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Nota – Recientemente nuestro blog reprodujo un amplio extracto del libro de Filip Kota Dos Líneas
Opuestas en el Movimiento Sindical Mundial en donde se incluía una breve historia de la
Federación Sindical Mundial (FSM) desde su origen hasta comienzos de los años 60 del siglo XX.
Arriba dijimos que la FSM había sido la organización más importante de las masas trabajadoras
sindicalizadas y orientada por el proletariado revolucionario. En efecto, la FSM surgió en 1945
agrupando la mayor cantidad de organizaciones sindicales del mundo; en ella participaron todas
las organizaciones sindicales de los países del campo socialista y la mayoría de los sindicatos de los
distintos países, incluidos los imperialistas.
En sus mejores tiempos y con el apoyo de los países del campo socialista logró importantes
conquistas como la salud universal, la seguridad social y el subsidio estatal a la educación y a la
vivienda en muchos países. Obligó con su lucha a que la burguesía legalizara el movimiento
sindical en la mayoría de los países y los Estados establecieran una legislación especial que
regulara las relaciones obrero-patronales. Su poder radicaba en el ejemplo del enorme progreso
social de los países donde el proletariado tenía el poder y en la lucha de los obreros del mundo,
cuyo movimiento sindi-cal estaba ligado a la lucha general por el triunfo del socialismo en toda la
tierra. Por poner dos ejemplos nada más, podemos decir que, en cuanto a su fuerza, solo la
Federación Nacional de Sindicatos de China agrupaba cerca de 130 millones de afiliados; en
cuanto a su enorme peso político, puede medirse en la creación del Instituto Colombiano de
Seguro Social (1946) y en la promulgación del Código Sustantivo del Trabajo en Colombia a
mediados del siglo pasado, un país donde apenas sí llegaba la influencia de la FSM porque el
movimiento sindical estaba maniatado al imperialismo yanqui y al Vaticano.
Pero la FSM sufrió un duro golpe con la pérdida del poder por el proletariado en Rusia en 1956, y
esta federación fue convertida en instrumento al servicio de la nueva burguesía que tomó las
riendas del poder en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS. La FSM en la década del
60 se convirtió en instrumento al servicio del socialimperialismo ruso y ello ocasionó la salida de
gran cantidad de organizaciones, quedando reducida a los sindicatos bajo la férula de la nueva
burguesía rusa y la dirección de los partidos revisionistas.
Su historia desde esa época hasta ahora, ha sido la historia de la defensa de la agresión a los
pueblos que Rusia domina, de servicio a los planes de la burguesía imperialista rusa en la lucha por
su hegemonía mundial, de contribución al mantenimiento del capitalismo imperialista, solo que
disfrazada con frases contra la explotación y la opresión, por la liberación y la autodeterminación
de los pueblos y por la paz mundial.
Hoy, luego de cerca de 30 años de haberse impuesto nuevamente las relaciones capitalistas de
explotación en China con la pérdida del poder por el proletariado en 1976, la burguesía
imperialista china mantiene una alianza con su compinche rusa en la disputa por la hegemonía al
imperialismo estadounidense; necesitan también reorganizar sus propias fuerzas y por ello, desde
hace unos años, han lanzado una ofensiva ideológica, política y organizativa para reconstruir la
FSM y revitalizarla, empezando porque la nueva burguesía imperialista china, por ejemplo, impuso
desde el 2008 una ley que obliga a todas las empresas —incluyendo las extranjeras— a establecer
sindicatos que pertenezcan a la Federación Nacional de Sindicatos – FNS, hoy nuevamente
miembro de la FSM; pero nos solo la burguesía china, también la rusa ha hecho lo propio,
manteniendo la dirección de la Federación de Sindicatos Independientes de Rusia – FNPR y la
Confederación Nacional del Trabajo de Rusia y bregando por fortalecerlas desde el mismo Estado,
nada extraño que este año las autoridades hayan permitido que la manifestación del 1º de Mayo
volviera a ocupar la Plaza Roja en Moscú, y nada raro tampoco que sean los jefes del gobierno
burgués quienes pronuncien los discursos oficiales en la conmemoración futura.
