo...
A la semana siguiente todo seguía igual, finalmente Esther había ido sola a la clínica, y
tan siquiera le había comentado nada de cómo había salido, la esquivaba a toda costa,
estaba incluso peor...
Andaba por los pasillos pensando en todo aquello cuando escucho la voz de la enfermera
en el despacho de Cruz, parecía que lloraba, no entendía mucho pero se paró en seco para
poder escuchar algo
No quiso escuchar más, salió corriendo de allí y se encerró en su despacho, lloraba como
nunca lo había hecho, solo recordaba las frases que le había escuchado a la enfermera
¿Había dejado de quererla? La verdad es que eso aclararía muchas cosas, decidió que
tendría que ser la enfermera quien sacase el tema, y si no lo hacía, sería ella quien
terminase con esa situación
El tiempo me dio la razón 101
Cada día era una pelea, pero iban a mayor, hasta un punto en que Maca no se acostaba en
el que era su dormitorio, se tiraba la noche en vela sin hacer nada, solo mirando a un
punto muerto, intentado dejar su mente en blanco pero sin poder conseguirlo
E: Maca...
M:...
E: Me voy al piso con Laura
M:...
E: ¿No me piensas decir nada?
M:...
E: No sé porque estamos así... pero... bueno si quieres hablar ya sabes donde estoy...
necesitamos pensar y a ti parece que te resulta más fácil estando lejos de mí... (cerró la
puerta tras de si muy despacio, con la esperanza de que la pediatra la llamase, pero no fue
así)...
M: Adiós Esther... (fue un susurro que hizo salir toda su angustia, toda esa rabia)...
Al día siguiente Esther llegaba al hospital con unos ojos que gritaban a los cuatro vientos
que no había sido cerrados en mucho tiempo
Pasaban las horas y Maca no aparecía por allí, quería hablar con ella, intentar hacerlo...
Cuando terminaba su turno se dirigió hasta el despacho de Cruz para hablar con ella
Estuvo un rato observando aquel sobre que llevaba su nombre y que sin ninguna duda le
partiría el corazón
Respiró hondo y lo abrió, era una carta escrita por Maca, cerró los ojos un segundo y se
dispuso a leerla
Hola mi amor...
La verdad que no sé por que de todo esto... no sé que nos ha llevado a estar como
estamos... y lo que más me duele es pensar que no he hecho suficiente para que me
quisieras... para que no dejases de quererme...
Tengo la sensación de que te estorbo y no sabes como decírmelo, esto me duele tanto que
no sé ni que decir...
Como te habrá dicho Cruz... me voy... no hay nada que me ate aquí que no seas tú, y...
verte me dolería aun más
Estos años han sido los más felices de mi vida, espero que no lo dudes, y intento creer
que para ti también...
Te quiero muchísimo Esther, más de lo que quise nunca a nadie, y estoy segura que este
amor por ti no morirá nunca, por que tú haces que esté viva
Te deseo lo mejor para que seas feliz con la persona que elijas y te merezca. Me voy por
que necesito pensar y amoldar mi vida sin ti... y trabajar contigo sería cavar mi propia
tumba... como te habrán dicho he pedido una excedencia, a lo mejor parece mucho
tiempo, pero en cambio para mí, eso no es suficiente para aprender a vivir sin ti. Un día
alguien hizo que te cruzaras en mi vida, primero como amiga y luego... luego te
convertiste en la persona más importante de mi vida. Sé feliz Esther... sé todo lo feliz que
no has podido ser conmigo
Te quiere... Maca
Terminó de leer aquellas letras con la sensación de que todo aquello era una pesadilla,
como podía decir aquello, ¡la quería!, ¿cómo podía dudarlo?
Intentaba recordar algo que pudiese hacer que la pediatra pensara aquello
Entre aquellos pensamientos notó que sus fuerzas se iban alejando de ella, la carta cayó
de sus manos, la observó caer, y sintió como su vida caía de la misma manera en un vacío
que la pediatra provocaba con su marcha
Sus ojos se cerraron haciendo ver que su cuerpo no soportaba todo aquello. Pasaban ante
ella cada una de las imágenes junto a Maca, recordó como la conoció, como llegaron a
ser amigas, como se adentró poco a poco en su corazón sin ni siquiera darse cuenta. De
sus ojos caían lágrimas, lágrimas amargas, era todo el dolor de su corazón, y este
tampoco lo soportaba, en un intento lo convirtió en llanto y quemaban los ojos de Esther,
todo su cuerpo era una esencia de dolor y amargura...
Cuando despertó se sintió triste sin saber la razón, fue recordando y mirando donde se
encontraba, los recuerdos volvían a ella, la conversación con Cruz, las letras de aquella
carta...
E: ¿Dónde estoy?
En: ¡Hija! ¿Cómo te encuentras?
E: Cansada
En: Voy a llamar a Cruz
Maca estaba en aquella casa que la había resguardado en estos años en Jerez, preparando
la maleta mientras Ana le contaba las ideas que había tenido para la clínica que quería
montar en Madrid
El tiempo me dio la razón 104
En Madrid Esther llegaba al hospital corriendo pues llegaba tarde para no variar
E: ¡Perdón! ¡Perdón!
T: Vilches lleva preguntando por ti un buen rato
E: Uuuufff voy para dentro
A media tarde pasaba por el despacho de Cruz para ver si se tomaba un café con ella,
desde que Maca se fuese, habían estrechado su amistad, hasta el punto en el que Cruz era
la confidente de todo lo que había pasado la enfermera en todo este tiempo
Ya en la cafetería Esther se sentaba en una mesa mientras Cruz iba a por los cafés
Aquel nombre hizo que ambas dejaran de reír al unísono y se giraran para ver a la dueña
de aquel nombre
M: Hola...
T: ¡¡Hija!! ¡Cuánto tiempo!
M: Sí Teresa mucho tiempo... (sus ojos se cruzaron con los de la enfermera desde el
momento en el que se giró, y aun seguían ahí, estaba realmente preciosa, más que en sus
recuerdos)... hola Cruz... hola... Esther
C: ¡¡Hola Maca!! ¡Pero dame dos besos mujer!... (dándole dos besos)... hola ¿tú eres?
Ana: Hola... soy Ana, una amiga de Maca
C: Encantada
M: ¿No me dices nada?... (por mucha gente que hubiera allí, las voces se apagaban
cuando aquellas dos miradas se fundían en una)...
E: Hola Maca, se te ve bien
M: A ti también
E: Hola, yo soy Esther... (dándole dos besos a Ana)... mucho gusto
Ana: Igualmente
E: Bueno... pues yo me tengo que ir, que Vilches me espera... me alegro de que estés bien
Maca...
M: Sí... hasta luego
E: Hasta luego
C: ¿Vienes a hablar con Dávila?
M: Sí, ¿está en su despacho?
T: Sí, ahora mismo te lo llamo
M: Gracias Teresa
Después de hablar con Dávila y dejarlo todo arreglado se fue con Ana hasta la que fue su
casa
Ana: ¿Me vas a decir que has hablado con Dávila?... (hablaban mientras preparaban la
cena)
M: Lo siento Ana pero no le puedo hacer eso al hospital, dice que no ha contratado a
nadie para que no me quedase sin trabajo y no me puedo ir ahora
Ana: Está bien... si no pasa nada... (se hizo un silencio y Ana supuso que la pediatra
recordaba el encuentro en el hospital)... es guapa
M: ¿Quién?
Ana: Esther
M: Está diferente
Ana: ¿Diferente en que sentido?
M: No sé... mira de una forma distinta, está realmente preciosa
Ana: Yo creo que aun te quiere
M: Y eso lo has deducido de 3 minutos estando con ella
Ana: No Maca, lo he deducido al observar como en esos tres minutos no habéis dejado
de miraros ni un segundo
M: Si no me quería cuando me fui dudo mucho que me quiera ahora
Ana: Pero eso es lo que dijiste tú, no le diste oportunidad a defenderse
M: Vamos a dejarlo estar ¿vale?
Ana: Está bien... perdona... ¿cuándo empiezas?
El tiempo me dio la razón 106
M: Pasado mañana
Ana: ¿Tan pronto?
M: Y para que esperar más
E: “Que guapa está... ¿y quien será esa Ana?... seguramente estén juntas... pero mira
que está guapa... está más delgada... pero se la veía bien”
C: ¿Se puede?
E: Sí pasa
C: ¿Cómo estás?
E: Bien gracias
C: ¿Segura?
E: Sí... me ha chocado verla, por un momento parecía que no hubiese pasado el tiempo...
pero bueno...
C: Si necesitas hablar
E: Lo sé... pero estoy bien, tranquila, debo estarlo por Irene y por mí...
C: ¿Le vas a decir que ahora estáis las dos?
E: Sí... cuando tenga oportunidad
C: Bueno... ¿te acerco a casa y ya me la enseñas en condiciones?
E: Claro...
La mañana de la reincorporación de Maca llegó, entró por urgencias con una sonrisa por
verse de nuevo allí
Entró en la cafetería por que no, con la esperanza de que ella estuviera allí, la buscó con
la mirada pero no la encontró, la que si vio fue a Cruz que estaba sola en una mesa con
algunos papeles, se sirvió un café y se fue hasta ella
M: ¿Puedo?
C: ¡¡Hombre!! ¡Claro siéntate!
M: ¿Tan temprano y ya estás así?
C: Sí hija, ser directora de urgencias es más laborioso
M: Algo me dijo Dávila... enhorabuena
C: Gracias... bueno, ¿y como estás? ¿empiezas hoy no?
M: Sí, la verdad es que estoy un poco nerviosa...
C: Tú tranquila, ¡qué esto es como montar en bici!
M: Jajaja si... si por eso no es
C: Esther
M: Sí... ¿es feliz?
C: Ahora sí... lo paso mal... pero... ahora está mucho mejor
M: Me alegro por ella, al final era lo que tenía que ser
C: ¿El que?
El tiempo me dio la razón 107
Esther estaba en boxes con un niño que llegó con una torcedura de tobillo esperando que
llegase el médico
E: ¿Cómo te llamas?
Niño: Pablo
E: ¡Que nombre más bonito!... ¿y como te has caído pablo?
Pablo: Pues estaba con mi amigo Dani en un árbol intentando coger la pelota y me caí
E: Aaahhh ¿y no es difícil trepar un árbol?
Pablo: Sí, si no sabes hacerlo, yo ya estoy acostumbrado
E: Pues vas a estar un tiempo sin poder hacerlo ¡eh!
M: Ya estoy aquí... (mirando en aquel momento a Esther quien estaba sonriendo ante las
ocurrencias del niño)... hola
E: Hola
M: Bueno... ¿qué tenemos aquí?
E: Se llama Pablo y se ha caído de un árbol intentando coger su pelota ¿verdad?
Pablo: Sí
M: ¡Anda! ¡Que tenemos aquí un Tarzan!
El tiempo me dio la razón 108
Pablo: Ajajaja
M: Bueno pues... le vamos a hacer unas placas Esther... no creo que lo tenga roto, pero
para descartar
E: Está bien, a ver Pablo te vas a sentar en esta silla y te voy a llevar a hacerte una foto
¿vale?
Pablo: ¿una foto?
E: Sí jajaja ya verás que guapo
No coincidieron más ese día, se veían por los pasillos pero no encontraban la forma de
hablar, llegó el viernes, la pediatra se dirigía a la cafetería y vio como Esther también
entraba sola, tuvo la idea de no hacerlo pero pensó que no había que dejar pasar más
tiempo
Llegó el sábado y con él la fiesta, Esther estaba terminando de preparar las cosas en el
jardín, la verdad es que la casa era espectacular, le había costado mucho conseguirla pero
quería lo mejor para ella y su princesa
Poco a poco la gente iba llegando y con ellos las risas y las primeras impresiones acerca
de aquella casa
El timbre sonaba
C: Ya voy yo tranquila
E: Gracias... (la cirujana se marchaba)... oye Teresa... ¿y Rusti ha llamado o algo?
T: Sí, hace unos días, dice que le va todo genial y que no puede estar mejor
E: Cuanto me alegro por él
C: ¡¡Pues ya están aquí los extraviados!!
V: ¡Joder Esther! ¡¡Cómo para venir de noche!!
El tiempo me dio la razón 110
E: Jajajaj no me seas exagerado anda... (viendo que llevaba a la niña en los brazos)...
¡pero mira quien esta aquí!... (acercándose hasta ella)... hola preciosa...
C: ¡Las otras rezagadas!
M y Ana: Buenas noches
E: Hola, ¿os ha costado llegar con mister “alonso” delante?
M: No la verdad que no es muy difícil
E: ¿Ves Vilches??... poneros cómodas
Se sentaron a la mesa con sus demás compañeros, Ana había hecho buenas migas con
Héctor y Maca reía las gracias de un Vilches que se estaba cebando con Teresa
H: ¡Che Esther! ¿por donde para Irene?... (en ese momento la pediatra desvió su mirada
hacía la enfermera)...
E: Pues descansando pero enseguida vendrá... (se levantó y se acercó hasta la pediatra)...
Maca
M: Dime
E: ¿Vienes y te enseño la casa?
M: Claro
T: Yo también voy
C: ¡No!... (el grito hizo que todos desviaran su mirada hacía ella)
T: ¿Cómo que no?
C: Eh... ¡qué me tenías que contar eso Teresa! No me puedes dejar con la intriga
T: ¿Contarte el que?
C: Teresa... además luego te la enseño yo
T: Aaahhh
E: ¿Bueno vamos?
M: Vamos
De camino a su cuarto fue enseñándole por encima la casa, cuando llegaron a la puerta
Esther se detuvo
E:... (noto que la pediatra no le había prestado atención a eso último, o simplemente
estaba tan ensimismada que ni se enteraba)... ¿La quieres coger?
M: La verdad es que estoy un poco nerviosa... no sé si...
E: Tranquila... mira Irene... (la niña se refugiaba en el cuello de su madre)... en realidad
no es tan tímida, estaba durmiendo... Irene cariño... ¿quieres conocer a Maca?... (la niña
sacaba la cabeza de su escondite particular y miraba a la pediatra)...
M: Está muy grande...
E: Sí... cumple dos años en noviembre... mira cariño que Maca te quiere decir hola
M:... (la niña miraba a la pediatra con curiosidad)... Hola preciosa... (unas lágrimas
empezaban a asomar por sus ojos)... es igual que tú... (mirando a la enfermera con una
sonrisa)...
E: Mi madre dice lo mismo... (volviendo a mirar a la niña)... venga cariño que te va a
tomar Maca... acércate,... así... toma
M: Es increíble... (miraba a la niña y a la enfermera sin creérselo todavía)... que guapa es
E: Sí que lo es... Maca yo... bueno... que lo de antes lo he dicho en serio... esta niña es
tanto tuya como mía
M: Esther, yo... tú lo has pasado todo sola y tú y yo...
E: Esto no lo hago para que volvamos Maca
M: Perdona... no... no quería darte a entender eso
E:... (se frotaba la cara con las manos)... El día que me enteré no quise tenerla Maca...
sí... ya sé que parece una locura... pero no quería... por que decidí tener ese bebe
contigo... y tú... tú ya no estabas
M: Yo... lo siento Esther...
E: Espera... decidí tenerla por que pensé que si en ese momento me echaba atrás no
habría valido de nada todo lo que pasamos, lo que te hice pasar... y esta hija es de las dos
Maca, me quede embarazada estando contigo y he criado a esta niña queriéndote y
hablándole de ti todos los días, está harta de ver fotos tuyas... por eso creo que ahora está
tan tranquila... no creas que todo el mundo la coge así... a la primera
M: No sé que decir... (miraba como la niña jugaba con el cuello de su camisa y la miraba
con una sonrisa que le estaba robando el corazón)... hola Irene... ¿te han dicho lo guapa
que eres?... (la niña se reía con las palabras de la pediatra)... sí... por que eres... ¡no
guapa! ¡Guapísima!
E: Vamos abajo que se estarán preguntado donde estamos... (en ese momento la pediatra
fue a devolverle la niña a Esther)... no... llevaba tú
M: Está bien... ¿vamos al jardín peque?... (Maca adelantaba a la enfermera para salir,
Esther miraba emocionada a las dos personas que más quería)
Llegaban hasta el jardín, Esther iba delante de Maca para abrir la puerta ya que esta
llevaba a la niña en brazos
E: Ya estamos aquí
V: No si enseñársela bien si lo habrás hecho, ¡aaauuu!... (Cruz le daba una colleja)...
¿qué?
C: Que te calles Rodolfo
L:... (iba hasta la pediatra que llevaba a la niña en brazos)... ¿Cómo esta la cosa más
bonita de esta casa?... que guapa está Esther... (miraba a la enfermera que estaba apoyada
al lado de la pediatra)...
M: Es preciosa
L: Tiene a quien parecerse
E: No empecéis
El tiempo me dio la razón 112
M: Mira Ana
Ana: Oooiiisss pero que niña tan guapa
Irene: Apa...
Todos: Jajajajja
M: ¡¡Anda!! ¡pero si este bichito también habla!... (la cogía y la levantaba un poco
haciendo que la niña riera con gana)...
Irene: Apa
Ana: Jajajaj mira si ya te ha pillado el truco Maca
M: Siii... es muy lista mi niña...
Cruz miraba a la enfermera que esta en el mismo sitio para visiblemente emocionada
Irene: Ma... (levantado los brazos para llamar a su madre que estaba detrás de la
pediatra)...
M: ¿Te quieres ir con mama?... (la niña asentía)... pues vamos con ella... (se levantaba y
se acercaba hasta la enfermera)...
E: ¿Qué quieres mi vida? ¿tienes hambre?... sí... mi niña tiene hambre... ¿vienes y le
damos de cenar?
M: Claro... (iba detrás de la enfermera siguiéndola hasta la cocina)...
La tarde pasaba tranquilamente, el resto del tiempo que la niña estuvo con ellos fuera lo
hizo en los brazos de la pediatra, a quien se le caía la baba con las cosas de la niña,
Esther no sabía que podía pasar por la cabeza de Maca, pero las veía juntas y era lo que
siempre había deseado, aquella niña había tenido presente a la pediatra cada día de su
vida...
Cuando la enfermera vio que Irene se había dormido en el regazo de Maca le indicó que
la acompañara hasta la habitación para meterla en la cuna
M: ¿Por qué?
E: ¿Cómo que porque?
M: Si no me querías...
E: ¿Cómo?
M: ¿Por que hiciste que siguiera siendo parte de tu vida si no me querías?
E: ¿Y me puedes decir por que coño estás tan segura de eso?... (empezando a
enfadarse)... ¿por qué me echas a mí la culpa Maca? ¡te recuerdo que no fui yo quien se
fue!... ¡¡otra vez!!... (la pediatra escuchó todo lo que la enfermera le decía en absoluto
silencio, pero aquello último sobrepaso su calma, salió llorando de aquella habitación
ante la mirada de una Esther que se arrepentía de haber dicho aquello)... ¡Maca!...
¡¡joder!!
Bajó corriendo hasta el jardín con la esperanza de alcanzarla pero era tarde, la pediatra
estaba hablando con Ana haciendo el amago de irse
Tal y como se habían ido, regresaron junto a sus compañeros, Esther hablaba con Vilches
sin dejar de mirar hacía donde se encontraban Maca y Cruz, cuando estas regresaron, la
El tiempo me dio la razón 115
cirujana le hizo una seña para que se dirigiera con ella a la cocina mientras la pediatra
tomaba asiento junto a Ana
Mientras en la cocina una Esther se ponía más nerviosa aun al contarle Cruz lo que le
había explicado la pediatra
Salieron de nuevo y cada una tomó posiciones ante la mirada de la pediatra que miraba
como Esther hablaba con Teresa aunque estaba ausente
Se empezó a hacer tarde y uno a uno se iban marchando, quedaron Cruz, Vilches, Ana y
Maca
Los cinco fueron hasta la puerta, Vilches salía con la niña que había estado durmiendo en
la habitación de Esther y Cruz hablaba con Ana sobre la clínica que iba a montar en
Madrid, llegaron hasta los coches que estaban aparcados en la puerta
M: Hasta mañana
Ninguna de las dos durmió aquella noche, Esther pensando en que todo lo que había
ocurrido fue por aquella conversación que no tenía nada que ver con la película que Maca
se había montado en la cabeza, se levantó varias veces a ver la niña, se quedaba
mirándola recordando lo que le había costado tener el convencimiento de tenerla, y lo
mucho que se alegraba de haberlo hecho, aquella niña había hecho de ella una mujer feliz
Por otra parte Maca no paraba de darle vueltas a la imagen de Esther con la niña, y
pensando en parte que aquello que la enfermera le ofrecía le hacía ilusión, pero a la vez,
pensando en que aunque la decisión fue tomada por las dos, ella no estuvo cuando la niña
vino al mundo, e imaginó todo lo que tuvo que pasar Esther para tener a aquella preciosa
niña sola. Con todos aquellos pensamientos agolpándose en la cabeza por parte de las
dos, se dejaron llevar por un sueño que les hacía falta para afrontar lo que iba a ser una
dura conversación
Esther llegaba a casa de su madre y le contaba el plan de aquel día, Encarna entendió a su
hija pero le hizo saber del miedo que tenía ante la posibilidad de que la enfermera
sufriera otra decepción
E: Yo te comprendo mama, pero esto es necesario, para ambas, y sobre todo para Irene
En: Te entiendo Esther... pero ten cuidado
E: Claro que sí mama... (se levantó y se agachó junto a la niña que jugaba encima de la
mantita que le había regalado su abuela)... mi niña se va a ir al parque con su abuelita ¿a
qué sí?
Irene: Ita...
E: Sí... con su abuelita... y se va a portar como una señorita por que yo sé que ella es muy
buena... (la niña se recostó en la manta por las cosquillas de su manta)... uuuiii que guapa
que es mi bichito ¡madre!... (en timbre sonaba)... ¿vas tu mama?
En: Claro hija... (la mujer se dirigía hacía la puerta para recibir a la pediatra)... hola
Maca
M: Hola Encarna
El tiempo me dio la razón 117
En: ¡Pero ven que te abrace mujer!... (la pediatra se dejaba abrazar por aquella mujer que
llego a sentir como su propia madre)...
M: La veo bien
En: ¡Ahí andamos hija! Con nuestras cosillas... pero bien... pasa al salón que mi hija está
con la niña
M:... (al entrar por la puerta veía a Esther jugando con la niña)... Hola
E:... (girándose y regalándole una sonrisa)... Pero mira quien esta aquí Irene... Maca...
(cogía en brazos a la niña y se acercaba para darle dos besos a la pediatra)... hola... dile
hola Irene
Irene:... (y con un gesto que hizo con la mano saludo a su manera a la pediatra que no
pudo más que sonreír y con otro gesto indicarle a la enfermera si la podía coger)...
E: Claro... (le daba a la niña)...
M: Hola Irene... ¿me das un besito? ¿Si?... (la pediatra le ofrecía la mejilla haciendo que
la niña le diera un tímido beso)... uuuuiii ¡pero que beso más rico!!
Irene: Iiaaa... (enseñándole un perrito de peluche que llevaba en la mano)...
M: ¡Madre mía! ¡Pero que perrito más bonito! ¿te lo a regalado mama?
Irene: Maaaaa
M: Sí mama
En: Bueno... darme a esta princesita que me la llevo al parque un rato
Irene: Aque...
M: Tome Encarna... (la niña se abrazaba a su abuela)...
E: Espera mama que la monto en el cochecito... (cogió el carricoche y tras quitar unos
juguetes que la niña había dejado allí sentó a la niña)... dame mama... que vamos a poner
a la princesita en su trono... para que no se canse... ¿me das un besito cariño?... (la niña
cogía a su madre del cuello y le daba repetidos besos en la cara)... que cariñosa es mi
niña... (haciendo que le mordía el cuello a la niña, para que esta se riera)...
En: ¡Esther! ¡Siempre haces igual! ¡Ahora cuando vea que no vienes se pondrá a llorar!
E: Perdona mama... venga Irene que te vas con la abuelita al parque... dile adiós a Maca
Irene: Ayos... (cerrando y abriendo el puño)...
M: Adiós cariño... (imitaba a la niña con la mano)...
En: Estaremos aquí para la hora de comer
E: Vale mama... ¡¡llevad cuidado!!...
En: ¡¡Que siii!!... (cerrando la puerta sin terminar de contestar a su hija)
E: Bueno... ¿te apetece algo?
M: No gracias
E: Pues vamos al salón entonces
Se dirigieron en silencio hasta el salón, se sentaron una junto a la otra pero dejando un
espacio para poder hablar tranquilamente. Esther se frotaba las manos mientras la
pediatra miraba al suelo sin saber muy bien por donde empezar:
M: Esther
E: Maca... (sonrieron por lo difícil que se les hacía)... perdona... empieza tú
M: No da igual...
E: Bueno... Cruz me dijo ayer lo que le dijiste en el jardín
M: Contaba con ello
Esther. No sé exactamente que escuchaste Maca... pero no tiene nada que ver con lo que
pensaste
M: ¿Y que se supone que tenía que pensar?
E: Déjame que te cuente lo que pasó y entonces piensa lo que quieras
El tiempo me dio la razón 118
M: Está bien
E: ¿Recuerdas cuando fui la ultima vez a la clínica?
M: Cuando no me dejaste acompañarte
E: Bueno... pues ese día como recordarás... te dije que Juan me había llamado para tomar
café... la verdad que no sé ni por que fui, desde la primera vez que lo vi no había vuelto a
saber de él y... bueno la cosa es que lo vi... y...
M: Si es lo que yo creo no sigas
E:... (mirando desafiante a la pediatra y haciendo como que no había escuchado
aquello)... empezó a decirme que desde que nos vimos se había dado cuenta que aun me
quería y que lo estaba pasando fatal, yo no le dejé casi terminar, le dije que no siguiera
que no quería escuchar aquello... empezó a chillarme diciendo que como podía estar con
una mujer después de haber estado con él... todo el mundo nos miraba... y yo salí
corriendo... (hizo un alto pues recordar aquello, empezaba a afectarle, se puso las manos
en la cara apoyando los codos en sus rodillas)... después me fui a la clínica... cuando salí
tenía un montón de sms de él amenazándome y diciéndome cosas que... uuuffff... (la
pediatra escuchaba en silencio, tenía la sensación de querer abrazarla pero no quería
interrumpirla)... yo no quería contártelo por que no pasábamos por nuestro mejor
momento y lo que menos necesitaba era que estuvieras peor... los mensajes y las llamadas
siguieron unos días... el día que dices que me escuchaste hablando con Cruz...
E: Esa fue la conversación exacta, si no recuerdo mal, luego tú y yo estábamos cada vez
peor y no veía el momento para hablar contigo de ello, luego... tú te fuiste y me enteré de
que estaba embarazada... conseguí deshacerme de él y bueno... eso es lo que ocurrió
M: No sé si me sentí peor entonces o ahora...
E: Por un lado te puedo llegar a comprender Maca... ¿pero como pudiste pensar que no te
quería y no hablarlo conmigo?
M: Esther... yo... en ese momento no era yo... veía que cada día te distanciabas más de
mí... sentía que... sobraba en todo lo que hacías y luego cuando... cuando escuche aquello
fue como una chispa que encendió la bomba... ¡¡dios!! ¡¡lo siento!!... (se tapaba la cara y
comenzaba a llorar desconsoladamente haciendo que el primer impulso de Esther fuera
abrazarla)... me has tenido que odiar
E:... (sin romper el abrazo)... No digas tonterías... sería incapaz de odiarte... no te niego
que lo intente... pero no pude
M: Lo siento tanto... (rompiendo el abrazo)...
E: Bueno... pero ahora has vuelto y tienes una hija... que te querrá tanto como yo
M: Pero Esther...
E: Te repito lo que te dije ayer... tuve esa niña queriéndote a ti Maca... y estando contigo,
aunque los nueve meses de embarazo no estuvieras
M: Pero la estás criando sola... y yo no merezco que hagas esto
El tiempo me dio la razón 119
E: Una cosa es que tú no quieras... pero siempre será tu hija Maca... si... si no quieres no
le hablaré más de ti... (empezaba a llorar a pensar en la idea de que Maca quisiera
aquello)...
M: No llores... (le pasaba un dedo para quitar aquellas lágrimas que la estaban
martirizando)...
E: Yo te quiero Maca... no he dejado de hacerlo en ningún momento
M:... Mírame por favor... (la enfermera levantaba la vista para mirar a la pediatra)... he
llorado prácticamente cada noche desde que me fui Esther... (le cogía la cara a la
enfermera)... me fui con el dolor de pensar que no me querías, con el dolor de que aunque
yo no podía estar un solo minuto sin tenerte cerca me alejaba más y más de ti... y cada
lágrima que derramé hizo que te quisiera más a cada instante y si me dejas... ya que no
me gané estar en tu futuro... me ganaré estarlo en el de esa niña... si tú quieres...
E: Mi futuro eres tú Maca... aunque sea en mis sueños...
M: Todavía lo llevas... (acariciando el anillo que le regalo por el primer cumpleaños que
estuvieron juntas)...
E: Era lo único que me aferraba a estar contigo
M:... (agarraba la mano de la enfermera y la besaba)... Aun no comprendo como no me
odias
E: Las persona cometemos errores, pero crecemos ante ellos, aprendemos con ellos
M: Es la segunda vez...
E: Puedes hacer que no haya una tercera...
M: Esther...
E: Danos la oportunidad de ser felices... las tres...
M:... (la pediatra no podía mediar palabra, aun habiendo dejado sola a la enfermera otra
vez, allí estaba brindándole otra oportunidad, que ella pensaba no merecer, pero que le
hacía sentirse la persona más afortunada del mundo. Ante aquello solo pudo acurrucarse
en el cuerpo de Esther quien le daba dulces besos en la cabeza)... No te merezco
E: Ssshhhh...
Pasaron un rato en la misma postura, regalándose aquella paz que perdieron un día y que
tanto sufrimiento les había causado
Esther le ofrecía a Maca una vida con ella y con la niña, le abría su corazón nuevamente,
con el mismo amor que ya lo hizo una vez, y con ella a una niña que sabía llegaría a
querer como suya, se imaginaba poder compartir con Esther esa vida, hacer que una
persona creciera con el amor de dos personas que se adoraban y lo harían con ella
Se había abrazado tan fuerte a la enfermera que su cuerpo se movía con la respiración de
la enfermera, eran dos almas acompasadas por un mismo corazón que gritaba a voces
recibir toda esa felicidad que se merecía
M:... (levantaba su cuerpo y miraba fijamente a la enfermera, veía aquellos ojos que le
devolvían la vida que una vez dejó atrás, y su corazón latía con fuerza al ver como la
miraban con aquel amor que solo había conocido con la enfermera)... Te quiero... (y sin
mediar una palabra más se fue acercando a una Esther que la miraba con necesidad,
Esther no puso impedimento al acercamiento de la pediatra así que lo culminó con un
suave beso que les supo a gloria, paz, anhelo, amor...)
El tiempo me dio la razón 120
No pudieron proseguir pues la puerta les avisaba de que Encarna entraba con la niña y
que aun sabiendo que debían continuar aquello les hacía saber que sería de la forma más
deseada por las dos
Se dirigía hasta la habitación que fue de Esther en sus años adolescentes, iba con el
nerviosismo de encontrarse a Encarna quien había desaparecido nada más entregarle la
niña a Esther, aquella mujer la podía desbancar con solo una mirada, y hacer que Maca
soltase todos sus miedo
Llegó hasta la habitación y cogió el bolso deseando que la vuelta fuera igual, pero nada
más salir de ella se topó con una Encarna que la esperaba de brazos cruzados en el pasillo
Y así, con aquello que les hizo falta a las dos fueron al encuentro de madre e hija
Irene:... muaaaaaaa
En: Ahiiii ¡¡qué guapa es madre!!
Irene: ¡Apa!
E: Jajaja ¡venga sí! ¡Que nos vamos!
M: Hasta luego Encarna
En: Hasta luego hijas... y ¡¡llevad cuidado!!
E: ¡¡Que sí mama!!
Salieron a la calle y Esther sentaba a la niña en su silla mientras una Maca la miraba
fijamente detrás
Durante el trayecto, Esther miraba por el retrovisor como Maca las seguía en su moto,
recordó cuanto le costó familiarizarse con ella, como lo único bueno que veía en ella era
tener que ir abrazada a la pediatra
Recordó el beso en casa de su madre, se sentía feliz, era algo que ella también había
querido, pero lo que no quería era volver a ser vulnerable, ya había aprendido que lo que
la vida te da, también te lo quita sin pedir permiso, y ahora tenía que ser fuerte ante lo
que viniese, por ella y por esa niña que no tenía culpa de nada
Si bien le había dejado claro a la pediatra que quería contar con ella, también tenía claro
que no quería hacer que luego se arrepentirse
Sabía que si la niña crecía también junto a ella, llegaría a ser una persona excepcional, no
tenía ninguna duda, Maca era una de esas personas a las que es imposible llegar a no
querer, daba todo por las personas a las que quería
Llegaron hasta la casa, Esther habría la verja para meter el coche y que la pediatra no
dejase la moto en la calle
E:... (salía y abría la puerta en la que estaba la niña para quitarle en cinturón y sacarla de
su asiento)... mmm que hambre tiene mi princesita...
Irene: Maaaaa
E: Sí... vamos a comer ahora mismo cielo
M: Si quieres la cojo yo y abres la puerta
E: Sí... toma... (le entregaba a la niña)... sígueme
Entraron en la casa y dejaron las cosas en el salón, Maca la seguía mientras jugaba con la
niña en brazos, realmente aquella personita le había cogido cariño... el mismo que ella
hacía la niña
Mientras Esther preparaba la comida para ella Maca se la daba a la niña, la enfermera no
podía dejar de mirar aquella situación, la niña sentada en su sillita y Maca haciendo
tonterías para que se comiera la comida, en realidad la niña no ponía impedimento, pero
eso la pediatra no lo sabía, y a ella le hacía gracia ver como se comportaba con la niña
Fue despacio hasta la habitación de la niña, con un brazo abrió un poco la mantita para
acostar a la niña
Parecía que le apetecía todo menos dormir, pero ella sabía que en el fondo tenía sueño,
así que se quedó un ratito con ella mientras le hablaba
El tiempo me dio la razón 123
M: ¿Sabes que?... (mientras la niña le cogía la mano)... que te estoy cogiendo mucho
cariño... y eso que te conocí ayer... parece que las mujeres García tenéis algo que
conseguís que tenga dependencia a vosotras... quiero mucho a tu mama
Irene: Maaaaa
M: Sí... la quiero mucho... pero le he hecho daño... más de una vez... (empezaba a
emocionarse, y unas lágrimas daban aviso de ello)... no sé ni como no me ha dado una
patada en el culo ya... (la niña empezaba a dormirse)... a ti nunca, ni a ti ni a tu madre...
nunca más... (se secaba las lágrimas y le daba un beso en la cabecita, salió en silencio
para no despertarla)
E: ¿Ya se ha dormido?
M: Sí... es un encanto...
E: Eso es porque está cansada... lo normal es que tarde un poco más... eso, o que tú sabes
como hacerlo
M: Que va... me he puesto a hablarle y se ha quedado dormidita enseguida
E: Bueno pues... esto ya está, ¿quieres comer aquí o fuera?
M: Me da igual... lo que tu prefieras
E: Comemos aquí entonces
Hablaban del trabajo, de cómo iba Esther con las nuevas enfermeras, le contaba a la
pediatra las hazañas de la niña, y como le había costado tenerla en un principio, era un
tema duro, pero con el amor que ahora hablaba la enfermera de la niña, se notaba que era
algo ya pasado y que ahora no podía más que desvivirse por aquella niña
Tras aquella conversación parecía que todo empezaba a coger una normalidad, cuando
Esther tenía guardia y Maca libraba se llevaba a la niña con ella, incluso cuando Esther
tenía guardia de noche Maca se la llevaba a dormir a su casa o se quedaba en casa de la
enfermera
Tras aquel beso no hubo más acercamiento por parte de ninguna, las dos lo necesitaban,
pero también necesitaban volver a conocerse en cierta parte, tenían que subsanar aquel
error que las llevó a separase, y tenían que aprender a volver a quererse como antes, sin
que pudieran echarse en cara aquellas cosas que a las dos les dolía
Las dos amigas se dirigían hasta la cafetería, mientras Esther ocupaba una mesa a la
espera de Laura, esta servia dos cafés y se sentaba con ella
La noche siguió algo movidita, estaba deseando que acabase el turno e ir a dormir, Maca
le había dicho que iría con la niña a la hora de comer para que le diese tiempo a
descansar
Llegaba la hora de irse, estaba en el vestuario y se paró a mirar una foto que tenía en la
taquilla, la echó Maca con su cámara el fin se semana anterior, estaban en la casa de la
enfermera y Maca puso el temporizador para que pudieran salir las tres, le gustó tanto
que le dijo que se la sacara cuanto antes, era la primera foto que tenía de las tres, la
miraba con adoración, pidiéndole a dios que no se la volviese a quitar de su lado y así
poder retomar algo que necesitaba tanto para poder terminar de ser feliz completamente
La niña se reía por ver como su madre fingía enfado y Maca se divertía con una Teresa
que empezaba a llorar de la risa por la cara que se le había puesto a la enfermera
El tiempo me dio la razón 126
E: ¿¡¡Se puede saber que hacéis a estas horas aquí!!? ¡¡Gamberras que sois unas
gamberras!!... (cogía a la niña en brazos)... ¡¡y tú!! La peor... (señalando a la pediatra)...
M: ¡Pero bueno! ¡¡Encima que venimos a darle una sorpresa!! ¿Has visto que tonta es
mami?... (dirigiéndose a la niña)
Irene: ¡¡Onta!!
E: ¡¡Eso!! Tú alíate con ella... no si cuando están las dos... (ponía los ojos en blanco en
señal de replica)...
T: ¡¡Mujer!! ¡Que han venido a verte!
E: Encima tú ponte de su parte... ¡¡aaahhh pero que tú estabas compinchada!!
T: Jajajaj
M: Mea culpa, mea culpa, yo la llame para que te entretuviese hasta que llegásemos
E: Ya...
M: La niña sé ha despertado temprano y se me ha ocurrido
E: Bueno... pues... ¿nos vamos?
M: Venga sí... hasta luego Teresa
T: Hasta luego chicas
E: Adiós Teresa
Salían las tres del hospital, Maca llevando el carricoche y Esther a su lado
E: Bueno... ya que habéis venido ¿me invitaras a desayunar por lo menos no?
M: ¿No tienes sueño?
E: No mucho, prefiero desayunar y luego vamos a casa y me echo un rato
M: Venga vale, vamos entonces
Cuando entraron vieron que estaba relativamente vació para ser las horas que eran,
vieron una mesa en el fondo bastante separada de la barra y se dirigieron hasta ella
El camarero se acercó después de terminar de servir las mesas que ya tenía a medio
Irene: Iiiii... ami... (señalando a la pediatra, cosa que hizo que los tres se mirasen, Esther
con una sonrisa que no podía disimular, Maca con cara de asombro y la de Paco era todo
un poema)...
Paco: ¡¡¡Que bonito es el caballo!!!
Irene: Alloooooo jajajajajaj
Paco: Bueno, ¿qué quieren tomar las señoritas?
E: Pues yo un café con leche y... un croissant con mantequilla y mermelada
Paco: ¡Pisando fuerte! Y ¿tú Maca?
M: Con un café solo me apaño
Paco: De eso nada, unas tostadas también... (anotándolo en la libreta)...
E: ¡Di que sí Paco! Que se está poniendo muy fea... (mirando de reojo a la pediatra)...
que no me come nada y mira como se está quedando
Paco: ¡¡Marchando dos desayunos!!
