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Nos encontramos en las navidades del año 1999, en la capital todo se encontraba como cada año, calles
iluminadas con miles de lucecitas para que si alguien no sabía en las fechas que se encontraba,
aquello se lo dejase bien claro, un sin fin de personas recorrían las calles ultimando aquellos
regalos familiares que estamos más de una vez obligados a recordar.
Las tiendas estaban todas abiertas aprovechando el bullicio de la gente, los niños reían y cantaban
llevando en mano sus panderetas y zambombas, incomodando a más de un anciano rezagado
de la felicidad de esas fechas.
También la parte más triste, que por qué no, no deja de serlo el resto del año, pero que le prestamos
más atención por las fechas indicadas, aquellas personas sin hogar, esas que ocupan esquinas,
portales y bancos con sus cartones para apaciguar el frío que no parecía no sentir toda aquella
gente cargada de bolsas.
Una pareja reía ante un escaparate, la gente se volvía por tal seña de felicidad, buscaban algo que
parecían haber encontrado.
Voz: ¡Esther! ¡Ven! -le gritaba desde la puerta, ya que esta seguía observando tras aquel cristal.
E: Voy... -echaba un último vistazo para dirigirse hasta allí-... ¿se la vas a comprar?
E: ¡Venga! ¡Venga! Que todavía tengo que pensar que regalarle a mi padre
E: ¿Y qué coño quieres que le regale a un hombre que lo tiene todo y que lo que no, se lo compra sin
problema?
Sonia: Lo tuyo es chungo... por eso yo no quiero una familia rica jajaja
Esther era la hija de un poderoso magnate de la hípica, compraba y vendía caballos de un valor que solo
un pequeño porcentaje de personas llegaba a imaginar, varios concursos de hípica se hacían en
su nombre, sin olvidar que era uno más de esos personajes que aparecían en la prensa llamada
rosa en aquel país.
Pero por eso ella no era igual, intentaba ser una persona de lo más normal, estaba terminando sus
estudios de medicina, en un principio inculcados por su familia pero que en poco tiempo llegó a
apasionarla de tal manera que soñaba con ayudar a la gente de aquella forma, lidiaba con
periodistas en más de una ocasión por las aventuras de su padre, era un viudo de oro como
decían, toda mujer con algo de distinción social en aquella ciudad deseaba poder cazarlo.
Arturo era un hombre que aun pareciendo serio, no lo era en absoluto, era bastante simpático con quien
debía serlo, teniendo su seriedad intacta en ocasiones necesarias, se casó joven con su esposa,
era un matrimonio humilde de Madrid, pero por suerte para ellos Arturo trabajaba para un
hombre importante que no dudó en darle una oportunidad para que fuese alguien importante
en la vida.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sonia: ¿Cuándo llega tu padre? -estaban en casa de Esther, aquella casa tan fría en la que solo le gustaba
estar cuando lo hacía con la compañía de su amiga.
E: Creo que mañana, me dijo que tenía algo que decirme... seguro que se ha echado otra novia
Sonia: ¿Cenareis los dos solos en noche buena? -se mecían en el balancín del jardín.
Sonia:... -abría sus brazos para que se recostase junto a ella-... Sabes que si cambiara de planes a última
hora tienes mi casa
Sonia: ¡Cómo ver nevar me ponga mala te vas a enterar! Que hace un frió horrible
Tenían una relación que no todo el mundo entendía, se conocían de siempre, se querían como
hermanas, pero en más de una ocasión habían tenido actitudes nada de hermanas, sin nunca
hablar de ello.
Perecía como que cada una sabía lo suyo y suponía lo de la otra, pero todavía no habían tenido motivo
para pensar más allá.
23 de Diciembre
Esther estaba en la biblioteca terminando uno de los trabajos que tenía que presentar para finalizar el
curso, lo hacía con el nerviosismo de haber decidido ya la especialidad, cardiología...
E:... -la vista del libro con una sonrisa-... Hola Elena
E: ¿Y tú? Jajaja
E: ¡Anda! ¡Anda!
E: No tiene importancia
Llamaba al timbre de Sonia con más que un claro mal humor, para después de que le abrieran la puerta
entrar sin ni siquiera saludar a su amiga.
Sonia: Si no me lo cuentas no sé de qué me hablas -cruzaba sus brazos mientras no le quitaba ojo.
Sonia:... -se levantaba para acercarse a ella-... ¿Te quieres tranquilizar y contarme que sucede?
E: ¡Mi padre!
E: ¡Que se casa!
E: ¿Lo sabías?
Sonia: Cielo... -le pasaba una mano por el brazo-... no te he visto hasta ahora, además... ¿cuántas veces
han dicho eso de tu padre eh? Yo perdí la cuenta
E: ¡Sí eso lo sé! Pero me dijo que tenía algo que contarme... y me tengo que enterar porque Elena me lo
ha dicho antes en la biblioteca
Tras aquello se fue a su casa más tranquila después de haber hablado con Sonia, tenía el don de hacerle
ver las cosas de otra manera cuando algo le ofuscaba.
Adoraba a su padre, pero esos detalles los odiaba, siempre se enteraba de las cosas antes por la tele que
por él, y no lo soportaba, siempre le ponía la excusa de que como estaba de viaje no tenía
tiempo para decírselo frente a frente. “De viaje” siempre lo mismo, siempre estaba de viaje, eso
ya no le servía, había aprendido a vivir así, crecer más deprisa de lo normal, tener una madurez
que en ocasiones no iba con su edad, aprender a afrontar las cosas por si solas, tener sus ideas
claras desde un primer momento.
Intentaba cenar tranquila para empezar a arreglarse lo antes posible, había quedado en salir con Sonia y
las demás chicas de la facultad, pero apenas tenía apetito, su padre le dijo que llegaría esa tarde
y aun no lo había hecho.
Mientras se arreglaba, María, la mujer que pasaba allí la vida durante el día, le avisaba de que su padre
había llegado y que la esperaba en su despacho.
Arturo: ¡Esther! -se levantaba con rapidez de su silla- cada día estás más guapa... -la abrazaba con cariño.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Arturo: Lo siento, tuve problemas de última hora... -se separaba de ella y la llevaba de la mano hasta el
sillón-... ¿Sales esta noche?
Arturo: Yo cenaré algo y me acostaré, estoy rendido... -le daba un beso en la frente.
E: Claro
Arturo: No la conoces
Arturo: Jajaja no, no es ninguna famosilla... pasará la noche buena con su familia pero vendrá después
para pasar aquí año nuevo
E: ¿Estarás aquí hasta año nuevo? -decía sin poder disimular su ilusión.
Arturo: Sí cariño... -abrazaba a su hija-... ¡venga! no hagas esperar a nadie, mañana seguimos hablando
25 de Diciembre
La mañana del veinticinco amanecía feliz para Esther, había tenido una cena más que agradable con su
padre, habían estado hablando horas y horas durante la cena y tras ella frente a la chimenea.
Habían decidido ir ese día a pasear a caballo por la sierra, y ver así, como estaban los establos y
la casa que compró su padre años atrás.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Desayunaron juntos y Esther propuso que Sonia les acompañase a lo que su padre no tuvo objeción,
conocía el cariño de su hija con su amiga.
Llegaron a media mañana, cuando un sol excepcional lucía a esas horas en Madrid. Cada uno cogió un
caballo y comenzaron el paseo por la finca que rodeaba la casa para luego salir por el resto de la
montaña.
E: Me apetece conocerla
Arturo: Jajaja la verdad que teniendo la cabeza que tienes para los estudios y lo mala para acordarte de
algunas cosas
Todos: Jajajaj
El día finalizó y Esther se fue a cenar con Sonia a su casa ya que Arturo tenía algún que otro compromiso
con gente importante por Madrid. La madre de Sonia trataba a Esther como a una hija, cuando
era más pequeña por los números viajes de su padre dormía en esa casa como una más
haciendo que aquella pequeña familia la tratase con un cariño especial.
Sonia: -se sentaba al lado de su madre y la abrazaba pasando una pierna por encima de ella- ¡con lo que
yo te quiero!
E y S: Jajaja
27 de Diciembre
Estaban en el restaurante disfrutando de una agradable comida junto a sus compañeros. Era inevitable
que el tema en común de la medicina y algún que otro adelanto que se revelaba ante la
sociedad saliera a relucir en la mesa.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Hablaban tranquilamente cuando el móvil de Esther sonaba, era una de las personas que empezaba a
utilizar aquello que tan de moda se pondría en años adelante. Su padre le hacía saber que su
futura esposa ya estaba en casa y que si lo podía evitar, no se entretuviese mucho para llegar,
también la avisaba de que tenían a la prensa frente a la puerta de casa.
Sonia: ¿Quieres que te acompañe uhm? -le pasaba la mano por la nuca.
Horas después llegaban a la puerta de casa, iban en la moto de Esther así que fue inevitable que antes
de pasar todos los reporteros se les echasen encima.
Reportero 1: ¡Esther! ¡Esther!... -corriendo hacía ella micrófono en mano-... ¿conoces a la futura mujer
de tu padre?
Tras esquivar a todo aquel que se apelotonaba junto a la puerta consiguieron entrar sin más incidentes.
Aparcaron y bajaron de la moto riendo por la escena.
Entraban por la puerta riendo, haciendo saber a la gente que se encontraba en ella que llegaban.
Cascos en mano entraron hasta un salón donde se encontraba bastante gente, todos empresarios de la
ciudad y algún conocido por poco más que sus amoríos televisivos. Con la mirada buscaba a su
padre hasta que lo vio en un grupo de hombres del fondo, miró a Sonia y le indicó que la
acompañara.
E: Hola papá
Arturo: Hola hija... -le daba un beso-... hola Sonia... -la saludaba cordialmente-... ¿te acuerdas de
Francisco hija?
Arturo: Discúlpennos... -se indicaba a su hija y a Sonia que lo acompañasen-... ven que te presente
Tras unos pasos llegaron hasta un grupo de mujeres que hablaban copa en mano sentadas alrededor de
la mesa junto a la chimenea. Intentó adivinar con la mirada cuál de ellas sería, la verdad que le
parecían todas iguales, mujeres pijas, bien vestidas y hablando de cómo no, moda y hombres.
Arturo: Cariño... -rodeaba la cintura de una mujer que estaba de espaldas a ellos.
Tan solo la miró unos segundos pero le dio suficiente para observarla, como había escuchado en la
puerta por un periodista, parecía relativamente joven, aunque no tanto como para darlo por
algo excepcional.
Era una joven bastante atractiva, melena larga y morena, lo que más le llamó la atención fue su mirada,
una mirada radiante, pero algo apagada.
M: Hola Esther... -se inclinaba para darle dos besos-... llámame Maca por favor -miraba sonriente a
Arturo.
E: Encantada
E: Siento no poder decir lo mismo... -levantando una ceja para quitarle la seriedad que parecía conllevar
la frase.
E: Ya me han dicho ya... -miró a Sonia un segundo-... ¡ah! bueno te presento, esta es Sonia una amiga
Sonia: Igualmente
E: Eh... -miraba a Sonia queriendo que esta le dijese algo para salvarla pero no encontró respuesta-... sí
bueno... dejamos esto por ahí... -levantando el casco que aun llevaba en la mano-... y volvemos
E: Papá... los atascos de esta ciudad son horribles, y con la moto me los ahorro
E: Jajaja
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Salieron de aquel salón concurrido para dirigirse hasta la habitación de Esther haciendo antes la obligada
parada en el servicio. Entraron y dejaron los cascos en el sofá para luego sentarse un momento
en la cama a intercambiar las impresiones sobre la "madrastra".
E: Mujer... así de primeras sí, pero tampoco podemos decir mucho, la conocemos cinco minutos
E: Sí
Sonia sentía por Esther algo más que una simple amistad, no llegaba a enamorarse pero, pensar en ella
no era un simple acto reflejo, era algo que hacía la mayor parte del tiempo, intuía que ella
supondría algo, al igual que ella misma, pues habían tenido ocasiones de esclarecerlo, pero
nunca sin llevarlo a nada.
Esther estaba de espaldas a ella, ordenando unas cosas de su escritorio, cuando Sonia se paró detrás
suyo y la abrazó ligeramente
Sonia: ¿Vamos?
E: -giraba su cara para tenerla frente a frente con una sonrisa en los labios-... Sí vamos
Fueron hacía la puerta con decisión haciendo un alto antes de salir para con la intención de Esther en
decir algo.
E: Gracias
E: Por estar una vez más a mi lado, y no dejarme sola... -su amiga la abrazó.
Sonia: Sabes que siempre estaré contigo... -le dio un beso en el cuello por el que percibió un escalofrió
de Esther.
Pasaban la noche bastante bien, Esther había tenido la oportunidad de hablar algo más con Maca, le
parecía bastante simpática y supuso que se llevaría bien con ella. Tras un rato Esther y Sonia
decidieron salir un poco fuera y dejar a toda esa gente que poco tenían que ver con ellas,
hablasen de todo aquello que tanto les importaba.
Se sentaron en las escaleras de porche, hacía bastante frió así que se sentaron bien pegadas para
intentar apaciguar aquellas bajas temperaturas.
E: Me apetece un cigarro
Entraba de nuevo en el salón para pedírselo a su padre, no era algo que hiciese habitualmente, pero en
alguna ocasión especial lo hacía con el consentimiento de su padre.
E: Ahm
M: No habitualmente –sonrió.
M: Espera... -se fue hasta donde tenía su bolso y sacó una pitillera de plata-... toma
E: Gracias
E: A mí me lo vas a decir
M: ¡Eso!
E: Bueno pero... uno al año no hace daño... -le guiño un ojo para salir de nuevo tal como había entrado.
Se fumó aquel cigarro mientras hablaba con Sonia, parecía que aquella fiesta organizada por su padre
acabaría tarde, dieron un paseo por el amplio alrededor de la casa, hablando de todo y de nada.
A altas horas de la noche Esther le preguntó a Sonia si quería que la llevase a casa.
Entraron para despedirse de su padre y de Maca, este le indicaba que ella ya se había retirado a dormir
así que sin perder más tiempo pusieron rumbo a su habitación, al pasar por una de las terrazas
que habían en el piso de arriba Esther vio como Maca estaba apoyada en la barandilla.
E: Ve tú ahora te alcanzo
Se fue hasta aquella terraza, le resultaba extraño que estuviera allí, sola, estando todo el mundo aun
abajo.
E: Hola
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Sí... estábamos haciendo tiempo pero se ve que va para largo... -se apoyaba también mirando hacia el
cielo.
M: A mí me ha dado la misma impresión, por eso me he ido... -volvía a mirar al cielo de la misma manera
que lo había hecho en un primer momento.
M: De jerez
M: ¿Sí?
E: Me encanta... -levantaba su vista de nuevo al cielo-... yo era muy pequeña, pero... recuerdo el último
verano que estuvimos con mi madre... -su voz tornaba triste-... fuimos a Cádiz y mi madre se
empeño en ir a Jerez, decía que el olor a azahar allí era más intenso y se puede decir que nos
pasamos más de la mitad de la vacaciones allí, paseábamos por las calles antiguas, todos los
balcones llenos de flores... todavía... cuando lo huelo, la recuerdo a ella... -se terminó de
emocionar haciendo que unas lágrimas cayesen por su rostro.
Maca se quedó embobada escuchando como aquella chica describía así su tierra, ella pensaba igual, el
olor cuando llegas allí te desborda haciendo que quieras descubrir más allá de lo simplemente
fácil de ver.
M: Me alegra oírte decir eso... -pasaba su mano rompiendo aquel camino de esas lágrimas.
M: ¿Tonta por qué? ¿por tener ese recuerdo tan precioso de tu madre?
E:... -le respondía con una sonrisa- Bueno... me voy que... Sonia me espera que se queda aquí a dormir
E: Buenas noches... -la miraba y parecía que no pudiese dejar de hacerlo, sabía que se tenía que ir, pero
sus pies no hacían caso a sus ordenes-... mañana nos vemos
Se encaminó hasta su habitación pensando en su reacción, en cuanto le había costado salir de allí, no lo
entendía, sentía que le agradaba hablar con aquella mujer, de la cual no sabía su edad, pero
intuía que era algunos años mayor que ella, aunque no exageradamente.
Llegó hasta su habitación quitándose todos esos pensamientos de la cabeza y viendo como Sonia estaba
ya acurrucada en la cama.
E: Maca estaba en la terraza y he ido a darle las buenas noches... –decía mientras sacaba su pijama del
armario y empezaba a desnudarse en presencia de Sonia- ¡joder que frió!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sonia: Yo estoy aquí calentita... -no podía dejar de mirarla, la había visto mil y una veces desnuda pero
aun seguía aprovechando esos segundos para deleitarse.
E: ¡Voy! ¡Voy! –se metió rápido en la cama para abrazarla por detrás y así entrar antes en calor-... sí que
estás calentita sí...
Sonia:... -cogía el brazo de Esther para apegarse más a ella-... Venga que yo te caliento... -le frotaba las
manos.
Sonia: ¡Esther!
Sonia:... -se daba la vuelta para mirarla a los ojos- ¡No me pongas a prueba que sabes que no!
Sonia: Esther...
E: ¿Sí?
Sonia: ¿Entonces?
Sonia: ¿Y?
E: No sé si estaría bien
No hubo más palabras, Esther se acercaba insinuante hacía esos labios que había besado en alguna
ocasión, pero no con el deseo de aquel instante.
Las dos rodaban por la cama con aquel beso, sus manos peleaban por rozar a la otra, los besos se
esparcían por toda la cama, Esther tomó las riendas y colocándose encima comenzó a indagar
bajo el pijama de Sonia, lo miraba con una curiosidad pasmosa, la había visto más de una vez
así pero ahora realmente lo que quería era sentirla, así que también intentando ser rápido se
despojo de su pijama.
Sonia: ¿Estás nerviosa? -permanecía sentada a horcajadas encima de ella y veía como la mirada de
Esther era como siempre.
E: ¿Por qué iba a estarlo? -pasaba las manos por su cintura para atraerla hacía ella.
Después de volver a besarla con pasión, Sonia empezó su descenso por aquel cuerpo antojándosele la
cosa más deliciosa de la tierra, besaba cada centímetro de esa piel deseando impregnar
totalmente sus labios de ella.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Paró en su abdomen, lo acariciaba mientras dejaba tiernos besos en él, su mano bajó buscando la cadera
de Esther que empezaba a moverse inquieta. Besó su ombligo para despedirse de aquel lugar y
adentrarse en algo maravilloso, besaba el interior de sus muslos asomando la calidez de su
lengua, cuando ya tenían su ración de pasión miró un momento a Esther para pedir permiso y lo
encontró, Esther se humedecía los labios pensando en el próximo lugar que iría a recibir todo
esa pasión vista en los ojos de Sonia.
Comenzó besando tímidamente aquel lugar, la excitación de Esther quedaba Clara por la humedad de su
sexo, se atrevió a acariciarlo con su lengua a lo que Esther respondió con un gemido, a sus
oídos, angelical.
E: Perfectamente... –habló con su voz ronca por el placer-... no pares... -acto seguido Sonia seguía en
aquella tarea-... ¡uhm! -agarraba las sabanas con fuerzas- mmm ven... ven aquí
Sonia dejaba un último beso y regresaba hacía esos labios que la reclamaban. Esther la agarraba
fuertemente juntando sus sexos.
E: Hagámoslo las dos a la vez... -ponía sus manos en sus glúteos apretándolos contra sí misma
profundizando en aquel contacto.
Y así, en un baile lleno de pasión y cariño, permanecieron hasta que un esperado orgasmo por parte de
las dos asomaba por sus voces. Cayeron exhaustas una encima de la otra, sus respiraciones
agitadas intentaban colar el oxigeno necesario para poder pronunciar una palabra.
Sonia se recostaba a un lado de Esther abrazándola mientras se reponía de su dulce cansancio. Esther la
miraba con una sonrisa que Sonia imitó haciendo que las dos en unos segundos rompieran a
carcajadas cosa que no podían detener mientras la otra siguiera con sus risas.
Pasaron dos minutos mirándose y riéndose hasta que volvieron a mirarse con una nueva fatiga, esta vez
de la risa.
Sonia: Anda que... vaya tela... -se recostaba de nuevo junto a ella dejando sus caras a pocos
centímetros-... Esther
Sonia: Yo tampoco
E:... -se volvió con el gesto serio, tardo apenas unos segundos en relajar su cara dando paso a otra
sonora risa- jajajaja ósea
E y S: Jajaja
E: Pues yo tampoco, pero eso da igual... -se giraba y escondía la cara en su cuello-... mmmm a mí me da
igual... -daba tiernos besos.
Sonia: Sí
Así, una vez más se regalaron, caricias besos, palabras de pasión. Esther no sentía amor hacía Sonia,
tampoco lo esperaba por parte de ella, indiscutiblemente había un enorme cariño que habían
consolidado años atrás, pero el sentimiento de Esther no lo podía llamar amor, nunca se había
enamorado, no sabía lo que era sentir aquellas mariposas que dicen sientes cuando ves a esa
persona que te llena de vida solo con su presencia, por la que harías todo lo posible que
estuviera en tu mano.
30 de Diciembre
Las dos entraban riendo y bastante juntas, más de lo normal, Esther le decía algo al oído a lo que esta
contestaba dándole un cachete en el culo, Esther la miró con descaro y después de cerciorarse
de que nadie la podía ver dejó un beso en sus labios.
M: Buenas tardes... -su imagen aparecía al final de unas escaleras que empezaba a descender.
Les dio tiempo a separarse a tiempo, pero el corazón de las dos palpitaba rápido por aquella imprevista
aparición.
E: Hola Maca
Sonia: Buenas tardes... -dejaba las bolsas que llevaba en la mano en unas de las sillas del recibidor.
M: Me ha llamado para decir que no vendría que tiene algo que resolver en la oficina... -decía un poco
triste.
Sonia: Bueno pero nos podemos quedar aquí ¿no? -miró a Esther para que esta dijese un sí que Maca
esperaba ansiosa.
E: Eh... claro, así no te dejamos sola... -miró sonriente a una Maca que también empezaba a hacerlo.
M: Venga, así mientras yo me cambio... -cuando las chicas empezaban a subir las escaleras Maca las
llamó-... ¡chicas!... -estas se giraron-... ¿me podríais llevar a un burguer? -con cara de niña
ilusionada, estas se miraron y rompieron a carcajadas.
E y S: Jajaja
E: ¡Claro mujer!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Gracias
Llevaban un rato cenando entre una multitud que había decidido al igual que ellas, cenar comida rápida.
Reían y hablaban relajadamente, Maca les estaba pareciendo a las dos una persona más que normal,
hablaba con ellas como si fuera una amiga más, a lo mejor con la intención de ganarse a esas
dos personas que sabía que serian una de las pocas personas sociablemente normales que
tendría como amistad.
Tras la cena decidieron ir a tomar una copa a un local cercano, iban en el coche de Maca aunque
conducido por Esther, ya que esta no conocía aun las calles de aquella ciudad, después de unos
minutos dando vueltas consiguieron aparcar pudiendo así entrar donde tenían intención.
E: Allí hay una mesa... -indicó en voz alta para que la siguieran.
Sonia: -una vez sentadas- Cari... Esther... -corrigió a tiempo-... voy al servicio
E: Vale meona
Sonia:... -la miró entrecerrando los ojos-... No te pases un pelo... -levantaba un dedo en señal de
advertencia antes de dirigirse hasta el lavabo.
E: Sí, es tranquilo aunque cuando vayan pasando las horas empezara a haber más movimiento
M: Me gusta
El camarero se acercó hasta ellas y pidieron sus copas, decidiendo Esther por Sonia ya que esta aun no
había llegado.
M: El camarero ha venido ya
E: Sí pero como soy tan buena amiga le he dicho que también te traiga tu copa jajaja
Al acabar en aquel lugar Sonia le propuso a Esther que la llevase a casa, esta le rogó un poco en voz baja
para que se quedase con ella también esa noche, pero no obtuvo la respuesta deseada, así que
con poca gana la llevo hasta su casa.
E: Espera que te acompaño... -bajó también del coche-... cuando entres no enciendas la luz
E: Ven... -le cogió la mano y la acorralo contra la pared-... me debes más de un beso
E: Por supuesto... -Sonia paso su mano por la nuca de esta para besarla.
Lo hacían con ansia, parecía que cuanto más intenso fuese, más tardarían en acabar, las manos volaban
por el cuerpo ajeno haciendo que la respiración se entrecortase.
Sonia: Venga Esther... -intentaba separarse de aquellos labios-... que tienes a Maca en el coche
E: Mmm vale... -se separaba mirándola en todo momento-... ¿mañana no nos veremos hasta después de
las uvas verdad?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sonia: Está bien... -le daba un último beso para alejarse de ella-... hasta mañana
E: Hasta mañana
Llegaron a casa con el frío en el cuerpo, entraron rápidamente mientras se frotaban las manos y reían del
temblor de sus cuerpos.
E: Te propongo algo
M: A ver sorpréndeme
Maca elegía la película de todo el repertorio que tenía Esther en casa, mientras lo hacía pensaba en lo
entrañable que le parecía, y esperaba que le hiciese toda esa situación más agradable de lo que
en realidad era para ella.
E: Ya estoy aquí... -aparecía con una bandeja entre las manos, llevaba dos tazas de chocolate caliente y
un puñado de nubes para mojarlas en él.
M: ¡Vaya festín!
E: Yo cuando hago las cosas las hago bien nena... -le decía con aires de grandeza a lo que Maca no pudo
evitar mirarla con cariño haciendo que esta se sonrojase por segundos- ¿has elegido película?...
E: ¿Inocencia interrumpida?
M: ¿Entonces?
M: ¿A no? -preguntaba chistosa-... oye que no soy la malvada madrastra ¡eh! Yo soy de lo más normalita
E: Jajaja venga vale... -introducía la película en el video y se sentaba junto a ella extendiendo la manta en
sus piernas-... toma... -le ofrecía su taza.
M: Gracias... -rodeaba la taza con las dos manos notando lo más posible el calor que salía de ella.
E: ¿Quieres nubes?
E: ¿Cómo que no?... -preguntaba ofendida en broma, a lo que esta encogía los hombros-... anda toma...
-le daba dos para que las metiese en su taza.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Tras alguna que otra broma comenzaron a ver la película, conforme pasaban los minutos se iba
acomodando más, Maca se recostaba un poco hacía atrás apoyando su espalda en el lateral del
sofá, Esther no sabía cómo ponerse ya, se había movido un millón de veces buscando la
posición correcta pero no daba con ella.
M: Anda ven aquí... -pasaba su mano por detrás de Esther para agarrarla del hombro y hacer que se
recostase en ella mirando hacía la televisión, le sorprendió aquello pero no le dio más
importancia-... ¿mejor?
E: Sí gracias... no encontraba la posición... -se acurrucaba más estirando la manta hacía ellas.
Las dos estaban bastante a gusto, no se paraban a pensar en la situación en la que se hallaban.
Hubo un momento en el que Esther se paró a pensar en aquella mujer, le transmitía tranquilidad, el
brazo de Maca la rodeaba teniendo fin, su mano sobre el abdomen de Esther, noto como uno
de los dedos de esta se movía en forma de caricia y su cuerpo se estremeció, no quiso saber
porque, hizo un pequeño movimiento como buscando más comodidad y aquel tacto cesó.
Se intentó tranquilizar del sentimiento anterior, volvió a mirar la película perdiéndose en su trama,
parecía que lo conseguía cuando de nueva aquella caricia y su cuerpo volvía a estremecerse, su
imaginación empezó a trabajar, se imagina aquella mano bajo su camisa, efectuando la misma
caricia, sintió un escalofrió que llegó hasta los sentidos de Maca.
Desapareció de allí como si su cordura dependiese de ello, entró temblando en el servicio, no entendía
para nada todo eso que había en su cabeza. Negaba una y otra vez, se repetía un no en voz alta,
se echó agua en la cara intentando espabilarse y salir de esa situación.
Volvía despacio hasta un salón en que sabía que la esperaba ella, ella, ella, se repetía de nuevo en su
mente, sacudió su cabeza intentando soltar aquella imagen, abrió la puerta y allí estaba, giró su
mirada de la película hacía Esther, una sonrisa apareció en sus labios y pensó perderse en ella,
le correspondió con otra sonrisa y se sentó en su lugar del sofá pero esta vez sin tener contacto
con Maca.
31 de Diciembre
Esther despertaba de una noche bastante inquieta, no había podida dejar de pensar en el porqué de
aquella sensación que tenía junto a Maca, no la miraba diferente al resto, no encontraba un
sentimiento especial por ella, simplemente una sensación, una sensación de inquietud pero a la
vez comodidad junto a ella.
Se duchó intentando limpiar su cabeza de todo aquello, con los brazos en la pared bajaba su cabeza de
forma que el agua cállese de forma directa, pensaba en Sonia, en la tranquilidad que le
proporcionaba sin pedir nada a cambio, en como de una manera o de otra siempre era alguien
importante en su vida.
Bajó bastante más reconfortada de aquellos pensamientos hacía una cocina con aroma a café, ese
bálsamo que apaciguaba su cuerpo y su mente.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: ¡Buenos días!... -saludaba a su padre que daba sorbo de su café mientras ojeaba el periódico.
Arturo: Hola princesa... -su hija se acercaba hasta él para darle un beso-... ya me ha contado Maca lo de
ayer
Arturo: Ha venido una amiga a visitarla y se han ido a desayunar por ahí
E: ¿También se quedará esta noche? Su amiga digo... -cogiendo la cafetera para servirse su café.
E: Bueno yo me voy un rato a correr, vuelvo enseguida... -le daba un beso en la cabeza.
Salió de casa para correr por aquella urbanización tranquila a los ojos de cualquiera y aburrida a los
suyos, allí solo residían grades personajes de Madrid, personas claramente adineradas y sin una
vida social fuera de las fiestas y eventos.