La FSM a pesar de las declaraciones clasistas y en contra de la explotación tales como “…el
Movimiento Sindical deberá guiarse por los principios de la lucha de clases y orientado hacia ella…
En ninguna parte del mundo, ningún patrón ni ningún gobierno capitalista ha resuelto, por
iniciativa propia, los problemas de clase…” Y de supuestamente defender la “…independencia de
las organizaciones sindicales fuera del marco de los monopolios y de las corporaciones
transnacionales… los sindicatos deben ser independientes de los partidos políticos…” está dirigida
directamente por los gobiernos de los países imperialistas de Rusia y China.
De ahí que sus “MÁS DE 80 MILLONES DE AFILIADOS” de 120 países tampoco hayan frenado la
arremetida de los capitalistas, sobre todo en China donde cuenta con la fuerza más grande y
donde las condiciones de superexplotación y opresión rebasan las de cualquier país. Y por
supuesto, al igual que la confederación al servicio de los imperialistas yanquis CSI, la FSM al
servicio de los imperialistas rusos y chinos también “tiene representantes permanentes ante los
organismos internacionales como la ONU, la UNESCO, la FAO o la OIT.”
Algunos dirigentes y activistas obreros en Colombia, ansiosos dela unidad internacional de los
trabajadores y deseos de recuperarlas organizaciones sindicales para la lucha y no para la
conciliación de clases, se han dejado embaucar por la apariencia de los discursos clasistas y
antiimperialistas de la cúpula de ese aparato al servicio de los imperialistas que es la FSM; pero no
bastan los buenos deseos e intenciones, los compañeros deben examinar la historia y prestarle
atención a la actuación delos jefes de ese esperpento o terminarán sirviendo a una causa
reaccionaria.
La OIT fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles que terminó con la
Primera Guerra Mundial, y reflejó la convicción de que la justicia social es esencial
para alcanzar una paz universal y permanente.
Su Constitución fue elaborada entre enero y abril de 1919 por una Comisión del
Trabajo establecida por la Conferencia de Paz, que se reunió por primera vez en París
y luego en Versalles. La Comisión, presidida por Samuel Gompers, presidente de la
Federación Estadounidense del Trabajo (AFL), estaba compuesta por representantes
de nueve países: Bélgica, Cuba, Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia,
Reino Unido y Estados Unidos. El resultado fue una organización tripartita, la única en
su género con representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores en sus
órganos ejecutivos.
La fuerza que impulsó la creación de la OIT fue provocada por consideraciones sobre
seguridad, humanitarias, políticas y económicas. Al sintetizarlas, el Preámbulo de la
Constitución de la OIT dice que las Altas Partes Contratantes estaban “movidas por
sentimientos de justicia y humanidad así como por el deseo de asegurar la paz
permanente en el mundo...”
El inicio
La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde sus primeros
días. La primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre de
1919 adoptó seis Convenios Internacionales del Trabajo, que se referían a las horas
de trabajo en la industria, desempleo, protección de la maternidad, trabajo nocturno
de las mujeres, edad mínima y trabajo nocturno de los menores en la industria.
Este primer fervor pronto fue moderado, porque algunos gobiernos pensaban que
había demasiados Convenios, el presupuesto era excesivo y los informes muy
críticos. Sin embargo, la Corte Internacional de Justicia declaró que el ámbito de
acción de la OIT se extendía también a la reglamentación de las condiciones de
trabajo del sector agrícola.
La depresión y la guerra
El británico Harold Butler, sucesor de Albert Thomas desde 1932, tuvo que enfrentar
la Gran Depresión y su consecuencia de desempleo masivo. Al darse cuenta de que
para abordar temas laborales necesitaba también de la cooperación internacional,
Estados Unidos se convirtió en Miembro de la OIT en 1934, aunque continuaba fuera
de la Sociedad de las Naciones.
El estadounidense David Morse fue Director General entre 1948 y 1970, período
durante el cual se duplicó el número de países miembros. La Organización asumió su
carácter universal, los países industrializados pasaron a ser una minoría ante los
países en desarrollo, el presupuesto creció cinco veces y el número de funcionarios
se cuadruplicó. La OIT creó el Instituto Internacional de Estudios Laborales con sede
en Ginebra en 1960 y el Centro Internacional de Formación en Turín en 1965. La
Organización ganó el Premio Nobel de la Paz en su 50 aniversario en 1969.
