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DOCUMENTOS DE TRABAJO

Nº 7 – Abril 2006

Teoría De Las Organizaciones:


La Perspectiva de la Sicosociología
Organizacional.
Conceptos y Método.

Aldo Meneses Carvajal.


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La Serie Documentos de Trabajo es
una Publicación del Departamento
de Gobierno y Gestión Pública del
Instituto de Asuntos Públicos de la
Universidad de Chile.

Tiene como objetivo poner a


disposición de la comunidad
académica nacional avances y
resultados parciales de
investigaciones relevantes en el
ámbito disciplinario propio del
Departamento

Consejo Editorial

Raúl Atria.
Eolo Díaz-Tendero.
Hugo Frühling.
Mauricio Olavarría.
Cristián Pliscoff.

Editor

Eolo Díaz-Tendero.

Asistente de Publicaciones

Constanza Ramírez.

Se autoriza la reproducción total o parcial del material publicado, citando a la fuente .

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


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TEORÍA DE LAS ORGANIZACIONES:

LA PERSPECTIVA DE LA SICOSOCIOLOGÍA
ORGANIZACIONAL.
CONCEPTOS Y MÉTODO

Aldo Meneses Carvajal, Ph.D1

1 Académico del Departamento de Gobierno y Gestión Pública del Instituto de Asuntos Públicos de la
Universidad de Chile.

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


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ÍNDICE

RESUMEN

1. ANTECEDENTES PRELIMINARES

2. EL ENFOQUE DE LA SICOSOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES.

2.1. El concepto de organización

2.2. Subjetividad organizacional: inconciente e imaginario mediador


2.3. El aporte sistémico a la sicosociología de la organización
2.4. El método: La Investigación – Acción

3. ARTICULACIÓN SICO - SOCIAL EN LA ORGANIZACIÓN.

3.1. Afectividad en grupos y estructuras sociales


3.2. La concepción de la organización como sistema socio – mental

3.3. El sistema síquico organizacional


3.4. Un modelo de aplicación: El “Administrador” moderno

4. A MODO DE CONCLUSIONES

5. BIBLIOGRAFÍA

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TEORÍA DE LAS ORGANIZACIONES:


LA PERSPECTIVA DE SICOSOCIOLOGÍA ORGANIZACIONAL.
CONCEPTOS Y MÉTODO.

RESUMEN

Este documento tiene su origen en una especialización


postdoctoral en la Universidad Católica de Lovaina,
Bélgica, que realizó su autor con motivo de la obtención
de la beca Presidente de la República, que contó con el
patrocinio de la rectoría de nuestra Universidad.

Consistió en conocer y profundizar, en el marco de la


sociología de las organizaciones, una corriente teórica y
analítica denominada sicosociología de las
organizaciones, con especial desarrollo en el campo
administrativo y de las organizaciones laborales en
particular.

A través de los conceptos y el método de intervención


de esta corriente analítica que presentamos en este
documento, queremos promover un debate respecto a
ella, que sin duda, como el propio autor lo señala, se
encuentra en plena evolución y desarrollo.

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1. ANTECEDENTES PRELIMINARES.

La comprensión de los sistemas y formas que adquiere la administración, ha


recurrido a lo largo de la historia a diversas teorías que intentan dar cuenta
del comportamiento de los individuos en las organizaciones que los sistemas
de administración orientan en diferentes sentidos. Estas aproximaciones
teóricas respecto de la explicación de los fenómenos organizacionales se
pueden clasificar según variados criterios, si bien todas ellas y cualesquiera
sea la forma de clasificación, obedecen a una cierta concepción ideológica
de la relación entre el sujeto y la organización .2

Una de estas corrientes es la clásica o racionalista nacida a fines del siglo XIX
y principios del XX, cuya expresión más conocida es la Organización
Científica del Trabajo de Taylor, para quien siempre, ante un problema
organizacional, es posible encontrar una solución óptima. Esta puede consistir
en: dividir a los trabajadores en dos grupos; los que piensan las soluciones y
aquellos que las implementan o ejecutan, dividir las funciones en tareas
específicas, racionalizar el uso del tiempo y los movimientos, motivar a los
trabajadores a través de un salario determinado por rendimiento.3

En forma sintética, podemos afirmar que esta perspectiva privilegia “el


músculo”, los brazos y piernas y su correcta adecuación al tiempo y el
espacio, para que cada movimiento del cuerpo tenga una justificación en
orden a optimizar la fabricación y calidad del producto, explicando así el
diseño de la organización.

Otras perspectivas, avanzado el siglo XX, dan origen a un enfoque


denominado de las “relaciones humanas”. E. Mayo, J. Moreno, y K. Lewin,
mostraron que el individuo reacciona no tanto frente a las situaciones reales
sino más bien frente a cómo las percibe. Esta percepción se ve afectada
principalmente por la afectividad, pero también y sobre todo por las normas,
las fuerzas imperantes en las relaciones de la organización y el clima en el
grupo de trabajo al cual pertenecen.

2 Max Weber hacía referencia a este hecho en su trabajo “El Sabio y el Político” cuando definía al
Estado como un instrumento de dominación al servicio del cual operaba un sistema administrativo que
orientaba el funcionamiento de éste es decir, de su ejercicio de dominación en un cierto sentido, el cual
no podía esquivar una cierta concepción valórica del sujeto y la sociedad, en función de la cual se
definía un determinado rol tanto a la función y misión como a las actividades que correspondían al
funcionamiento del Estado. V. Carrillo en nuestros días, a propósito de esta relación Estado-dominación,
señala que en la actualidad la legitimación de la forma de dominación del Estado, depende en gran
parte de la performance de los servicios públicos y de las necesidades que con eficiencia y eficacia el
estado es capaz de satisfacer a través de su sistema de administración pública
3 En la actualidad existe consenso en relación a reconocer que el salario sólo hasta un cierto nivel,
puede ser determinante en la motivación laboral, luego de alcanzado un cierto estadio adquiere mayor
importancia, por ejemplo, la atracción de la tarea, las posibilidades que ofrece para el desarrollo
personal, el aumento de autoestima que experimenta el sujeto, el mayor y mejor reconocimiento de los
pares.

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Esta perspectiva se sostiene sobre la hipótesis de que las personas accederán
con mayor eficacia a los objetivos planteados por la organización, en la
medida que se sientan mejor integrados al grupo del cual forman parte. Si
recurrimos a una expresión simbólica, diremos que la escuela de las
relaciones humanas fija su atención en el “corazón” (afectividad) del sujeto.

Una tercera corriente o perspectiva opera un giro en el enfoque de la


relación sujeto-organización. Se trata de aquella corriente que entiende a la
organización como un sistema abierto y acuerda un rol preponderante a un
actor o agente complejo y autónomo. Esta perspectiva nacida en los años 50
y 60 no ha cesado de desarrollarse y ello le ha infundido una particularidad
respecto de las anteriores. En contraposición al taylorismo y a la escuela de
las relaciones humanas que podían evidenciar un conjunto coherente de
proposiciones y principios, la riqueza de esta última perspectiva reside
justamente en un debate inacabado que cada día incorpora nuevos
elementos al análisis y estudio de la relación sujeto-organización. Esta posible
pérdida de coherencia, se puede ver compensada con el dinamismo que le
imprime la utilización de variadas herramientas teóricas para abordar los
fenómenos organizacionales.

No obstante lo anterior, es posible identificar algunas ideas fundamentales


que la caracterizan:

1) considerar la organización como un sistema en interacción con el


medio es decir, la organización no termina en sus fronteras o límites,
sino que estos precisamente se construyen y redibujan en forma
permanente en la relación de ésta con el medio.

2) En tanto sistema, está compuesta por diferentes elementos que


mantienen entre ellos una cierta cooperación y por tanto
interdependencia en la consecución de objetivos comunes, pero
también de otros objetivos, propios a cada individuo que la compone.

