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魔性の子/Masho no Ko

Demon child
El niño demoníaco

Escrito por: Ono Fuyumi.

Poema: Wang Wei, como despedida para Chao Jian en su regreso a Japón.

Traducido del japonés al inglés por Aili. Traducido del inglés al castellano por flor.

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Prólogo

El final de las aguas no puede ser alcanzado


Entonces ¿cómo se sabe qué hay más al este del mar azul?
¿Qué tan lejanas son las Nueve Tierras?
Viajar diez mil millas es como galopar sobre el cielo.
Frente a ese país, uno simplemente busca el sol.
Los buques que regresan solo siguen al viento.
El caparazón de la tortuga refleja la oscuridad de los cielos.
Los ojos del pez enrojecen las olas.
Los árboles locales están a distancia del Hibicus
Usted, amo, está en medio de la solitaria isla.
El punto de separación está en otro reino,
Aunque la correspondencia aún pase.

[Nota de Aili: Hay muchas alusiones en esta obra, como es habitual en cualquier buen
poema chino, pero los siguientes son los que creí que necesitarían una explicación:
En la línea tres, “Nueve Tierras” puede que refiera a China o a Japón (Kyuushuu).
En la línea nueve, “Hibiscus” refiere a un gran árbol, Fusang, del cual el sol sale
cada mañana, y viene a representar a Japón.]

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*

La nieve caía del cielo.

Los grandes y pesados copos de nieve caían como si no se fueran a acabarse. Al mirar el
cielo se veía un lienzo blanco y un sinnúmero de sombras grises sobre éste. Su línea de
visión siguió desde el cielo a la nieve cayendo en todo el patio, y antes de que se diera
cuenta, todo lo que podía ver era el blanco del cielo.

Observó como un copo de nieve caía ligeramente sobre su hombro. Era un copo de nieve
grueso y grande que se veía como un cristal hecho de algodón. Los copos cayeron
continuamente sobre sus hombros, brazos y palmas de las manos, que tenían un color rojo
fuerte. Inmediatamente se derretían al color transparente del agua.

Su blanco aliento realmente mostraba que tan penetrantemente helado estaba. Él giraba su
delgado cuello de niño y el blanco de su aliento seguía sus movimientos flotando en el aire,
haciéndole sentir aún más frío.

Había permanecido ahí durante una hora. Sus pequeñas manos y rodillas expuestas estaban
completamente rojas como una fruta madura, y ya había perdido toda la sensibilidad en
ellos. No importaba cuanto los frotase o los cubriese, solo sentía el frío filtrarse hasta los
huesos. Así se encontraba, sin sentir nada mientras miraba al aire con incertidumbre.

Ésta era la zona norte del patio. Un depósito ya fuera de uso estaba ubicado en la esquina
del estrecho patio. Una grieta en la pared de tierra hacía al aire aún más frío. A los tres
lados del terreno estaban el edificio principal, el depósito y donde el muro delimitaba el
terreno del patio. Sin embargo, en este clima tan frío y sin viento, no había nada que
pudiera usar para refugiarse del frío. No había nada en el patio que pudiera llamarse árbol.
Durante un tiempo en verano, los lirios florecían, pero ahora, el terreno solo estaba cubierto
por la blanca nieve.

“Que niño testarudo”. Su abuela se había mudado de la región de Kansai cuando se casó,
pero cuando hablaba, aún tenía un fuerte acento.

“Al menos podría llorar un poco. Al menos muy poquito para hacerle saber al resto que se
siente mal”.

“Madre, en realidad no tienes que ser tan dura”.

“Es porque lo consientes tanto que se ha vuelto tan terco”.

“Pero…”

“Los padres jóvenes de hoy en día solo saben como complacer a sus hijos. Es mejor si los
niños reciben alguna disciplina estricta”.

“Pero, mamá ¿y si se resfría…?”

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“No va a resfriarse por un poco de nieve. Escúchame. A menos que realmente se disculpe,
no se le permitirá entrar”.

Él se quedó allí.

De hecho, todo esto había ocurrido debido a un asunto insignificante, alguien había volcado
agua en el piso debajo del lavabo del baño y no lo había limpiado. Su hermano menor lo
culpó y negó haberlo hecho. Debido a su manera de pensar, por no recordar haber hecho
algo así se sentía tan seguro como para decir que él no lo había hecho. Su abuela varias
veces le advertía que decir mentiras era lo peor que podía hacer, así que no quería mentir y
decir que él había hecho una cosa así.

“Tan solo se honesto y pide disculpas, y el asunto habrá terminado.” La abuela lo dijo
severamente, por lo que solo pudo decir una sola vez que él no había sido. “¿Por qué eres
tan terco?”

Su abuela siempre dijo esto sobre él, es por su mente tan joven que decide, que se ha vuelto
tan testarudo. A pesar de que no tuviera muy bien en claro lo que “testarudo” significaba
exactamente, él tenía su propia manera de explicarlo: es por ser un niño “obstinado” que la
abuela no me quiere.

No había llorado porque estaba confundido. Su abuela quería que se disculpara, pero si lo
hacía, ¿no se convertiría en el tipo de niño mentiroso que su abuela tanto odiaba? No sabía
qué era lo correcto. Se sentía muy preocupado.

El pasillo se extendía a lo largo delante de él. Más allá de la ventana de cristal del pasillo
estaba la puerta de papel de la cocina. A través de la pieza de cristal ubicada en la puerta de
papel podía ver a su abuela y madre discutiendo en la cocina.

Verlas discutir lo hizo sentir muy triste. Por lo general, al final su madre admitiría que
estaba equivocada, y entonces ella no tendría más remedio que limpiar rápidamente el piso
del baño. Él sabía que eventualmente su madre se escondería en el baño y lloraría en
secreto.

¿Mamá está llorando de nuevo?

Pensaba en esto mientras se encontraba inseguro. Sus pies se sentían un poco entumecidos.
Llevó todo su peso a un pie y sintió un calmo dolor en su rodilla. No podía sentir la punta
de los pies, pero aún se forzaba en moverlos un poco más. Como resultado, sintió y retiró
un dolor agudo y frío. Podía sentir la nieve derretirse en sus rodillas, el agua helada que
corría por sus pantorrillas.

Cuando suspiró fuertemente, como lo hacen los niños, un soplo de viento le rozó la nuca
repentinamente. No era sino la vacía corriente de un viento muy cálido. Miró a su
alrededor, porque pensó que alguien había sentido lástima por él y le había abierto una de
las puertas.

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Sin embargo, después de mirar a su alrededor, encontró que todas las ventanas estaban
herméticamente cerradas. La ventana que daba a la habitación de enfrente estaba cubierta
por una delgada niebla debido al aire caliente de adentro.

Inclinó la cabeza y miró con desconfianza una vez más. El aire caliente aún no dejaba de
soplarle.

Miró hacia el depósito y de inmediato parpadeó sorprendido. Un objeto blanco se extendía


desde la pequeña grieta entre el depósito y la pared. Se veía como el brazo de una persona,
un brazo blanco desnudo y entero, se acercaba a la grieta detrás del depósito, pero no podía
ver a quien le pertenecía ese brazo. Pensaba ¿Podrán estar escondidos detrás del depósito?

Sentía que era algo imposible. El espacio en la grieta entre el depósito y la pared era
demasiado pequeño. Ayer, su hermano había llorado todo el día porque no podía conseguir
la pelota que había caído en la estrecha grieta. Incluso con el pequeño cuerpo de su
hermano, no entraba nada en la grieta sino sus brazos. Aquel brazo, sin embargo, parecía
pertenecerle a un adulto ¿Cómo fueron capaces de meterse en ese espacio?

El antebrazo se movía como si estuviera revolviendo agua. Se dio cuenta de que la mano lo
llamaba y se adelantó un paso hacia ella. Fue muy extraño que, aunque tuviera las rodillas
entumecidas por el frío, no hicieran ningún ruido seco ni brusco.

No sentía ni el más mínimo miedo, porque se dio cuenta que el aire caliente soplaba desde
esa dirección. Sentía realmente mucho frío y tampoco sabía que debía hacer, así que él,
obediente, se dirigió hacia el brazo.

La nieve ya había recubierto el suelo completamente, casi cubriendo todas sus pequeñas
huellas, eventualmente no dejaron ningún rastro de él. El blanco cielo parecía teñido, el
color cambiaba gradualmente.

El blanco del corto día de invierno poco a poco se volvió del color de la noche.

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Capítulo 1
Justo cuando Hirose atravesó las puertas de la escuela, vio a un grupo de estudiantes frente
a la entrada, todos con sus monótonos uniformes escolares y llenos de algarabía que solo se
encuentra en las escuelas secundarias. Tal vez sería mejor decir que este clamor tenía la
misma esencia que el fin de unas largas vacaciones. El viento traía un leve indicio de mar,
así como el canto de las cigarras.

Los uniformes de los estudiantes eran grises y blancos. Sus relucientes corbatas grises
daban una sensación refrescante en ellos. Aunque desde el punto de vista de ellos hacía un
calor insoportable. Algunos de los estudiantes que se habían aflojado los nudos de las
corbatas a fin de mantenerse frescos, fueron atrapados y sermoneados por un profesor de
pie junto a la puerta.

Al ver esto, Hirose no podía dejar de sonreír, pero luego se dio cuenta que su cuello
también estaba flojo. Se apresuró en apretar el maletín bajo el brazo y atar el nudo de la
corbata. Una leve sonrisa un poco irónica se le formó en el rostro.

Cuando había asistido a esta escuela los uniformes no tenían corbatas. No se usaron hasta
dos años después de su graduación. Originalmente se vestía una sofocante camisa de cuello
abierto con pantalones estudiantiles negros como “uniforme de verano”, antes de que
cambiara a su aspecto actual. Ese estilo era más adecuado para los profesores serios. El
hecho de que ahora fuera un profesor serio (o más bien, que se estaba entrenando para ser
un profesor) era un poco gracioso.

Entró a la escuela por la entrada del cuerpo docente con los otros profesores. Cruzando con
algunas caras conocidas, saludó con la cabeza mientras tomaba su maletín y sacaba un
boceto del diseño del edificio. Miró a su alrededor buscando una aula especial.

Hirose se había graduado de esta escuela privada hace más de tres años. Según el sistema
de evaluación escolar, esta era una escuela secundaria de varones, que, además de su larga
historia, era considerada una escuela prestigiosa. Además del hecho de que un alto
porcentaje de sus estudiantes graduados fueran admitidos en importantes universidades, no
había mucho más que fuera digno de mención. Aunque no era una escuela muy interesante,
no era una que particularmente le desagradara.

En esta escuela solo había una división, algo poco común en comparación a las otras
escuelas prestigiosas de este tipo, y solo había seis clases en cada grado. Por su parte, cada
clase solo se componía de alrededor de cuarenta estudiantes. Se la podría considerar una
escuela relativamente pequeña en comparación a otras de la ciudad. Cuando Hirose estudió
en esta escuela, esta había sido un antiguo edificio de ladrillos en el centro de la ciudad. Sin
embargo, debido a las recientes tendencias, la escuela ya se había desplazado a las afueras
de la ciudad. Esto sucedió un año después de su tercer año de graduado.

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No fue hasta que comenzó a hacer los arreglos para entrenarse como maestro que Hirose
puso un pie en su alma mater, por primera vez desde su graduación. Aunque realmente
había querido regresar, algo que podría haber hecho en cualquier momento. Por alguna u
otra razón, se había sentido un poco nervioso.

Cuando iba a esta escuela, este lugar era su propio territorio. Aquí fue donde su vida
transcurrió, un lugar casi como extensión de su casa. Sin embargo, una vez graduado, se
convirtió en el lugar de otro. Él se había convertido en un extraño, un invasor. Por no
mencionar que en el caso de Hirose, toda la escuela se había mudado después de su
graduación, y los uniformes habían cambiado por completo. Ahora, para él, no había mucha
diferencia entre su alma mater y una escuela que era completamente nueva para él.

Anteriormente había visto la nueva escuela a mitad de la construcción. Estaba cerca del mar
y todo alrededor era tierra yerma que se extendía a la distancia. En medio de esto, tenía el
mar calmo como fondo, y un grupo de edificios altos que se elevan hacia el cielo, hacían
que se pareciera a una especie de pabellón. Un ancho camino atravesaba el centro de la
tierra plana, y se construían más y más en las inmediaciones de la escuela. Todavía
recordaba que, cuando los edificios estaban a medio construir, tenían una forma curiosa. A
él le parecía una cisterna o un portaaviones flotando en la superficie del agua.

Y ahora, que las construcciones de los edificios habían terminado, y las casas ya
construidas y dispuestas cerca de las zonas de cultivo. Todo formaba la escala de la nueva
ciudad. La ruta del ferrocarril privado también se había extendido, y había una calle
bulliciosa en expansión frente a la flamante estación de tren. Sin embargo, para Hirose, aún
era una zona desconocida.

Absolutamente nada de aquí encajaba dentro del sentimentalismo unido a las palabras
“alma mater”. No había edificios de ladrillo de que hablar, ni árboles en el terreno llenos
de tristezas mayores al edificio de la escuela. Incluso la aplicación de la palara “historia”
para describir, parecía un poco trillado, y el uso de la palabra “tradición” parecía un poco
inapropiado y no conllevaba ningún sentido.

La escuela era muy grande y luminosa. Los árboles que se interponían entre los edificios de
la escuela proyectaban sombras débiles. El césped que fue dispuesto en forma geométrica
dentro del terreno, irradiaba un matiz verde oscuro, por haber sido cuidado tan bien faltaba
el espacio de la vegetación floreciente. Los árboles a los lados de la pasarela de la puerta
principal eran cerezos. Al mirar el grosor de sus troncos, probablemente habrían sido
traídos desde la vieja escuela en la ciudad, pero luego plantados en intervalos regulares y
deliberadamente podados, la sensación que recibía era completamente diferente a la de
antes.

Por supuesto, él no sentía esas fuertes emociones al regresar a su alma mater, sino un
anhelo de algo de lo que solía depender y que ahora flotaba en su corazón. Por alguna
razón, creía que no podía confiar en nadie. Ese sentimiento en particular era muy parecido
al que tenía cuando estaba deprimido… como el sentimiento de haber perdido su tierra
natal.

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El profesor responsable de supervisar a Hirose era un profesor de ciencias llamado Gotou.
Al ser una escuela privada, los profesores rara vez abandonaban la escuela. Los maestros
como Hirose que llegaban en medio del año escolar en su mayoría eran elegidos por los
profesores que ya estaban dentro de la escuela.

Gotou era un profesor de química y había sido tutor de Hirose en su primer año en la
escuela. Hirose había recibido bastante de su ayuda y fue fuertemente influenciado por él.

Hirose apreciaba mucho a Gotou, y Gotou sentía lo mismo. A menos que fuera
completamente necesario, Gotou nunca volvía a la oficina de profesores. Había hecho del
laboratorio su propio hogar, y Hirose había pasado tres años ahí. Debido a esto, Hirose
tenía una especial familiaridad con la química, y por lo tanto, sus notas en química también
habían sido un poco más altas. Por esto se unió al departamento de ciencias de la
universidad. Sin embargo, no quería convertirse en un científico, ni en un empleado
normal, por lo que decidió ser maestro. Tal vez no sea del todo debido a que haya visto en
Gotou el ideal de un profesor que provocó algo en él, pero no sería exagerado decir que
todo lo que hacía era influenciado de alguna manera por Gotou.

Las aulas especiales habían sido agrupadas y separadas en un área llamada la sección de
aulas especiales. Cuando fue, antes de agosto, para recibir orientación, se le había dado
instrucciones de cómo ir al salón de química adecuado después de llegar al edificio, pero no
tenía idea de donde se encontraba el aula. Miró a su alrededor mientras caminaba,
guiándose por el dibujo. El edificio de aulas especiales que era completamente desconocido
y tranquilo le dio una sensación de aislamiento. Encontró el laboratorio de química al final
del tercer piso y el salón justo al lado.

Hirose golpeó ligeramente la puerta del salón. Una voz ronca respondió inmediatamente
desde el interior.

“Oh”.

“Disculpe”, dijo Hirose, al abrir la puerta. De repente, el olor a aceites transportado por el
aire frío del aire acondicionado se abalanzó sobre él. Era el olor del aguarrás, inseparable
del salón de química.

“Hola. Bueno ¿no te ves completamente como un adulto ahora?” Gotou sonreía
burlonamente mientras se ponía de pie delante de un caballete junto a la ventana del no
muy espacioso salón de química. Gotou pintaba por interés propio. Aunque era un
aficionado podía pintar como un profesional, y también tenía el deber del profesor de arte
del departamento. No estaba pintando, sino mirando un trabajo ya realizado.

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Había un armario en una de las dos paredes. Frente a éste se habían colocado tres mesas
contra la pared. Capillos limpios, una paleta y suministros de pintura estaban dispersos en
una de las mesas junto al caballete. En las otras dos mesas había lo que parecía ser material
de enseñanza, pero estaba en un completo desorden. Los lienzos e instrumentos de
laboratorio que estaban dispersos por el suelo y la tabla periódica y las notas publicadas en
la pared hacía que todo se viese desordenado, la fachada del salón de química al que Hirose
estaba acostumbrado no era muy distinta a esta. Hirose miró a la cara de Gotou que no
había cambiado en absoluto, y finalmente sonrió. Por fin tenía la sensación de que había
llegado a casa.

“Ha pasado un largo tiempo”, dijo Hirose, y Gotou se echó a reír. Se habían encontrado en
agosto, cuando se encontraba en orientación, por lo que no había sido mucho tiempo desde
que se vieron por última vez, pero cuando vio a Gotou en el salón, Hirose tuvo la sensación
de que no había visto a su maestro en un largo tiempo, lo que resultaba algo difícil de
expresar.

“De repente te has convertido en un adulto y haz alcanzado la edad de usar corbata”.

“Por suerte”. Después de saludarse, Gotou señaló el primer escritorio desde la puerta.

“Tan solo usa el escritorio del profesor Tanno”. Los únicos que enseñaban química eran
Gotou y Tanno. Tanno era un profesor gentil de edad avanzada quien respetuosamente no
podía soportar el olor al aguarrás y muy rara vez iba al salón de química. Por supuesto, los
objetos personales de Gotou fueron colocados en el escritorio de Tanno. Aunque éste fuera
un hábito que tuviese cuando Hirose había estado en la escuela, Hirose lo recordaba con
cariño.

“No parece que vayas a llegar tarde, ¿eh?”

“Bueno, la gente crece”. Después de que Hirose dijo esto, Gotou rió a carcajadas.

Los padres de Hirose cambiaron de trabajo en el invierno de su segundo año en la escuela


secundaria. En ese momento no había forma de que él pudiera pedir una transferencia, por
lo que se quedó y alquiló una casa. Luego asistió a la universidad local, por lo que el
resultado fue que se quedó donde nació y creció hasta ahora.

Una vez que había empezado a vivir por su cuenta no había nadie que lo hiciera ir a la
escuela, así que hubo varios casos en los que se le hizo tarde. Había sido retado y marcado
como irresponsable por su profesor de tercer año al haber llegado tarde durante todo un mes
consecutivo. Después de que se le llamó la atención su ausencia aumentó aún más. En
resumen, parecía que no le gustaba ir a la escuela.

En realidad, Hirose no era el tipo de chico que podía encajar en un entorno escolar. Nunca
fue muy cercano a nadie de su curso y no era bueno para llegar a un entendimiento con sus
profesores. No era que odiara estudiar, pero tener que ser encarcelado dentro de la escuela
junto a otra gente por largas horas era insoportable para él. Cuando vivía con sus padres,
era molesto discutir con ellos, así que obedientemente iba a la escuela. Sin embargo,

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cuando vivía por su cuenta fue como si sus ataduras se hubieran deshecho y poco a poco
empezó a saltearse las clases. Aunque nunca fue tan grave como para llegar al punto de
negarse a ir a la escuela, también sería ir demasiado lejos el decir que fue por pura pereza.

Después de muchas peleas y discusiones, Hirose no mejoró en absoluto, y simplemente


causó que su profesor tutor se desesperara. Al final, su profesor tutor solo podía quejarse
con Gotou, ya él que tenía una buena relación con Hirose.

“Las personas son como los kusaya”. Había dicho Gotou. “Cuando uno no está
acostumbrado a este pescado, lo cree oloroso y repugnante. Pero una vez que te
acostumbras a él, uno realmente puede disfrutar de su sabor. Si piensas que es demasiado
oloroso y lo tiras, entonces nunca serás capaz de comerlo”.

En respuesta a las palabras de Gotou, Hirose había respondido que él nunca se lo comería.
En realidad, eso fue cuando Hirose había reflexionado seriamente en ir a las montañas,
construir una choza y vivir en aislamiento como su plan alternativo. Aunque se había
sentido así, seguía siendo, al menos, un poco influenciado por las palabras de Gotou.
Después Hirose fue capaz de mostrar una actitud abierta frente a las demás personas. Este
tipo de situaciones son comunes en el tercer año de secundaria.

En fin, Hirose había sido considerado un alumno difícil, pero todo lo que hacía Gotou era
escuchar pacientemente sus quejas. Todos los demás profesores estaban al tanto de esta
situación y debido a ello, tácitamente permitían que Hirose contara con Gotou día y noche.
Ahora, cuando pensaba en ello, sentía que había sido una gran carga para Gotou.

“Bueno, entonces, ¿por qué no vamos al aula de profesores?” Gotou se limpió las manos
con la toalla en su cintura. Ese movimiento era un hábito de cuando su estado de ánimo
cambiaba.

“Muy bien”. Hirose asintió con la cabeza, puso el maletín en el escritorio, y caminó detrás
de Gotou, que tenía una expresión serena en el rostro.

Lo extraño era que Hirose no se sentía para nada alienado. Al final, sintió como si fuera
evidente que no existía ninguna razón particular para que Gotou lo invitara a ir al salón,
aunque el objetivo habría sido que este proceso fuera un poco más fácil para Hirose.

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Hirose fue a la sala de profesores para una reunión y luego asistió a la ceremonia de inicio.
Este año, los futuros docentes eran menos de diez, y Hirose era el único de ciencias. Los
ocho habían sido compañeros de clase de Hirose, pero él no se acordaba realmente de ellos.

Hirose no nació con una personalidad sociable que le permitiera hacer un montón de
amigos. Él no tenía interés en traer sus opiniones del programa de televisión del día anterior
a la escuela para hablar. Fuera de la escuela tenía aún menos interés en intercambiar

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opiniones sobre los profesores y estudiantes con otras personas. Sabía que si quería mejorar
su relación con las personas tenía que soportar esa fase, pero para Hirose, el estudiante de
secundaria, no tenía el deseo de asumir ese reto. Ni siquiera había pensado que vivir solo
fuera difícil, y no tenía miedo del aislamiento. Había muchos compañeros con los que no
había hablado ya para el último día de la escuela. Habló un poco con algunos de los
estudiantes con los que había pasado muchas horas en el salón de química, pero su relación
con ellos no era tan buena como para concretar una salida fuera de la escuela. Así que, si
uno estuviera forzado a decir de quien se había hecho amigo en la secundaria,
probablemente solo sería Gotou.

Cuando Hirose fue convocado por el director para su presentación frente a los estudiantes
que estaban sentados en filas, no pudo dejar de pensar en esto.

Después de que la ceremonia de inicio terminara, Gotou fue al salón de clases y Hirose lo
siguió.

Gotou actualmente estaba con la clase sexta de segundo año.

“Mi horario son dieciséis horas a la semana, cuatro clases de segundo año de química y
cuatro clases de ciencias de primer año. Aparte de eso, también tengo tutela y clubs. Ahora
mismo voy a encargarte de todo”.

“¿Encargarme?”

“Haré todo el proceso para que puedas ver de que forma proceder. Más adelantes, será todo
tuyo. Te observaré desde un costado”.

“¿Solo va a observar?”

“Por supuesto que solo voy a observar”. Gotou sonrió.

Hirose solo pudo murmurar una respuesta. “Sí, sí”.

“Muy bien, ¿están todos?” Gotou le preguntó al salón de clase desde el podio y comenzó la
clase con un discurso de apertura. Hirose estuvo de pie junto al podio delante del horario, y
soportó las miradas de los estudiantes que lo hicieron sentir un poco incómodo. Algunas de
ellas estaban llenas de curiosidad, mientras que otras eran de evasión. Él sabía que la
curiosidad y la evasión estaban dirigidas a él.

Con una voz ronca, Gotou marcó algunos puntos clave que los alumnos debían saber. Su
enunciado claro y su tono simple de entender hicieron que Hirose sintiera nostalgia.

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El tópico de Gotou se extendía a los planes del festival atlético, que se celebraría en diez
días, por lo que toda la atención de los estudiantes estaba centrada en el podio. No fue fácil
deshacerse de todas las miradas, por lo que Hirose suspiró de alivio.

“Algunas cosas deberían dirigirse al consejo de estudiantes, así que sin más preámbulos,
pueden actuar como lo deseen”. Estas palabras parecían ser una de las frases favoritas de
Gotou. “Ustedes pueden hacer lo que quieran, pero no voy a ser responsable de ello. Sigan
adelante y hagan todo lo que sientan de lo que pueden ser responsables”.

Hirose esbozó una sonrisa y giró su mirada desde Gotou hacia los estudiantes. Todos los
estudiantes tuvieron reacciones diferentes. Desde el punto de vista de Hirose, Gotou era un
buen profesor, pero esto no implicaba que todos sus compañeros de clase sintieran lo
mismo. Algunos pensaban que era malo, y a algunos no les gustaba que actuara como si
entendiera a los demás. Hubo incluso algunos que tomaron esas palabras con su valor
nominal y lo consideraban un irresponsable. Al ver todas esas caras en los estudiantes le dio
una impresión así.

Hirose miró a su alrededor y sonrió con ironía. Esta era una clase de cuarenta chicos de
edades similares. En un entorno escolar, esto era completamente normal, pero una vez que
dejas este habiente, no hay escena más rara que esta, un grupo de gente de la misma edad,
en las mismas vestimentas y con la misma expresión. Todos ellos tenían los rostros de
estudiantes de honor, e hizo a Hirose pensar en un cartón de huevos bien ordenados.

Hirose pensaba esto al mirar la clase, pero luego su mirada se detuvo de repente.

Hubo un estudiante sentado en la parte posterior del salón que llamó su atención. Hirose lo
miró un poco más de un instante, pero no sabía por qué.

Él no tenía un aspecto diferente. No era particularmente feo ni lindo. No miraba a otro


lugar, y no tenía ninguna expresión en el rostro. Era igual al resto de los estudiantes, con la
mirada perdida en el podio donde Gotou estaba parado. Por el contrario, era evidente que
no era como los estudiantes a su alrededor. Si preguntaras en qué era diferente, Hirose no lo
podría haber dicho, pero estaba seguro de que había algo diferente en él.

Si estuviera obligado a decir, probablemente diría que el aire sobre él era diferente. Hirose
sentía como la atmósfera que rodeaba al estudiante, la sensación que emitía, y otras cosas
eran bastante diferentes a los otros.

Este era un chico extraño, pensó Hirose para sí justo cuando oyó a Gotou llamarlo. Gotou
lo saludó, y él alejó sus pensamientos al acercarse.

Gotou dijo que la época del año en la cual todo el mundo puede pasar sus días felizmente
había llegado de nuevo, y luego presentó a Hirose a los estudiantes.

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“Éste es el maestro estudiante Hirose. Deben tratarlo con la amabilidad debida”. Tan pronto
como Gotou dijo eso, algunas risas ahogadas se esparcieron por todo el salón. Gotou le dio
la lista de asistencia a Hirose.

“Pasa la lista, dales estos folletos y ya está. Voy a tomar una siesta”, dijo Gotou mientras
señalaba los folletos sobre el podio. Hirose asintió. Gotou rió suavemente mientras salía del
salón de clases. Parecía como si él no quisiera ver a Hirose en acción por primera vez.

“Soy Hirose. Encantado de conocerlos.” Después de que les dio la bienvenida, Hirose
siguió las instrucciones de Gotou y pasó los folletos. Dividió los folletos, los alcanzó a los
estudiantes de la primera fila y vio los papeles irse hasta el fondo. Al mismo tiempo miró
las caras de los estudiantes. Su línea de visión se detuvo inesperadamente en él.

Él tomó un folleto de la pila que le entregó el estudiante frente a él y envió el resto a la


persona sentada atrás. No hizo ningún sonido y parecía como si el aire a su alrededor
estuviera completamente estático.

Si él hubiera sido tan débil como delgado, tal vez Hirose no habría prestado especial
atención a su presencia. Por el contrario, su comportamiento era totalmente opuesto a su
aspecto vivo. Tal vez fuera la impresión que daba su cintura recta. Su apariencia expresaba
la atmósfera de un corazón abierto y saludable que solo tienen las personas mayores. Sin
embargo, cuando él se movía, no producía ningún sonido, ni trasmitía ningún estado de
ánimo. Al menos, parecía por su aspecto que uno podría esperar que tuviera el
comportamiento sereno de un hombre joven, pero él carecía de todo esto. Fue este tipo de
discrepancia externa la que llamó la atención de Hirose.

Mientras recibía los folletos adicionales, pensó, qué chico interesante.

Cuando Hirose tomó asistencia, él, respondió con un tono muy tranquilo cuando Takasato
fue leído. Debido a que la voz de una persona joven es más animada, a Hirose le dio la
impresión de que su voz era un poco monótona.

“¿Así que se puede leer Takasato?” Hirose casualmente le pidió la confirmación porque
quería escucharlo a él hablar nuevamente. Sin embargo, él respondió de manera muy
sencilla con un sí.

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Cuando Hirose regresó al salón, Gotou se estaba sirviendo una taza de café. Mientras
Hirose pasaba por alto la lista de asistencia, Gotou le señaló un vaso de precipitados del
gabinete. Dejó la lista en el escritorio de Gotou y abrió el armario para sacar un frasco que
había sido colocado en el interior junto con el lío de los materiales. Él sabía que uno
contenía azúcar y otro crema.

“¿Todavía te acuerdas?”

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“¿Cómo podría olvidarlo?” respondió Hirose, y Gotou rió. El frasco transparente con la
etiqueta pegada, la cual no decía nada era azúcar, mientras que el frasco marrón era la
crema. Para una persona como Hirose que se había escondido en el salón de química todo
el tiempo, no podía estar más familiarizado con estas cosas. Hirose puso el frasco y la
cuchara medidora sobre la mesa, y Gotou le entregó el vaso de precipitados. Hirose sacó su
pañuelo para sostener el vaso. Sin este, un vaso lleno de agua caliente naturalmente te
quemaría la mano. Si uno quiere disfrutar un té en un laboratorio de química, un pañuelo es
indispensable.

“Esto trae recuerdos”.

“¡Claro que sí!” Gotou lo dijo satisfecho, lo que Hirose encontró gracioso.

“¿Vienen acá los estudiantes últimamente?”

“Nadie pasa acá noche y día como tú lo hiciste, aunque algunos vienen acá durante el
horario del almuerzo y hacen lo que les gusta hacer”.

Hirose no podía dejar de sonreír. “¿Cocinan ramen en los vasos de precipitados y hacen
helados de agua en tubos de ensayo?”

“Tal y como lo dices”, rió Gotou. “Bueno, ese tipo de personas siempre estarán acá, pero tú
eres la primera persona en la historia en regresar como maestro practicante”.

Hirose rió suavemente. Cuando aún estaba en la escuela, había otros que pasaban sus días
en el salón de química, pero la mayoría era como él. Después de la graduación optaron por
caminos diferentes, desde científicos a doctores, e incluso algunos actores y activistas, pero
ninguno de ellos optó por convertirse en maestro.

“¿Cómo se siente imitar a un maestro?”

“Es difícil de describir”.

“Estoy pensando que probablemente no haya nada muy interesante en esa clase”.

Hirose bajó la cabeza y esbozó una sonrisa, y de repente recordó. “Hay un chico que no
parece ser como los otros”.

“Ah”, respondió Gotou. “Así que también lo notaste. ¿Es Takasato?”

Hirose asintió y Gotou sonrió. “Tu habilidad para elegir a quienes no son como los demás
es bastante buena. Cuando vi a Takasato pensé, este se parece mucho a Hirose”.

“Su estilo es un poco diferente, ¿no es así?” preguntó Hirose. Gotou miró el cielo raso.

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“Hay una diferencia, porque tú tenías una mirada nerviosa. Pero él es llamativo todo el
tiempo, ¿no te parece?”

“¿Yo era tan notorio?”

“Por supuesto que sí. Takasato y tú destacan”.

“Quizás podrías llamar a esto una monstruosidad”. Al oír esto Gotou volvió a sonreír.

“Este chico también está en el club de arte. Las pinturas le dan un efecto aún más profundo.
Es una persona extraña”.

“Ah, ¿sí?”

“Cuando digo que es extraño, estoy diciendo que es varias veces más extraño que tú. Por el
contrario, tú eras más fácil de entender”. La expresión de Gotou tenía un color intenso
difícil de describir. “Tanto tú como yo no pertenecemos a la categoría de una persona
normal, así que fue fácil para mí poder entenderte. Pero Takasato no es igual”.

“¿Qué no está Takasato fuera de la categoría de gente normal?”

“Pero no en la misma forma. Tú y yo somos diferentes a los demás por nuestra propia
elección, pero no hay forma de que Takasato se mezcle. Es porque su naturaleza es
completamente diferente de las otras personas, por lo que podemos decir que es diferente a
una persona ordinaria. En ese sentido es diferente”.

“Lo has estado vigilando bien de cerca, ¿no?”

“Sí”, dijo Gotou con una sonrisa torcida. “La atmósfera que lo rodea es completamente
diferente de los otros estudiantes, ¿verdad?”

“Es diferente”.

“En lugar de decir que es extraño, creo que deberíamos decir que es un tipo diferente de
persona”. Podía escucharse un débil tono de preocupación en el tono de Gotou.

“¿Hay algún problema?”

“No hay ningún problema. Takasato difiere de ti. Es un buen muchacho, pero no solo tiene
una buena cabeza, también tiene una personalidad cooperativa”.

“Yo era una pila de problemas para ti en ese entonces”.

La cortés y apropiada forma en que lo dijo hizo que Gotou se riera. “Él es como el ojo de
un huracán. En sí mismo es muy tranquilo, pero todo a su alrededor es muy caótico. Lo
sabrás pronto. A pesar de que esta clase no es muy interesante, no se la puede gestionar con
métodos ordinarios”.

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“¿Por qué?”

“Debido a que Takasato está ahí”. Gotou se levantó después de haber dicho esto. Corrió la
cortina y dejó que el sol llenara toda la habitación. Se limpió las manos con la toalla en la
cintura y se puso de pie frente a su caballete.

La vista del campus estaba en proceso de ser completada en diez lienzos. Parecía que una
parte de la escena del campus había sido pintada con un extraño color brillante. Unos pocos
estudiantes que se veían como monstruos o hadas, vestidos con los uniformes de la escuela
también fueron pintados. Había gente oculta detrás de los árboles con viejas y extrañas
expresiones aparentes en sus rostros, y otros en posiciones salvajes mirando a los otros. A
primera vista, daba una sensación oscura, pero después de verlo de cerca, uno podía ver un
tono humorístico y cálido lo que lo hacía difícil de explicar.

La primera vez que vio algo que Gotou había pintado, Hirose realmente se había
sorprendido, pero inmediatamente sintió como si fuera una obra llena del estilo de Gotou.
Normalmente pintaba escenas de la escuela, pero era raro que las personas aparecieran en
ellas. Hirose sabía que una vez había firmado un cuadro, Conferencia, donde los animales,
extrañamente, vestidos estaban reunidos en la sala de profesores tomándoselo todo, pero
como resultado hizo que tuviera que tener algunas palabras con el director.

No era necesariamente debido a las insistencias de Gotou, sino que Hirose también había
escogido el club de arte como su extracurricular obligatoria. Quizás le gustaba la sensación
de encerrarse en sí mismo como se lo hace frente a un lienzo. Anteriormente había querido
pintar algo como lo que Gotou había hecho, pero al final llegó finalmente a la cruel verdad
de que no era para nada bueno pintando.

Al ver a Gotou comenzar a observar su pintura sin acabar, Hirose tranquilamente se sentó
frente a la mesa y abrió su libreta de entrenamiento.

El día siguiente era el comienzo de las clases regulares. Hirose siguió a Gotou por todas
partes, y por la tarde, estaba en el podio cubierto de sudor. El período de entrenamiento era
de dos semanas, o más propiamente dicho, doce días. Hirose se entregó entusiasmadamente
al trabajo, y al final de dos días, que suman una sexta parte de su período de entrenamiento,
la atmósfera flotante que precedía al festival atlético comenzó a permear la escuela.

**

Las flores blancas estaban en plena floración.

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Su campo de visión abarcaba una gran llanura. El cielo se abría como una esfera que había
sido cortada por la mitad. El campo era como un disco sin fin. Nunca había visto uno tan
amplio que se extendiera más allá del horizonte.

Miró a su alrededor. El campo formaba un círculo completo de 360º. El verde se extendía


por el plano sin la más mínima variación.

“Increíble”.

Lo dijo para sí, y no fue hasta entonces que se dio cuenta que ni siquiera sabía qué lugar era
ese. ¿Qué es este lugar? Sintió como si no hubiera nada parecido cerca de su casa o su
escuela primaria, y ni siquiera el camino a la escuela que no era tan difícil de recordar.

Entonces levantó la cabeza. El cielo era un complejo arreglo de colores. Era la primera vez
que veía un cielo de este color.

La mayoría del cielo era celeste. Se veía un poco más claro que el cielo normal, o quizás
era porque estaba cubierto por una fina capa de nubes. En el medio del celeste, había una
gradación de rosa y verde claro.

Miró distraídamente hacia el cielo. En su mente pensó, la próxima vez que pinte el cielo, no
voy a usar azul, sino voy a utilizar celeste en su lugar. Como las tenues nubes blancas
flotaban lentamente, el color del cielo comenzó a cambiar como la aurora.

Después de mirar el cielo por un rato, miró a su alrededor una vez más y habló con él
mismo nuevamente.

…Pero intenta no olvidar la luna.

Una luna, pálida y blanca como una luna llena en la mañana, subió al cielo de increíbles
colores. Alrededor de la luna, pudo ver débiles estrellas blancas. Siguió las formas de las
constelaciones y vio una segunda luna.

Inconscientemente abrió los ojos.

…Parece que hay más de una luna.

Después de contar con cuidado, vio que había un total de seis lunas flotando, cada una con
un tamaño y forma diferente. El sol no podía verse en cualquier lugar.

Esto era inimaginable para él, y él observó el cielo por un largo rato. El aire no era frío, ni
caliente, y el viento soplaba gentilmente hacia él, llevando consigo una débil fragancia. Era
la esencia de las flores con el olor de la hierba.

Respiró profundamente, y regresó su mirada al suelo. El suave verde, repartido por toda la
tierra llana. La hierba llegaba hasta sus rodillas. Sus tallos se extendían en línea recta, sus

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finas hojas y unas pocas flores se aferraban a la parte superior. Desde cerca, las flores eran
escasas, pero a la distancia, parecía una neblina de color blanco.

Zas, un viento poco fuerte comenzó a soplar. La hierba y las flores blancas se balanceaban
juntas en el viento. Cuando las flores pequeñas tropezaban con otras, hacían un sonido
como aquel del vidrio tocando vidrio. La suave hierba cosquilleaba sus piernas.

Y luego se dio cuenta. No era para nada un campo, sino un pantano. Sus pequeñas piernas
estaban en el agua transparente, justo hasta la mitad de sus espinillas. Nunca había visto
esta agua hasta ahora, e incluso cuestionaba si era posible o no que el agua fuera así,
completamente sin ondulaciones o flujo. Lo más increíble era que sus piernas no se sentían
mojadas en lo absoluto. Trató de levantar la pierna para ver qué pasaba. Las gotitas de agua
eran como cristales rotos y brillaban al caer. Ni siquiera un poco de humedad se quedaba en
su piel.

El fondo del agua estaba cubierto por piedras grises. No era de extrañar que la tierra fuera
llana. Las grandes rocas cuadradas estaban organizadas cuidadosamente y estaban cubiertas
hasta el tope por agua. Los finos pero aparentemente verdes tallos crecían entre las rocas.
Pequeños peces venían nadando y saliendo de los lugares oscuros de racimos de hierbas
agrupados hacia la luz.

Alegremente dejó salir algunos sonidos de diversión. Metió las manos en el agua,
planeando sacar algún pez. En el marco de sus pequeñas manos, los peces no se alejaban
por miedo, y no solo eso, incluso nadaron activamente cerca de sus dedos. Cada vez que él
movía sus dedos, ellos se acercaban.

…¿Qué rayos es este lugar?

Uso ambas manos para sacar agua con peces dentro y luego miró a su alrededor. Comenzó
a entender que un lugar como éste era algo imposible. El agua goteaba por los espacios
entre los dedos, y cuando los peces se deslizaron entre sus dedos junto al agua que caía, le
hicieron cosquillas ligeramente.

…Qué hermoso lugar.

Asintió sin sentido. Miró a su alrededor un vez más, y luego comenzó a salpicar por su
camino a seguir. Con cada paso que daba, las flores continuaban bamboleándose,
produciendo un nítido tintineo entre sus piernas.

Después, sin saber cuánto tiempo estuvo caminando, pero simplemente sintió que había
caminado un buen trecho. Sin importar cuánto caminara, no se sentía ni un poco cansado.
Continuó sin cesar, y no se cansó del paisaje del sinnúmero familiar de flores que se
mostraban sin importar cuantas veces las viera. Estaba muy contento y continuó
caminando, llevando con él un feliz estado de ánimo. De tiempo en tiempo, pequeñas aves
volaban desde algún lugar desconocido hacia él e iban a posarse sobre su cabeza u
hombros. Después de jugar un poco, salían volando de nuevo.

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Siguiendo el vuelo de los pájaros con los ojos, descubrió que frente a él el campo terminaba
a la distancia. Las flores blancas se desprendían de los lados, y apenas podía ver una
porción del color azul verdoso. Parecía como si hubiera un rio fluyendo a partir de allí.

Se dirigió hacia el río. Sin embargo, caminó y caminó, y simplemente no pudo caminar más
cerca del río, como si él estuviera persiguiendo agua a la deriva, nunca siendo capaz de
atraparla. Él jugó con los pequeños peces y las aves, mientras caminó por un tiempo
bastante largo, para llegar finalmente al río.

A pesar de que parecía un río estrecho, en realidad era uno grande. El otro lado parecía
estar muy lejos, y el fondo no podía verse. El suelo cubierto de piedra se detuvo
abruptamente. No podía ver nada más adelante que la profunda agua color azul verdoso, no
podía ver nada frente a él. Miró de cerca, pero el color del agua parecía ser tan profundo y
sólido en todas partes, como si no hubiera aéreas más profundas que otras. Estaba seguro
que el fondo del río probablemente no bajara ni subiera tampoco.

Caminó hacia el verde borde del profundo y ancho río, y luego no fue más lejos. Todavía
no sabía nadar. Aunque no parecía haber corriente alguna, no se creía capaz de cruzar una
envergadura como esa.

Miró a su alrededor decepcionado. Algo en la distancia parecía emitir luz. Después de ver
más cuidadosamente, un puente había sido colocado río arriba (o río abajo) en una parte
lejana de la vía del líquido.

Este puente era traslúcido, como si hubiera sido construido con vidrio o algo parecido.
Esbozó una sonrisa y avanzó a lo largo de la orilla del río, hacia el puente en la distancia,
que solo podía ver levemente.

19
Capítulo 2
Era el tercer día. Las tres horas de clase ya habían terminado, y ya había terminado de
escribir en su libreta de entrenamiento. Estaba a punto de irse a casa cuando estudiantes de
la clase 2-6 llegaron en busca de Gotou. Dijeron que cuando estaban organizando los
tablones cuadriculares durante la preparación del festival atlético, rompieron
accidentalmente una ventana. Él corrió rápidamente hacia la zona detrás del gimnasio
donde los estudiantes se estaban ocupados trabajando y arreglando todo según las
instrucciones de Gotou. Los estudiantes que se habían quedados después de la escuela para
hacer los preparativos del festival se habían reunido poco a poco y ahora eran una multitud.
Si había estudiantes de su clase que se quedaban después de la escuela, entonces Gotou
también tenía que quedarse. Y si Gotou se quedaba, era natural que Hirose tampoco se
hubiera ido.

Mientras pensaba en esas cosas, Hirose se puso en contacto con el cuerpo docente a cargo,
y al pasear por el pasillo de regreso al salón vio a alguien en el aula 2-6. Nadie había
solicitado quedarse en el aula después de la clase ese día, así que se asomó con aprensión y
descubrió que esa persona no era otra que Takasato.

Hirose no sabía que estaba haciendo ahí, ni tampoco si estaba pensando en algo o
simplemente mirando al vacío. Solo pudo notar que estaba sentado en su propio asiento con
las manos juntas y suavemente colocadas sobre el escritorio, mirando en dirección a la
ventana. Sintió que solo estaba ahí.

“¿Qué pasa? ¿Todavía estás aquí?” preguntó Hirose, de pie en la puerta del aula. Takasato
giró la cabeza de repente, y luego asintió en silencio.

“Sí”.

“¿Trabajando sobre los preparativos?” Hirose inconscientemente quería encontrar un tema


del cual hablar con él, y así como lo preguntó entró al salón.

Takasato miró directamente a Hirose.

“No”.

Fue en ese momento que Hirose sintió algo a los pies de Takasato. Se detuvo y siguió con
los ojos la sombra que cruzó su visión. La velocidad de la sombra era más rápida que sus
ojos y se deslizó fuera de su campo de visión. Esto ocurrió en un instante y Hirose no había
visto bien en realidad, pero, sintió como si hubiera visto un animal. Sorprendido, Hirose
miró en dirección donde el animal se lanzó, pero por supuesto, no vio nada.

¿Viste eso? Quiso preguntar al regresar la vista hacia Takasato. No había color en la mirada
de éste. Inmediatamente se sintió incómodo y solo pudo cambiar su línea de visión hacia la
esquina del salón. El aire seco de verano se había instalado en la vacía aula.

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Hirose sonrió y luego miró nuevamente a Takasato, quien nuevamente lo estaba mirando.
“¿Te quedaste para ponerte al día con la tarea?”

“No”.

“¿Entonces no te sientes bien?” preguntó Hirose dejándose llevar, pero Takasato


simplemente lo miró y sacudió la cabeza.

“No”.

Las respuestas de Takasato siempre eran así de cortas. Hirose miró a la cara que le devolvió
la mirada. El rostro de Takasato no tenía ninguna expresión, era pacífico como el de
alguien que está completamente despierto.

“Eres Takasato, ¿no?” Hirose volvió a confirmar el nombre que ya mantenía firmemente en
su mente. Takasato se limitó a asentir.

“¿No participas en los clubs después de la escuela?”

“No”.

“¿Por qué?” Hirose pensó en cómo sería posible que Takasato respondiera un poco más, así
que le preguntó eso. Takasato inclinó ligeramente la cabeza y respondió con una voz
tranquila más allá de la de sus años.

“Porque no tengo interés en participar de ningún club”.

Aunque Takasato había dicho más, la sensación incongruente que despedía aún no
cambiaba. Takasato no le estaba dando la espalda, pero tampoco parecía como si le diera la
bienvenida. Simplemente se debía a que Hirose le había hablado que él con respeto
respondió. Era eso lo que parecía.

“¿Qué haces entonces? ¡Ah! no te estoy interrogando. Solo soy curioso”.

Takasato inclinó un poco la cabeza y respondió. “Estoy mirando hacia afuera”.

“¿Solo miras? ¿No estás pensando en nada?”

“No”.

Que tipo raro. Hirose no pensó que él estuviera viendo nada interesante, pero aún se
asomaba por la ventana. Por el ángulo, Hirose solo podía ver la mitad del techo del
gimnasio en el que estuvo y el horizonte por encima de éste, que parecía una mesa de vidrio
azul. Quizás lo único que Takasato estuviera viendo desde donde estaba sentado fuera el
cielo.

“Solo se ve el cielo”.

21
“Sí”.

Takasato también giró la cabeza hacia la ventana. Por el ángulo de su mirada, parecía estar
mirando el cielo. El tiempo afuera estaba bueno, y aunque fuera septiembre uno aún no
podía ver el día oscurecerse. El fondo frío y azul del cielo se extendía sin fin.

“No veo por qué es tan interesante este punto panorámico”. Era evidente por su tono de
voz, que estaba desconcertado, pero particularmente Takasato no respondió. Las líneas de
su boca simplemente se curvaron y revelaron una leve sonrisa.

Por alguna razón Hirose se sentía incómodo, pero no estaba dispuesto a darse la vuelta y
escapar, por lo que le hizo a Takasato preguntas sin sentido. ¿En qué competencias iba a
participar durante el festival? ¿Le gustaba el ejercicio? ¿Le gustaba la escuela? ¿En qué
materia le iba mejor? ¿Quién fue su profesor tutor en primer año? ¿A qué escuela primaria
había ido? ¿Quiénes eran los miembros de su familia?

Takasato miró a Hirose a los ojos y respondió a cada pregunta con claridad. No se había
decidido a participar en las competencias, no le gustaba ni disgustaba hacer ejercicio, no le
parecía que la escuela fuera particularmente aburrida, no destacaba en ninguna materia, etc.
Siempre le respondía de la manera más corta y simple.

No añadía nada que no se le hubiera preguntado, y no le hacía preguntas personales a


Hirose. Cada vez que se le preguntaba algo, él respondía, pero si no se le preguntaba, no
decía nada. Aunque no parecía que Hirose lo molestase, tampoco estaba buscando
activamente un tema de conversación.

“Esto podría ser un poco brusco, pero creo que eres un poco raro. ¿Alguien te lo dijo
antes?”

Hirose sabía que esta pregunta era un poco grosera, pero no podía dejar de preguntar. Como
resultado, recibió un breve y simple “sí” de Takasato, que no llevaba consigo ni una pizca
de emoción.

“Eso es lo que pensé”, sonrió Hirose. Takasato esbozó una ligera sonrisa también. Su
expresión era como la sonrisa falsa que los adultos utilizan para ser corteses. Takasato no le
daba una impresión grosera, así que los hacía sentir incómodos, pero aún no había forma de
librarse de esa sensación de inquietud. En cuanto a su actitud y voz, que eran muy
tranquilos, sería mejor decir que daba la impresión de la experiencia, que decir que llevaba
con ellas la madurez de sus años. Además, estas sensaciones no encajaban bien con su
aspecto juvenil actual. Esta inconsciencia estaba en cada uno de sus movimientos y en todo
lo que dijo, y esto desconcertaba a Hirose.

Hirose comprendía personalmente la calidad de lo extraño de lo que Gotou le había


hablado. Tal vez sería mejor decir que Takasato era extraño más que llamarlo raro. No
había nada en él que hiciera a los demás infelices, así que parecía que tener una extraña
cualidad era la única forma apropiada de describirlo. Hirose no sabía decir en que estaba

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pensando Takasato, pero podía decir que él no tenía ningún pensamiento distorsionado en
la cabeza.

“¿Te estoy molestando? Por favor, discúlpame”.

Hirose dijo esto, y ese rostro sonriente contestó, “No, en absoluto”.

2
“Takasato es realmente raro”, dijo Hirose cuando estaba en el salón de química durante el
almuerzo del día siguiente. Gotou había salido a almorzar.

Había cuatro estudiantes junto a él. Pensó que, no importaba si era el pasado o el presente,
siempre iba a haber aquellos que hicieran del salón su base. Ya sea porque consideraban
que había mucho o muy poco de algo, sus paraderos no iban a ser encontrados en el aula.
Excepto cuando Hirose estudiaba en la escuela, todos los estudiantes que se reunían en el
salón de química no tenían comparación. Comparado a los que estuvieron antes, los
estudiantes que ahora lo rodeaban al almorzar, daban la impresión de que no eran muy
buenos.

“Somos conscientes de que Takasato es realmente raro”. El estudiante que dijo esto con un
tono de asombro mientras giraba la cabeza hacia arriba, se llamaba Tsuiki. Al igual que
Takasato, estaba en la clase 2-6, y parecía que no fue sino hasta este año que entró en el
salón de química.

“Lo sé. Hablé con él ayer”

No había otro lugar tan bueno para almorzar que ese salón. No solo la iluminación natural
era buena, sino que el aire acondicionado también estaba en verano. Gotou también
invitaría generosamente a todos a tomar el té. Solo que lo servía en el almuerzo.

“A primera vista, parece un tipo realmente bueno, ¿no?” dijo Tsuiki algo sarcástico.

“¿Estás diciendo que no es realmente bueno?”

“Bueno, tal vez”. Esto fue dicho con el más mínimo gesto de insatisfacción. ¿O había otra
forma de verlo? Un estudiante llamado Iwaki lo miró.

“¿Qué?”

“Nada”.

Por la negación de Tsuiki, Iwaki se veía obviamente decepcionado. Él también era un


estudiante de segundo año. Estaba en la clase 2-5, pero tomó sus clases electivas con la
clase 2-6.

23
“¿Qué? ¿Odias a Takasato?”

“No es nada”.

“¿Qué es? ¡Tan solo dilo!” Iwaki se negó a dejarlo salir del tema, y Tsuiki se giró en un
intento de no responder a la pregunta. El de primer año, Nozue, y el de tercer año,
Hashigami, miraron con gran interés.

“¿Es solo porque es una persona triste? Que la primera impresión es mala. ¿O hizo algo en
secreto?” preguntó Iwaki.

Tsuiki espetó, “De todas formas, es raro”.

Su tono de voz era extrañamente ansioso, y todos tenían dudas en sus rostros.

“¿Cómo que es raro?” Hashigami siguió preguntando, y Tsuiki miraba cada vez más abajo
mientras murmuraba en tono resuelto.

“Es porque ese tipo es un tanto diferente de las otras personas”.

Hirose oyó algo en la voz que lo hizo pensar. Inclinó la cabeza y preguntó, “¿Takasato es
desagradable?”

Al oír esto, Tsuiki pareció un poco angustiado.

“Yo no creo que a nadie le agrade”. Después de decir esto miró a Hirose. “Es mejor no
tener nada que ver con él”.

“¿Por qué?”

Tsuiki no respondió.

“¿Tiene algún problema?”

“…en cualquier caso, es diferente”.

Iwaki dejó escapar un suspiro exagerado.

“Él no habla mucho. ¿El bullying continúa en curso estos días?” preguntó Iwaki
irónicamente. Al oír esto Tsuiki bajó la mirada nuevamente. Después de que él se quedara
sin palabras por un momento, habló en una voz magníficamente baja.

“No le digan a nadie que les dije esto”, advirtió a quienes estaban a su alrededor. “Takasato
experimentó kamikakushi”1
1
Kamikakushi: en el folklore japonés es la explicación de la desaparición misteriosa de una persona. Del
secuestro de una persona por un dios enojado.

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En ese momento, Hirose, que estaba ensimismado, pensó, ¿qué caracteres se escriben con
Kamikakushi? Después de pensarlo un rato, finalmente los halló, secuestro misterioso, y no
pudo evitar dejar abrir la boca ampliamente.

“¿El secuestro misterioso? ¿Quieres decir que un día simplemente desapareció?”

Tsuiki asintió. “Creo que pasó cuando Takasato estaba en la escuela primaria. Realmente,
un día, solo desapareció, y luego regresó repentinamente un año después. Qué fue o qué
hizo durante ese tiempo, absolutamente nadie lo sabe”.

“¿Qué es lo que Takasato dice sobre esto?”

“Él no parece recordar nada al respecto”.

“¿En serio?”

Hashigami se inclinó hacia adelante con curiosidad. “¿Estás seguro que no fue tan solo un
secuestro? ¿Fue realmente secuestrado misteriosamente?”

“Supongo. Es por eso que Takasato tuvo que hacer un año escolar otra vez”.

“Eso es ridículo”, dijo Hashigami. “¿Y qué? Es solo un rumor”.

Tsuiki miró a Hashigami. “¡Es verdad! Porque esta historia la sabe todo el mundo. De
cualquier forma, es por eso que Takasato es tan raro”.

Hirose estaba realmente perplejo. Esta área se había estado desarrollando rápidamente en
pocos años, pero había oído que Tsuiki y Takasato habían estado viviendo aquí antes de
que el suceso inicial comenzara. La llamada historia que la sabe todo el mundo, no
representa una historia que la sepa todo el mundo en la escuela, sino una historia local
conocida. Tiene sentido en este punto, pero hablar de un secuestro misterioso…”

“Eso es absurdo”. Las palabras de Iwaki terminaron la conversación, pero la frase,


secuestrado misteriosamente, se metió en la mente de Hirose. Esencialmente, Hirose no
tenía interés en el misticismo o lo paranormal, pero no significaba que lo rechazase del
todo. Sin mencionar que cuando se trataba de Takasato, era muy difícil para él tratar este
tema como habladurías al igual que Iwaki lo había hecho.

3
La quinta hora, la que seguía, era la de clase extracurricular obligatoria. Hirose y Gotou,
que regresaban del almuerzo, se dirigieron a la sala de arte, donde la mayoría de los
estudiantes ya habían llegado.

25
Aunque era llamado club de carácter obligatorio, en realidad no era tan diferente de un club
de arte. Después de que Moneda, el profesor de arte, se metiera automáticamente en su rol,
los estudiantes abandonaban el salón en parejas de dos y tres. Hirose por su propia
experiencia sabía que aunque los estudiantes llevaran el cuaderno bajo el brazo cuando se
iban a la biblioteca o a alguna aula vacía para estudiar, o a cualquier otro lugar para
divertirse. Los profesores les daban su consentimiento tácitamente para ese tipo de cosas,
los clubes culturales eran habitualmente a los que la mayoría del alumnado se inscribía. Por
supuesto, entre los estudiantes estaban aquellos a los que sí les gustaba pintar y
permanecían en el aula. Éstos comenzaron su trabajo mientras Yoneda y Gotou
conversaban vagamente a un lado.

Takasato fue uno de los estudiantes que se quedó. Abrió su caballete, lo dispuso en una
esquina del salón y luego tomó un lienzo del armario comunal.

“¿Va a hacer una pintura al óleo?” adivinó Hirose con curiosidad. Quizás fuera porque la
atmósfera a su alrededor estaba asociada a las acuarelas. Utilizando movimientos que le
revelaron cierta familiaridad, Takasato tomó una caja de pinturas del armario y la abrió.
Hirose caminó hacia él en silencio.

Después de dirigirse a un lugar donde pudiera ver la pintura, saludó a Takasato. Al oír la
voz de Hirose, Takasato miró atrás, y después de reconocer que era Hirose asintió con un
pequeño gesto. Su rostro estaba igual que el día anterior, mostrando una expresión
sonriente. Hirose levantó la mano y saludó, y luego observó por un rato como pintaba
Takasato.

Esa pintura era una que realmente dejaba una profunda impresión en la gente. Por un largo
rato fue así como Hirose observó a Takasato y a la pintura.

“…puede que sea un poco descortés preguntar algo como esto…” Hirose no sabía muy bien
cómo decirlo, pero sabía que no era posible para él no preguntarlo. “¿Qué es?”.

En el lienzo, parecía que los colores habían sido dispuestos sin un orden en lo más mínimo,
eran colores puros. Parecía como si pudiera ver algunas débiles figuras, pero fue justo
cuando se concentró en su mirada para tratar de ver una forma concreta que sintió
nuevamente que los esquemas eran demasiado oscuros, y no fue capaz de ver nada
realmente. El uso de colores es muy complejo. La mayoría de los colores que usaba
Takasato eran claros, pero él sentía que eran extremadamente opacos. Era difícil para él
decir que eran colores bonitos. Independientemente de si eran los colores o la combinación
de los mismos, tampoco se podría describir como lindo, y además parecía que no había una
composición de colores de la cual hablar.

“¿Es algún tipo de vista?” preguntó Hirose muy confuso, haciendo que Takasato abriera un
poco más los ojos.

“Sí”. Suavemente y forzó una sonrisa. Casi parecía como si fuera una verdadera.

“¿Dónde está?” Hirose preguntó de manera interesada, pero Takasato sacudió la cabeza.

26
“No me acuerdo”.

“No te acuerdas, ¿pero aún puedes pintarla?” preguntó retóricamente, aún con duda.
Takasato mostró un rostro concentrado al asentir.

“Sí”

“¿Por qué?”

“Estaba pensando, si lograra pintarla, ¿sería entonces capaz de recordarla?”

“Ya veo”, respondió Hirose. Estaba sorprendido con este extraño tipo de persona. Takasato
dejó a Hirose con varias dudas en su interior. Pronto recordó las palabras de Tsuiki: Él
experimentó kamikakushi, y un año más tarde no recordaba nada.

Giró para ver a Takasato. Realmente quería preguntarle: ¿es la vista de cuando
desapareciste? Inmediatamente se obligó a mantener la boca cerrada, y se deshizo de esa
idea. Sin tomarlo en consideración, definitivamente no podía preguntar algo así tan
desenvueltamente. No podía creer ciegamente en lo que Tsuiki había dicho, y también
sentía que si eso debía creerse, entonces menos aún podía tomar ese asunto con rudeza.

“Que chico peculiar”, murmuró Hirose para sí.

Si realmente había sido sometido a algo así, entonces Takasato realmente no recordaba lo
que le sucedió dentro de ese lapso de tiempo pero esperaba ser capaz de recordarlo. Debe
ser muy incómodo para una persona perder parte de su memoria. A pesar de ello, Takasato
aún era positivo, deseoso de recordar. Este hecho desconcertaba a Hirose.

Las personas son extremadamente sensibles al experimentar cosas. El tono de Tsuiki fue la
típica expresión del hecho. Takasato había sufrido aquello previamente, por lo que se hizo
un poco extraño. Era un poco diferente a los otros (por lo que no era capaz de crear una
buena sensación en los demás).

Incluso si una persona esconde deliberadamente sus gustos, sus pensamientos todavía se
transmiten a las otras personas. Hirose no pensaba que Takasato fuera capaz de prestar
atención a esto. ¿Takasato no querrá acabar con esta desaparición? ¿Nunca pensó en
sacarla de sus experiencias pasadas? ¿Nunca pensó en olvidar lo que le sucedió? ... o bien,
¿había habido alguna vez algo así como aquello después de todo?

Durante el club, Takasato pintaba silenciosamente en su lienzo. A menudo se detenía al


pensar en lo pintado, y luego utilizaba un cuchillo para raspar algunos colores. Lo único

27
que Hirose podía entender (cuando los recordaba) era que lo que pintaba era muy
importante para él.

4
En el quinto día, el quinto período de un viernes era en un salón largo. Naturalmente el
tema estaba estrictamente ligado al festival de atletismo que se celebraría la semana
siguiente. Después de que varias advertencias se les fueran comunicadas, todo lo que
quedaba por hacer era permanecer a un lado y ver como el representante de la clase
organizaba los preparativos de trabajo.

Los alumnos conversaron sobre temas dispares, mientras la reunión tomaba lugar. Era solo
porque el profesor no estaba parado en el podio que la clase estaba más ruidosa de lo
normal. Casi todos tuvieron que los eventos de competencia y la distribución del trabajo,
pero todo el proceso no era muy diferente de una baga conversación.

Hirose miró a su alrededor, a toda la clase, mientras ésta estaba de pie dándole la espalda.
Takasato no se había unido a la charla. Había sido completamente aislado por la atmósfera
de la clase, casi como si el aire a su alrededor hubiera sido separado. Nadie trató hablar con
él, y él tampoco buscaba hablar con las otras personas. Él simplemente se sentó y observó
como los demás debatían. La actitud que mostraba la gente a su alrededor era como si él no
estuviera allí.

La colaboración ya parecía haber tenido, y las competencias en las cuales todos los
estudiantes estaban formando parte estaban claramente establecidas. El líder del comité,
Gotanda, contó los nombres de los competidores en el pizarrón para volver a confirmar, de
repente dijo: “¿Eh? Nos falta una persona”.

Hirose se dio cuenta de que el nombre que faltaba era Takasato, pero no dijo nada.
Takasato tampoco dijo nada en particular. El alumno que estaba sentado al frente le susurró
a Gotanda algo en el oído, y la mirada de este se volvió nerviosa mientras lo veía.

“Takasato ¿hay algún evento en el que te gustaría participar?” La voz de Gotanda era
nerviosa. Takasato ofreció un breve y simple, “no”. Gotanda vacilante dirigió su mirada de
Takasato a la pizarra.

“Todo lo que queda son los doscientos metros llanos. ¿Está bien?”

Takasato asintió con la cabeza sin una expresión en el rostro. Gotanda se relajó con un
suspiro de alivio.

Hirose observó desarrollarse todo mientras trataba de observar la atmósfera de la clase.


Takasato estaba aislado, y todos los estudiantes pasaban por alto su presencia. Lo que le
pareció realmente extraño fue que no pudo sentir ningún rencor aquí. Parecía como si nadie
lo excluyera porque tener alguna mala intención. Ellos solo evitaban mirar a Takasato. Esta
fue la impresión que le daba a Hirose.

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Después, los estudiantes dejaron las aulas para trabajar en lo que se les había asignado.
Según el convenio, el festival de atletismo dividía desde los de primer y tercer año para
hacer una competencia en tres equipos. Los cursos cinco y seis de cada año, que
comúnmente eran llamados el Ejército Azul, fueron combinados en un solo equipo. El
quinto período de un viernes era en un gran salón para todo el alumnado, por lo que los de
primer y tercer año comenzaron a frecuentar el salón de clase.

Gotou bostezó mientras regresaba al laboratorio de química, a pesar de que Hirose


permanecía en el aula. Miraba inadvertidamente como los estudiantes hablaban y
trabajaban.

“Hirose sensei, si está libre, ¿podría ayudarnos?” Después de haber sido llamado de esa
forma, Hirose sonrió.

“¿Qué sería lo mejor que puedo hacer?”

“Ayudar a cortar esto”. El estudiante le alcanzó diarios. Parecía que se estaban preparando
para hacer papel mache. Takasato se sentó no muy lejos, y también estaba cortando
sumisamente con tijeras.

“¿Ah? Hirose-san, ¿también ha sido contratado?”

Al oír esto, Hirose levantó la mirada y vio al de tercer año, Hashigami, que se estaba dando
una vuelta por ahí.

“¿Qué no es esto lo que hacen los profesores practicantes?”

El entrenamiento es muy duro después de todo. ¿…hay alguien aquí a cargo del equipo de
animadores?” preguntó Hashigami mientras miraba a la gente que quedaba en el aula. Uno
levantó la mano y Hashigami comenzó a pasar algo de información sobre la coordinación
acerca de cómo tenía que quedarse después de clase para discutir los arreglos para el equipo
de animadores.

“Takasato, ahora, haz esto”. Justo en ese momento, alguien le alcanzó un trazo de tela azul
a Takasato, que entonces estaba clasificando el papel que había cortado.

Takasato asintió con la cabeza y tomó el pedazo de tela. Hashigami lo miró. “¿Así que tú
eres Takasato?”

“Sí”. Independientemente de si se trataba de un profesor o un practicante, no había ningún


cambio en la actitud de Takasato. Esos ojos sin expresión simplemente le devolvieron la
mirada a Hashigami.

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“Ah, ¿sí?”, respondió Hashigami con mucho interés, y luego preguntó: “Oí que fuiste
raptado misteriosamente cuando eras pequeño”

Es imposible describir el cambio que sufrió el aula después de haber dicho eso. Hirose
sintió como si una sensación de nerviosismo tan espesa levantara la atención de los
estudiantes presentes. En un instante, todos regresaron a sus trabajos pretendiendo que nada
había pasado en lo absoluto, pero todos parecían estar desesperados por desviar la mirada
de algo incómodo.

“¿Es eso verdad?” preguntó Hashigami con un tono de leve curiosidad. Takasato solo
asintió en silencio.

“¿No fue solo un secuestro? He oído que no recuerdas nada en lo absoluto. ¿Es eso cierto?”

“Sí”, respondió claramente Takasato. No parecía que estuviese especialmente incómodo.

“Así que fue una bien conocida pérdida de la memoria, ¿eh? Increíble…”

Entonces por primera vez Takasato frunció el ceño. Aunque no parecía que estuviese infeliz
por algo, uno apenas podía sentir que no le gustaba discutir ese tema.

“¿Estás seguro que no fuiste secuestrado por un OVNI? Se oye de muchos casos similares
últimamente. Esos espeluznantes extraterrestres experimentando en los cuerpos de los
humanos, y luego de limpiar tu cerebro te regresan”.

Takasato abrió la boca para hablar. Esta fue la primera vez que Hirose lo vio hablar sin que
se lo pidieran.

“¿De quién lo oíste?”

Hashigami levantó el mentón y sin ninguna vacilación miró a Tsuiki. Tonto cruel, pensó
Hirose para sí. Entonces, oyó el violento choque de una silla al caer, y su expresión se
congeló. Volvió a mirar de donde provenía el ruido y simplemente vio que la expresión de
Tsuiki había cambiado y que ahora estaba de pie.

“¡No fui yo!

Lo que sorprendió a los demás fue el pánico en la cara de Tsuiki.

“¡Por favor, créeme! ¡Yo no lo dije!” negó Tsuiki fervientemente.

Hashigami rió, “¿Si no fuiste tú, quién lo dijo?”

“¡Yo no! ¡Yo no dije nada!”

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Takasato miró hacia abajo. Su frente estaba un poco arrugada, pero nadie estaba seguro de
lo que ese sentimiento expresaba.

“No fui yo, Takasato”.

Un sorprendido Hashigami siguió a Tsuiki con la mirada mientras este salía del aula.

“¿Qué le pasa?”

Hirose también estaba estupefacto. ¿Por qué Tsuiki habría estado tan nervioso que toda su
expresión había cambiado? En ese momento Hirose descubrió algo más, que todos los
estudiantes presentes tenían una extraña expresión en el rostro.

Todos parecían estar nerviosos, y además todos hacían lo más que podían por tratar de
esconder ese nerviosismo. Todos pretendían no haber notado el inusual comportamiento de
Tsuiki. Hirose pensó que todos tenían el tipo de respuesta que tiene la gente cuando son
testigos de la escena de un borracho en el tren.

Hirose miro a Takasato. Su rostro estaba blanco nuevamente. No parecía ser el tipo de
persona que era secretamente violenta. Hirose no lo consideraba el tipo de persona que
infundiera temor en los otros.

“Creo que este Tsuiki está resultando ser aún más raro”, murmuró Hashigami para sí. Sin
embargo, ningún estudiante dio respuesta alguna.

5
Después de que la escuela terminase el clamor en el terreno de la escuela no se había
calmado. Uno de los equipos estaba parado bajo la ventana del laboratorio de química,
trabajando duro en un cartel, y en algún lugar, el equipo de animadores del Ejército Rojo
estaba practicando. La clase 2-6 también se había registrado para permanecer después del
horario escolar. Gotou pintaba alegremente, así que Hirose era libre de enterrar su cabeza
en el entrenamiento diario.

Fue justo cuando Gotanda del comité estudiantil entró agitadamente.

“Sensei, alguien está herido”.

