Está en la página 1de 4

Flores de Bach

Flores de Bach, también llamadas remedios florales de Bach o esencias florales de Bach, es la
denominación genérica y comercial de un conjunto de preparados artesanales no farmacológicos,
símil-homeopáticos, elaborados a partir de una decocción o maceración en agua de flores
maduras de diversas especies vegetales silvestres o naturalizadas de la región de Gales y la
Inglaterra contigua, diluida en brandy (destilado del vino, usado como medio conservante).1 El
preparado resultante, almacenado convenientemente en frascos-gotero de vidrio opaco para su
comercialización, es una solución hidroalcohólica diluida en proporción 1:144 (jugo de
flores/brandy), sin principios farmacológicamente activos más allá del alcohol (no es un
medicamento), y por lo tanto, no posee acción biológica o fisiológica alguna (como lo demuestran
varios ensayos clínicos).23456 Aunque la mayoría de los «remedios florales» están elaborados
cada uno según un tipo específico de flor y algunos también con otras partes de la planta (brotes,
hojas, corteza), estos preparados no son productos fitoterapéuticos.

Índice

1 Historia

2 Terapia con flores de Bach

3 Sobre la eficacia de las flores de Bach

3.1 Revisión de Ernst (2010)

4 Véase también

5 Referencias

6 Bibliografía

Historia

El nombre genérico «flores de Bach» o «remedios florales de Bach» hace referencia a su creador,
Edward Bach (1886-1936), un médico y homeópata inglés que inventó estos 38 preparados y
desarrolló su utilización en una modalidad terapéutica conocida mayormente como flores de Bach.

El apellido de Bach es de origen galés.

El Dr. Edward Bach incursionó en diferentes ramas de la medicina, primero como médico clínico y
cirujano[cita requerida], luego en la inmunología desempeñándose como bacteriólogo y patólogo
y posteriormente ejerciendo la homeopatía, ramas que pueden repartirse en dos terrenos, el de la
terapéutica y el filosófico[cita requerida].
Según el Dr. Bach, el uso de las flores de Bach está destinado a aliviar desequilibrios
psicoemocionales y de carácter (tales como miedo, impaciencia, angustia, incertidumbre, ira,
confusión, intolerancia, timidez, entre otros), para influir o prevenir padecimientos físicos y
psíquicos (enfermedades)[cita requerida]. Básicamente, Bach concibió el uso de sus remedios
basándose en la hipótesis de que las enfermedades son consecuencia de trastornos o
desequilibrios de la dimensión emocional-mental de la personalidad producto de un conflicto
Alma-Personalidad. Este tipo de ideas forman parte de la concepción mística de Bach sobre la
salud-enfermedad.

Las influencias de vertiente terapéutica están dadas por su experiencia clínica, por su trabajo en el
Hospital Homeopático de Londres, donde conoció el Organon de Samuel Hahnemann (1755-1843),
por los fundamentos hipocráticos de la escuela médica clásica y por la lectura de Paracelso (1493-
1541), recuperador de la creencia popular en las «señales terapéuticas»; pero también por la
inspiración recibida al asistir a unas conferencias que dio el místico alemán Rudolf Steiner (1861-
1925), fundador de la medicina antroposófica.

La vertiente filosófica está dada por la filosofía oriental (principalmente la hindú que se infiltra por
medio del colonialismo), la obra de J.W. Goethe (1749-1832) y la de Martin Heidegger (1889-
1976). Para sus seguidores, «Bach no solo creó un sistema terapéutico; también creó un sistema
de pensamiento. Un modelo desde el cual pensar la realidad». (B. Espeche; E. Grecco. Bach por
Bach, escritos florales)[cita requerida]. El sistema de 38 flores es una simplificación y acotación de
un repertorio cotidiano de remedios homeopáticos.

Bach elaboró las primeras doce esencias de flores entre 1928 y 1932, a las que llamó Doce
curadores. Luego añadió siete remedios florales más, que reconoce como ayudantes o auxiliares
ante situaciones en la que los anteriores parecían tener efectos parciales. Todos estos remedios
fueron elaborados con el método solar. A partir de esto, formuló y escribió Los doce curadores y
los siete ayudantes, e inmediatamente, hacia 1935, comenzó el desarrollo de un nuevo ciclo de 19
remedios preparados mediante un proceso diferente, el método del hervor[cita requerida].