Regresó a casa sudorosa, y con la toalla enrollada en su cuello empapando todo aquel sudor, fue directa
a la cocina para beber agua y botella en mano volvió a salir de ella, escuchó unas voces
procedentes del salón y se fue hasta allí, tocó la puerta avisando su entrad y alzó la vista viendo
a Maca acompañada de la que probablemente sería su amiga.
M: Ven que te presento... -Esther se acercaba hasta ella mirando a aquella desconocida mujer- Esther
esta Ana una amiga de la infancia de Jerez... Ana, esta es la hija de Arturo, Esther...
Ana: Igualmente
M: ¿Vienes de correr?
E: Pues el día que quieres te apuntas, bueno os dejo voy a darme una ducha
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Hasta luego
Mientras Esther se dirigía a darse aquella ducha ellas dos seguían con aquel aperitivo que estaba
sacando a Maca de todos sus quebraderos de cabeza.
M: Sí... mucho... -se paraba a recordar la conversación en la retaza la primera noche que la conoció.
M: Mejor...
M: Vamos a dejarlo
Muchas veces la vida te pone en situaciones en ocasiones imposibles a tus ojos, pero posibles a la razón,
en las que tu opinión o mandato luchan contra los sentimientos.
Los hechos te rodean y ahogan, pero tu idea de la vida al final de ese túnel te hace seguir con la de que
eso es lo correcto, que todo pasa en esta vida por algo y que tienes que vivirlo así, dejando
otras oportunidades no encontradas pero soñadas a un lado.
Maca se encontraba en ese abismo, su vida había cogido un rumbo no deseado pero acogido por
situaciones ajenas a ella creía no poder quejarse, miraba su presente e imaginaba su futuro,
viendo lo que tenía o llegaría a conseguir, y eso le bastaba, sus sentimientos y aspiraciones las
había guardado bajo llave obligándose a no pensar en ella para hacer lo correcto en ese
momento de su vida, amargo en ocasiones.
Estaban las tres comiendo, Ana contaba alguna que otra anécdota sobre Maca a lo que Esther se reía en
cantidad pidiendo perdón de vez en cuando para que Maca no se molestara, pero que Ana
hacía con toda la intención de ello.
En uno de los momentos de descanso el teléfono de salón sonaba levantados primeramente Maca a
cogerlo.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: ¿Sí?... ah ¡hola! sí está aquí, estábamos comiendo... espera que te la paso... Esther es para ti, es Sonia
E:... -se levantaba para coger el aparato-... Gracias, hola guapa... sí aquí... jajajaj pero eso es normal en ti
cielo... ¿y tú qué?... aburrida ¡tú!... imposible... jajajaj eso me lo dices luego a la cara jajaja... si
yo sé los daré, pero luego te llamo... sí tranquila... otro para ti... hasta luego guapa
Ana miraba a Maca con cara de sorpresa por la conversación de Esther, que inevitablemente escuchaban
aun sin poner mucha atención, esta le contestaba con gesto de que sabía lo mismo que ella.
E: No puede, tiene a la familia en casa, pero cuando acabemos aquí voy a recogerla para salir
M: Jajajaja pero ¡Ana por dios! si tienes cuatro años más que ella
Ana: Los que hace que no salgo en plan "a muerte" jajajaja
E: Já ya verás ya, cuando él está aquí este día, todo Madrid prácticamente toma las uvas en esta casa
Ana: Joé
M y E: Jajaja
Tomaron café juntas con las mismas risas de un principio, Esther cada vez se sentía mejor con Maca e
intentaba ponerle las cosas más fáciles dándole confianza, salieron al jardín y les contaba algún
que otro chisme de las personas que acudirían esa noche a la casa.
E: ¡Bueno! los mejores son el matrimonio Montoya jajaja ya veréis, la mujer se pasa la noche intentando
cazar algún jovencito en los morros de su marido
Todas: Jajaja
M: ¡Mentira!
Tras un rato en el que seguían en la misma posición conversando e ignorando como pasaban las horas
Ana comenzó una conversación en la que ella solo podía prestar atención, miraba las facciones
de Maca cuando sonreía, su mirada mientras escuchaba a su amiga, como gesticulaba con las
manos y empezaba a pensar que le resultaba prácticamente perfecta.
Maca la observaba alguna que otra vez mientras escuchaba a Ana, y esta disimulaba mirando a otro
lugar sin conseguir su intención haciendo que esta sonriese tímidamente.
Las tres volvieron su vista a un coche lujoso que entraba en las inmediaciones de la casa anunciando que
Arturo llegaba de trabajar, las tres se miraron y de nuevo volvieron la vista hasta donde el
comenzaba a acortar distancias con las chicas.
Arturo: Hola hija, hola Ana... -le daba dos besos-... hola cariño
M: Hola... -se daban un beso en los labios causando en Esther un acto reflejo de desviar la mirada sin
saber porque.
Arturo: Bueno me voy no vaya a salir perjudicado... -comenzó a caminar pero a pocos pasos se giró-... a
propósito, el día dos me voy a Japón
Arturo: Sí un empresario importante quiere organizar una fiesta para no sé quién y quiere hacerlo a la
española, ¡con caballos vamos!
M: ¿Cuánto tiempo?
Arturo: Un mes
M: ¡¿Un mes?¡
Arturo: Sí cielo, lo siento pero es que un hombre bastante importante, pero tienes a Esther aquí, no te
aburrirás... -si iba de allí guiñándole un ojo.
M: Es que entonces no sé para que me vengo aquí si no va a estar... -decía un tanto frustrada.
E: Me tienes a mí... -la miraba con una sonrisa intentando que apaciguase su aparente enfado.
M: Pero es que ella no tiene por qué hacer nada, tiene su vida
E: Por mí no hay problema, además yo no estoy aquí casi porque me aburro sola, pero estando tú...
M: Gracias
E: No hay de qué... -volvía a lucirle aquella sonrisa que tanto le gustaba ver a Maca-... bueno voy a
arreglar un poco lo de esta noche... -se levantaba de su asiento)
E: ¡Hasta lue!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther se marchaba alzando una mano en señal de saludo cómico dejando a una Maca embobada, no
quitó ojo de ella hasta que la vio perderse tras la puerta.
Ana: ¿Eso? -señalaba el lugar que ocupaba Esther anteriormente y luego señalaba a Maca- ¿qué ha sido
eso?
A y M: Jajaja
El resto de la tarde lo pasaron cada una por su sitio, Esther terminado de arreglarse para bajar a cenar
donde Ana y Maca ya brindaban con la primera copa de cava. La casa era el centro de atención
de toda prensa en Madrid, coches y coches llegaban hasta la puerta donde los aparcacoches
recibían a los invitados.
Arturo iba presentado a Maca y a Ana a todo aquel amigo que llegaba a su casa, las dos intentaban
apoyarse mutuamente, una ante el aburrimiento de hablar con gente que ni conocía ni
interesaba y la otra intentando sortear a más de un pulpo adinerado que se movía por allí.
Esther había llamado a Sonia antes de bajar para desearle una agradable cena y concretando la hora
para después, así que bajó con una sonrisa hasta un amplio salón más que concurrido.
Entró buscando a su padre o a la pareja de amigas, realmente aquel año parecía ser el más apoteósico,
sería seguramente por la entrada del nuevo mileno, y porque su padre había acordado algo con
alguna agencia para poder echar fotos por allí.
Algún periodista a su paso le pedía que posase y con gran conocimiento de todo aquello intentaba ser
agradable con todo el que se lo pedía.
Maca la había divisado hacía un rato, la miraba como atravesaba aquel salón con una sonrisa para todo
el mundo, la gente la paraba para saludarla y ella en ningún caso se negaba incluso comenzó
alguna que otra breve conversación para después seguir con su camino.
Le pareció preciosa con aquel vestido, llevaba el pelo suelto con un pequeño recogido con parte de él,
iba discretamente maquillada pero le sentaba fabulosamente bien.
Un segundo después de haberla repasado se dio cuenta de ello y se rió de sí misma, negó con la cabeza
mientras sonreía para dirigirse hasta una Ana más que acosada por un hombre que podía llegar
a ser su abuelo.
Hombre: Claro... -le decía para volverse a una conversación que había a su espalda.
Arturo: Buenas noches a todos... -aquel gentío se giraba para prestarle atención-... gracias a todos por
estar aquí, me alegra saber que tanta gente quiera compartir esta noche tan importante donde
pasamos a parte de a otro año, a otro mileno, con mi familia y conmigo, así que no os aburro
más, pasemos todos al siguiente salón donde nos servirán la cena en breve...
Esther divisó su padre en aquel breve discurso, sorteando a todo aquel que se dirigía hacia la cena llegó
hasta él donde hablaba sonriente con Maca y Ana.
Arturo: ¡Oye! ¿dónde vas tú tan preciosa? – hablaba inclinándose hacía atrás para verla mejor de cerca.
E: No es para tanto
Ana: Sí lo es... te queda genial ese vestido... -Maca la miraba esta vez más de cerca, y corroboraba todos
esos pensamientos anteriores- ¿a que si Maca? -se giraba a mirarla.
Arturo: Venga vamos a cenar... -pasaba un brazo alrededor de su hija y se encaminaban los cuatro hacía
el salón.
Un sin fin de camareros del catering más servía la cena, la comida era aplaudida por todo aquel que la
probaba dándole las felicitaciones a Arturo por aquella noche. Este presidía la mesa, en un lado
Maca y Ana y al otro su hija, se sentía feliz por estar en ese momento con ella, tenía claro que
había perdido demasiados de estar a su lado y se sentía feliz por que hubiese crecido
convirtiéndose en la mujer que era, aun haber conseguido eso sin su presencia.
Estaban en los postres riendo mientras miraban a los invitados recordando lo que les había contado
Esther, Arturo lejos de comprender todos esos comentarios en clave de las chicas se
concentraba en su copa de coñac mientras le daba vueltas.
Tras la cena pasaron al salón anterior donde el personal contratado había cambiado la decoración
habiendo puesto algunas mesas con bebida para la ocasión y una improvisada pista de baile
invitaba ya a algunas personas a bailar ante las contagiosas canciones que sonaban en aquel
instante.
M: Pues ve
Ana: ¿No pretenderás que vaya sola para que vuelva el pulpo no? -subía la ceja.
Arturo: Luego vuelvo a por ti... -le daba un beso en los labios a Maca.
M: Vale... -le sonreía-... ¿te vas después de las uvas? -se volvía para hablar con Esther.
M: Os lo pasaréis bien
M: Lo que daría por irme contigo... -dijo sinceramente haciendo que Esther tuviese que quitarle la
mirada-... bueno y Ana por qué no veas lo fiestera que es
E: Parece que se lo pasa bien... -miraron hacía la pista donde su padre y Ana bailaban al ritmo de una
pieza de salsa de donde Arturo no sabía por dónde salir.
M y E: Jajajajaja
Estaban hablando cuando un reportero se acercó a ellas y Esther sonrió al ver la cara de Maca, pues se
imagina para que se acercaba.
M y E: Buenas noches
M: Está bien
E: Ningún problema... -el árbol estaba tres pasos a la derecha de las chicas, Esther fue la primera en
llegar.
M: ¿Aquí?
Reportero: Perfecto
Las chicas se rodearon cada una por la cintura poniendo la mejor de sus concisas, Maca había sufrido
también un acoso mediático por la familia que provenía, pero aquello era totalmente distinto,
había visto como la prensa trataba a Esther y sabía que era por como ella los trataba en un
primer momento.
Esther sonreía alegre cada vez que aquel muchacho les pedía que cambiasen la postura.
El fotógrafo quiso que la última foto fuese más cálida y le pidió a Maca que se pusiera tras Esther y la
abrazara por detrás, esta puso cara de sorpresa por la petición y Esther le dijo que no había por
qué hacerlo así pero en un último pensamiento aceptó, se colocó tras ella y pasó un brazo por
su cintura y otro por los hombros apoyando su cabeza con la de Esther, esta sintió de nuevo
aquel escalofrió que le hacía sentir tan extraña, posó su mano en la que Maca posaba cerca de
su cuello, esta la miró sonriendo y el fotógrafo empezó a inmortalizar la imagen repetidas veces.
Reportero: Gracias
M: ¿Habría algún problema en que nos diese las copias de las fotos?
M: Porque no saldrán todas y las quiero, son nuestras primeras fotos en familia –sonrió.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Se echaron a reír mirándose mutuamente, hubo un segundo en que miraban más allá de la mirada de la
otra, Esther cesó en su risa y Maca la imitó, se miraron en silencio, Esther sintió como que si
seguía un instante más así Maca podría ver sus pensamientos y desvió su vista a sus manos
mientras las frotaba nerviosa.
M: Eh... bueno vamos a ver que hacen tu padre y Ana... -comenzó a andar sin que Esther pudiera
contestar dejándola allí pensando en lo antes vivido.
Tardó algunos minutos en regresar, lo hizo a paso lento, elevó la vista y vio como su padre y ellas dos ya
se encontraban hablando animadamente, se atrevió a observar a Maca, reía por algo y le
pareció lo más precioso que había visto en su vida, se detuvo en seco, sus pies le decían que no
siguiera, que aquello estaba mal, su corazón se agitaba y su cabeza le gritaba que no, que dejase
de observarla, pero no podía, sintió rabia, una rabia acontecida porque su padre la abrazaba
para luego darle un beso en los labios, eso fue lo último que la hizo convencerse de que todo
aquello era un gran error, dio un giro de 180 grados sobre sí misma y se dirigió veloz a la puerta,
salió hasta las escaleras de la calle, hacía frío, su cuerpo comenzaba a temblar, pero también su
nerviosismo formaba parte en él. Fue hasta una de las macetas de la puerta y metió la mano
por detrás sacando un paquete de Malboro blando que guardaba ahí, sacó el mechero que
había dentro y se encendió un cigarro, fue hasta un pequeño mirador que había en un lado y se
apoyó en la fría piedra que formaba la barandilla, dio una gran calada intentando ahogar
aquella rabia sentida.
Miró al cielo y vio lo estrellada que se encontraba, nunca lo había visto así, no en Madrid, miró y miró
ese cielo pensando en por qué le ocurría aquello, ¡era la futura mujer de su padre por dios!, se
repetía una y otra vez, pero entonces recordaba esa sonrisa y esa mirada que sabía no se
cansaría de mirar.
E:... -una voz a su espalda, su voz, cerró los ojos rogando a dios que no fuera ella, pero de nuevo unas
palabras le hicieron saber que la tenía detrás.
E: Necesitaba aire... -no la quería mirar, no la podía mirar-... enseguida entro... -le daba una calada al
cigarro.
M: ¿Te importa? -acercaba su mano a la de ella para que le pasase aquel cigarro.
E: Claro, toma... -un tímido roce de sus dedos, apenas un simple tacto, pero su cuerpo temblaba,
¿porque?, en un acto reflejo hundió su cara en sus manos tras apoyar los brazos en la
barandilla.
M: ¿te ocurre algo? -posó su mano en la espalda de Esther a lo que esta reaccionó dando un brinco y
alejándose de ella- ¡ey! ¿qué pasa Esther?
E: No nada... que tienes las manos frías... -esbozó una sonrisa que más que nada era puro nervio-... será
mejor que entremos, se acerca la hora
E: Venga vamos... -se encaminó hacia la puerta para que Maca la siguiera.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
El momento de las campanadas llegó, un revuelo de gente se esparcía delante de la pantalla montada
minutos antes donde proyectaban el mismo rito de todos los años en tve.
Comían uva tras uva mirando cada uno a su alrededor intentando contener las risas y a Esther que no lo
hacía, pues desde que murió su madre era un ritual que dejó, ella miraba sonriente la escena,
Ana contagiada por la risa de Maca masticaba con apenas un mínimo de resultado, Maca que
llevaba mejor eso de reír y tragar miraba a Arturo y Ana hasta que en uno de esos cambios de
visión vio como Esther apoyada en uno de los ventanales con los brazos cruzados no le quitaba
ojo.
Mantuvo la mirada hasta que un trozo de uva salió disparado de la boca de Ana y le dio en toda la cara
haciendo que Esther se empezara a reír y sin dejar de mirar a Maca esta se reía con ella.
Las campanadas llegaron a su fin con una Maca todavía tragando uvas, pero que nada más terminar dio
el primer “feliz año nuevo” a Esther, que le leyó los labios perfectamente y lo hizo igualmente.
Tras un sin fin de besos y felicitaciones por parte de la mayoría de la gente allí presente se dispuso a
despedirse de su padre.
Arturo: Pues pásatelo muy bien... -le daba un beso en la frente-... espera que vienen Maca y Ana por ahí
y te despides de ellas...
M: ¿Ya te vas?
M: No mujer, tú vas con tus amigos y no pintamos nada, además no vamos a dejar a tu padre solo
M: Me sabe mal
Arturo: Venga tonta... -se acercaba a ella y le cogía la cara entre las manos-... no pasa nada de verdad...
--la besaba dulcemente-
E: Jajaja
Iban en el taxi con una más que emocionada Ana por la situación, repetía una y otra vez que quería
ligarse a un universitario y arrancaba la carcajada de incluso el taxista. Llegaron hasta el portal
de Sonia y esta le decía a Esther que bajaba ya, mientras Maca y Ana se sentaba en el capó de
uno de los caches allí aparcados Esther se apoyaba en la pared del portal esperándola.
Sonia aparecía por el portal haciendo que Esther sonriese solo con su presencia.
Sonia:... -abría la puerta y se abalanzaba sobre ella- Hola cariño... -fue a besarla pero la cara de Esther
indicándole que no estaban solas la hizo frenar en su acto y maldecirse en voz baja por aquello-
¡Hola!
M: Hola Sonia... -estaba tremendamente impactada por lo que sus ojos habían visto segundos antes-...
feliz año... -se acercó hasta ella para darle dos besos.
Sonia: Igualmente
Sonia: Encantada
E: Venga, vayámonos...
Esther y Sonia iban por delante comentando la pillada de antes, mientras Maca y Ana murmuraban por
lo mismo.
E: Que te digo que no pasa nada... así mejor, no tenemos que estar toda la noche aguantándonos las
ganas... -levantaba ambas cejas repetidas veces.
M: ¡Tú estás mal de la chaveta! ¿Cómo se lo voy a decir? Eso tiene que hacerlo ella por dios Ana!
Llegaron hasta donde pensaban pasar aquella noche, un grupo de jóvenes estudiantes se arremolinaban
en la puerta esperando a las chicas, pues era Esther quien llevaba las llaves del local.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Chico 1: ¡Joder Esther! ¡Que hace frió! -gritaba uno de ellos desde la puerta.
Todos: Jajaja
El lugar era bastante amplio, varias mesas, algunas sillas y dos sofás era el mobiliario de este, la música
era estridente, la gente bailaba y bebía. Esther terminaba de bailar junto a Sonia y decidieron
sentarse un rato mientras tomaban una copa, vieron que uno de los sofás estaba libre y
corriendo para ver quien llegaba antes se fueron hasta él.
Sonia: ¡Idiota! .se dejaba caer en el sofá- uuff ¡los pies me matan!
E: A ver... -se agachaba para cogerlos y los puso en su regazo para quitarle los zapatos-... te hago un
masaje vale
Sonia: ¡Sí!
E: Jajaja venga...
Sonia comenzaba a deshacerse en aquel masaje, su cara era todo poema, cosa que no pasaba discreta
para Esther que empezaba a imaginarse cosas.
Maca estaba en la cola del baño justo enfrente, había gente pero le daba para ver perfectamente la
imagen de ellas dos en el sofá, no podía apartar su mirada de allí, miraba las manos de Esther
acariciando esa parte del cuerpo de Sonia, vio con el cariño que lo hacía y deseó algo así para
ella.
Esther seguía en su ardua tarea en el masaje a Sonia, reían se hacían carantoñas sin importarles la gente
que se hallaba a su alrededor.
Ana: ¡Esther!
Ana: ¿Ves a aquel chico de allí? -señalaba a uno de los chicos que había en una de las esquinas bailando.
E: Sí, Juanfra
Sonia: Jajaja
E: Estoy segura
E: ¡Anda tira!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Gracias
Estuvieron un rato charlando, Sonia era la única que se sentía relajada en aquella situación, Esther
siempre que Maca hablaba se quedaba fijamente mirándola intentado indagar en el
sentimiento que surgía estando junto a ella, miraba sus labios y sentía como su cuerpo se
estremecía al imaginar besarlos, se levantó de nuevo frustrada por todo aquello, fue hasta la
barra y se pidió una copa bien cargada para volver de nuevo hasta aquel sofá donde la
esperaban.
Maca por su parte mientras hablaba con Sonia podía permitirse el lujo de observar a Esther
esquivándola cuando al hablar sus miradas se cruzaban. Miraba como hablaban ellas entre sí, la
complicidad que tenían, y como incluso se hablaban con la mirada, recordó si ella alguna vez
había estado así con alguien, pero rápido descartó la idea.
M: Trae...
No hizo caso a las advertencias de Esther, agarró el vaso y le dio un trago, su cara reflejó todo el alcohol
que había en ella.
E: Jajaja te lo he dicho
No obtuvo respuesta pues Maca volvía a beber del vaso pero esta vez el trago era mucho más grande y
tras unos segundos se la devolvía completamente vacía.
La noche pasaba, Ana estaba más que entretenida con el que fue su objetivo y luego su presa, Maca
bebía y bebía sin hacer caso a una Esther que no cesaba en su intento por que lo dejara, Sonia
intentaba distraerse pues Esther no le prestaba la más mínima intención por su lucha con Maca.
Eran las siete de la mañana cuando Ana les comunicó que no se iba con ellas, que tenía algo más
interesante con aquel universitario, Esther decidió que ya era hora de volver.
Sonia: No, además tú ya tienes bastante... -Maca estaba sentada en un portal con las manos en la cabeza
intentando no caer de bruces en el suelo-... y más sin Ana
E:... -se giró para mirar como el cuerpo de Maca se tambaleaba una y otra vez-... quizás tengas razón
Sonia: Sí... de todos modos cuando me despierte te llamo y si te apetece hacemos algo ¿vale?
E: Está bien... -se acercó a ella para darle un beso en los labios.
Llegaron hasta el edificio de Sonia y tras asegurarse de que subía fueron hasta la parada de taxis más
próxima.
Esther llevaba prácticamente en brazos a Maca, esta se abrazaba a su cuello mientras balbuceaba alguna
que otra palabra que ni ella misma entendía. Tras un pequeño viaje en coche llegaron hasta la
casa, la sirvienta ya estaba allí, le informó que su padre había ido con algunos amigos.
E: Maca...
M: Mmm
E: Ya veo que no... -dudó un instante en acostarla vestida, pero no podía hacer aquello, así que respiró
hondo y fue hasta el armario en busca de algún pijama-... venga ven que te quite esto
E: Levanta los brazos y te saco el vestido por arriba... -pasó su mano por la espalda y bajó la cremallera
para poder tirar de él- venga... -subió la prenda dejándola en ropa interior.
Su mirada se nubló, se sintió sucia por ello, pero no podía evitarlo, suspiró cerrando los ojos para
quitarse esa idea de la cabeza.
M: Tengo frió...
Se agachó para ponerle el pantalón, tras un más que duro esfuerzo logró colar las dos piernas en él,
ahora era lo más difícil, terminar de ponerlo cuando ni siquiera se podía levantar.
M: Sí...
Se dejó caer y de nuevo aquel cuerpo, desde aquella posición podía observarlo mejor, se fijó en como
subía y bajaba su pecho por su respiración, como se marcaban sus caderas por encima de su
prenda intima y comenzó a sentir calor, un calor que la hacía estar fuera de sí.
E: A la de tres te lo pongo, ayúdame un poco... -se inclinó un poco y Maca se volvía a agarrar de su cuello
haciendo que por el peso de esta Esther se acercara aun más a ella- eh... ahora la parte de
arriba
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Volvió a sentarse subiendo de nuevo los brazos para terminar de ponerse el pijama, Esther abrió la cama
y la ayudo a recostarse.
E: Si no te hubieras bebido todo como lo has hecho... -pasaba su mano retirándole unos mechones de
pelo que cubrían su cara mientras se sentaba a un lado de la cama.
E: Está bien...
El silencio reinaba la habitación, Esther comenzó a mirarla con dulzura extrañándose de aquella nueva
forma de observarla, sonreía al recordar cómo empezó a beber esa noche. La respiración de
Maca comenzaba a relajarse para avisarla que no tardaría mucho en dormirse.
M: ¿La quieres?
E: ¿Cómo?
E: Venga duérmete... -acarició su frente e hizo que Maca abriera por un segundo los ojos.
Fue a darle un beso en la frente, lo hizo dulcemente para lentamente separarse de ella, cuando aun no lo
había hecho vio como está la miraba, parecía como si estuviera totalmente despierta, aquellos
ojos la intentaban traspasar y comenzó a ponerse nerviosa.
Temblando intentó separarse al completo de ella, pero Maca en un esfuerzo se incorporó lo suficiente,
pasó una mano por el cuello de Esther para acercarla a ella.
Temblaba, miraba como Maca se humedecía los labios mientras miraba los suyos, su corazón palpitaba
disparado, sus ojos no sabían a dónde dirigirse, hasta que en un descuido de reflejos Maca
terminó por llegar a ella.
Comenzó siendo un beso no correspondido por Esther, pero ante la insistencia de Maca esta no pudo
más que seguir el instinto de su cuerpo, comenzaron a entreabrir sus labios lentamente.
Esther creía estar tocando el cielo, esos labios la envolvían con una dulzura incomprendida por el estado
en el que su dueña se encontraba. Notó como Maca introducía su lengua en ella, en un primer
momento aquel tacto la hizo parar y darse cuenta de lo que estaba haciendo pero un impulso
de Maca por seguir, nubló sus sentidos.
Ese beso había pasado de la calidez a la pasión en segundos, Esther comenzaba a pensar que si seguía no
podría parar así que aminoró el ritmo y Maca la acompañó.
Terminaron de besarse sin separar sus labios, Maca abrió los ojos y le sonrió, Esther estaba paralizada,
no movió un músculo mientras Maca aun con esa sonrisa se recostaba de nuevo en la cama.
E: Buenas noches...
Esther había perdido la cuenta de las horas que llevaba en el balcón de su habitación, estaba sentada en
una silla con los pies alzados en la barandilla, había cogido su paquete de tabaco y fumaba uno
tras otro, los nervios no se disipaban pero aquello parecía tranquilizarla aunque solo fuese algo
momentáneo.
Había sentido aquel beso como ningún otro en su vida, una rabia en su cabeza preguntaba una y otra vez
¿Por qué con ella? ¿Por qué con ella?
No podía hacer aquello, se estaba dejando embaucar por un deseo, que se le antojaba incontrolable.
Solo con su presencia, hacía que su mundo se trastornara, en todo momento tenía la imagen de
su padre, se preguntaba si él estaría enamorado, aunque en realidad eso no le quitaba culpa
alguna.
Su mente rebobinaba aquel beso torturándola constantemente, tenía una sensación de duda, Maca fue
quien comenzó, ella se habría contenido haciendo un esfuerzo si hubiese seguido en su calma
intentando dormir, pero, no así, no cuando ella era la que le daba pie.
Comenzó a pensar en que haría cuando la viera, ¿se acordaría? ¿debía hacerle caso omiso a aquello? Y
¿si eso iba a más? Y ¿si llegaba a no poder controlarse?
Sonia llegó a su mente en un breve instante, sintió remordimiento, dolor por haberle hecho eso, claro
estaba que no era nada serio lo que había entre ellas, pero la actitud de Sonia con ella dejaba
claro que un sentimiento que no era mutuo comenzaba a agrandarse. ¿Debía centrarse en ella e
intentar enamorarse? ¿Vivir un falso amor huyendo de lo incorrecto?
Se puso la ropa de deporte y bajó a la cocina, estaba tranquila, sabía que Maca tardaría horas en
despertar, pero aun así sabía que su padre si estaría, y repasaba en su cabeza lo que le diría
cuando le preguntase.
Bajó las escaleras anudándose la bufanda al cuello, llegó hasta la puerta de la cocina donde se
escuchaban algunos ruidos.
E: Buenos días
Arturo: Muy buenos... -se acercaba hasta ella- ¿tú no tienes resaca?
Arturo: Pues anda que Maca está buena... lleva debajo de las mantas no sé el tiempo
Arturo: Me lo figuro
Arturo: ¿Hoy?
Arturo: Venga pues no tardes que nos vamos por ahí a comer
E: ¿Los tres?
Salió lo más deprisa que pudo, no miró ni a donde se dirigía, solo sabía que quería correr, gritar, despejar
su cuerpo de toda esa culpa que lo inundaba.
Corrió de un lado a otro de la urbanización, su cuerpo pedía que parase pero su cabeza no lo permitía.
El sol de daba en la cara, pero aun así podía ver como las calles estaban aun solitarias, exceptuando la
gente que se recogía entonces. Llegó hasta una explanada donde se distinguía claramente la
ciudad. Se arrodilló dejando caer su cuerpo de un cansancio acumulado, no supo cuando pero
comenzó a llorar, encogida sobre si misma lloraba y lloraba todo lo fuerte que podía sabiendo
que nadie la escuchaba.
Comenzó andando, pero antes de entrar necesito otra dosis de esfuerzo, se paró en seco, miró al otro
lado de la calle, donde por la distancia apenas distinguía nada y de un paso comenzó una
carrera donde dejaba escapar toda su rabia para no tener fuerzas ni para pensar.
Corría una y otra vez de un lado a otro, lo que no sabía es que era observada desde hacía rato por
alguien.
Se dirigió hasta allí algo más tranquila pero con un cansancio más que vistoso.
E: Ya he vuelto... -se paró en seco, su padre estaba con Maca en la mesa intentando almorzar algo, sus
ojos se cruzaron y decidió poner un fino velo en sus ojos por un momento-... buenos días
M: Buenos días
E: ¿Por?
