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argumentación
Por tanto una de las preocupaciones del orador será la de darle presencia, solo
mediante la magia del verbo, a los que esta efectivamente ausente y que considera
como importante para su argumentación, o valorizar, haciéndolas más presentes,
ciertos elementos ofrecidos real y verdaderamente a la conciencia.
Cualquier autor debe poder contra la buena voluntad del interprete, quien esta tanto
más dispuesto al esfuerzo cuanto más prestigioso sea el texto. Pero quizás por esto
mismo se corta el riesgo de imponer al autor una interpretación que dependería de
las convicciones podrías del lector. Aunque en menor medida, en cuanto el autor
goza de cierto crédito, la buena voluntad en la interpretación del texto nos es
independiente de lo que ello interprete admite, puesto que debe incorporar lo que
aporta el autor a sus propias convicciones. Ahora bien, las tesis aceptadas pueden
variar según los intérpretes.
4. La elección de la calificación
La disposición de los datos con miras a la argumentación consiste no solo en su
interpretación, en la significación que se les da, sino también en la presentación de
ciertos aspectos de estos datos, gracias a los acuerdos subyacentes en el lenguaje
que se emplea.
Esta elección se manifiesta de la forma más aparente por el uso del epíteto, el cual
resulta de la selección visible de una cualidad que se antepone y que debe
completar nuestro conocimiento del objeto. Se utiliza sin justificación este epíteto,
porque se supone que enuncia hechos incuestionables; solo la elección de estos
hechos aparecerá como tendenciosa. Está permitido llamar a la Revolución
Francesa “esta sangrienta revolución”, pero no es la única forma de calificarla y
perfectamente se podrían elegir otros epítetos.
Para operar este cambio de punto de vista, se puede utilizar, no solo el nombre
común y el adjetivo, sino también el nombre propio. Las calificaciones presentan, a
veces, un carácter tan inesperado que, más que una elección, se pensara que se
trata de una figura argumentativa. El modo de clasificar es lo que produce un efecto
sorprendente.
5. Sobre el uso de las nociones
La clasificación de los datos y su inserción en clases constituyen los dos aspectos
de una misma actividad, analizada teniendo en cuenta tanto la comprensión como
la extensión, y que es la aplicación de las nociones al objeto del discurso. Estas
nociones, mientras su empleo no suscite dificultades, se presentan igualmente
como datos con los que se cree poder contar y con los que en efecto se cuenta con
eficacia. Pero, pueden tener diversas interpretaciones la naturaleza de este
acuerdo, la conciencia de su precariedad, sus límites y también las posibilidades
argumentativas que encubre.
Los valores admitidos por el auditorio, el prestigioso del orador, hasta el lenguaje
empleado, todos estos elementos están en constante interacción cuando se trata
de conseguir la adhesión de los individuos.
Sin embargo, cabe observar que el uso ambiguo de las nociones se compleja por la
especificación de situación tradicionalmente reglamentadas en las que se precisa al
máximo la utilización de estas mismas nociones. No se puede suprimir una noción
confusa con la enumeración de los casos en los que se aplica. Esto equivale a decir
que no la podemos echar de nuestras preocupaciones mediante la crítica sucesiva
de algunos de sus aspectos; no basta, en absoluto, con mostrar que todas las
formas de justicia, de libertad, de sabiduría que se analizan constituyen un señuelo
para devaluar definitivamente estas nociones.
Como el sentido de las nociones depende de los sistemas en los que utilizan, para
cambiar el sentido de una noción, basta con insertarlo en un contexto nuevo y, sobre
todo, integrarlo en razonamientos nuevos. Las nociones confusas ponen, a quien
las emplea, ante una serie de dificultades que, para resolverlas, piden una
adecuación de los conceptos, una decisión relativa a la manera de comprenderlas
en un caso dado. Una vez admitida esta decisión, tendrá por resultado la
clarificación de la noción en algunos de sus usos en los que podrá desempeñar el
papel de noción técnica. Una noción parece lo suficientemente clara mientras so se
encuentren situaciones en las que se preste a interpretaciones divergente.
