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Odduns de Ifa Que Pasan Directo A Ifa
Odduns de Ifa Que Pasan Directo A Ifa
*Aurora Lamar “Obbá Tolá”. Tenía hecho Shango con Oro a Aggayú, viajaba con
sus Santos metidos en bolsas de tela a lo largo y ancho de la isla con su grupo de
Oloshas, Oriathé y los Omó Aña con sus tambores de Fundamento. En esta línea los
hijos de Changó hacen Ochún y viceversa, dependiendo del signo de Itá de cada quién.
Nascida en Sabanilla-Matanzas el 13 de Febrero de 1900, se inicia en la ciudad de La
Habana en 1928. Fallecida el 19 de Septiembre de 1965.
Su Padrino fue José Urquiola “Eshu Bí” descendiente de la sub-rama Aigoró (rama La
Pimienta), en su tiempo siguió la tradición de “Los Trapitos”, respetando la costumbre
de los antiguos, en la parada del santo NO se pone el fundamento solamente los
caracoles.
*Ño Blas Cárdenas “Obbá Nkolé” fue el último Capataz del Kabildo Lukumi “La
Merced” fundado en 1816 y en conjunto con el Sr. Mauricio en el año 1850
construyeron y fundaron el primer juego de tambores Batá en Matanzas.
Las mujeres eran quien gobernaban los cabildos y eran las “Ayabbá Oriathé” hasta
1935: Teresita Ariosa “Oshún Funké”, Guillermina Castel, Timotea Albear “Ajayi
Lewú” conocida por Latuán
Domingo Alberto Díaz Gómez “Shango Miguá” (falecido en 1980 ) Religioso nascido
en Cuba y residente en Puerto Rico, con Santo coronado en New York, ahijado de
Mercedes Nobles y Carlos Arguelles, el Oriathé fue Orestes Blanco “Ochún Ewé”, el
primero en hacer un santo en Venezuela (19 de Diciembre de 1970), el santo fue de
“Iroso” con ética, misticismo y amor a la Osha.
La Regla Ocha/Ifá, conocida también como Regla Lucumí es aquella donde Olorishas
y Babalawos trabajan en conjunto. El Babalawo es considerado el Mayor de la Casa
(Ilé) y se rige por los procedimientos y liturgias que están avaladas por los Signos
(Odus) de Ifá, los cuales son las guías de lo que debemos hacer en religión. En otras
palabras, toda la estructura religiosa de esta regla, está fundamentada en el Corpus de
Ifá y son sus lineamientos los que se siguen. En nuestra religión no existen templos, no
por lo menos como conoces las Iglesias. El Signo (Odu) de Ifá Ogbe Iroso, prohíbe la
institucionalización de Ifá en templos y sociedades y no admite nada parecido a un
culto, altar o medio de congregación, para que a través de la adoración, se cree un
medio de recaudación económica que le permita subsistir, ya que invariablemente Echu
formará la discordia. Tampoco tienes que pagar diezmos, ni nada parecido, solo las
obras o trabajos y ceremonias que se te hagan.
Por esto es que verás que existen “Casas” de Santo (Ilé Ocha), ya que cada Babalawo en
este caso El Mayor, mantiene una Casa que puede tener otros Babalawos menores que
él. Su posición como mayor de la “Casa” (Ilé), es en edad de consagración y no de edad
cronológica y por lo general tiene la Deidad llamada Olofin, que es con la cual ha
consagrado a sus ahijados Babalawos. También puede tener Olorishas que trabajen en la
misma, incluyendo a su esposa. El o la Olorisha Mayor de la Casa (Ilé), es el/la que se
encarga de todo lo relacionado con Ocha (Santo), lavado de collares de Santo, Diloggun
(Caracoles de Ocha), atender los Orishas, enseñar a los ahijados las cuestiones
relacionadas con Ocha y las ceremonias que sean competencia de ellos.
