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Cómo Engañan Los Adivinos y Parapsicólogos
Cómo Engañan Los Adivinos y Parapsicólogos
La insípida verdad que se esconde tras los testimonios que se promulgan sobre estos
videntes, por parte de crédulos pacientes, es en realidad una técnica muy simple llamada
lectura en frío.
Esta consiste en decirle a la persona que consulta, frases que son obvias o tan generales que se
podrían aplicar a cualquiera, o información que se le extrae al visitante por medio de un
análisis cuidadoso de sus respuestas verbales, además de su lenguaje corporal.
Todo lo anterior se adoba con un excelente juego de palabras para confundir al que ha
recurrido a ellos con la esperanza vana de conocer qué les depara el futuro.
Con miras en un estudio detallado, esta técnica se puede desglosar en varias fases.
1. Análisis visual de la persona
La primera fase consiste en hacer un análisis de la persona en el momento en el cual ingresa a
la sesión psíquica. Este análisis puede incluir los siguientes elementos:
"Usted es una persona muy inteligente": mucha gente se considera, o desea ser considerada
inteligente.
"Algunas veces es tímida pero en otras ocasiones se comporta de forma muy atrevida": esta
afirmación, que parece muy acertada, es absolutamente ambigua porque todos variamos
nuestro comportamiento en distintas circunstancias.
"Usted tiene capacidades ocultas que no ha aprovechado, pero que le ayudarán mucho en el
futuro": cualquier persona desearía que esto fuera cierto. Ese deseo de creer es un motivo que
logra que el paciente lo acepte como cierto, o por lo menos posible.
En cada frase que se emita, el psíquico debe estar atento a reacciones de asombro del
paciente, lo que indicaría aciertos y líneas que se pueden seguir para ganar más credulidad del
consultante. En cambio, en casos negativos, se debe matizar la frase fallida, relativizándola o
diluyéndola.
Una clave para una buena impresión sobre el paciente consiste en ser lo más inexacto posible,
haciendo uso de pausas para aumentar la imprecisión de la lectura, sin que el paciente se dé
cuenta de ello.
"Usted... (pausa) ... o alguien muy cercano a usted... (pausa) ... está en grave riesgo de...
(pausa) ... o tal vez ya ha sido víctima de un accidente..."
El objetivo de las pausas consiste en dar una apariencia de precisión, cuando en realidad lo que
se hace es lo opuesto: abrir el abanico de posibilidades para que la lectura sea acertada. Así,
en la lectura anterior se tendió la red en dos direcciones distintas: o se tiene riesgo de un
accidente, o ya se tuvo; y la víctima puede ser el que consulta, o cualquier otra persona que él
conozca.
Esta multiplicación de posibilidades se encargará de que el paciente recuerde a alguien que
concuerde con la descripción. La probabilidad de que alguien o o algún conocido de esta
persona haya tenido durante el pasado algún accidente es muy alta; más aún, riesgos de
accidentes hay por todos lados. Es prácticamente seguro que alguna de las opciones deberá
ser aceptada por quien consulta. Si la persona reconoce a alguien que haya sido víctima de un
accidente, probablemente responda dando la identidad del accidentado: "¡Si!, el esposo de mi
hermana sufrió un accidente el año pasado". El "vidente" ya llevaría un punto muy fuerte a su
favor.
Con la forma como responda el paciente a la frase anterior se puede deducir, entre otros
datos, la gravedad del suceso: si la persona cambia de semblante y se pone triste, es muy
posible que el accidentado haya quedado gravemente incapacitado o muerto, mientras que si
la persona responde con entusiasmo por lo acertado del médium, es casi seguro que la víctima
se recuperó. Apenas se capte un mal ánimo en quien recibe la lectura, aún antes de que el
paciente responda, se puede agregar algo como: "... y esta persona parece haber sufrido un
daño muy grave... (pausa) ... es posible que haya muerto".
Esto pondría el último clavo ante la incredulidad del paciente. La impresión ejercida sobre él
sería muy profunda.
Es claro que sobre un tema como este se podría hacer una infinidad de afirmaciones vagas de
las cuales obtener un sinnúmero de datos sobre la vida del paciente. Por ejemplo: "alguien
recibió todo el dolor de ese accidente", "ese accidente los hizo sufrir mucho", "ese accidente
les significó un desnivel económico", o cientos de cosas por el estilo. Ha dicho solamente una
idea sobre cosas hechos cotidianos, una perogrullada, y el vidente ya tiene a un crédulo
boquiabierto por la alta precisión de sus lecturas.
Es la etapa más relajada de la sesión psíquica. Lo único que hay que hacer ahora es jugar con
probabilidades.
