El futuro de Julio Cortázar Hija del viento de Alejandra Pizarnik
Y sé muy bien que no estarás.
Han venido. No estarás en la calle, Invaden la sangre. en el murmullo que brota de noche Huelen a plumas, de los postes de alumbrado, a carencias, ni en el gesto de elegir el menú, a llanto. ni en la sonrisa que alivia Pero tú alimentas al miedo los completos de los subtes, y a la soledad ni en los libros prestados como a dos animales pequeños ni en el hasta mañana. perdidos en el desierto.
No estarás en mis sueños,
Han venido en el destino original a incendiar la edad del sueño. de mis palabras, Un adiós es tu vida. ni en una cifra telefónica estarás Pero tú te abrazas o en el color de un par de guantes como la serpiente loca de movimiento o una blusa. que sólo se halla a sí misma Me enojaré amor mío, porque no hay nadie. sin que sea por ti, y compraré bombones Tú lloras debajo del llanto, pero no para ti, tú abres el cofre de tus deseos me pararé en la esquina y eres más rica que la noche. a la que no vendrás, y diré las palabras que se dicen Pero hace tanta soledad y comeré las cosas que se comen que las palabras se suicidan. y soñaré las cosas que se sueñan y sé muy bien que no estarás, ni aquí adentro, la cárcel Historia de mi muerte de Leopoldo donde aún te retengo, Lugones ni allí fuera, este río de calles y de puentes. Soñé la muerte y era muy sencillo: No estarás para nada, Una hebra de seda me envolvía, no serás ni recuerdo, y a cada beso tuyo y cuando piense en ti con una vuelta menos me ceñía. pensaré un pensamiento Y cada beso tuyo que oscuramente era un día. trata de acordarse de ti. Y el tiempo que mediaba entre dos besos una noche. La muerte es muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía sino por un sólo cabo entre los dedos… Cuando de pronto te pusiste fría, y ya no me besaste… Y solté el cabo, y se me fue la vida.