Entre 1970 y 1973, con el británico Wilfred Jenks como Director General, la OIT
avanzó en el desarrollo de normas y de mecanismos para la supervisión de su
aplicación, en particular en la promoción de la libertad sindical y la protección del
derecho de sindicación.
Michel Hansenne de Bélgica asumió el cargo en 1989 y condujo la OIT después del
fin de la Guerra Fría. Puso énfasis en la importancia de colocar la justicia social al
centro de las políticas económicas y sociales internacionales. También orientó a la
OIT hacia una decentralización, con mayores actividades y recursos fuera de la sede
de Ginebra.
El británico Guy Ryder fue elegido como el décimo Director General de la OIT en
mayo de 2012. En noviembre de 2016 fue reelecto por otros cinco años. El segundo
mandato comenzará el 1 de octubre de 2017.
Vea también
Textos constitucionales
1. Constitución de la OIT
2. Declaración de Philadelphia
Recursos útiles
1.
Slideshow
1.
Compartiendo los conocimientos sobre la historia de la OIT
Creada en el año 1919, la OIT cumplirá su primer siglo de existencia en 2019. El
Proyecto del Centenario se ha creado con objeto de preparar esta celebración
profundizando el conocimiento de la larga y rica historia de la Organización y de su
papel en determinados momentos históricos.
Acrónimo CIOSL
Tipo ONG
Acrónimo OIT
Fundación 1919
Sede Ginebra
Índice
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1Historia
2Órganos
o 2.1Conferencia Internacional
2.1.1Comisión de Expertos
o 2.2Consejo de Administración
2.2.1Comité de Libertad Sindical
o 2.3Oficina Internacional del Trabajo y Director General
2.3.1Oficinas regionales
2.3.2Dirección Ejecutiva de Diálogo Social
2.3.2.1ACTRAV
2.3.2.2ACTEMP
3Normas, convenios, recomendaciones y declaraciones
4Acción
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos
Historia[editar]
La Organización Internacional del Trabajo fue fundada en 1919. Las negociaciones tuvieron la
particularidad de ser realizadas entre los gobiernos, los sindicatos y las organizaciones de
empleadores, quienes tomaron como base la Asociación Internacional para la Protección
Legal de los Trabajadores2 que había sido fundada en Basilea en 1901 para establecer
la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo,2 adoptada por la Conferencia de
Paz de París e incluida en la sección XIII del Tratado de Versalles situado en Francia.
La constitución de la OIT tuvo lugar en la conferencia de Washington celebrada entre el 29 de
octubre y 29 de noviembre de 1919, en la que participó como representante de las
organizaciones obreras españolas Francisco Largo Caballero, secretario general de la
socialista Unión General de Trabajadores, resultando elegido miembro de su Consejo de
Administración y colaborando a partir de entonces muy estrechamente con el primer director
general de la OIT, el francés Albert Thomas.3
La Organización Internacional del Trabajo se organizó desde un principio con un
gobierno tripartito, único en su género, integrado por representantes de los gobiernos, los
trabajadores y los empleadores y eligió como primer Director General al francés Albert
Thomas.4
Entre 1919 y 1921 la OIT sancionó dieciséis convenios internacionales del trabajo y dieciocho
recomendaciones y en 1926 se introdujo un mecanismo de control, aún vigente, por el cual
cada país debe presentar anualmente una memoria informando sobre el estado de aplicación
de las normas internacionales. Con el fin de examinar esas memorias se creó también
la Comisión de Expertos, integrada por juristas independientes, que cada año presenta su
informe a la Conferencia.
En 1934, bajo el gobierno de Franklin D. Roosevelt, los Estados Unidos solicitaron su ingreso
en calidad de miembro de la OIT. Durante la Segunda Guerra Mundial la OIT se instaló
temporalmente en Montreal.
En 1944, cuando aún la guerra no había terminado, la Conferencia Internacional del Trabajo
en Filadelfia aprobó la Declaración de Filadelfia que se integró como anexo a la Constitución,
fijando los principios, fines y objetivos de la OIT. En 1948 se adoptó el Convenio sobre
Libertad Sindical, n.º 87.5
En 1977 Estados Unidos se retiró de la OIT causando una crisis presupuestaria debido a la
disminución automática del presupuesto en un 25% que ello significó, pero pudo controlarse
hasta su reingreso en 1980.
En los años 80 la OIT desempeñó un papel decisivo en el desarrollo del Sindicato
Solidaridad dirigido por Lech Wałęsa, aplicando el Convenio sobre la Libertad Sindical (1948).