Las metodologías litúrgicas de estas “Casas” pueden variar en orden y van de acuerdo a
las tradiciones y costumbres de las “Ramas”. Por ejemplo, hay “Casas” donde el
iniciado recibe primero por parte del Babalawo, Guerreros, Mano de Orula (Awofakan
en el Hombre, Ikofá en la Mujer) y se le determina Ángel de la Guarda (Orisha
Alagbatori), para dejar de último la entrega de Collares (Elekes) de Ocha por parte del
Olorisha Mayor de la Casa (Ilé). En otras verás que se pueden recibir primero los
collares y luego Guerreros, Mano de Orula (Awofakan en el Hombre, Ikofá en la Mujer)
y se le determina Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori). De hecho, en muchas Casas
(Ilé) también es permisible determinar el Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori) de la
persona y no importa mucho el orden en que se reciban los primeros atributos. Son
tradiciones, no hay nada escrito en ellas, lo que si es importante es que al Neófito
(Aleyo) se le hayan hecho todas las ceremonias mencionadas, antes de ser consagrado
en Santo (Ocha).
Bueno… eso fue un poco exagerado y necesitaba divagar. Como eres neófito (Aleyo),
aun no me conoces, pero debes saber que ese es mi entretenimiento, me gusta mucho
divagar y hacerte leer por gusto. Pero mejor seguimos. Las “Ramas”, determinan el
abolengo religioso de la persona, o sea, quienes son sus ancestros religiosos, todos los
cuales se mencionan en su Rezo Heredado de invocación y que se llama Moyugba
(Ijugba), con el cual se pide la bendición de Dios, Orishas, Eggun, Padre, madre,
padrino, madrina, etc. Hay “Ramas” de Ocha y “Ramas” de Ifá, pero nos limitaremos a
ver tan solo parte de las ramas de Ocha.
Ahora bien, la pelea de la que te hablaré a lo largo de este libro, se debe a que dentro de
nuestras tradiciones, se sabe que históricamente la expansión y conservación del culto
por la parte Lucumí, se debió básicamente a tres mujeres, que con su conocimiento y
dedicación, hicieron gran parte de lo que conocemos hoy en día como nuestra religión,
pero en términos Lucumí. De estas tres Mujeres, dos eran aliadas y una era considerada
enemiga y se fue “Exiliada” a lo que es la provincia de Matanzas en Cuba. Estas tres
grandes Iyalochas protagonizaron lo que se conoció como: La División de La Habana,
uno de los Cismas Religiosos más grandes que se conocen en nuestra tradición.
Estas Iyalochas fueron Doña Timotea Albear, Ajayí Lewú, pero mejor conocida como
Latuán, quien se cree que era natural de Oyó, Ma Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá
Tero) y Ña Rosalía Abreu (Efunshé Warikondó), de las cuales se dice que eran de la
región de Egbado de las tierras africanas. Estas tres mujeres fueron altamente estimadas
y respetadas por su posición dentro de la jerarquía religiosa y por el conocimiento que
poseyeron. Según el investigador Miguel W. Ramos, de las tres, solamente Latuán tiene
descendientes de sangre vivos e identificables.
Este cisma religioso es un poco largo de contar, pero te voy a remitir al excelente
estudio de este evento llamado: La División de la Habana: Conflicto Territorial y
Hegemonía Cultural en los seguidores de la Religión Lukumi de Oyó 1850s–1920s de
Miguel W. Ramos. Sin embargo, el resumen del asunto es que La Habana era un pueblo
muy pequeño para Latuán y Oba Tero y esta guerra por criterios religiosos entre las dos
Iyalochas, originó una división que terminó con el “exilio” de Oba Tero a Matanzas. En
la Habana se quedaron Latuán y Efunshé. Claro que para los tiempos de Latuán,
Efunshé y Obatero, existían otras prestigiosas Iyalochas, como Doña Teresita Ariosa Eni
Ochún y Doña Guillermina Castell y prestigiosos Olorishas como lo fueron Don José
Roche y Don Fernando Cantero. Para que estés claro, Ña Rosalía Abreú Efunshé, fue la
que introdujo en la isla, la consagración de otros Orishas, junto con el Ángel tutelar de
la persona (Elegguá, Obbatalá, Yemayá, Ochún y Changó), ya que antes de su llegada,
se hacía Santo de otra forma que llamábamos Pata y Cabeza, que luego te explicaré.