“¿Herido? ¿Quién?”

“Tsuiki”.

Hirose dejó caer repentinamente la pluma de la mano.

“¿Tsuiki? ¿Qué pasó? ¿Hubo alguna pelea?” preguntó Hirose con aprensión, sin olvidar
aquella extraña escena.

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Inesperadamente Gotanda sacudió la cabeza.

“Cuando estábamos haciendo la valla, su pierna fue herida extrañamente con una sierra”.

“Oh… ya veo”. Curiosamente, Hirose dejó escapar un suspiro de alivio.

“¿Es serio?” preguntó Gotou, y Gotanda se encogió de hombros. No parecía haber ningún
problema serio.

“Cuando lo llevamos a la enfermería estaba sangrando un poco”.

“Iré a ver como se encuentra”, dijo Hirose poniéndose de pie. Gotou asintió.

Cuando Hirose y Gotanda llegaron a la enfermería, Tsuiki ya se había ido a casa.

“¿Se fue a casa?”

Si se pudo ir a casa por su cuenta, eso significa que no era nada grave, ¿verdad? Hirose
sintió como una carga se iba de sus hombros, pero al mismo tiempo le resultaba difícil
relajarse. El profesor enfermero, Totoki, sonreía con ironía.

“Yo no sé por qué, pero se lo veía muy decidido a irse a casa”.

El profesor enfermero de cuando Hirose estudiaba en la escuela ya había alcanzado la edad


y se retiró. Totoki era uno de los pocos profesores que Hirose no había visto antes.

“En realidad su lesión no era tan grave como para que necesitase puntos, pero le dije que
sería mejor si fuera al hospital por una consulta.

“Entiendo…”

Hirose levantó la mano y saludó a Gotanda, quien asintió sin entender y salió de la
enfermería. Hirose luego miró a Totoki e hizo una leve inclinación.

“Lamento la molestia”.

“Para nada”. Después de decir esto, Totoki, que tenía una edad cercana a la de Hirose
sonrió.

“¿Le gustaría un té? ¿Cómo le va en el entrenamiento?”

“Es un poco más fácil de lo que pensé que sería”.

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Junto al gesto de Totoki Hirose se sentó en la silla contigua. Totoki preparó una taza de té
de cebada.

“¿Hirose sensei, qué materia enseña?”

“Química”.

“Ah, entonces su maestro supervisor debe ser Gotou, ¿no?”

“Sí”.

“¿No es duro? Oí que le encarga todos sus estudiantes al maestro practicante”.

“Sí, lo hace”, sonrió Hirose mientras tomaba la taza de té.

“¿Totoki sensei, también se está quedando en horas después de la escuela?”

“Cuando se hace hora del festival de atletismo o de la cultura, siempre tengo que esperar
que el último estudiante se vaya a casa para poder irme. Ya que alguien podría necesitarme
en cualquier momento”.

Totoki se rió suavemente y se sentó.

“Los niños de ahora son un poco torpes. Justo ahora que…” Mientras Totoki decía esto
miraba la libreta. “¿Tsuiki-kun? Dijo que había apoyado firmemente la tabla sobre su
pierna y el corte se hacía con cuidado”.

“¿Usó su pierna?”

“Él usó su rodilla para mantener la tabla, como resultado se cortó la canilla. Seguro que es
un poco torpe por apoyar así la tabla, pero el que cortaba tampoco era muy bueno”.

Hirose miró nuevamente a Totoki.

“¿No se dañó el mismo?”

“No. Había otros ayudando con la sierra”.

“¿Usted sabe el nombre de los otros alumnos que usaban la sierra?” preguntó Hirose.
Totoki miró incierto la libreta.

“Probablemente fuera el estudiante que vino acá después de él. Veamos, Seta-kun”.

Hirose no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

“¿Qué es?”

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Al escuchar a Totoki preguntar eso Hirose sacudió la cabeza. Totoki inclinó la cabeza con
duda y dijo: “Bueno, la situación no está tan mal. El de tercer año que vino antes de ellos
casualmente tuvo un clavo incrustado en la mano”.

“¿El de tercer año?” Hirose tuvo un mal presentimiento. Totoki asintió.

“De alguna manera se había clavado un clavo de doce centímetros en la palma, hasta la
cabeza del clavo, y lo había hecho él mismo. Realmente me pregunto como estaría usando
el martillo como para hacer eso”.

“Él…”

Totoki asintió. “Lo envié al hospital inmediatamente, ya que además estaba usando un
clavo viejo que alguien habría traído. Este tipo de cosas son las que más me dan miedo”.

“Oh, no, no estaba preguntando eso”. Incluso Hirose pensó que su manera de pensar era un
tanto extraña, pero sin importar qué, quería averiguar el nombre del estudiante. “¿Cuál es el
nombre del chico?”

Totoki abrió bien los ojos y pasó las hojas de su libreta por tercera vez.

“Tercer año, clase cinco, Hashigami”.

6
En su camino de regreso al laboratorio, Hirose no sabía como mostrar su estado de ánimo
en lo absoluto.

Tsuiki y Hashigami. Parecía que había otro significado para esto. Si bien entendía que
probablemente no habría ningún significado en particular para el hecho. Le parecía que
haber visto señales extrañas una tras otra. Hashigami, los estudiantes nerviosos, Tsuiki que
se hundió rápidamente… y Takasato.

Desde el área de la oficina principal que albergaba la enfermería, podía ir directamente de


regreso a la sección de clases especiales. Lentamente ascendió por las escaleras principales
al tercer piso. Un descanso fue diseñado entre los tramos de escaleras cuando estas
doblaban, después de los cuales uno podía seguir subiendo. La pared respectiva al descanso
estaba completamente ocupada por una ventana que iba desde el piso hasta el techo. Del
otro lado de la ventana podía ver los colores del crepúsculo cubriendo el edificio de la
escuela. Él estaba frente a las aulas bien dispuestas de la sección de clases, con el amplio
césped de por medio.

El vidrio que formaba una línea horizontal era la ventana del pasillo. La mayoría de los
interiores del edificio junto a las ventanas estaban iluminados con luces. Cuando Hirose
acercó la cabeza al vidrio del descanso, pudo ver claramente el interior de la sección de

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clases. Los estudiantes iban y venían por el pasillo iluminado. Incluso podía, a través de las
puertas abiertas, ver las siluetas de aquellos que trabajaban dentro de las aulas.

Hirose se olvidó de la agitación que acababa de tener, y sin pensarlo, sonrió. El entusiasmo
de los estudiantes que surgía por el festival siempre era como el trabajar de los ratones, y
había algo en ellos que lo hizo sonreír. Hirose estaba mirando a los alumnos cuando,
repentinamente algo llamó su atención. Su línea de visión se detuvo en un estudiante, que
estaba parado frente a la ventana a un extremo del edificio de la escuela.

En medio de todo el bullicioso ir y venir, solo había una persona que no se movía. Él estaba
parado en la ventada del segundo piso y parecía estar mirando el césped.

Hirose no pudo evitar parpadear un poco y luego cerrar los ojos por un segundo. Después
abrió ampliamente los ojos y miró hacia la segunda planta del otro lado. Levantó la mano y
limpió el vidrio, y luego observó más de cerca.

La distancia entre las dos secciones no era la suficiente como para que viera el rostro del
estudiante claramente, pero Hirose podía ver que había un par de brazos descansando sobre
sus hombros. Eran brazos desnudos. Los uniformes actuales de los estudiantes eran de
manga corta, por lo que era normal ver el codo de un estudiante. Sin embargo, esos brazos
estaban expuestos hasta los hombros. Era como si los brazos desnudos cubrieran al
estudiante por detrás. Por un momento, Hirose pensó que el estudiante le daba la espalda a
alguien, pero no podía ver el resto de la persona más allá de los hombros. Simplemente
había dos brazos que descansaban suavemente sobre sus hombros.

Hirose pensó que estaba viendo algo que no podía existir. ¿Por qué no podía ver la cabeza o
los hombros del dueño de aquellos brazos? El brazo superior parecía descansar
completamente sobre el hombro del estudiante, y sin embargo, Hirose no podía distinguir
ningún tipo de figura detrás. La postura del estudiante con los brazos sobre sus hombros no
parecía que estuviera cargando ningún peso. Casi parecía que esos brazos crecían de su
cuello y colgaban frente a su pecho. Unos pocos estudiantes cruzaron detrás de él
rápidamente, aunque ninguno de ellos notó nada anormal.

Cuando Hirose miraba una y otra vez al estudiante y los brazos, éste giró inesperadamente a
un lado. Solo giró la cabeza, y desde donde veía surgieron dos estudiantes.

Hirose no pudo evitar suspirar de alivio. Debe haber sido solo una broma. Tomó los brazos
falsos que habría utilizado en el concurso de disfraces (el más famoso de la escuela) y los
estaba colgando frente al pecho como broma. Y cuando la gente lo miraba, lo llamaban.
Eso debió haber sido.

El alumno de la ventana dijo algo, y luego giró dejando la espalda frente a la ventana. Le
tomó un tiempo extremadamente corto girar, parecía como si esos brazos llegaban hasta su
espalda y desaparecían. Todo el proceso se veía como un par de serpientes que se
deslizaban hacia atrás. Por supuesto, ninguna figura podía distinguirse en la parte posterior
del estudiante que daba a la ventana.

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Hirose se distrajo por un tiempo. Apoyó la frente sobre el vidrio e imaginó lo que acababa
de ver.

“Fue por la distancia”, dijo Hirose para sí mismo. “Sí, fue debido a la distancia y a la
iluminación de fondo”.

Ahora, en medio de los preparativos para el festival, dentro de la escuela había cualquier
tipo de cosas. Había figuras de papel maché, disfraces y cosas del equipo de animadores
que uno no podría imaginar su uso con tan solo un vistazo.

Debió haber sido a causa de las anormales circunstancias que lo hicieron ver las cosas de la
forma en que las vio.

Eso fue lo que Hirose se dijo, luego suspiró. El aire caliente había hecho que la frente se
empapara de sudor. Se forzó a sí mismo a no pensar más en ello y aprovechó la oportunidad
para voltearse. La imagen de lo que había pasado se situó en un profundo rincón de su
mente.

*
**

En lo profundo de la noche, un hombre corría a su casa. El aire de la noche chocaba


suavemente contra su piel sudorosa, lo que lo hacía sudar más.

Él había bebido un poco. El hombre entró caminando a la calle apegado a su instinto,


aunque por el contrario, no había forma de que sus instintos se apegaran muy bien en este
barrio de edificios iguales. Más de una vez había tocado el timbre de alguna otra persona.

Con su memoria, algunos sentidos aún permanecían en él, y por lo tanto a menudo se
detenía a levantar la cabeza y mirar arriba. Con los edificios, todos con el mismo diseño
exterior, perfectamente alineados, parecían enormes lápidas. Hizo verificaciones
frecuentemente. Los números de las construcciones colgaban en una gran cerámica a un
costado de la planta más alta de los doce edificios históricos frente a la escalera de
emergencia.

“Lo he hecho muchas veces, ¿por qué lo sigo haciendo mal?” pensó.

Al mismo tiempo recordó makuragaeshi.

De regreso en su ciudad natal, había una leyenda acerca de makuragaeshi. Se dice que hay
un demoño llamado makuragaeshi, que sale durante la noche y mueve la almohada de una
persona profundamente dormida a un lugar diferente. Cada vez que él iba a la casa de su
abuela en el campo, el makuragaeshi aparecía. Cuando se levantaba a la mañana, su

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almohada siempre aparecería a sus pies. Aunque, cuando se quedaba inmóvil después de
abrir los ojos, sentía como la posición de su futón era diferente. Ahora, cuando pensaba en
ello, quizás era probable que la postura al dormir no fuera muy buena, pero él aún no podía
olvidar esa misteriosa sensación, la inquietud al despertarse en una vieja habitación de
tatami de la vieja casa de campo. Después de pensarlo detenidamente, el fundón no se había
movido la noche anterior, sin embargo, le quedaban algunos pensamientos que él no era
capaz de explicar.

Sonrió al detenerse. Se quedó mirando el edificio frente a él. Había confirmado que estaba
en el edificio al cual se suponía debería haber regresado.

Asintió con la cabeza de manera arbitraria y miró arriba una vez más. No había otras
figuras en el camino en el cual se suponía que los autos no podían manejar. Sus pasos
hicieron eco en el espacio abierto. Parecía que los grandes edificios estaban a punto de
caérsele encima. Giró la cabeza y miró a su alrededor, sintiéndose ligeramente mareado.

Sacudió la cabeza y se dio cuenta de que había una luz blanca en la parte superior del
edificio al que estaba mirando.

Brillaba débilmente. Había un tenue círculo brillante en el borde del techo. El hombre
parpadeó varias veces y luego lo miró fijamente. Vio algo salir de la luz.

La mandíbula del hombre cayó por la sorpresa. Era como si algún animal hubiese trepado
hasta la luz. No sabía exactamente lo que era, pero sabía que era una enorme bestia de
cuatro patas. Era muy grande para ser un perro. El cuerpo de la bestia de cuatro patas se
hacía más oscuro y no había forma de que él lo identificara, aunque vio que estaba
emitiendo un pequeño resplandor por la espalda.

“¿Qué demoños es eso?”, se preguntó, pero antes de que pudiera pensar más en ello, la
bestia de cuatro patas saltó hacia el aire. Pasó por encima de su cabeza tan rápido como si
hubiera estado nadando en el agua y se deslizó a través de los doce edificios históricos.

Incluso después de que su silueta desapareciera, él aún permanecía atónito, mirando en la


misma dirección.

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Capítulo 3
La primera semana de entrenamiento estaba cerca de terminar. Era sábado cuando los
estudiantes solo tenían hasta el medio día, pero la mayoría se quedó con el fin de prepararse
para el próximo festival de atletismo. El salón de química estaba ocupada por los que lo
frecuentaban.

No estaba seguro de dónde, el de primer año, Nozue, había oído de la herida de Hashigami,
aunque él explicó cuidadosamente lo que había sucedido.

“Era un clavo de 12cm. A excepción de la cabeza del clavo, la totalidad de su longitud


atravesó su palma. E incluso habiendo ido al hospital para sacarlo el proceso para extraerlo
fue duro”.

“Huy, ¡qué miedo!” exclamó el de primer año, Suigisaki.

El aire acondicionado estaba prendido en el salón de química. Gotou, como de costumbre,


se había ido a almorzar. Los estudiantes habían sacado los vasos de precipitados ellos
mismos e incluso estaban bebiendo jugo que habían comprado en el kiosco o el café que
Gotou había preparado.

Tsuiki se había tomado el día libre. Oyeron que Hashigami tampoco había vuelto a la
escuela.

“Hashigami en muy habilidoso. También es bueno en la carpintería”.

Las palabras de Nozue llamaron la atención de Hirose.

“¿De verdad?”

Nozue asintió mansamente. “Hashigami-san es en realidad un otaku”.

Hirose no entendía a que se refería.

“La habitación de Hashigami es increíble. Si hablamos de video caseteras, tiene como cinco
de ellas. Las usa para grabar anime. Tiene un gran sistema de antena instalado que usa para
grabar retransmisiones de estaciones muy lejanas”.

“¿Sí?”

“Sí, y los estantes que usa para dejar videos y casetes ocupan una pared entera.

“Hashigami los construyó él mismo”.

Iwaki sonrió. “Incluso los monos caen de los árboles”.

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Sugisaki rió fuertemente. “Incluso Hashigami se clavó él mismo las uñas”.

Hirose soltó una corta y obligada carcajada, pero no estaba satisfecho con la explicación.
Había algo que simplemente no entendía.

“Es cierto, eso escuché ¿Tsuiki estaba actuando raro o algo así?” preguntó Iwaki. Hirose
asintió desconcertado.

“Parece que sabes bastante”.

“Creo que alguien de nuestra clase estaba allí. Oí que se escapó del lugar, que se metió en
una discusión con Takasato”.

“Sí… Hashigami dijo algunas cosas triviales, y luego terminó en algo así”.

“¿Cosas triviales? ¿Hashigami también estaba ahí?”

“Sí”.

“Oh, yo sé. Es eso de la desaparición misteriosa”, dijo Nozue entusiasmado. Hirose asintió
vagamente.

“¿Qué es eso de el desaparición misteriosa?” preguntó Sugisaki con curiosidad. Nozue


procedió a contarle la historia de la cual solo una mitad había ocurrido realmente y la otra
la había inventado él mismo.

“¿De verdad?”

“Yo no creo. La mayoría de lo que dijo Nozue lo inventó él mismo”, respondió Hirose con
una sonrisa cínica. Nozue hizo un puchero cuando escuchó esto.

“Es un poco inquietante. Todo el mundo anda difundiendo este tema muy casualmente en
todas partes. …pero la desaparición misteriosa parece ser real”.

“¿Eh?”

Fue justo en ese momento.

“Creo que es mejor que no hablaran porque lo encuentran interesante”.

Era el segundo año de Sakata.

“¿Por qué?” preguntó Iwaki al darse vuelta.

“Alguien en mi clase dijo que antes, que cosas malas les sucederían si hablan de esa forma
tan casual acerca de esto”.

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“¿Qué entiendes por cosas malas?” El que preguntó esto fue Hirose.

Sakata se encogió de hombros diciendo, “No lo tengo muy en claro. A él, el que lo dijo, no
parece gustarle hablar de esto. Él estaba en el mismo curso que Takasato cuando ambos
estaban en primer año, y dijo que no era bueno hablar de ello. Escuché que no les pasaron
cosas buenas a los chicos que se burlaron de Takasato…”

Todos los que estaban allí estaban un poco desconcertados, pero Hirose no pudo evitar
tomarlo seriamente.

“¿Cosas buenas? ¿Quieres decir accidentes o cosas así?”

“Probablemente. Se dice que nada bueno le pasa a aquellos que molesten a Takasato. Todos
los que se han burlado de él han resultado heridos”.

“¡De ninguna manera! ¡Lo estás inventando!” dijo Iwaki. Sakata solo inclinó la cabeza en
señal de duda.

“Eso fue lo que oí. Pero, muchos han salido heridos por esto, y ¿no es que alguien murió en
un viaje al campo esa primavera? Por supuesto, esos también son rumores”.

“¿Alguien murió?”

Esa fue la primera vez que Hirose escuchó algo de ese estilo y miró el rostro de Sakata.

“Sí, cuando estaban en el ferry, alguien se cayó al mar y se ahogó hasta la muerte. Creo que
era alguien de la clase tres. Esto habría ocurrido en el regreso de la excursión, por lo que
dejaron de hacer esos viajes de campo por completo. Salió en los diarios. ¿No lo viste?”

“Ah, no me acuerdo…”

“Dijeron que el día anterior, a ese chico no le gustaba el aspecto de Takasato, así que agarró
a dos de sus amigos y los tres lo golpearon. Ese murió y cosas muy malas también les
pasaron a los otros dos”.

Iwaki no estaba contento y habló. “Estás inventando esto”.

“No lo estoy. ¿Por qué haría eso? Acerca de los otros dos, uno fue atropellado por un
camión y se rompió la pierna. El otro tuvo un accidente cuando manejaba una moto sin
tener licencia y terminó mal herido. Fue suspendido en la escuela y más tarde la abandonó.
En cualquier caso ninguno de los tres está más en la escuela”.

Después de que Sakata terminara, él frunció los labios. “Me parecía que alguien había
muerto cuando estaba en primer año”.

Nadie dijo nada más. Hirose sabía que todos se habían sorprendido, salvo que él no era
capaz de hablar a causa de un temor que surgió en su interior. Ahora podía entender la

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razón por la cual Tsuiki había estado tan triste y todos los estudiantes habían expresado tal
extraña ansiedad, se debía a estos rumores.

El día siguiente era domingo, y para hacerlo más conveniente para los estudiantes, la
escuela abrió oficialmente las puertas. Parecía que Gotou pasaba el día entero encerrado en
el salón de química. Hirose escuchó que el reto de los maestros estudiantes también fue
para aprovechar la oportunidad de estudiar el trabajo en clase. Después de pensarlo, él
mismo se puso en contacto con Gotou, y le dijo que él también estaría en la escuela a la
tarde. Por lo que salió de su casa temprano a la mañana.

Una inseguridad que no era completamente desinteresada lo estaba molestando y le hacía


sentir que tenía que averiguar la verdad. A raíz de la nota que Nozue le escribió, fue a la
casa de Hashigami a visitarlo. Una vez que aclarara las cosas con Hashigami, sería capaz de
relajarse. Sin embargo, también sabía que si todo había ocurrido puramente por accidente,
se sentiría un poco desanimado.

La casa de Hashigami estaba ubicada en el centro del área de la nueva ciudad que también
contenía la escuela. Había muchos parques en un espacioso barrio residencial. Esta era una
atmósfera muy reconfortante, la cual concordaba con la imagen de una ciudad dormida. La
casa de Hashigami se ubicaba en una esquina del barrio residencial, y a primera vista uno
podía decir que este edificio albergaba a aquellos con un buen estatus económico.

Hirose tocó el timbre, pronunció su nombre y dijo que estaba buscando a Hashigami.
Rápidamente, Hashigami bajó las escaleras de caracol que se encontraban en el hall de
entrada.

“¿Eh? ¿Hirose, es usted?”

“Pareces estar bien”, dijo Hirose. Hashigami esbozó una sonrisa.

“Honestamente, falté la escuela a propósito. De todas formas el sábado era nomás medio
día, ¿no?” bromeó mientras hacía una mueca divertida y luego señaló al segundo piso,
“Subamos”.

La habitación de Hashigami resultó ser tal y como la describió Nozue. El interior estaba
lleno de casetes y este tipo de cosas. La pared, de una longitud aproximadamente del ancho
de 8 tatamis (90cm c/u), estaba llena de estantes hasta el techo. Eran estantes tan finamente
elaborados que hasta habían sido barnizados. No lo había mencionado Nozue antes, Hirose
podría haber pensado que esos estantes habían sido comprados en algún otro lugar.

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“¿Hiciste esos estantes tú mismo?”

Llevando una tetera eléctrica a la habitación, Hashigami rió un poco avergonzado. “Sí, es
un poco incómodo usar cosas que fueron hechas para una especificación regular”.

“Eso es realmente grandioso”.

“No”, rió Hashigami medio conciente.

“¿Con manos tan hábiles cómo llegaste a lastimarte?” Cuando Hirose preguntó esto,
Hashigami le ofreció la mano vendada para que él la viera.

“¿Estás hablando de esto?”

“Oí que ¿la atravesaste con un clavo?” preguntó Hirose, y la cara de Hashigami se puso un
poco rígida. Se quedó pensando un rato mientras jugaba con el extremo de su vendaje.

“… el clavo atravesó mi mano por sí mismo”.

Hirose no sabía como responder a eso, así que se limitó a observar a Hashigami. Hashigami
puso una mala cara, como lo haría un niño.

“¿Hirose-san, cree usted en los fantasmas?” Esta repentina pregunta causó que Hirose no
supiera que responder por un momento.

“Tengo que decir que no creo en este tipo de cosas”, dijo Hashigami con determinación.

“Yo igual… me inclino más a no creer en cosas como esas”.

En algún lugar dentro de la mente de Hirose apareció una alarma, porque lo eventos que
había visto el día anterior se habían quedado en su mente.

“Pero sí creo que fue un fantasma el que hizo esto”, dijo Hashigami en voz baja.

“¿Por qué crees eso?”

“Porque no pude ver al agresor que llevó el clavo hasta mi mano”. Hashigami dejó caer el
saquito de té en la taza, luego sirvió agua caliente de la tetera y la tapó. “Cuando estaba
clavando, quería terminar de asegurar el arco que estábamos levantando en la entrada. Yo
sostenía un clavo con mi mano izquierda y el martillo con la derecha. Pero el clavo que
terminó en mi mano no era el mismo que yo estaba sosteniendo”.

Al decir esto, Hashigami sacó un clavo de su escritorio. Éste era de doce centímetros y
estaba ligeramente doblado en el centro. Pudo ver inmediatamente que se trataba de un
clavo viajo y oxidado.

“¿Así que éste es el clavo?”

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“Sí. Me lo traje del hospital, como un recuerdo”.

Hirose pensó, que inusual recuerdo, aunque no lo dijo en voz alta.

“Me llevé mi martillo y los clavos de mi casa. Quiero decir, es algo que me gusta hacer.
Pero ese clavo no era mío”.

“¿Por qué?” preguntó Hirose con curiosidad. Hashigami se encogió de hombros.

“No llevé ningún clavo oxidado. ¿No dice la gente que si te cortas con un clavo oxidado
probablemente tendrás tétanos? Suena un poco tétrico, así que tiro los clavos oxidados, sin
mencionar el hecho que el clavo ya estaba doblado como así. Algunos le devuelven la
forma con el martillo y lo utilizan, pero yo, creo que no importa cuanto lo intentes, no
volverá a su estado original”.

Después de que Hashigami dijera esto, lanzó el clavo al escritorio.

“Yo estaba martillando en una esquina cuando sentí que algo cortó la palma de mi mano
izquierda. Cuando levanté la mano para verla, vi al clavo sobresalir de mi mano”.

“¿Sobresalía todo el camino hasta la cabeza?”

“Para nada”, rió Hashigami. Solo fue un poco de la punta. Creo que sería mejor decir que se
quedó atorado en mi mano en vez de decir que la perforó. Sin que nadie lo apoyara, el clavo
fue sesgado contra mi mano”.

El tono de Hashigami estaba algo vacío, aunque a Hirose le sonó convincente.

“Pensé que era extraño y me pregunté que pasaba. Dejé el clavo que había estado
sosteniendo y llevé la mano más cerca de la cara para ver más de cerca. Y repentinamente
hubo un chasquido, y alguien estaba golpeando el clavo”.

“¿Quién era?”

“Bueno. No pude ver a nadie, pero sentí como si alguien estuviera golpeando el clavo con
un martillo o algo. El golpe continuó contra mi mano, así que lancé mi mano al suelo para
soportarlo, y luego oí otro crack. Finalmente me di cuenta que el clavo había sido clavado
en mi mano”.

Se sintió como la temperatura en la habitación disminuía lentamente. Inconscientemente,


Hirose levantó la mirada hacia el aire acondicionado ubicado cerca del techo.

“Estaba tan asustado, ni siquiera pude gritar. Mis pensamientos se habían detenido. Luego,
hubo otro golpe repentino. No me dolió mucho, pero yo estaba completamente aturdido.
Quería separar la mano de la tierra, pero no pude. Mientras pensaba en lo imposible que
era, el clavo era golpeado de nuevo. Como resultado, toda la longitud del clavo fue

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empujado a través de mi mano, excepto por la cabeza que sobresalía un poco. Estaba
asustado y grité, ¡¿Qué demonios está pasando?! ¿No es gracioso?”

Hashigami rió secamente.

“El chico que estaba detrás de mí me preguntó que pasaba, y le dije que había sido clavado.
Mi mano estaba completamente pegada al suelo, por lo que luego llegué a mi mano con la
otra y suavemente la separé del suelo. Había un hueco en el suelo donde había estado el
clavo, pero la sangre no goteó. No fue hasta entonces que empezó a doler, y me apresuré en
llegar a la enfermería”.

Hashigami sirvió el té negro en una taza.

“Puede que sea amargo”, murmuró. El té que había permanecido olvidado a un lado ya
estaba marrón, parecía que iba a ser muy amargo.

“Pensé que mis valores pueden haber cambiado a causa de esto, por eso conservo el clavo
como recuerdo”.

“¿Cambiaron?” preguntó Hirose con calma. Su voz sonaba seca.

“No realmente. Siento que no tiene nada que ver conmigo, aunque estuve algo asustado
ayer. Cuando trataba de dormir, seguí sintiendo como si hubiera más clavos que apuntaban
hacia mí desde todos lados. Tenía miedo de cerrar los ojos, pensando estúpidamente que si
cerraba los ojos, los clavos saldrían. Pero, terminé durmiéndome de cualquier forma”.

Hirose simplemente asintió con la cabeza. No sabía que más responder. Lo que Hashigami
había dicho provocó innatamente algún tipo de poder persuasivo, pero su propia mente se
resistía a aceptar el hecho. Por lo que no pudo agregar sus propios comentarios.

“Yo no creo en fantasmas, y aún no creo en ellos, pero hay algunas dudas en el fondo de mi
mente. ¿Qué fue eso exactamente? Creo que es a lo que llaman confuso, ¿no?”

Hirose aún no podía hacer nada más que asentir.

3
Cuando ya no pudo pensar en que decir, Hirose dejó la casa de Hashigami y procedió a la
de Tsuiki a visitarlo. Nadie sabía donde estaba exactamente la casa de Tsuiki, así que buscó
la dirección en el archivo de la clase y se detuvo en una caseta de policía para pedir
direcciones.

La casa de Tsuiki estaba en las afueras de la nueva ciudad. Esta zona parecía estar
compuesta por una desordenada mezcla de las casas construidas recientemente y casas
viejas que permanecían allí desde hace algún tiempo. En realidad, las casas viejas no eran

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tan viejas, pero tenían un aspecto completamente diferente al de las casas nuevas que las
rodeaban.

Hirose tocó el timbre. La madre de Tsuiki fue a abrir la puerta. Hirose le dijo su nombre, y
ella fue escaleras arriba a buscar a su hijo. Por un rato, oyó el sonido de una conversación
proveniente de arriba, luego la madre de Tsuiki bajó.

“Lo siento, pero dice que no se siente bien”. Sin embargo, su tono no sonaba a disculpa.

“¿Se encuentra bien?”, preguntó Hirose. La madre de Tsuiki arrugó la frente.

“Disculpe, pero ¿puedo preguntarle si usted es amigo de él?” Por su tono se podía oír
claramente el no recuerdo su nombre ni su cara.

“No, yo soy un maestro estudiante. Gotou me envió a ver la situación”. En su interior


Hirose le pedía disculpas a Gotou, luego la madre de Tsuiki se cubrió la boca con la mano.

“Oh, ¿es así? Por favor, perdóneme”.

Hirose solo pudo darle una sonrisa superficial, mientras ella decía, “Es porque usted se ve
tan joven”. Ella lo guió al segundo piso.

“Por favor, suba las escaleras. No sé que está haciendo el chico, siempre dice que no se
siente bien. El médico dijo claramente que podía ir a la escuela si se apoyaba en el bastón,
pero él insiste en tomarse el día libre. Él solía ser un chico diligente. Sigo pensando, ¿qué
fue exactamente lo que pasó en la escuela?”.

Hirose asintió vagamente y subió las escaleras. La habitación de la parte superior parecía
ser la de Tsuiki.

“Puesto que usted es un maestro, debería decir que es un maestro, o bien ¿cómo lo habría
de saber?” Ella dijo esto al abrir la puerta sin siquiera un golpe, y luego se giró hacia
Hirose. “Iré a preparar algo de té”.

“Ah, no se preocupe”.

Tsuiki estaba acurrucado bajo las sábanas de su cama.

“¿Cómo te sientes?” preguntó Hirose. Tsuiki asomó la cabeza fuera de su futón de verano.

“¿Hirose es su nombre, sensei?” Tsuiki había hecho la misma pregunta que Hashigami.

“¿Cómo se encuentra tu pierna?” Preguntó con una sonrisa. Tsuiki se levantó vestido con
una campera de deporte, se sentó en el futón. Movió la pierna como si fuera muy pesada, y
Hirose vio que estaba vendada hasta el tobillo.

“Sí, no está tan mal”.

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“¿De verdad? Anteayer fui a la enfermería, pero ya te habías ido”.

“Sí…”

“¿Cómo hiciste para cortarte el pie?”

Tsuiki no respondió. Fue justo cuando su madre, quien había entrado con un poco de té, vio
su expresión en el rostro y sonrió inquietantemente.

“Él dijo que tan solo fue un accidente, y que no diría nada más. Desde que entró a la
secundaria habla cada vez menos. …mi hermano menor también era así”.

Justo cuando su madre estaba a punto de sentarse junto a Hirose, Tsuiki dijo cortantemente,
“Mamá, ¿Por qué no vas abajo?”

“Pero…”

“No es que estemos hablando de cosas importantes. Tan solo baja”.

“Muy bien”. Ella miró a Hirose, miró a Tsuiki, y dejó la habitación. Hirose estaba pensando
en silencio, luego escuchó las pisadas de la madre de Tsuiki bajando las escaleras. Tsuiki
permaneció en una postura cerrada y parecía estar escuchando cuidadosamente los pasos de
su madre.

“Bueno, Tsuiki”, dijo Hirose. Tsuiki lo miró con una expresión de molestia en el rostro,
como si fuera desanimado por algo. “¿Tiene su lesión algo que ver con Takasato?”

Al oí esto Tsuiki arrugó la boca.

“Usted antes dijo que nada bueno sale al involucrarse con Takasato. He oído de todo tipo
de desafortunados eventos de los que se habla. ¿Es así como también te lesionaste?”

En ese momento, parecía que Tsuiki quisiera decir algo pero no dijo nada después de todo.

“Acabo de salir de la casa de Hashigami”.

“¿Hashigami está bien?” Tsuiki se inclinó hacia delante repentinamente. Hirose asintió.

“Sí, no era nada tan grave”.

Al oír a Hirose decir esto, Tsuiki controló su rostro y preguntó, “¿Le pasó algo?”

Hirose se dio cuenta de que simplemente no había una conversación entre los dos. “¿Oh?
¿Estás preocupado por él? ¿Te preocupaba que algo podría haberle pasado?”

“¿Qué le pasó?”

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“Un clavo”. Hirose extendió su mano izquierda. “Creo que lo atravesó. Aunque Hashigami
dijo que el clavo lo hizo solo”.

Tsuiki agachó la cabeza.

“Hashigami dijo que alguien a quien no pudo ver, se lo había hecho deliberadamente”.

“¿Sensei, usted le cree?” Tsuiki preguntó directamente. Hirose asintió con franqueza.

“Él no parecía estar mintiendo. A decir verdad, en parte le creo y en parte lo dudo, pero ya
que he venido a verte, me gustaría creer en este tipo de cosas”.

Tsuiki aún tenía la cabeza gacha. Hirose pudo ver que sus manos descansaban en sus
temblorosas rodillas, y lo sabía, Tsuiki estaba asustado.

“Sí Takasato está enojado, la gente muere”. Después de esperar un rato, Tsuiki abrió
finalmente la boca, pero lo que dijo era sorprendente. “Cuando estaba en primaria estaba
metido en un curso de estudios intensivos con un chico que estaba en la misma escuela que
Takasato, y él normalmente hablaba de Takasato. Él decía que había un chico raro en su
escuela, alguien que antes había desaparecido misteriosamente. Dijo que si alguien hacía
enojar a Takasato, moriría, y si alguien le desagradaba, saldría gravemente lastimado. En
ese momento, habría pensado que eso era ridículo…”

“¿Estás hablando de lo que sucedió en el viaje al campo?”

Tsuiki sacudió la cabeza. “Él solo estaba bromeando, así que no le creí. Entonces trajo a
colación algo extraño que pasó en el verano del tercer grado. Decía que tenía miedo de
tomar clases de natación en la clase de gimnasia, porque había sentido que algo tiró de sus
piernas, lo que lo asustó. Estaba llorando cuando lo dijo en la clase de estudios intensivos”.

Hirose simplemente lo escuchó en silencio.

“Él dijo que era porque había lastimado antes a Takasato. Habían peleado durante
educación física o clase de ciencias. Después de eso siempre insistió que fue por esa
razón”.

“¿Qué estás diciendo…?”

Tsuiki sacudió la cabeza. “Yo no creo que él lo tuviese en claro. Él dijo que algo lo había
tirado de las piernas. Él le habría dicho al maestro que no se sentía bien, así no tener que
nadar, pero el maestro no aceptó su excusa. Me dijo que muy pronto podía ser arrastrado al
fondo y ahogarse hasta la muerte. Resultó ser que realmente murió. Se ahogó en la pileta”.

Una vez más Hirose se quedó mudo.

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“Cuando empecé segundo año, me pusieron en la misma clase que Takasato. Al principio,
no tenía idea de que era Takasato. Más tarde, otros chicos me dijeron que si tenía algo que
ver con Takasato, estaría maldito. Escuché que durante primer año, hubo algunos que
salieron gravemente heridos hasta muertos. No escuché intencionalmente estos rumores,
pero no me sentí cómodo. Como resultado, durante el viaje al campo…”

“Sí, ya lo había oído”.

Tsuiki asintió. “Al ver esa mirada de infelicidad que Takasato mostró anteayer, supe que
algo iba a salir mal…”

Hirose instó tranquilamente a Tsuiki a que siguiera hablando. “¿Y entonces?”

“Entonces, cuando estaba trabajando, apareció una extraña mano que agarró mi pierna”.

“¿Una extraña mano?”

“Era pálida, y parecía la mano de una mujer. Yo estaba usando mi rodilla como soporte
para la chapa del cartel, pero entonces alguien me agarró la pierna. Era como si alguien
usara ambas manos para agarrarla fuertemente. Intenté patearla, pero no pude mover la
pierna en lo absoluto. Pienso que la persona que estaba tirando de la sierra no se dio cuenta
en lo absoluto, y continuó cortando. La sierra continuó acercándose más y más a mi pierna,
yo sabía que si eso continuaba mi pierna iba a ser cortada, pero no pude moverme. Bajé la
cabeza para mirar por debajo de la chapa, y vi la pálida mano de una mujer sosteniendo mi
pierna. Pero no había absolutamente nadie debajo de la chapa”.

“¿No gritaste?”

“No pude pronunciar ni un sonido. En todo lo que pude pensar fue en que mi pierna iba a
ser cortada, así que ¿qué podía hacer? En mi mente, estaba tan claro el hecho de que mi
pierna iba a ser cortada, pero no sabía que hacer. Así que al final fue un alivio para mí que
solo fuera lastimada un poco. Me dije a mí mismo, ah, eso está mejor, yo no había enojado
a Takasato”.

Hirose sintió desde un cierto punto de vista, era este pensamiento el que asustaba.

“Pero luego, cuando estaba en la enfermería recibiendo tratamiento, empecé a sentirme un


poco incómodo. Tenía miedo de que la cosa no se hubiera acabado, así que volví a casa
corriendo. Aunque así fue como terminó, sin que nada más pasara…” Tsuiki no podía
evitar mirar a Hirose. “¿Sensei, cómo fue? Después de que me fui del aula, ¿estaba
Takasato enojado?”

Tsuiki estaba agitado. Hirose simplemente sacudió la cabeza.

“No, realmente no parecía que a Takasato le hubiese importado tanto”.

“¿Cree usted que así es? ¿Cree que ya no está enojado?”

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Hirose suspiró profundamente. “Nada más le pasó a Hashigami. No creo que nada más
vaya a pasar”.

Hirose, en realidad, no tenía bases para decir eso, pero Tsuiki parecía estar muy feliz. Dejó
salir un suspiro de alivio y sonrió, pero su expresión se puso dura nuevamente.

“Sensei, eh…”

Hirose entendió el significado y asintió. “No le voy a decir a nadie acerca de esto. Así que
no te preocupes”.

Después de que Hirose dijera esto, Tsuiki liberó la intensa preocupación que había estado
cargando en su frente y suspiró profundamente.

4
Hirose definitivamente no creía en la tan llamada maldición de Takasato, pero podía sentir
profundamente la avalancha de creencia entre una parte de los estudiantes acerca de la
maldición de Takasato.

La gente creía que Takasato les traería infortunios. Así que, cada vez que algo raro ocurría,
estaría inevitablemente involucrado con Takasato. Hirose entendía como funcionaba esto.
Lo que no entendía era, ¿se trataba de una simple inocencia o era real?

“Hey”. Cuando abrió la puerta al salón de química Gotou lo recibió casualmente. Él aún
estaba frente a su caballete.

“¿Cómo están Tsuiki y Hashigami?”

“Al escuchar a Gotou preguntar esto, Hirose se quedó mudo por asombro, aunque le siguió
una sonrisa irónica. “Así que me descubrió, ¿eh?”.

“Por lo menos, aún puedo entender el proceso de tus pensamientos. Si no hubieras ido, yo
lo habría hecho. ¿Cómo están los dos?”

Hirose le entregó un poco de jugo que había comprado en una máquina expendedora
cercana.

“A Hashigami se lo ve bastante enérgico. En cuanto a Tsuiki, creo que también lo está


tomando bien”.

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“¿Así que no terminó siendo Takasato?”

Mientras Hirose abría una lata, miró fijamente el rostro de Gotou. “¿Qué quiere decir eso?”

“¿No tuvo Takasato una disputa con ellos anteayer? Eso fue lo que dijo Iwaki”.

Hirose inspeccionó la expresión de Gotou. Debido a que los estudiantes iban y venían del
salón de química, Gotou se enteraba de todo lo sucedido entre los estudiantes. No era
inconcebible que supiera de la maldición de Takasato. Sin embargo, Hirose estaba
pensando que Gotou parecía creer bastante en la maldición. Era increíble que usara ese tipo
de tono al hablar.

“¿Es Takasato la causa?”

Hirose pensó en la promesa que le hizo a Tsuiki, y no pudo evitar sentirse un poco perdido.

“No te preocupes. No voy a decirle a otros acerca de esto”.

“…al menos, eso es lo que Tsuiki cree. Dice que es la maldición de Takasato. En cuanto a
Hashigami, es probable que él no sepa nada al respecto”.

Después de que Gotou se limpiara las manos, se sentó y abrió una lata de jugo.

“Takasato es un niño problema. Desde cierto punto de vista, es un chico extremadamente


problemático. No es fundamentalmente el tipo de chico que crea problemas por
pequeñeces, pero todo a su alrededor termina siendo un desorden. Él es el ojo del huracán”.

“¿…es apropiado decirle esto a un maestro estudiante?”

Gotou simplemente rió con amargura y observó su lata de jugo.

Hirose sintió fuera de lugar preguntar, “En mi primer día, Gotou-san, usted dijo que
algunas cosas eran muy profundas. ¿Se refería a esto?”

Gotou asintió. “Sí, era eso”.

“Oí que Takasato maldice a la gente, y también escuché que durante un viaje al campo, un
alumno perdió la vida debido a esto. ¿…es esto cierto?”

Gotou arrugó la frente. “Es cierto que un estudiante murió durante un viaje de campo. La
policía concluyó como accidente. Ese idiota bebió alcohol durante el regreso en el ferry.
Nuestros estudiantes, en su gran mayoría, se comportan, pero entre ellos, todavía hay
quienes, cuyo comportamiento está fuera de control. Ése en particular nunca seguía las
reglas, e incluso había sido marcado en el departamento de tutoría. Ése, y otros que también
estaban marcados, estaban tomando cerveza juntos hasta estar borrachos. Dijeron que
querían tomar aire freso, por lo que corrieron a cubierta. Como resultado, cayó al mar.
Otros pasajeros lo vieron caer. No hay duda de que eso fue un accidente”.

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Después de que Gotou terminara de hablar, inclinó la cabeza hacia arriba para tomar un
trago de jugo.

“Para mí, creo que sería demasiado forzado decir si hay o no otro significado para ese
accidente”.

Hirose asintió, y luego preguntó, “¿Gotou-sama, cuál es su impresión de él?”

Una vez que Gotou oyó esto, dirigió su mirada hacia Hirose por un momento. Luego, se
miró las manos y en voz baja preguntó. “¿Tienes interés en Takasato?”

“Sí”.

“¿Por qué?”

“No lo sé”, respondió Hirose honestamente. Sentía que Takasato era un estudiante
completamente diferente a los otros. Sin embargo, si era solo por esto, probablemente no
estaría interesado en esa escala, ¿no? Hirose nunca fue bueno para calcular estas cosas. Las
razones que lo habían llevado a retener esto en su mente eran la pintura, la indescriptible
que había pintado Takasato, el rumor de la desaparición misteriosa, y el intento de
Takasato de recordar lo ocurrido en ese período de tiempo.

Gotou sonrió y luego miró el techo.

“Yo también solía estar lleno de interés por Takasato, en muchos aspectos. Buscaba todo lo
que podía tener relación con Takasato. Está en mi naturaleza el ser curioso”. Al decir esto,
Gotou sonrió cínicamente. “Muchos muertos y heridos han aparecido alrededor de
Takasato. Parece que realmente hay muchos. Por ejemplo, cuando él estaba en primaria, en
su tercer año, ya había cuatro muertos”.

“Cuatro muertos… ¿había tantos?”

“Casi. Tres murieron en accidentes de tráfico, y uno de una enfermedad. La causa para cada
uno estaba bastante clara, sin absolutamente lugar a dudas. …por cierto, Hirose ¿no
hubieron muertes cuando estabas en primaria?”

Al Gotou preguntarle esto, Hirose se apresuró a buscar en su memoria. “Hubo un par.


Recuerdo que uno fue un accidente de tráfico, y el otro fue un maestro que murió por una
enfermedad. Realmente no conocía a ninguno”.

Gotou asintió. “Cierto, y la situación de Takasato es similar. Uno estaba en el mismo año
que él, pero la mayoría no estaba familiarizada con Takasato. Si dejas que los chicos hablen
de esto, culparán a la maldición de Takasato. Puede que se casualidad, y puede que no lo
sea. ¿Cómo podemos estar seguros?”.

“Tiene un buen punto”.

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“Es lo mismo que con la visita al campo. Uno murió y dos fueron heridos de gravedad, pero
todo pasó por accidente. No importa cómo lo veas, fue puramente accidental. Porque, no
fue hasta un mes después del viaje al campo que algo le pasó a la tercera persona.
¿Realmente podrías conectarlo con Takasato? …No lo sé”.

Hirose asintió.

“Pero Takasato sigue siendo temido por la mayoría. Las personas son sensibles a lo
extraño, pero por otro lado, Takasato no sufrirá el acoso, porque la gente cree que él los va
a maldecir”.

Hirose asintió, y a continuación, un poco perplejo, dijo, “He oído otros rumores respecto a
Takasato…”

Gotou asintió de manera directa. “¿La desaparición misteriosa?”

“¿Es verdad?”

“Parece ser. Al menos, realmente tuvo que repetir un año de la escuela. Fue durante su
cuarto grado de la escuela primaria”.

“Pero, acerca de la desaparición misteriosa…”

“Se dice que desapareció de su jardín”.

Después de que Gotou dijera esto, lanzó la lata vacía, luego le alcanzó a Hirose, que se
había sentado a un lado, un recipiente vacío. Hirose lo aceptó en silencio, y junto al suyo, le
sirvió café.

“Oí que eso pasó en el patio. Fue en febrero de su cuarto grado de escuela primaria.
Takasato estaba en el patio. La casa de su familia era un edificio viejo, una de esas casas
con un depósito en el patio. Esa casa tenía un patio en algún lugar y Takasato estaba allí”.

Gotou se sirvió bastante crema y azúcar en el café instantáneo que Hirose le había
entregado, y luego lo agitó.

“El patio estaba completamente cerrado por edificios y paredes, y sin pasar por el interior
de la casa, no había forma de salir. Para entrar a la casa, uno tenía que pasar por el pasillo
de la sala, y su madre y abuela habían estado allí durante ese tiempo. La puerta corrediza
del pasillo había sido abierta, y podían ver claramente todo en el patio. Oí que solo
desviaron la mirada por un momento, y Takasato desapareció”.

“Mmm…”

“Ambas confirmaron que habría sido imposible que Takasato hubiera pasado frente a ellas.
La altura de las paredes era tan alta como la del techo, y no había nada en el patio que

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pudiera usar para pararse. A un lado estaba el depósito que no había sido abierto en un buen
tiempo. Al otro lado estaba la pared del cuarto de baño con una única ventana que solo la
luz podía atravesar, sobre la cual se había colocado enrejado para bloquear la vista. En
cuanto a las tablas bajo el edificio, no había forma de que alguien pudiera entrar allí. En
otras palabras, Takasato tenía que pasar por la sala para salir del patio”.

Gotou tiró la cuchara medidora en el lavabo, y esto hizo un sonido fuerte.

“Así es como fue cuando Takasato desapareció del patio del que era imposible salir. Fue
como si simplemente hubiera desaparecido, y es por eso que la gente dice que fue una
desaparición misteriosa”.

“Pero…” Antes de que Hirose pudiera decir algo, Gotou levantó la mano casualmente.

“Según lo que dijo la policía, fue considerado un secuestro. Fue algo así como que alguien
estaba asechando tras el muro y se llevó a Takasato. Tal vez fue porque era provechoso, o
quizás sea posible que éste fuera su plan original, pero al final terminó sintiendo algo por
Takasato. Sin embargo, hay un hueco en estas dos explicaciones”.

“¿Un hueco?”

Gotou alzó las cejas. “El otro lado del muro era el patio de los vecinos”.

Siendo así, entonces el criminal se deslizó por el patio de los vecinos, cruzó el muro e
invadió la casa de Takasato.

Gotou continuó, “En cualquier caso, Takasato pasó un año en algún lugar. En realidad, para
ser más preciso, fue un año y dos meses. Cuando regresó, Takasato no tenía ningún
recuerdo de esto. ¿Qué es lo que realmente ocurrió? Absolutamente nadie lo sabe”.

“¿La policía no investigó?”

“Creo que sí, pero no encontraron nada. Olvidándote de quien lo habrá hecho, incluso
dónde estuvo o cómo regreso, hasta ahora nadie lo sabe”.

“¿Cómo regresó?” preguntó Hirose con curiosidad. Gotou asintió.

“Takasato regresó un año y dos meses más tarde. Escuché que ese día fue en el que se
estaba desarrollando el funeral de su abuela. Tan solo apareció en el lugar donde se
celebraba el funeral. Sin embargo, ninguna persona lo vio regresar”.

Gotou suspiró.

“La persona que descubrió a Takasato fue alguien que había ido a presentar sus respetos y
había estado en el hall de entrada. Cuando vieron a un niño completamente desnudo
atravesando la puerta, se sorprendieron bastante, entonces se dieron cuenta inmediatamente
que era Takasato, quien había desaparecido hace un año, estaban aún más sorprendidos. La

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casa de Takasato se ubica en la parte interna de la ciudad vieja. Para llegar allí, tiene que
atravesar la ciudad. Debido a que había un funeral ese día había gente entrando y saliendo
de la casa de Takasato, pero nadie vio a Takasato atravesar la ciudad”.

“Que extraño…”

“Había incluso gente charlando en los campos de la ruta. Estaban muy seguros de que
ningún auto ni persona sospechosa había pasado, pero no podían confirmar que hubieran
visto a Takasato. Es decir, fue justo como cuando desapareció, regresó repentinamente”.

“Ya veo. ¿Así que esa es la tan llamada desaparición misteriosa?”

“Así fue. El Takasato que regresó no solo había crecido, sino que también había ganado un
poco de peso. Su salud era extremadamente buena. …tal vez el único que sabe exactamente
que sucedió es Takasato mismo”.

No hay duda de que Takasato es de una naturaleza diferente, pensó Hirose. Con tan solo
mirar esos acontecimientos, su naturaleza ya era diferente. Según la forma de hablar de
Tsuiki, la historia de la desaparición misteriosa de Takasato era famosa. Al oír esto, por
supuesto que era famosa. ¿Cómo reaccionó la gente alrededor de él frente a su regreso? No
todas las reacciones habrían sido puras y de corazón alegre, ¿verdad? Probablemente los
vecinos lo hubieran convertido en el sujeto de chismes, y sus compañeros probablemente lo
habrían convertido en el blanco de sus maltratos. Ninguna de estas cosas era difícil de
imaginar.

Para Takasato no fue una experiencia que mereciera celebrarse. Algunos alumnos miraban
a Takasato como un anormal, y actualmente, su pasado seguía teniendo algún tipo de efecto
en él. Takasato probablemente lo sabía. Dado esto, entonces ¿no sería natural que Takasato
dejara el pasado atrás?

“Parece que Takasato realmente quiere recordar”, dijo Hirose. Gotou asintió.

“Más o menos. Parece que a Takasato le afecta el hecho de haber sido abandonado por sus
compañeros, de otra manera no querría recordar”.

Para Takasato, la realidad de su propia desaparición no era un tabú. Hirose consideraba este
hecho como algo realmente increíble.

“Independientemente de si es una maldición o algún tipo de rumor, las cosas relacionadas a


la desaparición aún tienen un efecto en él después de todo, ¿no? Para ser honesto, no sé
muy bien por qué Takasato es tan persistente en tratar de recordar que pasó”.

“Cierto”.

“Aunque, quizás tu puedas entenderlo”, dijo Gotou.

“¿Yo?”

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“Hirose, si tu no puedes, entonces nadie podrá”.

Hirose entendió lo que Gotou le había dado a entender, pero no supo como responder.

**
**

Un hombre tira la colilla del cigarrillo. En el negro campo de la noche, la pequeña luz roja
del fuego cae y golpea el concreto, las chispas se dispersan. El sonido de las olas hace eco
en sus oídos. La media luna aparece frente a sus ojos, por encima de las olas de plata en el
mar de la noche.

Él utilizó la punta de su calzado para apagar la colilla que había caído al suelo. Metió la
mano en el bolsillo de su campera de cuello alto y se preguntó si quería fumar otro, pero al
final sacó el paquete arrugado de cigarrillos. La llama de su encendedor quemaba al
encenderlo. Olió el fuerte olor a querosén. Como intentaba evitar oler ese querosén, giró la
cabeza, y un auto estacionado debajo de la presa entró dentro de su campo de visión.

Él mostró una leve sonrisa. Para un estudiante de colegio cuyos ingresos provienen en su
totalidad de trabajos de medio tiempo y vivir con los gastos de la casa, este auto era algo
extravagante. Era un coche que había sido comprado con la promesa a sus padres de que él
regresara a su ciudad natal y trabajara en un negocio allí. En realidad, la oficina principal
del trabajo del cual él ya había aceptado una tentativa oferta durante el verano estaba
ubicada cerca de su ciudad natal, pero la actividad de verdad tomaba lugar en la oficina de
negocios en Tokio. Además, siempre había deseado trabajar en Tokio. Sabía que este deseo
estaba casi dentro de su alcance.

No tenía ningún sentimiento de culpa. Pensó que ser un niño era todo esto, y ser un padre
era eso. Todos los internos a su alrededor habían hecho el mismo tipo de cosas. Los padres
siempre intentarían mantener a los hijos a su lado, y los hijos siempre querrían volar lejos
de la casa de sus padres. En cuanto a la situación de sus padres, ellos no se habían quedado
junto a sus propios padres solo para hacerlos felices. De ahora en adelante, él no parecía
tener algún plan para vivir con ellos. Sus padres parecían haber planeado vivir con él,
dando la bienvenida a la felicidad de la vida de anciano, y pidiendo a sus hijos que hicieran
cosas que ya no eran capaces de hacer. ¿Era eso vergonzoso?

Se echó a reír mientras desprendía cenizas del cigarrillo. Todavía era la época donde estaba
acostumbrado a manejar su coche nuevo, y no era propicio a conducir largas distancias.
Conducir el auto cerca del departamento cuando calculaba la hora de menor tráfico se
volvió un hábito.

…si hubiera tenido una chica a su lado, eso habría sido perfecto.

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Al pensar en esto sonrió con amargura. La compañera con la que había salido antes del
verano se había ido para estar con un mujeriego. Quizás la razón principal era que él había
sido derrotado antes de pedirles a sus padres que le compraran un auto nuevo.

Las cenizas se apagaron y nuevamente tiró el cigarrillo. La colilla del cigarrillo que había
tirado fuera de la presa dibujaba un rastro carmesí al caer a la playa que había abajo.
Mientras la veía caer, suspiró, y luego notó una sombra en la playa.

La playa era pequeña. Parecía estar en marea baja en ese momento, pero la distancia de las
olas contra la costa no era mucha. La figura humana se acercaba a la orilla desde algún
punto lejano. Lo creyó sospechoso, y cuando centró la mirada, la figura parecía ser la de
una joven mujer.

Él no pudo evitar mirar su reloj. Mostraba ser la una de la mañana. Miró la playa a su
alrededor. No había nadie a excepción de esa mujer. No se veía como una pareja de
enamorados que habían arreglado encontrarse en medio de la noche.

La mujer que caminaba en la playa se detuvo cuando no estaba muy lejos. Se giró a
mirarlo, y después de esperar un momento, caminó directamente hacia él. Él esperó con
incertidumbre a que la mujer se acercara más.

Cuando ella llegó al área bajo la presa, se detuvo y lo miró. Ella parecía estar alrededor de
los veinte años, y aunque no era excepcionalmente atractiva, tenía una mirada que a él le
gustaba.

“¿Estás solo?” le preguntó ella.

“Sí, ¿Qué es lo que hace una chica sola en un lugar como este?” le preguntó de regreso.
Ella gentilmente asintió.

“¿Puedes llevarme a la ciudad?” su voz llevaba un tono de confianza.

“Claro”, respondió.

Él dejó salir una leve sonrisa, luego miró de izquierda a derecha un poco confundido.

“Es a la derecha”, dijo. Había escalones a la derecha que bajaban a la playa.

Él bajó y esperó en su coche. La mujer subió desde la playa rápidamente. Después de que
ella lo identificara, bajó de la presa. Ella parecía ser una mujer muy pequeña. En lugar de
decir que era una mujer, era más parecida a una adolescente.

“¿Dónde vives? Puedo llevarte a casa”. Él le preguntó, pero ella negó con preocupación. Al
ver esto, él no pudo evitar arrugar la frente.

“Entonces, ¿dónde quieres que te lleve? Tan solo dijiste a la ciudad, así que ¿cómo se
supone que sabré adónde ir?”

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Ella bajó la cabeza un poco aturdida. Su altura solo llegaba hasta los hombros de él.
Cuando ella agachó la cabeza, su largo cabello cayó de sus hombros, revelando su cuello el
cual era tan delgado como el de una niña. Ella parecía estar bastante calmada. Quizás solo
era una estudiante de secundaria.

“¿A la nueva ciudad?” le preguntó él. Fue como si ella suspirara de alivio cuando levantó la
cabeza para asentir levemente. Él tenía algunas sospechas, pero aún así abrió la puerta del
auto.

Mientras él condujo, ella no dijo ni una sola palabra. Sin importar que fuera lo que él le
dijera, todo lo que ella hacía era asentir o negar sin la intención de decir nada.

“¿Tu novio te dejó?”

Incluso con una pregunta así de directa, ella todavía negaba simplemente, de la misma
manera que lo había estado haciendo.

“¿Qué estabas haciendo en un lugar como ése a una hora tan tarde?”

Fue entonces que ella finalmente habló. Respondió con un tono aislado. “Estoy buscando
algo”.

Que muchacha triste, pensó para sí mismo mientras se sentía un poco de desagrado al
mismo tiempo.

“Debe haber sido un mal sentimiento caminar junto al mar en la noche”, dijo él fuerte y
claro, entonces, pensó en una historia de fantasmas que oía frecuentemente. Alguien le daba
un paseo a una chica y en el medio del viaje, la chica desaparecía. …la historia del
fantasma era algo así.

No puede ser. Él se giró para verla. Aunque la chica en el asiento del copiloto estaba en
silencio con la cabeza gacha, sin importar como la viera, ella no parecía un fantasma.

“¿Qué estás buscando?”

Ella levantó la cabeza. “El ki”1

“¿Un árbol?”
¿Ella está hablando de un árbol? Él se giró para verla.

1 Nota de Aili: Ki, entre otras cosas, también significa árbol en japonés

57
“Estoy buscando el ki, porque no he sido capaz de encontrarlo, así que he estado
angustiada”.

“¿Ah, sí?” respondió dubitativo.

“¿No lo conoces?”

Cuando le preguntó esto, él sacudió la cabeza.

“¿Es ki un nombre? ¿Así que no estamos hablando de algo como un gingko biloba o un
pino?”

“Sí”, ella asintió. “Estoy buscando a Taiki”.

“Taiki… ¿es un chico?” preguntó él.

Ella sacudió la cabeza. “Él no es una persona”.

Por un instante él se quedó mirándola. En su mente, él sintió que no tenía ningún sentido, y
no podía entenderlo. Sintió un escalofrío, mientras estaba encerrado en el pequeño espacio
del auto con esta chica cuyo pasado no conocía.

“¿No conoces a Taiki?”

“No… no lo conozco”. Al decir esto, él pisó el acelerador, la aguja del velocímetro se


aceleró. Aunque él aún estaba probando su auto nuevo, ahora no era el momento para
pensar en cosas así.

“¿La entrada a la nueva ciudad está bien para ti?” Era más un recordatorio que una
pregunta. Él no quería llevar a ésta chica más lejos. La chica asintió silenciosamente. Él no
dijo nada mientras subía la colina.

Como el coche anduvo por diez minutos, era difícil ver las luces del tráfico frente a éste.
Debido a que eran horas avanzadas de la noche, habían cambiado a todo por señales de luz.
Más allá de la intersección se podía ver sombras de la nueva ciudad. Todo a su alrededor,
un escaso número de automóviles comenzaron a pasar junto a ellos.

Él suspiró, y miró a su lado. La chica simplemente estaba sentada con la cabeza abajo. Él
pensó que sus propios miedos infundados eran ridículos, y luego trató hablar con ella de
nuevo. Su valor había aumentado un poco.

58
“Ahora se puede ver el barrio residencial. ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres que solo te lleve a
la entrada? ¿O quieres…?”

¿Seguir adelante? Antes de que pudiera terminar, se tragó sus palabras con frialdad. La
chica miró vacilante.

“Tú…” Él quería hablar, pero no pudo decir nada. El auto estaba rodeado por la oscuridad.
Su imagen se reflejaba en la ventana, y miró a través del reflejo al asiento del copiloto. La
figura de la chica no estaba allí. Giró hacia el parabrisas y vio que el asiento del copiloto
estaba vacío sin siquiera una sombra.

Un escalofrío se deslizó por la parte inferior de sus pies. Él cerró su línea de visión al
frente, obligándose a no mirarla. Fue entonces que oyó el sonido de un llanto, como el
gemido del plástico derritiéndose. Por el rabillo del ojo, captó la figura de la chica que poco
a poco se derrumbaba.

No podía soportarlo más, y se volteó al asiento del copiloto. Todo lo que quedaba en el
asiento era una burbuja del tamaño de una persona que estaba en medio de un derretimiento
gradual. Él pisó el freno de emergencia. Bajo la extraña fuerza centrífuga, la escena a su
alrededor giró continuamente. Cuando el auto se detuvo, estaba extendido
perpendicularmente a la calle. Fue bueno que no hubiera coches pasando.

Compuso su respiración y miró a un lado. Aparte de la huella de haber sido empapado por
agua, el asiento del copiloto carecía de cualquier otra cosa.

59
Capítulo 4
Después de que la escuela terminara, el lunes, Hirose vio a Takasato en el aula. Espesas
nubes se amontonaban en el cielo. El cielo estaba oscureciendo más temprano que de
costumbre. El sonido del anuncio fue trasmitido desde algún lugar lejano de la escuela. Un
ruido estruendoso del equipo de animadores llegaba en forma de oleadas desde el patio.

Hirose estaba vagando sin rumbo por la escuela. Inconscientemente caminó hacia el aula de
la clase 2-6, y como resultado, encontró a Takasato sentado solo.

“Takasato ¿estás solo?”

Necesitaba un poco de valor, pero Hirose aún así hizo lo posible como si nada hubiera
pasado. Takasato miró a Hirose. Dispersos en las mesas de su alrededor, había algunos
objetos cuyos fines él no conocía.

“¿Dónde están los otros?” preguntó Hirose.

Takasato respondió con un tono de indiferencia, “Fueron a comprar cosas”.

“¿Puedo hablar contigo un poco? ¿Te molestaría?”

“Claro”.

Sus respuestas seguían siendo tan cortas como podían serlo. Hirose estaba a punto de
preguntar algo, pero entonces se dio cuenta de que no sabía que preguntar. No sabía de qué
sería apropiado hablar.

“¿Takasato… tuviste que rehacer un año?” tanteó con una pregunta así. Takasato miraba
directamente a Hirose, y utilizó un sonido de expresión para responder.

“Sí”.

“¿Fue porque estabas enfermo?”

Hirose sintió que preguntar esto era un poco malo, pero como persona a la que se le estaba
preguntando esto, a Takasato no pareció importarle. Él respondió con naturalidad.

“Creo que desaparecí misteriosamente antes”.

“Anteriormente Hashigami dijo eso, pero la tan llamada desaparición misteriosa…”

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“Creo que simplemente desaparecí”.

Hirose observó el rostro de Takasato. No había ninguna expresión en él.

“No entiendo muy… bien”.

Después de decir esto, Takasato inclinó la cabeza un poco.


“Cierto día, desaparecí. Un año más tarde, reaparecí. Así que todos dicen que desaparecí
misteriosamente”.

“¿Cómo estuviste durante ese tiempo?”

“No lo recuerdo”.

“¿No recuerdas nada en absoluto?”

“No”.

Una voz indiferente y una expresión indiferente, parecía como si simplemente estuviera
constatando un hecho.

“¿Hablar de esto te molesta?” preguntó Hirose directamente. Takasato inclinó la cabeza.

“Bueno…”

“¿Bueno…? ¿No es una pregunta de cómo te sientes?”

Takasato parecía estar considerando algo, y luego miró directamente a Hirose de una
manera cercana a la grosería.

“¿Por qué quieres saber?” Ésta fue la primera pregunta que Takasato le hacía a Hirose.

“Yo mismo no estoy muy seguro”.

Después de que Hirose dijera esto, sonrió débilmente, un poco avergonzado.

“¿No estabas haciendo esa pintura?”

“Sí”.

“Siento que quieres recordar lo que pasó, ¿cierto?”

Takasato asintió.

“¿Por qué?”

“Porque no recuerdo”.

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Que respuesta imparcial. Hirose suspiró en voz baja. Dudó por un momento y decidió
intentar hablarle a Takasato de sí mismo, algo que rara vez hacía.

“Cuando era pequeño, casi muero”.

Después de que Hirose dijera esto, Takasato parecía estar un poco atónito. Por primera vez,
en ese pálido rostro, apareció algo que podía llamarse una expresión.

“Creo que fue un shock causado por una inyección. Realmente ya no me acuerdo de lo que
pasó, pero en ese momento, sentí haber visto otro mundo”.

“¿Fue una experiencia cercana a la muerte?”.

“Sí. Había un cielo de inimaginables colores y tierras húmedas llenas de flores blancas ya
florecidas. Un claro y profundo río, y a la distancia había un puente. Caminé a lo largo del
río. El aire no era caliente, ni frío, y sin importar cuanto caminara, no me cansaba. Miré la
escena a mí alrededor mientras caminaba con la incertidumbre. Cuando, de vez en cuando,
una pequeña ave o pez salía, yo jugaba con ellos. Nada de lo que aparecía parecía ser
tímido. Creo que estaba caminando hacia el puente. Sentí como si hubiera estado
caminando por un buen tiempo.” Hirose pensó en las escenas que había meditado una y otra
vez. “Eso es todo lo que me acuerdo. No recuerdo cómo llegué allá ni cómo volví. Tan solo
lo recuerdo como un hermoso lugar”.

Takasato no dijo nada.

“Parece que estuve inconsciente por tres días. Creo que me pasó cuando tenía seis. De ahí
en adelante, cuando algo me sucedía, mis padres decían, ¿Quien te dijo ser un chico que
casi muere? no importaba si era algo bueno o malo, pero creo que probablemente ocurría
algo más cuando algo malo pasaba”.

Takasato asintió. Parecía ser algo sobre Hirose con lo cual Takasato encontraba
familiaridad.

“Quizás era porque mis padres siempre me decían que yo inventaba estos recuerdos, pero,
estoy segur de haber visto esas imágenes antes”.

Hirose se rió de sí mismo. Hirose no se llevaba bien con su madre, para agregar las
personas sentían que no tenía remedio. Su madre intentó frenarlo, pero Hirose odiaba ser
frenado más que nada en el mundo. Su madre quería echarle la culpa a su experiencia
cercana a la muerte. En la actualidad, sigue siendo así. Hirose siente que no tiene sentido
volver a casa, pero su madre siempre lo acusa de ser un hijo que nunca regresa a casa. Cada
vez que utilizó trabajos de tiempo parcial o experimentos de laboratorio para escapar de
eso, su madre decía eso y colgaba el teléfono. Ella decía, “Arrojaste allí todos los
sentimientos por tus padres”.

62
“Cada vez que me siento desanimado, pienso en volver a ese lugar. Cuando estoy perdido
en mis pensamientos, siento que ese mundo es al que verdaderamente pertenezco, y no es el
llamado otro mundo. Me di cuenta de que la razón por la que no me llevo bien con mis
padres ni con mis profesores es porque no pertenezco a la gente de acá. …hasta ahora, aún
me siento un poco así”.

Takasato asintió, y su rostro reveló una expresión sincera.

“Entiendo”.

“Sí, pensé que lo harías”.

Takasato parpadeó, y luego bajó la mirada. Miraba sus propias manos apoyadas en el
escritorio.

“En ese momento, yo estaba parado fuera de la casa. Era una casa bastante vieja, y había un
depósito en la esquina del patio. Creo que sería mejor decir que uno de los lados del patio
estaba separado por el depósito… ¿Entiende lo que quiero decir?”

“Sí, en su mayoría”.

“Yo estaba en el patio. Y luego, en la esquina del patio había un brazo pálido”.

La expresión de Takasato estaba llena de nostalgia.

“El muro estaba justo al lado del depósito. Solo había una brecha entre el muro y el
depósito, lo suficientemente para que pasara un gato. El brazo se extendía fuera de esa
brecha, y me estaba llamando”.

“¿Era solo… un brazo?” Un pálido brazo blanco. La frente de Hirose estaba levemente
arrugada.

“Sí, la brecha era realmente pequeña. No había forma de que una persona pudiera entrar en
ella. El brazo era pálido y desnudo, como el de una mujer, extendiéndose fuera de la
brecha. Continuó llamándome”.

“¿No te sentiste incómodo?”

Takasato rió levemente. “Creo. Pero en ese momento, no me sentí incómodo ni temeroso.
De hecho, por alguna razón, me sentí extremadamente seguro y feliz”.

“¿Debido al brazo?”

“Sí. Y caminé en dirección al brazo”.

“¿Y entonces?”

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Takasato sacudió la cabeza. “Eso fue todo. Recuerdo que caminaba en esa dirección en el
patio, pero ya no recuerdo si llegue a esa esquina. No recuerdo nada de lo que sucedió
después”.

El brazo blanco que aparecía frecuentemente. ¿Qué era exactamente? ¿Estaban todos esos
factores de alguna manera relacionados?

“Cuando recuperé el conocimiento, me di cuenta que estaba en el camino. Sentí como si


hubiera un corto período de tiempo, donde estaba caminando inseguro, y repentinamente
mis sentidos regresaron. Miré a mi alrededor e intenté averiguar donde me encontraba. Y
entonces me di cuenta de que estaba al lado de mi casa. Desde donde me encontraba, podía
decir que un funeral estaba tomando lugar en mi casa. En mi cabeza, pensé, ¿quién murió?
No fue hasta que fui a mirar que supe que era el funeral de mi abuela”.

El rostro de Takasato carecía de alguna expresión.

