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Reseña “Los Argonautas del Pacífico Occidental” (Capítulos Introducción, 2, 3, 5 y 6)

El libro Los Argonautas del Pacífico Occidental, escrito por el antropólogo Bronislaw
Malinowski en base a sus experiencias de observación etnográfica entre los nativos de las islas
Trobriand, y publicado en el año 1922, es quizás uno de los libros más importantes de la historia
de la antropología. Es un auténtico clásico, debido al carácter de su metodología y de su
redacción y exposición de los hechos. Fue gracias a la lectura de la Rama Dorada, escrita por el
británico James Frazer, que Malinowski se sintió atraído hacia la antropología, alcanzando la
fama mundial entre los profesionales de dicha disciplina tras la publicación de su obra, en la cual
proponía una metodología totalmente diferente a la llevada antes por los estudiosos de esta
materia.

Malinowski propone, en la introducción de Los Argonautas, un modelo de trabajo más


especializado y profesional que logre conseguir una mayor objetividad frente al estudio que se
realice: La observación participante. Este antropólogo de origen polaco se opone radicalmente a
la ya tradicional manera de escribir textos antropológicos, la cual planteaba la simple y llana
revisión de textos antiguos, la recolección de relatos acerca de algún aspecto en específico
practicado por otra cultura y la clasificación y posterior publicación de la información
recolectada. Malinowski es “más científico”. Sin dejar de lado la recopilación de material
bibliográfico, que usara para sustentar sus ideas, dice que para lograr una comprensión mejor de
algún tema de estudio, es necesario empaparse directamente por este, no estudiarlo a través de
otros y sin ningún tipo de experiencia u observación que pueda dar fuerza a las tesis planteadas
durante un escrito.

Durante su investigación referente a los nativos de las islas Trobriand, Malinowski vive con ellos
por el espacio de algunos años (empujado por la difícil situación europea de la época, alrededor
de la primera guerra mundial), aprendiendo su lengua, sus costumbres, su modo de relacionarse y
su estructura de pensamiento. A pesar de que su escrito se centra en el Kula, un sistema de
intercambio ceremonial practicado por los miembros de la sociedad trobriandesa, Malinowski
logra plasmar en su obra el diario vivir de estos indígenas de una manera minuciosa y detallada,
sin dejar a un lado su tema de estudio. Mediante descripciones claras y concisas, el autor es
capaz de transportar al lector mentalmente a las islas Trobriand, a sus gentes y a su vida.

Introducción:

La introducción del libro de Malinowski es la espina dorsal de la etnografía. En este capítulo, el


Malinowski expone su método etnográfico, el cual usa para estudiar a los indígenas de las islas
trobriandesas durante su estadía con ellos. Explica de una manera clara cada uno de los pasos
que debe tener este método etnográfico, para así alcanzar los mejores resultados posibles de este
tipo de investigaciones.

Dice que es fundamental irse a vivir con los sujetos que serán estudiados, apartándose de esta
manera de todo tipo de influencia o distracción externa, permitiéndole al antropólogo trabajar de
una manera más fácil y critica. También resalta la gran importancia de aprender el lenguaje del
grupo que será estudiado, con el fin de entender mejor sus ideas y comprender la estructura de su
pensamiento sin perder tanto sentido en las traducciones. Dice también que es necesario observar
de manera atenta la forma de hacer las cosas que tienen las personas estudiadas: la forma en que
se mueve, la forma en que comen, cultivan, etc.

Destaca la importancia de llevar en un registro (diario de campo) de las observaciones realizadas,


con el fin de guardar las mejores descripciones posibles, ya que el paso del tiempo iría borrando
poco a poco estos detalles de la mente del antropólogo.

También, y de una manera bastante insistente, explica la necesidad de clasificar y realizar


cuadros de categorías de todas las observaciones que permitan expresar las interrelaciones de los
grupos humanos estudiados y que los propios de dicha cultura no pueden identificar ni relatar por
no tener conciencia de ello. De esta manera, se puede tener un conocimiento más claro y sobre
todo más profundo de los comprotamientos estudiados. Todo aquello que pueda ser descrito bajo
algún tipo de categoría se debe poner en estos cuadros, mientras que toda conducta que no lo
permita (los imponderables de la vida cotidiana), se debe como mínimo escribir de una manera
detallada en el diario de campo.
Capítulo II

El capítulo comienza con la llegada de Malinowski a la isla más grande de las islas Trobriand
(Boyowa), lugar en el cual llevara a cabo su investigación referente al Kula, mediante el estudio
de los habitantes del sitio y la implementación de su nueva metodología etnográfica.