De esta forma, en Cuba se comienzan a expandir las Ramas genealógicas, las cuales no
se refieren directamente a las instituciones “oficiales” de organización y que en la
antigüedad eran llamadas “Cabildos”. Las Ramas se refieren de forma directa o
indirecta, a los fundadores de la misma, a menudo usando nombres africanos, signos
sagrados, sobrenombres, topónimos locales, nombres étnicos o por alusiones a eventos
idiosincráticos. Muchos nombres te parecerán graciosos, pero así se llaman y no es
mucho lo que se pueda hacer para cambiarlos. Lo cierto es que cuando rezamos,
mencionamos a todos los ancestros de nuestra rama e independientemente del nombre
de su rama, cada religioso se siente orgulloso de ella. Ahora agárrate bien, porque vas a
entrar al gran enredo de las Ramas y que son la causa de nuestro maravilloso mundo de
peleas que no acabará nunca, ya que no importan las evidencias históricas, solo
importan los Status Quo. Te advierto otra cosa: Este capítulo es Largo y Aburrido, pero
no te lo puedes saltar.
Una rama que parece haber desaparecido o se fundió en otras casas era la que la
investigadora Doña Lydia Cabrera en su libro El Monte, nos enseña que era conocida
como Las Tortilleras y todos los 24 de Octubre, se reunían a darle tributo a Inle y
Abbatá. Al parecer en aquella época, por lo mal visto que era el homosexualismo, esta
se mantenía más como una sociedad secreta y al parecer desapareció, así que solo te doy
la información para tu conocimiento general,
Cuando se hacen los análisis de traslapes entre ramas y solo basándose en los nombres
de los fundadores, vemos que el investigador Michael Mason los pudo trazar de la
siguiente forma: Efunshe (Ña Rosalía Abreu), Ainá (Doña Margarita Armenteros), Igoró
(Doña Caridad Argudín), Apotó (Doña Belén González), Ma Monserrate González (Oba
Tero), Francisca Entensa (Palmira), Obadimeyi (Octavio Samá), José “Pata de Palo”
Urquiola (Culos Verdes), Los Jimaguas del Palenque (Gumersindo y Perfecto),
Monserrate, Asiñabi y Tia Julia Samá Abonsé. Estos y sus ahijados, fueron los
responsables de fundar y hacer avanzar los principales linajes de Ocha en Cuba, que a la
sazón se ha convertido en una intrincada red de traslapes, fusiones, imposibles y en
casos extremos, excusas para darse prestigio y hasta para estafar ¿Crees que exagero?
Pues por ejemplo, en Estados Unidos un Olorisha que es “Fundador” de (mírate este
nombre) “El Movimiento de Yorubas Negro Americanos” (a lo mejor pensó que se
trataba de los Panteras Negras), dice que es cuarta generación de ancestros Oyó y según
cuenta su linaje, dice que Obadimeyi consagró a Ferminita Gómez, Ferminita Gómez
consagró a Christopher Oliana y Christopher Oliana lo consagró a él. Realmente no
sabemos en que lo consagraron, pero no fue en una tradición afrocubana. Para que
tengas una idea del tamaño de semejante exabrupto y porque tu rama es importante,
Ferminita Gómez fue consagrada en EGBADO y no en Oyó y encima la consagró OBA
TERO, quien también era EGBADÓ. Por su parte, a Obadimeyi lo consagraron las
peores enemigas de Oba Tero: Latuán que sí era Oyó y Efunshé, que era EGBADÓ.
Doña Ferminita Gómez, JAMÁS tuvo nada que ver con Obadimeyi, ya que eran dos
polos totalmente opuestos, ni mucho menos era Oyó. De hecho, Octavio Samá
Obadimeyi, solo hizo Ori Atés hombres y de esta forma despojó del cargo a lo que
tradicionalmente hacían las mujeres, tal como lo muestra la historia.
Bueno… mejor seguimos. Hoy en día, muchas de estas ramas son redundantes o se
traslapan en un momento dado, ya sea viendo la genealogía o la práctica. Unas
simplemente colapsan dentro de otras. Claro que esto causa algunas de las tan
legendarias peleas entre los religiosos, pero trataremos de mantenernos al margen y
apegados a lo que estrictamente dicen las historias orales de nuestros viejos y diversos
trabajos de campo.
Todas las ramas existentes en Cuba, partieron de lo que eran sociedades de ayuda que
fundaban los negros libertos, los cuales se llamaban Cabildos. Dentro de los que
competen a nuestra regla, los más prestigiosos se ramificaron al cierre de estos cabildos
en 1888. El más renombrado de su época fue el Cabildo Changó Tedun.
