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de otro tipo sin autorización por escrito de la coordinadora y del Departamento de Publicaciones de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia.
tado especial nos acompañó el doctor Félix Báez-Jorge con quien me Une una
larga colaboración académica de ya hace muchos años, particularmente esti.
mulante para el Programa de Posgrado en Historia y Etnohistoria, Para nues.
tros alumnos y para mí . A él expreso mi más sincero reconocimiento POr su
alto nivel académico y por el apoyo que nos ha brindado con su colaboración,
Quiero hacer patente mi reconocimiento al CONACYT, ing.
titución que ha apoyado con becas a los alumnos del Programa de Posgra-
do en Historia y Etnohistoria de la enan, inscrito en el Padrón de Excelencia.
Entre los becarios mencionaré a Ramiro Gómez Arzápalo, Estela Vega Delo-
ya, Jorge Escamilla Udave, María Elena Padrón Herrera, Elena del Carmen
Arano Leal, Adelina Suzan Morales, así como Alicia María Juárez Becerril,
de la unam. En la preparación del manuscrito se reconoce el eficiente apoyo de
la maestra Alicia M. Juárez Becerril y del maestro David Lorente Fernández.
También expreso mi especial reconocimiento a la doctora Hilda
Iparraguirre, Jefa del Programa de Posgrado
en Histo
y Etnohistoria
ria deesta Escue-
la, porel apoyo que he recibido de ella a lo largo de muchos años en nuestra labor
compartida de dirección detesis de posgr y deactividad
ado esacadémicas. El presen-
te volumen es resultado de estos esfuerzo y con
s él queremos haceruna aportación
ala discusión académica sobre la colaboración entrela antropología
y lahistoria en
los estudios socioculturales sobre México, discusión que recientemente ha cobra.
do un renovado interés en instituciones mexicanas y en el ámbito internacional.
JOHANNA BRODA
Cuicuilco, México, D.E
28 de marzo de 2008
IL RELIGIOSIDAD POPULAR
INDÍGENAS EN LA HISTORIA DE MÉXICO
Y COSMOVISIONES
JOHANNA BRODA
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS, UNAM
PosGrADO EN HISTORIA Y ETNOHISTORIA, ENAH
RESUMEN
El ensayo plantea el estudio de los procesos hegemónicos
que desde la época prehis-
' pánica han incidido sobre laconfiguración
de las cosmovisiones mesoamericanas.
Se puede hablar de religiosidad popular en la época prehispánica, que contrastaba
la versión oficial del culto con los ritos y las creencias de los campesinos. La religión
rehispánica también era el producto de un largo proceso de transformaciones y de
_ la reelaboración simbólica de sus creencias y prácticas, Sin embargo, a partir de la_
' Colonia surge un nuevo sincretismo. Para entender el papel activo. que los santos han
jugado en los ciclos festivos de las comunidades basados en la agricultura del maíz
[tipa stan o icos, es necesario
nec profundizar en el estudío
de la implantación de la religión oficial Católica y la activareinterpretación que las
comunidades m icans han hecho de ella a partir
de sus mn
SN siones. Este proceso ha determinado la reinterpretación simbólica de la tradición
mescamericana hasta la actualidad. Merece ser estudiado como un proceso cultural
de una extraordinaria riqueza que ha resistido los embates de los procesos hegemó-
nicos hasta nuestros días. Sin embargo, al mismo tiempo estamos conscientes
de que
la tradición mesoamericana,
hoy sólo se ha conservado
en aspectos parciales de la vida
sodal, y que existen numerosas contradicciones internas en este proceso: en ello con-
siste precisamente la utilidad de emplear el concepto de religiosidad popular cccomo
herramienta analítica dinámica. (
PLANTEAMIENTO INICIAL
En el presente ensayo trato de dar una visión de conjunto
en los trabajos que
componen el volumen explorando los temas de evangelización, religiosidad po-
pulary sincretismo en la historia de España, de Mesoamérica y el México colo-
nial. Sin embargo, como el ámbito de esta investigación es muy amplio, algunos
de estos aspectos sólo podré abordarlos de manera muy somera.
JOHANNA Broba
LA RELIGIOSIDAD POPULAR
Para estudiar los procesos históricos de larga duración hace falta usar con.
ceptos amplios que engloben a las comunidades indígenas como parte de la
, sociedad mexicana en su totalidad. El estudio de la religión con un enfoque
antropológico holístico representa el desafío de rastrear no sólo el ámbito
religioso sino también los procesos socio-económicos y políticos que deter-
minaron el desarrollo de la sociedad de la Nueva España y el proceso post
colonial. El concepto de religiosidad popular, definido a partir de los plan-
teamientos de Gramsci [2005], Giménez [1973], Maldonado [1985, 1989),
Báez-Jorge [1994, 1998a, b] y otros autores, permite vincular estos diferentes
ámbitos sociales y políticos, ya que se construye a partir de los poderes he-
gemónicos del Estado y de la Iglesia. Este concepto, de acuerdo con Báez.