Empieza por describir detalladamente a las gentes. Describe sus fenotipos, que varían en gran
manera entre los unos y los otros, y su manera de llevar vestuario femenino y masculino y
algunos adornos como collares, etc. Empieza a hablar de las clases sociales y jerarquías presentes
en la organización de la sociedad trobriandesa. Dice que hay un jefe, el cual vive en el centro del
poblado (buka), en donde se ubica su casa de habitación y almacenes de ñame, rodeado por las
viviendas dispuestas en forma de anillo cada vez más sencillas (hacia afuera del asentamiento)
siguiendo su posición social; en cada casa habita una familia rodeada a su vez por las de sus
hijos adolescentes (casas de solteros y solteras) y de las de personas de menor rango social.
También explica que los trobriandeses siguen un sistema de herencia matrilineal. Hace especial
énfasis en la posición social de las mujeres, las cuales gozan de un mayor status y privilegios que
los hombres. Son las encargadas del cultivo, no haciéndolo por obligación, sino por el gran honor
que esta actividad supone. El celibato, a diferencia de otras sociedades, no tiene una importancia
tan marcada entre las mujeres de esta comunidad, las cuales inician su vida sexual incluso desde
la adolescencia y demuestran muchas libertades al respecto.

Malinowski también habla sobre el matrimonio y el rol de los hombres y las mujeres en él. En
lugar algún tipo de ceremonia muy extravagante, lo que ocurre es que la mujer se va a vivir
simplemente con el hombre. La familia de la mujer debe tener toda clase de atenciones con el
nuevo marido. Se explica la importancia de la manifiesta en el aprovisionamiento permanente
por parte de sus hermanos en cuanto a cosechas, pesca, etc. Resalta la importancia de la magia en
esta sociedad y los muchos tipos que hay de esta: magia benigna para los cultivos, magia para la
pesca, la belleza, etc. prácticamente para todas sus actividades cotidianas y la existencia de
magia maléfica más y a la que tuvo menos acceso, pero de la que al parecer todos deben conocer
y practicar, por ejemplo, en contra de los que considere sus enemigos, etc.
Es evidente desde el comienzo del capítulo la gran habilidad de observación que poseía el autor,
siendo capaz de exponer con lujo de detalles toda esta información y mucha más de una manera
clara y concisa, pero sin dejar de lado la descripción minuciosa de los elementos observados,
hecho que le permite a Malinowski acercar al lector hacia sus vivencias. La generosidad, según
observa el antropólogo, es lo más importante para los nativos, razón que los hace ver las
mercancías con unos ojos diferentes a los nuestros.

Capítulo III

En el tercer capítulo del libro, el autor empieza a hablar del Kula. Da una definición a tan
compleja tradición e intenta explicar las mecánicas que maneja. La define como “un tipo de
intercambio intertribal de gran envergadura” y empieza a hablar de los elementos que están más
estrictamente ligados a esta práctica comercial.

Habla de los dos tipos de objetos usados durante el intercambio: unos collares de coral roja,
llamados soulava y de unos brazaletes de concha blanca, llamados a su vez mwali. Estos objetos
van rotando entre las personas participantes del Kula en el sentido contrario siempre, en el orden
de las manecillas del reloj y en contra de estas, respectivamente. Junto con estos objetos, circulan
toda clase de mercancías, tales como pescado, frutas, ropas e artesanías.

Malinowski resalta que paralelamente al Kula, también hay otros tipos de comercio. Cuenta que
del Kula se desprenden una infinidad de otros rituales, que abarcan toda la vida en sociedad de
los nativos. “El Kula está enraizado en el mito, respaldado por la ley tradicional y rodeado de
ritos mágicos” (Malinowski, 1973). Las relaciones establecidas entre las personas a través del
Kula son para toda la vida, y se heredan a la siguiente generación.

El Kula también tiene una serie de normas que regulan la cantidad de personas con las cuales un
participante puede establecer relaciones. Entre más alta sea la posición social, se pueden tener
una mayor cantidad de relaciones.
A través de este capítulo, Malinowski busca exponer las principales características halladas en el
que será su tema principal de estudio. Estas características son expuestas de manera muy
completa, pues son vitales para entender el funcionamiento de dicho ritual, fundamental en la
vida de éstas comunidades de la Polinesia. Si bien la importancia del Kula es innegable,
Malinowski dice que no es lo más preponderante, sino más bien el motor que empuja a la
sociedad a desarrollar muchas otras actividades que generan su economía.

Capítulo 5

El capítulo 5 gira en torno a la construcción de las canoas implementadas durante el Kula. Desde
la selección de la madera, hasta el momento en que son lanzadas al agua, Malinowski acompaña
el proceso. Estos botes, llamados waga tienen un largo proceso de creación, compuesto por un
sinnúmero de pasos. Cada uno de estos pasos debe ser realizado con personas diferentes y
específicas. También, cada paso está acompañado de algún tipo de ritual mágico, ya sea antes,
después de este o las dos.