3) El sujeto se reconoce como un actor complejo y autónomo, que no se


ve determinado solamente por motivaciones económicas
(organización científica del trabajo), o por pulsiones afectivas según su
pertenencia de grupo (relaciones humanas). Por el contrario, éste
dispone de inteligencia, racionalidad limitada (en el decir de Simon y
Crozier). Los individuos no están sujetos a determinismos estrictamente
económicos, sicológicos o sociales, sino que disponen de autonomía
en tanto actores. En síntesis esta corriente considera al sujeto como un
“productor-producido”, un “estructurador - estructurado”, un
“instituidor - instituido”, inmerso en una relación dialéctica entre él
mismo y la organización.

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2. EL ENFOQUE DE LA SICOSOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES

2.1. El concepto de “organización”

Influida originalmente por los trabajos de Lewin y por la escuela de


pensamiento creada por el Instituto Tavistock, constituye un enfoque de
corta vida, que surge en los años cincuenta frente a la inquietud de un grupo
de intelectuales por encontrar o construir una explicación del “hecho”
organizacional, que diera cuenta de un fenómeno propio de su compleja
realidad o naturaleza, el cual es la de superar o sobrepasar las explicaciones
monocausales y unidireccionales que explican al sujeto como un producto
de la organización (perspectiva más estructuralista que pone énfasis en la
existencia de propiedades de la estructura, con poder para determinar la
conducta del individuo) o a ésta como un resultado de la voluntad del
individuo (visión subjetivista y voluntarista de la misma).

Esta perspectiva también intenta conocer el mensaje subyacente al discurso


institucionalizado es decir, reconocía la influencia y por tanto valoraba las
contradicciones que en un plano imaginario aparecían tras los síntomas
reconocidos, a través de las expresiones behavioristas de las personas. Esta
premisa y la investigación del discurso subyacente a las prácticas oficiales,
permitió reconocer que el grupo u organización no era sólo un espacio de
comunicación interpersonal, de afectividad positiva, de desarrollo personal y
de creación colectiva, de roles perfectamente interconectados para
favorecer el crecimiento de las personas y las empresas, lo cual favorecía la
existencia de un “imaginario engañador o ilusorio” como señala Enríquez 4,
sino que era también un lugar de peligro, de instancias sicotizantes, un
espacio de represiones a pesar del intento de presentar una imagen de
solidez, sin fallas.5 Ello mostraba que la organización no era un sistema
funcional ni estático o fijado en el tiempo solamente, sino un sistema cultural,
simbólico e imaginario (Enríquez, 1999 )6.

4 En este caso hemos traducido el concepto original de “leurrant” utilizado por Enríquez como
“engañador, ilusorio” o puede también ser entendido como “tramposo”.
5 El reconocimiento de estos rasgos ha llevado a reconocer en esta mirada una perspectiva un tanto
pesimista de la organización. Sin embargo este reconocimiento da cuenta de aspectos propios de la
vida organizacional pero que a la vez pueden ser vistos como oportunidades desde donde emergen
sistemas de órdenes y reglas. Prohibiciones y por tanto elaboración de identidades individuales.
6 Enríquez considera la existencia de al menos 4 polos de la personalidad del sujeto que intervenían en
un plano simbólico e imaginario en el funcionamiento de las organizaciones: el deseo de realización de
sí mismo, la reducción de tensiones, la comunicación con el otro y la negación del otro. En relación con
estos mismos rasgos la organización dispone de diversos modelos o dicho de otra forma, dependiendo
del tipo de estructura con que cuente, burocrática, carismática, cooperativa, estratégica, será la
respuesta que ofrecerá a las demandas individuales de quienes la componen.

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Son justamente las transformaciones permanentes que experimenta el sistema
de reglas, coerciones y el juego de poder que ello supone, lo que lleva a
reconocer a las organizaciones como grupos vivos.7

2.2. Subjetividad organizacional: inconciente e imaginario mediador

Como lo sostiene Cris Argyris (Argyris, 1970), el individuo aspira al desarrollo


sicológico y a conseguir o mantener una estimación de sí mismo, dualismo
que en toda organización se enfrenta al dilema: satisfacer dichas
aspiraciones o responder a las exigencias de la organización como la división
del trabajo que instaura las jerarquías y relaciones de sumisión y
dependencias que entraban la estimación de sí mismo y su desarrollo
sicológico.

Esta realidad, que podemos decir formal de toda organización, es aprendida


por los sentidos y ciertos mecanismos cognitivos: el sujeto sólo “ve” y
“aprende” lo que la organización pone a su disposición según su motivación
y por medio de representaciones, donde el inconciente y el imaginario
actúan como mediadores entre los sistemas perceptivos y la organización.
Elliot Jacques ha mostrado que los individuos pueden utilizar los sistemas de
roles y de normas institucionales como mecanismos de defensa contra la
propia ansiedad (Jacques, 1979).

De lo anterior se desprende la utilidad de identificar dos planos en la


comprensión de la organización. Por una parte aparece la organización
“prescrita” o técnicamente definida (estatutos, reglas y normas expresas,
definición de objetivos denotados, etc.), pero también existe la organización
“vivida y percibida” como también lo que se cuela entre lo dicho y no dicho
del discurso oficial.

Reconocer este espacio de subjetividad creativa por medio de la cual el


sujeto se inserta y percibe la organización de acuerdo a su propia
perspectiva, es lo que en el enfoque de la sicosociología permite hablar de la
recuperación del rol del sujeto como actor complejo en el concierto
organizacional y superar así una concepción del individuo como un producto
pasivo de los determinantes sociales de la organización.

Lo que constatamos tras esta toma de conciencia de la subjetividad


construida por el sujeto, es la confrontación entre la individualidad y lo
político de la organización expresado en las formalidades denotativas que
comprenden las normas, reglas y declaraciones explicitas de misión y
objetivos, colectiva y públicamente acordados. Aquí lo “político” de la
organización no tiene que ser denostado, sin este aspecto no podría
funcionar, sino que debe ser rescatado para que el individuo pueda evaluar

7“En tanto referentes simbólicos las reglas constituyen el primer acto de creación o de fundación de un orden
inscrito en una historia social”. Por tanto su cuestionamiento, transformación o reemplazo se traduce en
una permanente recreación parcial o total de la organización. A. Levy. “Entre realismo y utopía”. Le
Goût de L’Alterité. D. D Brouwer, Paris 1999.

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sus propios actos sin temor, para que comprenda la forma en que realmente
funciona el sistema económico y social en su organización, la cultura de la
cual él mismo forma parte, el orden de las significaciones lenguajeadas en su
medio y sus connotaciones reales en el contexto organizacional donde se
encuentra. Allí es donde interviene el instrumental sicosociológico para
empoderar al sujeto, permitiéndole “darse cuenta” de su realidad y así poder
transformarse en un actor de su propio devenir.

2.3. El aporte sistémico a la sicosociología de la organización.

Si bien lo anterior daba cuenta de lo que podía ocurrir al interior de una


organización social, laboral, familiar o educacional por mencionar algunos
niveles de acción colectiva, debemos explicar la relación de la propia
organización con el medio, en tanto sistema abierto en el cual tenía
existencia, pues no era lo mismo comprender el funcionamiento de un
servicio de administración pública reglamentado por el estatuto
administrativo o una empresa privada que establece sus relaciones del
trabajo por medio del código laboral o como puede ser el caso de una
familia y sus conflictos en un medio obrero caracterizado por la escasez de
recursos, respecto de la estructura y comportamiento familiar en un medio
social alto donde justamente los conflictos a veces pueden ser causados por
la abundancia de recursos de diverso tipo.

De allí entonces que la sicosociología se hace cargo de complementar la


explicación intra-organizacional con el aporte de los antecedentes que
ofrece el análisis del contexto socio-político y cultural, en la cual una cierta
organización “espejea” o refleja, significaciones propias de un discurso social
dominante que ofrece “legitimidad” a ciertas formas de relaciones intra-
organizacionales.

En este aspecto la sicosociología organizacional comporta una mirada


sistémica, especialmente en lo que esta teoría ha destacado como propio de
cualquier sistema, como son las relaciones que establece con el medio
donde se encuentra, los intercambios que allí tienen lugar, las relaciones de
poder y dependencia que se establecen entre la organización y el medio, el
manejo de información intra y extra-sistémico que fluye entre las partes, las
relaciones de dominación y autoridad en el plano material y simbólico en
que interactúan las organizaciones con su entorno y todo ello comprendido e
interpretado en el momento en que ocurre.