“Entré a la casa y todos estaban extremadamente sorprendidos. Varias personas me


rodearon, y no fue hasta entonces que supe que había desaparecido por más de un año”.

“¿No recuerdas nada de lo que pasó en ese períodos de tiempo? ¿Nada en absoluto?”

“Correcto. A veces, siento que solo recuerdo algunos colores o algún tipo de expresión,
pero después de pensar en eso una y otra vez, sigo sin poder recordar”.

Takasato suspiró suavemente.

“Pero siento como si en ese período de tiempo, estaba en un lugar, y era un lugar que me
hacía sentir extremadamente cómodo. Porque cada vez que quiero recordar, siempre siento
un fuerte deseo”.

Takasato sonrió débilmente. Era una sonrisa genuina.

“Siento como si hubiera sido extremadamente feliz cuando estuve allí, así que por eso
tengo un sentimiento de anhelo que casi se acerca a la tristeza”.

“¿Es de eso de lo que se trata la pintura?”

“Sí”. Takasato asintió, “Estaba pensando que si la pintaba, sería capaz de recordar más
claramente, pero no funciona. Cuando siento que recordé algo y estoy a punto de pintarlo,
la imagen se confunde”.

Su expresión realmente manifestaba tristeza. De lo único que Hirose podía estar seguro era
que Takasato, desde el fondo de su corazón quería recordar ese lapso de tiempo.

“Veo…” Varias tipos de pensamientos se agitaron en su cabeza. Hirose no sabía que más
podía decir, así que solo pudo responder a Takasato de esa forma. Takasato era alguien que
había perdido su tierra natal, justo como Hirose. Lo que sentía en su corazón era una fuerte

64
repercusión. No había forma de que siquiera pudiera creer que Takasato tuviera la intención
de tomar venganza de aquellos que lo rodeaban.

2
No mucho después, el grupo que se había ido a comprar las cosas regresó en un griterío.

“¿Eh? Hirose-sensei”. El que gritó esto fue Iwaki.

Hirose levantó la mano en respuesta y se deslizó fuera de la mesa en la que había estado
sentado. Saludó a Takasato con un “Chau”, e hizo como que se iba.

“¿Qué? ¿Sensei Hirose, ya se va?”

“¿Nos puede ayudar? Vino acá especialmente para ayudarnos, ¿no es así? Eso es tan
amable de su parte”.

Al oír como los estudiantes le pedían que los ayudase, Hirose solo pudo sonreír secamente,
e Iwaki le entregó una bolsa de papel.

“Éste es tu póster Hirose-kun. Puedes usarlo como quieras”.

“Lo sé, lo sé”. Hirose puso la bolsa de papel sobre la mesa. “Voy a dejar que Gotou-san se
entere”.

Los maestros estudiantes venían todos los años en septiembre. Además, se había decidido
que el festival atlético también se celebraría en septiembre. La razón por la que el festival
atlético se llevara a cabo cuando los maestros estudiantes viniesen era porque así podían
evitar que se postergara el avance del trabajo. Hirose buscó en su memoria y recordó que la
primera clase después del festival atlético era una clase de investigación. Recordó maestros
estudiantes a su alrededor durante la preparación del festival de atletismo, pero nunca tuvo
la impresión de que éstos trabajaran con los estudiantes en ello. ¿Se debía el hecho de que
los estudiantes lo pusieran a hacer cosas porque se llevaba bien con ellos? ¿O era que los
estudiantes que hacían uso de él eran inteligentes y sabían como usar a las personas cuando
podían?

Regresó al salón de química para contárselo a Gotou, recibiendo una risa burlona de su
parte, pero nada más. Después de escribir en su libreta de entrenamiento y de pedirle a
Gotou terminar, se dirigió de regreso al aula. Cuando llegó frente al aula de la clase 2-6,
sintió que había algún tipo de discusión en el interior.

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“¿Qué pasó?” preguntó al entrar en el aula, y vio simplemente a un alumno llamado Okada
darse vuelta para verlo.

“Sensei Hirose, por favor detenga a Iwaki”.

Hirose vio a Iwaki parado en medio de un círculo de estudiantes. Estaba parado frente al
escritorio de Takasato, mirando a Takasato con una mirada hostil.

“¿Qué está pasando, Iwaki?”

Sin siquiera mirar a Hirose, murmuró, “Nada”. Siguió mirando a Takasato con esa mirada
hostil, mientras Takasato miraba a Iwaki sin expresión alguna.

“¿Qué pasó, Takasato?”

Takasato no respondió. Todo lo que hizo fue regresar la mirada a Iwaki sin alguna
expresión.

“¿Iwaki, qué sucede?”

Iwaki finalmente se giró para ver a Hirose. “¿No se tomó Tsuiki el día libre hoy? Todo lo
que hice fue decirle que sería mejor si fuera a su casa y hablara un poco con él”.

Más de la mitad de los alumnos estaban muy alterados. La otra mitad, quizás por no
conocer las circunstancias, simplemente parecían no estar involucrados, algunos parecían
un poco desconcertados y algunos también parecían tener curiosidad al ver a Iwaki y a
Takasato.

“Ese chico necesita muletas para venir a la escuela, pero no lo hizo porque tenía miedo. Así
que pensé que sería mejor que alguien fuera a hablar con él. Si solo deja esos
malentendidos sin explicar, los misteriosos rumores se volverán más y más ridículos”.
Después de decir esto, Iwaki simplemente arrugó la frente. “¿Qué desaparición misteriosa?
¿Qué maldición? Somos estudiantes de secundaria, y seguimos hablando de estúpidas cosas
de niños. La gente que habla de esto como si fuera real es irresponsable, pero Takasato, el
que no dice nada en absoluto, también tiene la culpa. ¡Tan solo acláralo y ya!”

“Iwaki, basta” Un estudiante que estaba parado al lado de Iwaki respondió tranquilamente.
En realidad fue menos un reproche que la advertencia que era. Una sensación de crisis
impregnaba el lugar.

“¡¿Eres estúpido?!” Iwaki miró a ese chico. “¿También lo crees? ¿Cómo puede haber algo
como una maldición? Si yo muro por ello, no será una maldición, será por represalias. A
menos de que Takasato me mate con sus propias manos, independientemente de lo que me
suceda, será por pura casualidad”.

Iwaki no ocultó su shock.

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“Éste es un problema de probabilidad. Es por la personalidad de Takasato que las personas
le dificultan las cosas. Debe haber un montón de personas que te acosen, ¿no? Hay muchas
personas así, y entre ellas también hay quienes quedan atrapados en accidentes o mueren.
Es cuestión de su propia suerte. ¿Qué tiene que ver eso con Takasato?”

“Iwaki, es suficiente”. Hirose habló para detenerlo. Iwaki parecía asombrado.

“¿Qué? ¿Puede ser que el sensei Hirose también crea esto?”

“No es así”.

“Entonces ¿qué es?” Hirose no respondió. Iwaki torció la boca. “De verdad, ¿Qué no puede
nadie pensar por sí mismo?”

Tsuiki probablemente ni siquiera quiera ver a Takasato. Incluso si Takasato fuera, lo más
probable es que no llegue a ver a Tsuiki. Él cree que Takasato lo maldijo. Ahora, ya no
importa cómo eran las cosas. Sin importar si Takasato va a ver a Tsuiki, y sin importar lo
que diga, todo va a aumentar la inquietud de Tsuiki.

De repente, Iwaki levantó la mano. Un ruido terrible y mordaz hizo que todos en la
habitación contuvieran la respiración.

“Siguiendo con esto, probablemente muera, ¿eh?” dijo Iwaki burlonamente mirando a los
estudiantes a su alrededor. Todos los estudiantes que habían visto todo lo sucedido estaban
obviamente más angustiados que Takasato, que acababa de ser abofeteado. “No te
contengas. Adelante, maldíceme”.

Takasato simplemente miró a Iwaki. Ni la más mínima expresión de ira o insatisfacción


podía verse en su rostro. Su muy levemente ceño fruncido era a lo que le temía la gente.

“Qué broma”, dijo Iwaki mientras reía suavemente, y luego fue a recoger los objetos que
habían sido esparcidos por todas partes. “¿Qué es lo que miran? ¡Regresen al trabajo!”

Iwaki se sentó en una silla de al lado con un ruido mudo, y entonces todos comenzaron a
moverse. Cada persona ocasionalmente miraba a hurtadillas a Iwaki y Takasato. Ambos dos
involucrados no mostraban ninguna expresión. Iwaki lanzó un paquete sin abrir y un bloque
de papel de recordatorios a Takasato.

“Corta la tela”.

Takasato asintió en silencio, mientras recogía las tijeras que estaba al lado de su mano.

3
“Hey”. Durante la hora de almuerzo, la primera persona en mostrarse en el salón de
química fue Iwaki. Hirose lo saludó e Iwaki sonrió.

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“¿Qué tal? Todavía no morí”.

“Así parece”.

“No ha habido accidentes o ataques sorpresa. Todo está bien”.

Hirose simplemente sonrió y asintió.

“Bueno, fui al aula esta mañana, todos se veían como si hubieran visto un fantasma. Que
montón de tontos”.

Hirose se limitó a sonreír secamente y sacó un vaso de precipitado. “¿Café está bien?”

“¿Me está sirviendo? Qué gran trato”.

“Premio a la valentía”.

Iwaki sonrió. “¿Está diciendo que me lo merezco? ¿…cómo está Tsuiki ahora?”

“Creo que hoy también se tomó el día libre”.

“Que hombre inútil”.

Hirose le acercó el vaso de precipitado.

“Es cuestión de creencia”.

“¿Qué quieres decir?”

“¿Qué no son las personas que rezan por buena suerte antes de un examen? Éste es
exactamente el tipo de problema que es”.

“Ah, ya veo”.

“En realidad, si alguien tiene tiempo de ir a un santuario y orar, sería probablemente más
realista si utilizaran ese tiempo para estudiar un poco más. Pero detener a las personas que
se basan en este tipo de razonamiento sería obviamente muy insensible”.

“Quizás”.

Iwaki sonrió irónicamente. Para ese momento la puerta se abrió y Hashigami asomó la
cabeza.

“Hey”

Iwaki levantó la mano en señal de saludo.

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“Te ves enérgico, Hashigami-san. ¿Cómo está tu herida?”

“Tuve fiebre ayer, fue horrible. Duele un poco, pero no es realmente nada”.

“¿Vas a admitir tu mala suerte?”

“¡Cállate!”

Hashigami parecía tener un ánimo bastante bueno. A pesar de que su mano izquierda estaba
cubierta por un grueso vendaje, no parecía afectarle mucho. Cuando Hashigami se unió a la
fila de bebedores de café, tres estudiantes más entraron charlando. El primero en entrar fue
Nozue y gimió tan pronto como vio a Iwaki”.

“Iwaki-san”.

“Hey”.

“Escuché que estuviste contra Takasato ayer ¿Estás bien?”

Iwaki se llevó el vaso de precipitado a los labios mientras miraba a Nozue fijamente.

“No seas ridículo ¿Qué exactamente es lo que pasa por tu cabeza?” Dejó el vaso de
precipitado vacío bruscamente. “Además, ¿cómo te enteraste?”

Nozue señaló con los ojos a Sakata, quien había estado parado detrás de él. Iwaki miró a
Sakata.

“¿Quien diría que todo el mundo le presta tanta atención a Takasato? Parece que
deberíamos llamarlo ídolo”.

Desde el momento en que la escuela terminó el día anterior hasta el almuerzo del corriente
día, los chismes ya habían alcanzado el resto de los cursos. Estas fueron circunstancias
verdaderamente excepcionales.

“¿Qué hizo Takasato?” preguntó Hashigami. Iwaki sonrió.

“Todos están diciendo que Takasato maldice a la gente. Lo que le pasó a Hashigami-san
también fue culpa de la maldición de Takasato”.

Hashigami miró su mano izquierda, y luego rió. “Tontos”.

“¡Eso es lo que estoy diciendo!” Iwaki rió y luego miró el techo. “Es seguro que Takasato
es un chico extraño. Cuando le pegué, no se enojó para nada”.

“¿No se enojó?” preguntó Nozue.

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Iwaki sonrió y dijo, “No estaba enojado. Si tuviera el valor de enojarse cuando algo así
ocurre, entonces no existiría ninguno de esos rumores. Quizás es porque no se enoja, eso
hace sentir incómoda a la gente, así que los asusta”.

“¿Eh?” Hashigami miró a Iwaki. “¿Qué hiciste?”

“Lo abofetee”. Iwaki hizo la pantomima de una bofetada.

“¿Por qué hiciste eso?”

Por alguna razón, Nozue parecía un poco satisfecho.

“Así que querías probar que si te maldecía, debía ser directo y hacerlo, ¿no?”

“Eso no es lo que dije”. Iwaki negó instantáneamente. Nozue puso cara de inocente y se lo
explicó a Hashigami.

“Oí que le dijo a Takasato, ¡Tan solo inténtalo y mátame! Y luego le pegó una bofetada.
Luego le gritó, ¡Si me vas a maldecir, entonces me gustaría verlo! Incluso les gritó a otros,
¡No puedo creer que ustedes tengan tanto miedo de esas estupideces!”

“Yo sabía que los rumores eran exagerados”, suspiró Iwaki. Hashigami lo miró
alegremente.

“¿Quién diría que Iwaki era tan valiente?”

“Lo que sea”.

“Dicen que lo golpeaste y ¿Takasato no se enojó? Debe haberlo hecho. ¿Estabas siendo
amable?”

“¿Qué? No…” que Iwaki estuviera tímido era un espectáculo divertido.

“Pero independientemente de si estabas siendo bueno o no, la mayoría de la gente se enoja


cuando se las golpea en la cara”, dijo Nozue. Iwaki asintió.

“¿De verdad? ¿Es que tan solo la gente crece de esa manera? Yo creo que tan solo es un
cobarde”.

Sakata dijo tranquilamente, “¿Qué no es muy temprano para relajarse?”

Después de decirlo sonrió débilmente. Iwaki no pudo evitar levantar las cejas.

“¿Así que te gustaría verme muerto?”

70
“Eso no es lo que dije”. Sakata parecía estar disfrutándolo. “Ya que Takasato es
definitivamente el tipo de chico difícil, creo que es muy temprano para que bajes la guardia.
Iwaki-kun, deberías ser cuidadoso”.

Iwaki rió fríamente. “Y espero que no enojes a Takasato con lo que estás diciendo”.

“Eso no va a pasar. No soy el tipo de persona que provocaría la ira de Takasato…”

“Oh ¿sí?”

“¡No, de verdad! Yo creo que Takasato es increíble”. Su tono de voz estaba lleno de
expectativa. Todos en la habitación estaban decepcionados y dejaron de hablar. Iwaki no
estaba feliz y arrugó la frente mientras se paraba. Nozue lo llamó.

“Iwaki-san”.

“Tengo gimnasia durante la quinta hora”, dijo Iwaki mientras agitaba la mano. El resto de
las personas lo vieron irse, y dejó atrás una extraña atmósfera, agobiante.

“Sakata-san, Iwaki está enojado ahora”, dijo Nozue. Sakata sonrió débilmente.

“¿De verdad?”

“¿Realmente hace falta que lo diga? Lo que dijiste sonaba como si quisieras que Iwaki
muriese”.

“Eso no es lo que quise decir. Eso ni siquiera se me pasó por la cabeza. Solo le estaba
haciéndole saber que lo mejor no es restarle importancia a Takasato…”

“¿Qué quieres decir con restarle importancia? No hay tal cosa como la maldición”.

“No estoy tan seguro de ello”.

“Bueno, supongamos que hay una maldición…”

Hashigami miró su mano izquierda por un segundo. Esta acción no escapó de la atención de
Hirose.

“Iwaki acaba de decir que fue amable. No creo que Takasato fuera tan tonto como para no
entender eso”.

Nozue asintió vigorosamente.

“Si lo ves de esta manera, entonces Iwaki-san es realmente un tipo decente”.

Sakata también sonrió. “Se dice, no metas las narices donde no te llaman…”

71
Su sonrisa los hizo estremecer. El comportamiento de Iwaki había estado definitivamente
fuera de la bondad, Takasato probablemente lo supiera. Sin embargo, ¿por qué la gente se
sentía tan incómoda?

Hirose lo pensó por un rato. No sabía por qué, pero no fue capaz de calmar el temor
temblando en su corazón.

4
La quinta hora los martes era clase de Ciencia I. Ese día, la clase se estaba llevando en el
laboratorio. Los estudiantes de primer año estaban ocupados recubriendo monedas de diez
yenes. Por un momento, la plateada moneda de diez yenes podía ser vista en el lugar,
volando por el aire, probablemente causando que la mujer del mostrador se agachara en
medio del caos.

Después de que dos terceras partes de la clase hubieran terminado, Hirose por fin suspiraba.
Gotou estaba sentado en el fondo del laboratorio medio dormido, y todo lo que Hirose tenía
que hacer era vigilarlos de vez en cuando. Finalmente tuvo algo más de tiempo para mirar
por la ventana.

La amplia área de deportes estaba frente a la ventana del laboratorio, y actualmente había
alumnos asistiendo a clase de gimnasia. Según la costumbre, todas las clases de gimnasia
previas al festival de atletismo eran utilizadas como prácticas para los eventos del festival.
Por el aspecto que tenía, los alumnos hoy estaban practicando para las peleas a caballito1.
Muchas escuelas habían considerado esta actividad muy peligrosa y la habían cancelado
por esos motivos, pero en esta escuela, era vista como una tradición, así que la mantenían.

Probablemente Takasato e Iwaki no estén por ahí, pensó Hirose. Aunque no sabía
exactamente dónde estaban.

Mirando distraídamente en esa dirección, Hirose notó inmediatamente que algo pequeño y
extraño sucedía.

Era una mancha. Una pequeña sombra, como mancha había aparecido debajo de los
amontonados pies de los estudiantes. Era un día completamente claro, con un sol tan
brillante que la arena en el área de deporte se reflejaba como blanca. Las sombras de los
estudiantes eran pequeñas y oscuras. La mancha que aparecía bajo sus pies era del tamaño
de un charco y se veía como el rocío del agua. Como si las aguas subterráneas se filtraran
hasta la superficie, el charco se expandía rápidamente, y en un instante, envolvió los pies de
los estudiantes.

*En Japón se juega en eventos deportivos escolares, conformados por equipos de a cuatro, uno sentado sobre
los hombros de un compañero y dos sosteniendo una pierna cada uno. Se juega hasta que caigan o le quiten la
bandanna o la gorra al oponente. 騎馬戦

72
Hirose apretó la cara contra la ventana, la cual estaba bien cerrada por el aire
acondicionado. Ni los estudiantes enredados ni los profesores que observaban la situación
parecían motar la mancha.

“Gotou-san”, Hirose gritó en voz baja, y Gotou, quien había estado descansando el mentón
en las manos, mientras que apoyado en el marco de la ventana abrió los ojos un poquito.

“¿Eh?”

Su corazón latía con ansiedad. Tanto Takasato como Iwaki no estaban ahí.

Gotou miró fuera de la ventana, y entonces, se paró. Hirose sabía que algunos de los
estudiantes que hacían experimentos estaban mirando de reojo.

Gotou abrió la ventana y gritó, “¡Hey!” Casi al mismo tiempo, se escuchó el sonido de un
silbido. El tumulto de chicos se dispersó a ambos lados. La mancha que había decolorado la
superficie del área de deporte, también se desvaneció como si se hubiera evaporado bajo la
cruda luz del sol.

En medio del grupo de personas regresando de a pares a sus propios lados, apareció una
sombra aislada. Era un alumno. Toda su persona yacía en el suelo, sin moverse en lo
absoluto. Sin embargo, para la sombra normal de una persona caída, ésta era un poco más
grande y tenía un color extraño bajo el estudiante.

Era Iwaki. Tenía que ser él.

Vieron al profesor de gimnasia gritar algo mientras comenzaba a correr. El uniforme blanco
del estudiante que yacía en el suelo estaba descolorido con manchas de arena y sangre.

Hirose salió corriendo. Detrás de él, pudo oír la voz ronca de Gotou.

“¡Todo el mundo sentado! ¡Quédense callados y permanezcan en sus asientos!”

Hirose corrió por las escaleras y corrió al área de deporte con sus zapatos. Ese lugar ya
estaba impregnado con una atmósfera de pánico.

“¿Qué pasó?” Hirose se hizo camino a través de la pared circular que formaban los
alumnos, llegando con urgencia al frente de los estudiantes. Toda la arena estaba blanca.
Un estudiante yacía en medio del círculo. Parado a un lado estaba un maestro estudiante de
educción física. Estaba doblado por la cintura y parecía como si estuviera preparado para
escapar en cualquier momento.

73
“¿Qué sucede?” preguntó Hirose mientras jadeaba. En su cabeza pensaba ¿Había alguna
pregunta más estúpida que esa? Un vistazo a la escena era todo lo que necesitaba para
darse cuenta de que algo serio había pasado.

Ese maestro estudiante miró a Hirose, luego se dio vuelta y empezó a vomitar. Algunos
otros estudiantes también se pusieron en cuclillas, sosteniéndose la cabeza.

Hirose no sabía si el estudiante que yacía en el suelo era Iwaki o no. Aunque yacía boca
arriba, Hirose no podía distinguir por la cara. Toda su cara se había vuelto un trozo de carne
roja madura. Sangre y lodo se aferraban de manera indiscriminada del uniforma de
gimnasia. A primera vista podía ver que el sinnúmero de huellas en el barro y de manchas
de sangre habían pisoteado su cuerpo caóticamente.

“¿Dónde está el profesor?” preguntó Hirose. El jadeante maestro solo farfulló “Teléfono”
entre respiro y respiro. El pecho cubierto por el uniforme escolar acababa de dejar de
moverse un poco antes. Hirose pudo ver el nombre Iwaki, escrito en la camiseta, en una
zona manchada de sangre.

Hirose miró a todos los alumnos a su alrededor.

“¿Qué pasó?” intentó preguntar, aunque en realidad ya tenía una idea. “¿Cómo no pudo
nadie notar que Iwaki se había caído?”

Nadie en el círculo respondió.

“¿Quién estaba en su equipo?”

“Sensei…” Una voz al borde de las lágrimas habló desde atrás. Tres estudiantes
permanecían cerca entre sí frente al círculo de personas. Eran estudiantes de la clase 2-5.

“¿Ustedes?”

Ellos asintieron. Se veían tan asustados.

“No pudo haber sido así”. Uno de ellos no pudo aguantar más y comenzó a llorar. “Iwaki
estaba sosteniéndome la pierna. Desde el momento en que sonó el silbato hasta que nos
separamos, siempre, ¡siempre hubo alguien que me sostenía la pierna izquierda!”

Murmullo, murmullo. La gente alrededor estaba conmocionada.

“Si no fue Iwaki, entonces ¿quién pudo haber sido?”

Los otros dos también asintieron, mostrando un comportamiento inquieto.

“Definitivamente había alguien a mi lado. No le vi la cara, pero nuestros brazos trabajaron


codo a codo. Si él no hubiera estado ahí ahí, yo lo habría sabido. ¿Cómo pudo pasar esto?”

74
“No sabíamos que Iwaki se había caído. Si lo piensa, Si Iwaki se hubiera caído yo hubiera
caído justo después que él. Pero en realidad, nada pasó. Si Iwaki hubiera desaparecido,
entonces, ¿quién estuvo aferrado a mi brazo todo el tiempo?”

La gente de alrededor estalló por la conmoción nuevamente y el círculo se abrió en un


extraño lugar. Parado al frente estaba Takasato.

Hirose pudo oír a alguien susurrar. No pudo oír claramente, pero Hirose podía imaginar de
qué estaban hablando. El círculo de gente estaba saturado de una extraña atmósfera. Es muy
peligroso, pensó Hirose en un instante.

“Takasato”.

Era muy peligroso aquí. Este lugar con un horrible cadáver yaciendo allí era muy peligroso.

“Vaya al salón de química”.

“Takasato miró a Hirose como si tuviera algo que decir.

“¡Apúrese! Vaya al salón de química y espéreme allí, ¿de acuerdo?”

Takasato asintió ligeramente, luego se dio vuelta y se fue. El profesor de gimnasia pasó
junto a él caminando de regreso.

5
Fue de esta manera que la clase de gimnasia fue interrumpida. Los estudiantes fueron
llamados de regreso a sus aulas, y los de primer año que estaban en el laboratorio también
fueron a su aula. La administración de la escuela envió el cuerpo del chico a un estudio.
Una ambulancia que apresuró su camino, y se descubrió que Iwaki aún estaba con vida,
pero al final, murió en la ambulancia.

El asistente del director y el decano repetidamente, preguntaron a los estudiantes la


secuencia de los acontecimientos, pero todo lo que descubrieron fue que ninguno se había
dado cuenta que Iwaki había caído, y al mismo tiempo nadie se dio cuenta que habían
estado pisando a alguien.

Todo en el sexto período eran sesiones de estudio y el personal de la escuela fue convocado
a una reunión de emergencia. Parecía como si ahora el festival de atletismo iba a ser
cancelado.

Cuando la larga reunión terminó, eran ya pasadas las nueve de la noche.

75
“¿Así que van a cancelar el festival de atletismo? Probablemente no tengan las peleas a
caballito el próximo año”.

Murmuró Gotou mientras que volvía por el oscuro pasillo”.

“…sí”

“¿También lo viste?”

“¿La mancha?”

“Sí”

“Sí, la vi”

“¿Crees que esté relacionado?”

Hirose cerró la boca. Él no creí que no estuviera relacionado. La decoloración debe haber
tenido mucho que ver con el accidente que mató a Iwaki.

Al no responder nada, se mantuvo en silencio. Cuando llegaron a la escalera, Gotou le dio


unas palmaditas en el hombro.

“Estaré regresando ahora. Te encargo que cierres”, dijo Gotou. Se quitó su bata blanca de
laboratorio y se la alcanzó a Hirose, luego bajó las escaleras que llevaban al primer piso.

Hirose bajó la cabeza con incertidumbre mientras caminaba silenciosamente por el pasillo.
Justo una hora antes de que sucediera, había visto y hablado con Iwaki. Entrando al salón
de química, Iwaki había dicho ¿Qué tal? Todavía no morí.

Hirose cerró los ojos y suspiró profundamente al abrir la puerta del salón de química. Iwaki
nunca volvería a abrir esa puerta como lo estaba haciendo Hirose ahora, ni entrar al salón
de química. Un estudiante de segundo año. De diecisiete años. Solo diecisiete.

Estaba oscuro en el interior del salón de química. Ninguna de las luces del pasillo estaba
prendida, pero la tenue luz que llegaba del área deportiva y el patio hacía que el salón no
estuviera completamente a oscuras. Finas cortinas colgaban frente a las ventanas y el frío
tejido se agitaba suavemente como cuando él cerraba la ventana. Bajo la luz que venía del
área deportiva, se veía como la superficie del agua con la forma de un cuadrado. El salón de
química también era como un gran cuadrado. Hirose lo miró, tan oscuro como vacío.

76
La misteriosa sensación del caballete que Gotou había colocado frente a la ventana lo
devolvió a la realidad. La apariencia de las pinturas que llenaban el lienzo brillaba por la
humedad. Hirose miró en esa dirección y de inmediato se puso rígido. Mientras estuvo
parado en la ventana se quedó sin aliento.

Descubrió que había una persona sentada en el piso debajo de las ventanas. Bajo la tenue
luz, no podía saber quien era, pero Hirose podía ver que llevaba el uniforme de gimnasia.
Estaba sentado allí, abrazando sus rodillas y mirando a Hirose. En una fracción de segundo,
Hirose pensó en Iwaki (como usualmente se veía e igual a la figura trágica de ahí) estaba a
punto de retroceder cuando, de pronto pensó en otra cosa.

“¿Takasato…?”

Desde el oscuro cuarto llegó una respuesta. “Sí”.

Hirose prendió la luz. Asegurándose de que la persona de pie era Takasato, dejó escapar un
suspiro de alivio.

“Lo siento. Me había olvidado de ti”, Hirose se apresuró a disculparse. “Es mi culpa.
Estaba demasiado molesto”.

“Está bien”.

No pudo sentir emoción alguna en la voz de Takasato.

“Realmente lo lamento” Hirose sacó una silla para Takasato y luego fue por café.

“Está bien. Gracias”.

“Me siento muy mal, así que, no”.

Takasato sacudió la cabeza. “Porque cuando estaba allí, estaba un poco asustado””.

“¿De verdad?” Hirose usaba un pañuelo para pasar el café, y se lo pasó a Takasato.
Takasato abrió bien grande los ojos, y luego mostró una leve sonrisa al recibirlo.

“¿Puedo hacerle una pregunta?” Preguntó en voz baja después de darle un sorbo al café.

“¿Cuál es?”

“¿Por qué me dijo que viniera acá?”

“Porque ese lugar estaba empapado de un ánimo desagradable”.

77
“¿Me estaba protegiendo? ¿O me estaba aislando?”

Hirose miró a Takasato. Sus ojos se aferraron a la mirada de Hirose, sin moverse ni un
poco. Irradiaban un aire de sinceridad que no permitían las mentiras ni el engaño.

“Mi intención era protegerte”.

Su mirada silenciosa seguía fija en Hirose.

“Takasato… ¿Estás familiarizado con el rumor que dice que si alguien te hace enojar será
maldito?” preguntó Hirose. Takasato simplemente asintió. “¿Qué es lo que pasa
realmente?”

Takasato desvió la mirada y guardó silencio por un momento.

“… me he dado cuenta de que mucha gente a mi alrededor se ve involucrada en accidentes


o muere. Parece que todos tienen algo que ver conmigo, y es por eso que todo el mundo me
teme. Pero no es así”.

“¿Qué es lo que no es así?”

Takasato suspiró. “Ninguna de esas cosas tienen nada que ver con si estoy enojado o no”.

Hirose miró a Takasato. Takasato simplemente tenía la mirada abajo, observando el vaso de
precipitado en sus manos.

“¿No estabas enojado con Iwaki?”

“¿Por qué estaría enojado con él?”

Hirose asintió. Takasato no era estúpido, al menos fue capaz de entender la intención de
Iwaki.

“Entonces ¿qué hay de Hashigami y Tsuiki?”

Takasato levantó la cabeza e inclinó el cuello ligeramente. “Hashigami… ¿Es el de tercer


año?”

“Sí”.

“Él estaba diciendo algo sobre experimentos en vivos. Tan solo pensé que era una de esas
personas que dicen cosas raras. En cuanto a Tsuiki, no fue nada… porque todos andan
diciendo lo mismo”.

Hirose sonrió con ironía. “Supongo que tienes razón”.

78
“Es solo que cuando la gente dice que algo va a pasar es un poco molesto”.

“¿Como cuando dijeron que le iban a pasar a Tsuiki y a Hashigami?”

“Sí. Siento como si terminase siendo cierto, es verdaderamente molesto”.

Hirose estaba un poco vacilante, pero todavía preguntaba en forma de estudio. “Entonces,
¿qué hay de lo que pasó en el viaje al campo?”.

Takasato miró a Hirose, y sonrió con ironía. “Incluso cuando alguien me golpea no me
enojo”.

“¿Por qué?”

“Porque no es algo que pueda evitarse. No soy como otras personas, así que las personas no
pueden aceptar mi presencia”.

Su tono era tan indiferente. Hirose lo miró, Takasato levantó la cabeza.

“¿…no te molesta? ¿Qué tu presencia no sea tolerada?”

“Pero es porque soy como un tipo diferente de criatura que ha sido mezclada aquí”.
Takasato miró sus manos y dijo, “Cuando algo es obviamente diferente, pero no pueden
darse cuenta qué, la gente eventualmente se sentirá incómoda. Porque, la gente no tiene
manera de decir si eso es dañino o no. Además, parece que soy dañino, así que es aún más
inevitable”.

Hirose sintió como Takasato hablaba como si no fuera de sí mismo.

“Así que si incluso soy golpeado, no tengo ningún sentimiento en especial… Pero, todo el
mundo se muere”.

Un escalofrío corrió inmediatamente por la espalda. Debido a que el tono de Takasato era
tan indiferente, hizo que Hirose sintiera lo que acababa de escuchar fuera aún más
aterrador.

“¿… por qué es así?”

El tono de Takasato sonó como si realmente no pudiese entenderlo.

“¿Es realmente por mí?” preguntó Takasato, aparentemente, a sí mismo.

“Tu no eres la causa”. Aunque Hirose no tenía este tipo de confianza, por el momento
consolaba a Takasato de esta manera. Takasato aún tenía la cabeza gacha, no levantaba la
vista. Hirose meditó en silencio por un momento y luego desvió la mirada.

79
¿Qué era esa extraña decoloración que apareció en el área de deporte? Si Iwaki había caído,
entonces ¿quién estaba sosteniendo al equipo? Todo mostraba que éstas eran extrañas
circunstancias que no podían descubrirse con sentido común.

La desaparición misteriosa, los rumores de la maldición, la mano que había sostenido la


pierna de Tsuiki, la persona que había clavado un clavo en la palma de Hashigami.

…había tantas cosas que no podían explicarse.

Hirose miró a Takasato.

No creía que todo no estuviese relacionado. Todo lo que había pasado tenía algún tipo de
conexión, y el centro de todo era Takasato.

“…sigue sin haber una razón para esto”.

Al oír a Takasato murmurar esto para sí, Hirose levantó la cabeza. Takasato miraba al
espacio con una mirada vacía en su rostro.

“Simplemente no hay razón por la que tuviera que morir”.

Hirose no respondió. Takasato no dijo nada más.

**
***

Estaba corriendo por el camino de la noche. Era un alumno de sexto grado y vivía una vida
extremadamente ocupada. Su madre decía que el trabajo del niño era estudiar. Si eso es
cierto, entonces era un trabajo bastante arduo. Se quejaba él en su cabeza.

En algún punto en el tiempo, su padre empezó a trabajar para balancear gastos, no


volviendo a la casa hasta la media noche. Él recordaba muy bien a su padre diciendo que
trabajar más de doce horas al día era insoportable. Bueno, yo he estado trabajando trece
horas, murmuró para sí. Después de que la escuela terminó él tuvo que ir a dos clases de
estudio intensivo. Su madre siempre decía que si trabajaba un poco más duro ahora, más
tarde sería más fácil. Él pensó que era extraño decir eso. Después de que entró en la
secundaria, lo más probable es que sería como su vecina, asistiendo a escuelas de estudio
intensivo hasta horas tardías de la noche, y después de que entrara a la preparatoria,
probablemente también debería entrar a otra escuela de estudio intensivo. Después de que
creciera y consiguiera un trabajo, tendría que trabajar horas extra para pagar las cuentas.

“Trabajar hasta la muerte no lo cubre el seguro”, murmuró para sí, aunque no entendía
realmente que significaba, era tan solo una queja que se había vuelto popular últimamente
en sus clases de estudio intensivo.

En realidad, no estaba tan disconforme con su situación actual. Ir a una escuela de estudios
intensivos era un hecho, y asistía a un curso previo al examen de una famosa secundaria.

80
Esto demostraba que aún tenía una pequeña esperanza. Aún así, odiaba regresar a casa tan
tarde. Si tomaba atajos en el tramo del recorrido entre la estación y su casa, no era
realmente tan largo. Solo que el lado de acceso directo era el muro de tierra más largo de un
templo que lo molestaba y hacía sentir incómodo. Además, la temporada trajo consigo la
popularidad de contra historias de terror en las clases de estudio intensivo. Hoy, durante un
descanso y en tren de regreso a casa había oído muchas historias desagradables.

Debido a eso, con toda honestidad, había muchos lugares en los que corría
apresuradamente. Después de tomar a la derecha en el semáforo frente a la estación, y
luego de tomar la primera curva después del siguiente semáforo, llegaba a una calle de
sentido único. Después de caminar por esa calle y sobre el puente de piedra, que está sobre
un foso, estaba el camino al lado del templo.

En la mano derecha de los cincuenta metros del camino sin pavimentar tenía muros de
tierra, y en la mano izquierda, había un bosque de bambú. Él se echó a correr, y con el fin
de forzar sus movimientos, balanceó su mochila con fuerza.

Cuando estuvo un poco más allá del puente, un murmullo salió de los matorrales de bambú.
Su cuerpo entero se congeló y dejó de correr. Giró la cabeza hacia la dirección del ruido. Si
no había visto nada, entonces quizás debería seguir corriendo. En realidad, vio dentro de la
espesura el lomo de un perro blanco, y él relajó los hombros. Inmediatamente se sintió un
poco avergonzado, sabiendo que había tenido miedo en ese momento. Así pues, cuando
hubo otro crujido, él estaba calmado mientras miraba con atención de donde provenía el
sonido.

La forma del perro estaba tapada por la hierba en la parte inferior de la espesura, por lo que
no podía ver muy claramente. Sin embargo, podía ver su pelaje blanco y a partir de ello el
tamaño, se dio cuenta que probablemente fuera otro perro. Una figura humana apareció
mientras perseguía al perro. Él pensó en el shiba inu que criaban en la casa y el problema
de sacarlo a pasear.

La persona surgió de los espesos bambúes era una mujer joven. Ella salió de la oscuridad
como si protegiera al perro, y luego levantó la mirada como si sintiera la de él. Pareciera
como si hubiera salido directamente de los efectos especiales de la televisión que él veía, un
miembro del equipo que vestía un uniforme rosa.

Después de que ella mirara al perro, caminó hacia él. Él podía decir a primera vista que ella
quería decir algo. Luego se detuvo.

Cuando ella llegó al lado del camino, su mirada se posó sobre él, sin moverse en lo
absoluto. Lo primero que él hizo fue comprobar que ella tuviera piernas, y luego la miró
con la cabeza ligeramente inclinada. Que dulce, pensó para sí.

“¿Conoces el ki?” Su cálida voz sonaba un poco triste.

“¿Qué ki? ¿Cómo un árbol con hojas?”

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“Taiki”. Ella lo miró.

“Nunca había escuchado de eso antes. ¿Es muy importante?”

Ella asintió y parecía triste. En su cabeza él pensó, ¿así que la razón de que esté en un área
tan desierta tan tarde en la noche con su perro es para buscar algo?

“Extremadamente importante. Lo busco constantemente. ¿No has oído nada?”

“No, nada. ¿Qué clase de objeto es? Quizás pueda preguntarle a mis amigos por ti”.

Ella sonrió levemente. “No es una cosa. Es una bestia”.

Él miró la espesura del bambú. Ese perro seguía haciendo ruidos de crujidos. Podría haber
estado buscando a la esposa o el marido de ese perro.

“¿Un perro? ¿Llamado Ki?”

Ella asintió. “Taiki es su nombre”.

Él inclinó la cabeza por la duda.

“No he oído nada. Pero voy a preguntar alrededor de la escuela. ¿Es un perro que, la
señorita, está criando? ¿De que tipo? Preguntó. Ella sacudió la cabeza.

“No es un perro. Es el ki”.

Él seguía sin entender.

“El ki de Tai-ou”.

Él no entendía de qué estaba hablando. “Nunca he oído de un ki. ¿Cómo se ve?”

Ella sacudió la cabeza.

“No lo sé”.

“¿No lo sabes?”

Ella asintió. “La forma de todo aquí está distorsionada, así que no sé como se ve”.

Él pensó que la forma en la que ella hablaba era extraña. “Entonces no te servirá buscar”.

“Dejó huellas”.

Él miró en dirección al perro cuyo hocico estaba enterrado en la tierra.

82
“¿Son como el olor?” Es por eso que ella había traído el perro para buscar.

“Son como una luz. Por lo general, puedo verlas claramente, pero las huellas de Taiki son
muy débiles. Casi desaparecen, así que no sé donde está”.

Él inclinó la cabeza. Sin importar cuanto se esforzara, no podía entender claramente de que
estaba hablando.

“Quizás esté enfermo…”

“Mmm”, respondió él con incertidumbre ya que no sabía como responder. Ella suspiró y
dijo gracias, y luego volvió al bosque de bambú. Él la vio irse y lo creyó increíble.

Ella desapareció en la espesura. Cuando ella cruzó al perro, le habló suavemente. El pelaje
del perro se estremeció.

Él estaba atónito, ya que cuando ella llamó al perro, éste levantó la cabeza, tenía un solo
ojo. Observó sin habla como la mujer y el perro se metían en la hierba y caminaban a la
espesura del bosque. A la distancia, podía ver débilmente un muro de piedra.

Ella se abrió paso entre la hierba y se dirigió hacia la pared. Desapareció en la pared junto
con el perro mientras eran succionados hacia ésta.

Él gritó, a continuación, corrió a toda velocidad en dirección a su casa.

83
Capítulo 5
El día siguiente comenzó con una asamblea matutina para toda la escuela. Allí, se anunció
la muerte de Iwaki, y al mismo tiempo se anunció la cancelación del festival de atletismo
de la semana siguiente.

Después de la asamblea, continuaron las clases regulares, pero, una y otra vez, reuniones
más pequeñas fueron convocadas, varias clases fueron temporalmente convertidas en
sesiones de estudio. Hirose fue notificado de que los maestros estudiantes no estaban
obligados a asistir a las reuniones, por lo que no tenía nada más que hacer que sentarse en
el salón de química y mirar el techo. Cuando fue a la sala de descanso de maestros, el tema
de conversación rondó sobre Iwaki. Ir allí solo hacía que Hirose sorteara pregunta tras
pregunta, y esto lo molestaba.

El estado de ánimo de los estudiantes era inestable como asistiendo a algún tipo de
monumento conmemorativo. Por la mañana, una gran cantidad de personas quienes
probablemente tuvieran algo que ver se reunieron con los medios de comunicación en la
puerta de la escuela. Había una muy evidente diferencia entre las opiniones que sostenían
los estudiantes y las de los profesores, en relación a estas personas. La escuela hizo lo más
que pudo para mantener a estos estudiantes lejos de los hostigamientos de los medios; para
evitar que alguien dijera algo que no debía decir se apresuraron a separarlos, pero varios de
los estudiantes le permitieron deliberadamente al enjambre de reporteros llegar a ellos,
felices y sin descanso respondiendo a sus preguntas. Los estudiantes estaban como ahora,
difundiendo continuamente una inestable pero amistosa atmósfera ruidosa en la escuela.

Aunque esto era así, las clases cinco y seis de segundo año habían decaído, y muchos de
ellos estaban ausentes. Lo que los había desgastado no fue la muerte de alguien de su clase,
sino la realidad de que habían matado a un compañero. Incluso cuando de que la policía fue
después de la escuela a interrogar acerca de lo ocurrido, varios estudiantes escaparon a la
enfermería u otros lugares para evitar ser vistos. Debido a la sangre que había manchado
sus medias, la mayoría de los estudiantes se sentían impotentemente preocupados. No
importaba cuanto se les insistiera, ninguno estaba dispuesto a salir de sus escondites en
ningún momento.

Hirose simplemente miraba distraído por la ventana. Había una pequeña sombra sobre la
arena blanca de los campos deportivos. Era un pequeño montículo de arena hecho con un
montón de arena nueva, en la cima del cual se le habían puesto flores frescas.

Fue trágica la forma en la que se veía Iwaki cuando murió. Incluso los paramédicos
tuvieron un momento difícil al verlo directamente. Él había oído a la madre de Iwaki, quien
había llegado corriendo al hospital preguntando, “¿Es de verdad mi hijo?”

Al pensar en estas cosas el ánimo de Hirose cayó a un poso. Justo entonces oyó pasos
nerviosos afuera. El líder del comité, Gotanda, entró corriendo.

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“¿Dónde está Gotou-sensei?” Preguntó mientras jadeaba. El uniforme que llevaba estaba
arrugado y sucio, como si se hubiera metido en algún tipo de accidente, y su rostro
mostraba que algo excepcionalmente inusual había pasado.

“Está en una reunión. ¿Qué pasa?”

“Por favor, deténgalo. Van a colgar a Takasato”.

Hirose corrió tan rápido como pudo al aula 2-6. Cuando llegó al segundo piso donde estaba
el salón de clases, vio tan solo a unos pocos estudiantes reunidos aquí y allá en el hall. Se
abrió paso entre los estudiantes y corrió al aula. Tan pronto como entró en la habitación, vio
una pared de alumnos frente a la ventana.

“¿Qué están haciendo?”

Unos pocos se dieron vuelta para mirarlo, pero ninguno tenía intenciones de dispersarse.
No muy lejos de la pared de personas había unos cuantos estudiantes apiñados con rostros
pálidos. Unas pocas personas tenían contusiones en la cara como si hubieran sido
golpeados.

“¡Paren!” Hirose aferró los hombros del estudiante frente a él, tratando de forzar a la gente
a separarse, cuando fue atacado repentinamente por la espalda.

“¡No se meta!”Gruñó furiosamente un estudiante mientras lo miraba fijamente. El aula


estaba llena de una tensión que podría denominarse frenesí.

“Hey, ¡basta!”

Hirose intentó apartar a los estudiantes de su alrededor, pero se encontró con un sinnúmero
de manos lanzando puños hacia él. Todos los alumnos tenían rostros viciosos.

“¡Takasato!” Él estaba parado frente al muro de estudiantes. Hirose vio a unos cuantos
estudiantes empujando y tirando de él.

“Fueron ustedes quienes lo mataron, ¿no es así?”

“Fue usted, ¿no?”

Hirose sabía que estaban hablando de Iwaki. Él quería gritar que no fue así, pero alguien le
había encestado un rodillazo en el pecho y dolía tanto que no estaba en condiciones de decir
nada.

“¡El maestro estudiante debería dejar de meterse en lo que no le importa!”

85
Las piernas de Hirose se debilitaron. Cuando estuvo sobre la rodilla de uno, alguien lo
pateó indiscriminadamente.

“¿Qué mierda eres, Takasato? ¿Eres realmente un humano?”

No hubo respuesta, aunque podía ser que después de una ronda de puñetazos y patadas de
los que lo rodeaban, Hirose no pudiera escuchar nada.

“Iwaki dijo que no había tal cosa como la maldición, pero mira, ¡él está muerto!”

A través de las piernas de la multitud, Hirose vio que Takasato ya había sido empujado
hasta la ventana. La agitación de los estudiantes había llegado hasta el punto de la
ebullición. Éste lugar estaba lleno de una atmósfera verdaderamente peligrosa.

“Ustedes ¡Deténganse!” Hirose se levantó y empujó con fuerza a los estudiantes. Mientras
lo hacía, seguía habiendo puños ocasionales que volaban hacia él.

“¿Eres amigo del monstruo? No sirve de nada ayudarlo. Iwaki ya está muerto”.

“¿Saben ustedes lo que están haciendo?”

“¡Yo lo sé!” Cuando esto fue dicho, una patada llegó a él. Justo cuando sintió un dolor
corriendo por el rabillo del ojo, un líquido caliente comenzó a fluir por su nariz. Hirose
obligó desesperadamente a los estudiantes a separarse de él, haciéndose camino hacia la
primera fila. Ahora, sentía como si el suelo se balanceara y no fuera capaz de levantarse de
nuevo. Hirose apoyó su frente débilmente en el suelo, y luego dos manos llegaron y lo
agarraron por los hombros. De esta manera Hirose quedó inmovilizado, aunque antes de
que los estudiantes hicieran eso ya estaba muy débil como para moverse.

Takasato vio a Hirose y parecía que quisiera correr hacia él, pero fue bloqueado por los
estudiantes que lo rodeaban.

“¡Discúlpate!”

Alguien empujó a Takasato. Otro lo agarró del cuello.

“¡Discúlpate con Iwaki! ¡Es por tu culpa que nosotros estamos involucrados!”

“¡Arrodíllate y jura que nada de esto vaya a pasar de nuevo!”

Alguien intentó empujar a Takasato con más fuerza para que se inclinara. Alguien más se
apoderó de su cabello, con ganas de empujar la cabeza hacia abajo.

Sucedió entonces. Takasato, quien no se había resistido en lo absoluto, gritó.

“¡No!” Con la fuerza del grito, se dio cuenta de la ira en ebullición de la situación.

86
Takasato sacudió la mano que se estaba posesionando de él y torció el cuerpo, lejos de
aquellos que tan duramente estaban tratando de empujarlo, permaneciendo cerca de la
ventana. Lo que era extraño fue que Takasato quien se había liberado de quienes lo retenían
y levantado, parecía haber sido muy conmovido por algo.

“¿Por qué no? ¿Quieres decir que no vas a disculparte?”

“¡Mataste a alguien! ¿No sientes nada?”

Takasato abrió bien los ojos. La sangre fluía de su rostro, pero gritó.

“¡No me empujen! ¡No puedo!” Sus palabras provocaron una ronda de ataques verbales.
Unos pocos se acercaron a Takasato y empezaron a empujarlo y golpearlo de nuevo.

“Paren”. La voz de Hirose estaba ronca, y al mismo tiempo, comenzó a sentirse


extremadamente mareado. Se liberó las manos que lo empujaban hacia abajo y se dijo que
sin importar que, tenía que levantarse, pero ya había perdido el balance.

Vio que Takasato había sido empujado hacia la ventana. Los ojos de Takasato estaban
abiertos por el terror, pero no se resistía en lo absoluto. Parecía como si estuviera tan
aturdido que se la había olvidado luchar.

Esto no es bueno, pensó Hirose. Esto no puede pasar. Él no podía permitirles que todos se
volvieran atacantes. Por el bien de ellos, esto no era bueno.

… La venganza no era buena.

“¡Basta!” gritó Hirose, pero era demasiado tarde. El cuerpo ya rendido de Takasato
desapareció por la ventana. Hubo sonidos de aplausos por todas partes.

2
Para el momento en que algunos profesores entraron corriendo a allí, Hirose ya se había
hundido en una neblina, y era muy difícil para él mantener una clara conciencia. Alguien lo
agarró mientras él caminaba por el pasillo, y varias veces cayó de rodillas, vomitó una vez.
Después de caminar lo que pareció un tiempo largo, finalmente cayó en la enfermería y se
desmayó.

La siguiente vez que abrió los ojos, Hirose sintió que estaba en la cama de la enfermería.
Giró su cabeza gravemente lastimada, mientras se acomodaba, vio a Totoki.

“¿Estás bien?”

“¿…cómo está Takasato?”

87
Totoki caminó hacia Hirose y se sentó en la esquina de la cama. Hirose podía sentir sus
oídos sonando con fuerza, como si caminara por un túnel, y como si una niebla blanca
cubriera sus ojos, por lo que no podía ver claramente. Asimismo, no podía mover la boca
por completo a voluntad.

“Se lo llevó una ambulancia. No creo que esté malherido. En ciertos aspectos tú eres quien
está más gravemente lastimado”.

Las palabras de Totoki fueron un alivio para Hirose. Él parpadeó con fuerza un par de
veces antes de que su vista se aclarara un poco.

“¿Qué hora es?”

“Es casi medio día. No pasó mucho tiempo desde que los otros profesores entraron”.

“¿…puedo tomar un vaso de agua?”

Su boca estaba llena del sabor a sangre, era un poco amargo. Después de hacer gárgaras con
el agua que Totoki le dio, se sintió mucho mejor.

“Has atravesado algunas cosas bastante malas”.

“¿Dónde están los estudiantes?”

“Están siendo retenidos en el aula. Están siendo reprendidos”.

“¿Y Gotou-san?”

“Fue a clase. De cualquier forma, es mejor que descanses por un rato. Vomitaste, ¿no es
cierto? ¿Aún te duele la cabeza? ¿Alguna nausea?”

“No… estoy bien”. Hirose se levantó y sintió todo el cuerpo adolorido, pero no estaba
mareado en lo absoluto.

“Sería mejor que fueras al hospital”.

“Iré después de que me encargue de algo”. Hirose salió de la cama. Se paró e inspeccionó
su cuerpo. No había problema, ya se podía mover. “Gracias por la ayuda”.

“De verdad, deberías ir al hospital”.

“Lo haré”. Hirose hizo una reverencia con la cabeza y salió de la enfermería.

88
Hirose encontró a Gotou mientras regresaba a clase.

“¿Oh? ¿Aún con vida, guapo?”

Al oír a Gotou decir eso, Hirose rió suavemente y miró abajo. Gotou sonrió con ironía y le
dio unas palmadas en el hombro.

“Qué lió”.

“Es imperdonable. Yo estaba ahí”.

“No sirve de nada que los heridos piensen mucho en eso. En cualquier caso, deberías volver
a casa, ve a un hospital. Es peligroso que hayas sido golpeado en la cabeza y luego
vomitado”.

“Lo siento…”

“No es tu culpa. Sabía desde hace algún tiempo que algo así iba a pasar”.

Hirose miró a Gotou, y Gotou esbozó una sonrisa.

“Es una revolución. Takasato difunde una política de terror. Sabía que vendría el momento
en que se levantarían”.

“¿Qué hay de ellos?”

“Ellos ahora están con en asistente del director. De hecho, si hubiera una maldición o no,
¿cómo podrían entenderlo? Pero antes de que lo sepamos, se convirtió en algo serio. Como
lo ven, esos chicos se estaban defendiendo legítimamente. Así que, la mayor culpa recae
sobre ellos, cuanto más lo hagan pasar como si fuera una burla inocente”.

“…quizás”.

“De todos modos, ve al hospital. No puedes ayudar a nadie en la condición en la que estás”.

Hirose asintió, inclinó la cabeza, y repentinamente preguntó, “¿Sabes a qué hospital fue
enviado Takasato?”

“Escuché que fue a la Cruz Roja. No sé por qué fue enviado tan lejos, ya que sus heridas no
eran tan graves, ¿no? Después de todo solo cayó del segundo piso”. Después de que Gotou
dijera esto, él sonrió con ironía. “Si vas a la Cruz Roja, no solo vayas a visitarlo. Haz que te
revisen. ¿De acuerdo?”

Hirose asintió mientras continuaba por el pasillo.

89
Caminó hacia el salón de química para buscar su maletín. Cuando abrió la puerta vio a unos
pocos estudiantes dentro.

“¿…están todos acá?”

“¿Hirose-san, está bien?” El primero en recibirlo fue Hashigami.

“Estoy bien. Los chismes siempre viajan rápido”.

“Cuando algo así de grande pasa, todos se enterarán de ello. ¿Quiere algo de tomar?”

“¿Qué tal un poco de agua?” Hirose se dejó caer débilmente sobre una silla. Para el Hirose
actual, regresar al área de trabajo podía ser considerado un trabajo difícil.

El vaso de precipitado lleno de agua fue colocado frente a él. Nozue observó el rostro de
Hirose. “Qué cara de miedo. ¿Está seguro de que está bien?”

“Sí”, respondió Hirose, notando que alguien había colocado un paquete de crisantemo sobre
la mesa. “¿Quién trajo estos?”

“Yo”, dijo Nozue. “Siempre siento que Iwaki-san está aquí, así que me los traje del aula”.

“Veo…” Hirose tocó suavemente los crisantemos, y luego miró a su alrededor. Sakata no
estaba allí.

“¿Dónde está Sakata?”

“Hashigami lo expulsó”.

Hirose miró a Hashigami y arrugó la frente.

“Parecía que estaba feliz. Le dije que se fuera, ya que estamos en medio de un velorio”.

“Ya veo” Hirose asintió. Por eso es que estos chicos estaban reunidos aquí.

“Escuché que el funeral de Iwaki-san tendría lugar hoy. Sensei Hirose, ¿va? Preguntó
Nozue. Hirose asintió.

Un rato más tarde, Hirose salió de la escuela. Le hizo señas a un taxi y se fue al hospital. La
recepción estaba cerrada, y Hirose usó esto como una excusa para no registrarse. Preguntó
sobre la habitación de Takasato. Éste había sido enviado a una habitación en el sexto piso.

90
Cuando llegó a la puerta Hirose la golpeó suavemente y la abrió. Solo una de las cortinas de
la esquina había sido corrida. Miró a su alrededor y asintió a los demás pacientes. Cuando
llegó a la esquina, corrió suavemente la cortina.

Sus ojos se abrieron completamente por la sorpresa e inmediatamente corrió la cortina.

Takasato estaba profundamente dormido con la mano colgando a un lado. Una mano blanca
sostenía su mano.

¿…entonces fue Takasato?

De repente, una escena que había pasado antes regresó a él. Una sombra de pie junto a la
ventana del edificio.

De cerca, el brazo tenía una composición perfecta. Como si hubiera sido tallado en mármol,
era el suave brazo de una mujer hermosa. Por otra parte, no podía ver ni rastro de la dueña
del brazo que llegaba hasta debajo de la cama.

Hirose se quedó en las nubes por un rato, y luego respiró hondo. Mientras se inquietaba en
despertar o no a Takasato, uno de los pacientes detrás suyo le llevó una silla, pensando que
Hirose se había agachado un poco buscando una.

“Gracias”. Hirose asintió. Corrió las cortinas y se sentó junto a la cama.

Entonces, pensó en el problema de Takasato.

Takasato despertó muy rápidamente. Quizás no estaba en lo más profundo de sus sueños.
Después de reconocer a Hirose, abrió más los ojos y se levantó un poco.

“¿Estás bien, Takasato?”

“Sí. Lo siento”. Takasato bajó a cabeza un poco.

“No es culpa tuya. No creo nada de eso”. Cuando Hirose dijo esto, pensó casualmente en
ayer, cuando dijo lo mismo. ¿Cómo están tus heridas?”

Takasato sacudió la cabeza. “Nada grave. Solo algunos moretones y raspones por la caída”.

Era solo el segundo piso, pero el segundo de una escuela bastante alta. Además, el camino
lateral estaba aún más bajo que en otro momento, con un lugar debajo para dejar las
bicicletas. Takasato Cayó justo en el declive de concreto hacia las bicicletas. Realmente era
algo difícil creer que una caída de tres pisos dejara a alguien sano y salvo.

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“¿Por qué no te defendiste?”

Takasato no había luchado en aquel entonces, y esto molestaba mucho a Hirose. Takasato
estaba a punto de decir algo, pero sacudió la cabeza, diciendo indiferentemente, “Estaba un
poco sorprendido”.

Hirose se puso de pie y le dio unas palmadas en el hombro a Takasato, quien estaba en
silencio con la cabeza gacha.

“¿Vas a ser hospitalizado?”

Takasato levantó la cabeza, parecía preocupado.

“No… El doctor dijo que podía ir a casa, pero…”

“¿Pero?”

Parecía como que a Takasato le costara hablar. “Nadie ha venido a buscarme”.

Hirose inclinó la cabeza, y le dijo que esperara un momento, luego dejó la habitación.

Hirose fue a la enfermería y les dijo quien era, luego preguntó en forma de investigar. “¿No
puede Takasato ir a casa todavía?”

Una enfermera de mayor edad estaba perpleja y le dijo, “Él aún es menor de edad, por lo
que necesita que un tutor venga por él”.

“¿Y nadie vino?”

“No. Los llamamos. Su madre respondió y dijo que entendía. Después llamamos algunas
veces más, pero nadie respondió el teléfono…”

Hirose frunció el ceño.

“Qué preocupación. Necesitamos conseguir a un miembro de su familia para que traiga la


tarjeta de seguro para llenar estos formulario, y para resolver los gastos médicos”.

“Déjeme echarles un vistazo”.

“¿De verdad? Estaríamos muy agradecidos si usted está dispuesto a ayudar”.

La enfermera suspiró encantada. Hirose tomó la factura que le dio la enfermera y la puso en
su bolsillo. Llamó a Gotou desde el vestíbulo y luego dejó el hospital.

92
3
Hirose fue a su casa primero para cambiarse la ropa machada de sangre antes de ir a la casa
de Takasato, ya que, aunque tuviera una chaqueta con él, por sí misma no cubría toda la
sangre.

La casa de Takasato se ubicaba en el interior de la vieja ciudad, junto al mar. Era una
residencia privada de una era ya pasada. Había sido bien mantenida, pero todavía era difícil
ocultar una atmósfera oscura.

Aunque la puerta estaba bien cerrada, no tenía el cerrojo puesto, así que Hirose la abrió él
mismo. Una pasadera se extendía en el área cubierta con grava. Caminó sobre las piedras
hacia el hall de entrada prohibido y tocó el timbre. En el interior alguien respondió
inmediatamente. Un poco después Hirose dijo quien era, escuchó pisadas y la puerta de
entrada del hall se abrió.

La mujer que asomó la cabeza era una mujer de mediana edad. Se podía ver que era la
madre de Takasato a simple vista. Se quedó parada en la entrada con apariencia de estar
evaluando la situación con los ojos, preguntó, “¿Puedo preguntar qué negocios lo traen a
usted?”.

Hirose se sintió desconfiado mientras le explicaba que había pasado. “El hospital dice que
ha pasado mucho tiempo y que ningún tutor ha ido al hospital, así que él no tiene forma de
ser dado de alta y volver…”

Ella apretó suavemente su mano contra la frente. “Por favor dígale que regrese por su
cuenta”.

Hirose estaba un poco sorprendido. Sin importar cuan bien trató de decirlo, lo que ella
decía no se asemejaba en lo absoluto a la actitud que una madre debe tener hacia un hijo
que acaba de caer por la ventana y es llevado hacia el hospital en ambulancia.

Después de que ella lanzara estas palabras, ella se dio vuelta, alejándose de Hirose, como si
fuera a cerrar la puerta. Hirose se apresuró a detenerla.

“Discúlpeme, pero acerca de los honorarios…”

“Ah”. Sus ojos se abrieron y luego invitó a regañadientes a Hirose para que entrara al hall.
Hirose pisó el sucio suelo de la habitación de tres tatamis de ancho.

“¿Cuánto es?”

Un poco arrojado, Hirose sacó la factura y se la entregó. ¿Esta mujer lo consideraba como
alguien que envió el hospital a recolectar dinero?

93
“Creo que necesitaban su tarjeta de seguro”.

“Iré a buscarla”.

“Espere un minuto”. Hirose llamó a la mujer que iba camino adentro para que se detuviera.
“No estoy aquí para presionarla por el dinero. ¿Por qué no fue al hospital?”

Ella se giró hacia Hirose y lo miró, observándolo como si fuera un enemigo. “¡Si él quiere
volver a casa, entonces que lo haga por sus propios medios!”

Al oírla gritar, Hirose se quedó inmediatamente helado. Ella lo señaló.

“Si quiere que ese niño vuelva a casa, entonces ¿por qué tan solo no va a traerlo? Yo estoy
demasiado ocupada”. Su tono le daba una sensación de que no simpatizaba con él. Sería
mejor decir que Hirose se sentía inseguro más que enojado. Él estaba sin palabras en cuanto
al por qué ella estaba tan furiosa.

“Señora, Takasato-kun fue herido, usted lo sabe”.

“¿Y qué?” Preguntó condescendientemente. De inmediato, una oleada de descontento se


levantó en Hirose. No puedo aguantarlo más tiempo y dijo directamente lo que pensaba.

“¿No es usted su madre?”

Ella lo miró.

“A mí…” Ella zapateó. “A mí no me importa si ese niño vuelve o no. Si él quiere volver no
voy a detenerlo, porque soy su madre”.

Cuando dicen que alguien se queda sin habla, probablemente se refieren a cómo se sentía él
ahora, pensó Hirose. Mientras Hirose se quedó paralizado por el shock, ella se dirigió
rápidamente a la casa y luego regresó a la entrada con la misma rapidez, sosteniendo un
sobre y su tarjeta del seguro.

“¿Por qué?” Hirose no podía evitar preguntar. Ella pisó el suelo sucio del hall con los pies
descalzos y trató de poner los objetos en la mano de Hirose. Él, a su vez, corrió la mano.

“Él es diferente”. Ella lo miró. “Otra muerte, ¿no es así?”

Hirose no comprendía lo que ella quería decir e inclinó la cabeza en duda.

“Otro de sus compañeros de clase ha muerto, ¿no es así? Es debido a ese niño”.

Hirose respiró profundamente. Las manos de ella estaban cerradas como puños, mientras
temblaba como una niña insatisfecha.

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“¿Cree que es la primera vez? Las personas nos han acusado de ser asesinos”. Las lágrimas
caían de sus ojos, y su tono de voz sonaba a un insulto. “Tenemos que cerrar nuestras
ventanas nuevamente y pasar el resto de nuestros días escondidos en nuestra casa. Y es todo
por culpa de ese niño”.

“¡No es culpa de Takasato!” Hirose no pudo callar. Esto es demasiado, pensó. “Incluso si el
mundo entero los culpara, ¿Qué no son los padres quienes hacen su mejor esfuerzo para
proteger a sus hijos?”

“Todo el mundo lo dice. Todos dicen que es culpa de ese niño. Toda la gente de por aquí lo
sabe, y todo el mundo habla de esa forma. Aunque no lo dicen abiertamente, yo lo sé”. Ella
lo dijo con determinación. “¿Alguna vez pensó en lo trágico que son las cosas para mí y mi
marido por ese chico? Cuando las personas no nos están dando la espalda fríamente, están
hablando de nosotros con desprecio. Nuestro niño también ha sufrido el acoso más de una
vez”.

La palabra niño atravesó el corazón de Hirose. Takasato había dicho antes que tenía un
hermano menor. Cuando ella habló de su niño, ella probablemente estuviera hablando del
hermano menor. Era muy obvio que ella no estaba incluyendo a Takasato dentro de esa
palabra.

“¿Entonces como madre solo lo abandona?”

“No lo sé”.

“¿Cómo puede no saberlo? Él es su hijo, ¿no es verdad? ¿Alguna vez ha pensado en lo


mucho que esta actitud hiere a Takasato?”

Ella rió. “¿Alguna vez se hiere ese niño? Nunca lo he visto mostrar ningún sentimiento de
compasión”.

“¿Quién es para decidir? Tal vez él no lo muestra”.

“Sí, no lo sé. No tengo formas de saber que tipo de sentimientos tiene ese niño en su
corazón, o que es lo que pasa dentro de su cabeza”. Ella rió de nuevo, y muy notablemente
llevaba consigo un tono burlón. “Él no siente nada, y no piensa en nada, porque ese niño ni
siquiera es humano”.

“¿Cómo puede decir eso?”

Ella se burló. Hirose pensó que nunca había visto una sonrisa tan fea.

“Ese niño es un sustituto. Cuando desapareció fue cambiado”.

Changeling. Cuando escuchó lo que ella le dijo, Hirose comenzó a buscar en su memoria.
Él estaba seguro de que había visto esa palabra en su libro de texto de inglés de la
universidad. Era una historia popular trasmitida en Irlanda. La leyenda decía que los

95
espíritus nativos se robarían los bebes de los humanos bellos y dejarían en su lugar al
horrible niño de un espíritu de cientos de años.

Hirose sintió como si presenciara con sus propios ojos, una relación madre hijo destrozada.
No quería decir nada más.

“Desde que era pequeño ha sido un niño raro. Pero antes de que desapareciera, era de
verdad un niño bueno. Nosotros ya hemos dejado que ese sustituto permanezca en nuestra
casa, proveyéndole de una habitación y comida, incluso permitiéndole que vaya a la
escuela. ¡Realmente esperaba que nuestro comportamiento conseguiría su admiración!”
Después de decir esto, ocultó el rostro entre las manos. El sonido de su voz que se filtró
entre los dedos le dio un escalofrío a Hirose. “¿Por qué, cuando llegue a casa, no le pego
con un atizador ardiente…?”

A los espíritus lo les gusta el fuego, y odian el metal. Se decía que todo lo que había que
hacer era atravesar la garganta del sustituto con el atizador el rojo vivo, y volvería a ser el
niño original.

Hirose se quedó sin palabras, cuando ella levantó abruptamente la cabeza y lo miró.

“Por favor, no le diga lo que le he dicho a usted”.

Hirose abrió bien los ojos, y por un tiempo no supo que decir. De repente ella, se encogió
por el miedo.

“Por favor, no diga nada. Se lo ruego”.

Era un miedo a Takasato. Hirose solo entendió esto, y él podía decir que esta casa estaba
llena de ese tipo de atmósfera.

…tan distante.

Hirose no pudo evitar sentir una opresión en su corazón. La distancia entre Takasato y el
mundo a su alrededor era tan extensa. Después de la escuela, Takasato permanecía en el
aula. Hirose pensó, él no se estaba quedando en la escuela porque le gustase o quisiera. Era
porque no tenía hogar al cual regresar.

“No diré nada”, murmuró Hirose.

Ella le entregó el sobre a Hirose. Esta vez, Hirose lo aceptó en silencio.

“Takasato-kun…” comenzó Hirose. Sintió que tenía que decirlo. “¿Sería mejor si él no
volviese a casa por ahora?”

Ella lo miró con sospecha.

“Hasta que se asiente, yo me encargaré de él. ¿Está bien?”

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Ella asintió, se veía claramente aliviada. Tan pronto como aceptó, le dio la espalda a Hirose
y regresó a la casa.

Hirose se quedó en la habitación del piso sucio, y se quedó ahí sin una palabra, bajando la
cabeza por un momento. Sintió ganas de llorar.

4
Después de que Hirose volviera al hospital, pagó la factura, y entonces fue a la habitación
de Takasato. Las cortinas de la cama del hospital de Takasato aún estaban corridas, y
Hirose tomó suavemente el extremo de una y miró, Takasato estaba simplemente sentado
en la cama mirando la cortina.

“¿Es divertido observar la cortina?” Hirose preguntó en broma. Takasato sonrió.

“Los gorriones proyectan su sombra sobre ella”.

“¿Ah, sí?”

La imagen de un árbol de afuera se replicaba en las cortinas frente a la ventana. No podía


ver la sombra de las aves, pero sí la de las ramas y hojas balanceándose de manera
constante por el viento. Justo cuando Hirose estaba a punto de preguntar donde estaban los
gorriones, una de las ramas se movió repentinamente. Una sombra extremadamente débil se
sacudió, saltó, y por esa sombra uno se podía dar cuenta de que algo había allí. Al parecer
las siluetas de algo distinto a las hojas volaban de lado a lado de las ramas. Con esas ramas
en movimiento como si las moviera el viento, se podían ver pequeños pájaros posados en la
parte superior. Era como si estuviera viendo la sombra de la imagen.

Había sombras de gorriones como esperaba. Después de que Hirose las vio, miró a
Takasato. Takasato miró a Hirose como buscando su aprobación.

“Es espectacular”, dijo Hirose. Takasato sonrió y miró la cortina.

“Hay tres”.

Hirose miró y buscó, pero no sabía cual sombra había visto antes. Sonrió secamente y tomó
a Takasato.

“¡Vayámonos! Ya pagué tu factura”.

La expresión del rostro de Takasato se atenuó. “Lo siento”.

“Te dije antes que no te preocuparas”.

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Aunque Takasato vestía su uniforme, su camisa era fina, y se veía arruinada. No estaba
claro si fue debido al ataque o a la caída, pero la camisa estaba rota en varias partes, e
incluso tenía algunas manchas de sangre dispersas. “Ponte esto”, dijo Hirose cuando le pasó
a Takasato la chaqueta que llevaba. Takasato se levantó y aceptó la chaqueta, luego inclinó
la cabeza profundamente en forma de gratitud.

Después de haberse detenido en la enfermería para decir adiós, dejaron el hospital y se


dirigieron a la estación de subterráneo más cercana. Takasato saludó a Hirose con una
inclinación nuevamente como para irse.

“¿Adónde vas?” preguntó Hirose, mientras ponía las monedas en la máquina para comprar
dos boletos con el mismo destino.