Se marchó ante la mirada de Irene al que le hacía gracia aquel hombre mayor
Estuvieron hablando de sus turnos aquella semana, las dos coincidían en el mismo, así
que decidieron que mientras ellas trabajasen la niña se quedaría con Encarna como había
hecho Esther hasta ahora, y que siempre que la pediatra quisiera se podía ir a casa con
ella para estar con la niña
Llegaron a casa con la niña durmiendo, pero que cambio en cuanto cruzaron la puerta,
parecía que había recargado las pilas y no quería para nada volver a dormir
Maca se quedó con la niña viendo los dibujos para que no diera mucho follón y no
despertase a Esther
Después de un rato se aburría de ver la tele y decidió que sería mejor que jugasen en el
jardín
Estuvieron jugando con una pelota que tenía la niña, Maca hacía como que se tropezaba
y se tiraba al suelo, la niña se lo pasaba en grande con la pediatra, y en eso no cabía duda
Esther se despertaba, la luz de un día bastante soleado entraba por su ventana, se quedó
en la misma posición mirando por ella, lo despejado que estaba el cielo, sonrió al saber
quien estaba allí, se quedó en silencio buscando algún rastro que le dijera donde estaban,
escuchó unas risas a través de la ventana, se levantó y se aproximó hasta ella
Una Maca divertida cogía a la niña en brazos y la soltaba en el aire, la niña se lo pasaba
en grande. Abrió la ventana y se apoyó en ella, las miraba en el silencio sin saberse
descubierta
Después de un rato mirándolas, se sintió dichosa, dichosa por tener una familia como la
que tenía. El camino con Maca había sido duro, y aun les quedaba una cuesta, pero en el
fondo de su cargazón tenía la esperaza de tenerla a su lado el resto de su vida. Como
decía su madre “palos con gusto no duelen” y a ella le dolía estar con la pediatra de la
El tiempo me dio la razón 129
forma en la que estaba, pero solo con saber que la tenía cerca, todo ese dolor merecía la
pena pasarlo
M: ¡¡Buenas tardes!!
E: Hola
Irene: Maaaa... (levantaba el brazo con la esperanza de tocar a su madre)
M: ¿Bajas con nosotras?
E: Me ducho y bajo ¿vale?
M: Aquí te esperamos
Se fue hasta el cuarto de baño sin poder borrar esa sonrisa que tenía desde que despertó y
que se clavó en ella al ser descubierta
Se duchaba feliz, pero aun había algo que tenía a medias con la pediatra, una de ellas,
tenía que comentarle algo que aun no había hecho, pero que era algo importante para ella,
y también para la niña
No sabía como exponerle aquello, podía tomárselo de más de una manera, tenía la
sensación de que conociendo a la pediatra, no se lo tomaría de mala manera, pero, aun le
quedaba la duda, ¿debía decírselo más adelante? O por el contrario ¿hablarlo ahora con
ella? Mil preguntas se le cruzaban en la cabeza, todo parecía ir bien, no quería
estropearlo, pero...
Bajó duchada y con ropa cómoda hasta un jardín en el que la estaban esperando dos
personas impacientes
E: Hola
Irene: Maaaa... (la niña cogía la mano a la pediatra para acercarse hasta su madre)...
ameee... (le decía a su madre que quería que la cogiese)...
M: Todavía podías estar más rato, aun es pronto para comer
E: ... (con la niña en brazos)... Me he despertado bien, y me apetecía estar con vosotras...
M: Estábamos jugando con la pelota ¿a qué sí?... (haciéndole cosquillas a la niña)...
Irene: Otaaaaa jajajaja
E: Bueno pues seguir si queréis, yo me siento al solecito un rato... (dejaba a la niña en el
suelo y se iba con la pediatra)...
M: Lo que usted mande señora... (haciendo una reverencia)...
E: Perdona... pero eres tú la que ha cogido el papel para malcriar a nuestra hija... yo no
tengo la culpa... (y dicho esto se va sonriente hasta la mesa para seguir observando a la
pareja)...
M: ¡Cómo me ponga enserio a malcriarla te vas a enterar tu guapa!
E: Gracias... por lo de guapa... digo... Jajajajaj
Estuvieron un rato más en el jardín, la verdad que hacía un día fabuloso para estar en
octubre, así que aprovechando estuvieron allí hasta que la niña empezó a quejarse de que
tenía hambre
Maca le dio de comer como otras tantas veces mientras Esther preparaba la de ellas. Una
vez terminó con la niña la tomó en brazos hasta que empezó a darle sueño y la llevó hasta
El tiempo me dio la razón 130
la cuna. Volvió a la cocina y abrió una botella de vino mientras Esther termina de hacer la
comida, le sirvió una copa a Esther y otra para ella
E: Es incansable...
M: Es pequeña todavía, ¡espera que tenga más soltura y verás!
E: La verdad es que sí, aun puedo dar gracias... siempre he tenido a mi madre para que
me ayudase... ahora comprendo a las madres solteras jajaja se merecen un monumento...
(lo dijo sin ningún tipo de reproche, pero aun así a la pediatra le afecto aquello)... eeii
perdona... no, no quería que te lo tomases así, de verdad
M: Tranquila... (intentado sonreírle para no producir una situación incomoda)... no tiene
importancia
E: De verdad Maca, que lo he dicho sin pensar, perdona
M: Tranquila de verdad... tampoco me hace falta que... ya lo pienso yo todos los días...
E: ¿Nos va a costar más de lo que parece verdad?
M: Eso parece
Comieron en silencio, no era del todo incomodo, cada una estaba inmersa en sus
pensamientos, y la otra lo sabía, se miraban alguna vez para dejar claro que no pasaba
nada
Esther entraba viendo aquella imagen de la pediatra y pensó que era el mejor momento
para proponerle aquello pero tampoco sabía como empezar
Maca removía su café pensando en mil y una cosas cuando la enfermera empezó a hablar
E: Maca yo... quería comentarte algo hace algunos días... esperaba el momento... y...
M: Suéltalo mujer... que tampoco puede ser tan malo... (intentaba que la enfermera no
estuviese incomoda)...
E: A ver... (suspiraba)... es respecto a la niña
M: ¿Le ocurre algo?... (algo asustada)...
E: No, no, está bien... ¿tú te sientes incomoda con esta situación?
M: ¿Cómo incomoda?
E: Con la niña, ¿piensas que es algo que te impongo?... o ¿de verdad quieres...?
M: Esther... a mi nadie me impone nada... ¡parece mentira que me conozcas!
E: ¡No! A lo mejor me explicado mal... ¿de verdad quieres formar parte de su futuro
Maca? Dejando a un lado lo que pase con nosotras
M:... (se quedó mirando a la enfermera, creía entender por donde iba encaminada )... Si
no fuese así, no pasaría tanto tiempo con la niña Esther...
E: Vale... espera un segundo... (se levantaba y salía del salón, la pediatra ya no entendía
lo que tenía que decir Esther)... ya... (se sentaba llevando con ella unos papeles en la
mano)... esto... son unos papeles de adopción... lo hablé con mi abogado nada más nacer
la niña...
M: Esther...
E: No te pido ni que lo leas ahora, ni que mucho menos lo firmes ahora, llévatelos, habla
con tu abogado, no es nada más que... formalizar algo que yo ya pienso que eres, con esto
si a mi me pasase algo... o por lo que fuese alguien se tuviera que encargar de ella, fueras
tu Maca... (le entregaba los papeles en una carpeta)... y si al final decides firmarlos
El tiempo me dio la razón 131
también están los del registro, para que también lleve tu apellido, eso no me pareció
lógico hacerlo sin contar contigo, así que... ahí lo tienes todo... (bajó la mirada y cruzó
sus manos, estaba bastante nerviosa aunque no se le notase mucho, la pediatra no había
abierto la carpeta, simplemente miraba a la enfermera, quien se recostó para atrás y se
quedó mirando al techo)...
M:... (dejaba la carpeta en la mesita)... ¿Puedo?... (preguntándole si se podía recostar
encima de ella como tantas veces habían hecho en un pasado)
E: Claro... (de nuevo esa sonrisa que solo ella podía sacar a relucir asomaba en su
rostro)... he echado muchas veces de menos esto... (le acariciaba el pelo a la pediatra)...
M: Y yo...
E: Solo falta algo...
M: ¿Qué?... (Esther cogía el mando del equipo de música que estaba en uno de los brazos
del sofá y lo encendía, haciendo que sonase una canción de kenny G , en el que solo tenía
como protagonista el saxofón)... ahora sí...
E: Una que es muy lista...
No hubo más palabras, las dos se sumergieron en la tranquilidad y ese maravilloso sonido
que estaba llevándolas a esa paz que tantas veces habían tenido la una junto a la otra, sin
palabras, sin gestos, tan solo con miradas y silencios que se prodigaban la necesidad de la
otra
Esther se había dormido en aquella situación, abrió los ojos, y no vio a la pediatra, la
carpeta que le había entregado seguía en la mesa, así que supuso que estaría por algún
lugar de la casa. Se levantó a buscarla, entró por cada rincón de la casa, pero no había
rastro de ella
No entendía aquello, no había pasado ni una hora, ¿habría hecho que la pediatra se
agobiase con lo que le dijo? Empezó a ponerse nerviosa, entró de nuevo al salón, y vio
una nota en la mesa
“Me ha llamado Ana, he tenido que irme, te iba a despertar, pero... empezaba a no poder
contenerme, y lo hubiese hecho no de la mejor manera, tenemos que hacerlo bien
Esta noche te llamo, y si quieres mañana por la mañana te recojo y llevamos a la niña a
casa de tu madre, aunque podíamos ir pensando en llevarla a una guardería jajaja
Te quiere... Maca”
En otro lugar de Madrid Maca llegaba a su piso quien la esperaba una Ana para darle una
gran noticia
Ana: Tienes razón, pero luego no te me escapas... (amenazándola con el dedo)... ¡ya
tengo bajo para la clínica!
M: ¡¡¿Qué dices?!! ¡Pero eso es fabuloso!... (abrazaba a su amiga con alegría)
Ana: Esta mañana he firmado con el banco y ya puedo empezar a arreglarlo cuando
quiera
M: ¡Ves! ¡Si al final todo sale bien!
Ana: Y no sabes lo mejor...
M: Si no me lo dices no
Ana: Está justo al lado de tu hospital jajajaj
M: Jajaja eso no será para que te lleve y te traiga ¿verdad?
Ana: Que va... jajajajaja
M: ¡Esto se merece un brindis!... (iba hasta el mueble del salón y servia dos copas de
vino para volver con ella hasta la cocina)... ¡¡por la nueva pediatra madrileña!!... ¡que se
va a forrar!
Ana: ¡Amen!! Jajajaja
Leyó aquel papel como mil veces, se le aceleraba el corazón, con cada cosa que hacía la
pediatra, aunque fuese insignificante para el resto del mundo a ella le causaba una
felicidad imposible de superar
Fue hasta la mesa para mirar la carpeta, encima de los papeles había un post-it pegado
Miró los papeles y estaban todos firmados, unas lágrimas empezaron a desbordarse por
los ojos de la enfermera, sin duda nunca olvidaría aquel día, no solo no le había sentado
mal, si no que lo aceptó sin dudarlo
Estaba sentada en el sofá, pensando en todo aquello, sintiéndose la persona más feliz de
la faz de la tierra
Maca y Ana seguían en la casa riendo y charlando de cómo quería montar Ana la clínica,
la pediatra estaba realmente feliz, ese día estaba siendo realmente importante para ella
Ana: Bueno... ahora te toca contarme el por qué de esa sonrisa tonta que no puedes
borrar de tu cara
M: Esta mañana he ido con la niña a recoger a Esther, hemos desayuno y ya nos hemos
ido a su casa... ella se ha acostado y me he quedado con la niña jugando...
Ana: Osea, que ha sido un día “familia feliz”, que ni tu misma te crees jajaja
M: Ahí no queda la cosa chata jajaja he acostado a la niña para comer nosotras y bueno...
hemos comido en una situación un poco rara... un comentario que Esther ha hecho y yo
me he puesto un poco tonta... bueno que me ha dejado pensando en mis cosas, no lo ha
hecho con esa intención ¡claro! Pero bueno, después de comer me ha dicho que... (la
pediatra se quedaba pensando en como decírselo)...
Ana: ¡¡Pero dilo ya mujer!! ¡Que me tienes en ascuas!
El tiempo me dio la razón 133
M: Me ha dado unos papeles para que los firmase haciéndome tutora legal de la niña, y
madre adoptiva junto a ella... (su amiga no decía una palabra, se quedó mirándola
terminando de analizar lo que la pediatra le había dicho)... y quiere ponerle también mis
apellidos... Irene Wilson García... (Ana seguía sin decir nada)... como no digas algo
pronto Ana me va a dar algo
Ana: Realmente te tiene que querer Maca... ¿tú sabes lo que me has dicho?
M: Claro que lo sé
Ana: ¿Y que piensas hacer?
M: Ya los he firmado, me dijo que me los llevase para que los leyera mi abogado, para
que no pensara nada raro... ya ves... diciéndome que adoptase a la niña y sufriendo por
que piense que lo hace por algo que no sea el bien de Irene...
Ana: Me has dejado flipada Maca
M: Ahora comprendes el por qué estoy así
Ana: Joder... pues sí que te da a ti un día...
M: Fíjate las vueltas que da la vida... me voy pensando que no me quiere, se entera de
que está embarazada el mismo día... decide tenerlo y cuando vuelvo, no solo no me odia,
si no que quiere que críe a esa niña con ella y que sea también mía...
Ana: Lo dicho... tiene que quererte con locura Maca... y está visto que tú a ella también,
eso no me cabe la menor duda
M: Ya...
Ana: ¿Entonces?
M: Entonces ¿Qué?
Ana: ¿Por qué no estáis juntas?
M: Es algo complicado... primeramente no quiero entrar en su vida así por que sí, ella no
se lo merece, dice que tenemos que volver a aprender a vivir la una con la otra, volver a
conocernos, en cierta manera claro... pero yo siento como que tengo que reconquistarla
¿me comprendes?... (Ana asentía)... tengo que ganarme el volver a estar con ella
Ana: Te admiro Maca, mucho... otra persona en tú lugar, no hubiese hecho lo mismo,
tenlo por seguro
M: Pero es que no hago nada que no quiera hacer, eso no es de admirar
Ana: No digo que admire lo que haces, te admiro a ti como persona, a las dos, ella
también podía haber sido egoísta, pero aunque te fueras todo lo ha hecho mirando por la
niña y por ti, es una gran mujer
M: Sí que lo es... gracias Ana, gracias por no darme la espalda nunca... (se fundían en un
abrazo que la pediatra necesitaba mucho)...
Ana: Venga... ¡no saques mi vena sentimental que si no estamos perdidas! Jajaja
M: Hay que ver como destrozas los grandes momentos
Ana: Pppss ¡¡así soy yo!! Jajajaja
Aquella noche Maca llamó a Esther, decidieron que la pediatra las recogería y se irían
juntas
Parecían dos adolescente a las que le daba vergüenza hablar antes que la otra, deseaban
estar juntas pero tenían que hacerlo bien, para que nada fallase de nuevo...
Pasaron la semana con el mismo turno y exceptuando uno, Maca durmió con ellas todos
los días, recogían a la niña de casa de Encarna y se iban como una familia feliz, pero
todavía no lo eran del todo
El tiempo me dio la razón 134
El viernes de esa semana Laura y Javier daban una cena en un restaurante con la excusa
de que tenían que dar una noticia, aunque solo lo supiera Esther a ciencia cierta, los
demás compañeros se suponían por lo que era, ya que llevaban demasiado tiempo juntos
y conocían la ilusión de Laura por casarse
Entraron y tenían un gran salón para ellos, incomunicado del resto del restaurante
En un lado de la mesa estaban, Vilches, Cruz, Esther, Maca, Eva y Rober y en el otro,
Javier presidiendo un lado, Laura a su izquierda, y seguidamente, Héctor, Gabriela,
Teresa y Aime. Hablaban animadamente, cuando sirvieron la cena
Todos se levantaron efusivos a felicitar a la pareja, Esther que ya lo sabía esperó a ser la
última para darle de nuevo la enhorabuena
E: Javi... enhorabuena
J: Gracias... aunque ya me dijeron que lo sabías... gracias por guardar el secreto
E: ¡Hombre! No te iba a chafar la sorpresa
L: Gracias Esther... de verdad... siempre has estado a mi lado y... no seé como
agradecértelo
E: ¡Ven aquí anda!... (abrazaba a su gran amiga, la verdad que cuando Laura llegó,
Esther fue un gran apoyo para ella, la acogió en su casa y la trato como una gran
amiga)...
L: Bueno... ¿y que tal va la cosa?
E: Te tenía que contar algo, ahora que me preguntas, pero apenas nos vemos y...
L: Dime
E: Maca ya es legalmente madre de Irene, y la niña se llama oficialmente, Irene Wilson
García
L: ¡¡Pero Esther!! jajajaja... (abrazaba a su amiga nuevamente por aquella noticia)...
¡madre mía! ¡Que notición!
E: Pero no digas nada todavía ¿vale?
L: Tranquila
E: Es que todavía habrá gente a la que le resulte extraño que sea así, cuando no estamos
juntas
L: ¿Y sobre eso nada nuevo?
E:... (suspiraba ante la gran pregunta)... A mí cada día me cuesta más... pero fui yo la que
le dije que fuésemos despacio y...
L: Bueno... pues paciencia ¿uhm? Que lo más difícil ya lo habéis pasado o por lo menos
gran parte
E: Tienes razón
L: Y ahora vete con ella que no para de mirar aquí
E:... (miraba a la pediatra y esta le sonreía)... Bueno pues si te aburres aquí, allí nos
tienes jajaja
L: En un ratillo me iré para allá, después del postre jajaja que Javi se pondrá a discutir
con Vilches y ya se me los diálogos jajaja
Esther se iba hacía su lado de la mesa y miraba como Teresita le cambiaba el sitio a Eva
con la excusa de que su lado era muy aburrido y a Eva como que no le importaba tanto
Ya habían acabado de cenar, estaban esperando a que sirviesen los cafés, Maca estaba
con los brazos cruzados apoyando los codos en la mesa, la mano derecha colgaba en el
lado de Esther, esta en un momento de debilidad la agarró en una suave caricia, Maca que
hablaba con Teresa se giró con una gran sonrisa que terminó por desbancar a la
enfermera que no pudo más que apoyar su cabeza en el hombro de la pediatra haciendo
que esta le diera un beso en la frente, y así, en esa posición estuvieron hasta que sirvieron
los cafés
E: ¡Idiota!
M: ¿Por qué es idiota?... (metiéndose en la conversación)...
E: No, nada...
C: ¿Cómo que nada?
M: A ver... ¿qué pasa aquí? jajajaja
E: Nada...
V: Pues que dice Cruz que estáis muy tiernas ¡joder! ¡Que sois peor que las crías coño!
M, C y E: Jajajajajajajajaja
M: ¿Y qué si estamos tiernas?
C: ¡Pues eso digo yo!
M: ¡Y más que nos iremos poniendo!! Jajajaja... (la enfermera miraba al suelo
avergonzaba, y Maca se acercaba a su oído para susurrarle algo)... era broma Esther...
E:... (la enfermera le dio un beso en la mejilla)... No pasa
Ya cada uno pululaba por un sitio que no era el suyo, más de uno contaba chistes según
su grado de alcoholemia, Esther reía con ganas ante las ocurrencias de una Teresa que
intentaba sacarle los colores a Vilches cambiándose las tornas como era de costumbre
Maca la observaba desde la otra punta de la mesa, la veía feliz, y tenía la esperanza de
que algún resquicio de aquello fuese por ella
Esther que había visto hablar a sus amigas desde el otro lado de la mesa se dirigía con
una sonrisa hasta ellas
El tiempo me dio la razón 137
Cuando ya no hubo más que seguir las indicaciones del dueño del restaurante tuvieron
que despedirse y empezar a recogerse, más de uno y una trabajaban al día siguiente, una
de ellas la pediatra por ello acercó a Esther a su casa, por el camino esta se quedó
durmiendo y tuvo que despertarla al llegar
Maca no pudo negarse, ya que ella también echaba de menos dormir junto a la enfermera,
tanto como ella le demostraba pidiéndoselo de aquella manera, así que no tuvo más que
decir
Salió del coche y ayudó a salir a Esther, cogió su bolso y sacó las llaves para abrir la
puerta
La llevó hasta el dormitorio y le echó una mano para que se pusiera el pijama, la metió en
la cama y la arropó
Maca sonreía ante aquel comentario de Esther, ¿cuantas veces le había dicho aquello?...
le encantaba como se lo decía de aquella manera, como una niña que tiene miedo a
quedarse sola...
Se refrescó la cara haciendo que apaciguaran sus nervios, no lo estaba por el echo de
pensar que fuese a pasar nada, la enfermera no podía ni con su alma, así que ni se le
había pasado por la cabeza, de lo que no estaba muy segura era de poder retrasar más esa
situación que las dos querían, y teniéndola siempre tan cerca se le hacía más cuesta arriba
ese camino
El tiempo me dio la razón 138
Salió de allí más relajada, se quitó la ropa y se puso uno de los pijamas que había de ella
de las ocasiones en las que se había quedado, pero en ellas siempre habían acordado en
que ella dormiría en la habitación de invitados
E: Mmm te echo tanto de menos Maca... (dijo aquello sin levantar la cabeza de aquel
lugar pues lo decía con lágrimas en los ojos y la luz seguía aun encendida)...
M:... (la estrechó más entre sus brazos y terminó de acomodarse para poder dormir, sacó
un brazo y apago la luz de la mesilla)... duérmete cariño... (tenía un nudo en la garganta y
no podía decir más, su voz se resquebrajaba por momentos, definitivamente le costaba
muchísimo aquello, le dio un último beso e intentó aunque no dormir por que sabía que
no lo conseguiría, si descansar ya que le quedaban pocas horas para irse al hospital
Esther se despertó sola, solo recordaba haberse dormido en los brazos de la pediatra, y
tuvo la sensación de haber dormido como no lo hacía en mucho tiempo
Se duchó sin ninguna prisa, pensando en todo momento en Maca, conforme pasaban los
días y estaban más apegadas la necesidad y la dependencia por sentir cada una de las
emociones con la pediatra se engrandecían con tal velocidad que tenía que llegar a hacer
un sobre esfuerzo para no tirar por la borda la sensatez
Desayuno algo rápido y se fue a casa de su madre, deseaba ver a la niña, y a su hermana
que en todo ese tiempo había estado en un intercambio en Londres y había llegado la
noche anterior
Estuvo hablando con su hermana de cómo había pasado los días por Londres, su hermana
le contaba emocionada todo lo que había visitado y que guapos eran los ingleses
Tenía que contarle a Natalia que Maca había vuelto y no sabía como decírselo, pues la
niña desde que la pediatra se marchó no quiso hablar de ella ni con Esther
E: Oye Natalia que te tenía que contar una cosa pero no quería hacerlo por teléfono
Natalia: ¿Ocurre algo?
E: No, a ver... Maca a vuelto
El tiempo me dio la razón 139
En ese momento Encarna entraba con la niña y con la compra, vio que sus dos hijas
estaban en silencio con cara de haber discutido y supuso el motivo
Irene: Maaaaa... (la niña saltaba del carricoche e intentaba ir hasta su madre)...
E: ¡¡Hola cariño!!... (cogía a su hija y le dejaba un reguero de besos por todo el cuerpo)...
hola mama
En: Hola hija... ¿te quedas a comer?
E: No... pensaba... ir a recoger a Maca con la niña
Natalia: ¡¡Me parece perfecto!!... (se levantaba para salir del salón)...
Irene: Itaaaa... (llamaba a su tía)...
E: No la pagues no ella... (Natalia paraba en seco y se volvía despacio para coger a su
sobrina)...
Natalia: ¿Te vienes a jugar conmigo peque?
Irene: ziiiii...
E: Pero diez minutos que nos vamos enseguida
Natalia: Ahora te la traigo tranquila... (se marchaba con la niña a su habitación)...
En: ¿Qué ha pasado hija?
E: Que le he dicho que Maca estaba aquí y te puedes imaginar como se ha puesto
En: Sabes como se lo tomo, así que no se lo tengas en cuenta... la quiere mucho, se le
pasará...
E: ¿Crees que si le digo que se venga conmigo ahora querrá?
En: Inténtalo
Se fue a buscar a su hermana para proponerle que la acompañase, sabía que seguramente
le diría que no, pero no podía permitir que le guardase todavía ese rencor, Maca adoraba
a Natalia, y no sabía la actitud de esta con ella
E: Natalia
Natalia: Venga Irene que te vas con mama
E: Quería preguntarte algo
Natalia: Tú dirás... (cogiendo a la niña y poniéndole la rebeca otra vez)...
E: ¿Te quieres venir a comer?
El tiempo me dio la razón 140
Natalia seguía queriendo tanto o más a la pediatra como en un tiempo atrás, pero su
marcha la dejó bastante marcada, más de lo que ella incluso demostró
Le dolió que se fuese, pero más lo hizo el que dejase a su hermana como lo hizo, sufrió
cada lágrima y cada escalofrió de la enfermera como suyo propio, la había visto llorar
cuando Irene tan solo era un bebe, lloraba mientras le contaba a la niña que dormía entre
sus brazo como era la pediatra, y que un día no muy lejano se reuniría otra vez con
ellas...
Se dio cuenta que aunque fuese por su sobrina y su hermana tendría que volver a ver a
Maca, y que mejor si lo hacía junto a su hermana, así podría tener algún escudo si se
sentía mal
La vio al final casi a punto de cruzar y corrió tanto como pudo y la alcanzó antes de que
se pusiera el semáforo en rojo
Fueron hasta el hospital más calmadas que en un primer momento, Esther comprendía a
su hermana, cuando Maca se fue a Natalia se le derrumbó de nuevo aquella imagen que
tenía de ella, sabía que su hermana no odiaba a la pediatra, la seguía queriendo igual,
pero aquel dolor era difícil de franquear, y más cuando aun eres tan joven...
Llegaron a urgencias sonriendo por como la pequeña repetía a su manera todo lo que
escuchaba
T: ¡Pero bueno!
E: Hola Teresa
Natalia: Hola
T: Que grande estás Natalia, ya eres toda una mujer ¡eh!
Irene: Andeeee
T: ¡Sí también esta la pitufa!
El tiempo me dio la razón 141
Irene: Ufaaaa
E: Jajaja es que hoy parece un loro Teresa jajaja
Irene: Oroooo... (daba palmas con sus pequeñas manos)...
E: Ves jajaja
T:... (rodeo el mostrador para darle un beso a la pequeña)... ¿Me das un besito Irene?
Irene: Ito... (se acercaba hasta la mujer y le daba un beso)...
T: ¡Que mona es esta niña madre!
Irene: ¡¡Onaa!!
Natalia: Jajajaja que peligro
E: Pues sí, ahora tenemos que llevar cuidado con lo que decimos... Teresa ¿sabes por
donde anda Maca?
T: Pues acaba su turno ya ¿no?
E: Sí
T: Tiene que estar al salir
E: Pues la esperamos aquí
Pasaron cinco minutos cuando Maca salía hablando con Dávila y descubría quien había
ido a buscarla
Irene: Amiiiiii... (Natalia miró a su hermana, pues aun no había visto la relación de la
niña con Maca)...
M: ¡¡Hola cariño!!... (la cogía del mostrador donde su madre la había subido minutos
antes)... aaiii que me la como... (dándole besos por todas partes)
Irene: Jajajajajajaj
M:... (le daba un beso en la mejilla a la enfermera después de regalarle una sonrisa)... ¿Y
tú no me saludas enana?
Irene: ¡¡Nanaaaaa!! Jajajaja
M: ¡¡Pero bueno!!
Natalia: Hola Maca... (sin mirarla directamente y un tanto borde)...
Esther y Maca se miraron, la enfermera le hizo un gesto para que no se preocupase y que
luego se lo explicaría
D: Esther
E: Dime
D: Que ya que estás aquí podrías venir un momento para que te comente una cosa, serán
10 minutos
E: Dávila, nos vamos a comer simplemente he venido a recoger a Maca
D: 10 minutos te lo juro
M: Venga ve, te esperamos en la cafetería
E: Está bien... pero ni uno más Dávila
D: ¡Ni uno más!
Esther desapareció de allí junto a Dávila y Maca se dirigió con las niñas a la cafetería,
Natalia seguía sin cruzar una palabra con ella
El tiempo me dio la razón 142
Se levantó y salió corriendo, pero Esther que entraba en ese mismo instante la pudo parar
Fueron abrazadas hasta la mesa, Maca estaba con el gesto bastante triste, la niña la
intentaba llamar pero esta ni se inmutaba
Esther se sentó a su lado y le cogió la mano, para darle un beso en la mejilla después, no
soportaba verla así
E: ¿Estás bien?
M: Tranquila... no tiene importancia...
E: ¡Bueno! ¿Qué os parece si compramos unas hamburguesas... nos vamos al retiro... y
nos sentamos en el césped a comer? ¿uhm?... (ninguna decía nada)... ¡¡venga un poco de
ilusión mujeres!! Si os encantaba
Llegaron y buscaron algún rinconcito donde comer a gusto, Esther llevaba una manta en
el carricoche así que cuando decidieron el lugar la estiró para poder sentarse sin pensar
que habría debajo
Maca intentaba hablar y poner de su parte, ya que ella era la adulta en aquella incomoda
situación con la niña, Irene pedía la atención de las tres, Natalia veía las ocurrencias de la
pediatra con su sobrina, y recordaba como era Maca con ella años atrás, echaba de menos
esa complicidad con la pediatra, pero, aun así, algo le impedía dar su brazo a torcer hasta
que viera algo que le dijese lo contrario
Natalia: Ya que hemos terminado ¿me puedo llevar a Irene a los columpios de ahí
enfrente?
E: ¿Llevaras cuidado?
Natalia: Esther por favor...
E: No Natalia... pero es que después no quiero que vengas con la niña llorando por que
se haya caído...
M: Esther... sabes que con Natalia no le va a pasar nada, por dios
E: ¡Venga tira!
E: ¿Qué os ha pasado?
M: Nada... tranquila... (Maca se había recostado en el césped y miraba al cielo)...
E: Por nada no actuáis como lo hacéis... (la pediatra no decía nada)... mira Maca, no te
quise decir nada por que pensé... pensé que al decirle que estabas aquí se le pasaría el
berrinche
M: Pero no es un berrinche Esther... me ha dejado claro que me odia
E: ¿Cómo te va a odiar? No digas tonterías... está dolida, pero no pensé que tanto
M: No le puedo reprochar nada
El tiempo me dio la razón 144
Esther se recostaba al lado de la pediatra dejando apoyada su cabeza en una de sus manos
para poder mirarla
Pasaron un rato así, sin decir nada más, observando como jugaban las niñas, deseando
que todo si tenía que cambiar, cambiase para bien
A poco tiempo Natalia volvía con la niña de la mano quien llamaba a una de sus madres
Irene: Amiiiiii
Natalia: La niña te llama Esther
E: ¡Nop! Su ami como ella dice es Maca, yo soy ma, ¡chavala! Jajajaja
M:... (la pediatra se sentaba de nuevo esperando a su hija)... ¿Qué te pasa princesa?... (la
niña llegaba hasta ella arrastrando a su tía, nada más llegar, cuando vio que Maca le cogía
la soltó de su mano)...
Irene: Allooooo... (señalaba a un columpio con forma de caballo que había más
adelante)... allooooo
M: ¿Te quieres montar en el caballo?
Irene: ... (la niña subía y bajaba la cabeza para que le quedase claro a su madre que sí)...
Natalia: Pensé en montarla, pero se pone muy nerviosa y tenía miedo de que se cayese
M: Tranquila... (le regalaba una sonrisa)... yo la llevo
Maca se fue hasta el columpio con la niña más inquieta aun al ver que se iba a montar en
él
Después de comer volvieron a casa de Encarna a tomar café y dejar a Natalia, estuvieron
hablando las tres mientras Natalia jugaba con la niña en su habitación, Esther le contó a
Encarna la reacción de la niña en el hospital y de paso le hizo saber a Maca lo que habló
con ella en el parque mientras ella estaba con Irene en los columpios
En: Conozco a mi hija y sé lo que digo al decirte que se le pasará enseguida, hazme caso
E: Claro... (le cogía la mano a la pediatra)...
Escucharon unos pasos acercándose hacía el salón, por la puerta aparecían las dos
cogidas de la mano y una Irene llena de pintura
Maca se marchaba con la niña, dejando a una Esther un poco disgustada con su hermana
Esther no pudo enojarse con su hermana, había sido una de las muchas chiquilladas que
haría la niña según fuese creciendo
Natalia se sentía fatal por aquello, se fue a su cuarto a recoger las pinturas y a limpiar un
poco que había caído en el suelo, al terminar fue al cuarto de baño para ver como iba
Maca con la niña
Natalia: ¿Se le quita?... (entraba y veía como Maca había tenido que meter a la niña a la
bañera y estaba remangada, frotando con la esponja y con cuidado a la niña)
M: Sí tranquila, con paciencia si sale... (le sonreía para que no se sintiese peor de lo que
ya suponía que estaba)...
Natalia: Ha sido un segundo... de verdad
M: No tienes por que disculparte Natalia, es una niña, y como tal hace cosas que no están
bien, aunque sean en un segundo en el que te das la vuelta
Llegaban al cuarto de Encarna y la vestían con más de un problema por que estaba
bastante juguetona y no cesaban sus risas y sus repeticiones en las que su madre y su tía
tenían que reírse a la pura fuerza
Natalia se marchaba con la niña, dejándolas solas en la habitación, Esther seguía sentada
en el mismo sitio observando a la pediatra que aun estaba guardando algunas cosas
Maca seguía con aquello aun con la mirada de la enfermera en ella, después de un rato en
el que parecía que iba a ordenar la habitación al completo la enfermera se levantó y se
acercó hasta ella para abrazarla por la cintura
Estuvieron un rato más en casa de Encarna porque la niña estaba bastante entretenida,
después se despidieron y quedaron en que al día siguiente ya que ninguna trabaja a lo
mejor se pasaban a tomar el café
Maca iba con Esther para cenar con ellas en la casa. Llegaron con la niña dormida, pero
tenía que cenar así que la despertaron una vez que llegaron
Irene: Jajaajajajja
E: No sé quien es más niña de las dos... (se daba la vuelta y le daba la niña a Maca)...
M: Aahhh ¿pero está despierta o no?
E: Aaaiiiiisss venga vamos a darle la cena y la volvemos a acostar...
Cuando la niña ya había cenado, estuvo en los brazos de Maca mientras Esther hacía la
cena, no tardo más que unos minutos en dormirse. Maca la llevó hasta la habitación y
después de arroparla se quedó mirándola con aquella dulzura que sentía cada día más,
dulzura de madre, le decía Esther
Realmente aquella niña se había adueñado de ella, con solo llamarla como ella lo hacía,
“ami” la pediatra se sentía la persona más feliz del mundo y sentía miedo, miedo de que
aquello se acabase. Pero entonces llegaba Esther y conseguía que pensase lo contrario,
tenía el don de hacerla ver la cosas de la mejor manera
Después de cenar decidieron salir un ratito al jardín, ya que hacía buena noche y no
llegaba a hacer un frío que lo impidiese
Maca llevaba con ella una manta y Esther sacaba dos tazas de chocolate caliente, cuando
salió vio a la pediatra sentada en el balancín esperándola con la manta
M: Es precioso ¡eh!
E: Sí, en cuanto lo vi no pude evitar comprarlo... (le daba su taza y se sentaba con ella)...
El tiempo me dio la razón 149
M: Se está muy bien aquí... (la enfermera asentía y daba un trago de su taza)... ¿qué
quería Dávila?
E: Mm esa es otra...
M: ¿Por?
E: Dice que varias enfermeras se han ido del hospital y que ha podido contratar solo una,
y aquí la menda tiene que estar un mes echando horas a diestro y siniestro
M: Le habrás dicho que no claro...
E: Le he dicho que lo pensaría... y si lo hago será con la condición de que me pagará las
horas dobles y tendré vacaciones después
M: Y que pasa... ¿qué te va a tener esclavizada un mes?
E: Vienen a hacer una inspección y se ve que realmente lo necesita
M: Pero tú no tienes culpa Esther
E: Ya...
M: Y el cumpleaños de la niña es en tres semanas
E: Eso también se lo he dicho, ese día no trabajaría
M: No me hace gracia pero bueno... no hace falta que te diga que te ayudaré en lo que
haga falta...
E: Lo sé, gracias
Pasaron un rato más hablando, bajo aquella noche estrellada y esa luna que iluminaba a
dos personas que se amaban, que se adoraban con toda su razón, pero que con aquel
miedo de estropear lo que el tiempo estaba arreglando y a la vez con esperanza en él...
Con aquellas sensaciones dos personas se quedaron durmiendo bajo un mismo amor, un
amor que con el tiempo llegaría a ser algo tan fuerte que pararía el tiempo y el espacio en
dos vidas que nacieron para estar en el mismo camino...
Uno de aquellos días en que Esther trabaja sin tener tiempo ni para comer Maca fue hasta
casa de Encarna a recoger a la niña, con la idea de ir a secuestrar a la enfermera para que
comiera en condiciones
Las dos se volvían para mirar a la pediatra que seguía mirando desde la puerta, la niña al
verla se intentaba levantar ya que estaba sentada en el suelo
Irene: Amiiiii
El tiempo me dio la razón 150
M:... (llegaba hasta la niña con los brazos abiertos mientras se agachaba)... ¡¡Hola
princesa!!
Irene: Amiii... (se abrazaba a la pediatra)... ¿ito?...
M: ¿Me lo das?... (le ponía la mejilla)...
Irene: Muaaaa... (le cogía la cara con ambas manos y le daba un sonoro beso)... ¿sí?
M: ¡Así! Jajajaja ¡¡guapa madre!!... (la tumbaba en el suelo y le daba besos acompañados
de cosquillas a lo que la niña no podía más que retorcerse de la risa)... hola enana
Natalia: Hola
Irene: ¡¡Nana!! Ajajaja
Natalia: ¡Ya estamos!
M: Jajajaja oye... que he pensado que si te querías venir a comer, que voy a secuestrar a
tu hermana
Natalia: Vale
M: ¡Pues venga vamos!
Llegaron hasta el salón, donde Encarna veía uno de esos programas matinales que solo
hablaban de cotilleos, lo veía mientras pelaba unas patatas con esa maña que solo tienen
las abuelas...
Iban por la calle riéndose con la niña, lo señalaba todo, lo miraba todo y como no, lo
repetía todo
Natalia parecía que ya le hablaba más y mejor a la pediatra, esta como reacción no podía
dejar de sonreírle e intentar recuperar aquella complicidad con la niña
El tiempo me dio la razón 151
Natalia se paraba en un escaparate de ropa, miraba con detenimiento una chaqueta que
había colocada en uno de los maniquíes
M: Tu madre me va a matar
Irene: ¿Ito?
M: Si anda que por lo menos me lo merezco... (y le ponía la cara donde la niña de daba
un beso con toda la boca pegajosa por el chupachups)... ¡¡aleee con regalo!!... (mientras
se frotaba la cara)...
Irene: ¡¡Alooo!! jajajajaj
Natalia: Jajajaj eso te pasa por lista jajajaj
De nuevo ponían rumbo hacía el hospital, esta vez con la niña más calmada concentrando
toda su imaginación el lo que llevaba entre manos
El tiempo me dio la razón 152
Esther miraba de refilón hacía la puerta, miró a sus tres chicas y les lanzó una sonrisa
para después terminar de hablar con Dávila y dirigirse hasta ellas
La pediatra se iba con paso decidido hasta él, que hablaba con Teresa de no muy buen
humor
M: Hola
D: Hola Maca
M: Oye que...
D: A ver lo que pides que llevo mal el día ¡eh!
M: Nada fuera de lo normal
D: Suéltalo
M: Que me llevo a Esther a comer, que su hija la echa de menos
D: Pero...
M: No le negarás a un bebe el derecho de estar con su madre ¡por dios! ¡Dávila!