En la relación con el medio, la organización recibe al menos dos tipos de


influencias principales; aquellos inputs que tienden a mantener su
funcionamiento tal como se encuentra en un momento dado, en este sentido
reafirman la homeostasis de la organización y aquellos inputs que alteran este
equilibrio, ya sea para promover una evolución o desarrollo de la misma o
para que ésta involucione reinstalando una relación o comportamiento ya
superado en el tiempo. Algunas de estas influencias ambientales serán más
previsibles y por tanto más controlables que otras.

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Menos controlables y previsibles serán las reacciones de los individuos que
experimentan los cambios producidos por la influencia del medio. Ello se
debe a que inevitablemente quienes conforman una organización, disponen,
en tanto seres humanos, de variados sentimientos relacionados con su medio
cultural. Allí están sus valores, mitos, normas, prejuicios, creencias,
estereotipos, aspiraciones diversas, todo lo cual no permite una rápida
adaptación a los cambios que genera el medio ambiente organizacional y
que afectará, en diversos grados, a tres áreas específicas en la vida de la
organización: aquellas actividades orientadas a conseguir los objetivos
definidos, las que se ocupan de mantener el sistema interno de
funcionamiento y aquellas propias de la adaptación al medio, condición de
su propia sobrevivencia. Las diversas reacciones que tendrán las personas
constituirán, en gran parte, los outputs con que la organización responderá a
los inputs recibidos del medio

Por su parte la propia división del trabajo al interior de la organización, divide


ésta en subsistemas en interdependencia, relación que funda la unidad de la
organización, pero que no es sólo funcional sino también sicológica, pues al
margen de los grupos formales que se crean en la organización producto de
la división del trabajo, también existen los grupos informales que por cierto
también generan sistemas normativos, los cuales son impuestos por el grupo
para que sus miembros se conformen a sus contenidos. Sin embargo, la
conformidad no siempre es coercitiva, por ejemplo, en los casos cuando
dicha conformidad vehicula la pertenencia al grupo y produce por esta vía
un beneficio para el propio individuo. En este caso estimula una forma de
solidaridad “estratégica” - los miembros del grupo se defienden más
eficazmente contra las presiones de la organización- , “sicológica” - la
afiliación al grupo aporta cierta seguridad - o “cultural” - los miembros del
grupo acceden a un proceso de identidad similar -. (Petit, 1979).

2.4. El método: la investigación-acción.

Con frecuencia la sicosociología es definida en referencia a la sicología


social.8 El especialista privilegia el estudio de un sector particular, los grupos y
las interacciones entre las personas y los grupos y de éste con el medio. Se
interesa por los procesos de influencia, comunicación, cooperación,
dependencia, dominación, competición, integración o marginación y por el
cambio organizacional, es decir, las interacciones entre individuos, grupos y
organizaciones.

La praxis sicosociológica, aunque en una perspectiva un tanto filosófica, se


orienta a “permitir a las personas reconquistar aquello que les ha sido
escondido: la evaluación de sus actos, la comprensión del sistema

8 Esta última estudia el conjunto de interacciones entre el individuo y la sociedad o la cultura. Busca
saber cómo el sujeto puede influenciar la sociedad al mismo tiempo que es condicionado por ésta.
Establece lazos entre, por ejemplo, los sentimientos, actitudes, comportamientos y los conjuntos sociales
o colectivos que constituyen el medio de vida habitual. Se interesa por las relaciones entre los problemas
individuales y las conductas sociales

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económico y social, la cultura de la cual son protagonistas, el lenguaje del
cual son los enunciadores” (Amado, 1999). Ello supone concebir entonces la
intervención como una instancia donde el sujeto pueda expresar lo que le
interesa, experimentar el poder de su pensamiento. En otras palabras, el
método puede orientarse más bien a “deconstruir” la organización para, en
la comprensión subjetiva y real de su funcionamiento, empoderar al individuo
para su propio desarrollo.

Como método ella utiliza la investigación-acción, que es un modo de


intervención. En este caso pondremos el acento no tanto en los aspectos
terapéuticos o de intervención en los grupos, lo que puede ser motivo de un
trabajo posterior, sino más bien en un análisis teórico de ciertos fenómenos
sicosociales constitutivos de las organizaciones, donde se privilegia la relación
entre procesos sicológicos y sociales.

En esta perspectiva el trabajo en la organización consiste principalmente en


facilitar, por parte del especialista, la identificación grupal de las disfunciones
organizacionales y la realidad social que le afecta, provocar una
elucidación de los miedos y temores que subyacen en el grupo, identificar los
“imaginarios tramposos o engañosos”, en otras palabras, permitir la
transformación del grupo en actor social a partir de sus propias elaboraciones
colectivas, alternativas y críticas a las vividas en el momento
(Sainsaulieu, 1999).

Sin embargo, esta forma de intervenir en las organizaciones se enfrenta a una


realidad que le es propia y casi constitutiva de sí misma: el enquistado
convencimiento entre los grupos, del hecho que sin jerarquías más o menos
rígidas no es posible la existencia organizada.

Si bien este hecho puede parecer natural y consustancial a la vida


organizada de los grupos, es relevante constatar que, más allá de cumplir
una función representativa del orden imperante, las jerarquías a menudo
actúan como instancias de poder que refuerzan la desigualdad orgánica de
las diversas instancias de autoridad. En este caso podemos hablar de una
forma de “jerarquismo” donde la autoridad que comprende las diferencias
jerárquicas queda obscurecida por el ejercicio de un poder arbitrario,
amparado en el criterio jerárquico para legitimar la arbitrariedad de sus
actos.

En relación a lo anterior, el desafío para la intervención sicosociológica


radica en facilitar la ruptura de las estructuras y actitudes de dependencia y
del “goce” que puede encontrar el grupo en aquellas situaciones donde
prima el denominado “jerarquismo” y que sirven a la vez de sustento a la
arbitrariedad del uso del poder. De esta forma, la intervención no se refiere
solamente a la transformación de los individuos en actores, sino que critica al
mismo tiempo las formas nuevas del discurso totalitario que sostiene, por
ejemplo, la ideología del management moderno basado en la ética de la

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excelencia del “cada día más”, “cada día mejor”, “supera tus metas”,
supérate a ti mismo”.

La intervención busca estimular en los miembros del grupo nuevas formas de


representarse la realidad, más allá del discurso oficialista.

No obstante, “la” condición que no puede soslayar el análisis, consiste en


insertar la nueva mirada en la propia experiencia, es decir, nutrirse de las
experiencias vividas para comprender el contexto donde tiene lugar la
transformación deseada. Sin embargo, en situaciones difíciles y de gran
coerción institucionalizada, nuevas representaciones por ejemplo
concernientes a los contenidos del trabajo, tipos de roles dominantes, formas
de realización, etc., pueden construirse, aprovechando adecuadamente
significaciones impensadas o inesperadas, a través de diversas acciones.

Se trata del redescubrimiento de conocimientos que develan nuevos ángulos


o aspectos diferentes de situaciones conocidas. Es una acción que rompe
con lo que es normalmente previsible y que interrumpe inexorablemente el
curso automático de la vida cotidiana, de los pensamientos y
representaciones rutinarias (Manoukian, 1999)

La intervención de este estilo no desconoce problemas de operación


organizacional eficiente como por ejemplo la conciliación de autonomías
exacerbadas o cómo instalar/conciliar el desarrollo de sí mismo y la
solidaridad.9

El objeto de la sicosociología de las organizaciones no es sólo los pequeños


grupos, sino el análisis de los procesos de relaciones constitutivos de las
organizaciones, articulando los aspectos sicológicos (lo "vivido" o
experimentado por el sujeto con una mirada fenomenológica) y los
determinantes sociales. Desde esta perspectiva podemos entonces
comprender su enfoque como el análisis de las interacciones que establecen
los miembros de una empresa o una administración, en tanto éstas reflejan la
estructura económica de un tipo de sociedad o de un modo de producción.