“Me voy a casa”, dijo Takasato suavemente, Hirose no pudo evitar suspirar.

Anteriormente había sido enviado al hospital en una ambulancia, así que por supuesto no
había llevado su mochila consigo. Es decir que no tenía ningún dinero con él, por lo que
probablemente fuera a caminar hasta su casa. Incluso si tomaba el subterráneo hasta la
estación cercana a su casa le tomaría media hora para llegar, pero para Takasato esto no era
un gran problema.

Hirose le entregó el boleto a Takasato. “Ven a mi casa. Es un poco más pequeña pero yo
soy el único que vive ahí. No tienes que preocuparte por ser una molestia”.

Takasato miró a Hirose asombrado, entonces una tenebrosa sombra pasó por encima de su
rostro mientras probablemente habría adivinado lo que había pasado. Bajó la cabeza y dijo,
“No puedo”.

Hirose no tomó esta reacción a pecho y gentilmente hizo que Takasato se irguiera. “Solo
tengo un futón, pero probablemente no lo necesite con este clima. Aunque, puede que me
levante con dolores y molestias”.

“Sensei”.

“¿Por qué no hablamos de esto luego?” dijo Hirose tranquilamente. Takasato asintió de
mala gana y nuevamente hizo una reverencia.

“Realmente lo lamento mucho”.

“No es necesario que te disculpes conmigo”.

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Hirose no le dijo nada, pero Takasato pareció entenderlo todo y miró a Hirose con dolor.
¿Cuántas veces la disputa madre hijo había pasado con anterioridad? Cuando pensaba en
ello, Hirose sentía una especie de tristeza en su corazón.

Hirose vivía en las afueras de la ciudad. Era en el segundo piso de un complejo de viejos
departamentos con ventanas que daban frente a la presa de la desembocadura de un río. La
altura de la presa estaba más allá del techo, por lo tanto, la vista era terrible. Era un área
residencial muy densa, así que incluso estando junto al mar, se sentía como el viento dejaba
de soplar, haciendo difícil soportar los extremadamente calurosos los veranos. Los únicos
méritos eran que el alquiler era barato y que estaba junto a la universidad.

“No hay mucho aquí”, dijo Hirose mientras entraba, y Takasato parecía estar viendo algo
fuera de lo usual mientras miraba a su alrededor en la habitación. La primera habitación era
una cocina de tres tatamis de ancho. Más allá había una habitación al estilo japonés de seis
tatamis de ancho, y junto al área más baja de la puerta, había un cuarto de baño.

Hirose no tenía el hábito de coleccionar cosas, y por eso las habitaciones se veían
extremadamente espaciosas y limpias. Siempre había sido el tipo de persona que se
perturbaba con el abarrotado desorden, por lo que hacía las cosas tan simple como podían
ser. Ya que tenía un armario no necesitaba un tocador. En la habitación de seis tatamis de
ancho, tenía un kotatsu que funcionaba como mesa, una estantería de libros y una cómoda
de tres secciones que funcionaba como stand para el televisor. Eso era todo su mobiliario.

“¿No es triste?” preguntó Hirose con una sonrisa irónica.

Takasato sacudió la cabeza y preguntó, “¿Puedo mirar por la ventana?”


Hirose asintió y Takasato fue a la ventana. Había un pequeño balcón y justo frente a éste
pasaba la calle pavimentada que estaba sobre la presa. La calle estaba a más altura que la
ventana, por lo que aún mirando desde el balcón, uno no podía ver mucho más que lo que
se ve estando horizontal sobre el concreto. Debido a que la calle estaba un poco más alejada
de la habitación, tenían mucha luz, pero aún así no había mucha circulación de aire.

Takasato corrió la cortina y miró por la ventana, luego se giró y miró la estantería de libros.
A Hirose le gustaba leer, pero no le gustaba llenar la habitación con libros, así que en
general utilizaba la biblioteca. Después de que terminaba de leer los libros que había
comprado, se deshacía de ellos inmediatamente, por lo que las únicas cosas que tenía la
estantería de libros eran libros de texto y algunos álbumes de fotos.

Takasato miró la estantería como si nunca antes hubiese visto una. Hirose sonrió mientras
lo miraba. “¿Es raro?”

Takasato asintió. “Esta es la primera vez que estoy en la casa de otra persona”.

Que solitario. Ni siquiera tenía un amigo a quien visitar.

“Tengo que regresar a la escuela. Haz lo que quieras. En el camino de regreso pasaré por tu
casa ¿necesitas algo?”

99
Takasato inclinó la cabeza y simplemente dijo, “Si hay libros de texto”.

Hirose asintió con la cabeza y le entregó a Takasato una llave. Le dio una explicación
aproximada de las cosas de su casa y se fue. No sabía por qué, pero al dejar la habitación,
Takasato preguntó, “¿Está bien si miro tus libros?”

Por alguna razón, esto dejó una profunda sensación en él.

5
“¿Cómo están tus heridas?” preguntó Gotou tan pronto como Hirose entró en el salón de
química.

“Siento haberlo preocupado. Están bien ahora”. Hirose dijo riendo “Temí que por un
tiempo mi cuerpo entero estuviese hinchado”.

La escuela estaba en silencio. Ya eran horas después del fin de la escuela, y debió haber
sido implacable el clamor con los preparativos para el festival de atletismo que se suponía
tendría lugar el día siguiente.

“¿Y Takasato?”

“Según la enfermera, no debería ser nada serio. En su mayoría son algunos rasguños y
moretones”.

“Ya veo”, Gotou asintió con la cabeza y vertió un poco de café en el vaso de Hirose.

“¿Qué pasó con esos estudiantes?” preguntó Hirose. Gotou puso los pies sobre la mesa y
miró el techo.

“Aún nos estamos rompiendo las cabezas para encargarnos de ellos. Hubo una reunión hace
poco, y decidimos no castigarlos ahora. Bueno, si los disciplinamos a todos, entonces a
partir de mañana estaríamos todos cerrando clases por asientos vacíos”.

“Supongo que sí”.

“La administración de la escuela decidió primero, manejar esto como un accidente por el
momento, ya que incluso Takasato dijo que se cayó por error”.

Hirose miró a Gotou. “¿Él dijo eso?”

“¿No escuchaste?”

“¿No?”

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Gotou suspiró. “Los estudiantes que lo empujaron también mantienen que Takasato saltó
por su cuenta. Los pocos testigos que estaban parados en el pasillo observando dijeron que
Takasato fue empujado, pero antes de que Takasato fuera llevado por la ambulancia, dijo
que se tropezó, y por eso se cayó de la ventana”.

“¿Es eso así…?”

Gotou dio otro suspiro.

“Él no es un mal chico… no lo es, pero parece tener un montón de problemas”, Gotou
parecía estar diciendo eso para sí mismo, por lo que Hirose no respondió. “Por lo tanto su
situación también va a ser considerada un accidente”.

Hirose miró a Gotou, Gotou arrugó la frente.

Agitado por la muerte de su compañero, un grupo de estudiantes se puso histérico y trató


colgar a un joven. El joven, sintiendo que su vida corría peligro, trató de escapar y como
resultado cayó accidentalmente por la ventana. También un maestro estudiante, que estaba
tratando de interceder, cayó en medio de los empujones y empujando a los estudiantes se
lastimó”.

Al decir esto, Gotou señaló a Hirose.

Hirose asintió con ironía. “Entiendo”.

“Lo siento”.

Hirose solo pudo sonreír con sequedad, y luego dijo, “Gotou-san, Takasato se alojará en mi
casa por un tiempo”.

Una vez que Gotou oyó esto, quitó los pies de la mesa de un golpe.

“¿Qué quieres decir con eso?”

“Creo que es mejor por ahora que no regrese a casa. Ya se lo hice saber a su madre”.

Anonadado, Gotou abrió la boca, y Hirose le explicó todo lo que pasó. Gotou parecía
mudo.

“…en serio. ¿Por qué tomaste esa decisión por tu cuenta?”

“Lo siento”.

Gotou frunció el seño. “Oh, bueno. En cualquier caso, deberías guardártelo solo para ti
antes de que el período de entrenamiento termine para ti”.

101
Hirose asintió. Gotou suspiró con seriedad. “Además, permíteme hacer la siguiente visita a
la casa”.

“¿No me cree?”

“No es eso. Yo no he hecho una visita a la casa de Takasato.” Hirose miró a Gotou, y
Gotou sonrió con ironía. “Estuve ahí una vez, pero nadie estaba en la casa. Después, llamé
un par de veces, pero seguían diciendo que estaban ocupados, una y otra vez. Incluso
dijeron que nos confiaban a su hijo para que lo manejáramos como quisiéramos. Fue muy
parecido al primer año, y como ha sido hasta ahora. Nunca le hicimos una visita a la casa”.

Esta vez fue Hirose quien suspiró.

“En este momento su profesor tutor, Ikuta sensei, ha estado saltando como loco”.

Hirose rió suavemente. Ikuta era un profesor de inglés y también era entrenador del equipo
de football. Era un hombre de temperamento fogoso.

“Cuando no pudo descubrir a su madre, fue al trabajo del padre a buscarlo. Se sorprendió al
encontrar al padre diciendo que ese tipo de asuntos son la responsabilidad de la madre.
Estaba perdido”.

”Esa es una posibilidad nada desdeñable”. Asintió Hirose.

“Dijo que nunca, jamás llaman a Takasato por su nombre”.

Takasato de repente recordó que la madre siempre estaba llamándolo ese niño, pero nunca
lo mencionaba por su nombre.

“Creo que Ikuta-san consideró varias veces el llevarse a Takasato a su casa. Pero, era difícil
para la mayoría de la gente no pensar más en ello. Ikuta-san tuvo dos hijos vivaces en su
hogar, y Takasato traía rumores negativos, por lo que tenía mucho que considerar”.

Hirose asintió. Gotou sonrió incómodo.

“…No es que no haya pensado en llevármelo a casa. Cualquier persona no podría dejar de
pensar de esta manera después de hablar con su madre. Pero, en mi casa, tenemos una
mujer con mal genio que solo abre la boca para decir cosas desagradables”. Gotou suspiró.
“Ikuta-san se preocupa por Takasato. De hecho, fue por el pedido de Ikuta-san que
Takasato fue puesto en mi clase”.

“¿Usted puede hacer eso?” preguntó Hirose dubitativo.

Gotou sonrió irónicamente al decir, “Siempre hay una manera. …aunque, no fui de mucha
ayuda”.

102
Gotou suspiró de nuevo. Hirose pensó que suspirar era todo lo que Gotou podía hacer ese
día.

“Tenía la esperanza de que podría ayudarlo de alguna manera. Pero entonces, incluso Ikuta-
san murió…”

Hirose no pudo evitar ponerse de pie. “¿Qué dijo?”

“¿No lo sabías?” Preguntó Gotou dubitativo. Hirose solo pudo mover la cabeza. “Sucedió
en el día de la ceremonia de clausura, después del término del tercer trimestre escolar. Ese
día, Ikuta-san vino y me dijo Por favor cuide a Takasato, porque dijo que ese día había
terminado gritándole a Takasato. No sé que es lo que hizo o lo que dijo. Solo sé que ese día
en su camino a casa, ese mismo día, se había estrellado contra el cordón de la vereda. Oí
que en la escena no había rastros de que el freno hubiera sido utilizado. Es posible que se
hubiera quedado dormido al volante”.

Hirose cerró los ojos.

“Probablemente alguien supiera que había dejado a Takasato, y por eso durante el funeral,
los estudiantes en su clase lo llamaron como el resultado de una maldición”.

Hirose suspiró profundamente.

Ikuta e Iwaki, ambos le habían hecho algo a Takasato sin mala intención. O tal vez se
podría decir que habían sido buenas intenciones, lo que Takasato mismo tenía en claro. Sin
embargo ambos habían muerto. No tenía nada que ver con lo que pensara Takasato. De
hecho, lo habían hecho por el bien de Takasato y no deberían haber muerto. Pero sí
murieron, y como resultado, toda la culpa recaía sobre Takasato.

Por eso, Takasato siempre estaba solo.

Gotou lanzó otro largo suspiro. “…no es un mal chico. Realmente no es un niño malo,
pero…”

6
Hirose llamó a la casa de Takasato desde la escuela pare avisar que iría a recoger sus
pertenencias, y luego salió de la escuela.

La tranquila escuela parecía estar envuelta en una atmósfera nerviosa. La escuela seguiría el
horario regular para mañana, pero se necesitaría un tiempo relativamente largo antes de que
el predio de la escuela volviera a la normalidad.

Cuando llegó a la casa de Takasato, Hirose vio bolsos colocados frente al hall de entrada,
uno era una bolsa de papel y el otro era del tamaño de un bolso de viaje. Hirose abrió la
bolsa de papel y en su interior había libros de texto, libretas y cosas así. Se mordió el labio

103
y se decidió a tocar el timbre. Tocó varias veces sucesivamente y esperó pacientemente,
pero no hubo respuesta desde el interior. Las habitaciones al lado del hall de entrada
estaban cerradas por completo. Hirose suspiró, tomó los bolsos y se fue.

Para el momento en que Hirose regresó al departamento, el sol ya estaba descendiendo


lentamente, y el cielo sobre la presa teñía las finas nubes de carmesí. Saludó al entrar por la
puerta. A través de la puerta de vidrio, podía ver a Takasato sentado junto a la ventana,
mirando un libro.

Takasato levantó la mirada, y cuando vio a Hirose, cerró inmediatamente el libro y se puso
de pie. Después de disculparse, fue a buscar los bolsos en las manos de Hirose.

“Te dije antes que no te preocuparas”.

“Lo siento”.

“Deja de pedir perdón”. Después de que Hirose dijera esto, Takasato sonrió suavemente.

Hirose se sorprendió. Aunque fuera una débil sonrisa, sintió como que Takasato
recientemente estuviera siendo más. Su madre había dicho esas cosas, pero Hirose no
pensaba que Takasato fuera carente de sentimientos o que no pensara en nada. Era que tan
solo no tenía a nadie a quien le pudiera expresar sus sentimientos y pensamientos… había
pasado lo mismo en la casa.

El crepúsculo llenaba toda la habitación. Hirose prendió las luces cuando la ventana que
había brillado tanto se volvió más oscura.

“No hay nada aquí. Debas haberte aburrido, ¿no?” dijo Hirose, pero Takasato sacudió la
cabeza. Hirose miró el libro que él sostenía en sus manos y descubrió que había estado
mirando un álbum en el Macizo Guayánico.

“¿Lo estabas mirando? Muy bonito, ¿no?”

Takasato asintió.

“Realmente me gustaría ir a verlo en persona”, dijo Hirose mientras cambiaba.

Takasato respondió, “Sí”.

“¿También te parece?”

“Sí”. Asintió, y luego dijo. “Quiero ir al Monte Roraima”.

“Ah, ¿te refieres al lugar con el Valle de los Cristales?”

Takasato sonrió levemente. “El lugar con el Laberinto de Rocas”.

104
“¿El Laberinto de Rocas?”.

Hirose se agachó y se inclinó delante de donde estaba sentado Takasato y miró las páginas
del libro. Vio las imágenes de las áreas que Takasato denominó Laberinto de Rocas que
habían sido fotografiadas desde arriba. La formación de las extrañas rocas y grietas eran
como un laberinto. Debido a la escala era pequeña, pero en realidad, era un laberinto
gigante del tamaño de decenas de Tokio Dome.

“…se siente tan familiar…” murmuró Takasato en voz baja. Hirose se asomó para ver su
rostro.

“¿Estás hablando del laberinto?”

Takasato asintió pasivamente. “Las vistas del Macizo Guayánico daban esa sensación…
Creo que podría llamarse un déjà-vu.

“¿Te refieres a eso? ¿El lugar donde desapareciste misteriosamente?”

“No lo sé”. Takasato sacudió la cabeza. “Sigo pensando en eso, pero no puedo entenderlo”.

Escuchando la voz de Takasato con incertidumbre, Hirose se forzó a decir, con un tono
optimista “No te desanimes. Llegará el día en que lo recuerdes”.

Takasato quería sonreírle a Hirose, pero al final, no tuvo éxito en mostrar una sonrisa en su
rostro.

“Takasato, no voy a ayudarte a darle vueltas al asunto”.

“Siento que tengo que recordarlo. Sigo pensando en que si no lo hago pronto, va a suceder
algo que no puede recuperarse de…”

Hirose arrugó la frente, sin saber que decir.

“Siento como si hubiese olvidado una promesa extremadamente importante, y es una


promesa que nunca debe olvidarse”.

Hirose colocó en silencio la camisa en una percha, y luego abrió el armario y la guardó.
Cuando estuvo a punto de cerrar el armario, descubrió a Takasato mirando hacia esa
dirección. Estaba mirando la parte inferior del armario con una mirada asombrada.

Él utilizó la parte superior del armario para colgar la ropa, y tenía estantes en la parte
inferior para almacenar libros. Takasato miró la estantería, como si nunca hubiera visto una
antes. Ambos se miraron y Takasato preguntó “¿Puedo echar un vistazo?”

“Adelante” Hirose se apartó del camino de Takasato.

105
Había dos pequeñas estanterías en el lado izquierdo del armario. Hirose las usaba para
almacenar los libros de los que no podía deshacerse. Había estado viviendo ahí desde que
empezó la universidad, y aunque había sido hace cuatro años, todavía quedaba un espacio
vacío en el estante.

Takasato miró la estantería, pero no miraba las contratapas de los libros. En cambio, señaló
a su interior. Hirose miró donde él estaba señalando, y colgado en la pared de atrás había
una pintura.

“Ah… Gotou-san pintó eso para mí”. Montada en un marco bastante suave, la acuarela a la
vista, pintada con los apagados colores de un embellecido estilo. En un campo lleno de
florecientes flores blancas, había un claro río agitando y salpicando, y a lo lejos había un
puente casi transparente.

Esto es algo que Gotou le había pintado cuando él le contó la historia de ese mundo. Gotou
había utilizado un lápiz para esbozar una visión general y le preguntó a Hirose, “¿Es este
tipo de sentimiento?” Hirose le había dicho que quería esa pintura, así que Gotou le había
agregado color ese día y creó esta pintura extremadamente suave y multicolor.

“¿Por qué la cuelga ahí?”

Hirose sonrió y señaló a una lámpara de escritorio junto al estante más bajo.

“Cuando dormimos, ¿no solemos poner los futones en línea recta?” Hirose dobló el brazo
de manera en que estuviera perpendicular al armario, y luego señaló al armario. “Así que
pongo mi almohada aquí, y puedo leer con tan solo prender la lámpara. Se ve como el
estudio de un haragán. No es una mala idea, ¿no es verdad?”

Después de que Hirose terminara de hablar, Takasato sonrió y asintió.

“¿Qué te gustaría comer, Takasato?” preguntó Hirose mientras ponía la camisa en el


lavarropas en el balcón. Takasato ladeó la cabeza con asombro, mientras Hirose señalaba la
camisa que Takasato llevaba puesta, queriendo decir que él quería que Takasato se la
quitara así la podría lavar con la suya.

“Cualquier cosa está bien”.

“¿Te gusta algo en particular?”

“No hay nada que no pueda comer”.

“¡Genial!” Hirose giró el grifo del agua para el lavarropas y luego vertió algo de jabón.
Takasato se cambió a algo más cómodo y asomó la cabeza por la ventana.

106
“No necesito más esto. Tengo un uniforme de repuesto en mi bolso”.

“Ya veo”, dijo Hirose mientras indicaba el tacho de basura en el balcón. En realidad, una
vez que la camisa se mancha de sangre, no es tarea fácil lavarla, por no mencionar el hecho
de que la camisa estaba rasgada en varios lugares. Con las habilidades domésticas de
Hirose, sintió que no había forma de que pudiera regresar la camisa a su estado original, por
lo que se sintió aliviado al oír las palabras de Takasato. Takasato destapó el tacho de la
basura y luego miró a Hirose con desconcierto.

Hirose lo encontró peculiar y cuando miró dentro del tacho de la basura, vio su propia
camisa que había sido arrojada ahí durante el día. …había sido manchada por su sangrado
de nariz, por lo que no tenía ganas de volverla a usar.

“Que curioso”, dijo Hirose en voz baja. Takasato bajó la cabeza en forma de disculpa.

7
En lo profundo de la noche, el sonido del mar podía oírse desde la habitación de Hirose. A
Hirose le gustaba oír estos sonidos. Esa noche, también podía escuchar los débiles ruidos de
la respiración que parecían acompañar el auge y la caída de las olas.

La lámpara ya se había apagado. El brillo de la luna que se reflejaba en la presa inundaba la


totalidad de la habitación a oscuras. Hirose giró la cabeza y vio el rostro dormido de
Takasato. Él había previsto, que Takasato usara la cama de invierno, le dio una manta para
tomar su lugar en el futón de verano. Si él no había estado en la casa de nadie, entonces esa
era la primera vez que dormía fuera de casa… además de la excursión.

Para ser honesto, esta era la primera vez que Hirose dejaba que alguien se quedara en su
casa. Nunca le había gustado tener a otra persona en su dormitorio. Sin embargo, esto no
era algo que pudiera sacar y decir directamente, así que no era como si parado en la puerta
espantara a los visitantes, pero una vez alguien entró, y sintió un gran malestar. Si alguien
quisiera darle a esto un nombre, probablemente sería fobia a los visitantes. Tenía una
ansiedad irracional donde le preocupaba que alguien se quedara por un largo tiempo, o no
se fuera una vez adentro. Por un lado, tenía miedo de que se quedaran, y por el otro temía
que todo fuera un lío. Pero si se le preguntara cual era exactamente el problema, incluso
Hirose mismo no lo tendría en claro.

Así que, sin importar que, nunca dejaba que otras personas se quedaran. Aunque si permitía
que entraran, definitivamente no estaría bien con ellos si se quedaban. Era incluso lo mismo
con su padre y su madre. Él les dejaba entrar, pero definitivamente no les dejaba pasar la
noche. Sería mejor decir que no podía hacer frente a ese tipo de temor y malestar, más que
decir que no le gustaba, pero puesto que era así, Hirose a menudo era tachado de raro.

Desde que tenía memoria, a Hirose no le gustaba vivir un período de tiempo largo con otras
personas, sin importar cuanto se conocieran, por ejemplo: sus padres o un amante. Al pasar

107
el tiempo, comenzaría a sentirse incómodo. No era que no le gustara la otra persona, pero
una vez que se sintiera así, él realmente necesitaría encontrar algún momento y lugar donde
pudiera estar solo. Cuando estaba en la casa de otro y comenzaba a sentirse impaciente, él
simplemente necesita salir y regresar a su propia casa, pero cuando alguien más estaba en
su casa él no podía exigir muy bien que se fueran a sus casas por cuenta propia. ¿Qué era
exactamente lo que le pasaba? Incluso a Hirose le extrañaría esto.

Por lo tanto, era absolutamente impresionante que hubiera invitado a alguien a quedarse
con él. Hirose no pudo evitar sacar una sonrisa irónica. También tenía muy en claro el
hecho de que esta estancia sería por un tiempo largo.

Hirose se dio vuelta. …él conocía la razón.

Hirose no le tenía miedo a Takasato. Takasato no daba lugar a la inquietud de Hirose, y el


no convertiría todo en un lío. Si alguien quisiera cambiarlo para sonar más sentimental,
entonces era porque Takasato era su compatriota. Ni Takasato ni Hirose eran personas de
acá. Al menos, ese era el sentimiento de Hirose, por lo que sabía que Takasato no
convertiría todo en un lío.

¿Qué era todo exactamente? Pensó Hirose. ¿Tenía mucho que ver con la fantasía de perder
su tierra nativa?

Después de casi quedarse dormido, Hirose se despertó otra vez. Mantuvo en línea los
pensamientos que tuvo cuando estaba medio dormido, que todavía había mucho que pensar,
que todavía había mucho que considerar, y aún no quería dormirse.

Cuando estuvo a punto de dormirse pensando en eso, sintió repentinamente que había
alguien respirando cerca. ¿Quién era? pensó Hirose, un poco sorprendido, pero de
inmediato recordó que Takasato dormía a su lado. Por supuesto, Takasato está durmiendo
acá. Después, estaba encaminándose al sueño nuevamente cuando oyó los pasos de alguien.
Esta vez se despertó completamente.

¿Se había levantado Takasato? ¿No podía conciliar el sueño porque no estaba
acostumbrado? Hirose quería darse vuelta y mirar, pero descubrió que no podía mover el
cuerpo. No podía ni siquiera mover sus pies ni manos, incluso respirar se volvió difícil.
Cada respiro tomaba mucho tiempo para llevarse acabo.

(Frrp), el sonido de los pies cercanos arrastrándose. Escuchó el sonido de los pies
arrastrándose sobre el tatami. Hizo su mejor esfuerzo para girar y ver desde donde provenía
el ruido, pero incluso cambiar su línea de visión era utilizar una tremenda fuerza. Aún
yaciendo en el piso boca arriba, incapaz de moverse, Hirose no podía ver los pasos que
escuchaba. Trató mirar a su alrededor, pero aún realizar esta acción lo hacía transpirar.
¿Era esto como se sentía la tan llamada parálisis de sueño? Hirose finalmente pensó en
eso.

(Frrp), el sonido de los pies. El sonido de pies estaba extremadamente distante. Incluso
usando toda la fuerza que podía utilizar en un movimiento de giro, no había manera de que

108
pudiera girar la cabeza ni siquiera un poco. Arrastre, el sonido de los pies nuevamente con
la sensación de tener a alguien respirando cerca. Podía sentir la presencia de alguien en la
periferia de su campo de visión, el que no podía cambiar sin importar cuanto lo intentara. Si
solo pudiera girar la cabeza un solo centímetro, entonces podría saber quien era.

(Frrp, frrp, frrp…) El sonido de algo deslizándose a lo largo del tatami. Y luego, en un
instante todos los sonidos se detuvieron. El ambiente regresó a la quietud.

Hirose seguí persistiendo en hallar la fuente del sonido. La transpiración de su frente se


deslizó a su sien. Se apoderó de todas sus fuerzas para mover el cuello. Tan solo un poco
más. Solo necesito un poco más.

Utilizó la fuerza de todo su cuerpo, casi asfixiándose, mientras la línea de visión finalmente
se movía con gran dificultad hacia el área de donde provenía la respiración. Aún así, solo
pudo ver la parte superior de la ventana a través de la cual brillaba la luz de la luna. En la
esquina de su campo de visión, él pudo ver la figura de una persona dormida a su lado.

¿Había sido Takasato? ¿Era Takasato que se había levantado y luego acostado? Justo
cuando pensaba en eso, en la esquina de su vista, vio algo blanco moverse. Él sabía que
eran dedos blancos.

Los dedos blancos se movían en la periferia de su visión, tratando de tocar el rostro del
durmiente Takasato. La mano se abrió paso junto a Hirose, ya que iba a acariciar a
Takasato. El brazo blanco apareció en su totalidad mientras abrazaba suavemente el cuello
de Takasato. Hirose contuvo el aliento al girar la cabeza. Finalmente pudo ver a simple
vista la imagen.

El brazo blanco que abrazaba el cuello de Takasato estaba lleno de marcas, y se notaba de
inmediato que era el brazo de una mujer. Se extendía desde el otro lado de Takasato. Esa
área no era muy baja, y parecía que alguien estaba durmiendo en ese espacio que él no veía,
pero, Hirose sabía que ese no era el caso.

Justo entonces, un rostro apareció del otro lado del perfil de Takasato cuando Hirose estaba
viendo.

Hirose lo miró directamente y vio que era el de una mujer. Ella había revelado la parte
superior de su rostro para ver a Hirose. Hirose quería gritar, pero eso produjo calambres en
su estómago siendo incapaz de hacer sonido alguno. No tenía forma de cerrar los ojos, y no
podía girar la cabeza. Debido a que la habitación estaba a oscuras, no fue capaz de
distinguir la mayoría los rasgos faciales de la mujer, pero esos ojos redondos bien abiertos
miraban a Hirose.

De pronto, Hirose sintió oír una voz.

¿Es usted enemigo del rey?

109
Antes de que pudiera reaccionar a lo que ella dijo, con un silbido, el rostro apareció ante los
ojos de Hirose. La fuerza rugía de sus grandes ojos redondos parecían estar queriendo
penetrar los suyos, y él podía percibir el olor del mar. Hirose gritó en silencio, y como si
todo su cuerpo convulsionara, las restricciones fueron liberadas de su cuerpo y éste saltó.
Al mismo tiempo, el brazo y la cabeza se echaron hacia atrás más rápido de lo que los ojos
de Hirose pudieron seguir.

Como se inclinó hacia adelante para alcanzarlo, el brazo y la cabeza parecieron estar a
punto de ser absorbidos por el tatami. El brazo que se mostraba hasta el codo y la cabeza de
la mujer que mostraba solo la porción superior del rostro de la mujer… y aquellos ojos
redondos… se hicieron más delgados hasta paf, desaparecer. Ella desapareció como si se
hubiera dejado caer en el tatami.

Hirose estaba aterrorizado mientras jadeaba. La transpiración caía continuamente hasta el


mentón y goteaba sobre el tatami. Esa presencia ya no estaba ahí. Todo lo que quedaba era
el frío tatami y Takasato profundamente dormido.

Un Hirose sorprendido permaneció mirando en dirección a lo sucedido. Pensó en lo que


acababa de ver. Era una mujer. Parecía tener cabellos largos y ojos como un pez o reptil,
esos ojos redondos. Despedía un fuerte olor a agua de mar. Sintió como si fuera su
respiración más que su olor. Él no había visto su nariz, o quizás no tenía una. Tampoco
había visto el resto de ella, ni sus labios, cuello u hombros. Fue de esta manera que se
hundió en el tatami.

Hirose cubrió su rostro con las manos y secó la transpiración que seguía goteando. Miró a
Takasato, quién aún dormía y parecía no haber sido afectado por lo ocurrido en lo absoluto.

Hirose se abrazó con los brazos. Su transpiración pronto se volvió fría, y los escalofríos
penetraron su cuerpo. La piel de gallina de sus brazos ya había aparecido.

Hirose acomodó el futón de verano, se acostó y se lo puso sobre la cabeza. Cerró los ojos y
no pensó en nada. Con todo su corazón, quería conciliar el sueño.

***
***

Un chico en su camino de regreso a casa después de la escuela se encuentra con una mujer
en el camino del crepúsculo. Ella tenía un rostro lleno de preocupación. El chico la saludó
amablemente y ella preguntó, “¿Conoces el ki?”

“No”, respondió el chico, y luego la mujer desapareció sin hacer ruido.

110
Un hombre vio a una mujer en medio de su trabajo como repartidor. Detuvo en auto para
preguntar por direcciones, sin saber siquiera que la mujer le había hecho una pregunta,
“¿Conoces el ki?”

“Mi memoria no es de lo mejor”, respondió el hombre. La mujer desapareció, con un


zumbido, entre las grietas de un muro cercano.

Un taxista estaba levantando a una joven mujer en medio de la noche. Puso en marcha el
contador, comenzó a manejar el auto, preguntándole a la mujer adónde quería ir. La mujer
le preguntó: “¿Conoces a Taiki?”

“No conozco ese lugar. ¿Es el nombre de alguna tienda?” preguntó el conductor, meneando
la cabeza. El hombre perplejo, quería saber adonde iba la mujer, y le preguntó varias veces,
pero la mujer no dijo mucho más. No habían pasado ni cinco minutos cuando ella dejó de
responder. El conductor se dio vuelta, pero la mujer ya había desaparecido.

Cuando una mujer esperaba en la plataforma al último tren, una mujer joven se le acercó y
se puso a conversar. “¿Conoces a Taki?” preguntó.

“Tengo una amiga con ese nombre”, le respondió.

La otra mujer se veía extremadamente feliz y preguntó, “¿Dónde reside esta amiga?”

La mujer le dio la dirección de su amiga a la joven, quien hizo una profunda reverencia y
luego saltó de la plataforma haciendo como si fuera a cruzar las vías. La mujer lanzó un
grito de pánico para que la otra se detuviera antes de que el último tren entrara a la estación.
Después de que el tren pasara por encima de la mujer más joven puso los frenos de
emergencia, pero ella ya había desaparecido sin dejar rastro, sin rastros de que el accidente
hubiera sucedido.

Una mujer estaba en su dormitorio a punto de dormir cuando vio la silueta de un animal
extraño en la esquina. Era del tamaño de un perro y solo tenía un ojo. Ella no sabía de
donde había venido esa bestia, pero una vez que entró en su habitación caminó junto a su
almohada. La mujer gritó de horror y se levantó, ya que una joven estaba parada junto a su

111
cama. La joven parecía preocupada mientras le acariciaba el rostro, en silencio dijo: “Es
diferente”, antes de desaparecer.

Mientras se desvanecía, la otra mujer pudo oír una voz junta a su oído decir: “¿Conoces el
ki?”

La mujer se dio vuelta. Era como si la bestia hablase. Sumamente asustada, ella meneó la
cabeza, diciendo: “No sé”. La bestia agachó la cabeza y se zambulló en el suelo,
desapareciendo.

Tarde en la noche, un grupo de hombres iban conduciendo a toda velocidad por el camino.
Al ver a una mujer en las afueras de la ciudad, detuvieron el coche y entablaron una
conversación. “¿Necesitas que te llevemos?” le preguntaron.

La mujer asintió con la cabeza, luego se metió en el auto y les preguntó: “¿Conocen el ki?”

Estaba claro que los hombres no habían oído un nombre así antes, mientras intercambiaban
miradas de un entendimiento tácito, respondieron, “Lo conocemos”.

“¿Dónde está él?” preguntó la mujer.

“Te llevaremos con él”, respondieron, y dirigieron el auto hacia el mar.

Cuando llegaron allí, la mujer preguntó de nuevo, “¿Dónde está el ki?”

Los hombres no respondieron cuando empezaron a poner sus manos sobre el cuerpo de la
mujer. Entonces la cabeza de un perro se materializó fuera del asiento trasero, y tenía un
solo ojo. El perro mordió a los hombres y luego desapareció junto a la mujer. De los tres
hombres, dos de ellos resultaron heridos. A uno, no tenía nada más allá de su muñeca.
Buscaron por todo el auto, pero no pudieron encontrar su mano.

Durante el día, un niño estaba jugando en el parque, en el momento en que no había nadie
más allí. Mientras cavaba en la arena, un perro sacó la cabeza de debajo de la arena, y éste
tenía un solo ojo. El niño estaba tan asustado que no podía moverse. El perro salió
completamente de la arena y siguiéndolo, una bestia aún más grande. El niño nunca había
visto algo parecido. Ambos animales hablaron en voz alta antes de desaparecer en medio
del aire. Un pequeño hoyo quedó en el fondo del cajón de arena.

112
Una mujer apareció en el extremo derecho de una habitación del cuarto piso de un
complejo de departamentos. Salió de la pared y le preguntó a un adolescente que estaba
sentado frente a su escritorio, “¿Conoces el ki?” El adolescente estaba aterrorizado y no
pudo decir nada. La mujer pareció triste cuando desapareció en la pared de la que acababa
de salir.

Después de un rato, la mujer apareció en la segunda a última habitación en el extremo


derecho de la cuarta planta. El niño de la habitación, que acababa de cumplir tres años,
abrió los ojos ampliamente. Los dos se miraron, pero la mujer no dijo nada y desapareció
en la pared opuesta. Cuando lo hizo, el niño comenzó a llorar como si hubiera sido
quemado.

Después de un rato algo más tarde, la mujer apareció en la tercera a última habitación del
extremo derecho. Una anciana frente a su altar budista se asustó y echó sus cuentas budistas
encima. En ese momento, un perro apareció como una ráfaga y le mordió la pierna. La
mujer desapareció, pero la profunda mordida se mantuvo en la pierna de la anciana.

113
Capítulo 6
Hirose fue despertado por el sonido de un ruidoso despertador. Cuando abrió los ojos, vio
que Takasato ya se había levantado y estaba sentado junto a la ventana, mirando el camino
de cemento.

“Buenos días…” dijo Hirose y Takasato sonrió y respondió con un buenos días.
“Realmente te despertaste temprano. ¿Cuándo te levantaste?”

“Recién”.

Su cuerpo se sentía pesado, Hirose se incorporó lentamente.

“¿Dormiste bien?” preguntó Hirose mientras se levantaba.

Takasato asintió y dijo “Sí”

“Probablemente no estés acostumbrado a dormir en la casa de otros, ¿eh?” preguntó Hirose.

Takasato ladeó la cabeza diciendo, “De hecho, fue mejor que dormir en casa”.

“¿De verdad?”

“Podía oír el sonido de las olas”. Hirose asintió y Takasato sonrió. “Me dormí oyendo las
olas”.

“Ya veo”, dijo Hirose mientras se levantaba para lavarse la cara. Con la mente confundida
como si fuera envuelta por una delgada niebla, intentó decidir si los eventos de la noche
anterior habían sido reales o un sueño.

…no había sido un sueño.

Llegó a esta conclusión mientras se limpiaba la cara con una toalla, y cuando volvió a la
habitación de seis tatamis de ancho, Takasato ya había terminado de doblar el futón.

“Siento molestarte”.

“En lo absoluto”, Takasato sonrió mientras estiraba su mano para tomar el uniforme que
estaba colgado en el dintel.

“Takasato”, lo llamó Hirose. Takasato se detuvo y lo miró. “Creo que por ahora, sería
mejor que no volviera a la escuela”.

Takasato lo miró, Hirose sonrió secamente.

“Siento que es lo mejor esperar hasta que esos idiotas se hayan calmado”.

114
Pensó que el agitado estado de ánimo de los estudiantes debería haberse calmado un poco
un poco por el incidente de ayer. No sería gran cosa si el resentimiento que se levantó por
el horrible fin de Iwaki y las otras muertes asociadas con Takasato fueran puramente una
excepción, o si esto solo agregara otro negativo rumor, pero el shock de haber matado
personalmente a uno de sus compañeros causó que perdieran el control de sus emociones.
Utilizaron la posibilidad de colgar a Takasato para disminuir el shock en sus mentes. El
pasar de una noche debería ser suficiente tiempo para calmarlos, y deberían tener tiempo
más que suficiente ahora considerando si lo que habían hecho estaba bien o mal.

…y entonces, entendería lo horrible que fue.

Seguramente comprenderían que si lastimaban a Takasato, verían los resultados de la


venganza. Seguramente se darían cuenta que no podrían salir bien de haber empujado a
Takasato por la ventana.

Quizás por detectar el punto de vista de Hirose, Takasato asintió, y mientras él lo hacía,
suspiró levemente.

Dando vueltas por delante de las puertas de la escuela había dos o tres personas que
probablemente tuvieran algo que ver con la radio o la televisión, pero en comparación con
ayer, el número obviamente había disminuido. Aún faltaba un poco para que comenzaran
las clases, y el patio interior antes de que los estudiantes asistieran a clases estaba en
silencio.

La reunión matutina de todos los días comenzó treinta minutos antes de lo usual. Los
rostros de los miembros del comité tenían un color bastante extraño. El director trasmitió
con severidad que tenían que calmar la agitación en la mente de los estudiantes lo más
pronto posible y reacomodar horario de la escuela como pudiesen. En cuanto al accidente
de anteayer, se había producido simplemente debido a los errores de los directamente
involucrados, y por lo tanto, prohibió la transmisión de rumores irresponsables.

La formación como educador de Hirose terminaría pasado mañana. El día siguiente, un


viernes, y en el día siguiente a ese, un sábado, se ajustarían los planes establecidos y
procederían con la publicación de la investigación. Después de la reunión de esa mañana,
los futuros docentes se reunieron en la sala de descanso, y los directivos de la escuela
pidieron firmemente que, aunque el período de entrenamiento hubiese terminado, no se
hablaría inapropiadamente.

En su regreso al salón de química luego de escuchar el anuncio, un miembro del comité lo


llamó frente a la oficina.

115
“¿Es usted Hirose sensei?” Era un miembro del comité femenino ya pasada la adultez. Su
rostro lleno de pómulos trasmitía una mirada de angustia intensa. “¿Puedo pedirle que le
trasmita esto a Gotou sensei? Son las notificaciones faltantes”.

El tutor de segundo año estaba en medio de una reunión. Hirose asintió tomó el memo. En
el pequeño pedazo de papel figuraban seis nombres. Había nombres solo en la parte
superior, sin razón de sus ausencias. Entre ellos seguramente estaban aquellos que temían
volver a la escuela y se reportaron enfermos, pero no se podía asumir que este era el caso
para todo ellos.

Hirose regresó al salón de química y esperó a Gotou. Le entregó el papel una vez que
regresó de la reunión. Gotou frunció el ceño, pero no dijo nada en particular.

“También voy a dejar que Takasato se tome algunos días libre”.

Respecto a eso, Gotou tampoco dijo nada, y se limitó a asentir débilmente.

Hirose caminó con Gotou al aula.

“Está tan tranquilo”. Aunque el primer timbre ya había sonado, la escuela estaba
sorprendentemente calma. Gotou se detuvo y miró a su alrededor.

“Ah, que sensación desagradable”.

El clamor de los estudiantes no se oía en la escuela. En la quietud, más allá de donde los
ojos podían ver, parecía haber ruido de conmoción. Era un ruido de olas, como si crearan
un sinnúmero de tenues voces.

“Parece que todos están extremadamente nerviosos…”

“Quizás”.

Por ninguna razón, Hirose y Gotou también hablaban en voz baja. La ansiedad permanecía
en la escuela y presionaba fuertemente sobre la gente. No había forma de romper de manera
casual este tipo de silencio.

En toda la escuela, la clase 2-6 estaba aún más solitaria e inmóvil. Todos los estudiantes
debían estar en el aula, y además, cada uno de ellos parecía estar conteniendo la
respiración, sin hacer sonido alguno. Mientras Hirose se preguntaba si abrir la puerta o no,
Gotou levantó la mano. Suspiró y abrió la puerta, poniendo cara de que no pasaba nada.
Repentinamente, la atmósfera de la habitación cambió, y los ojos de los estudiantes lo
miraron.

116
“¿Qué pasa? ¿Por qué están tan tranquilos?” Gotou miró a toda la clase. Alrededor de un
tercio de los asientos estaban vacíos. “Pocos ausentes. Hirose, pasa lista”.

Gotou dijo aquello con su usual fuerte y claro tono de voz, y Hirose asintió a regañadientes.
Se acercó al podio y llamó los nombres. Cuando llegó al nombre de Tsuiki, obtuvo una
respuesta y no pudo evitar mirar. Vio ese rostro que no había visto en mucho tiempo.

Después de que terminó, descubrió que un total de once alumnos estaban ausentes.
Aquellos con notificaciones de ausencia, incluyendo a Takasato, eran siete. Los restantes
cuatro no habían contactado a la escuela por sus propios medios.

“Hirose”, lo llamó Gotou. Hirose asintió y bajó del podio. Gotou se paró junto al podio y
encuestó a la clase. “La escuela no los va a castigar. Sin embargo, no ser castigados no
significa que lo que hicieron simplemente desaparecerá. Este asunto está concluyendo
como un accidente.

El aula entera se llenó de una atmósfera de alivio.

“Takasato admitió que se cayó por no haber sido cuidadoso… Ustedes, piensen bien en
eso”

Al oír eso, los estudiantes apartaron concientemente la vista. Gotou suspiró levemente. El
ambiente del aula no cambió en absoluto. No había forma de que las palabras de Gotou
hubieran aliviado la ansiedad en los corazones de los estudiantes.

Por supuesto, pensó Hirose. Los corazones de los estudiantes estaban acurrucados por el
miedo extremo. El nerviosismo en el aula surgió de manera natural por el miedo. A lo que
le temían no era el castigo de los directivos de la escuela, sino de la venganza directa por
haber herido a Takasato. Eso era a lo único a lo que le tenían miedo.

2
Gotou dijo que tenía que ir a la oficina a hacer algunas llamadas, por lo que Hirose volvió
al salón de química por su cuenta. No tenía clases en el primer período. Miró
distraídamente la libreta de entrenamiento en la que había escrito, y después de un rato,
Gotou regresó. Cuando entró en el salón de química, se desplomó sobre la silla como si
estuviera paralizado y Hirose le entregó una taza de café que había preparado.

“¿Cómo fue? ¿No hiciste llamadas a las casas de los estudiantes ausentes?” preguntó
Hirose. Gotou exhaló un profundo suspiro.

“Tres de ellos fueron lastimados en accidentes. Cuatro están tomando el día por
enfermedad, dijeron tener dolores de cabeza o estómago. Los otros tres no dieron detalles”.

De manera que algo sucedió, reflexionó Hirose para sí. “¿Cuál es la situación de los que
resultaron lastimados?”

117
“Uno de ellos cayó del balcón de su casa y solo sufrió heridas menores, por lo que no fue
nada serio. Otro se cayó en el espacio entre la plataforma y el tren, obteniendo solo unos
pocos rasguños. El otro se cayó por las escaleras y está en el hospital por fracturas de
huesos complejas”.

Todos ellos habían caído desde algún lugar, al igual que Takasato por la ventana. Hirose
tuvo una profunda reacción por esto.

“Hirose ¿cómo lo ves?”

Al oír la pregunta de Gotou, Hirose lo miró”.

“¿Crees que es la maldición de Takasato?”

A Hirose lo tomó desprevenido. Dudó por un rato, y luego respondió honestamente. “Creo
que si fueron por accidente…”

Gotou sacó una sonrisa burlona. “Si lo dices así parece que no creyeras que fueron solo
accidentes”.

Hirose asintió. “Mi intuición natural me dice que Takasato es inocente. Él no es ese tipo de
persona, incluso habiendo sufrido tanto”.

“A veces quienes sufren tanto, arremeten violentamente por un instante”, interrumpió


Gotou.

“Entiendo eso. Pero no usaría ese tipo de métodos violentos. Pienso que no es la clase de
persona que desearía la muerte o el sufrimiento de las personas”.

“¿Por qué?”

Hirose habló en un tono tranquilo y confiado. “Porque él es así”.

Gotou levantó las cejas mientras miraba a Hirose.

“Gotou-san, usted dijo que yo sería capaz de entender a Takasato, y estoy bastante seguro
de que puedo. Takasato es alguien que perdió su tierra natal”.

“¿Perdió… su tierra natal?”

“Takasato no recuerda que pasó cuando despareció misteriosamente. Pero se dice a sí


mismo, que ese lugar lo hizo sentir muy feliz. Igual que yo. Las ilusiones se apoderaron de
nosotros por igual”.

Gotou permaneció en silencio e instó a Hirose a que continuara, sin decir una palabra.

118
“Nuestras ilusiones son que en este mundo no deberíamos existir. Cuando estoy en
desacuerdo con el mundo, no hay forma de que odie al mundo. …al menos, es algo que no
me atrevo a hacer. Anteriormente pensé, ¿Por qué es así? ¿Por qué las cosas no son más
suaves y fáciles para mí? Me dije a mí mismo que debía ser porque no era de este mundo,
así que no me puedo mezclar en este mundo. Esto siempre estuvo muy forzado”.

“Hm.”

“Solo hay una cosa que deseo y esa es regresar a mi hogar. Desde que era un niño, siempre
he discutido con mi madre, pero nunca deseé su muerte. Simplemente pensé, quiero volver,
y eso es todo”.

“¿No crees que es algo que todo el mundo haya pensado antes?” preguntó Gotou. “No son
solo ustedes. Cuando era joven pensé lo mismo. Aunque, para ser honesto, antes, realmente
odiaba a la gente. En silencio, llamé a los otros bastardos, tantas veces, incontables”.

Hirose suspiró. “Lo entiendo, pero nuestra situación es un poco diferente. Una vez estuve al
borde de la muerte. En ese momento, estaba seguro de haber visto esas llanuras. En mi
corazón, era definitivamente real. Takasato estuvo perdido un año de su vida. No importa si
realmente hubiera desaparecido por un año o que ese año hubiera desaparecido de su
memoria. Ese pudo ser un tipo de ilusión, pero esta no es una ilusión sin fundamento. Y
además, estas ilusiones nos permiten hacer frente a la realidad, nos permiten primero que
nada tener las intenciones de huir”.

Gotou miró fijamente a Hirose e inmediatamente miró hacia otro lado y murmuró para sí:
“¿Así que esto no es una cuestión de que está en el interior y que en el exterior?”

“¿Interior y exterior?”

“Ah, no importa”.

“Incluso si estos accidentes tienen algo que ver con la caída de Takasato, no tienen nada
que ver con su deseo particular. Tan solo es…”

Hirose hizo una pausa. ¿Cuál sería la mejor forma de abordar el tema? El brazo blanco que
de pronto aparecía alrededor de Takasato. La inusual mujer que vio la noche anterior.
Aunque sabía muy claramente que había estado cara a cara con esa mujer, no creía que
Gotou fuera capaz de entenderlo.

Algo, que se mantenía junto a Takasato, existía. ¿Esa eso lo que administraba los actos de
venganza una y otra vez, y no era Takasato? ¿Era la mano que agarró la pierna de Tsuiki de
la mujer?

Hirose se quedó consumido en la contemplación, esta vez, mirando el techo. Gotou habló.

“¿Cuánto más crees que serán heridos?”

119
“¿El número de personas o el grado de las lesiones?”

“Ambos”.

Hirose suspiró. Basándose en ejemplos: Tsuiki solo había sacado a colación el tema de la
desaparición misteriosa y Hashigami solo había incitado a Takasato. Como resultado,
ambos dos habían sufrido venganzas de gran grado. Incluso sin considerar la muerte de
Iwaki, Hirose ya podía imaginar que el grado de la venganza, sería incomparablemente
extraordinario.

“Creo que quizás todos los que estuvieron ahí en su momento van a sufrir algún castigo. En
términos de gravedad de las heridas, serán extremadamente brutales”.

“¿Cómo la de Iwaki?” Por el tono de Gotou podía entenderse que no había otra alternativa.
Hirose no se atrevió a responder fácilmente. “Ellos realmente se sobrepasaron, lo admito.
Sin embargo, estaban muy alterados. Cuando las personas en un grupo comienzan a perder
el control, aquellos involucrados no tienen forma de contenerlo. Digamos que se
contuvieron, entonces a veces se volvería más peligroso. Hirose, probablemente tú lo
entiendes, ¿verdad?”

Hirose sacudió la cabeza. Podía entender el análisis de Gotou, pero no podía aceptarlo. Ese
algo que estaba junto a Takasato probablemente no evaluara todo tan cuidadosamente.
Justo como las acciones que se tomaron en contra de Iwaki, esto no parecía tener
misericordia, pena o corazón.

Gotou miró a Hirose como si estuviera esperando el veredicto. Hirose sacudió la cabeza
nuevamente. Gotou exhaló un profundo suspiro, y luego un largo silencio.

“…temo por Takasato, Hirose”, dijo Gotou con voz aislada.

Al oírlo, Hirose levantó apresuradamente la cabeza. Se quedó mirando al estático Gotou,


quien miraba el cielo raso.

“En el salón de química, existe una gran variedad de personas que van y vienen. Incluso si
algunas de ellas actúan extraño no hay duda de que son humanas. Pero Takasato… no lo sé.
Realmente no puedo analizar el verdadero rostro de Takasato. Es en la medida de que no sé
lo que está pensando. ¿O es que no piensa nada en absoluto? Es demasiado anormal. Siendo
honesto, me hace sentir incómodo”.

“Gotou-san”

“¿Es extraño oírme decir estas cosas?”

“Mucho”

Gotou sonrió ligeramente. Después se recostó poco a poco en la silla y observó el techo.

120
“Ya veo”

“¿Qué cosa?”

“No recuerdo cuando ocurrió. Probablemente fue en el comienzo del primer período.
Después de la escuela, estaba paseando por el patio de la escuela y pasé junto a la entrada
de un aula”. Gotou hizo una breve pausa “…el cielo ya había comenzado a oscurecerse.
Alguien permanecía en el aula, y esa persona era Takasato. Estaba a punto de llamarlo, pero
no pude pronunciar sonido alguno. Fue porque había visto algo extraño”.

Hirose sintió su corazón latir más rápidamente.

“Takasato estaba sentado en su propio asiento, y había algo junto a su mano”.

“¿Qué… era?”

Gotou asintió, y luego se paró para abrir la taquilla de la cual sacó un cuaderno de bocetos.
Pasó las páginas buscó un dibujo en ella, dejando que Hirose lo viera.

Las brutas líneas fueron dibujadas a lápiz, y habían sido coloreadas en acuarela. Sin
embargo, no podía decir que era. Incluso el esquema tenía varias zonas vacías, no
comunicaba ninguna forma.

“Me concentré lo más que pude, pero aún no sé lo que era. Sabía que debía haber algo ahí,
pero no podía decir que era. El tamaño de esa cosa era tan grande como el de un perro, y
estaba agachado a los pies de Takasato. Esa es toda la impresión que tengo en la cabeza”.

Hirose miró el dibujo y le hizo pensar en el dibujo que había hecho Takasato.

“Después de que volví aquí, lo dibujé inmediatamente, pero al final solo dibuje eso. No
puedo captar su forma”.

Hirose simplemente se limitó a asentir continuamente.

“Sentí que esa cosa estaba acurrucada junto al pie de Takasato, y Takasato tan solo miraba
por la ventana. Entonces un brazo apareció de las oscuras zonas del escritorio”.

Una vez más, su corazón latió fuertemente como si estuviera a punto de emerger por su
garganta.

“Era el brazo blanco de una mujer, no había duda alguna. Parecía estar desnudo hasta el
antebrazo, al brazo de una mujer tallado en mármol. Apareció por la parte superior del
escritorio. Descansó sobre la mesa mientras intentaba tomar la mano de Takasato. Sin
embargo, tanto bajo la mesa como en el escritorio no podían verse ninguna forma humana”.

Era esa mujer, pensó Hirose. ¿Qué nunca había visto ciertas sombras en el aula? ¿No era
eso lo que Gotou estaba mencionando?

121
“Takasato no parece ver el brazo. Sin embargo, estaba sonriendo. En el momento en el que
el brazo hizo contacto con él, estaba definitivamente sonriendo. El brazo inmediatamente re
retrajo, y al mismo tiempo, lo que estaba junto a su pie se hundió en el suelo”.

Hirose no dijo nada.

“Honestamente, estoy muy contento de que te hayas interesado por Takasato. Tenía miedo
de que si yo me dejara llevar por todo esto, no podría soportarlo”.

Hirose no respondió, y Gotou sonrió con amargura, diciendo “Yo pensé que, si tú
escuchabas la historia de la desaparición misteriosa, ¿te habrías interesado por Takasato?
Yo no puedo entenderlo. Su pasado es demasiado confuso, y eso me hace sentir
incómodo… Pero sentí que tú quizás tendrías un tipo diferente de respuesta”.

Hirose se limitó a asentir.

“¿O también le temes a Takasato?” preguntó. Hirose sacudió la cabeza.

“No. Nunca pensé en eso”. Al decir esto, Hirose, por alguna razón, sonrió. “Takasato y yo
pertenecemos al mismo mundo. Creo que de toda la gente que he encontrado, él es mi única
compañía”.

Gotou no dijo nada. Excepto que en el momento en que Hirose dijo esas cosas, su rostro
reveló una expresión extremadamente complicada. Hirose le dedicó una mirada curiosa,
pero él negó con la cabeza. Como si de repente hubiera perdido interés en el tema, se
levantó.

“¿Gotou-san?”

Gotou no lo miró. Se limpió las manos con la toalla a la cintura, y luego se dirigió
silenciosamente al caballete. Cruzó los brazos y miró por encima del lienzo.

Hirose suspiró, y cuando abrió su libreta de entrenamiento, Gotou finalmente habló.

“Hirose ¿puedes hacer algo mal educado por mí?”

3
El segundo período de ese día era de química, y fue una clase compartida entre los cursos
2-5 y 2-6. Durante el recreo el representante de la clase 5 fue a preguntar sobre las
instrucciones de la clase. Hirose le informó que la clase siguiente iban a usar el laboratorio,
y al mismo tiempo, le pidió al representante que se lo comunicara a la clase 6. Luego, él
mismo fue al laboratorio y se paró junto a la ventana, mirando el campo de deportes.

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Cerca del campo de deportes había un pequeño montículo de arena. Los ramos de flores ya
no podían verse allí. Iwaki había tenido química, y antes de que la clase comenzara, Gotou
le había pedido que lo ayudara a dibujar una línea. Dibujó una larga línea en la lista de
asistencia sobre Iwaki. Esto significaba que nunca volvería a asistir a clases. Hirose usó un
bolígrafo y una regla para dibujar la línea, y por alguna razón, pensó en el toque de esa
mano. Al mismo tiempo, pensó que después del período entrenamiento terminara, iría a la
casa de Iwaki y prendería un incienso para él. Debido al lío que se había producido
previamente, Hirose no había sido capaz de asistir al funeral de Iwaki.

Los estudiantes de la clase 5 llegaron un poco después, y con su ayuda, Hirose comenzó
con los preparativos previos a los experimentos. Justo cuando los utensilios estuvieron
listos, la campana de clases sonó, pero ninguno de la clase 6 se presentó.

Hirose se sintió incómodo. “Voy a ver lo que está pasando” le dijo Hirose a Gotou.

Pero Gotou le respondió, “Iré yo mismo”. Y luego salió del laboratorio. Hirose escribió el
procedimiento en la pizarra, pero estaba muy distraído. Después de que terminó de escribir,
Gotou trajo solo cinco alumnos con él, uno de los cuales era Tsuiki.

“Hirose, ven aquí un minuto”. Hirose fue llamado al salón de química por Gotou.

“¿Qué está pasando? ¿Dónde está el resto de los estudiantes?” preguntó Hirose en voz baja.
Gotou también respondió en voz baja.

“Es un boicot. Dijeron que hay cosas muy peligrosas en el laboratorio. No quieren venir”.

Al escuchar eso, supo que tenían miedo de la venganza.

“Cuando fui, todo lo que vi fue a Tsuiki parado fuera del aula, como si hubiera sido echado
de allí. Los sermoneé en voz alta, ¿Realmente se van a saltear la clase? Pero solo pocos
salieron. Es resto está boicoteando”.

“¿Qué hacemos?” preguntó Hirose. Sin saber que hacer, Gotou suspiró.

“Por hoy, ¿por qué no solo lo dejamos pasar?…no hay otra forma”.

Hirose solo pudo asentir.

Excluyendo a Iwaki, había diecisiete alumnos de la clase 6 que tenían química. Los otros
veintidós habían elegido biología. Cuando necesitaban utilizar el aula, se había arreglado
que biología tomaría lugar en el aula 5, y química en la 6, por lo que, biología debía estar
teniendo lugar en el aula de la clase 5 o en el laboratorio de biología. Entre los dieciocho
estudiantes que tenían química, solo cinco se presentaron en el laboratorio. Luego teniendo

123
en cuenta que otros cinco habían faltado, un total de siete estudiantes permanecieron el
aula.

Mientras Hirose procedía con las instrucciones para el experimento, pensó en ello. Luego,
repentinamente, un intenso ruido se escuchó desde algún lugar. Era el sonido de personas
gritando fuertemente. Hirose y Gotou detuvieron a los alumnos que se levantaban para
correr hasta el pasillo. El gimnasio estaba justo frente a las ventanas del pasillo, y se podía
ver a la derecha del edificio de clases. Puede haber sido la clase de gimnasia. Alumnos y
sus respectivos profesores se habían reunido frente a la puerta del gimnasio. Todos estaban
mirando hacia arriba y gritando continuamente. Cuando Hirose siguió las líneas de sus
miradas, no pudo evitar jadear. Vio varias figuras en el techo del edificio.

Hirose se sintió mareado e inmediatamente se agarró del marco de la ventana. Quería


apartar la mirada, pero no pudo.

Las uniformadas figuras estaban perfectamente alineadas en el borde del techo, como si
solo una ráfaga de viento pudiera hacer que perdieran el equilibrio y hacerlas caer en
picada.

La entrada al techo siempre había estado prohibida para todos los estudiantes, por lo que no
había barandilla para que hiciera una separación allí. En ese agitado momento, ya no era
importante como habían abierto la serie de candados para abrir la puerta. Los estudiantes
alineados parecían haber sido atados entre sí con una soga. Aunque viéndolos desde lejos,
puedo ver que se trataba de las corbatas que formaban parte del uniforme. Hirose
inconscientemente contó el número, y cuando llegó a siete, estuvo seguro que se trataba de
los alumnos de la clase 2-6.

¡No! Gritó internamente. ¡Tenemos que detenerlos! ¡Debemos! ¡Necesitamos pensar una
forma de salvarlos! Pero ¿qué podemos hacer? No había tiempo. No había nada que
Hirose pudiera hacer. Incluso si corría hacia allí justo en ese instante, sería demasiado
tarde. ¿Qué había que hacer? ¿Qué podía hacerse?

La ansiedad en su corazón congeló todo su cuerpo. Todo lo que podía hacer era mirar a esas
siete personas. Se sintió mareado, y su corazón que latía incesantemente le hizo sentir que
se ahogaba.

Entre los estudiantes que, como escultura, estaban originalmente inmóviles, uno, que estaba
en la izquierda, de pronto se movió. Los pensamientos de Hirose dieron un brinco, y luego
su mente se puso en blanco. Ese chico perdió el balance como si hubiera sido empujado
desde atrás. Hirose lo escuchó gritar algo, y el resto de los estudiantes que habían sido
atados con sus corbatas, se balancearon con él como una gran ola que se eleva. ¡Ah!, pensó
Hirose. Después suspiró, no sabía que decir. No pudo evitar cerrar los ojos, y no tenía la
intención de cubrirse los oídos, pero todos los gritos a su alrededor se desvanecieron para
él.

Cuando abrió nuevamente los ojos, ya no podía ver figura alguna en el techo.

124
Hirose no pudo recordar la conmoción que surgió después del incidente, mientras pasó ese
confuso instante. Cuando regresó en sí, descubrió que estaba aturdido, sentado en el salón
de química.

Sintió como que hubiera soñado despierto y luego despertado repentinamente. Su sentido
de realidad era muy delicado, y lo único que podía entender era que no estaba soñando.

Además de Hirose, no había nadie más en el salón de química. ¿Dónde se había ido Gotou?
De pronto recordó que estaba en el medio de preguntar que había pasado. Y luego pensó,
¿por qué no me llamaron hasta allí? Luego recordó que Gotou lo vio a punto de perder el
conocimiento, por lo que le ordenó que se quedara y descansara.

Partes de su memoria continuaron llegando, y contenida entre ellas, en su mente: siete


personas alineadas en el techo, el resto de los estudiantes mirándolos, sus corbatas grises
que ataban sus muñecas, el laboratorio que se había convertido en un pánico, la
ambulancia, la policía, los estudiantes que habían sido conducidos fuera de las puertas de la
escuela, los gritos, el alboroto, los tres que murieron en la escena, los cuatro que estaban
gravemente heridos…

Hirose se tomó la cabeza, y un sollozo sonido llegó a la parte superior de su garganta. No


tenía medios para detener el alza de dolor que brotaba, debido a que una pregunta
repentinamente llegó a su cabeza.

¿Cómo podía decirle a Takasato?

¿Cuál era la mejor forma de decirle? Takasato mismo debía de saber que algo iba a
suceder. Debió haber tenido una idea de ello. Porque, en ese instante cuando Takasato se
cayó por la ventana, los acontecimientos de hoy, ciertamente ya habían ocurrido. Aunque
este fuera el caso ¿cómo iba a hablarle de la tragedia?

Durante un tiempo, Hirose buscó en su mente las palabras adecuadas, y luego una risa se le
escapó. Su estado de ánimo estaba totalmente inclinado hacia Takasato, porque le
importaba más Takasato que los otros siete estudiantes, incluso a pesar de que los siete
estudiantes que habían saltado del techo, aún había cuatro que actualmente se debatían
entre la vida y la muerte.

La sonrisa en su rostro se volvió amarga. Todo lo que Hirose podía hacer era continuar
sonriendo amargamente para sí mismo.

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Hirose no volvió a casa hasta después de las nueve. Takasato estaba sentado junto a la
ventana con un libro en su regazo. Sin embargo, sus ojos miraban fuera de la ventana.

“Bienvenido”

El sonido de su saludo era reservado y tieso. Hirose intentó lo más que pudo pensar en algo
apropiado que decir, pero no pudo. Titubeó un rato, por lo que Takasato habló de nuevo.

“Volviste muy tarde”.

“Sí…”

“¿Hubo… una reunión?” preguntó Takasato forzadamente. Parecía pensativo. Hirose


pensó, Él lo sabe. Sabía que la venganza sucedería.

Hirose asintió y señaló el exterior. “¿Por qué no vamos a comer? Probablemente estés
hambriento”.

Se dirigieron a una cafetería abierta hasta tarde y consiguieron algo para comer. Hirose
realmente no tenía apetito y Takasato parecía estar igual. En el camino de regreso, Hirose le
preguntó a Takasato si quería pasear. Una luna había salido y una fuerte brisa provocaba
que las nubes se movieran.

Estaban caminando por el camino junto a la presa, y después de un rato, llegaron a la


amplia boca del río. El río era ancho, pero después de un largo período de sedimentación,
los sedimentos habían hecho que el agua fluyera solo por la mitad del área del río.
Probablemente también tuviera algo que ver la marea baja de ese día. La oscura agua se
deslizaba por el barro negro que parecía tener la mitad del ancho del río. Cerca o lejos, el
agua del mar se veía oscura. La reluciente agua fluía sobre el brillante lodo.

“¿Cuántas personas… murieron?” preguntó Takasato mientas permanecía de pie en la parte


superior de la presa, mirando el mar.

“Al final, fueron cinco. Los otros dos aún están en coma, aunque dicen que es solo cuestión
de tiempo”.

“¿Qué pasó?”

“No lo sé”.

“¿Fue un accidente?” preguntó Takasato. Hirose negó con la cabeza.

“No lo sé realmente. Por alguna razón, los alumnos que se habían negado a ir a las clases de
química y se quedaron en el salón, de un momento a otro, saltaron del techo. La distancia
de allí hasta abajo es de cuatro pisos, probablemente doce metros o incluso más. Tres
murieron allí, y el resto quedó inconsciente, sin siquiera despertar en ningún momento. Uno
de ellos murió así, sin abrir los ojos. Nadie sabe lo que pasó en realidad”.

126
“Se supone que no se puede subir al techo”.

“Sí. Pero lo vi yo mismo, y parecía que la puerta estaba abierta. En cuanto a por qué estaba
abierta, eso nadie lo sabe”.

“¿Realmente saltaron por su cuenta?”

Hirose suspiró. Una brisa sopló y se llevó su aliento, deslizándose desde la parte superior
hacia el barro negro.

“Lo vi con mis propios ojos, Takasato, el momento en el que saltaron con sus cuerpos en
posición vertical. Hubo muchos más que presenciaron la escena. Parecía como si algo los
hubiera empujado, pero no podía verse nadie más. En cuanto a toda esta situación, solo
puede decirse que se trataba de un suicidio colectivo”.

Takasato se quedó en silencio por un momento. La húmeda brisa pasaba suavemente sobre
el mar nocturno. El movimiento del aire era muy rápido, fue entonces que recordó a alguien
diciendo algo acerca de un frente de presión baja.

“¿Fueron solo siete personas?”

“Otros tres salieron heridos, pero no tuvieron heridas serias. Supongo que fueron solo
siete”. Por ahora. Hirose se tragó esas palabras con fuerza.

“¿Fue todo culpa mía?” Era una voz tranquila y solitaria.

“No fue por tu culpa”.

“Si hubiera huido, nada habría pasado”.

Hirose lo miró. Takasato estaba mirando más allá de la presa.

“Si me hubiera resistido fuertemente y escapado de ellos, entonces quizás nada hubiera
ocurrido. Si no me hubiera dejado empujar obedientemente, si hubiera peleado y corrido,
entonces nada hubiera sucedido. Si lo hubiera hecho, entonces al menos podría haber…”

“No creo que pudieras haber corrido lejos de ellos”.

“Pero…”

“Incluso si hubieras escapado, a lo sumo habrías salido golpeado. Al igual que el maestro
estudiante X, quien habría ido y tratado de detenerlos”, dijo Hirose. A Takasato se le
escapó una leve sonrisa, la cual inmediatamente desapareció.

“Sin importar que, la situación no hubiera cambiado. No fue tu culpa”.

127
Ellos habían dicho que tenían miedo de ir a la clase en el laboratorio, que había muchísimas
cosas peligrosas, por lo que se negaron a ir a clase. Al igual que los mecheros Bunsen o los
químicos, había demasiadas cosas con las que un pequeño error podría tornarse en
accidente.

Cuando Gotou fue a buscar a los estudiantes, vio a Tsuiki de pie, solo, en el pasillo. Tsuiki
ya lo había verificado previamente. Había dicho que, cuando un alumno de la clase 5 llegó
para decirles que la clase sería en el laboratorio, y se levantó para ir, ninguno de los otros se
movió. Se quedó parado en la puerta mirándolos y preguntando: “¿No van a ir al
laboratorio?” Entonces fue empujado fuera del aula y le cerraron la puerta. Y así fue que
quedó parado afuera en el pasillo, esperando ver que alguno saliera.

También había dicho, que el estudiante que lo empujó fuera del aula le dijo: “No estabas
allí. Considérate afortunado”.

El día en el que empujaron a Takasato, Tsuiki no estaba allí. El hecho de que le temiera a
Takasato y se hubiera negado a ir a la escuela había salvado la vida de Tsuiki. Pensar en
ello, era irónico. Muy irónico.

Originalmente, Tsuiki había sido el que había hecho la ofensa, y el resto de ellos los
testigos. Fue debido a que Tsuiki lo ofendió anteriormente, que no había herido a Takasato
más cruelmente. Y aquellos que sí habían herido a Takasato aún más se suponían ser solo
testigos. Debido a que estaban atemorizados, se mantuvieron lejos del laboratorio, pero
aquellos que fueron al laboratorio se salvaron. Fueron aquellos, cuyas mentes estaban llenas
de ansiedad, los que saltaron del techo.

Takasato habló en voz baja. “Es mi culpa”.

“No, no lo es”, dijo Hirose.

Takasato descansó sus brazos sobre la presa y llevó el rostro entre ellos. “Si tan solo no
hubiera vuelto”.

“Takasato”. Hirose dijo su nombre para confortarlo, pero aún así bajó la cabeza.

“Si tan solo me hubiera ido, entonces esto no habría sucedido. Si no hubiera vuelto, sería
mejor para todos, pero yo…”

Esa era la verdad, por lo que Hirose no dijo nada en respuesta. Pensó, para Takasato,
hubiera sido mejor si no hubiera vuelto. Para Takasato ‘ese lugar’ era donde sentía que
pertenecía. Si hubiera podido permanecer en ‘ese lugar’ por siempre, entonces no tendría
que haber sufrido estas dificultades.

El viento soplaba fuerte y el sonido del mar se elevaba con regularidad. Mientras ellos se
perdían en sus pensamientos, la luna y las estrellas habían desaparecido. Sobre el mar
oscuro, el cielo de la noche sin luz se extendía. La noche era profunda y densa, y uno podía
oler que la lluvia se acercaba. Allí, los dos simplemente estaban respirando en silencio.