Finalizada la Guerra Fría y frente al proceso de globalización y deterioro de los derechos
laborales en todo el mundo, la OIT ha señalado la necesidad de dar prioridad al cumplimiento
de las Normas y Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo garantizados por los
ocho convenios fundamentales (libertad sindical, negociación colectiva, abolición del trabajo
forzoso, abolición del trabajo infantil, eliminación de la discriminación en materia de empleo y
ocupación), destacando los conceptos de empleo digno y democratización de la
globalización.6 y esa es su función.
Órganos
La función de la OIT
19.05.2017
La misión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
es promover la justicia social y los derechos humanos y
laborales reconocidos internacionalmente, sobre la base del
principio fundamental de que la justicia social es esencial
para la paz universal y duradera.
Creada en 1919 como parte del Tratado de Versalles que puso fin a la
Primera Guerra Mundial, es el único organismo tripartito de las Naciones
Unidas, que agrupa a los representantes de los gobiernos, los
empleadores y los trabajadores de sus 187 Estados miembros.
Son:
Quejas
Acrónimo CTM
Tipo ONG
Fundación 1920
La Confederación Mundial del Trabajo (CTM) fue una federación sindical internacional de
orientación cristiana autodisuelta el 31 de octubre de 2006para integrar la Confederación
Sindical Internacional (CSI).
Fundada en 1920 en La Haya (Países Bajos) con el nombre de Confederación Internacional
de Sindicatos Cristianos (CISC) hasta 1968 cuando adoptó el nombre de referencia.
Agrupaba 144 organizaciones de trabajadores en 116 países (cifra de octubre de 2001). Tenía
su sede en Bruselas (Bélgica).
Estructura de la CTM[editar]
La estructura de la CTM estaba conformada por un Congreso que se reunía cada 4 años. Este
elegía un Presidente, Secretario General, dos Secretarios Generales Adjuntos y seis
Vicepresidentes y los demás miembros del Comité Confederal. Dando un total de 48
miembros que se reúnía anualmente y eran la principal instancia directiva entre Congresos. El
Buró Ejecutivo lo integraban el Presidente, Secretario General, dos Secretarios Generales
Adjuntos, los seis Vicepresidentes y el Tesorero, y que era el órgano encargado de llevar a
cabo las líneas políticas y programáticas de los Congresos.
Secretarios Generales han sido Pieter Jozef Serrarens (1920-1952), August
Vanistendael (1952-1996) y Willy Thys (1996 hasta la disolución)
Regionalmente las organizaciones afiliadas a la CMT se organiza en
Organizaciones sindicales
Véase También...
Libertad sindical
Trabajadores
Educación obrera
Más informaciones...
EL CONGRESO DE FUNDACIÓN
La Federación Sindical Mundial (FSM) fue fundada en París el 3 de octubre de 1945. En el Primer Congreso
de la Federación Sindical Mundial (París, 3-8 de octubre de 1945), se votó la fundación de la FSM y a él
asistieron delegados en representación de 67 millones de trabajadores miembros de 56 organizaciones
nacionales de 55 países y 20 organizaciones internacionales. El Primer Congreso de la Federación Sindical
Mundial fue precedido por la Conferencia de la Federación Sindical Mundial que se celebró en Londres del 6
al 17 de febrero de 1945 y en la que se llevó a cabo gran parte del trabajo de preparación. A la Conferencia de
Londres asistieron 204 delegados de 53 organizaciones nacionales e internacionales en representación de 60
millones de trabajadores en todo el mundo. La Conferencia fue presidida por los representantes del TUC
Británico, el Congreso de Organizaciones Profesionales (CIO) de Estados Unidos y el Consejo Central de
Sindicatos de la URSS. Contaron con la ayuda de tres vicepresidentes – de la CGT de Francia, la Federación
China del Trabajo y la Confederación de Trabajadores de América Latina. Walter Citrine, Secretario General
del TUC Británico fue el Secretario General de la Conferencia. A la fundación de la FSM siguió la Conferencia
de San Francisco en la que se creó la Organización de Naciones Unidas (ONU). El Estatuto de la ONU