No sólo se refiere a las estructuras económicas, sino también a aquellas


sociales, culturales y políticas, así como a aquellas de carácter sicológico de
los individuos que componen la organización.

9 Desde la perspectiva del desarrollo teórico de este tipo de encrucijada, una línea de investigación
sociológica (clínica) señala que la propia sociología del cambio debe aproximarse a la comprobación
síquica de la constitución social del sujeto. Sansaulieu precisa que por ejemplo la dinámica productora
de identidad laboral descansa sobre 4 supuestos legitimados en la organización laboral: posibilidad de
comprometerse ante un futuro profesional reconocido, participación en las perspectivas y riesgos
comerciales de la empresa o del servicio, afirmación de proyectos personales de promoción, defensa
de solidaridades colectivas concernientes al empleo. Ob.cit.-

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Se trata de mostrar cómo las acciones e interacciones que ocurren en una
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organización reflejan las estructuras sociales y sicológicas a la vez que las
crean o recrean.

En un movimiento dialéctico, por un lado la actividad humana está


determinada por la organización, por otra, ésta acción contribuye a
reproducir y / o a transformar la misma organización. Éste va y viene del
razonamiento que caracteriza a la sicosociología.

Así podemos comprender que ella tampoco se ocupa sólo de la gestión de


personal, al contrario, tiene por objeto todas las relaciones laborales (entre
colegas, entre jefe y subordinados, etc.). Sea cual sea la dimensión de la
organización (financiera, técnica, comercial, administrativa), intenta
estudiarlas en la situación social en la cual se insertan y no sólo bajo una
forma normativa o a partir de su aplicación efectiva. Se trata de explicar
porqué funcionan bien o mal, se trata de identificar "lo que ocurre" y no tanto
"lo que debiera ocurrir".

Por otra parte, como los individuos construyen relaciones e interacciones en


un contexto organizado, estas relaciones, sean funcionales (roles, funciones),
afectivas (cólera, alegría, simpatía) o de poder (dominación, persuasión,
manipulación), deben ser interpretadas como fenómenos producidos por
actores, pero en estrecha relación con los sistemas y estructuras que les
condicionan.

La distinción de lo sicológico y social en este enfoque no es una


diferenciación de objeto sino de perspectiva teórica, donde la
transversalidad de sus análisis expresa la unidad de las "formas sociales".11

De allí que la sicosociología analiza procesos organizacionales con una


perspectiva "interaccionista" (todo fenómeno es estudiado en referencia a
ciertas relaciones sociales). Así por ejemplo, el poder es entendido como una
"relación" y no algo que se tiene como el dinero o un auto.

Este análisis supone una mirada "dual": formas globales que determinan
procesos locales, pero que afirman la primacía del sujeto como el último y
principal responsable de la creación y funcionamiento de las organizaciones
sociales sea cual fuere su real dimensión.

10 Reflejar: esto quiere decir que los comportamientos, las relaciones, no se encuentran en un espacio vacío. Se
trata más bien de entidades constituidas al menos parcialmente por estructuras sociales y culturales.
11 La noción de transversalidad de los procesos sico-sociales expresa la unidad de las formas sociales
(individuo, grupo, organización, institución, estructura social, etc.), a través de funciones aparentemente
diferentes. Toda forma social posee una unidad, un carácter específico generado por su finalidad
(función). Pero la función específica no agota toda su finalidad pues esta es tributaria de otras formas
sociales y otras estructuras sociales en las cuales ella se inserta. Ej: la escuela, además de su función
educadora cumple también una función de reproducción social que no es explícita. (D. van den Hove.
Syllabus)

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Por su parte, en el análisis la variable temporal adquiere relevancia en la
medida que concentra en la “situación” de la interacción la relación con las
estructuras de la organización y luego estudia estas mismas en relación con la
estructura de la sociedad y las estructuras sicológicas de sus miembros.
Toda acción humana no es sólo una acción conciente y libre de una
persona, sino que de una persona en tanto hombre, mujer, director, obrero,
etc. En este sentido la interpretación sicosociológica es extensiva, es decir, se
12
refiere a cada entidad en tanto constituye un "sistema sico-socio-político"
articulando los diversos niveles y reforzándose mutuamente.

3. ARTICULACIÓN SICO-SOCIAL EN LA ORGANIZACIÓN

3.1. Afectividad en grupos y estructuras sociales.

Así como el marketing moderno puede transformar nuestros deseos y sueños


en necesidades imperiosas de satisfacción, las empresas, servicios y los
sistemas de administración más modernos transforman la "necesidad de
trabajar" en "deseo de hacer carrera". Lo que hasta hace un tiempo era una
coacción social (o el producto del sino inevitable: “ganarás el pan con el
sudor de tu frente”), se convierte en un deseo personal. ¿Cómo comprender
este proceso de transformación interno que lleva a los administradores o
ejecutivos a trabajar 70 horas por semana, sacrificando su vida entera?,
¿Cómo comprender que el interés por el trabajo, se transforme en verdadero
"amor" por la empresa?, (aunque, ¿será amor? ). Más bien parece tratarse de
una atadura profunda de la cual la persona no puede librarse, tal vez por
tratarse de una relación asimétrica pues aunque la organización se
represente bajo una forma "personalizada" por medio de expresiones como:
IBM “desea que”..., afirman sus ejecutivos o “ha decidido que...,” la
organización no ama, no tiene voluntad ni afectos, ni deseos, angustias o
esperanzas. Y sin embargo ella es "vivida" por los administradores o gerentes
modernos como si efectivamente dispusiera de vida propia.

La organización no es más que una "producción", capaz de "producir," pero


no sólo bienes. La diferencia radica en que la explicación de las leyes de
funcionamiento de un individuo, provienen de las ciencias del hombre;
mientras que las de la organización se encuentran en los objetivos
económicos, políticos, culturales, tecnológicos y jurídicos. Como toda
producción social, obedece a leyes que producen los hombres en sociedad,
que no son intangibles. Sin embargo, en tanto producción humana, la
organización contiene todas las características de lo humano. Existe así una
interpenetración fuerte entre el funcionamiento individual y el funcionamiento
organizacional .

12 Lo que diferencia estos diversos niveles son las distintas formas de ver u observar lo "real" para tratar
de comprender la realidad que es una y compleja.

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La perspectiva sistémica permite clarificar la relación individuo/organización,
definiéndola como la articulación entre un sistema síquico (fundado sobre el
deseo y la angustia) y un sistema de organización (fundado sobre la división
del trabajo y la producción de bienes y servicios). Ambos sistemas tienen su
lógica propia y son autónomos, pero al mismo tiempo se articulan uno sobre
el otro generando una reciprocidad de influencias.

Los estudios sobre este punto son abundantes. Podríamos decir incluso, que se
inician con Marx y su referencia a la relación entre el origen de la conciencia
del sujeto y el rol fundador que le asigna a las estructuras sociales respecto
de ella, siguiendo con la tradición construida por la sociología del
conocimiento de Mannheim, Gurvicht, Boudon, sólo por nombrar algunos.

Por su parte Freud (Psicología colectiva y análisis del Yo), elabora una
cadena conceptual que va del inconciente a lo social y de la organización
al aparato síquico. Las organizaciones como la Iglesia y el ejército, señala,
vehiculan modelos de identidad y objetos ideales a los cuales los individuos
se identifican, organizando su funcionamiento síquico según modalidades
particulares en congruencia con la organización a la cual pertenecen.

En una línea similar, Enríquez se pregunta: la organización ¿recluta individuos


que disponen de una siquis adaptada a su estilo y a su cultura o intenta
moldearlos para hacerlos interiorizar modelos precisos de conducta y
personalidad? (Enríquez, 1988) 13.

P. Bourdieu analiza también la relación entre las características de la


organización y los "hábitos" de los individuos que la componen (Bourdieu,
1989). A través de la noción de "hábitus" y de "incorporación" intenta explicar
las correspondencias entre estructuras sociales y mentales, es decir, los
principios de ajuste entre "las estructuras objetivas" y los "esquemas de
percepción, apreciación y acción que los agentes utilizan en sus juicios y
prácticas". Es a través de estos mecanismos de ajuste permanente que se
establecen los lazos entre individuo y sistema institucional .