La mayoría de los Cabildos fueron fundados por mujeres que mandaban o compartían
su mandato con sus esposos Babalawos. Muchos etnólogos, incluida la prestigiosa
estudiosa Doña Natalia Bolívar Aróstegui, consideran que el Cabildo San José 80, era la
continuación del famoso Cabildo Changó Tedun fundado para los 1820’s. De cualquier
manera, este cabildo fue probablemente el más influyente en La Habana y posiblemente
de Cuba.
El Cabildo Africano Lucumí Sociedad Santa Bárbara fue otro de los derivados del
Changó Tedun. Conectados a importantes Cabildos como Cabildo Yemayá de
Regla de Adeshina/Pepa Echu Bi y La Sociedad de Protección Mutua Santa Rita de
Casia y San Lázaro de Don Silvestre Erice, conocido como Cabildo de Papa
Silvestre. Las Panderetas Lucumí, fueron inventadas en este cabildo por Don
Fernando Guerra, mano derecha y sucesor de Don Silvestre Erice (Fernando
Ortiz).
Este cabildo también está vinculado a las principales casas de Ifá: Don Tata Gaitán, Don
Esteban Quiñones, Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez y Don Bernabé Menocal.
Este fue un cabildo muy influyente y esto se debía a la presencia de doña Timotea
Albear LATUAN, de quien siempre se ha sospechado que estuvo casada con Bernabé
Menocal. De este mismo se desprendieron varias Ramas y Cabildos de gran
importancia, tales como las Casas de Doña Belén González (Apoto), Doña Caridad
Argudín, Doña Margarita Armenteros (Ainá) y todo apunta a que también los Jimaguas
del Palenque, Don Gumercindo y Don Perfecto.
El Cabildo Africano Lucumí San José 80, fue fundado por Doña Margarita Armenteros,
hija de Oyá (Aina) y el nombre del cabildo se debía a su dirección física en la Habana.
Algunos dicen que este es el tronco de donde Los Yimis, La Pimienta, Los Culos Verdes
y los Trapitos, originan. Doña Margarita, así como su ahijada Doña Tiburcia Sotolongo
(Ochún Miguá) y aun las ahijadas de Doña Tiburcia, Doña Hortencia “Chenchita”
Ferrer (Ochún Guere) y Margot Fundora Sotolongo (Ochún Letí) son veneradas en todo
el Barrio Príncipe de La Habana. De estos cabildos se desprendieron las más
importantes Ramas religiosas de La Habana.
Rama Aigoró
Doña Caridad Argudín - Omó Oshosi - fundó la subrama Aigoro o Igoró, y le "coronó
santo" a Doña Belén González - Ochún Alaigbó -. En los documentos del Cabildo
Africano Lucumí podemos ver que Doña Caridad Argudín (Aigoró) era la cabeza del
Cabildo y Doña Belén González (Apoto), era la segunda al mando. Doña Belén le hizo
"santo" a Doña Luisa La China - Ochún Miwá – quien luego se convirtió en la madrina
de Don José “Pata de Palo” Urquiola Eshú Bi. Don José, posteriormente, inició a Doña
Aurora Lamar - Obbá Tolá - a la que le decían "La China de Maximiliano", porque tenía
tatuado su nombre en el muslo.
Rama La Pimienta
Fue fundada por Doña Aurora Lamar (Obbá Tolá), o por lo menos así se ve y esta Rama
se desprende de Don José “Pata de Palo” Urquiola, Culos Verdes. El nombre La
Pimienta, se debía a que Doña Aurora Lamar, natal de Sabanillas, provincia de
Matanzas, vivía en una casona en el Barrio Ataré. Ataré significa Pimienta Guinea en
Yoruba y de allí que se le quedara el nombre de La Pimienta. De esta rama surgieron
Los Trapitos y Las Pirañas, y se especula que fue a raíz del divorcio de Doña Aurora
Lamar del Babalawo Don José Ramón Gutiérrez. La Rama La Pimienta entonces queda
a cargo de Doña Mercedes Melo González y Los Trapitos a cargo de Doña Aurora
Lamar y a su muerte en manos de Doña Rosa Quesada Folcade (Omí Tonaddé).
Los Trapitos
Fundada por Doña Aurora Lamar, quien fuera la que introdujo las primeras
consagraciones de Santo, junto con su esposo el Babalawo Don José Ramón Gutiérrez,
entre los años 1920 y 1930, en la ciudad de Santiago de Cuba, ya que Doña Aurora,
natal de Sabanillas, provincia de Matanzas, era una Iyalocha Itinerante.