adoptado en San Francisco el 26 de junio de 1945 declaraba: “Nosotros, el pueblo de las Naciones Unidas,
determinado a salvar a las futuras generaciones de la lacra de la guerra, que dos veces en nuestra vida ha
provocado un dolor incalculable a la humanidad; a reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales, en
la dignidad y en el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos para hombres y mujeres y para
personas de naciones pequeñas o grandes; a establecer las condiciones bajo las cuales la justicia y el respeto
por las obligaciones que surjan de las amenazas y otras fuentes de leyes internacionales puedan ser
mantenidas; a promover el progreso social y mejor calidad de vida en una mayor libertad y con estos fines,
practicar la tolerancia y vivir juntos en paz unos con otros como buenos vecinos y unir nuestras fuerzas para
mantener la paz internacional y la seguridad; a asegurar, mediante la aceptación de los principios y los
métodos de institución, que la fuerza armada no sea usada más que por el interés común; y a emplear la
maquinaria internacional para la promoción del progreso económico y social de todos los pueblos, hemos
tomado la decisión de combinar nuestros esfuerzos para cumplir todos estos objetivos.” El principal objetivo
del Primer Congreso de la Federación Sindical Mundial no era otro más que el citado anteriormente del
Estatuto de la ONU. El Estatuto de la ONU habla en nombre de “nosotros los pueblos de las Naciones
Unidas”. El Congreso de París de la FSM habla en nombre de los trabajadores del mundo organizados en
sindicatos que quieren un mundo libre de guerras y de injusticias sociales. La fundación de la FSM se
consideró un signo precursor de la nueva era que se iniciaba con la derrota del fascismo a manos de la
alianza anti-fascista de estados. Los trabajadores y las fuerzas democráticas vieron en la victoria un nuevo
futuro para el mundo, un futuro libre del imperialismo y del colonialismo y en el que la libertad, la paz, la
democracia y la prosperidad progresarían por el bien de toda la humanidad. Era obvio para los trabajadores y
los sindicatos que las meras declaraciones de los gobiernos no bastaban. En la coalición anti-Hitler y en las
mismas Naciones Unidas había gobiernos y estados que habían elogiado a Hitler y que, incluso tras la victoria
ante el fascismo, intentaban abolir los movimientos liberales en los países que mantenían bajo el yugo
colonial. Por ello, era necesario construir la unidad de los trabajadores y de las naciones oprimidas del mundo,
para conseguir los objetivos de la humanidad, los cuales se incluían en las Declaraciones. La unidad de los
gobiernos mediante las Naciones Unidas, no era suficiente. Eran necesarias nuevas organizaciones de
masas, de la clase obrera en particular. De ahí el llamamiento a la unidad sindical a escala mundial. Estas
preocupaciones se reflejaban claramente en el Manifesto emitido en la Conferencia de Londres: “El trabajo
organizado ha dado sus frutos tanto en el terreno de la lucha armada como en el de la producción, al crear y
apoyar a las fuerzas gigantescas que ya han doblegado al fascismo y que mañana lo destruirán
completamente y para siempre. “Nuestra Conferencia histórica, celebrada en el momento en el que la lucha
armada está todavía viva, es una muestra de la unidad de la clase obrera y evidencia de la victoria moral de
las Naciones Unidas sobre las fuerzas del mal del fascismo.” El trabajo organizado, que en tan gran medida
ha contribuido a ganar la guerra, no puede dejar en manos ajenas – por muy buenas intenciones que tengan –
toda la responsabilidad de la paz. La paz será real -duradera, un paz digna de los sacrificios realizados para
conseguirla- solamente si refleja la firme determinación de los pueblos libres, sus intereses, sus deseos y sus
necesidades. Por todo ello, desde nuestra Conferencia Mundial hacemos un llamamiento a todos los
trabajadores del mundo, a los hombres y mujeres de buena voluntad, para invitarlos a que se consagren a la
construcción de un mundo mejor y para ello sacrificarse como se sacrificaron para ganar la guerra.