128
5
“…Oye Takasato”. Hirose estaba apoyado contra la columna y sentado sobre el futón.
Takasato estaba sentado junto a la ventana y miraba hacia afuera entre las cortinas.

Después de que llegaran a la casa, tomase un baño y extendiese el futón, se preparó para
dormir, pero no tenía sueño en lo más mínimo. Los acontecimientos diarios estaban
ajustando cuentas en Hirose, y su agotamiento mental era peor que el de su cuerpo. Aunque
así era, el sueño no podía acogerlo en absoluto. Tenía muy en claro que las razones de esto
eran que sus nervios estaban alterados y su sueño estaba inquieto.

Hirose se sentó inexpresivamente sin comprender. Mirando por la ventana, Takasato


también parecía estar aturdido.

“Takasato ¿crees en fantasmas o monstruos?”

Takasato sacudió la cabeza. “No. Pero si habla de cosas fuera de lo común, entonces…”

“Ese brazo ¿lo viste al cuando desapareciste misteriosamente?”

“Sí”.

“Entonces ¿qué hay de la atmósfera?” Hirose preguntó más. Pronto Takasato frunció el
ceño. “¿Has sentido una extraña atmósfera?”

Takasato miró a Hirose, y luego pareció estar pensando en algo.

“He visto algo extraño antes. Estaba a tu lado”. Hirose forzó una sonrisa. “Era un brazo
blanco. Y además había una sombra extraña. No los vi muy claramente, pero creo que hay
algo extraño cerca de ti”. Después de decir esto, Hirose mostró una sonrisa amarga.

“Qué problemático. Yo nunca habría creído este tipo de cosas” Hirose miró a Takasato,
quien lo observaba con la cabeza ligeramente inclinada. “Me pregunté si habías sido
poseído por algo”.

Los ojos de Takasato se abrieron aún más.

“El que está maldito no eres tú, sino esa cosa”.

La mano blanca que había sostenido la pierna de Tsuiki, sea lo que fuere, que había
atravesado la palma de Hashigami con un clavo, además, lo que sea, que había sustituido a
Hashigami como soporte para la pierna en la pelea a caballitos y esa extraña mancha que
Hirose había visto cuando murió Iwaki. No importaba qué, todos eran sucesos anormales.
Eran cosas que no pertenecían a este mundo, cuyas existencias no podían explicarse a
través del conocimiento común.

129
“…hay un grifo”, dijo Takasato repentinamente. Hirose lo miró desconcertado. “No sé muy
bien como decirlo, pero lo llamo grifo. Es como un perro grande… o quizás más grande. Es
como de este alto y a veces vuela, así que creo que tiene alas. Es por eso que lo llamo
grifo”.

“¿Lo has visto antes?” preguntó Hirose. Takasato sacudió la cabeza.

“A veces siento una presencia junto a mi. Realmente es solo una sensación. A veces siento
que hay una criatura a mi lado que parece un perro. Ha estado allí desde que era chico, y al
principio pensé que solo estaba siendo paranoico”.

Takasato rió suavemente.

“Siempre se agacha cerca de mis pies, como un perro manso. En algunas ocasiones siento
que grita ¡Ah! Pero cuando miro no veo nada. No sé a donde se va tan de repente. De vez
en cuando siento que veo algo como una sombra, pero la mayoría del tiempo no la veo.
¿…no estaba allí cuando me encontré con el sensei después de la escuela?”

“Sí”.

“Cuando usted me estuvo haciendo todas esas preguntas, estuvo allí. Cuando entró en el
aula, miró en dirección a donde había desaparecido, por lo que pensé que otras personas
además de mí podían sentirlo”.

La sombra que había desaparecido en algún lugar del salón de clases.

“Era como mantener un perro en secreto. Incluso había sido divertido”, dijo Takasato con
una leve sonrisa, antes de que esa alegre expresión se le borrara casi inmediatamente. “A
veces siento la atmósfera de una persona. Hay una presencia de persona y es como si
quisiera tocarme. El olor del mar siempre acompaña esos momentos… lo llamo Murgen”.

“¿Murgen?” Hirose nunca había oído ese nombre antes.

“¿Sabe algo acerca de las sirenas? En el siglo sexto, hubo una sirena que fue atrapada por
los humanos. Más tarde, desde que fue bautizada se convirtió en una santa. Su nombre era
Murgen”.

“Oh…”

“Cuando me siento triste, Murgen y el grifo aparecen y acarician gentilmente mis hombros
o frotan sus cuerpos contra mis piernas. Creo que me reconfortan”.

Para cuando terminó, su voz era temblorosa.

130
“Pero ¿por qué?” Por primera vez, su vos generalmente tranquila estaba llena de emoción.
Se llevó consigo los fuertes sentimientos de Takasato. “Estaba agradecido con Iwaki. De
verdad”.

“Lo sé”

“Pero ¿cómo terminó en eso?”

Naturalmente, Hirose no pudo responder a eso.

“¿Por qué hacen algo como eso? Nunca me habían lastimado antes, solo me habían
consolado. Pensé que eran mis compañeros”.

Esas palabras no eran dirigidas a Hirose. Takasato se había dado cuenta de la causa y el
efecto de la situación en su totalidad, esa conexión innegable entre la presencia que
aparecía junto a él y los desafortunados accidentes que se producían con frecuencia.

“¿Por qué lo dejaron morir?”

A igual que los guardaespaldas, pensó Hirose. Pero guardaespaldas bastante maliciosos. Al
igual que el amor de una madre sobre protectora, usaban esos métodos para proteger a
Takasato. Sin misericordia, eliminaban a aquellos que hubieran herido a Takasato. Lo que
les importaba más no era que Takasato hubiera resultado herido, sino como juzgaban eso.
Habían determinado que Iwaki era el enemigo de Takasato, y por eso se eliminó a Iwaki.

Finalmente comprendió la situación real, pensó Hirose. El verdadero carácter de las cosas
a las que llamaban maldición. Era necesario separarlos de Takasato, o sino Takasato se
vería obligado a enfrentar ese dilema tarde o temprano. No era algo que estuviera muy
lejos. Todavía nada más había ocurrido a la mitad de los estudiantes que habían empujado a
Takasato, pero si Tsuiki y Hashigami, quienes solo habían sacado a colación un tema
desagradable, habían sufrido tal grado de castigo, entonces no había forma de que dejaran a
los otros estudiantes ir en paz y concluir de esa manera.

…Sin embargo, ¿qué podía hacerse?

Esa noche se levantó un fuerte viento. Las olas retumbaron incesantemente. Hirose yacía en
la habitación a oscuras, dando vueltas sin poder dormir. Por la atmósfera que sentía, sabía
que Takasato, quien dormía junto a él, también tardó en dormirse.

Avanzada la noche, justo cuando Hirose comenzaba a dormir, oyó lo que pareció ser la voz
de una mujer junto a su oído.

¿…Es usted enemigo del rey?

131
Hirose respondió algo.

¿Qué respondió? Hirose pensó mucho una y otra vez después de haberse levantado, pero no
podía recordar.

***
****

Un hombre y una mujer estaban de pie sobre una presa, contemplando el mar de noche.

El hombre guardó silencio, y la mujer hablaba para sí misma. Todo lo que ella decía sonaba
a charlatanería, pero en realidad, oculto en sus palabras había un grado de sarcasmo
intenso. Parecía que la mujer intentaba provocar al hombre, y el no tenía ningún interés en
tratar con ella.

Fue entonces que el suave plaf se escuchó de algo chapoteando en el barro.

Sonaba como un pequeño pez saltando sobre el barro. El hombre revisó el área bajo la
presa, pero solo había lodo pegajoso allí. No pudo ver al pez en un lugar tan oscuro como
ese, pero movido por la curiosidad miró en varias direcciones. Como era de esperarse, no
vio nada en la superficie del barro. La mujer seguía farfullando. Quizás estaba echando
humos por dentro, mientras su tono se volvía evidentemente sarcástico.

El hombre se aferró a la presa con las manos, y una vez más se oyó un sonido, glup. Esta
vez se oyó como si algo se hundiera en el lodo. La mujer finalmente se calló.

“¿Un pez?” preguntó ella, mientras observaba el área que estaba bajo la presa.

“Me pregunto si será una anguila”.

¿Cómo podría ser? Antes de que la mujer pudiera responder, llegó otro glup desde abajo.

Glup, glup, glup. Plaf.

El hombre frunció el ceño. De repente el olor a marea se volvió muy fuerte. El sonido no se
detuvo; continuó hasta oírse el sonido de algo que se retorcía sobre la superficie del barro.
Si los sonidos eran causados por anguilas, debería haber suficientes de ellas para cubrir
toda la superficie del barro.

“¿Qué es…?”

“No lo sé” susurró el hombre mientras agitaba su mano hacia la mujer para que retrocediera
un paso, pero ni una sola vez movió su campo de visión de la presa. Sorbo, seguido por el
sonido de alguien lamiéndose los labios. Pequeñas olas se formaron en el lodo estancado.

Había algo allí.

132
Había pequeñas e innumerables formas.

El hombre miró fijamente. Un misterioso rayo brilló desde el barro, y todo comenzó a
retorcerse. Un grupo de algo surgió del área debajo de ellos. Como el hombre inclinó el
cuerpo con mucho cuidado para mirar, la mujer lanzó un grito reprimido.

“¡Mira!”

El hombre miró hacia atrás a toda prisa y vio que el rostro de la mujer estaba congelado
mientras se asomaba a la superficie del mar. Mirando hacia donde ella estaba mirando, él
tampoco pudo apartar sus ojos del mar. En el medio del agua fangosa del mar, algo en el
centro del río se elevó como una isla, como si estuviera siendo rajado.

Ambos no estaban a más de doscientos metros de la masa oscura, que se veía como el
caparazón de una tortuga gigante. Quizás era porque había flotado debajo de la suciedad o
porque la hinchada sombra negra se parecía un cerro redondo de barro que el montículo
parecía estar en el medio de una rápida disolución debido al continuo goteo del fango.

“¿Qué es eso?”

El olor del mar se volvió más espeso. El sonido bajo sus pies se volvió más fuerte. Estaba
claro que algo se acercaba. El sonido se acercó poco a poco hasta llegar a estar junto a sus
oídos, como si estuviera a punto de saltar desde debajo de la presa.

Repentinamente el hombre agarró el brazo de la mujer y empujó su cuerpo, comenzó a


correr como si estuviera rebotando. Empujaba lejos de allí al cuerpo de la mujer que no
podía reaccionar debido al fuerte shock. Miraba detrás suyo mientras regresaba a la
carretera junto a la presa.

Después de correr diez pasos, miró atrás y todo lo que pudo ver fue algo negro. Podía ver
un brillo viscoso como el del barro. Había trepado la presa y hecho el sonido de plaf plaf,
mientras goteaba sobre la carretera. La mujer se detuvo en seco, y el hombre también se
detuvo. Esa cosa de barro cruzó la carretera haciendo desagradables sonidos y pasó sobre
una pendiente de hormigón. Bajó hacia la casa que estaba debajo de la presa y se deslizó
entre las varillas doradas haciéndose más espesa y creando una marca negra.

Percibiendo algo diferente, el hombre se dio vuelta y vio que la cosa que habían visto en la
desembocadura del río estaba a punto de hundirse en el barro. Todo lo que vio fue que esa
cosa se convertía en una ondulación de lodo, y después desaparecía baja el fango. Al final,
lo único que quedó fue la tersa superficie del mar de barro.

El hombre miró nuevamente en dirección del camino. El camino estaba pavimentado con
concreto y no asfalto, solo quedaban los trazos que la cosa de barro dejó atrás mientras se
arrastraba.

133
“¿Qué fue esa cosa de hace un momento?” El hombre quería mirar la huella de barro en el
suelo y seguir caminando, pero la mujer lo agarró del brazo. Ella negó con la cabeza,
indicándole al hombre para que no fuera. El hombre la miró, luego miro los trazos de lodo,
y entonces asintió con la cabeza suavemente.

Todo a su alrededor era el fuerte olor a mar.

“Regresemos”, dijo el hombre con determinación. Era una advertencia instintiva. Era mejor
no acercarse a esa cosa. Si realmente quería darle un vistazo más de cerca, no sería
demasiado tarde esperar hasta el día siguiente. Sería mejor regresar y confirmar que lo que
vieron en la oscuridad se había ido y que el día estuviera luminoso, donde nada pudiera
ocultarse.

Los dos comenzaron a correr rápidamente. El olor al mar los siguió de cerca como un
tentáculo pegado, y con ello incluido el abrumador hedor de la marea.

134
Capítulo 7
Cuando Hirose llegó a la escuela temprano en la mañana, vio una multitud de personas
relacionadas con los medios de comunicación frente a las puertas del edificio. Había más
ahora que cuando ocurrió el incidente con Iwaki.

Todavía faltaba un tiempo para que los estudiantes llegaran a la escuela. Ellos tuvieron
suerte de encontrar a un puñado de alumnos y profesores parados frente a la puerta del
edificio. Todos los profesores a los que agarraban agachaban la cabeza y se apresuraban
para alejarse, mientras forzadamente llamaban a los estudiantes que habían sido agarrados
al igual que ellos y los hacían entrar a la escuela. Tal vez fuera la falta de buen juicio que
los estudiantes que entraban se vieran decepcionados. Mientras eran forzados a entrar a los
terrenos de la escuela, miraban a los periodistas con gran interés.

Hirose se detuvo en un lugar donde podía ver las puertas de la escuela. Al ver la situación
en la entrada, solo pudo suspirar. No quería que se le hicieran preguntas absurdas, por lo
que giró y caminó un tramo corto, hasta otro lugar donde se podía ver la puerta trasera. Sin
embargo, todo el alrededor de la puerta trasera estaba rodeado de gente. Contó a simple
vista y vio que había menos personas de este lado. Justo cuando estaba a punto de empezar
a caminar oyó el suave sonido de una bocina de coche detrás suyo.

Mirando hacia atrás vio a Totoki sentado en el interior del auto. “¿Necesitas que te lleve?”

“Por favor, eso sería grandioso”. Hirose hizo una pequeña reverencia y entró en pequeño
auto blanco detenido a un lado. Una vez que estuvo adentró dejó salir un suspiro.

“Que duro período de entrenamiento”, dijo Totoki riéndose.

“…Sí”

“Pero terminará mañana. Tengo un poco de envidia”.

“Supongo”, dijo Hirose sonriendo con ironía. Totoki también sonrió y llevó al coche a la
derecha. Puso el guiñe del auto para girar a la derecha y esperó a que la luz roja fuera
verde.

“¿Tu cuerpo está bien?”

“En su mayoría, tengo algunos moretones aquí y allá”.

Totoki sonrió y asintió con la cabeza. Al ver que el semáforo había cambiado, condujo
mientras decía en voz baja, “Oí que a los profesores que ayer fueron a ver a los estudiantes
al hospital, los periodistas les hicieron preguntas acerca de cosas extrañas”.

“¿Cosas extrañas?”

135
“Sí. Preguntaron sobre los rumores de un accidente que involucraba a un estudiante que
había caído del segundo piso y si ese estudiante había venido”.

“Pero ese incidente…” Fue acordado como incidente. Los diarios y la televisión lo
ignoraban.

“Probablemente lo oyeron de algún otro lado. Continúan insistiendo, preguntando donde


está la casa de Takasato”.

Totoki manejó hasta la entrada trasera, tocó la bocina para dispersar a los medios de
comunicación que se habían reunido en la puerta y fueron directamente a la escuela.

“Continúan preguntando si realmente fue un accidente. Parece que están centrando toda su
atención allí. Incluso podrían plantear incidentes relacionados a los estudiantes heridos.
Deberías tener cuidado”.

“Lo haré”.

Totoki estacionó el auto en el terreno junto a la entrada trasera, y sonrió diciendo, “Si no te
has dado por vencido para entonces, puedo llevarte después de la escuela, ya que los
alrededores de la escuela están infestados por este ejército de hormigas”.

Hirose sonrió y asintió vagamente. “Por favor, si no es mucha molestia”.

Hirose y Totoki caminaron a la oficina juntos y encontraron que ésta estaba envuelta en una
extraña atmósfera. Los profesores estaban dispersos en la oficina en pequeños grupos,
manteniéndose cerca unos a otros. Todos estaban alterados y eso se veía en sus rostros.
Hirose recorrió con la mirada la oficina entera, y después de ver a Gotou de pie en un
rincón, caminó hacia él.

“Buenos días. ¿…qué es lo que ha estado sucediendo?”

Gotou levantó la mano suavemente, y luego, viéndose afligido, susurró. “Las noticias
deportivas traen un extraño reporte. Es una aglutinación del incidente de ayer y todos los
incidentes juntos, diciendo algo sobre una maldición”.

Hirose sabía que su rostro se había puesto pálido. Totoki se inclinó con interés.

“¿Una maldición?”

No podían estar hablando de Takasato, ¿o sí? Hirose le preguntó con la mirada. Gotou lo
negó.

136
“Me parece que escucharon sobre el incidente de Takasato y lo ocurrido en el viaje de
campo. Incluso han pensado en Ikuta-san.” Gotou sonrió con amargura. “Están juntando
todo, como si temieran que la situación no fuera lo suficientemente mala, escribiendo
acerca de una escuela maldita o algo parecido. Incluso escriben que las personas
involucradas dicen que es una maldición y que están asustadas”.

Totoki hizo un ruido de sobresalto. “¿Las personas involucradas?”

“Creo que hablan de mí o de Totoki sensei”.

Los ojos de Totoki se abrieron en sorpresa, y lego sonrió con ironía. “No sabía que yo
mismo estaba tan asustado”.

“Yo tampoco”, sonrió Gotou, y luego su rostro se endureció. “Que problemático. Ayer, el
hospital fue un lío por todos esos”.

“Así parece”.

“Las situaciones dan lugar a más situaciones. No es de extrañar, ya que el incidente con
Iwaki acaba de suceder. Y entonces, creo que hubieron esos pequeños incidentes que
ocurrieron ayer”.

“¿Ayer?”

“Sí. Hubo nueve en nuestra clase que, si no bajaban las escaleras, entonces caían de un
puente peatonal, lo que condujo a unas cuantas ausencias. Creo que no hay forma de que
podamos dar clases hoy”. Mientras decía eso, Gotou le dirigió la mirada a Hirose, y justo
entonces entró el director.

La hora de inicio de clases fue retrasada, y las reuniones de la mañana fueron llevadas a
cabo para toda la escuela. Según el director, respecto a los siete que habían saltado del
techo, seis de ellos ya estaban muertos.

Hirose se dirigió a la sala de clases para llevar a cabo una reunión de la mañana y en el aula
había una situación lúgubre. Seis personas habían muerto, y una estaba inconsciente. Desde
anteayer hasta esta mañana, hubo doce estudiantes ausentes por un accidente, y cuatro que
llamaron por enfermedad. Había solo dieciséis estudiantes sentados en el aula, mirando
nerviosamente.

Las dos semanas de entrenamiento estaban por terminar. El currículum de estudio del
maestro estudiante estaba forzado en su aplicación, pero la mayoría de los otros cursos
fueron dejados a los estudiantes en estudio por cuenta propia. Según el plan ya establecido,
durante el quinto período Hirose fue al primer año de ciencias clase 1, pero en las mentes

137
de la mayoría de los profesores que habían ido a mirar y las de los estudiantes no estaban
allí.

Cuando Hirose regresó al salón de química después de que el currículum de estudio hubiese
terminado, el teléfono sonó. Era una notificación de que el último estudiante en el hospital
había muerto mientras estaba en estado de coma.

2
Gotou colgó el teléfono y abatido se puso la mano en la frente. No sabía muy bien cómo
decirle a Hirose, y por lo tanto miró en silencio su espalda.

“Hirose”, dijo en voz baja, mirando la espalda de Hirose. “Realmente no me gusta la


sensación de tenerle miedo a Takasato. Pero, después de esto, no puedo evitarlo más”.

La espalda de Hirose todavía daba a Gotou, cuando asintió con la cabeza.

“Detestar a Takasato es mucho más fácil. Siete personas. Siete”

“Todavía no podemos decir con seguridad que Takasato lo esté haciendo”.

Gotou giró la cabeza. “Tú dijiste antes que Takasato maldecía a los demás”.

Hirose sacudió la cabeza. “Solo dije que Takasato y las represalias estaban conectados.
Primero que nada, esto no es necesariamente venganza. Podría ser suicidio”.

“¿Y sus motivaciones?”

“De vez en cuando ni aquellos que se suicidan lo saben. Hay quienes buscan la muerte por
pequeños motivos, como ser la burla de quienes los rodean”.

“¿Realmente crees lo que estás diciendo?”

Siendo observado por Gotou, Hirose bajó la cabeza. “…no es Takasato, Gotou-san”.

Después de que Hirose dijera eso, los ojos de Gotou parpadearon en duda.

“Takasato no es quien maldice a la gente. Es esa cosa que usted vio anteriormente”.

Gotou miró a Hirose, y luego hacia la taquilla donde guardaba los cuadernos con sus
bocetos. “¿…te estás refiriendo a eso?”

“Sí. No sé lo que son. Se han encariñado con Takasato y están constantemente


protegiéndolo. No conozco la razón”.

“No sé si llamaría a eso protección”.

138
“Sus métodos son los equivocados, pero sus intenciones son muy evidentes. Están
protegiendo a Takasato a su manera. Son menos tolerantes aún con quienes identifican
como enemigos de Takasato. Creo que utilizan la venganza para lograr la protección”.

“Entonces”, Gotou murmuró. “Entonces ¿nunca le harán daño a Takasato?”

“Probablemente”.

“Si este es realmente el caso, entonces ¿no estarían las personas cercanas a Takasato más
seguras? No sé exactamente como se vengan, pero mientras que Takasato esté en el aula,
entonces no usarán métodos que hagan al techo caer o saquen estacas a través del suelo.
Incluso si utilizan medios más improvisados el factor seguridad es mucho más alto cuando
están cerca de Takasato que cuando no. ¿Es así?”

Hirose abrió bien los ojos. “Sí, es exactamente eso”.

Si van a proteger a Takasato, entonces, cuanto más cerca de Takasato estén los
estudiantes, más seguros estarán.

“Takasato…” debería ser llamado para acá, estaba a punto de decir Hirose, pero Gotou lo
detuvo”.

“Espera”dijo firmemente, y luego desvió la mirada como si aún estuviera indeciso.

“Déjame llamar a casa”

“¡No!” Gotou estaba claramente un poco consternado. Sin entender, Hirose ladeó la cabeza
hacia un lado y lo miró.

“…es demasiado peligroso. Los estudiantes no entienden la situación. En este momento,


todos le temen a Takasato. Están convencidos de que Takasato mismo es quien maldice a
las personas. Puede que haya quienes se encuentren en una situación sin remedio, pensando
que todo estaría mejor si Takasato no estuviera… Ésta es una posibilidad. Pensarán que una
vez que se muera Takasato podrán escapar del infortunio”.

“Eso es cierto, pero…” continuó Hirose. “Pero, si algo le fuera a pasar a Takasato, seguro
esas cosas lo protegerían” ¿No era por eso que resultó ileso tras caer de una altura de tres
pisos?

Después de que Hirose terminara de hablar, Gotou desvió la mirada. “No lo hagas. No creo
que haya ningún estudiante que desee permanecer al lado de Takasato. ¿Qué no es la mejor
prueba que se hayan reportado como enfermos?”

“Sólo tenemos que explicarles que es de nuestro mayor interés, su seguridad. Deberían ser
capaces de entender eso. Necesitamos encontrar una oportunidad para persuadir a los
ausentes, y hacerles saber que cuando vengan a la escuela, será más…”

139
“¿Quieres decirles toda la situación?”

“¿No podemos?”

“No seas absurdo”, escupió Gotou secamente. Hirose lo pensó inconcebible y miró a
Gotou.

“¿Por qué?”

“¿Quieres decirles que por esto y aquello no deben alejarse de Takasato? Es inútil. No es
como si pudieran permanecer a su lado las 24hs del día”.

“Pero…”

“Cuando digo no, es no. Espera y lo verás. Si alguien más muere, cuando vean a Takasato
¿qué crees que pasará?”

“¡Pero no hay nada más que podamos hacer para protegernos!”

“No sé que tan efectivo será. Además el riesgo es muy alto. Termina con eso”.

“Entonces ¿qué podemos hacer?”

“En cualquier caso, no debemos decirle a los demás sobre esto”.

Hirose suspiró. No entendía por qué Gotou había cambiado tan repentinamente a una
actitud tan obstinada.

“Gotou-san”.

Gotou no lo miró mientras se paraba frente al caballete. Él miró por encima de la tela con
los brazos cruzados.

“Hirose, ¿qué clase de persona crees que soy?”

Hirose no sabía por qué Gotou le hacía una pregunta semejante, y no sabía cómo responder.
Se mantuvo en silencio mientras inclinaba la cabeza.

Mirando su lienzo, Gotou murmuró, “Estoy contento contigo”.

“Gracias”.

“…por eso, estoy insistiendo en que no le digas a nadie. No quiero asistir a tu funeral”.

Hirose abrió bien los ojos. “¡Gotou-san!”

140
“Éste es mi ego. Lo conozco. Pero, al menos no soy uno de esas personas capaces de querer
a todo el mundo por igual. Si les dices todo y les creas un obstáculo, entonces, incluso tú
podrías estar maldito. Realmente no quiero verte, Hirose, convertido en Iwaki”.

“¿Sabes a lo que me refiero cuando digo que se los quiero explicar?”

Gotou aún no lo miraba. “Lo sé. ¿Quieres que lo diga más simple? …incluso si les contaras
todo, aún necesitarían un chivo expiatorio. Harán lo que tengan que hacer, con alguien, y tú
deberás pagar el precio de lo que hicieras. Éste no es un precio que puedas pagar”.

“Gotou-san”.

Gotou esbozó una sonrisa amarga mientras miraba la lona. Era una amarga, una amarga
sonrisa. “¿Estás sorprendido? ¿O debería decir cosas más inapropiadas?”

“No quiero escuchar más”.

“Entonces permíteme preguntarte. …si mueres ¿qué crees que le pasará a Takasato?”

Hirose miró el perfil de Gotou.

“No puedes comparar esto a cuando Ikuta-san o Iwaki murieron. Hirose, tú podrías ser
posiblemente la primer persona que Takasato conociera en toda su vida, capaz de
entenderlo. ¿Querías dejar a Takasato atrás?

“Yo…”

Gotou movió la mirada a otra parte, y reveló una expresión dura y amarga. “Si fuera posible
tratar bien a todo el mundo, entonces nadie haría eso. Pero, a veces tenemos que decidir por
una orden. Que quieras a todos por igual quiere decir que no quieres a nadie. Al menos es
lo que pienso”.

Hirose estaba en silencio. Sentía como si le hubieran clavado donde le dolía. En realidad,
Hirose también estaba preocupado porque pensaba que si algo pasaba con los estudiantes,
todo se sumaría a la carga psicológica de Takasato. En su mente, también existía algo, el
pensamiento de que era inevitable que aquellos que habían empujado a Takasato recibirían
un determinado castigo. Sin embargo, castigos excesivos se convertirían en una carga para
Takasato. Por lo tanto, si había alguna manera de que pudiera detenerlo, esperaba se capaz
de hacerlo. No se dio cuenta que si hubiera saltado para detenerlo, él también podría haber
resultado herido.

“Si sin importar que, vas a explicarles esto, entonces déjame hacerlo. Una persona tan
joven como tú no debería cruzar un puente tan peligroso”.

Hirose nuevamente sintió ser golpeado donde le dolía.

“…hablas de alguien mayor”

141
“Sí”. De pronto, Gotou pareció ser mucho mayor. Hirose recordaba que cuando Gotou fue
su profesor tutor, ya tenía, al menos cincuenta años. Hirose pensó ¿se está acercando a la
edad del retiro?

“No me gusta asistir a los funerales de personas como tú. Es simplemente una pérdida de
dinero en el funeral”, dijo Hirose calmadamente, y Gotou rió forzadamente. Él no dijo
nada, por lo que Hirose no habló más.

El cariño de una persona que piensa en el bien de otra debe ser algo muy precioso, pero por
otro lado, existe un ego tan feo. Cada persona existente en este mundo como persona es en
sí misma muy sucia. Eso es lo que Hirose sentía en su corazón.

Los funerales de los estudiantes que habían saltado del techo y muerto, habían sido
planeados para la tarde. Después de ver a un Gotou de pies pesados irse, Hirose abrió el
registro de asistencia. Después de que cada uno de los siete nombres, utilizó una regla para
dibujar cuidadosamente una línea, tal como lo había hecho antes con Iwaki.

3
Este día constó en nada más que reuniones, así que hubo varias horas de estudio. Incluso
aunque las clases continuaban, los terrenos de la escuela eran bastante ruidosos. Un poco
después de que Gotou dejara el salón de química, el sonido de la gente al hablar se hizo
más cercano. Hirose fue aguzando el oído para escuchar, cuando la puerta se abrió
repentinamente, y Nozue y Sugisaki entraron.

“¿Oh? ¿Sensei, está bien?”

“¿Cómo se siente?”

Los dos hablaron al mismo tiempo. Hirose sonrió amargamente.

“Estoy bien, supongo”.

Nozue miró a Hirose detenidamente. “¿Está bien? Oí que ayer que usted parecía estar a
punto de morir”.

“¿Quién dijo eso?”

“Los chicos de la clase. Dijeron que el rostro del maestro estudiante estaba pálido como si
hubiera sido él el que había saltado de un edificio”.

142
“Eso es una exageración”.

“¿Es así? Sensei, es porque usted es tan ingenuo”.

“¿Sabe lo que significa?” Nozue comenzó a reír.

“¿No deberían estar en clases?”

Se suponía que estaban en el cuarto período. Cuando Hirose les preguntó eso Nozue abrió
los ojos con picardía.

“Es hora de estudio. Por lo que pensamos que estudiaríamos algo de química”.

Hirose miró con el sentimiento de ser rescatado. Mientras ellos invadían voluntariamente el
gabinete y sacaban algunas tazas. Era deprimente estar sentado ahí solo, y sus risas lo
animaron un poco.

“Oí que la clase 2-6 está vacía, ¿eh?” Nozue se sentó frente a Hirose, sosteniendo una taza
de café.

“Bueno…”

“¿Cuántas personas?”

“Dieciséis. El aula tiene buena ventilación, ¿no?”

“Si me lo preguntas…” Sugisaki bajó repentinamente la voz. “¿Han oído acerca de la


maldición?”

Nozue murmuró “¿Vas a continuar con eso?”

Sugisaki sacudió la cabeza. “No, no. No voy a hablar del de segundo año… eh…
¿Takasato?”

“Si no es el Señor T, entonces ¿quién?”

Sugisaki bajó la voz aún más. “Iwaki-san”.

Por un instante Hirose se quedó mudo por el asombro. Nozue tampoco dijo nada por un
rato, y luego rió.

“De ninguna manera. ¿Por qué estaría Iwaki-san maldito?”

“¿Qué la gente de la clase 2-6 no continúa siendo herida? ¿No es porque mataron a Iwaki-
san?”

“¡Los de la clase 5 también estuvieron ahí!” dijo Nozue.

143
Sugisaki sonrió, diciendo. “¿No estaban ellos tomando ventaja en el momento en que las
clases 5 y 6 se juntaron para hacer un simulacro de la pelea a caballito? Por supuesto, van a
separarlos en dos equipos. Quiero decir, la hemos jugado antes. Usualmente forman
equipos basados en la clase a la que pertenecemos, ¿no es así?”

“Me tienes acá arriba”.

“Iwaki-san estaba en la clase 5, así que ¿cómo podría involucrarse con sus compañeros?
Entonces, las personas alrededor de su grupo deberían haber sido los de la clase 6. Después
de una lucha con los chicos de la clase 6, cuando Iwaki-san cayó, la mayoría de los
atacantes debieron ser de la clase 6, QED”.

“Ah, ya veo”

“Además, hay personas que lo vieron”.

“¿Ver qué?”

Sugisaki bajó la voz. “Las personas que viven cerca de la escuela dicen que a la noche
vieron alguien vistiendo el uniforme de gimnasia sobre el techo del edificio de clases”.

“¿Un uniforme de gimnasia?”

“Además, unos de otra clase dijeron que cuando estaban entrando al hall de entrada, vieron
a alguien vistiendo el uniforme de gimnasia caminando detrás de la zapatera. Incluso
dijeron que el uniforme estaba sucio y manchado de sangre”.

“Ja ja”

Hirose sonrió con ironía. “Parece que después de que la gente muere, si no se convierten en
fantasmas, no estarán satisfechos, ¿eh?”

Sugisaki frunció el seño. “No soy yo quien lo dice. Yo solo soy el que dice que hay tales
rumores”.

“Cuando alguien muere, siempre aparecen este tipo de rumores”.

Después de haber sido burlado por Hirose, Sugisaki infló desafiantemente las mejillas.

“Pero todo el mundo dice que el incidente de los que saltaron tiene algo que ver con Iwaki-
san…”

“No puede ser”.

“No, de verdad. Dicen que los de gimnasia lo oyeron todo. Escucharon a los que estaban en
el techo gritar, ¡Por favor, ayúdanos! ¡Perdónanos, por favor!”

144
Hirose frunció el ceño. “¿Gritar?”

“Así es. Fue así como los que estaban en el gimnasio se dieron cuenta de que había gente
en el techo. Dijeron que ellos gritaban delirantemente, ¡Perdónanos! ¿Cómo salvas a un
grupo entero de personas paradas en el borde del techo? Algunos dijeron que parecían estar
controlados”.

De repente, una visión atravesó la mente de Hirose. En ese estado, paralizado, sus cuerpos
no se podían mover, ni hacer ruido alguno, excepto que había movimiento en sus piernas.
Ellos no querían ir, pero sus piernas se abrieron paso hasta el techo. La puerta que no debía
estar abierta, lo estaba, y ellos entraron al techo. Sus piernas no respondían a sus comandos
y los llevaron al borde. Pero, debido a que estaban aterrorizados, les fue tal esfuerzo
exprimir un poco de pánico. “¡Por favor, sálvanos!”

Hirose sacudió la cabeza. Solo había sido una fantasía. Nadie sabe exactamente lo que pasó
allí. Y uno no podía eliminar la posibilidad de que ellos se hubieran suicidado en base a su
propia voluntad.

“Además, esta mañana…” dijo Sugisaki.

Hirose desconcertado dirigió la mirada hacia él. “¿Qué pasó?”

“Alguien dijo que había pisadas de barro frente a la clase del primer año”.

“¿Barro?”

“Sí, pisadas de barro que parecían haber sido hechas por algo que se arrastró por el pasillo
del primer piso. Barro, es tan… ¿sabes?”

“¿Cuándo oíste eso?”

“¡Justo esta mañana! Fue la primera cosa que oí al llegar a la escuela. Es una lástima que
para cuando llegué ya lo habían limpiado. Parece que un conserje lo limpió o algo así”.

“¡¿Oh?!” exclamó Nozue. Sugisaki continuó.

Las huellas de barro eran de este ancho, desde el pie de la escalera junto al hall de entrada
hasta el frente de la clase 6”. Sugisaki levantó y separó las manos como un metro.
“Después, oí de esto en el hall de entrada, corrí allí inmediatamente. Siempre he sido un
curioso, pero no logré ver nada. Aunque había un olor extraño”.

“¿Un olor extraño?” Hirose levantó la vista y Sugisaki asintió.

“Era una especie de olor húmedo y pútrido. Sentí como si ya hubiera olido algo como eso
antes”.

145
Hirose preguntó tímidamente. “¿Fue… cómo el olor de la marea?”

“¡Ah!” gritó Sugisaki mientras se golpeaba los dedos. “Eso es. Estuve pensando en lo muy
familiar que me resultaba ese olor. Es el olor del mar, el olor a barro sucio cuando estás
junto al mar”.

Nozue hizo un ruido de sobresalto. “¿Y entonces? ¿Qué tiene que ver el olor de la costa con
Iwaki-san?”

“¿Eh? Eh… Es cierto, eh… ¿Hm?” Sugisaki ladeó la cabeza, y Nozue rió. Nozue continuó
por un rato sobre cómo la gente no tenía fundamentos para los rumores, pero Hirose no lo
escuchó.

El olor de la marea.

Desde cierta perspectiva, era aterrador considerar que eso fue lo que Iwaki dejó atrás. ¿No
lo había mencionado también Takasato? Él dijo que siempre los acompañaba el olor del
mar.

4
Cuando la campana sonó, Hashigami llegó inmediatamente.

“¿Lo oíste?” preguntó Hashigami, tan pronto como entró al salón de química. “Oí lo que
pasó, Sugisaki”.

Sugisaki rió con orgullo. “Lo he sabido por un tiempo. Es Iwaki-san, ¿verdad?

Al oír eso Hashigami se sorprendió. “¿Iwaki?” ¿Qué hay con Iwaki?”

Después de recibir esta respuesta de Hashigami, Sugisaki no pudo evitar abrir bien los ojos.
“¿No hablabas de eso? ¿Qué el fantasma de Hashigami ha estado apareciendo?”

“¿Hay un rumor como ese?”

“Sí, lo hay. ¿Estás hablando de algo diferente?”

Hashigami se sentó en una silla con una mirada de asombro en el rostro. “¿Estás hablando
de un rumor que dice que Iwaki se convirtió en un fantasma y ha estado apareciendo? Es la
primera vez que oigo eso. No es Iwaki. Se trata de una joven”.

Sugisaki se inclinó hacia adelante con gran interés.

Hashigami sonrió. Nozue le entregó una taza de café, y él levantó suavemente las manos.
“Es una historia común, pero últimamente parece ser muy popular. Oí que ella estuvo
apareciendo mucho por estos lados”.

146
“¿Qué es? ¿Qué es?”

“Es el fantasma de una chica, que detiene a las personas y les hace preguntas. ¿Conoces el
ki? Cuando ellos responden que no, ella desaparece inmediatamente, pero, cuando
responden que sí, un perro de un solo ojo aparece de la nada para comérselos”.

Sugisaki dejó escapar un sonido de excitación.

“Adoras las historias como está, ¿no es cierto?”

“¡Sí!”

Nozue ladeó la cabeza. “¿Qué es ese ki?”

“Bueno…” murmuró Hashigami. “¿Qué hay con oni? Ki, como en oni”1
“¿Por qué piensas en oni?”

“No lo sé. Es lo más probable, ¿no?”

Sugisaki ladeó la cabeza. “Me pregunto si será el nombre de alguien. Porque un tiempo
atrás, hubo una historia de fantasmas similar acerca de una mujer que seguía buscando a un
hombre, cuyo nombre comenzaba con hi”

“¿Qué es eso?” Justo cuando Hashigami preguntó esto, la puerta del salón de química se
abrió de golpe, y Sakata apareció.

Después de mirar a los tres, se aproximó a Hirose. “¿Sensei, sabe dónde está Takasato?”

Hirose no sabía que quería decir con eso, por lo que inclinó la cabeza.

“Llamé a su casa ayer, pero nadie respondió. ¿Sabe dónde está?”

“Sí, lo sé”, respondió, y Sakata mostró una sonrisa halagadora.

“Me estaba preguntando si usted me podría decir. Takasato probablemente no vaya a venir
mañana, ¿no? No importa nada, tengo que ir a verlo y hablar con él”.

Hirose lo pensó un rato, y luego simplemente respondió, “No puedo decirte donde está.
Creo que Takasato probablemente vuelva a la escuela. Cuando lo veas en la escuela,
entonces, podrás hablar”.

1
Nota de Aili: el kanji para oni, que significa ogro, demonio o algún ente de gran maldad, también se puede
pronunciar ki

147
Sakata miró a Hirose desconcertado. “Parece que el sensei y Takasato se llevan bastante
bien”.

“¿De verdad?”

“Simplemente parece diferente. Cuando otras personas mencionan a Takasato, es


simplemente diferente a cuando el sensei habla de él”.

Hirose no respondió a eso.

“Sensei, si se lleva muy bien con Takasato, me preguntaba si usted me dejaría verlo. No
importa nada, tengo que hablar con él”.

Sakata era odiosamente persistente.

“¿De que quieres hablarle?”

“De muchas cosas”.

Su tono de anhelo hizo que Hirose sintiera náuseas.

“La situación actual de Takasato es un poco complicada, así que quería darle un poco de
ánimo”.

“¿Oh?” Está voz de Nozue tenía otro tono. “No sabía que Sakata-san fuera de buen
corazón”.

Sakata resopló. “Yo soy de buen corazón… con las personas con las que vale la pena ser de
buen corazón”.

“Suena desagradable”.

“No es eso lo que quiero decir. Solo que no me gusta tener algo que ver con personas
triviales, porque hay tanta gente allá afuera que es tan aburrida, pero pretenden ser
geniales”.

Nozue sostuvo una sonrisa ridícula. “Así que si te vuelves bueno con Takasato-san, quizás
no serás maldito, ¿eh?”

“No es eso” Sakata infló las mejillas. “Tan solo pienso que todos malinterpretamos a
Takasato. Él es alguien con talentos únicos, y creo que tratar a ese tipo de personas como
alguien ordinario está mal. Personas especiales deberían recibir tratos especiales. Si no,
Takasato no pensaría mucho en ello”.

148
Hirose encontró molestas a sus palabras. A Takasato probablemente no le agradaría Sakata.
“Probablemente tendrás muchas oportunidades de ver a Takasato en la escuela. No quiero
hacer eso”.

Dicho esto Sakata soltó un bufido. “Lo que sea. No pretendía ser irrazonable. Pero…”
Sakata buscó el rostro de Hirose.

“No estoy feliz con tu actitud”.

“¿Qué actitud?”

“Nada. Si no lo entiendes, entonces no importa”. Hirose sintió que él era una de esas
personas que inquietaba a los demás sin razón alguna. Luego, Nozue hizo un ruido seco.

“¿Sakata-san, por qué te preocupas tanto por Takasato-san? Cuando te veo, siento que algo
no está bien”.

“Estás siendo muy grosero al hablar”.

“¿Pero no es así como eres? Sakata-san, realmente parece que adoraras a Takasato-san.
¿Eso no lo molestaría?”

“¿Por qué?”

“Por lo general, si alguien es acusado de haber causado la muerte de otro, no creo que se
sienta feliz por eso, mucho menos alguien que ha resultado lesionado como un intento de
haber tratado colgarlo”.

“¿No dije que quería verlo y darle ánimo? Puede que no se sienta bien porque pudo
posiblemente haber causado la muerte de otros, y me siento mal por él. No hay nada que
hacer. Takasato es especial. Pienso que quienes no lo entienden y son agresivos con él, son
tontos. Takasato no tiene por qué sentirse responsable de la muerte de nadie.” Sakata
exageró un suspiró. “Nadie lo reconoce, y hacen cosas inapropiadas. El punto es, que si
nadie fuera en contra de Takasato, entonces nadie moriría. A pesar de lo que la gente dice,
que Takasato maldice a las personas, nadie realmente piensa en sus corazones, por qué
están pasando estas extrañas cosas. Si todos fueran capaces de entender lo especial que es
Takasato, entonces, absolutamente nada pasaría”.

Después de que hablara, Sakata sonrió de un solo lado. Hashigami espetó, “Lo siento. No
hay forma en que yo quisiera apaciguar a una persona sólo para poder vivir”.

“La gente así puede hacer lo que quiera. Porque finalmente, algún día, serán purgados”.

Hashigami miró a Sakata. “Déjame aclararte esto. Sakata, tienes algún tipo de trastorno.
Hay algo especialmente raro en ti”.

149
Sakata se rió de eso. “Yo creo que si no cambias ese tipo de actitud en la que creemos estar
en lo cierto, entonces, algún día, vamos a sentir la ira de Takasato”.

Hirose no dijo nada. No podía soportar la presencia de Sakata, y lo inquietaba. Hashigami


parecía decepcionado y también mantuvo la boca cerrada. Y obviamente, unas miradas de
disgusto aparecieron en los rostros de Nozue y Sugisaki.

Hirose se paró.

“¿Qué pasa?” preguntó Nozue, mientras levantaba la vista inquietantemente hacia Hirose.

“Mandados”, dijo Hirose cortantemente, y abandonó el salón de química. Cuando entró al


pasillo, teniendo una puerta entre él y Sakata, no pudo evitar dejar exhalar un profundo
suspiro.

5
Ya que había dejado el salón de química sin un objetivo en particular, Hirose descendió sin
rumbo al primer piso. Cuando miró hacia fuera desde el pasillo vio a los estudiantes
reunidos en el césped del patio. Desde donde veía nada le dio la impresión de que cosas
raras siguieran sucediendo en la escuela. Cuando se sentó distraídamente en la entrada, los
arbustos frente a él hicieron, inmediatamente un ruido, y un estudiante asomó la cabeza
desde el otro lado del fino boj. Era Tsuiki.

“¿Qué está haciendo ahí?”

“Tomando un descanso. ¿Almuerzas?” preguntó Hirose. Tsuiki asintió. Hirose se puso de


pie y salió al patio con sus zapatos de interior. Le dio la vuelta a los arbustos y vio a Tsuiki
y a Gotanda sentados en un banco.

“Ah, sus zapatos de interior”.

“Mantengámoslo en secreto”.

Tsuiki sonrió e hizo espacio para una persona más. Hirose se sentó. Los dos tenían sus
fiambreras sobre las rodillas, aunque ya casi habían terminado de comer.

“Probablemente esté un poco caliente para disfrutar del sol”.

El sol brillaba intensamente en el banquillo. La luz brillante hacía a las sombras, más
oscuras. Hirose sintió que aunque todo brillaba a su alrededor, su humor había caído al
punto más bajo.

“Es porque acá no hay aire acondicionado”, sonrió Tsuiki.

150
“Sí. Tsuiki, no viniste al salón de química, ¿no?” preguntó Hirose. Tsuiki parecía un poco
perturbado.

“Quería, pero no sé como enfrentar a Hashigami-san… Además, Sakata está allí”.

“¿Qué? ¿No te agrada Sakata?”

Tsuiki frunció el ceño. “Nunca ha sido del tipo que me agrada. Aunque, recientemente ha
estado extraño”.

“¿Extraño?”

Tsuiki vaciló. Gotanda habló por él. “Porque, últimamente, ha estado poseído, como si
hubiera empezado una nueva religión”.

Hirose ladeó la cabeza.

Sin expresión en el rostro, Gotanda dijo: “Takasatoismo”.

“Ah” Hirose asintió. Gotanda se encogió de hombros con indiferencia.

“Sigo recibiendo llamados”.

“¿De Sakata?”

“Sí, me dice que me arrepienta”.

Sorprendido, Hirose miró a Gotanda y luego a Tsuiki, ambos parecían hartos.

“Nos conozca o no, sigue llamando a los de nuestro curso, y predicando que no vallamos en
contra de Takasato”.

Hirose suspiró. “¿Así que… planean entrar a la fe?”

Gotanda se encogió de hombros una vez más. “Tienes que estar bromeando. Sakata tiene
una personalidad anormal”.

Totalmente, murmuró Hirose dentro de su cabeza.

Tsuiki suspiró exageradamente. “Dijo que quienes resultaron heridos recibieron un tipo de
bautismo”.

“¿Qué cosa?”

“Un bautismo del Señor Takasato. Dice que es una oportunidad”.

“No lo entiendo”.

151
“Yo tampoco. Dice cosas como esas, no cree que sepamos que cosas es Takasato capaz de
hacer, así que deberíamos tomar la iniciativa y cambiar nuestras actitudes. Que a pesar de
haber sido castigados, aún tenemos la oportunidad de reformarnos. Que en algún nivel,
estamos mejor que aquellos que los que no tienen idea alguna. Que si no cambiamos
nuestras actitudes, entonces, cosas aún peores sucederán, y que Takasato ya está cansado de
nosotros… Ese chico no está bien de la cabeza”.

“Estoy de acuerdo”, murmuró Hirose.

“No estoy seguro, pero me pregunto si bienaventurados los pobres de espíritu, se refiere a
él”.

“Creo que es un poco diferente”.

Gotanda dijo, “Si vamos a trasladar las palabras de Sakata en términos de religión, entonces
sería como esto: Ir contra Takasato es un pecado, y aquellos que hayan cometido un
pecado son declarados culpables por Dios. Esta declaración es un tipo de milagro. Los
pecadores han cometido un pecado, y por lo tanto sus pecados son grandes, pero al ser
castigados, tienen la bendición de estar en presencia de Dios. Entre ellos, están quienes
han cometido pecados imperdonables, y serán condenados a muerte, pero quienes
sobreviven tienen la oportunidad de ver un milagro con ojos propios, por lo que es un tipo
de bendición”.

Tsuiki sonaba sorprendido. “Pareces entenderlo bien”.

“No es solo que lo entiendo bien. Es que he hecho estudios para poder entenderlo. En toda
la clase, soy probablemente el único dispuesto a pasar una o dos horas en el teléfono
tratando con Sakata”.

“Vana curiosidad”.

“Me pregunto si pudieras llamarlo una vigorosa inquisitiva naturaleza intelectual. …Bueno,
lo que sea. Las llamadas de Sakata son inofensivas para mí. Pero, para otros…”

“¿Cómo es eso?” preguntó Hirose, y Gotanda se encogió de hombros.

“En pocas palabras, incluso aunque continúe hablando de milagros y condenas, y de cómo
si no nos arrepentimos pronto seremos castigados de nuevo, no estoy principalmente
preocupado, porque, ya sea activo o pasivo, yo no estuve involucrado en el intento de
ahorcar a Takasato. Aunque, si fuera uno de los involucrados, entonces estaría preocupado
por las llamadas de Sakata”.

Hirose suspiró. “Por cierto…”

“Creo que la mayoría de los ausentes probablemente estén fingiendo la enfermedad. Incluso
los que realmente resultaron heridos, probablemente haya muy pocos heridos de gravedad

152
que no puedan venir a la escuela. La gente simplemente tiene miedo de venir. También creo
que los que aún están viniendo, probablemente sea porque los padres estrictos no les
permiten tomarse el día libre. En cualquier caso, creo que las llamadas de Sakata juegan un
papel importante en la ausencia a la escuela”.

“De ninguna manera. Probablemente sea el simple hecho de que le tienen miedo a la
venganza”.

Gotanda afirmó, “No pueden estar tan asustados como para no venir a la escuela, porque ya
hay un chivo expiatorio. Eventualmente habrá un día en el que regresen”.

Hirose ladeó la cabeza, y Gotanda abrió más los ojos.

“Ah, también estuve en el mismo curso que Takasato cuando estaba en primer año. A
propósito, también estuve la mitad, del tercer año de la secundaria media, en la misma clase
que él. Había sido transferido ese año. Por lo que estoy bastante al tanto de la situación de
Takasato. No creo que sea cierto que un castigo llegará una vez que hayas lastimado a
Takasato”.

“¿Es… así?”

Gotanda asintió. “Es como la última vez. Cuando una gran cantidad de personas hieren a
Takasato, pocas son heridas de gravedad, pero el resto solo resultará herido levemente, o
quizás nada, lo que significa que fueron pasados por alto. Esa es la regla”.

“Ah, así que eso es lo que quieres decir con chivo expiatorio…”

“Creo que la intención de Takasato no es la venganza, sino más bien una advertencia. Está
haciendo una amenaza para decir que nada bueno resultará de meterse con él. Por lo que
cuando un grupo lo hiere al mismo tiempo, solo los menos afortunados reciben un castigo
severo, y el resto sale con unos pocos rasguños. A los afortunados nada les pasa. Aquellos,
quienes se han tomado los días libres debido a lastimaduras no pueden estar seriamente
heridos, ¿no?”

“…sí”.

“Así que, nada más serio le va a pasar a la gente que ya ha sido lastimada, y los
espectadores, tampoco serán lastimados. Independientemente del momento, siempre habrá
personas que observen sin intentar detenerlo. Por el contrario, ninguno de esos espectadores
ha resultado lastimado. En otras palabras, es una advertencia. Para una advertencia, un
castigo más grave sería inútil y sin sentido”.

Hirose asintió.

“De hecho es fácil de entender con pensarlo un poco, pero creo que la razón por la que no
vinieron es por el extraño método de persuasión de Sakata”.

153
A primera vista eso parecía razonable.

“Entonces ¿sabes cuántas personas está involucradas?” preguntó Hirose. Gotanda ladeó la
cabeza y murmuró algunos nombres.

“Veintiséis, creo. Tsuiki y un par estuvieron ausentes, y yo me negué inmediatamente a


involucrarme. Hubo otros cuatro que intentaron detenerlos, pero terminaron heridos. Hubo
alrededor de cinco espectadores. Incluyendo a Takasato, eso termina en catorce. Nuestra
clase es de cuarenta, así que veintiséis son los involucrados”.

Ya ocurrieron accidentes a doce personas. Siete ya no estaban vivos, lo que deja a siete
personas. ¿…podría ser que esas siete personas salieran con unas pocas lastimaduras como
advertencia?

Hirose sabía en su corazón que las razones de Gotanda tenían sentido para él ya que no
había nada que valiera la pena esperar. Lo peor era que en realidad, Takasato no era el que
llevaba a cabo las represalias. ¿Convencería la lógica humana a los monstruos?

Aún así, Hirose se sintió un poco aliviado. Definitivamente parte de la tensión en su pecho
se había ido.

****
****

Corrió por el pasillo del tercer piso hacia las escaleras. El nivel de luz en el edificio de la
escuela ya había disminuido, y las tristes sombras acechaban de aquí y allá.

Miró su reloj. No pensó que dibujar Agripa tomaría tanto tiempo. Particularmente antes de
que el profesor de arte, Yoneda, lo había cubierto con una bolsa de plástico. Lo que
originalmente era un busto al que estaba acostumbrado dibujar, se convirtió hoy en un gran
problema. Incluso aunque pudiera tomar un taxi frente a la escuela y correr hasta la clase de
dibujo, no creía que pudiera llegar para el comienzo de la clase. La lección de hoy iba a ser
de bocetos, y no quería llegar tarde. Era terrible haciendo bocetos, pero el colegio de arte,
que fue su primera elección, ponía el hacer bocetos en el examen de admisión.

Corrió por las escaleras y se hizo paso hacia el hall de entrada. No había muchas ventanas,
y además, el hall de entrada estaba en el lado opuesto al del sol que ya se había puesto.

Estaba de pie en el espacio vacío frente a la zapatera, cuando pensó en ese rumor que había
estado creciendo últimamente. Era acerca de una historia de fantasmas, de cómo los
muertos del martes pasado aparecían por allí. Solo lo pensó por un segundo, ya que estaba
apurado.

Basado en los números del sistema de evaluación escolar, esta escuela era considerada de
buen alto nivel. Él estaba confiado para el examen escrito, pero lo que decidía la admisión
era el práctico. No había pasado mucho tiempo practicando para el examen práctico, y
tampoco había recibido atención especial por parte de ninguno de sus profesores.

154
Se sacó los zapatos con rapidez y al mismo tiempo metió los de interior. Mientras se ponía
los zapatos, y estaba a punto de cruzar el hall de entrada, descubrió a una persona parada en
las cercanas sombras.

No era uno de los que había muerto, de eso estaba seguro, no porque estuviese
familiarizado con los que habían muerto, sino porque estaba seguro de que ninguno era una
mujer.

Ella estaba parada con el cuerpo apoyado sobre la zapatera, de frente a él con su tez blanca.

¿Quién es ella? Pensó, aunque no le pareció especialmente sospechosa. Él conocía los


rumores que circulaban por la escuela, pero no estaba familiarizado con los de la ciudad.

Él ladeó la cabeza.

“Um… ¿Quién eres? ¿Eres miembro de la familia de alguien?” preguntó él. Ella bajó la
cabeza abatidamente, e inmediatamente lo volvió a mirar.

“Estoy buscando a Taiki”.

“¿Taiki?”

Ella asintió. “¿Conoces el ki?”

Él no entendió el significado de sus palabras y simplemente se quedó parado, por lo que


ella volvió a bajar la cabeza.

“Estoy muy preocupada. Si no lo encuentro pronto…”

Él inclinó la cabeza y dijo “Nunca he oído de eso antes. Lo siento”.

No pudo evitar disculparse ya que ella se veía muy triste. Entonces le preguntó.

“¿Qué es eso? ¿Una persona?”

Ella sacudió la cabeza. “El ki es una bestia, una a la que llamamos Taiki”.

“¿Es un perro?”

Ella suspiró suavemente. El ki es un ki. Bueno, supongo que no lo conoces”.

“Sí, lamento no poder ayudarte”. Mientras decía eso, buscó en sus memorias. ¿Había una
bestia llamada ki?

“Entonces ¿Conoces a Sanshi?”

155
“¿Sanshi?”

“Haku Sanshi”.

Eso tenía aún menos sentido que ki. “¿Es también una bestia?”

Ella inclinó la cabeza. “Creo que es más cercana a una persona que a una bestia. ¿La has
visto?”

Él sacudió la cabeza, mientras se preguntaba que quería decir con más cercana a una
persona que a una bestia.

“Si no los encuentro pronto, cosas muy malas pasarán…”

“¿Cosas malas?”

“Sí, muy malas. La situación se pondrá grave”.

“Grave…” En ese momento las extrañas cosas que habían estado sucediendo en la escuela
pasaron por su mente. No sabía en que estaba pensando ella, pero ella sacudió la cabeza.

“La presencia de Taiki se ha ensuciado mucho, pero no es la impureza de sangre, porque


una bestia que odia la sangre se enfermaría por esta”, se dijo ella misma”. “Le tomó mucho
esfuerzo a Hanshi hallar este lugar por mí…”

Él no entendía muy bien de lo que le estaba hablando. Fue entonces que el finalmente
comenzó a sentir como si las cosas estuvieran un poco lejanas. Algo era diferente, diferente
al mundo que él conocía.

Al menos, pensó que debería alejarse de ella, por lo que dijo, “De cualquier forma, creo que
será mejor que te vayas pronto. El guardia de seguridad vendrá pronto a cerrar, y si te
encuentra, se armará un gran alboroto”.

Después de decir esto, ella asintió y se apartó del zapatero.

Es cierto. Si no me deshago de esta mujer, y si no me apuro, estaré tarde para la clase.

Ella se dio vuelta, quedando de espaldas a él, y caminó en dirección al pasillo.

“Eso no es bueno. Un desconocido…” En medio de la charla, él se tragó sus palabras.

La silueta de la mujer se desvaneció lentamente, y mientras él olvidaba si debía o no decir


algo, la figura se desvaneció como si se estuviera derritiendo.

Por un tiempo largo, él se quedó allí parado, estupefacto.

156
Capítulo 8
Para Hirose, el día siguiente, un sábado, era el último día de su formación docente. Después
de que la reunión de la mañana, en la oficina, terminara, regresó al salón de química, y un
poco más tarde, Gotou también estuvo de regreso.

“Siete accidentes, ocho enfermedades fingidas” dijo Gotou suavemente, aunque eso fuera
suficiente.

Al entrar a clase, Hirose vio, incluyendo a Tsuiki y Gotanda, solo cinco estudiantes
esperando adentro. Después de estar dos semanas a cargo de esta clase, ésta era la escena de
despedida.

La reunión acerca del plan de estudio estaba originalmente prevista para la tarde, pero fue
postergada para el día siguiente.

Después del cuarto período de clase de ese día fue llevado a cabo, cuando Hirose regresó al
salón de química, Gotou le preparó algo de café, Solo ellos dos, él y Gotou, chocaron los
vasos y brindaron un poco.

La etapa de entrenamiento de Hirose ya había acabado.

“Gotou-san” lo llamó Hirose mientras organizaba el escritorio. “Después ¿estaría bien si


me aparezco por acá de vez en cuando?”

Gotou estaba parado frente al caballete. Hirose no sabía cuando dejó de poner el pincel
sobre la tela.

“No dudes en venir, o estarás despierto toda la noche”.

“Está bien”.

Gotou sonrió mientras se limpiaba las manos. “Voy a una reunión. No sé si voy a estar de
regreso de esta forma, solo para que sepas”.

Hirose miró a Gotou al rostro.

“Me alegro de que hayas venido. Creo que fue bueno para Takasato. Cuida a ese chico”.

Hirose asintió suavemente.

157
Después de terminar de escribir en su libreta de entrenamiento y de haberla revisado, la
cerró. La libreta de entrenamiento estaba completamente llena, lo que lo hacía un poco raro.
Ocho estudiantes murieron durante su período de entrenamiento…

Sintiendo una extraña sensación en el pecho, puso las manos sobre la libreta y miró al
vacío. Justo entonces, tres estudiantes, entre los cuales estaba Hashigami, entraron
repentinamente con voz alegre.

“¡Ah, todavía está aquí!”

“¡Eso es genial!”

No vio a Sakata o Tsuiki.

“¿Qué sucede?” preguntó Hirose. Los tres sacaron bolsas de comestibles de sus mochilas.

“Una despedida”.

“Vamos a tener una fiesta de despedida”.

Una vez dicho esto, rápidamente, empezaron a limpiar las mesas y pusieron bebidas y cosas
así. En poco tiempo, habían arreglado un poco de espacio.

“Sensei, ¿volverá?” preguntó Nozue.

“Si tienen alguna función para mí”, respondió Hirose. Nozue frunció el seño.

“Nuestra escuela casi nunca solicita a los recién formados”.

“Sí, bueno, si no están solicitando, probablemente todavía pueda tomar los exámenes de
empleo. Yo creo que usted los pasaría”.

“Eso apesta”.

Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Hashigami. “Bueno, primero, se tiene que
graduar, ¿verdad? ¿Qué pasa si tiene que rehacer el año? Si eso pasa, entonces el siguiente
año yo sería su kouhai1”.

“Eso solo si pasas”, bromeó Nozue, quien después rió más bajo.

*En un sistema vertical, la relación senpai/kouhai es parecida a la de tutor/aprendiz, en Japón se da entre


estudiantes de grados superiores/inferiores.

158
Hashigami levantó ligeramente la copa. “Bueno, sin importar que, apreciamos todo.
Felicitaciones por terminar en período de entrenamiento a salvo”.

Después de que Hirose riera secamente, Nozue dijo “Pero, ¿realmente podemos decir que
era seguro? ¿No estaba el entrenamiento lleno de altas y bajas? Se convirtió en el tema de
conversación. Incluso Iwaki-san…”

En medio de la frase, Nozue cerró rápidamente la boca, pero ya había bajado el estado de
ánimo. Hashigami sonrió con ironía y dijo. “Eh, evitemos ese tema”.

“¡Cierto, cierto!” gritó Sugisaki.

“Oh, sí, tengo algo sin relación alguna. Hashigami-san, escuché que apareció ayer”.

Nozue puso mala cara. “¿Otra vez con esos rumores?”

“No, es del fantasma de la mujer que buscaba el ki, del que Hashigami-san había
comentado antes”.

La mandíbula de Hashigami cayó. “¿Apareció? ¿Dónde?”

“En nuestra escuela. A la tarde, creo”.

“¿De verdad?”

Sugisaki asintió vigorosamente. “Escuché que el que la vio fue uno de tercer año. Encontró
a una mujer en el hall de entrada, que le preguntó ¿conoces el ki? Después, le preguntó si
conocía a Haku o algo así”.

“¿Haku qué?”

Sugisaki se rascó la cabeza.

“Uh… me olvidé. Uno en el club de arte lo oyó de un senpai”. Sugisaki se inclinó hacia
delante. “Pero oí que ki es el nombre de un animal. No es un oni”.

Hashigami sonrió “¿Estás seguro de que no es alguien buscando un perro o algo así y que
lo vino a buscar a le escuela?”

Sugisaki frunció el ceño. “¡No! Dicen que desapareció frente a los ojos del de tercer año”.

“El de tercer año, ¿eh? ¿Quién es?”

“Eso… no lo pregunté”.

“¿Seguro de que no lo inventó?”

159
“¡Te estoy diciendo que no!” Justo cuando Sugisaki se estaba alterando, escucharon pasos
apresurados fuera, y la puerta se abrió. Era Gotou.

Justo cuando entró en la habitación, Gotou abrió la boca para hablar, pero al ver a los tres
estudiantes allí, vaciló y la cerró.

“Hirose”, lo llamó con gestos para que fuera al pasillo. Después de que Hirose saliera,
Gotou cerró la puerta y bajó la voz. “Hirose debes ir a casa”.

Hirose abrió más los ojos. “¿Gotou-san?”

“Ve a casa. Sensei Totoki te llevará”.

“¿Qué pasó?”

Gotou estaba claramente consternado. “La sección deportiva”.

“Gotou-san”.

Gotou le alcanzó el diario a Hirose, y habló en voz aún más baja. “Es Takasato. Lo han
expuesto. Y lo que es más, esos imbéciles pusieron su verdadero nombre”.

Hirose se quedó boquiabierto por el asombro, y luego cerró los ojos.

Sentía una ansiedad que no tenía lugar en su cuerpo.

Esto da miedo, pensó Hirose.

Después de que se hayan esparcido los rumores acerca de Takasato, ¿qué clase de
reacción tendrá la gente? …Además, ¿qué clase de cosas pasarán como resultado de las
reacciones?

2
Después de que Totoki lo llevara de regreso a su casa, Hirose vio a tres hombres reunidos
en el pasillo frente a su casa. Hirose caminó por el pasillo, diseñado como galería, y los tres
hombres se giraron hacia él con miradas inquisitivas. Uno de ellos habló.

“¿Es usted la persona que vive aquí?”

Hirose no respondió.

“¿Es usted por casualidad el maestro estudiante Hirose-kun?”

“Usted es Hirose-kun, ¿no es cierto? Oiga, ¿podríamos hacerle un par de preguntas?”

160
Hirose sacó las llaves en silencio. Ignorando a los hombres que se le acercaban y
dirigiéndose a su casa, uno de ellos habló.

“Durante el accidente donde el estudiante llamado Takasato fue empujado, usted estaba
cerca ¿no es así? ¡Cuéntenos sobre eso!”

Hirose empujó gentilmente al hombre de pie frente a él que le bloqueaba el paso. “Por
favor, hágase a un lado”.

“Takasato fue el empujado hacia afuera ¿no es así?”

“Por favor, haga espacio”.

“Solo será un minuto, ¿así que no piensa hablarnos? Si lo insiste no pondremos su


nombre”.

Hirose sacudió con fuerza la mano que le agarraba el brazo e insertó la llave en la
cerradura. Abrió la puerta un poco y se deslizó hacia adentro, pero alguien lo había tomado
por el brazo. Oyó el intermitente ruido del obturador de la cámara al sacar una foto.

“Alguien dijo que Takasato-kun maldice a las personas ¿es eso cierto?”

“¿Qué es lo que piensa del suicidio colectivo en relación a la maldición de Takasato-kun?”

“Solo necesitamos un minuto. Por favor, hable con nosotros”.

“¿Sabe que no hay nadie en la casa de Takasato? ¿Sabe usted dónde está él?”

Hirose colocó tanto las palabras como a los brazos que lo perseguían, en el fondo de su
mente, y entré a su casa. Tomó las manos de aquellos que estaban parados afuera,
sosteniendo la puerta, tratando de abrirla de cualquier forma, y las empujó afuera, y
entonces azotó la puerta. El sonido de las palmas llamando a la puerta continuó justo
después. Giró dos seguros y aseguró la cadena. Entonces se apoyó contra la puerta y
suspiró suavemente.

No parece que sepan que Takasato esta aquí. Esto era algo digno por lo que sentirse feliz,
aunque probablemente no pasaría mucho antes de que fuera divulgado. Él sabía que esas
criaturas eran capaces de ello. Sin embargo, era peligroso. Takasato era más peligroso que
cualquier víctima con la cual hubieran tenido que lidiar hasta ahora.

“¿Takasato?”

Abrió la puerta de vidrio que daba a la habitación de seis tatamis, y vio a Takasato
encogido en una esquina como si huyera de alo. Esto le provocó un pequeño shock, ya que
su postura lo hacía ver como un pequeño animal asustado.

161
Cuando Takasato oyó la puerta de vidrio abrirse, miró hacia él y pareció aliviarse, luego
miró abajo disculpándose. Hirose se encogió y luego sacó una pequeña sonrisa.

“¿Tuviste que pasar a través de ellos?” preguntó Hirose.

Takasato sacudió la cabeza.

“No salgas por un tiempo. No estarás libre, pero es mejor que estar rodeado por esos tipos”,
dijo Hirose suavemente mientras se aflojaba la corbata. Takasato inclinó la cabeza
profundamente.

“Lamento muchísimo ser una carga para usted…”

“¿No te había dicho que no te disculparas todo el tiempo?” Hirose forzó una sonrisa. “La
conmoción se esfumará pronto, ya que son muy volubles. Puede que sea un inconveniente
por los próximos dos o tres días, pero piénsalo como un desastre natural y sopórtalo”.

Takasato asintió humildemente. “está bien”, dijo.

Hirose se volvió intrigado, pero vio una extrema calma en su rostro.

“Creí que algo había pasado, porque justo antes del mediodía, muchas personas se
reunieron afuera. Cada vez que agarraban a alguien que vive por aquí le preguntaban acerca
del sensei… No quería creer…”

Hirose oyó su voz, aunque parecía tranquila. “¿No querías creer que algo me había
pasado?”

Takasato asintió.

“Bueno, ahora puedes ver que nada me ha pasado. En la escuela, incluso aunque hubo un
pequeño accidente, todo está bien por allí. Además, mi entrenamiento terminó. Creo que
tomaremos una pausa”. Después de decir esto, Takasato relajó su expresión con alivio.

“¿Son esos periodistas?”

“…Probablemente”

Takasato inclinó la cabeza profundamente. “Estoy realmente muy, muy arrepentido”.

Hirose suspiró, y luego sacó el periódico que Gotou le había dado.

“Tu situación es más difícil que la mía”.

Habría sido fácil evitar que Takasato supiera eso, pero pensó que no había necesidad de
ello. Takasato necesitaba saber la verdad de lo que estaba pasando.

162
Takasato recibió el diario y lo miró. Naturalmente una página estaba dedicada al baseball.

Takasato abrió el periódico. Después de dar vuelta a una página su mano se detuvo.

Era un gran artículo acerca de una secundaria privada maldita. Los incidentes relacionados
con Iwaki y los siete que saltaron del edificio ocupaban tres páginas de puro título.
Probablemente porque sentían que no había punto alguno en ocultarlo, el nombre de la
escuela estaba impreso claramente en el interior. Estaba escrito en el diario que entre los
dos accidentes se produjo otro: los inquietos estudiantes habían empujado a un compañero
por la ventana, y el nombre entero de la víctima, Takasato, estaba impreso.

El informe del periódico criticó a la escuela por tratar de ocultar el incidente de un


estudiante al ser empujado hacia fuera de la ventana, y analizado cuidadosamente la
situación que lo rodeaba. En el supuesto del artículo, describía con detalle la experiencia de
Takasato y su desaparición misteriosa, la exclusión por parte de sus compañeros, y también
el rumor general de que podía maldecir a los otros.

El artículo también mencionaba del pasado los accidentes que habían ocurrido, incluyendo
la muerte de un estudiante en un viaje al campo la pasada primavera, una serie de graves
accidentes que ocurrieron en torno a Takasato cuando estaba en primaria y en el primer
ciclo de secundaria. El informe enumeraba meticulosamente y concluía con la especulación
de que todo estaba relacionado con él.

