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COLOMBIA PINTA SUS OBJETIVOS DE VERDE

Se ha despertado en el planeta una especie de conciencia ambiental con mucha


fuerza, casi una revolución. Una revolución de tal magnitud que podríamos
compararla con la generada con la Internet y la explosión de acceso a la
información que ella trajo. Todos tienen que ver con esa conciencia y todos quieren
participar, así no tengan muy claro cómo, cuándo, dónde y porqué. Lo que sí es
claro es que deben participar. Pero parece que Colombia se queda atrás, dormida,
como esperando no sé qué. Como colombianos hemos tenido la suerte de contar con un
gran ecosistema y ambientes naturales hermosos que parece que nunca fueran a
desaparecer. No nos importa mucho saber si España contamina porque finalmente es
España. O menos nos debe interesar si EEUU es el mayor consumidor de energía porque
al fin y al cabo esta allá, lejos, y no nos dán visa. Si se van a dañar pues allá
ellos que miren que hacer. Como si lo que pasara allá no nos fuera a afectar acá.
Tampoco es extraño ver como los gobiernos no muestran interés en cómo los factores
ambientales de otras regiones tienen un impacto directo y profundo en nuestro
planeta y específicamente en nuestro país. Acá no, acá todavía tenemos árboles y
ríos medianamente sanos. “Que nos importa si contaminan allá, finalmente nosotros
vivimos acá“, eso mismo deben pensar muchos sin darse cuenta lo errados que están.
Y porque nombrar los gobiernos en un tema social-cultural? Pues porque son los
gobiernos los que deben dar la pauta para un cambio general en la actitud de sus
ciudadanos, los gobernantes son figuras de gran influencia y sus acciones serán muy
posiblemente repetidas por una parte importante de la población. Una rápida lectura
a los objetivos de los gobiernos pasados y sin ir muy atrás exactamente al
documento Visión Colombia 2019, desarrollado bajo el gobierno de Alvaro Uribe
Velez, nos puede dar una idea de los intereses que se tenían en ese momento:
Desarrollo, desarrollo y desarrollo a cualquier costo. Desarrollo sin tener en
cuenta las repercusiones, solo se mira una parte de la moneda, la que nos conviene.
De esa forma se contemplaba casi duplicar las reservas petroleras cuando en el
planeta se alimentaba un rechazo generalizado a este tipo de energía, se
contemplaba también aumentar la exportación de carbón al doble cuando es el carbón
y su quema la que hoy
nos tiene en el camino del colapso ambiental y para llevar a cabo todo esto es
necesario, como también se lee en este documento, el incremento de exploración
geológica básica en el territorio. Puede entenderse que sea necesario este
desarrollo para el beneficio de los colombianos, pero lo que no es comprensible es
que se haga sin siquiera pensar en cómo resarcir estos daños con medidas para
reducir el impacto que este desarrollo pueda generar en el planeta. Pero no todo es
malo. Con el nuevo gobierno del Presidente Santos la visión a tomado un nuevo rumbo
que es verde y sostenible. Solo el hecho de ser nombrado en su plan de desarrollo
gran cantidad de aspectos de movilidad, energías renovables, conservación y otros
nos da un señal clara de que el gobierno entendió que las cosas no pueden ser a
cualquier precio y que el beneficio de los colombianos no es solo recaudar
impuestos de actividades de gran impacto ambiental sino que también debe evaluarse
que resulta más provechoso, si mitigar el impacto o evitarlo. Temas como la
generación distribuida o las redes inteligentes son imprescindibles para el
desarrollo de tecnologías de generación de energía con métodos alternativos en
donde cada habitante sea responsable en pequeña medida de su huella de CO2, donde
cada colombiano pueda elegir cuidar el medio ambiente con actos responsables y
coherentes de desarrollo humano sostenible. Pequeños aportes que sumados claramente
son valiosos para el desarrollo de nuestra especie en un planeta que cada vez se
hace más pequeño haciendo que seamos más eficientes en nuestros procesos. La visión
que tengo de las energías renovables es clara: El futuro de la energía es renovable
o no es futuro. Como especia aprendimos a generar energía y con esta energía
desarrollamos procesos industriales que han disparado la evolución y el confort,
ahora debemos perfeccionarlo, ser más eficientes, hacer más con menos. Así como de
niños no nos conformamos con aprender a patear un balón sino que queríamos hacer
goles de “chilena” para demostrar nuestro perfeccionamiento, es hora de hacer las
cosas que siempre hemos hecho pero mejor, consumiendo menos recursos. ¿Y Colombia
qué? Colombia es un país verde que debe conservarse, el deseo del actual gobierno
es darle también un desarrollo sostenible en donde se contemplen los aspectos que
esto implica: Social – Ambiental – Económico. Las energías renovables tienen un
lugar privilegiado ahí, hay tela de donde cortar y muchos de nosotros lo queremos
hacer.

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