D: Esto se llama coacción
M: Llámalo como quieras
El tiempo me dio la razón 153
Esther se arregló rápido y pusieron rumbo al bar de Paco para comer algo, aparte de que
estaba cerca les apetecía volver a ver a aquel hombre agradable y dicharachero
Entraron y parecía que había bastante gente, así que pusieron rumbo y búsqueda para
encontrar a Paco para preguntarle
Lo encontraron hablando a voces con un hombre mayor que parecía que se pasaba la vida
allí
Como Paco les había dicho tras cinco minutos esperando les indicaba que ya tenían una
mesa lista para ellas. Se sentaron mientras él volvía a la barra para atender a la gente
mientras ellas se acomodaban
M: Ahí que decirle a Paco que nos caliente la papilla... (sacando el tarro del bolso del
carricoche)...
E: Ahora cuando venga... ¿y eso qué te has venido?... (le preguntaba a su hermana)...
Natalia: Por que la mama iba a hacer hervido con patatas jajajaj
El tiempo me dio la razón 154
M: ¡Anda!
Natalia: A ver... a parte de vuestra grata compañía claro jajaja
E: Será posible... (miraba a la pediatra y negaba con la cabeza)...
M: La adolescencia de hoy en día
Natalia: Sí... que os damos mil patadas ya jajajaja
M: Yo de ti no perdería puntos Natalia... (le ponía gesto para recordarle el trato de la
chaqueta)...
Natalia: ¿Eh? ¿Yo? Pero si soy más buena que el pan... (se colocaba en la mesa como si
nunca hubiera roto un plato)...
E: ¿Puntos para que?... (miraba sucesivamente a una y otra)...
M: Nada... cosas nuestras...
E: ¿Ya empezamos con los chismes?
Irene: Maaaaaa
E: ¿Qué quieres cielo?
Irene: ... (señalaba el bote de papillas de había encima de la mesa)...
M: ¿Y me decías que si no comía? ¡Pero si ha salido a ti! No come por los ojos por que si
no se quedaría ciega jajajaj
E: ¿Perdona?... (haciéndose la ofendida)...
Natalia: Que zampas mucho hermana jajajaj
E: No sé de que va, pero así, pocos puntos vas a ganar conmigo
M: Jajajaja
Después de pedir cada una lo suyo volvió a desaparecer con la papilla para calentarla y
así darle de comer a la niña
M: Oye Esther...
E: Sí
M:... (miraba de reojo a Natalia)... Que hemos visto una chaqueta cultísima en un
escaparate ¿verdad Natalia?
Natalia: Sí
E: ¿Y?
M: No... que esta muy chula
E: Vale
Maca no sabía como abordar a la enfermera sin no reírse por aquello, estaba segura que
Esther ya suponía a que venía todo y se estaba haciendo la dura
Irene: Amiii...
M: ¿No quieres más?
Irene: No ma... no ma... (ponía una mano para que su madre no le acercase el plato
mientras negaba con la cabeza)...
M: Venga... no más... (le limpiaba con una servilleta la boca)...
E: ¿Lo vais a soltar de una vez?
M: ¿El que cielo?... (intentaba no reírse por nada del mundo)...
E: Venga Maca que no nací ayer
El tiempo me dio la razón 155
La enfermera se agachaba hasta su hija quien le daba repetidos besos en la cara haciendo
que las chicas se rieran viendo la escena
Maca se volvía para mirar a Natalia y guiñarle un ojo a lo que la niña le decía un gracias
en silencio
Los días pasaban y Esther echaba más horas que la misma cafetera de los pasillos, entre
Maca y Encarna se encargaban de la niña, descartando los ratos en los que la enfermera
tenía libre en los que intentaba pasar todo el tiempo posible con la niña
La nueva enfermera, Lucía, había hecho buenas migas con Esther, andaban siempre las
dos enfrascadas en algo, ya que esta tenía que seguir a Esther en todo lo que hacía para
aprender lo más rápido posible y así dejar tiempo a su jefa
Maca estaba con Laura en la cafetería, esta le contaba como iban los preparativos de su
boda y se quejaba de el gran protagonismo que había cogido su suegra en todo aquello
Unas risas procedentes las hizo querer saber de quienes venían, Esther entraba con Lucía,
la enfermera se reía con ganas ante la mirada de su nueva compañera
E: ¡Hola chicas!
M y L: Buenas
El tiempo me dio la razón 156
Lucía: Hola
E: ¿Nos podemos sentar verdad?
L: Claro...
M: ¿A que se debe tanta risa?
E: Jajajajaj aquí mi nueva aprendiz que se toma las cosas con un humor... jajajaj
Lucía: No le hagáis caso, ella que está muy risueña hoy
M: Ya veo ya
Maca llevaba mal tantas horas de trabajo de la enfermera, su relación si ya estaba difícil
se estaba estancando más aun con todo aquello
El sábado de aquella semana la pediatra libraba y se quedó con la niña, Esther salía por la
mañana para entrar de nuevo después de comer, llegó a casa de la pediatra para estar un
rato las tres juntas...
Maca no dijo nada más, Esther realmente se estaba relajando y quería que descansase un
poco antes de volver al hospital
Fue a la cocina a preparar café y algún que otro sándwich y una ensalada para que
cuando despertase Esther, sabiendo que querría comer rápido, por lo menos lo hiciese en
condiciones
Con su taza de café entre las manos pensaba en todo lo que quería cambiar y como bebía
hacerlo, estaba harta de tener que guardar las apariencias entre las dos, se querían, eso
estaba más que asumido por ambas partes, se deseaban, con cualquier roce sus cuerpos
daban señal de ello, tenía el deseo de estar con ella, de tenerla entre sus brazos sin nada
más que sus cuerpo, nada que intermediase entre ellas, lo deseaba, lo deseaba desde la
primera noche que durmió en la casa de la enfermera, y estaba dispuesta a rebajarse y
exponerse a la negativa de la enfermera, una negativa de la que estaba casi segura, no
tendría...
E: ¡Uhm!... (se daba la vuelta y se tapaba con la manta, pero no fue suficiente, alguien
volvía a descubrirla dejando de nuevo aquellos besos)... ¡un poquito más!...
Irene: Maaaaaa... (le daba con la mano desde el aire, donde la sostenía Maca, quien no
podía dejar de reír)... maaaaa
E:... (se giraba mirando al techo, pero no era eso lo que veía, era su niña colgada de los
brazos de la pediatra quien estaba sentada de lado junto a ella)... ¡¡¡cariño!!!
Irene: ¡Omir! ¡No!... (y se tiraba encima de su madre abrazándola, mientras le daba
besos en la cabeza)... ¡mua! ¡mua!... ¡omir no!
E: No... dormir no, ya no duermo más... (miró a la pediatra quien estaba embobada)... ¿te
divierte verdad?
M: Hombre... que te tenga que decir tu hija, ¡omir no! Jajajaja
E:... (le daba con la pierna que tenía cerca de ella)... Ríete, ríete, ya te despertaremos
nosotras... ¿verdad cariño?
M: ¡Lo dudo mucho marmota!... (levantándose del sofá para ir a la cocina)...
E: ¡¡Huye!! ¡Huye!
Irene: ¡¡Amota!! ¡Amota! Jajaja
E: ¿Tú no le enseñas nada didáctico?... (hablando en voz alta)... o ¿solo pilla cuando te
metes conmigo?
M: La niña es muy lista, sabe lo que puede usar jajajaj... (dejaba la bandeja encima de la
mesa)... ¿a qué hora entras?
E: A las cinco... (se sentaba con la niña en sus piernas)... ¿esto es para mí?
M: Pues sí... ¿algún día tendrás que comer bien no?... (Esther la miraba dándole la
razón)... dame la niña y come algo anda
Maca entraba en urgencias para comenzar su turno, entraba con algo de tiempo para
hablar con Esther un rato ya que desde que estaba echando horas no se veían tanto como
quisiera
El tiempo me dio la razón 158
M: Buenos días
T: Hola guapa
M: ¿Has visto a Esther?
T: Pues estaba en la cafetería con la nueva
M: ¿Sí?
T: Yo no es por mal meter ¡eh! pero es que pasan mucho tiempo juntas, yo a la muchacha
no la conozco mucho no, pero no sé, es que hay algo que no me cuadra
M: Ya me lo contarás Teresa, voy a ver si la pillo
T: Ale, ale... (la pediatra se marchaba dejándola con la palabra en la boca)... luego
cuando quieren saber algo si que viene a mi...
M: Buenos días
Lucía: Hola
E: ¡Hola! ¿tú no entras todavía no?
M: Dentro de un rato, venía para ver si te pillaba para un café, aunque veo que se me han
adelantado... (mirando directamente a Lucía)...
E: Todavía me quedan cinco minutos
M: Pues me quedo un ratito
E: ¿Cómo está la niña?
M: Bien, la dejé con tu madre hace un rato
E: Tengo ganas de estar con ella más de cuatro horas seguidas... (con cara de pena)...
M: Bueno tranquila... (ponía su mano junto a la de la enfermera)... dentro de dos días es
su cumple y lo tienes libre ¿no?
E: ¡Si!
M: Pues ya está, además ya queda poco para que dejes de ser empleada del mes ajjajaja
E: Por cierto, he invitado a Lucía, para que la conozca, que tanto hablarle de ella...
Lucía: Y todavía no conozco a esa personita, pero vamos si es como me dice su madre
tiene que ser preciosa... (lo dijo con un tono un tanto extraño del que la enfermera no se
percato pero que no pasó desapercibido para Maca)...
M: Pues sí, mi niña es preciosa... (ella no iba a ser menos, si quería guerra la iba a
tener)...
E: Bueno... yo me tengo que marchar, que me esperan en quirófano
M: ¿Intenta no hacer más de lo necesario uhm?
E: Tranquila, Lucía tomate un ratito más y luego buscas a Javier y le echas una mano
Lucía: Está bien... (la enfermera se marchaba dejando a solas a la extraña pareja,
ninguna decía nada, pero alguna que otra mirada dejaba claro que no llegarían a un buen
entendimiento)... es una tía genial
M: ¿Cómo?
Lucía: Esther... que es genial, nunca había tenido un jefe así
M: Sí... (no quería darle mucho pie a aquella persona que le daba tanta desconfianza)...
Lucía: ¿Vosotras ya no estáis juntas verdad?
M: ¿Perdona?
Lucía: Aquí todo el mundo habla Maca, y solo hace falta poner un poco de atención
M: No creo que te incumba nada respecto a nosotras
El tiempo me dio la razón 159
Lucía: Sí bueno... me incumbe en algo... (la pediatra la miraba desafiante pero esperando
a que terminase)... me gusta Esther, y como no estáis juntas nada me impide intentarlo
¿no?
M: ¿Sabes que?... que desde un primer momento supe que algo raro te traías, tanto
peloteo, y tanta risa no era algo muy normal... solo te digo una cosa... como te acerques
más de lo normal, o vea que intentas jugar o aprovecharte de ella, te juro, que con toda
mi educación y mis buenos modales te cagarás del susto... (y dicho esto salió con cara de
querer matar a alguien, dejando a Lucía clavada en la silla pero sin tener intención de
cambiar sus planes)
A media mañana Maca buscaba de nuevo a Esther, tenía que entrar a quirófano y aunque
no le gustase nada, Vilches le había pedido que le asistiese, y quería a Esther con ella
M: ¡Esther!...
E: Dime guapa
M: ¿Qué buen humor tienes no?
E: Sí, estoy un poco más relajada, Lucía me ayuda mucho
M: Ya... bueno que tengo que entrar con Vilches a una operación y me gustaría que
estuvieras ahí, ya sabes que no me gusta mucho
E: Claro que sí tontita, dame cinco minutos y voy contigo
M: Aquí te espero
La operación había sido bastante complica, pero gracias a que Esther estaba con ella, no
tuvo ningunos nervios por hacer aquello, la tranquilidad que le daba la enfermera nada
más se lo proporcionaba, Esther sabía del poco agrado de Maca por las operaciones,
siempre le pedía que fuese con ella, sabía que necesitaba apoyo, y le hacía sentirse
realmente feliz que lo buscase en ella como siempre lo había hecho
Maca ya se había marchado al acabar su turno, Esther había salido de una urgencia con
Laura y estaba descansando en la sala de enfermera, realmente la gente no llegaba a
imaginarse lo realmente cansada que estaba
Mientras pensaba con los ojos cerrados escuchó como alguien entraba rompiendo aquel
silencio que la estaba reconfortando
Lucía: ¿Interrumpo?
E: Ah... eres tú, no tranquila, me estaba relajando un poquito antes de seguir
Lucía: ¿Te encuentras bien?
E: Un poquito cansada
Lucía:... (se sentaba al lado)... Te doy un masaje
E: Te lo agradecería... (cerrando los ojos y suspirando)...
Lucía: ¿A que hora sales?
E: A las once, todavía me queda un buen rato aquí
Lucía: Bueno pero ahora no hay mucho jaleo, yo me encargo si quieres y si pasa algo te
aviso
E: No hace falta tranquila
Lucía: Venga Esther, estás demasiado tensa, un ratito aquí no te hará mal
E: Mmm pues gracias
Lucía: Para eso estamos jefa
Estuvieron unos minutos en silencio, Esther relajándose lo más posible con aquel masaje
que la estaba devolviendo al mundo de los vivos, aunque fuese Lucía la que estaba allí
presente con ella, la única persona que tenía cavidad en su cabeza, era Maca, pensaba
todo el tiempo en ella y eso era indiscutible. Por otra parte, Lucía disfrutaba con lo que
hacía se estaba recreando más de lo conveniente, pero Esther a causa de su estado no se
daba cuenta. Estaba en un estado de deseo momentáneo, veía como Esther disfrutaba
entre sus manos y deseaba besarla, se imaginaba haciéndolo, y le venía la imagen de la
pediatra, quería estar con Esther, pero eso también le valdría para darle en las narices a
Maca, tenía que hacer algo. Viendo como se relajaba más y más decidió actuar, se
inclinaba despacio hacía Esther, muy despacio, miraba aquel cuello que estaba a su
merced y se humedecía los labios, lo quería besar aquel cuello que la llamaba a gritos,
cuando su aliento rozaba la suave piel de Esther, cuando solo quedaba un último impulso,
algo la sacó de aquel cielo que rozaba con sus manos
L: ¿Se puede?
E: Hola Laura... (se levantaba de aquel sofá donde yacía Lucía reponiéndose)...
L: Te apetece tomar algo, me puedo tomar un descanso ahora
E: Pues la verdad es que sí, con el masaje que me acaba de dar Lucía me he quedado
nueva... (se tocaba el cuello mientras se volvía a mirarla)...
L: ¿Vamos?
Lucía: ¿No ibas a descansar Esther?
E: Me encuentro mucho mejor, gracias... ¿te vienes con nosotras?
Lucía: No, tengo cosas que hacer
E: Bueno... pues ahora nos vemos
Lucía: Hasta luego
Esther se marchaba de allí, y una frustrada Lucía maldecía en voz alta por aquella
intromisión
El tiempo me dio la razón 161
Lucía: ¡¡Joder!!... (pegando un golpe con su puño en la taquilla que tenía más a mano)...
Una Esther ingenua ante todo lo que Lucía tramaba iba alegre hacía la cafetería
L: Parece que siempre digo lo mismo, pero cada vez hablamos menos jodía
E: Uuff ahora mismo no me lo reproches por que no tengo tiempo ni para estar con mi
hija
L: ¿Cuándo acabas de echar horas?
E: En una semana... ¿vendrás el sábado al cumpleaños de la niña?
L: Yo sí... Javier aun no lo sabe, pero conmigo cuenta... (bebiendo de su taza de café)...
oye... ¿y Lucía?
E: ¿Lucía?¿qué pasa con Lucía?
L: Que... no sé... ¿qué te parece a ti? Parece que os lleváis bien
E: Yo no tengo ningún problema con ella, a Maca no le cae bien... bueno dice que no se
fía
L: Yo en realidad no tengo queja, pero creo que entiendo por que piensa así
E: No te entiendo
L: A lo mejor no te has dado cuenta Esther, pero creo que... Lucía tiene otras intenciones
respecto a ti... y no es compañerismo claramente
E: No digas tonterías Laura
En ese momento Lucía entraba con otra enfermera en la cafetería, saludo a las chicas con
la cabeza pero se sentó en la barra junto a su compañera, aunque aun así no perdía detalle
de la conversación que se originaba en aquella mesa
Lucía había escuchado aquello y por un lado no sabía a que venía aquel complot contra
ella, ¡si no estaban juntas!, cada vez sentía más rabia y por ello quería actuar más rápido,
así que se puso manos al ataque
Laura no perdía detalle de aquella chica, en un principio parecía buena pero había
pequeños detalles en los que no sabía por que, no le cuadraban con aquella imagen
Esther se levantaba para ir a llamar a Maca antes de anda pero Laura la llamaba antes de
salir de allí
Se fue rápida hasta su taquilla, sacó el móvil de su bolso y llamó al móvil de Maca, no
obtuvo respuesta, así que la llamó a casa, pero tampoco. No sabía que hacer, tenía que
avisarla, ya había quedado con ella y no quería preocuparla, así que decidió dejarle un
mensaje en el contestador explicándole lo ocurrido
Después salió de nuevo hasta el despacho de Dávila para contarle lo que pasaba, este
haciendo un esfuerzo las dejó marcharse y así que se pusieron rumbo al pueblo de Lucía
Maca llegaba a casa con la niña, había estado en casa de Encarna, pasó por su casa y
decidió ir antes a por la niña tomo café con quien seguía considerando su suegra y al ver
que la niña empezaba a tener sueño se fue para preparar la cena que le había prometido a
Esther
El tiempo me dio la razón 163
M: Buenas noches cielo... (arropaba a la niña mientras le daba un beso en la frente para
luego salir de la habitación para dirigirse al salón)
Se había dejado el bolso allí, y sacó el móvil para ver si alguien la había llamado, vio las
llamadas perdidas de Esther, así que le dio al botón de rellamada pero este le indicaba
que estaba apagado o fuera de cobertura, se puso a preparar la cena al ver la hora que era
y pensando que Esther no tardaría en llegar
Lo tenía todo preparado, estaba sentada en el sofá haciendo zapping, nada de lo que veía
le agradaba, así que la apagó, miró el reloj y se extrañó de que la enfermera no hubiera
llegado
En uno de los tantos paseos por el salón que ya llevaba vio como la luz del contestador
parpadeaba avisándola de que tenía un mensaje, le dio al botón y se sentó a escucharlo
E:... Maca... que... bueno que la madre de Lucía ha sufrido un infarto y voy a llevarla a
su pueblo, no conoce a nadie aquí y no se va a presentar allí mañana... lo siento... te he
llamado al móvil pero no me lo has cogido... en cuanto lleguemos te aviso... un beso... y
lo siento, dale las buenas noches a la niña de mi parte
Lucía llevaba su móvil en la mano, lo miraba como queriendo hacer que sonase, en mitad
de la conversación lo hacía cortando a Esther
Lucía: ¡Pedro! Dime... ¿cómo?... pues yo iba de camino... no... ya no podemos ir allí...
déjalo... sí, ¿me llamas mañana? ¿Está bien?... vale, vale... un beso
E:... (miraba a Lucía un segundo para seguir mirando a la carretera)... ¿Qué pasa?
Lucía: Que la han llevado al hospital, y yo ya no sé llegar... tendremos que dar la vuelta
E:... (“¡joder! ¡Llevamos dos horas de camino!”)... Bueno tranquila... paramos en la
próxima gasolinera y damos la vuelta
Lucía: Lo siento Esther
E: Nada...
Así que en la primera gasolinera que vieron Esther paró, había una cafetería así que
decidieron descansar un momento antes de volver a Madrid
E: Vuelvo enseguida voy a hacer una llamada... (se fue hasta otro extremo para llamar a
Maca con más intimidad)...
M: ¡Esther! ¿dónde estas?
E: Tranquila... volvemos para Madrid
M: ¿Pero me puedes decir que coño a pasado para que te vayas así de sopetón?
El tiempo me dio la razón 164
E: Maca... estoy realmente cansada, ¿quieres que vaya para tu casa o me voy
directamente a la mía?... (decía un poco borde por la manera en la que le estaba hablando
la pediatra)...
M: Vente para acá, te espero despierta
E: No hace falta, acuéstate
M: No pretenderás que duerma sabiendo que vas conduciendo después de estas casi doce
horas trabajando
E: Vale lo que quieras
La enfermera no dijo nada más, se quedó en silencio hasta que decidió que era hora de
volver a casa
Tampoco habló durante el viaje de vuelta, solamente para preguntarle donde vivía para
dejarla allí
Lucía:... (antes de abrir la puerta del coche)... Esther siento que... bueno, no debería
haber sacado el tema
E: Tú no tienes la culpa
Lucía: Pues... hasta mañana entonces...
E: Hasta mañana
Todavía le daba vueltas a lo que Lucía le había contado, ¿cómo era posible que Maca
dijese aquello? ¿Serian celos? ¿Pero celos de qué? Si ella no tenía ningún tipo de
acercamiento con Lucía, era simples compañeras de trabajo
Le daba vueltas y vueltas pero no encontraba lógica a aquello, miró la hora que era y
decidió subir de una vez, estaba muerta del viaje, sumado a las horas que llevaba ya
trabajadas en su cuerpo
E:... (abría la puerta despacio, pues tenía la esperanza de que Maca se hubiera dormido
esperándola, y así no tener que enfrentarse a ella esa misma noche... pero no fue así, en
cuanto dejó las llaves en su bolso la pediatra apareció por la puerta del salón)... ¿Estabas
despierta?
M: Te dije que no me pensaba dormir
E: Bueno... pues ya estoy aquí, yo si me voy a acostar, estoy muy cansada
M: ¿No me vas a explicar que a ocurrido?
E: ¿Para qué? Si no te vas a creer nada
M:... (la pediatra la mirada sorprendida por aquella contestación)...
E: De verdad Maca, que solo me apetece dormir... (se iba hacía el sofá y se quitaba los
zapatos)...
M: Vete a mi cama, yo ya no creo que pueda dormir, y ahí te va a doler el cuerpo
E: Da igual, me dormiría incluso de pie
M: Venga no seas cabezona, vete a mi cama, tienes el pijama encima de la almohada...
(se dio la vuelta y se dispuso a recoger la cena que aunque estuviera fría dedujo que la
enfermera no querría comer nada)...
E: Siento que tengas que tirarla
M: No importa... (se giraba y se iba hacía la puerta)... me duelen más otras cosas
E: ¿Qué has dicho?... no te he escuchado
M:... (desde la cocina)... Nada, no era nada, hablaba sola
E: Bueno pues... (desde el marco de la puerta)... buenas noches
M:... (estaba de espaldas a ella)... Buenas noches
Esther se fue a la habitación de la pediatra, no quería empezar a discutir por una tontería
y así tener la posibilidad de decirle aquello que no la dejaría dormir, sabía que aun tenía
la noticia reciente y seguramente si sacaba el tema dirían cosas de las que luego tendrían
que arrepentirse. Quería darle el derecho a la duda, si lo pensaba fríamente veía
imposible que ella dijese aquello
En otra parte de la casa Maca estaba sentada aun en el sofá, pensando en la posibilidad de
que Esther conociese a alguien, hasta ahora no se había parado a pensar en aquello, pero
y si estando en ese espacio de tiempo en el que se encontraban ellas, ¿Esther conocía a
alguien que le valiese más la pena que ella misma? Pues si así fuese, solo podría luchar
por ella, pero limpiamente, y haciendo que ella eligiese
Maca se despertaba temprano para avisar a Esther para que se fuese a trabajar, ella
libraba ese y el día posterior, que era el cumpleaños de la niña
M: Las siete
E: Aaarrrgggg... (se cubría la cabeza con la manta)... ¡no voy!
M: Venga marmotilla, que así desayunarás tranquila, además piensa que mañana libras...
venga... (le daba un cachete en el culo)...
E:... (sacaba su cabeza de aquella manta descubriendo su cara de sueño y su pelo más
que peleado con su cabeza)... Tienes suerte de ser tú, que si fuera otra persona se comía la
almohada
M: Jajaja gracias por el cumplido, venga levántate y dúchate mientras te preparo el
desayuno
E:... (se incorporaba para seguir hablando con la pediatra)... Tú libras ¿por qué te has
levantado?
M:... (se ponía en pie y andaba hacía la puerta para parase en ella)... ¿Te parece poca
razón tu misma?... (y se marchaba dejando a Esther con una sonrisa en los labios, que se
borró al recordar la conversación con Lucía la noche anterior)...
Mientras Maca le prepara el desayuno Esther se duchaba dándole vueltas y más vueltas a
lo mismo, se preguntaba si bebía sacarle ahora el tema, si no hubiese tenido que
acompañar a Lucía lo hubiera hecho la noche anterior por lo que Laura le dijo, y ahora
sabiendo aun más al respecto sabía que definitivamente tenían que hablar, pensó en que
no era lo mejor hacerlo ahora, no quería irse de mal humor al trabajo sabiendo que
tendría que estar allí el resto del día, con esa idea salió de la ducha y después de
arreglarse se fue hasta la cocina donde la esperaba una Maca con la primera taza de café
del día
Aquello sentó como una jarra de agua fría a la pediatra, le dejaba claro que no quería que
durmiera esa noche con ella en su casa
M: Esta bien, te la tendré preparada para cuando vengas... (levantándose para dejar la
taza en el fregador)...
El tiempo me dio la razón 167
E:... (se arrepentía de haber dicho aquello así)... ¿Dormirás en casa esta noche?... (la
pediatra continuaba en el mismo sitio dándole la espalda)...
M: ¿Quieres que lo haga?
E: Lo que yo quiera da igual, ¿lo harás?
M:... (se giraba para quedar frente a ella y cruzaba los brazos)... ¿Me puedes decir que he
hecho ahora mal?
E: ¿A que viene eso?
M: A que desde que llegaste anoche tengo que estar a la defensiva contigo sin saber que
he hecho... aparte de preocuparme por ti
E: Vamos a dejarlo, no quiero discutir tan temprano
M: No hay porque discutir, yo no lo pretendo
E: Bueno pues a mí me da igual, me voy a trabajar, esta noche vengo, ya me dirás
entonces que haces... (cogió su bolso y se fue dejando aun más si cabía, descolocada a la
pediatra)...
Como había deducido Esther, llegaba de bastante mal humor al hospital, se fue hasta
recepción rezando en algún idioma que solo ella entendía, Laura que pasaba por allí al
verla se paró junto a Teresa para esperarla
L: Buenos días
E: No son tan buenos... (mientras firmaba en el registro)...
T: Vaya cara chica
E: ¡Pues es la que tengo hoy! Así que no tocarme mucho las narices... (iba a darse la
vuelta para no tener que seguir allí hablando pero Laura la agarró del brazo y hacía oídos
sordos a los reproches de la enfermera hasta sentarla en una silla en la cafetería)...
L: Hasta que no me digas que te pasa no te vas de aquí
E: ¡Joder Laura! ¿Que parte del déjame en paz no entiendes?
L: Conmigo no te vale esa bordería Esther, ¿qué coño te pasa?
E: Uuuuffff... (resoplaba tapándose la cara con las manos)...
L: ¿Has discutido con Maca? ¿Es eso?
E: Estoy así, por que he querido evitar eso
L: Aaammm ¿y sobre que lo querías evitar?
E: Imagínatelo
L: ¿Lucía?... (la enfermera asentía aun con las manos en la cara)... ya... ¿anoche que?
E: ¿Si te lo cuento no montaras películas?
L: Cuando me dices eso es por que sabes que tengo con que montarla
E: ¡Laura!
L: Está bien, lo siento
E: A mitad de camino habló con su hermano y le dijo que la habían llevado al hospital, y
que ella ya no sabía llegar hasta allí, así que nos dimos la vuelta, después de dos horas de
camino
L: Mmmmm
E: ¿Qué?
L: Has dicho que no me monte películas
E:...
L: Aunque... no es muy normal que vayas a tu pueblo y no sepas ir al hospital...
E: ¡Joder! Mira que te lo he dicho
L: Pero Esther... piénsalo
E: La verdad no me apetece
L: Bueno... y el motivo por la NO pelea cual ha sido
El tiempo me dio la razón 168
Paso la mañana algo intranquila, cada vez que tenía algún pequeño encontronazo con
alguien parecía que fuese a empezar una guerra, por eso intentó no coincidir mucho con
Lucía ya que ella le hacía remover todo aquel asunto en su cabeza, la esquivaba lo mejor
que podía pero en ocasiones le era realmente imposible
En ese momento salía Cruz hablando por su móvil, por el tono de voz se deducía que
estaba discutiendo con Vilches al otro lado, se acercó hasta ellas poniendo gestos de
desesperación
C: Sí Vilches sí... mañana mismo hablo con ella... pero es que a ti no te gusta ninguna
¡¡joder!!... tú tienes la culpa de que hable así... ale... luego nos vemos... adiós...
E: No le gusta la niñera
C: ¿Tan transparente soy?
E: Jajajaja un poco... pero he escuchado algo
T: ¿Cuántas lleváis ya?
C: Esta es la quinta... y nada
T: Pues que la deje con su madre
El tiempo me dio la razón 169
C: Eso le digo yo, pero dice que no, que su madre está muy mayor... así que... en fin... ¿te
vas Esther?
E: Sí.. me iba ahora
C: ¿Tienes un rato para hablar conmigo mientras te invito a una cerveza?
E: Pues la verdad tenía que ir a recoger a la niña... pero... venga llamo a Maca y ya está
C: La llamo yo espera... (cogió el teléfono que estaba junto a Teresa)... Maca... si oye que
soy Cruz... no, no... tranquila... ajaja... que te llamo para decirte que te secuestro a Esther
un rato... voy a ver si la despejo un poco... sí... venga guapa... hasta luego
E: ¿Qué te ha dicho?
C: Que la niña llevaba ya rato dormida, que si llegas muy tarde que la llames para dormir
allí o para quedar mañana
E: Me parece bien...
C: Venga Teresa que nos vamos
T: Hasta luego guapas
E: Hasta mañana Teresa
Se fueron hasta un bar cercano y se pidieron unas cervezas para empezar a charlar, Cruz
sabía que algo le pasaba a la enfermera, no había hablado con ella todo el día, pero a sus
oídos habían llegado los comentarios de que se ponía como una furia por cualquier cosa,
y si tal sabía que conocía bien a la enfermera, sabía que aquello era por algo relacionado
con Maca
Tras aquella conversación se fue algo más tranquila hacía la casa de la pediatra,
efectivamente ya no eran horas para despertar a la niña para llevarla a ningún sitio, pensó
en irse a su casa, pero pensó que eso traería alguna que otra consecuencia que no
favorecería a la relación con Maca, así que respirando hondo entró en la casa, hacía
bastante frío, la casa estaba en completo silencio, se asomó al comedor y la pediatra no
estaba allí como ella esperaba, así que se fue hasta la habitación, allí estaba,
aparentemente dormida, aunque tenía sus dudas, la observó por un momento y se dio
cuenta de como de dulce podía llegar a ser, y hacía que la idea de que lo que Lucía le
contó se esfumara por momentos de su cabeza
Se puso uno de los pijamas que tenía por allí y sin hacer mucho ruido se metió en la
cama, barajó la posibilidad de dormir en el sofá pero el frío que hacía aquella noche no
hizo más que quitarle de la cabeza aquella idea
Buscó la posición más cómoda y se quedó con los ojos abiertos intentando percibir la
respiración de la pediatra, la encontró, pero no más que un segundo en aquel silencio,
pues aquella mujer que tanto quería se daba la vuelta para abrazarla y en esa ocasión
cobijarse ella su cuello, su cuerpo se erizó con el contacto de aquel aliento que la hacía
sentirse tan viva por dentro
M: ¿Por eso tiemblas?... (sacando su rostro del lugar en el que había permanecido hasta
ahora)... Esther... yo no puedo más... (se lo decía en un susurro que solo lograba
entrecortar más su voz)...
E: Maca... (se estaba excitando por segundos, que la pediatra le hablase así hacía que la
caricia que estaba sintiendo fuese nada más que el ladrón de la poca fuerza que tenía en
ese momento)...
M: Dime que no quieres... dime que no me quieres... dime que todo esto es un error...
pero dímelo... sino, te juro que no podré parar Esther... (se dirigió hasta aquel cuello que
momentos antes había sido su refugio para esta vez regalarle una caricia en forma de
beso)...
E: Maca... (su nombre salía en forma de suspiro, su cuerpo no podía reaccionar de alguna
otra manera que fuera buscando aquella caricia de la pediatra)...
M: Te quiero Esther... (empezaba a besar su cuello con más efusividad)... y tanto como te
quiero es como te deseo ahora... (mordía su barbilla para llegar hasta esos labios que no
le decían que parase haciendo que profundizara tanto que pareciese que les faltase tanto
el aire como ganas tenían de seguir con aquello)...
E: Maca... (se separaba de ella unos centímetros cogiendo la cara de la pediatra que con
aquellos ojos le decía todo el amor que sentía por ella en ese momento)...
M:... (se había colocado encima de la enfermera, realmente las dos tenían una excitación
difícil de aplacar, pero aquel gesto la había hecho sentir un frío en su corazón que pocas
veces conseguía apaciguar)... Esther... por favor... (apoyaba su frente en la barbilla de la
enfermera)... no pienses en lo que es correcto o no... actúa según lo que sientas...
E: Mírame... (levantaba la cara de la pediatra)... ¿qué crees que siento?
M:... (se sentaba a horcajadas encima de la enfermera)... Últimamente no lo sé... (decía
algo triste para luego sentarse dándole la espalda)...
E:... (se incorporaba y se sentaba junto a ella, cogiéndole la mano)... Perdóname
M: ¿Por qué?... (se giraba para mirarla)...
E: Por como te he tratado desde ayer... (le frotaba la mano y se la besaba)
M: ¿Es por algo que haya hecho?
E:... (suspiraba ante aquella pregunta)... ¿Te sirve si te digo que no es nada que me haga
dejar de quererte?
M:... (la miraba dulcemente)... ¿Me quieres?... (se lo decía con una sonrisa que se le
contagiaba a la enfermera)...
E: ¿Lo dudas?
M: Me gusta oírtelo decir
E:... (se acercaba hasta su oído)... Te quiero más que ayer... y te querré más cada día que
pase Maca
M:... (giraba su rostro hasta quedar a milímetros de aquella persona que con solo respirar
a su lado conseguía que su cuerpo temblase)... ¿Me lo prometes?... (se recostaba poco a
poco encima de la enfermera hasta que esta quedaba completamente debajo de ella)...
E: Te lo prometo, te lo juro y aseguro
M:... (terminó de escuchar aquello para sellar aquellas palabras con un tierno y dulce
beso que necesitaba)... mmmm ¿tanto?
E: Tanto
M: Me encantas... (dándole otro beso)...
E: ¿Por qué no paras de hablar de una vez y acabas lo que has empezado uhm?
M:... (se separaba un poco de la enfermera para mirarla a los ojos con una expresión
bastante provocativa)... Y ¿si no lo quiero acabar?
E:... (en un ágil movimiento se colocaba ella encima de la pediatra)... Pues si no pones de
tu parte tendré que hacer que lo reconsideres ¿no?
El tiempo me dio la razón 172
Un gemido de la pediatra le hizo saber que no iba mal encaminada por allí, con otro
suave roce de lengua bajó hasta el cuello para volver a subir soplando muy despacio el
mismo recorrido
E: ¿Bien?... (la pediatra asentía con los ojos cerrados)... ¿seguro?... (quería poner
nerviosa a la pediatra)
M: ¡Por dios Esther!
E: Jajajja... (se abalanzaba hasta su cuello de manera más deseosa)...
Besaba su cuello y su clavícula como si con cada uno hiciera que la pediatra se
recuperase antes, eran besos con amor, con calma, acariciaba su cuerpo con devoción, la
misma devoción que encontró cuando la pediatra más calmada la miraba para besar
aquellos labios que le daban esa fuerza por querer afrontar tanto bueno, como malo en
una vida que esperaba vivir junto a la enfermera
M:... (se refugiaba en el cuello de la enfermera)... ¿Tú sabes como me has dejado?
E: Jajajaj ¿cómo cariño?... (se movía para mirarla a los ojos)...
M: Eso no te lo digo... te lo demuestro ¡leona! Jajaja... (se abalanzaba sobre la enfermera
para ser ella ahora quien hiciese temblar)...
Pasaron una noche como tantas veces habían hecho, pero con la diferencia de que esta
tenía añoranza de años atrás, impulsos contenidos y ahora expuestos, sentimientos que
habían estado frustrados por momentos, siendo ahora el más hermoso regalo que se
podían ofrecer mutuamente, llenos de caricias y te quieros que ansiaban demostrar,
llevados a un baile de dos personas, donde la música eran sus respiraciones y los
instrumentos esos dos cuerpos llenos de deseo y amor...
Esther abrió los ojos, y vio aquello que tanto había echado de menos, la pediatra estaba
frente a ella con una mano puesta en su cintura, su rostro lo tenía a pocos centímetros y
se podía decir que respiraba de ella. Se quedó observándola mientras con su dedo
acariciaba aquella mano que le sabía a gloria. Cuando su razón consiguió esfumarse no
tuvo más remedio que besar aquellos labios que la seguían llamando a gritos haciendo así
que aquella reina se despertase con esa sonrisa a la que tanto celo le tenía por estar
pegada a ella a cada momento
Pasaron un rato más disfrutando la una de la otra, cuando ya empezaba a ser hora de
desayunar y arreglar a la niña se levantaron y Maca decidió ducharse mientras que Esther
cogía a la niña antes de preparar el desayuno
Con una gran sonrisa en los labios y radiando felicidad entró en la cocina donde una
Esther en bata, pero a sus ojos increíblemente preciosa daba el desayuno a la niña
M: ¿Dónde está mi princesa?... (se acercaba hasta su hija que ya sonreía al verla)...
Irene: ¡¡Ami..!!... (prestaba toda la atención a la pediatra)...
M: Guapa... (le daba besos tras cada palabra que decía)... preciosa... mi chiquitina... mi
princesita...
E: Bueno visto que me vais a ignorar voy a ducharme... (dejaba en plato con la papilla
encima de la mesa para ir hacía el baño, cosa que Maca impidió tirando de su brazo hasta
sentarla en su regazo)...
M: ¡Ven aquí!... (sentándola en sus piernas)... ¿qué le pasa a mi reina?
E: ¿A mí?... nada mujer... que para el caso que me hacéis las dos me ducho
M: Jajajaj tonta... (la estrechaba entre sus brazos para besarla)...
E: Maca, la niña
M: Que pasa... ¿no le puedo dar un beso a su mama o que?
E: Sí pero uno normalito
M: Jajajaaj venga... ve a ducharte y mientras termino yo con este bichejo
Irene: ¡¡Iejo!!
E: Eso, tu no digas palabras normales
M: Mama guapa... (le decía a la niña)...
El tiempo me dio la razón 174
La enfermera se marchaba, sin duda alguna ese día iba a ser maravilloso, era el
cumpleaños de su hija y tenía a Maca con ella, y estaban otra vez como tantas veces
había rezado por estar
Se metió en la ducha pensando en cada uno de los segundos vividos la noche anterior, su
sonrisa crecía conforme pasaban por su cabeza una a una cada una de las imágenes
Salió de la ducha y agarró el albornoz para cubrirse con él, se sentó una vez estaba tapada
con él, en el borde de la bañera, bajó la mirada y al observar el suelo se dio cuenta de que
todo le daba vueltas, se puso una mano en la cabeza intentado para todo aquel
movimiento pero fue inútil, segundos después caía de bruces al suelo dejando tras de si
un gran golpe que llegó a oídos de la pediatra
Maca corría hacía el baño después de haber escuchado el estrepitoso ruido, llamó a la
puerta, al no recibir respuesta entró sin dudarlo un segundo más
M: ¡¡¡Esther!!!... (la enfermera estaba en el suelo bocabajo con un golpe en la cabeza que
había dejado un resto de sangre)... ¡¡Esther!! ¿me oyes?... (le daba golpes en la cara para
intentar despertarla)
E: Mmm... (se intentaba mover con alguna molestia)... ¿Maca?
