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c) Selección de solvente

Se deben tener en cuenta los siguientes factores al seleccionar un solvente


adecuado para una determinada extracción.

1. Afinidad por el soluto: La selectividad, que es una medida de la distribución del


soluto entre los dos solventes (concentración de soluto en el alimento-solvente
dividido por la concentración en solvente de extracción). La selectividad es análoga
a la volatilidad relativa en destilación, cuanto mayor es la diferencia en la solubilidad
del soluto entre los dos disolventes, más fácil será extraerlos.

2. Proporción de partición: Esta es la fracción en peso del soluto en el extracto


dividido por la fracción en peso en el refinado. Esto determina la cantidad de
disolvente necesaria. Cuanto menos disolvente se necesite, menores serán los
costes de recuperación del disolvente.

3. Densidad: Cuanto mayor sea la diferencia de densidad entre la alimentación y los


solventes de extracción más fácil será separar los solventes.

4. Miscibilidad: Idealmente los dos solventes deberían ser inmiscibles. Cuanto mayor
es la solubilidad del disolvente de extracción en el disolvente de alimentación, será
más difícil recuperar el solvente del refinado, y cuanto mayor sea el costo.

5. Tensión interfasal: La tensión interfacial entre fases inmiscibles que han de


sedimentar o separarse mutuamente, tiene que ser alta para producir coalescencia.
Una tensión interfasal muy alta exige considerable energía para la dispersión de un
líquido en otro, pero está necesidad suele estar dentro de nuestros medios. En
cambio, una tensión interfasal demasiado baja puede conducir a la formación de
emulsiones estables, con las que en general puede hacerse muy poco.

6. Reactividad química y estabilidad: De ordinario son indeseables reacciones


químicas entre el disolvente y los componentes de la solución tratada si dan
productos extraños al proceso, pues se reduce el rendimiento del producto deseado,
aumentan los problemas de recuperación del disolvente y pueden resultar pérdidas
del disolvente. En cambio, a veces se busca precisamente una reacción química tal
que aumente el coeficiente de distribución del soluto que reacciona.
7. Corrosión: A fin de reducir el costo del equipo, el disolvente no habrá de causar
graves problemas de corrosión de los materiales de construcción comunes o de los
que se usan en ordinario para manejar las soluciones en el proceso de extracción o
para introducir la solución de alimentación en el extractor.

8. Viscosidad: Baja demanda de energía para bombeo y agitación, rápida extracción,


rápida sedimentación de dispersiones y altas velocidades de transferencia de calor
y de masa son los corolarios de baja viscosidad y, por ende, este es una propiedad
de desear en los disolventes usados en procesos de extracción.

9. Presión de vapor: De ordinario es de desear un disolvente de presión de vapor


baja a fin de que sean posibles las operaciones de almacenamiento y extracción a
la presión atmosférica o, a lo sumo, a presiones moderadamente altas y para que la
perdida de disolvente sea mínima.

10. Punto de congelación: El disolvente ha de tener un punto de congelación


suficientemente bajo para poder almacenarlo cómodamente y manejarlo a la
temperatura del aire libre en tiempo frío.

11. Inflamabilidad: La baja inflamabilidad es naturalmente de desear por razones de


seguridad, y es frecuente el uso del punto de inflamación como indicación numérica
de esta propiedad. Si el disolvente puede arder, habrá de tener alto punto de
inflamación y estrechos límites de concentración para formar mezclas explosivas con
aire.

12. Toxicidad: Las substancias de alta toxicidad son difíciles de manejar en la


industria. A menos que se planteen artificios complicados de seguridad en la planta
con inspección médica frecuente del personal, habrán de evitarse las substancias
más toxicas. Los disolventes que pudieran dejar residuos tóxicos en productos
alimenticios y farmacéuticos habrán de ser evitados en estas industrias.
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