1 .-Generalidades.
Mientras que los argumentos cuasi lógicos pretenden cierta validez gracias a su
aspecto racional, el cual deriva de su relación más o menos estrecha con
determinadas formuladas lógicas o matemáticas, los argumentos fundamentados
en la estructura de los real se sirven de aquella para establecer una solidaridad
entre juicios admitidos y otros que intentan promover.
Entre los enlaces de sucesión, vemos que debe permitir argumentación de tres
tipos:
Esta argumentación, para ser eficaz, exige un acuerdo entre los interlocutores en lo
que concierne a los motivos de acción y su ordenación. En razón de semejantes
desechar todo lo que parezca demasiado improbable para que se produzca. No
obstante, cuando un acontecimiento se impone como incuestionable, se tratara de
situarlo dentro de un ámbito que explique su aparición: si alguien, en un juego de
haz, gana un número de veces anormalmente elevado, sospecharan que hace
trampas, lo cual haría su triunfo menos verosímil. Asimismo, testimonios
concordantes deberán encontrar otra explicación que no sea el mero azar; si se ha
descartado el riesgo de colusión, será preciso reconocer que remiten a un
acontecimiento realmente constatado.
2 Argumento pragmático
De la causa hacia el efecto, del efecto hacia la causa, efectúan transferencias de
vlor entre elementos de la cadena causal. Llamamos argumento pragmático aquel
que permite aprecia un acto o un acontecimiento con arreglo a sus consecuencias
favorables o desfavorables. Este argumento desempeña un papel esencial, hasta
tal punto que algunos han querido ver en ello el esquema único que posee la lógica
de los juicios de valor; para aprecia un acontecimiento es preciso remitirse a los
efectos.
El argumento pragmático aparece a menudo como una simple pesada de algo por
medio de sus consecuencias. Pero, es muy difícil reunir en un haz todas las
consecuencias de un acontecimiento y por otra parte, determinar lo que viene a ser
un acontecimiento único dentro de la realización del efecto.
El nexo causal como relación de un hecho con su consecuencia o de un medio con
un fin
Para evitar descalificar los valores de los que tratan, sin dejar por ello escapar un
argumento eficaz a saber su utilidad como medio para un fin reconocido, por otra
parte, como bueno, muchos oradores mencionaran dicha utilidad, al tiempo que
subrayaran el carácter redundante del argumento, confesando servirse de ellos solo
en razón del auditorio al que se dirigen.
4 El argumento de la dirección
El argumento de la dirección consiste, esencialmente, en la advertencia contra el
uso del procedimiento de las etapas: si cede esta vez, usted deberá ceder un poco
más la próxima vez, y sabe Dios donde ira usted a parar. Este argumento interviene,
de forma regular, en las negociaciones entre estados, entre representantes
patronales y obreros, cuando no se quiere que parezca que se cede ante la fuerza,
la amenaza o el chantaje.
El argumento de dirección pretende siempre hacer que una etapa sea solidaria con
desarrollos ulteriores. Quien se defiende contra este argumento, aspira a aislar la
medida considerada, quiere que se la examine en sí misma, supone que no
acarreara cambio alguno en la situación de conjunto y afirma que a esta situación,
se la tratara, una vez adoptada la medida, con el mismo estado de ánimo que
anteriormente.
5 La superación
Esta forma de razonamiento no solamente se utiliza para promover cierta
conducta, sino también sobre todo en obra filosófica, para definir algunas nociones
“depuradas” partiendo de concepciones de sentido común presentadas como un
punto de partida.
Para fundamentar esta concepción de una dirección ilimitada, cuyos términos están
jerarquizados, se presentara al final un seria inaccesible, pero cuyos términos
realizables constituyen encarnaciones cada vez más perfectas, cada vez más
próximas al último término, serian su espejo, su imagen, es decir hay, del ideal a
ellas un movimiento descendente que garantiza el carácter inaccesible de este,
cualesquiera que sean los progresos efectuados.