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Masculinidades en Argentina
Cuerpos minados
Masculinidades en Argentina
JOSÉ J. MARISTANY
JORGE L. PERALTA
(compiladores)
Cuerpos minados. Masculinidades en Argentina / José Javier Maristany... [et
al.]; compilado por José Javier Maristany; Jorge Luis Peralta. - 1a ed. - La
Plata: EDULP, 2017.
352 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-4127-19-8
Cuerpos minados
Masculinidades en Argentina
JOSÉ J. MARISTANY - JORGE L. PERALTA
(compiladores)
1. CONTEXTOS 27
¡Éramos tan diferentes y nos parecemos tanto! Cambios
en las masculinidades hétero y homosexuales durante
las últimas cuatro décadas en Argentina 29
Santiago Joaquín Insausti y Pablo Ben
2. ACTIVISMOS 49
Masculinidades lésbicas, pedagogías de feminización
y pánico sexual: apuntes de una maestra prófuga 51
valeria flores
Colectivo de varones antipatriarcales: una vivencia
político-afectiva de las teorías feministas y los estudios
de nuevas masculinidades 67
Federico Abib y Emanuel Demagistris
3. DISCURSOS 85
La venganza del niño marica: cinefilia e inversión
en La traición de Rita Hayworth 87
Alberto Mira
Escribir después del hombre. Masculinidades desarmadas
y derrota política en David Viñas 111
Marcos Zangrandi
Despecho macho 137
José Amícola
Rafael Spregelburd y la deconstrucción de las masculinidades 159
José Antonio Ramos Arteaga
4. IMÁGENES 175
La singularidad de los rostros: interrogaciones sobre masculinidad
y nación en un ensayo fotográfico de Juan Travnik 177
Ariel Sánchez
La masculinidad en la punta de sus manos. Eroticón y la configuración
de los imaginarios sexuales en la década de los ochenta 195
Fermín Acosta y Lucas Morgan Disalvo
La masculinidad letrada en Un lugar
en el mundo y Martín (Hache) 221
Carolina Rocha
Paisajes del trabajo y fronteras de la masculinidad en La León 243
Lucas Martinelli
Masculinidad, violencia y nuevas homofobias
en el cine gay argentino: el caso de Solo 257
Alfredo Martínez Expósito
5. IMAGINARIOS 277
Masculinidades hegemónicas corporativas.
Actualidad de la dominación social masculina279
Irene Meler
Una masculinidad “no-automorfa” 295
Norberto Gómez
MASCULINIDADES: MODELOS
PARA (DES)ARMAR1
1 Este trabajo forma parte del proyecto Diversidad, género, masculinidad y cultura en
España, Argentina y México (FEM2015-69863-MINECO-FEDER) del Ministerio de
Economía y Competitividad (Gobierno de España).
Bibliografía
1 Este trabajo forma parte del proyecto Diversidad, género, masculinidad y cultura
en España, Argentina y México (FEM2015-69863-MINECO-FEDER) del Ministerio
de Economía y Competitividad (Gobierno de España).
2
en un año dividido por la población total existente en la mitad de este año y
multiplicado por mil” (Aizpurua et al., 2007: 191).
de los entrevistados.
5 Ver por ejemplo: Archivo General de la Nación (AGN), Archivo Intermedio,
infracción al Código de Justicia Militar. Paquete 90, Carpeta 6238 y Paquete 27,
Carpeta 5216, Expediente 38573.
Conclusiones
Bibliografía
valeria flores
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Hace casi una década que intento pensar y escribir sobre masculi-
nidades no hegemónicas, en especial lésbicas,4 desde mi propia expe-
riencia recorrida en ciertos espacios específicos como la escuela o el
activismo feminista, y en contextos históricos diferentes. Las preca-
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9 “Inversión” fue el término médico jurídico utilizado a finales del siglo XIX y
comienzos del XX para explicar la homosexualidad (Llamas, 1998: 291). En el caso
de la lesbiana, la inquietud y la ansiedad cultural fue depositada en la mujer viril
activa. La preocupación de la medicina por la inversión femenina “se produce en una
época en que la supremacía del varón masculino ha sido desafiada políticamente por
el surgimiento del movimiento de derechos de las mujeres, en el ámbito doméstico
por una gran población de mujeres no casadas y en el lugar de trabajo por los cambios
en las nociones de género asociadas al trabajo” (Halberstam, 2008: 108), siendo una
reacción contra el cuestionamiento que estaban haciendo las mujeres al sistema de
sexo-género durante este período.