Con una expresión rígida, Takasato dobló el periódico. No parecía tan preocupado como
Hirose originalmente pensó que estaría.

“Takasato”.

“Está bien”, murmuró mientras su mirada permanecía en el suelo. “Estoy bien”.

Hirose entendió la connotación de hacer hincapié en el tema. Pero ¿realmente estaría bien?
Aquellos que habían informado esto, los que habían dado la información, y los que
recolectaron la información.

Takasato miró a Hirose. “Me voy a casa”.

Hirose sacudió la cabeza. Podía imaginarse como la madre se comportaría después de leer
el artículo.

“Si lo estás haciendo por respeto, no hay necesidad de ello”. Después de decir eso, Hirose
miró al teléfono. Pero sería mejor si los llamaras y les advirtieras de ser cuidadosos con
aquellos que van por una entrevista… aunque probablemente ellos ya estén allí. Además,
sería bueno que les dijeras que no revelen tu paradero”.

Si supieran que Takasato estaba escondido allí, entonces aquellas personas serían aún más
persistentes. Podría traerle perjuicios a Hirose, pero él no podía imaginarse que le harían

163
esas personas. Además, sabía aún menos, qué clase de venganza adoptarían ellos en
respuesta a estas acciones.

Takasato asintió, dijo “Por favor, permítame”, y levantó el teléfono. Marcó su número y
esperó un momento. Mientras Hirose miraba, él colgó.

“¿No responden?”

“No”

Quizás, supuso Hirose, los medios hubieran bombardeado el teléfono con llamadas, por lo
que la madre estaría ignorando firmemente el teléfono. Eso fue lo que pensó.

No fue solo la casa de Takasato la que recibió atención especial. Cuando llegó la tarde, el
teléfono de la casa de Hirose no dejó de sonar. La mayoría era para que Hirose confirmara
que Takasato había sido empujado fuera de la ventana. Unas pocas fueron de la escuela,
insistiendo en que no dijera nada. Cuando llegó la noche, la cinta del contestador
automático también fue interrumpida por él.

3
El día siguiente fue domingo, y la situación afuera no había cambiado. Debido a ello, solo
podían malgastar el tiempo adentro. El día anterior había dejado la habitación con una
determinación de vida o muerte para salir a comprar comestibles de la tienda, así no tener
que salir para comer. Hirose miró la tele o leyó un libro mientras hablaba con Takasato.

Cuando salió de compras ayer, también trajo un cuaderno de bocetos y unas acuarelas.
Takasato se sentó junto a la ventana con las cortinas cerradas y estuvo dibujando con un
lápiz desde la mañana. A su lado estaba abierto el álbum de fotos del Macizo Guayánico.

Lo que Takasato quería dibujar era el extenso escenario de la extraña formación rocosa.
Quería esbozar algo parecido a las fotos de innumerables líneas, pero en algunas áreas, los
peñascos eran claramente diferentes. Se veía desorientado una y otra vez mientras seguía
borrando lo esbozado. Como resultado, la superficie del papel se había vuelto difusa.

Hirose miró su dibujo mientras hablaba de cosas sin importancia. Las respuestas de
Takasato siempre eran cortas, pero no era que no le importara Hirose. Hirose sentía como si
le hablara a un perro o un gato, pero era bueno que Takasato respondiera todas sus
preguntas.

164
Cuando le habló de la fiesta de despedida que los estudiantes que solían frecuentar el salón
de química le prepararon, Takasato despegó la mirada del dibujo y sonrió diciendo “Sería
grandioso si lo contrataran”.

“Sí”, respondió Hirose. Takasato conservó la sonrisa mientras sus ojos regresaban al
dibujo. Los dos regresaron a lo que estaban haciendo.

“Oh, es cierto”. Hirose recordó lo que Sugisaki había dicho. “¿Qué crees que es ki?”

Takasato levantó la mirada cuando se le preguntó esto, como si estuviera un poco


desconcertado.

“¿Qué?”

Takasato sacudió la cabeza con una sonrisa. “¿Qué es?”

“No lo sé. Es algún tipo de historia de fantasmas que se volvió popular últimamente”, dijo
Hirose, quien entonces luego procedió a contar la historia que Sugisaki les había contado.
Era una pequeña e inofensiva historia de fantasmas, aunque pensó que era inusual que
hubiera pensado en ella así. “Hashigami dijo que podía ser un oni, pero alguien dijo que
podía ser el nombre de un animal”.

La mirada de Takasato cayó como si pensara en algo. “¿Es el nombre de algún tipo de
animal? ¿O es el nombre de una mascota que le dieron los amos, como Mike o Tarou?”

“Mmm…” Hirose ladeó la cabeza. “No pregunté eso”.

Takasato descansó el lápiz contra su mentón. “¿Podría ser ki?”

“¿Hm?”

“Un kirin macho”.

Hirose respondió con una pregunta. “¿Kirin1? ¿Con un cuello largo?”

Takasato rió suavemente. “Es una bestia de la leyenda china. No estoy seguro si ki son los
machos y rin las hembras, o viceversa, porque algunos libros lo tienen de otra forma…”

Hirose tomó el diccionario y buscó kirin.

“Kirin… Ah, según éste, lo que decís está bien. Ki son machos y rin son hembras.
Aparecen antes de la llegada de un sabio. ¿Es como un unicornio chino?”

“Solo tiene un cuerno. También se lo llama kakutan”.

Nota de Aili: la palabra en japonés para jirafa es kirin

165
“Ya veo. Tu memoria es impresionante”.

“Por alguna razón…” Takasato sonrió forzadamente.

“Entonces ¿qué es Haku? ¿Sabes?”

“¿Haku?”

“Eso es todo lo que él sabía, Haku algo”.

Takasato lo pensó por un momento, y luego murmuró, “Haku Sanshi…”

“¿Haku Sanshi?”

“Haku… San… Shi”. Takasato escribió los caracteres de ello en un espacio blanco del
papel, y luego su mano se detuvo.

“¿Qué pasa?” Preguntó Hirose.

Takasato sacudió la cabeza. Algo lo estaba haciendo sentir inseguro.

“¿Qué es Haku Sanshi?” Hirose lo buscó en el diccionario, pero no lo encontró.

“No lo sé”.

Hirose miró a Takasato con sorpresa. “¿No lo sabes?”

“Yo… no estoy seguro. Las palabras llegaron a mi mente…”

Takasato parecía bastante confundido “…es raro, pero últimamente siento como si
estuviera a punto de recordar algo…”

“¿De ese tiempo?”

“Eso creo”.

Habían pasado siete años desde que Takasato había regresado. Por siete años, Takasato no
había podido recordar esas memorias.

“¿Desde cuando?”

“Desde antes de caer por la ventana, cuando quisieron que me inclinara y me disculpara”.

Hirose lo recordó. Fue la primera vez que vio a Takasato mostrando una expresión firme.
¡No! Había gritado.

166
“No sé por qué pero sentí que era algo que no podía hacer”.

Hirose vio como Takasato se conmovía.

“Dije que no podía hacerlo. De hecho, antes de eso, pensé que si me disculpaba todo podría
estar bien, entonces lo hice, pero en el momento en el que me vi forzado a agacharme
contra el suelo, se sintió como que era algo que simplemente no podía hacer”.

“Takasato, eso…”

Todos tienen algo llamado dignidad, y las personas son criaturas que entienden la
desgracia. Takasato interrumpió firmemente a Hirose. “N, no era vergüenza ni
arrepentimiento. Era una incapacidad de poder hacerlo. En mi corazón pensaba, que no
había manera de arrodillarme y pedir perdón”.

Takasato se detuvo ahí. Parecía que había cerrado su boca porque estaba algo avergonzado
por haber revelado algo profundo que sentía.

“¿Es así? En ese momento, me pareció que estabas atónito”.

Takasato asintió. “En ese momento en el que pensé una cosa así, casi me acordé de alguien.
Esa línea de pensamiento arrebató mi atención…”

“¿Quién era?”

“No lo sé. Se sintió como una sombra. Sabía que era una persona, pero no sabía que clase
de persona era…” Takasato suspiró. “Y luego, cuando miré el álbum de el Macizo de
Guayana, las imágenes me dieron la sensación de ya haberlas visto antes… Como,
Houzan”.

“¿Houzan?”

“Yomogi, Artemisa princeps. Mt. Hou. Esa palabra simplemente apareció en mi mente,
pero no sé que es”.

Hirose caminó hasta el estante y sacó un mapa. ¿Existía tal montaña? ¿Estaba en Japón o en
algún otro lugar? Pero después de buscarlo un rato no encontró una montaña con ese
nombre.

La mirada de Hirose cayó sobre el cuaderno de bocetos. La extraña vista que él había
dibujado con innumerables trazos, que era Mt. Hou, un lugar que guardaba relación con el
año perdido de Takasato.

Nota de Aili: el carácter para yomogi, que significa Artemisa princeps, es el mismo que el de hou en houzan.

167
4
Fue entonces cuando la campana que se suponía había dejado de sonar sonó una vez más.

Hirose miró hacia la cocina por un momento y luego apartó la vista. El sonar de la campana
continuó y con ello, Hirose oyó que lo llamaban.

“¡Sensei!”

Hirose se incorporó.

“¡Sensei Hirose!”

Se oía como un alumno llamándolo, y además de su voz, podía oír la de otros, como si
conversaran con la persona que había hecho sonar la campana.

Hirose se paró, caminó al hall de entrada, y abrió cautelosamente la puerta.

“Oh, así que está en casa”. El que estaba hablando era Sakata, y detrás de él había un
puñado de hombres ansiosos que comenzaron a hacerle preguntas. Hirose quitó la cadena y
abrió la puerta.

“Entra”, instó Hirose, y sin siquiera mirar a las personas de afuera, cerró inmediatamente la
puerta.

“Sorprendente ¿no?” dijo Sakata mientras se quitaba los zapatos. Su tono conllevaba cierta
emoción.

“Si sientes tanta envidia puedes unirte. Así que, ¿qué pasa?” preguntó Hirose, mientras
entraba en la habitación.

“Solo me preguntaba donde estaría Takasato. Fui a su casa, y…” Sakata se detuvo cuando
vio a la persona en cuestión, dentro de la habitación, y no pudo evitar abrir la boca por el
asombro. Takasato asintió ligeramente la cabeza.

“Ta…” Sakata estaba a punto de decir el nombre de Takasato cuando Hirose lo detuvo.
Sakata se quedó desconcertado. Hirose miró hacia la puerta.

Hirose cerró la puerta de cristal. “Perdón, pero ¿podrías mantener el hecho de que él se
encuentra aquí, como un secreto?”

“No hay problema, pero ¿por qué está Takasato aquí?”

“Es una larga historia. Le pedí a sus padres que me permitieran cuidarlo por ahora”.

“¿Oh?”

168
Sakata miró a Takasato. Las manos de éste descansaban sobre la portada de un álbum
cerrado que veía con la cabeza gacha.

Sakata se sentó junto a él.

“Takasato, no has ido a la escuela en algún tiempo. …Estaba tan preocupado”.

Takasato miró el rostro de Sakata, carente de expresión alguna, y no respondió.

“Llamé a tu casa. Incluso fui personalmente, pero no había nadie. Las persianas de
tormenta también estaban cerradas. Pensé para mis adentros, ¿dónde podrías estar?”

Takasato no dijo nada en absoluto, simplemente frunció un poco el ceño. Sakata no prestó
mucha atención a su reacción.

“Ah, Takasato, no sé si sabes quien soy yo. Nunca hemos estado en la misma clase”.

“No lo sé”. Fue una respuesta extremadamente corta.

“Ya me parecía que no sabrías. Soy Sakata. Siempre he querido conocerte y hablarte.
Takasato, las cosas que están sucediendo ahora, deben ser difíciles para ti, ¿no? Aunque yo
estoy de tu lado”.

Sakata abrió la boca y comenzó a hablar incesantemente. Takasato difícilmente respondía.


No era sino hasta que Sakata le hacía una pregunta directa que él de daba una breve
respuesta, aunque cuando no había preguntas, permanecía en silencio. A lo largo de la
conversación se limitó a mirar a Sakata, inexpresivo.

Hirose tenía un extraño presentimiento. El rostro de Takasato se veía ahora como se vio
cuando lo conoció por primera vez. Era como si la sonrisa y la conversación con Takasato
nunca hubieran ocurrido.

¿…quién dijo que Takasato carecía de emociones?

Hirose laminó complicados pensamientos mientras miraba el perfil estático de Takasato.


¿Era así como había transcurrido su vida? Sin decir nada, mirando a la nada. Y aún así
nadie entendía a Takasato, nadie le prestaba atención. Considerando estas dos, ¿cuál era la
causa y cuál el efecto? ¿Se había aislado del mundo, o el mundo lo había aislado?

“En cuanto a Iwaki, bueno, sembramos lo que cosechamos”, continuó Sakata sin detenerse.
“Fue por haberte golpeado. Eso estuvo más allá de la línea. ¿Y qué había dicho? Si tienes el
valor para maldecirme, ¡hazlo! Nunca debió dudar de ti. Y como resultado, lo que le pasó
fue lamentable, pero en realidad, se lo buscó él mismo”.

“¿De verdad?” preguntó Takasato calmadamente, aunque su temperamento estaba resuelto.

169
“¡Eso es lo que estoy diciendo! Aquellos que prueben las habilidades de Takasato están
mal”.

“No había razón por la cual Iwaki-kun debería haber muerto. Sin importar que clase de
persona era, eso no debió pasarle a nadie”.

Sakata estaba un poco sorprendido por la intensidad de Takasato. Después de parpadear un


rato, forzó una sonrisa rápidamente. “Bueno, cada uno de nosotros tiene un tiempo de vida.
Iwaki murió porque estaba al final del suyo, así que no tienes que culparte a ti mismo”.

Takasato bajó la cabeza y no respondió.

Sakata no tomó las palabras a pecho, e inmediatamente continuó con lo suyo. El contenido
de su discurso incluía mayormente hablar de cómo los demás eran tontos y desinteresados.
Era debido a que eran tontos que cuando veían a alguien de una inteligencia inusual, lo
marcaban como hereje. Y los que menospreciaban a los herejes no sabían en realidad que
eran sus existencias las que debían ser desdeñadas; Sakata repitió discursos como ese una y
otra vez.

A Hirose lo invadió un malestar y una inquietud difícil de describir. No tenía manera de


saber qué era lo que pasaba por la cabeza de Sakata. Las reiteradas expresiones de la
filosofía de Sakata, que parecían estar bien, pero eran en realidad incorrectas, hicieron
sentir a Hirose inevitablemente infeliz. Al mismo tiempo, sintió una enorme molestia.
Sintió como si pudiera ver la habitación vacía de colores y de bloques transparentes, y los
que rodeaban a Sakata se desmoronaban lentamente.

5
Después de mucho tiempo, no parecía que Sakata fuera a cerrar la boca. Basado en sus
propias experiencias, debatiría hasta el fin del mundo la estupidez de la humanidad.

Hirose, ya inestable, trató de ser indirecto en su insistencia para que Sakata se fuera, pero
Sakata no captaba en absoluto las intenciones de Hirose. …o quizás solo pretendía no
escucharlas. Cuando el color del crepúsculo era claro en el exterior, Hirose finalmente
decidió usar palabras más firmes.

“Sakata, vamos a cenar pronto”.

Sakata sonrió y dijo, “¿Oh? Ustedes si que comen temprano”.

“No solemos cocinar, así que vamos a necesitar más tiempo para prepararla. Así que…”

“Ah, no se preocupen por mí. Hagan lo suyo. Yo ceno tarde”.

Hirose suspiró. “Eso no está bien. No podríamos estar a gusto si tu tan solo nos vieras
comer”.

170
“Bueno, entonces, cuando ustedes coman, yo esperaré afuera”.

“Si haces eso entonces será tarde para cuando tengas que ir a casa”.

“Está bien, no me importa pasar aquí la noche. Mis padres no tendrán problema con ello”.

Hirose suspiró nuevamente. “No tengo un futón extra, y la habitación es muy chica”.

“Estaré bien si me quedo en la cocina. No importarme donde duermo es mi especialidad”


rió Sakata.

Conteniendo su enojo, dijo “Lo siento, pero ¿podrías ir a casa?”

Por un segundo Sakata dejó de sonreír. Miraba extrañado a Hirose. “¿Estoy estorbando?”

La reacción automática de Hirose era decir no, pero sorpresivamente la reprimió. “…las
cosas están echas un desastre en este momento”.

“Oh, entiendo,” dijo Sakata fríamente. Entonces se paró y saludó, levantando la mano, a
Takasato. “Bueno. Me iré, aunque es una lástima. Volveré para ver como estás”.

Hirose suspiró profundamente. “Sakata, por favor, no vuelvas aquí. Conoces la situación de
aquí afuera”.

Por un momento pareció que Sakata estaba a punto de decir algo, pero simplemente
murmuró mmm. Se apresuró en darse vuelta y caminó al hall de entrada. Después de
dirigirle a Hirose una mirada siniestra se fue. Hirose exhaló un profundo respiro al cerrar la
puerta.

Cuando Hirose regresó a la habitación, solo vio a Takasato que lo miraba con asombro.
Hirose sonrió con ironía. “Lo siento no podía aguantarlo más”.

Takasato sonrió suavemente. “Yo tampoco”.

“Hay todo tipo de personas en este mundo”, suspiró Hirose con incertidumbre mientras se
apoyaba contra la estantería.

Takasato asintió. “Los hay, ¿no es así?”

Las personas como Sakata deprimían a Hirose. En tiempos como ese, tenía un profundo
deseo de volver a ese otro lugar.

171
“Creo que me he convertido en un ermitaño.

Sin entender, Takasato ladeó la cabeza mientras lo miraba.

“Probablemente fue en la secundaria. Tenía un sueño… el de huir a alguna montaña y


esconderme. Cultivar una pequeña porción de tierra y vivir una vida autosuficiente”.

Takasato rió. “Sé a que te refieres”.

Hirose sonrió secamente. “Pero incluso si es profundo en las montañas, aún tendría que
comprar las tierras. E incluso si tuviera un campo, no significa necesariamente que habría
cosecha para todo el año. Pensé que aún así sería mejor ahorrar algo de dinero primero.
Tenía que unirme a la sociedad, trabajar duro, y ahorrar dinero suficiente. Pero entonces,
esa meta era tan grande y estaba tan lejos, así que al final, la abandoné”.

“Deberías ir al sur”.

“¿Al sur?”

“Un lugar que es cálido todo el año. No en las montañas de Japón, sino en algún lugar
dentro de las selvas tropicales. Tiene que ser un lugar en donde puedas encontrar comida en
todas partes”.

Hirose se sorprendió. “Los náufragos describen en las novelas que todos terminan en
alguna isla del sur, porque si terminaran en alguna isla del norte, no habría historia que
contar”.

“Tienes razón”.

Takasato rió suavemente, y luego miró el álbum de fotos en sus manos.

“Creo que Venezuela estaría bastante bien”.

“¿Auyantepui?”

Hay un anciano llamado Laime1 viviendo en la base de la montaña Auyantepui la cual es


parte del Macizo Guayánico. Es un hombre blanco de Letonia. Vive una vida simple de
auto abastecimiento allí, y lo llaman el ermitaño.

“Roraima”

“¿Roraima? Deberías instalarte del otro lado del anciano Laime y convertirte en el
Ermitaño de Roraima”.

1
Aleksandrs Laime murió después de haber sido escrito el libro.

172
Eso estaría más allá de la imaginación. Establecerse donde se sintiera como en un denso
bosque significaba que no tendría que lidiar con los juicios de los demás. Hacer un espacio
en la selva y plantar unas bananas para vivir podría ser bastante bueno.

“Aunque, si realmente tuviera que elegir, me gustaría vivir en la cima…”

“Es fácil decir, pero realmente es frío en la cima de la montaña, porque la elevación está
cerca de los tres mil metros. No creo que sea adecuado para el cultivo allá arriba”.

“El cultivo puede que sea un problema, pero algo podría hacerse respecto al frío, ya que la
luz del sol es tan intensa”.

“¿Qué es lo que piensas acerca de recolectar cristales en el Valle de los Cristales y


venderlos?”

Takasato sonrió. “No, no lo toleraría, y además, el primer problema sería tener que bajar la
montaña para vender los cristales. Los acantilados son de ochocientos metros de altura
¿sabes?”

“Entonces ¿qué hay de esto? El Laberinto de Rocas sigue sin ser explorado ¿verdad?
Podemos encontrar a alguien que nos apadrine con la condición de que hagamos un mapa
detallado del laberinto. Entonces tendríamos mucho tiempo libre. Es como matar dos
pájaros de un solo tiro”.

“…eso suena bien”.

“Eso es lo que estoy diciendo.” Hirose se rió tranquilamente con Takasato por un rato.

“Aunque ¿cómo haríamos el mapa? Puede, incluso, que nos perdamos antes del tercer día”.

“Creo que tendríamos que construir una pequeña choza afuera del laberinto, y luego
midiéndolo, comenzando con el exterior y entrando lentamente”.

“Tiene aproximadamente tres kilómetros de largo y más de kilómetro y medio de ancho”.

“Podríamos mover la pequeña choza mientras exploramos. Las rocas en el laberinto son
realmente grandes, ¿no es así? No puedo decir cuán grande son con solo ver las fotografías,
pero probablemente sean tan grandes como edificios. Además, las rocas han sido
erosionadas hasta adoptar formas inusuales. Apuesto que si solo miramos, podríamos
encontrar rocas con las que podríamos hacernos casas, justo como las de Capadocia”.

La famosa región de Turquía con los peñascos de formas extrañas y las ciudades
subterráneas era también uno de los lugares a los que Hirose deseaba ir.

“Podríamos nombrar las rocas mientras exploramos, tal y como las personas nombraron las
estrellas”.

173
Takasato sonrió. “¿Necesitaríamos llevar una brújula?”

“Sí, brújula y soga. Probablemente también encontremos un uso para la tiza”.

“Pero llueve mucho allí, y se cubre con la niebla por largos períodos de tiempo”.

“Entonces paraguas y botas son una necesidad”.

Takasato rió ligeramente “¿Un paraguas?”

“Sí, el relámpago es realmente aterrador, así que no puedes llevar uno con estructura
metálica. Con un paraguas en la mano y la soga en la otra, es como un cuento de hadas,
¿verdad?”

“Un paraguas rojo estaría mejor”.

“¿Rojo?” preguntó Hirose, y Takasato asintió y rió.

“Rojo. Los colores de las rocas son tan oscuros, así que tendremos que usar un paraguas
rojo. Una densa neblina en medio de un laberinto de rocas del tamaño de edificios, y luego,
agrégale un paraguas rojo, ¿no es aún más un cuento de hadas?”

Hirose rió. “Entonces llevaré uno amarillo”.

Hirose y Takasato comieron y rieron juntos mientras sacaban ideas graciosas. Para la
noche, ya habían elaborado completamente los planes para una vida de reclusión.

****
*****

Ella abrió la ventana

Era una ventana en el tercer piso, y asomándose por ella podía ver muy claramente los
edificios de la escuela, que juntos se veían como un gran barco negro. La razón por la que
pensó que se veía como un barco era porque le recordaba a un petrolero que había visto en
un viaje de estudio cuando estaba en la escuela primaria.

No sabía por qué, pero le había tenido miedo. Del mismo modo, ver los edificios de la
escuela durante la noche era un poco aterrador. Mucho había pasado recientemente,
rumores inquietantes rondaban por la escuela secundaria, pero incluso antes de los rumores,
ella había tenido miedo de la escuela,…de los edificios de la escuela.

174
Ella sabía que del otro lado de la ventana, se podía ver el edificio principal que albergaba
las salas del cuerpo docente. En este momento, las ventanas de la escuela estaban con las
persianas cerradas, pero cuando las persianas no estaban cerradas, podía incluso distinguir
los colores de las tazas de té sobre la mesa junto a la ventana.

Allá arriba podía ver el edificio de clases del cual algunos se habían suicidado saltando, y
junto a ese estaba el edificio de clases especiales. Asomándose por debajo de la sombra de
ese edificio estaba otro.

Ella se inclinó junto a la ventana y observó los atemorizantes edificios por un rato. Incluso
a pesar de encontrarlos atemorizantes y desagradables, por alguna razón, si no los veía por
un momento antes de irse a dormir, no podría descansar. Ella sentía que era la necesidad de
asegurarse, de estar completamente segura de que no era algo de que estar atemorizada, era
simplemente una escuela envuelta por la noche.

Descansó su mentón sobre sus manos y su línea de visión arrasó los edificios.
Repentinamente levantó la frente y se asomó por la ventana con las manos apoyadas en el
alféizar.

Parece que hay algo moviéndose en los edificios de la escuela. No podía decir qué era
porque estaba demasiado lejos. Abrió el cajón del escritorio y sacó un par de binoculares
que compró cuando se unió al club de observación de aves.

Mirando a través de los binoculares vio la figura de una persona.

Según las chicas de su escuela, los estudiantes de ésta eran sus objetos de anhelo. Por un
tiempo, había sido popular entre las chicas más valientes, entrar a hurtadillas en esta
escuela por la noche y deslizar cartas de amor en los casilleros de los chicos de quienes
estaban enamoradas. El establecimiento de esta actividad fue posible ya que el edificio de
clases estaba frecuentemente en uso. Los estudiantes ocasionalmente olvidaban cerrar las
ventanas del primer piso. Sin embargo, había algunas chicas poco afortunadas que habían
sido capturadas por el guardia de seguridad, por lo que eventualmente esto se detuvo.

La razón por la que pensó en ello fue porque la figura era de una mujer. Ella se preguntaba
¿podría ser que alguien continuara haciendo eso? Inmediatamente pensó en el otro rumor
que se había difundido por su escuela.

Sus manos temblaron al sostener los binoculares. La mujer estaba deambulando del otro
lado de la ventana. Ella descubrió a través de los binoculares que la ventana daba a un
pasillo.

Se estremeció mientras dejaba los binoculares. En un tiempo tan corto, no había sido capaz
de inspeccionar la escena por completo. Regresó la mirada inmediatamente, por ahora veía
algo moverse en el techo del edificio de clases. Eso la atrajo, y levantó los binoculares para
inspeccionar el techo.

175
Había un animal en el techo que parecía un perro. ¿Cómo podía haber un perro en el techo
de la escuela? El techo había sido el funesto escenario del incidente que envolvía a siete
estudiantes que habían saltado a sus muertes. Que ese perro estuviera vagando por allí
estaba más allá de la lógica y la inquietaba.

Con los binoculares, barrió el campo de visión sobre la escuela. Por alguna razón sentía que
si no veía la escuela entera una vez, no sería capaz de calmarse. Observó a través de los
binoculares a un lado y vislumbró el edificio de aulas especiales. Vio una sombra oscura en
el segundo piso, una sombra que parecía pertenecer a una enorme vaca negra. Mirando más
al lado pudo ver las ventanas del edificio de clases. En ese momento le pareció ver algo que
se arrastraba por las paredes. Se veía como una sanguijuela de un rojo oscuro con un cuerpo
tan largo como alta era la ventana. La criatura se arrastraba por debajo como una babosa. Al
mirar por arriba de ella, pasó a ser conciente de que unas pocas sanguijuelas ocupaban el
borde del techo, y mirando abajo, vio varias de ellas revolcándose en la base del edificio.

En el patio parecía haber enanos negros caminando. Volviendo al área de deportes, vio
amebas gigantes que se aferraban a la tierra.

¿Qué so estas cosas? Ella bajó los binoculares. ¿Qué demonios está pasando en esa
escuela?

Justo cuando estaba a punto de cerrar la ventana por el miedo, notó repentinamente el brillo
de una estrella fugaz. Persiguió la luz con los ojos, y se dio cuenta de que no era para nada
una estrella fugaz. Aturdida, su quijada cayó.

Era una bestia parecida a un ciervo. Lo que no era parecido a un ciervo era su cuerpo, que
brillaba tenuemente. Sin saber desde donde había volado, lo vio aterrizar suavemente sobre
el techo del edificio de clases. Ya lo suficientemente desconcertada, no estaba asustada. Por
el contrario, toda la incomodidad que sintió anteriormente había desaparecido.

La bestia desapareció muy rápidamente, pero no antes de llenarla con una calma
excepcional mientras ella cerraba lentamente la ventana.

176
Capítulo 9
El día siguiente Hirose se despertó incluso antes de que fueran las seis en punto.

Tuvo una conversación con Takasato acerca de esto y aquello, y no se fue a dormir hasta
las dos de la mañana. En total, durmió menos de cuatro horas. Hirose se sentó
distraídamente y vio que Takasato ya se había levantado de la cama. No solo eso, sino que
también se había puesto el uniforme de la escuela.

“Takasato… estás…”

“Me voy a la escuela”.

“Pero…” comenzó Hirose.

“No parece que haya nadie afuera. Puedo usar esta oportunidad para ir.” Takasato sonrió
levemente y se inclinó profundamente. “Muchas gracias por todo lo que ha hecho por mi”.

Eso significaba que pretendía irse.

“Takasato”, suspiró Hirose. Aunque la presencia de Takasato le había traído problemas,


Hirose no quería que él regresara a esa casa y con esa madre. “Puedes volver, pero la
situación no ha cambiado. Yo he sido marcado y si te vas, solo harías que me preocupara.
¿No te sentirías así?”

Takasato bajó la cabeza y no respondió.

“O ¿extrañas tu casa?” preguntó Hirose. Takasato levantó la mirada con incertidumbre.

“No tengo hogar al cual regresar”.

Hirose asintió.

“Incluso si volviera, no habría nadie para darme la bienvenida. En cuanto a mis padres y a
mi hermano, sería mejor para ellos si yo no estuviera allí. ¿…no es igual para usted,
sensei?”

Hirose suspiró suavemente.

“La verdad, estoy algo irritado, pero no hacia ti. Sino hacia las personas que estuvieron
esperando afuera, y en la escuela”, dijo Hirose mientras apoyaba la espalda contra la pared.
“Pero no es por ti. No es mi deseo que te vallas de aquí. De hecho me siento más seguro
cuando puedo verte. Pero esto está fuera de mi propia voluntad. Si fuera tú, tampoco quería
regresar a esa casa, por lo que sería difícil para mí tener que regresar”.

Hirose lo miró.

177
“No creo que quieras regresar, ¿no? ¿No es por eso que te quedas después de clases?”

Después de que Hirose terminó, Takasato sacudió la cabeza suavemente. “La razón por la
que no quiero volver a casa… es diferente”.

“¿Cómo diferente?”

“Al ir a casa solo les causo problemas”.

Hirose suspiró e intentó sacar el sueño de su cabeza.

“No entiendo bien lo que piensas. Quiero decir, por supuesto no creo que sea malo, pero me
resulta difícil de entender”.

Takasato ladeó la cabeza y bajó los ojos. Se veía como si estuviera eligiendo las palabras
adecuadas.

“Sería mejor para mis padres y mi hermano si yo no estuviera allí. Ya que soy un chico
dañino que da una mala sensación a la gente, que esté cerca de ellos solo les provocaría
infelicidad. Sé que eso es lo que piensan, por eso creo que es un poco mejor si me quedo
lejos de casa”.

Hirose suspiró. “¿Por qué deberían sentirse infelices? Si sabes que piensan así, ¿por qué no
estás enojado?”

“Porque… es la verdad”.

“¿Qué quieres decir con la verdad?”

Takasato estaba perplejo. “Eso es lo que dice todo el mundo. Sensei, ¿no le parece que le
doy a la gente una mala sensación?”

Al Takasato preguntarle esto, Hirose estaba estupefacto. “Nunca pensé eso”.

“El sensei debe ser un tipo de persona diferente”.

“Sí… puede ser”, Hirose rió suavemente. “Tan solo quédate”.

Después de decir eso, Takasato sacudió la cabeza. “Creo que voy a dejar la escuela”.

Hirose fijó la mirada en el rostro calmo de Takasato. “¿Por qué?”

“He estado pensando que no ir a la escuela puede que sea mejor, porque las cosas malas
pasan cuando estoy con otras personas, y todo el mundo tiene problemas. Aunque, nunca
supe realmente que hacer cuando mi profesor de la primera etapa de secundaria me
recomendó que tomara el examen para esta escuela, solo tomé su recomendación”.

178
Takasato lo dijo con una leve sonrisa. “Creo que tenía miedo. Ya que siempre he vivido mi
vida sin un propósito, tenía miedo de perder el equilibrio. Era como si estuviera parado en
el borde de un acantilado. Además no tenía nada de que agarrarme, tenía miedo de perder el
equilibrio. Creo que quería tener la posición de un estudiante de secundaria”.

“¿…Y entonces?” preguntó Hirose en voz baja. Había un tono mordaz en alguna parte de
su voz.

“Quiero dejar la escuela e irme de casa. Trabajar con la gente no sería diferente a ir a la
escuela, y causaría problemas a los de mí alrededor, pero creo que habría problemas si lo
hiciera por un corto período de tiempo. Pensándolo podría estar cambiando de trabajo
constantemente, creo que este tipo de vida no es rara en lo absoluto…”

Hirose no sabía cómo controlar su ira. Ésta estaba dirigida a Takasato, pero no era Takasato
quien lo había provocado. Estaba enojado porque no podía entender por qué esa persona
parada frente a él no podía vivir normalmente como la mayoría de la gente. Estaba más
enojado por que Takasato simplemente aceptaba la realidad.

“¿Y entonces? ¿A qué te vas a aferrar?” Estaba intentando barrer su punto de apoyo. Sabía
que si no tenía nada a que aferrarse seguramente caería.

“Quiero intentar e ir al Monte Roraima”.

Hirose se sentó frente a Takasato y lo miró. Eso es absurdo, pensó por un momento. Para
ver los extraños riscos de una montaña en América del Sur, ese es tu único deseo.
Comparado a los deseos de muchas otras personas que se aferran sin rumbo a ciertas
cosas, ¡Qué pequeño!

Takasato sonrió. “Tonto ¿no? Pero éste es el primer deseo que he tenido en toda mi
existencia”.

“Entonces ve”, dijo Hirose despectivamente. “Ve y mira el Laberinto de Rocas, después de
años de trabajo duro, y regresa completamente abatido cuando te des cuenta de que no es el
Monte Hou”.

Por un instante, Takasato pareció extremadamente herido.

“…perdóname. Fue un cruel arrebato de ira.” Hirose se sintió avergonzado y no pudo evitar
bajar la mirada. O quizás era que no podía ver directamente a Takasato. “¿Puedes
esperarme un segundo? También necesito salir”.

Hirose se levantó y Takasato lo miró.

“Si quieres ir, entonces probablemente deberías ir a hablar con Gotou-san. Iré contigo”.

“¿Se sorprendió?”

179
“No” Hirose sacudió la cabeza. “Creo que tan solo esperaba que pudieras vivir una vida
pacífica. Espero que puedas recorrer el camino de una vida feliz. Pero, lo que es una vida
feliz, realmente depende de la decisión personal de cada uno”.

Hirose forzó levemente una sonrisa.

“Lo que me parece un poco lamentable es que no dejaste ir ese tipo de vida por cuenta
propia, pero no podías evitar dejarla ir. Aunque debido a eso, sigues adelante por el bien de
tus deseos”, dijo Hirose mientras abría la puerta del baño. “Si después de unos pocos años
decides ir, házmelo saber. …te mandaré un paraguas rojo”.

Esa vez sonrió de verdad. Takasato pareció suspirar de alivio mientras sus labios agrietaban
una sonrisa.

2
Aún era temprano, así que apenas había unas pocas personas en la escuela y la puerta aún
no estaba abierta. Hirose y Takasato entraron a los terrenos de la escuela a través de la
puerta trasera y se sentaron detrás del gimnasio, en un lugar donde no podían ser vistos.

Hablaron de cosas sin importancia mientras esperaron a que comenzara el día escolar, y
cuando comenzó salieron del escondite.

Hirose palmeó el hombro de Takasato y lo envió el edificio de clases. ¿Qué pensarían los
compañeros de Takasato cuando lo vieran? ¿Qué dirían? ¿Qué harían? La idea original de
Hirose era acompañarlo hasta el aula, pero Takasato sacudió la cabeza y se negó. Su
expresión era indiferente, como si fuera un mártir que había llegado a una conclusión.

Hirose siguió el camino de acceso al edificio de clases especiales, y evitó el contacto visual
con los demás en su camino. Había pasado dos semanas las suficientemente normales aquí,
pero una vez pasado el período, la escuela volvió a ser un lugar extraño para él. Caminó por
un pasillo poco transitado mientras pensaba en ello.

Cuando Hirose entró al salón de química, se encontró con un Gotou sentado y sorprendido.

“Sabes que tu período de entrenamiento terminó ¿no es cierto?” preguntó Gotou. Hirose
asintió.

“¿No había dicho que estaba bien si pasaba por aquí?”

“Eso dije, pero no esperaba que vendrías esta mañana”.

180
Hirose rió suavemente, y luego su expresión se tornó seria.

“Hoy soy guardaespaldas. El de Takasato”.

“¿…es así?”

“Le dije que pasara por acá después de clase. Hay algo que quiere discutir contigo, Gotou-
san”.

“¿Discutir? ¿Takasato, conmigo?”

“Por supuesto que contigo, Gotou-san. Quiere hablar contigo acerca de dejar la escuela, así
que naturalmente, con usted”.

Al oír esto Gotou abrió bien los ojos. “¿Dejar la escuela? ¿Dejarla y hacer qué?”

“Probablemente buscar un trabajo”.

“¿Lo instigaste a esto?”

“Por supuesto que no. Es algo que decidió por su cuenta”.

“¿De verdad?” Gotou bajó la voz. “El número de asientos vacíos en mi clase continúa
aumentando”.

Hirose no dijo nada.

“¿No lo viste aún?

Sin entender, Hirose levantó la mirada. Gotou levantó la ceja.

“Hubo un informa acerca de Takasato esta mañana en el periódico. Aunque no


mencionaron su nombre”.

“¿De verdad…?”

Hirose reflexionó sobre ello.

El timbre de alarma sonó, y Gotou salió para asistir a la reunión matutina. Cuando regresó,
tenía una expresión complicada.

“Veintiséis. ¿Cómo puede ser? Un gran número de asistencia, ¿no es así?”

181
“¿Veintiséis están presentes?”

“¡Sí! Me pregunto si todos se están sintiendo mejor después de haberse tomado el sábado
libre. Bueno, definitivamente estoy agradecido”.

“¿Cómo estuvo la situación en el aula?”

La expresión de Gotou se tornó complicada de nuevo. “Fue mayormente como de


costumbre. Takasato fue como solía ser, y el resto no actuó muy diferente a como solían
antes del accidente. En otras palabras, algo como poner algo a una distancia segura no es
mi preocupación”.

Hirose ladeó la cabeza un poco. “¿Fue como era antes?”

“Puede que haya unas pocas diferencias, creo. Porque, cuando abrí la puerta del aula, vi a
dos alejarse del escritorio de Takasato”.

Un malestar golpeó a Hirose. “¿De verdad?”

Gotou agitó la mano. “No parecía una pelea. A mí me pareció que estaban charlando”.

Hirose pareció desconcertado. “¿Charlando? ¿Con Takasato?”

“No me preguntes. En un momento podrás preguntarle tú mismo. De cualquier forma,


como lo vi, el estado de ánimo parecía estar calmado”.

Hirose se quedó pensativo. Pensaba en esa peculiaridad. Era como hallar preguntas
ridículas en un examen considerado muy difícil.

“Oh, está bien. ¿Oíste algo de la casa de Takasato?” preguntó Gotou. Hirose negó.

“No. Takasato planeaba contactarse con ellos ayer, pero no creo que nadie estuviese allí”.

“Mmm.” Murmuró Gotou en voz baja. “La escuela a la que asiste el hermano de Takasato
me llamó ayer a casa. Dijeron que faltó el viernes y el sábado sin anunciar nada. Querían
preguntarme si sabía o no lo que estaba pasando”.

“¿Eh?”

“Oí que su padre se ausentó al trabajo sin permiso dos días seguidos. Después, creo que un
compañero de trabajo que era de la escuela a la que va su hijo menor llamó para preguntar,
pero la respuesta que obtuvo fue que el chico tampoco había asistido. Alguien quería
contactarlos, pero no creo que hubiera alguien en casa, por eso me llamaron”.

De pronto Hirose fue alcanzado por una sensación desagradable.

182
Originalmente había pensado que nadie atendía el teléfono porque no había nadie en casa.
Lo que la madre había dicho antes, había días en que tenían que cerrar las persianas. Hirose
había pensado que se habían encerrado en la casa y que a propósito habían cortado todo
contacto con el exterior. Sin embargo, ¿podía ser que incluso el padre dejara de ir al
trabajo?

“Iré a dar un vistazo después de que terminen las clases”. Dijo Hirose. Gotou lo miró
sorprendido.

“¿Planeas pasar el resto del día escolar aquí?”

“No puedo dejar la escuela cuando todavía se estén dictando clases porque hay muchos
reporteros esperando en las puertas. En cualquier caso, quería ir con Takasato, por lo que
no estaría fuera de mi camino”.

Cuando Hashigami y los demás llegaron al salón de química durante el almuerzo y vieron a
Hirose allí, se quedaron atónitos.

“¿Por qué Hirose-san está aquí?”

El primero en hablar fue Hashigami. Hirose solo sonrió con ironía.

“Incluso nos tomamos la molestia de hacerle una fiesta de despedida. ¡Que hombre
ingrato!”

“¡Sí! Justo me estaba poniendo sentimental al pensar Ah, no veré más al sensei Hirose
cuando abra esta puerta”

Hirose le dio un codazo suave a Nozue que estaba poniendo cara de ansiedad.

“Tuve algunas diligencias, así que vine a la escuela esta mañana, pero esas hienas de afuera
me impiden salir”.

“Ah, ya veo”. Nozue aplaudió ligeramente y dijo “Cada vez que vengo y me voy de la
escuela, me llaman y se arrastran tras de mí. Creo que incluso hicieron una llamada a la
casa de Tsuiki. Siguen diciendo Cuéntanos acerca del incidente que involucra al señor T y
su caída. Llamaron tres veces o más”.

Hirose sonrió secamente. “¿Quieres que te cuente cuántas veces llamaron a la casa del
maestro estudiante A, quien fue herido en un sospechoso accidente?”

Hashigami lo miró con simpatía. “…que terrible”.

183
Nozue se inclinó hacia delante. “¿También hay personas haciendo vigilancia en su puerta?”

“El sábado y domingo de la mañana a la noche hubieron dos o tres dando vueltas”.

“¡Wah! Eso apesta…”

Justo entonces, una persona raramente vista allí entró.

“¿Eh? ¿Qué es lo que está haciendo aquí el sensei?”

Era Tsuiki.

Hashigami acercó una silla plegable para él. “Ha pasado tiempo, Tsuiki. ¿Cómo has
estado?”

“Sí, estoy bien”. Se sentó en la silla que Hashigami desplegó para él. Nozue puso un vaso
con café frente a él.

“”No has disfrutado un servicio como éste en un tiempo”.

“Gracias”, dijo Tsuiki, quien luego miró a Hirose. “Takasato apareció”.

“Así parece”. Hirose asintió vagamente. Nozue se inclinó hacia delante de nuevo.

“Así que finalmente apareció, ¿eh? ¿Cómo fue?”

“Se sintió raro”, dijo Tsuiki desinteresadamente.

“¿Raro? ¿Por el señor T?”

“Por supuesto que por Takasato. Todos en el aula dieron un giro de 180º respecto a su
actitud con Takasato. Es por eso que fue raro”.

Hirose preguntó, “Esta mañana Gotou-san dijo que Takasato fue rodeado por un grupo de
gente, ¿eh?”

“Fue como dijo. Cuando los que originalmente no se habían preocupado mucho por
Takasato lo vieron, se reunieron a su alrededor y se disculparon por las cosas que pasaron.
Todo pareció jugar el papel de un mal drama adolescente”.

Nozue se burló de ello. “Oh Takasato, estábamos equivocados. Fue todo un malentendido.
Todos somos buenos compañeros, ¿verdad?... ¿Sonó así?”

Tsuiki rió. “Probablemente muy parecido. Me pregunto si ahora son amigos y si están
almorzando juntos. ¡El número de personas también comenzó a aumentar esta mañana! No
sé por qué, pero es inquietante de ver”.

184
Hirose frunció el ceño. No podía entender por qué hubo tal cambio.

“¿Es porque ahora reconocen al señor T como una persona muy especial?”

Tsuiki miró a Nozue inquisitivamente.

“Eso es lo que está diciendo Sakata. Sigue anunciando que el señor T es una persona muy
especial, así que todos deben mostrarle el respeto debido. Incluso presentó un discurso al
respecto el otro día”, dijo Nozue.

Tsuiki suspiró cansadamente. “Ese tipo es un bicho raro. Cuando el almuerzo comenzó
vino en busca de Takasato como si fuera cercano a él. No creo que nadie esté influenciado
por Sakata, pero de cualquier forma, verlo me da una mala espina”.

Después de decir esto, Tsuiki miró a Nozue. “Aunque el punto de Nozue es bastante
realista. Era como si todos realmente lo respetaran”.

Hirose, una vez más se hundió en sus pensamientos. ¿Cuál era el verdadero significado
detrás de todo esto? ¿Podía creer que la influencia de Sakata era tan grande, y si ese no
fuera el caso, qué causaría el cambio de actitud?

“Oh, cierto. Sensei”. Nozue levantó la mirada. “Creo que hay un reporte acerca de Takasato
en el periódico de hoy”.

“Sí, eso oí”.

“También oí que en el reporte de los deportes del sábado incluían su nombre completo”.

Hirose asintió.

Tsuiki repentinamente espetó. “¿Creen que haya sido Sakata el que lo filtró?”

Todos los presentes miraron a Tsuiki.

“Después de la escuela, el martes, vi a Sakata sentado en un restaurante con un tipo que se


veía como reportero. Realmente parecía a gusto hablando sin parar. No pude oír de qué
estaban hablando exactamente, pero tanto entonces como ahora, lo oigo nombrar a
Takasato”.

3
Takasato llegó al salón de química no mucho después de que terminaran las clases. Primero
saludó y entonces entró. Usando un tono plano, simplemente dijo “Me gustaría dejar la
escuela”.

185
La actitud de Gotou fue igualmente franca. “¿Qué pretendes hacer después de
abandonarla?”

“Voy a trabajar”.

“¿Ya encontraste un lugar?”

“No, aún no”.

Gotou lo miró con sinceridad en su mirada. “Si un poco de distancia no es un problema


para ti, yo te ayudaré a estar atento. Ya que te preparaste, ¿por qué al menos no terminas
Septiembre?”

Después de decir esto, Takasato saludó inclinando la cabeza. “Muchas gracias”.

La discusión terminó de esta forma.

Cuando fue tiempo de irse, se protegieron por viajar con Totoki. Al principio Takasato lo
rechazó educadamente, pero dio su consentimiento cuando Totoki le dijo “Mira a los
periodistas reunidos frente a la puerta de la escuela, si no me permites que te lleve, voy a
llamar a Gotou”.

La puerta de la casa de Takasato estaba firmemente cerrada. Quizás nadie estuviera en casa.
No parecía haber periodistas cerca. Hirose salió del auto y le agradeció a Totoki. Miró el
buzón en la puerta de metal de la entrada lleno de diarios que salían de su estrecha abertura.

Takasato desbloqueó la puerta desde el exterior. Todas las persianas de tormentas estaban
bajas. A simple vista parecía que nadie estaba en casa.

Takasato tocó el timbre, pero no hubo respuesta desde el interior. Lo hizo sonar un par de
veces más, pero la casa se mantuvo en silencio.

“Parece que realmente no hay nadie en casa”, dijo Hirose. Takasato asintió. Con una
expresión aprensiva en el rostro, sacó la llave de su maletín. Abrió la puerta y colocó la
mano en la puerta de vidrio. “Volví” dijo mientras abría la puerta.

La entrada que Hirose había visto antes era totalmente silenciosa y carente de presencia
alguna. Las flores en el estante del zapatero ubicadas en la parte posterior de la habitación
ya estaban secas. Entonces, un sorpresivo olor llegó a ellos.

“¿Hueles algo raro?” preguntó Hirose. Takasato parecía desconfiado. “¿Qué crees que
sea?”

186
“¿El olor?”

“Sí, huele a algo podrido”

Con eso, Takasato inhaló una bocanada de aire y se estremeció al abrir bien los ojos.

“No puede ser…”

Los latidos de su corazón comenzaron a sonar como el tic-tac de un reloj. Hirose puso un
pie dentro del hall, y al hacerlo, el espeso olor se volvió más evidente.

“¿…madre?”

Después de que Takasato abrió la puerta de papel que estaba directamente frente a ellos, ese
horrible olor se volvió más fuerte. La situación estaba más allá de lo usual. Hirose trató de
detener a Takasato, quien se estaba quitando los zapatos para entrar corriendo. “Deberías
quedarte aquí”.

Takasato sacudió la cabeza y entró a la habitación. Hirose lo siguió. Después de abrir la


puerta corrediza el la derecha de la habitación, se vio el pasillo. La atmósfera dentro aún era
densa y emanaba un hedor pegajoso.

“Takasato, es mejor que no entres”. Hirose agarró el brazo de Takasato para detenerlo
mientras éste se lanzaba al pasillo. “Llamemos a la policía. Será mejor esperar a que
lleguen aquí antes de que hagamos algo”.

“¡Pero…!” Un Takasato con el rostro pálido sacudió la cabeza. De repente oyeron un


sonido débil proveniente de algún lugar, como si algo raspara contra la estera del tatami.

“¿Qué es eso?” preguntó Takasato mientras giraba la cabeza para escuchar. Entonces corrió
hacia la parte posterior del pasillo. “¡Madre!” gritó. Repentinamente oyeron un ruido que
parecía ser el de un objeto pesado al balancearse. Hirose y Takasato se miraron, y el
primero en bajar por el pasillo fue Hirose.

“¡Takasato-san! ¿Estás aquí?”

El pasillo estaba cubierto por una leve capa de polvo. El ruido continuó oyéndose desde el
final del pasillo. Con cada paso más el hedor se hacía más penetrante. Incluso si respiraban
por las bocas, el repugnante olor llegaba a sus gargantas.

Hirose siguió el ruido hasta el final del pasillo. A un lado, no muy lejos del frente del
pasillo, había una ventana de vidrio, y al otro lado una puerta de papel. Las persianas de
tormenta no estaban bajas y solo cubrían una parte de las cortinas. La luz del sol se filtraba
hasta el pasillo a través de las delgadas cortinas.

187
Hirose se paró en frente y se asomó cuidadosamente a la habitación más cercana. Lo
primero que vio fueron dos habitaciones al estilo japonés que se veían juntas como un
living occidental. El ruido se oyó nuevamente desde el final de la casa.

Allí el pasillo se separaba hacia la izquierda y derecha. A la derecha había un baño, pero el
sonido provenía de la izquierda.

Después de ir a la derecha, Hirose puso la mano en la puerta corrediza de papel.

“¿Es ésta?” Hirose se había cubierto la boca con un pañuelo, por lo que su voz era apagada.

Takasato respondió aturdido, “Es la habitación de mis padres”.

Hirose abrió la puerta suavemente. Antes de que tuviera la oportunidad de abrirla


completamente, algo voló hacia su cara y lo hizo retroceder. Algo había salido volando
desde la grieta entre la puerta y la pared. Instantáneamente Hirose levantó las manos como
una autodefensa, y luego se dio cuenta de que era un enjambre de bichos.

“¿…Qué es eso?” preguntó Takasato. Hirose siguió los insectos que volaban alrededor de él
con la mirada.

“Moscas…”

Había un olor espeso en el interior. Nuevamente Hirose puso la mano en la rendija que ya
había abierto, y la abrió completamente. Una vez abierta vio una habitación de 4,5 tatamis
de ancho. Las persianas de tormenta tampoco habían sido cerradas, y aunque las cortinas
estuvieran cerradas, una tenue luz llenaba la habitación. Había un jarrón con flores sobre un
estante, y también había un estante. Otra habitación se ubicaba de forma contigua, la cual
también estaba llena de luz.

Hirose no sabía como se veía esa habitación, pero pudo ver una alfombra tirada sobre el
tatami. Y un horrible color se había dispersado sobre la alfombra y un enjambre de moscas
se arremolinaba en torno a ella.

Takasato gritó de angustia mientras entraba a la habitación. Hirose quiso detenerlo, pero ya
era demasiado tarde.

Takasato se quedó parado frente a la puerta semiabierta, y miraba la habitación lleno de


terror. Hirose se quedó en estado de shock mirando la alfombra, tratando de encontrar
alguna pista en los colores de la podredumbre encontrada.

En la habitación encontraron los cuerpos de los padres de Takasato, y en otra habitación


encontraron el cuerpo de su hermano. Parecía que habían sido atacados mientras dormían.

188
Por la postura en la que murieron parecía que habían querido saltar fuera de las mantas. No
había duda de que fue una muerte violenta.

Una gran cantidad de gusanos sobre la alfombra se había comido bastante de los cuerpos
como para revelar partes de los huesos. Fue a fines del verano y la temperatura era cálida,
por lo que el grado de descomposición estaba bastante avanzado. E incluso Hirose no podía
saber, ya que los cuerpos no estaban en una posición natural, si había sido suicidio o un
accidente.

Los oficiales de policía llamaron a Hirose. Takasato miraba al espacio como si estuviera en
estado catatónico. Los oficiales pedían que Takasato identificara los cuerpos. Pero no había
mucho con que confirmar. Lo único era un anillo de oro en la mano de uno de los cuerpos
que estaba más allá del reconocimiento. Takasato respondió, “Creo que ese es el anillo de
bodas de mi madre”.

4
Ambos fueron a la estación de policía a declarar. Debido a que la casa de Takasato había
sido cerrada el hedor a decadencia era especialmente fuerte. No había forma de que alguien
se quedara allí mucho tiempo.

Cuando regresaron, los llevaron en una patrulla. Los alrededores de la jefatura de policía
estaban llenos de periodistas, por lo que un policía de buen aspecto, vestido de civil los
llevó hasta la patrulla en la puerta trasera. Tomó una tela y la usó para cubrir el rostro del
silencioso Takasato de cabeza gacha, y les dijo a los reporteros reunidos frente a la puerta
“Por favor, recuerden que es un menor”. Fue bien intencionado, pero aún así, Takasato
parecía un criminal siendo escoltado por la policía.

Tan solo había dos o tres reporteros frente al departamento. El resto de ellos probablemente
estaría frente a la estación de policía o en la casa de Takasato. Hirose dejó que lo atraparan
con el fin de dispersar su atención. Takasato utilizó esa oportunidad para escabullirse
adentro.

Como si se hubiera vuelto catatónico, Takasato no dijo nada. Aparte de sentarse a su lado y
hacerle compañía, a Hirose no se le ocurrió que más hacer.

Gotou fue a verlo cuando ya era de noche. Al ver que Gotou venía, Takasato hizo una
profunda reverencia. Aparte de eso se mantuvo en silencio.

“Esto debe ser duro para ti, Takasato”, dijo Gotou. Takasato no dijo nada. Gotou lo miró
con una expresión de dolor, y luego se giró para hablar con Hirose. “¿Te dijo la policía
cuándo murieron?”

189
“Dijeron que probablemente durante la noche, hace tres días”.

“¿Fue un accidente?”

Hirose sacudió la cabeza. “Ahora es asesinato. Los cuerpos están un estado terrible”.

Hirose no dijo nada más. Los cuerpos que él mismo había visto parecían como si alguien,
de mente enfermiza, los hubiera rasgado hasta que ya no parecieran personas. Cuando vio
los cuerpos no estuvo en un pequeño shock. Aunque fueron llamados cuerpos, se los
describiría mejor como los confusos restos de una arcilla hecha de carne humana.

“Hubo un investigador que dijo que los cuerpos parecieron haber sido desgarrados por
animales salvajes o algo. Para una descripción más detallada deberíamos esperar a que la
autopsia termine”.

“¿Entonces es así?” Gotou murmuró para sí, mientras buscaba alrededor de su cintura. Pero
no había ninguna toalla en su cintura porque vestía un traje que raramente se ponía.
Irritado, Gotou se limpió las manos en los pantalones. “¿Sus padres y su hermano eran su
única familia? ¿Qué hay de sus familiares?”

“Creo que todos los familiares viven demasiado lejos. Takasato mismo tampoco parece
estar muy seguro ya que no parece estar muy en contacto con ellos”.

Gotou asintió. “¿Y el funeral?”

“Se lo va a dejar a la policía. Oí que hay cierta comunicación entre una casa fúnebre y la
policía, así que a través de la policía, la casa fúnebre se va a encargar de todo. De cualquier
manera la autopsia tomará todo el día de mañana. El velorio y el funeral no tendrán lugar
hasta pasado mañana como muy temprano”.

“Ya veo”. Gotou asintió.

“Y afuera está igualmente silencioso”.

“Sí, de alguna forma”.

No sabían que Takasato estaba allí.

Gotou miró a Takasato. “¿Takasato, vas a tomarte algún tiempo libre de la escuela a partir
de mañana?”

Takasato no levantó la mirada. Simplemente asintió en silencio.

“Ofrezco mis condolencias desde el fondo de mi corazón. Mantente equilibrado”.

Takasato le respondió a Gotou con un asentir de la cabeza, sin expresión alguna.

190
Después de que Gotou se fuera, Takasato abrió finalmente la boca. No fue hasta entonces
que Hirose entendió que Takasato no había estado alterado por la pérdida de su familia.
Takasato le preguntó “¿Fue por culpa mía?”

Hirose no fue capaz de responder en ese instante.

Al hablar de quienes habían herido a Takasato, no había quienes hubieran hacho más que su
propia familia, y por las represalias, la madre de Takasato debía ser la primera víctima.
Nunca podrían haberla pasado por alto. La única razón por la cual habían esperado hasta
ahora era debido a ciertas circunstancias. Aunque la familia de Takasato eran sus enemigos,
Takasato los necesitaba. Eran capaces de protegerlo y garantizar sus necesidades básicas.
Sin embargo, ahora, ya no eran esenciales… y eso se debía a Hirose.

Ahora que Hirose lo pensaba. Fue hace tres noches, el día en el que los estudiantes habían
saltado del techo de la escuela. Esa noche Hirose había oído una voz.

¿Eres enemigo del rey?

Recordaba haber respondido algo, pero no había podido recordar qué era exactamente. Fue
entonces cuando lo hizo. No, Hirose había respondido.

No soy un enemigo.

La familia de Takasato murió esa noche. ¿Había alguna relación para esta coincidencia?
¿Habían aceptado el hecho de que Hirose no era un enemigo, haciendo la existencia de su
familia innecesaria, por lo que procedieron a su eliminación? ¿Podría eso explicarlo todo?

Entonces… Hirose miro a Takasato quien lo miraba.

…entonces, ¿el rey?

Mirando los impotentes ojos de Takasato, Hirose sacudió la cabeza.

“Al menos, sin importar como pasó, no es tu culpa”. No importaba si los atacantes eran
esas criaturas. “Porque tú eres la víctima”.

“¿…de verdad?”

Hirose asintió con decisión. “Takasato, esto no sucedió por ti”.

Takasato agacho la cabeza. Estuvo anonadado por un rato, pero finalmente comenzó a
llorar.

191
5
La mañana siguiente Hirose fue despertado por alguien que llamaba a la puerta.

Aún medio dormido, quitó la cadena de la puerta y la abrió. Un micrófono saltó en frente
de él.

El pasillo fuera de su casa estaba lleno de personas.

“Escuchamos que Takasato-kun está aquí”.

Hirose cerró la puerta de una. Del otro lado podía oír las voces como tormenta. “¡Déjenos
hablar con Takasato!” Un Takasato similarmente despierto estaba mirando a través de la
puerta de vidrio abierta. Hirose pensó “Lo descubrieron. ¿Fue la policía? ¿O alguien más lo
hizo? ¿Continuará por mucho tiempo?

Una vez que el teléfono comenzó a sonar, casi como que no se detuvo. De acuerdo con el
plan, la policía iba a llamar, por lo que Hirose no podía desconectarlo. Se cubrió la cabeza
sin saber que hacer. Para tapar el ruido del exterior prendió la televisión. Casi todos los
programas matutinos hablaban de lo mismo.

“Habiendo sido dejado, ahora reside en la casa de un senpai, un maestro estudiante”. Detrás
de la reportera que daba los detalles de la noticia con una severa expresión, estaba el
edificio del departamento de Hirose. Impaciente, Hirose cambió de canal, pero el resultado
fue el mismo, veía su nombre otra vez.

En medio de las interminables llamadas por teléfono por información, comenzó a recibir un
puñado de llamadas diferentes. Estaban esas de los amigos del colegio, conocidos, personas
de la secundaria, incluyendo a Gotou, y a la madre de Hirose.

La madre de Hirose lo culpó de haber sido atrapado en todo esto por el rechazo a la
supervisión de sus padres y por vivir solo.

“Fuiste televisado mientras abrías la puerta. De cualquier forma, deberías volver a casa
inmediatamente”.

“Ahora no puedo” dijo Hirose, y su madre contestó.

“Al menos deshazte de ese chico. Él no es tu responsabilidad. Te arrastró hasta su maraña,


e incluso pasaron tu nombre en el reportaje”.

Hirose colgó el teléfono.

El propietario y algunos de los vecinos también llamaron. Muchos para quejarse. Decían:
“¿Cómo se supone que vivamos así? ¡Encuentre una forma de deshacerse de los

192
reporteros!” Incluso recibió llamadas de completos desconocidos: una mujer que no lo
culparía si echara a Takasato de la casa, un hombre que quería asustarlo diciendo que
esconder a Takasato sería recompensado con un castigo divino, y además, personas que
expresaban simpatía, aliento, sospechas, críticas y culpas hacia Takasato.

Algunos de los estudiantes de la clase 2-6 también llamaron. Todos ellos dieron palabras de
condolencia y de aliento.

“Desde que él era chico, ha sido constantemente seguido por una serie de muertes y
accidentes. Algunos dicen que está maldito, y fue por esto que la relación padres hijo se
deterioró”. Esto fue lo que dijo un reportero en un programa del mediodía. Hirose apagó la
televisión. Sin embargo, después de haberlo hecho, Hirose cayó preso de una inquietud, de
que algo imprevisto sucedería porque no sabía lo que estaba pasando afuera. Lo soportó por
un momento, pero llegó hasta tal punto que no pudo más, así que prendió la televisión
nuevamente. Y lo repitió varias veces.

Cuando llegó la tarde las personas del barrio comenzaron a pasarse por allí. La mayoría iba
para pedirle a Hirose que pensara una forma de deshacerse de los medios de comunicación,
pero hubo una mujer que fue a insistir diciendo que un accidente que sucedió a su hijo en la
escuela y que seguramente tenía que ver con Takasato.

La policía llamó para decir que la autopsia no había estado libre de problemas y que
probablemente deberían esperar hasta mañana en la tarde antes de que los cuerpos fueran
devueltos. Hirose llamó a la funeraria y les explicó la situación. Posteriormente desconectó
el timbre y el teléfono para que no sonaran más.

Durante ese tiempo, Takasato estuvo sentado con la cabeza gacha. De vez en cuando
miraba a Hirose como si quisiera hablarle, pero se detenía y no decía nada.

Esa noche, cuando finalmente estuvo tranquila alrededor del edificio, se inclinó
profundamente hacia Hirose. “Estoy realmente apenado de haberle causado tantos
problemas”.

Hirose pensó Takasato siempre se está disculpando.

“No es culpa tuya” dijo Hirose. Takasato negó en silencio.

“No me causas ningún problema”.

Takasato rió suavemente, y luego suspiró con una expresión severa. “Sé que mi existencia
no es nada más que una molestia, pero le temo a la muerte”.

“Takasato,” dijo Hirose confortablemente. Takasato sonrió débilmente e inmediatamente


bajó la vista.

193
“Sé que hubiera sido mejor si yo nunca hubiera vuelto, pero sería genial si pudiera
regresar”. Dicho esto, Takasato hizo una profunda reverencia. “Por favor perdóneme, no sé
como regresar”.

Hirose suspiró. Él sabía bien lo que Takasato estaba pensando. Éste no es su mundo. Él
debería estar viviendo en otro mundo, por eso le cuesta encajar en éste.

“No tienes que disculparte. Los que están causando problemas son los medios y los
mirones, no tú”.

Aunque esto fue lo que dijo Hirose, sabía que no era increíblemente persuasivo. Si no
hubiera tenido nada que ver con Takasato, no habría sido envuelto en nada de esto. Éste
era un pensamiento que tenía que resolver. Hirose pensó, Takasato se culpa a sí mismo,
pero él tampoco podía abandonarlo de esa forma.

El aire acondicionado estaba prendido, pero la atmósfera en la sala aún estaba pesada y
húmeda. Hirose dijo: ¿Por qué no abrimos la ventana un poco?” Takasato se puso de pie.
Apartó la cortina un poco y abrió la ventana. Unas voces se vinieron del exterior.

“¿Eres Takasato?”

Hirose saltó y corrió a la ventana. Del otro lado de la ventana, había un hombre parado en
la presa con una cámara. Hirose tomó a Takasato por el brazo y lo sacó de la ventana.
Escuchó los obturadores de la cámara cerrarse, y cuando cerró las cortinas se oyó otra voz.

“¡No puedo creer que hayas maldito a tus padres hasta la muerte!”

El rostro de Takasato se volvió pálido. Hirose le dio unas palmaditas en el hombro de un


Takasato que ya se había cubierto el rostro. Se culpó a sí mismo por no ser capaz de hacer
nada más por Takasato.

6
La tarde siguiente, los cuerpos les fueron devueltos después de la autopsia. Cuando la
policía supo lo que pasó envió una patrulla a buscarlos.

“¿Determinaron la causa de las muertes?”

Quien preguntó eso fue Takasato. El oficial de policía que estaba con ellos ladeó la cabeza
y dijo “Acerca de eso… creo que llegaron a la conclusión de que fue producto del ataque de
un animal. Creo que te darán una explicación más detallada en un rato, pero creo que
dijeron que los mató un perro o un animal del estilo”.

Parecía estar desconcertado.

194
“Sin embargo no se hallaron huellas de ningún animal dentro de la casa, y todas las puertas
y ventanas estaban cerradas desde el interior. No pudimos hallar ningún hueco ni abertura
lo suficientemente grande como para que ese gran animal pasara”.

Fueron llevados a una universidad donde escucharon al hombre a cargo de la autopsia


darles los detalles.

“A partir de las marcas dentales se puede determinar el tamaño de la mandíbula. Y por el


tamaño de la mandíbula, pudimos determinar que este animal es mucho más grande que un
perro, quizás un tigre o un león, o un animal parecido”.

El forense inclinó la cabeza en duda.

“Le pedí a un especialista que viniera y echara un vistazo, pero descubrió que las marcas de
dientes no pertenecen a un felino. En cierta forma, se parecen al de un can. Los resultados
no son concluyentes. Ahora le toca a la policía investigar para resolver este caso”.

El forense mostró algo de desconcierto.

Los restos fueron enviados al crematorio para ser cremados. No tenía sentido preservar los
cuerpos ya que no tenían la forma original. Fue de esta forma en la que cargo con las
cenizas de tres personas de vuelta a casa.

La funeraria hizo los arreglos, tanto para el velorio como para el funeral en el templo cerca
de la casa en la que vivía. Con el objetivo de dar cabida a la investigación, Takasato no
podía quedarse en su casa por el momento. Yendo al tempo en un coche que pertenecía a la
funeraria, vio a la presa frente a la puerta del templo y un grupo de dolientes esperando
dentro del hall principal del templo.

Los dolientes eran en su mayoría familiares que habían viajado desde muy lejos. Ya que no
tenía mucho contacto con ellos, Takasato tuvo que preguntarles sus nombres y la relación
de parentesco que tenían.

En este punto no había nada más que Hirose pudiera hacer por él, así que se sentó en una
esquina del hall y esperó. Un grupo de personal de la escuela llegó, incluyendo a Gotou, y
poco a poco el lugar comenzó a tener más actividad.

No mucho después de que Gotou y los otros llegaran, comenzó a haber cierta fricción entre
los invitados. La pregunta era ¿Quién iba a adoptar a Takasato? Al comienzo, todos se
distanciaban y se oponían a adoptarlo, pero entonces, pensaron en el hecho de que como
toda esta área estaba bajo un fuerte desarrollo durante los últimos años, el precio de la
propiedad estaba en medio de un gran aumento. La familia de Takasato había sido una
familia de granjeros hasta la generación de sus abuelos, y más o menos poseía una gran

195
extensión de tierras cultivables. Después de que sus abuelos fallecieron todas fueron
vendidas o arrendadas. Las tierras vendidas probablemente se hubieran convertido en
activos circulantes, mientras que las arrendadas podrían convertirse en dinero. Esto era en
lo único que pensaban. “Supongo que podría adoptarlo”. Comenzaron una discusión plena.
Takasato, sin expresión alguna, vio como la discusión se llevaba a cabo frente a sus ojos.

Hirose ya no lo pudo aguantar y salió a caminar al patio. La brisa de la noche era fría y
refrescante. Gotou lo siguió.

“Quiero decir… que insoportable”.

“Sí…”

Gotou-san se sentó junto a la torre del campanario. “Primero lo rechazaban y ahora están
peleando por él. Observa, cuando se enteren de los rumores volverán a rechazarlo”.

Gotou lo dijo en broma, pero a Hirose le resultó difícil reírse. “Quizás”.

“¿…Qué sucede? Parece que tú fueras el más herido por todo esto”.

Hirose no respondió.

Las personas no son animales salvajes, y es por esto que son tan impuras, tan feas.

“¿Qué te pasa? ¿Eh?”

“…Fui con Takasato a la cremación”.

Gotou lo miró.

“Esperamos a que los restos se redujeran a cenizas. Takasato está de luto y yo me preocupo
por los dolientes. ¿…Por qué actúan así?”

“Hirose” suspiró Gotou.

“Es lo mismo con los de afuera, ¿Hay quienes estén felices por los rumores de la
maldición? ¿Por qué no lo entienden? Si están asustados deberían mantenerse lejos. Tienen
más de una excusa para ignorar su existencia o cortar contacto. ¿Por qué se involucran?
¿Por qué no pueden dejarnos en paz?”

Gotou no respondió. Una vez que las palabras salieron, Hirose no pudo contenerse.

“Vivimos porque nacimos. No podemos abandonar nuestra existencia, por eso trabajamos
duro para vivir. No es como si nos gustara como están las cosas. No podemos entender el
razonamiento de los otros. El mundo que la gente creó para sí es incómodo. Pero no es
como si pudiéramos irnos, si quisiéramos…”

196
“Hirose” dijo Gotou para reconfortarlo, pero Hirose lo ignoró.

“De verdad, habría sido mejor si nunca hubiéramos vuelto, pero lo hicimos. ¿Cómo sería si
pudiéramos volver? Pero no sabemos cómo. Este mundo no tiene sentido y está lleno de
crueldad. No hay forma en la que podamos integrarnos”.