La historia nos cuenta tres versiones de como Doña Aurora “Fundó” la rama Los
Trapitos, la cual además se encargó de extender. Unos dicen que se desprendió de una
innovación ritual. La historia cuenta que durante una de las Ceremonias de Ocha, una
sopera se rompió y tuvieron que improvisar usando un trapo para contener los
fundamentos del Orisha durante el proceso de coronación. Por lo tanto, en una de las
casas provenientes de la Iyalosha Lamar, fundadora de La Pimienta, se comenzó a usar
un Trapo (Paño) para contener los fundamentos del Orisha y esto se convirtió en la
norma y de allí el nombre Los Trapitos o Pañuelitos. Otra historia nos cuenta que se le
puso así, porque Doña Aurora para viajar al interior, metía los fundamentos de los
Orishas en bolsas de trapo y de esta forma viajaba con ellos y de allí el nombre “Los
Trapitos”. Otra versión dice que seguía las enseñanzas de los mayores, como Ogdoró
Sumí, Tawuaddé y otros más, que en sus inicios así lo hacían. Esta tradición se ha ido
olvidando en algunos de sus descendientes con el transcurso de los años.
Entre una de las particularidades de esta subrama, está el poder hacer lo que
para otras es un Tabú imperdonable: Los hijos de Changó pueden consagrar hijos de
Ochún y viceversa, pero enfatizan que eso depende de lo que la persona tenga en su
ceremonia de coronación y si se lo prohíben o no. Otra de las cosas que fueron objeto de
burlas por considerarse una profanación, era que Doña Aurora Lamar, hacía las
Ceremonias de Santo a crédito a sus ahijados y les cobraba a plazos. Esto es
considerado una profanación, ya que los dogmas religiosos establecen que el dinero
completo de una consagración debe ser entregado, para hacer ciertas obras con él. Esto
le ganó el sobrenombre de “La China de los Ten Cents” o en español, La China de los
Diez Centavos. Doña Aurora, solo entregaba los fundamentos a estos ahijados, una vez
que la deuda era saldada.
Otra particularidad de esta rama, es que a raíz del divorcio de Doña Aurora y Don José
Ramón, esta no quiso trabajar con Babalawo y prescindió de los servicios de estos. Sin
embargo, esto no fue a la ligera. Doña Aurora Lamar tenía una sólida amistad con Don
Lamberto Samá, hijo del controversial Olorisha Don Octavio Samá Obadimeyi. Según
los datos históricos, para la época, los únicos con derecho al sacrificio de Animales,
incluyendo los de Cuatro Patas, eran los Babalawos y los hijos de Oggún, los cuales se
conocían como Ashogun, asunto que también está sustentado en el Corpus de Ifá.
Don Lamberto Samá (Oggún Toyé), era hijo de Oggún y por consiguiente los sacrificios
animales sin contar con el Babalawo podían realizarse en La Rama de Los Trapitos, o
sea de Doña Aurora Lamar. Esto degeneró en que cualquier Olorisha que tuviese
recibido el “Caracol de Oggún” y el Cuchillo o “Pinaldo”, podía hacer sacrificios
animales, lo cual es falso. Don Lamberto, ejecutaba los sacrificios y ejecutaba los
menesteres de los Babalawos en el Cuarto de Santo. Como se puede observar, esta fue
una de las primeras casas en crear el cisma entre Olorishas y Santeros, tal como nos lo
muestran los hechos históricos.
De la Rama Los Trapitos, quedaron sus exponentes y se derivaron otras subramas más:
Las Pirañas y los descendientes de Doña Amada Sánchez, esta última en Santiago de
Cuba. Esta genealogía, muchas veces encuentra discrepancias, pero la reconstrucción de
la misma, ha sido develada en parte, con muchos Estudios de Campo que nos permiten
trazar con bastante exactitud, donde comenzaron los cismas que han degenerado en la
gran pelea tumultuaria en la que se ha convertido nuestra religión. Muchos de estos
cismas, ocurrieron manteniendo los dogmas que eran exigidos para la época y han
llegado hasta nuestros días, pero utilizando “argucias” e interpretaciones personalizadas
de muchos que han luchado por separar la religión, solo para poder seguir oscuros
intereses comerciales o simplemente por soberbia y creerse que en nuestra religión se
puede hacer lo que a ellos les da la gana. Todavía nos falta mucho camino por recorrer
en este asunto de los Cismas, así que ni creas que hemos terminado, ya que apenas
estamos comenzando. Pero para facilitarte un poco la comprensión de estas Ramas y
Subramas que se desprendieron de estos importantes Olorishas, te lo pondré como un
Mapa, cosa que quede un poco más claro.