Jorge [1998a:54, 55] trata de una compleja articulación de fenómenos. Sus
coordenadas analíticas son su dimensión histórica, los condicionamientos
émicos y de clase y su autonomía frente a la institución eclesiástica. Se trata
de una religiosidad distante de la ortodoxia en la doctrina de la Iglesia, que
tiene una pronunciada orientación terrenal. La religión popular enfatiza los Y”
aspectos devocionalesy protectores, centrada en el culto a los-santos; la im-
santuarios y las peregri-
portante función que desempeñan las imágenes, los
naciones, tienen su origen en la religiosidad barroca [op. cit.:236-241]. o
r partic
su expresión
El barrocologró tene América Latina
enular
y ha sido caracterizado como “barroco mestizo”, en cuanto encuentro de dos
ámbitos diferentes: los mundos indígenas y el mundo español” [Giménez,
1978:12; v. Rubial, 1999:7].
10
e mn
RELIGIOSIDAD POPULAR Y COSMOVISIONES INDÍGENAS EN LA HISTORIA DE MÉXICO
y virgen María cobró cada vez mayor importancia en España a partir del siglo
culto de sus imáge- INAIN
xl. Los santuarios de la virgen María hicieron énfasis al
E
nes en el medio rur:rural, en lugares del campo que tenían uruna significación
la comunidad
para la
simbólica para ad agrícola o pastoral, por ejemplo,|las fuentes,
de
losaltos camin
las montañas, os os, las grutas y las evas,
las cimdeas
i
|. lugares considerados a partir de creencias pre-cristianas como
8.].
contacto con las fuerzas dela naturaleza-[0. cit.:y 65
MÉXICO PREHISPÁNICO
Los conceptos religiosidad popular y sincretismo pueden ser aplicados también
al México prehispánico. Al igual que la cultura española del siglo xv que
reflejaba siglos de interacción entre diferentes pueblos que habían dejado su
huella en la religiosidad y las costumbres de la gente popular, Mesoamérica
vio la formación de poderosos Estados y su posterior derrota y desintegra-
ción.! El enfoque que proponemos nos permite plantear los procesos hege- (c
mónicos eideológicos; en palabras de Eric Wolf [1987, 2001], la configuración
La ovisión y sobre todo la ritualidad fueron importantes ve-
del poder. Lacosm
- hículos que expresaban la ideología del Estado prehi $ represen-
tantes eran los gobernantes, los guerreros nobles y los sacerdotes oficiales.
saspectos del culto público pueden ser estudiados con gran detalle en el
- | Estoas
) | caso de las fiestas mexicas, de las que existe una excepcional documentación
NM * histórica [v. Broda, 1976, 1978, 1979a].
3 _La utilidad del concepto religiosidad popular reside en que per-; lo
/ mite plantear esta diferenciación entre la ideología oficial del Estadoy el culto vé NES pe
| público, por un lado, y las expresiones
de la ri d del pueblo, por el otro, |
to lolo cual implica que son sociedades complejas
o con una clara división entre los
| gobernantes y el pueblo. Tal ha sido el caso tanto de la España medieval como h
J de Mesoamérica antes de la conquista española. La religiosidad popular repro-
duce en gran parte la ideología oficial de la institución « de la Iglesia;sin embar-
—] - go, establece también sus características propias que a veces se encuentran en
abierta oposición con la institución oficial. Según hemos visto, enfatiza, sobre
todo, los aspectos devocionales y protectores de la religión. Se trata de cultos
campesinos en los que predominan las peticiones
de lluyia y el culto
cu agrícola. '
(En el ámbit
ámbito urbano el pueblo participa en procesiones y en la organización
Ú social centrada alrededor de la vida ritual de los barriog) '
ESC. NAL. DE
RIBLIOTECA
JOHANNA BRODA
impor-
En el México prehispánico la cosmovisión contenía
y formaba una a
tantes elementos de laobservación de la naturaleza
del Estado[Sin em argo,
gral de la religión oficial propagada a partir del culto
> éstos ritos, sin duda, también tuvieron su versión local entre los campesinos
“indígenas, cuya actividad ritual giraba alrededor de la petición de lluvia Ni
culto agrícola [Broda, 1971, 1979a, 1991; Broda y Good (coords.), 2004].
La Nueva ESPAÑA
Una diferencia fundamental entre el periodo prehispánico y el colonial era la
articulación con la sociedad mayor que se produjo a partir de la Conquista,
y Las expresiones religiosas indígenas dejaroden formar parte del culto estatal
> /, impulsado por la clase dominante prehispánica y se convirtieron enccultos
' campesinos locales. La nueva religión de Estado fue impuesta por la Iglesia
n ella.
católica, mientras que los ritos indígenas se desarrollaban al margede
o En algunas regiones indígenas de la Nueva España la noble-
za nativa logró mantener su posición durante la Colonia. Sin embargo, en la
religión desempeñaban el papel de intermediarios entre el mundo prehispá..
nico y el sincretismo de la Colonia. El complejo ámbito de los calendarios, |
. : : :
¿A la astronomía, las matemáticas, la arquitectura, el arte y los códices prehispá-
nicos se perdieron con gran rapidez bajo el dominio colonial. El exuberante/
politeísmo de la religión prehispánica fue uno de los objetivos más persegui-
dos en la evangelización.