Para Bourdieu estos mecanismos de ajuste operarían cuando el poder de la


organización es ejercido donde las estructuras mentales están objetivamente
de acuerdo con las estructuras sociales, cuando se establece una suerte de
"coincidencia", que Bourdieu denomina "acuerdo" entre ambas realidades.

13 Para responder a esta pregunta, Enríquez relaciona 4 estructuras de funcionamiento de


organizaciones (carismática, burocrática, cooperativa y tecnocrática) con estructuras de la
personalidad. Las personalidades "megalómanas" serán más numerosas en estructuras carismáticas
caracterizadas por la dominación y el servicio voluntario. El individuo "en retirada, de tendencia
esquizoide", se verá más adaptado a las estructuras burocráticas, que exigen de cada uno replegarse
sobre un horizonte limitado y un universo formal. El "manipulador de tendencia perversa" (y su opuesto el
atomizado, el de tendencia rebelde), se sienten cómodos en estructuras tecnocráticas dominadas por el
cálculo, la rentabilidad y economicismo. La estructura estratégica de gerencia participativa que
requiere individuos que se sientan sujetos de su destino y creadores de historia, con rasgos de "héroes" y
aptos a comportarse como tales.

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


17
Este "acuerdo" lleva a los individuos a invertir y defender intereses que son la
expresión de la dominación simbólica que se ejerce sobre ellos, es decir,
sobre su inconciente, a partir del efecto de "homología" que les une a las
estructuras del espacio social.

Para conseguir adaptar el modo de funcionamiento de los individuos a las


exigencias de la organización (haciéndolos útiles, dóciles y productivos), es
necesario formarlos. Las reglas, procedimientos y el empleo del tiempo,
tienen por objetivo actuar sobre las estructuras mentales. Más que inculcar
saberes o modos de hacer propios de la organización (por ej. cómo fabricar
un producto), se busca la adaptación sicológica del sujeto a través de la
implementación de las "condiciones organizacionales", mecanismos que
como los reglamentos, normas y métodos, permiten la internalización por
parte del sujeto, de las estructuras sociales de la organización.

Para conseguir adaptar el modo de funcionamiento de los individuos a las


exigencias de la organización (haciéndolos útiles, dóciles y productivos), es
necesario formarlos. Las reglas, procedimientos y el empleo del tiempo,
tienen por objetivo actuar sobre las estructuras mentales. Más que inculcar
saberes o modos de hacer propios de la organización (por ej. cómo fabricar
un producto), se busca la adaptación sicológica del sujeto a través de la
implementación de las "condiciones organizacionales", mecanismos que
como los reglamentos, normas y métodos, permiten la internalización por
parte del sujeto, de las estructuras sociales de la organización.

Para Bourdieu el sujeto es un actor del proceso, cuya acción está


sobredeterminada por las fuerzas estructurantes del campo social donde éste
actúa. Su acción es interpretada y analizada como la acción de un sujeto
de "responsabilidad dominada" por la lógica organizacional y por los intereses
de aquellos que la controlan. Su estructura mental es una estructura social
incorporada.14

Un concepto vecino, el de "estructuras de solicitación" de Michelle Huguet


explica la relación entre afecto (placer o desplacer) y un contexto social.
Para salir del enclaustramiento de la causalidad sicológica o social, ella
propone atender a las mediaciones que organizan, en el sujeto, su relación
con el medio social (Huguett, 1983). Esta noción concierne las prácticas y
representaciones sociales, individuales y colectivas, la experiencia vivida y las
manifestaciones sicológicas y afectivas unidas a éstas, lo que permite
comprender cómo se engancha lo pulsional y lo social.

14 Bourdieu sin embargo no analiza los mecanismos que permiten dar cuenta de la incorporación de los
"hábitus". El postula la correspondencia de las estructuras mentales con las sociales sin explicar cómo se
produce esta correspondencia. En realidad para Bourdieu lo mental es sinónimo de "social interiorizado",
donde el inconciente viene a ser producto de las estructuras sociales. Así su tesis se desarrolla en un
sentido único: los individuos actúan desde el interior a partir de lo que es exterior.
La debilidad de esta tesis radica en considerar las estructuras mentales como una caja negra donde
vienen a imprimirse las marcas de la estructura social. En síntesis, lo mental no es en sí mismo una
estructura, es sólo un inconciente "fláxido, blando" orquestado desde el exterior.

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18
Sartre ya había hecho referencia a esto, al afirmar que "no hay un deseo de
ser sin un deseo de una manera de ser"(Sastre, 1975).

Las "maneras" son prácticas, hábitos, formas de hacer, que canalizan el


deseo sobre los objetos. El sistema de objetos y el sistema de pulsiones se
unen según leyes que no dejan nada al azar. Por ej. no se puede comprender
la vocación (=llamado) o las aspiraciones de un sujeto, sin comprender "por
qué" cosa es llamado o atraído.

En el deseo, el funcionamiento síquico está siendo siempre "solicitado". Así, las


estructuras "de solicitación" permiten poner al día lo que en un contexto
social dado, determina las modalidades según las cuales el sujeto, a partir de
su propia historia, entra en relación con su medio. (Huguett, 1983).

Elliot Jacques ha trabajado una hipótesis según la cual, uno de los elementos
primarios de cohesión que une a los individuos en las asociaciones humanas
institucionalizadas, es la defensa contra la ansiedad sicótica (Jacques, 1979).
Los individuos proyectan al exterior las pulsiones y los objetos que les
producen angustia y los ponen en común en las instituciones donde ellos se
asocian. El argumento consiste en sostener que las pulsiones síquicas son a
menudo proyectadas sobre un subordinado, considerado así como la fuente
de todos los males. Este mecanismo responde por una parte a una necesidad
síquica (defenderse de angustias) y a una necesidad funcional (el respeto de
la autoridad) . 15

Dos mecanismos que en particular permiten comprender la articulación entre


proceso social (respecto a la autoridad) y síquico (defensa contra la
angustia), son:

1) los mecanismos síquicos movilizados son los mismos para la mayoría de


los miembros de la organización, pues cualquiera puede sentirse
amenazado por el superior. Frente a la amenaza latente o manifiesta,
el modo de defensa más común es la proyección hacia el exterior. Así,
la angustia y el modo de defensa frente a ella es compartido y vivido
en común. Es entonces el carácter colectivo de este funcionamiento
síquico individual lo que se constituye en sistema.

2) El modo de funcionamiento producido por estos procesos síquicos es


institucionalizado a través de reglas y normas, lo que transforma este
proceso en elemento de funcionamiento organizacional.

Para C. Dejours los trabajadores elaboran "procedimientos defensivos" para


enfrentar el sufrimiento que encuentran en el trabajo. Estas defensas les
permiten resistir síquicamente a las consecuencias del miedo, del
aburrimiento, del estrés. Pero estas defensas pueden también ser el objeto de
una explotación por la organización del trabajo:

15 Una crítica a esta teoría se puede consultar en: Pagès, M. “La vie affective des groupes.”ob. cit. p.422.

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


19
la ansiedad puede ser usada concientemente por la dirección para hacer
presión sobre los obreros, para controlarlos y hacerlos trabajar .16

Estas reacciones defensivas son colectivas, no porque sean la suma de


mecanismos de defensa individual, sino porque constituyen un sistema. Las
colectividades se construyen a partir de defensas contra el sufrimiento
común, al punto de crear sistemas defensivos específicos del orden colectivo,
no asimilables a lo que conocemos como defensa en el orden mental
individual de Dejours.

3.2. La concepción de la organización como sistema socio-mental.

A menudo, en las organizaciones laborales modernas escuchamos


expresiones como: "Amo y odio mi empresa", o "sé que soy explotado pero,
de manera agradable". ¿Cómo es que la organización provoca esta
contradicción? y ¿de qué manera evita que explote como conflicto? Esto
opera a través de tres procesos fundamentales enumerados a continuación:

1) Mediación17: La organización se ve enfrentada al dilema de transformar


las coacciones propias de su funcionamiento en ventajas para el
sujeto. Estas coacciones que le permiten integrarse a la organización,
operan a la vez como instrumentos de dominación del servicio. La
legitimación indirecta de la situación aparece en tanto la dominación
es percibida como expresión del sistema económico que afecta a los
trabajadores en general. Las ventajas en cambio, funcionan como un
sistema mediador que se interpone entre los objetivos dominantes de la
organización y la percepción de las coacciones por los trabajadores,
las que podrían conducirlos a la confrontación.