Arturo: Llevas más de dos horas, sin desayunar y sin haber dormido apenas
E: Papá no soy ni tonta, ni una niña, sé perfectamente que debo o no hacer... -se dio media vuelta algo
enfadada.
M: Arturo te has pasado... -se levantó y salió rumbo a Esther- ¡Esther! ¡espera un momento!
E:... -paró sus pasos sin llegar a girarse, estaba enfadada con su padre y no quería pagarlo con ella-...
dime
M: No le hagas caso
E: No tenías que haberte molestado por eso, ya conozco a mi padre... -intentó seguir con su camino pero
Maca la cogió del brazo.
E: ¿Por... por lo de anoche? -se giró en sus pasos quedando frente a ella.
M: Sí...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Al numerito que supongo di, a que me tuvieras que acostar y... que siento si te avergoncé o molesté
en algún momento, no debí beber tanto
E: Tranquila... -una parte de si se sintió triste, parecía que no se acordaba de nada de lo que para ella fue
algo que seguro cambiaria su vida en algún sentido- no pasa nada, además le prometí a mi
padre que te cuidaría
M: Gracias
E: No tienes por qué dármelas, bueno... voy a darme una ducha que estoy un poco pegajosa
E: Sí...
Al final fueron los tres a un buen restaurante del centro a comer, entraron mientras Arturo hablaba con
el metre.
Los llevaron hasta una mesa bastante reservada, se sentaron Maca y Esther ya que Arturo había visto
alguien a quien saludar.
M: ¿Empezamos de qué?
M: Bueno... que haga lo que quiera, nosotras vamos a comer tranquilamente las dos...
E:... -levantó la mirada extrañada por aquel comentario, ¿realmente no recordaba el beso?- Sí...
Tras pedir cada uno su comida la fueron sirviendo y parecía que todo volvía a su sitio, Arturo contaba
algún que otro numerito formado en la casa la noche anterior y conseguía relajar a Esther
mientras se reía.
E: De lo más normal
M: Yo si no llega a ser por lo mal que me sentó beber hubiera sido mi mejor noche vieja
En ese momento Maca cambió la cara, tenía la mirada fija en el plato, pero no comía, no parpadeaba no
decía nada. Esther la vio y supuso porque era aquello, cogió su copa de vino y bebió de ella
hasta vaciarla.
M: Sí... sí, estoy bien... -levantó la vista y miró fijamente a Esther, parecía estar preguntándole algo.
E: Voy un momento al servicio, creo que me encuentro mal... -salió de allí casi corriendo.
M: Enseguida vuelvo
Se levantó imitando a Esther pero con menos prisa, llegó despacio hasta el servicio de señoras, abrió la
puerta y la buscó con la mirada.
E: Vale... -comenzó a lavarse las manos y Maca la miraba a través del cristal- ¿Qué miras?
E: ¿El qué?
E:... -sacudía el agua de sus manos y se dirigía hasta el toallero- Nos... Porque es cosa de dos... no te
eches la culpa
M: Pensé haberlo soñado... -se tocaba los labios con los dedos- dios... -se dio la vuelta mirando al techo-
¿qué he hecho?
E: Mira Maca... -se acercó prudencialmente a ella-... yo me siento peor que tú, porque aunque tú vayas a
casarte con él, ¡es mi padre! Y me siento la persona más sucia del universo... así que... dejemos
claro que fue el alcohol... y olvidemos esto
E: Vale... voy a salir yo primero... -cuando fue a dirigirse hasta la puerta Maca la cogió del brazo.
M: Espera... -Esther se dio la vuelta algo sorprendida-... tú no bebiste apenas... ¿por qué me besaste?
Esther la miró a los ojos, intentando encontrar la razón a aquella pregunta, sintió un escalofrió al volver a
recordar aquel momento, una pequeña sonrisa se esbozó en sus labio haciendo que bajase su
mirada avergonzada, Maca seguía con la mano en su brazo, la rozó con una caricia y volvió a
mirarla, le hizo un gesto para dejar claro que eso daba igual, giró de nuevo y salió de allí
dejando a una Maca aturdida, peleando con un sin fin de pensamientos en su interior.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
La comida transcurrió algo distinta de en un principio, Esther intentaba dialogar todo lo posible en una
conversación en donde no era la única ausente.
Cuando llegaron a la casa, estuvieron un rato charlando con Ana, que había llegado momentos antes,
para después despedirla antes de volver a Jerez.
2 de Enero
Esther se levantaba temprano para seguir con aquel ritual que llevaba haciendo desde que Maca llegó a
esa casa, aunque fuese indirectamente, esta, estaba cambiando su vida más de lo que Esther
quería. Intentaba pensar en una solución para todo aquello, la razón de que lo hubiera llevado
mejor era que Maca no recordase lo ocurrido, pero ahora, todo cambiaba. No pudo decirle el
motivo por lo que ella siguió con ese beso, no pudo mirarla a la cara y admitírselo a ella misma.
Se sentó en el jardín haciendo tiempo para que su padre estuviera listo para emprender aquel viaje, que
sabía, le traería problemas, un mes... Se repetía, un mes, un mes en el que estarían solas en esa
casa y haciendo honor a su palabra, debía estar con ella.
Pasado un rato en el que pensó, faltaría poco para que Arturo se marchase entró con paso decidido y
con algo nuevo en ella, un escudo, pensaba infranqueable, un escudo en el que no fallaría a su
padre.
E: ¿Te vas ya? -entraba a la habitación de matrimonio donde su padre terminaba de meter algunos
documentos en su maletín.
Arturo: Claro que sí... -se acercó hasta su hija para abrazarla-... ya verás como estando las dos se os pasa
el tiempo volando y no me echáis de menos.
Si no había quedado suficientemente claro, ahí estaba su padre para recordárselo, ¿Cómo iba a estar un
mes con ella? Tenía que proponerse que aquello era imposible, que tenía que sacarse a esa
mujer de su cabeza como fuese.
Estaba sentada en la escalera mientras un mozo trasladaba las maletas de la casa a la limusina, veía
como su padre hablaba desde su teléfono móvil, y una Maca aparentemente nerviosa recorría
el camino de la puerta de la casa al coche repetidas veces.
Arturo: Bueno... yo me voy... -se acercó hasta Maca-... ¿me echarás de menos?
M: Mucho
M:... -miró a Esther un segundo quien miraba a cualquier sitio que no fuese ese-... Llámame cuando
llegues... -se abrazó a él y comenzó a besarle de una manera algo efusiva a lo que Esther no
pudo mirar y disimulando que buscaba algo en los bolsillos ignoraba la escena-... te echaré de
menos
Arturo: Seguro que no... -daba un último beso a su futura mujer-... Esther
E: Bueno pues... intenta disfrutar algo ¡eh!... -disimulaba sus nervios intentando ser lo más agradable
posible- tráeme algún souvenir –sonrió.
Y tras otra despedida pero mucho más breve Arturo montaba en el coche diciendo un último hasta
pronto que contestaron las dos a la vez, haciendo que sus miradas se cruzasen.
Las dos estaban quietas, viendo como el coche desaparecía de sus vistas, ninguna se movía, con miedo
de tener que comenzar la primera conversación de todo aquel tiempo que se les hacía tan
largo.
M: Lo que quieras
M: Hasta luego
Esther cogió su moto ante la mirada de Maca que seguía parada en la puerta, la noche anterior no había
dormido apenas, le daba vueltas y más vueltas a lo mismo, la besé... ¿Cómo pude hacer algo
así? ¿Maca que te pasa?
Recordaba los pocos momentos junto a ella, pero lo hacía con un sentimiento entrañable, no entendía
como en tan poco tiempo podía haberle cogido tanto cariño, ¿cariño?, “a una persona a la que
le tienes cariño no la besas Maca”, era lo que más la torturaba, ¿Qué sentía hacía Esther? ni ella
misma lo sabía, lo único claro era que cuando despertó de aquel supuesto sueño para ella y lo
recordó, aun sorprendiéndola, le agradó, pero luego al saber que todo había sido real, la
confusión y el malestar inundaron su cuerpo.
M: Hola Anita
M: No sabes cuanto
M: Uuff
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Un silencio llenó aquella conversación, la intención de Maca era ciertamente contarle aquello a su
amiga, pero algo en un último momento la echó para atrás, pensó que mejor no hacerlo por lo
que pudiera decirle, sabiendo que no sería nada bueno, pero ¿Cómo mentirle a Ana? Si ella la
conocía mejor que ella misma.
M: Está bien
M: Hice algo horrible Ana... -se tapaba la cara con la mano que le quedaba libre.
M: Besar a Esther
Ana: ¡¿Besar a Esther?! -su voz salió en un grito de aquello que le vino tan de sorpresa.
Ana: Pero vamos a ver... ¡Maca! No me dijiste que... que... que aquello fue un error ¡coño!
M: ¡Y yo que sé!
Ana: Eso es la excusa fácil... aunque estés borracha si no la quieres besar no la besas Maca
M: Lo sé...
M: Nada
Ana: Ah ¡claro! Una besa todos los días a la hija de su futuro marido
M: Ana... tengo que estar un mes a solas con ella en la misma casa
M: Tengo miedo
M: A ver...
Ana: Dentro de diez días puedo cogerme dos libres... ¿quieres que vaya para allá?
M: ¿Diez días?
Ana: Jajaja
M: No tiene gracia
Finalmente el día anterior en casa de Sonia no estaba más que ella, y esta convenció a Esther para que se
quedase allí incluso a dormir, le pareció feo por su parte dejarla sola el primer día, pero pensó
que le vendría bien a las dos para pensar y plantearse aquel tiempo que iban a estar solas.
Esther consiguió no pensar en Maca, Sonia conseguía hacerla olvidar cualquier cosa, al principio se sintió
culpable de la manera de tratarla que tenía, pero en realidad lo hacía porque ella quería, Esther
nunca le prometió nada, siempre habían sido francas con su relación y eso era lo que más le
gustaba de Sonia, que si tenía que reprocharle algo lo hacía, y si algo martilleaba en la cabeza
de Esther conseguía que se olvidase por completo.
Maca por su parte había aprovechado el tiempo planeando algo, hablando con Ana se había dado
cuenta que aquel beso tenía que tener una razón, no solo el hecho de estar borracha le daba
poder para hacer esas cosas, y quería saber realmente que sentía por ella, y porque Esther
también la correspondió a ese beso, porque de ello estaba segura.
E: ¿Perdona?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Fueron hasta el salón, porque efectivamente Maca no se encontraba en casa, cosa que sorprendió a la
pareja, pues no conocía a prácticamente nadie en la ciudad y no sabía moverse sola por ella.
Sentadas en el salón veían una película mientras comían esas cosas que tanto engordan y
gustaban a Esther. Se regalaban besos y caricias de vez en cuando ignorando completamente la
película.
Y de nuevo aquellos besos que no hacían otra cosa que ponerlas más nerviosas, las manos volaban por
todo el cuerpo de ambas, Esther sentada a horcajadas en Sonia recorría su cuello mientras
introducía las manos entre la ropa de esta.
E: Mmm no
M: ¡Hola! -hacía su aparición repentinamente pillando por sorpresa a las dos chicas.
E: No hubiera estado demás... -quería decirlo en un susurro imperceptible pero tanto Maca como Sonia
lo llegaron a escuchar.
E: No vayamos a hacer un drama de esto... -se colocaba un jersey que momentos antes se había quitado-
¿cenamos? -preguntaba sin mirar a nadie mientras se marchaba del salón.
Sonia:... -se levantaba y se acercaba a Maca que se había quedado clavada en el suelo mientras Esther
pasaba por su lado para marcharse sin ni siquiera mirarla-... Se le pasará, no te preocupes...
-Maca asintió y con cara triste salió junto a ella.
“¿Por qué me he puesto así?” lo único que tenía en la cabeza, nunca se había avergonzado de hacer las
cosas, pero la imagen de Maca en la puerta mientras ella y Sonia estaban de aquella forma le
pudo más de lo que pensaba.
Realmente le costaría llevar bien aquel mes, y Sonia “¡a ella le ha importado tres mierdas! Le ha faltado
decirle que se uniera”
Estaba en la cocina, ya que a María le habían dicho que se marchase, sacaba cosas de la nevera sabiendo
que era observada por dos personas desde la puerta.
Sonia:... -se acercaba hasta ella pasando sus manos por la cintura de Esther- Cielo... -Esther en un
momento de lucidez se separó con agilidad de aquellos brazos.
Sonia:... -la miró extrañada por aquel gesto- Ven Maca... que parece que nos han castigado
Mientras preparaban la cena, ni una palabra, mientras arreglaban la mesa, ni una palabra. Iban llevando
los platos entre las tres cuando en uno de los viajes, Sonia se esperó a que volviese Esther.
E: A mí nada y ¿a ti?
E:...
Sonia: De verdad, que yo no sé que he hecho... pero desde que llegó Maca...
E: A ella no la metas en esto porque no tiene nada que ver... –dijo intentando ser realista.
Sonia: Pues yo creo que sí... -hacía el amago de ir a coger el chaquetón para macharse.
E: Perdona, perdona... -se abrazaba a ella por detrás impidiendo que se marchara-... por favor no te
vayas...
Sonia: Si vas a estar sin hablarme es tontería que esté aquí Esther
E: Vale, vale, siento como he estado... -Sonia se giraba para darse la vuelta y quedar frente a ella-...
guapa... -le daba un beso en los labios.
E: En verdad que no hay nada, me ha cambiado el humor, pero ya se me ha pasado... -le decía cariñosa.
Sonia: No me convences que lo sepas, pero por esta vez lo dejaré estar...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sonia: ¿Y si aparece Maca?... -preguntaba irónica, y la cara de Esther cambio en fracción de segundo-...
perdona
E: -queriendo acabar de nuevo aquel momento se lanzó a los labios de Sonia con una pasión
desmesurada.
Solo con cuatro letras su mundo paraba en un suspiro, un nombre que al oírlo a ella le sonaba a un
suspiro, Maca... ¿Cuántas veces le había ocurrido ya? Lo que menos quería es que Sonia se
enterase de ello, eso sí que no podría soportarlo.
Cenaban intentando coger de nuevo el buen humor, aquel que Esther le costaba horrores mientras
estuviera Maca cerca de ella.
Mientras cenaba comenzó a imaginarse en vidas distintas junto a ella, en situaciones normales donde
poder conocerla, y por qué no, enamorarse de ella, como sabía que ya estaba haciendo. Lo
admitía, pero para ella misma, en apenas unos días se había enamorado de ella, ¿Qué tenía en
esos ojos que la volvían loca? Y esos labios que le daban la vida y echaba tanto de menos
E:... -se levantaba plato en mano- ¿Queréis postre?... -sus ojos fueron directos a los de Maca, quien la
miró en otro instante de la misma manera, ninguna quería apartarla pero Esther sabía que
Sonia miraba y tenía que acabar aquello.
Sonia: Yo lo mismo
E: Yo los preparo
M: Gracias
Esther se fue hacía la cocina, necesitaba estar sola unos instantes, había estado aparentemente normal
durante la cena, pero ya no podía más, no aguantaba más.
Paró unos instantes apoyada sobre el mueble de la cocina, con rabia cerraba los puños maldiciendo el
día que conoció a Maca, maldiciendo lo odiosamente preciosa que la veía. Se odiaba a si misma
por sentir aquello, intentaba a toda costa evitarlo, se había propuesto hacerlo, pero le era más
difícil de lo que en un principio pensó.
Finalmente llegaron esas lágrimas amargas de la culpa sentida, necesitaba huir de allí, salir corriendo
como otras tantas veces hacía, pero no sabiendo que al volver estaría ella, de nuevo aquí.
En el salón Sonia y Maca esperaban a Esther con esos cafés, en un principio ninguna hablaba y ambas se
sentían incomodas, así que Sonia haciendo uso de su desparpajo quiso hacer que eso acabara.
M: A ver si después de todo busco trabajo porque esto de estar sin hacer nada no va conmigo
M: Soy pediatra
M y S: Jajajaja
M: En Jerez trabajaba en una clínica, pero luego llegó Arturo, pasó lo que pasó y aquí no quiere que
trabaje, pero yo no puedo estar así, me desespero
Sonia: Lo entiendo
E: ¡Marchando tres cafés!... -entraba con una risa forzada para ella y agradecida para quien se
encontraba en aquel salón-... a ver... solo y una cucharada de azúcar para la señora de la casa...
-le dejaba la taza ha Maca pasando por detrás de ella.
E: A sus ordenes señora... -ponía voz de sirvienta cómica-... y para la princesa de la mansión... -de la
misma manera se acercaba a Sonia pero acercándose a su oído-... cortado con dos de azúcar...
Sonia: Gracias
Maca había observado cada movimiento de Esther, la vio salir de una manera totalmente distinta de allí
haciéndola sentir triste, pero en cambio ahora ahí estaba sonriente como la había visto desde
que llegó a esa casa, comprendiendo todo lo que antes le había contado Arturo, realmente no
mentía, es la vida de esa casa y pequeña familia.
Sonia: Un poquito solo... -se acercó y le dio un beso en la mejilla del que Maca no perdió detalle-...
¡sabes que!... -decía recordando lo hablado minutos antes con Maca.
M: Lo sé... no me pega... -agachó la mirada centrándola en el café con una sonrisa tímida.
S y M: Jajajajaj
M: Tú padre me dijo que no quería que trabajase, pero yo no sé estar sin hacer nada
E: Tú ni caso ¡eh!
E: Yo las prácticas ya las tengo concretadas en uno, si quieres puedo ver si...
M: ¿En cuál?
E: En el Hospital Central
E: ¡Claro! ¡Vas a estar aquí sin hacer nada porque él lo diga! ¡Vamos hombre!
Todas: Jajaja
Llegaron hasta la feria, Sonia y Maca eran como niñas, mientras ellas se montaban en las atracciones
Esther las esperaba abajo con los bolsos y más de una vez con los zapatos por si volaban a la vez
que ellas y no los volvían a ver más.
Tras más de una hora, para Esther interminable por un lado, pero agradable por otro, decidieron ir a
comer a un restaurante chino que algunos calificaban, como el mejor de Madrid.
E: Perdone...
Chica: ¿Sí?
M y S: Jajajaja
E: Vamos...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
La camarera las acompañó hasta una de las mesas a sus vistas, mejores de allí, llegaron y una mesa
rectangular con tres cojines, uno a cada lado les daba opción a sentarse en ellos.
Una tenue luz, pero a la vez suficiente, ambientaba el lugar, una música oriental relajante hacía querer
estar lo más tranquilas posibles y la decoración haciendo que aquel lugar pareciese aislado del
resto por unas mamparas de tela con símbolos y letras chinas.
M: ¿Sola?
E: Sí... cuando necesitas estar sola, y relajarte... y por qué no comer bien, este es el mejor sitio
Sonia:... -la miró sin comprender el por qué de aquello, si creía conocerla, en esos momentos se daba
cuenta de que realmente estaba equivocada.
E: Sí gracias, Lou
Sonia: Ya veo ya, parece que te hallas pasado aquí media vida
E: No me montes un número por esto... -levantó la vista de la carta para mirarla a los ojos-... por favor
E: Pues vacas no tienen... -la miró por encima de la carta esbozando una sonrisa-... mira pídete esto... -se
inclinó por encima de la mesa para señalarle en el menú-... seguro que te gusta... -los ojos de
Maca irremediablemente habían ido a parar al escote de Esther, por el lugar en el que se había
puesto esta para indicarle.
Esther no se dio cuenta hasta que vio que esta no le hacía el menor caso a lo que le decía, llevó su vista
hasta donde Maca lo hacía y vio donde era, la volvió a mirar a los ojos y esta la imitó mostrando
su rostro ruborizado volviendo a mirar a la carta.
E: ¿Has visto?
M: ¿El qué? -preguntaba nerviosa- la carta si... -volvía a poner el dedo en la carta- ah sí... sí... vale
E:... -volvió a su sitio y miró un segundo a Sonia que seguía enfrascada en su elección sin haberse
percatado de nada y regresó a Maca quien la miraba de nuevo, así que solo pudo sonreír por
haberse visto en tal situación- ¿te gusta?
M: ¿Eh?
M: Sí... sí...
E: ¿Y tú cielo?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Está bien
Al principio la tensión reinó en aquella comida, el humor de Sonia cambió repentinamente y Esther lejos
de comprenderlo se inclinó por darle conversación a Maca, en un rato parecía que la cosa iba
mejorando y las tres disfrutaban de lo lindo.
Esther recordó por un instante la mirada de Maca en su escote, sonrió de nuevo, la verdad que no le
había molestado nada, más bien al contrario, la hacía sentirse deseada y eso es lo que había
visto en esa mirada, deseo, aun sabiendo que no podía pasar nada entre ellas, el saber eso, la
hacía sentirse menos sucia.
Lou: Dígame
E: Ya veréis ¡Sí salís bien de aquí habiendo bebido esto, es que sois fuertes! Jaja
Sonia: No
E: Me alegro... -terminó de acercarse para darle un cálido beso en los labios- mmm sabes a soja jajaja
Sonia: ¡Idiota! -le lanzó uno de los cojines que había por allí.
E: ¡Guapa!
M: ¡Calla! ¡Calla!
Maca miró a Esther un tanto sorprendida por aquella broma más que clara pero que hizo removerse algo
en su interior, esta la miró más calmada, sabía de sobra las bromas de Sonia y que a algunas
personas sin conocerla realmente les podía impactar, le negó con la cabeza mientras sonreía
para que no se pusiera nerviosa.
Sonia: Perdona cariño... tienes razón... que va a ser tu madrastra y no sería lo más cordial jajajaja
Ahí sí, ahí sí dio en la diana, esa vez era Esther quien bajaba la mirada con los ojos fijos en nada,
volviendo al que era, el foso de su vida, enamorada de una mujer con la que tienes que convivir
y es algo imposible.
Fue hasta el servicio y se encerró en uno de ellos, era cierto que tenía el estómago revuelto, pero para
nada a causa de la comida, se le estaba escapando de las manos la situación, estaba teniendo
momentos de debilidad y Maca tampoco la estaba ayudando y eso era otro asunto que
empezaba a intrigarle demasiado.
¿Porque? En ocasiones su mirada le insinuaba cosas y no eran ni mucho menos imaginaciones suyas,
eran claras, ¿y la mirada en la mesa? Le estaba mirando el escote y se ruborizó por ello, la
trastornaba por momentos y eso se lo ponía más difícil.
Sonia: No lo sé... y eso es lo que no me cuadra, ella siempre me lo ha contado todo, pero...
Sonia: Se cierra en banda, tiene que estar realmente preocupada... yo creo que es por alguien
Sonia: Sí... no me ha dicho nada ya te digo... pero lo sé... y nunca antes había estado así por nadie
Sonia: Tranquila... si ya eres casi de la familia ¿no? Jeje es... nos conocemos de siempre... siempre hemos
sido como hermanas... su madre murió cuando ella era aun pequeña y su padre viajaba
mucho... así que casi vivía en mi casa... y claro siendo tan pequeñas se forma un lazo como el
que nosotras tenemos
M: Comprendo
Sonia: La cosa es que hace unos años empezamos a tontear en broma y nos besamos, no le dimos más
importancia... y de vez en cuando ocurría pero no íbamos más allá y tampoco lo hablábamos...
M: ¿Hasta?
Sonia: ¿Hace poco verdad?... la cosa es que no tenemos nada serio, ella no me quiere... yo eso lo tengo
claro
M: ¿Y tú a ella?
Sonia: Eso es lo de menos... yo no le pido nada y ella lo sabe... me basta con estar con ella de la manera
en la que lo estamos
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Sonia: Lo sé... y cada día me levanto con ese miedo... temo que me diga que se ha enamorado de
alguien... y creo saber que ya lo está
M: Creo que deberías hablar con ella Sonia, si es tal como tú me lo cuentas, la única que sufre con esto
eres tú
Sonia: Sí... -mostró una sonrisa triste-... pero no me lo dirá para no hacerme daño, la conozco
demasiado... -Maca la rodeó con su brazo para transmitirle confianza-... gracias Maca
M: ¿Por qué?
M: Eso no se agradece
Sonia: Sí... no había hablado con nadie de esto... y la verdad es que me hacía falta para admitírmelo
Siguieron un rato en silencio, cada una pensando en lo que aquella conversación había conllevado.
Maca por su parte pensaba una y otra vez que se quitara eso de la cabeza, ¿cómo iba a estar Esther
enamorada de ella? Era imposible, apenas se conocían, pero, la había besado y cuando le
preguntó su respuesta fue de todo menos clara.
Sonia sintió que podía confiar en Maca, lejos de sorprenderse por lo que le había relatado le ofreció su
consejo y le transmitió seguridad, pensó en que tendría una buena amiga en ella, a quien
contarle esas cosas que no podía decirle a nadie y que de vez en cuando la asfixiaban.
M: No tranquila
Tres rondas de ese licor fue suficiente para que como en una sesión de interrogatorios se tratase cada
una contase algunas de sus intimidades a los cuatro vientos, reían, lloraban por ello, pero por
seguramente motivos del alcohol, no se paraban a pesar en que lo que pudiesen decir en aquel
momento pudiese repercutir en algún momento.
Sonia: Jajaja pues no sé yo ¡eh!... ¡oye Maca! ¿Tú has besado a una mujer alguna vez?
Sonia: No si... yo soy de las que piensan que todo el mundo es bisexual hasta que habiendo probado
ambas cosas elige...
Sonia: Ah ¡no! Por que a ti mucho los tíos pero luego mira... ya no los quieres ver ni en pintura
E: Yo creo que también... -nada más decirlo se bebió de un golpe su copa de licor.
Sonia: ¿Cómo?
M: Lo que he dicho
M: Eso... es una historia muy larga... -miró un segundo a Esther y bajó la mirada.
Lou: ¿Sí?
E: Gracias
Tras unos minutos que las tres chicas permanecieron en silencio, un silencio incomodo en el que Maca se
arrepentía de haber dicho aquello, y mucho más delante de Esther, que seguramente le
preguntaría algo en alguna ocasión.
M: ¡Claro!
Sonia: Ni hablar
E: Pues no hables... toma Lou... -le entraba la bandeja con la cuenta y su tarjeta encima.
Iban por la calle paseando de la misma manera, Esther con sus manos en los bolsillos de pantalón miraba
al suelo pensando en lo que dijo en la comida, realmente nunca creía haber sentido nada por
nadie como lo que nacía en ella por Maca, la miraba de vez en cuando y deseaba besarla, desde
que lo hizo tenía esa idea en la cabeza, necesitaba volver a sentir aquellos labios junto a los de
ella, pero el sabor amargo era mayor que la necesidad.
Llegaron al coche y nada más montar Sonia recordó que tenía que llamar a su madre y viendo que había
una cabina justamente en la misma acera de donde Esther había aparcado el coche fue en un
instante dejando sola a ambas, Maca sentada detrás miraba por la ventanilla, esta la veía por el
retrovisor y no podía evitar observarla en silencio.
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De repente como si algo la llamase miró por el mismo espejo encontrándose la mirada de Esther, no
quiso apartarla y ella tampoco parecía hacerlo, se miraban queriendo encontrar un por qué a lo
que estaba sucediendo, parecía una lucha de supervivencia, ninguna desistía en aquella mirada,
pero lo que no sabía la pediatra que lo que conseguía con aquello era provocar más a una
Esther que no le hacía mucha falta que la empujasen.
Sonia: Ya
E: ¿Qué se cuenta? -una vez entró Sonia tuvo que romper aquel hilo y centrarse en ella.
Sonia: Han venido mis primos del pueblo y se quedan a dormir así que...
E: No me enfado -miraba por la ventanilla mirando que no viniese ningún coche para poder salir de allí.
Despacio por el tráfico de las fechas sorteaban semáforos y calles llenas de gente, Esther maldiciendo en
voz baja por lo poco que le gustaba ir en coche por la ciudad, Sonia empezando a enfadarse por
la actitud de su chica, que de un tiempo atrás no comprendía y Maca mirando por el cristal
absorta de un mundo intentando arreglar el suyo.
E: Vale
E: Hasta luego
Sonia: Hasta luego... Maca pásate delante no vayas sola ahí atrás
M: Sí... -sin ningún tipo de entusiasmo salió del coche para darle dos besos a Sonia y montarse en el
lugar del copiloto junto a Esther.
M: Hasta luego
Sonia: Adiós -se despedía para luego cruzar la carretera y dirigirse a su casa.
E: Pues veámonos
De nuevo hacía la casa, Esther conducía algo tensa por la situación, no sabía cómo entablar conversación
con Maca y esta no daba señales de querer hacerlo, optó por el silencio gratuito.
Cuando por fin salieron del centro, Esther más relajada puso algo de música, comenzó a tararear la
canción que escuchaban y Maca la miraba de reojo sonriendo.
E: Eh... perdona... -bajaba la música del coche-... es que cuando conduzco intento evadirme así, si no...
acabaría de los nervios
Definitivamente esa mirada la volvía loca, esa sonrisa movía el suelo a sus pies, su voz le devolvía al
mundo de los vivos y esos labios eran el lujo de un pecado que quería poseer para siempre.
Llegaron a la casa después de un rato en el coche, Maca fue a llamar a Arturo ya que llevaba bastantes
horas sin saber de él, mientras Esther para no tener que pasar de nuevo por aquello,
pudiéndolo evitar se fue a su habitación a ponerse más cómoda.
Cuando supuso que Maca ya habría colgado quiso bajar hasta el salón, al pasar por el pasillo escuchó
ruidos en la habitación de matrimonio y quiso saber si Maca querría cenar algo o no, la puerta
estaba abierta y se acercó hasta ella.
E: Maca vas a querer... -se paró en seco en la puerta pues la pediatra estaba en ropa interior para al igual
que ella ponerse algo más cómodo- ¡perdón!... -se daba la vuelta rápido- no... no sabía que...