Se destaca la importancia de las lianas, pues son estas las que mantienen el bote unido y son
objeto de especial cuidado por parte de los indígenas. Una persona que se destaque en la
ejecución de la compleja construcción de las canoas del Kula (que a su vez desarrolla el
comercio) determinado por el perfecto manejo de las lianas, que garantizan su seguridad en el
mar, se gana un gran reconocimiento en la comunidad.

Tras una infinidad de pasos, expuestos con claridad por Malinowski, llega el momento de lanzar
la barca al agua. La pintura con la que se cubre la canoa es de vital importancia. Cuando la
canoa esta lista y falta pintarla, hay 3 rituales: el primero para purificarla y darle velocidad, el
segundo para quitar los hechizos maléficos que puedan atentar en contra de la vida de los
marineros y de la integridad de la balsa, y la última para purificarla.

Llegado el momento de pintarla, es necesario realizar un ritual por cada uno de los colores de los
colores tradicionales: negro, rojo y blanco, siendo el primero el más importante. La pintura negra
es creada con cocos chamuscados. El proceso de pintarla es de gran importancia. Si una canoa no
es pintada adecuadamente, no funcionara adecuadamente y pondrá en riesgo a su tripulación.

A pesar de la complejidad que supone el largo proceso ritual comprendido por la creación de
estas barcas, Malinowski logra transmitir de una manera clara cada una de las etapas. Lo que las
hace complicadas de entender es la complejidad de las mismas y resultarían prácticamente
imposibles de comprender de no ser por el esfuerzo de Malinowski, actuando como algún tipo de
“traductor del entendimiento” con los lectores.

Capítulo VI

El sexto capítulo habla de la botadura de las canoas, cuyo proceso de creación fue explicado en
el capítulo anterior. Para los nativos de las islas trobriandesas, un nuevo barco es un nuevo ser
que nace y está ligado a la sociedad, por lo cual su botadura se celebra de la misma manera en
que se celebra la vida. Durante la ceremonia de botadura de la canoa del jefe, se realiza una
regata en la cual todos quieren demostrar que hicieron la más veloz y mejor canoa, pero no
importa la velocidad de las canoas que compiten con las del jefe, este siempre debe ganar.

También durante esta ceremonia, se le traen ofrendas al jefe, viéndose este obligado a responder
de la misma manera, por lo que trae bienes de su propiedad. Una vez se han reunido todas estas
mercancías, son repartidas entre todos los presentes. Malinowski dice también que el Kula ha
bajado paulatinamente su suntuosidad, debido a que para la época en que hace sus observaciones,
simplemente se practica debido a la tradición. En el Kula no se pueden cambiar dos objetos
idénticos, pues esto iría en contra del objetivo de dicho intercambio. Toda la vida tribal está
regida por un constante dar y tomar. La uso principal que se le da a las mercancías
intercambiadas en el trueque no es el del consumo: es el de mostrarlas y exhibirlas, ganando de
esta manera prestigio y status en la sociedad.

De antaño “la guerra, la danza y el Kula aportaban a la vida tribal sus elementos románticos y
heroicos” (Malinowski, 1972). El gobierno prohibió la guerra, la danza la desacreditaron los
misioneros, y solo que quedaba el Kula, ya sin algunos de sus encantos.
Aparte de las canoas, Malinowski habla del trabajo organizado, el cual divide en categorías
ideadas por él mismo, con el fin de ayudar al entendimiento del lector. Anota otro tanto al hacer
lo mismo frente a varios tipos de trueque y varios tipos de relaciones personales, dando así fin a
los temas tratados a lo largo de este capítulo.

La obra de Bronislaw Malinowski es de una importancia y calidad innegables. Sin embargo, no


por esto se encuentran libres de fallas. En algunas ocasiones, las descripciones de hasta el más
pequeño detalle aunque muy interesantes, a veces distraen del hilo conductor que sigue el lector,
obligándolo a volver tras sus pasos en varias ocasiones. También, y esto como algo personal,
sugeriría dividir los temas tratados en más capítulos: se pierde claridad al exponer dos o más
temas complejos a lo largo de solo un capítulo largo. Más sin embargo, dejando aparte estas dos
sugerencias, el libro Los Argonautas del Pacífico Occidental es una joya, una joya que no
debemos perder de vista en nuestra labor como antropólogos, ni dejar empolvar en nuestras
estanterías. Es el legado de uno de los más grandes antropólogos de la historia, razón de más
para apreciar esta lectura. Lo único que queda por pensar es: ¿Será posible que esta maravillosa
obra deje alguna vez de ser un clásico? Yo no lo creo.

Bibliografía:

Malinowski, Bronislaw. (1972). Los Argonautas del Pacífico Occidental. Barcelona: Ediciones
Península.

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