M: Sí cariño... (la intentaba incorporar para dejarla sentada)... ¿cómo te encuentras?
E: Me duele la cabeza... (se tocaba el golpe y veía la sangre en su mano)... me maree
M: Ssshhh tranquila... (le miraba la herida de la frente)... parece que es una herida
limpia... vamos al hospital
E: No, no Maca, no hace falta, ha sido solo un mareo
M: Me da igual Esther, nos vamos ahora mismo
Maca entraba por la puerta de urgencias con la niña en brazos y una Esther algo aturdida
a su lado
Maca iba hasta una de las sillas de ruedas que había en la entrada y la ayudaba a sentarse,
sentaba a la niña en el regazo de la enfermera para poder llevar la silla
Mientras Vilches auscultaba a Esther, Maca espera impaciente tras la puerta con la niña
en los brazos, recorría el corto pasillo, una y otra vez, no le preocupaba apenas el golpe
en su frente, si no la razón de aquella caída
Maca se acercaba hasta el odio de la niña quien reirá con lo que le decía la pediatra
Después de aquella escena la pediatra salía de nuevo con Irene en sus brazos a esperar a
que terminase Esther de cambiarse, estaba tras la cortina mientras Vilches terminaba de
rellenar unas cosas
E: Vilches...
V: No pienso entrar Esther... así que no me lo ruegues
E: Jajajaja no enserio
V: Dime
E: Que gracias
V: No es nada que me tengas que agradecer
E: Sí Vilches
V: Pero recuerda el trato... tenemos que verlo mejor y asegurarnos ¿uhm?
E: Te juro que mañana en cuanto tenga un hueco te busco
V: Está bien... ahora sal no vaya a ser que se le pegue el pijerío de la otra a la niña
E: Ya lo tiene... llegas tarde jajajaj ¿vendréis esta tarde con María?
V: Yo sí
E: ¿Te has peleado con Cruz?
V: ¡Ella! ¡Se ha peleado conmigo! Así que haga lo que le dé la gana
E: ¡Anda gruñon! Si eres un encanto, no lo intentes reprimir... (y le daba un beso en la
mejilla)...
V: ¡Anda! ¡Anda! Tira con la pija que todavía le cuento lo nuestro ¡eh!
E: Jajajaj hasta luego Vilches
V: ¡Adiós!
Una vez de nuevo en casa, Maca mandaba a Esther al sofá con la niña mientras ella
terminaba el desayuno, pues habían salido corriendo con la caída de Esther
M: Si te doliera la cabeza dímelo y te doy algo para el dolor ¡eh! No te calles que te
conozco
E: Vale mami
Irene: ¡Ami!! Jajajaja... (miraba a sus madres mientras jugueteaba con sus peluches)
E: Sí, mami guapa
Irene: ¡¡Ami apa!!
E: Mami preciosa
Irene: ¡Ami iosa!
E: Jajajaja
M: ¡¡Esther!!
E: ¿Queee?
M: ¡Para y desayuna!
E: ¡Vale! ¡Vale!
Pasaron parte de la mañana con la niña en el salón, cuando el sol parecía que calentaba lo
suficiente como para salir decidieron salir con ella
Esther permanecía sentada en el césped con la niña mientras Maca le echaba un vistazo al
periódico con su tercera taza de café
E: No me extraña que tengas el sueño ligero, ¡la cafeína la llevas las veinticuatro horas
en vena!
M: Bueno... un vicio que me puedo permitir
E: Anda que... (movía la cabeza de un lado a otro)...
Irene: Ada que... (se ponía los brazos en la cintura imitando a su madre)...
M: Jajajajaja ¡pero bueno!... (se iba hasta ella y la niña se refugiaba en su madre
riéndose)...
Irene: ¡¡¡Maaa!!!... (se escondía tras la enfermera)...
M: ¡¡Ven aquí bicho!!
Irene: ¡¡Maaaa!! Jajajajajaja
E: ¿Qué pasa cielo?
Irene: ¡¡Amii!!... (señalaba a la pediatra tras ella)...
M:... (metió un brazo por detrás de la enfermera teniendo su rostro pegado al de ella así
que esta se aprovechó para darle un beso en los labios haciendo que soltase a la niña y
pudiera volver a esconderse tras ella)... ¡aaiiss!
E: Jajajaja
M: ¡No te compinches con ella!
E: ¡Pero si lo haces tú todos los días!
M: Pero ese es mi papel ¿no? ¡Quedamos en que tú la educabas y yo la malcriaba!
E: Ven aquí cariño... (le decía a su hija)...
Irene: Jajaja
E: Ve y dale un beso a mami... (acercándose a su oído para que la pediatra no lo
escuchase)... y dile que la quieres... (decía bajito)...
Irene: Amiii... (iba hasta su madre)...
M: ¡Ay! ¡Mi niña!... (abría las piernas y la niña se ponía de pie entre ellas mientras su
madre la agarraba)...
Irene: Ami ¿ito?
M: Ame... (ponía la cara imitando el habla de la niña)...
Irene: ¡¡Mua!!... (le daba un beso en la mejilla)... ¡¡iero ami!!
El tiempo me dio la razón 178
La pediatra abrazó a la niña mientras le daba seguidos besos en el cuello, cosa que la niña
interpretó como otro juego por parte de su mami, pero esta, lo hacía con todo el
sentimiento de escuchar aquellas palabras de su hija
La pediatra se iba hacía en interior de la casa con el deseo de que quien fuese se cansase
antes de que entrara, pero no fue así, aquel sonido no cesaba, maldiciendo en voz baja
llegó hasta el salón y descolgó
Fue con el teléfono inalámbrico hasta el jardín donde estaban la enfermera y la niña
Esther iba despacio mientras le hacía unas carantoñas a la niña, quien bien recibía aquello
devolviéndoselas a su madre en formar de tiernos besos que le llegaban al corazón
E: Está bien... (la enfermera empezaba a desvestirse bajo la atenta mirada de Maca)... así
no puedo Maca
M: ¿Así como?... (sonreía)...
E: Mirándome como lo haces
M: Lo siento cariño pero es la única manera de la que sé mirarte jajajaja
E: Uuuffff... (tras algún que otro traspiés por el nerviosismo que le podría la pediatra,
logró ponerse el pijama y meterse en la cama)... ¿ya?
M: Ya jajaja... (se acercó hasta el lado de la cama donde se encontraba la enfermera)...
Irene dale un beso a mama que está malita
Irene: ¿Aita?... (con cara de pena)...
M: Sí... va a dormir un ratito, para luego bajar con nosotras a jugar
Irene: Ale... (se acercaba hasta su madre después de que la pediatra la dejara encima de
la cama)... maaa...
E: Ven cariño
Irene: ¿maaa aita?... (cogiéndole la cara y mirándola seria)...
E: Sí cielo, mama está malita
Irene: ¿ito?... (preguntaba con toda esa dulzura que rebosaba la niña)...
E: ¡Muchos besitos!
Irene: ¿uchos?
E: ¡Muchos!... (tras eso la niña le daba un beso tras otro, haciendo que sus madres se
rieran por el desparpajo que podía a llegar a tener aquella niña con solo dos años)...
Irene: ¿Ya?... (inclinaba su cabeza mientras le preguntaba a su madre)...
E: Mmmmm ¡sí! ¡Me he puesto buena!
Irene: Jajajaja ¡¡maaa ena!!... (daba palmas)
M: ¡¡Mama buena!
Irene: ¡¡Ma ena!! Jajajajajajajaj
M: Venga, dale otro besito que nos vamos a jugar y ella va a dormir
Irene: Muaaaa... (volvía hasta la pediatra para que la cogiese)...
E: ¿Y tú no me das uno?... Irene ami no me da besito... (poniendo morros de niña
pequeña)...
Irene: ¡¡Amiii!! ¡Ito!... (señalaba a la enfermera)... ¡¡ito!!
M: ¿Le doy un besito?
Irene: ziii... en... (tiraba de su madre para acercarla hasta la enfermera)...
E: ¿Me lo das o que?
M: Jajajaja que impaciencia... (la enfermera agarró por la camiseta a Maca hasta pegarla
completamente a ella, para darle más de lo que como la niña decía “ito”
Irene: ¡¡Ito!!... (hacía palmas y reía por la escena)... ¡ito! ¡Ito! Jajajajaja
M: Joer... con el “ito”... (decía mirando también a su hija)... venga vamos bicho... (ahora
si cogía a la niña en brazos y llegaba hasta la puerta) luego te despierto para comer algo
E: Vale...
Irene: Aios maaa
E: Adiós cariño
Después de haberle dado de comer a la niña la acostaron hasta que fuese la hora para que
empezase a llegar la gente
M: Cariño... (la besaba en los labios)... cielo... (beso)... princesa... (Esther parecía no
despertar)... Esther venga... (la acariciaba un poco el brazo)... ¿Esther?... no me hace
gracia ¡venga!... Esther ¡¡¡joder!!!... (levantó un poco más la voz y la enfermera no pudo
aguantar más y rompió a reír)...
E: Jajajajaja
M: Pues a mi no me hace ninguna gracia... (decía levantándose y mirando seriamente a la
enfermera)...
E: Perdona jajajaja
M: ¡Serás idiota!
E: Perdona cariño jajajaja
M: ¡Pero tú no paras de reírte!... (la enfermera le tiró de la mano haciéndola caer encima
de ella)... ¿Cómo eres tan mala?
E: Es que te he oído llegar y no he podido contenerme, lo siento... (le decía mimosa)...
M: Pues vaya gracia
E: No te enfades... (le mordía el labio inferior)... ¿uhm?
M: No me enfado venga... (intentaba levantarse pero Esther la volvía a tirar encima
suya)...
E: ¿Y la niña?
M: Durmiendo
E:... (tras escuchar aquello se abalanzó a los labios de la pediatra para besarlos con
deseo)
M: Esther... (la enfermera no la dejaba hablar)... uuummm... Esther
E: Venga que voy a hacer que me perdones... (intentaba despojar a la pediatra de los
pantalones)...
M: Esther... cariño... nada me gustaría más, te lo juro pero es que... (bajaba la voz y se
acercaba hasta ella)... es que está Ana abajo
E: Uuuuffff... (se dejaba caer a la cama en signo de desesperación)... pues que bien
M:... (se recostaba un poco encima de la enfermera)... Pero... ¡qué sepas que este
calentón me lo pagas esta noche!... (y volvía a besarla pero con menos efusividad)...
El tiempo me dio la razón 182
E: Calentón el mío ¡guapa! Que yo ya tenía la idea hecha hace rato... (se levantaba de la
cama en un salto para ir a la ducha, pero la pediatra la alcanzó para abrazarla por la
cintura)...
M: Osea... ¡qué te ibas a aprovechar de mí con alevosía!
E: Pues sí... ¡pero ya nada!
M: Venga pues una duchita fría y solucionado... (antes de que Esther pudiera reaccionar
deshizo el abrazo y se fue corriendo hasta la puerta)...
E:... (se giraba hacía ella)... ¡¡¡Pero serás!!!... Cabrona!!
M: Jajaja te espero abajo cariño
E: ¿Cariño? ¡¡Cariño es lo que me vas a pedir tú esta noche!!... (decía alzando la voz)...
M: Mi amor... la niña... jajajaja... (la enfermera cogía un cojín y se lo lanzaba con la mala
suerte de no acertar)... ahí que ver que agresividad
E: ¡¡Vete Maca!!
M: ¡Vale! ¡Vale! Me voy... (se marchaba pero volvía a asomar solamente la cabeza)...
pero... ¡ya me buscaras ya!
E: ¡¡Maca!!
Rato más tarde una Esther más relajada hacía acto de presencia ante las dos amigas que
no cesaban de reír mientras terminaban lo que sería su comida
E: ¿Os divertís?... (dijo nada más entrar en la cocina)... hola Ana... (dándole dos besos)...
Ana: Hola guapa
M: ¿Y para mi no hay beso?... (miraba de reojo a la enfermera quien le devolvía la
mirada pero con más seriedad)... um... vale
E: ¿Comes con nosotras Ana?
Ana: Pues sí... no tenía nada que hacer y como tenía que venir después pensé “¡que
coño! ¡Que me inviten a comer!” jajajaja
E: ¡Di que sí! Ajajaj
Ana: ¿Cómo estás? Ya me ha contado Maca tu golpe
E: Mejor... (sonreía)... aunque el chichonazo este duele... (se tocaba el golpe)...
M: Deja que te lo mire... (se acercaba hasta la enfermera que la miraba fijamente)... vaya
golpe... esto se te tardará en quitar... (volvía hasta donde minutos antes terminaba de
preparar la ensalada)... bueno pues esto ya está ¿vamos a la mesa?
Ana: Vamos
Se sentaron las tres a la mesa, Ana en un acto reflejo se puso en uno de los lados para que
Esther se pusiera al lado de la pediatra
Parecía que la enfermera seguía en sus trece sin hablar abiertamente con la pediatra, a
Ana le hacía mucha gracia esa situación pues había pillado a la Esther reírse por algún
El tiempo me dio la razón 183
comentario dirigido a Maca haciendo ver que lo único que quería ponérselo difícil y
sabía que lo estaba haciendo divinamente
Cuando terminaron de comer Maca fue a ver como estaba la niña mientras Esther y Ana
recogían la mesa
La pediatra hacía su aparición en la cocina sentándose a mirar como aquellas dos se reían
M y E: Jajajajajaja... (se separaban a la vez para reírse por aquel comentario que rompía
la magia de cualquier momento)...
A la hora prevista todo el mundo iba llegando, Irene era el centro de atención de todo el
mundo por ser la protagonista del día, María, la hija de Vilches y Cruz era mayor que ella
y lo de las dos era un juego bastante gracioso, Maca andaba de un lado a otro del jardín
orgullosa de su hija
Todos en la mesa se reían, pues la niña ya lo decía sin tener que pedírselo, el pobre
Vilches no podía hacer otra cosa que reírse
La enfermera y Vilches desaparecían del jardín entrando en una cocina para hablar más
tranquilamente
Pasaron en silencio hasta la cocina donde Lucía paró a la enfermera para hablar con ella
M:... (no podía ocultar un rostro de sorpresa)... Hola... (le daba dos besos por
compromiso propio en no hacerle pasar un mal rato a Esther)...
Tras aquel momento para ella más que angustioso salió de nuevo al jardín con la idea de
intentar ignorar al máximo a aquella persona, cogió de nuevo a su hija y se dirigieron
hasta una María que reía por las ocurrencias de su padre
La tarde pasaba tranquila, aparentemente, Maca no había dejado de observar como Esther
hablaba con todo el mundo incluyendo también a Lucía, no quería tener que hablar con
ella por si por alguna causa no contuviese el tamaño de sus palabras
Salieron juntas ante la mirada de todos que empezaban a cantar cumpleaños feliz, Esther
cogió a Irene en brazos y ante la sorpresa de todos se sentaron las dos en el regazo de
Maca
La niña hizo un amago de soplo junto con su madre que se moría de la risa, todos
hicieron palmas y la niña saltaba de la emoción, mientras Esther cortaba la tarta Maca
ayudaba a la niña a abrir sus nuevos juguetes, estaba bastante emocionaba y no daba
abasto para jugar con ellos
Mientras los adultos comían la tarta las dos niñas jugaban con los nuevos trastos de Irene
M: ¡Perdón! ¡Perdón!
L: No sabe con que jugar jajajaj... (todos miraban como la niña cogía uno y al segundo
miraba el que tenía al lado)...
E: ¡Y todavía la que el de su mami, que cuando lo vea ya verás! Jajaja
V: Haber pija... ¿qué le has comprado?
E: Lo de ahora será algo simbólico lo bueno es lo otro
V: ¿Pero dinos que es coño?
M: Bueno vamos a dárselo y lo veis... ahora vengo
La pediatra se dirigía hacía la casa ante las dudas de los allí presentes, no tardó en llegar,
llevaba una caja bastante grande en sus brazos
V: ¡Venga sorpréndenos!
E: ¡¡Irene!!... (la niña se volvía a mirarla mientras su madre se acercaba a cogerla para
ponerla junto a la pediatra quien abría la caja)... mira ami tiene una cosa
M: ¡A la una! ¡A las dos! Y... ¡¡a las tres!!... (levantaba la caja dejando al descubierto un
caballito pequeño con ruedas)...
Irene: ¡¡¡Allooooo!!!... (miraba sorprendida aquel caballo mientras lo señalaba)
E: ¡¡¡Un caballo!!!!
E: ¿Le das un beso a ami?... (le decía mientras la pediatra miraba absorta a su hija todo lo
feliz que era encima de aquel caballo)...
Irene: Amiiiiii... (la llama sin soltar los agarradores)...
M: Dime cielo... (se agachaba al lado de la niña)...
Irene: Ito... (cogía a su madre del cuello y le daba tiernos besos para después soltarla y
seguir concentrada en lo que ahora tendría entre manos todas las horas que le estuviera
permitido)...
E: Natalia quédate con ella para que no se caiga
Natalia: Vale
E: Oye Irene... ahora dejas a María que se monte en tu caballito ¿a qué sí?
Irene: Chi... (asentía convencida a su madre)...
Tras varios minutos con miedo de levantarse de allí por si repetía tal acción, se puso
frente al espejo y vio la palidez en su rostro, le temblaba todo el cuerpo, refrescó su cara
con agua fría y tras unos minutos intentado contener aquel nerviosismo salió de nuevo
teniendo enfrente la imagen de un Vilches con los brazos cruzados esperando su salida
V: ¿Has vomitado?
E:... (asentía pasándose la mano por la frente)...
V: Vámonos a urgencias
E: ¡No!... (ponía las manos en el cuerpo de este para frenarle)... por favor Vilches
aguanta a mañana, te lo pido por favor
V: ¿Pero no ves que puede ser grave Esther? ¡Joder!
El tiempo me dio la razón 188
En otro lugar de la casa, Maca guardaba el pastel en la nevera viendo que si tardaba
mucho más se pusiera en malas condiciones
Maca no pudo más se acercó en dos pasos a ella para darle una sonora bofetaza
Los compañeros empezaban entrar ante los incesantes gritos que procedían de la cocina.
El tiempo me dio la razón 189
No hizo falta más, el gesto de la enfermera lo decía todo, era algo indiscutible
Esther miraba a Maca sin pronunciarse, esta estaba sentada apoyando sus brazos en la
mesa y tapando su cara con ambas manos. Negaba con la cabeza recordando como Lucía
había conseguido sacarla de sus casillas en el momento menos oportuno, suponía lo que
se le venía encima, estaba aterrada, no sabía si eso conllevaría a que Esther de nuevo se
alejase de ella
Pasaron unos segundos en silencio, segundos que parecieron una eternidad, la tensión se
podía cortar con un cuchillo en ese instante, Maca tenía pudor a hablar sabía que nada en
ese momento haría entrar en razón a la enfermera
Después de aquello toda la gente invitada incluyendo a una Encarna más que preocupada
decidieron irse a casa, Maca, después de un intento más por su parte de que todo se
calmase no pudo más y tras avisar a Ana se fueron de allí no sin antes despedirse de su
hija ante una mirada llorosa de Esther. Lucía no se despidió de nadie se fue como cual
ladrón en casa ajena, en silencio
La noche para las dos estaba siendo una auténtica tortura, Esther sentada abrazándose a si
misma se balanceaba en aquella cama que en apenas veinticuatro horas había sido única
y exclusivamente confidente de aquel nuevo intento por parte de las dos
Maca sentada en su terraza había conseguido aquel silencio deseado tras las incesables
regañinas por parte de Ana para que se acostase, miraba las pocas estrellas que
El tiempo me dio la razón 190
iluminaban Madrid, deseaba perderse en ellas, o simplemente cerrar los ojos para abrirlos
de nuevo y creer que todo había sido una pesadilla, no sabía si sus ojos habían dejado de
llorar pero lo que si sabía es que su corazón no dejaba de hacerlo
Llegó con el tiempo justo a casa de su madre, sabía que así no la entretendría mucho, no
quería tener que hablar con su madre respecto a lo de la noche anterior, después de
despedirse de su hija y diciéndole a su madre que no sabía si iría ella o Maca a recogerla
puso rumbo hacía el hospital, con unos más que evidentes nervios por tener que hacer las
pruebas que le había prometido a Vilches
E: Hola Teresa... (mientras firmaba en el registro le pedía a dios que Teresa tuviera
compasión y no le preguntase nada)...
T: Buenos días... Vilches me ha dicho que te espera en su despacho... (la miraba triste, no
quería avasallarla y se contenía por preguntarle su estado aunque era más que evidente)...
E: Gracias Teresa... (le dijo sinceramente)...
Iba rápida por los pasillos para no tener que encontrarse con nadie, principalmente con
Maca, que sabía que tenía el mismo turno que ella aquel día, aunque la pediatra saliese
antes
Entró rápida a cambiarse y una vez lo hizo salió de la sala de enfermeras para poner paso
ligero hacía el despacho de Vilches, pero al levantar la vista la vio, sus ojos sin quererlo
se habían cruzado con los de la pediatra, las dos permanecieron quietas por un par de
segundos, se miraban en silencio, por mucho ruido que hubiese allí, sus almas solo tenían
oídos para esos dos corazones tristes
Cuando de nuevo aquel dolor hizo su aparición, apartó su mirada, la miró otro segundo y
sin hacer ningún tipo de gesto se fue a buscar a Vilches
Maca esperaba que Esther le diese la oportunidad de hablar, había ido decidida a hablar
con ella, pero al verla ahí parada, su cuerpo no quiso seguir sus ordenes, su mirada le
decía que aquel no era el momento, le gritaba en silencio que la abrazase, le gritaba que
la quería, pero parecía como si aquel corazón que creía suyo la hubiese abandonado a la
triste añoranza de algo querido y ahora posiblemente perdido
E: Ya estoy aquí
V: ¡Ya era hora! Que sepas que estoy intentado escabullirme para centrarme en ti
E: Gracias... (decía nerviosa)...
V: Venga, pues manos a la obra
Estuvieron un largo rato haciéndole unas pruebas, lo hicieron en presencia de las menos
personas posibles, llegando al acuerdo con estas de que nada podía salir de esas cuatro
paredes
Tras un rato esperando en el despacho, Vilches llegó con varios informes, su gesto no
delataba nada, Esther lo miraba seria esperando que este dijese algo, parecía que sus
palabras no llegaban
No podía dejar de pensar en su hija, recordaba cuando ella era una niña y añoraba a su
padre en el silencio de la noche, donde solo su llanto era invitado, no quería que su hija
viviese así, pensó en Maca, sabía que ella la cuidaría, su corazón se encogía según se
hacía más fuerte aquella idea en su cabeza, lloraba sin consuelo, pero en silencio, las
lágrimas caían, su cara no se movía, sus ojos ni parpadeaban, dejando que las imágenes
pasaran con más facilidad
V: Ya... (volvía a sentarse pero esta vez al lado de la enfermera para ofrecerle su abrazo,
cosa que ella recibió por pura inercia)... he hablado con Cruz
E: ¿Le has dicho que soy yo?... (miraba al vació)...
V: No, pero me ha dicho que quiere hablar con el paciente, le he dicho que se pase por
aquí en diez minutos, si no quieres verla te dejo que te vayas, le daré alguna excusa
E: No importa
V: Bien... (limpiaba las lágrimas que seguían cayendo por su rostro)... lo vamos a superar
Esther
E: Gracias
V: No tienes que darlas
E: Lo digo por incluirte
V: Eso ni lo dudes
Pasados unos minutos donde el único propósito de Vilches era tranquilizar a Esther, la
puerta del despacho se abría dejando paso a Cruz, quien entraba con los informes de
Vilches en la mano
En aquellos momentos a parte de las palabras lo único que necesitaba la enfermera era el
apoyo de la gente de su entorno, Cruz la abrazaba intentando no llorar ella también, se le
hacía difícil, intentó tranquilizarla, Esther estaba claramente en un estado de shok donde
no había dicho una palabra más, miraba al vació, y eso Cruz lo comprendía pero tenían
que hablar de ello y encontrar la posible solución
Decidieron hablar con Dávila para que propusiera algo, este como sus dos compañeros
no creía la noticia, hizo algunas llamadas mientras Cruz se llevaba a Esther a un lugar
tranquilo donde poder hablar
Maca buscaba a Esther por todo el hospital, no la había vuelto a ver desde que la vio salir
de la sala de enfermeras, tenía que hablar con ella, quería hablar con ella
Se fue de allí con la intención de dar con ella de cualquier manera, preguntaba a toda
enfermera pero ninguna sabía nada de su jefa, se acercó hasta el despacho de Cruz
C: Adelante
M: Hola Cruz... Esther... (la enfermera estaba sentada con Cruz en un sillón visiblemente
triste)... yo... venía buscando a Esther
C:... (se levantaba hasta ella, pues la enfermera ni había mirado hacía la puerta)... Maca...
(decía en voz baja)... será mejor que lo dejes para otro momento
M: ¿Le ocurre algo?
C: Bueno... (no sabía como capear aquella situación)... sigue un poco afectada por lo de
ayer
M: Ya... (bajaba la mirada triste)... pues... (volvía a mirar a la enfermera quien también lo
hacía con los ojos bastante rojos)... me voy
Salió de allí profundamente triste, la mirada de Esther le había roto el corazón, en sus
ojos solo podía ver tristeza y miedo, vio como le temblaban los ojos al mirarla y no supo
cuando sus ojos empezaron a llorar también recordando aquello, fue hasta uno de los
lavabos pues no podía sopórtalo
E: Cruz... ¿cómo le voy a decir esto?, ¿cómo se lo digo a mi madre?... (decía en un llanto
que no cesaba y que la estaba dejando sin fuerzas)...
El tiempo me dio la razón 193
C: Pues... alguna manera habrá, pero necesitas todo el apoyo posible, no puedes con esto
tú sola
E: Yo no puedo decirle esto Maca, no puedo Cruz, no puedo... (se tapaba la cara con las
manos y negaba con la cabeza)...
C: ¿Pero que mejor persona para estar a tu lado?
E: Yo... yo no le puedo hacer esto
C: ¿Pero hacer el que Esther? Tú querrías estar a su lado si fuese al contrario
E: Sí pero... no puedo Cruz, no puedo
Pasaron un par de días donde Esther seguía sin hablar con Maca, se dedicaba a decirle
como estaba la niña y a preguntarse mutuamente como recogerla
Maca cada día traía peor cara, llevaba desde aquel fatídico día sin dormir y no soportaba
ver a Esther así
Dávila le dio unas supuestas “vacaciones” en las que Esther se hacía los reconocimientos
oportunos bajo el secreto de ellos cuatro, no había querido hablar de ello con nadie más
Cuando sufría bajones de fuerza por alguna prueba pasaba las noches en casa de Cruz,
esta no podía permitir que la enfermera pasase por eso sola, todo intento por que lo
hablase con su madre o con Maca habían sido inútiles
Llegaba la semana donde Laura y Javier se casaban, su aspecto iba desmejorándose por
momentos, había perdido bastante peso y su cara daba claras señales de ello
Encarna hablaba con Maca por la actitud de su hija, ninguna de las dos comprendía nada
de aquello, la única mediación por saber algo de Esther la tenía en su madre y cada día
sufría más por ello
Esther estaba en una de las habitaciones del hospital acompañada por Cruz tras recibir
una medicación cuando Dávila y Vilches entraron con noticias
Estaba claro, la solución era ir a aquella clínica, Cruz la animó a hablar con su familia, en
una semana sería la boda de Laura, así que decidió no decir nada de lo que tenía pensado
hasta después del enlace, por supuesto estaba claro que no diría el motivo real de su
marcha, exceptuando a su madre
Esther quedó con Maca para ir juntas a la boda ya que iban con la niña, fue un encuentro
breve que no ayudó en nada a la pediatra, pues hablar cara a cara con ella en esa frialdad
En casa de Encarna, Esther y Cruz llegaban con la niña, para hablar tranquilamente con
ella, la enfermera le había pedido apoyo en aquel momento a Cruz, sabía que no podría
afrontar aquello, tenía miedo de derrumbarse y causarle más dolor a su madre
Una vez llegaron pidieron a Natalia que se llevase a la niña a jugar para hablar sin
interrupciones
En: Hija... (le cogía la mano)... cada día traes peor cara
E: Lo siento mama... (agachaba la mirada intentando encontrar las fuerzas para comenzar
a hablar)...
C: Tranquila Esther eh...
E: Sí, verás mama tengo que decirte algo
En: Me estás asustando hija
C: Usted tranquila Encarna
En: ¿Qué ocurre hija?
E:... (respiro hondo y comenzó a hablar)... Estoy enferma mama
El tiempo me dio la razón 195
En: ¿Cómo enferma? ¿Qué te ocurre Esther?... (preguntaba angustiada mientras miraba
también a Cruz)...
E: Hace unos meses empecé a encontrarme mal y me hicieron unas pruebas en el
hospital... no pude decírtelo entonces... lo siento... (la enfermera empezaba a ponerse
nerviosa y sus ojos anunciaban unas lágrimas que no tardarían en llegar)... Cruz no
puedo...
C: Venga tranquila... (se sentaba junto a ella en el sofá para seguir hablando con la
mujer)...
En: ¡Por dios! Que alguien me diga que ocurre
C: Encarna, tenemos que ser fuerte y tener fe... (la mujer la miraba compungida)... Esther
tiene cáncer
En: ¿Cáncer?... (su rostro palidecía por segundos)...
Se fundió en un abrazo con su hija que no hizo más que expulsar el miedo de esos dos
cuerpos, lloraban abrazadas, Encarna acariciaba a su hija rezándole a dios por ella,
lloraba pensando en todo lo que habría pasado ella sola, tras unos minutos de necesidad
Cruz continuo hablando
La puerta del salón se abría dando paso a Irene cogida de la mano de su tía quien llevaba
aquel peluche adorado por ella
Cruz le relataba aquello a Natalia, esta miraba en todo momento a Esther, que seguía con
la niña en brazos y la mirada perdida
¿Cáncer? Se preguntaba una y otra vez mientras miraba a su hermana, ella conocía que
pasaba con la gente que tenía aquella enfermedad y comenzó a llorar sin ni siquiera
parpadear, intentaba asimilar aquello sin ninguna suerte, otra vez el destino intentaba
arrebatarle a su hermana
La enfermera notaba como su corazón se resquebrajaba de nuevo, todo eso era lo que
pretendía evitar, pero también comprendía que su familia se merecía una explicación
E: Escúchame Natalia... (intentaba coger su cara entre sus manos para que la mirase a los
ojos)... mírame
Natalia: ¡¡Noooo!!... (decía sumida en su llanto)...
E: ¡Lo vamos a superar ya verás! Voy a ir a un sitio donde me curaran y volveré
enseguida... (miraba hacía el sofá donde Cruz se había sumado a esas lágrimas junto a
Encarna)...
Natalia: Quiero ir contigo
E: No cielo... tienes que quedarte aquí a cuidar de la niña, junto con mama
Natalia: ¿Maca ira contigo?
E: No... Maca no lo sabe, y tampoco se lo vamos a contar ¿vale?
Natalia: ¡Pero ella te cuidará! ¡Ira contigo! ¡Estoy segura!
E: Y yo también cariño, pero no es justo hacerla pasar por esto... ¿quieres que sufra?
Natalia: Pero tú sufres más sin ella
E: Pero lo último que quiero es hacerle daño ¿comprendes? Eso si me hace sufrir
Natalia: Te quiero mucho Esther... (volvía a aferrarse a su hermana)...
E: Y yo a ti cariño... y yo a ti...
El tiempo me dio la razón 197
Al día siguiente Esther tenía que ir al hospital, para su última prueba antes de ir a Boston,
fue con su madre y con la niña ya que dormiría con Maca esa noche
E: Hola Teresa
T: ¡Hola guapa! ¿Cómo van esas vacaciones?
E: De maravilla gracias
T: Hola Encarna
En: Buenas tardes
E: Oye ¿sabes por donde anda Cruz?
T: Pues estaba en la sala de médicos hace un momentito
E: Vuelvo enseguida mama
Se fue de allí dejando a las dos mujeres con la niña, entró en la sala de médicos pero no
había nadie, notó como el aroma de café recién hecho llenaba la habitación, alzó la vista
y la vio encima de la mesa
Estaba con la taza entre las manos cuando Héctor entraba con Lucía por la puerta riendo
por algo que contaba el argentino
El silencio de adueño de la sala, Esther no quería mirar a Lucía pues sabía que esta tenía
los ojos fijos en ella
Y dicho esto se fue dando un portazo y marchó hasta el despacho de Cruz, estuvieron
hablando, y tras un rato buscaron a Dávila quien le suministró el medicamento para luego
dejarla descansar en su despacho para que nadie la viera
El tiempo me dio la razón 198
Salió de allí algo débil, pero no lo suficiente como para que se le notase, llegó hasta
donde se encontraba Teresa y esta le indicó que su madre estaba en la cafetería con Maca
y con la niña
Estuvieron un rato charlando en el que las únicas que lo hacían realmente eran Maca y
Encarna, Esther se refugiaba en su hija para no tener que mirar a la pediatra
Y así, tras despedirse de su “suegra” se fue cabeza abajo hasta su despacho donde un
torrente de lágrimas, tristeza, y rabia hacían eco en su cuerpo
Esos días antes de la boda de Laura, Esther estuvo bastante decaída, Maca lo notaba
cuando llamaba por teléfono a su casa para preguntar por la niña, la enfermera evitaba la
conversación con menos efusividad que al principio
Cruz era su bálsamo en esos momentos, la acompañaba siempre que le era posible e
incluso alguna noche se quedaba con ella
El tiempo me dio la razón 199
Maca cada día estaba más decaída, veía como su relación con Esther se estaba esfumando
en sus propias narices sin poder remediarlo, había intentado hablar con Encarna para que
la ayudara, pero esta de un día para otro decidió que su lema sería “ojalá el tiempo os de
la razón”, y así una y otra vez, acababa el día, siendo su último cartucho la boda de Laura
La mañana de la boda de Laura, Esther ayudada por Cruz vestía a la niña intentando que
esta se dejara, distraída por una María que saltaba a los pies de la cama, Vilches cerveza
en mano miraba las repeticiones del partido de la noche anterior entre vítores y alguna
que otra maldición para el arbitro, Encarna discutía con Natalia por que esta se quería
quitar alguna que otra pinza que su madre le había colocado en pelo, todo aparentemente
normal
Esther se debatía entre sus fuerzas y las ganas de ver a Maca, pues aun teniendo que darle
la espalda por su propia decisión de ocultarle lo ocurrido, cada segundo la echaba más de
menos, seguía dolida, confusa, no había tenido oportunidad de hablar tampoco con Lucía,
su primordial problema era superar un cáncer desconocido para los demás pero
consumiendo su interior
Se dirigió hacía el salón, escucho las risas de la niña en la habitación, pero no quería
hacer algo que Esther pensase que la estaba intentando agobiar, se asomó a la puerta y
vio como Vilches expulsaba su personal rugido por algo que estaba viendo en la
televisión, Natalia estaba con una consola pequeña en el sofá
M: Buenos días
Natalia: ¡Maca!... (se levantaba deprisa para saludarla)... ¡que guapa tía!!
M: ¿Sí?
Natalia: ¡¡Pues ya ves!!
M: Jajaj gracias... tú también lo estás (Vilches al escuchar aquello quiso saber si era así,
la miró de reojo)... ¿tú veredicto Vilches?
V: Pues que es una pena que seas de la otra acera... (volvía su vista al televisor)...
M: Me encanta tu sinceridad
V: Te encanto yo, que no es lo mismo
M y Natalia: Jajajaja
Natalia: Esther está con Cruz vistiendo a la peque ¿vamos?
M: No sé si será lo mejor
Natalia: Venga vamos tonta... (le cogió la mano y la arrastró hasta la habitación donde
también se encontraba Encarna)... ¿cómo vais?
El tiempo me dio la razón 200
Esther levantó su mirada de la cabeza de la niña donde intentaba ponerle unas pinzas, su
primera visión fue Maca, que la observaba desde el marco de la puerta con miedo de
entrar allí, cuando supo que no aguantaba más esa mirada volvía con su hija
Cruz miró a Encarna y le hizo una seña con la cabeza para decirle que saliese con ella de
allí mientras cogía a Natalia de la mano para llevársela con ella
Esther no se dio cuenta de aquello pero Maca se sentó tras ella con la niña y tras un rato
se miraron a través del cristal, fueron tan solo unos segundos, pero Esther sintió como
todo su muro se resquebrajaba por segundos así que dejó de mírala para dirigirse hasta su
joyero
Esther se sentó en la cama su cara se humedecía de nuevo por aquellas lágrimas que no la
abandonaban desde hacía tiempo, se sentía tan sumamente cruel con la pediatra que se
odiaba así misma, pero tenía claro que no le contaría nada, sería algo en lo que ya no
podría luchar por si sola, Maca estaría con ella cada segundo, uniéndose a su sufrimiento
y eso no lo iba a permitir, se levantó de nuevo hacía el espejo para intentar arreglar el
maquillaje
Bajo las escaleras con la intención de que todo pareciese normal por un día, su hija tenía
el derecho de eso y ella no iba a ser quien se lo negara
Las cuatro iban en el coche de Esther, Encarna iba delante después de haber tenido que
lidiar con una Maca que prefería ir detrás con la niña junto a Natalia
Maca la miraba a través del retrovisor en más de una ocasión, Esther se había cruzado
con su mirada haciendo que Maca la intensificara produciendo escalofríos en su cuerpo
Mientras miraba hacía la carretera escucha como la pediatra hablaba con la Natalia y con
la niña, solo el timbre de su voz la hacía sumirse en un cielo momentáneo del que gritaba
interiormente no querer salir, pero entonces llegaba su verdad, esa que le robaba la
felicidad con la persona más importante de su vida junto a su hija
La prima de Laura fue hasta ellos para pedirle a ella y a la pediatra que la siguieran
porque Laura se lo había pedido, andaban por los pasillos hasta llegar a una gran puerta
bastante gruesa donde daba a una habitación donde se encontraba la novia
E: ¡Ey! Hola preciosa... (le daba un emotivo abrazo con cuidado de no estropearle el
tocado)...
L: Hola... (decía en un suspiro)... hola Maca... (quien también la abrazaba)
M: Hola cielo, estás guapísima... (la miraba de arriba a bajo)...
L: Gracias... ¿estáis cerca no? ¿No os han puesto ninguna pega?
E: No, tranquila, estamos justo detrás de tu familia
L: Os necesito cerca... (volvía a abrazar a Esther)...
E: ¿Estás bien Laura?
L: Estoy muy nerviosa
M: ¿No te estarás arrepintiendo verdad?
L: ¡No! Es que... pienso en todo lo que se me viene encima y uufff
E: Mírame... va a salir todo bien ya verás, nosotras estamos contigo, mucha gente está
contigo, y vas a ser la novia más preciosa que allá visto esta iglesia
L: ¿Que haría yo sin ti?
E: Vivir más tranquila jajajaj
L: Ven aquí... (la abrazaba dejando atrás ningún tipo de pensamiento de estropear nada
del vestido)... te quiero mucho Esther
E: Y yo a ti
L: Ven Maca... (sin romper el abrazo y haciendo hueco a la pediatra para abrazarlas a las
dos)... os quiero muchísimo y pase lo que pase, siempre seremos un equipo ¡eh!... (ambas
El tiempo me dio la razón 202
se miraban abrazadas a Laura, Esther con una mirada pidiéndole perdón por todo aquello
y Maca, Maca solo podía seguir demostrándole todo lo que la quería)... ¡¡venga!!... (se
separaba de ellas)...
E: Nosotras nos vamos, la gente te espera
M: Tranquila ¿vale?