“Hirose” dijo firmemente y le sonrió con amargura. “Te dijo, Hirose, será mejor que no
utilices la palabra nosotros”

“¿Por qué?”

“Por cómo lo veo, Takasato y tú no son tan similares. Es por eso”.

Hirose levantó la ceja. “No lo entiendo”.

“No creo que Takasato y tú estén en la misma categoría. Para mí, el cariño que sientes por
Takasato no es muy bueno”.

“Gotou-san”.

“Justo después de que te involucraste con Takasato te volviste más y más pesimista. Es así
como lo siento”.

“Eso es por todo lo que ha estado pasando”.

“Sí, puede ser. O quizás todo está en mi cabeza. Pero estoy seguro que en el pasado no
hubieras dicho tan fácilmente que no puedes integrarte. Solía resultarte difícil hablar de
estas cosas”.

Hirose se impuso, “No tiene nada que ver con Takasato. En verdad, siempre me he sentido
así”.

Gotou exhaló un profundo suspiro.

“Comenzó cuando estaba en la primera secundaria”.

Después de un rato, Gotou dijo, “Había un chica que les dijo a sus compañeras que era un
bebé abandonado”.

Hirose no entendió a lo que se refería. Gotou rió.

“Ella insistía en que era un bebé abandonado y que sus padres no eran sus verdaderos
padres. Pero de hecho se parecía mucho a ellos. A pesar de eso, mantuvo su palabra hasta la
graduación.” Hirose escuchaba sin entender. Gotou lo miró y dijo, “Escucha, en ocasiones
todos sentimos que este no es el lugar al que pertenecemos. Siento como si todos hubieran
dicho alguna vez: quiero irme a casa. También dicen que no hay lugar al cual puedan
volver. Eso es porque todos quieren escapar de este mundo”.

197
Gotou miró sus manos entrelazadas sobre sus rodillas.

“Éste no es mi verdadero mundo. Ésta no es realmente mi familia. Éstos no son mis


padres…”

Hizo una pausa por un minuto.

“Supones que si pudieras huir de este mundo encontrarías otro donde te sintieras cómodo.
Crees que hay un mundo perfecto en el que serías feliz, uno preparado especialmente para
ti, que se ajusta a tus necesidades, que puedes disfrutar como una pintura. …No existe tal
cosa. Nada como eso existe”.

“Gotou-san”.

“Ese es un cuento de hadas, Hirose. A veces hay dificultades en la vida, y todos quieren
escapar. Lo entiendo. Sé lo que se siente querer escapar a un cuento de hadas. De esa forma
no ser un estorbo para los demás, y no digo que sea malo pensar así. Pero hay que vivir la
realidad. Hay que enfrentarla y comprometerse en algún punto. Incluso si la fantasía parece
inofensiva hay que deshacerse de ella algún día”.

Para Hirose, esta posición era aterradora. “…Pero sé que no es un sueño”.

“Y esa chica realmente creía que era un bebé abandonado.” Gotou bajó la mirada. “Antes
dijiste que no sentías resentimiento hacia las otras personas, ¿verdad? Que nunca quisiste
que nadie desapareciera”.

“Yo… dije eso”.

“Creo que es mentira. Sueñas con volver a ese mundo para sentirte mejor, para así no sentir
nada contra los demás. Eso son dos caras de la misma moneda, Hirose”.

“¿…Dos caras?” Hirose levantó las cejas. Recordaba que Gotou le había dicho algo similar
anteriormente. Gotou asintió.

“El frente y el reverso. Hay algo más en tu mente. ¿Quiero volver porque no pertenezco a
este mundo? Si lo piensas de otra forma, quiere decir que quieres que desaparezca todo”.

Hirose abrió los ojos.

“Haz a todo el mundo y a las personas en él desaparecer. Haz que se desvanezca todo lo
que no sea de tu sueño. ¿Es eso lo que significa?” Gotou lo miraba. “¿Cuál es la diferencia
entre desear que alguien desaparezca y soñar un mundo en el que no esté? Son dos lados de
la misma moneda. Entiendes lo que te digo, ¿no es así?”

No quiero entender, pensó Hirose. No quiero entender tu razonamiento.

198
Hirose negó con la cabeza. “No es un sueño. Estoy absolutamente seguro de que vi ese
lugar”.

“Es un sueño” afirmó Gotou. Hirose le frunció el seño.

“Entonces ¿qué hay con Takasato? Si es tan solo un sueño, entonces ¿adonde fue ese año?
¿Qué fue lo que hizo? ¿Qué comió para mantenerse vivo? Cuando volvió estaba más alto,
¿cómo pasó?”

Gotou asintió. “Yo no creo en ese mundo ni en el alma inmortal. Del mismo modo en el
que no creo en la desaparición misteriosa ni nada parecido. Es innegable que Takasato haya
desaparecido cuando era chico, pero no desapareció misteriosamente. En realidad, cosas
similares suceden todo el tiempo. Simplemente creo que Takasato fue secuestrado y pasó el
año donde quiera que fuera llevado. Simplemente no lo recuerda”.

Hirose creyó encontrar un hueco en su argumento. “¿Qué hay con esas cosas? ¿Qué son
esas cosas que siempre están a su lado? ¿Es solo casualidad que todos a su alrededor
mueran?”

Hirose lo dijo con aire triunfante, y Gotou asintió en silencio. “Es tan solo eso, Hirose. Es
ahí donde Takasato deja de ser comprensible. No importa cuanto se intente negar con mi
lógica, aún hay partes de él que no entiendo. Es por eso que digo que Takasato es u tipo de
persona diferente”.

“Pero…”

“En lo que respecta a tus sueños, puedo refutarlos hasta el cansancio. No puedo probarte
que fue solo un sueño, pero tampoco puedes tú probar que no lo fue ¿verdad? Es aquí
donde Takasato y tú difieren. No dejes que Takasato te lleve por el mal camino. Puedes
simpatizar, pero no tengas la ilusión de que son compatriotas”.

“Un agradable… sueño…”

“No puedo refutar el sueño de Takasato. Por la forma en la que veo, has perseguido ese
sueño sin descanso. Estás dejando que Takasato lleve la carga de tus propios sueños y
pidiéndole que pruebe en tu lugar la existencia de ese mundo. Esto no te hace ningún bien,
Hirose”.

Hirose se quedó mirando a Gotou, sin habla.

“Las personas son sucias y viles criaturas. Ése es nuestro destino como humanos. Una vez
que nacemos humanos, no hay escapatoria a este destino. No existe nadie sin un ego, y
nadie sin egoísmo”.

Hirose bajó la cabeza para pensar, Él tampoco me entiende. No es el amigo que pensé que
era. Este hombre es tan solo otra persona de este mundo después de todo.

199
Gotou no podía entender a Hirose, y Hirose tampoco lo entendía a él.

Esto está demasiado lejos, pensó Hirose. ¿Por qué ese mundo está tan lejos? Si tan solo
pudiera volver. Tengo tantos deseos de ir, volver al paraíso lleno de pétalos blancos…

Son dos caras de la misma moneda, oyó la voz de Gotou.

…¿Por qué quiero volver?

Porque al fin y al cabo, no hay nadie en este mundo que pudiera entender a Hirose. Por eso
quería desaparecer de ese mundo.

…¿Significa que quiero morir?

Él no quería morir, tan solo quería volver.

…Si vuelvo la gente de allá ¿será capaz de entenderme?

Sí, pensó.

…Por delante y por detrás.

Siempre pensó que si dejaba este lugar, que si encontraba un mundo en donde se sintiera
cómodo, que si fuera capaz de vivir en un mundo donde las personas lo entendieran, todo
encajaría.

Quiero volver. Éste no es mi mundo. Porque nadie me entiende. …Desaparecer. Todo se


resolvería si este mundo desapareciera. Los que me comprenden están en el otro mundo.

…¿Dónde está la diferencia? ¿En qué sentido son diferentes?

Hirose se quedó pensando.

Derramó lágrimas de fracaso.

“Hirose. Por favor, no nos rechaces”, dijo Gotou firme.

Hirose no pudo responder.

“Las personas como personas son así de viles”.

Hirose bajó la cabeza por un largo tiempo murmurando para sí, cuando repentinamente
comenzó a sentir una duda. Era una duda muy pequeña, tan pequeñas que no podía
expresarla en palabras. Se sentía como un malestar. ¿Hacia que sentía malestar? Presionó
su mano contra la frente y comenzó a pensar.

200
*****
*****

Ella se levantó al acabar la noche. Descansaba en u futón mientras ordenaba sus


pensamientos pacientemente y se preguntaba por qué se había despertado.

Parpadeó lentamente y sintió oír un ruido. Lo extraño era que ella no era para nada
perezosa. Miró el despertador junto a su almohada y vio que no había dormido ni dos horas.
A su lado, vio a su esposo durmiendo boca arriba en el futón.

Suspiró suavemente. Por un momento no pudo volver a dormirse. No podía deshacerse de


sus malestares. ¿Qué les pasaría ahora? Es debido a ese niño…

Cuando nació era tan lindo. Era el hijo mayor que todos querían. La suegra era una mujer
muy estricta y no trataba a los niños muy bien. Por alguna razón, era especialmente fría con
el niño. A pesar de eso, el niño no creció para ser especialmente terco, sino bastante gentil.
Era inteligente, pero también sencillo y obediente. Aunque aún era chico, él ya había
entendido que su relación con su abuela no era muy buena. Cuando su madre se escondía
para llorar, él iba a su lado para reconfortarla con sus pequeñas manos.

…Fue por la desaparición misteriosa.

Fue dejada sola con su segundo hijo, que era un año menor al primero. ¿Cuánta tristeza
sintió entonces? Debido a los métodos de crianza de su suegra fue llevado lentamente hacia
el mal camino. Era un poco engañoso y bueno para leer las expresiones de la gente. Mas
seriamente, tenía una naturaleza violenta. Aunque como madre nunca pudo ocultar el amor
por él ya que fue ella quien le dio a luz. A pesar de eso, cuando descubrió que su primer
hijo había desaparecido, sabía en su corazón que prefería que hubiera sido el otro.

El niño volvió, pero no recordaba lo que le había pasado. Ella agotó todos los métodos
tratando de ayudarlo a recuperar la memoria de ese año, pero la memoria del niño se
resistía. La discordia entre los dos comenzó aquí. Al principio, su segundo hijo fue
lastimado, y luego un accidente le pasó al niño del vecino. Medio año después de su
regreso, ella comenzó a pensar en este extraño, y no solo ella, sino casi todos los vecinos.
Después de un año, eso ya se conocía. Todos en el barrio les dieron la espalda, y la
comunicación con los vecinos su volvió gradualmente difícil.

Fue entonces cuando oyó los rumores de la maldición. Otros se mantenían alejados de él, y
maltrataban a su segundo hijo. Cuando estuvieron en el mismo año escolar solo su segundo
hijo sufrió un severo acoso. En la secundaria baja, su segundo hijo fue golpeado por sus
compañeros, y salió con un tímpano roto. Cuando se reunió con los padres de esos niños,
antes de que pudiera decir algo, dijeron “Es por su hermano, que hiere a tantos otros niños”.
Ella se tragó su ira. Tenía que. El acoso no acabó, pero si de verdad hubiera una maldición,
habría sido mejor que el fuera la víctima… también cayó esas palabras.

Sin embargo su hijo mayor era definitivamente listo. Sus notas y su comportamiento eran
definitivamente mejores que en el segundo hijo. El segundo recibió una incontable cantidad

201
de supervisión. En el tercer año de la secundaria baja cuando se les aconsejó acerca de a
que secundaria deberían ir, el maestro le sugirió al segundo que eligiera aquella con los
niveles más bajos, mientras que al mayor se lo alentó a que asistiera a una prestigiosa
escuela en los suburbios.

…Sucederá devuelta, pensó para sí.

Otro moriría por el niño ¿Cuántos esta vez?

Mientras yacía de lado con el rostro cubierto, oyó un ruido junto a su almohada. Sonaba a
una respiración. Levantó la cabeza para ver junto a la almohada, pero todo lo que pudo
distinguir en la oscuridad era el papel blanco de la puerta corrediza. No vio nada más.
Cuando apartó la mirada oyó la respiración de nuevo. Se parecía mucho al sonido de la
respiración de un perro fiero.

Se sentó y giró hacia el área junto a la almohada. Ahora podía oír claramente una
respiración larga y áspera. Miró atenta a su alrededor pero no vio nada. Se levantó
queriendo prender la luz. Cuando levantó la mano para tocar el interruptor de luz sintió
como si algo la agarrase de la pierna y tirara de ella. El pie que le habían agarrado dolía
como si fuera la arteria.

“¿Qué sucede?” preguntó su marido medio dormido. Estaba tan preocupada que no fue
capaz de responderle a su esposo.

Quería confirmar que había sido herida, pero vio que ya había perdido su tobillo. Fue
entonces que supo que la cantidad de dolor no era proporcional a la severidad de la herida.

Buscó su tobillo, pero mientras corría su área de visión se encontró con oscuridad
solamente. Trató de gritar, pero todo lo que salió fueron jadeos espásticos.

“¿Qué es?” Su marido finalmente se movió y abrió los ojos. Justo entonces algo se movió
en la oscuridad y se precipitó al cuello del esposo, algo que debajo de las sábanas. Su
esposo también gritó y rodó fuera del futón al tatami. Después, un fuerte y marcado crujido,
un brazo cayó en el tatami, y lo siguió el sonido de gotas de agua caer sobre un paraguas.
Probablemente fuera el sonido de la sangre salpicar sobre alguna superficie.

La criatura de la sombra persiguió a su esposo. Ella miró en estado de shock. Algo envolvió
a su marido, haciendo que gritara repetidas veces, cada uno más débil que el anterior,
mientras se sumaban más crujidos.

Cuando la sombra se levantó, finalmente vio la forma de su esposo. Su abdomen había sido
masticado. La barriga por la que se había preocupado repetidas veces, se había convertido
en un hueco. Aún así, su cuerpo seguía convulsionando.

La sombra giró hacia ella.

…Lo sabía.

202
Murmuró para sí.

Sabía que un día sería asesinada por el niño. Sentía que sería cuestión de tiempo.

…Porque siempre quise matar a ese niño.

La sombra se aproximó a ella. Ella cerró lentamente los ojos, y su visión se volvió negra.

O quizás fue que la sombra la había cubierto.

203
Capítulo 10
El día siguiente un gran número de personas llegaron al hall del templo para enviar sus
condolencias. Lo sorprendente era que como una docena de ellos eran estudiantes que se
saltaron la escuela para ir al funeral. Todos eran de la clase 2-6, pero Sakata no estaba entre
ellos. Ofrecieron incienso con torpeza y le dieron palabras de aliento a Takasato. El ánimo
de Hirose, al ver esta supuesta reconfortante escena, era difícil de explicar.

Un sorprendente número de dolientes se presentó. La mayoría parecía no saber como se


veía Takasato. Las personas se reunían en pequeños grupos aquí y allá en el hall del templo
y en el patio, susurrando chismes. Sabía, por lo que escuchaba, que estaban allí
simplemente porque querían echarle un vistazo al ángel de la muerte.

Debido a que fue un funeral con solo las cenizas de los difuntos no hubo procesión fúnebre.
Después de que Takasato diera una expresión de gratitud, los invitados dejaron sus asientos
en grupos. En ese momento, un ruido ensordecedor, que pareció moer la tierra, estalló en
las cercanías. Todos los invitados reunidos en el hall viraron en dirección al ruido, y vieron
una densa nube de humo en la calle del templo. Todos comenzaron a hablar.

La puerta del templo había colapsado.

En un instante, se levantó un tumulto en el lugar. Hirose abandonó el hall principal y corrió


hacia la puerta. La puerta pequeña y blanca, construida con el estilo del templo se había
caído. En medio de los montones de madera dispersa, teja y paredes de adobe, podía ver
pies y manos de personas. También había sangre y el sonido de los gemidos… y cámaras.

Se dio cuenta inmediatamente que los miembros de la prensa que esperaban afuera habían
sido enterrados. Mirando a su alrededor vio a los afortunados que habían escapado ilesos,
todos de pie, anonadados mientras miraban los escombros.

“¡Tontos!”

Al oír eso, Hirose se dio vuelta. Tres alumnos de la clase 2-6 se habían reunido frente al
tumulto de gente.

“Después de causar tal conmoción ¿realmente creían que iban a estar bien?”

“¡Sí! ¿Cómo pueden grabar cosas de una maldición? Es increíble”.

Dieron vistazos alrededor y vieron a Takasato de pie con el rostro pálido.

Los reporteros frente a la puerta comenzaron a moverse. Algunos llamaron ambulancias y


otros preguntaron si los videos habían seguido grabando. “Ese chico les puso una
maldición”, dijo un hombre señalando a Takasato. Entonces emergieron los sonidos de los
obturadores de las cámaras.

204
Agitado, Takasato corrió hacia la pila de escombros y comenzó a mover los escombros.
Algunos de la multitud se aproximaron a ayudar con el rescate. Movieron los escombros y
sacaron a los heridos.

Fue como si todas las ambulancias de la proximidad hubieran sido llamadas. Unas pocas de
apresuraron en llegar y se estaban llevando a los heridos. Hirose suspiró y se sacudió el
polvo. Buscó a Takasato en la multitud y lo encontró en el hall principal, rodeado por
estudiantes que habían ido a presentarle sus condolencias.

Hirose caminó hacia allí y oyó a alguien hablar gentilmente, “Debes haberte asustado”.

“Takasato, no te ves bien”.

“Sí, deberías descansar en algún lugar”.

“Esto debe ser duro para ti. Voy a averiguar si hay algún lugar para que descanses”.

Al decir esto, uno de ellos se fue y habló con un monje mayor que estaba ayudando a uno
de los heridos en la calle.

Hirose sabía lo que realmente sucedía. …Solo lo estaban halagando.

Acá, había una especie de maldición, y él usaba el miedo para mandar a quienes lo
rodeaban. Un día, quienes los rodeaban levantaron la bandera de la rebelión y trataron
derrocar al rey y su reino de terror. Sin embargo, el rey no había sido derrocado. Dejó tres
historias, pero no sufrió ni un rasguño, y después de ello, comenzó la purga. Aquellos que
habían intentado derrocar su reinado de terror eran castigados en una forma horrible, y el
resto de ellos se convirtieron en sirvientes. Si una revolución era imposible, entonces, su
única opción de vida era servirle. Tenían que evitar la infelicidad del rey y su furia. Si
nunca lo desafiaban y siempre lo trataban con amabilidad, entonces no cometerían ningún
error.

Takasato estaba tan solo, pensó Hirose. Cada parte de él, estaba llena de soledad.

La sirena de la ambulancia se alejó a toda velocidad.

El incidente resultó con la muerte de nueve personas y veinte heridos. Las noticias de ese
día difundieron repetidamente las imágenes del momento.

La puerta del templo que colapsaba repetidamente, y antes de que tuvieran tiempo de gritar,
los que estaban debajo fueron aplastados. El instante fue como una torre de bloquecitos de
juguete apilados tan altos que caen.

205
Cuando Hirose y Takasato regresaron al departamento esa noche, todo estaba silencioso.
Ya no veía a los reporteros de antes reunidos. La tranquilidad reinaba en la calle frente al
departamento. La pared de la casa de enfrente de ellos estaba dañada y fue cubierta por una
sábana. Lo encontraron curioso mientras subían las escaleras. Entonces, Hirose se detuvo
frente a la puerta de su departamento.

Una hoja de papel estaba pegada en la puerta con una palabra escrita. “Váyanse”. Hirose
arrancó la hoja y abrió el cerrojo con las llaves en su mano.

Después de las noticias de la noche, supieron la razón por la cual no había ninguna persona
fuera del complejo de apartamentos.

En el momento en el que colapsó la puerta del templo, ocurrió un accidente cerca del
departamento de Hirose. Un auto sin control embistió al grupo de reporteros, con el
resultado de dos muertos y cuatro heridos. Ya que el conductor era uno de los muertos,
nadie supo por qué conducía así.

Ya veo, pensó Hirose. ¿Así que finalmente se asustaron?

Reportando acerca del colapso en el templo y la colisión del coche, un locutor dijo
duramente “Unos reporteros fueron víctimas mientras se encontraban cubriendo una
noticia”, pero la noticia sería lo que se desparramó más tarde.

Después de ver las noticias, el rostro de Takasato se volvió pálido. Hirose se sintió mal por
él. Su existencia había hecho que esas cosas horribles sucedieran. ¿Cuántas vidas se habían
perdido por su culpa?

Hirose miró el perfil de Takasato con una compasión diferente a la expresada anteayer, y
luego miró a la nada.

Quizás, pensó Hirose. Quizás, sus intenciones fueron las de deshacerse de todos sus
enemigos. Sintió que seguía los pensamientos de un niño. Si ese era el caso, entonces nunca
se detendrían. Probablemente mañana, otro grupo de reporteros vendrían, y seguramente lo
tratarían peor que los anteriores. ¿Qué les harían? ¿También se desharían de ellos?

Y entonces, sin que pasara mucho, ¿determinarían a todos los demás como enemigos? Si
continuaban protegiéndolo sin restricciones, eventualmente terminarían por perder la forma
y el lugar en el cual vivir.

“Takasato”, dijo Hirose. Takasato lo miró. “Usemos esta oportunidad para pasear”.

Hirose forzó una sonrisa.

206
“No creo que seamos capaces de salir mañana”.

2
No podían ver la luna. Sin ninguna luz de la calle, la parte superior de la presa estaba
completamente oscura. El barro negro golpeaba contra la parte exterior de la presa.

“¿Cómo era tu abuela?” preguntó Hirose mientras miraba el agua de abajo. A Takasato le
resultó difícil esconder la expresión de preocupación cuando Hirose trajo eso a colación.

…Ésta era una trampa.

Hirose miró el rostro de Takasato mientras murmuraba para sí. “Es una trampa. No caigas”.

Él inclinó la cabeza. “Creo… que era normal, tan solo un poco estricta”.

“¿Estricta?”

“Era una persona estricta en cuanto a disciplina. Porque hacía las cosas a la antigua…
Recuerdo que tenía mucho que decir en cuanto a cómo manejábamos nuestros palitos o
cómo nos sentábamos al comer”.

“¿Eh? Así de estricta, ¿no?”

Takasato sonrió. “Mi abuela daba más miedo que mis padres. Esa vez, me pegó sin
piedad”.

Hirose lo miró. “¿Hablas de cuando desapareciste misteriosamente?”

Takasato asintió y pareció estar sonriendo amargamente. Su expresión le dio tristeza a


Hirose. No tenía idea de que caería en una trampa.

“¿Cuál fue la razón? Recuerdo que… ella me preguntó quién había derramado el agua por
todo el baño. Sí, creo que fue eso. Mi hermano dijo que fui yo, pero ya que no recordaba
haber hecho eso, y dije que no lo hice”.

“Entonces ¿tu hermano era el verdadero culpable?”

Takasato negó con la cabeza. “No lo sé porque no vi nada. Si hubiera visto quien lo hizo le
hubiera dicho. Desafortunadamente, no supe quien lo hizo, así que todo lo que pude decir
fue que no había sido yo”.

Que interesante forma de pensar, pensó Hirose. ¿No sospechaba ni un poco de su hermano
quien insistía en que había sido él?

“¿Y entonces?”

207
“Mi abuela también dijo que probablemente había sido yo. Me regaño. ¿Por qué no puedes
disculparte sinceramente? Me mandó al patio y me dijo que hasta que no me disculpara no
se me permitiría entrar. Era febrero y estaba nevando”. Takasato sonrió y dijo, “Hacía frío
afuera, pero sabía que yo no lo había hecho, así que no podía disculparme y decir que yo lo
había hecho. Eso porque mi abuela siempre me advertía de que nunca debía mentir”.

“¿…Y? ¿Qué pasó después?”

Takasato aún sonreía. “Estaba desorientado. No sabía que hacer. Estaba haciendo más y
más frío y el sol ya casi se ponía. Realmente quería entrar, pero no podía mentir. Fue
entonces que sentí la cálida brisa que soplaba hacia mí. Miré en esa dirección y vi aquel
brazo”.

Sonriente, Takasato miró a Hirose y comenzó a verse más vacilante.

“¿…Qué sucede?”

Caíste en la trampa. Hirose calló esas palabras.

Frente a los ojos de Hirose, Takasato se veía como un desafortunado e indefenso niño.

“¿Odiabas a tu abuela?”

“No”. Takasato sacudió la cabeza.

“¿No era estricta? Debes haberla odiado”.

“Nunca pensé de esa forma. Tenía miedo de ser regañado por ella”.

“¿Incluso a pesar de que te hizo salir al jardín en pleno invierno por algo que no hiciste? Al
menos debes de haberla odiado en ese momento, ¿verdad?”

Takasato sacudió la cabeza. No parecía estar mintiendo ni engañando. “¿Pero qué podría
haber hecho? Mi abuela no sabía quien lo había hecho, y mi hermano dijo que había sido
yo, así que solo le quedaba creerle…”

“¿No crees en realidad que haya sido tu hermano?”

“¿Por qué? Mi hermano dijo que yo lo había hecho”.

“¡Por eso! Tú no lo hiciste y tu hermano no te vio derramar nada de agua, ¿cierto? Pero
estaba seguro de que tú lo habías hecho. ¿No crees que te estaba echando toda su culpa?”.

Takasato quedó desconcertado, y luego preguntó “Ahora que lo mencionas… supongo que
es posible ¿no?”

208
Parecía que estaba llegando lentamente a esa conclusión.

Hirose suspiró. No parecía estar actuando, pero su reacción podía tener otro significado
más profundo.

“¿No estás enojado con tu hermano?” preguntó Hirose suavemente. Takasato sonrió. No
estaba acostumbrado a sonreír, por lo que parecía inusualmente serio.

“Eso no significa que realmente lo haya hecho… Además, ya está en el pasado”.

Viendo su sonrisa, Hirose entendió. La presa había caído en la trampa. Todo lo que tenía
que hacer ahora era sellarla.

Hirose respiró suavemente, y le dijo lo más tranquilamente posible a Takasato “Eres tú, ¿no
es cierto, Takasato?”

Takasato parecía no entender lo que Hirose le quería decir. Hirose se lo repitió


calmadamente.

“Eres tú”.

“¿…Qué hay conmigo?”

“Tú eres el que lo está haciendo”.

Takasato abrió bien los ojos y luego arrugó la frente.

“¿Qué hice?”

“La venganza. Tú eres quien la lleva a cabo”.

Takasato se quedó mirando el rostro de Hirose. Sus ojos llevaban una mezcla de
emociones.

“Creo que la haces subconscientemente. A pesar de eso, creo que eres tú quien hace todo”.

“…Estás equivocado”. Parecía perplejo. Sus expresiones y humos eran las de alguien que
no entiende por qué Hirose salía con una cosa así.

“No estoy equivocado. Fuiste tú quien hirió a esas personas. Creo que subconscientemente
querías vengarte de ellas. Y lo hiciste todo con ese poder que tienes”.

“¿Poder?”

“Puede que sea un cliché llamarlo un poder mental. Es algún tipo de poder único, y exige
venganza en nombre de tu conciencia”.

209
Takasato sacudió la cabeza con vigor. No parecía molesto, solo un poco apenado.

“Odiabas tu hogar. Querías escapar a algún lugar. Tu subconsciente usó ese poder e hizo
que te desvanecieras a otra parte. De esa forma, es un poder tremendo. Te deshiciste de las
personas que no te agradaban. Cada vez que te sentías solo llamabas a este consuelo”.

“Eso… no es posible”.

Hirose sacudió la cabeza firmemente. “Es solo que no lo sabes. No sabes que tienes ese tipo
de poder. En algún lugar dentro tuyo odias a la gente que te lastima”

Takasato no respondió. Simplemente miraba a Hirose con los ojos bien abiertos. Se veía
como un niño abandonado que no entendía totalmente la situación, por lo que sentía
tristeza.

“Las personas son criaturas sucias. Crueles y sucias criaturas.” Es solo por no ser animales
salvajes que son tan viles y contaminadas. “Las almas de las personas no están hechas de
luz y vidrio, sino de ego y veneno. Nadie puede vivir como tú, donde no odies a nadie. Eso
no es algo que las personas sean capaces de lograr. No puede haber una falta total de odio.
De lo contrario, no es que no lo admitas. Solo que pretendes que no existe”.

“…Eso no es cierto”.

Hirose lo miró directamente. “Entonces ¿por qué le preguntaste a Hashigami el nombre de


Tsuiki? Es porque querías venganza. En aquellos que salían con temas que no te agradan”.

“No es cierto”. Takasato levantó la mirada para verlo. “No le pregunté. No es que quisiera
preguntarle por el nombre de Tsuiki-kun. Alguien de tercer año estaba diciendo cosas
extrañas, y solo quería saber a través de quien pasó”.

“Takasato”, suspiró Hirose mientras sacudía la cabeza. “Esto es una mentira, y no voy a
caer en ella”.

De la misma forma, también había una decepción personal en Hirose.

“Es cierto. Me preguntaba si los rumores de verdad ya se habían puesto tan extraños, así
que…”

“Takasato”, Hirose lo interrumpió. “Basta. Debes entender que no puedo seguir con esto.
Perderás lentamente tu propio balance y al mismo tiempo juntarás más enemigos. Y los
enemigos que aparezcan serán peores que los anteriores”.

Takasato sacudió la cabeza.

“Takasato. Los humanos no pueden vivir ordenadamente. Las personas no pueden vivir
llorando por aquellos que han herido a otros o lamentándose por quienes han golpeado”.

210
“Por favor, deténgase…”

“Puedes golpearme. Puedes odiarme y gritarme. Tan solo deja de fingir que no sabes lo que
sucede y basta de dominar tu ego”.

Takasato bajó la cabeza.

“Deje de decir esas cosas, por favor”.

“No cubras tus oídos”.

“¡Le ruego que se detenga, por favor!”

“¡Takasato!”

“¡Por favor, solo deténgase!” Miró a Hirose con sinceridad. “Por favor, no muera”.

Sonó totalmente sincero.

¿Es que no puede admitirlo? ¿O no quiere?

Hirose palmeó el hombro de Takasato. Él aún tenía la cabeza gacha.

“…Volvamos”.

3
Más tarde esa noche, Gotou llamó por teléfono pidiendo que Takasato pasara por la escuela
el día siguiente. Su voz se oía rara. ¿Estaba ebrio? Pensó Hirose. Por supuesto nunca antes
lo había visto ebrio.

El día siguiente Takasato le pidió a Hirose que lo acompañara a la escuela. Eso lo


sorprendió, ya que era la primera vez que Takasato le pedía algo, pero aún así asintió
silenciosamente.

Cuando salieron, un asombroso número de periodistas estaban reunidos en la vereda del


frente. Ni bien vieron a Takasato comenzaron a causar un gran alboroto. Antes de que
entraran en el auto de Totoki, pudieron oír suficientes maldiciones como para inducir un
dolor de cabeza.

Según las instrucciones, se dirigieron al salón de química, donde Gotou los estaba
esperando. Cuando vio a Hirose levantó una ceja pero no dijo nada.

211
“Takasato, me siento muy mal por pedirte que vengas hasta aquí”.

“Está bien…”

“Lo siento, pero ¿podrías dirigirte hasta la oficina del director? Él quiere hablar contigo”.

Takasato miró el rostro de Gotou, pero no dijo nada. Luego miró a Hirose.

“Disculpe, sensei ¿podría venir conmigo?”

“¿Yo?”

Sorprendido, Gotou dijo, “Oye, oye, no creo que el director tenga asuntos con Hirose”.

Takasato miró a Gotou. “Me siento un poco desamparado. Si el sensei Hirose no viene
conmigo no iré”.

Anonadado, Gotou miró a Hirose, y Hirose le devolvió la mirada. Desconcertado, Gotou


levantó el teléfono y marcó el interno. Le dijo a la persona del otro lado lo que Takasato le
había dicho.

La otra persona no tuvo ninguna objeción. Vía teléfono, Gotou sirvió de intermediario entre
la otra persona y Takasato, y finalmente colgó el tubo. Tenía una extraña expresión en el
rostro.

“Hirose, ve”.

Llegaron a la oficina del director, y además del director estaban el subdirector, el decano y
el decano de segundo año. Se veían algo infelices cuando vieron entrar a Takasato y luego a
Hirose, entonces de una forma hosca, los invitaron a tomar asiento.

“Bueno, Takasato-kun”.

“¿Sí?”

“Primero, queremos decirte que lamentamos mucho tu pérdida. ¿Haz decidido qué harás de
ahora en adelante?”

“No”.

El director aclaró suavemente su garganta. “Takasato-kun, oí de tu profesor tutor que


pensabas dejar la escuela, ¿eso es cierto?”

212
“Sí”.

El director asintió un par de veces, y luego dejó salir una sonrisa forzada, aunque no sabían
que significaba. “Muchas cosas te han pasado recientemente, y han sido duras ¿no es así? Y
con la pérdida de tu familia, creo que necesitas tomarte un tiempo para ti. Creo que
quisieras encontrar un lugar en el cual pensar en todo esto, de modo de que pueda aclarar su
mente ¿verdad?”

Hirose fijó sus ojos en el director.

“La escuela está dispuesta a aceptar tu notificación de retirada en cualquier momento”.

Hirose se puso de pie. “¿Significa que quieren que se vaya?”

El director posó su mirada en Hirose. “Nadie dijo una cosa como esa. Por favor,
tranquilícese”.

El director miró a Hirose y luego a Takasato.

“Entonces ¿qué es lo que piensas?”

Takasato asintió, su rostro no mostraba ninguna expresión en particular. “Cuando vuelva


me encargaré de los trámites.

El director se veía claramente aliviado, entonces asintió. “No te preocupes, no hay apuro.
Por favor, ve abajo por el papeleo, y mándanoslo en alguna fecha posterior. Según la
policía, necesitarás el permiso de un tutor, pero debido a tu condición actual, tus tutores no
están presentes, así que eso no puede evitarse”.

Qué cruel, pensó Hirose. Sabía por qué Gotou se había embriagado la noche anterior. La
escuela quería deshacerse de Takasato, pero no podían pensar en una excusa, por lo que lo
presionaban a que se fuera. La razón por la cual se lo pidieron en ese período fue porque
Takasato no tenía ningún tutor que se pudiera oponer a las autoridades escolares. Él tendría
un tutor en el futuro, pero para ese momento, la escuela ya habría aceptado su retiro.
Estaban tratando de quitarse toda responsabilidad antes del hecho, y era una forma
realmente despreciable de hacerlo.

Sin embargo, no parecía que a Takasato le preocupara. Miraba hacia abajo sin expresión
alguna, significando que ya lo había aceptado. El director sonrió mientras le daba consejos
y advertencias vacías a un alumno que pronto ya no lo sería. Hirose se quedó cerca con
puños cerrados mientras lo oía.

Cuando estaba a punto de dejar la oficina, después de que la discusión terminara, el decano
llamó con señas a Hirose. Hirose dejó de caminar, y Takasato hizo lo mismo.

“Hirose-kun, pero favor espere un momento. …Takasato-kun, puede retirarse” dijo el


decano.

213
Takasato dijo “¿No me puedo quedar?”

Hirose miró con asombro a Takasato. El decano miró preocupado a director. “En cualquier
caso, retírese, por favor”.

“No”. Su voz sonó firme y resuelta. Hirose estaba muy sorprendido mientras miraba el
perfil de un Takasato resuelto.

El decano se acercó y tomó a Takasato por el brazo.

“En cualquier caso…”

“Si me fuerza a irme, le voy a decir a los medio que me obligó a salir del colegio”.

El decano retrocedió mientras miraba a Takasato. Takasato sonreía.

“También podría decirles que me amenazó”.

Todos parecieron preocupados por un momento. Hirose estaba sin habla y absolutamente
atónito. Su comportamiento solo podría describirse como un completo cambio. No era
como el Takasato de antes.

“Hirose-kun”, dijo inquietamente el decano. “Acerca de este asunto…”

“Me mantendré callado”, escupió Hirose con indiferencia. “No vi ni oí nada cuando estuve
aquí, incluyendo durante mi permanencia aquí como maestro estudiante. ¿…Es suficiente
para usted?”

Hirose los vio asentir y luego le pidió a Takasato que saliera. Ambos salieron juntos de la
oficina.

En el camino de la oficina al salón de química, Hirose podría haber sido descrito como
sorprendido en lugar de enojado. Tenía que detenerse de preguntar ¿Qué fue lo que pasó
allí? Meditó sobre eso varias veces, y cuando estaban por subir las escaleras le dijo
calmadamente, “Takasato, tendrás que disculparme, pero dentro de poco deberé ir a mi
universidad”.

Takasato lo miró. “¿No puedo ir contigo?”

“Lo siento, pero tengo que hablar algunas cosas con mi instructor del seminario…”

“Por favor, lléveme consigo. Prometo que no me meteré en su camino”.

Estaba tan insistente. Hirose entendió el por qué.

…Estar cerca de Takasato aumentaba las probabilidades de mantenerse a salvo.

214
¿Cuándo fue que discutí esto con Gotou?

“Por favor”.

Hirose sintió profundas emociones mientras veía a Takasato, quien le devolvía la mirada.

“Mentí”.

Takasato abrió bien los ojos.

“Perdóname. Era una mentira”.

Miró hacia abajo con vergüenza.

“Takasato, gracias”.

“…Yo mismo no lo entiendo”. Takasato mantuvo la cabeza gacha. “No importa cuanto lo
piense, no sé si soy yo quien lo está haciendo. Incluso más, no sé si estoy albergando todo
este odio y pretendiendo que nada está mal”.

Su voz sonaba temblorosa.

“Independientemente de si lo estoy haciendo o es otra persona, no sé como evitar que pase.


Pero si soy yo, entonces sé que probablemente no me hiera a mi mismo. Si hay otros
protegiéndome, entonces tampoco me van a herir. Entonces…”

¿Por qué Takasato? Pensó Hirose. ¿Por qué es Takasato quien ha de asumir este destino?

“Gracias. Bueno, volvamos al salón de Gotou. Probablemente haya caído en un pozo de


odio a sí mismo”.

4
Después de regresar al edificio de clases especiales, mientras caminaban por el hall, Hirose
oyó que alguien lo llamaba. Él se detuvo y miró a su alrededor. Takasato también se
detuvo. Estaban frente al laboratorio de ciencias de la Tierra.

“Hirose”. La puerta del laboratorio estaba abierta, y la voz salís del interior. Sonaba a la de
Gotou.

“¿Gotou-san?”

“¿Eres tú, Hirose? Lo siento, ¿podrías ayudarme a salir?”

215
Hirose asomó la cabeza. Las persianas de las ventanas que daban al área de deportes, como
las que daban al hall estaban bajas, y el salón estaba tan oscuro como la noche. Una figura
estaba en cuclillas en el fondo del salón.

“Gotou-san ¿qué pasó?”

Justo cuando Hirose entró en el salón la puerta se deslizó y se cerró detrás de él.

“¡Sensei!”

Oyó la voz desesperada de Takasato.

Hirose pasó frenéticamente la mano sobre la puerta que tenía una pequeña ventana de
vidrio. No importaba cuanto tirara o sacudiera, la puerta no se movía, ni siquiera un poco.
Oyó la voz de Takasato gritando desde el exterior.

Hirose siguió tratando de abrirla con todas sus fuerzas, mientras miraba su alrededor en el
salón. La figura del fondo se puso de pie. La única fuente de luz era la pequeña ventana de
la puerta que Hirose estaba tratando de abrir. Con esa luz tan débil, no podía saber de quién
era la figura.

La figura se movió de detrás de un escritorio a un pasillo, y luego se inclinó, apoyándose en


sus manos. Hirose la miró, olvidándose de que tenía que abrir la puerta.

La figura se arrastró entre los enormes escritorios del laboratorio, en cuatro patas, y se
acercó más. Los pasillos eran aún más oscuros que el resto del salón, y Hirose no podía ver
claramente la figura. Solo podía oír los pasos descalzos. Hirose refregó sus ojos y miró
nuevamente. La ensombrecida figura que estaba a medias en la sombra, parecía haber
hecho crecer nuevas extremidades hasta algún punto. Se arrastró lentamente con sus cuatro
brazos y dos piernas. Emitía un ligero olor al mar.

¿…Así que tu ego no es capaz de perdonarme, Takasato?

La sombra se deslizó suavemente hacia delante. Cada vez que daba un paso, parecía tener
otro par de miembros. Antes de que se diera cuenta, la sombra se había transformado en un
ciempiés gigante.

“Si me matas estarás solo”.

La sombra del ciempiés se deslizó fuera del pasillo. No estaba a más de dos metros de
Hirose. Por la luz que entraba desde la ventana, pudo verlo brillar con el color de un pus
con sangre.

“No tienes ningún lugar al cual ir. ¿Lo sabes?”

Repentinamente se paró y la figura ya no parecía la de un humano. Sin pensarlo, Hirose se


había apoyado en la esquina del salón. Cuando la sombra se paró, su altura fue de más de

216
dos metros, y sacudía su cuerpo como una serpiente que levantaba la cabeza. Casi podía ver
el punto de su afilado hocico.

Esta era la forma del descuidado e ignorado ego de Takasato, que había sido distorsionado
continuamente bajo el agua. Por supuesto que es feo, pensó Hirose. Las personas siempre
están haciendo crecer monstruos dentro de sus cuerpos.

Su cuerpo se balanceaba mientras se aproximaba, emitiendo un débil y húmedo olor a mar.


Abrió su mandíbula de pus sangriento. Bajo la tenue luz que venía de la ventana, las filas
de sus dientes brillaron. De repente, apareció en la mente de Hirose la imagen de los
cuerpos destrozados que vio en la casa de Takasato.

¿…Así que era esto?

Hirose lo pensó calmadamente. En ese momento, la criatura se abrió paso y él sintió un


golpe en su pecho. Luego golpeó su hombro, y un dolor lo atravesó. Hirose se apretó el
hombro con la mano y lo sintió cálido.

Su fuerza se fue de sus rodillas, y se dejó caer en el lugar. Continuó avanzando hacia él con
la fuerza del mar, cargado de pesadumbre. Hirose se mantuvo quieto y miró sus dientes.
Justo entonces, oyó el ruido de un vidrio romper, y la luz se filtró en la habitación.

La criatura se detuvo en alarma.

“¡Sensei!”

Al oír el llanto de Takasato, la criatura se agachó y le devolvió la mirada. Más allá de su


cuerpo, Hirose podía ver las persianas del pasillo agitando se. En el instante en el que se
filtró la luz del día, su figura emergió, y al mismo tiempo en que la luz se iba, volvió a su
color original de sombra.

La figura de la criatura volvió a la vista de Hirose, estimulada por la luz repentina. Podía
ver la silueta de Takasato enfrentando al monstruo.

“¡Detente, por favor!” Takasato gritó con fuerza. “¿Por qué estás haciendo esto?”

El agazapado monstruo se arrastró sobre sus innumerables patas y se escondió en un lado.


Ya no había nada que bloqueara la visión de Hirose. Podía ver claramente como Takasato
lo enfrentaba, mirándolo con firmeza.

“¡Esta persona no es mi enemigo! ¡Detente, por favor!”

217
La criatura retrocedió. Retrajo su cuerpo y bajó la cabeza. Sus movimientos eran casi
ridículos en como se parecían a los de un perro retado.

“¿Qué eres? ¿Qué de mí eres exactamente?”

Retrocedió su cuerpo aún más. El tamaño de la sombra continuó disminuyendo,


eventualmente hasta parecerse a la figura de un animal.

“Si haz hecho todo esto por mí, entonces ¡deberías ser castigado más que los otros!”

Al ver a Hirose Takasato corrió hacia él.

“¿Está bien?”

“…Sí”, respondió Hirose aunque su mirada continuaba en la sombra. Ahora parecía


completamente la de un perro.

“Nosotros…” De repente, la sombra habló. Takasato dio media vuelta para mirar.
“Nosotros tenemos el deber de protegerlo”.

Era la voz profunda de un hombre. La sombra se redujo aún más.

“¿…deber?”

“Existimos solo para protegerlo”.

“¿Qué quieres decir?”

“Así… fue… determinado”.

(Crac, crac), era el sonido de algo desmoronándose. La sombra ya no era más chica que el
tamaño de un bebe.

“¿Qué diablos significa?”

Crac… Ese sonido fue la única respuesta que recibió Takasato. Ya no podían ver la
sombra.

De repente oyeron ruidos fuera del salón.

“¿¡Takasato?!”

Esta vez no había duda, era la voz de Gotou.

218
La puerta del salón se abrió sin esfuerzo. Unos diez profesores se habían reunido en el
pasillo, incluido Gotou. Bajo la fuerte luz, pudieron ver innumerables cortes en el cuerpo de
Takasato. La ventana rota en el pasillo no era simplemente de un marco de madera.
Pedacitos rotos estaban esparcidos en el suelo y una silla había sido rota.

Gotou les dijo a los demás que le dejaran esto a él. Hirose alcanzó la ventana rota y subió
las persianas. Nada además de lo normal podía verse en el salón.

5
“Oí que abrían la puerta del laboratorio de química”, dijo Gotou preocupado. Estaban en la
sala de espera de un hospital cercano a la escuela. “Miré afuera y vi en Takasato una
expresión muy cambiada, mientras sacaba una silla del salón. Le pregunté que pasaba, y
dijo que habías sido atrapado en el laboratorio de al lado, así que corrí con él. La puerta no
podía abrirse. Antes de que me diera cuenta de qué pasaba, Takasato había golpeado la
ventana con la silla y saltado adentro. Iba a seguirlo, pero me dijo que no. El peligro estaba
escrito en todo su rostro, por lo que cuando me lo dijo, no pude evitar retroceder tan
valiente como creo que generalmente lo soy”.

“Eh…”

“Además, después de que Takasato entró, todo se volvió silencioso. Quería levantar las
persianas para mirar adentro, pero apenas se movieron. Eran persianas simplemente, pero
en ese momento eran inmovibles como si estuvieran hechos de metal. Solo podía quedarme
en el pasillo y esperar. ¿Qué más podía hacer?”

Sonaba a que lo estaba rememorando. Hirose rió. Tan pronto como movió el pecho, sintió
un dolor ardiente. Cuando lo cosieron le dieron anestésicos locales que deberían estar
haciendo efecto, pero Hirose no creía que estuvieran haciendo mucho. Las lesiones por
debajo de su clavícula y su hombro eran muy profundas, pero no llegaban al hueso. Las
heridas parecían haber sido hechos con un cuchillo filoso, por lo que no tuvo alternativa
que decir que fueron hechas como resultado de haber atravesado una ventana de vidrio, y el
médico, ya un poco mayor, lo aceptó a medias. Quizás por el hecho de que Takasato había
llegado al hospital con heridas de vidrio reales.

Después de que fueron tratados, volvieron a la escuela juntos y respondieron las preguntas
del director. Hirose simplemente dijo que había sido encerrado en el laboratorio. No creyó
que hubiera necesidad de elaborar nada.

219
Para cuando se terminó, era la hora del almuerzo. Ya que Totoki le dijo que los llevaría a
casa después de la reunión del medio día, Hirose y Takasato volvieron al salón de química
a pasar el tiempo. Gotou parecía no estar allí, pero en su lugar había cuatro estudiantes.

“¿Dónde está Gotou-san?”

“En una reunión. Sensei, oí que se lastimo de nuevo”. Nozue miró a Hirose. Hirose abrió la
bata de laboratorio que Gotou le había prestado para mostrarle.

“¿Lo cosieron?”

“Parece que no será capaz de ir a las aguas termales durante algún tiempo”.

“Por supuesto”, dijo Nozue, mientras miraba a Takasato. Los otros hicieron lo mismo.
Tsuiki era el único que miraba con frialdad a Takasato. Indiferente, Takasato llevaba las
miradas de este grupo de personas.

“Eso es cierto”, dijo Sugisaki. “¿Lo escuchó, sensei? Algo le pasó a Sakata-san”.

Los ojos de Hirose se abrieron bien mientras miraba a Sugisaki. “¿Qué?”.

Gotou no lo había mencionado.

Ayer por la mañana, se cayó de la plataforma del metro y fue golpeado por el tren que
llegaba”.

Hirose sabía que a su rostro se le había ido todo el color.

“Creo que se estaba salteando las clases y en su camino a algún lugar fue que pasó. El tren
estaba disminuyendo la velocidad, por eso no perdió la vida, pero oí que sus heridas son tan
serias que está en coma”.

…No fue Takasato.

Un Hirose atónito miró a Takasato y vio su cara pálida y sus ojos, abiertos por la sorpresa.

Eso no tenía nada que ver con el ego de Takasato. Era el trabajo de unas criaturas que
tenían un propósito diferente.

“Lo siento…”

Takasato miró a Hirose con incertidumbre.

“No eras tú, lo siento”.

“¿Por qué Sakata-kun?” murmuró Takasato.

220
“¿Quieres decir que no fue realmente un accidente?”

Hirose sacudió la cabeza. “Fue una venganza. No hay duda”.

“…No había necesidad”. Takasato se veía preocupado. “Solo necesitaban una pequeña
excusa para llevar a cabo la venganza, pero no había razón alguna con Sakata-kun”.

¿Por qué Sakata había sufrido el castigo? A primera vista había sido un partidario de
Takasato. No importaba como lo mirase, Hirose no encontraba una razón por la cual
debiera sufrir la venganza, solo podía pensar en algo.

Nozue espetó, “¿Fue porque filtró la información?”

Miró a Tsuiki.

“¿Filtró?” Takasato miró a Tsuiki.

Hirose le preguntó a Tsuiki. “¿Tsuiki, le habías dicho eso a Takasato?”.

“No”. Tsuiki endureció el rostro y sacudió la cabeza. “No se lo dije a nadie, no puedo dar a
conocer nada que tenga que ver con Takasato”.

Takasato giró hacia Hirose.

“Hay una posibilidad de que quien filtró toda tu información a la prensa haya sido Sakata”.

Takasato abrió bien los ojos.

“Probablemente eso haya pasado. Porque no existe otro motivo por el cual Sakata tuviera
que ser castigado. La persona que filtró tu paradero posiblemente haya sido él. …No fuiste
tú. Ni siquiera sabías de esto”.

Hirose bajó la cabeza. “Lamento haber dudado de ti”.

Takasato sacudió la cabeza lentamente. Parecía como si estuviera teniendo problemas para
mantener unida toda la cadena de acontecimientos.

Fue entonces que alguien llamó a la puerta del salón de química.

Cuando abrieron la puerta, vieron como a una docena de estudiantes, La mayoría de la clase
2-6, pero algunos pocos eran de otras clases.

“¿…Qué sucede?”

221
El alumno parado en el frente habló. “Oímos que Takasato estaba acá”.

“Ah, si…” Hirose señaló al interior. Takasato inclinó la cabeza y se asomó.

“Sensei Hirose, oímos que se lastimó. ¿Es cierto?”

La ropa que llevaba esa mañana ya no podían vestirse, por lo que se puso una bata de
laboratorio directamente sobre su cuerpo vendado. Ya que los vendajes eran claramente
visibles, Hirose tan solo asintió.

Se oyeron unos sonidos de desprecio de los estudiantes. Takasato y los que estaban adentro
se pusieron de pie.

“¿De qué se trata?”

Uno de los estudiantes señaló a Takasato y dijo. “Fue Hirose quien te escondió ¿no es así?
¿No era Sakata uno de tus seguidores? ¿Por qué lo maldijiste?”

Otro tenía el rostro pálido y lleno de lágrimas. “Mataste a tus padres, y estás matando a tus
amigos. ¿Qué es exactamente lo que quieres que hagamos?”

“No te importa si es amigo o enemigo ¿o sí? Cuando llegue el momento ¿nos matarás a
todos? Mataras a cualquiera que te de la gana ¿verdad?”

Insultos y gritos salieron del grupo.

Ellos habían expresado su lealtad en un intento de escapar a su maldición. Habían alagado


al dios de la muerte en cada forma posible para poder salvarse. El que había consagrado
esto… la mayor parte de su tiempo… fue Sakata. Pero Sakata fue castigado de todos
modos. Incluso su familia, aquellos que se suponían era sus primeros partidarios habían
sido castigados.

“¡Esperen! ¡Esto es un malentendido!”

Había una razón para el ataque a Hirose, y Sakata no era exactamente una gran persona.
Nadie en su familia era su amigo.

“¡Cálmense!” Gritó Hirose. Sus heridas lo quemaron inmediatamente, y no pudo evitar


agacharse. Viendo esto, el grupo no pudo evitar enojarse. Al ver que estaban a punto de
abalanzarse, Hirose levantó los brazos y bloqueó la puerta.

“¡Corre, Takasato!”

Los estudiantes de la primera fila empujaron a Hirose. Hirose ya no podía contenerlo y


cayó. Ya no tenía fuerzas en su estado actual.

222
“¡Alto!” gritó Hashigami. “¿Conocen las consecuencias de sus acciones?”

“¡Sí!” gritó uno.

“Si mata indiscriminadamente a sus amigos y enemigos, entonces ¿por qué no podemos ser
sus enemigos? Si tan solo Takasato no existiera…”

Hashigami agarró un frasco que había en la mesa y lo lanzó. El frasco chocó contra el
vidrio y su marco. La ventana se rompió con el golpe, y el frasco terminó hecho trizas. El
estridente ruido provocó que todos los estudiantes que se abalanzaban se detuvieran.

“Si tan solo Takasato no existiera, ¿qué?” Hashigami miró a todos los estudiantes.
“Entonces ¿qué? ¿Eh?”.

La agitación que había llenado el salón se apagó inmediatamente.

“¿Realmente iban a matar a Takasato? ¿Podrían entonces dormir tranquilamente?


¿Durmiendo en un reformatorio o en una cárcel para menores?”

“¿Eres amigo de Takasato?” preguntó uno. Hashigami rió.

“Tan solo odio a la gente estúpida”.

“…Más te vale que recuerdes esto”.

“Oh, lo haré. Porque salvé todas sus vidas”.

Los estudiantes miraron a Takasato, que estaba parado junto a la pared, y luego a
Hashigami. Cada uno de ellos pareció discrepar.

En medio de todo esto, Takasato abrió la boca. “Estoy dejando la escuela”.

Todos giraron para ver a Takasato. “Quiero irme. Vine aquí para dar la notificación
oficial”.

Hubo un momento de silencio, y entonces alguien comenzó a reír.

Una risa histérica infectó a los de su alrededor, y continuaron riendo hasta que los
profesores que oyeron el estruendo llegaron allí.

6
Cuando Totoki los dejó frente al departamento, había aún más personas esperándolos. Se
abrieron paso entre la multitud de micrófonos y gastaron mucha energía en llegar hasta las
escaleras. Cuando las subieron, ninguno los siguió, pero algunas piedras volaron de algún
lugar. Las rocas tamaño nuez rebotaron en el pasillo haciendo estrepitosos ruidos.

223
Había un enorme pedazo de papel pegado en la puerta.

La palabra advertencia, escrita una y otra vez con una pequeña escritura, llenaba la
totalidad del enorme papel. Cuando Hirose alargó la mano para desgarrar el papel, otra
piedra vino volando y los sonidos de burlas estallaron detrás de ellos. Hirose renunció a
destrozar el papel y se refugiaron adentro.

Los programas de entrevista de las tres de la tarde hablaban de lo mismo. Los medios de
comunicación llegaron a un consenso gradualmente, a que Takasato era un enemigo. Todos
los presentadores reportaban historias criticándolo sin piedad.

¿Cómo sería de ahora en adelante? Hirose miró a Takasato mientras abría su cuaderno de
bosquejos. Si los medios lo etiquetaban como un enemigo, entonces eventualmente se
convertiría en un enemigo de la humanidad. Esto era innegable. Había perdido a sus tutores
y su estatus como estudiante. ¿Sería capaz de encontrar un lugar que le diera trabajo?
¿Cuánto pasaría hasta que todo se tranquilizara? ¿Cuánto, antes de que la gente se olvidara
de todo esto?

Hirose miró a Takasato. Su pincel se deslizó por el cuaderno de bosquejos. Estaba mirando
fijamente el cuaderno como la primera vez que Hirose lo vio pintar, pero la tranquilidad y
la sinceridad presentes anteriormente eran completamente diferentes a las que se sentían
ahora. Él sabía que había cosas muy perturbadas en el estado de ánimo de Takasato.

Coloreó el “Laberinto de Rocas”, lo había pintado con verde. Era un verde profundo, como
su los riscos estuvieran cubiertos de musgos. Takasato coloreó la pintura rápidamente y se
hundió en una profunda concentración. Miró fijamente la imagen y ladeó la cabeza muy
ligeramente.

“¿…Qué sucede?”

“Algo no está bien…”

A pesar de eso, este trabajo era muy importante para Takasato. Hirose sonrió gentilmente, y
luego, repentinamente se sintió incómodo. ¿Qué clase de persona era este niño sentado
frente a él? La sombra que había atacado a Hirose dijo que era su deber proteger a
Takasato. Los castigos no dependían del deseo de Takasato, tampoco eran llevados a cabo
por su subconsciente. La grotesca criatura había utilizado una lógica grotesca para proteger
a Takasato. Sin embargo, ¿por qué cargaban con la responsabilidad de protegerlo? Además
¿de dónde salieron?

¿…Es usted enemigo del rey?

224
Pensó en esa voz que había oído. ¿Quién era el rey? ¿Era Takasato? Si era así, ¿Por qué era
llamado un rey?

“Takasato”, lo llamó, y éste levantó la mirada. “Si alguien te llamara rey, ¿qué el lo que
llega a tu mente?”

“¿…Rey?” Takasato repitió la palabra, y pareció hundirse en sus pensamientos. “Taiou1”.

Hirose se sentó y sus heridas le provocaron dolor. “¿Taiou? ¿Qué es?”

Desconcertado, Takasato sacudió la cabeza.

“No… no estoy seguro”.

“¿Cómo se escribe?”

“El tai como en antai (paz)…”

…Taiou, Rey de Tai. Hirose murmuró para sí. “¿Taiou es un nombre? ¿O un título?”

Takasato frunció el ceño asombrado y miró su dibujo detenidamente. Parecía que buscaba
algo fuertemente mientras sus ojos vagaban por la superficie del dibujo.

“¿Tiene algo que ver con tus recuerdos perdidos?”

“Creo… que sí”.

“Ya que la estas recordando, esta palabra debe tener un profundo significado para ti.
¿Puedes pensar en otra cosa? Cualquier cosa estaría bien”.

Takasato sacudió la cabeza. “No lo sé”.

“Pensemos en un juego de asociación de palabras”. Hirose agarró un pedazo de papel junto


a su mano. “Es como cuando estábamos hablando de Houzan, Mt Hou. Pareces recordar
más palabras que imágenes visuales. Intenta decir todas las palabras que llegan a tu mente”.

“Pero…”

“Bueno, no tienes que pensar en el rey si no quieres. …Cierto, desaparición misteriosa. Si


alguien saca el tema de la desaparición misteriosa, ¿en qué piensas?”

“Memoria”.

Hirose lo escribió rápidamente. “¿Luego?”


1
Nota de Aili: en japonés, la palabra para rey se pronuncia ou, así tiene más sentido reemplazar rey por ou,
dice.

225
“Vaguedad. Malestar. Incidente. Herejía. Extranjero. Alíen. Pérdida. …Brazo.
Perturbación…”

“Kirin”

“Pintura de un kirin. Buen augurio, kakutan, cuerno, Confucio, transformación, selección,


rey, pacto”.

Cuando Confucio se encontró con el cadáver de un kirin en un campo, lloró y dijo. “Mi
camino ha terminado”. Hirose entendió hasta ese punto, pero la asociación después de eso
estaba cifrada para él.

“¿Qué son esas?”

Takasato sacudió la cabeza. “No lo sé. Tan solo dije lo que llegó a mi mente…”

“Mmm” Hirose asintió y continuó. “Haku Sanshi”.

“Agua, mujer, protección, Ayakashi1”

Después de preguntar esto, Hirose abrió bien los ojos.

¿…Cómo la había llamado Takasato?

Hirose buscó en su memoria. Era el nombre de una ninfa, el nombre de una ninfa del mar.
Es cierto, era una sirena. Habían atrapado una sirena y le habían dado un nombre. Dios
¿…Cuál era?

Takasato se sorprendió a sí mismo al murmurar, “Murgen”.

¿A esa mujer se la llamó Haku Sanshi?

“Sensei, esto…”

Hirose lo detuvo. “No te preocupes, continúa. …Mt. Hou”.

Takasato cerró los ojos. “Riscos, Roraima, Guyana, tierra natal… Árbol, Houro… kyuu”.

Hirose le alcanzó el cuaderno de notas, y él escribió los caracteres de Hourokyuu Palacio


Hourou.

“…Rey”

Inmediatamente Takasato repitió “Rey de Tai”.


1
Nota de Aili: Ayakashi es una serpiente larga de mar, del folklore japonés, que causa los naufragios.

226
Luego cerró los ojos.

“Pacto, kirin, doce reyes”.

“¿Doce reyes?”

Por alguna razón, Takasato parecía apunto de llorar. “En doce reinos, doce reyes”.

Al decir esto miró a Hirose.

“Rey de Tai es un título. El rey de Taikyokukoku es el Rey de Tai”.

Después de que hablara, escribió los caracteres para Taikyokukoku, el Lejano Reino de Tai.
Hirose miró fijamente las palabras.

“¿Y luego?”

Takasato se cubrió el rostro. “No lo sé, no puedo pensar en nada más…”

Hirose miró por encima del cuaderno de notas. Las memorias perdidas de Takasato. Los
fragmentos de un año. Su desaparición misteriosa de hace siete años, y entonces… Hirose
no podía evitar sonreír con ironía interna mientras pensaba en eso. Que tonta imaginación
que tengo. Pero si los monstruos eran reales, entonces no importa que tan tonto sea esto.

Takasato desapareció hace siete años, y pasó un año en otro mundo donde había doce
reinos y doce reyes, de los cuales el Rey de Tai era uno. El rey y el kirin estaban unidos por
un pacto. El Palacio Hourou se ubicaba en los extensos riscos del Mt. Hou.

…Tú eres el Rey de Tai.

Si Haku Sanshi era en realidad esa mujer, el kirin debía ser ese monstruo. ¿Acaso no había
dicho el kirin que tenía un deber? Si ese era parte del pacto, entonces la única persona que
recibiera protección debía de ser el rey.

Sin embargo, por alguna razón Hirose no se atrevía a decirlo en voz alta.

Hirose no tenía forma de analizar sus propios sentimientos y no pudo evitar sentir
consternación. Takasato quería recordar lo que había pasado, y también debía querer oír
algo relacionado con lo ocurrido. Pero entonces, ¿por qué Hirose no podía decir nada?

Hirose estaba confundido, pero aún así no era capaz de decirle a Takasato lo que estaba
pensando.

*****
******

227
Él estaba de pie en la agradable noche. Era pasada la medianoche, y un gran grupo de gente
estaba reunida en la carretera. Abajo, en la pared cercana, donde se había colocado una
sábana azul, las personas habían acumulado una gran cantidad de ramos de flores.

Todos y cada uno de ellos miraban con resentimiento al departamento de enfrente. Estaba
especialmente molesto cuando miraba las ventanas oscuras. Su amigo había sido aplastado
hasta la muerte bajo la perta del templo. Nunca te perdonaré, pensó. El niño que a simple
vista parecía gentil e inofensivo. El niño que usaba extraños poderes para controlar a
quienes lo rodeaban con terror.

No podía permitirse que el niño siguiera viviendo sin afrontar las consecuencias. La justicia
no lo permitiría.

Él era un representante de la justicia, y cargaba un arma más poderosa que una espada. La
maldad debe ser expuesta y denunciada. Aunque había libertad de prensa, el niño había
estaba utilizando métodos sucios para obstruir ese derecho. Él no podía permitir que algo
así ocurriera.

Encendió un cigarrillo. Cuando puso el paquete en su bolsillo, notó que un fotógrafo


caminaba fuera del grupo tambaleando hacia un callejón.

Está cansado, pensó. Todos aquí están cansados.

Miraba fijamente a la ventana del segundo piso y colocado en la puerta se podía ver algo
blanco. Había sido puesto ahí por un residente del edificio. Todos los presentes sabían
quién había puesto el papel ahí, pero nadie iba a dar esta información. Sabía que quien
había tirado la piedra era un padre que vivía en la casa de enfrente de la pared de al lado.
Pero no planeaba decírselo al niño.

Tiró la colilla del cigarrillo junto a sus pies y la apagó con la punta de su zapato. Miró a su
alrededor y casualmente vio que el número seis personas más que se habían reunido aquí y
allá, ya se había reducido a la mitad. Un montón de personas sin paciencia, murmuró para
sí. Planeaba hacer vigilancia toda la noche. Alguien iba a venir mañana a la mañana para
reemplazarlo. Antes de eso, tenía que vigilar con el fin de evitar que el niño escapara.

Un hombre que estaba parado cerca entró en una puerta cercana. Él vio la mirada del
hombre cuando entraba. En la penumbra, parecía que había sido atraído desde el interior.
Probablemente necesitaba mear, pensó. Algunos no tienen modales.

Se puso en cuclillas, descansando la espalda contra la pared. Su baja espalda y sus piernas
sonaron. Se sentó allí y encendió otro cigarrillo. En algún punto, el sonido continuo de
murmullos se había detenido.

Oyó el sonido de alguien siendo retorcido hasta la muerte, proveniente de algún lugar. Justo
cuando giraba la cabeza en dirección al sonido, vio a un reportero de una revista entrar al
callejón. Vio los pies del periodista escondidos en el callejón. Una ligera brisa traía con ella

228
un desagradable olor. Debía ser el olor del lodo en la desembocadura del río, quizás con un
poco de sangre.

Miró distraído y lentamente acabó su cigarrillo. Cuando las cenizas llegaron hasta la
colilla, lo apagó en el asfalto. En ese momento, le pareció oír unos gritos lejanos y miró a
su alrededor desconcertado. Fue entonces que se dio cuenta de que era la única persona que
quedaba en la calle esa noche.

Se puso de pie y camino dos o tres pasos a su izquierda, y luego a su derecha. Asomó el
cuerpo para mirar la calle, pero no había señal de nadie. Las casas se alineaban como
ruinas. Quería buscar al hombre que había traspasado la puerta. Ya se había ido hace
bastante tiempo. Si se quedaba dormido en el jardín de alguien, probablemente tendría otra
queja.

Cuando estaba a punto de moverse, oyó otro ruido, esta vez más cerca de él. Era el ruido
del roce de una tela. Él se asomó y vio algo moviéndose detrás de la sábana azul de la
pared. Cuando enfocó su mirada, el movimiento se detuvo, y las cosas retomaron su calma
anterior.

Él se paró más cerca de la sábana. Era una simple sábana usada para cubrir una parte rota
del muro. Pasó la esquina de la sábana y descubrió que los ramos de flores depositados
junto al muro no eran crisantemos, sino caléndulas.

…Era la flor que las ancianas ofrecían en los altares budistas.

Lo pensó alegremente mientras mostraba una sonrisa forzada. Sacó la sábana de la esquina
mientras sonreía. El agujero en el muro tenía la forma de una serpiente.

229
Capítulo 11
Hirose se despertó en la mañana por la sirena de una patrulla. Podía oír el penetrante sonido
de la sirena frente al complejo de apartamentos. Cuando se sentó, Takasato, también
despierto, se levantó. Los dos intercambiaron miradas con ceños fruncidos. Todavía estaba
oscuro dentro de la habitación.

Hirose se paró y fue a la cocina a ver que pasaba. Abrió la ventana, dejando una pequeña
abertura y espió el exterior. La patrulla estaba estacionada frente al complejo de
apartamentos, y varias figuras se movían en direcciones aleatorias.

“¿…Qué sucede?”

“No lo sé”.

Por un instante, Hirose quiso salir a hechas un vistazo, pero cuando pensó en que iba a ser
rodeado por la prensa, se sintió mal, y abandonó la idea. Las personas de aquí y allá
comenzaban a reunirse, y podía oír gritos de la conmoción. La cosa no está tan fácil, pensó
Hirose”.

Cuando volvió a mirar, un gran tumulto de gente se había reunido afuera. Un gran número
de figuras, que parecían ser curiosos miraban al departamento. Él podía oír parte de sus
conversaciones.

“Muertos… seis personas… reporteros”.

Al oír esas voces, Hirose se puso totalmente pálido y se apresuró a cerrar la ventana.

Takasato parecía inquieto.

“¿Qué pasó ahora?”

Hirose forzó una sonrisa y sacudió la cabeza. “No lo sé. Creo que lo averiguaremos en un
rato. Aún es temprano. Volvamos a dormir”.

Después de que Hirose dijera esto, Takasato se relajó sin preocupación. Tosió por un rato, y
se sintió incómodo, pero después de un rato, Hirose comenzó a escuchar el suave sonido de
su respiración. Probablemente estuviera cansado. La presión que tenía que soportar era
demasiada. Y lo mismo era para Hirose. ¿Tenía algo de fiebre? Su cuerpo se sentía un poco
lento. El frío del suelo se sentía bien bajo sus pies. Hirose se sentó en la cocina por un
momento, y disfrutó del frío.

Antes de que pasara una hora, el área entera alrededor del complejo de departamentos había
estallado por el clamor, y poco después escucharon que llamaban a la puerta. Hirose se
paró, abrió la puerta solo un poco y se asomó. Un policía uniformado estaba de pie afuera.

230
“Por favor abra la puerta”. El oficial habló con firmeza. Hirose sacó la cadena en silencio.
El oficial de mediana edad entró y se paró en la puerta mientras miraba la habitación.

“¿Qué sucedió?” preguntó Hirose. El oficial lo miró fríamente.

“Unos reporteros fueron asesinados, seis de ellos”.

Hirose contuvo el aliento. Aunque ya lo había anticipado, no pudo evitar sentir un choque
cuando lo oyó por sí mismo de la boca de un policía. A través de la puerta de vidrio podían
ver que Takasato se había despertado.

“¿Oyó algo sospechoso anoche?”

“No”, Hirose sacudió la cabeza. El oficial se giró hacia Takasato.

“¿Qué hay de ti?”

“…No”.

“¿Es así?” dijo el oficial mientras se giraba para irse. Mientras salía de la habitación miró a
Hirose.

“Si se le ocurre algo, háganos saber, por favor”. El oficial dijo esto mientras le entregaba
una nota amenazante a Hirose. “…No me importaría renunciar”.

Antes de que Hirose pudiera decir nada, el oficial había cerrado la puerta. Con manos
temblorosas, Hirose cerró la puerta.

Antes de que pasara media hora, se levantó un tumulto afuera. Los dos se sentaron juntos
detrás de la puerta de vidrio mientras la conmoción crecía más y más. Después de otra hora,
alguien llamó a la puerta, o quizás sería mejor describirlo como que alguien golpeó
furiosamente la puerta.

“¡Sal! ¡Sal y explícate!”

Al oír a esta persona gritar furiosamente, Takasato se puso de pie rígidamente.


Inmediatamente después estallaron los abucheos.

Se enteraron de los detalles la mañana siguiente.