Terapia con flores de Bach

Actualmente, la terapia con flores de Bach se encuadra como una variante de terapia médica
alternativa, pero su clasificación es difícil y generalmente está considerada como una variante de
la homeopatía, lo que es declarado inadecuado técnica y procedimentalmente por algunos
practicantes, pero sirve para que su venta quede sujeta a las reglas que rigen para los productos
homeopáticos. Su implementación y aplicación como terapia generalmente no están reconocidas
oficialmente por los sistemas sanitarios estatales y menos aún reglamentadas legalmente, excepto
en Cuba y Chile.
El estatus terapéutico de las flores de Bach es severamente discutido por los resultados
presentados en los ensayos clínicos controlados (Armstrong & Ernst, 1999; Walach et al., 2001;
Pintov et al., 2005) y sometidos a revisión según estándares científicos (2), interpretando la
limitada efectividad terapéutica alcanzada, como en la homeopatía, como una consecuencia del
efecto placebo, y negando efectos específicos (por ejemplo, como ansiolíticos en situaciones de
estrés).

No obstante, según los estudios que han venido desarrollándose sobre el efecto placebo, Edward
Bach legó un ritual terapéutico,7 el cual bien pudiera incrementar su efectividad en individuos
espirituales cuya motivaciones intrínsecas para ejecutarlo concuerden con los postulados de esta
terapia.8 Hoy día es conocido que los efectos de la espiritualidad sobre la salud son comparables
al efecto placebo.9

Por otra parte, a la luz de la ciencia químico-farmacológica, son discutidos la metodología de


elaboración (aunque sus métodos figuran en Farmacopea Británica y U.S.P.) y también los posibles
mecanismos de acción de estos «remedios» florales, en función de su carencia de principios
activos de orden vegetal (recuérdese que no es una forma de fitoterapia).10

En consecuencia, y prudentemente, se advierte sobre el riesgo para la salud de usar este tipo de
terapia —sin un aval científico— en casos de enfermedades o trastornos que requieran de la
intervención médica. En este contexto, existen posiciones encontradas —a favor y en contra—
concernientes a la efectividad y utilidad de las esencias florales de Bach como forma de
tratamiento (ver más abajo).

En otro aspecto, las flores de Bach pueden resultar útiles para entender los mecanismos que
podrían explicar el efecto placebo en intervenciones a medio y largo plazo,11121314
contribuyendo a brindar una base empírica para la teoría de la concordancia motivacional.

Sobre la eficacia de las flores de Bach

Impatiens glandulifera. Linneo llamó Impatiens al género porque dispara sus semillas. Bach
consideró que eso la hacía apta para curar la impaciencia.

La comunidad científica discute que las flores de Bach tengan algún valor terapéutico más allá de
los efectos atribuibles al placebo, por dos razones principales:
Primero, que los remedios no fueron elegidos con ningún criterio que pudiera ser considerado
racional en el siglo XX; aunque algunos afirman que sus propiedades fueron asignadas sobre la
base de la llamada doctrina de las signaturas esto no es cierto, sumado a que dicha teoría fue
desechada por obsoleta hace muchísimos años. Esta doctrina ahora sólo puede verse como una
forma de pensamiento mágico.

Segundo, porque contradice todo el conocimiento científico desarrollado experimentalmente


desde la Ilustración, basado en la interpretación de los fenómenos como resultado de la
interacción física entre los sistemas materiales, una vez superada la suposición de que los campos
de fuerza, tales como la gravedad o el electromagnetismo, son formas de manifestación de lo
espiritual, y no fenómenos físicos. Para las flores de Bach se usan diluciones que van más allá de lo
que permite la divisibilidad de la materia, cuyo carácter particulado y discontinuo estaba probado
desde los orígenes de la Química. Sin embargo, los elaboradores de esencias florales dicen que lo
efectivo de las esencias florales no está en que haya alguna sustancia química disuelta en la
preparación (lo que no es esperable dada su elaboración), sino en las "vibraciones" o
"características vibracionales" que poseen los preparados, y son de diferentes características para
cada esencia floral. Tales «vibraciones» no se corresponden con ningún aspecto de la realidad
conocido por la ciencia, ni con la vibración de las moléculas.

Revisión de Ernst (2010)

Una nueva revisión sistemática publicada en el 2010 por Edzard Ernst concluyó:

También podría gustarte