[ Hablando de la historia colonial, resulta sumamente intere-
sante estudiar los procesos de introducción de las instituciones del imperio
español en las diferentes regiones de América, y analizar cómo éstos incidie-
ron en la reorganización de las poblaciones conquistadas. Secreó una estruc-
, tura política que incidió de manera importante en la forma
organización
de
de las comunidades campesinas; surgieron nuevos circuitos económicos que
vincularon a los indios con la economía española; y.se instauró la política de
la evangelización [v. Broda, 1979b, 1980]. En el siglo/xvilas órdenes mendi-
cantes tuvieron un papel fundamental en este proceso. Se introdujo el culto
Católico con sus principales fiestas. E
Antonio Rubial [1999:9; 1996] señala que los frailes creían
en la necesidad de implantar ceremonias cristianas y usar aspectos visuales en
la evangelización; asimismo, impulsaban un culto a las reliquias de los pri-
+. "eros religiosos que llegaron a Nueva España, Lás órdenes impulsaron un
0 culto, con imágenes y devociones, a los santos patronos y a varios apóstoles.
—Rubial observa que todas las órdenes hacían uso político de sus santos
esta-
C bleciendo una competencia entre ellos [op. cit.:10, 16]
Los santos asumieron un papel ental como protecto- :
res y patronos de gremios y oficios, de cofradías y congregaciones
novo hispa-
1
12
./
I, RELIGIOSIDAD POPULAR Y COSMOVISIONES INDÍGENAS EN LA HISTORIA DE MÉxICO
ciudades a O
nas; se convirtieron en símbolo corporativo. y factor de cohesión. Las
y municipios también obtuvieron sus santos patronos. El cabildo de la ciu- )
dad realizaba las ceremonias en honor al santo. Los fieles ofrecían exvotos, ci- yn
rios, limosnas yperegrinaciones (En las celebraciones oficiales se organizaban ' Y”
procesiones con arcos, pendones, tapetes de flores, incienso, danzas, cantos, — + |
música, con juegos y representaciones teatrales, A nivel privado nacieron los al-
tares familiares que albergaban numerosas estampas y atributos de los santos De
“Rubial, 1999:13, 16 y s.] Todas estas manifestaciones recibieron un decidido a
impulso por las reforma que implantó la Iglesia católica en la segunda mitad lo
del siglo xm, después del Concilio de Trento y en plena Contrarreforma en + , e
Europa. Trento adoptó una posición abierta alrededor de lo milagroso [Gon- a
zalbo, 1985; Ruíz Gomar, 1993, en Rubial, 1999:16]. có MÍA
— El fortalecimiento hacia la veneración a la virgen María y del
culto a los santos patronos produjo efectos profundos en América, porque
ermitieron la gestación de un sincretismo en la religiónpopular que incor- | ZA
poró muchos elementos de la cultura indígena. La religiosidad barroca, a
partir de la política de la misma Iglesia oficial, permitió la elaboración de
estos cultos en las fiestas católicas con una amplia participación popular.
DE acuerdo con Gruzinski [1991, 1994, en Báez-Jorge,
19984:49], el Primer Concilio Mexicano de 1555, anticipándose al Concilio de
Trento sobre el empleo legítimo de las imágenes,
favoelreciculto de ó
los santodes, nos
los patrode las iglesiyasde | (,- (¿y
los pueblos, así como el de la Virgen en sus diversas advocaciones, * eje
con lo cual al espacio saturado de ídolos sucedía [...] un nuevo espacio
poblado de santos [Gruzinski, 1994:108-110] (cursivas mías).
3
JONANNA Bropa
patrono. Sus rasgos, sus vestidos, sus atributos, fueron poco a poco
reflejando las angustias y esperanzas de sus fieles, convirtiéndose
en espejos culturales, En el diario entrecruzar de sus miradas, unos
Y y Otros terminaron por borrar las distancias de sus respectivas pro»
veniencias [Millones, 1997:74-75].
La historiadora de arte boliviana Teresa Gispert [2004] tam-
bién ha aportado datos y análisis desde la misma perspectiva, Se refiere q]
sincretismo que se produjo en los Andes entre la virgen María y el cerro
como símbolo del culto precolombino a Pachamama, la tierra sagrada. En
éste y otros ejemplos, Gisbert argumenta la vigencia del culto a los apus, log
cerros sagrados, que tuvo tanta importancia en los Andes desde tiempos pre
incaicos y la sigue teniendo en la actualidad. Estas circunstancias resultan
particularmente interesantes desde la perspectiva mesoamericana,
REFLEXIONES FINALES:
RELIGIÓN CRISTIANA Y COSMOVISIONES INDÍGENAS
Como reflexión final quiero destacar algunos elementos de las dos grandes
tradiciones religiosas que se fusionaron
en | la Nueva España durante la Colo.
nia: en el siglo xm ambas eran producto de una larga historia de interacción
entre pueblos e ideologías, y habían desarrollado una cosmovisión y un dis.
curso filosófico definidos.
La religión mesoamericana
La religión mesoamericana fue politeísta. Los dioses representaban fuerzas de la
naturaleza, los astros, la meteorología, el paisaje y las actividades humanas. Estas
deidades no eran superiores al cosmos sino que le eran inmanentes. Sus figuras
individuales se desdoblaban en dualidades, en formas cuádruples, o se asocia-
ban a los cinco o seis rumbos del universo. La numerología
y la calendárica, al
igual que la geometría, eran elementos constitutivos de la religión. El ritual ocu-
paba un lugar central en la religión y encontró formas exuberantes de expresión
ligadas a la arquitectura sagrada y la sacralización del paisaje. Mediante el ritual
se garantizaba la circulación de las fuerzas del cosmos, circulación armoniosa
que era necesaria para la continuidad del mundo natural y de la vida humana.
