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Cinicsmo y Vangardismo PDF
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LA INFLUENCIA DE LA FILOSOFÍA CÍNICA
EN LA LITERATURA VANGUARDISTA HISPANOAMERICANA
mo empezó a difundirse por Europa gracias a sus escritos sobre el nihilismo, no sólo se decla-
obras de corte enciclopédico y a antologías de ró admirador de los cínicos, sino que también
sentencias entre las que destacan los Apoteg- imitó su estilo incendiario y sus provocativas
mas (1531) de Erasmo, en cuyo tercer libro se anécdotas. Recuérdese, por ejemplo, el famoso
habla abundantemente de Diógenes de Síno- pasaje de La gaya ciencia en el que un hombre
pe, quien será presentado, junto con Sócrates, camina de día con un farol en la mano dicien-
Epicteto y Antístenes, como paradigma del do “Busco a Dios”, y que no es más que una
sileno. (Matton 2000: 318) variación de una de las más famosas anécdotas
de Diógenes. Recuérdese, asimismo, el estilo
También será importante en esta época la
violento y crítico de los escritos nietzscheanos,
recuperación de un autor clásico como Lu-
tan afín al del género de la diatriba, cuyos má-
ciano de Samosata, quien, en el siglo II d.C.,
ximos representantes fueron los filósofos cíni-
había recogido y difundido ideas filosóficas y
cos.
géneros literarios propiamente cínicos, como
es el caso de la anécdota o chreía, que tan ma- Teniendo en cuenta la enorme influencia
gistralmente practicó Diógenes; la mezcla pa- de Nietzsche en autores vanguardistas como
ródica de géneros literarios cómicos y serios, o Tzara, Picabia, Marinetti, Werfel o Breton, es
spoudaigéloin, inaugurada por Crates; o la dia- posible considerar que fue a través de su obra
triba, que cultivaron Menipo, Bión o Varrón. que el vanguardismo tuvo noticia de la exis-
Recordemos que Erasmo y Tomás Moro no tencia de dicha filosofía o, más importante aún,
sólo tradujeron al latín varias piezas de Lu- que gracias a ella asimiló su peculiar ideario y
ciano, entre ellas El cínico, sino que tanto el su estilo provocativo. Por supuesto, cabe tener
Elogio de la locura como la Utopía, que son dos en cuenta la posibilidad de que alguno de es-
obras fundacionales para la literatura y el pen- tos autores leyese directamente el libro VI de
samiento político modernos, acusan una fuerte Vidas de filósofos ilustres de Diógenes Laercio,
impronta cínica. los Apotegmas de Erasmo, los Ensayos de Mon-
taigne o el Sócrates enloquecido de Wieland,
Llegado el siglo XVII, serán la filosofía y la
pero no cabe duda de que fue Nietzsche quien
ciencia modernas las que renieguen del cinis-
convirtió el cinismo en un imaginario y un esti-
mo por considerar su hipernaturalismo, de
lo susceptibles de ser utilizados por los van-
corte animalista o teriofílico, incompatible con
guardistas.
el dogma moderno del progreso. Y no será
hasta finales del siglo XVIII cuando dicha filoso- A este tipo de influencias de corte filosófi-
fía vuelva a aparecer en escena gracias a figu- co-literario, se le añade el hecho de que el con-
ras como Wieland, Diderot o Rousseau. Este texto histórico-filosófico en el que surgió la
último, precisamente, fue llamado “nuevo Dió- filosofía cínica se asemeja en muchos aspectos
genes” por Voltaire y “sutil Diógenes” por Kant, a aquel en el que surgieron los movimientos
quien llegó “a presentar el cinismo como ente- vanguardistas. En efecto, ambas épocas fueron
ramente rousseauniano.” (Niehues-Pröbsting: testigos de movimientos históricos, sociales y
443) Dejando a un lado la cuestión de si Rous- políticos que dieron lugar a una crisis omnívo-
seau aceptaba dicha asociación o de si sus ra que no dejó intocado prácticamente nin-
enemigos se contradecían al utilizarla con una guno de los hábitos mentales que hasta aquel
intención meramente crítica, lo importante es momento habían sido el fundamento del ante-
que es posible afirmar que en buena parte de rior ordenamiento social, religioso, cognitivo e,
la filosofía ilustrada “el diogenismo estuvo incluso, ontológico. Como era de esperar, en
siempre presente”. (451) este contexto se produjeron movimientos de
rechazo de la cultura considerada “civilizada” y
Por si esto no fuese suficiente, Friedrich
Nietzsche, uno de los autores más influyentes
entre los movimientos de vanguardias, tanto
por su actitud provocativa y vitalista como por
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“Los ismos esenciales son reductibles a unos cuantos.
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Véase al respecto Mitologías políticas, de Raoul Girar- Su proliferación es puramente nominal y, desde
det (1986). luego, engañosa.” (De Torre: 77)
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guardias, que Guillermo de Torre caracterizó, ¿Y no existe también este humorismo nihilista
“por encima o al margen de sus realizaciones y provocador en la obra de Vicente Huidobro,
(…), por su potencia subvertidora”. (48) el primer Borges, Felisberto Hernández, Julio
Cortázar, Nicanor Parra o Rodrigo Lira?