L: Sí... venga que salgo enseguida jajaja
E: Hasta ahora
Salían sin mirarse y cruzaban el estrecho pasillo por donde habían entrado hace unos
minutos antes, Maca se puso por delante y Esther paro
La prima de Laura volvió a acercarse a ellas para indicarles que la ceremonia iba a
comenzar y tenían que volver a sus sitios, ellas se miraron una vez más y Esther fue la
primera en seguir aquellos pasos que había empezado en un primer momento
Volvieron a sus respectivos lugares, la niña estaba con Encarna pero al ver a Esther y a
Maca aparecer pidió los brazos de la enfermera quien la cogió ante la mirada de Maca
que se sentaba a su lado
La ceremonia fue tan preciosa que Esther y más de uno no pudo reprimir las lágrimas,
Maca la miraba recordando lo sumamente sensible que podía llegar a ser, esbozó una
sonrisa mientras con un pañuelo se las intentaba quitar sin estropear su maquillaje, la
enfermera cerró los ojos ante el tacto y Maca deposito un beso en su frente
Esther y Maca volvían a estar juntas como señalaban las etiquetas que había colocadas en
la mesa, Cruz y Vilches estaban al lado de la enfermera y Encarna y Natalia al de Maca
Maca hizo lo propio y tras aliñarlo un poco cortó un trozo y lo dejó colgando del tenedor
para que Natalia lo probase
Parecía que la comida iba bastante bien, Esther no es que hablase mucho con Maca, pero
esta tampoco se podía quejar, ese día estaba siendo lo suficiente para ella, cuando la niña
quería o lloraba por algo entre las dos la hacían calmarse y parecía que nada había
cambiado, pero no era así, cuando Maca quería intentar hablar con ella de cualquier cosa
esta le contestaba escuetamente para darle ver que no quería seguir hablando
E: Fuuuuuu... (le pasó un dedo por las lágrimas que caían a causa del golpe)... ya está
M: Pues a mí me sigue doliendo, creo que tengo algo dentro, lo noto Esther, míralo
mejor... (lo abrió de nuevo pero se acerco más a la enfermera, esta se quedó paralizada
sin saber que hacer, tenerla cerca la ponía demasiado nerviosa, Cruz observaba la escena
sonriendo al saber lo que Maca pretendía)...
E: A ver... (cogía su cara con ambas manos y se acercaba para mirar el ojo)... yo no veo
nada Maca
M: Mira bien... (apoyo su mano en el muslo de Esther y se acercó aun más)...
E: Maca... (dijo en un susurro, sabía las intenciones)...
M: ¿Sí?
E: No tienes nada...
M: Lo sé... (se acercaba despacio hasta ella)...
E: Maca... (sin apartase de ella)...
M: Bésame Esther... (se paró en sus labios si llegar a rozarlos)...
E: Maca por favor... (cerraba los ojos en su suplica pero no podía ni quería quitarse)...
M: ¿Te beso yo?... (la enfermera no respondió y esta lo tomó como una afirmación, se
acercó lo poco que le quedaba para darle un lento y tímido beso a la que la enfermera le
respondió)... Esther... (le susurro al separarse)...
E: ¿Uhm.?... (decía con los ojos aun cerrados)...
M: Te espero en el lavabo en cinco minutos... (se levantó dejando a Esther con los ojos
clavados en el techo)...
Cruz había observado la escena y vio como Maca se marchaba, Esther se giró volviendo
a mirar al frente con la mirada perdida
C: ¿Dónde ha ido?
E: Al lavabo
C: Aahhh
E: Dice que me espera allí en cinco minutos... (seguía con la mirada clavaba en ningún
sitio)...
C: ¿Vas a ir?
E: La voy a hacer sufrir... (parecía que no escuchase a su compañera)...
C: Ella es la que tiene que decidir que hacer
E: No se merece pasarlo mal por mi culpa...
C: Mírame... Esther mírame... (la enfermera giraba su rostro lentamente hasta quedar
frente a ella)... necesitas que esté contigo y lo sabes, y ella no soporta como la estás
alejando
E: Prefiero sufrir mil años yo sola, a hacerlo un día si ella sufre también...
C: Deja que ella lo decida
Entró sin hacer ruido para escuchar algo, pero el silencio raro en una boda inundaba el
lugar, miró alrededor buscándola pero nada, dio una vuelta más y cuando pensaba irse
una puerta se abría haciéndola entrar por una mano que la cogía de la cintura
El tiempo me dio la razón 205
M: Pensé que no vendrías... (la había acorralado contra la pared pegando su cuerpo al
suyo)...
E: No pensaba hacerlo
M: Y ¿Por qué lo has hecho?
E: No lo sé... dímelo tú
M: ¿Qué nos ha pasado Esther?
E:... (evitó sus ojos y miro su cuello)... No es sencillo
M: Lo puede ser
E: No estés tan segura
M: Estando juntas todo es fácil ¿recuerdas?
E:... (unas lágrimas caían por sus ojos)... No quiero hacerte daño Maca
M: Y ¿Por qué debías hacerlo?... (se acercaba a ella peligrosamente)...
E: Maca lo siento... (se aferró al cuerpo de la pediatra escondiendo su rostro y sus
lágrimas en su cuello)...
M: Si no me explicas que ocurre Esther... (su voz tornaba rota)...
E: Olvidemos todo por un momento Maca, por favor... (no quería salir de su escondite)...
soñemos que vivimos el pasado por un momento, regálame un sueño Maca... (salió de
donde había permanecido con su cara inundada en un llanto y miró esos ojos con los que
soñaba cada noche)...
M: Tranquila... (pasó sus dedos por aquellas lágrimas que rompían su corazón)...
Sus labios se acercaban con miedo, pero con un deseo y un amor mutuo, no dejaban de
mirarse, los ojos de ambas temblaban
Esther pegó su cuerpo más al de la pediatra en el momento en que sus labios rozaban los
ajenos, empezó siendo un beso con dulzura con calma, pero tras unos instantes el deseo
de los lenguas pedía paso entreabriendo la boca de ambas profundizando aun más, las
manos volaban con furia
Para Maca era una cura para un dolor que la consumía día tras día, y para Esther la fuerza
para combatir algo que sabía sería duro
Tras unos instantes en los que ya les faltaba el aire se separaron lo justo para poder
respirar
M: Te quiero Esther, te quiero mucho... (se abrazo a ella como una niña con miedo)...
E: Yo no he dejado de hacerlo Maca... (sintió que hubiera vivido así toda la vida)... ¿te
puedo pedir algo?
M:... (deshizo el abrazo y la miró con calma)...
E: Haz que este día no lo pueda olvidar nunca
M: No te entiendo... (la miraba confusa)...
E: Hazme olvidar que hay un mañana... (no la dejó contestar, de nuevo buscaba esos
labios que tenían la esencia para hacer que olvidara todo)...
Pasaron unos minutos en los que olvidaron cualquier momento desagradable, regalándose
besos y susurros
Cuando la gente empezó a hacer acto de presencia salieron de allí como dos niñas
nerviosas cogidas de la mano para volver de nuevo a sus asientos
El tiempo me dio la razón 206
Llegó el momento de las copas y el baile, Esther estaba con la niña en la mesa hablando
con su madre y Maca baila con Héctor
Cruz llevaba rato también bailando y decidió descansar y dirigirse hasta la mesa
C: Este hombre me quiere matar... (se tocaba los pies después de quitarse los zapatos)
E: Jajaja es que de donde no hay no se puede sacar
C: Jajaja eso se lo dices tú ahora
E: Ah ¡no! Que si no me tengo que pelear con él
M: ¿Con quien te vas a pelear?... (se sentaba a su lado)...
E: Con nadie jajaja sabes tú que yo soy un angelito
M: Sí bueno...
E: Ah ¿no?... (se acercaba a ella)...
M: Es que... eso es relativo cariño
E: ¿En que?... (seguía acortando distancias)...
M: Luego te lo demuestro... (le decía insinuante guiñándole un ojo)...
E: Esperare impaciente... (termino de acercarse para besarla de nuevo)...
Irene: ¡¡Mama!!
E: ¿Qué?
Irene: Yo ailar... (señalaba a la gente que había en la pista bailando)...
E: ¿Quieres tú bailar?
Irene: Ziiiii
E: ¡¡Vamos a bailar!! Ahora volvemos
M: Os vigilo desde aquí
E: No lo dudo
Se fue con su hija hasta donde Natalia bailaba con Javier, la tenía en los brazos y ambas
daban vueltas al son de la música, Esther cantaba en voz alta haciendo que la niña se
riera, la pediatra miraba la imagen desde la mesa con los brazos cruzados, haciéndose mil
y una preguntas
El tiempo me dio la razón 207
M: Se la ve feliz
C: Sí... (decía volviendo su vista a la enfermera)...
M: ¿Por qué hoy?
C: ¿Cómo?
M: ¿Por qué actúa así hoy?
C: Eso no te lo puedo responder yo
M: Tú sabes que le pasa, estoy segura que algo ocurre y no me lo quiere decir
C: Pregúntaselo
M: Hoy no... si lo hago, se cerrará en banda otra vez, y puede ser que no me dé otra
oportunidad
C: Disfruta hoy sin preguntarte nada, haz que intente olvidar lo que la asusta
M:... (la miró con una sonrisa)... Es lo que ella me ha pedido
Siguió en la misma postura observando, se preguntaba que podía ser que hiciera a la
enfermera actuar así, que tenía en esa cabeza que no quería mostrarle
Se sentía impotente ante eso, estaba segura de que algo hacía sufrir Esther y no podía
hacer nada por evitarlo
Todo ese dolor se esfumó cuando la enfermera volvía sonriente hasta la mesa con la niña
aun riendo
Siguieron andando cruzando todo aquel inmenso salón lleno de gente, llegaron hasta una
puerta de cristal que Esther abrió dando paso a una preciosa terraza
Nada más entrar llevó a Maca hasta el borde para que mirase las estrellas
E: Cada noche subo a la terraza de casa e imagino que tú haces lo mismo... (la pediatra
no decía nada solo estrechaba más a la enfermera que la abrazaba por detrás)...
prométeme una cosa... (Maca iba a darse la vuelta pero esta no la dejó)... no... quédate
así, prométemelo mientras miramos las estrellas, así cada vez que las mire soñaré que
estás así conmigo...
M: ¿Por qué hablas así?... (el tono de su voz dejaba claro que había empezado a llorar)
E: Prométeme que... pase lo que pase... me llevarás en tu corazón... que nunca te
olvidaras de mí...
M: Esther... ¿Por qué me haces esto?
E: Prométemelo Maca
El tiempo me dio la razón 208
M:... (se dio la vuelta rápido de manera que Esther no pudo evitarlo)... Primero dime por
que hablas como si te despidieras de mí... (sus ojos eran puro dolor acompañados por un
sin fin de lágrimas que caían sin permiso dejando escapar su miedo)...
E: Necesito que lo hagas
En ese momento comenzaba a sonar una canción lenta que escuchaban a través de la
puerta, Esther cogió las manos de Maca y las pasó por su cintura para posar las suyas
alrededor de su cuello
Sin decir una palabra la enfermera la invitó a que bailara con ella, apoyó su cabeza en el
pecho de la pediatra mientras la abrazaba completamente a ella, Maca apoyó su barbilla
en Esther después de dejar un beso en su frente
El movimiento apenas existía, pero para ellas era suficiente, las dos tenían miedo a que
acabase el día y era latente en ellas
Intentaron no hablar sobre aquello el resto de tiempo que estuvieron allí. Esther ponía
todo su empeño en hacer todo lo más feliz posible para ellas dos ese día, tenía que
hacerlo si quería que todo saliese bien
Maca por su parte aunque no se notase no paraba de darle vueltas a lo que le había
prometido a la enfermera, se preguntaba una y otra vez ¿Por qué?, un miedo inundó su
corazón sin saber por que, la miraba sonreír y recordaba lo que les costo conseguir estar
juntas, pensó en como era todo antes de llegar a ni siquiera imaginárselo, como Esther
había estado siempre con ella, cada vez que lo había necesitado, y ahora, la situación
cambiaba sin poder hacer ella nada
Bajaron del coche para ayudar a Encarna que le costaba horrores andar
Mientras Maca acompañaba a su madre Esther pensaba que iba a hacer, si alguna vez
había tenido algo en duda, era esa, daba pequeños golpes en el volante mostrando
claramente sus nervios, puso la radio para intentar distraerse y lo consiguió
M: Ya está
E: Maca
M: Dime
E: ¿Quieres dormir en casa esta noche?... (le preguntaba sin mirarla, tenía la mirada
perdida mirando al frente)...
M: ¿Tú quieres que lo haga?
E: Por favor
M: No hace falta que lo pidas por favor, solo tienes que mirarme y decírmelo... (Esther
tardó en reaccionar pero lentamente giró su cara y se quedó en silencio observándola)...
Estuvieron así unos segundos, Esther no podía apartar su mirada de ella, pensaba tantas
cosas en ese momento, pero ninguna clara, todo eran recuerdos fugaces, palabras
escuchadas, susurros en la noche, besos robados, caricias regaladas
Miraba las estrellas como había hecho anteriormente con Maca, y deseaba poder tener las
respuestas en ellas, pero estas no le decían nada, solo observaban el miedo en su mirada
Su cuerpo empezó a temblar a causa del frió, dio una gran calada intentando apaciguar
los nervios y expulso el humo en un suspiro
M: El tabaco mata... (cogió el cigarro de entre sus dedos para tirarlo al suelo y después
pisarlo)...
E: ¡Jum!... (rió para ella misma por aquel comentario)... ven... (tiró de ella para abrazarla
una vez más)...
M: Estós helada
E: Estoy bien
M: Vamos para dentro, no vayas a ponerte mala... (la cogió de la mano y la llevo hasta la
habitación)...
E: ¿No vas un poco rápido?... (decía sonriendo)...
M: Y ¿tú no eres un poco mal pensada?
E: Ahora me dirás que me has traído aquí para dormir
El tiempo me dio la razón 210
M: Es lo que yo pienso hacer... (se fue hasta el armario y sacó dos pijamas le tendió uno
a Esther y empezó a desvestirse para colocarse el suyo)... voy al servicio ahora vuelvo
E: ¡Maca!
M: Dime
E: No tardes... (decía sonriente)... es que me meo jajajaja
M: Que idiota... (salió diciendo de la habitación)...
Tras ir al servicio y desmaquillarse salió de nuevo donde una Esther esperaba plantada de
brazos cruzados esperaba su turno, le sacó la lengua y entro tras ella
Se metió en la cama y apagó la luz de la mesilla que tenía al lado, se acomodó y cerró los
ojos antes de que saliera Esther
E: Y se habrá dormido de verdad... (se sentó en la cama para intentar despertarla)... que
fuerte... (se metió ella también y tiró de la manta que pudo para taparse)... ¡pues ale!
Buenas noches...
En realidad no estaba enfadada, solo tenerla junto a ella durmiendo, hacía que su cuerpo
se relajase para conciliar el sueño, la luz de la luna entraba a través de la venta e
iluminaba el escritorio de la habitación, podía diferenciar fácilmente la foto que reposaba
en ella, ellas dos abrazadas en la playa, se quedó mirándola en silencio cuando notó como
unos brazos la rodeaban
Rodaban por la cama peleándose por llevar el control, en un ágil movimiento, Maca se
puso a horcajadas de la enfermera y agarró sus manos por encima de su cabeza
inmovilizándola, sus miradas se cruzaron en la oscuridad y se demostraron cuando
deseaban aquello
El tiempo me dio la razón 211
Con una mano la pediatra comenzó a subir la prenda superior de su pijama para ir
dejando un reguero de besos que no hacían otra cosa que poner aun más nerviosa a
Esther por estar maniatada y no poder formar parte de su juego
Y para los ojos de la pediatra que no sabía el motivo de aquello, era cierto, ahora eso no
importaba
Siguieron con su lucha hasta que ante las súplicas de Esther Maca la dejó formar parte,
aun sentada sobre ella, se deshizo de la parte de arriba de su pijama ante la mirada de una
Esther que creía estar soñando, su instinto la hizo querer acariciarla y así lo hizo, Maca se
inclinó lo justo para besarla y Esther lo hacía para el lado contrario quedando las dos
sentadas, aprovechando la postura Esther hizo lo mismo con el suyo, quedando ahora las
dos semidesnudas
Se besaban con fervor, intentando abarcar más de la otra, ganar esa batalla de deseo
Llegado el momento decidieron que lo demás también sobraba en un segundo yacían las
dos desnudas
Esta vez era Esther la que estaba encima de Maca, las dos estaban más que excitadas de
tanto juego, sabía que con un ligero roce en un corto instante pasaría, así que se colocó
juntando sus centros y antes de empezar a hacer nada tras un leve gemido por parte de
ambas miró fijamente a la pediatra
No hubo más palabras las caderas de ambas se movían con lujuria buscando el contacto
de la otra
Maca intentaba aplacar su voz en el cuello de Esther, estuvo tentada incluso a morderla
de la forma en la que se sentía, volvió de nuevo a sus labios soltando todo ese calor que
sentían en ese momento
Esther no podía esperar más y cogiendo a Maca por detrás pasó las piernas de esta
rodeando su cintura apretándola más contra si haciendo que el contacto fuera aun más
intenso que antes, aceleró su movimiento haciendo perder la razón de una Maca que la
empezó a perder rato antes
Esther parecía moverse con rabia, una rabia para nada brusca pero que extrañaba a la
pediatra
El tiempo me dio la razón 212
Las dos unidas llegaron a un sentimiento que traspasó el tiempo y el espacio olvidando
dolores y reproches
Esther se dejó caer encima de un cuerpo jadeoso que le ofrecía su regazo, se acopló en su
pecho intentado recuperar una respiración que le costaba más de lo normal
M:... (con la respiración aun cansada)... ¿Se puede saber que ha sido eso?
E: Lo siento... (seguía refugiada entre los brazos de la pediatra)...
M: No es que tengas que sentirlo Esther... pero nunca antes...
E: Ssshhh... (puso un dedo en sus labios)... recuerda... solo existe ahora, tú y yo, nada
más, nadie más...
Volvió a unir sus labios dejando paso a una noche llena de pasión guardada
Tras horas y horas de amor bajo una luna que parecía observarlas y protegerlas cayeron
en el mundo de los sueños abrazas haciendo así imposible que ni el mismo aire les robara
el momento con su presencia
Maca despertaba bajo las sabanas recordando la noche anterior, se dio la vuelta para darle
los buenos días a su reina pero lo que encontró fue una rosa y una nota en la almohada
“He ido a dejar a la niña con mi madre, este día te lo regalaré yo a ti. Te quiero. Esther”
Aspiró el aroma de aquella rosa tocada minutos antes por Esther, se dio la vuelta
quedando mirando hacía el techo, abrió los brazos ocupando toda la cama y sonrió, se
sentía de nuevo feliz, por tenerla a su lado, de un brinco salió de la cama para darse una
ducha
Mientras se ponía ropa cómoda canturreaba alguna canción que seguramente había
escuchado en la boda
Llegó hasta la cocina y se sirvió un café que había dejado preparado Esther, cogió la taza
y anduvo por la casa, entró en el despacho y observó la cantidad de fotos que había
colocado Esther allí, más bien parecía un santuario, se sentó en la silla y se puso a mirar
algunos cd’s que habían por encima de la mesa, vio una carpeta y bajo ella asomaba algo
que le llamó la atención
Al ver lo que era sus ojos no se creían lo que estaba viendo, empezaba a pensar a que
podía venir aquello, ahora empezaba a comprender algunas preguntas de Esther, la
manera en la que parecía despedirse de ella. Lo cogió entre sus manos y fue hacía el
salón
Se sentó mientras lo observaba encima de la mesa, creía estar en una pesadilla más, una
de tantas que la hacían despertar de golpe de ese maravilloso mundo llamado Esther
La enfermera llegaba feliz hasta su casa, sabiendo quien la esperaba allí. Quería pasar
esos días antes de irse con toda la calma del mundo, para poder soportar la tempestad que
la esperaba a la vuelta de la esquina
El tiempo me dio la razón 213
Entraba con una bolsa de croissant en la mano, quería prepararle un buen desayuno,
como a ella le gustaban
Entró sin hacer ruido pensando en que aun dormiría, entró directamente a la cocina, y vio
la cafetera dedujo que ya estaría levantada, subió hasta su habitación saltando los
escalones pero al llegar no estaba, dio vuelta atrás en sus pasos y justo antes de salir para
ir hacía el jardín la vio sentada en el sofá mirando la mesa
E: Hola preciosa... (se acercó para besarla pero no obtuvo respuesta alguna)... ¿Qué
ocurre?
M: ¿Era eso lo que no me querías contar?
E: ¿De que me hablas?... (empezó a temblar ante la posibilidad de que se hubiese
enterado)...
M: No te hagas la tonta
E: De verdad Maca, que no sé de que me hablas
M: ¡De esto Esther!... (sostenía en su mano dos billetes de avión)... ¿Qué pasa? ¿Qué te
vas y por eso todo esto? ¿Para que te deje irte sin pedir ninguna explicación?
E: Maca yo... (no sabía que hacer, si dejarla pensar aquello, o decirle la verdad)...
M: ¿El segundo billete no será para la niña verdad? ... (decía entre lágrimas)... dime que
no os marcháis Esther
E: No, la niña no viene conmigo...
M: Entonces... ¿te vas?... ¿a Boston?... ¡¡me quieres explicar que coño se te ha perdido a
ti en Boston!!
E: Maca, tranquilízate por favor
M: ¿Qué me tranquilice?... ahora entiendo por que quisiste que te prometiera eso, el por
que de cada frase...
E: Maca no...
M: ¿Me lo pensabas decir? O simplemente cuando me levantase no estarías ya aquí...
dímelo Esther
E: Todo esto no tenía que pasar así... (hundía el rostro entre sus manos)...
M: ¿Me vas a decir por que te vas? ¿O tampoco me lo merezco?
E: Tengo que solucionar algo allí
M: ¿No me voy a enterar verdad?... (la miraba dolida)...
Se levantó del sofá y fue directa a la habitación, se vistió con alguna ropa suya que había
por allí, se sentó unos segundos en la cama intentando contener toda esa rabia que sentía
por momentos
Bajó las escaleras despacio pero directa a su destino, se plantó en el marco de la puerta
M: ¿Sabes lo que más me duele?... que toda esa desconfianza hace replantearme el que
me quieras Esther
E:... (se levantó en un segundo ante aquello que había dicho Maca y fue hasta ella)... No
digas eso por favor... (la abrazó pero el cuerpo de la pediatra no hacía esfuerzo alguno
por imitarla)... eres lo que más quiero en esta vida Maca... (decía entre llantos)... no digas
eso
M: ¿Y que quieres que diga cuando me entero y no por ti, de que te vas sin darme un
motivo, y sin querer confiar en mi para estar contigo?
E: No es fácil Maca
El tiempo me dio la razón 214
Despegó su cuerpo del de la enfermera y tras mirarla un instante más salió de aquella
casa dejando a una Esther destrozada por aquello
La pediatra libraba aquel día, pero no podía estar en su casa dándole vueltas a algo que la
estaba destrozando, fue hasta el hospital para hacer algo útil
Llevaba horas en su despacho adelantando trabajo, pero por mucho que intentase
concentrarse no podía, llevaba el mismo historial entre las manos más de una hora
C: ¿Se puede?
M: Pasa... (aun le daba la espalda)...
C: ¿Qué haces aquí?
M: Necesitaba no pensar
C: ¿No pensar en que?
M: ... (se giro con rabia en los ojos)... ¿Tú sabías que se marcha verdad?
C: ¿Te lo ha dicho ella?
M: Eso es lo mejor... que me he tenido que enterar por que he visto dos billetes de
avión... (se sentó de nuevo rompiendo en un llanto que había evitado a toda costa)...
C: Sshhh... (fue hasta ella para intentar consolarla)... ¿habéis discutido?
M: No confía en mí Cruz, y eso...
C: ¿Entonces que te ha contado exactamente?
M: ¡Nada Cruz!... (decía levantándose enfadada)... ¡no me ha dicho una jodida palabra!
C: Pero vamos a ver... ¿Dónde está ella ahora?
M: En su casa
C: ¿Sola?
M: Sí
Cruz salió del hospital corriendo, montó en su coche y corrió todo lo que pudo, llegó
hasta la casa y salió de él sin pararse a cerrarlo, entró directamente, las puertas estaban
abiertas y eso no le gustaba nada
C: ¿¿¿¡¡¡Esther!!!???... (anduvo unos pasos entrando al salón pero no vio nada, luego a la
cocina, pero tampoco)... ¿¿¿Esther dónde estás???!!!... (subió las escaleras de dos en dos
y entró directamente a su habitación y vio la luz del cuarto e baño)...
E: Cruz... (estaba sentada en el suelo con un puñado de pastillas en la mano y con un
llanto más que fuerte)... Cruz... (repetía en su agonía)...
C: Ssshhh, suelta eso mi vida... (cogió todo lo que llevaba en la mano y lo tiró a la taza
del water para sentarse con ella abrazándola)... sssshhhh ya está
El tiempo me dio la razón 215
Aquella tarde Cruz no pudo despegarse de ella, cada vez que parecía que su calma
regresaba algo en su interior daba de nuevo la viveza al sufrimiento, Cruz intentaba
distraerla pero mayormente eso era imposible
El día posterior amaneció igual, Maca insistía llamando a Cruz para que le diese un
motivo por lo que corrió así, dudó en llamar a Esther, pero sabía que estando aun
enfadada por aquello, no era lo mejor, pues, seguramente no entraría en razones
Dos días antes de partir fueron al hospital para determinar con Dávila algunos asuntos,
Esther propuso la idea de no ir para no encontrarse con Maca pero Cruz la hizo desistir
de aquello
Entraron con una Cruz decidía y una Esther más que abatida, se pararon para saludar a
Teresa y pusieron rumbo fijo hacía el despacho de Dávila
Esther iba mirando al suelo, para no tener que encontrarse con la mirada que la hacía
perder toda la razón, pero que en ese momento solo le transmitía dolor
D: ¡Buenas días!
C: Hola Antonio
D: ¿Cómo te encuentras Esther?
E: No es mi mejor día... (decía cabizbaja mientras se sentaba en la silla)...
C: Bueno... ¿has hablado con Morris?
D: Sí, y lo tiene todo listo, os ha acondicionado una habitación que más bien parece una
casa según me ha dicho, así que podréis estar las dos más que cómodas
C: Perfecto ¿quien nos esperara allí?
D: El mismo, quiere llevar esto de primera mano
El tiempo me dio la razón 216
Hablaron largo y tendido dejando los asuntos claros para que Esther intentase estar lo
más tranquila posible y nada le causara una sorpresa desagradable
Mientras ellos hablaban lo más tranquilamente posible, alguien al otro lado de la puerta
escuchaba toda esa noticia recibiéndola más que estupefacta
Se fundieron en un abrazo que Esther recibió como calma plena. Fueron para hablar con
Vilches antes de irse, pues Cruz decidió que Esther estuviera con ellos en casa hasta que
tuvieran que marcharse
Maca llegaba con algunos informes en la mano, vio a Cruz acompañada de Esther y dudó
unos instantes en seguir o darse media vuelta, pero por la cara de la enfermera no pudo
hacerlo y continuo con su camino
Se giraron para comenzar a salir de allí, Cruz sabía que Esther estaba en una situación de
tensión que no quería que siguiera sintiendo, cuando aun no habían salido de allí, Esther
paró sus pasos, mirando al suelo, sin ninguna muestra de avanzar o retroceder...
C: ¿Estás bien?
E:... (se dio la vuelta mirando a Maca a los ojos, los suyos eran un torrente de lágrimas)...
Maca... (la pediatra la miraba con duda a Esther, no salía de su asombro por ver aquel
rostro con aquella tristeza)... ¿podrías venir a casa de mi madre para hablar de como lo
haremos con la niña?
M:... (se esperaba cualquier cosa menos eso, ¿por qué lloraba entonces?)... Está bien...
(dijo en tono frío)...
E: Llámala antes de ir para que me lo diga
M: Está bien
¿Cómo destrozar la vida a alguien a quien quieres de tal modo que su dolor es tu dolor?
¿Cómo romper algo que tanto trabajo a costado fraguar? Esther tenía la necesidad de
hablar con Maca, contarle el porqué de todo aquello, sentía la necesidad de ser egoísta y
tenerla con ella en todo momento, pero no podía, su corazón le decía que ella no merecía
pasar por aquello
Ser egoísta, o protegerla de algo que seguramente la mataría, una batalla de sentimientos
que no podía calmar
Miraba tras la ventaba como la gente paseaba por la calle, parejas enamoradas, personas
andando seguramente pensando en sus problemas, problemas que solo ellos conocían y
sabían su gravedad, problemas, quien sabe, a lo mejor como el suyo
Miraba a su hija quien jugaba con María, no sabía cuantos meses estaría fuera, no sabía si
aquello saldría bien, y lo que más temía era el momento de la despedida, no sabía si
podría aguantarlo, esa niña había sido su salvación en momentos realmente duros, pero
en ese instante se sentía sumamente sola, nadie podía sacarla de su dolor y su miedo,
solamente Maca, pero a costa de su sufrimiento, cosa que no quería...
Mientras en casa de Encarna esta hablaba con Maca respecto a la situación de su hija,
intentaba darle alguna excusa sin tener ninguna suerte
M: De verdad que no lo entiendo Encarna, un día sin venir a cuento parece que todo va
bien y... después me entero que dos días después se va dios sabe cuantos meses y hoy...
(realzando la palabra)... me entero que es para irse con Cruz a un curso que yo no se si
creerme
En: ¿Y por que ha de mentirte?
M: Pues porque hay algo que no me cuadra... algo en ella me dice que todo esto es... no
sé lo que es... (hundía el rostro en sus manos)...
En: Mira Maca... ella es mi hija y como bien comprenderás, intentaré ponerme en su
lugar siempre, pero... sé como lo estás pasando... y solo te pido paciencia, sé que no
tengo porque pedirte nada... pero por el bien de vosotras y de mi nieta
M: Sí quizás tengas razón... ¡pero es que no confía en mi Encarna! Y eso... es algo que
ella nunca ha hecho...
En: Paciencia hija... paciencia
El timbre de la casa sonaba dando paso a las dos con la niña que le había dado por
canturrear algo que había oído en el coche
Encarna miró a su hija quien llegaba como hacía desde que Maca se fue de su casa, los
ojos no daban más de sí y mostraban los restos de un llanto de minutos antes, la abrazó
haciéndola sentir protegida mientras Cruz entraba al salón donde se encontraba Maca
esperando a su hija con una sonrisa en los labios
M: ¡¡Hola cariño!!... (fue hasta la silleta y tras desatarla la cogió entre sus brazos)...
Irene: ¡¡Mami!!
M: ¡Hola!! ¿Cómo esta mi princesita?
Irene: Mama... (señalaba hacía la puerta del salón)...
M: Sí... mama está con la abuela ahora viene... hola Cruz
C: Hola Maca
M: ¿No es capaz de verme a solas?
C: Intenta tranquilizarte Maca
M: Ja
C: Mira, te comprendo sabes... pero...
M: Paciencia... todo el mundo me pide lo mismo, ¿cómo quieres que tenga paciencia en
algo que desconozco?
En: ¿Y mi nieta?
Irene: Yayaaa
En: ¡¡Hay que me la como!!... (le daba besos mientras seguía en los brazos de la
pediatra)... ¡¡hay que me la como!!
Irene: Jajajajaja
M: ¿Y Esther?
En: Ha ido al servicio
M: Tenla un momento Encarna... (le daba a la niña)... ahora vuelvo
En: Hija... por favor...
El tiempo me dio la razón 219
M: Tranquila...
Fue con paso decidido a encontrarse con ella, intentar una última posibilidad, aunque
temía que fuera inútil
Iba nerviosa, por que no lo había estado más en su vida, le dolía tener que cruzarse de
nuevo con esos ojos que intentaban hablarle en el silencio, pero que ella no llegaba a
comprender
Escuchó como el pestillo se deslizaba dando paso para que entrase, respiró unos
segundos antes de hacerlo, de esa situación saldría algo bueno que era lo que esperaba, o
a su contrario algo realmente malo
M: ¿Que haces ahí?... (la enfermera estaba sentada en el suelo abrazándose a si misma)...
E: ¿Y que más da?
M:... (se puso de cuclillas junto a ella poniendo las manos en sus rodillas)... Esther...
dime que ocurre, ¿que te pasa?
E: Nada Maca... (escondía la cabeza entre sus piernas para que no la viese llorar)...
M: Me destrozas estando así Esther... (pasaba su mano intentando levantar su rostro)...
¿por qué no confías en mi Esther?
E: No tiene que ver con la confianza Maca
M: ¿Entonces con que?
E: En este camino no puedes estar conmigo
M: Tú eres la luz del mío Esther...
E: No me lo hagas más difícil
M: ¿Que no te lo haga difícil?... Esther... lucho contra algo que no sé que es... algo que
como tú dices, no me deja estar a tu lado
E: Será mejor que lo entiendas sino... allá tú... no voy a cambiar de idea
Se levantó de allí haciéndose paso en una Maca que aquello escuchado momentos antes
se le había clavado en su corazón de una manera que la destrozaba por dentro
Una conversación basada en la niña por parte de Cruz y de Encarna era lo único que se
escuchaba en aquella casa
Dos personas unidas un día por un amor, se encontraban entre el miedo y el dolor, dos
corazones que latían buscando al otro. Dos miradas se cruzaban siendo el centro de un
universo, dos almas rotas esperando a ser salvadas, y dos miedos que ninguna tenía que
ver con el otro
¿Cuál es mi camino? ¿Cuál el motivo para esquivarlo? Odioso el miedo que hace cegar a
las personas, maldita la situación que la hacía vivir aquello
La pediatra maldecía una y otra vez todo lo que causaba aquel sentimiento en Esther, y
que a la vez repercutía en ella, pero, su dolor no era comparable al que sentía por ella.
El tiempo me dio la razón 220
Echando una vista atrás, ¿Cuántos obstáculos habían tenido? ¿Por qué si dicen que el
amor todo lo puede, hay algo en este caso que parece más fuerte?
La tenía enfrente, la miraba a escasos metros, pero la sentía lejos, por su culpa la sentía
lejos, quizás su cuerpo pudiera tocarla, pero su corazón no llegaba hasta ella. Recordaba
aquel primer sentimiento que surgió por ella, como intentaba al principio olvidarlo, como
después por un miedo estúpido desperdicio meses de su vida, y como la hacía sentir entre
sus brazos al principio, la trataba con una dulzura que nunca sintió y a la que fue fácil
acostumbrase
Con ella había conocido el verdadero amor, un amor que se le antojaba enterno en su
corazón
Antes de irse se despidió de su madre y su hermana a solas, quería dejarles claro como
iba a ser aquello, y que no tenía porque ir bien, las tres se abrazaron tan fuerte que les
daba miedo separarse
Salieron intentando mantener una cordura frente a Maca, llegó hasta el salón y vio como
esta hablaba con Cruz
El tiempo me dio la razón 221
E: Bueno pues...
C: ¿Encarna me acompaña al coche?
En: ¡Claro! Vamos Natalia
Natalia: Te ha dicho a ti mama
En: Repito, vamos Natalia
Natalia: ¡Dios! Está bien
Se marchaban dejándolas solas, pues sabían que les hacía falta, Maca estaba sentada en el
sofá con la niña entre sus piernas, la niña jugaba con algo mientras la miraba para que no
se perdiese detalle de ello, esta sonreía y seguidamente miraba a Esther con una cara
totalmente distinta
E: Irene... (la niña se giraba para prestarle intención)... ¿vienes con mama un momento?
La niña haciendo un esfuerzo bajó del regazo de Maca y cogiéndola de la mano llegó
hasta ella
E: Hay mi princesa cuanto la voy a echar de menos... (la cogía entre sus brazos y le daba
sonoros besos)...
M: Y ella a ti... (decía con voz triste)...
E: Te tienes que porta bien con mami con la iaia ¡eh!, niña buena
Irene: Iña ena
E: Sí por que mi niña es muy buena... (la abrazaba empezando a emocionarse)... venga...
(se limpiaba una lágrimas que apenas comenzaban a aparecer)...
M: ¿Me llamaras al menos?
E: Claro...
M: Bueno pues... (se levantaba sin saber que hacer)...
E: Sé que no me lo merezco pero... ¿te puedo abrazar?... (decía sin mirarla)...
Maca anduvo los apenas dos pasos que la separaban de ella para rodearla con sus brazos
en lo que al principio fue un simple abrazo se convirtió en la liberación de toda la marea
de sentimientos mutuos, Maca besaba la cabeza de la enfermera repetidas veces
La enfermera se movía tan lentamente que era imperceptible para el ojo humano, pero
para aquellas dos almas estaba siendo el comienzo de un sufrimiento aun mayor, seguían
con las manos unidas hasta que aquel contacto formó a ser exprimido alargando sus
dedos para hacerlo más largo
Finalmente se separaron y Esther se arrodilló junto a su hija y la abrazó por última vez
El tiempo me dio la razón 222
Llegó hasta la puerta del salón, caminaba despacio con la cabeza agachada,
replanteándose una y otra vez lo que estaba haciendo, Maca la observaba en silencio
Aquella noche, el mundo tenía dos personas ajenas a todo lo que no fuera su sufrimiento,
todo lo que no fuera la angustia sentida en su interior
Maca había metido en la cama a la niña para estar con ella, en cierto modo era como
tener a Esther, estaba de lado mientras con una mano apoyaba su cabeza observando a su
hija con la otra le acariciaba la mano.
Llevaba horas despierta de la misma manera, pero no podía hacer otra cosa, solo con
cerrar los ojos la veía, la veía atravesar aquella puerta llorando y diciéndole que la quería,
sin llegar a entender entonces el porque de todo
Esther estaba sentada en una esquina de la habitación, intentando pensar en todo lo que
cambiaría nada más amanecer, si hubiera tenido que pedir un deseo sería que se detuviese
el tiempo, que el sol no saliese y no tuviese que irse, que pudiese amanecer como tantas
otras veces junto a Maca, que todo el dolor que la estaba haciéndola sentir evitando uno
aun mayor se esfumase como humo en el viento
Pensó en la niña, en lo mucho que las había unido aun más, en todas las ilusiones que
tuvo al tenerla, y en cuanta suerte tenía de ser madre de aquella niña tan risueña y lo que
tenía mucho que ver la pediatra
Recordó como se presentaron, la cara de Maca al verla en sus brazos, en como le pidió
que formase parte en aquello, y lejos de negarse, había llegado a quererla en escaso
tiempo
Durante el trayecto un tanto más de lo mismo, mientras ellos conversaban, Esther miraba
por la ventanilla, y pensaba todo lo que dejaba atrás, y de nuevo aquellas lágrimas, pero
esta vez más amargas que ninguna otra vez
A otro lado de Madrid, Maca con una taza de café entre las manos miraba el amanecer
pensando en Esther, se levantó a media noche dejando a la niña en la cama, rodeada de
cojines por si se despertaba, salió al balcón envuelta en una manta y allí seguía,
rogándole al viento que la trajese de nuevo junto a ella
Un mes había pasado, un mes en el que pensaba que aquello no tenía fin, el tratamiento
no estaba saliendo como en un principio esperaban, pero tampoco se podía quejar,
sencillamente estaba yendo mucho más lento, y por esa razón su cuerpo lo administraba
peor haciendo que su cuerpo se fuera debilitándose
Se pasaba todo el día sedada a causa del dolor, sí aquello la estaba curando, aunque a su
ritmo, también había hecho que el dolor despertarse, se sentía angustiada todo el día, no
podía apenas mover, y únicamente disfrutaba de algo cuando llamaba para hablar con la
niña, evitando siempre, hacerlo con Maca, pues ella sí podría notar en su voz el estado
también anímico que tenía
Tom era uno de los enfermeros del hospital, desde que Esther llegó estuvo con ella en
todo lo que había necesitado, el Dr. Morris así lo había querido ya que el también hablaba
español y no habría complicaciones
Él pasaba más de un descanso junto a ella, ya que Cruz había aprovechado la oportunidad
al estar allí de ayudar en algún caso y de paso aprender algo, por norma hablaban de
cosas comunes, pero de vez en cuando al ver la tristeza que reflejaba la enfermera
intentaba sacarle algo más personal, pero apenas lo conseguía
El tiempo me dio la razón 225
Tom: ¿Y la mujer más guapa de este hospital?... (entraba alegre por la puerta llevando
una silla de ruedas)...