El Cristianismo
El cristianismo, junto con el judaísmo y el Islam, pertenece a las religiones
_monoteístas. La virgen María y los santos sólo son intermediarios entre los
hombres y dios; ellos mismos no son deidades. Para la Iglesia, los santos son
modelo de virtudes que los fieles deben imitar. De acuerdo con la teología
cristiana,
el culto es un acto de sumisión y de veneración, y la ofrenda y la ora-
ción no establecen actos de reciprocidad, Dios deidad ior al Os
que es su creación; por tanto, el ritual no tiene la función de regular el flujo de
las fuerzas del cosmos. La liturgia hace mayor énfasis en la oración, la misa
14
SIONES INDÍGENAS EN LA HISTORIA DE México
IL, RELIGIOSIDAD POPULAR Y COSMOVI
la esfera dr
popular, ambas religiones se asemejan mucho más que en
religiosidad popular esk ritual: *
trina oficial. La expresión fundamental de la
fiestas, intercambio de bien es
y zomi das; convites, ofrendas, procesiónes y
-
peregrinaciones. Ahí es donde se pudo producir el sincretismo, el intercam
bio cultural y religioso.
Procesos sociales y políticos: el sincretismo
” La interacción en la Nueva España entre estas dos tradiciones religiosas creó
el culto público cristiano mediante la imposición del poder hegemónico de
la Iglesia católica. Por otra parte, la nueva religión popular que surge a partir
del siglo xv retoma ciertas formas del culto prehispánico que antes habían
formado parte de la religión estatal y que ahora se convierten en expresio-
5
nes de sociedades campesinas. Entre ellas el principal elemento es el culto
agrícola, que se encuentra en íntima relación con las manifestaciones de la
naturaleza (manifestaciones en torno a los ciclos de cultivo del maíz y otras
plantas, el clima, las estaciones, la lluvia, el viento, las fuentes, las cuevas, los
cerros, las piedras, etc.). Éstos son los aspectos donde encontramos las ma-
*- yores continuidades en los rituales y la cosmovisión [Broda y Good, 2004; v.
Medina, 1989, 2000]. 5 oe Í, y de
Los cerros siguen siendo los contenedores del agua, de las
riquezas-y
Al del maíz; en ellos se hacen las espectaculares
SSP
peticiones de lluvias,
RR opa AD TE .
Cr
e » .
a unvuTso
rituales públicos que se siguen practicando en muchas regiones indígenas
de México. Hoy los ritos se dirigen a la Santa Cruz, que, sin embargo, reúne 00 MUA ACA yy
características de las deidades prehispánicas de la tierra y del maíz; muchos 'mx4, 7 E
elementos estructurales de estos rituales
a y '
reproducen de forma sincrética estas LA
”
Se
LE al Os
4
En
15
JOHANNA Bropa
a. En años
en términos de la historia de la tradición cultural mesoamerican
recientes se ha avanzado mucho en el acopio de datos etnográficos al respecto,
Donde más lagunas existen es en el campo histórico novo hispano y en el del
estudio comparativo. Consecuentemente, en este trabajo he querido insistir
en que no debe perderse de vista la articulación de estos fenómenos religiosos
ónico de
con los procesos socio-políticos más amplios —como el poder hegem
la sociedad mayor— en su dimensión histórica a través del tiempo.
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19
II. UTILIDAD TEÓRICA DE UN TÉRMINO PROBLEMÁTICO:
LA RELIGIOSIDAD POPULAR
RESUMEN
TLa religiosidad popular! en las comunidades campesinas de origen indígena en México
A es un fenómeno que pen el ámbito meramente piadoso-devocional. De hecho se
constituye como un fenómeno sumamente complejo en el cual convergen A
| religiosos, económicos, Políticos, sociales e identitarios, donde se pone en juego la
/ lación dialéctica entre grupos culturales minoritarios frente a las hegemonías política
y y religiosa del Estado mexicano. La organización social que se entreteje en las prácticas (y) 4
religiosas populares posibilita la continuidad de cosmovisiones ancestrales y refuerza Ms pe
f | _los lazos identitarios regionales. La religiosidad popular será entendida como un pro- |
( ceso social que opera con una lógica autóctona, que cobra autonomía frente al podery)
A hegemónico, pero
'o NO
no TOMPE
SUS | lazos «con él sino que se e establece un, a relz ación dialéc-
« y
%. tica donde se lucha por
por el
el control del la Titurgia yy dde los espacios sagrados.
