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Homeopatía y su posología

Homeópatas pluralistas
En general e históricamente, los médicos homeópatas pluralistas (aquellos que
utilizan más de un remedio a la vez para tratar a un paciente), han utilizado los
gránulos impregnados con diluciones hahnemannianas o centesimales
hahnemannianas, que van de la 4CH (centesimal hahnemanniana) a la 200CH,
pasando por la 5CH, 7CH, 9CH, 15CH y 30CH.

Las diluciones 4, 5, 7 y 9 serían consideradas diluciones bajas, la dilución 15


media, y las diluciones 30 y 200 altas. Aunque también esto que acabo de decir
puede ser motivo de discusión!

Homeópatas unicistas
Los médicos homeópatas unicistas (aquellos que utilizan solamente un remedio
cada vez para tratar al paciente) suelen utilizar los gránulos impregnados con
diluciones korsakovianas o centesimales korsakovianas. Estas diluciones
empiezan normalmente en la 30K y la 200K (diluciones bajas-medias), siguen con
la 1000K y 10.000K (diluciones medias-altas), y acaban con las 50.000K y 100.000
(diluciones altas).

Intentar explicar para que se utilizan cada una de ellas todavía puede resultar más
como meterse en camisa de once varas.

Diluciones bajas
Las diluciones bajas pueden utilizarse para tratar síntomas concretos de una
enfermedad o síndromes menores, o para tener en el botiquín de urgencias para
un problema agudo. En general se toman 5 gránulos tres o cuatro veces al día.

En su caso pueden pautarse desde 5 gránulos cada 15 o 30 minutos a 5 gránulos


cada hora o cada 2 horas, e ir espaciando las tomas hasta 3 o 4 al día según la
evolución de los síntomas. Estaríamos pensando por ejemplo en el caso de una
diarrea (Arsenicum), una contusión (Arnica), una tos (Drosera)…

Diluciones medias
Las diluciones medias ya no serían para problemas agudos sino que se utilizarían
para tratar determinados síntomas de la enfermedad cuya presencia es más
estable. Por ejemplo acidez (Nux vómica), mucosidad (Sulfur iodatum), inflamación
(Bryonia)… En general se tomarían 5 gránulos de una a tres veces al día.

Diluciones altas
Las diluciones altas se suelen reservar para el tratamiento de fondo de la persona,
aquel que cubre el “tipo sensible” o “modo reaccional” del enfermo ante la
patología que sufre. Podríamos pensar en una depresión (Sepia, Natrum
muriaticum…), ansiedad (Ignatia, Argentum nitricum…). Se toman normalmente
desde una vez al día hasta una vez a la semana o al mes.
También se reservan las diluciones altas cuando los síntomas de la enfermedad
que queremos tratar están referidos a la esfera psíquica del paciente (miedo a la
muerte: Aconitum, deseo de venganza: Lachesis…). También cuando siendo un
síntoma concreto que afecta a un órgano o miembro del cuerpo muy determinado,
el remedio que vamos a utilizar tiene una gran afinidad por el mismo (espolón del
calcáneo: Hekla lava).

No nos debe extrañar


Seguro que cualquier médico con el que habléis os lo explicara de otra forma. Y es
que en posología homeopática cada maestrillo tiene su librillo, y esto no nos debe
extrañar en absoluto. La Homeopatía es una terapia más energética (física) que no
química. Nos interesa estimular la capacidad de reacción del organismo ante la
enfermedad y en este sentido o hay reacción (medicamento bien indicado) o no
hay reacción (medicamento mal indicado).

Es una terapéutica cualitativa más que cuantitativa. Es por ello que a veces el
tema de las diluciones y la posología es lo de menos. Cualquier homeópata, de la
adscripción que sea (unicista, pluralista, complejista…) en un caso de urgencia se
las apañaría con cualquier dilución que encontrara del remedio que estuviera
necesitando en ese momento. De esto si que no hay duda!

Suavemente
Evidentemente a veces cuando un remedio bien indicado parece no funcionar, el
sabio manejo de la posología por parte del médico puede solucionar la situación.
En otros casos puede graduar la intensidad de los síntomas y conducir
suavemente al enfermo hacia la curación, sin agravaciones ni sobresaltos.

Luchas intestinas
En algunos lugares hay auténticas luchas intestinas entre facciones homeopáticas.
Aquí en nuestro país, en más de veinte años de profesión farmacéutica, he visto a
los médicos homeópatas unicistas y pluralistas, “aprender” unos de otros y utilizar
en función de la enfermedad y de la intensidad de los síntomas las escalas de
Hahnemann y Korsakov con absoluto sentido común, coherencia y sin sectarismos
absurdos.

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