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Mayo del 68
Las personas estamos acostumbradas a ver el pasado como simples referencias, fechas y
nombres que debemos recordar, es así como muchos pueden pensar que Mayo del 68 fue un
simple movimiento hippie francés o un acto de rebeldía como los que conocemos hoy en día, pero
al ponernos a analizar los hechos, de los cuales todos tenemos ya conocimiento se ve un patrón
interesante que es sin lugar a dudas es la posición contraria de estos estudiantes, que iba más allá
de su universidad, o la misma Francia, fue en contra el sistema completo, contra la sociedad tal
como se conocía. No en contra del Capitalismo, pero tampoco a favor del Comunismo de Stalin: lo
que se criticaba era la sociedad occidental en sus fundamentos, en sus estructuras básicas. Estos
movimientos se encontraban cerca del anarquismo, tangible en muchos de los grafitis que se
veían en las calles.
La respuesta a la primera pregunta desde mi punto de vista, es: SI, pero debemos preguntarnos el
por qué, pues porque es absurdo pensar en que el levantamiento de estos estudiantes fuera una
simple molestia en contra de la administración universitaria que no era mucho peor que la de tres
años antes o dos años después, ni en un brutal descontento de los obreros que se subieron a
unieron a un tren en marcha, y jamás habrían iniciado un movimiento así en un período de calma.
Lo novedoso fueron las motivaciones de los protagonistas: el deseo de cambiar la forma de vivir en
este mundo. El deseo profundo de crear una sociedad de personas libres y plenamente
desarrolladas, una utopía que por primera vez alcanzó eco como movimiento social. Si bien los
discursos y las demandas hablaban del antiimperialismo, no a la guerra, etc. Basta echar mano
de los grafitis o declaraciones de los dirigentes de este movimiento como el Rojo, para ver que se
apuntaba a un sueño utópico, a una mutación del modo de vivir en sociedad.
Los ideales de aquel tiempo sólo podían provenir de una generación que jamás había pasado
hambre o frío, que no había vivido la guerra, que podía escribir en las paredes que prefería
"Morirse de hambre antes que de aburrimiento". Esta generación que había satisfecho todas sus
necesidades biológicas, vitales y se empieza a preocupar por necesidades que posiblemente para
los adultos eran secundarias pero ellos las veían en ese entonces cómo vitales, las necesidades
¡ESPIRITUALES! Una sociedad que si bien no llevaba décadas de bienestar, supuestamente la
estaba empezando a pasar mejor, fue sorpresivo que se empezara a cuestionar los fundamentos
del sistema, de autoridad, y la falta de plenitud en la vida a la que ya casi todos “SE HABÍAN
ACOSTUMBRADO”, y me animo a decir que estos jóvenes comienzan a sentir un rechazo, a ese
vacío de la modernidad con el que los jóvenes de hoy en día “HIJOS DE LA DEMOCRACIA”
hemos crecido.
Sin embargo, escuchar, investigar, acerca de estos movimientos, en lo personal alimenta mis
esperanzas de cambio, además de que desempolva estrategias tales como el arte como medio de
protesta, y liberación, porque creo que para estar vivo, y ser libre, se necesita soñar, desear algo, y
mientras más lejana e imposible se ve tu meta, más divertido es el camino.