El Estatuto de la FSM fue adoptado en 1945 e incluía entre los propósitos de la FSM el de “Combatir la guerra
y sus causas y trabajar por una paz estable y duradera.” La Primera Resolución adoptada por el Congreso de
París declaraba que “una de las tareas fundamentales de la FSM y de los movimientos sindicales de todos los
países era la de luchar por la erradicación rápida y definitiva del fascismo. Reconocemos que las fuerzas de
reacción se oponen a la destrucción total del potencial de guerra alemán y japonés. El mundo del trabajo debe
tomar medidas para garantizar que estas fuerzas no prevalezcan…” “… El Congreso declara que el mundo del
trabajo deber mantenerse siempre vigilante para impedir cualquier vacilación o debilidad en la aplicación de
estas decisiones (los acuerdos Potsdam)”. La segunda resolución adoptada por el Primer Congreso Sindical
Mundial perfiló los principios de un estatuto fundamental sobre los derechos de los sindicatos y sus demandas
inmediatas. El Congreso de París, en su segunda resolución, reafirmaba con fuerza las demandas
fundamentales de los trabajadores. Libertad de organización sindical para todos; Abolición de cualquier tipo de
discriminación basada en la raza, creencias, color o sexo. El derecho al trabajo y a las vacaciones pagadas.
Sueldos adecuados y un mejor estilo de vida (vivienda, comida, etc.) Seguridad social con garantías para el
desempleo, la enfermedad, los accidentes y la vejez. La resolución sobre el derecho de los pueblos a la
autodeterminación impulsa claramente el lema de la independencia nacional: “La victoria sobre los poderes
del fascismo se ha basado en la fuerza militar de la ONU y en la lucha activa de los pueblos para asegurar el
pleno disfrute de las libertades básicas y el derecho a la autodeterminación y a la independencia nacional. De
hecho, se trataría de una victoria incompleta si a los pueblos de las colonias y los territorios de todas las
naciones se les denegara ahora el pleno disfrute de su derecho inherente a la autodeterminación y la
independencia nacional.” El Congreso añadió a esta reivindicación de independencia política el llamamiento
para la independencia económica también. El Congreso de París decidió: - Aumentar el progreso industrial y
de las técnicas agrícolas bajo el control democrático en todos los países subdesarrollados para liberarlos de
su posición actual de dependencia y mejorar la calidad de vida de su población - Ver que este programa no se
usa con fines monopolísticos, locales o extranjeros, lo que dañaría los intereses legítimos nacionales y
sociales de estos países. - Apoyar la ayuda que se puede ofrecer a estos países por medios técnicos o
económicos por parte los países desarrollados en forma de préstamos a largo plazo y otros medios sin
permitir que esto interfiera más tarde en los asuntos internos de los países necesitados o que los exponga a la
influencia de compañías o cárteles internacionales. - Asegurar la coordinación internacional de estas medidas
para alcanzar una evolución armoniosa de todos los pueblos. - Reclutar a todos los pueblos en el marco de
este movimiento, no únicamente a los de los países subdesarrollados sino también a los de los desarrollados,
cuyos intereses reales coinciden con los de los primeros. El Congreso de Fundación de la FSM escuchó
argumentos muy convincentes a favor de la cooperación y la unión sindicales. Sydney Hillman, delegado del
CIO de los EE.UU., dijo: “La historia-ese profesor tan duro-nos ha enseñado una lección muy costosa en la
sangrienta década pasada: la lección de que la unidad entre las fuerzas democráticas del mundo es la única
condición si la cual la paz y el progreso no son posibles… El movimiento obrero internacional (antes de 1939)
era débil y nada eficaz en la batalla contra el fascismo porque carecía de unidad, que es nuestra única fuente
de fuerza.” El delegado de AUCCTU de la Unión Soviética, V. Kuznetsov, apoyando a Sydney Hillman,
declaró: “Los miembros de los sindicatos soviéticos hacen un llamamiento unánime a la unidad sindical
mundial y destacan el hecho de que el establecimiento de contacto personal con los trabajadores de países
democráticos es un gran paso adelante para conseguir la unidad.” Sin embargo, hubo controversias agudas y
fuertes diferencias en el Congreso sobre diferentes asuntos. Por ejemplo, sobre la cuestión de la
independencia nacional de los países coloniales, se presentaron diversas actitudes. Cuando, por ejemplo,
Shripad Amrit Dange (India) acogió con agrado las perspectivas abiertas por el establecimiento de la FSM de
la siguiente manera: “Para nuestra clase trabajadora, la única y principal necesidad es la independencia
nacional y por eso nuestro pueblo se une al movimiento sindical internacional”. Walter Citrine de la TUC
Británica respondió que él no creía que la FSM fuera “el medio por el que se debía de resolver esta cuestión.