o
LA RELIGIOSIDAD POPULAR
TÉRMINO PROBLEMÁTICO:
II. UTILIDAD TEÓRICA DE UN
características y poderes que sólo se valoran en ese contexto campesino. JETS 7 salar
/
refe ALIAS
LA CONCEPCIÓN DE LA DIVINIDAD /
OP. ef. e.” +
Y EL CONTROL DE LA LITURGIA: DOS PUNTOS A CONSIDERAR $
| La misma forma indígena de entender a los seres sobrenaturales y las obliga-
. ciones hacia ellos son esencialmente diferentes de la cristiana. En
el cristia-
3
sae, | Ñ : RAMIRO GÓMEZ ArzAppLo
24
II. UTILIDAD TEÓRICA DE UN TÉRMINO PROBLEMÁTICO: LA RELIGIOSIDAD POPULAR
ese sentido, podemos decir que una buena parte de los elementos de la
religión popular se configuran como reacción contra el supuesto poder
absoluto del clero en la gestión de los bienes de salvación. Que ocasio-
nalmente se acuda a los funcionarios institucionalmente establecidos
como ministros (sacerdotes), no invalida el carácter constitutivamen-
te laico de todas las formas del cristianismo popular. Lo que decimos
será perfectamente comprensible para quienes estén familiarizados con
los rituales populares mexicanos de las fiestas patronales, sistema de
1 mayordomías, funcionamiento de las cofradías, peregrinaciones
y san-
A o tuarios, rituales familiares cotidianos, rituales fúnebres populares, etc.
$ En todas estas instancias, el pueblo (por consiguiente los laicos) es el
Ñ a organizador y conductor de su experiencia religiosa, así como el admi-
uN
Pd “nistradorde los bienes simbólicos. En tales casos la participación del
que,
a y
di 6 A
an religión popular [González, 1996)
que destaque en la forma como los santos se han integrado a la vida de mu- *
chas comunidades indígenas, las cuales han valorado a sus imágenes como
miembros activos de la sociedad humana que reciben del pueblo, pero que
también deben corresponder pues son parte de él. Esta diferencia en la in-
terpretación del papel de los santos responde a que la religiosidad popular 0
no es un residuo de la ortodoxia oficial. Se debe reconocer como un proceso
paralelo a esta religión oficial, con una lógica propia
responde
que a necesi-
ades concretas de la comunidad que le da forma yvida. Entonces, es com-
prensible que se produzca una tensión continua entre > la religión oficial y sus
normas canónicas, y la vivencia concreta de la religiosidad popular.
25
RAMIRO GÓMEZ ARZAPALO
26
IDAD POPULAR
J. UTILIDAD TEÓRICA DE UN TÉRMINO PROBLEMÁTICO: LA RELIGIOS
===
|
los Andes:
El complejo de peregrinación en la parte sur de la cuenca del Titica-
——
2]
RAMIRO GÓMEZ ARZAPALO
rme a
Los cargos constituyen una jerarquía ordenada confo
o
dad.
rango y línea de autori
del constituido desde la
Es un sistema tradicional diferente
municipalidad.
iodo corto (general.
Los puestos son designados por un per
n.
mente un año) sin reelecció
en determinado.
Los cargos están en escala y siguen un ord
iles y religiosos que se
Dicha escala combina puestos civ
alternan.
La participación está abierta a todos los miembros de la co-
munidad.
Cuando la comunidad se divide en barrios, hay alternancia
de puestos entre los representantes de cada uno de ellos.
Hay un patrocinio individual de las funciones públicas, in.
cluyendo las ceremonias religiosas (cabe aquí la característi-
ca de no sueldo por la prestación del servicio).
Los gastos sustraen recursos del organizador, pero le retribu-
yen prestigio.
Entre todas estas características o rasgos generales, Carrasco
toma dos para definir el sistema de cargos:
Primero, el escalafón. o de la jerarquía son de periodo
corto y se ocupan en orden ascendente, con la participación de la
totalidad de la población o de un amplio sector de ella. El sistema
de escalafón es, por lo tanto, una forma de adquisición de status y de
movilidad social que contrasta con la adscripción hereditaria y los
cargos vitalicios o de periodo largo.
El segundo rasgo es el patrocinio individual. El funcionario cubre con sus
bienes propios las obligaciones ajenas al cargo. Éstas son de varios tipos.
Incluyen los gastos de subsistencia del funcionario durante el periodo
de servicio, puesto que el desempeño del cargo impide o mengua la
dedicación para obtener ingresos de actividades económicas privadas.
Más importante aún es que el cargo exige gastos para costear funciones
públicas, especialmente ceremoniales como misas, danzantes, músicos,
cohetes y, sobre todo, convites. Tanto el desempeño del cargo como el
gasto se consideran servicios públicos que todo miembro de la comuni-
dad tiene obligación de realizar (Carrasco, 1991:308-309].
Aguirre Beltrán coincide con Carrasco respecto a los dos ele-
mentos ya mencionados, escalafóny patrocinio individual, pues considera
que, dentro de lo que él mismo llama “complejo cultural de las mayordo-
mías”, está el rasgo fundamental del gasto excesivo que se impone a la per-
sona del mayordomo, el cual contiende por la honra y el ascenso en la
escala
de prestigio dentro del grupo [v. Aguirre Beltrán, 1992].