E: Aquí solo estoy yo... (apenas sonreía)...
Tom: Pues... me conformare contigo jajaja
E: Gracias... (decía con sarcasmo)...
Tom: Me han dicho que querías dar un paseo
E: Sí... Cruz tiene que estar al venir
Tom: La verdad es que no, Morris la ha llamado y están en no sé que caso
E: Bueno... pues no pasa nada
Tom: ¿Te da igual que te pasee yo?... (ladeaba la cabeza y le preguntaba con cariño)...
E: Da igual Tom, de verdad
Tom: ¿Me vas a hacer ese feo? ¡Con lo guapo que soy yo!
E: Que payaso eres... (sonreía finalmente)...
Tom: Si consigo que me enseñes esa preciosa sonrisa lo seré toda la vida
E: ¡Anda venga! Ayúdame
Tras cogerla en brazos y acomodarla en la silla, puso una manta en sus piernas para que
no cogiese frió, mientras salían del hospital todo el mundo saludaba a la enfermera, todo
aquel que allí trabajaba le había cogido cariño y la trataban más que a una enferma, como
a una amiga
Salieron a la calle, llevaba días sin hacerlo, un sol intención se postró ante ella, una
calidez recorrió su cuerpo y sintió por apenas unos segundos, la paz que necesitaba,
fueron en silencio hasta un conjunto de bancos donde algunas personas allí también
ingresadas hablaban con sus familiares y amigos intentado que aquel, fuese un día
normal en sus vidas
E: Que buen día hace... (cerraba los ojos alzando su rostro queriendo impregnarse
totalmente de aquel sol)...
Tom: Sí... da gusto estar aquí... (se había sentado en uno de los bancos poniendo la silla
que llevaba a Esther enfrente suyo)... nos podríamos haber traído cartas o algo
E: Para la próxima
Tom: ¡Venga! Haber si pillo algún juego de casa y te lo traigo
E: Estaría bien
Tom: ¿Cómo te encuentras hoy?
E: No sé... últimamente lo todo lo hago por inercia
Tom: Pues tienes que alegrarte Esther
E: No tengo motivo alguno para eso
Tom: ¿Cómo que no? Tienes una niña preciosa esperándote en España para abrazarte
E: Mi niña... (de nuevo cerraba los ojos, pero esta vez con una sonrisa en los labios al
recordar a su hija)... como la echo de menos
Tom: Hablaste esta mañana con ella
E: Llamé a primera hora a mi madre, pero se ve que esta noche se quedaba con Maca y
no quería llamar por si ya estaban dormidas
Tom: Esa excusa no me vale Esther
E: No es ninguna excusa
Tom: ¿Cuánto hace que no hablas con Maca?
E: No quiero preocuparla
Tom: Esther mira... sé que lo mismo te resbala todo lo que yo te diga
E: Eso no es así
El tiempo me dio la razón 226
Tom: ¡Pues hazme caso mujer! Mira... yo si estuviera en tú lugar no sé lo que haría por
que cada persona ve las cosas de distinta manera, pero si mi mujer me ocultase algo así,
de verdad que me dolería muchísimo... por que da igual que estés casado o no, pero
cuando quieres a alguien, también es un compromiso Esther
E: A costa de su dolor no
Tom: ¿Y del tuyo?... Esther... querer a alguien conlleva el compromiso de la confianza, el
que la persona que te ama, esté contigo, en cualquier momento, este sea feliz o duro
E: Yo no te quito razón Tom, pero... no quiero que esté a mi lado mientras me consumo
por dentro, y por que no, quizás me muera...
Tom: De verdad... que quiero conocer a esa Esther de la que Cruz me habla, la que
siempre tenía una sonrisa para todo el mundo, la que te regalaba una palabra en un
momento triste y sobre todo la que luchaba por todo aquello que quería
Hubo un silencio en el que la enfermera grababa en su mente todo lo que Tom le estaba
diciendo, ella pensaba al igual que él, lo sabía, pero había un contrasentimiento dentro de
ella que la hacía sentir pánico, en todo el sentido de la palabra, no quería que Maca
estuviese a su lado sufriendo para que posiblemente el final no mereciese la pena, y
sufriera aun más
De nuevo emprendían el camino de vuelta para aquellas cuatro paredes que ocupada
Esther casi todo el tiempo.
Tom realmente le había cogido un cariño bastante grande, veía a Esther como la hermana
que nunca tuvo e intentaba hacerla razonar sin llegar a que se sintiese desprotegida
No había un día en que no pasase un rato con ella, contándole sus cosas o simplemente
viendo la televisión
Cada día que pasaba tenía la necesidad mayor de ayudarla, de querer hacer desaparecer
de aquellos ojos castaños la tristeza que los inundaba
Esther se quedaba sola con aquel móvil entre las manos, negando con la cabeza por lo
loco que estaba Tom, nunca se lo había dicho, pero, su compañía hacía que no se
derrumbase totalmente, siempre encontraba la forma de hacerla reír, o simplemente
distraerla
Miró el reloj y pensó que en Madrid estarían en bien entrada la madrugada, llevaba tres
semanas sin hablar con Maca, y sabía que esta, estaría enfadada
Jugaba con él entre sus manos intentando tomar una decisión, si la llamaba ahora
seguramente la asustaría, o dejaría ver que necesitaba hablar con ella por no poder
esperarse a que fuese una hora más prudente
“Hola Maca, espero no despertarte por que allí será muy tarde ya, aquí apenas es la
hora de comer, pensaba llamarte pero ya lo haré en otra ocasión, siento no haberte
llamado pero he estado bastante liada y... bueno, no intento excusarme.
Esta tarde te llamaré a casa si no te importa ya que mi madre me dijo que tienes a la
niña contigo, estoy deseando hablar con ella...
Buenas noches cielo, un beso”
Nerviosa dejaba el teléfono en la pequeña mesilla que tenía junto a ella, ahora empezaba
a arrepentirse, “¿y si está despierta y llama? No, no creo, ¿pero y si lo hace?... pues se lo
coges... claro que se lo cojo... no tenía que habérselo mandado...” se tapaba el rostro con
un almohadón
Al otro lado del mundo una mujer veía un programa en la televisión nada interesante,
pero dada la hora no le extrañaba, ¿Qué personas estarían haciendo lo mismo? Más bien,
poca
Esther llevaba semanas sin llamarla y ella no quería ser la que siempre estuviera yendo
detrás de ella, era algo que no le importaba hacer con la enfermera, pero estaba claro que
no quería hablar con ella
Apagó la televisión y fue a ver a la niña, al ver lo placidamente que dormía fue de nuevo
al salón y se recostó en el sofá, tapando sus ojos con ambos brazos intentó dejarse llevar
por la sensación de sueño que ya tenía olvidada
Pasadas casi dos horas parecía que lo conseguiría pero un estridente pitido por el silencio
que reinaba en la casa la hizo levantarse maldiciendo a quien no se le ocurría otra cosa
que mandar un mensaje a las cuatro de la mañana
Llegó hasta su bolso y sacó su teléfono móvil, después de la impresión del ruido se paró
a pensar que a lo mejor era uno de esos miles de mensajes que mandan con promociones
e iba más enfadada aun
M: ¡¡Es que si los cojo los estrello!!... (cogía el móvil y lo abría)... a ver...
El tiempo me dio la razón 228
Su cuerpo se estremeció, su vello se erizó, sus ojos comenzaron a temblar al ver lo que
leía
“Hola Maca, espero no despertarte por que allí será muy tarde ya, aquí apenas es la
hora de comer, pensaba llamarte pero ya lo haré en otra ocasión, siento no haberte
llamado pero he estado bastante liada y... bueno, no intento excusarme
Esta tarde te llamaré a casa si no te importa ya que mi madre me dijo que tienes a la
niña contigo, estoy deseando hablar con ella...
Buenas noches cielo, un beso”
Miró su reloj, marcaban las cuatro y tres minutos, supuso que por algún problema tardó
tanto en llegar, se sentó de nuevo en el sofá y releía una y otra vez aquel mensaje
La llamaba por que quería hablar con la niña y estaba con ella, parecía ser que seguía en
sus trece de no hablar con ella, pero esta vez era imposible evitarlo ya que era ella la que
cogía el teléfono
Desde que leyó el mensaje de Esther terminó por no conciliar el sueño, estaba deseando
que la niña se despertase para llamar a la enfermera, no quería dar pie a su
arrepentimiento y que no la llamase
Daba vueltas por la casa recogiendo cosas que incluso estaban bien ordenadas, hasta que
escuchó como la niña comenzaba a llamarla
M: Hola cariño
Irene: Mami...
M: Ven... (la cogía en sus brazos)... ¿vamos a desayunar?
Irene: ¡Iujos!
M: Venga, desayunando viendo los dibujos
Le preparó un vaso de leche con colacao a la niña y algunas galletas, y ella volvió a
echarse un café para luego volver al salón para poner la tele y sentar a la niña con ella
para darle el desayuno
La niña cogía el teléfono entre sus manos y daba repetidos besos en la pantalla del
teléfono móvil
Esther guardaba silencio pues su voz no salía a causa del llanto que lleva consigo
Y de nuevo aquel silencio dando a entender que había colgado, ¿Quién era ese hombre?
¿Cariño? Aun tenía el teléfono en la oreja recordando esa voz
Esther le había dicho que acababan de llegar, que iban a acostarse, y tras oír como una
puerta de cerraba, aquella voz, hablando con ese cariño a su princesa, ¿por eso lloraba?
¿Por el remordimiento?
Sentó a la niña en su tacata y fue a la cocina para no estar muy lejos de ella, pero no
quería que la viese llorar
Le quería colgar, eso estaba claro, segundos antes, ¿sabía que aquella persona entraría?
¿Por qué le pasaba todo eso a ella? ¿Por qué no conseguía terminar de ser feliz nunca?
Se levantó furiosa del suelo y se vistió para después hacerlo con la niña para poner
rumbo a casa de Encarna, quería explicaciones y las quería ya
En la otra parte del mundo, una Esther desconsolada lloraba en los brazos de Tom, sin
remedio alguno. Este aguantaba lo mejor que sabía, pero no podía verla en aquel estado y
llamó a Cruz para que con su ayuda pudieran hacer algo
Tom: Tranquila cielo... ssshhh... ya está... (la envolvía en sus brazos dándole el cobijo
necesario)... ¿Qué ha pasado?
E: Maca... necesito a Maca...
Tom: Claro que sí... ssshhh
C: ¿Qué ocurre?... (entraba directa a la cama con cara de preocupación)... ¿Qué te pasa
Esther?... (la enfermera nada más oír como su compañera entraba se abrazo a ella)...
E: Quédate conmigo
C: Sí, sí, no me muevo de aquí más tranquila... Tom ¿me haces un favor?
Tom: Sí claro
C: Ve y dile a Morris que lo siento pero que me quedo aquí
Tom: Está bien, enseguida vuelvo
Salió de allí rápido queriendo volver lo antes posible, mientras tanto Cruz consolaba a su
amiga lo mejor que podía, por que, el verdadero consuelo estaba bastante lejos de ellas
Maca llegaba hasta el portal del Encarna y llamaba al timbre, después de que le abriese
entró directa con el carricoche, iba completamente enfadada, pero sabía que Encarna no
tenía la culpa de aquello, y si quería conseguir averiguar algo debería estar más tranquila
Con aquella conversación no logró sacar nada en claro, pues su suegra le daba excusas ya
oídas, pero no creídas, estaba terminando de comer, después de haber acostado a la niña
para que durmiera la siesta, no tenía hambre pero llevaba demasiadas horas sin comer
Sentaba en el sofá con una copa de vino miraba la televisión apagada cuando el timbre de
casa sonó
M: Hola...
El tiempo me dio la razón 232
La pediatra le relataba a su cuñada que aunque era pequeña, sabía que podía hablar con
ella como si fuera cualquier persona, incluso a veces, mejor que con nadie
En el hospital Dávila recibía una llamada de Morris que lejos de ser alentadora era
bastante grave
Parecía que estaba predestinada a escuchar siempre que algo ocurrió, sonrió triunfante y
se marchó de aquel pasillo tramando algo que deseaba desde hace tiempo
Una noche más, otra de tantas en el que solo sabía pensar, sus ojos llevaban demasiadas
horas abiertos y el color de sus ojeras no daba lugar a la duda
Otra vez en aquel balcón con aquel café, mirando aquel cielo en que una vez le prometió
algo a Esther sin saber el motivo y odiándose por no poder encontrar el motivo
E: Cada noche subo a la terraza de casa e imagino que tú haces lo mismo... (la pediatra
no decía nada solo estrechaba más a la enfermera que la abrazaba por detrás)...
prométeme una cosa... (Maca iba a darse la vuelta pero esta no la dejó)... no... quédate
así, prométemelo mientras miramos las estrellas, así cada vez que las mire soñaré que
estás así conmigo...
M: ¿Por qué hablas así?... (el tono de su voz dejaba claro que había empezado a llorar)
E: Prométeme que... pase lo que pase... me llevarás en tu corazón... que nunca te
olvidaras de mí...
M: Esther... ¿Por qué me haces esto?
E: Prométemelo Maca
M:... (se dio la vuelta rápido de manera que Esther no pudo evitarlo)... Primero dime
por que hablas como si te despidieras de mí... (sus ojos eran puro dolor acompañados
por un sin fin de lágrimas que caían sin permiso dejando escapar su miedo)...
E: Necesito que lo hagas
En ese momento comenzaba a sonar una canción lenta que escuchaban a través de la
puerta, Esther cogió las manos de Maca y las pasó por su cintura para posar las suyas
alrededor de su cuello
Sin decir una palabra la enfermera la invitó a que bailara con ella, apoyó su cabeza en
el pecho de la pediatra mientras la abrazaba completamente a ella, Maca apoyó su
barbilla en Esther después de dejar un beso en su frente
El movimiento apenas existía, pero para ellas era suficiente, las dos tenían miedo a que
acabase el día y era latente en ellas
El tiempo me dio la razón 234
Entonces no entendió el porqué, pero ahora tampoco lo hacía, le dolía tanto estar así que
su corazón se oprimía cada segundo que pasaba observando aquel cielo
Por la mañana a primera hora abrigó a la niña y fueron de nuevo hasta la casa de Encarna
pero esta vez tardó en irse de allí menos que el día anterior, tenía mucha curiosidad por
saber aquello que Dávila quería contarle haciéndola ir exclusivamente a ello
Voz: Buenos días a ti también... (dijo mientras se cerraban las puertas después de que la
pediatra entrara)... ya veo que el dinero no tiene que ver con la adulación
M: No creo que eso sea algo que tú tengas Lucía
Lucía: Anda si la Srta. habla
M: Con personas como tú no
Lucía: Pues que lastima, podría resolverte alguna que otra duda
M: ¿Tú a mí? Lo dudo
Lucía: Te sorprenderías... (llegaron al piso en el que la enfermera tenía que bajarse)...
espero que Dávila quiera contarte que le pasa realmente a Esther... no vaya a ser que no
te dé tiempo
M: Pero que... (las puertas se cerraron de nuevo)...
Aquello era lo que le faltaba para empezar a enfadarse considerablemente, todo el mundo
se había puesto de acuerdo en ocultarle algo sobre Esther
M: Aquí me tienes
D:... (se acercaba a darle un beso en señal de saludo)... Gracias por venir
M: Tampoco me dejaste mucha opción ¿no?
D: Lo siento
M: Venga, dispara ya
D: Si no te importa vamos a esperar a que venga alguien
M: Como gustes... (decía con mal humor)... bueno, y ya que tenemos tiempo, ¿me
puedes dejar la información sobre el curso que están haciendo Cruz y Esther?
D: ¿Cómo?
El tiempo me dio la razón 235
M: El dossier que te mandarían... esa carpetita tan mona para darte toda la información,
esa que tienes que tener tú... (sabía lo que estaba haciendo, y lo estaba logrando pues la
cara de Dávila era un poema)...
D: ¿Para que la quieres?
M: ¿No hay ningún curso verdad?... (el teléfono de Dávila sonaba cortando la espuerta a
esa ansiada pregunta por parte de la pediatra)...
D: Dime... nosotros estamos aquí... vale... (colgaba el teléfono)... ya viene
Se hizo un silencio por parte de los dos, Dávila sufriendo por la continuación a aquella
conversación y por como se lo tomaría y Maca por su parte teniendo más claro cada vez
que tenía que averiguar que pasaba
Todo... todo se podría haber esperado, imaginó mil y una cosas, pensó en cientos de
motivos, comenzó a pensar que había dejado de quererla, que salía con otra persona,
pensó en que huía por algo desconocido para ella, pero nunca, nunca pensó en eso, ni
siquiera podía percibir esa palabra en su cerebro
Ahora entendía cada palabra de Esther a la perfección, ahora lo comprendía todo. Como
pudo...
Salió de allí como alma que llevaba el diablo, puso la música del coche todo lo fuerte que
este le permitía, no quería oírse llorar a ella misma, la gente que la veía cuando paraba el
coche en algún semáforo se giraba para ver de donde venía aquel estruendo, pero a ella le
daba igual, solo pensaba en la situación que estaba viviendo Esther, y deseaba estar con
ella, cuanto dolor a debido estar pasando todo este tiempo sola
Llegó hasta el piso de Encarna y entró sin tan siquiera saludar, dirigiéndose directamente
hacía donde se encontraba su hija que estaba jugando con Natalia
Salió de allí dejando a la mujer destrozada, pero no podía evitarlo, sabía que le había
hecho daño, pero no comprendía como todo el mundo e incluso ella, pudo ponerse de
acuerdo para hacerla ignorante ante aquella situación
Llegó a casa y preparó una maleta con ropa para ella y para la niña, metió lo
indispensable y le dio de comer a la niña, quería que pasase todo el camino el mayor
tiempo posible dormida, ya que sería un viaje largo
Intentaba distraerla hasta que no estuvieran ya en el avión. Jugaba con ella a malas penas
intentando concentrarse hasta que Cruz llegó
De camino al aeropuerto no se dirigieron la palabra, Maca iba detrás con la niña, y Cruz
prefirió que se le pasase un poco el enfado y estuviera con la mente más calmada para
hablar de ello con ella, por que indiscutiblemente tenían que hacerlo
Facturaron el equipaje y una voz por la megafonía les anunciaba la puerta de embarque
Ya montadas Maca pidió un wisky ante la sorpresa de Cruz que pensó que ella también
necesitaba uno
M: Empieza ha hablar... (se llenaba el vaso con la botellita que momentos antes le había
entregado una azafata)...
C: Primeramente quiero pedirte disculpas
M: Eso ya da igual
C: No, no da igual, pero comprende por que lo he hecho
M: No Cruz, no lo puedo comprender, ahora no, recuerda cuando Vilches te lo oculto
C: Por eso te pido disculpas, pero Esther me pidió que no te lo dijera, no quería que
sufrieras
M: ¿Te crees que lo habéis conseguido?
C: No, sé que no... tenía miedo de que sufrieras todo este tiempo con el miedo de que al
final...
M: Ni lo digas
C: Ha llorado más de lo que te imaginas, cada noche se dormía nombrándote Maca, y
creyéndose la peor persona por hacerte lo que te estaba haciendo... (la pediatra no decía
nada, tenía la mirada puesta en aquel vaso)... el doctor Morris le estaba poniendo una
medicación que ha tenido buenos resultados en un noventa por ciento de los casos... en
un principio parecía que el tumor remitía, pero el cerebro no terminaba de asimilar el
fármaco, así que iba todo más lento de lo normal...
M: Espera un segundo... (todo aquello la estaba trastornando, necesitaba respirar o se
desmayaría completamente)... continua
C: No ha estado sola en ningún momento, el chico que te comenté, le ha cogido mucho
cariño, y está con ella siempre que puede aunque no trabaje incluso, y yo duermo y vivo
El tiempo me dio la razón 238
allí con ella. El día que hablasteis, no sé que fue lo que le pasó pero... Tom me llamó por
que al entrar en la habitación la vio totalmente abatida, cuando yo llegué intenté
tranquilizarla pero no había manera y comenzó a marearse, se desmayó y hasta ahora.
Ella misma ha hecho que su cerebro dejase de mandar ordenes a su cuerpo e incluso...
está rechazando la medicación... es increíble lo que las personas somos capaces de hacer
inconscientemente
Esther seguía en su mundo, un mundo en el que ella mandaba, ella ponía las reglas,
haciendo así que el dolor y el sufrimiento se quedaran fuera, de tal manera lo hizo, que se
había quedado en ese estado
Soñaba con Maca, la veía al final de un camino en el que llevaba rato caminado, allí
estaba ella, tan preciosa como siempre, esperándola, su pelo se agitaba al compás de un
viento nada desagradable.
Anduvo unos pasos más y parecía que cada vez la tenía más cerca, ya podía distinguirla
completamente, sonrió al verla tan claramente y terminó de llegar hasta ella
E: Hola cariño
M: Hola princesa
La abrazaba con cariño, con necesidad, respirando ese aroma que le era tan fácil recordar
La llevó de la mano hasta la sombra de un árbol cercano en el que la fina hierba invitaba
a sentarse a escuchar el cantar de unos pájaros acompañados por el fino ruido del roce de
las hojas de los árboles
M: Siéntate conmigo
Volvieron abrazarse ante la atenta mirada de un cielo único para ellas, en un lugar donde
nadie más podía llegar
E: Sufrirás
M: Estar lejos de ti ya es un sufrimiento... ¿sabes que?
E: ¿Qué?
M: Alguien me dijo una vez... en esta vida... lo importante no es que te quieran... es
querer... por que en el querer está la vida... no es importante recibir... por que dar es
mucho más gratificante... por que si amas y das... es que estás viva... y tienes la vida en
tus manos para compartirla con la persona que solamente quiere amarte y ofrecerte...
E: Eso es precioso
M: Pues tú aun tienes esa oportunidad Esther... solamente tienes que tener fe, en que
estaré a tu lado siempre... y nunca estarás sola... déjame ayudarte Esther...
***************************************************************
En el avión Cruz dormía mientras Maca repasaba en su mente todo lo que su compañera
le había relatado, miraba a su hija quien dormía placidamente y pensaba en que haría al
verla, estaría dormida, sedada, pero estaría, que era lo importante, tenía claro que no
pensaba moverse de allí en ningún momento
Debía ayudarla a salir de aquella situación en la que se encontraba, la vida había puesto
demasiadas trabas en aquella relación, demasiadas, seguramente cualquier otra persona
hubiese desistido en el intento, pero ella no estaba dispuesta, si algo tenía claro, es que
solo la muerte podía separarla de su lado, y eso tampoco se lo iba a poner fácil
Aterrizaban a una hora parecida a la que despedían en España, aunque allí fuese la hora
de comer, Maca parecía que llevase días en ese avión, su cuerpo pedía estirarse y caminar
C: Cojamos un taxi
M: ¿Está muy lejos de aquí?
C: Unos minutos... (se metían dentro del primer taxi que vieron a la salida el
aeropuerto)... a la clínica SyncMaster por favor
Taxista: OK
Como Cruz había dicho tras unos minutos donde cruzaban el centro de la ciudad llegaban
a un paraje que parecía artificial habiendo cruzado tantos edificios anteriormente
Parecido a la ubicación del central park, una explanada casi en el mismo centro de
Boston, daba posición a la clínica, rodeada de árboles y vegetación variada
C: Lucy, puedes avisar a Morris de que estamos aquí y vamos a ver a Esther
Lucy: Claro... Tom está allí con ella
C: Gracias... vamos Maca
El tiempo me dio la razón 240
La pediatra había permanecido en silencio todo el tiempo, cada paso que daba la acercaba
más hasta su princesa, cada paso la llevaba hasta ella, y era en lo único que podía pensar
Atravesaron algunos pasillos en donde dejaba claro que la incomodidad no tenía cavidad
en aquella clínica, todo parecía recién estrenado, haciendo que la gente dado en la
situación que se encontraban, estuvieran lo más cómodos posible
Como era posible tenerla tan cerca y a la vez tan lejos, había desmejorado bastante,
incluso con los ojos cerrados distinguía claramente el color de sus ojeras, sus lágrimas
seguían cayendo desde que entró por la puerta y vio su cuerpo
Besaba su mano intentando llevarle ese calor que tanto le faltaba. Se recostó a su lado
mientras la abrazaba con un brazo con la otra mano acariciaba su brazo lentamente, se
cobijo en ese cuello que tanta paz le daba incluso en aquella ocasión, dejó un dulce beso
en él para después comenzar a hablarle
M: Al final me he enterado por que viniste... (acariciaba cada uno de sus dedos)... tú
como siempre tan cabezota... incluso para esto... (le dejaba un beso en el hombro)... pero
yo te gano... porque por mucho que quieras no me pienso mover de aquí ni un segundo...
te quiero Esther... y no puedes hacerme esto... tienes que abrir esos ojitos tan preciosos
para echarme la bronca por venir... tienes que despertar Esther... (se volvía a abrazar a
ella como si en eso llevase su vida)... te necesito... y nuestra hija también... tienes que
estar aquí luchando... yo estaré contigo... te quiero...
***************************************************************
Pero Esther seguía en su mundo de paz junto a ese recuerdo que tan vivo estaba en ella
El tiempo me dio la razón 241
Estaba como ella quería, y por ahora no parecía querer abandonar ese lugar, por mucho
que le dijese esa Maca, que vivía con ella en su mente
Cogidas de la mano fueron hasta uno de los lados donde se podía ver mejor la
perspectiva
De repente los cuerpos bajo las mantas comenzaban a moverse haciendo que Esther se
empezara a poner nerviosa. Vio como Maca se incorporaba y comenzaba a besar su
cuello
M: Cariño... muak... muak... venga... marmotilla, que tengo que llevar a Irene al instituto
y tú tienes que ir a trabajar
E: Un poquito más... (se daba la vuelta abrazando a la pediatra)... mmmm aquí se está
mejor
M: Y yo también estoy mejor cielo... pero se va a hacer tarde... (buscó el rostro de la
enfermera para darle un beso en los labios)...
E: Mmmm... (se incorporaba renegando)... ¡no sé porque me case contigo! ¡Con lo a
gusto que estaba yo de soltera!
M:... (se acercaba hasta esos labios que la volvían tan loca)... Por que me deseas a todas
horas y estás loca por mí... (terminaba de unir sus labios para darle un beso más profundo
a su mujer)...
El escenario volvió a cambiar, esta vez estaban en la casa de su madre, parecía una fiesta,
todos sus amigos y familiares estaban allí, junto a un grupo de chavales adolescentes
De repente las luces se apagaron, todo el mundo guardó silencio y la puerta que daba a la
calle se abría dando paso a ella misma con una adolescente más, que supuso, sería Irene
El tiempo me dio la razón 242
Después de que todo el mundo la felicitase llegó hasta el otro lado del salón donde su
madre la esperaba sentada junto a Esther esperando que acabase
En un segundo de nuevo aquel estanque, de nuevo aquella paz en la que Esther esta vez
lloraba abrazándose a Maca buscando consuelo
Sin decir una palabra Maca la llevó hasta un banco que apareció de la nada, y allí
sentadas Esther intentaba calmarse de unas lágrimas que no caían pero que sí sentía
E:... (se tocaba los ojos buscando restos húmedos pero no los encontraba)... Si estoy
llorando... ¿Cómo puede ser?
M: Este es tu mundo Esther... no te puedo contestar a eso... seguramente de tanto que has
llorado aquí no puedes hacerlo
E: Lo que me has mostrado... ¿de verdad que es mi futuro?
M: ¿Te gustaría que lo fuese?
E: Es lo que llevo soñando desde años... (agachaba su cabeza mientras cruzaba sus
manos)...
M: Y ¿Por qué no sales de aquí?
E: No puedo
M: No quieres
E: Tengo miedo a morir
M: Esther... no pensaba tener que decirte esto... pero aquí no puedes estar eternamente...
esto es... como un juego... un juego en el que tú eres la protagonista y tú marcas las
reglas... pero al final tendrás que elegir que hacer... si vivir e intentar realizar tu sueño... o
tirar la toalla
***************************************************************
Maca se había quedado dormida en la cama junto a Esther después de haber pasado casi
una hora llorando, el cuerpo de la enfermera era de nuevo ese bálsamo que su alma
necesitaba
Estaba en la playa, el lugar estaba desierto, y ella sentada en la fina arena hundía sus pies
en ella mientras observaba como las olas del mar morían a metros de ella
Una suave brisa acariciaba su pelo y le regalaba el dulce aroma a sal y tranquilidad que
tanto le gustaba
Miraba como las nubes hacían su hermoso recorrido, despacio, con calma, sin ninguna
prisa, cuando repente unas manos cubrieron sus ojos haciéndola dar un brinco
Seguía aquel camino a un paso ligero, pero dándose cuenta de que cuanto más intentaba
correr más largo se hacía, disminuyó el ritmo y efectivamente dejaba de hacerlo, le
parecía más lejano que en un primer momento, pero aunque estaba nerviosa por llegar
sabía que tenía que ir a un ritmo, que se le antojaba demasiado lento
Tras unos largos minutos llegó hasta la puerta de aquella casa, llamó con su puño
esperando una respuesta
Repitió la acción al ver que nadie acudía a su llamada, al ver que seguían sin hacerlo
acercó su oído hasta la fina madre para poder escuchar algo
Le costó hacerlo, pero de repente escuchó un llanto que sin saber porque la entristecía
completamente, empujaba la puerta con todas sus fuerzas intentando abrirla sin ninguna
suerte, se asomó por una pequeña ventana que daba al interior y vio algo que hizo que su
corazón se rompiese
Esther estaba en el suelo llorando por el dolor, Cruz a su lado intentaba consolarla
M: ¡¡¡Dejadme entrar!!!... (repetía una y otra vez mientras golpeaba el cristal)... ¡Cruz!!
¡¡Por favor!! ¡¡No me hagas esto!!... (volvía a mirar a través del cristal y veía como el
cuerpo de la enfermera había dejado de moverse y Cruz arrodillada a su lado lloraba)...
Miraba la escena mientras un sin fin de lágrimas recorrían su rostro sin control, comenzó
a chillar con todas sus fuerzas pero ni apenas un hilo de voz salía de su garganta
De repente la puerta se abrió si ningún tipo de ayuda humana, corrió hasta el interior pero
Cruz ya no estaba, solamente Esther, yacía en aquel salón
Un terrible dolor inimaginable antes, recorría su cuerpo haciéndola dejar sin fuerza
alguna
***************************************************************
De nuevo se quedaba a solas con la enfermera, no se había movido para nada en todo ese
tiempo, pero podía distinguir como sus papados de vez en cuando se movían nerviosos
M: Tienes que ser fuerte cariño... yo te ayudaré... haré lo que haga falta... (pasaba una
mano por su pelo colocándoselo bien)... y te daré la vida que te mereces... te juro que
nada ni nadie hará que me vuelva a separar de ti... te lo juro Esther...
Tom: Hola, hola, hola... (entraba con la niña en brazos con una pirueta entre las mano)...
M: Hola
Irene: ¡Mami!... (iba hasta los brazos de la pediatra)...
M: Hola cariño... ¿Qué es eso?... (le preguntaba a su hija)...
Irene: ¡¡Iueta!!... (la alzaba para que Maca la viera)...
M: Mmm que rica... ¿Quién te la ha comprado?
Irene: ¡On!... (señalaba al enfermero)...
M: Mira... ya se sabe tu nombre
Tom: Es muy corto... (sonreía tímido)...
El tiempo me dio la razón 246
M: Perdona... (le ofrecía la mano)... no nos hemos presentado como se debe... soy Maca
Tom:... (se la estrechaba)... Tommy pero llámame Tom
M: Encantada
Tom: Igualmente, me han hablado mucho de ti
M: Espero que bien... (esbozaba una sonrisa)...
Tom: Mejor que eso, Esther te quiere muchísimo
M:... (al escuchar aquello la pediatra se giró para mirarla unos instantes, y su gesto se
volvía triste)... Y yo a ella... (cogía una mano de la enfermera con la que le quedaba
libre)... me ha dicho Cruz que os lleváis muy bien
Tom: Sí... al principio de venir, era como decirlo... estaba muy cerrada, siempre estaba
triste... y yo... solo intentaba animarla, al final conseguí que me aguantara
M: Sí... sé lo cabezota que es
Tom: Tenía mucho miedo
M: ¿De?
Tom: Jjmm de todo... (agachaba la cabeza negando)... de que te enterases... de volver
sabiendo que seguía enfermera... de... de...
M: Ya... comprendo... (no quería escuchar aquella palabra)... gracias por cuidar de ella
Tom: Lo hago encantado... le he cogido mucho cariño... mi mujer incluso vino a
conocerla, de tanto que le hablaba de ella... es muy buena gente
M: La mejor... ¿a qué sí cariño?... (le preguntaba a su hija)... ¡mama la mejor!
Irene: ¡Mama la ejo! Jajajaja
M: Sí cariño... (daba un beso en su cabeza)...
Irene: Mama ¡¡ormir no!!
M: Sí cariño... mama está malita y tiene que dormir
Irene: ¿¿Aita??... (torcía su cabecita mientras preguntaba a su madre)...
M: Sí cariño, malita y tiene que dormir todo lo que pueda para despertarse fuerte y poder
jugar contigo
Irene: Mama ¡ugar con iene!
M: Claro que sí
Cruz llegaba con aquellos cafés y Tom se despedía de ellas hasta el día siguiente, la tarde
comenzaba a caer, el doctor Morris pasó para hablar con Maca y contarle el estado oficial
de la enfermera, le doy las posibilidades oportunas y las medidas que se efectuarían en
cada caso o crisis de la enfermera
Habilitaron una habitación para Cruz ya que la pediatra se quedaría en la de Esther y con
la niña tendrían que turnarse
Maca apenas cenó pues la situación en la que se encontraba solo le producía un malestar
tan profundo que no se percataba de nada más que no fuese su hija o Esther
M: Te vas a poner bien... ya verás... ¿quieres que te cuente una historia?... yo sé que sí...
por que cantarte no pienso hacerlo... que luego seguro que te levantas con dolor de
cabeza... (sonreía recordando momentos junto a ella)...
***************************************************************
Se besaban con suma calma, sin ningún tipo de excitación, con una ternura desmesurada,
Esther lo quería así, era su irrealidad, se había colocado encima de Maca y notaba como
aun besándose tanto tiempo su respiración era tranquila y pausada
Ningún poro de su cuerpo rehuía el contacto con la pediatra, cada milímetro que la
formaba amaba a aquella persona que tenía entre los brazos, no concebía la vida sin ella,
al igual que la muerte
Si realmente hubiera un cielo, y ella lo creía, ¿Qué haría allí sin estar junto a ella?
Acto seguido, Esther como Maca le había dicho cerraba los ojos y pensaba en ella,
pensaba en lo mucho que la quería, y en todo lo que desearía estar junto a ella como antes
Hubo un viento furioso, el tiempo cambio de repente, unas nubes negras cubrieron aquel
cielo que tan precioso era momentos antes
El tiempo me dio la razón 248
Un silencio cubría todo lo antes escuchado y sobre todo, un frió, un frió helador llenaba
invadía el lugar. Esther se agarró fuerte a Maca
De repente todo acabó, nada se escucha, el viento había cesado, y un ambiente cálido
volvía a sus cuerpos, Esther se giraba y creía reconocer el lugar, de su mano aun estaba
Maca, la miraba queriendo transmitirle confianza
M: Tranquila
E: ¿Qué... que hace aquí?...
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M: No me quiero ni imaginar por lo que has pasado... ¡qué cabezona eres!... (parecía
recriminarle con cariño)... y nadie me decía nada... me encontré a Lucía... y no se como...
pero sé que ella lo sabía... creo que si Dávila no me lo hubiera dicho o Cruz no hubiera
ido...
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El tiempo me dio la razón 249
Tendida en la cama volvía a cerrar los ojos, escuchaba como Maca le hablaba pero
apenas tenía fuerzas ni para respirar, se dejo llevar por aquella voz y de nuevo se durmió
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M: He pensado que cuando te recuperes me mudaré a tu casa... por que la tontería tan
grande de estar para allá y para acá... y me da igual lo que digas... bastante tiempo hemos
perdido ya... ¿sabes que?... te vas a reír... la noche que te llamé escuche la voz de Tom... y
pensé que es que estabas con alguien y no me lo querías decir...
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De repente un pitido que salía del aparato junto a la cama, sonaba estrepitosamente
sacándola de sus pensamientos
M: ¡¡Estheeer!!... (corrió hasta ella con su corazón en un puño)... ¡¡no por favor!!... (tocó
el timbre junto a la cama)... por favor ¡¡¡no!!! ¡¡Dios mío!!
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[El piano.mp3] PLAY
El tiempo me dio la razón 250
Dos horas interminables en las que Maca no podía entrar, dos horas en el que se estaba
replanteando una posible vida sin Esther, abrazaba a su hija, llorando sin consuelo, la
niña la abrazaba asustada sin saber que ocurría
El destino es a veces cruel, pero el tiempo sabio, había aprendido mucho tras unos años
en los que tan duras situaciones se había encontrado, situaciones en ese momento
insuperables, pero sabía que si algo iba mal, todavía podía ser peor, y le asustaba
Un día se creyó fuerte, tan solo era una mentira, ella no lo era, lo que le daba fuerza en
algún momento era Esther, ella era la causante de todo resquicio de felicidad, todo lo era
ella, y aunque tuviese a su hija, el vacío que podía causar la enfermera sería demasiado
grande para soportarlo
C: Maca...
M: Cruz
C: Lo siento... (unas lágrimas caían por su rostro)... no sabes cuanto lo siento
M: No...
Se arrodilló aun con su hija en brazos, su mirada se fijaba en un punto muy lejano a
donde se encontraba, sus ojos solo veían a Esther, sonriendo, mirándola, despertándola,
duchándose, durmiendo, besándola...
C: Ven Irene... (se agachaba para intentar coger a la niña ya que la pediatra seguía sin
reaccionar y aferraba a la niña contra su pecho)...
M: No... (la abrazó aun más evitando que la cogiera)...
C: Maca... sé que es un momento que ni yo misma puedo imaginar... pero...
M: No...
Repetía una y otra vez, sus párpados no se movían, sus ojos se habían congelado en la
misma posición, las lágrimas ni tan siquiera caían
Un segundo más, y su mundo se hizo añicos, comenzó a llorar de una manera de la que
nunca lo había hecho, Cruz tuvo que esta vez sí, coger a la niña pues la pediatra la
abrazaba demasiado fuerte
Como vivir... como vivir... en el momento en que vio a Cruz algo en su corazón se lo
anunciaba, y segundos antes, su alma volaba triste, y su corazón helado aunque siguiera
en su cuerpo, dejó de estar con ella
El tiempo me dio la razón 251
Ahora sabía lo que era el dolor, la angustia, el sufrimiento, la duda, el miedo, el horror,
ahora sabía cuando decían que el mundo temblaba en tus pies, el cielo caía al suelo, y
todo tornaba a infierno. Solo entonces lo supo
Un día la encontró y ese dios que dicen observa a cada uno de nosotros se reía de ella
arrebatándosela como lo hacía, arrancándola de su lado, haciendo de la suya, una vida sin
razón alguna
M: Perdona... (se dirigía hacía una de las enfermeras que se cruzo por el camino)...
¿hablas español?
Enfermera: Un poco
M: ¿Tenéis una terraza aquí?
Enfermera: Sí... tener que ir hasta el ascensor... piso 7
M: Gracias...