La tercera división del Cabildo Changó Tedun, hemos querido analizarla de último, por
ser la más intrincada de todas.
Esta ceremonia de “Pinaldo” fue la que le dio el nombre de Obbadimeyi (Rey dos
veces) a Samá y el cuchillo o “Pinaldo” que se le entregó, era un símbolo de
CONFIRMACIÓN que decía que más nadie podía coronar esa cabeza. De allí, este
atributo ha sufrido serias “tergiversaciones convenientes” por quienes fueran miembros
de esta rama a la muerte de Latuán y Efunshé. De esta Rama, se desprende la sub-rama
Los Mantones y Corales o simplemente Corales (OJO DESCENDENCIA DE MI
LINAJE DE OSHA), fundada por la Iyalocha Doña Susana Cantero (Omí Toké).
Los más respetados Babalawos de esta Rama, trabajaban en conjunto con estas
prestigiosas Iyalochas. Babalawos de la talla de Don Tata Gaitán, Don Esteban
Quiñones, Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez, Don Ramón Febles, Don Bernabé
Menocal y Don Bernardo Rojas, eran prominentes miembros de esta Rama.
Esta rama es bastante controversial dentro de nuestras tradiciones, por el hecho que
cuando coronan Ocha sacrifican un sólo carnero y no raspan la cabeza a sus iniciados,
solo les hacen una coronita. No van al río y en la iniciación Ochún u Obbatalá, sientan
al Iyawó en una silla y no en Pilón que es lo habitual. Ahora bien, queda entendido que
la “coronita” es válida para esta Rama, ya que son de ascendencia Anagó. El motivo por
el cual los Anagó no rapan la cabeza, se basa en el hecho de que para ellos esto es solo
aplicado a los delincuentes como castigo y por ello no rapaban la cabeza.
Don Nicolás Angarica, fue el autor de un libro llamado Manual del Orihate Religión
Lucumí y en el trataba de institucionalizar el cargo de Ori Ate y despojaba de los
trabajos que le correspondían a los Babalawos. Luego de la muerte de Obadimeyi, de
quien fuera discípulo por tan solo un período de cuatro años, Don Nicolás se encargó de
dejar por escrito la tergiversación completa de lo que realmente era el Cuchillo del
Santero o Pinaldo, alegando razones poco creíbles, de que al recibir el “Caracol de
Oggún” y el cuchillo, el Iworo quedaba facultado a la inmolación de animales. Esto le
ganó, las duras críticas de profanador e inventor por parte de sus propios “Hermanos de
religión”, que no apadrinaban que quisiera utilizar el nombre del difunto Obadimeyi,
para la implantación de lo que a todas luces, era su propia invención, sobre todo por
parte del propio hijo del difunto Obadimeyi, Lamberto Samá, quien como hijo de
Oggún y por consiguiente Ashogún, si estaba facultado a la inmolación de animales.
Para encubrir este exabrupto, muchos descendientes de la Rama de Don Nicolás, han
llegado a decir que fue el único ahijado de Don Octavio Samá, Obadimeyi, que hasta su
muerte en 1944, siguió trabajando en conjunto con los más prestigiosos Babalawos de la
época (Bernardo Rojas, por ejemplo), según cuentan las historias que han sido recogidas
por investigadores de campo.
Claro que de estos tenemos muchos descendientes de prestigio, pero solo te pongo lo
más relevante, ya que un estudio de esta índole ocupa un solo libro por sí mismo y
todavía nos falta analizar a Doña Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), la cual en
realidad es mucho más sencilla y fácil de trazar y con menos traslapes y fusiones dentro
de la misma.
Rama Egbadó
Como te dije en un principio, esta rama se mantuvo a partir de un gran cisma religioso
protagonizado por las más influyentes Iyalochas que existían en la Isla de Cuba.
Básicamente se dividieron en tres ramas a partir de la prestigiosa Doña Monserrate
‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), quien consagró a tres de las más prominentes
impulsoras de esta Rama.