Por ejemplo:
"El próximo año usted padecerá una enfermedad": cualquier persona sufre por lo menos una
enfermedad al año, ya sea leve o grave.
"El próximo mes usted emprenderá un proyecto": la ambigüedad de la frase está en que
cualquier empresa humana, por sencilla que sea, se puede ver como un proyecto.
"Dentro de poco recibirá algo que usted ha estado esperando": se juega con las expectativas
que tiene cualquier persona, a la vez que se deja tan ambiguo que se puede prestar a cientos
de interpretaciones.
"Usted se va a casar": es una afirmación muy probable, y con el nivel de confianza que en este
momento ya se habría ganado el psíquico, haría que se creyera sin ninguna dificultad.
Por ejemplo:
Adivino: Muy bien lo ha dicho: que usted sepa, esta ofensa la hicieron sus espaldas y fueron
personas muy querida por usted de las cuales Ud. nunca sospecharía.
En este caso, el adivino lleva todas las de ganar pues confunde al consultante con sus
enunciados: lleva su error a un campo en el cual el paciente no puede verificar la veracidad o
falsedad de la afirmación -- cara gano yo; sello pierdes tú.
Consideraciones finales
Ya que están explicadas las fases de la lectura en frío, es útil mostrar un ejemplo de lectura que
incluye todos los aspectos considerados. Como podemos ver, los adivinos juegan con las
probabilidades, utilizan la dramatización para obtener información sobre la marcha, y se basan
en un discurso formado por frases evidentes, ambigüas e inverificables.
Para dominar esto y generar una buena impresión, el adivino debe tener un excelente sentido
de observación y un buen juego de palabras, que obligue al paciente a cooperar en la lectura.
"Algunas veces eres extrovertido, afable, sociable mientras otras veces eres introvertido, cauto
y reservado.
Has descubierto que es poco inteligente revelarte a los demás con demasiada honestidad.
Prefieres un poco de cambio y variedad, y te produce insatisfacción verte rodeado de
restricciones y limitaciones.
Disciplinado y controlado por fuera, tiendes a ser aprensivo e inseguro por dentro. Aunque tu
personalidad tiene puntos flacos, sueles ser capaz de compensarlos.
Tienes muchas capacidades sin aprovechar, que no has convertido aún en ventajas para ti.
Tienes tendencia a ser crítico contigo mismo. Tienes una gran necesidad de gustar a los demás
y sentirte admirado."
De seguro el lector ha debido quedar algo impresionado por haber encontrado una
concordancia más bien alta entre este párrafo y su propia personalidad. La realidad es que el
ejemplo no dice prácticamente nada.
En él se ilustran varios de los principios que hemos tratado: frases ambiguas como "Aunque tu
personalidad tiene puntos flacos, sueles ser capaz de compensarlos"; lecturas en las que
siempre se cumple una de dos opciones como "Algunas veces eres extrovertido, afable,
sociable mientras otras veces eres introvertido, cauto y reservado"; uso de deseos secretos del
paciente como "tienes muchas capacidades sin aprovechar, que no has convertido en ventajas
para ti"; verdades universales para cualquier ser humano como "te produce insatisfacción
verte rodeado de restricciones y limitaciones"; etc.
Las situaciones exactas que supuestamente se adivinan durante una sesión, son sólo
información sacada sobre la marcha por personas que tienen mucha experiencia en estas
técnicas. Es tal la versatilidad de la lectura en frío, que se puede usar por medio de un
teléfono, lo que en parte ha sido causa de la proliferación de este tipo de servicios, como las
líneas psíquicas y astrales de videntes y estafadores.
Es indignante el uso que hacen personas sin escrúpulos para engañar a otros con el fin de
llenarse los bolsillos.
También da tristeza ver cómo personas que no son conscientes de las artes usadas por
psíquicos, astrólogos, tarotistas, videntes y demás farsantes, terminan promulgando
testimonios entusiastas acerca de cuán acertados fueron estos adivinos en su lectura. Una
víctima de una buena lectura en frío terminará siendo un defensor a capa y espada de los
poderes de su vidente.
Así, una persona crédula nunca se hará ninguna de las siguientes preguntas: Si adivinan el
futuro, ¿por qué no advierten a la ciencia de próximas patologías para que la ciencia se
adelante al descubrimiento de una cura? ¿por qué no adivinan el próximo número de la lotería
que va a caer y así llenarse de dinero y no tener que seguir dedicándose a leer pobremente la
suerte en un garaje? ¿por qué no advierten a los gobiernos de las diferentes naciones sobre un
futuro difícil para su país y así evitarlo?...
Se le podría hacer estas preguntas a los psíquicos, a las cuales responderían con
argumentaciones vacías, sin sentido, y justificaciones ad hoc...