Se dirigía despacio hasta él y marcaba el piso indicado momento antes por aquella chica
Miraba la oscuridad de la noche sintiendo que su mundo permanecería así para siempre,
no podía, no quería seguir su vida sin ella
Subió hasta donde tan solo un paso la separaba del dolor, y la llevaría hasta el lado de su
princesa, respiró cerrando los ojos e inundando los pulmones del aquel aire frío, pero no
tanto como su corazón
Un paso... un paso... y todo acabó de doler, inundando de una dura paz aquel mundo de
dos personas en el que el tiempo... no... les dio la razón
De repente un pitido que salía del aparato junto a la cama, sonaba estrepitosamente
sacándola de sus pensamientos
M: ¡¡Estheeer!!... (corrió hasta ella con su corazón en un puño)... ¡¡no por favor!!... (tocó
el timbre junto a la cama)... ¡¡¡por favor no!!! ¡¡Dios mío!!
Dos horas interminables en las que Maca no podía entrar, dos horas en el que se estaba
replanteando una posible vida sin Esther, abrazaba a su hija, llorando sin consuelo, la
niña la abrazaba asustada sin saber que ocurría
El tiempo me dio la razón 252
El destino es a veces cruel, pero el tiempo sabio, había aprendido mucho tras unos años
en los que tan duras situaciones se había encontrado, situaciones en ese momento
insuperables, pero sabía que si algo iba mal, todavía podía ser peor, y le asustaba
Un día se creyó fuerte, tan solo era una mentira, ella no lo era, lo que le daba fuerza en
algún momento era Esther, ella era la causante de todo resquicio de felicidad, todo lo era
ella, y aunque tuviese a su hija, el vació que podía causar la enfermera seria demasiado
grande para soportarlo
Entró despacio, queriendo tranquilizarse y estar con todos los sentidos disponibles para
disfrutar de lo que tanto tiempo llevaba añorando
Llegó hasta la cama y vio como Esther estaba con los ojos cerrados, paso su mano
retirándole el flequillo que caía haciendo que esta abriera los ojos en aquel contacto
Inclinó su cuerpo para acercarse a ella, lo hacía despacio, pues quería apreciar cada
movimiento, cada sentimiento
El tiempo me dio la razón 253
Se besaban despacio, Maca en un principio intentó que fuese corto pero la enfermera le
dejó claro que necesitaba aquel gesto tanto como ella y profundizo en él con la más
absolutas de las calmas, haciendo salir todo aquel sufrimiento y miedo por parte de las
dos
Maca se recostó a su lado nuevamente reposando entre los brazos de Esther, no hubo más
palabras, no hubo más gestos, solo cabían los sentimientos y el pensamiento de que esta
vez sí... todo era posible estando juntas
Dos días habían pasado en el que se distinguía claramente el estado de animo de Esther,
el tener con ella a la pediatra y su hija hacían que una fuerza sobre humana naciese de
ella
Maca había llamado a Encarna comunicándole los cambios, esta había decidido ir a pasar
el fin de semana, y habiendo hablado Cruz con Vilches anteriormente tanto ella como
Natalia irían con él
E: Mira este lo pintamos de color azul... (tenía a la niña sobre ella en la cama mientras
coloreaban en un cuaderno que había comprado Maca)...
Irene: Zi... achi... (pasaba el lápiz pintando un pequeño pez que había en el libro)...
E: Así, muy bien...
Irene: Aballo aillo...
E: Mira le ponemos este y así es como el de mami... (cogía un color amarillo tirando a
beig que era como el color de caballo que tenía Maca en Jerez)...
Irene: ¡¡Ziii!!! omo alia
E: Sí... como Dalia
Maca había ido hasta un restaurante cercano para llevar a Esther una comida que no fuese
de hospital, aunque allí la comida estaba bastante buena, no terminaba de ser normal
Iba canturreando por los pasillos saludando a todo aquel que ya la tenía más que vista,
pues desde que llegó no había salido de allí, y tampoco tenía intención de hacerlo
De nuevo ponía rumbo hacía la habitación con la misma sonrisa que no la había
abandonado desde que Esther despertó
M: Ya estoy aquí... (se acercaba hasta la cama después de haber dejado las bolas bien
colocadas encima de la mesa)...
E: Hola guapa... (le ponía morritos para que le diese un beso)... mmm que rico
M: Preciosa... (le daba otro dulce beso)... y niña ¿Qué esta haciendo?
E: Estamos pintando ¿a qué sí pequeña?
Irene: Zii... ira mami... ¡aila!
M: Anda... ¡si es Dalia!
Irene: Zii jajajaja
M: Que bonito
E: Claro... si tenemos una artista en la familia jajajaja a propósito
M: Dime... (se sentaba junto a ella)...
E: Cruz me ha llamado que se duchaba y venía para acá
M: Bien... así podrá comer con nosotras
E:... (hacía un gesto con la nariz intentado reconocer aquel olor)...
M: Jajajaja cariño ¿Qué haces?
E: ¿Eso que huelo no será...?
M: ¡Ahí que ver que vaya olfato tienes!
E: ¡¡Paella!!
Irene: Aellaaaaaaa
M: Un restaurante de aquí al lado prepara comida española
E: Mmm que hambre
M: Eso no te lo cambian con nada por lo que veo
E:... (se acercaba lentamente hasta ella)... Muchas cosas no me las cambian con nada
M: ¿Estás juguetona?
E: Contigo siempre... no veo el día que salga de aquí
M: Jajaja anda que...
En cambio, no todos los días eran como ese, había algunos en que por la medicación,
Esther se encontraba realmente mal y su mal humor crecía haciendo y diciendo cosas que
ni pensaba ni sentía, Morris puso sobre aviso a Maca en eso y ella ya contaba con que
sucediese
Tal era como se ponía la enfermera que cada vez que así era, Cruz se llevaba a Irene
fuera de la clínica y Maca se quedaba sola con ella, aguantando el chaparrón como
meramente podía
Maca se sentó a su lado en uno de los sillones mientras leía una revista, no le prestaba
mucha atención, pero no quería que Esther se sintiese vigilada y no sabía que otra cosa
hacer
Maca sonrió por aquello, aun estando de mal humor, decía cosas como aquellas que la
hacían recordar los fingidos enfados de la enfermera buscando su cariño
Tras un rato así, Maca se levantó para comprar un botellón de agua, por el camino se
encontró a Tom quien le preguntó por Esther haciendo que esta le contase el mal día que
llevaba
Lejos de tan siquiera pensar lo contrario se fue hasta la habitación con Maca para verla,
entraban riendo sabiendo lo que les esperaría
E: ¡Ya está bien! Que parece que hayas ido a Barcelona a por el agua
M: Pues casi por que la maquina de aquí estaba rota y he tenido que bajar
Tom: Y se ha encontrado conmigo
E: El que faltaba... el payaso de turno
Tom: Gracias... (hacía una pequeña reverencia por el comentario)...
E: No te digo... (cogía una de las revistas de la mesita de al lado para empezar a
ignorarlos)...
Tom: ¿Así es como recibes a las visitas?
E: A ti te tengo muy visto... (pasaba la paginas enfadada)...
M: Venga Esther... pon un poquito de tu parte
E: Si fuese para otra cosa a lo mejor
Maca y Tom se miraron y no pudieron contener una carcajada que resonó por toda la
planta haciendo que Esther los mirase más enfadada si cabía
E: No le veo la gracia
Tom: ¡Pues yo sí! Jajajaja si eso va a ser lo que a ti te falta
E: Pues yo diría lo mismo de ti por que vaya cara tienes de granos machote
M y Tom: Jajajajajajajajaj
Tom: Incluso con mala leche eres encantadora
E: Sí, sí, lo que tú digas
Tom: Vale... me voy, pero que conste que lo hago por que tengo que trabajar
E: ¿Es que tú haces eso?
El tiempo me dio la razón 256
El viernes por la noche Esther estaba nerviosa por que sabía que al despertar su madre
seguramente estaría ya con ella, gracias a la medicación dormiría de un tirón, eso la hacía
sentirse menos nerviosa
Maca leía un cuento a la niña mientras hacía tiempo a que Cruz llegase para llevársela
con ella al hotel
Esther las miraba y daba de nuevo, gracias a dios por todo lo que tenía. Había algo de lo
que no habían hablado, y era del tiempo en el que Esther pasó en estado vegetativo, ahora
tenía contestación la pregunta que realizó, efectivamente recordaba todo lo vivido en su
cabeza, lo tenía como un sueño reciente, del que suponía nunca se olvidaría, no se lo
había contado a Maca por que esta no la tomara por loca, pero cada día se levantaba con
más ganas de hacerlo para que Maca supiera todo aquello
Por la mañana temprano, Esther comenzaba a despertarse, apenas escuchaba algo, pero
distinguía claramente varias voces
M: Mira... ya se despierta...
En: ¡Esther hija!... (se acercaba lentamente hasta ella)...
E: Hola mama... (se incorporaba un poco)...
En: No te levantes hija que no hace falta
E: No importa mama, si me encuentro bien... (su madre se acercó hasta ella y se
fundieron en un más que entrañable abrazo)... ¿y Natalia?
M: Ha ido con Vilches a la cafetería a por café... (se acercaba para besarla)... buenos días
E: Hola
M: ¿Te encuentras bien?
E: Sí... hoy sí
M: Voy a ir a decir que te traigan el desayuno
E: Gracias
La pediatra se marchaba de allí guiñándole un ojo y dejaba a madre e hija a solas un rato,
realmente lo había hecho con toda la intención, por que sabía de sobra que lo necesitaban
bastante
El tiempo me dio la razón 257
E: Te he echado de menos mama... (abrazaba a su madre por la cintura como solía hacer
de pequeña)...
En: Y yo a ti cariño
E:... (volvía a su posición)... ¿Estás bien?
En: Perfectamente... aunque me duele todo el cuerpo del trasto ese... que mira que esta
lejos ¡eh!
E: Sí jajaja bueno, pero después de comer te vas al hotel con Cruz, que Maca os ha
cogido otra habitación y te echas una siesta
En: Tienes una mujer que vale millones hija
E: Hablando de eso
En: ¿Ocurre algo?
E: Pensaba que... cuando todo esto acabe... pedirle que se case conmigo
En:... (se abrazo de nuevo a ella)... ¡Cuanto me alegro hija! De corazón te lo digo
E: ¿De verdad?
En: Maca te quiere tanto que ni yo misma alcanzo a saber, lo ha pasado muy mal la
pobre
E: Lo sé... y yo no quiero estar más sin ella...
En: Es lo mejor que podéis hacer
E: Gracias mama... ¡oye! De esto ni una palabra ¡eh! ¡Que quiero que sea una sorpresa!
En: ¡Claro hija! Claro
Pasaron un instante más hablando hasta que Natalia aparecía seguida de Vilches quienes
se fundieron en un abrazo más que cariñoso con la enfermera
M: Ya estoy aquí... (entraba con una bandeja entre las manos)... ¡ale! ¡Ya estamos
todos!... (decía pasando por al lado de Vilches)...
V: ¡Tranquila! El sentimiento es mutuo
M: Lo sé... (se sentaba en la cama al lado de Esther como habitualmente hacía)... pues
aquí tiene mi reina el desayuno
Subía la tapa de la bandeja y dejaba ver un desayuno que para nada era el habitual, tenía
su taza de café, su vaso de zumo, a la vista recién exprimido, unas tostadas y unos
cuantos tarritos de mermelada y de mantequilla
E: ¿Y esto?
M: Hoy es un día especial y se desayunará como tal
Natalia: Ahí que ver como te cuidan ¡¡eh!! ¡Hermanita!
E: ¿Especial por que?
M: Bueno... aparte de que están aquí tu madre y tu hermana
V: ¡Estoy yo claro!
Todas: Ajajajaja
M: No es por eso pero casi... he hablado con Morris y nos vamos a ir a comer fuera
E:... (miraba con felicidad a la pediatra)... ¿De verdad?
M: Y tan verdad... pero te tienes que portar bien y estar tranquilita... (decía mientras
comenzaba a untarle la mantequilla en las tostadas)...
Esther se abrazaba como una loca en el cuello de la pediatra mientras le daba besos y más
besos con la más absoluta de las alegrías
El tiempo me dio la razón 258
Un rato después llegaba Cruz con la niña, y tras saludar a Encarna y a su hija, fue a dar
un paseo con Vilches para hablar de sus cosas y por que no, para tener un poco de
intimidad para la pareja
Maca no paraba de hablar dejando claro su nerviosismo por la situación y Esther lejos de
estar de otra manera le contestaba y continuaba hablando para también poner de su parte
Después de un rato más que duro para las dos, comenzaban a vestirla sin salir del baño
Se acercó a ella para besarla tímidamente, pero tras separarse un segundo se miraron a
los ojos y volvieron a unir sus labios de manera más efusiva haciendo que ambas
comenzaran a acariciarse
Maca pasaba las manos por la espalda aun desnuda de la enfermera, mientras esta las
colaba bajo la camiseta de ella
De repente la mano de Esther fue a parar al pantalón de la pediatra esta se dejaba llevar,
Esther en un intento de fuerza la sentó y se subió en ella con cuidado
Cuando parecía que ya no hubiese marcha atrás, Maca respiró hondo y se separó de ella
El tiempo me dio la razón 259
M: Cariño...
E: ¿Qué ocurre?
M: No es que no quiera... que sí que quiero... pero aparte de que estemos en el baño, nos
esperan para ir a comer... (le dio un beso en la nariz)
E: Tienes razón... (apoyó su frente en el pecho de la pediatra)
M: Tenemos todo el tiempo del mundo... y tampoco quiero que hagas muchos esfuerzos
E: Vale... (le dio un último beso y volvieron a su posición anterior sonriendo)
Alquilaron un coche para la ocasión, Maca ya había hecho aquel trayecto para tenerlo ya
en mente y no hubiera ninguna complicación, Esther sentada a su lado miraba el paisaje
que se le antojaba precioso, y perfecto para la ocasión
Cruzaban un valle en el que parecía que nadie antes había puesto el pie allí si no llega a
ser por la carretera asfaltada que llevaba hasta donde Maca quería llegar
Bajaron del coche y comenzaron a coger las cosas esperando a que la pediatra les
indicase donde pensaba que fueran a comer
M: Seguidme
V: ¡Hay que ver como te gusta mandar!
M: ¿Prefieres comer en el coche?... (paro en seco volviéndose para dirigirse a él)
C: ¿Tendremos un día tranquilo?
M: Por mi no hay ningún problema... (siguió andando pero esta vez cogiendo la mano de
la enfermera)
E: Esto es precioso... (miraba a su alrededor)
M: Ya verás donde vamos a comer... (se acercó a su oído)... te va a encantar... lo vi y
pensé en ti
E:... (le dio un beso en la mejilla)
Anduvieron unos pasos más hasta que de repente Esther aminoró su ritmo hasta parar, se
quedó helada al ver lo que sus ojos le mostraban, una confusión reinó en su mente, ante
ella aquel lugar que solo creía real en su mente
No podía dejar de mirar aquello, realmente ni ella misma podía creérselo, unas lágrimas
comenzaron a caer de sus ojos, miraba aquel árbol recordando aquel momento en su
mente
M: ¿Por qué lloras?... (cogió su rostro entre sus manos y con los pulgares limpiaba
aquellas lagrimas)
E: Es precioso Maca
C: ¿Cómo encontraste este sitio?
M: Tom me lo dijo
Natalia: Parece salido de una película de dibujos animados
El tiempo me dio la razón 260
Todos estaban parados mirando aquel lugar, ninguno podía menospreciar aquel paraje,
que como Natalia bien decía, parecía haber sido dibujado
M: Venga vamos... (volvía a coger a Esther de la mano y pusieron rumbo hacía aquel
árbol que conforme Esther se acercaba más recordaba)
La pediatra extendía una gran manta en el suelo y fueron dejando las cosas en ella, la
niña se sentó la primera mientras su abuela la ayudaba a quitarse los zapatos
Después de haber comido, Maca pidió a Esther que fuera con ella a dar un paseo, a lo que
la enfermera accedió encantada
E: Me encanta este lugar... (paro sus pasos y cerro los ojos respirando profundamente
aquella naturaleza)
M: Sí... es perfecto
E: Ven... sentémonos allí... (observó como un gran árbol regalaba una maravillosa
sombra donde poder sentarse)
Maca se sentó apoyando su espalda en el grueso árbol, y Esther sentada entre sus piernas
sentía los brazos de Maca rodeándola, uno por su cintura, y el otro por su cuello, donde le
ponía fácil dejarle los numerosos besos que le daba
E: Sí... sí que importa... (se puso de lado para poder mirarla)... lo hice de la peor de las
maneras... debí... debí hablar contigo
M: Eso no te lo discutiré... (bajó la mirada triste)
E: Se me vino el mundo encima Maca... y lo único que quería era... era hacerte el menos
daño posible... y me equivoqué... (miró hacía el suelo)
M: (puso su mano en la barbilla de la enfermera para que la mirase)... Yo solo quiero
estar contigo pase lo que pase
E: Y yo Maca... y yo... lo pasé fatal... quería que estuvieras aquí... conmigo... pero... no
sé... tenía algo en la cabeza que no me dejaba... me impedía contártelo... la noche que
hablamos...
M: Esther de verdad...
E: Cuando colgué el teléfono... fue como si las últimas fuerzas que tenía se fueran...
lloré... y lloré...
M: Esther... (acariciaba su mejilla haciendo que la enfermera pegase su rostro más a ella)
E: Entonces llegó Tom y lo último que recuerdo de aquello es que te llamaba y me
desmayé
M: Me lo contó Cruz
E: Sí... pero lo que no te contó... te voy a contar algo y no sé si me creerás... (alzó la
mirada observando el horizonte)
M: ¿Y por que no iba a creerte?... (se abrazó a la enfermera que seguía de lado y dejó un
beso en su hombro)
E: Según Cruz... estuve en estado vegetativo... pero yo sé que no... estaba muerta Maca...
y... y no quería remediarlo
M: No te entiendo...
E: Todo ese tiempo... estuve viviendo en un sueño de lo más real Maca... aun lo recuerdo
como si hubiese ocurrido de verdad
M: Cuéntamelo... (se recostó de nuevo llevando con ella a Esther)... cuéntame ese sueño
E: Te parecerá surrealista... pero casi todo ocurría en un lugar idéntico a este...
M: ¿Por eso te emocionaste?
E: Sí... (esbozó una sonrisa)... cuando me desmayé... de repente me encontré en otro
lugar... un camino largo se abría frente a mí... y al final... estabas tú... (la pediatra la
estrechó contra ella)
M: Y lo estoy...
E: Lo que hice aunque fuese inconscientemente en un principio... luego no lo era...
estando contigo en mi cabeza no quería ir a ningún sitio... y tú no me reprochabas nada...
simplemente estabas conmigo... y eso me daba paz... hasta que... era seguir viviendo... o
morir...
M: Ssshhh... (la abrazó más fuerte escondiendo la cara en su cuello)... no digas eso...
E: Fue así Maca... en mi sueño me mostró cosas... que seguramente son lo que yo quiero
en un futuro... pero que me abrió los ojos... y luego... te vi a ti al lado mío
M: ¿Me viste?
E: Sí... pero tú mirabas a otro sitio... abrí los ojos un instante y escuché tu voz... estabas a
mi lado... entonces... fue cuando...
M: A mí también me pasó algo extraño...
E: ¿A ti? ... ¿el que?
M: En el momento que dices... antes de que... bueno... que sentí como si un susurro me
hablase al odio... y segundos después la ventana se abrió y la habitación se helo
E: ¿Y que decía el susurro?...
M: Te quiero
El tiempo me dio la razón 262
E: Era cierto entonces y lo es ahora... (se inclinó para besarla en los labios haciendo que
la pediatra quedara más que sorprendida)
M: ¿No pensaras que...?
E: Yo lo recuerdo... (sonrió por su respuesta)
M: Eso es imposible
E: Si tú lo oíste... y yo recuerdo haberlo dicho...
M: Bueno... dejémoslo que si no ya verás tú esta noche
E: La cosa es que... si estoy aquí ahora... es por ti Maca...
M: Lo estás por que eres fuerte Esther
E: Y por ti... no quiero separarme nunca más de ti Maca
M: Y no lo harás... eso te lo aseguro yo
Se fundieron en un beso que dejaba fuera, toda duda, todo miedo, y todo lo que impidiese
que dos almas como las suyas estuvieran en una armonía y una unión que solo cuando
amas a alguien hasta el punto de remover cielo e infierno por estar unidas era posible
El matrimonio, algo que algunas personas encuentran frió y efímero, algo que no hace
falta para demostrar el amor que sienten dos personas, pero un acto deja claro, la
intención de pasar el resto de la vida con aquella persona que un día robó tu corazón y
que ahora le das la llave para que nunca sea de nadie más
Las semanas pasaban en aquella clínica, la salud de Esther, había remontado más en
ellos, que en el mes que pasó con Cruz las dos solas, Maca estuvo con ella cada segundo
que permanecieron allí
La noticia había corrido como la pólvora, todos sus compañeros pusieron el grito en el
cielo, y no tardaron en llamar a la enfermera, quien recibía con alegría cada llamada
Laura incluso le hizo una visita con Javier, prácticamente al día siguiente de enterarse ya
estaba buscando un vuelo, y así lo hizo
Esther como a Maca, le pidió disculpas y esta no pudo recriminarle nada, solo ofrecerle
su ayuda y amistad como había hecho siempre desde que se conocían
El tiempo me dio la razón 263
No le habían contado a nadie, nada de aquella conversación en el valle, querían que fuese
una sorpresa y cuando estuvieran de vuelta con Esther totalmente recuperada
Tras tres semanas de duros días, largas noches, y horas interminables, llegaba la última
prueba para la enfermera, la que determinaría si debía continuar allí, o por lo contrario,
volver a su hogar
Nada más nombrarla entraba por la puerta seguida de Morris y de Tom que no quería
perderse aquello por nada del mundo
E: ¡¡Menos mal!!
M: Los tres mosqueteros
C: Jajajaja
E: Bueno que... ¿Dónde están?
Morris: Aquí... (levantaba un sobre)... no lo he abierto ni yo... conforme me lo han dado
te lo doy... (extendía el brazo para dárselo)... haz tú los honores
E:... (lo cogía entre sus manos)... Me tiembla todo... (miró a la pediatra quien la
observaba desde el sofá)... ¿lo quieres abrir tú?
M: ¿Estás segura?
E:... (se sentaba de nuevo junto a ella)... Necesito que lo hagas tú
Tom: ¡Que sea quien tenga que ser pero hacerlo de una vez!
Todos: Jajajajaja
E: Venga sí... que no sé cuanto más aguantaré
M: Está bien... Cruz coge a la peque
C: Dame... (la sostenía entre sus brazos)
M: Allá vamos... (abría la solapa del sobre)... me siento el centro de atención... (dijo con
guasa)
E: ¡Maca por dios!
M: Está bien... perdona cielo... (le dio un beso)... venga... (sacó aquel papel y comenzó a
leer, su cara no gesticulaba, todos la miraban esperando alguna reacción pero no llegaba)
E: ¿y bien?
C: Venga Maca
M:... (giró su rostro mirando fijamente a la enfermera con una lágrimas en los ojos)...
¿Invitas tú a la feria?
El tiempo me dio la razón 264
E:... (cerró los ojos con fuerza dejando caer todo ese miedo en un llanto)... Gracias a
dios... (se abrazó a la pediatra con fuerza)
Tom: Cuanto me alegro Esther de verdad... (se acercó hasta ella y la enfermera se
levantaba para abrazarlo)
E: Gracias por todo Tom
Tom: No me las des
E: Sí... me ayudaste cuando más lo necesitaba
Tom: Lo hice encantado... (rompió aquel abrazo y dio le dio un beso en la frente)
E: Cruz... (también se abrazaba a su amiga)... nunca te podré agradecer lo que has hecho
por mí
C: Ya lo has hecho... estás bien... y eso es lo que cuenta
E: Te quiero mucho
C: Y yo a ti pequeña
Morris: Bueno pues... parece que ha merecido la pena
La enfermera se abrazó a aquel hombre de imagen seria, y bastante alto, que daba una
impresión de frialdad que en absoluto tenía, el hombre se impresionó en un primer
momento pero no pudo evitar corresponder a aquel cálido gesto por parte de Esther
Como habían quedado, decidieron ir a celebrarlo por todo lo alto, Morris le dio el día
libre a Tom para que disfrutase con sus amigas de tan maravillosa noticia. Esther llamó a
su madre para contarle la buena nueva, y esta de la emoción no hacía otra cosa que llorar,
también llamó a Teresa quien como no, lo comunicó por todo el hospital, y fue
recibiendo llamadas de sus compañeros, aquellos que tenían guardia de noche, durante
casi todo el día
Llegó el día de las despedidas y en la clínica, aunque la felicidad por ella era inmensa, la
tristeza de que se marchase, también estaba
M: Gracias por todo de verdad... (con el brazo que le quedaba libre le dio un abrazo)... te
echaremos de menos
Tom: Y yo a vosotras
Tom: Bueno pues... que tengáis buen viaje... (se abrazó de nuevo a la enfermera)...
¿llamaréis cuando lleguéis?
E: Dalo por hecho
C: ¡Esther!... nos tenemos que ir
E: Te echaré de menos
Tom: Cuídate
E: Hasta pronto
Tom: Hasta pronto
Llegaron al aeropuerto con tiempo de sobra, así que después de facturar sus equipajes
pusieron rumbo hacía uno de los restaurantes para comer antes de subir al avión
La enfermera estaba un poco triste por Tom, pero Maca sabiendo aquello la entretenía
continuamente y no dejaba de hablarle
Llegaron a media tarde hora española, Vilches fue a recoger a Cruz y tras despedirse
hasta la comida de bienvenida que le darían a Esther, se fueron rumbo hacía la casa de la
enfermera que a partir de aquel momento, sería la casa donde formarían de una vez esa
familia tan deseada
E: ¿Estoy molida?
M: Pues tenemos que ir a ver a tu madre
E: La voy a llamar y le diré que mañana, antes de ir con los del hospital pasamos, por
que mi cuerpo pide cama
M: ¿Te pide cama?... (sonreía preguntando aquello)
E: Mmm... (se acercó a ella y la rodeó por la cintura)... mucha cama... (besó esos labios
que le hacían perder la razón)
M: Pues a tu hija a que darle de merendar y hacerla que se duerma
E: Eso se te da mejor a ti... (se cobijó en su cuello haciendo que la pediatra no pudiese
resistirse)
M: Sabes como convencerme y no es justo
E: Luego te recompenso... (le dio un beso en la nariz)... voy a llamarla
El tiempo me dio la razón 266
Se fue hasta el salón y estuvo casi una hora hablando con su madre y con su hermana que
estaba en aquel momento también con ella
Dieron la merienda a la niña y mientras Maca intentaba dormirla, Esther aprovechó para
darse una ducha
Sintió como su cuerpo se relajaba profundamente, el agua caía por su nuca, mientras ella
apoyaba las manos sobre la pared, dejó pasar unos minutos en la misma postura
De pronto escuchó como la mampara de la ducha se abría y sonrió por aquello, no movió
un músculo esperando a que quien entró se acercara a ella
M: Hola...
E: Mmm... hola
M: Tardabas mucho y pensé que necesitarías ayuda... (siguió besando su cuello con suma
delicadeza)
E: Necesitaba relajarme
M: ¿Te puedo ayudar?...
Giró el cuerpo de la enfermera con sus manos dejándola frente a ella, la abrazó
nuevamente pasando las manos por sus caderas y pegándola a ella, haciendo que sus
pechos chocaran irremediablemente haciéndolas sentir el comienzo de una excitación
anunciada
Esther comenzó a besar los labios de la pediatra con calma mientras el agua no dejaba de
caer en aquellos dos cuerpos, las manos volaban por la espalda de la otra, dejándolas caer
donde la misma perdía su nombre
Aquel beso se fue incrementando dejando paso a sus lenguas que pedían paso ansiosas
por ser participes de tanta pasión
La pediatra volvía a aquel cuello que tanto le gustaba y que hacía perder la cordura a
Esther, se entretuvo en el todo el tiempo que sintió necesario, su mano mientras
acariciaba su abdomen y su espalda consecutivamente
Fue descendiendo hasta su pecho, donde ambos la esperaban excitados, los besaba con
calma, como si de dos tesoros se tratasen
Las manos de Esther buscaban a Maca para hacerla regresar hasta sus labios, después de
complacerla, las cogió para subirlas por encima de su cabeza haciéndola saber que quería
seguir en su empeño
De nuevo bajó hasta su pecho para más tarde despedirse de él, empezó a recorrer con la
lengua el corto espacio entre el cuello y el lóbulo de su oreja, mientras con su mano
bajaba lentamente avisando a Esther hacía donde se dirigía
Esta que lo intuyó comenzó a moverse inquita, intentando por todos los medios hacer que
sus manos no se moviera de su sitio
Finalmente los dedos de la pediatra llegaron hasta donde querían, comenzaron a acariciar
los rincones de aquel ansiado lugar, haciendo que Esther comenzara a buscar más
contacto mediante el movimiento de sus caderas
Maca la estaba torturando y lo sabía, bajó de nuevo a su pecho quitar su mano de donde
la tenía, apreciando la humedad de la enfermera incluso con el agua recorriendo su
cuerpo
Bajó arrodillándose ante ella y mientras con una mano introducía sus dedos en ella una y
otra vez haciendo que los gemidos no pudiesen ser contenidos, comenzó a besarlo, su
lengua se asomaba ansiosa
Esther no contenía el equilibrio y sus gemidos daban aviso de ello, cuando vio que en
breve no aguantaría más trepó por su cuerpo sin sacar sus dedos de donde permanecían
juguetones
E: Uuhhmm Maca... no... no creo... que... pueda aguantar... mmmm... mucho más...
aaahhhh... uuuhhhmmm
M: Mírame... (cesó el movimiento de su mano y Esther la miró)... te quiero
Continuo con su placentera tarea mientras Esther la miraba a los ojos fijamente
conteniendo que sus párpados se cerrasen, la pediatra disfrutaba con aquello tanto como
si fuese ella misma, le encantaba ver esa mirada de Esther cuando tanto disfrutaba entre
sus manos, y así fue, tras unos movimientos más que certeros la enfermera se agarraba al
cuello de Maca evitando caerse
Cenaron tranquilas en el sofá mientras veían la televisión, recostadas una sobre la otra se
regalaban caricias y besos furtivos entre risas y te quieros
El tiempo me dio la razón 268
La niña se veía feliz de estar en su casa con ambas y estas lo sabían, estuvieron pendiente
de ella hasta que el sueño comenzó a notarse en ella y Esther la llevó en brazos hasta su
cuna
Cuando volvió vio que la televisión ya no estaba encendida y solo una lámpara en el
salón hacía iluminarlo, pero allí no se encontraba Maca, subió las escaleras lentamente y
vio el movimiento de unas luces pasar por la puerta de su habitación, de las que supuso
serían velas, su sonrisa no pudo evitar aparecer, le encantaba esas cosas que Maca hacía,
sorprendiéndola sin motivo o excusa alguna
Abrió la puerta que se encontraba entornada y vio como la ropa de la pediatra estaba
doblada en el baúl que había en los pies de la cama, una botella de champán y dos copas
en la mesilla y una música apenas se apreciaba
Entro sigilosamente y cuando aun no había avanzado unos pasos unos brazos la rodeaban
de nuevo
Esther había notado el tacto desnudo de Maca en su espalda, echó sus manos hacía atrás
y las puso en su culo desnudo, Maca no pudo evitar echar una pequeña risa y esta lo
apretó aun más
Abrió la camisa y la dejó caer por sus hombros mientras besaba su cuello, el cuerpo de la
enfermera se erizada completamente
Las manos de la pediatra fueron hasta los botones de su pantalón, desabrochó uno a uno y
muy despacio todos los botones que la separaban del cuerpo de la enfermera, cuando
hubo terminado introdujo su mano provocando un suspiro de Esther, acarició su sexo por
encima de su prenda intima mientras se agachaba besando lentamente su espalda, desde
el suelo tiró de su pantalón y la despojó de él
La pediatra dio la vuelta y se puso frente a ella, ahora sí, la enfermera podía contemplar
el cuerpo desnudo de una Maca que la miraba con deseo
Esther se inclinó para besarla, pero esta no la dejó, y mostrando una sonrisa colocó sus
manos en las caderas de esta, para comenzar a bajar la única prenda que llevaba en su
cuerpo, y que para nada debía permanecer más tiempo ahí
Esta vez sí, la pediatra comenzó a besarla tranquilamente mientras acariciaba su cuerpo
intentado marcar con su tacto todo aquello que quería poseer aquella noche
Bajó sus besos hasta ese cuello donde podría perderse de por vida recogiendo toda la
esencia que desprendía de él. La enfermera inclinaba su cabeza hacía atrás mientras con
sus manos seguía acariciando la espalda de la pediatra
Comenzó a besarla de nuevo mientras la llevaba hacía la cama, la hizo caer lentamente
en ella, posándose ella encima sin dejar de besarla
Aquel beso cálido comenzó a ser uno donde toda la excitación y pasión por la otra
desbocaba en dos bocas peleándose por ser más rápidas que la otra, lo rodaban por la
cama intentado llevar el control de algo que ansiaban ambas
Mientras con una mano sujetaba las de la pediatra se inclinó hacía la mesilla mientras
Maca teniendo cerca uno de los pechos de Esther se recreaba besándolo
Se incorporaba lo poco que podía y atrapaba de nuevo aquellos labios que la rechazaban
en un juego más que provocativo
Saco un par de pañuelos comenzó atando una de las manos de la pediatra al cabecero de
la cama, haciendo que una de ellas se quedara libre y jugueteara de nuevo por su cuerpo
M: Esther... eso si que no... (miraba como la enfermera anudaba el pañuelo impidiéndole
que la moviese)
E: Es que sino, sé que no te estarás quieta
Besaba su cuello tan lentamente que la pediatra no podía concentrarse en la única cosa
posible en ese momento, respirar, sus manos se movían nerviosas mientras permanecían
atadas a la cama, realmente, aquello estaba siendo una tortura tremendamente excitante
Esther comenzó a recrearse en los pechos de la pediatra, esta encorvaba su cuerpo lo que
su posición le permitía, los gemidos comenzaban a inundar aquella habitación y Esther
disfrutaba como una niña con una golosina
Maca cerró los ojos sabiendo lo que se avecinaba, la enfermera comenzó a verter aquel
liquido en su pecho haciendo que con su lengua no llegara más lejos de done pretendía
M: Mmmmmm
E: Estás calentita... (decía mientras su mano la acariciaba)... habrá que remediarlo
Se colocó entre las piernas de la pediatra abriéndolas aun más y avisando de su siguiente
acto
La pediatra miraba nerviosa la escena, la enfermera con la botella inclinada pero sin
verterla aun miró un segundo a la pediatra y sonrió haciendo que esta más nerviosa aun
volviese a dejar de mirar su tortura, ese fue el momento elegido, Esther dejó caer el
liquido y Maca soltó en inevitable gemido, haciendo que la enfermera comenzara a
torturarla de nuevo
Lamía cada rincón, saboreando aquel mar de sensaciones a la vez del frió champán,
Maca gemía sin control, moviendo sus caderas a un ritmo frenético, Esther disfrutaba
escuchándola y no hacía por aminorar o cesar en su empeño
Cuando vio que Maca comenzaba a no poder contenerse con cada roce, dejó la botella en
el suelo en un segundo y volvió hasta sus labios, mientras la besaba desataba sus manos,
El tiempo me dio la razón 271
volvía a posar su mano donde segundos antes había permanecido y los brazos de la
pediatra rápidamente se abrazaron a la enfermera mientras sus gemidos buscaban un
consuelo en su cuello
Esther tenía aun esa sonrisa en sus labios sabiéndose triunfante por la manera en la que le
había hecho el amor a Maca, le encantaba tratarla así, le encantaba verla disfrutar solo
por ella
La pediatra besó su frente y se recostó de nuevo abrazándola más aun, haciendo que ni el
mismo aire se atreviese a pasar entre ellas
M: He estado pensando
E: ¿En que?
M: En que tu coche se va a quedar pequeño
E:... (se incorporaba para mirarla)... ¿No me digas que estás pensando en coches? ¡¡Maca
por dios!!
M: Jajajaja... (se abalanzaba sobre ella y quedaba encima suyo)... no... no estaba
pensando en coches
E: Mejor... (cogía un mechón de pelo que caía por su rostro para colocárselo
cariñosamente detrás de la oreja)... estás preciosa
M: Tú si que eres preciosa
De la misma posición quedaron unos segundos mirándose a los ojos sin decir nada, Maca
acariciaba la mejilla de la enfermera para después bajarla hasta su cuello
Tras unos minutos llegaba a la cocina con un tarro de fresas y un bote de nata. La
pediatra la vio y no pudo evitar sonreír de nuevo
Tras un rato comiendo fresas y habiendo saciado el hambre de la enfermera esta volvía a
levantarse llevar las cosas de nuevo a la cocina
Tras ir veloz para no hacer esperar a la pediatra llegó y vio como la esperaba descostada
Maca cogía uno de los pañuelos usados antes por la enfermera para ella, y se lo ponía en
los ojos para que esta no pudiera ver nada. La enfermera reía por la ocurrencia de la
pediatra
Se puso el bote directamente en su boca tomando de él, para luego llegar hasta los labios
de la enfermera y besarla frenéticamente, Esther la rodeaba con sus brazos y comenzaba
a acariciarla, Maca pensaba que aquello estaba yendo demasiado deprisa y quería hacerla
sufrir un poco más
Cogió una de sus piernas y elevándola espacio desde su tobillo hasta su ingle una línea
con la nata
Comenzó a limpiarlo con su lengua mientras la besaba, cuando superó la rodilla, Esther
comenzaba a moverse inquieta, hizo la misma acción por su muslo, pasaba su mano por
detrás de él acariciándolo
Llegó hasta la ingle pero antes de probar aquella nata, al ver como Esther movía sus
caderas quiso torturarla aun más y por un momento sopló en su sexo ya que aun tenía la
pierna elevada y le permitía hacerlo sin que ella notase nada
E: ¡Joder!... (arqueó su espalda emitiendo un gemido por haberla pillado desprevenida)...
tú no avises
M: Ahora vas a sufrir todo lo que me lo has hecho a mi antes
E:... (se mordía el labio aun nerviosa por lo de antes)
De nuevo aquel amor desbordaba las paredes de aquella habitación, dos cuerpos volvían
a amarse, solo siendo testigo la luna, esa luna, que las mecía en su manto oscuro, y que
tantas veces había velado por ellas
Una noche sin fin donde intentaban recuperar cada palabra, cada caricia, cada suspiro,
que el tiempo les había robado
Dos almas, convertidas de nuevo en una, dos almas que se añoraban de nuevo estaban
juntas en el cántico de dos corazones palpitando por amor
E: Buenos días
M: Hola... (se incorporaba apoyando su codo en la almohada para sostenerse la cabeza)...
¿Qué haces ahí?
E: Mirándote... ¿te he dicho alguna vez que me encanta hacerlo?
El tiempo me dio la razón 274
M: Y a mí me encanta que te encante... (se levantaba llevándose con ella la sabana para
cubrirse el cuerpo, se sentaba en las piernas de la enfermera y comenzaba a besarla)
mmmm ahora sí son buenos días
E: Tonta... (pasaba sus brazos por la cintura de la pediatra y la abrazaba)
M: ¿Cuánto llevas despierta?
E: No lo sé... pero estaba a gusto aquí
M: Ya... ¿y no tienes hambre?
E: Uhm... uhm... (negaba con la cabeza)
M: Que raro
E: ¡Oye!... (le daba una palmada en el culo)... vamos a ver como está la niña, que no
tardará en despertarse
M: Sí...
Salieron hasta el jardín la niña y Esther, la pediatra salía después de haber terminado de
vestirse, la enfermera aprovechó para hacer lo mismo
Minutos después, salía con ellas para aprovechar el rato que tenían antes de ir a comer
con sus compañeros para recibir a la enfermera de su viaje
E: Por favor... (acto seguido Maca le hacía caso y los cerraba)... ¿recuerdas lo que te
pregunte en el valle?