28
RELIGIOSIDAD POPULAR
II. UTILIDAD TEÓRICA DE UN TÉRMINO PROBLEMÁTICO: LA
ia indíge-
En todo caso, es importante reconocer la coherenc
ovisión, relaciones sociales,
na en su propio sistema, donde se articulan cosm
mitido —co mo grupos específcos— pito
rituales, identidad, lo cual les haper hege móni co, que añ Php aber "
co-
Bn este sentido, las mayordomías coordinan el esfuerzo
Í ie (
22 | e lo
habitantes del pueblo.
lectivo en una celebración que es común a todos los
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107 E
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cipado años antes
Quienes ahora fungen como mayordomos ya habían parti
/ /
ves
lo sucesivo; los es- w ye!
en las celebraciones del santo, y lo seguirán haciendo en f
ar
¿yb
pectadores pasivos de ahora serán los organizadores de las fiestas venideras. *
La fiesta coordinada por la mayordomía se convierte en un contínuum que a
los ojos de los habitantes pareciera no tener principio ni fin, pues sus oríge-
nes parecen perderse en la penumbra del tiempo y se da por supuesto que
seguirá realizándose como debe ser.
Esta característica de ik mayordomiss garantiza la continui-
dad en la vida ritual comunitaria, al menos en la parte que a ellos les Toca
que es la mayoritaria), pues, recordemos, la fiesta se realiza gracias al esfuer-
zo material que ellos coordinan. Desde este punto de vista podríamos.consíi-
derar la mayordomía como la institucionalización del esfuerzo colectivo por
celebrar la fiesdel ta
santo; el cual forma parte de la comunidad y tiene otro
tipo de capacidades y posibilidades con las cuales puede
puede atraer
atraer beneficio
ber s
que el pueblo requiere, Desde esta lógica, atender debidamente al santo con-
viene a todos para mantener un orden natural favorable.
29
"nino Gómez AlzapA Lo
30
AR
EMÁTICO: LA RELIGIOSIDAD POPUL
II. UTILIDA D TEÓRICA DE UN TÉRMINO PROBL
y A do ale
campo, espero que resulte más clara mi aseveración sobre la existencia de una
complicada red de interrelaciones entre pueblos de una misma región, cerca-
nos y lejanos, auspiciados por la figura de los santos y sus parentescos, en
algunos casos, o sus decisiones, en otros/ como la virgen del Tránsito”quese
quiso quedar en Tlayacapan y hermanó a dos poblaciones, etcétera. HE
CONCLUSIÓN
A
Hemos entendido la religiosidad popular como un concepto que expresa, y
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yu
yL
1ÚÓ /
Ley
más que fenómenos sociales aislados, una lógica cultural coherente con SS
¿>
el proceso social históricamente vivido, con todas las tensiones, rupturas,
» A
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—___em——— — =(
, ¿
31
Ram RO Gómpo
Los
procesos sociales que se entrecruzan en la dinám
SE vigorizacióny el destrollo > ica de
la religiosidad popular posibililatan
] sociales que cohesionan la comunidad a to
To económico y político. Esto favorece la integración do to en
grupos dentro del pueblo, fortaleciendo los lazos de parentesco o me y los
an a
y ampliando las posibilidades de establecer nuevos nexos
erior
como al exterior del mismo.
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33
VII. RELIGIOSIDAD POPULAR:
MANIFESTACIÓN DE PRÁCTICAS DE VIDA COMUNITARIA
RESUMEN
Los asentamientos humanos en sus variados contactos naturales, de intercambios, de
dominación, etc., generan resignificaciones que se suscitan a través de procesos de lar-
ga duración. Dichas resignificaciones se agudizan en momentos críticos como el que
se vivió a través del encuentro de dos grandes raíces culturales o cosmovisiones: la
mesoamericana y la hispana. La coexistencia de grupos de dos visiones radicalmente
distintas establece nuevas formas de relación; la condición de una minoría hispa-
na dominante, respecto de los múltiples grupos autóctonos desestructurados, determina
nuevas formas de organización y resignificación de su religiosidad. La hegemonía
española, aunque asumida de variadas formas por los grupos mesoamericanos, en el
decurso histórico desarrolló importantes procesos de resignificación cultural en los
que destaca el aspecto religioso; dos configuraciones con marcadas diferencias que,
sin embargo, comparten el lugar central de la religiosidad en ambas culturas, y trae
en consecuencia que la conjunción de ambas visiones religiosas suscite nuevas con-
cepciones y prácticas que para su estudio son denominadas religiosidad popular. Los
datos concretos de la investigación que aquí se presentan, versarán sobre las prácticas
de curación en Calería, Los Tuxtlas, Veracruz.
RELIGIOSIDAD POPULAR
En el contexto de la hegemonía española, aunque la asumen de variadas
formas, los grupos mesoamericanos desarrollan procesos de resignificación
cultural en los que destaca el aspecto religioso. Dos configuraciones con mar-
cadas diferencias que, sin embargo, comparten el lugar central de la religio-
sidad en ambas culturas, Esto trae en consecuencia que la conjuncióndde
dichas visiones religiosas suscite nuevas concepciones y prácticas que, para
su
estudio, son denominadas religiosidad popular.
84
VII. RELIGIOSIDAD POPULAR: MANIFESTACIÓN DE PRÁCTICAS DE VIDA COMUNITARIA
MEDICINA TRADICIONAL
La capacidad de observación y sistematización del entorno natural, de sus
ciclos y fenómenos, así como del orden social y ético, permitió desarrollar
diversos conocimientos, de los cuales algunos dieron origen a la medicina
[tradicional indígena; que puede ser definida así:
o (Sistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y
) simbólicos destinado a la atención de diversos padecimientos y pro-
bel
cesos desequilibrantes, cuyo origen se remonta a las culturas pre-
hispánicas pero que, como toda institución social, ha variado en el
curso de los siglos [Zolla, 2005:63].