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Bibliografía
De la regularidad metodológica
Alberto Mira
Si Tolstoi nos recuerda que todas las familias felices son iguales
y Moix extiende esta idea a la infancia en general, ¿lo son también
las infancias queer? No, claro. Pero aunque cada infancia queer es
infeliz a su manera, cuando se textualizan en términos más o menos
autobiográficos, se asemejan en sus contornos quizá más de lo que a
priori deberían. Ciertos elementos que figuran de manera secundaria
en infancias heteronormativas (si asumimos por un momento que tal
cosa existe, al menos como proyección de futuro) aparecen de mane-
ra recurrente en infancias queer desde la ficticia Coronel Vallejos en
1 Este trabajo forma parte del proyecto Diversidad, género, masculinidad y cultura en
España, Argentina y México (FEM2015-69863-MINECO-FEDER) del Ministerio de
Economía y Competitividad (Gobierno de España).
Bibliografía
Marcos Zangrandi
ficción colectiva más amplia: “En América Latina se podría argüir que una ficción
dominante ha sido la búsqueda individual de identidad por medio de una búsqueda
de la nación [...] En otras palabras, la ficción dominante de la búsqueda de identidad
es socavada por otra ficción colectiva que equipara al hombre con la autoridad y el
control, características que parecen negar la carencia.” (Millington, 2007. 36).
6 Esa construcción no es idéntica en cada uno de los textos nombrados, pero cada
personaje establece una forma de configurar su masculinidad en referencia a un líder
político considerado ejemplar en cuanto a su calidad de hombre. Vale hacer una
aclaración, de todas formas, de los dos últimos casos nombrados. La descripción de
la banda de chicos que violan a Rubén en Los años despiadados, es más bien breve. La
única identificación es que, al final del acto, uno de ellos grita “¡Viva Perón!” (Viñas,
1956: 175). La narración solo nombra a algunos de los integrantes del grupo (Raña,
Colosimo, Colorado, Muso) sin incluir descripciones muy extensas. La sola acción
de violar al niño blanco y “contrera”, a la vez que se reivindica al líder político, hace
a la configuración de la virilidad de los violadores. Este pasaje posee, claro está, un
fuerte vínculo con la una línea de la literatura alrededor del eje civilización/ barbarie
que se inicia con El matadero de Echeverría y se extiende, por lo menos, hasta “El
niño proletario” (1973) de Osvaldo Lamborghini. Hay que tener en cuenta que, más
adelante, sería el mismo David Viñas (2005) el que actualizaría dentro de la crítica
las figuras de la violación de El matadero y de la intrusión en Amalia como hitos
fundacionales de la literatura argentina.
El caso de El jefe es distinto. Se trata de un guión cinematográfico escrito por Viñas
y Fernando Ayala, sobre la base de un cuento de Viñas (nunca publicado y del que
no se conserva copia). No hay en el guion ni en el film ninguna relación manifiesta
entre Berger y Perón. Pero, en el libro cinematográfico, resulta clara la caracterización
de Berger como alegoría de Perón, de acuerdo con sus gestos de hombría violenta
y salvaje, y su modo de ejercer un liderazgo irracional. Además de estos rasgos, el
mismo Ayala aclaró que había una clara intención de identificar a Berger con la figura
de Perón (Raab y Sammaritano, 1964).
7 En el artículo “Viñas and the masculine fall” (1997), David W. Foster señala
que el personaje de Antonio Vera de Cayó sobre su rostro se enlaza con una línea
de constitución de la masculinidad dominante que recorre la literatura y la cultura
argentinas, así como una puesta en diálogo con la construcción de las figuras de
poder, de Julio Roca a Juan D. Perón. Junto con esto, Foster advierte que el texto de
Viñas pone de manifiesto un procedimiento social masculinista que exige continuas
muestras claras de ejercicio de la hombría.
8 Sobre la relación entre masculinidad, filiación y propiedad en las novelas Cayó
sobre su rostro y Los dueños de la tierra, ver Zangrandi (2015).
9 Por el contrario, en El jefe, el matón Berger, sin familia y sin hijos, posee una
masculinidad potente pero frágil: se deshace no bien se encuentra en problemas.