2) Introyección18 de contradicciones: La contradicción es interna a la


organización pero externa al sujeto. Se mantiene a menudo
inconciente. La transformación de la contradicción continúa por medio

16 Ej. el caso de las telefonistas muestra como la tensión permanente por las reclamaciones, la vigilancia
disciplinaria, la inercia de las tareas a realizar, su repetición, son transformadas en fuerza productiva. Las
frustraciones y provocaciones antes citadas acumulan sus efectos suscitando una agresividad
reaccional. Para evitar que esta se vuelva contra sí misma, la telefonista canaliza esta energía en su
trabajo, haciéndolo más rápido, lo que conduce a aumentar la productividad. El sufrimiento síquico así
no es sólo una consecuencia de las malas condiciones de trabajo sino también puede ser un instrumento
para conseguir trabajo. Lo que es explotado por la organización del trabajo (Travail et usure mental: pp.
105-107), no es el sufrimiento mismo, sino más bien los mecanismos de defensa desplegados para hacer
frente al sufrimiento.
17 Mediación, desplazamiento y transformación de contradicciones y la organización como mediación, pueden
verse en Pagès, M y otros. “L'emprise de l'organisation”. P.U.F. Paris, 1979 pp.26 y sgts.
18 Desde una perspectiva sicoanalítica, ésta designa un proceso inconciente por el cual los elementos
del mundo exterior se hacen parte integrante de la siquis individual pero permanecen inconcientes y por
tanto resulta imposible trabajar sobre los conflictos que estos pueden provocar. La interiorización en
cambio es un proceso de asimilación y trabajo a través de la toma de conciencia de procesos
inconcientes, que permiten al sujeto por tanto llegar a una síntesis personal o a un cierto control de las
contradicciones que ella puede contener.

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20
de la introyección por el individuo, de las contradicciones de la política
de la organización.19

3) Consolidación ideológica: La producción por parte de la organización


de una ideología de "los grandes principios", ofrece una fuente
suplementaria de satisfacción al individuo, en la medida que le brinda
un valor o reconocimiento a su experiencia. Adherir a ellos y de esta
forma "integrarse" a la organización, provoca la adhesión a un sistema
de valores más o menos conciente, a una filosofía que fusiona las
energías y lleva a los individuos a dedicarse "en cuerpo y alma" a la
empresa. (Enríquez, 1927) 20

En este sentido, el efecto ideológico no sólo oculta los mecanismos de


dominación que la fundan, sino que propone un sistema de creencias, una
moral de la acción que facilita la adhesión de los empleados. 21

Van den Hove explica esta relación socio-sicológica como "una articulación
entre procesos de mediación, a nivel sociológico del poder (la organización y
sus imperativos de logros), y de procesos de defensa, a nivel de los conflictos

19 Una expresión de estas contradicciones introyectadas por el sujeto consiste en aquellas lógicas
empresariales que exigen del sujeto creatividad y autonomía pero que por otra parte le mantienen
dependiente y conforme a un conjunto de reglas. Se busca promover el desarrollo personal junto a la
mantención de una instrumentalización de la persona. Esto último puede constatarse en los nuevos
sistemas de remuneraciones individualizados que difunden la idea de la "gestión de la propia carrera"
por parte del sujeto, pero que al poner el acento en indicadores individuales de performance, por una
parte quiebran la solidaridad del sujeto con el resto de la colectividad y por otra funcionalizan la
productividad del sujeto respecto de los intereses de la empresa. Aubert, N. y otros. “Les jeux du pouvoir
et de désir dans l'entreprise.”. ob. cit. pp. 301 y sgts.
20 En este aspecto Enríquez se refiere a la consolidación de la ideología como la "institucionalización
de la relación de sumisión", el super yo organizacional (sistema de valores y prohibiciones) se transforma
en el super yo del conjunto de los actores sociales.
21 De partida la empresa se presenta como una realidad trascendente a sus miembros, fundada en una
ética susceptible de ser considerada objeto de culto. Algunos elementos que contribuyen a la
sacralización de este mundo profano son: 1) la fe: la empresa no sólo ofrece satisfacciones materiales
(premios, etc.) sino también satisfacciones incluso espirituales ("estoy orgulloso de los grandes principios
de esta empresa, apenas escuché sus principios sentí internamente algo formidable"). Se trata a la vez
de un lenguaje propio de la empresa lo que refuerza la cohesión y los modelos de conducta. Si el sujeto
se siente cómodo dentro de estos principios y modos de acción es que a la vez ellos le aportan un
sentido a su existencia ya que el sujeto no puede adherir a un sistema de creencias si éste no es
coherente con su experiencia propia pues ello le permite valorizarla. Aparece también una cierta
mística del jefe: "es aquel que acepta consagrarse por entero a la organización". A los valores
tradicionales como el sentido del sacrificio, el respeto del individuo se agregan otros contradictorios
como el espíritu de competencia, la eficacia y el individualismo. 2) Los mandamientos: desarrollar una
gerencia inteligente, agresiva. Servir a los clientes eficazmente, suscitar agrado entre los empleados,
reconocer el deber de otorgar a los accionistas un justo beneficio. Nada se dice sobre estrategias de
dominación, eliminación de la competencia, sobre los medios para hacer dependientes a los clientes,
sobre los contratos impuestos al personal. Una frase típica:"el capital que nos han entregado (los
accionistas) ha creado nuestros empleos y ha generado nuestras oportunidades. Ellos han confiado a
nuestra gestión sus bienes y por tanto debemos justificar esta confianza". 3) Evangelización: esta
verdadera "religión" es inculcada a través de diversos medios; entrevistas y evaluación, jornadas de
formación, reuniones internacionales, notas técnicas sobre la superioridad de la empresa o sobre su
fuerza y generosidad. Podría llegar a construirse incluso una similitud entre los mecanismos de
inculcación ideológica y los ritos religiosos. Confesión = entrevistas y evaluación / misa = reuniones /
bautismo = procedimiento de ingreso / catecismo = formación / liturgia = reglas / derecho canónico =
manuales.

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21
sicológicos inconcientes" (fantasmas de destrucción, impotencia u
omnipotencia y salvación). 22
Los roles y los aparatos de poder se instalan en el punto de encuentro o de
articulación entre estos dos procesos, cumpliendo una doble función
sociológica y sicológica a la vez: funcionan como objetos síquicos
adoptados de manera inconciente, sirviendo como base de la producción
imaginaria defensiva y como objetos sociales, productos de la mediación en
el campo de las contradicciones sociales. Ambos procesos pueden encontrar
un punto de unión en el interés compartido de evitar los conflictos: por un
lado los conflictos externos de poder, en el caso de la mediación y de los
conflictos sicológicos internos, en el caso de las defensas.23

En otros términos: a) no son roles abstractos e intemporales aquellos asumidos


inconcientemente por los actores, sino roles ya estructurados socialmente,
deudores de una historia social, que tienen una función mediadora de las
contradicciones sociales, b) inversamente, no hay dominación social que no
se apoye sobre sistemas de defensa (sicológicos) inconcientes.

3.3. El sistema síquico organizacional. (SSO)

Este sistema reúne en un todo coherente los procesos que ligan, por una
parte, el aparato síquico de los individuos que componen una organización y
por otra, los dispositivos, políticas y procedimientos que utiliza la organización
para alcanzar sus objetivos. Aquí estamos en la articulación de dos niveles
diferentes de la realidad.