M: Claro
E: Vale... (mientras continuaba teniéndola entre sus piernas abrazándola buscó su
mano)... pues ahora te lo preguntaré bien
M: Esther... (comenzaba a emocionarse al ver como la enfermera cogía su mano)
E: ¿Te quieres casar conmigo Maca?... (preguntaba mientras colocaba un anillo en su
dedo)... ya los puedes abrir eh... (le dijo en un susurro)
Maca los abrió y miró su mano, un anillo de oro blanco con un pequeño diamante
engarzado
La pediatra se dio la vuelta quedando frente a ella, cogió su rostro entre sus manos y
comenzó a besarla
Fue de nuevo y cogió la misma postura pero esta vez con la niña en sus brazos, quedando
las tres en el suelo sentadas mientras se abrazaban
Sus compañeros del central le habían preparado una comida donde todo el mundo quería
asistir, llevaban meses sin ver a la enfermera, y tras la noticia de su enfermedad y
posterior recuperación ninguno quería perder la oportunidad de darle la bienvenida
Habiendo hecho un esfuerzo todos y cada uno de ellos cambiando turnos, todos se
encontraban allí
El tiempo me dio la razón 276
El recibimiento fue dado entre lágrimas de más de un asistente allí, la enfermera feliz y
dichosa, lloraba a la vez que reía viendo como la habían recibido, haciendo que le
quedase claro si no lo estaban antes, lo querida que era entre sus compañeros
El salón del lugar, daba cobijo a todas esas personas que ya hablaban y gritaban por las
alegrías de la ocasión
Esther se encontraba en una mesa con Maca a su lado, donde también estaban, Laura y
Javier, Cruz y Vilches, y como no Teresa que estaba sentada junto a Dávila
E: ¡Voy! ¡Voy! ¡Impacientes! Bueno que... (mientras miraba a la pediatra a los ojos
sonriendo)... Maca y yo nos vamos a casar
Todos estallaron en gritos de alegría, levantándose para ser los primeros en felicitar a la
pareja, Esther no paraba de sonreír mientras Maca mostraba el anillo que le había
regalado
Tras aquella noticia la comida transcurría entre gritos de “vivan las novias”, y aplausos
que no hacían más que hacer que la pareja se besase arrancando silbidos y más aplausos
de sus compañeros
La vida de la pareja no podía ir mejor, Maca ya instalada con la enfermera y con su hija,
Esther ya incorporada al trabajo, y la felicidad llenando cada segundo de sus vidas
Quedaban dos meses para su boda, los últimos preparativos estaban por terminar
Habían ido a Jerez para dar la noticia a la familia de Maca quien la recibieron con una
alegría que sorprendió a la pediatra pasaron un fin de semana donde la niña disfrutó tanto
que ambas volvían feliz de ver como todo, por una vez parecía ir de maravilla
Rosario insistió en que el fin de semana siguiente irían a Madrid a estar con ella y
terminar algunos de los preparativos, Maca se duchaba mientras Esther terminaba de
vestir a la pequeña
Pedro sintió tal devoción por su nieta que aprovechando el parto de una de las yeguas se
la regalo a ella, entre todas decidieron ponerle el nombre de tete ya que la niña le dio por
esa palabra en el momento en que vio al potrillo, un caballo de pura raza, era un precioso
potro rubio con una melena morena que contrastaba bastante con el tono amarillento de
su piel, al igual que su madre, que era la yegua de Maca
M: Ya estoy
E: Venga que llegaremos tarde
M: Ais que guapa está mi niña... (la cogía en sus brazos a una altura prudente del suelo
mientras la balanceaba riendo)
Irene: Jajá jajá
E: Maca por favor que la acabo de arreglar
M: Venga cariño que mama se enfada
E: Eso tú déjame de mala... (se ponía en jarras frente a ella)
M: Es broma cariño... (llegaba hasta ella después de poner a la niña en el carricoche)
guapa... muak... preciosa... muak... ¡mi reina!...
E: Pelotera
El tiempo me dio la razón 278
Ya en el coche Esther iba detrás con la niña mientras la pediatra conducía, iban
escuchando una canción que la niña sabia perfectamente y cantaba a su manera
E: ¡Escucha Irene!... (se ponía la mano en el oído para que la niña prestara atención)...
los animales de dos en dos ¡uap! ¡Uap!
Irene: Aniales en do do ¡ap! ¡Ap! Jajaja... (hacía palmas y sonreía a su madre que la
miraba a través del cristal)... ¡¡ami!!
M: Sí cielo
Irene: Aniales en do do ¡ap! ¡Ap! Jajaja
E: Hay que ver como le ha dado a todo el mundo por esta canción
M: Es que se pega, yo cuando veo el anuncio me tiro todo el día dale que te pego con el
¡uap! ¡Uap!
E: Jajaja pues se ve que delante de mi te aguantas las ganas por que nunca te he oído
M: ¡Hombre! Como que me contengo... lo que te faltaba para perderme el respeto
E: Jajajaj... (se acercaba a ella entre ambos asientos y se colocaba cerca de su oído) yo a
ti te perdí el respeto hace mucho... (le dio un beso en cuello)
M: ¡Pues sí que estamos bien!
Llegaron hasta el aeropuerto con tiempo de sobra, sentadas al lado de la puerta de salida
del vuelo donde venían Rosario y Pedro, reían con la niña sentada en las piernas de la
enfermera
De repente una voz por la megafonía anuncia el vuelo procedente de Cádiz, donde la
gente comenzaba a traspasar la puerta, cogieron a la niña en brazos y se fueron hasta allí
esperando ver a la pareja
De camino a casa le Irene le enseñaba a sus abuelos esa canción que tanto le gustaba
haciéndolos casi llorar de la risa por la gracia que ponía en ella
Llegaron y acomodaron a la pareja en la que sería su habitación esos días, Esther llamaba
a su madre y esta le decía que fuera a por ella para poder ver a sus consuegros
Ya en el coche Maca, esta vez de copiloto, tenía la mano de la enfermera entre las suyas
dado que no había apenas trafico y se podía circular con normalidad
Entre risas y carantoñas llegaron a casa de Encarna quien esperaba ya en la puerta para
no hacer esperar a las chicas y salir cuanto antes sin tener la necesidad de aparcar
E: Sube mama
M: ¿Quiere ir delante?
En: No hija ¡no! Déjalo... (subía detrás)
E: ¿Y mi hermana?
En: Se fue con Vanesa a hacer cola para no sé que firma de discos
E: ¡Ale! Sí señor
M: ¿Cómo esta Encarna?
En: Pues ahora mejor, por que mira que cogí bien el catarro
M: Bueno pero eso es pasarlo con paciencia
En: Sí... oye lo del restaurante como va
E: Pues tengo que hablar con la prima que me dijo que la familia de su novio nos cedía el
suyo que es bastante grande y aun con el poco tiempo de aviso no habrá problema
En: Mejor
M: De todos modos, yo sigo pensando que es mucha gente
El tiempo me dio la razón 280
E: Pero ya viste que de los que hay no podemos quitar a nadie cariño
M: Ya...
Llegaron de Nuevo con Encarna que se presentaba por segunda vez a sus consuegros
como tal, pues la única vez que los había visto fue en un viaje relámpago que hicieron
hace años pero entonces como los padres de la amiga de su hija
Maca y Esther estaban en la cocina preparando la comida mientras los abuelos hablaban
animadamente con la niña entre ellos en el jardín, aprovechando del buen clima que
comenzaba
Rosario: A mí es que mi hija no me contaba nada para no preocuparme, pero las madres
no somos tontas y sabemos que se cuece algo
En: Son igual de cabezonas las dos
Rosario: Sí pero la pobre Esther... que mal que lo ha pasado la pobre
En: Sí lo ha pasado mal sí, menos mal que cayó del burro con tu hija si no... no sé que
hubiera pasado, ahora me doy cuenta de lo que se necesitan la una a la otra... a mí la
verdad no me disgustó nada el saber que estaban juntas por que yo siempre he querido
mucho a tu hija... pero a día de hoy le doy gracias a dios todos los días por las dos
Mientras las mujeres hablaban Pedro que se había puesto ropa cómoda jugaba con la
niña, ambos tirados en el suelo, e Irene subiéndose en la espalda de su abuelo
Rosario: A ver si por ser más niño que ella te hicieras daño en la espalda
Pedro: Que no mujer, si no pesa nada
Irene: ¡¡Aeito!! ¡¡Miaa!!... (levantaba el brazo señalando un pájaro que estaba al lado de
ambas mujeres)... ¡ajaro!
Pedro: Uuuyy pero ¡que bonito!
En: Hay que ver esta criatura como le gustan los animales
Rosario: Sí que es verdad
En: Pero sobre todo los caballos ¡eh!... desde que Maca está con ella, ¡eso sí!... cuando
era más pequeña veía uno y lo llamaba ami por ella
Rosario: Sí... tiene la misma locura por ellos que Maca cuando tenía su edad
En la cocina Maca reía mientras disfrutaba poniendo nerviosa a Esther, que conociéndola
aprovechaba cualquier resquicio de paciencia
E:... (corría hasta ella y la cogía por detrás)... Ven anda... que es broma... pero es que...
(movía la cabeza de un lado a otro)... te has levantado marchosa hoy
M: ¿No puedo estar feliz?
E: Claro que puedes... es más... debes estar feliz
M: Es que... (cogía sus manos y la miraba fijamente)... hay mañanas que me paro a
pensar en lo difícil que ha sido todo... (cerraba los ojos intentado no llorar)... las trabas
que nos ha puesto la vida para llegar a donde estamos y... saber que... nos vamos a casar
Esther... que te tengo cada mañana a mi lado junto con nuestra hija...
E: Ssshhh... (puso un dedo en sus labios)... lo sé... yo también paso por eso... y te
comprendo... pero ahora estamos aquí, sin nada que lo impida
M: Sí... (le daba un dulce beso en los labios)
En: ¡Ejem! ¡Ejem!
E: Mama...
En: Venía a ver si queríais que os echara una mano
M: A mi no me deja que lo haga... (decía sin soltarla de la cintura)
En: Bueno... pues me vuelvo con tus padres
E: Enseguida salimos mama
En: Eso querría verlo yo... (salió riendo haciendo que la pareja también lo hiciese)
Faltaban dos semanas para la boda y Esther se probaba su vestido acompañada por Laura
que se quedaba esa noche a cenar, esperando a que Javier y Maca regresasen del turno en
el hospital
L: Hola Maca... (decía con una mano puesta en el pomo cerrando la puerta y con la niña
en el otro brazo)
M: Hola Laura... (se iba hasta su hija)... hola bichito
Irene: Hola mami... (le daba un beso en la mejilla)
M: ¿Y Esther?
L: Cambiándose... (no retiraba la mano de aquel lugar)
M: ¿Y que haces tú ahí?
L: Nada
M: Deja que entre a cambiarme
L: No...
M: ¿Cómo que no?
Esther dentro intentaba a malas penas bajarse la cremallera del vestido sin tener ninguna
suerte, miraba por el espejo alcanzándola y tirando para abajo
Por fin la enfermera conseguía deshacerse del vestido y con cuidado lo ponía en su funda
cerrándolo para que la pediatra no lo viese y lo colgaba en el final de armario para que no
fuese visto por Maca
Pasaron a los cafés y Esther ayudada por Laura retiraban las cosas de la mesa mientras la
cafetera terminaba de preparase
Laura salía de allí con la bandeja rápidamente mientras Esther aun observaba como la
ebullición de aquel liquido terminada de salir
L: ¡Maca!
M: ¿Dime?... (preguntaba sorprendida interrumpiendo su conversación con Javier)
L: ¿Qué es eso de que no tendréis despedida de soltera?
M: ¿Y que más da eso Laura?
L: Pues sí que da sí
E: Laura no insistas (entraba con el café listo)
L: Pero
M: De verdad Laura
J: Venga cariño, si no quieren tener despedida, que no tengan... (la cogía por la cintura y
la sentaba en sus piernas)
Seis días después de aquella cena Maca y Esther terminaban su turno y cada una se
dirigía ha cambiarse para volver a casa pasando antes por casa de Encarna a recoger a la
pequeña, Maca cuando ya hubo terminado fue a buscar a Esther que seguía en la sala de
enfermeras
Iban por el parking agarradas por la cintura cuando alguien entre las sombras de los
coches aprovechando la oscuridad de la noche hablaba con alguien por teléfono mientras
no les quitaba ojo de encima, “cuando te avise te cruzas en su camino” fueron las
palabras de aquella persona antes de colgar cuando se subía en su coche y lo arrancaba
esperando a que la pareja hiciese lo mismo
El tiempo me dio la razón 284
La pareja se metía en su coche y ponían rumbo hacía casa de Encarna, comentaban el día
en el hospital intentando que Maca estuviera lo más espabilada posible
E: Venga cielo que enseguida llegamos... (le pasaba la mano por detrás del cuello)
M:... (llegaba hasta un aparcamiento enfrente de la casa de su suegra)... Venga que te
acompaño
E: Da igual
M: No... (decía rotunda mientras salía junto a ella)... venga... (cogía la cintura de Esther
cuando notaba como algo tapaba sus ojos)... ¡¡pero que!!
E: ¡Maca!
Voz: ¡Callarse y no correréis peligro!
Una voz ronca les chillaba mientras junto a otra persona más las maniataban tras
vendarles los ojos e introducirlas de nuevo en lo que supusieron su coche, Esther lloraba
mientras se apoya en el hombro de Maca que intentaba tranquilizarla apaciguando sus
propios nervios
Tras unos minutos en el que no pudieron preguntar nada pues aquellas personas no les
hacían ningún caso, llegaron hasta algún lugar donde fueron bajadas y conducidas a otro
sitio
Las sentaron a la vez una sentada al lado de la otra y notaron como aquello que las
maniataba comenzaba a aflojarse para devolverle de nuevo aquella libertad de
movimiento en el que aprovecharon para descubrirse los ojos
E: ¡Os mato! ¡¡Os juro que os mato!!... (decía levantándose enfadada de su asiento)
Casi todos sus compañeros reían viendo la escena, rodeadas en el salón de la casa de
Cruz, todavía con el susto en el cuerpo recriminaban la acción de sus amigas que habían
organizado todo eso para ellas
L: Te lo dije
M:... (cerraba su mirada amenazadora)... ¡Esta te juro que me la pagas!
L: Jajaja es que por las buenas sabíamos que no hubiera habido manera
E: ¡Y nos tienes que dar este susto! ¡Joder Laura! ¡¡¡Que por poco me desmayo!!!
L: Perdona... (ponía morritos empezando a arrancar una sonrisa de su amiga)
C: No lo paguéis todo con ella, yo soy la segunda secuestradora
M: ¡Mira! ¡Mira! ¿sabéis que os digo?... (miró a Esther un segundo y esta comenzó a
seguirle el juego)... ¡no me dirijáis la palabra en la vida!... (se marchaba hacía la puerta
siendo observada por todos)
E: Venga Maca... ha sido de buena fe... ¡¡os habéis pasado!! Pero con buena fe
M: Es que os mataba ¡eh!
L: Perdona... (ponía morritos)
M: Es que... ¡ais! Bueno... pero por que estoy tan cansada que no me apetece pensar
L: ¡¡Gracias!!... (se lanzaba a su cuello a abrazarla)
E: Venga... venga... (decía separándolas)... que te perdona
M: Jajá jajá
L: Mira si se te pone celosilla jajá jajá
El tiempo me dio la razón 285
Más tranquilamente subían la música y comenzaba a disfrutar del secuestro, de buena fe,
de las chicas
Maca sentada en el sofá hablaba con Cruz y con Héctor mientras observaba de vez en
cuando a Esther que estaba con Laura y Javier riendo, y pensando en lo poco que
quedaba para que fuera su mujer, Cruz le seguía hablando pero disculpándose unos
instantes fue hasta la enfermera cogiéndola de la mano y sin dar explicaciones la sacó
hasta la terraza donde comenzó ha abrazarla
Faltaban dos días para el ansiado día, era viernes y las dos ya no trabajaban hasta después
de la luna de miel, había guardado días de vacaciones para estar más desahogadas y tener
más tiempo
De repente la pediatra notó como alguien tiraba de su mano, intentó deshacerse de ella
pero tras hacerlo nuevamente sintió un tirón de uno de sus dedos, comenzó a abrir los
ojos y vio a la única personita que sobrepasaba la altura de la cama en aquella casa
M: Mmm ¿pero que haces tú levantada?... (la cogía en brazos y la metía junto a ella en la
cama)... venga a dormir otro poquito
Irene: Mami... iujos
M: Ahora cielo... que mama y yo tenemos sueño y tú puedes dormir otro poquito...
venga... (se recostaba abrazando a Esther mientras la niña se acomodaba en ella)
Parecía que había tenido suerte y la niña, en el pecho de su madre dormía de nuevo
haciendo de aquella, una imagen de lo más preciosa
Esther dormía placidamente conforme mostraban sus labios que casi formaban una
sonrisa
Comenzó a notar como recibía besos por el cuello y por la cara al mismo tiempo, y
comenzó a sonreír, abrió los ojos a duras penas y vio a su hija y a Maca frente a ella
E: Te dije que no teníamos que haberle puesto ya la cama... así se bajará todos los días
M: No le eches a ella la culpa de que tú seas tan dormilona
E: Mmmm... (se incorporaba apoyando su cuerpo en su brazo)... buenos días... (besaba a
la pediatra en los labios)
M: Hola
Irene: ¡Hola mama!... (decía poniéndose de pie en la cama y abrazándola)
El tiempo me dio la razón 286
E: Hola cariño... (se recostaba de nuevo con la niña en sus brazos)... ¿Qué quieres hacer
hoy?
Irene: Mmm... (se paraba a pensar haciendo que las dos se rieran)... ¡paque!
E: ¿Huieres ir al parque?
Irene: Chi
M: ¡Pues nada! Arriba todo el mundo que hoy nos vamos al parque
Iban paseando cogidas del brazo mientras Maca llevaba el carricoche con la niña, hacía
un día bastante bueno y se veía por la cantidad de gente que andaba por la calle
Primero fueron a ver a Encarna para hablar con ella y quedar para el día siguiente, ya que
Esther y la niña dormirían con ella para que el día de la boda se encontrase ya en el
juzgado
Fueron hasta el parque donde le compraron un helado a la niña y se dirigieron hasta los
columpios donde dejaron a la niña a sus anchas con los demás pequeños que allí se
encontraban, sentándose en un banco cercano para no perderla de vista
E: Como crece
M: De eso se trata cariño jajaja
E: Lo sé... pero parece que fue ayer cuando la tenía tan indefensa entre mis brazos
M: Da gusto verla crecer...
E: Sí... y más si estás tú
M:... (dejó un beso en su frente)
E: En menos de cuarenta y ocho horas nos habremos casado... (se sentó a horcajadas en
ella)
M: Ya... (decía sonriendo y mirando a la niña)
E: ¿Y?
M: Y
E: ¿No estás nerviosa?
M: ¿Por qué iba a estarlo?
E: No sé
M: Yo te quiero y te querré igual casándome o no contigo
E: Y yo a ti... pero... no sé... a mí me hace ilusión
M: Y a mí también... (se acercó a ella y comenzó a besarla tranquilamente)
E: Aunque... también me hace por irnos de viaje
M: Las dos solas
E: Diez días
M: Sin estrés
E: Sin madrugar
M: Haciendo el amor a todas horas
E: Jajajajajaja también, también
M: Vamos ahora mismo a ver al juez... (hacía el amago de levantarse con ella en brazos
para después volverse a sentar)
E: Jajaja payasa
M: Guapa... (le besó la punta de la nariz haciendo que la enfermera se sonrojase)... me
encanta que aun te da vergüenza cuando te digo estas cosas
El tiempo me dio la razón 287
Cuando la niña dijo que ya no quería más parque fueron de nuevo hasta el coche para ir a
comer tranquilas a casa
Esther jugaba con la niña en el salón mientras Maca preparaba la comida, escuchaba
como madre he hija reían a la vez mientras la enfermera ponía voces a los peluches con
los que la hacía reír, le resultaba de lo más dulce esa faceta de Esther, podía ser una
persona de lo más seria y responsable cuando fuese necesario, pero con su hija y con ella,
siempre era todo ternura y cariño
Salió con una bandeja con la comida de las tres y se sentó con ella en el suelo encima de
la manta que momentos antes Esther había colocado
Comían sin prisas mientras veían una película de dibujos para que la niña comiese
entretenida
Tras comer pusieron a la niña en el sofá pequeño, quien no tardó apenas unos segundos
en dormirse
Decidieron poner una película y acomodarse ella también en el otro sofá, recostadas casi
una encima de la otra, estaban en silencio, intentando prestar toda la atención a lo que
veían, pero que se les hacía bastante difícil, pues cuando no era una era la otra, la que
dejaba un beso o una caricia
E: Maca...
M: Sí... (besaba tranquilamente su cuello)
E: La película
M: Ya la he visto... y tú también
E: La niña
M: Está durmiendo
E: ¿Y todo eso quiere decir que...?
M: Que te quiero hacer el amor, aquí y ahora
E: ¿Sí?... (preguntaba sonriendo)
M: Sí... (decía totalmente seria)
E: Pues nada... (se sentaba encima de ella)... a sus órdenes mi capitana, pero... (pasando
su dedo por aquel escote tan deseado)... no me lo harás tú a mí, te lo haré yo a ti...
Comenzaron a besarse con desenfreno, las manos de la pediatra ya andaban sueltas bajo
la camiseta de Esther que había comenzado a besar su cuello
Maca tragaba saliva contenido su respiración para no despertar a la niña, Esther coló su
mano entre la camisa de Maca y comenzó a acariciar su pecho, haciendo que esta, tuviera
que morderse el labio para no gemir, Esther sonreía y besaba aquel labio anteriormente
mordido para ayudar en su respiración
Mientras desabotonaba uno a uno esos botones no dejaba de besarla, para una vez libre,
abrir aquella camisa dejando el torso de la pediatra completamente a su merced
El tiempo me dio la razón 288
Besaba su pecho mientras introducía las manos por detrás desabrochando su sujetador
que cayó instantes más tarde haciéndola besar sus pechos sin dificultad
Maca respiraba difícilmente mientras notaba como acariciaba su abdomen a la vez que
repartía los besos por su pecho
Cuando parecía controlar la situación mientras se mordía y humedecía los labios sintió
como perdía cualquier control al notar la mano de Esther comenzar a introducirse bajo su
pantalón, cosa que tenía bastante fácil por lo suelto que le quedaba
Los metía una y otra vez en ella haciendo que no pudiese estarse quieta, notaba como
bajo ella la pediatra movía sus caderas a la vez que encorvaba la espalda buscando aquel
contacto que consiguió incrementar colando la otra mano, para masajearlo mientras
seguía con sus dedos en ella
Le hizo caso y comenzó a besarla sin sacar las manos de aquel lugar, notando como
comenzaba a convulsionarse a la vez que se aferraba a ella besándola salvajemente
ahogando sus gritos en ella
Esther notó que si no dejaba de hacerlo se desmayaría así que le ofreció su cuello donde
Maca comenzó a casi morder, reteniendo aquel tremendo estallido que estaba sintiendo
Ya había sacado sus manos de allí pero aun notaba como Maca la besaba intentando
tranquilizarse, sentía el calor de su aliento en su piel y le acariciaba la espalda desnuda
E: ¿Ya?
M: Mmmm... (salía de aquel cuello)... no... no me vuelvas... ha hacer esto...
E: Jajaja
M: No a menos que pueda explayarme
L: ¡¡¡Pero que guapa que estás!!!... (se agachaba frente a la niña que estaba sentada en
una pequeña silla)
Irene: Mia... (señalaba la TV)... ¡¡fante!!... (su madre le había puesto la película de ICE
AGE)
L: ¡Que bonito! ¿Dónde está mama?
Irene: En... (la cogía de la mano y comenzaba a caminar despacito hasta el cuarto de la
enfermera)
Recorrieron la casa de Encarna despacio, Laura sonreía por la niña, tan espabilada para
su edad, pero era igual que la enfermera así que no le pillaba de sorpresa
L: Hola
Irene: ¡Mama! ¡Ajajjaa aura!... (decía mientras subía los brazos frente a ella para que la
cogiera)
L: Ven... (la levantaba y la acomodaba en sus brazos)
E: Hola Laura... (salía del cuarto de baño con un pequeño camisón de seda)
L: ¿Cómo lo llevas?
E: ¡Bien! ¡Bien!... (andaba de un lado a otro de la habitación)... estás muy guapa
L: Gracias
Observaba como no podía estar quieta, sonreía ante los nervios de la enfermera, que la
estaba volviendo claramente loca aquella mañana volvió al salón para dejar a la niña con
su tía que seguía enfrascada como cuando llegó mandando mensajes por el móvil
Retrocedió sus pasos nuevamente hasta llegar a la habitación y tras coger a Esther de la
mano la sentó en la cama
L: Cálmate anda... (se sentaba las dos y Laura seguía con la mano de la enfermera entre
las suyas)... ¿Cómo estás?
E: Nerviosa
L: Pero eso es normal, así... que intenta pensar que mañana estarás en un avión que te
llevara a México
E: Lo sé... pero... no puedo evitar pensar
L: ¿Pensar en que?
E: En todo lo que hemos pasado... en... lo que me costó llegar a tenerla a mi lado
L: Sí... la verdad es que no fue fácil ¡eh!... pensé que me volvías loca jajá jajá
E: Yo también lo estaba consiguiendo
L: ¿Has hablado hoy con Maca?
E: No... me tiene que llamar, sus padres están con ella ya... supongo y Ana también
L: ¿Oye?
E: Dime
L: ¿Has visto como llevas el cuello?
E: Jajajajaja ¿Cómo?
L: ¡Parece que te haya pasado un caníbal por él!
E: Sí... un caníbal que es pediatra
L: ¿Pero que le hiciste ¡chiquilla!?
E: Mejor no te lo cuento
L y E: Jajajajajaja
El tiempo me dio la razón 290
Estaba bastante tranquila, y de lo más contenta, deseaba ver a Esther, pues desde la tarde
del día anterior que se fuera a casa de Encarna no había hablado tampoco con ella
M: Voy a llamarla
Ana: Impaciente
M: Siempre
La prima de Esther le estaba haciendo el pequeño recogido que conseguía hacerle con su
corta melena
Un grito de su madre la llamaba desde el piso de arriba sacando una carcajada a Ana que
escuchaba la conversación al lado de la pediatra
Javier ya había ido hasta la casa, ya que sería el quien las llevase hasta los juzgados
Ana ya lista terminaba de ayudar a Maca con el pelo, que había preferido ir lo más
natural posible, dejándose algunos tirabuzones y un pequeño pasador
Rosario estaba algo nerviosa y su marido en más de una ocasión tuvo que dar un grito
para calmarla pues parecía ella la que se fuese a casar
Pedro llevaba a las tres mujeres en su lujoso coche hasta donde sus compañeros ya las
esperaban impacientes, Maca salía del coche ante los silbidos de sus compañeros a la vez
que la piropeaban
Hacían tiempo mientras hablaban en la puerta esperando a que ella llegase, Maca
comenzaba a impacientarse, pues todos esos nervios que decía no tener los empezó a
sufrir de golpe todos juntos
De repente el coche de Javier cruzaba la esquina llegando frente a la puerta, Ana se llevó
a Maca a rastras hasta la puerta esperando a que Esther entrase y cruzar las dos el pasillo
hasta el juez
Esther ya tranquila cogía la mano de su hija y era seguida por los demás que comenzaron
a reír de los nervios al no ver a nadie en la puerta e imaginarlos dentro. Encarna cogió a
la niña una vez subieron las escaleras y entró seguida de Natalia, Laura y Javier
Se quedaron mirando unos instantes hasta que un muchacho les indicó que comenzaran a
entrar, de la mano y sin dejar de mirarse comenzaron a recorrer el pequeño pasillo que
llevaba hasta el hombre que las casaría, todos las miraban sonrientes, comenzando alguna
a llorar mientras sacaban los pañuelos del bolso
C: Están preciosas
En: Que feliz que soy... (decía mientras con un clinex intentaba no estropearse el
maquillaje)
Natalia: Mama por favor... (decía avergonzada)
Se pararon frente a la mesa donde el juez se levantó haciendo que todo el mundo lo
hiciese a su vez
Juez: Buenos días... nos encontramos aquí para que estas dos personas contraigan
matrimonio en este día... los anillos por favor...
L: Aquí tiene... (se los daba al juez y este los depositaba en una pequeña bandeja frente a
ellas)
Juez: Los testigos pueden hacer entrega de sus carnes de identidad
L: Tome... (se lo daba a la mujer junto al juez)
C: Aquí tiene
Juez: Bien... Macarena Wilson... ¿juras amar y respetar a Esther, en la salud y en la
enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte os separe?
M:... (miraba con los ojos emocionados a la enfermera)... Lo juro
Juez: Esther García... ¿juras amar y respetar a Macarena, en la salud y en la enfermedad,
en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte os separe?
E:... (la miraba sonriente sin ningún tipo de dudas en su respuesta)... Lo juro
Juez: Pues con el poder que me confieren las declaro legalmente casadas... (el hombre
sonrió al verlas mirándose en todo momento)... podéis besaros
Mientras Cruz y Laura comenzaban a firmar como testigos tales, estas comenzaron a
besarse sin pudor arrancando los aplausos de los allí presentes y haciendo que su hija
contenta sin saber por que bajara de los brazos de su abuela para ir con sus madres,
donde Maca la cogió sonriente y daba repetidos besos en su cara
Salieron envueltas en una lluvia de pétalos de flores sonriendo, de la mano y con la niña
en brazos de Maca, montaron en el coche de Pedro y aun prodigándose besos y te quieros
El tiempo me dio la razón 293
llegaron hasta donde se celebraba el banquete y donde todos esperando a que estas
llegasen comenzaban a pedir alguna que otra cerveza en la barra de fuera
La celebración estaba siendo un auténtico festín, todo el mundo tras terminar de comer,
bailaba y reía haciendo pequeños grupos en la pista, unas cuantas niñas cubierta de
helado por la cara corría con los adornos del lugar en las manos, los más jóvenes se reía
de los adultos mientras estos bailaban como en sus tiempos mozos
Maca hablaba con una de sus primas mientras no dejaba de mirar a su ya mujer bailar con
su padre en la pista
M: Ahora vuelo
Se fue despacio de donde se encontraba mientras se dirigía hasta ellos, los miraba
sonriente al ver como Esther reía por algo que su padre le decía, se dio cuenta que ya
nada podía hacerla más feliz, tenía todo en su vida, una familia que la quería, unos
amigos que no cambiaría por nada, una hija maravillosa a la que cada día creía querer
más, y una mujer por la que daría su vida
M: ¿Me la prestas?
Pedro: Mmm no sé, no sé jajajajaj, toma anda...
M: Gracias
E: Hasta luego Pedro
Pedro: Rosarioooo... (gritaba a su mujer que se encontraba hablando con su consuegra al
otro lado del salón)
M: Hola... (le daba un beso en los labios mientras pasaba los brazos por su cintura
pegándola a ella)
E: Hola
M: Me preguntaba si... bueno... en realidad venía ha ligar con usted
E: Mmmm pues creo que no podrá ser
M: ¿No?... (movían sus cuerpos lentamente sin ni siquiera escuchar la música)
E: Pues no... por que verá usted... hoy mismo me he casado
M: ¡No me diga!
E: Sí... (decía con cara de pena)... y... no estaría bien que el primer día... engañase a mi
mujer
M: Pues no... pero... yo no se lo voy a decir
E: Da igual... yo solamente soy de ella... y... (acariciaba su cuello)... ella es solo mía...
M: Comprendo... entonces... ¿me tendré que quedar con las ganas de besarla?
E: Eso tendríamos que preguntárselo a ella
M: Yo creo que ella quiere que me beses
E: Pues si ella quiere... te tendré que besar... (decía sonriendo)
Comenzaron a besar deteniendo sus cuerpos, aquello era todo calma, cariño, ternura, y un
amor, que nadie podía calcular, un delirio de dos almas que necesitaban estar juntas, dos
corazón que necesitaban el ritmo del otro para poder seguir latiendo, dejando que dos
vidas se unieran por el resto de la eternidad
E: Uuuuffff como me duelen... (se masajeaba los pies después de sentar junto a su mujer
que hablaba con las chicas en una de las mesas)
M: Dame... (colocaba los pies en su regazo y comenzaba a masajearlos)
El tiempo me dio la razón 294
Uno a uno comenzaba a abandonar el local no sin antes pasar por la pareja despidiéndose
de ella hasta que volviesen de su viaje
Esther estaba con la niña en sus brazos que comenzaba a dormirse mientras Maca de pie
junto a ella despedía a algunos familiares
Quedaban los familiares y amigos más allegados cuando la pareja decidió que ya había
sido bastante y queriendo descansar antes de marcharse se fueron hasta Encarna y los
padres de Maca para avisarles
Iban en un taxi abrazadas hasta el hotel, tras dar las buenas noches a los recepcionistas
irradiando felicidad por los cuatro costados subieron hasta la ultima planta donde
descubrieron aquella suite que era de todo menos humilde
Una gran puerta daba lugar a una enorme habitación, que más bien parecía una casa, pues
tenía varias habitaciones y un aseo como un cuarto de grande
La cama era inmensa cosa que al mirarla ambas de sonrieron juguetonas siguiendo
observando aquella habitación
Es curioso como cuando conoces a alguien no te planteas para nada si esa persona será
con la que un día decidirás pasar el resto de tus días, como con el día a día, o
simplemente con un escalofrió en un momento dado notes, como tu alma se escapa
buscando la suya
Te despiertas una mañana notando como es lo primero en lo que piensas, haciendo que
una sonrisa cambie la forma relajada de tus labios, como momentos antes de saber que la
vas a ver, un cosquilleo recorra tu estomago
Deseas que pasen las horas para que despierte mientras la observas dormir, escuchando
su respiración como la tabla que te sostiene en un mundo donde por desgracia todo no es
como tú lo vives, donde hay pobrezas, muertes y desilusiones, sufrimientos y dolor, un
dolor que pides a dios no tener que vivir en ella, deseando que junto a ti, no tenga ningún
tipo de sufrimiento, poniendo como prioridad hacerla feliz, arrancándole esa sonrisa que
tanta vida te prodiga, que te hace renacer nuevamente cada día
Esquivas esos miedos que surgen a veces, expulsas de tu alrededor las mentiras y los
engaños. Haciendo que cuando te acuestas, una tranquilidad inunde tu vida, teniendo
entre tus brazos, a la persona culpable, de querer ser feliz y de querer hacerla feliz a ella,
haciendo todo lo posible en tus manos
No hace falta un motivo por el que sonreír por que ella lo consigue con solo estar a tu
lado, necesitas darle todo lo que tienes y no puedes evitar pensar que habría sido de tu
vida sin ella, no poder pensar en un futuro sin tenerla contigo, necesitándola así, sin
pensar en mañana, solo en ese presente donde la amas hoy, viviendo el momento
El tiempo me dio la razón 296
Estaba inmersa en la pantalla cuando notó unos brazos que la rodeaban, mientras un
aliento que aun cada día la volvía loca se alojaba en su cuello
Le tendía la mano esperando que Esther apagase aquel trasto y tras cogerla fueron juntas
hasta la cocina donde continuaron preparando aquella comida
Estaban besándose entre risas cuando escucharon la voz de unos niños mientras
aporreaban la puerta pidiendo que la abrieran, se miraron sonrientes y fueron hasta la
puerta, que rodeada por un umbral de cristal veía como dos pequeñas personitas miraban
con la cara pegada transformando sus facciones
Niño: ¡¡¡¡¡¡Abuela!!!!!!
E: ¡Vamos! ¡Vamos!... (abría la puerta haciendo que los dos niños se echaran encima de
ella abrazándola)... ¡pero bueno!
Irene: ¡Marta!... ¡Hugo!... haber si hacéis daño a la abuela... (se acercaba a Esther y le
daba un beso)... hola mama
E: Hola cariño... ¿y Luis?
Irene: Aparcando
M: Hola cielo... (le daba un beso)
Irene: Hola... he traído vino... (levantaba una botella)
M: Dame
Estaban en el jardín preparando la mesa mientras los niños corrían por él, haciendo que
su madre se comenzara a poner nerviosa, Luis, su marido al verla así, se fue con ellos
para distraerlos y que dejasen a su madre y abuelas terminar la comida
En familia comenzaron a comer haciendo que aquel chaval de veinte años no se sintiese
incomodo, pero en aquel ambiente era imposible
Irene hablaba con su marido mientras conseguían dar de comer a los pequeños, Maca y
Esther intentaban darle conversación al novio de su hija pequeña que para nada se sentía
cohibido
Claudia era la segunda niña que tuvieron, esta vez de Maca, Irene la acogió como a una
de sus muñecas al principio, quería jugar con ella a todas horas, pero con el tiempo, como
todo en esta vida, fue comprendiendo que era una personita como ella, haciendo las
decidías con sus madres queriendo ayudar en todo a pesar de la corta edad que tenía
Crecieron en un hogar repleto de amor, donde los valores y las opiniones iban en una
educación de lo más respetada, haciendo de ellas unas hijas responsables y maduras en
todas las épocas de sus vidas
Ambas seguían trabajando en el mismo lugar, con sus mismos compañeros, y seguían
creando día a día ese gran muro de amor que las protegía haciendo de la suya, una
historia de lo más dichosa
No recordaban la última pelea, por llamarlo así que habían tenido, no sabía cuando pero,
parecía como si en algún día de sus vidas, cualquier duda, o miedo en ellas se esfumase,
haciendo que se comprendieran mutuamente, dejándose ese espacio necesario en alguna
ocasión, pero que siempre sabían que tras ese espacio, estaría aquella persona que
siempre esperaría por ella
Estaban recostadas en el sillón, con solo la tenue luz de una lámpara, se acariciaban las
manos haciendo sentir su presencia
Se levantó y fue hasta la impresora donde dejó aquel final, de un libro que escribió con
toda su ilusión
Entonces supe que no tenía por que tener miedo, supe que con ella a mi lado, todo era
posible
El tiempo me dio la razón 299
El miedo es algo que se aloja en nuestras mentes en momentos como ese, nos ciega y nos
zarandea cual hoja en su rama, haciendo que, esa fuerza que todos llevamos dentro se
avergüence por salir
Yo encontré mi sueño, un sueño que siempre tuve ahí, y que gracias a dios, no descubrí
tarde
Me sacó de esa oscuridad, me hizo sentir que podía luchar contra todo, que nada era
imposible aunque fuese duro, que los muros están para derribarlos, y los miedos para
afrontarlos, que en esta vida, el amor lo mueve todo y sin él estamos perdidos
Pues... ¿quien decide en esta vida quien gana o quien pierde? ¿Quién puede elegir como
vivir su futuro? ¿Quién quiere luchar y ganar... o... temer y perder? ¿Quién es débil o
fuerte?
Nosotros mismos, nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas, de cambiar nuestro
futuro, eligiendo lo correcto, o por lo menos, aquello que consideramos correcto, como
yo la elegí a ella
Hoy por hoy, no me arrepiento de nada en ella, pues con mis errores he conseguido
hacer que fuese perfecta a su lado, me levanto cada mañana con la ilusión de tenerla
conmigo, con la esperanza de sorprenderla una vez más, con el ansia de escuchar su
voz, y eso, me hace saber que hice bien por luchar, por luchar contra una enfermedad
que tiene solución si nosotros luchamos contra ella
Le doy gracias a dios cada vez que despierto, pues tengo conmigo a la mayor de las
fuerzas, sentir que alguien daría su vida por mí, como yo la daría por ella
Así que... a ti mi vida... la luz que aun ilumina ese camino que un día, decidimos recorrer
juntas, te quiero... y puedo decir con todo el orgullo del mundo que, lo conseguimos
cariño...
Te Quiero
FIN