Seis reporteros que habían estado montando guardia la noche anterior habían sido
asesinados. Todos parecían haber sido atacados por un perro o algún animal similar. Algo

231
similar a lo que había pasado en la casa de Takasato, los policías y los de control animal
habían comenzado a trabajar juntos en un esfuerzo de atrapar a todos los perros callejeros.

Aún podía ver, vívidamente en su mente, los cuerpos desfigurados. Si no fuera por la
intervención de Takasato, lo mismo le habría pasado a Hirose. Tan solo imaginarlo, hizo
que ha Hirose le recorrieran escalofríos por todo el cuerpo.

Los presentadores de noticias hablaron más agresivamente que ayer. Hirose tenía miedo de
que pudieran mencionar que habían atrapado a alguna clase de hechicero o algo así, así que
apagó el televisor.

El incesante golpeteo en la puerta continuó. Alguien estaba golpeando ferozmente la puerta


y golpeando la ventana sobre el lavabo. Otros gritaron condena, y a veces alguien gritaba
“¡Sal!”

Antes del mediodía, las personas comenzaron a arrojar rocas que resonaban cada vez que
golpeaban la puerta y las ventanas. Después de eso, la primera piedra, del tamaño de un
puño, rompió la ventana y entró volando. El piso de la cocina se volvió un tiradero de
piedras, y algunas de ellas tenían papeles pegados, uno de los cuales decía
“¡Desaparezcan!” Después de ver ese papel, Hirose no se sintió con el humor de ver los
otros.

Después de un rato, las piedras dejaron de llegar desde la base del edificio, sino desde el
pasillo. Unas pocas piedras rompieron el vidrio del frente y volaron delante de sus rodillas.
Hirose no pudo aguantarlo más y levantó el teléfono. No salía ningún tono de éste. Hirose
miró fijamente el teléfono. Seguramente la línea habría sido cortada.

Pronto, también se arrojaron piedras desde el lado de la presa, y también pudieron oír
abucheos viniendo de esa dirección. Después de que las ventanas que daban al balcón se
hicieran añicos, las piedras entraron volando una tras otra. Hirose tomó a Takasato y lo
escondió en el baño. Los dos se acurrucaron allí sin decir nada mientras oían los continuos
ruidos de destrucción.

La policía llegó allí alrededor de las 12:30, pero Hirose sintió que fue un período de tiempo
extremadamente largo. “Ya pueden Salir”, oyeron que alguien decía. Hirose abrió la puerta
y vio a un hombre familiar de pie frente a la puerta. Recordó que aquel era el detective que
los recibió cuando fueron a recoger los restos.

Fueron llevados a la estación de policía e interrogados como víctimas de la violencia


callejera. Cuando terminaron el papeleo, llegó Gotou, apresurado con Totoki.

“¿Estás bien, Hirose?” preguntó Gotou tan pronto como entró en la pequeña habitación en
la que estaban sentados. Hirose puso los dedos frente a sus labios e hizo un gesto con los

232
ojos, a una silla junto a la ventana. Takasato se había dormido apoyado sobre el marco de la
ventana.

“¿Cómo está tu condición física?” preguntó Totoki, en voz baja. “Probablemente estás
cansado. Debe ser muy duro atravesar por todo esto”.

Los otros dos asintieron. Gotou caminó hacia la ventana y miró a Takasato. “¿Ya han
decidido quién será el guardián?”

“No lo sé. No es momento de pensar en eso, ya que todos esos familiares se han ido a casa.
Tengo el presentimiento de que quedará inconcluso”.

Mirando a Takasato, Gotou murmuró “¿Qué pasará con este niño de ahora en adelante?”

Hirose no respondió.

Cuando Takasato estaba viendo las noticias, dijo suavemente, “Pensé que les había dicho
que se detuvieran”. Ésas no parecían considerar las intenciones de Takasato. Tan solo
llevaban a cabo su deber a sangre fría.

“Al menos, debería haber sido puesto bajo el cuidado de sus familiares, llevado lejos, y
quizás cambiándole el nombre, pero… ¿cambiaría su situación actual?”

Mientras esas cosas estuvieran con él, no importaba donde estuviera Takasato. Creía que lo
seguirían de cerca y tratarían de cumplir su misión. …Si eso era cierto, entonces no había
esperanza de la cual hablar del futuro de Takasato.

Hirose pensó en su idea original, de que esas cosas debían ser separadas de Takasato.
Estaba más condenado a ellas ahora más que nunca, pero no sabía como hacerlo.

Gotou suspiró. Entonces miró a Hirose y le dijo a Totoki con la mirada. “Totoki-san dijo
que los dejaría quedarse en su casa, así que vallan a esconderse allí por el momento”.

Hirose miró a Totoki. “…Oh, no podemos”.

Totoki sonrió relajadamente. “Está bien. Por favor, quédense tanto como necesiten.
Imagino que necesitan algunas de sus cosas. Solo háganme saber e iré a buscarlas por
ustedes”.

“Pero, sensei Totoki…”

Sonrió y guiñó el ojo como si dijera “No seas tonto”.

Hirose inclinó la cabeza en gratitud hacia Totoki. Mostrando que había comprendido la
totalidad de la situación y sin embargo estaba dispuesto a extender la ayuda, haciendo sentir
a Hirose extremadamente agradecido.

233
2
La casa de Totoki era un estudio situado cerca de la costa en la parte nueva de la ciudad.

Después de que Totoki los llevara a su casa, les mostró los alrededores y la disposición
general del barrio. Incluso antes de irse cambió los vendajes de Hirose.

“Realmente lamento todo esto”. Hirose y Takasato hablaron al mismo tiempo. Totoki se rió
en voz alta.

“Pondré la contestadota automática, así que no se preocupen por el teléfono”.

“Gracias”.

“Si necesitan ropa o algo, busquen allí. Siéntanse como en casa”.

“Pero…”

“Está bien, no hay nada que temer”, dijo sacando pecho. Les sonrió a ambos, que tenían las
cabezas gachas en humildad, y luego se fue del departamento.

Era un apartamento cómodo y luminoso. Se encontraba en el cuarto piso de un edificio de


ocho pisos, y por el enorme balcón, uno podía ver el mar. Hirose abrió bien la ventana.
Habían estado atrapados tanto tiempo, tras cortinas y ventanas cerradas, que esto se sentía
muy bien. La brisa que soplaba desde el mar crepuscular era muy refrescante. El verano
estaba por terminar.

“¿No es lindo todo esto, Takasato?” dijo Hirose.

Takasato asintió y sonrió levemente. Se paró en el balcón y miró hacia el mar. No había
dicho mucho desde esta mañana. A Hirose le dolía el corazón al pensar en cómo se debería
sentir Takasato después de estas recientes muertes. Hirose se obligó a sonar más alegre.

“Acá podremos comer apropiadamente. Después de que oscurezca, salgamos y comamos


algo.”

Mientras decía eso, Hirose prendió el televisor justo para el momento en el que se trasmite
el noticiero de las seis. Un periodista, que había sido enviado al hospital después de haber
sido lastimado en el templo, había muerto.

Justo cuando tomó el periódico, vio la noticia de la muerte de Sakata.

234
“¿Sakata-kun…. murió?”

Hirose levantó la mirada y vio que Takasato también miraba el periódico.

“Así parece”.

Por alguna razón, Hirose quiso contar las muertes desde su entrenamiento como maestro,
pero inmediatamente lo encontró absurdo y se olvidó de ello. ¿Cuántas personas habían
muerto a causa de ellos? Incluyendo aquellas muertes en el pasado, lo encontró como un
número bastante largo.

Repentinamente, Hirose pensó en algo y le preguntó a Takasato.

“Takasato, dijiste que podías sentirlos desde que eras pequeño, ¿no? ¿Eso era antes de que
desaparecieras misteriosamente?”

Takasato lo pensó un poco. “…No me acuerdo bien, pero creo que fue después”.

“¿Las heridas también comenzaron después?”

“Eso creo”.

“Me pregunto por qué”. Hirose dobló el diario. “¿Pudieron volver de ese lugar contigo?
¿Murgen… es Haku Sanshi? Probablemente sea el brazo que viste la primera vez. Ellos se
unieron a ti cuando estuviste allá”.

Takasato se veía preocupado cuando agachó la cabeza.

¿Qué había pasado en ese año perdido? ¿Por qué Takasato había sido llevado a otro
mundo? ¿Y cuál era la conexión con esos acompañantes suyos? Además, ¿Por qué había
regresado? …Sus preguntas eran interminables, pero, a menos que la memoria de Takasato
fuera recuperada, nunca sería capaz de conseguir las respuestas.

“¿Qué soy?” Takasato preguntó abatido.

Hirose no pudo evitar bajar la mirada. Aún no podía decirle a Takasato que él era el rey de
Tai.

“¿Por qué fui yo el que desapareció?” Takasato murmuró como si hiciera eco en los
pensamientos de Hirose. “¿Cuál es el significado de mi existencia? ¿Por qué volví? ¿Fue mi
propio deseo? ¿O el de alguien más…?”

Takasato miró a Hirose.

“¿A qué lado pertenezco?”

235
Por alguna razón, Hirose se puso muy nervioso.

“Por supuesto que perteneces a este lado”, dijo apresuradamente. Al oír esto, Takasato bajó
la mirada.

“¿…De verdad?”

“No es necesario que lo digan. No eres raro ni tampoco es tu culpa. Entraste


accidentalmente a ese mundo… o te arrastraron allí y por eso te afecta el desastre. Eso es
todo”, Hirose lo dijo firmemente, pero Takasato no parecía convencido.

“Si tan solo pudiera recordar más…” murmuró. “Si tan solo recordara como regresar”.

Hirose no respondió.

Esperaron hasta la noche antes de poder salir a comer. Cuando volvían, decidieron caminar
junto al mar. Caminar hacia la presa les tomó menos de diez minutos. Esta área no era
como la cercana al departamento de Hirose, que estaba más cerca de la desembocadura del
río. El agua aquí no se veía tan sucia. Había un área debajo de la presa, lo suficientemente
grande como para ser llamada playa. El reflejo de la luna se asemejaba al reflejo de una uña
cortada en el resplandor, casi negro del agua.

“Ese reino al que fuiste ¿Dónde queda?” preguntó Hirose mientras caminaban por la playa.
Takasato inclinó la cabeza. “Esas cosas probablemente sean criaturas de ese lugar, y
cuando volviste, por alguna razón, vinieron contigo. Lo dijeron ellos mismo, así que debe
ser verdad ¿no te parece?

Takasato no respondió.

“No hay duda que la devoción a un deber es buena, pero esto es excesivo. Especialmente lo
ocurrido últimamente…” Hirose sonrió con amargura. Takasato se detuvo. “¿Qué sucede?”

Takasato frunció el ceño mientras pensaba en algo.

“¿…No te parece que va en aumento?”

“¿Eh?”

“Iwaki-kun, los de mi clase, los reporteros… siento que sus métodos se están volviendo
más y más severos…”

Hirose abrió más los ojos. “Eso es cierto…”

236
O podía decirse que lograban lo que querían a cualquier costo. Incluso aunque todas las
cosas terribles ocurrieran en torno a Takasato, parecían ser simples accidentes. ¿Fue
Gotanda quien dijo que estas eran meras advertencias? Pero recientemente, sus acciones
estaban más allá de las advertencias. Parecían más sanguinarios.

Hirose dijo lo mismo, y Takasato asintió con la cabeza.

“¿Cuánto tiempo durará?” murmuró Takasato. “¿Cuántas víctimas más habrá?”

“Bueno…”

“Yo…” Takasato estaba a punto de decir algo pero se detuvo. Hirose lo animó a continuar,
pero él sacudió la cabeza. “No es nada”.

Hirose sospechó mientras miraba hacia el mar. Las olas se mecían como una cuna.

¿Por qué no podía decirlo? Pensó.

No sabía por qué no podía preguntarle a Takasato ¿…Eres el rey de Tai? Sabía que
simplemente lo haría sentir incómodo, pero no sabía por qué se sentía así.

Hirose estaba mirando el mar cuando, de repente enfocó la mirada en algo. Una muy
pequeña y débil luz parecía estar ahogándose bajo el agua.

“Takasato”, Hirose le hizo señas. “¿Qué es eso?”

Takasato miró el mar y observó fijamente en dirección en la que señalaba Hirose.

“Está tan lejos… no es muy grande, ¿verdad?”

“¿Crees que sea… una noctiluca scintillans?”

Poco a poco, la luz se volvía más grande, mientras ellos la miraban detenidamente. Cuando
obtuvo el tamaño de una pelota de básquet, Hirose lo notó.

“Se está acercando”.

No era que se estaba agrandando, sino, que la luz se estaba acercando a ellos. Se volvía más
y más grande frente a sus ojos. Se movía a una velocidad inusual, pero no tan rápida como
un buque de alta velocidad.

De más cerca, la luz seguía siendo igualmente débil. Cuando estuvo aún más cerca,
pudieron ver finalmente que era un conjunto de cosas que desprendían un resplandor
fluorescente, al igual que la tenue luz de una luciérnaga. La débil luz prosiguió hacia la
costa.

237
“¡Corre, Takasato!” dijo Hirose. Sería mejor no permanecer aquí. Esas cosas venían directo
hacia la playa.

“Esto es malo, son demasiado rápidas…”

Hirose agarró el brazo de Takasato. “¡Takasato!”

Takasato lo detuvo, cuando aún sostenía su brazo. “Todo estará bien, porque ellos están
acá. Por favor, no se aparte de mí”.

Mientras Takasato decía esto, esas cosas se acercaban más y más, con un diámetro que
superaba los cinco metros, de un color blanco muy pegados los unos a los otros. Se
acercaban como el reflejo de una luz desplazándose por el agua. Cuando llegaron a la costa
se dejaron llevar hasta la playa.

Era un enjambre de humanos blancos. Las olas los dejaron el la costa. Después de llegar a
la costa, esas cosas que parecían ser cuerpos ahogados permanecieron en la arena. La
siguiente ola llegó y apiló cuerpos sobre cuerpos.

“¿Son cadáveres? Preguntó Hirose. Takasato sacudió la cabeza.

“No son cuerpos…”

“Definitivamente no eran cadáveres. Esas cosas en la costa comenzaron a retorcerse


convulsionadamente. Retorcieron sus cuatro extremidades y golpearon la arena. Levantaron
sus cabezas calvas como tortugas, y miraron a Hirose y Takasato.

Hirose tomó el brazo de Takasato y retrocedió.

Las olas traían esas cosas una y otra vez, y una y otra vez se iban apilando unos sobre otros,
levantando las cabezas. Los cuerpos cerosos, que emitían un resplandor blanquecino, se
arrastraban hacia delante como si fueran meras imitaciones. Se parecían a los cuerpos de
los ahogados en plena descomposición, mientras emanaban un olor espeso al salir del agua
salada.

Hirose y Takasato los miraban atentamente mientras se alejaban, hasta que terminaron
apoyados contra algo sólido. Estaban de espaldas a la parte inferior de la presa.

Hirose jadeó mientras miraba a ambos lados. En la superficie de la presa de azul oscuro,
encontró una grieta aún más oscura junto a su mano derecha, pero completamente fuera de
su alcance.

La conglomeración siguió avanzando, y los que estaban al frente ya habían rodeado a


Hirose y a Takasato.

“…Sanshi” Takasato dijo suavemente. “Sanshi”.

238
El enjambre dejó de avanzar. En la escasa distancia que separaba a Takasato y a Hirose de
los otros, se formó un remolino pequeño. Se hundió con la forma que hace un mortero y en
el interior vieron un dedo blanco. Una mano blanca apareció, como si intentara alcanzar el
cielo.

…Esa mujer.

Antes de que Hirose pudiera mirarlo detenidamente, la arena a su alrededor comenzó a


sacudirse. Se enturbió y arrojó hacia arriba dos sombras negras. El par, una blanca y otra
roja, se ubicaron entre Hirose… más bien, entre Takasato y el enjambre.

La sombra blanca tenía los brazos y la cabeza de una mujer, y el cuerpo inferior de una
bestia blanca. La sombra roja, parecía un perro enorme. El cuerpo de éste no estaba
cubierto de pelaje, sino que parecía envuelto en un extraño líquido viscoso.

Hirose miró asombrado a las dos criaturas. Sus cuerpos estaban agazapados como dos
bestias amenazantes. Ellos eran quienes habían derramado tanta sangre para proteger a
Takasato.

El grupo de cuerpos sacudió enérgicamente la cabeza y abrieron sus bocas, ya en


descomposición. Ellos hicieron ademanes de estar tirando algo arriba, y estar mirando al
cielo nocturno, hablando con voces amontonadas.

…Taiho.

…Ren Taiho.

Llamaban a alguien con esas voces. Continuaron llamando ruidosamente hacia el cielo
oscuro de la noche.

…Aqiu1.

…Aquí.

¡…Aquí!

De repente, el par rojo y blanco desapareció. Al mismo tiempo, el grupo de cuerpos bajó la
cabeza y comenzó a rasguñar la arena. Hirose y Takasato estaban boquiabiertos, mientras
todos se metían en la arena uno por uno. Cuando el ruido cesó, lo único que quedó fueron
los agujeros a su alrededor.

Después de un tiempo, escucharon el sonido de las olas otra vez.

“¿Qué… fue eso?” Hirose finalmente lo soltó.

1
Nota de Aili: Este ‘Here’ (aquí) fue escrito en katakana por eso lo escribió diferente, y yo también.

239
Todo lo que quedo en la playa fueron los rastros de esas cosas desapareciendo de la vista.
Ambos miraron a su alrededor con timidez, pero no vieron nada. La playa regresó a la
tranquilidad, y la arena blanca pareció congelada. La fuerte esencia a agua de mar llego
hasta ellos.

El olor a agua de mar.

Esas cosas habían llegado desde el mar, por eso, como olían era inevitable, pero, aún así,
eso había inquietado a Hirose. ¿No hubo un rumor acerca de que en los pasillos de la
escuela había huellas de lodo? Antes de que se diera cuenta, Hirose ya había relacionado el
olor al mar con el sentimiento de incomodidad.

Hirose cayó de rodillas y cavó un poco en la arena. Cuando revolvió la arena, el olor fue
más fuerte.

Las cosas que vinieron del mar. Hirose levantó la mirada hacia Takasato que estaba de pie a
su lado, y vio que él simplemente estaba desconcertado, de pie. ¿Podría ser que estas
extraña cosas no tuvieran nada que ver con Takasato?

“Takasato”.

No fue sino que hasta que Hirose lo llamó, que Takasato se movió y lo miró.

“¿Qué fue eso?”

Takasato exhaló un profundo suspiro y sacudió la cabeza. “No lo sé”.

Hirose miró a su alrededor una vez más. Innumerables hoyos se habían abierto en la
desolada extensión de la arena. Todo lo que sentía era el cambio. Hirose sentía como si algo
se bamboleara con fuerza. El malestar fluía por sus venas. Ese sentimiento concordaba con
el rugir del mar y con el palpitar de su corazón, y continuó temblando en la tenue luz de la
noche.

3
Hirose se despertó poco antes del día siguiente. Se irguió sobre el futón que yacía en el
suelo, y no vio a Takasato cuando miró hacia la cama que estaba a su lado.

Echó un vistazo a la habitación, pero no vio señal de Takasato. Encendió la luz del baño y
el ventilador comenzó a girar sin hacer ruido alguno. Hirose se levantó y se aproximó al
balcón. Corrió las cortinas y vio a Takasato de pie allí afuera. Estaba apoyado en la
barandilla mirando hacia abajo.

“¿Takasato?” lo llamó Hirose.

240
Takasato se sobresaltó y levantó la cabeza. No fue hasta que Hirose lo volvió a llamar que
le devolvió con calma la mirada.

“¿Qué sucede?” preguntó Hirose. Takasato sacudió la cabeza y sonrió débilmente.

“Buenos días”.

“Sí” Hirose asintió mientras se aproximaba a la baranda. Al igual que Takasato, miró hacia
abajo. “¿Pasa algo?”

“No… solo pensaba que esto debe ser más alto que el techo de la escuela…” dijo Takasato
mientras sonreía. Luego entró a la habitación. Descontento, Hirose lo siguió.

Después de entrar en la habitación, Hirose agarró el control remoto y estaba a punto de


encender el televisor cuando Takasato dijo “Creo que hay un incendio”.

Hirose lo miró.

“¿…Qué?”

Takasato se sentó con la cabeza gacha. “El apartamento del Sensei, ayer por la noche…”

Hirose encendió el televisor inmediatamente. Todavía faltaba un poco para las noticias del
mediodía.

“¿Cuándo sucedió?”

“En medio de la noche… quizás alrededor de las tres”:

A pesar de ello, probablemente estuviera en el periódico de la mañana. ¿Cuántas personas?


Hirose se tragó esas palabras que estuvo a punto de decir. Creyó que sería cruel hacerle a
Takasato ese tipo de preguntas.

Prepararon solo café y tostadas para desayunar. Antes de que comenzaran a comer,
comenzaron las noticias en la televisión.

El fuego se inició poco antes de las tres en el departamento en que Hirose y Takasato
habían estado viviendo hasta ayer, y lo quemó hasta dejar cenizas. El origen fue una
explosión de gas en una habitación del primer piso. Como resultado, murieron tres
personas.

Hirose se descompuso un poco al ver las noticias.

…Qué dura venganza.

241
¿Había sido por las piedras lanzadas o por los trozos de papel en la puerta? Por supuesto él
podría haber predicho todo esto, pero eso no lo hacía sentir menos miserable.

Por cada persona que muere, un camino se cierra para Takasato. Mientras más grande sea el
disturbio, menor será la probabilidad de que Takasato encuentre un lugar para vivir.

Hirose se sentía mal del estómago. ¿Cuál era la probabilidad de que Takasato pudiera
quedarse? ¿Cuán probable era que él pudiese vivir tranquilo y en calma en este mundo?

“Lamento todo estos problemas…”

“No es culpa tuya”

¿Cuántas veces habían tenido esta misma conversación?

Hirose miró a su alrededor. Ustedes, que dijeron que protegían a Takasato, ustedes dos, uno
blanco y el otro rojo, ¿no entienden que lo están matando lentamente?

Takasato no pareció querer hablar en todo el día. Respondía cuando se le preguntaba, pero
no contaba como una conversación. Parecía que daba su mejor esfuerzo por sonreír, pero
sus esfuerzos no eran para nada fructíferos. Gotou llegó en la tarde. Hirose le dejó todo el
procedimiento post incendio a él.

Esa tarde hubo otro incendio. El que los llamó para informarles acerca de esto fue el
detective de antes.

La mitad de la casa de Takasato había sido quemada. Algunos estudiantes de la zona habían
iniciado el incendio. Un vecino vio a tres chicos salir corriendo de la casa. Fueron
atrapados inmediatamente y confesaron el motivo para iniciar el fuego. …Se imaginaron
que mientras hubiera una casa allí, Takasato tendría un lugar al cual regresar.

Tenían miedo de que Takasato regresara a su casa. Después de que vieron la noticia del
incendio en el apartamento de Hirose, se les ocurrió que si la casa de Takasato también se
quemaba, él no volvería.

Takasato no reaccionó cuando oyó esto. Y también le dejaron a Gotou los procedimientos
post incendio.

242
Hirose se despertó en medio de la noche. Algo lo había despertado. Notó que Takasato lo
miraba fijamente. Takasato se veía tan triste. Hirose quería hablarle, pero estaba tan
cansado que no era capaz de decir nada. Tal vez, Takasato se dio cuenta de que Hirose
abrió los ojos, por lo que agachó la cabeza que lo miraba fijamente. Le preguntaré qué le
pasa cuando me levante en la mañana, pensó Hirose mientras cerraba los ojos.

…Quizás tan solo estoy soñando.

Estaban a punto de apagar el televisor después de los programas de la tarde y del mediodía,
cuando los nuevos títulos aparecieron con las noticias.

Hirose se puso de pie y Takasato gritó. El tema de la noticia era que la escuela había
colapsado repentinamente.

“Por favor, vaya a ver” Takasato miraba a Hirose. “Debido a que yo no puedo”.

Hirose asintió y salió corriendo de la habitación. Antes de llegar al ascensor, sintió como si
estuviera caminando sobre nubes.

Era lunes, era de día. Iba a haber un montón de estudiantes en la escuela. Él corrió, con la
esperanza de que… los miembros del salón de química y los profesores… estuvieran bien.
Antes de que la puerta del ascensor se cerrara, rogó por aquello, y cuando el elevador
descendió, recordó de pronto el sueño que tuvo la noche anterior.

Se había olvidado de ello hasta ahora, y no estaba seguro de por qué había pensado en ello.
Pensándolo bien, no estaba en absoluto seguro de que fuera un sueño. Reflexionó sobre
ello, y cuando llegó al primer piso, Hirose corrió hacia fuera del complejo de apartamentos
y por alguna razón, se volteó para verlo. Era un edificio de ocho pisos y los cuatro balcones
estaban alineados frente al techo.

Repentinamente pensó en cuando vio a Takasato en el balcón el día anterior.

¿…En qué estaría pensado en aquel momento?

Hirose comenzó a correr a un ritmo calmo mientras intentaba buscar en su memoria, pero
no podía.

Takasato había estado en el balcón mirando para abajo. En ese instante sintió la misma
insatisfacción que sintió en aquel momento.

La postura de Takasato al mirar hacia abajo, la línea de sus codos desplegados desde sus
tensos hombros ¿Todo eso sugería algo?

243
…Pensaba que esto debe ser más alto que el techo de la escuela.

Takasato no podía haber ido al techo de la escuela. Probablemente lo estuviera imaginando


en ese momento. Debió haber estado pensando en alguno de los desafortunados estudiantes
al estar tan alto.

…U otra cosa.

Hirose chasqueó la lengua.

Algo lo hizo sentir incómodo, extremadamente incómodo. Un sentimiento incómodo que lo


estaba devorando.

Se dio la vuelta y volvió corriendo al departamento. Tan pronto como decidió hacer esto, la
inquietud se apoderó de su mente. Hirose se olvidó de sus heridas y corrió lo más rápido
posible.

Él no vio a Takasato en la habitación. Hirose corrió hacia la ventana. Al ver que la puerta al
balcón estaba cerrada desde el interior no pudo evitar suspirar de alivio.

“¿Takasato?”

Él debería estar aquí.

Repentinamente pensó en el techo, pero entonces recordó que Totoki dijo que el techo del
edificio era inaccesible.

Si ese era el caso, entonces ¿a dónde se había ido Takasato?

Luego pensó en las escaleras de emergencia. La salida de emergencia estaba cerrada desde
el interior, pero no había nada que detuviera a uno de salir. Hirose se dio vuelta.

Corrió por el pasillo del cuarto piso y cuidadosamente, abrió la puerta de la salida de
emergencia. Una fuerte ráfaga de viento corrió. Takasato no estaba en el rellano. Hirose
abrió la puerta lo más silenciosamente que pudo y se apoyó en la barandilla mientras
miraba para arriba. En cuanto lo hizo, su cuerpo se heló.

Hirose no pudo evitar gritar, pero se detuvo rápidamente. Sintió un mareo intenso como si
algo hubiera atravesado su garganta. Soltó el barandal y corrió escaleras arriba. La escalera
de metal sonaba con cada paso que daba. Hirose se quitó los zapatos. Fue descalzo para
minimizar el ruido de sus pasos, y subió lo más rápido posible.

244
Fue toda una hazaña para Hirose subir cuatro pisos sin recuperar el aliento. Hirose abogó
por su cabeza mientras peleaba por subir los últimos escalones. Entonces vio a Takasato,
sosteniéndose del barandal del rellano mientras miraba abajo.

La barandilla era baja. Si Hirose hacía algún ruido sería suficiente para que Takasato
moviera su centro de gravedad. Hirose contuvo el aliento y amortiguó sus pasos, rogando
que Takasato no sintiera su presencia. Se agachó y cuando subió la mitad de la escalera,
Takasato dio un paso del otro lado de la baranda.

Hirose contuvo los latidos de su corazón, sin recordar como terminó subiendo el resto de la
escalera. Cuando gritó lo suficientemente fuerte como para frenar el aterrizaje y volver a
sus sentidos, el cuerpo de Takasato había caído del lado de la barandilla.

“¡Tú…!” Hirose no sabía que es lo que quería decir. Su mano derecha estaba aferrada al
brazo de Takasato. Y volvió en sí para darse cuenta que fue él el que tiró de Takasato hacia
él.

“¿Por qué…?”

No podía mover su mano derecha. Con su mano izquierda sopapeó la cara que había caído
y que lo miraba con los ojos bien abiertos. Él mismo sintió que su reacción fue la de un
niño que había perdido el temperamento.

Su furia golpeó al completamente indefenso Takasato, y luego se aferró a él con fuerza.


Hirose entendía sus sentimientos, los que lo hicieron subir hasta acá, por lo que no podía
dejar de ninguna manera que Takasato saltase.

“Por favor, entienda” dijo Takasato en voz baja.

Hirose levantó la cabeza. Temblaba tanto que le castañeaban los dientes.

“Esta era mi única opción”.

“Tonterías”.

Hirose levantó el cuerpo que estaba sobre el suyo. Agarró el brazo de Takasato con la mano
que aún estaba tiesa y tiró de él hacia sí.

“Sensei”.

Había llegado a este punto y la calma voz de Takasato estaba cargada de tristeza. Su voz le
decía a Hirose que había tenido este pensamiento antes de decidirlo.

245
Hirose se agarró de la puerta de emergencia, pero no se movió. Entonces recordó que la
puerta no podía abrirse desde el exterior, entonces tomó aquel débil brazo y subió las
escaleras.

“Sensei”.

“Si saltas, yo también saltaré”.

Estas fueron las palabras que salieron en el impulso. Tan crudas. No pensaba que hubiera
palabras más crudas que estas. En un instante, el brazo que agarraba tiró, y entonces,
obediente, Takasato siguió a Hirose para bajar las escaleras.

Las piernas de Hirose estaban temblando. Después de cada paso sentía como si sus rodillas
fueran a colapsar. Después de lograrlo, después de algunas dificultades en la bajada,
Takasato lo llamó nuevamente.

“Sensei…”

Hirose sintió un cambio en su tono y lo miró con aprensión. Simplemente vio a Takasato
mirando el lugar en el que habían estado.

Allí había una mujer de pie.

Era una mujer joven, aproximadamente de unos veinte años, ¿o quizás un poco más joven?
Por un momento pensó que alguien del octavo piso había salido, pero no recordaba haber
oído la puerta abrirse. La puerta estaba hecha de un metal pesado. Dejando la puerta
abierta, Hirose sabía que no había forma de que se cerrara sin que hiciera ruido.

La mujer abrió su boca.

“No debe morir”.

Hirose se giró para ver a la mujer.

“¿Quién eres?”

La mujer no respondió a su pregunta.

“Si muere, él también morirá”

Antes de que Hirose pudiera preguntarle de nuevo quién era, Takasato habló.

“¿Quién eres?”

Ella no dijo nada, pero parecía triste.

246
“¿Qué quieres decir con eso?” preguntó Takasato. “Está bien. Por favor, dime lo que sepas.
¿Qué soy? ¿Qué sucede? ¿Qué son esas cosas que me siguen?”

Ella parecía herida.

“Si no lo recuerda, entonces es mejor que no lo sepa”.

En cuanto dijo esto, puso su mano sobre la puerta de emergencia. La puerta se abrió con su
aparente poco esfuerzo.

“Acá”. Hizo un gesto al interior. Hirose estaba desconcertado, pero agarró a Takasato
nuevamente y subió las escaleras una vez más. La mujer mantuvo la puerta abierta y
esperó. Cuando ellos entraron, ella se hizo a un lado para dejarlos pasar. Cuando pasaron
junto a ella, sintieron el leve olor a agua de mar.

Hirose cruzó la puerta y empujó a Takasato al interior. Despreocupado por el sorprendido


Takasato, Hirose cerró la puerta. El rostro sorprendido de la mujer estaba frente a sus ojos.

“¿Quién eres?” Adentro, el sonido el sonido chocó contra la puerta detrás de ellos. “¿Quién
demonios eres?”

Ella bajó la mirada, y luego la levantó.

“Soy Renrin. No puedo decir nada más que eso”.

“¿Ese es tu nombre?”

La mujer asintió.

“¿Qué diablos está pasando?”

Ella sacudió la cabeza. Probablemente queriendo decir que no podía decir más.

“¿Podrías, por favor, decirme si hay alguna forma de salvarlo? Preguntó Hirose. Ella
respondió bajando la mirada. Hirose cerró los ojos y suspiró.

Ella murmuró en voz baja. “…No sabía que las cosas llegarían a esto. Ellos solo entienden
la justicia. Por favor, perdónelos”.

Hirose no pudo responder. No era capaz de entender claramente el significado de sus


palabras.

“¿...los?”

“Haku Sanshi, Gouran”.

Él sabía que ella se refería a esas criaturas. “¿Qué son?”

247
Ella sacudió la cabeza y no respondió a la pregunta de Hirose.

“Por favor, huya”

Hirose inclinó la cabeza en duda. Ella lo miró con seriedad.

“El Rey de En vendrá. Taiki perdió su cuerno, y nada puede hacerse al respecto. Una gran
calamidad ocurrirá. Por favor, déjelo y huya”.

Repentinamente Hirose extendió el brazo. La mujer se alejó como una tela ondeando al
viento.

“¿Qué quieres decir con eso?”

La mujer sacudió la cabeza.

“¡¿Qué demonios quieres decir con eso?!”

Sacudió la cabeza una vez más, y luego se dio vuelta. Mientras se ocultaba detrás de algo
que no podía ser visto, su figura desapareció sin dejar rastro.

4
Hirose vaciló por un minuto, pero finalmente decidió no ir a la escuela. Incluso si corría
hacia allá no habría mucho en lo que el pudiera ayudar. No era como si el pudiera ayudar a
cada uno. Por ello, no podía dejar a Takasato a un lado.

“Por favor, entiendan” repitió Takasato. “Los que iniciaron el fuego en mi casa son unos
niños”.

“Silencio”, Hirose agarró a Takasato por el brazo y no lo soltó.

“Aún estaban en la escuela primaria”.

Hirose lo ignoró. Éste era su ego. Él lo entendía. “¿Qué ella no había dicho que no debías
morir?”

“¿Quién era ella?”

Al escuchar que Takasato le preguntaba esto, eso surgió en la mente de Hirose.

¿Cómo era que ella conocía a Takasato? ¿Cómo conocía a Haku Sanshi? Hirose recordó a
Sugisaki mencionar el nombre de Haku Sanshi.

¿Era Renrin la mujer que aparecía en las historias de fantasmas?

248
Entonces había una incoherencia. ¿Por qué ella estaba buscando un kirin? ¿Por qué
buscaba a Haku Sanshi? ¿Cómo supo Takasato que ella buscaba a alguien?

…Naturalmente, debía haber una conexión entre Takasato y la mujer.

“Renrin, dijo”

Takasato lo miró. “¿Ren rin?”

“Ella también dijo que Haku Sanshi y Gouran solo entendían la justicia, y pidió que los
perdonáramos. También quería que yo huyera. El Rey de En está viniendo, huya, dijo.
Taiki perdió su cuerno y nada puede hacerse al respecto”.

Takasato abrió bien los ojos, y luego bajó la mirada, como si pensara en algo. Éxito, pensó
Hirose. Al menos había tenido éxito en distraer a Takasato.

Fue entonces cuando el teléfono sonó. Se dirigió inmediatamente a la contestadota.


Después del mensaje pregrabado de Totoki, Hirose oyó la voz de alguien a quien quería oír
urgentemente. Levantó el tubo del teléfono.

“¡¿Gotou-san?!”

Takasato levantó la cabeza y miró a Hirose.

La inusual voz de Gotou venía del teléfono.

“¿Viste las noticias?” comenzó Gotou.

“Sí, pero no podría haber sido de ninguna ayuda allí”.

“Muy cierto”

“¿Se encuentra bien?”

“¡Soy uno de los buenos que casi muere! Yo no estuve de acuerdo con la directiva del
director y salí a comer, por eso sobreviví”.

Hirose suspiró del alivio y se encontró sin palabras que decir.

“La escuela está en un terrible estado. El patio está hundido y los edificios colapsaron, pero
todavía no está muy claro el alcance de los daños. La mitad del edificio principal
permanece intacta. Totoki-san está ileso”.

Hirose asintió. Podía oír el ruido de las sirenas y la gente gritando del otro lado del
auricular.

249
“No sé nada más. De cualquier forma, las líneas telefónicas están muy ocupadas, por lo que
colgaré por ahora. Me pasaré por allí por la noche, o te llamaré”.

Diciendo esto, Gotou colgó el teléfono.

“¿Sensei Gotou está bien?” Takasato leía el rostro de Hirose.

“Sí, y Totoki-san también”.

Después de que Hirose dijera esto, encendió la televisión. Una vista desde un helicóptero
enfocaba la escuela.

El patio estaba bastante hundido, y los edificios que lo rodeaban habían colapsado como si
hubieran caído hacia ese poso. La destrucción era impresionante.

Takasato se quedó sin aliento. Hirose dijo con firmeza “Ni lo pienses”.

“Pero…”

“Pero nada”. Su tono permaneció firmó. “Muchas personas murieron allí. A simple vista
parece trágico, pero aquellos que van a morir no tienen otra opción más que morir. Su
significado no es diferente al de la muerte de una persona. No se puede consolar por la
muerte de sus hijos con decir que muchos otros estudiantes también murieron, ¿verdad?”

Takasato bajó la cabeza, al parecer sin aceptar todo esto. Hirose sabía que sus palabras no
eran más que sofistería.

Este era un desastre enorme que ocurrió debido a una sola persona, una gran catástrofe que
salió de un pequeño problema similar a una caída. Hirose buscó en su memoria intentando
recordar cuándo comenzó todo. Por lo menos, Takasato había pasado mucho tiempo en
paz… mucho más pacífico comparado a la situación actual… mientras era ignorado por
aquellos que lo rodeaban. ¿Cómo fue que las cosas llegaron hasta este punto?

¿Era esto? ¿Era está la gran calamidad de la que la mujer estaba hablando?

De cualquier forma, pensó Hirose, esto no era culpa de Takasato. Nadie tenía el derecho de
negarle su existencia, ni colocar el peso de la responsabilidad de estas desgracias sobre sus
hombros, y mucho menos que se expiara con su muerte.

“¿Cómo va la solución de tu misterio?” Hirose miró a Takasato, cuyos ojos estaban


cerrados. “¿No quieres recordar? Habían muchas pistas importantes en lo que dijo esa
mujer”.

Takasato sacudió la cabeza. ¿No sabía? ¿O era que ya no le importaba de ninguna manera?

“Creí que querías recordar. ¿No habías dicho que pensabas que había una promesa que no
debías olvidar?”.

250
Takasato no respondió.

“Renrin, Gouran, Rey de En, Taiki, son todas un montón de palabras que no conozco.
¿Podrías explicármelas?”.

Takasato bajó la cabeza y respondió las preguntas acosadoras de Hirose abatido. “No lo
sé…”

“Piensa. Deberías saberlo.” Hirose abrió el cuaderno de bosquejos y le acercó un lápiz a


Takasato. “Ella mencionó a Haku Sanshi y a Gouran. ¿Gouran es el nombre del grifo?
¿Crees que sea el kirin?”

“No estoy seguro…”

Hirose sabía que Takasato no quería pensar en eso, y no pudo sino suspirar. Si quería
ponerle un fin a la situación, la forma más segura sería la de consentir las acciones de
Takasato. Si Takasato desapareciera de la Tierra los desastres, cada vez más grandes,
probablemente se detendrían. Sin embargo, Hirose no podía consentir con base a este
razonamiento.

Tenía que desviar la atención de Takasato a otra cosa. Sin importar qué, Hirose tenía que
encontrar una forma de salvar a Takasato antes de que apresurara una conclusión.

Hirose apagó el televisor y le pidió a Takasato que levantara la cabeza. Finalmente dijo lo
que había sido incapaz de decir por tanto tiempo.

“…Creo que tú eres el Rey de Tai”.

Takasato abrió los ojos y miró a Hirose.

“¿Qu…?”

“Haku Sanshi me preguntó ¿Es usted enemigo del rey? Si ellos te están protegiendo,
entonces tú eres el rey, y ¿no es el Rey de Tai ese rey?”

Los ojos de Takasato se abrieron por un momento, no dijo nada.

“¿Estoy en lo cierto, Rey de Tai?”

“No.” Dijo reflexivamente. “No soy el Rey de Tai”.

“Takasato.” No puede ser. Hirose le explicó cuidadosamente el proceso por el cual llegó a
esa conclusión, pero Takasato aún sacudía la cabeza.

“No, estoy absolutamente seguro de que no lo soy”.

251
“¿Por qué?”

Takasato sacudió la cabeza con obstinación. “No lo sé. Tan solo sé que no está bien”.

“¿Entonces quién demonios eres? ¿No es ese el tan renombrado pacto? Te están
protegiendo a cambio de algo”.

“No es eso”, declaró con impaciencia. “No soy el Rey de Tai. No soy yo. Él…”

Takasato se interrumpió de repente.

Takasato lo tomó por el brazo y lo miró a la cara. “¿Él…?”

Takasato estaba anonadado.

“¿Takasato?”

Takasato miraba fijamente a la nada, y entonces giró lentamente hacia Hirose.

“Él es mi amo”.

“¿Amo?”

“¿Cómo pude haberme olvidado…?”

Takasato se puso de pie y caminó hacia la ventana. Hirose lo agarró del brazo rápidamente.

“No voy a morir.” Takasato miró a Hirose con los ojos perdidos en sus pensamientos. “Le
prometí mi lealtad al rey. Juré no abandonarlo ni desobedecer su mandato real”.

“¿…Lo recuerdas ahora?”

Takasato sacudió la cabeza, y una leve y triste sonrisa se dibujó en su rostro. “Eso es todo
lo que recuerdo… Pero es suficiente”.

Su expresión era firme estando junto a la ventana. Puso la mano sobre el cristal y miró el
mar.

“Pero juré nunca dejar su lado”.

Fue una promesa hecha en aquel año perdido. ¿Era esa la promesa que nunca debió olvidar?

“Debo regresar al lado del rey”. El sentido de urgencia de Takasato hizo que Hirose lo
mirara. “Necesito encontrar la manera de volver”.

252
“¿Qué clase de promesa fue esa?” Hirose no sabía por qué, pero sentía que fue acorralado
hasta una esquina sin lugar a donde ir. “¿No rompiste la promesa al regresar aquí al dejar el
lado del Rey de Tai?”

Hirose seguía y seguía. Cuanto más decía peor se sentía.

“Quizás te dejó ir, o tal vez huiste de él. …Debes haber huido, sino Sanshi y ellos no
estarían aquí. Te persiguieron hasta acá, ¿no es así? Es lo mismo que con la mujer Renrin.
Estás siendo perseguido por el mundo del que escapaste”.

Takasato sacudió la cabeza con sorpresa. “No puede ser”.

“¿Por qué?”

“No pude haber dejado el lado del rey voluntariamente”.

“¿Cómo puedes estar tan seguro?” Hirose estaba señalando a Takasato, aunque no sabía por
qué se sentía tan fuerte como para actuar de esa manera. “Te han perseguido hasta aquí, y
es por eso que tantas cosas extrañas suceden a tu alrededor. Están intentando destruir tu
base aquí, para que no puedas permanecer más aquí”.

Takasato inclinó la cabeza y miro incómodo a Hirose.

“¿Por qué dice eso? Sanshi y los otros dijeron que estaban protegiéndome, ¿no es así?”

Hirose no habló. Era cierto. Sanshi y Gouran solo estaban protegiendo a Takasato, con una
devoción al borde de la locura. No era lealtad a Takasato, sino lealtad al rey. El rey les
había encomendado proteger a Takasato.

“¿Por qué Sanshi me preguntó si yo era enemigo del rey?”

Takasato ladeó la cabeza. “…No lo sé”.

Si el rey y Takasato tenían una relación amo sirviente, entonces naturalmente sus intereses
serían concordantes. ¿Habrían supuesto que los enemigos de Takasato serían también
enemigos del rey?

“¿…Iwaki era enemigo del Rey de Tai?”

Si el Rey de Tai era un rey de aquel lugar, entonces el Iwaki de acá no podría ser su
enemigo. Ni Iwaki ni ninguno del resto de los estudiantes eran enemigos del Rey de Tai.

…Ah, Entonces…

Hirose exhaló un profundo suspiro. Entonces fue por eso que Renrin dijo que solo
entienden la justicia. No tenían idea de que ninguna persona de aquí podría ser considerada

253
enemiga del rey. Solo podían considerarlos enemigos de Takasato, por lo tanto, enemigos
del rey, y se deshicieron de ellos.

“Qué absurdo…”

Era un malentendido. Todo, desde el comienzo era solo un gran malentendido.

“Completamente absurdo”.

Takasato miró en silencio a Hirose.

5
Gotou llegó después de caída la noche. Suspendida sobre el mar, estaba la luna cual cicatriz
de plata. El viento soplaba fuerte, y las nubes comenzaban a amontonarse con velocidad.

“¿Gotou- san, cuál es la situación de la escuela?”

Gotou hizo una mueca. “Todos los que estaban en el patio murieron”.

Takasato cerró los ojos como si él mismo hubiera sido herido.

“El edificio de clases y el edificio de clases especiales están casi completamente destruidos.
Quienes estaban en el edificio de actividades y en el gimnasio para orientación están todos
bien”.

“¿Qué hay de Hashigmi?”

“Él está bien”.

“¿Nozue y Sugisaki? ¿Qué hay de Tsuiki?”

Gotou sacudió la cabeza. “Aún no han sido encontrados. No sabemos si están vivos o
muertos. De cualquier forma, se está llevando a cabo una desesperada operación de rescate,
pero parece que se acerca un tifón. Si no tenemos suerte, tendrán que suspender las labores
de rescate esta noche”.

Gotou sonrió amargamente y mencionó que no había habido un pronóstico meteorológico


de ningún tifón. Sus ojos estaban llenos de fatiga.

En la televisión estaban mostrando imágenes de la escuela destrozada. Los periodistas


probablemente estuvieran sobre un helicóptero. Bajo las brillantes luces, los escombros
proyectaban sombras gruesas a medida que la escena giraba. La operación de rescate
continuaba a pesar del fuerte viento. Los edificios que daban al patio habían colapsado. La
mitad del edificio de clases había sido destruido, y un tercio del edificio de clases
especiales había colapsado. Los lugares donde estaban ubicados el salón de la clase 6 y el

254
salón de química habían sido derribados, como pisoteados. El techo del nivel superior había
caído al suelo, y los escombros sobresalían de pequeñas grietas. Las partes que quedaban
apenas mantenían su forma original.

Aún había una pequeña posibilidad de que los estudiantes presentes en el edificio de clases
estuvieran vivos. Las condiciones del salón de química eran un poco mejores, pero los
estantes del interior estaban llenos de productos químicos.

Las imágenes en la televisión cambiaban mientras iban pasando los nombres de las
víctimas. Primero, una larga lista de aquellos que resultaron con heridas leves, luego, una
más corta con heridos de gravedad, y finalmente la lista más corta con aquellos que
murieron. Sin embargo, el número de personas excedía los treinta, y el número de
desaparecidos sobrepasaba tres veces el de fallecidos.

Hirose gimió. No había lugar a duda, la razón de esto se debí al acoso a Takasato. La mitad
del edificio principal se había ido. La oficina del director se había convertido en parte de
los restos, un gran número del comité directivo, incluyendo al director y al subdirector,
habían estado allí por una reunión matutina.

Sin embargo, muchos estudiantes que murieron en este accidente quedaron envueltos sin
ninguna razón. Una gran cantidad de vidas se perdieron debido a una ciega y estúpida
aceptación. Las cosas no habían llegado tan lejos como para recurrir a una venganza tan
severa.

Esas cosas lo habían intensificado como si les hirviera la sangre. O quizás algo había
cambiado la situación…

Hirose, atónito, miraba la pantalla fijamente cuando Takasato caminó hacia la ventana y se
quedó mirando hacia afuera. Afuera, las nubes bajas se movían a una velocidad vertiginosa.

“¿Takasato?”

Takasato dio un salto cuando Hirose lo llamó por su nombre. Caminó hacia la ventana y
colocó su mano sobre el cristal.

“¿Qué sucede?”

Takasato abrió la ventana. En ese momento una cálida y húmeda brisa sopló, y el aire en la
habitación se humedeció. En el húmedo viento que casi chorreaba agua, Hirose oyó un
sonido.

Levantó las orejas. Había extractos de un sonido débil e el viento que soplaba. Sonaba tan
distante. Era una débil llamada traída por el viento desde muy lejos.

“¿…Qué es eso?”

255
Takasato se concentró en escuchar el sonido. Las nubes se movían rápidamente desde el
mar. Hirose seguía intentando escuchar el sonido, y oyó un ruido atrayente.

Hirose se volteó para ver a Takasato. Algo lo estaba llamando. El sonido provenía del otro
lado del mar, o quizás desde el fondo del mismo. El llamado continuó sin interrupciones.

Gotou se puso aprensivo. “¿Escuchan… algo?”

Takasato se dio vuelta repentinamente. Corrió desde la ventana como si fuera a dejar la
habitación. Hirose lo siguió y lo tomó por el brazo en la entrada.

“No salgas”.

Takasato luchó contra la toma de Hirose. “Están llamando”.

“Es el sonido del viento”.

Takasato abrió la puerta y el fuerte viento sopló en el interior, rugiendo desde la puerta
hasta la ventana. El viento llevaba el sonido con él.

“Me están llamando”.

Hirose sostuvo el brazo de Takasato y se acercó a la puerta con la intención de cerrarla.


Takasato lo detuvo.

“Debo ir”.

“Es solo el viento”.

Takasato sacudió la cabeza.

“Es solo el sonido de las líneas de tensión o algo”.

“Es una voz, y me está llamado”.

“Son las olas que chocan”.

Takasato torció el brazo con fuerza y se libro de la toma de Hirose.

“¡Takasato, no es una voz!”

Las ráfagas de viento aumentaron. Takasato salió por la puerta y ésta se cerró detrás de él.

“¿…Hirose?”

256
Hirose se había quedado mirando la puerta como si hubiera sido atrapado por alguna clase
de hechizo, cuando Gotou lo llamó.

“Hey, Hirose. ¿Qué está pasando?”

Hirose corrió hacia la puerta de entrada y gritó. “¡Por favor, quédate aquí!”

“¿Quédate aquí? ¡Hey, Hirose!”

6
Hirose corrió. Cuando llegó al ascensor vio que éste ya estaba bajando. Corrió hacia las
escaleras y bajó volando por ellas. Después de salir del complejo de departamentos miró a
su alrededor.

Debido a sus heridas, le tomó un tiempo llevarlo a cabo. No veía a Takasato.

¿…Dónde se habrá ido?

La voz que llamaba a Takasato era una pista muy importante. Hirose corrió hacia el agua.
Las fuertes ráfagas seguían soplando desde el mar. Sabía que algún tipo de fuerza estaba
saturando la atmósfera.

Para el momento en el que Hirose llegó al muelle, Trotando y corriendo por turnos, el
viento era tan fuerte que casi lo derribaba. La lluvia comenzaba a mezclarse con éste, y sus
gotas finas se sentían como agujas penetrando su piel.

Hirose corrió por el muelle, mirando por todos lados y por la playa. No podía abrir bien los
ojos debido al viento. Colocó su brazo frente a su cara mientras buscaba en la playa alguna
señal de una persona. Cuando hubo recorrido tanto como sus pies se lo permitieron vio
finalmente una silueta en la playa.

Saltó desde el muelle y luchó contra la arena y el viento mientras corría. Se agarró de
Takasato que permanecía de pie en la orilla.

Takasato quedó desconcertado.

“Sensei”.

“¿Qué está pasando?”

Takasato trató de librarse de la mano de Hirose.

“Por favor, regrese a la sala”.

“Tú eres quien debería regresar. Aquí es muy peligroso”.

257
Las olas chocaban, levantando la bruma alto en el aire.

“No es seguro, por eso debe regresar”.

“Entonces, tú vienes conmigo”.

Hirose tiró del brazo de Takasato, se resbaló por la lluvia. Takasato sacudió la cabeza.

“Se lo ruego, por favor, regrese al departamento. Tengo que averiguar por qué me está
llamando”.

En silencio, Hirose tiró del brazo de Takasato. No estaba tirando muy fuerte, pero el fuerte
viendo proveniente del mar lo estaba ayudando.

“¡¿Por qué tantas buenas personas tuvieron que morir?!”

“No tiene sentido pensar en ello”.

“¿Qué demonios sucede? ¿Por qué se derramó tanta sangre? ¡No puedo pasarlo por alto!”

Hirose ya no quería que continuase, pero tampoco podía dejar a Takasato allí. No era
porque fuese peligroso. Hirose había llegado a esta conclusión: con Haku Sanshi y los otros
a su alrededor, no importaba lo que sucediera. Ellos protegerían a Takasato. Hirose sabía en
su interior que algo más lo inquietaba, que no le permitía liberar a Takasato.

Se aferró aún más a Takasato. Si lo dejaba ir, algo terrible pasaría. Esta sensación se hizo
más y más fuerte.

Mientras se aferraba desesperadamente al brazo de Takasato, se oyó repentinamente una


voz.

“Por favor, suéltelo y huya”.

Se dio vuelta para ver de donde provenía la voz. El viento sopló la lluvia hacia su rostro. La
mujer estaba de pie allí.

“Tú…”

Ella le hablaba a Hirose. “Por favor, huya, el Rey de En llegará dentro de poco”.

“¿Qué significa?”

Ella negó con la cabeza. Su largo pelo flameaba con el viento. “Va a haber una inundación.
El rey está cruzando, por lo que es inevitable. Por favor, déjelo y corra a un lugar elevado”.

“Basta de tonterías”.

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“Por favor.” Cuando la mujer terminó de hablar torció el cuerpo. Solo podía describirse
como una torsión. De repente se distorsionó y su figura entera se desdibujó y mezcló. Esa
mezcla se alargó y comenzó a brillar. Era como si algo se diera vuelta de adentro para
afuera. Entonces, apareció la forma de una bestia.

Su visión estaba se nubló por la lluvia y el viento. El débil resplandor se agregaba a la poca
visibilidad, pero aún así, podía decir que era una bestia con un pelaje dorado y un lomo de
colores intricados. Sus piernas terminaban en pesuñas, como un caballo, y tenía una melena
dorada.

La bestia parecía estar queriendo decirle algo a Takasato mientras lo miraba, y suavemente
se levantó del suelo y se elevó al cielo. Voló surcando el mar como si no sufriera los
efectos del mar y el viento, y desapareció como si se hubiera cubierto por las cortinas de la
lluvia.

Los dos permanecieron en silencio por un rato. No fue hasta que el viento se puso más fiero
y los presionó que volvieron en sí. ¿Qué había sido eso? Cuando se dio vuelta para
preguntar eso, vio que Takasato también estaba anonadado.

“Takasato”, lo llamó Hirose, pero él no le respondió. Hirose lo volvió a llamar, más fuerte
esta vez, pero Takasato permaneció en silencio. Estaba mirando en dirección en la que
había desaparecido la bestia cuando sus labios se movieron.

“Recuerdo”

Takasato sonrió.

“Ya… recuerdo”, murmuró, y luego cerró los ojos con fuerza. “No soy una persona”.

Lo dijo como si finalmente hubiera encontrado la felicidad.

“¿Takasato…?”

Por fin se dio vuelta para mirar a Hirose.

“Taiki es mi nombre. Taiki… el kirin del Rey de Tai”.

“¿…Qué estás diciendo?”

Takasato sonrió cálidamente y miró a Hirose. “No soy una persona, soy un kirin”.

“Deja de decir tonterías”. La emoción que surgió de Hirose fue ira. ¿Cómo podía aceptar
eso? Impulsivamente, Hirose habló toscamente. “Eres una persona”.

No sabía por qué, pero Hirose se sentía enojado. Era incapaz de mantener la calma.

259
Takasato sacudió la cabeza con tranquilidad.

“Soy un kirin. El Rey de Tai es mi amo. Haku Sanshi es una nin’you enviada por Renrin
para unirse a mí aquí, y ella y Gouran eran responsables de mi protección”.

“Ren… rin”.

Takasato asintió. “Hay doce gobernantes y doce kirins. Renrin es el kirin del Rey de Ren, y
el Rey de En tiene a Enki”.

“Eso es una tontería” Hirose no pudo dejar de gritar. “¡Eso es estúpido! ¡Eso no puede ser!”

Takasato estaba mirando a Hirose.

“¿Un kirin? ¿Una bestia? ¿Tú? ¿Qué no tienes el cuerpo de un humano? ¿Qué no tenías
padres? Las personas no pueden dar a luz a un animal. Eso es imposible”.

“Soy un taika”.

“¿Taika…?” Hirose preguntó desconcertado. Takasato asintió.

“Nunca fui una criatura que perteneciera aquí. Caí en este mundo por error y crecí en el
útero de una persona… Eso es un taika”.

“No puede ser”. La actitud fría de Hirose puso triste s Takasato. “Si dices que eres un kirin,
entonces transfórmate para mí”.

Takasato sacudió la cabeza. “Perdí mi cuerno, por eso no puedo. También es por eso que no
puedo regresar por mí mismo”

La palabra regresar atravesó el corazón de Hirose.

“¿Regresar…?”

Takasato asintió. “Tengo que regresar. Tengo que volver a ayudar a mi rey. Debido a mi
pérdida de memoria he malgastado una cantidad alarmante de tiempo”.

“No… vas a regresar ¿verdad?” Hirose sintió como si fuera perseguido por algo. Se negaba
a ser capturado. Para escapar, Hirose solo podía seguir hablando. “Eres un persona. No
importa lo que fueras antes. Eres solo una persona ahora. Naciste en este mundo y vives
aquí. Incluso si regresas allí, terminarás volviendo aquí. Tú… volverás”.

Takasato sacudió la cabeza. “No voy a volver. Éste fue un accidente”.

Hirose abrió la boca, quería gritarle, pero no sabía qué decir. “Esto no puede ser”.

Estas palabras carecían de determinación. Sabía que solo estaba siendo insistente.

260
“Tengo que regresar”.

“¿Cómo?”

“Vendrán a buscarme”.

Las finas gotas de la tormenta golpeaban con fuerza el cuerpo de Hirose, cayendo sobre la
ropa pegada a su piel. Las altas olas golpeaban la playa y caían a los pies de Hirose.

“¿…El Rey de En?”

Takasato asintió. “Sí. Ella dijo que el Rey de En aparecería y causaría una inundación. Por
favor, regrese al apartamento”.

Takasato señaló la orilla, pero Hirose no se movió ni un centímetro. No podía moverse.


Que Takasato regresara a ese otro mundo era bueno para Takasato, y también par este
mundo. Era lo que Takasato había estado deseando, y probablemente este mundo esperara
lo mismo. Dado que así era, entonces ¿No debería Hirose mirarlo con una sonrisa?

A pesar de pensar eso en su mente, Hirose no había sido capaz de darse cuenta y aún no se
movía. Más allá del viento y la lluvia que soplaba y lo golpeaba, se quedó fijo en el lugar.

“Por favor”.

Hirose aún era incapaz de moverse. Para evitar los golpes del viento y la lluvia agachó la
cabeza y se dio cuenta que en algún punto, las olas habían alcanzado sus pies. El rocío del
mar proveniente de las olas humedecía sus ojos. …Fue entonces cuando sintió una
presencia detrás de él.

Se dio vuelta, el rostro de una persona estaba justo detrás del suyo. Sorprendido, gritó y
saltó al lado de Takasato. Era una blanca cabeza calva. …Era el rostro de uno de esos
cadáveres que vieron un día anterior. Antes de que se diera cuenta, la multitud de cadáveres
se había deslizado detrás de él.

La única diferencia entre esa noche y ésta era que esta vez, el grupo de éstos había surgido
desde el muelle. Caminaron lentamente con posturas decaídas. Cuando alcanzaron a Hirose
y a Takasato se inclinaron con la cabeza hacia abajo y extendieron los brazos. Se
arrastraron en cuatro patas como tortugas que saltan a las bravas olas, y regresaron al mar.
En poco tiempo la multitud entera había desaparecido por las olas.

Hirose exhaló un profundo suspiro. Luego miró casualmente a su alrededor, y a la distancia


vio, a través de la bruma, una gran bestia moviéndose. Su tamaño era tan grande como el de
una vaca, pero no podía decir con claridad como se veía la bestia. Miro a su alrededor
reflexionando y vio que en algún punto la playa se había convertido en un revoltijo de
animales misteriosos. Sus formas perdían sus definiciones debido a la lluvia y la oscuridad,
todas y cada una de los cuerpos eran terriblemente desformes.

261
Repentinamente, Hirose agarró a Takasato por el brazo y tiró de él en un intento por huir,
pero Takasato fue más rápido.

“Sensei”.

“¡Corre!”

“…No hay necesidad. Son inofensivos. Ellos también están regresando”.

Por alguna razón, esas palabras hicieron un corte profundo en el corazón de Hirose.
Impulsivamente, tiró de Takasato con todo su cuerpo.

“¡Sensei!” Takasato luchó fuertemente en un intento por permanecer donde estaba. “¡Por
favor suélteme!”

Hirose tiró del brazo de Takasato sin decir una palabra. Takasato perdió el balance y cayó
al suelo. Hirose lo levantó y comenzó a correr hacia el muelle. Tropezó un poco y notó muy
cercano el olor a agua de mar, más fuerte que el que traía el viento.

…El olor a agua de mar.

Hirose se detuvo, y dio un salto hacia atrás con cautela. Una sombra roja pasó frente a sus
pies. Fue un milagro que pudiera esquivar ese ataque.

La cabeza de la bestia roja salió de la arena. Hirose quiso moverse para atrás, pero algo lo
retuvo en ese lugar. Eran las pálidas manos blancas de la mujer, que salían de la arena.

…No puedo detener a Takasato.

Pensó en eso sin esperanza. N o puedo poner en peligro a Takasato. No puedo herirlo. No
puedo interponerme en su camino. Si Takasato quiere ir, Hirose no podía hacer otra cosa
más que dejarlo ir en silencio. De otra forma, se las tendría que ver con la venganza.

Con la mitad de su cuerpo saliendo de la arena, la mujer sostuvo las piernas de Hirose. Ni
siquiera podía pensar en sacudirla, ya que ni siquiera era capaz de esquivarla. La bestia roja
emergió por completo de la arena. Sus garras podían fácilmente rasgar a Hirose, y su
mandíbula podría masticarlo con mayor facilidad de lo que sería soplar polvo.

“Gouran”. Una voz sonó firme. Antes de que Hirose se diera cuenta, Takasato se había
puesto entre él y las criaturas. “Basta. Él no es un enemigo”.

La bestia roja sacudió la cabeza con indecisión.

“Sanshi, tú también. Suéltalo. No hay necesidad para esto”.

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Sin embargo, las manos que sostenían los pies de Hirose no lo soltaron. La bestia roja
llamada Gouran también se puso en posición para atacar y enseñó sus filosos dientes.

“Esta persona no es un enemigo. Él ha estado ayudándome. Deberían entender eso ¿no es


cierto?”

Después de un rato, las manos que lo sostenían, soltaron a Hirose. Hirose sacudió las
manos y retrocedió un par de pasos. Podía ver claramente a la llamada Sanshi y a la criatura
llamada Gouran confundidos. La bestia aún crujía los dientes.

“Gouran, para” comandó nuevamente Takasato, y luego se arrodilló. Se acercó al animal.


“¿Qué pasó? ¿Ya no puedes diferenciar entre el bien y el mal?”

El cuerpo de Gouran retrocedió un poco y bajó la cabeza. Estiró la cabeza ensangrentada


bajo la mano de Takasato, y Takasato puso gentilmente su mano sobre ésta. Gouran se
acercó y Takasato abrazó la extraña bestia.

Sanshi salió de la arena y bajó profundamente la cabeza. La cabeza de Sanshi estaba frente
a Hirose. Cuando se dio cuenta de que bajaba la cabeza frente a él se sorprendió.

Takasato miró a Hirose. Era, sin lugar a duda, su figura abrazando a la bestia. La imagen
dejó mudo a Hirose.

Hirose era diferente a Takasato. Gotou lo había dicho. Para este momento, Hirose ya lo
había aceptado silenciosamente en su mente. Sin embargo, nunca había imaginado que, la
diferencia… entre aquellos que pertenecían a este mundo y aquellos que pertenecían a
otro… fuera tan grande.

Ahora entendía por qué se sentía tan incómodo. Tenía miedo de confirmar esta diferencia.
Esa era la verdadera razón detrás de su comportamiento que ni siquiera Hirose había
comprendido.

Antes de que se diera cuenta la marea había llegado a sus pies. La espuma de las olas se
llevaba la arena bajo sus pies.

Takasato se puso de pie y miró directamente a Hirose. Las criaturas blanca y roja
desaparecieron debajo de la lluvia.

“Por favor, corra a un lugar más alto”.

Hirose no podía moverse. Simplemente susurró “¿…no tienes nada que te una a este
mundo?”

Takasato miró a Hirose, estuvo a punto de decir algo, pero bajó la cabeza. “…pero de todas
formas tengo que regresar”

“No vayas” espetó Hirose. “¿Por qué deberías volver? No tienes que hacerlo”.

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Takasato sacudió la cabeza. “Ya… no hay lugar para mí en este mundo”.

“Si necesitas un lugar, yo te haré uno. …no vayas”.

Takasato sacudió la cabeza al igual que antes.

“¿Entonces qué hay de mí?” Hirose extendió la mano y la lluvia golpeó la mano extendida.
Tanto sus brazos como sus piernas temblaban por el frío. “¿Takasato, qué hay de mí?

“Ya no puedo seguir arrastrándote a esto”.

Hirose agarró el brazo de Takasato con su mano ya extendida. “¿Tan solo vas a dejarme
atrás…?”

Takasato abrió bien los ojos. La cara de Hirose se contraía. Takasato se dio cuenta, pensó.
Descubrió mi ego contaminado.

Miró a Hirose por un rato, luego cerró los ojos y suspiró con tristeza. El viento rasgó su
profunda tristeza en mil pedazos.

Hirose ya no podía controlar su expresión. Las personas, como personas, están así de
contaminadas. Hirose que agarraba a Takasato, lo agarró más firmemente.

“¡…No puedo volver! ¿Pero tú si vas dejarme atrás y a regresar por tu cuenta?” Cerró los
ojos. El viento sopló su pelo húmedo contra sus ojos. “¡¿Vas a regresar por tu cuenta,
Takasato?!”

…Entiendo.

Esto lo dijo Takasato. Gotou le había dicho antes a Hirose que él probablemente entendiera
a Takasato. Él era capaz de entenderlo. Hirose era, probablemente, la única persona que
entendiera a Takasato. Y ahora, Takasato era la única persona que entendía a Hirose.

“Solo tú puedes ser llevado de regreso a tu tierra nativa”.

Hirose había perdido la suya, pero él estaba atado a ésta. El solitario compatriota para un
extranjero que únicamente podía recordar su tierra natal.

“Entonces ¿Qué hay de mí? Me quedaré aquí solo. ¿Qué hay de mí?”

Hirose reveló la verdad. Ya no tenía palabras para cubrir lo que su corazón realmente
pensaba.

“¡¿Por qué solo tú?!”

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Hirose quería salvarlo. Él realmente quería salvarlo. Quería que Takasato fuera capaz de
llegar a tener un futuro en paz, y él hizo todo lo posible para que así fuera. Su mente era
inamovible ahora, pero algo, enterrado muy profundo en su corazón, sentía una gran
envidia hacia Takasato, lo que lo trajo de vuelta a su propio mundo.

Las personas, como personas, están así de contaminadas.

Las fuerzas abandonaron el brazo de Hirose. Takasato llevó la mano que Hirose libero para
cubrir su rostro.

Aquel cuyo corazón era tan puro como el de Takasato no podía entender. Incluso Hirose
siempre había querido volver.

Takasato se cubría el rostro con una mano y con la otra señalaba a un costado. Hizo un
gesto hacia la costa como una orden para Hirose.

“Por favor, vaya”.

“Takasato”.

Takasato levantó la cabeza y miró seriamente a Hirose. “Por favor, vaya. Porque usted es
humano”.

Hirose bajó la cabeza.

…Él lo sabía. Hirose no había sido elegido. Sin duda era debido a que era tan impuro que
nunca podría ser elegido.

Takasato le dio un empujón al inmóvil Hirose. Por su insistencia, Hirose comenzó a


caminar. Provenientes del mar, el viento y la lluvia también parecían estar empujando su
espalda.

No quería que lo enviaran al departamento. Si no podía volver, entonces quería que todos
estuvieran juntos.

De alguna forma u otra, todos eran diferentes. Aquellos con defectos físicos o con un
déficit mental, todos de alguna forma estaban desviados de la norma. El que era diferente
tenía sueños de su ciudad natal, sueños tontos y vacíos, y sin embargo, dulces al mismo
tiempo.

“Quiero regresar” murmuró Hirose una vez más, pero no fue más que una queja. Sin
embargo, para Takasato, era un derecho que podía reclamar con cuerpo y alma. Él tenía un
mundo al cual regresar, y Hirose no.

Takasato no era una persona, pero para Hirose, eso no era importante. Takasato siempre
había sido diferente, y Hirose nunca podría ser del mismo tipo que era él. Solo podía ser
una persona.

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Por ello, Takasato pudo ser elegido, pero Hirose no podía. Takasato podía volver, pero
Hirose estaría atrapado en este mundo por siempre. No había otros mundos al cual Hirose
pudiera regresar.

Desde lo alto de la presa, parecía como si Takasato velara por Hirose. Hirose se detuvo.
Takasato señaló detrás de Hirose.

Hirose empezó a moverse arrastrando los pies. No tenía las energías para correr. Ya no le
importaba si vivía o moría. Cuando sus piernas estuvieron débiles y sus rodillas estuvieron
a punto de fallar, y suave viento lo empujó por la espalda y una débil voz se oyó.

“…Por favor…vaya a las montañas”.

Hirose miró atrás. Takasato lo estaba mirando. Hirose vio su contorno de pie, dando la
espalda a las agitadas olas. Takasato gritó lo mismo una vez más.

Él asintió.

Takasato bajó profundamente, muy profundamente la cabeza.

Hirose asintió de nuevo. Luego se echó a trotar bajo la lluvia que mojaba la superficie de la
carretera. El viento soplaba, y con su empujón Hirose finalmente comenzó a correr.

…Ese día, la inundación que afectó el vecindario se tragó el barrio entero y dio lugar a más
de doscientos muertos y decenas de desaparecidos.

En los pocos días posteriores, se les prohibió a las personas acercarse a la costa en días de
fuertes ráfagas de viento, ya que los cuerpos de las profundidades llegaban a las costas.

Después de cinco días, diez días, la larga lista de desaparecidos se aclareció, mientras que
la de muertos siguió creciendo. Sin embargo, después de un mes, aún había un nombre en
esa lista.

Después de la temporada de tifones y entrando en temporada de las heladas, ese nombre


permaneció.

…Solo había una persona.

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