M: Tranquila Esther... no tengo nada que tú no tengas... además ya lo tienes visto así que... -se colocaba
la camiseta y cogía un pantalón de deporte.
E: No... sí...
M: ¿Tú lo harás?
E: Eh... sí... sí claro, por eso te lo decía... iba a prepararme algo, y...
M: Vale... ceno contigo... -se acercaba hasta ella-... pero con una condición
E: -tragaba saliva y comenzaba a ponerse nerviosa de nuevo por tenerla tan cerca-... Cual
M: Que me dejes ayudarte... -lo dijo muy cerca de su oído y salió de allí sonriendo, no había pensando
en lo que había hecho, pero notó como le gustaba poner nerviosa a Esther, porque claramente
lo conseguía- ¿Vamos?... -preguntaba desde la escalera.
E: Sí... claro
Ya en la cocina, Esther comenzaba a hacer unas lonchas de jamón york a la plancha, tenía algo de
hambre pero no como para cenar fuerte, así que prefirió algo ligero, Maca preparaba la
ensalada y no podía dejar de tener la tentación de mirarla.
E: ¿Tú a dieta? -cogía el queso que le daba Maca- ¿Estás de broma no?
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M: Para nada... -seguía con su lechuga entre las manos-... pero fue hace tiempo
E: Pues no te puedes quejar... -la miró un segundo fijamente y cuando notó que ella también lo hacía
volvió su vista a la plancha.
E: ¿Ocio?... digamos que algunas personas... ¿tú qué haces cuando quieres evadirte de todo y no
pensar?
E: ¿Montar a caballo?
M: Sí... me encanta... es algo que hago desde niña... y me puedo pasar horas montada en el mío...
¿correr es como te evades tú?
E: Sí... -asentía a la vez con la cabeza-... lo necesito... hay mañanas que por lo que sea me levanto...
digámoslo... rallada... y necesito correr para sacar todo por algún sitio
Maca al ver la reacción de Esther no quiso seguir hablando de aquello e intentó que la conversación
fuera algo más amena.
Cuando terminaron de preparar la cena, colocaron todo en una bandeja que más tarde se colocó Esther
en las piernas para cenar ambas de ella.
Estaban en el sofá viendo la televisión, estaban viendo el típico programa homenajeando a algún
cantante famoso por esas fechas, viendo que parecía interminable decidieron poner una
película.
E: Abre ese armario de ahí... -decía desde el sofá a una Maca que se había levantado a elegirla-... ¡esas
son las mías! ¡Mías! –sonrió orgullosa.
E: Por mí...
Dicho y hecho, Maca sacó la cinta de su caja y tras ponerla en el video llegó con el mando ofreciéndoselo
a Esther, esta avanzó la cinta quitando los anuncios pertinentes y la pediatra comenzó a
acomodarse.
Al principio las dos callaban pero conforme avanza cada una iba haciendo sus comentarios sobre ella.
M: Porque sí... no te puedes fiar de los hombres, y menos cuando te ofrecen cosas así como así, y
dándoselas de dandi
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E: Mujer, el muchacho quiere ser amable... -se reía por cómo se comportaba la pediatra.
Esther con los brazos cruzados en su pecho y acomodada en el sofá no prestaba atención a la película,
pues le hacía gracia la suma atención que prestaba Maca con la cinta, le gustaba ver cada
reacción y como esta hablaba sola haciéndola reír, le encantaba su forma de ser y cada vez tenía
más claro que aquello iba a terminar de una forma nada agradable, pues sus impulsos cada vez
eran más grandes.
E: Espérate y lo verás
M: ¡Mala!
E: No sabes cuanto
Eran cosas que Esther no comprendía, como en unos momentos no podía tenerla cerca por esa
sensación de ahogo y en otros como ese, pararía el tiempo para estarlo siempre a su lado, eran
esas pequeñas cosas que Maca hacía.
En aquel momento estaba realmente a gusto con ella, hablaban como si tal cosa, como dos amigas, pero
eso era algo que estaba muy lejos de la realidad.
E: Te lo advertí
E: Porque la tengo muy vista... -y por qué no le estaba prestando atención a la película.
M: ¿El qué?
E: El padre... primero le hace daño a la amiga, cuando estaban en lo de las visitas... y mira luego... la
pobre chica antepone la libertad de su amiga y se come ella el marrón
M: Sí... yo también... pero no sabes lo que harías hasta que te encuentres en esa situación
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E: Pero eso es como todo... la razón humana hasta que no se encuentra con los dos caminos no piensa
realmente cual cogerá, mientras tanto son todo suposiciones
E: Sí...
E: De verdad Maca... no importa... -se levantó del sofá y se fue a la cocina para llevar la bandeja de la
cena.
Maca tenía la necesidad de contarle la verdad a Esther, no sabía la razón, pero era algo que en un
principio no quería contar, pero conforme pasaban los días sentía que quería ser sincera con
ella.
Sentada en el sofá se mordía las uñas un tanto nerviosa, quería conseguir ver la forma de hablar con ella,
sin llegar a imponérselo.
E: Te vas a quedar sin dedo... -se quitaba la mano de la boca pero aun seguía sin mirarla-... ¿Sabes lo que
me apetece?
M: ¿El qué?
E: Fumar maría
E: Jajaja que va... alguna vez en la universidad pero... que va... ya no recuerdo ni la última vez que lo
hice... creo que tengo algo de lo que me regalo Juan Fran en noche vieja... -sin esperar una
posible contestación salió dirección a su cuarto, de donde volvía tras un par de minutos- sí...
-sonreía mostrando una cajita pequeña- ¿quieres?... -se sentaba junto a ella en el sofá.
E: Que va... a mí siempre me los han dado ya hecho, pero un gran amigo me regalo esto... -mostraba una
caja más grande-... solo hay que meter el tabaco y esta vez también lo otro sí te lo prensa como
un cigarro... -y tras un par de movimientos y con Maca atenta a lo que estaba haciendo-...
¡tachan!... ¡listo!
E: Lo sé... -ladeaba la cabeza para mirarla mientras seguía con ella agachada terminándolo-... ¿quieres?...
yo sí... -lo encendía tranquilamente y recogía sus piernas en el sofá mientras miraba a la
pediatra-... no pienses que soy una fumeta ¡eh!
E: Vale... -metía otra calada- la verdad que uno de vez en cuando no sienta mal
No sabía por qué había dicho eso, no sabía cuando salió esa frase de sus labios, pero ciertamente la dijo,
y tanto como lo había dicho, la seguía mirando fijamente, sin poder evitarlo, un terremoto de
miedos y ansias recorría su estomago.
Maca se quedó de piedra con aquel comentario, y ya no por él en sí, sino por la forma de Esther al
decirlo, era bastante insinuante, y lejos de hacerla sentir mal, sintió que ella podría seguirle el
juego.
M: Esperemos que no... que luego te me arrepientes... -puso el cigarro en sus labios y dio una gran
calada, relajó su cabeza y la apoyó en el sofá dejando su cuello al descubierto de unos ojos que
comenzaban a devorarla-... sí está bueno sí
Parecía una guerra para ver quien aguantaba más, las dos sabían cómo atacar a la otra, y lo único que
estaban consiguiendo era poner más cardiacos sus corazones. Maca aunque nerviosa, lo
disimulaba bastante bien, Esther por el contrario estaba más relajada que en otras ocasiones.
E: De eso se trata
M: ¿No lo habrás hecho con segundas intenciones? -se acercó un poco a ella.
Unos centímetros y llegaba a ella, unos centímetros la acercaban de nuevo a cometer otra vez aquel
error, pero esa vez no le importaba, veía como tímidamente la pediatra se humedecía los labios,
un suspiro y la besaría, pero solo una cosa podía interrumpir aquello.
E:... -la miró un segundo y se levantó cerrando los ojos de la rabia por pensar en lo que hubiese ocurrido
si no las hubiesen interrumpido- ¿Sí?... hola papá... -contestó abatida- no... es que estoy algo
pachucha... -miró a Maca quien se cubría la cara con sus manos-... sí hemos ido con Sonia a la
feria y a comer... sí... está bien sí... espera que te la paso... Maca... -la llamó con un hilo de voz
sin atreverse a mirarla-... es mi padre... -le dejó el teléfono apoyado en la mesa y se fue hasta su
habitación.
M: Hola...
Acostada en su cama dando la espalda a la puerta miraba por la ventana, unas irremediables lágrimas
salían por sus ojos, ¿Por qué no podía controlarse?, era algo que la frustraba, había estado a un
segundo de volver a meter la pata, pero con la diferencia de que Maca lo hacía con la misma
culpa que ella y eso le dolía más, pensar que quería pero no podía.
Abrazada a la almohada pasaban las horas pensando en lo mismo, Maca, no se la podía sacar de la
cabeza, pensó en que Sonia no la había llamado, era mejor, pues no tenía humor para hablar
con nadie, y solo quería que se hiciese de día para salir a correr.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sumida en sus pensamientos, dejando aflorar el dolor, llorando y aforrándose a la almohada fue
interrumpida por el ruido de la puerta.
M: Esther...
Esta no decía nada, no podía hablar con ella ahora, era algo que superaba las pocas fuerzas que en un
cuerpo quedaban así que decidió lo más práctico y fácil, hacerse la dormida.
Maca entró despacio y se sentó junto a ella con cuidado de no despertarla, se quedó mirándola un
segundo, ¿Por qué ahora que todo parecía ir bien ocurría eso? Estaba sintiendo por esa chica
algo que pensaba muerto en ella.
M: Si te hubiera conocido en otras circunstancias... -colocó su pelo por detrás de su oreja-... si todo fuera
menos complicado... pero no puedo Esther... -susurraba de una manera que su voz se colaba en
el cuerpo de Esther matándola aun más- hubiéramos tenido algo bonito... -dejó un beso en su
frente y tras taparla salió de allí envuelta en el mismo silencio.
Si había algo que pudiese ahogarla aun más, ahí lo tenía, comenzó a llorar con más furia, se sentó de un
salto en la cama y apretaba los bordes del colchón con tanta fuerza que pensó se quebraría los
dedos.
No podía aguantar aquella sensación, estaba volviéndola loca, se puso el chándal en un arrebato y salió
hecha una furia de su cuarto, del portazo que dio Maca se levantó corriendo de la cama para
salir a ver qué ocurría, cuando salió vio como Esther lloraba mientras bajaba las escaleras casi
corriendo
Pero no obtuvo respuesta, abrió la puerta y la cerró aun más fuerte si cabía que antes, cogió su moto y
aceleró tanto como esta podía, no había cogido ni tan siquiera el casco, subió más allá de las
urbanizaciones adentrándose en la sierra, la carretera estaba muy oscura pero se la sabía de
memoria, como si en un raíl fuera, tomaba cada curva sin aminorar su marchar haciendo que el
frió aire cortase su piel, sentía el dolor, sentía el frío, pero no le importaba, tenía una imagen
clavada en su retina, y unas palabras la torturaban a cada instante, llegó a una zona con un
pequeño mirador, apagó el motor y fue con rabia hasta uno de los bancos comenzando a
pegarle patadas mientras gritaba con todas sus fuerzas.
“Si te hubiera conocido en otras circunstancias” “si todo fuera menos complicado... pero no puedo
Esther” “hubiéramos tenido algo bonito”
Una y otra vez las mismas frases, dolorida por su pie se sentó al borde del mirador contemplando las
estrellas que allí si se veían. Necesitaba gritar, expulsar toda aquella rabia contenida, cogió aire
y comenzó a hacerlo con todas sus fuerzas mientras cerraba también sus puños.
Cogió de nuevo la moto y puso rumbo a Madrid, no iba tan rápido, pero con su rumbo fijo en la mente,
sorteaba los coches y los semáforos atajando por calles sin tráfico.
Se bajó y llamó al timbre, era tarde pero suponía que aun no dormiría.
Voz: ¿Sí?
E: ¿Sonia?
Sonia: ¿Esther?
En cuanto la puerta se abría Esther entraba nerviosa, pero la necesitaba, necesitaba a alguien que la
abrazase, que la protegiese, que supiera que no iba a pedir nada más.
Sonia: Cariño
Esther se abrazó a ella en cuanto la vio, comenzó a llorar en su hombro mientras Sonia le acariciaba el
pelo y la mecía intentado consolarla, pero nada tranquilizaba.
Sonia: Esther, estás temblando... ¿Qué ocurre? -se separaba un poco de ella para mirarla a la cara pero
esta se pegaba más a su pecho impidiéndoselo- me tienes que decir que te está ocurriendo
Esther... sino no podré ayudarte cariño...
E: No me sueltes
E: ¿Puedo?
Llegaron a la casa de Sonia, todos dormían menos su madre que estaba viendo la televisión.
E: Hola Luisa
Sonia: Vamos... -la llevó de la mano hasta su cuarto para coger unos pijamas y se fueron hasta la
habitación de su madre- toma cámbiate... voy a hacerte un vaso de leche caliente, que estás
helada
Sonia fue hasta la cocina y puso leche a calentar, puso el fuego lo suficientemente flojo para poder ir a
hacer una llamada sin que se quemase por el tiempo.
Sonia: Tranquila mamá... -marcó el número y esperó hasta que alguien al otro lado le contestaba-...
Maca
M: ¡Sonia! Que Esther se ha ido corriendo con la moto y aun no ha vuelto... -le decía completamente
preocupada.
Sonia: Lo sé
M:... -Maca no contestaba no quería decir algo que empeorase más la situación-... No
Sonia: Le he dicho que se quede aquí a dormir, mañana cuando esté más tranquila la acompaño yo a
casa
M: Gracias Sonia
Fue hasta la cocina y terminó de preparar la leche para Esther, cogió el vaso entre sus manos.
Cuando llegó Esther se había acostado ya y cubría su cara con ambos brazos, se sentó a su lado y le
acarició el hombro, esta hizo por mirarla y comenzó a llorar de nuevo, se cobijo en su cintura.
E: Lo siento
E: Perdona
E: No puedo
E: Ahora es distinto
Fue lo que le faltaba para saber qué era lo que ella pensaba, Esther estaba así por alguien, y también
creía saberlo, un dolor se clavaba en su pecho.
E: Vale
E: Gracias... -se incorporó para darle un beso en los labios pero Sonia no pudo con eso y colocó la mejilla.
5 de Enero
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Cerrar los ojos, algo que alguien hace cuando duerme, pero ninguna de las tres lo pudo hacer aquella
noche, Maca sentada frente a la chimenea fumaba del paquete que encontró de Esther, sabía
que aquello fue por que escuchó lo que dijo en la habitación, se arrepentía de haberlo hecho,
fue inconscientemente, verla ahí durmiendo, le dio esa tranquilidad que le hacía falta para
mostrar sus sentimientos, pero ahora se daba cuenta de que había dañado a Esther y se
culpaba por ello, quería poder retroceder en el tiempo.
Sonia había estado toda la noche pendiente de Esther sin apenas moverse, estaba bastante preocupada
por ella, siempre había sido una persona bastante fuerte, que no se dejaba vencer por las
situaciones e intentaba poner solución a todo lo que la trastornaba, pero esa vez, ahí estaba,
completamente abatida, sin saber que hacer o que decir.
Sonia: Esther
E: Sí
E: Sí
E: ¿Te quedarás?
E: No
E:... -se había incorporado esperando aquella respuesta pero al escucharla otra vez se recostó-... Sí
justamente eso... -se tapaba la cabeza con la manta.
Unas lágrimas caían por los ojos de Sonia, sabía que estaba en lo cierto, pero no quería demostrarlo
delante de Esther hasta no tener las cosas claras como para poder hablar con ella, si no se
cerraría en banda y no habría nada que hacer.
Sonia: Yo voy a vestirme, así que ¡ya estás tardando! Y no lo repetiré más veces
Comenzó a desvestirse frente a Esther, este asomaba los ojos entre las mantas para mirarla. Se levantó
despacio y llegó hasta ella en silencio para abrazarla por detrás, Sonia cerró los ojos, deseaba
mucho estar con ella, la quería con toda su alma y verla en ese estado le partía el corazón.
Esther comenzaba a besar su cuello mientras posaba las manos en su torso desnudo, estaba perdiendo
la poca sensatez en segundos.
E: Todavía tenemos tiempo... -le dio un pequeño mordisco en el hombro que hizo responder por fin a
Sonia.
Sonia: Eso quisiera saber yo... -salió de allí sin terminar de vestirse y se encerró en el aseo.
Esther se vistió rápidamente y tras despedirse de Luisa se fue de allí sin hablar más con Sonia que aun
seguía en el baño.
Sentada en el borde de la bañera, con las manos en la cara lloraba, todo lo que lo había hecho Esther la
noche anterior, le había costado mucho frenar aquella situación y haciéndolo se hizo ver que
aquello no iba a ninguna parte.
Esther sentía algo por Maca y lo sabía, suponía por lo que estaba pasando, pero no quería estar con ella
sabiendo que pensaba en otra persona, podía soportar que no la quisiese, pues algún día podría
haberlo hecho o no, pero estaría con ella al cien por cien, pero así no, no de ese modo.
Llegaba a su casa y aparcaba la moto en la puerta, entró sin decir una palabra y Maca que estaba con
María en la cocina salió al escuchar aquel ruido, al no ver nada abrió la puerta y vio la moto,
subió las escaleras y llamó a la puerta de Esther.
M: ¿Puedo?
E: Esta también es tu casa ahora ¿no? -estaba de espaldas a ella semidesnuda y frente al armario
buscando algo que ponerse.
M: ¿Y Sonia?
E: En su casa
M: ¿Estás bien?
E: ¿Dormirás mejor si te digo que sí? -fue hasta la cama y puso las prendas encima de ellas echándoles
un vistazo.
E: Yo estoy de puta madre ¿y tú? -la miró por primera vez en todo ese tiempo y no pudo seguir con aquel
papel de fuerte ignorando todo- perdona... -se sentó en la cama de nuevo dándole la espalda.
M: ¿Vas a salir?
E: No lo sé
M: Cuando lo sepas me lo dices para que María haga más o menos comida... -salió de allí sin decir nada
más.
E: ¡Joder!
Andaba por la habitación, pensando en que hacer, estar con ella cerca era todo lo que quería, pero a la
vez era algo que estaba mal, “iba a casarse con su padre” no podía hacer algo así, “pero... no se
la ve enamorada... ¿o sí?... ¿Por qué se casa entonces?... eso da igual Esther... pero es que no
puedo tenerla cerca... y si hablo con ella... a lo mejor se complica la cosa... y si ataco y veo que
pasa... ¡Esther! ¡Tu padre!...” se vistió de nuevo y salió de allí directa a la cocina, le dijo a María
que por favor también le preparase comida a ella y se fue al salón a ordenar unos papeles de la
facultad.
Estaba en el suelo rodeada de folios, con la música puesta, intentando evadirse de aquel tema que la
absorbía desde hacía días. No pudo hacerlo mucho tiempo pues Maca entraba y sin decir nada
se sentaba en el sofá y se quedaba mirándola.
M: No
E: ¿Entonces?
M: ¿Entonces qué?
E: ¿Cómo?
M: No sé... lo mismo eres la persona más encantadora que conozco, que te vuelves la más desagradable,
eres toda dulzura o te pones arisca
M: Usa las ironías con otra... -se levantaba del sofá para dirigirse hasta la puerta.
E: ¡Espera! -se levantó y se acercó hasta ella- ¿te voy a preguntar una cosa? ¿estás enamorada de mi
padre?
La pediatra enmudeció, no se esperaba para nada aquella pregunta, si decía la verdad tendría que dar
explicaciones y si mentía, seguramente no habría marcha atrás.
Esther no contestó, cogió su cara entre sus manos y se abalanzó sobre sus labios, parecía que Maca no
contestaba a él, pero tras unos segundos entreabría sus labios correspondiendo a ese beso, sus
lenguas comenzaron a entrelazarse con efusividad, las manos de Maca fueron hacía la espalda
de Esther.
Todo parecía pasar demasiado deprisa, Maca abrió los ojos y vio como estaba besando a Esther, paró en
seco y se separó de ella.
M: -no hubieron palabras, una de sus manos fueron a parar a la cara de Esther-
Salió de allí directa a la puerta, la abrió y salió a la calle, cerró los ojos y pensó en lo que acababa de
hacer.
Esther se quedó paralizada tras esa bofetada por parte de la pediatra, posaba su mano en su mejilla,
sonrió al recordar cómo había correspondido a aquel beso.
Decidió ir a darse una ducha, deseaba besarla tanto como ella, pero no debió hacerlo, se jugaba
demasiado, había conseguido tener las ideas claras y sufrió mucho por ello, no podía permitirse
tirarlo todo por la borda ahora.
Sonia no llamó a Esther ese día, Maca tras ducharse se había metido en su habitación y no salió en
ningún momento, Esther tras decirle a María que dejase la comida en la cocina salió al jardín
envuelta en una manta, y sentada mirando al cielo comenzó a nevar.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
En la oscuridad de la noche se distinguían los cientos de copos que caían del cielo, recordó algo que su
madre le decía cuando era pequeña, “cuando nieva la noche de reyes es que todos los niños se
han portado bien y los reyes magos os han regalado la nieve para que juguéis”
6 de Enero
El sol amanecía y se encontraba con Esther en el mismo lugar, abrazada a su manta y admirando la
manta blanca que cubría todo, miraba hacia las montañas, estaban realmente preciosas.
Se balanceaba en aquel sillón cuando la puerta del porche se abría cruzando Maca por ella.
M: Buenos días
M: ¿Ha nevado?
E: Toda la noche
M: No
M: La respuesta a tu pregunta
E: ¿Mi pregunta?
Esther conocía de sobra aquella respuesta, pero oírsela decir incrementaban las dudas y preguntas en su
cabeza, se quedó mirándola intentado buscar el valor para preguntarle.
E: ¿Y por qué?
M:... -suspiró y entrelazó sus dedos jugando con ellos nerviosa-... Es un poco complicado... de explicar
E: Inténtalo
M: Mi... mi padre está enfermo... bastante enfermo y... hace un tiempo yo salía con una compañera de la
clínica donde trabajaba... -la cara de Esther era toda sorpresa- lo sé... -sonrió al mirarla-... no era
nada serio, pero... la cosa es que mi padre nos vio... yo no sé si de la impresión como dice mi
madre o... no sé... la cosa es que le dio un infarto y desde entonces... no levanta cabeza... mis
padres son muy tradicionales y para colmo soy hija única...
M: Tu padre comenzó a hacer negocios con el mío hace años, si no recuerdo mal, hace unos seis yo lo
conocía de vista, y hace un año, en una fiesta comenzamos a hablar y nos llevamos bien, me
invitó a salir y mi padre me decía que era buen hombre, que le diera una oportunidad, y nada...
comenzamos a salir, el venía más a menudo y parecía que cada vez íbamos más en serio... mi
padre parecía que cada día estaba mejor, cuando Arturo venía parecía otro y un día... tu padre
me propuso matrimonio, parece ser que primero le pidió permiso a mi padre... y una cosa llevó
a la otra y acepté
E: A ver si lo entiendo... -se pasaba las manos por la cara-... te vas a casar con mi padre por no disgustar
al tuyo
M: Algo así... yo a tu padre le tengo mucho cariño, se ha portado genial conmigo e intento hacerle feliz
Esther se levantó y comenzó a andar por aquel porche, no se podía creer todo lo que estaba escuchando
de los labios de Maca, esta la miraba esperando una reacción que no llegaba.
M: Esther...
E: Espera... -se dio la vuelta dándole la espalda-... tengo que asimilar esto
E:... -se giró mirándola seria- ¿Pero cómo te vas a casar con un hombre al que no quieres?
E: ¿Él lo sabe?
M: Supongo que sabrá que no estoy enamorada de él, aunque yo creo que él tampoco lo está de mí, así
que...
Se sentó en los peldaños de la escalera, si su vida parecía un caos, ahora con eso comenzaría a serlo más,
aunque no quisiera ahora tenía en la mente algo inevitable, “Maca no está enamorada”, pero
que estuviera con su padre era la gran muralla de fuego.
M: Porque lo necesitaba... -se levantó y se sentó a su lado-... sé que algo está ocurriendo entre nosotras
y... -suspiró profundamente-... y si algo tiene que pasar quiero que sepas la verdad
E:... -giró su rostro y la miró a los ojos- Yo... te escuché ayer cuando entraste a mi habitación
E: Sí... lo estoy pasando realmente mal Maca... -la pediatra la miraba fijamente- yo... me estoy
enamorando de ti
Su voz temblaba pero no podía evitar decirlo, eran demasiadas cosas las que estaba intentando aclarar
en su cabeza y necesitaba liberar algunas y haciendo justicia a su manera de ser no quiso
esconderse.
E: Yo soy una persona de ideas claras, me gusta decir las cosas y que sean sinceros conmigo como yo lo
soy con la gente, pero esto me supera... me estoy ahogando... esta casa me está ahogando y...
es mi padre ¡joder! -se tapaba la cara con sus manos.
M: Yo...
E: ¡No digas nada! por favor... dejémoslo así... -se levantó ante la mirada de Maca-... voy a desayunar
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Ahora voy yo
Cruzó los brazos en su cuerpo y se quedó observando aquel paisaje, podría haber pensado mil y una
reacciones por parte de ella, pero nunca una con tanta sinceridad, le gustaba la gente así, que
ante todo dice la verdad y las cosas a la cara sin esconderse.
Esther en la cocina temblaba todo lo que no lo había hecho antes, se prepara un café para sentarse
después en el sofá y pensar en todo lo ocurrido, mientras lo hacía escuchó la puerta de la casa,
al intentar escuchar algo y no oír nada supuso que Maca se había marchado, lo comprendía,
estar juntas era una situación demasiado tensa para ambas.
El teléfono sonaba pero Esther ni tan siquiera pensó en cogerlo, seguía en el sofá con la taza entre sus
manos con la mirada fija en una foto de su padre con ella cuando era pequeña en la playa.
Tras unos segundos el teléfono de nuevo comenzaba a sonar, pero de la misma manera lo ignoró, hasta
una tercera vez la hizo levantarse malhumorada hasta él.
E: ¿Sí?
Voz: ¿Esther?
E: Sí ¿Quién es?
E: Hola Ana
Ana: Pues nada que estaba aquí aburrida y he pensado en Maca... ¿está por ahí?
E: Pues he oído la puerta hace un segundo creo que ha salido, si te esperas miro si está en el jardín
Ana: Sí claro
E: Un segundo
Iba despacio cruzando la casa, llegó hasta la puerta y salió fuera, hacía un frió horrible, intentó divisarla
desde la puerta pero no pudo, salió unos pasos y la vio al fondo, sentada al lado de un árbol.
E: Está bien
M: Gracias
E: Tranquila
La miró unos instantes más y se dio la vuelta dudando para volver hasta la casa algo triste por como la
había visto.
E: Ana
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ana: Dime
E: Está fuera
E: Nada mujer
Ana: Chao
E: Hasta luego
Colgó y se fue hasta la ventana, la abrió y se apoyó en ella, miraba como desde allí se podía ver el centro
de la ciudad, deseó estar lejos de allí, poder chasquear sus dedos y desaparecer, dejar de sufrir
y olvidar aquel dolor que la estaba matando poco a poco.
Cerró los ojos cansada, de todo y de nada, intentaba escuchar el silencio, intentar creer que no había
nadie más en el mundo, o que ella no estaba en él.
De pronto una sensación que la hizo caer de la nada, abrió los ojos en menos de un segundo mientras su
corazón intentaba responder y seguir latiendo, sintió unos brazos rodearla y un aliento en su
cuello, percibía su olor y cerró de nuevo los ojos deseando que fuera un sueño.
La abrazó rodeándola por completo, escondió su rostro en el cuello de Esther, haciendo que esta pensara
que se iba a desmayar en cualquier instante.
Esther cogió las manos de la pediatra y las agarró fuerte intentado que aquel abrazo nunca se rompiese,
inclinó su cabeza hacia atrás y respiró tan hondo que hizo que los dos cuerpos se moviesen a la
vez.
Mil sensaciones corrían por el cuerpo de Maca, desde hacía días no dejaba de pensar en ella, de una
manera diferente, le atraía demasiado, imaginó que como ella intentaba quitarse esa idea de la
cabeza, pero conforme pasaba momentos juntas todo incrementaba, sentía que quería
protegerla, cuidarla y amarla como nadie lo había hecho hasta entonces, pero cuando habló
con Sonia en el restaurante algo la hizo querer poner todo su empeño en quitar esa absurda
idea de su mente.
Pero junto a ella todo cambiaba, la razón se esfumaba, la consideración no existía, solo había lugar para
ellas dos.
E: Sería mejor que llamaras a Ana... -quiso romper aquel momento pues sabía que después le dolería
demasiado.
M: Lo sé
M:... -giró su cuerpo y la dejó frente a si-... Pídeme lo que quieras Esther
Esther levantó la vista y vio una mirada nunca antes vista en esos ojos, la miraban con necesidad,
temblaban por ella, le gritaban atención.
M:... -ponía la mano en su barbilla para que la mirase-... Imaginemos que nada lo impide...
Se acercaba a ella lentamente mientras Esther dudaba por segundos, necesitaba lo mismo que ella.
Maca comenzó a besarla despacio, mientras aun tenía la mano puesta en su barbilla y Esther cerraba los
ojos dejándose llevar.
Dejó marchar sus miedos y la rodeó con sus brazos profundizando a la vez en aquel beso, sus lenguas de
nuevo volvían a encontrarse, los labios ardían en la piel de la otra, las respiraciones luchaban
por salir, las manos volaban libres sin obstáculo alguno.
Esther comenzó a llevarla hasta el sofá, tropezaban por el camino, pero no querían separarse para nada,
cuando por fin llegaron hasta donde querían Esther la recostó despacio en el colocándose
encima, parecían no poder dejar de besarse, Esther llevó su mano hasta el muslo de la pediatra
comenzando a acariciarlo, esta al notar aquel contacto rodeó con la pierna a Esther uniéndola
más a ella.