Otro motivo importante del momento des-
tructivo del cinismo es el antiintelectalismo, Las vanguardias europeas, en general, e
como muestran las numerosas anécdotas o hispanoamericanas, en particular, también
chreía que escenifican el rechazo de Diógenes comparten con el cinismo algunos de los moti-
de Sínope a la doctrina de Platón, que aquél vos principales de su momento constructivo.
veía como epítome de la filosofía dogmática y Recordemos que el momento constructivo del
especulativa. Recordemos, nuevamente, a cinismo es el reverso de su crítica de la civiliza-
Diógenes buscando a un hombre por el ágora ción, pues busca la construcción de un modo
en pleno día con un farol en la mano, que no de vida alternativo que puede ir desde el mero
deja de ser una burla contra la idea platónica naturalismo o primitivismo, que no niegan la
de “humanidad”; lanzando una gallina des- vida humana, sino que buscan depurarla, hasta
plumada al centro del corro en el que Platón el hipernaturalismo, animalismo o teriofilia,
estaba definiendo al hombre como “ser bípedo que aspira a una radical desapropiación de la
implume”; o echándose a andar alrededor de condición humana, vista como intrínsecamen-
Zenón mientras éste expone sus argumentos te civilizada y, por lo tanto, necesariamente
contra la existencia del movimiento. Los van- perversa.
guardistas también compartirán este antiinte-
Ciertamente, entre el cinismo antiguo y las
lectualismo, si bien desde nuevas perspectivas
vanguardias no escribieron ni pensaron en
como las que Nietzsche, Freud o Marx pudie-
vano figuras como Montaigne, Nietzsche,
ron abrir.
Freud, Marx o Alfred Jarry, pero existe una
Otro aspecto fundamental del cinismo es el enorme afinidad entre la anaideia o desver-
humorismo, que roza, en muchas ocasiones, la güenza y la parresía o franqueza de palabra
bufonada, y que se expresa en juegos de pala- cínicas y la espontaneidad o “je m’enfoutisme”
bras, improperios y todo tipo de despropósitos dadaísta. También el surrealismo heredó la
que solemos incluir dentro de la categoría de “espontaneidad dadaísta”, así como otros ras-
chreía o anécdota. También el dadaísmo -cuya gos exteriores como la protesta y la insolencia,
figura principal, Tristan Tzara, afirmaba que “las si bien, señala Guillermo de Torre, con dicho
obras maestras dadá no deben durar más de movimiento “la risa jovial se trocaba en mueca
cinco minutos”- jugaba con la boutade, el chis- severa y la protesta rebasaba el plano de lo
te y el escándalo, como cuando en la primera literario, llegando al metafísico y alcanzando
velada en el Salón de Independientes, del 5 implicaciones políticas o sociales.” (II, 18)
febrero 1920, en vez de leer el manifiesto pro-
Incluso el primitivismo cínico encuentra re-
metido de Picabia, Tzara leyó un recorte de
sonancias en el cubismo, que, como es sabido,
periódico, provocando la hilaridad de los pro-
mostró un gran interés por las estatuillas ne-
pios y la indignación de los asistentes.
gras y polinésicas. Más aún, la teriofilia o admi-
Por su parte, Max Jacob afirmará, en El cubi- ración por los animales,3 que los cínicos consi-
lete de dados: “Yo me declaro mundial, ovíparo, derarán como modelos para una conducta
jirafa, sediento, chinófobo y atmosférico. Me libre, despreocupada y natural (Laercio, 1996:
abrevo en las fuentes de la atmósfera que ríe VI, & 22, 40, 60) se ve también reflejada en el
concéntricamente y echa pestes por mi inepti-
tud” y Jean Cocteau dirá ser “una mentira que 3
Boas definirá la “teriofilia” como la actitud que consi-
dice la verdad” para, luego, en Le coq et dera que “las bestias –como los salvajes- son más
l’arlequin (1918), afirmar que “todos los estilos “naturales” que el hombre y, por lo tanto, son su-
periores al hombre. (1966: 1) Sobre el tema de los
son legítimos, excepto el estilo aburrido” o que
animales en la filosofía cínica véase también Mi-
“un joven no debe comprar valores seguros”. chel Onfray, 1990: 36-43.
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interés de las vanguardias por los modos de partir del siglo XIII, con los franciscanos, mu-
conocimiento o comportamiento animales, chos identificaron el duro ascetismo cínico con
que recogen una larga tradición teriofílica que el cristianismo.
incluye nombres como Plutarco, Erasmo, Mon-
Aunque con unas connotaciones muy dife-
taigne, Cyrano de Bergerac o Jean Meslier.
rentes, las vanguardias compartirán con el
Cuando los cínicos afirman que el hombre
cinismo este culto a la desapropiación radical y
debe despojarse de su carácter civilizado para
a la autodestrucción como un modo de res-
acceder a la vida inocente y despreocupada de
ponder y huir de una civilización que conside-
los animales, nos recuerdan a los surrealistas,
ran decadente. Bajo esta luz, la bohemia van-
que nos animan a visitar modos no civilizados
guardista no se nos aparece muy diferente del
de existencia como, por ejemplo, la locura, el
ascetismo cínico o de la pobreza franciscana.
sueño, la animalidad o la niñez.
Un último motivo cínico que podemos ras-
trear en las vanguardias contemporáneas es la CONCLUSIÓN:
idea de desapropiación radical o, incluso, de Son muchos los aspectos que quedan por
autodestrucción. Los cínicos admiraban la fru- estudiar acerca de la influencia de la filosofía
galidad de los animales, que imitaban ya desde cínica en la literatura de vanguardias europea,
su mismo aspecto –manto vasto y roto o tri- en general, e hispanoamericana, en particular.
bón, zurrón o pera, cuenco de madera, bastón y Sin embargo, considero haber dado pruebas
larga barba despeinada- con el que buscaban suficientes como para justificar el interés de
evocar su radical ascetismo corporal y espiri- dicho estudio.
tual, apuesta que exige un endurecimiento o
entrenamiento constante que acaba culmi-
nando en una libertad total que los hace seme-
jantes a los dioses. Recordemos que ya en los
primeros siglos de nuestra era, y más aún a
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