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Dichos populares sobre la buena educación

Los refranes son dichos populares que versan sobre cualquier materia o disciplina de la vida

Lo cortés no quita lo valiente.

La educación y el respeto a las personas no están reñidos con defender cada uno sus convicciones. No
podemos perder las buenas maneras con personas con las que no compartimos criterios o formas de pensar.

Buenos modales juntan caudales y abren puertas principales.

Las buenas maneras y la buena educación, abren más puertas en la vida y dan mayores oportunidades de tener
éxito que cualquier otro tipo de habilidad social.

Cortesías engendran cortesías.

Una persona bien educada y de trato cortés siempre trae como consecuencia que el resto de las personas con
las que trata sean más amables, más cordiales y se generen actitudes positivas.

La cortesía es de quien la da, y no de quien la recibe.

Hay que tratar con educación a todas las personas, incluso a aquellas personas que no se lo merecen o que no
tienen buenos modales o buena educación con los demás.

Cuanta más grandeza, más llaneza.

El mayor tesoro que tiene cualquier persona es su buena educación. El buen comportamiento no conoce
grandezas. Se puede ser una persona "importante" y tener una pésima conducta, ser un maleducado.

De lo sublime al ridículo no hay más que un paso.

El mejor comportamiento, una acción digna de mención, un importante logro en el plano profesional... puede
quedar reducido a la nada por tener una mala conducta, una falta de saber estar.

Lo que se aprende de cuna, siempre dura.

Siempre que se han recibido buenos ejemplos en casa, es difícil olvidarlos. Por eso siempre debemos actuar de
forma correcta en nuestras acciones diarias para dar buen ejemplo y sembrar la semilla de la buena educación.
No hay mejor enseñanza que "Fray ejemplo".

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Aunque tratemos de "disfrazar" nuestro comportamiento, si éste no es bueno, si no tiene sólidas


bases siempre se va a "transparentar" esa falta de buenas maneras y de saber estar en cualquier situación. Es
similar al refrán: "El hábito no hace al monje".

Lo bueno aborrece y lo malo apetece.

Debemos cuidarnos de actuar de forma vulgar o grosera, con malos modales, aunque en determinadas
ocasiones sea mucho más fácil irse por "las malas formas" que son más atractivas. Hay que guardar una buena
compostura en todas las ocasiones, demostrando ser una persona con buena educación, afable y correcta.

Virtudes vencen señales.


Hay ocasiones en las que la apariencia engaña. Una persona puede parecer en un principio poco educada pero
la forma de actuar nos puede demostrar todo lo contrario. Las virtudes interiores nos hacen más respetuosos y
cordiales con los demás.

Aunque vestido de lana, no soy borrego.

No se puede juzgar por la apariencia exterior. La primera impresión es importante pero no definitica. Es
posible vestir de forma humilde, pero no por ello debe guardar relación con la buena educación de una
persona.

Al que al cielo escupe, en la cara le cae.

Cuando se actúa con malas maneras, o con malos modales, es fácil que reciba también comportamientos poco
educados. Hay que dar un buen ejemplo, comportándose con elegancia, corrección y cortesía en cualquier
situación.

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