Comenzó a besar su cuello, Maca echaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos, Esther saboreaba aquel
lugar que tantas veces había imaginado tener para ella, la respiración de la pediatra cada vez
era más intensa.
Cuando hubo terminado de recorrer aquella piel la miró un momento y puso sus manos en la camiseta
de Maca, esta la comprendió a la perfección y levantó su cuerpo lo justo para que le quitara
aquella prenda, bajo ella solo llevaba el sujetador, Esther la miraba con devoción, recorrió aquel
torso haciendo ruborizar a la pediatra que hizo lo mismo con ella sorprendiéndose de que ella
en cambio no llevaba nada debajo.
Instintivamente la mano fue a parar a uno de sus pechos haciendo que Esther cerrase los ojos queriendo
sentir más ese gesto, Maca se incorporó para volver a besarla pues echaba de menos hacerlo a
cada segundo.
M: ¿Qué ocurre?
Se levantó y fue hasta la manta que había colocado momentos antes en una silla y la colocó frente a la
chimenea, volvía hasta el sofá y la llevó de la mano hasta aquel lugar que pensó sería más
cómodo.
Comenzó a descender desde aquel cuello celestial para bajar hasta su pecho, lo besó por encima del
sujetador mientras colocaba las manos debajo de ella para desabrocharlo. Una vez lo hizo la
miró de nuevo, comenzó a besarlos tranquilamente, con una dulzura nunca antes sentida por
Maca.
De repente notó las manos de Esther en el botón de su pantalón, la ayudó incorporando un instante su
cadera y así sacarlo con facilidad.
Las dos despojadas de cualquier prenda que interfiriera en su labor se besaban de nuevo acariciando
aquellos cuerpos libres, notando como con cada caricia se acercaban más a un cielo que las
esperaba con los brazos abiertos, ofreciéndoles una sensación plena de libertad.
E: Todavía estás a tiempo... -la miraba seria mientras con su mano comenzaba a acariciar su abdomen
con sus dedos.
No hizo falta nada más, Esther llevó su mano hasta el sexo de la pediatra mientras seguía mirándola, esta
ante aquel contacto cerró los ojos emitiendo un gemido que a Esther le pareció gloria.
Mientras con su mano acariciaba aquel lugar volvió a los labios de Maca, esta se dejaba besar haciendo
lo posible por seguirla ya que en más de una ocasión tuviera que cesar en ello para poder
respirar.
Esther introdujo sus dedos sin previo aviso al notar como la humedad de Maca incrementaba, y esta
arqueó su cuerpo al sentirla.
E: No... -comenzó a besar su pecho y a descender por él, regalando besos por donde pasaba.
Maca comenzó a excitarse aun más al ver donde se dirigía, Esther besaba su ombligo para dirigirse
después por sus caderas hasta que notó como abría más sus piernas.
Por fin llegó hasta aquel lugar donde Maca la esperaba ansiosa, se regocijaba besándolo y acariciándolo
mientras Maca se retorcía en si misma frente al fuego de la chimenea. Las sombras en la pared
formaban dos cuerpo a la par, contorneándose y regalándose sensaciones, sentimientos y
susurros, un calor hacía no notar el poco frió que cruzaba aquel salón, dos cuerpos sudorosos
se abrazaban bajo una manta contemplando la viveza de un fuego, pensaban, nada tenía que
ver con el que vivía cada una en su interior.
7 de Enero
Las cenizas aun calientes de un fuego terminaban de consumirse tras horas de vida, la nieve en el
exterior aun existente, daba vista de una de las mejores navidades vividas por dos personas en
esa casa.
Se empezaba a remover bajo la manta cuando notó un peso sobre su brazo, abrió los ojos al fin, viendo
algo que no pudo evitar resultarle hermoso, Maca dormía plácidamente apoyada en ella, subió
la manta y vio como la mano de la pediatra reposaba sobre su cadera y sonrió por ello.
Giró su rostro y se quedó observándola, sus labios apenas abiertos dejaban pasar un aire que iba hasta
su cuello y notaba cálido, con la mano libre recogió unos mechones que cubrían su rostro
haciendo que Maca comenzara a moverse.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Para su gozo, la pediatra se acomodaba más aun si cabía en ella, posaba la cabeza en su pecho y la
abrazaba aun más.
M: Haz como que no has visto nada... -cogía la manta y cubría ambos cuerpos por completo.
E: -sonrió ampliamente.
M: Además... fuera hace frío... y yo estoy de lo más a gusto aquí... -comenzaba a acariciar el cuerpo de
Esther provocándola.
E: Maca... -decía intentando tener la voz lo más clara posible-... María estará a punto de llegar y como
nos pille aquí...
E: ¿Es domingo?
E: Pues ya que estás despierta ¡vamos!... -quitaba la manta y se levantaba-... que tengo hambre
M:... -se apoyaba de lado mirándola con la mitad de su cuerpo desnudo-... Mira que eres ¡eh!
E:... -se colocaba la ropa esparcida por el suelo-... Yo voy a desayunar... así que tú veras... -se agachaba
hasta ella y le daba un beso en los labios-... ¿vienes conmigo?
M: Que remedio
Antes de desayunar Maca quiso darse una ducha así que Esther lo preparaba esperando a que ella
regresase.
El agua caía por su cuerpo mientras ella recordaba lo vivido la noche anterior, nadie la había tratado de
esa forma anteriormente, se sintió envuelta en una nube, con una dulzura que no creía existir,
sonreía pensando solo en minutos antes, le encantó tener la visión de Esther junto a ella nada
más despertar.
Terminaba de servir el café y se sentaba dando un primer sorbo para recrearse en sus recuerdos de lo
que recordaría toda su vida como la mejor noche que había vivido.
Maca se entregó a ella de la misma manera que ella lo hacía, se sentía flotar en sus brazos, notaba la
vida correr por sus labios después de haberse pasado horas besando los de la pediatra.
E: Hola -creía que nada podría borrar la sonrisa que tenía esa mañana.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Gracias
M: Mermelada claro
E: Toma
M: ¡Dios! Me va a matar
E: Pues sí...
El timbre de la verja sonaba y Esther se levantaba para ver por la pantalla de quien se trataba, su cara
cambio en un segundo al ver a la persona tras la puerta. Maca llegaba por detrás y tras mirar
también no salía de su asombro.
La abría esperando a que el taxi cruzara el camino hasta la casa y bajaba las escaleras para encontrarse
con él nada más llegar.
M: ¿Se puede saber que haces aquí? -iba hasta la puerta de donde salía.
M: Anda que... podías avisar... -le cogía una de las maletas que sacó el taxista.
Ana: Sí seguro
M: Ya te digo
Entraron a la casa y tras dejar las maletas fueron hasta la cocina donde aun estaba Esther terminado con
su desayuno.
Ana: No lo sé, pero vamos, que a mí me daba igual... -bebía de la taza que le daba Esther-... mmm ¡qué
rico por dios!
E: Todo es de la cafetera
Ana: En principio tendría que volver el martes, por que... ¡Maca! ¿te acuerdas de Cayetana?
M: Que pasa
Ana: Que lo han dejado y está saliendo con no sé qué fotógrafo, y claro... me ha dicho que vaya a verla
ya que venía, que tenían no sé qué problema en la revista
E: ¿Qué revista?
Ana: Bulevar 21
Ana: Y para el mío, no te creas, pues eso que me iré el martes por la mañana y antes de irme pasaré la
mañana con ella
Ana: A la bartola, que tengo que arreglar cosas en mi casa y nunca lo hago... bueno ¿y vosotras qué?
Reinas de la casa
Fue inevitable, las dos se miraron esperando la reacción de la otra, para salvar la ocasión, Esther sonrió
sin que Ana la viese y bebió de su taza.
M: Pues...
E: Bien... dos mujeres solas, en una casa tan grande, sin nada que hacer... pues ya sabes... -a Maca le
cambiaba el rostro por momentos y Esther casi no contenía la risa-... aburridísimas
Ana: Normal
E: Bueno... ya que estás tú aquí y no tengo me tengo que encargar de que no se aburra... -recalcaba la
palabra con sorna-... voy a ducharme y a vestirme
Esther salía de aquella cocina muerta de la risa, la tan repentina visita de Ana hacía que por un lado
respirara aliviada por qué no tendrían ocasión de hablar de lo ocurrido aunque fuese por unos
días, pero por otro lado tenían que guardar las apariencias y eso le quitaba oportunidades de
estar junto a ella.
M: Que de que
Ana: ¡Mira! Yo no te entiendo, hace dos días me llamas histérica porque has besado a Esther y estás no
sé que... y ahora ni te acuerdas y te la trae al fresco
Mientras Esther se terminaba de arreglar Ana y Maca la esperaban en el salón, donde gracias a dios no
había rastro de lo vivido la noche anterior por qué Esther se había dedicado a arreglarlo antes
de preparar el desayuno.
E: Ya estoy
E: Ah vale, pues voy a llamarla... -se sentaba en el brazo de sofá mientras descolgaba el teléfono ante la
mirada de ambas amigas- ¡hola Luisa!... sí... está la loca de su hija por ahí... sí... gracias
Ana: Tanto no
M: Lo que tú digas
E: Hola cielo... aquí que Ana ha venido a pasar unos días... sí... y tú que... bien, hoy si he dormido... -miró
a Maca un segundo-... ya lo siento... ¿quieres venir a comer?... no... voy yo a por ti en la moto...
vale cabezota... te esperamos aquí... un beso
M: ¿Vendrá a comer?
E: Sí... -colgaba el teléfono-... le he dicho de ir a por ella pero dice que no que se viene en su coche
E:... -seguía sentada en el brazo del sofá y tenía a Maca a su lado- JuanFran... -levantaba ambas cejas con
risa.
Ana: Uuu eso son como los de los chefs, van conmigo a la tumba
E:... -se recostaba hacía atrás en el sofá-... Pues te tendré que torturar jajaja
M: Ya...
E:... -se levantaba del sofá-... Déjala, es que se ha levantado con sueño ella... -recibió una mirada asesina
por parte de Maca.
Parecía que la situación iba bien por momentos y Esther respiraba tranquila, pero las ganas por besarla y
tenerla cerca comenzaban incrementarse, aunque disfrutaba metiéndose con ella, algo que
descubrió aquella mañana.
Pasado un rato el timbre volvía a sonar dando aviso a Sonia, Esther tras abrirle la puerta esperó en la
puerta a que llegara mientras Ana y Maca permanecían en el salón.
Sonia: Hola
E: Hola... -le daba un beso en la mejilla- pasa... -dejaba sitio para que Sonia entrase.
E: Bien... gracias
Sonia: Me alegro
Permanecían en la entrada de la casa, sin saber muy bien cómo actuar, Esther no sabía que decir y Sonia
esperaba alguna señal por parte de ella.
Sonia: Vamos
E: ¿Qué pasa?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
“Y de nuevo Arturo García uno de los empresarios más importantes de nuestro país lleva nuestras
costumbres más allá de nuestro continente, adentrándose esta vez en la cultura oriental, donde
el magnate Ohian Shin, pretende dar una multitudinaria fiesta por el futuro matrimonio de su
hija con el futuro rey del país, haciéndolo de una manera muy a la española. Aquí tenemos unas
declaraciones del español a la salida de la última reunión con el magnate”
Arturo: Pues ya hemos cerrado bastantes cosas y estamos muy contentos la verdad
Arturo: Cuando regrese a España empezaremos con los preparativos y si me disculpa me tengo que
marchar
Arturo: A vosotros
“Pues como han podido ver, nuestro más elegante anfitrión no le pueden ir mejor las cosas”
Esther de nuevo sentía aquel dolor en el pecho, “cuando vuelva a España empezaremos con los
preparativos de la boda”, era la pura realidad y ella solo la estaba evadiendo, ella se casaría con
su padre y solo era un capricho para ella en ese momento.
E: Perdonarme un momento -se levantó de allí y se fue veloz hasta la cocina- ¡joder! -daba un golpe en la
encimera.
En el salón las tres se quedaban un poco bloqueadas por la reacción de Esther, Maca miraba aun el
televisor apagado mientras Ana miraba a Sonia sin saber que decir.
Sonia: No lo sé
M: Ahora vuelvo
Salió de allí recorriendo el mismo camino que había hecho Esther segundos antes, a ella le había
ocurrido lo mismo, ¿Cómo podía ser que olvidase por unos momentos algo así?
M: Esther...
E:... -se limpiaba los restos de unas lágrimas y se volvía a mírala- Venía a por... -abrió el frigorífico- a por
zumo... a por eso venía... -volvía al mueble de la cocina y sacaba un vaso para llenárselo.
Maca se acercaba a ella lentamente y se colocaba a su lado, le quitaba el vaso de entre las manos y la
giraba para que la mirase.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: No llores por favor... -pasaba su mano terminado de limpiar los restos de unas lágrimas que se le
clavaban en el corazón.
M: Yo...
E: ¡A lo mejor para ti todo esto ha sido un capricho de tus últimos días de soltera, pero para mí no lo está
siendo y lo sabes!
E: Lo único que sé es que haga lo que haga no cambiará el hecho de que te vas a casar con mi padre
Maca... -comenzó a salir de allí pero los brazos de Maca la detuvieron abrazándola por detrás.
M: Esto no es ningún capricho para mi Esther... todo lo que haya dicho o hecho ha sido porque he
querido
Esther se giró mirándola con lágrimas en sus ojos, Maca tenía el corazón en un puño al verla de aquella
manera, la abrazó de nuevo refugiándola en sus brazos y Esther se aferraba a ella con miedo.
El día transcurrió extraño, Esther intentó estar lo más serena posible para que ni Ana ni Sonia notaran
nada, Sonia volvió de nuevo a su casa con más intriga que en un principio, quería hablar con
ella, pero necesitaba el momento idóneo y sabía que lo encontraría.
Esa noche aprovechando que Arturo no estaba Ana durmió con Maca mientras Esther volvía a aquel sofá
donde la noche anterior vivió momentos muy diferentes a los de aquella ocasión.
Cuando el sueño comenzó a hacer presencia se fue hasta su cuarto, se cambio y volvió a bajar hasta la
cocina a prepararse un vaso de leche, cuál fue su sorpresa cuando al entrar se encontró allí con
la pediatra.
E: Pensaba que dormías... -pasó por su lado sin mirarla y cogió un vaso.
Un silencio invadió la cocina, Esther de espaldas a ella bebía de su vaso mientras Maca no le quitaba ojo
esperando a que se girase. Al ver que no lo hacía se acercó hasta ella y la abrazó por detrás en
un intento de calmar su tristeza.
E: Maca...
Dejó el vaso encima de la mesa y se giró abrazando a la pediatra, ella lo necesitaba tanto o más como
Maca, notaba la respiración agitada de la pediatra y se separó para mirarla.
M: Lo siento tanto
E: No... ya está...
La pediatra se sentaba de nuevo y acercaba la mano a Esther hasta ella para volver a abrazarla por la
cintura mientras esta le acariciaba la cabeza.
Esther respiró hondo, Maca no se lo estaba poniendo nada fácil y ella lo tenía demasiado difícil ya sin su
ayuda, dejó un beso en su cabeza y se separó de ella.
E: Venga... no vaya a ser que Ana se despierte y se levante a buscarte... -se dirigía hasta la puerta y Maca
la seguía.
M: Está bien
Fueron juntas hasta el pasillo donde se encontraban sus habitaciones, ninguna decía nada pero se
miraban continuamente.
E: Buenas noches
M: Buenas noches
Esther siguió su camino despacio hacía su habitación, Maca la contemplaba desde el marco de la puerta
sin moverse.
M: Espera
Anduvo el espacio que las separaba ante la mirada expectante de Esther que no sabía a qué venía
aquello.
Se acercó hasta ella y cogiendo su rostro entre sus manos comenzó a besarla tranquilamente, Esther no
puso objeción a ello.
E: Hasta mañana
Con una especie de sonrisa en los labios entraba en su habitación y tras cerrar la puerta tras ella dejaba
su cuerpo apoyado en la madera mientras cerraba los ojos acariciando sus labios intentado
impregnarse más aun de aquel sabor que sabía nunca encontraría uno mejor.
Maca acostada junto a Ana miraba al techo sonriendo por lo que acababa de hacer, fue un impulso que
superaba cualquier razonamiento y eso complicaba las cosas, hasta cierto punto de que se
planteaba algunos asuntos.
8 de Enero
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
¿Cómo se describe la sensación de querer a alguien hasta no saber qué punto? ¿Cómo hacer entender
que pensaba en ella continuamente? Realmente le asustaba la magnitud de lo que ya sentía por
Maca a ciencia cierta.
Se levantó con un buen humor extraño en ella en esos días, se duchó y cambió rápidamente para salir y
verla. Bajó hasta la cocina donde unas risas la hacían a ella sonreír también al escucharla, solo
aquel timbre de voz la hacía temblar y sentir como su cuerpo quería saltar y su voz gritar.
E: Buenos días
E: ¿Y este festín?... -preguntaba sonriente al mirar a la pediatra que apoyada en la encimara la miraba
con descaro.
Ana: Nada, que parece que hoy esta es la casa del buen humor
Esther pasaba por su lado para llegar a un cuenco y coger un par de naranjas para prepararse un zumo.
E: ¿Tienes sobredosis?
E: ¿Y esa felicidad a que se debe? -preguntaba sonriendo mientras exprimía las naranjas.
Ana: No si ya
Decidieron ir de compras aprovechando las rebajas, estaban en un centro comercial mirando tiendas y
comprando algunas cosas, Maca está pletórica, gastando bromas y riendo por todo, Esther no
podía evitar contagiarse por ella y por qué no, ilusionarse al pensar que tenía que ver en algo de
aquello.
Pararon a descansar y a tomar algo en una de las cafeterías, tomaban unas cervezas picoteando en unas
olivas y un plato de patatas fritas que Esther insistió en pedir.
E: De verdad que no entiendo cómo te has podido comprar eso tan pequeño
Ana: Pues eso... -se levantaba de su silla-... ahora vuelvo voy al servicio
E: Vale
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Tras marcharse Maca comenzaba a mirar a Esther de manera que la estaba poniendo nerviosa por
segundos, intentó esquivarla mirando a otro lugar pero notaba esa mirada encima suya
devorándola.
M: ¿Por qué?
Esther la miraba sonriendo, la pediatra podía llegar a sorprenderla a cada momento, aquel día sin llegar
a tocarse se estaban dejando llevar bastante y parecía gustarle demasiado. Maca la miraba de
forma lasciva provocando un mar de sensaciones.
Ana: Hay que ver que poco limpios son en algunos sitios... -llegaba rompiendo la magia del momento.
E: Pues sí... pero cuando una se está meando se está meando jajaja
Ana: Tienes toda la razón sí señor... -alzaba la mirada bebiendo de su copa-... ¿esa es Sonia?
Ambas miraron donde Ana dirigía sus palabras, Sonia andaba cabizbaja con unas bolsas en la mano por a
unos metros de ellas.
E: Sí... -se levantó deprisa para intentar alcanzarla- ¡Sonia! -gritaba mientras cruzaba la calle.
Sorteaba los coches mientras Sonia que ya la había visto paraba sus pasos esperándola cruzar.
E: ¿Dónde vas?
Sonia: A casa... he ido a recoger unas cosas a la tintorería... -levantaba la bolsa en su mano.
E: ¿Por qué no vienes con nosotras? Estamos tomando algo... -señalo hacía donde Ana y una Maca
distante al mundo que la rodeaba miraba la escena desde la distancia.
E: Por favor...
Por mucho que estuviera pasando ella, lo último que podía soportar era ver a Sonia así, no dejaba de ser
una de las personas más importantes en su vida y la quería demasiado para hacerla sufrir, posó
sus manos en las mejillas de esta y le dio un dulce beso en los labios que no pasó desapercibido
para Maca que frunció el ceño al ver eso.
Celos, algo que creía nunca haber sentido ahora martilleaban en su cabeza como piedras en un tejado de
papel, atravesando cada centímetro de ella.
E: Por favor
Cogió su mano y cruzaron juntas la calle, Esther intentaba por todos los medios cambiar esa cara de
tristeza que vio en Sonia, sabía que era por su culpa y ni Maca ni nadie podía cambiar el hecho
de que Sonia, era y sería siempre una de las primeras personas en su vida.
E: Ya la he traído
Sonia: Hola -se giraba y miraba a Maca- hola Maca... –la saludaba de igual forma.
M: Hola...
E: Siéntate aquí... -cogía una silla de una de las mesas cerca de donde estaban ella y la colaba junto a
ella- ¿y qué has recogido de la tintorería?
E: Nosotras hemos estado de compras, bueno más bien Ana a estado de compras jajajaj
Ana: Chica es lo que tiene esta ciudad, que está todo concentrado
Una conversación a tres donde Maca no tomaba parte se distinguía entre risas en aquella terraza, la
pediatra absorta en sus pensamientos comenzaba a perder todo aquel buen humor con el que
se había levantado y lo que más rabia le daba era que sabía que no tenía derecho a ello, pues
estaban en la misma situación e incluso Esther pasaba por algo peor que ella.
Miraba como la trataba intentando sacarle una sonrisa a cada segundo, y veía en los ojos de Sonia
devoción por ella, haciendo que una culpabilidad la invadiese sin control.
E: ¿Te acompaño?
E: Pues con mayor razón, no me cuesta nada... -se levantó cogiendo las bolsas que momentos antes
llevaba Sonia-... vuelvo enseguida
E: ¿Vamos?
Sonia: Hasta luego chicas... por si no nos vemos... -le daba un abrazo a Ana-... hasta pronto
M: Hasta luego
Esther cogía de nuevo la mano de Sonia y la besaba para ir después del mismo modo hasta ser perdidas
de vista por parte de las amigas. Ana intentaba adivinar el por qué del cambio de actitud por
parte de Maca quien miraba hacía donde segundos antes estaban las dos.
M: ¿Qué pasa?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther miraba con dulzura a Sonia mientras esta no apartaba la vista del suelo, no sabía cómo comenzar
una conversación que sabía, llevaría a esas dudas por parte de su amiga y estas a unas
preguntas difíciles de responder.
E: Ayer no me llamaste
Paseaban aun cogidas de la mano sin apenas mirarse, Sonia intuía con miedo a lo que estaba llevando
aquella conversación, pero no quería seguir más viviendo algo que solamente ella intentaba
sacar a flote.
Esther paró sus pasos en seco sin soltarla de la mano, haciendo que estas se elevasen por la diferencia
de espacio, la miró a los ojos y de nuevo agachó su cabeza avergonzada por la manera de
conocerla que tenía.
Sonia: Eso es lo que menos importa... ¿tú sabes dónde te estás metiendo?
E: Lo que menos necesito es que me lo recuerdes... -Sonia soltó su mano y la miró fijamente.
E: Sí
Se sentó en la entrada de un portal que había tras ella, Esther la miraba seria, culpándose por sentir
aquello y hacer daño también a Sonia.
Sentada en el suelo miraba sus manos intentando no decir todo aquello que se le pasaba por la cabeza,
pues Esther era fácil de atacar, pero por encima del dolor que sentía en aquel momento latía
con fuerza todo el amor que descubrió un día por ella.
E: Sí
Esther se acuclilló frente a ella posando las manos en sus rodillas apoyándose en ella mientras la miraba
fijamente.
E: Lo sé y lo siento... Sonia... te quiero mucho... muchísimo y por nada del mundo quisiera perderte
Sonia:... -alzó su rostro mostrando unas lágrimas y unos ojos hinchados y rojos por querer contener un
sin fin de ellas.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther la rodeó con sus brazos mientras esta se cobijaba en su pecho respirando su cercanía, sabía que
ya nada sería igual, que su Esther aunque estuviera a su lado no sería la misma, bebía los
vientos por otra persona y muy a su pesar aquella sería su prioridad.
No sabía cómo aplacar ese dolor que le causaba, apretaba su mandíbula por la frustración e impotencia
que sentía en aquel momento.
El hecho de estar enamorada de Maca no podía cambiarlo y demostrárselo a Sonia o simplemente el que
ya lo supiera la amargaba por dentro haciéndola sentir la persona más sucia del mundo.
E: Sí vamos
Sonia:... -la miraba con suma tristeza-... Necesito tiempo Esther... solo eso
Sonia: Tranquila... -se inclinó hacía ello hizo apenas un roce en sus labios para después borrarlo con sus
dedos-... te quiero Esther
Y sin más se alejaba de ella recordándole todo lo mal que la estaba haciendo sentir, miró a ambos
sentidos de la calle y cruzó la carretera para adentrarse en un parque donde los niños jugaban y
reían mientras un grupo de madres los observaban sentadas en un banco mientras hablaban.
Se sentó en uno de los columpios, con los pies en el suelo y las manos en los bolsillos de la chaqueta
comenzaba a balancearse en apenas un moviendo imperceptible para el resto del mundo.
Intentaba recordar cuándo ocurrió todo, cuando hizo que su vida se fuera a la mierda tirando todo la
estabilidad no buscada pero apreciada que tenía.
Sin tan siquiera pensarlo el rostro de Maca se tornó visible en su mente, recordaba cada gesto, cada
sonrisa y cada beso prodigado en apenas tres ocasiones pero que ya hacían que todas sus
emociones girasen en torno a ella.
Miraba a algunas parejas en el parque, paseaban de la mano, se susurraban cosas al odio arrancando
sonrisas, se regalaban besos ignorando su alrededor y su imaginación le jugó una mala pasada
imaginándose de la misma manera con la pediatra, cosa que la hizo volver al mundo real y saber
que aquello era imposible.
Más triste aun si cabía puso rumbo donde las dos amigas la esperaban charlando, más bien, Ana
intentado sonsacar cosas a una Maca reacia a hablar de Esther.
M: Que no Ana de verdad... -la pediatra deshacía una servilla de papel en sus manos rompiéndolo en
pedazos.
M: Pues si tan bien me conoces te estarás dando cuenta que no me da la gana seguir hablando de esto...
-alzó algo la voz haciendo que Ana se terminara de preocupar del todo.
Ambas miraron hacía donde alguien se acercaba hasta ellas lentamente cabizbaja, Esther sin mirarlas se
sentaba de nuevo en su silla y sacaba un cigarro de su bolso que permaneció allí en todo
momento, las dos chicas la miraban esperando un por qué o algún gesto por parte de ella.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E:... -la miró intentado sonreír- Sí tranquila... ¿podríamos irnos ya a casa o queréis ver algo más?
Tras pagar la cuenta fueron hasta donde Esther había aparcado el coche y con Ana de copiloto porque
Maca en un acto reflejo subió la primera en el coche y se montó detrás, no quiso dejar sola a
Esther delante.
Aunque pendiente de la carretera, Esther, se mordía un dedo mientras con una mano guiaba el volante y
conducía despacio, Maca la miraba en todo momento intentado averiguar qué pasaba por
aquella cabeza, observaba como movía sus dedos nerviosa y como ponía la música aunque
floja, esa vez no tarareaba, simplemente se dedicaba a conducir apenas parpadeando.
Llegaron a la casa y Esther dijo que se echaría un rato con la excusa de que le dolía la cabeza, mientras
Ana se iba con las bolsas hacía la habitación Maca cogía el brazo de Esther y la paraba.
E: ¿Qué dices?
E: ¡Lo que me faltaba por oír! ¿pero quién te crees para ponerte así? ¿Son celos? ¿Es eso?
M: ¿Celos? Já
E: Pues los celos no entran en este juego Maca, no olvides que yo tengo que tragar más que tú... no estás
en situación de reprochar nada... -y soltándose de ella con brusquedad se encaminaba hasta su
habitación.
Había sentido rabia en un segundo, ¿Cómo podía reprocharle algo así? ¡No tenía derecho! De un lado al
otro de la habitación merodeaba confusa por aquella reacción, la había sorprendido, pero...
¿Celos? Algo nuevo, algo sin derecho pero que cambiaba las cosas, pero no, no podía dejar que
su cabeza pensase eso pues su corazón la creería y el golpe sería más duro.
No podía entender por mucho que Maca dijese que no quería a su padre, que se fuese a casar con él por
simple y llana compasión por su padre, estaba perdiendo todo por lo que estaba luchando
durante años, una estabilidad que nada ni nadie nunca pudo franquear, pero el hecho de que la
quería con locura y porque no con dolor hacía balanza sin saber que de las dos cosas pesaba
más.
Maca miraba la escalera intentado eludir la necesidad de ir a verla, preguntarle que le pasaba, iba de un
lado a otro pensando en que hacer mirándola en ocasiones tentada, hasta que al fin sus pies
comenzaron a andar rumbo a la habitación.
Llamó tímidamente y un “adelante” la invitó a entrar, abrió la puerta despacio intentado divisarla antes
de entrar, sentada en un sillón junto a la ventana miraba por ella antes de girarse a mirarla.
E: Hola
Terminó de entrar y cerrando la puerta tras ella se acercó hasta sentarse frente a Esther en el borde de la
cama.
E: ¿Y Ana?
M: Duchándose
Sin contestarle más miró de nuevo por la ventana emitiendo un leve suspiro, Maca la miraba queriendo
preguntarle.
M: Lo siento
E: ¿Puedes abrazarme? -la miró con unos ojos que gritaban suplicando.
La pediatra se levantó en apenas un instante sentándose junto a ella y abrazándola mientras Esther
comenzaba a llorar de nuevo cobijándose en aquel cuerpo, “solo consigo hacer daño a los que
quiero” repetía entre sollozo y sollozo, Maca sin poder articular palabra la mecía con ella
intentado sin suerte consolarla.
E: Tú no tienes la culpa... -se separaba de ella y limpiaba su rostro-... tú no tienes culpa de nada en
absoluto
E: ¿Te arrepientes? -su cara preguntaba preocupada por una posible respuesta.