10 Hay que destacar que, en 1970, Nicolás Rosa, en Crítica y significación, ya había
advertido las construcciones sobre lo masculino, lo femenino y sus dimensiones
simbólicas en los textos de David Viñas.
11 En mi libro Familias póstumas (2016), estudio específicamente la presencia de
discordias familiares en varias de las ficciones argentinas de los años cincuenta y
sesenta en tanto figuras que referían al conjunto de rupturas políticas y culturales que
se producían en esta época.
12 Dar la cara se estrenó primero como película en 1961, dirigida por José Martínez
Suárez sobre el guion de Viñas. Al año siguiente, el escritor publicó la novela del
mismo nombre que había ido trabajando de forma paralela al libro cinematográfico.
13 Una construcción que tiene, por supuesto, estrecho vínculo con el primer
recorrido crítico que realiza David Viñas, desde su participación la revista Contorno,
que se inicia en 1953 y que culmina en la publicación de Literatura argentina y
realidad política en 1964.
15 El relato de Viñas más significativo respecto de este tema es “Un poco de bondad”
(1957). En él, un militante de izquierda apresado se encuentra cara a cara con un
homosexual, descrito como un cuerpo execrable, y a quien un guardia propina una
fuerte paliza ante los ojos del militante. Este acto muestra cierta vacilación sobre la
consideración del homosexual (Zangrandi, 2012). Para comprender mejor el punto
de vista de un escritor como Viñas sobre el tema de la homosexualidad, hay que tener
en cuenta que en las revistas Contorno y Centro se publicaron dos relatos explícitos
sobre relaciones entre hombres, “El revólver” (1953) y “La narración de la historia”
(1959), ambos de Carlos Correas. Esto da la pauta de la consideración por parte
de los jóvenes intelectuales de izquierda de otra homosexualidad, configurada con
otros rasgos (acaso anexos a la nueva masculinidad): rebeldía, audacia, urbanismo y
criticismo. Al respecto, ver Zangrandi (2011).
16 Sobre las intervenciones de Julio Cortázar alrededor del “caso Padilla”, ver el
estudio de Claudia Gilman (2012).
17 Hay que tener en cuenta, respecto de esta cita, que Viñas estaba dialogando con
el eje civilización/ barbarie y, en particular, con la figura del unitario violado de El
matadero. Es sorprendente la manera en la que estos argumentos (la diferencia y la
similitud socioculturales como ejes de la sexualidad) con los que Héctor A. Murena,
cuya posición política era muy distinta de la de Viñas, esgrimía en el célebre artículo
“La erótica del espejo” (1959), en el que fustigaba, con diversos argumentos, todo tipo
de homosexualidad.
21 Viñas (1998: 3), repasando uno de los tópicos centrales de sus propuestas
teóricas, afirmó: “[El matadero] no solo inauguraba la literatura argentina, como en
la norteamericana, con una violación sobre el cuerpo del protagonista (mientras en
Amalia se realizaba contra la casa de la figura principal), sino que ponía en movimiento
un lenguaje eludido por los bien pensantes. Violencias/ recato. Y, a la vez operaba con
el espacio de Buenos Aires desde una perspectiva a lo ‘vuelo de pájaro’ arrogante pero
enternecida a veces, arrabalera, y que prenunciaba, equívocamente, las torres y las
águilas lugonianas. Incluso presuponía que Echeverría era el magno precursor de los
itinerarios suburbanos con sus privilegios, potreros, lunfas y contrapelos”.
22 Como se advierte en este fragmento, de la primera hasta la última página de
Prontuario, Viñas sostiene una línea metafórica de imágenes equinas.
23 Tomo esta idea de Vanina Escales (2014: 10), quien, con precisión y audacia,
apunta sobre la concurrencia entre anarquismo y feminismo, términos reversibles en
la misma lucha social: “El anarquismo, es decir, el feminismo socava el suelo donde
los poderes se erigen. El feminismo, es decir, el anarquismo, se propone extirpar los
microfascismos instalados en el terreno del deseo, en el terreno de la reproducción
social”.