Si bien el funcionamiento síquico obedece a leyes propias que la sicología


trata de elucidar, este aparato no está cerrado en sí mismo, es un sistema
dinámico, abierto, en relación constante con el cuerpo (biología) y el medio
(sociología, economía).
De la misma forma, las organizaciones son elementos de la realidad social
con sus propias leyes de funcionamiento, no obstante, una vez transformados
en sistemas, los mecanismos que regulan sus relaciones tienen una
correspondencia con elementos de naturaleza diferentes que influyen en
individuos y grupos, como son los factores económicos, culturales y
sicológicos entre otros.

Las organizaciones como señalaba Enríquez, requieren de un tipo de


personalidad adaptada y/o adaptable a sus requerimientos. Pero esto no
ocurre en un sentido único, pues los individuos también buscan adaptar las

22 Syllabus; T 2, V.56.
23 No se trata de negar la especificidad y autonomía relativa de cada una de estas esferas, sino de
sostener que no pueden funcionar más que en correspondencia, es decir: a) que toda relación a un
objeto inconciente tiene una significación sociológica, una "función de poder", e inversamente, b) que
toda relación de poder tiene una función sicológica de defensa para los actores.

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22
empresas a sus propios deseos, tratan de producir organizaciones que
satisfagan sus exigencias concientes e inconcientes.
Esta capacidad de intervenir en la organización depende por cierto de la
posición del sujeto en su interior.

Dado que son los directivos los que tienen más posibilidades de "invertir" en la
organización, en ellos la movilización síquica es más intensa. Así las
organizaciones producen las personalidades que necesitan y los individuos
moldean las organizaciones para adaptarlas a sus necesidades.

El modo de funcionamiento organizacional y el modo de funcionamiento


síquico son objeto de un apuntalamiento recíproco, de una
complementariedad dinámica.

Se organizan según el principio de "causalidad circular": cada elemento


contribuye a interactuar con los otros, lo que tiene por efecto sus propias
modificaciones en el sentido de una correspondencia mutua y de producir
lazos estables, múltiples y homogéneos entre ellos.

Esta estructura intermediaria, transicional, ni puramente sicológica ni


puramente organizacional, constituye el "sistema síquico organizacional". Es
una producción sicológica, abierta al exterior que regula las relaciones entre
el sujeto y su medio. No es producido solamente por el individuo, es también
emanación de la organización. Es un sistema co-construido, individual y
colectivo a la vez.

La noción de sistema da cuenta del hecho que está compuesto de


elementos de naturaleza diferente, pero ligados entre sí. Es co-construido en
la medida que es "producto" de un modo de funcionamiento organizacional
(concebido en función de necesidades económicas, tecnológicas, culturales,
sociales) y por otra parte, es también el producto de un modo de
funcionamiento síquico generado por la historia sicosexual y sicosocial del
sujeto.

Un sistema colectivo, en la medida que es la expresión de un modo de


funcionamiento sicológico compartido por un conjunto de individuos. Una vez
instalado, el sistema deviene parcialmente autónomo en relación a los
individuos que han participado en su gestación. De sistema "producido" pasa
a ser "productor".

Esta noción permite salir del razonamiento sicoanalítico que lleva a veces a
hablar de super yo organizacional o de inconciente institucional. La
organización no es ni una persona ni un sujeto, no tiene por tanto
inconciente, ni voluntad, ni racionalidad, debe ser considerada como
"objeto". Sin embargo, en tanto producción social es objeto de elecciones y
formas de actuar individuales y colectivas.

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23
Según Freud, toda función síquica se desarrolla a partir de una función
corporal (causalidad biológica), de la cual el sistema síquico se va
distanciando paulatinamente.
Este proceso se efectúa también acompañado de intercambios con otros
(identificaciones, relaciones objetales, relaciones edipianas, etc.), todo lo
cual conduce a las diferentes funciones síquicas a apoyarse sobre el sistema
sico-familiar en el cual el niño crece. Luego éste será reemplazado por los
diversos objetos de amor y sociales en los cuales el sujeto "invierte" su
personalidad.

Cada una de estas etapas es diferente pero se encuentran interrelacionadas,


pues las precedentes van influyendo y predeterminando las siguientes.
Sobre este modelo se efectúa la "inversión" en las organizaciones
profesionales que constituyen, para muchos individuos, un lugar privilegiado
de inversión, sustituyendo por ejemplo al marco familiar.

El aparato síquico entonces se construye sobre un eje diacrónico: cada


etapa va reformulando la anterior y determinando la siguiente
Pero también sobre un eje sincrónico: este aparato es un sistema abierto,
influido por el medio y las modificaciones del contexto.
Así, las diversas organizaciones que el individuo atraviesa en su vida van
reclamando de él un cierto tipo de funcionamiento, influyendo a la vez su
propio aparato síquico.24 En este proceso de ajuste entre dicho aparato y el
funcionamiento de la organización interviene el SSO ubicado en el cruce
entre dos movimientos:

1) representa lo que es común al conjunto de los aparatos síquicos


individuales, es una "producción síquica colectiva";

2) es parte del funcionamiento de la organización y se impone a los


individuos que la componen obligándoles a comportarse de una cierta
manera. En este sentido es una "producción organizacional".

Este doble movimiento constituye un sistema, a partir del momento en que los
elementos se interrelacionan unos con otros de manera permanente y
estable25 lo que genera algunas consecuencias:

a) el sistema adquiere "autonomía" en relación a la organización y


los individuos,26

24 Según la personalidad del individuo (la manera como se ha constituido su aparato síquico), estará
más o menos preparado, programado, atraído por tal o cual organización.
25 Aquí encontramos el principio de "homeostasis" según el cual todo sistema busca mantenerse
poniendo en acción procesos de regulación para resistir a los elementos que perturban su equilibrio. Una
vez instalado, el sistema produce diferentes elementos que aseguran su consolidación.
26 Por ej. ello se constata cuando una organización se transforma producto de nuevas tecnologías o por
una fusión con otra similar y los operarios se ven desorientados entre el antiguo y nuevo modo de
funcionamiento.

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24
b) los recientemente integrados son conducidos a adecuar su
funcionamiento personal al SSO, (adecuación a valores, reglas,
normas institucionalizadas),

c) producido por la organización y los individuos que la componen,


el SSO deviene productor de lo que lo ha producido, según el
principio de la causalidad recursiva: modela el funcionamiento
síquico de los agentes e influye en el modo de funcionamiento
de la organización. 27

3.4. Un modelo de aplicación: el administrador moderno

Examinemos un modelo de sistema síquico organizacional, como puede ser el


del manager o administrador moderno.

Algunas características principales de éste son: una moral dominada por el


orgullo, confianza en sí mismo y una agresividad controlada, dificultad para
hablar de sí mismo, expresar sus emociones o evocar debilidades, búsqueda
de la perfección, disposición a mostrar la fuerza, un ideal de omnipotencia,
sentimiento elitista asociado a una condescendencia por aquellos que no
participan en la carrera por el poder, interés por resolver problemas
complejos, gran dinamismo, activismo ardiente y permanente, exclusión de la
duda y la ambivalencia.

Estos rasgos pertenecen al "tipo ideal" buscado por las empresas modernas,
cuyos rasgos predominantes podemos caracterizar como: una organización
que propone una imagen de sí misma como "todopoderosa" (IBM, XEROX,
TEXACO, SHELL), de perfección y expansión constante, rigurosa selección
para ingresar, evaluación personalizada, gratificaciones significativas,
competencia permanente, presión de trabajo, exigencia de "siempre más".

Veamos entonces el encadenamiento entre el nivel síquico inconciente


(deseos y angustias individuales, eros y tanatos freudianos), el nivel del
sistema síquico organizacional (conductas defensivas y adaptadas a las
necesidades de la organización) y el de las conductas socializadas
(comportamiento como manager, ingeniero, directivo, técnico).

El encadenamiento se construye por un efecto de espiral que parte de un


nivel básico, el deseo y el sufrimiento síquico ligado a la historia personal del
sujeto, captado por las imágenes organizacionales "fantasmas"
(omnipotencia, éxito) y luego enviadas a la imagen de "manager" en
términos profesionales.