Cerró sus ojos mientras acercaba su rostro más a aquella mano que la acariciaba con tanta dulzura que
arrancaba cualquier miedo en su cuerpo. Maca se acercaba sin ser vista, la calidez de sus labios
reavivó a Esther y una vez más se dejaba llevar por ella.
Se besaron con la más tierna de las calmas, notando cada roce y cada suspiro, se abrazaron de nuevo
donde esa vez la pediatra se acomodaba en el cuello de Esther.
M: ¿Sabes qué?
E: Uhm
M: Que yo también te quiero Esther... -Se abrazó más a ella evitando que la mirase y no descubriese unas
tímidas lágrimas que recorrían su cara.
Esther sintió morir en aquellos brazos, su corazón palpitaba nervioso, aunque se hiciese ilusiones con la
idea de que Maca se enamorase de ella, la razón y la cordura la contradecían en un mar de
dudas que ahora se veía superado por dos simples palabras.
E: Yo... creo que... deberíamos... antes que se nos escape de las manos
M: Sí... aun estamos a tiempo... -parecía que terminaban la frase de la otra con la intención de auto
convencerse.
E: Será lo mejor...
M: Sí... -miró a sus ojos un instante buscando la fuerza o la razón más absoluta para conseguirlo.
Sería imposible contar o explicar las miles de sensaciones que produce una mirada, una que hace que la
más absoluta de las verdades pueda convertirse en la mayor duda jamás existida.
Percibiendo un miedo mutuo continuaban en la misma posición, la mano de Maca se unió a la de una
Esther que temblaba más y más por segundos transcurridos, pasaba su dedo por la palma de la
mano de Esther mientras aun la miraba fijamente.
E: ¡Sí pasa! -alzaba la voz e intentado componer su cuerpo de nuevo se levantaba veloz.
Ana: Vale
Esther se marchaba de allí siendo observada por Maca, Ana miraba a ambas para centrarse en la
pediatra posteriormente frunciendo el ceño mientras esperaba unas palabras por parte de ella.
Se sentó enfrente suya cruzando los brazos bajo su pecho mirándola descaradamente.
Maca apoyó los codos en sus rodillas mientras tapaba su cara con ambas manos comenzado a llorar ante
la mirada sorprendida de Ana que se levantaba para sentarse a su lado.
Ana: Esther...
Ana:... -cerraba los ojos dando por zanjado el tema de sus más que dudas ahora resueltas- sshh ¿y ella
que opina al respecto?
M: No hay nada que hacer Ana... todo esto sería una locura...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ana: ¿Y no pretenderéis vivir en la misma casa así? ¿Y tú seguirás adelante con toda esta patraña por no
decirle las cosas claras a tu padre?
M: ¡Ana! -se levantó de golpe- Todo esto me supera ¿Sabes? -andaba de un lado a otro nerviosa- ¡si...
hubiera sido antes! ¡lo hubiera mandado todo a la mierda!... pero ahora
Ana: ¡Ahora da igual! ¡Antes me parecía arruinarla! ¿Pero ahora? Es querer hundirte tú misma, ¡Maca
por dios!
Salió de allí dejando Ana más que sorprendida por aquella actitud, una Maca muy distinta hace años
hubiera luchado contra viento y marea por lo que quería, pero una fuerza que la había estado
machacando durante años la hacía comportarse cual tortuga refugiándose en su caparazón por
miedo al exterior.
Un ambiente más que tenso se respiraba durante aquella comida, Esther no había pronunciado ni una
sola palabra, Ana a duras penas se las sacaba la pediatra intentando entablar una conversación.
Harta de toda esa situación cogió su plato y lo llevó hasta la cocina siendo observada por la pareja que la
miraban extrañadas, volvió al escaso tiempo con una taza de café.
Ana: Gracias... -lo encendía y daba la primera calada- ¿esta es la actitud que vais a tener a partir de
ahora? -la miraban sin comprender a que venía eso y más aun Esther que no estaba al corriente
de su conversación con Maca.
Ana: Sí Esther, sí... ¿y quieres saber mi opinión? ¡sois tontas de remate vamos!
M: ¡Ana!
Ana: ¡Pero que no estáis en el instituto! Las cosas se hacen o no se hacen, acarreando con las
consecuencias
Ana: Mira... hacer lo que queráis, total yo no soy nadie para deciros lo que tenéis que hacer
Cada una en una punta de la casa intentaba comprender la situación, Esther comenzaba a buscar
soluciones, aquella situación como bien decía Ana, no podría durar demasiado, estaba claro que
no podían estar juntas sin que se notase el distanciamiento.
9 de Enero
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Maca se levantaba temprano ya que Ana se marchaba esa mañana, era bastante temprano por lo que
decidió ducharse tranquilamente y tras vestirse comenzó a despertarla.
M: Las ocho
Ana: Si... si… -se restregaba los ojos- a ver si está durmiendo dice...
Ana: Sí, sí, ale... ale... -la echaba con la mano- tira a ver corre...
Salió de allí refunfuñado por como empezaba el día, iba despacio y llamó a la puerta, al no recibir
contestación la abrió despacio intentado no hacer ruido cual fue su sorpresa cuando vio la cama
echa y Esther no estaba en cuarto.
La abrió completamente para ver mejor y salió de allí algo confusa, bajó las escaleras para ver si estaba
en el salón, salió al porche y fue hasta la cocina donde vio una nota pegada a la nevera.
“He ido a la universidad, la moto no arranca así que me he ido en autobús llegaré tarde para comer”
Ana: Ah... -veía como la pediatra aun con la nota en las manos la releía una y otra vez-... no va a cambiar
lo que pone por más que la leas
M: -se sentaba junto a ella en la mesa- De verdad que no sé cómo voy a pasar por esto
Tras desayunar pidieron un taxi y Ana se despidió de ella haciéndola prometer que la tendría al corriente
con todo lo que pasara, esta para que no le diera mucho la vara accedió dejándola marchar
tranquila.
Pasaban las horas y se desesperaba sola en la casa, había recogido algunas cosas intentando que pasase
el tiempo, llamó a Arturo quien no contestaba y le dejó un mensaje en el contestador.
Cuando no tuvo más recursos en sus manos tuvo una idea aunque algo alocada, pero que le parecía en
ese momento lo mejor.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Buscó las llaves del coche y recordando el camino al centro se puso manos a la obra, iba despacio
mirando cada calle hasta que por fin encontró la salida a la carretera principal, en un principio le
pareció que sería más difícil aunque aun estaba lo peor, llegar al centro y encontrar la
universidad.
Con un callejero que gracias a dios encontró en la guantera buscó hasta dar con el lugar donde quería ir,
preguntó a algunas personas intentando llegar lo más fácil posible.
Le costó pero no tanto como temía, llegó hasta los aparcamientos que estaban justo en la puerta y
algunas personas salían y entraban e intentaba diferenciar a Esther.
Pasaron veinte minutos en los que pensó que lo mismo se habría marchado y toda la ilusión puesta en
aquella se esfumaba haciéndola pensar en volver a casa.
La miraba sorprendida, “¿Cómo había conseguido llegar hasta allí sin conocer la ciudad?” la hubiese
besado en aquel instante si no se hubieran encontrado en aquel lugar.
M: Si estar loca es querer que comas como dios manda y sobre todo... -tragó saliva-... querer verte... sí...
estoy loca
La miró fijamente sonriendo, cosa que hizo relajar a Maca quien dudo un instante en que aquello había
sido un error pos su parte.
E: Hola Clara
Clara: Hola
M: Hola encantada
E: ¿Qué fotos?
Clara: Ayer
M: Pues me la tendré que comprar... -cruzaba los brazos y sonreía pensado en ello.
Clara: Oye Esther que... yo venía a decir que también voy a echar la beca para California y no sé en qué
meses la has pedido tú
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Si la inercia humana era rápida, Maca lo comprobaba en aquel momento, su cara se transformó en una
milésima de segundo al escuchar la palabra “California” Esther hablaba aun como si nada con
aquella chica ignorando su estado.
Clara: Lo tendré que hablar con mi madre, no creo que Marzo le parezca buena idea
M: -salía de su estado de shock para entrar en uno que la hizo hablar sin pensar- ¿Marzo? -preguntaba
sorprendida.
Clara: Bueno que... yo me tengo que ir... ya nos vemos ¡eh! Y si no te llamo con lo que decida
E: Está bien...
M: Hasta luego
E: Hasta luego
Maca aun seguía mirando a Esther esperando su respuesta, una que no sabía cómo dar, había sido algo
precipitado, aunque ya lo tuviese pensado en su día decidió posponerlo, aunque vista la
situación en la que se encontraban, la distancia era la única solución viable para ambas.
M: ¿Te vas?
Sin decir nada más la pediatra se montó en el lado del copiloto esperando a que ella decidiese entrar.
Todo le había salido genial, vio en los ojos de Esther, esa ilusión que la desbordaba y en cuestión de
segundos aquella noticia la dejaba indefensa.
En silencio iban atravesando la ciudad en un momento malísimo, pues todo el mundo salía o entraba al
trabajo haciendo que fuera inevitable entrar en un atasco tras otro.
De nuevo Maca miraba por la ventanilla distante intentado aclarar un poco esos cauces de nervios que
empezaban a sobrepasar lo normal anunciando su enfado con Esther.
M: ¿Por qué te vas? -preguntó de golpe haciendo que Esther suspirara por esperar esa pregunta- da
igual, no merezco ninguna explicación
E: Es lo mejor
Llegaron bastante más distantes de lo que Esther intentaba evitar a toda costa, cruzaban la entrada de la
casa y Esther paraba en seco el coche al ver lo que en la puerta había.
E: Pero...
Maca miraba a Esther y hacía la entrada sucesivamente, pisó el acelerador de nuevo y llegaron hasta la
puerta, un coche aparcado en la puerta anunciaba una visita sorpresa para nada agradable.
Bajaba las escaleras con euforia para llegar hasta ellas, Maca salió de lo más sorprendida siendo
arrollada por unos labios que para nada eran los que quería besar.
Arturo: Han ido tan bien las cosas que he dejado a Luis allí terminando las cosas... -se separaba de ella e
iba hasta su hija que había presenciado la escena con su cuerpo compungido- hola cariño... -la
abrazaba y le daba un beso en la frente.
Arturo: ¿Pero qué me dices? -dijo sorprendido- ¡mi chica conduciendo por Madrid! Que lujo... -iba de
nuevo hasta ella y la rodeaba por la cintura mientras le hablaba cariñosamente.
Arturo: Venga sí... -iba cogiéndola de la cintura y se acercó a su oído- que luego pongo yo el postre
Su estomago se revolvió furioso, veía como Esther tenía la mirada de una manera que se le clavaba en el
alma y la atravesaba por completo.
Durante la comida Arturo contaba el corto de su viaje bastante emocionado, Maca intentaba hacerle
todo el caso posible repartiendo sus miradas con él y una Esther que tenía la vista clavada en el
plato de donde apenas había probado bocado.
M: Sí... Ana estuvo aquí estos dos días y se fue esta mañana
E: Sí... oye papá que... ¿te acuerdas del máster que te dije?
E: Sí... pues lo... -miró a Maca mientras lo decía-... lo han adelantado y empieza en Marzo, pero tendré
que irme antes para instalarme
E: Intentaré venir
E: Esta mañana fui a la universidad y me enteré de casualidad, ya he rellenado la beca y me han dicho
que está casi seguro
E: En cuanto pueda
Maca había convencido a Arturo de que se encontraba mal evadiendo aquel “postre” que él quería, no
tenía el cuerpo para nada y muchísimo menos para eso, siendo habitual en él decidió ir a la
oficina para ver lo ocurrido en su ausencia.
Maca hacía que veía la televisión pero era imposible, su cabeza no procesaba nada que no tuviera que
ver con la marcha de Esther.
Entraba con la revista de la universidad en las manos ojeando las instalaciones del centro, se sentó
absorta en el otro sofá siendo seguida por la visión de Maca que la miraba sorprendida.
M: Vienes aquí con esa revista ¿para qué? ¿para que vea lo poco que te importa todo?
E: ¡Mira Maca! -se levantó y tiró la revista encima de la mesa haciendo un gran ruido- no te consiento
que me juzgues ¡me oyes!... prefiero estar en la Antártida muriéndome de frió que estar aquí
mientras tú preparas tu preciosa vida con MI... -recalcaba la palabra- padre... o ¿qué te crees?
¡Qué voy a estar aquí mirando lo bien que está todo esperando que tengas un hueco para mí!,
perdona pero no gracias
Se fue bastante irritada, no había dejado pronunciar una palabra a la pediatra que miraba como Esther
hablaba con toda la razón del mundo, no podía pedirle eso, ni nada.
Los días pasaban, ambas no cruzaban una palabra si no era en la presencia de Arturo que hacían como
que no ocurría nada.
Maca estaba en una línea de su vida donde debía cruzar al otro lado o quedarse en el mismo lugar. En
una parte Esther, quizás todo lo que quiso para ella un día, y donde ahora se lo ofrecían con
todo el amor del mundo, vivir la vida junto a la persona que quieres, pero conllevando anular
todo hasta ahora, tener que dar expiaciones a su familia y dejar al azar la salud de su padre. Al
otro lado, una vida escrita con guión incluido, el marido perfecto, la vida perfecta, todo de
cuento de hadas, pero renunciando al único amor que había conocido en su vida.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther había recogido lo indispensable para empezar a instalarse en California, se le hacía un nudo en el
estómago cada vez que lo pensaba, pero la imagen de su padre junto a la pediatra la
sobrepasaba, apenas habían pasado unas semanas y no lo podía aguantar más, y no podía
imaginarse el día a día de su vida así. Sentada en la cama miraba aquella revista que ya tenía las
hojas desgastadas, las dos sonrientes miraban al objetivo de la cámara abrazadas junto al
ventanal de la casa, había pasado su mano miles de veces por aquel rostro plasmado en papel,
le echó un último vistazo y la metió también en la maleta, lo dejó todo listo y salió de casa para
hacer una última cosa antes de marcharse.
23 de Enero
Cruzaba la gran vía madrileña para llegar hasta las oficinas de una de las agencias de prensa que
estuvieron en casa el día de año nuevo, llamaba al timbre y sin preguntar alguien le abría, miró
el panel en la puerta donde indicaba el número de la puerta, en ascensor llegó hasta uno de los
últimos pisos de aquel inmenso edificio, la puerta estaba abierta.
E: Sí, mire soy Esther García, mi padre Arturo García dio una fiesta en casa en año nuevo y su agencia
estaba contratada
Chica: Sí
E: Bueno, pues la cosa es que nos hicieron un reportaje y quedé con el fotógrafo que nos diera las copias,
pero, lo mismo se ha olvidado y me interesaba tenerlas
Chica: Un segundo... descolgaba su teléfono y marcaba alguna extensión-... sí, oye Pedro ¿sabes quien
hizo el trabajo de Arturo García en noche vieja?... sí... -tapaba el micrófono-... ahora mismo me
lo dice
Chica: Sí dime... ah vale... gracias... -colgaba y se dirigía de nuevo a ella- tienes suerte... son de Álvaro
Prado... y está aquí... lo llamo ahora mismo
E: Sí gracias
Aquella recepcionista tan amable habló con el supuesto fotógrafo contratado y la hizo que pasase a una
especie de sala de juntas donde había gran mesa en el centro, no quiso sentarse y cruzando sus
brazos esperó de pie hasta que alguien entraba por la puerta.
E: Sí
E: Sí... te recuerdo
Álvaro: A ver... siéntate... -le ofrecía un de los muchos asientos para que ojease una carpeta donde había
bastantes fotos-... mira, te dejo la carpeta, hay bastantes, yo es que estoy terminado unas
cosas, así que las eliges y cuando termines le das las sobrantes a Candi que es la muchacha que
te atendió antes
Aquel chico el cual le pareció encantador se fue dejando frente a un sin fin de fotos que tenía que elegir.
Las pasaba una a una en sus correspondientes fundas, la mayoría eran de los invitados allí presentes, las
pasaba ligeras esperando encontrar lo que buscaba, tras unas cuantas páginas dio con ellas,
habría por lo menos treinta, el fotógrafo se había tomado la libertad de fotografiarlas también
sin posar, vio una que la hizo detenerse, los invitados comían sus uvas y se veía a sí misma
apoyada en la pared de brazos cruzados mirando a la pediatra quien sonreía por algo, fue
sacando una a una donde salían ella o simplemente Maca.
Llegó hasta donde posaban ellas dos solas, leía los pies de página de cada una, “la hija del millonario
posa alegre con la que será su madrastra”
Apoyo la cabeza sobre la mesa sin poder contener un llanto, tenía frente suyo decenas de fotos de ella,
las miraba sin poder contener ni una de ellas, besó una que era un primer plano sonriente de la
pediatra.
Salió de allí con todas aquellas fotos y de nuevo en su moto hacía el centro comercial, dejó la bolsa bajo
el asiento de esta y entró en aquel lugar.
Recorría las estanterías buscando sin encontrar lo que tenía en mente, dio bastantes vueltas hasta que
aburrida se fue hasta un anticuario que había dos calles más abajo.
E: Buenas tardes
Algo más contenta por encontrar lo que buscaba llegó a casa y tras gritar un “ya estoy aquí” subía las
escaleras rápida con la intención de envolverlo, sentada en su cama rodeada de papel de regalo,
tijeras y celo envolvía con toda su ilusión aquello que se le había ocurrido aquella misma
mañana.
Lo metió en una bolsa y maletas en mano comenzó a bajar la gran escalera hasta la puerta de su casa
E: ¡Papá! -dejaba las cosas en el suelo y comenzaba a mirar que llevase todas las cosas en el bolso.
Arturo: Pues se empeñó en ir a comprar no sé qué y me dijo que llegaría antes de que te fueses pero
todavía no ha vuelto...
E: -bajaba su cabeza bastante triste- Bueno... pues... despídeme de ella y dale esto... es algo que me
pidió y...
Arturo: Tranquila, yo se lo doy... -cogía la bolsa y le daba un beso en la frente-... lleva cuidado hija
E: Tranquilo papá
La ayudó a meter las cosas en el coche y dándole un último abrazo ponía marcha hacía el aeropuerto.
Mientras atravesaba la ciudad miraba por la ventanilla pensando en por qué había hecho eso Maca, ni
tan siquiera despedirse de ella, sus lágrimas comenzaron a caer y cerró los ojos con rabia,
prometiéndose no volver a llorar por ella.
Llegaba bastante sobrada de tiempo, facturó el equipaje y se fue hasta una cafetería para comer algo
antes de subir al avión, cuando lo hiciera pretendía dormir todo el trayecto, pues eran muchas
horas para pensar y se negaba a sufrir más por ella.
Compró algunas revistas y se sentó cerca de la Terminal para hacer tiempo hasta la hora de su
embarque.
M: Me perdí...
Arturo: Me ha dicho que lo hiciera de su parte y que te diera esto... -le daba la bolsa.
M: ¿Qué es?
M: Ahora bajo
Subía rápida hasta su habitación, dejó la chaqueta encima de la cama corriendo y se sentó en ella
mientras sacaba aquel paquete envuelto que llevaba un pequeño sobre pegado.
Lo miró unos instantes en el que se arrepentía de haberse marchado para no despedirse de ella, abrió el
sobre y sacó un folio doblado.
Esto es lo mejor Maca, para las dos, tú vas a seguir a adelante con tu boda, y yo terminaré mis estudios.
Cuando te dije que este viaje ya lo tenía planeado lo decía de verdad, pero... pensaba irme el
próximo año, pero no puedo estar aquí Maca, no puedo, espero que lo comprendas y no me
llames cobarde, porque no es cobardía.
La pediatra se limpiaba unas lágrimas que ya caían por sus ojos, dejando de leer por un instante, miró al
techo respirando hondo
Te quiero Maca, como nunca antes a nadie, en realidad yo no creía en eso que dicen que cuando te
enamoras de alguien el mundo a tus pies se para, no puedes imaginar la vida sin esa persona...
pero ahora debo creer, porque es lo que a mí me pasa.
Quedándome aquí solo sería un estorbo para ti y... bueno, creo que es lo mejor, no sé si me estaré
equivocando, pero creo que es lo correcto.
Te deseo todo lo mejor, a mi padre le he dicho que vendré a la boda, pero no puedo, no le digas nada, ya
lo haré yo, le pondré alguna excusa.
Sin más... supongo que volveremos a vernos aunque no sé cuando, necesito tiempo, tiempo para
acostumbrarme y hacerme a la idea de que toda la vida querré a alguien que no es para mí...
Comenzó a llorar como una niña recostándose en la cama ella un ovillo en sí misma, con la carta en su
pecho nombraba una y otra vez a Esther.
Sin dejar de llorar cogió de nuevo la bolsa y sacó aquel paquete, quitó el envoltorio y no podía creer lo
que estaba viendo, un marco antiguo en el que había una foto de ellas dos, una foto de la fiesta,
la cual era en la que Maca rodeaba a Esther entre sus brazos, las dos sonrientes y felices
posaban radiantes.
Abrazó aquel marco contra su pecho y notó como su mundo comenzaba a desmoronarse, todo por lo
que pensaba que luchaba le pareció insignificante como para negarse al amor, dejó todo en la
bolsa de nuevo y la metió bajo la cama, cogió de nuevo su chaqueta y las llaves del coche y
corría veloz hasta la puerta.
Se montaba en el coche abriendo el callejero por si no supiera llegar, corría todo lo que le estaba
permitido teniendo el lujo de sobrepasarse en alguna que otra ocasión.
Iba ya cruzando el centro y cogiendo la carretera que llevaba al aeropuerto cuando un atasco se cruzaba
frente a ella, colocó su mano encima del volante tocando el pito del coche todo lo que daba.
M: ¡Moveros coño!
Hombre: Un ratito
M: ¡Joder! -daba un golpe en el volante- ¿sabe cómo puedo llegar al aeropuerto que no sea por aquí?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Hombre: Puuff... -se rascaba la barbilla mientras pensaba- pues sí mire... tome esa calle y rodeé el
edificio, cuando vea unas oficinas de... -se quedaba pensativo de nuevo.
Hombre: A ver... sí, sí, cuando vea una tienda de TIEN21 de nuevo a la izquierda y metros más adelante
tiene otro desvió para el aeropuerto
M: ¡Gracias! -daba marcha atrás pitando para que los coches tras ella se echaran a un lado.
Tal y como el hombre le había indicado encontró otra salida, pisó el acelerador y llegó hasta el
aeropuerto, aparcó en la zona de taxi, puso las luces y salió de el veloz.
Una de las azafatas invitaban a los pasajeros del vuelo 2256 con destino “California” “San francisco” para
embarcar y esperar al transporte que los llevaría hasta su avión.
Esther se juntaba a los demás pasajeros formando una fila de uno frente a la puerta de embarque
mientras una azafata iba recogiendo los pasajes.
Azafata: Que tenga buen vuelo... -decía mientras las personas pasaban por su lado- que tenga buen
vuelo
Entró corriendo, no sabía dónde dirigirse fue deprisa hasta una de las ventanillas de información y que
no le importó la cola para llegar corriendo hasta la chica.
M: Perdona
M: Perdone es de vida o muerte... -se dirigía hasta la muchacha-... ¿perdona el próximo vuelo a
California por donde sale?
M: Gracias
Salió de allí corriendo tan rápido como sus piernas la dejaban, una voz en la megafonía le anunciaba que
el vuelvo a San francisco con escala en California estaba siendo cerrado avisando a los más
rezagados.
M: Joder
Exhausta llegó hasta la Terminal donde una azafata recibía a los viajeros, buscó con la mirada a Esther,
daba vueltas y vueltas sobre sí misma parte del pelo pegado a su piel por el sudor.
Azafata: Es que...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Por favor... -se inclinaba apoyando sus manos en ambas rodillas intentando contener el aliento.
La chica cogía uno a uno los billetes buscando el nombre correspondiente en ellos buscando el
nombrado, tras pasar unos cuantos.
M:... -se tapaba la cara con ambas manos- Tendría que hablar con ella es muy urgente
Decaída fue hasta un gran cristal que daba hasta la pista de aviones un grupo de personas paradas
esperaba un minibús que los llevaría hasta su avión, se quedó mirando fijamente y la vio,
cabizbaja jugaba con algo entre las manos, pasó la mano por el cristal.
M: Te quiero Esther...
Pero era imposible ser escuchada, pedía a dios que se girase, que la mirase, pero era en vano pues el
autobús llegaba y uno a uno iban entrando en él, observaba como Esther tomaba su asiento y
apoyaba la cabeza sobre el cristal, unos minutos más tarde vio como su avión se marchaba
llevándose con ella al único motivo por el que podría llegar a ser feliz.
28 de Febrero
Esther despertaba algo resacosa bajo las sabanas, notó el sabor de su boca y su cara reflejó el
desagradable gusto que desprendía, se dio la vuelta para mirar la hora en el despertador y vio
que ya iba siendo hora de levantar.
A malas penas se metió en la ducha y le dio al grifo del agua caliente pero primeramente salió bastante
fría.
Fue pasando la mano hasta que por fin salía algo más tibia y colocándose debajo dejaba caer el agua por
su cuerpo mientras bajaba la cabeza haciendo que el chorro hiciera presión en su nuca.
Intentaba despejarse mientras recordaba la fiesta de la noche anterior, de repente recordó algo que la
hizo envolverse en una toalla y salir disparada hasta su habitación.
Cuando llegó a la puerta encendió la luz y escuchó un murmullo que se quejaba indicándole que la
apagase.
Se sentaba en el borde de la bañera recriminándose algo que volvía a suceder. Jessica una Sevillana
afincada en California que iba a la misma universidad, una chica que cualquier persona querría
tener a su lado, una morenaza de ojos claros que formaba parte en un tira y afloja con Esther,
en el cual, si el alcohol formaba parte en algún momento siempre las dejaba exhaustas en su
casa.
Se secó el pelo y se vistió, ataviada con ropa de deporte te colocaba un aparatito que encontró en una
tienda, un mp3, al cual podía meter bastantes canciones y lo mejor de todo era su tamaño,
perfecto para llevarlo en el bolsillo.
Comenzó corriendo por el paseo marítimo mientras corría veía la típica estampa de serie americana,
chicas en bikini patinaban mientras la pareja feliz paseaba al perro de anuncio adquirido la
Navidad anterior.
Llevaba semanas sin ser la misma, esa dulzura natural en ella se había esfumado, un mal humor la
acompañaba cada día e incluso con su padre al que llamaba bastante poco, y aguantando el
mínimo sermón merecido le decía que no lo volvería a hacer negando lo dicho en su interior. Su
cabeza había hecho un gran muro contra el mundo que la rodeaba, tenía que estar soportando
cada vez que hablaba con él que le contara los preparativos de la boda, en ningún momento le
preguntaba por ella y si al llamar era ella quien contestaba colgaba nada más oírla.
Tras un rato se descalzó y comenzó a andar por la orilla de la playa, encontró en eso algo que le
encantaba y lo hacía cada vez que salía a correr.
Algo cansada se sentaba en la arena jugando con ella entre sus pies, miraba al horizonte haciendo una
vez más lo que creía no poder evitar nunca, pensar en Maca, comenzó a trazar dibujos en la
arena mientras la recordaba, sacó su cartera y vio la foto que había colocado en ella, la había
recortado para hacerla del mismo tamaño que el pequeño lugar donde la puso.
La observaba sonriendo, era uno de esos pocos momentos en que lo conseguía, volvió a pensar en lo
que tenía en su casa y negó con la cabeza prometiéndose que nunca más volvería a ocurrir,
cuando lo hacía sabía la causa, imaginarse que era Maca quien tenía entre sus brazos, cuando
en más de una ocasión era su nombre el que pronunciaba.
Llegó algo más relaja, entró sin hacer ruido rezando por que Jessi no estuviera despierta, pero cuando
cruzó la cocina unos brazos la cogían por detrás evitando que continuara su camino.
Jessica: Hola
E: Hola Jessi
E: ¿El qué?
Estaban aun abrazadas, más bien era Jessica quien retenía a Esther, esta por su parte al no haber más
remedio acariciaba la mano de la chica mientras permanecía en su estomago.
E: Lo siento
Mientras se desnudaba de nuevo entraba en la habitación a continuar con una conversación que para
nada, Esther quería seguir.
Jessica: Hazlo, a lo mejor te vendría bien -la miraba con su cabeza ladeada mientras acariciaba su nuca
dulcemente.
Jessica: Venga inténtalo... yo te escucho... -se sentó de lado mirándola a los ojos esperando un
comienzo-... por faaa
E: Uuff... -inclinaba su cabeza mientras comenzaba a pensar como relatarle brevemente aquella historia-
verás... Maca... es la futura mujer de mi padre... se casan en abril
E: Te resumiré para que lo entiendas... yo comencé a sentir algo por ella que... pues que acabó haciendo
que me enamorase... una noche... la noche de fin de año... -paraba recordando aquel
momento-... ella iba algo bebida y nos besamos... después en un viaje de mi padre pues...
pasaron cosas... ella me dijo que me quería pero algo personal la hacía tener que casarse con él
y... bueno es mi padre... yo tampoco podía hacerle eso
E: Es jodido ¿Verdad? -decía con una sonrisa de dolor- mira... -se levantó y cogió una carpeta donde
guardaba las fotos.
E: La más guapa del mundo... -sonreía mientras miraba las fotos en las manos de Jessica.
E: Es mi favorita... junto con esta... -le señalaba una donde Maca reía mirando a Ana, pero donde salía
ella sola.
Mientras hablaban el teléfono sonaba, se levantó y se fue hasta la cocina para coger el inalámbrico.
E: ¿Sí?
Voz: ¿Esther?
E: ¿Papá?
Arturo: Sí hija...
E: ¿Pero qué pasa? Allí debe ser muy tarde... ¿ha pasado algo?
El teléfono cayó al suelo, el rostro de Esther palideció en cuestión de milésimas de segundo, Jessica al
escuchar aquel ruido salió hasta ella y al verla de aquella le preguntó que ocurría, sin más, se
puso a llorar abrazándose a Jessica quien intentaba consolarla sin saber qué pasaba.