85
ELENA DEL CARMEN ARANO LrAL
L
” _ta. Por ejemplo, reflejan el conocimiento,
ón
la valoración y el misticismo que
— guardan con el entorno ecológico; asimismo, o, reflejan su visión del orden
cósmico y social, e invocan para su intervención la ayuda o el conjuro de entida-
desdivinizadas
din Es por ello que el ritual toma su sentido )desde la tradición
TFN”
FORMAS COMUNICATIVAS
) Altares: pueden ser definidos como lugares de contacto con los seres sobrenatu-
rales, donde la presenca y la ubicación de los objeos rímales, simbólicos, imá-
goes o ebinges de los seres sobrenarurales tienen una organización espacial
86
VII. RELIGIOSIDAD POPULAR: MANIFESTACIÓN DE PRÁCTICAS DE VIDA COMUNITARIA
y estética respecto a las concepciones de dichos objetos. Sobre una mesa con
un lienzo de tela o papel, que se extiende en su parte posterior sobre una pared
como fondo que también se cubre, se ubican los objetos, con una relación
espacial de seriación vertical, horizontal o ambas, donde los más significati-
vos se encuentran en la parte superior y posterior, aunque no hay una figura
central que destaque.
Por objetos rituales se entiende aquellos que participan en
los rituales de curación, como el libro de oraciones, frascos con líquidos
preparados, incienso o, bajo la mesa, alguna vasija con carbón, que son per-
manentes, mientras que hay otros temporales que serán usados en las cura-
ciones: huevos, plantas, agua u otros líquidos. Los objetos simbólicos son
aquellos con atributos taumatúrgicos como escapularios, círculo de piedras
de río o agua en vasijas, que tienen la cualidad de rechazar las energías nega-
tivas. Complementarias al altar se incluyen las ofrendas.
2. Ofrendas: aluden a los objetos, acciones o expresiones presentados ante
los seres sobrenaturales en los espacios rituales, como paisajes, altares o luga-
res donde atribuyen su manifestación o morada: flores, plantas, copal, frutas,
comidas, velas, veladoras o lámparas de aceite, bebidas, sahumerio, camina-
tas, cantos, oraciones, entre las principales.
3. Oraciones: son expresiones verbales que pueden tener una formalidad en
su estructura y entonación, o bien una creación libre, en las que prevalecen
expresiones de alabanza, súplica, peticiones y agradecimientos, dirigidos a
uno o más seres sobrenaturales o taumatúrgicos. Las oraciones usadas en los
ritos de curación se efectúan de memoria, pero la presencia de los libros de
oraciones sugiere su lectura en algunos casos.
4, Acciones rituales; se consideran así las efectuadas por el especialista ritual res-
pecto al altar, las ofrendas, las oraciones o las ejercidas respecto al “paciente”.
87
ELENA DEL CARMEN ÁRANO Lear
duce la ganadería, acciones para las que se recluta y obliga a los indígenas a
trabajar para su desarrollo, junto con los esclavos traídos de África por los
españoles. Como explica Aguirre Beltrán:
En 1542 don Hernán celebra trato con el navegante genovés Leo-
nardo Lomelín por doscientos esclavos negros bozales diretamen-
te exnraídos de África y dos años después su administrador recibe
de conformidad
la mercancía de ébano, que en parte, remite
a Tuxtla
[Aguirre Beltrán, 1994:82].
88
VII RELIGIOSIDAD POPULAR: MANIFESTACIÓN DE PRÁCTICAS DE VIDA COMUNITARIA
ESPECIALISTAS RITUALES
En los estudios sobre magia en Los Tuxtlas, los especialistas rituales se han ca-
racterizando en función de sus poderes: 1) curativos, 2) dañinos o destructivos,
3) para influenciar el éxito de cualquier actividad, 4) para entrar en contacto
con entidades sobrehumanas, 5) adivinatorios, 6) de metamorfosis o nahua-
lismo, 7) otros, atributos peculiares propios de especialistas muy poderosos,
como ser inmune a las balas de sus enemigos [v. Olavarrieta, 1977:164-169].
En la comunidad de Calería he identificado especialistas
rituales que en todos los casos tienen un vínculo de consanguinidad o de
amplia convivencia con reconocidos especialistas rituales dentro de la comu-
nidad, quienes ya fallecieron pero cuya fama es manifestada por informantes
ancianoso por los actuales especialistas rituales. Los caracterizan
con los siete tipos
de? poderes rr
mencionados, distinguiendo al padre de dos de lelos actuales especia-
"listas entrevistados. _
Actualmente sólo se reconocen dos tipos de poderes, curati-
_vos y dañinos, en los € especialistas rituales, aún cuando también son consul-
tados para lograr éxito en las actividades mercantiles y para acciones adivi-
natorías. Todavía comentan de sorprendentes propiedades de nahualismo y
aluden a personas fallecidas que conocieron, pero ninguno se señala actual-
mente capaz de realizarlo.