Si nos internamos en el laberinto de la política…esta organización internacional perecerá.” Cuando la
Comisión del Reglamento propuso a resolución la condena del colonialismo en Vietnam e Indonesia, Kupers,
delegado de los sindicatos holandeses, subió a la tribuna para negar la justificación de los pueblos indoneses
de luchar por la independencia. No obstante, el espíritu de los tiempos era tal que la unidad prevaleció y se
adoptaron todos los documentos del Congreso. Así, el Congreso se convirtió en un evento excepcional en la
historia del movimiento sindical mundial. El Congreso eligió a Walter Citrine (TUC Británico) Presidente y a
Louis Saillant (CGT Francia) Secretario General, con sede en París.
) LA FSM EN EL PRESENTE
NUEVA PÁGINA Tras el XV Congreso de la Federación Sindical Mundial, la FSM ha pasado página y sigue
un nuevo curso moderno y luchador. Desarrollamos la historia de 65 años, desarrollamos la debilidad y los
achaques de este curso e intentamos corresponder las necesidades actuales y futuras. Construimos el
presente y abrimos nuestras alas al futuro. Nuestros valores y principios básicos se encuentran en las
palabras clave: análisis, acción, unidad, lucha, democracia, solidaridad, independencia, coordinación. Análisis
de la realidad actual y acción por las reivindicaciones de la Clase Obrera. Lucha por los derechos de los
trabajadores. Unidad de todos los trabajadores ante los monopolios y los imperialistas. Por la paz y el
progreso. Solidaridad con el pueblo que sufre las amenazas y los ataques de los EE.UU. y de sus aliados.
Todos los pueblos deben tener derecho a la autodeterminación. Derecho a la educación y a la formación, a la
sanidad gratuita para todos los niños de la clase obrera sin discriminaciones y barreras de clase. Igualdad de
derechos para hombres y mujeres. Crítica, autocrítica, colectivismo, derechos democráticos y sindicales.
Trámites transparentes. Independencia de las Organizaciones Internacionales de la esclavitud de los EE.UU.
Independencia de las Organizaciones Sindicales del capital. Coordinación de todos los sindicatos militantes,
cualesquiera que sean sus diferencias, para repeler el ataque del capital contra la seguridad social, el trabajo
estable y a tiempo completo, las privatizaciones, la polución medioambiental, la calidad de vida. La confianza
en el papel de los trabajadores por un mundo libre de guerras, pobreza, prostitución infantil y explotación.
Desde 1945 hasta 1953 tuvo su sede en París. Entre 1953 y 1956 la sede estuvo
en Viena, la capital de Austria. Desde 1956 hasta 2005 la sede se estableció
en Praga, capital primero de Checoslovaquia y desde 1993 de la República Checa.
Desde enero de 2006 la sede mundial de la FSM se encuentra en Atenas, la capital
de Grecia.
En cada continente cuenta con una oficina regional. En todos los sectores importantes
tiene Uniones Internacionales Sindicales (UIS).
En toda su trayectoria hasta el presente, la FSM ha sido protagonista en las luchas
contra el Apartheid, contra el colonialismo, contra la política de los gobiernos
de Estados Unidos, la OTAN, Israel y sus aliados; contra el capitalismo.
La FSM tiene representantes permanentes ante organismos internacionales como la ONU,
la UNESCO, la FAO o la OIT. Lucha a través de estos organismos y pone de manifiesto el
monopolio que existe dentro de estos organismos.
La FSM celebró su XVI Congreso Sindical Mundial en 2010, que tuvo lugar en Atenas.
Asistieron 828 delegados de 101 países. Tomaron la palabra 105 delegados y se votaron
resoluciones importantes sobre todas las reivindicaciones actuales de los trabajadores.
La Conferencia eligió el nuevo Consejo Presidencial de 40 miembros por votación secreta.
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Sindicalismo internacional
Desde los comienzos mismos en que el trabajo comenzó a organizarse en el Siglo XIX, los
trabajadores consideraron que la organización internacional era un componente indispensable,
el sindicalismo. La famosa convocatoria de Marx y Engels, "trabajadores del mundo,
uníos"(188) y la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1864, dan cuenta
del sentimiento "internacionalista" y de la importancia que la "solidaridad internacional" han
tenido desde los primeros momentos en que el trabajo comenzara a organizarse.
Índice
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