1 de Marzo
Esther en el avión no pegaba ojo, cogió el primero que había tras saber la noticia, su corazón de nuevo
comenzaba a sufrir, ¿suicidarse? Se preguntaba una y otra vez.
Jessica se empeñó en acompañarla, no podía dejarla hacer un viaje tan largo ella sola, la verdad es que
se lo agradecía en el alma, estaba aterrada y tenerla cerca por lo menos le daba algo de
confianza, le había cogido un gran cariño a aquella chica, en el fondo eran muy parecidas y por
eso se llevaban tan bien, tenían una relación donde no habían explicaciones, reproches, o
preguntas no existían.
Jessica: Mmm ¿ya? Uuff que pesado se me hace esto por dios
Salieron y esperaron a que sus maletas salieran por la cinta, Esther estaba nerviosa deseando ir al
hospital al que irían directamente, ya que su padre la convenció para ir a recogerlas al
aeropuerto.
Anduvo unos pasos hasta que su padre llegó hasta ella y la abrazó con todo el cariño.
Jessica: Igualmente
Jessica miró a Esther quien se paralizó unos instantes, sacudió su cabeza de todo pensamiento que no
fuese Sonia.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Iban en silencio mientras Arturo llegaba hasta el hospital, entraban directamente hasta el ascensor,
Esther tiraba de su cinturón mostrando su nerviosismo, su padre pasaba un brazo alrededor
suyo para trasmitirle tranquilidad.
Atravesaban el inmenso pasillo en donde Esther comenzaba a sentirse bastante mal, llegaron hasta una
puerta donde Arturo se paraba haciendo entender que esa era la habitación.
Esther se sentó en las sillas del pasillo ante la mirada de su padre y de Jessi, hundió su cabeza entre las
piernas mientras comenzaba a llorar.
E: No sé si podré
La levantó con calma y llegaron hasta la puerta llamaron un par de veces y un “adelante” los invitaba a
entrar.
Nada más abrir la puerta vio a Luisa quien estaba de pie con la mano de su hija entre las suyas.
Luisa: Hija... -se fue hasta ella abrazándola con fuerza-... gracias a dios que estas aquí
Alzó la vista y la vio, apoyada junto a la ventana, la miraba seria, pero para nada era fría, su estomago
luchaba con su cuerpo por salir de allí.
Esther rompía aquel abrazo y sin decirle nada a Maca se iba hasta un lado de la cama para mirar a Sonia
quien dormía.
Luisa: Lleva un par de meses que no es la misma, no sale, apenas comía y no quería hablar con nadie...
-comenzó a llorar-... ayer me la encontré junto a una cuchilla en el suelo del cuarto de baño
El cuerpo de Sonia comenzó a moverse bajo las sabanas despertando, todos la miraban esperando a que
despertase.
Sonia: ¿Esther?
Luisa: Sí...
Jessica se acercaba hasta Esther ante la atenta mirada de Maca que miraba todo sin hablar.
Jessica: Cariño... -le escondía un mechón de pelo detrás de la oreja-... estaré fuera si me necesitas
E: Sí gracias
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Le dio un beso en la mejilla y salió de allí seguida por Maca que era la última en hacerlo, la pediatra llegó
hasta la puerta y con el pomo en su mano miraba a Esther antes de salir quien también la
miraba con los ojos llorosos, Maca bajó la mirada al suelo y cerró la puerta tras de si.
Sonia: Cansada
E: ¿Cómo que por qué? No podía quedarme allí después de... -cayó sus palabras con miedo por lo que
iba a decir.
El cuerpo de Esther se paralizó, su sangre helada dejó de correr por sus venas, un frío recorrió todo su
cuerpo dejándola paralizada en aquel lugar. Sus ojos temblaban como las hojas de los árboles
antes de caer.
E: Sonia yo...
E: Pero...
Sonia: Vete Esther... ¡vete!... -alzó tanto la voz que los demás en el pasillo también lo escucharon y
entraron preocupados en la habitación.
Sonia: ¡Que se vaya! -comenzaba a llorar girándose hacía el lado opuesto donde se encontraba Esther-
¡vete! -gritaba nerviosa.
Esther estaba inmóvil sin saber cómo reaccionar, no reconocía a la Sonia que estaba en aquella cama,
Luisa abrazaba a su hija que se aferraba a ella aun chillando mientras la seguía echando de allí.
Arturo: ¡Esther! ¡Esther espera! -había salido corriendo de aquella habitación destrozada por dentro y
por fuera.
Maca hizo el amago de ir tras ella pero Jessica la paró en sus pasos posando una mano sobre su hombro.
Jessica: Será mejor que sea yo quien vaya... -la pediatra la miró un instante confusa.
M: Está bien
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Tras la marcha de Esther a Sonia le dio un ataque de ansiedad y echó a todo aquel que no fuese su
madre, Arturo decidió que era mejor marcharse a casa suponiendo que Esther iría para allá
después de un tiempo.
Esther había corrido lo más rápido hasta salir de aquel hospital en la puerta cayó de rodillas sin saber
qué hacer con su vida.
Jessica llegó hasta ella y casi llevándola a cuestas llegaron hasta un parque frente al hospital donde se
sentaron bajo un árbol con la intención de tranquilizarla lo más posible.
Jessica con las piernas estiradas acariciaba la cabeza de Esther que reposaba en ellas mientras no decía
una sola palabra.
Jessica: A mí sí me importa
Comenzó a llorar de nuevo intentado hablar pero era imposible la voz se entrecortaba por el sollozo,
Jessica la abrazaba contra ella esperando a que se le pasase aquella sensación.
Jessica: Escúchame... -le cogía la cara con ambas manos-... tú no tienes culpa de nada ¿me escuchas?
E: Sí la tengo Jessi, tengo la culpa de que Sonia esté así, en esa cama
Jessica: ¡No! ¡Y mil veces no! Tú fuiste sincera en todo momento, y ella es la que ha consentido llegar a
estar así
Estuvieron hablando un rato más, Jessica intentaba a toda costa hacer quitar la culpabilidad de su cabeza
y lo más importante, de su corazón, fueron andando hasta el metro que las dejaba al principio
de la gran urbanización, Esther insistió en que quería dar un paseo, así que mientras iban de
camino se dedicaba a contarle a Jessica anécdotas de la gente que allí vivía y le mostraba
algunas casa que no tenían desperdicio.
Llegaron a su casa y tras llamar a la puerta Arturo les abrió la verja y entraron despacio, Esther seguía
con sus nervios pero muy distintos a los anteriores, Jessica al notar como temblaba su cuerpo le
dio la mano durante el camino, cuando subían los primeros peldaños de la entrada hizo el
amago para separarse ya que Arturo estaba en la puerta, pero esta, la apretó aun más
impidiéndoselo.
Arturo: Hola hija... -abrazo a una Esther que seguía de la mano de Jessica.
Pasaron aun unidas de la mano hasta el salón, cruzaron la puerta hablando con Arturo este les contaba
que se fueron instantes después de ellas, Esther entraba con la mirada triste fijada en el suelo.
Maca sentada en el sofá vio a los tres entrar, y su vista no pudo evitar fijarse en la mano de Esther, que
agarraba con fuerza a la de Jessica, esta que seguía escuchando la conversación de padre e hija
la vio y en un acto reflejo soltó su mano de la de Esther y esta se giró rápida mirándola.
Cenaban intentado alegrar a una Esther más que abatida por la circunstancias, Jessica estando al tanto
de todo le hablaba continuamente, no le gustaba como estaba y veía la mirada clavarse a
menudo en ella.
Jessica: Sí pero a mi ser médico no me va, yo prefiero trabajar con los que no se quejan... -Arturo miraba
extrañado sin comprender.
Arturo: ¡Ah! Jajaja no lo entendía perdona... me alegro que tenga alguna amiga allí
E: No papá... -decía cansada de tanta pregunta-... la conocí en una fiesta, ¡una a la de tantas que voy!
-tiraba la servilleta encima de la mesa y salía de aquel salón.
Los tres seguían en la mesa dando un tiempo prudencial a Esther pues estaba pasando por un mal
momento y lo comprendían. Tras unos minutos ya no pudo más se levantó de la mesa y se
dispuso a salir a buscarla iba despacio pero decidida.
Esther sentada en las escaleras del jardín como otras tantas veces escuchaba la puerta abrirse y sin tan
siquiera girarse comenzó a hablar.
E: Jessica por favor necesito estar sola... -ni siquiera me has saludado traspasaba sus oídos y apuñalaba
su corazón.
M: ¿Puedo sentarme?
M: ¿Cómo estás?
M: En cuanto nos llamaron por lo de Sonia fui corriendo para estar con su madre
E: Gracias
La miraba por primera vez en todo ese tiempo, sus ojos buscaban todos esos recuerdos a través de ese
corto espacio, apenas parpadeaban.
La pediatra al fin no aguantó más y bajó su mirada mientras cruzaba sus dedos nerviosa.
E: Cuando Sonia esté mejor... -miraba al frente cruzando sus brazos encima de sus rodillas.
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M: -se levantaba y la miraba desde arriba-... Mañana viene Ana... se quedará hasta... hasta la boda... me
ha preguntado mucho por ti
Se marchó de allí dejándola aun en el mismo sitio, la pediatra le comentó a Arturo que era mejor dejarla
por hoy, tampoco quería que su padre la agobiara aun más, pasados unos minutos entraba en la
casa y le decía a Jessica que ella se iba a acostar.
E: Vale, papá... -entraba en el salón y veía a su padre rodeando a Maca por el hombro mientras esta se
apoyaba en el viendo la televisión- que... que nos vamos a acostar... -Maca la miraba desde su
posición.
Arturo: Está bien... le dije a María que arreglase la habitación de al lado de la tuya para Jessica
Maca se incorporó mirándola seria, si su intención fue provocarla lo consiguió con matricula.
Arturo: Pero mujer habiendo camas para qué vais a estar las dos incomodas
E: Ha dormido conmigo durante un mes... -clavó sus ojos en la pediatra-... así que ya estoy
acostumbrada... buenas noches
Arturo hablaba solo pues Maca estaba inundada en un mar de celos, con el ceño fruncido seguía
mirando la televisión sin prestar ninguna atención.
Esther iba hasta su habitación seguida de Jessica que lo había escuchado todo desde la puerta y no
entendía el por qué de todo aquello, en verdad si lo entendía, pero no comprendía la posición
de despecho que había tomado.
Jessica: Sí
Salió de allí cerrando la puerta tras de sí y apoyándose en ella cerró los ojos e inspiró hondo, cabizbaja
comenzó a andar hasta la cocina, pasó por el cuarto de su padre, la puerta estaba abierta y su
vista fue hasta la mesa de despacho que había en el interior, distinguió perfectamente la foto,
se acercó hasta la puerta y se quedó apoyada en el marco de esta, la miraba añorando aquel
día, la alusión con la que recorrió las tiendas buscando el marco perfecto para enmarcar aquella
foto tan valiosa.
E: Que entupida fui... -dijo en voz baja, se dio la vuelta y se topó con su silueta en el camino.
La fulminó con la mirada, pero no era capaz a apartarla de ella, el silencio era tal que se escuchaban las
dos respiraciones funcionar nerviosas, Esther apretaba su mandíbula y Maca la miraba con
todos esos celos contenidos.
M: Eso... a propósito... ¿tienes un número fijo de tías que tirarte al año o cuantas más mejor? Por que
con esta llevas tres
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No la vio venir pero la mano de Esther era esa vez quien daba con rabia en la mejilla de la pediatra, esta
ni se inmutó, la miraba al igual que antes, pero con mucha más rabia, una rabia que pensaba
que saldría en cualquier momento.
E: ¡Te odio! ¡Te odio con todo mi corazón! -comenzó a recorrer el camino hasta su habitación.
M: ¡El problema es que es todo lo contrario y lo sabes! -el portazo sonaba justo al terminar su frase-
¡joder!
Entró en la habitación donde Jessica ya acostada pero sentada en la cama la miraba asintiendo con la
cabeza haciéndola saber que lo había escuchado desde allí.
Jessica: Si veis que tal bajáis al salón y termináis de poner a tu padre al día
E: ¡Déjame en paz!
E: Perdona
Jessica: Venga tranquilízate y acuéstate ven... -le daba unos golpes en el colchón para que fuera con ella.
Abrazada a ella intentaba no moverse para no molestarla, pero el sueño no hacía acto de presencia y
menos estando allí, le daba vueltas a la cabeza pensando en todo, recordaba una y otra vez la
reacción de Sonia contra ella, se sentía la peor persona por haber causado aquello, que por
mucho que Jessica la intentara convencer de lo contrario ella lo tenía más que claro en sus
ideas, recordaba la ira de Maca en sus ojos, un escalofrió recorría su cuerpo al recordarlo.
Seguía igual de preciosa que siempre, de repente la imagen de ella con su padre en el sofá la revolvió
tanto que no pudo evitar moverse despertando a Jessica.
Se levantó y salió despacio de allí intentando hacer el menor ruido posible, iba por el pasillo cuando su
pie tropezó con la pata de una de las mesitas.
E: ¡Joder! -cogía su pie mientras saltaba a la pata coja- un poco más y me lo rompo
Cojeando un poco llegó hasta la cocina, se calentó un vaso de leche y se sentó en una de las sillas,
soplaba hacía la taza intentando poder dar el primer sorbo, el líquido caliente bajaba por su
garganta aplacando algo su cuerpo inquieto.
Estaba a oscuras en aquella cocina, en la oscuridad dejaba su mirada en un punto fijo, el cual no
distinguía, pero no le importaba.
Prefirió no contestar a ese último comentario, abrió el frigorífico y sacó un brik de zumo, se sirvió un
vaso y comenzó a bebérselo de pie sin moverse de allí.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther dejaba la taza en el fregador y se daba la vuelta para salir de allí pero Maca la agarraba del brazo
para detenerla.
M: Espera... –susurró.
Paró sus pasos, la pediatra la miraba suplicante, expectante, Esther respiraba hondo, giró sobre sus
pasos quedando frente a frente, la miraba en silencio, ¿Cómo iba a odiarla? Eso era imposible,
sería como odiarse a sí misma. Dio apenas unos pasos y quedó a tan solo de uno de ella.
Se abalanzó sobre sus labios, ambos ardían de placer saboreando de nuevo aquel calor, el intenso roce
de las dos bocas hacía que sintieran tanto calor que notaba como las palpitaciones de sus
corazones llegaba hasta sus labios, la pediatra la cogió en peso y la sentó sobre la mesa.
Sus manos se colaban bajo la camiseta de la pediatra quien soltó un leve suspiro al notarlas acariciarla,
cambiaban el sentido de los besos una y otra vez furiosas por no llevar ninguna el control.
Esther ponía las manos en el trasero de Maca apretándola contra si haciendo que su sexo chocase con el
cuerpo de ella consiguiendo que se excitase aun más.
Llevó su boca hasta ese cuello que la perdía, su lengua jugaba rebelde entre esa piel, Maca inclinaba la
cabeza conteniéndose las ganas de pararla para continuar besándola, mordía ansiosa y llena de
deseo, por último dio un pequeño mordisco en su barbilla, Maca aprovechó y volvió a besarla
profundamente.
Las lenguas perdían su dueña y se movían libre sin ser guiadas por nadie, Maca introdujo su mano en el
pijama de Esther, comenzó a acariciar su pecho y haciendo que soltase un gemido que fue
callado por sus labios.
Devoraban sus bocas incluso llegando a morderse, Maca le quitó la camiseta y comenzó a devorar cada
pecho sin saber con cual quedarse, Esther acariciaba su cabeza sin apartarla de aquel lugar que
deseaba tenerla allí siempre.
La recostó despacio hasta que pudo ella misma también subirse en aquella mesa que comenzaba a
quedarse pequeña, sentada a horcajadas lamía su pecho sin encontrar el momento de parar,
hasta que su mano cobrando vida propia fue bajando hasta introducirse por debajo de su
pantalón, Esther no lo pudo evitar y soltó un gemido algo fuerte.
Centró su mano en aquel lugar volviendo loca a una Esther que se removía inquieta bajo su cuerpo, fue
descendiendo con sus besos hasta que decidió que su pantalón sobraba también, se lo quitó y
lo tiró por los aires sin querer pensar mucho.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther movía sus caderas buscando aquel contacto que no llegaba y que la estaba poniendo demasiado
nerviosa, Maca centrada en su ombligo había quitado la mano de aquel lugar haciéndola sufrir.
M: ¿Ya?
E: Joder ¡ya!
M: Jajajaj
Iba de nuevo hasta sus labios volviéndolos a besar con más efusividad mientras colaba de nuevo su
mano en el sexo de Esther, comenzó masajeándolo rápidamente hasta que comprobó que ya
estaba demasiado excitada introdujo los dedos en ella pero paro sin continuar.
M: Sshhh
Bajó rápida por ella hasta quedar agachada en el suelo y agarrándola por sus caderas la acercó hasta sus
labios que comenzaron el trabajo que sus dedos había dejado a medio.
E: Aahh... mmm... -encorvaba por completo su cuerpo hasta casi quedar sentada-... sí... mmmmmm
Se mordía los labios conteniendo chillar más, movía sus caderas mientras Maca intentaba tenerla lo más
quieta posible. Jugaba con su lengua entre los pliegues de Esther, comenzó a excitarse tanto que
tuvo que bajar una de sus manos hasta ella misma para empezar a acariciarse al mismo tiempo,
comenzaba a gemir también mientras seguía en su hazaña.
Pronto llegó aquella convulsión de Esther, su cuerpo temblaba sobre la madera, movía sus caderas en
espasmos pero sin querer terminar.
E: Espera... espera...
Seguía buscando el contacto de la pediatra mostrándole que no podía acabar, su cuerpo pedía más.
Se levanto rápida y quitando los pantalones de la pediatra para su sorpresa casi sin darse cuenta la
sentaba en el suelo y se acoplaba encima juntando sus sexos que comenzaba a acariciarse
mutuamente en el movimiento de esos dos cuerpos.
E: Maca
M: Esther aaaahhh
Esther movía sus caderas adelante y atrás rápidamente mientras se agarraba al cuello de Maca.
M: Más rápido
M: Mmm ya Esther ya
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sin dejar de moverse llegaban a un orgasmo abrazadas y sudorosas, se besaban succionándose los labios
provocando más que algún leve gemido más.
E: Mañana tendré los labios hinchados... -la miraba mientras pegaba su frente a la de ella aun con la
respiración agitada.
2 de Marzo
En la cama aun con los ojos abiertos revivía la noche anterior, miró su lado y vio como Arturo dormía
plácidamente, se quedó mirándolo e intentaba encontrar el por qué de la razón de todo
aquello, y lo más importante, ¿Cuándo decidió que su vida no era tan importante como para no
impórtale?
Se recostó de lado dándole la espalda pensando en Esther, miraba la foto que le regaló, la había
observado cada día como si al hacerlo intentara llenar el vació que dejaba Esther al marcharse,
pero mirándola esa vez algo era diferente, miraba aquellos ojos llenos de vida, que le gritaban a
los cuatro vientos esa noche que la quería.
Sintió como solo con saber que estaba cerca todo cambiaba para ella, pensó en que Ana llegaba ese día,
y tenían que tramar algo, intentar sacar alguna solución que valiera para todo el mundo.
Mirando la fotografía sus ojos comenzaron a cerrarse y sin quitar la vista de ella queriendo que fuese la
última imagen antes de aquellas pocas horas de sueño, terminó por caer en un placentero
sueño donde la protagonista principal era esa persona que le había robado el corazón sin poder
evitarlo.
E: ¡Espera!... -sacaba de la bolsa los pasteles que había salido a comprar a primera hora de la mañana-...
pero todos no ¡eh! Que tenemos que compartirlos
Jessica cogía uno con crema al que le había echado el ojo nada más verlo, masticaba mientras emitía
ruidos algo extraños de satisfacción por aquel manjar en su boca.
Jessica: Oye... -decía con la boca llena-... anoche... ¿onde te metite?... -le costaba hablar por la cantidad
de comida que masticaba.
E: Pues contigo... -se daba la vuelta sonriendo intentando no ser descubierta-... ¿quieres café?
Jessica: Sí por favor... pero cuando dijiste que ibas a la cocina... -su voz sonaba con rin tintín-... ¿te
perdiste por el camino o...?
E: ¿O que Jessica? -se sentaba junto a ella ofreciéndole su taza y bebiendo de la suya- porque de verdad
que no sé de qué me hablas... -reía disimulada mente y miraba por la ventana.
E: ¿Por qué?
Jessica: Mírame te digo... -cogía su mano y comenzaba a obsérvale los labios-... ¿tú sabes que ocurre
cuando succionas mucho la piel?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: ¿Pero de que me hablas? -se levantaba nerviosa y se miraba reflejada en una de las cacerolas.
Jessica: ¡Esther! ¡a ti te han comido el morro! ¡Y con ganas además! ¡Pero mira como lo tienes! -veía
como Esther se tocaba el labio inferior mientras distinguía lo que le estaba señalando- ¿con que
a la cocina no?
Sonia comenzó a mirar a su alrededor mientras Esther sonriente la observaba, volvió a mirarla y está en
un acto reflejo miraba hacía la mesa donde reposaban ambos cafés y el pastel de Jessica.
Jessica: ¡No me jodas! -cogía aquel trozo que le quedaba y lo retiraba de la mesa.
E: Anda tontita... -la abrazaba por detrás-... si has probado casi todos los rincones de mi casa, no sé de
qué te sorprendes
Maca entraba ya vestida en la cocina presenciando la escena de Jessica entre los brazos de Esther
mientras esta le susurraba algo al oído.
Su cuerpo comenzó a tensarse y cerrando los puños entró con paso decidido hasta la cafetera que
descansaba en el mueble de la cocina.
Jessica: Hola... -Esther se separó rápido de ella y se fue hasta la bolsa de los pasteles.
Cogió su taza y se marchó de allí nuevamente dejando a una Esther de piedra con aquel rostro clavado
en ella, dejó la bolsa en la mesa y se cruzó de brazos intentando entender lo ocurrido antes
mientras Jessica la observaba sin saber qué hacer.
E: ¡Te juro que no lo entiendo! -daba un golpe con ambas manos sobre la mesa- ¿pero de que va?
E: ¡Mira! -levantaba la mano enfadada- es que... es que... es que la ahogaba ¡te lo juro! -hacía un gesto
con sus manos como si agarrase el cuello de la pediatra.
E: ¿Pero por qué? ¡Si tendría que ser yo la que estuviera así joder!
Arturo entraba en la cocina hecho un pincel dentro de su traje y el periódico en la mano mientras
buscaba algo en su agenda.
M: Dime... -se sentaba con ellos en la mesa mientras de alguna manera había hecho por cambiar
totalmente su actitud a la de momentos antes.
Arturo: Ha pues perfecto, no vaya a ser que Maca se pierda que todavía le cuesta
M: Una vez... -miró a Esther-... pero llegué tarde para despedir a alguien
Esther la miraba fijamente intentado leer entre líneas, ¿había ido?, ambas se miraron apenas unos
segundos queriendo no llamar la atención, pero como otras muchas veces parecía que al
hacerlo el mundo se detuviese importando solo ellas dos.
Jessica: ¡Claro!... -saltó rápidamente a contestar recibiendo una mirada asesina por parte de Esther-... así
podíamos comer las cuatro fueras
Arturo: ¿He dicho que me cae bien tu amiga?... -se dirigía a su hija-... ¡ale! Pues ya tenéis plan para hoy
M: En un par de horas
Salían de la casa hasta el garaje, Jessica hablaba y hablaba intentando quitar la tensión de aquel
momento, Maca miraba a Esther continuamente y está dándose cuenta la ignoraba a propósito.
Esther la rodeaba mientras con su mano acariciaba el cuero de su asiento, la miraba con todos sus
recuerdos en ellas.
E: Mi moto
Jessica: Es preciosa
E: Dalo por hecho... -le dijo sonriente mientras le guiñaba un ojo, acto que no paso desapercibido para la
pediatra.
Se montaron en el coche y Jessica insistió en ir detrás, así que Maca no queriendo discutir se montó
delante con Esther pero sin hablar apenas. Jessica entablaba conversación mientras acercaba su
cuerpo hasta ellas entre ambos asientos quedando de lado para mirar mejor a Esther.
E: Ya verás... te caerá genial... si me deja verla claro... -su tono cambio al decir aquellas últimas palabras.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Jessica: Ya verás cómo sí... -le frotaba el brazo con cariño- oye Maca... ¿y tú a que te dedicas?
E: Ya hemos llegado
Aparcaron frente al hospital y cruzaban la calle, Esther se alegraba más por momentos de que Jessica
estuviera allí con ella, le sacaba de más de un apuro y quitaba bastante tensión entre Maca y
ella.
Luisa estaba en la puerta hablando con un medico cuando las tres chicas aparecieron por el pasillo, al
verlas aparecer y le dijo algo al médico que se giró mirando a Esther.
E: Hola Luisa
E: ¿Cómo está?
E: ¿Por mí?
Luisa: Sí hija
E: Esther
Carlos: Anoche hablé con ella y me contó vuestra conversación... ¿quisiera saber cómo estás?
Carlos: No pretendía incomodarte, pero es para valorar si sería bueno o no el que hablases con ella
Carlos: Luisa compréndame... si Esther se siente coaccionada por ella no podrá ayudarla, necesito saber
si tiene las ideas claras
Jessica y Maca se quedaban al margen de todo aquello escuchando atentamente, Esther de vez en
cuando miraba a ambas que no sabían que decir.
E: No a mí me da igual
E:... -Esther miró a Jessica y esta le asentía para darle confianza- Sé que no debería ser así... pero en gran
parte sí
Carlos: Vale... -apuntaba algo en una carpeta-... ¿y por qué piensas que no debería ser así?
E:... -agachó su mirada triste-... Pues... yo... siempre he sido franca con ella, nunca la he mentido en
nada...
E: Por que no haya sido intencionadamente soy la razón de que este así
Carlos: Vale... pues te diré una cosa... ella sabía lo que hacía en cada momento, nada ni siquiera tú la
incitó a hacerlo... tienes que tener eso en la cabeza
E: Lo intento
Se quedó parada en la puerta cogiendo fuerzas para afrontar verla en aquella situación de nuevo, con el
pomo entre sus manos intentaba tranquilizar su respiración, cerró los ojos encontrando las
miles de sonrisas que su amiga le había regalado en el pasado deseando encontrar una de ellas
al entrar por esa puerta.
Giró el pomo y abrió la puerta tímidamente preguntado un “¿se puede?” que fue afirmado.
E: Hola
Estaba incorporada en la cama sosteniendo una revista, desde esa posición podía ver claramente las dos
muñecas vendadas, Sonia recorrió el mismo camino para ver que observaba en ella.
E: Sí
E: No tiene importancia
Sonia: Sí... sí que la tiene... no fue justo por mi parte... tú no tienes culpa de nada
E: Algo tengo...
Sonia: No... -mostró una pequeña sonrisa-... no puedes elegir de quien enamorarte Esther
Tímidamente se acercó hasta la cama y se sentó en un lado mientras Sonia la miraba con una pequeña
sonrisa.
E: No me puedo quejar... -miraba al suelo mientras jugaba con la sabana entre sus manos.
Sonia: Pues no deberías... tengo que asumirlo y que mejor que hablando contigo
Sonia: Vale, vale, jajaja tampoco me hace falta que me des los detalles
E: Perdona
E: Es una compañera de la universidad... estaba conmigo cuando mi padre me llamó y quiso venir... está
fuera con Maca... esperando para entrar
E: Espera... -se levantó y se fue hasta la puerta donde les indicó que pasaran.
Una situación de lo más extraña posible se encontraba en aquella habitación, cuatro personas
totalmente distintas, tres de ellas con solo un punto en común, Esther.
Miraba como las tres personas que daban equilibrio en su vida estaban entre las mismas cuatro paredes
donde ella se encontraba, le resultó paradójico que aun teniéndolas cerca, se sintiera tan vacía.
Sonia era su calma, la razón que le hablaba cuando la suya desaparecía, Jessica era todo lo contrario, era
la que le daba todo lo que era incapaz de pedir, y Maca... Maca era todo en uno, todo lo que
nadie más le daba y la que sumaba más de todo lo anterior, miraba como al lado de Sonia le
hablaba cariñosamente.
Sonia: Bueno... y está loca ¿Cómo se porta por allá? -le preguntaba a Jessica.
Jessica: Bueno... -la miró sonriendo-... jajajaja no sé cómo sería aquí pero allí... -movía la mano-... vaya
tela... no hay quien la pare
Sonia: ¿Y eso?
Sonia: ¿No me digas que te da corte contármelo? ¡Por dios Esther!... a ver cuenta, cuenta
Jessica: Pues... -miró a Esther de nuevo quien no puso ninguna objeción-... de fiesta en fiesta
E: Gracias
Maca sentada en una de las sillas con las piernas cruzadas miraba como las tres chicas atacaban a Esther
medio sonriendo.
E: ¡Sonia!
Sonia: ¿Qué? Me interesa... -le sonrió y de nuevo miró a Jessica quien no podía aguantar la risa- ¿y bien?
A Maca le cambió la cara esperando aquella respuesta, la verdad es que ella también lo pensaba pero no
había tenido ocasión de preguntárselo.
Jessica: Perdona
Sonia: A ver Esther... -le hizo una señal con el dedo para que se acercase-... ¿Qué llevas aquí?... -le
miraba el labio.
E: ¿Dónde?
Sonia: ¿Qué ocurre? -la miró intentando entender hasta que una lucecita en su cabeza la hizo
comprenderlo-... ¡anda coño!... -miró a Jessica.
Maca se tapaba la boca con una mano intentado contener la risa mientas Esther la miraba fijamente
comenzando también a sonreír mientras negaba con la cabeza.