Entre los especialistas rituales que se identifican en Calería,
están los curanderos que atienden problemas de salud (enfermedades da-
89
ELENA DEL CARMEN ÁRANO LEAL
SERES SOBRENATURALES
La tradición agrícola mesoamericana refleja un amplio conocimiento del en-
torno natural en relación con los ciclos agrícolas y festividades religiosas [Bro-
da, 1991, 2004a, b] por lo que son deificados ciertos espacios del paisaje,
principalmente los que participan en el ciclo del agua, como volcanes o ce-
rros, identificados como reservorios del agua y conectados de manera subte-
rránea con el mar, así como los vientos, los cuerpos de agua y las cuevas.
Dichos espacios o fuerzas de la naturaleza se identifican con
deidades, sus advocaciones, sus moradas o sus posesiones. Por ejemplo, Co-
varrubias, a partir de estudios arqueológicos, identifica representaciones de
seres sobrenaturales que persisten en el imaginario de diferentes grupos cul-
turales del suroeste de México, denominados chaneques:
Duendes y enanos que producen las lluvias y que son los dueños
del mejor maíz y otros tesoros que esconden en cuevas, nos recuer-
dan a sus probables antepasados; los antiguos dioses de la lluvia
y sus ayudantes, los chacs mayas y los tlaloques mexicanos [...] En
una época aún más antigua éstos tenían su prototipo en los enanos
con boca de tigre del arte de la Venta |Covarrubias, 1946].
Los pueblos olmecas conocían, como lo conocen los pueblos de hoy,
al chaneque, duende o dueño del monte. Covarrubias ha demostrado
>
que al evolucionar artística y conceptualmente, ese dueño o duende
olmeca con “cara de tigre” se transformó en el cosiño zapoteca. Mien-
tras que el Chaak maya y el Tláloc nahua, murieron en sus templos
al ser destruidos por la intolerancia medieval española, en tanto que
el duende, chaneque o alux sobrevivió [Hasler, 2003:33).
Los seres sobrenaturales identificados en el paisaje caracte
-
rizan espacios que a la fecha son significativos
en el imaginario colectivo y
participan en rituales comunales (ascensión al volcán
en las festividades de
los santos patronos); en rituales de protec
ción o curación del “susto” (en el
90
VII. RELIGIOSIDAD POPULAR: MANIFESTACIÓN DE PRACTICAS DE VIDA COMUNITARIA
caso de ríos, lagos, pozas, cascadas); en ritos agrícolas respecto a las semillas,
la milpa, o bien, de caza (en el monte), entre los más notables.
Respecto al paisaje ritual la planicie costera al sur del estado al-
berga un complejo cultural en torno a los volcanes de la sierra. Dos sobresalen
por su altura: el Santa Marta y el San Martín Tuxtla, ambos con 1,680 msnm, y
el San Martín Pajapan (1,180 msnm) por su importancia cultural. Los vientos
alisios chocan con la sierra en la parte de San Martín Tuxtla y se dirigen hacia
Santa Marta. Asimismo, el relieve montañoso de Los Tuxtlas con múltiples
cráteres y abundante precipitación suscita lagos, ríos y arroyos caracterizados
como lugares de riesgo o “encanto”, así como el monte y sus animales.
Pese a las múltiples influencias culturales en épocas prehis-
pánicas, durante la Colonia y posterior a la Revolución Mexicana, en Los
Tuxtlas persiste, aunque muy reducida por la ganadería, la tradición agríco-
Ta, el monocultivo de caña de azúcar y el de tabaco; a la fecha hay áreas de
sy
_ejido y cultivo de milpas en su mayoría para autoconsumo, ya que la produc-
ción agrícola no es rentable.
En la comunidad mestiza de Calería, los grupos y familias
de tradición agrícola aún expresan en las prácticas cotidianas y en sus creen-
cias y rituales de curación aprecio respecto a unas equilibradas prácticas de vida prd”
"comunal,
de armonía y valoración con la naturaleza y de relación inmanente
“con los seres sobrenaturales.
— En las entrevistas, un anciano de Calería expresa cómo vio a
“Juan del monte”. Relata que, mientras cuidaba su cosecha en la milpa, se le pre-
sentó un paisano y le preguntó qué hacía. Al final de su diálogo le comentó que en
media hora estaría en la sierra de Santa Marta, por lo que el agricultor “compren-
dió” que no era un ser de este mundo, porque nadie viaja a esa velocidad: sólo
“Juan del monte” porque es un aire y tiene su casa en dicha sierra.
El complejo cultural de Los Tuxtlas se presenta como expre-
sión de procesos de larga duración de carácter sincrético, ya que, como aquí
se refleja, se reconocen matices de las culturas indígena, hispana y africana.
REFLEXIONES FINALES
En la comunidad de Calería se han identificado concepciones que relacionan
la religiosidad popular con prácticas tradicionales de curación, en las que el
culto. asantos católicos, reflejado en los altares, contribuye a la curación para
el “ro
“robo del espíritu” o “pérdida de la sombra” provocado por entidades de
concepción mesoamericana tales como ,chaneques, nahuales o encantos.
Las imágenes que aparecen en el altar del señor que cura de
espanto corresponden a los santos patronos de comunidades aledañas que
mantienen importantes vínculos en sus labores productivas o de intercambio.
Las imágenes de dichos santos aluden generalmente a vivencias campiranas
91
DINA 001 CARMEN ÁNANO Liar
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ELENA DEL CARMEN
ÁRANO Le,