Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Anomalias Anorrectales
Anomalias Anorrectales
Anomalías anorrectales
Las malformaciones anorrectales congenititas (MAR) son una amplia gama de defectos
congénitos que comprenden distintos tipos de pronósticos que pueden ir desde un pronóstico
funcional para el individuo hasta complicaciones difíciles de manejar.
Las MAR se originan por la interrupción del normal desarrollo caudal del embrión en sus
primeras semanas de vida. se caracterizan porque el orificio anal (el orificio a través del cual salen
las heces fecales), el recto (la última parte del intestino grueso) y los nervios y músculos que
ayudan a la evacuación, no se desarrollan adecuadamente y el bebé no puede defecar
normalmente.
Al existir una malformación a nivel del ano, los músculos y los nervios relacionados a el
ano pueden tener un grado variable de malformaciones e incluso la espina y el tracto urogenital
pueden estar involucrados.
El extremo distal del recto desemboca en forma de fístula por delante del área del esfínter
externo. La observación de meconio en cualquier punto del rafe medio desde el punto
teórico del ano hasta el prepucio del neonato, hace el diagnóstico; el recto en situación proximal,
está rodeado en estos casos del "complejo muscular", denominación de las estructuras de
músculo estriado destinadas a gobernar la función rectal. En esta variedad la bolsa rectal es
habitualmente baja, aunque en las fístulas de mayor extensión como las que llegan al escroto o
al pene, aquella suele presentarse en una posición intermedia (Fig. 4). Ocasionalmente se
observa en el periné una excrecencia cutánea denominada "manija de balde" por su
apariencia.
CLOACA PERSISTENTE
Esta malformación consiste en la desembocadura del recto, la vagina y la uretra en un
canal común. La longitud del canal cloacal es variable. De acuerdo a la clasificación de Peña se
denomina "corto" al canal menor de 3 cm. de longitud y "largo" al que excede esa medida,
llegando en algunos casos a 10 centímetros. En el examen físico se observa un único orificio
perineal; en esta malformación suele encontrarse además la hipertrofia del capuchón del clítoris.
Durante el embarazo:
Si hay meconio entre los labios genitales (en la niña) o en la uretra del pene
(en el niño).
Si hay defectos significativos en la región de la pelvis.
En los varones se debe palpar que los testículos estén en el escroto.
Cuando el médico detecta algún tipo de malformación anorrectal, será necesario pedir
consulta inmediata con el especialista quien pedirá que le hagan al bebé una serie de estudios
especializados que lo ayudarán a determinar el tipo de MAR que tiene el bebé, si existen otras
malformaciones asociadas y cuál es el tratamiento adecuado.
Radiografía simple de abdomen colocando una pequeña moneda en el sitio del ano, hasta
estudios más especializado en los cuales se utilizan substancias (radio-opacas) que permiten ver
el intestino grueso del bebé, para precisar la distancia desde el recto hasta la piel.
El médico valorará la realización de un estudio llamado “colostograma distal” para precisar qué
tipo de fístula a las vías urinarias tiene el recién nacido.
En las niñas con MAR cloacal pedirá que se haga otro estudio denominado “genitografía”
para que se pueda identificar la vagina, el útero y el recto, así como la longitud del canal.
Ante la ausencia de meconio y la sospecha de MAR, el médico deberá realizar otro estudio
de imagen denominado “invertograma” para determinar la altura del recto. Este estudio es
importante para definir el tipo de tratamiento a seguir. La reparación quirúrgica consiste en la
creación de un orificio para el paso de las heces (materia fecal).
El bebé necesita ser operado para que las heces fecales puedan salir de su cuerpo en
forma apropiada y para reparar las fístulas (conductos) que comunicaban el recto con otras
estructuras del cuerpo como, por ejemplo, el tracto urinario o genital. Durante las primeras 24
horas, el especialista lo dejará en ayuno y se aplicará suero para hidratarlo y se le administrarán
antibióticos. Inmediatamente le harán los estudios para determinar si no existe alguna otra
malformación asociada que sea una amenaza para la vida del bebé.
La mayoría de las MAR no suelen ser sinónimo de urgencia quirúrgica, siempre y cuando
el neonato no presente distención abdominal y cuente con una fístula para descomprimir el
intestino.
Como hemos visto a través de los diferentes tipos de MAR, estas comprenden un espectro
de defectos de variable complejidad y pronóstico, llegando incluso a comprometer la continencia
fecal, urinaria y la función sexual.
Los estudios recientes han encontrado que cerca del 75% de los niños con
malformaciones anorrectales que han tenido una cirugía correcta y exitosa, recuperaron el control
del movimiento intestinal al cumplir 3 ó 4 años.
Su dieta deber de ser siempre rica en residuos (vegetales, frutas), pocas harinas y
azúcares blancos, abundantes líquidos y medicamentos que suavicen las heces, y evitar el
estreñimiento.
Los niños que tienen anormalidades de la espina dorsal en la región sacra inferior y un
ano imperforado alto, tienen poca probabilidad de lograr un funcionamiento intestinal normal.
No obstante, hasta este último grupo puede lograr ayuda mediante un programa de
adiestramiento de evacuación intestinal con cambios dietéticos, el uso de laxantes suaves y
ocasionalmente la aplicación de enemas.
Para finalizar reitero la importancia de que se den a conocer estas alteraciones, y no solo
para las parejas que deseen tener hijos, también para los especialistas de salud, para que, en
caso de presentarse una situación de este tipo, puedan saber qué hacer y lograr otorgarle la
mejor calidad de vida posible al recién nacido.
Bibliografía
El ensayo anterior está basado en la opinión personal y artículos de las siguientes
páginas:
http://infogen.org.mx/ano-imperforado-atresia-anal/
http://www.bvs.hn/RMH/pdf/2016/pdf/Vol84-1-2-2016-8.pdf
http://www.sacd.org.ar/tsesentaycuatro.pdf