27 Es la existencia de uno solo que permite comprender las resistencias a los cambios incluso cuando las
transformaciones parecen objetivamente favorecer los intereses del personal. Toda modificación del
sistema no pone en cuestión solamente los procedimientos y modos de organización del trabajo. Ella
necesita una adaptación sicológica que agrede el equilibrio síquico que los individuos han aprendido a
encontrar en el modo de funcionamiento anterior.

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25
El proceso continúa cuando éste elige y actúa en función de dispositivos
propuestos por la organización, a fin de reducir la angustia o satisfacer sus
deseos. El trabajo y las exigencias de la organización se transforman en una
necesidad sicológica (De Gaulegac, 1991).

La empresa pone al manager en una situación de ansiedad permanente,


ofreciéndole los medios para combatirla a través de los modos de
funcionamiento, útiles para la organización y defensivos para el sujeto. Esta
tensión provoca excitación y la búsqueda del placer intenso. Cuando la
excitación no está presente existe el riesgo de que reaparezca la angustia28.

Para luchar contra este riesgo el gerente se compromete totalmente con su


trabajo, en la competencia, en la acción. El trabajo se transforma así en una
necesidad síquica.

De esta manera el "deseo narcisista" de sentirse "todopoderoso" es canalizado


por el proceso de la carrera, donde los dispositivos de evaluación, de
performance, se transforman en "deseos de promoción".

De la misma manera, el "ideal de perfección" del sujeto se proyecta sobre la


empresa transformado en "exigencias de éxito", medidas evaluadas
esencialmente en términos financieros.

Finalmente la tensión permanente a la que se ve sometido el directivo,


provoca una "agresividad reactiva" que se transforma en "energía
productiva" orientada hacia objetivos casi siempre financieros o comerciales.
El gerente encuentra en la empresa los mecanismos para ganar y el miedo
de perder.

La eficacia de estos mecanismos radica en el hecho que ellos suscitan en el


individuo la creatividad, la autonomía, la invención, la liberación de energías,
lo que le permite a su vez obtener rentabilidad del sistema, el directivo se
siente realizado (o recompensado en el plano sicológico) y en el plano
profesional puede realizar su carrera.

Antes de entrar incluso a la empresa, ésta cuida de presentarse al sujeto (por


medio de la publicidad o prestigio de la misma) como un conjunto magnífico,
reservado a una "elite".

Al momento que el gerente es contratado, se siente considerado como un


"elegido" formando parte de esta elite. Reconoce(=agradece a nivel

28 Decimos que esta angustia puede reaparecer porque ella ya ha existido desde la primera infancia
cuando el niño siente el miedo de perder a la madre que constituye todo para él. Existen dos elementos
en la base de esta angustia en el niño: una total dependencia respecto de la madre y por otra parte la
fuerza, la potencia desmesurada de la madre que representa por ella misma todo el universo del niño.

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


26
sicológico) a la empresa este acto (de amor) que reconforta su narcisismo,
permitiéndole sentirse valorizado .29

Así estará dispuesto a poner todas sus capacidades a la disposición de


quienes le brindan este "servicio". Las exigencias crecientes por ej. no son
percibidas como coacciones o presiones, sino como fuentes de placer, pues
las satisfacciones aportadas son vitales para conservar su imagen
“todopoderosa”. Por esta vía entonces, la organización se incrusta en la siquis
del sujeto en un lugar tan privilegiado como el de la familia.

En las organizaciones más tradicionales, el individuo está permanentemente


confrontado a un cierto antagonismo entre su interés personal y aquellos de
la empresa, no existe el sentimiento de trabajar para sí mismo, sino de estar
obligado a hacerlo y de someterse a exigencias que le son exteriores. En el
sistema managerial moderno por el contrario, el gerente no tiene el
sentimiento de una oposición entre su interés y el de la organización. Al
contrario, él trabaja para sí mismo, se vive como su propio patrón. La frontera
entre lo interno y lo externo se hace muy débil, tenue, casi inexistente. El
management (la gerencia) como conjunto de tecnologías organizacionales
es asimilado por el gerente y a la inversa, el imaginario del manager es
puesto en escena por la organización.30

29 Hay allí un "contrato narcisista", por el cual el sujeto compromete su libido narcisista en un conjunto
del cual forma parte y que le ofrece reconocimiento e idealización. Castoriadis, P. “La Violence de
l'interpretation”. Paris. P.U.F. Este contrato aporta al sujeto una identidad valorizada, una legitimidad
exterior a su desarrollo narcisista y garantiza a la organización una fuerte relación y gran compromiso del
sujeto. En la medida que la empresa tiene necesidad del sujeto y que éste responde a ella como lo
espera, los dispositivos organizacionales alimentan el funcionamiento del sistema y las dos partes se
muestran satisfechas. Si uno de estos elementos (a menudo el individuo) varía en su compromiso o en su
identificación con el otro, el equilibrio se rompe. Ello ocurre por ej. frente a cambios de funciones que no
satisfagan al sujeto o una promoción de un colega cuando se esperaba la propia. El manager podrá
buscar en otra empresa la reconstrucción de los lazos afectivos destruidos. En otros casos el sujeto no
logra "retirar" todo el compromiso libidinal (en términos freudianos cuando se refiere al compromiso
amoroso) que le retiene al objeto. Es el caso de antiguos directores con mucho tiempo en la empresa que no
logran una reintegración profesional pues les resulta imposible desatarse de la anterior.
30 El imaginario se construye en el trabajo que conduce al niño a reconocerse en la imagen que le
devuelve el espejo y simultáneamente a reconocerse en la imagen del otro, por tanto, puede diferenciar
entre realidad (mi figura frente al espejo) y lo imaginario (la imagen del espejo).
El manager se encuentra en una relación dual, en un “face á face” frente a la organización que le envía
una imagen de excelencia, de todopoderoso, de perfección, de juventud, de riqueza, de expansión..., él
es verdaderamente captado o cautivado por esta imagen, en la cual, como Narciso, puede fundirse,
perderse, no distingue claramente el límite entre lo real y lo imaginario, entre el YO y la organización,
entre el interior y el exterior.

Documento de Trabajo N ° 7- Abril 2006


27
4. A MODO DE CONCLUSIONES.

Al escribir estas páginas, hemos querido poner a disposición de un cierto


grupo de interesados en la materia, una corriente de análisis organizacional
que escapa a los enfoques tradicionales conocidos hasta ahora,
principalmente enmarcados en las corrientes racionalistas taylorianas y
aquellas generadas por el pensamiento de las relaciones humanas.
Poner el énfasis en el funcionamiento síquico de la persona y cómo éste se
va conformando a partir del mensaje del entorno laboral y socio-cultural en
que tiene lugar, sin duda que reviste una complejidad significativa. Es ni más
ni menos que poner en relación la interacción individuo-sociedad o sistema
síquico e influencia social.

Al respecto Durkheim señalaba que “toda explicación sicológica de los


fenómeno sociales es falsa” lo cual sin duda debe ser matizado, pues si bien
podemos aceptar que los hechos sociales tienen leyes propias,
independientes del funcionamiento sicológico individual, no se puede excluir
que estos fenómenos tengan una dimensión sicológica.

Sin querer profundizar en esta oportunidad en esta materia, que por cierto
puede bien justificar una tesis doctoral, lo que sí podemos reconocer es que
entre ellos hay una influencia recíproca. De la misma forma como por
ejemplo en el caso del lenguaje, las cuerdas vocales (aparato biológico)
condicionan las posibilidades de la comunicación, la cultura a través de las
palabras y sus significados condiciona el sistema síquico de la persona,
permite que lo captado por los sentidos y procesado por las formas de
pensamiento, puedan ser lenguajeadas, comunicadas y comprendidas por
los demás.

Por cierto, esto último reviste y requiere un tratamiento exhaustivo del cual y
sin ánimo de pretender haberlo zanjado, hemos querido avanzar en algunas
de sus características o posibles formas de funcionamiento, a través de la
relación que mostramos entre individuo, organización síquica/laboral y
contexto socio-cultural donde opera.

En un número posterior de estos documentos, mostraremos algunos ensayos


de aplicación de esta perspectiva analítica, en modelos de estructuración
organizacional como el caso de la burocracia o de posibles patologías como
el estrés profesional o del trabajo.

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