24 En esta misma entrevista, Viñas, en cambio, se mostraba desinteresado por las
figuras de Eva Perón y de Victoria Ocampo. Hay que recordar que en 1965 dedicó
dos artículos a Evita (publicados por el semanario uruguayo Marcha), por quien
el escritor sentía entusiasmo, en tanto su resentimiento, su gesto iracundo, podía
convertirse en la semilla de la revolución. Esa admiración no es tomada como tal por
sectores peronistas. Se puede ver la reacción que provocaron estos artículos sobre
Eva, en ciertos sectores del peronismo de la resistencia que le responden a Viñas en
una carta de lectores, publicada en Marcha del 6 de agosto del 65 y en cuya redacción
participa, entre otros, Osvaldo Lamborghini (Strafacce, 2008: 102-105).
No, entonces, un hombre, sino mujeres las que dan lucha. Una lí-
nea que enlaza a las anarquistas de principios de siglo, a Esther Porter
y a Alfonsina –acaso a cierta Evita contestataria25–, a las militantes
de los sesenta y setenta. Mujeres, así, como herederas de ese lazo en-
tre hombría contestataria y transformación política (ellas tienen ese
rigor, dignidad, lucidez). En esta línea despunta Claudia, que se aleja
finalmente de las luces engañosas (de la gran ciudad, de la universi-
dad, de una masculinidad dominante) para ir en busca de los fuegos
de la insurrección.
Bibliografía
José Amícola
3 “…masculinité et virilité doivent se faire ostensibles autant qu´il est possible; d´où
l´ importance de la moustache et de la barbe, d´où la vantardise et l´affichage des
performances sexuelles; d´où l´importance du défi, de la défense de l´honneur et,
donc, de la pratique du duel.”
5 “La pénétration, surtout lorsqu´elle s´exerce sur un homme, est une des affirmations
de la libido dominandi qui n´est jamais complètement absente de la libido masculine”.
6 Su padre y su madre son las primeras instancias que el niño varón encuentra como
fuerzas definitorias en su proceso de masculinización. Esas figuras familiares con sus
deseos, expectativas o actitudes van a contribuir a una masculinización a ultranza
de sus vástagos o a su freno. Bajo esta luz puede considerarse significativo el hecho
de que en la novela Ladrilleros, la madre de Pajarito haya expresado en el momento
del nacimiento de su hijo que hubiera deseado dar a luz una nena; mientras que, por
otro lado, también parece significativo que la madre de Marciano haya estado a punto
de ponerle a su hijo mayor el nombre de “Ángel”, que luego recayó finalmente en su
segundo hijo, como si con esta determinación le hubiera quitado a Marciano todo lo
“angélico” y hubiera impedido que se tornara alguna vez la pareja sexual de Pajarito,
gracias a un exceso de la influencia agresiva y homofóbica de su padre, Elvio Miranda,
que fue la predominante. Sin embargo, estas reflexiones no deben entenderse como
siguiendo un determinismo esencialista: los seres humanos somos también individuos
que podemos oponernos a las influencias que nos rodean y cambiar. Marciano podría
alguna vez haber asumido una actitud diferente, si un hecho cualquiera lo hubiera
hecho tomar conciencia de las variables de su destino.
Bibliografía
1 Este trabajo forma parte del proyecto Diversidad, género, masculinidad y cultura en
España, Argentina y México (FEM2015-69863-MINECO-FEDER) del Ministerio de
Economía y Competitividad (Gobierno de España).
Bibliografía
Ariel Sánchez
Bibliografía
2 Esta frase será el título mismo de la entrevista realizada al actor Arturo Bonín,
reciente protagonista de la película Otra historia de amor (Américo Ortiz de Zárate,
1986): “Yo creo que en la democracia se coge mejor” (Eroticón 35, 1986: 47).
3 “Yo me asombré” rememora León Guindín, uno de los fundadores de la SASH,
entrevistado para el dossier audiovisual 1983: Así Refundamos Nuestra Democracia. El
Destape Cultural. “Como psicoanalista veía diez pacientes por año, como especialista
en sexualidad, empecé a ver de a cincuenta, ochenta, cien”. (Disponible en url:
http://tn.com.ar/politica/1983-asi-refundamos-nuestra-democracia-hoy-el-destape-
cultural_371016)
segmento visual que se consagra como “material pragmático de uso” y que habilita
una serie de instrucciones de lectura y vincularidad erótica.