Cabildo Yemayá Regla
Doña Josefa “Pepa” Herrera Echu Bí, hija del prestigioso Babalawo y gran impulsor de
Ifá en Cuba, Don Remigio Herrera Adeshiná y quien fuera además el que introdujera a
la comunidad religiosa de Matanzas a Obatero. Doña Pepa Herrera, estableció su
Cabildo en la Comunidad de Regla en la Habana y se llamó Cabildo Yemayá. Doña
Pepa fue muy famosa por su dirección de las procesiones a la virgen de Regla, todos los
siete de septiembre. Vale la pena aclarar que Doña Susana Cantero dirigía otro Cabildo,
llamado de la misma forma.
El juego de cuatro Tambores de Olokun, se mantiene como mudo testigo de los bailes
realizados por el Babalawo Don Tata Gaitán a la deidad. Hoy estos tambores
lamentablemente no tocan, ya que los hijos de los mismos, los hemos perdido y más
nunca han vuelto a tocar. No tenemos tocadores Egbadó en la Isla de Cuba.
Otras Ramas
Claro que existen otras Ramas prestigiosas dentro de nuestras tradiciones y nos falta
tocar algunas otras como los Iyesha, o los Ara Takua, cuyos cultos se establecieron en
Matanzas y Palmira en Cuba. También nos hace falta nombrar muchos Olorishas de
grandes conocimientos y que han dado inicio a ramas más modernas, pero nuevamente
el espacio y tu cantidad de aburrimiento limitan este trabajo. Ramas como la de Doña
Francisca Entensa, Aratakuá, de la sociedad San Roque o Doña Guadalupe Estables de
la Sociedad El Cristo o Doña Felicia Fernández de la Sociedad Santa Bárbara, son
nombres que nos vienen a la mente, pero no tenemos espacio.
Como has podido ver, todas las ramas desde sus inicios han trabajado en conjunto con
los Babalawos y en su mayoría han sido mujeres. Es por ello que desde esta evidencia
histórica, podemos observar la gran tergiversación de atributos religiosos solo para
mantener ciertos Estatus Quo y así quitar lo que justificadamente pertenece a Ifá, sino
para mantener a las mujeres relegadas del cargo que HISTÓRICAMENTE les
pertenece, pero que ellos quieren mantener a toda costa y dejar a las mujeres colocando
paños. De hecho, no quieren revertir a lo que en Ocha legítimamente le pertenece solo a
los hijos de Oggún, tal como es el caso de los sacrificios, en caso de que no quieran
trabajar con Babalawos. Hasta eso, se quiere negar, solo para seguir INFLANDO su
ego.
Por todo esto y otras cosas más, que están identificadas en el Corpus de Ifá, es que en la
Regla Ocha/Ifá no se acepta, ni la determinación de Ángel de la Guarda por Caracol
(Osa Iroso), ni los sacrificios animales por parte de los Olorishas (Oggunda Keté y
otros), aparte de otras peleas como la consagración de Ochún por un hijo de Changó y
viceversa (Obbara Ogbe), ya que todo esto está prohibido en el Corpus de Ifá, que a la
sazón, muchos de estos irrespetuosos, que tienen el descaro de decir que “adoran” a
Orunmila, sostienen que ha sido falsificado, cuando realmente más falsos son ellos, que
ejecutan por dinero y soberbia o por simple creación de divisionismos para ocultar sus
FRUSTRACIONES, algo que está prohibido dentro de nuestros dogmas y peor aún, que
estas prohibiciones tienen evidencias históricas, etnológicas y antropológicas que las
respaldan.
Creo que con esto, ya puedes ver la causa del conflicto. Cuando veas algo que no está
apegado a los dogmas establecidos en Ifá, simplemente da la vuelta y vete. Sin
embargo, las ramas que permiten ciertos tipos de consagraciones que a otros nos
parecen extrañas, debes verlas con una perspectiva más abierta, ya que si ves a alguien
que viene de la Rama Los Trapitos y es hija de Changó haciendo un Ochún, debes
respetar sus procedimientos, porque simplemente esa es su tradición. Si ves que alguien
de la Rama los Millonarios, quiere hacer lo mismo, entonces simplemente es un
profanador de su propia tradición, que obviamente no lo permitía, ni lo permite. Respeto
es la clave, siempre y cuando sea una tradición heredada y no un invento.
(1) Forma indirecta de consagración que se utiliza con ciertos Orishas, lo cual te
explicaré más adelante.