5 Entre estos abordajes podemos mencionar artículos titulados “La vida sexual
en los kibutz” (Eroticón 34), “La sexualidad de los enanos de circo” (35), “La
conflictuada sexualidad de los obesos” (46), “Investigamos a los que se alimentan
con sexo artificial” 33), “Las razones de la poligamia” (38), “¿Qué se esconde tras la
máscara del carnaval brasileño? Informe sobre las fiestas del Rey Momo en Río de
Janeiro” (35), “La promiscuidad sin límites de los desalojados” (37), “Invadimos un
reducto travesti” (38), entre otros. Estas notas conformaban una suerte de archivo
de explotación otrificante que disponía prácticas, modos de vida, morbos y apetitos
disímiles en una colección temática de “curiosidades” controversiales.
6 Linda Williams (1989: 109) recupera una observación de Steven Marcus acerca
de los modos en los que la representación del placer “femenino” históricamente ha
asumido visos fuertemente distópicos, como una forma de sexualidad desatada, sin
fondo y sin control, capaz de hacer de la sexualidad masculina una agencia reducida,
insuficiente y sustituible.
“Chistes de putos”
7 Es importante rescatar que en el año 1980 se estrenó en el país -aunque con varios
cortes- la película norteamericana Cruising de William Friedkin, piedra angular de la
Bibliografía
Carolina Rocha
1 Para más información sobre este tema, ver Hortiguera y Rocha (2007: 1-20).
2 En uno de sus primeros discursos, Alfonsín (1983: 20) sostuvo: “Nuestra concep-
ción de la política social inspirada en los valores de solidaridad justicia social y parti-
cipación dará impulso a acciones de servicio para la prevención de las situaciones que
provocan estados carenciales”.
Bibliografía
Referencias audiovisuales
Lucas Martinelli
Fronteras de la masculinidad
El hombre muerto
Bibliografía
Referencias audiovisuales
1 Este trabajo forma parte del proyecto Diversidad, género, masculinidad y cultura en
España, Argentina y México (FEM2015-69863-MINECO-FEDER) del Ministerio de
Economía y Competitividad (Gobierno de España).
2 Briem Stamm filmó tres películas previas con el nombre de Marcelo Mónaco:
Porno de autor (2008), Tensión sexual, Volumen 1: Volátil (2012) y Tensión sexual,
Volumen 2: Violetas (2013), ambas en colaboración con Marco Berger.
Masculinidad y violencia
5 “The masculinity versus femininity binary was challenged by the emergence of the
representation of homosexuals in Argentine literature and cinema”. Las traducciones
de textos originales en inglés pertenecen al autor.
6 “In much of the most recent popular culture production in Argentina, a particular
male gaze can be seen to generate provocative content that either subtly or overtly
maintains an ideology of masculinity that is both aggressive and conservative”.
7 A raíz del exitoso estreno internacional de Solo, Briem declaró estar embarcado
en un ambicioso proyecto cinematográfico compuesto por siete largometrajes de
temática gay, del que Solo sería la cuarta entrega (Rico, 2013). No existe evidencia de
que las otras entregas hayan sido estrenadas.
Conclusión
Bibliografía
Irene Meler
1 Dirigido por Mabel Burin y del que formé parte como investigadora principal.
“¡Ay, qué vivos, son los ejecutivos!, ¡qué vivos que son! Del
sillón al avión, del avión al salón, del harén al edén, siem-
pre tienen razón y además tienen la sartén, la sartén por el
mango y el mango también!”
Matrimonios corporativos
La parentalidad ¿ausente?
Comentarios finales
Bibliografía
Norberto Gómez
Racismo de Estado
Aperturas expresivas
14 Derechos humanos de los cuales, como sabemos, se pretende excluir a una larga
lista que va desde las diferencias sexuales fuera del campo heteronormativo hasta la
exclusión por razones raciales, étnicas, de color de piel, de estatus social, etc.
18 Para un breve andar por la consideración del “devenir”, ver Deleuze (1977: 10-27).
19 El neologismo “cisanálisis”, lo produzco desde el latín cis: “de este lado”, y “análisis”,
tomando como soporte el término “cisexual”, como escribía en la nota a pie de página
número “17”.
20 Se refiere al libro de Robert Stoller, Sex and gender (1968).
21 Me atengo a esta referencia del camino que abrió Lacan, psicopatologizando
la transexualidad, a sabiendas, de la continuidad de la cita en esta sesión de D’un
discours qui ne serait pas du semblant. Pero no solo en esta sesión del 20 de enero de
1971; también se puede constatar en la “Presentación de enfermos” del 27 de febrero
de 1976.
Bibliografía