Jessica: Pero que no es obra mía ¡eh! ¡A mí que me registren! -levantaba las dos manos.
Las tres a la vez miraron a la pediatra quien seguía de la misma forma y al ser descubierta no pudo más
que sonreír y subir los hombros sin saber que decir ante la pillada sin posible defensa.
E: ¡Hablo en serio! -estas seguían riéndose descaradamente hasta que no pudo más y salió de allí
enfadada.
Jessica se quedaba en la habitación con Sonia comentando lo ocurrido, se habían caído bien pues las dos
adoraban a Esther.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther andaba por los pasillos ignorando a Maca que la llamaba sin conseguir nada, corrió apenas unos
metros hasta que la alcanzó.
Se giró quedando frente a ella y movía su cuerpo inquieto aunque sin moverlo del mismo lugar, apoyó
las manos en sus caderas y bajando la cabeza comenzó a llorar.
E: ¡No es por eso Maca! Es por todo... -se sentaba en una de las sillas del pasillo-... siempre hay algún
momento en el que me recuerdan la mierda de vida que tengo... y yo no sé cuánto tiempo
podré aguantarlo... -apoyaba su cabeza en sus manos-... no tengo a nada a lo que aferrarme...
nada que me dé las fuerzas para seguir con esto Maca...
Unas lágrimas caían por los ojos de la pediatra mientras escuchaba aquella confesión por parte de
Esther, tenía miedo del día en que dijese aquello, y aun más de que lo hiciera.
M:... -se arrodilló frente a ella levantando su barbilla-... Necesito un tiempo Esther...
Esther la miraba mientras su corazón latía con fuerza, “¿le estaba diciendo que dejaría a su padre?” la
mano de la pediatra seguía en su mismo lugar, miró a ambos lados del pasillo para cerciorarse
de que nadie venía la acercó agarrándola con su mano y le dio un beso en los labios haciendo
que todo el cuerpo de Esther temblase.
E: Maca...
M: Sshh... -puso un dedo en sus labios-... basta ya de hacernos daño Esther... dame una oportunidad
para arreglarlo... dame tiempo... e intentaré que funcione
M: Pero no podré hacerlo si tú no estás segura esto... -se levantaba quedando frente a ella todavía-...
tienes la última palabra Esther...
Se marchó de allí dejándola sola para pensar, andaba por el pasillo mientras mordía sus dedos nerviosa,
no sabía el número de veces que había recorrido aquel lugar cuando recordó que tenían que ir
todavía al aeropuerto.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: No lo sé... está por ver todavía... -se acercó a ella y le acariciaba el pelo-... intentaré venir esta tarde si
no mañana por la mañana te traigo un buen desayuno ¿vale?
M: Vamos... ya vendré a verte... -se acercaba a darle dos besos cuando Sonia le susurraba algo al oído.
Se quedó algo inquieta pero la comprendió, como no hacerlo, si estaba enamorada de ella, era normal
que quisiera lo mejor en su vida y la relación que estaban tomando para nada hacía bien a
ninguna.
M: Tranquila
Sonia: Bueno ¡pues! Darle recuerdo a la loca y a ver si me la traéis que la vea
Estaban las tres sentadas en los asientos al lado de la salida del vuelo de Ana, Esther en medio de las dos
sonreía por las ocurrencias de Jessica que observaba y calificaba a la gente que pasaba por
delante de ellas.
Jessica: Mira esa... -señalaba a una mujer bastante estirada-... está casada con un rico banquero... está
amargada por supuesto...
E: Por supuesto
Jessica: Su marido no le proporciona el placer que necesita y lo encuentra en la niñera de sus tres hijos
E: Jajaja de verdad que eres un caso... -se giró a mirar a la pediatra aun riendo y esta la estaba mirando
fijamente, algo ruborizada dejó de reír siguió mirando a Jessica- ¿y aquel?
Jessica: ¡Uy! Ese es un carnudo que espera a la preciosa de su novia que le dijo que se iba con las amigas
y en realidad se fue con el mejor amigo de él
M: ¿Haber que me dices de esa? -señalaba a una mujer que salía con su maleta vestida con una traje de
falda.
E:... -Esther miró hacía donde indicaba y luego volvió su vista hasta la pediatra que le guiñaba un ojo-
Jessica: Mmm pues es una solterona, y pija, que aprovecha la ocasión de ligar en cuanto se le presenta
M y E: Jajaja
M: ¡Ana cariño! -se levantaba para ir hasta su amiga dejando a Jessi clavada en su asiento.
Se levantaban juntas y llegaban hasta ellas que estaban dándose un efusivo abrazo mientras Maca seguía
riéndose sin que Ana supiera por qué.
Tras saludar y hacer las presentaciones oportunas se dirigieron hasta un restaurante pero este estaba
lleno así que tuvieron que volver a salir, paradas en la acera pensaban donde ir hasta que a
Esther se le ocurrió un sitio.
E: Seguidme
Esther agarrada del brazo de Jessi seguía riendo con su amiga, Maca la escuchaba y no podía evitar
mirarla alguna que otra vez haciendo que Ana le soltase alguna broma que ella aguantaba como
podía.
Recorriendo su camino se cruzaron con un grupo de jóvenes que habían empezado a celebrar una
despedida de soltero en toda regla, cantando y riendo comenzaron a adularlas al pasar por su
lado, Maca y Jessi se llevaban gran parte de los piropos haciendo que Ana se quejara y Esther
riera mientras veía como Maca dándoselas de importante la hacía rabiar más.
Anduvieron durante un rato hasta llegar a un barrio antiguo de Madrid, varios personajes afincados en la
calzada daban espectáculos callejeros esperando una propina, un mimo se quedó tras ella
mientras imitaba a Maca y Ana que hablaban animadamente, la gente alrededor se reía sin
darse ellas cuenta hasta que Esther se giró curiosa y vio la escena e hizo para a Jessi, se hicieron
a un lado observando al igual que los viandantes, estas seguían hablando hasta que Maca echó
de menos la voz de Esther tras de sí y se giró quedando sorprendida por aquello.
El mimo se hacía el despistado volviendo en sus pasos mientras todo el mundo incluyendo una Esther
muerta de risa aplaudían la hazaña, Ana se había quedado muda, nunca mejor dicho y Maca
reía discretamente mirando a Esther que no le quitaba ojo de encima.
Esther seguía pensando en todo lo que se le avecinaba encima decidiese lo que decidiese, pero prefiero
disfrutar de aquel día intentando olvidar por unas horas todo aquello que la perturbaba y la
hacía no ser ella misma.
E: Toma guapetón... -le daba algo de dinero y el mimo le hacía una reverencia dándole las gracias.
E: ¡Y de ti tampoco Ana! -le echaba un brazo por sus hombros- os estaba imitando jajajaja
Llegaron hasta un pequeño bar de barrio donde la gente comía y bebía incluso a través de un ventanal
de la barra.
E: Pues como que sí... -entraba directamente con Jessi de su brazo-... ¡hola Antonio!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Un hombre bastante atractivo estaba tras la barra poniendo cervezas y diciendo las típicas cosas que
dicen para hacer reír a la clientela, cuando la vio se colocó el trapo al hombro con todo su arte y
cantando una canción salió corriendo para saludar a Esther.
Antonio: ¡Ante ustedes la mujer más maravillosa de la tierra! ¡Qué digo de la tierra! ¡Del universo
infinito!
Las chicas reían mientras observaban que el rostro de Esther comenzaba a coger colores mientras aquel
chico la levantaba con sus brazos y la abrazaba.
Maca observaba la escena y sonreía al ver a Esther de aquella manera, la encontraba tranquila
disfrutando y feliz, regalando por donde iba aquella maravillosa sonrisa que hacía que todo su
miedo se esfumase.
Antonio: El gusto es completamente mío... -cogía su mano y la besaba sacando de nuevo las risas de las
mujeres.
Ana: Igualmente
Antonio: ¡La futura señora García! un honor conocerla -la besaba también la mano.
M: Encantada
Antonio: ¿Qué siga con que cariño? -pasaba una mano por su cintura-... ven que os llevo hasta vuestro
reservado
Entraron en el salón y tras acomodarlas en la mesa las dejó un ratito prometiendo que en breve volvería
con ellas, el saloncito estaba algo lleno pero no llegaba a ser demasiado ruidoso.
E: Sí chica sí... cuando aun pensaba que los hombres eran personas de este mundo
E: Sí... por norma no me llevo mal con nadie con quien allá tenido relación, no me preguntes por qué,
porque no lo sé
De pronto se escuchaba de nuevo aquella voz cantando a los cuatro vientos, como si de un concierto se
tratase, haciendo que más de un cliente en las mesas se arrancara a aplaudir.
Antonio: ¡Ya estoy aquí! -llevaba con él una pequeña libreta- que quieren para beber estas cuatro
preciosidades del cielo
Maca miraba algo extrañada aquella escena, de nuevo venían aquellos celos internos, escuchaba los
piropos que le decía a Esther y aun sabiendo que no tenía nada que hacer con ella, empezaba a
ponerse nerviosa.
Todos miraron Maca que jugaba con la esquina del mantel absorta a todo, sin escuchar ni ver nada.
E: Maca... ¡Maca!
M: Sí... dime
Se quedaron unos segundos mirándose mientras los demás contemplaban la escena, Ana miraba a su
amiga y Jessica hacía igual con Esther, Antonio sin entender muy bien que ocurría rompió el
momento.
E: Sí... -se giró de nuevo para mirarlo-... y para comer lo que tú ya sabes
El amigo de Esther se marchaba dejando a las cuatro chicas en silencio, era tal que comenzaron a
picotear de un plato de aceitunas que llevó Antonio para la espera.
E: Sí... son del huerto de su padre en Murcia... -cogía una y tras masticarla se tragaba el hueso y
comenzaba a toser.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ana: ¡Esther! -se levantaba y se ponía tras echa dándole pequeños golpes en la espalda.
M: Joder! -se levantaba rápida y la rodeaba por detrás poniendo sus brazos bajo el pecho para apretar
contra él.
A malas penas conseguía tragar un poco mientras continuaba tosiendo ante la mirada e medio salón que
la observaba, Maca se agachaba junto a ella frotándole la espalda.
M: Venga...
Le daba el vaso sin percatase de lo que había dicho y las tres chicas se quedaron mirándola sorprendidas
hasta que Esther por los nervios volvió a toser y reaccionaron ayudándola.
Jessica: Dime
Se iban dejándolas solas un momento, Esther intentaba volver a su respiración normal mientras
continuaba bebiendo.
M: Creo que deberíamos pedir agua, no vaya a ser que ahora te siente mal tanta sangría... -se levantó
para ir hasta la barra.
E: De verdad
E: Maca
M: Dime
M: ¿Sí?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: No lo sientas... no me ha molestado
M: Pues aunque con cuidado te lo seguiré diciendo... -le recogía el pelo hacía un lado.
Las chicas llegaban interrumpiendo a la pareja, sentándose esta vez juntas por parte intencionada de las
otras dos, estas sonrieron al darse cuenta y siguieron como antes del percance de Esther.
Hablaban animadamente contando anécdotas del viaje de Esther y algún que otro ligue por parte de
Ana.
Esther se recostó en la silla descansando un poco y posó la mano en su pierna, Maca viendo aquel
movimiento bajó disimuladamente la suya para entrelazar ambas mientras con un dedo escribía
“te quiero” en la palma de Esther, haciendo que una sonrisa saliese de sus labios leyendo
aquella caricia que notó como ángeles en su corazón.
Maca miró a Esther y esta bajó la mirada haciendo que Ana se diese cuenta y cambiase rápidamente de
conversación, parecía que la situación se arreglaba por momentos pero era inevitable tener
situaciones en las que ambas sabían que por mucho que tuvieran ilusiones y esperanzas
tendrían que pasar por momentos bastante duros y que las haría daño.
Ana: Uuff... -se tocaba la barriga- yo estoy que no me coge nada más
Jessica: Yo sí
Todos la miraron y ella completamente seria hizo que todos rieran por aquel comentario consiguiendo
que esta se ruborizara.
Jessica: Jooo
E: Sí, yo un cortado
Las chicas se despedían de él haciendo que este sacara de nuevo todo su encanto con cada una de ellas y
con una sonrisa en los labios se fueron hasta la puerta a esperar a que Esther saliese.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Antonio: Y ya de paso me enseñas más esa sonrisa tuya que tanto me gusta, que te veo tristona
Antonio: Amores
E: A Sonia la quiero muchísimo pero no como debe ser para estar con ella
Antonio: Comprendo... ten cuidado ¡eh! Aunque... la chica está bastante bien... -decía sin quitar ojo de la
pediatra.
E: Es difícil
Antonio: Pues ten cuidado ¿vale? Has cogido un camino muy complicado
E: Lo sé
E: Lo mismo digo... -se iba hasta la puerta-... ¡a ver si la próxima vez me dices que alguien te ha sentado
la cabeza!
Pusieron rumbo de nuevo por aquellas calles de Madrid pero algo esta vez había cambiado, Esther iba
algo más relajada y reía animadamente con Jessica recordando a Antonio, Maca iba detrás con
Ana sin pronunciar una sola palabra intentado pensar en lo que podía hacer.
M: Nada
En la casa Arturo estaba en el salón con un hombre que le iba enseñando diferentes menús para la
celebración, este no sabía muy bien que decidir pues esperaba que las chicas estuvieran con él
en aquel momento.
En ese momento se escuchaba la puerta y cuatro voces que llegaban hasta donde ellos se encontraban.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Arturo: ¡Mira! Problema solucionado... -salió de allí rápido por ser rescatado de aquella situación-
¡menos mal!
E: ¿Qué pasa?
Arturo: ¡Que está aquí el encargado del catering y me enseña menús y más menús! Y no sé cuál decidir...
así que ¡todas al salón!
Le dio un beso a Maca y salió de allí haciendo que en una situación distinta hubiera arrancado las
sonrisas de las allí presentes, pero que en cambio todas se miraran sin saber muy bien qué
hacer.
Fueron hasta el salón y aquel señor sentado frente a la mesa esperaba ser atendido, Ana comenzó a ver
cada uno de los muestrarios mientras Maca a su lado parecía asentir dándole la razón como a
los locos, Esther sentada en una silla bastante apartada era observada por Jessica sin saber
cómo ayudar a su amiga.
E: Dime
E: ¿Ahora?
Maca y Ana miraban la corta conversación que estaban escuchando de las dos amigas comprendiendo el
por qué de Jessica por la tan repentina gana de ello.
Jessica: Es el mejor
Salió de allí sin despedirse de nadie y las dos en silencio llegaron hasta el garaje, Esther le ofreció un
casco a Jessi y esta esperó a que Esther montase para hacerlo ella también.
Esther no pensaba ni a donde se dirigía, su cuerpo conducía aquella moto sin ser ordenado por su
mente, aunque su vista conocía a la perfección aquel lugar, notaba los brazos de Jessica
rodearla y pensaba en Maca, en lo que le había dicho en el hospital, tuvo esperanza, claro que
la tuvo, pero conforme pasaban las horas aquella mismas que la hicieron pasar casi un día
completo algo menos triste comenzaban a disiparse.
Comenzó a imaginar cómo reaccionaría la gente si Maca anulaba la boda, intentó pensar en la reacción
de su padre, no lo podía conseguir, no lograba tener en su cabeza la imagen de Maca diciéndole
la verdad a su padre, su corazón intuía que aquello no pasaría y por pura inercia su puño
acelerara aquel motor entre sus piernas haciendo que Jessica asustada se aferrase más a Esther.
Llegaron hasta aquel lugar donde conseguía encontrar el silencio que la reconfortaba, el silencio que no
le decía que todo lo que su corazón anhelaba era un mero sueño que jamás conseguiría realizar.
E:... -se sentaba en aquel banco de piedra, que si tuviese vida, sería uno de sus mejores confidentes-...
aquí consigo encontrar mi tranquilidad
Jessica: ¿Qué os ha pasado hoy? -se sentaba junto a ella cogiendo su mano con dulzura.
E: Me ha pedido tiempo
E:... -se giraba a mirarla con los ojos cristalinos-... ¿De verdad lo crees posible?
Jessica: -soltaba un aire contenido en sus pulmones-... Pues no te voy a negar que está chungo Esther...
muy chungo... pero si te ha dicho eso es porque en realidad quiere estar contigo ¿no?
E: No lo sé...
Jessica: Esther... te has enamorado de una persona que decidió vivir su vida de una manera antes de
conocerte... ahora tú la has hecho cambiar de opinión, pero... las cosas hay que hacerlas bien...
no puede dejarle una nota a tu padre en la mesilla y comprar dos billetes de avión para que os
escapéis
Jessica: Dale el tiempo que te ha pedido... el que tú veas conveniente... pero eso sí... intentando guardar
las distancias... si no...
E: Lo sé... -volvía a su posición normal y miró a Jessica fijamente- gracias... si no es por ti... no sé como
estaría ahora
Jessica: No me las des... -se abrazaron sabiendo que era lo que Esther más necesitaba en ese momento.
E: ¿Qué?
Jessica: ¿Me dejas terminar?... -Esther asintió todavía riendo- y... vamos a ver a Sonia y te distraes un
rato
E: Sí... me apetece
Pasaron toda la tarde en el hospital, Esther le dijo a Jessi que no sacase el tema de Maca e intentase que
si Sonia lo sacaba ayudarla a esquivarlo.
Hablaban bastante alegres, Esther por ver como Sonia recuperaba su sonrisa, Jessica por que aquella
chica le había caído bastante bien y le gustaba ver a Esther tan relaja y Sonia, simplemente por
tener a Esther con ella.
Luisa estuvo con ellas hasta que vio prudente dejar a las amigas solas un rato.
Cuando hubo oscurecido Esther decidió dejar descansar a su amiga, le dio un fuerte abrazo con el que se
le saltaron las lágrimas a Sonia, se despidieron hasta el día siguiente en el que Esther prometió
volver a verla.
Llegaron a casa y llegaron justo cuando estaban preparando la cena, Esther fue a cambiarse seguida de
Jessica que se propuso no dejarla sola en ningún momento dejando en mínimas las ocasiones
en que la pediatra pudiese abordarla.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Bien... -se servía una copa de vino-... bastante mejor, hemos estado toda la tarde con ella, se la ve más
animada
E: Sí... y yo también
Arturo: Pues sí... mi mujer me inculcó el querer saber cocinar y bueno... no se me daba mal
Todos: jajaja
Arturo: Entonces ¿mañana tienes la prueba del vestido no? -le decía Maca.
E: No lo sé papá
Arturo: ¿Qué te cuesta mujer?... así las llevas tú... y ya coméis por ahí, después puedes ir a ver a Sonia
Aquella noche dos personas no paraban de dar vueltas en sus respectivas camas, aquella mañana se
había abierto una pequeña ventana a la esperanza, un rayo de felicidad iluminó a Esther, pero
por poco tiempo, pues al día siguiente tendría que ver como Maca se probaba aquel vestido con
el que sabía que estaría preciosa, pero no para ella.
Maca ni se había acordado de la prueba, si no hubiera sido por Arturo ni hubiera ido, se planteaba una y
otra vez que hacer, no había tenido oportunidad de hablar con Ana, pero sabía que la solución
que le daría sería hablar con Arturo, aunque no nombrase a Esther en un primer momento.
3 de Marzo
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther llevaba horas levantada sin haber podido conciliar el sueño, estaba en la cocina repasando el
periódico junto a su segunda taza de café, su padre ya se había despedido de ella para poner
rumbo a su oficina.
Aburrida de estar en aquel lugar salió hasta el jardín y se sentó en una de las sillas que bordeaban una
mesa de madera cubierta por un pequeño techo también de madera.
E: Hola Ana... -la mujer se sentó junto a ella con otra taza de café.
Ana: ¿Qué haces aquí? -miraba como Esther solo sentada se limitaba a estar en silencio.
E: Como no puedo irme, y no podía dormir, pues cualquier cosa que no sea dar vueltas en la cama
Ana: Comprendo... mira... no me ha dado tiempo a hablar con Maca pero... sé que ocurre algo
E: Me da igual lo que haga... yo no sé cómo va a seguir esto... y hoy tengo un día bastante malo... así que
ya que tienes que hablar con ella le dices... -sus palabras fueron interrumpidas por la pediatra
que salía envuelta en su bata y escuchando las últimas palabras de Esther.
Ana: Será mejor que me vaya... -se levantaba de allí y se marchaba dejándolas a solas.
M: Pues para eso no hace falta que mandes a Ana de recadera para nada
E: Voy a cambiarme
Se marchó de allí dejándola sola, subió a despertar a Jessica y fue a ducharse e intentar que su mal
humor se esfumase, Maca por su parte le contaba a Ana lo sucedido hace dos noches y lo que
le dijo el día anterior en el hospital.
Con solo dos voces en el coche, las de Jessi y Ana se dirigían hasta la tienda para acudir a la cita con la
modista.
Tras aparcar anduvieron el escaso recorrido desde el parking esa vez sí, en absoluto silencio.
Chica: Sí la estaba esperando... -cortó a la pediatra y les indicó que la acompañasen hasta una habitación
más alejada.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
La mujer había sacado una botella de vino ya que se acercaba la hora de comer y como era costumbre en
los clientes como la pediatra, Ana al lado de su amiga veía como aquella chica retocaba algunas
cosas mientras Jessica ojeaba alguna revista y Esther con su copa en la mano daba la espalda a
todo aquello mirando por la ventana, siendo observaba por la pediatra en todo momento.
Chica: Le tendré que meter el talle, ha adelgazado un poco... pero es normal... a todas les pasa, los
nervios de la boda
Tras un rato tomando medidas y marcando por encima dejando la señal para posteriormente arreglarlo
la chica la invitaba a subir a un pequeño lugar elevado rodeado de espejos para que se viese
con aquel precioso vestido que la hacía parecer la princesa más preciosa de la historia.
Jessica:... -se había levantado para quedar junto a Ana y observaba junto ella boquiabierta la silueta de la
pediatra-... de verdad que estás guapísima
Maca se miraba en aquel espejo y por más que lo hiciese no podía encontrar nada que la hiciese sentir
como se supone que tiene que estar una mujer en aquel momento, se miraba sin mover su
cuerpo, la modista le terminaba de retocar la cola sin darse cuenta de todo el dolor que había
en aquella habitación.
Esther seguía de espaldas a ellas, pero sin haberse dado cuenta comenzó a mirarla reflejada en el cristal,
observaba como se miraba ante aquel espejo bastante seria, y unas lágrimas comenzaron a salir
de sus ojos al ver lo bien que le quedaba aquel vestido, se hubiera girado a obsérvala sin ser
llamada si no llega a ser por la vergüenza de que la vieran en aquella situación.
Esther se giraba con sus ojos enrojecidos ante la mirada de las mujeres allí presentes, una mirada más
que triste se cruzaba con la suya, Maca la miraba desde el final de la habitación esperando
algún comentario por parte de ella.
Ana: Perdone
Chica: Sí
Ana:... -pasaba un brazo por los hombros de la mujer-... ¿podría ayudarme con un dilema que tengo?...
-la conducía hacía la puerta mientras Jessica las seguía entendiendo las intenciones de Ana.
Esther seguía en aquel mismo lugar siendo observada a su vez por una Maca destrozada que comenzaba
a llorar en silencio, ninguna decía nada, se dedicaban a desnudar el alma de la otra, pidiendo el
perdón necesario para poder avanzar.
E: Estás preciosa
Aunque dos, fueron dos palabras sinceras, fueron dos palabras que terminaron por hundir a la pediatra,
se sentó en el suelo dándole igual el vestido que la cubría y tapando su rostro con ambas manos
comenzó a llorar desconsoladamente haciendo que Esther corriera a su lado a abrazarla.
E: No tenía que haber venido... -decía mientras la abrazaba sin ser correspondida.
La pediatra giró su cuerpo y la abrazó con fuerza, intentado así retenerla el más tiempo posible.
M: Tengo miedo Esther... quiero acabar con todo esto pero tengo miedo
E: Tranquila...
M:... -sacó su rostro del lugar donde permanecía para mirarla a los ojos- Yo te quiero Esther... nunca lo
dudes...
Se besaron sin importarles el lugar donde se encontraban, un miedo interior hacía temblar aquellos
labios, haciendo de él un beso tímido pero lleno de necesidad.
Momentos después las tres mujeres hicieron de nuevo su aparición, esperando que la pareja hubiera
tenido oportunidad de hablar y encontrar un ambiente algo más relajado, parecía así, pero algo
les decía que para nada era como ellas pensaban.
Terminaron con aquel momento tan duro y pusieron rumbo de nuevo a la casa, Esther no podía
pronunciar palabra, Ana conseguía sacarle algunas a Maca pero algo escasas.
Esther vio en los ojos de Maca aquel amor que decía brindarle, pero lo veía reflejado junto a un miedo
que lograba hacerle sombra, vio como temblaban al decirle que la quería y sintió rabia, rabia
por no poder arrebatar toda aquella oscuridad de su mirada, dándole igual lo que deparase el
futuro para sí misma.
Entraron por la gran puerta de aquella casa escuchando unas voces que Esther no reconocía, Ana y Maca
se miraron, la pediatra tenía la cara paralizara, miró a Esther no pudiendo mirar a otro sitio,
comenzó a negar tímidamente con la cabeza haciendo que Esther comprendiera mucho menos
aquella situación.
Un “te quiero mucho” salió sin voz de sus labios antes de que las puertas de salón se abrieran dando
paso a un matrimonio algo mayor acompañados de su padre mientras reían.
M: Hola mamá... -entre los brazos de su madre notaba como está la apretaba contra su pecho.
Ana: Hola Pedro... -le daba dos besos al hombre después de haber saludado a su hija.
Pedro: Mejor, nada que ver con antes, ¡ahora parezco un chaval!
Esther había permanecido aislada en todo momento observando aquella presencia o visita en su casa,
miraba los nervios como Maca hablaba con sus padres sin que estos tuvieran en cuenta nada de
lo que decía dirigiéndose mayormente a su padre.
Pedro: A mi hija también le dio por eso... -decía no con muy buen tono.
E: Quizás su hija pensaba como yo que era lo que le daba la gana hacer
Arturo: ¡Esther!
Jessica: Esther espera... -iba tras ella una vez que comenzó a subir las escaleras dejando boquiabiertos a
los allí presentes.
Arturo: Disculparla, está pasando por un mal momento, tiene a una amiga suya ingresada en el hospital y
esta algo nerviosa
Pedro: Tranquilo Arturo, sabemos cómo es la juventud... -miró a su hija con la mirada seria.
Arturo: Está bien... -le daba un beso en los labios y se marchaba con sus suegros.
Ana se había sentado en la escalera mientras miraba como la pediatra seguía con la vista clavada en el
final de la escalera deseando que Esther volviera a bajar por ellas.
Ana: La chica tiene huevos... ¡plantarle cara a Pedro Wilson! -decía haciendo melodrama.
Maca seguía sin pronunciar palabra, vio como Ana, la manera de Esther para hablarle a su padre, pocas
veces había hecho ella algo parecido, aun siendo su padre, pensó recordando la mirada fría de
Esther con él, nunca la vio de aquella manera, pero enseguida comprendió el por qué.
M: Sí
Fueron cogidas del brazo y en silencio, Maca se sentó nada más llegar y Ana abrió una botella de vino y
sirvió dos copas para sentarse después junto a ella.
M: Cada vez que consigo encontrar la fuerza para hacer algo pasa algo
Ana no salió de su asombro al escuchar aquello que había salido de los labios de su amiga, la vio con
miedo pero decidida por ello, pasó su mano por la espalda de la pediatra dándole su confianza
para continuar.
M: La quiero Ana, nunca pensé sentir esto por nadie... y no puedo estar con ella como quisiera
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M:... -se frotaba la cara con ambas manos-... Sé que lo más lógico es que hable con Arturo
Ana: Pero no puedes decirle, o por lo menos por el momento que es por Esther
Ana: Si lo miras de otra manera los tienes todos aquí y te ahorrarías viajes
Ana: Perdona...
Ana: Venga, luego pensamos en que podemos hacer, ahora vamos con tus padres no vayan a enfadarse
Ana:... -la abrazaba con cariño-... Sabes que no tienes que dármelas, haría lo que hiciera falta por verte
feliz
Comieron juntos pero sin la presencia de Esther y de Jessica que prefirieron hacerlo en la cocina, Jessica
intento hablar de lo sucedido con Esther, pero esta reacia a todo no permitía sacar el tema. La
tarde pasaba dando paso a la noche sin cruzar la una con la otra.
Arturo decidió llevar a sus futuros suegros de cena a un restaurante, Ana sugirió que ella se quedaría con
Esther y con Jessica ya que no le hacía mucha ilusión.
Ana: ¿No te importa verdad? -estaba sentada junto a la cama mientras la pediatra terminaba de
arreglarse.
M: No tranquila... -se colocaba los pendientes-... así puedes estar pendiente de Esther que no la he visto
desde que llegamos y no sé cómo está
M: Sí...
M: No
Ana: Y si tienes que contestarle, pues le contestas, que no eres ninguna niña
M: Sí
Ana: ¡Anda que! -se levantaba y se sentaba junto ella pasando un brazo por su hombro cuando alguien
llamó a la puerta.
M: Adelante
E: Mmm pues nosotras nos vamos al cine y a cenar algo en el centro comercial, si te quieres venir
Ana: Uy ¡sí!
M: ¿No te quieres hacer pasar por mí una noche verdad? -le preguntaba a su amiga.
Ana: Mmm a ver... ir con Arturo y “tus padres” –recalcaba- a cenar a un restaurante de lo más estirado
donde seguro pasaré hambre o... -miró a Esther-... ir al cine contigo y cenar comida basura,
seguro... -dijo riendo-... mmm perdona cariño pero no, prefiero a Esther
Con aquella frase hizo reír a una Ana viendo como la pediatra se dejaba llevar en ocasiones, Maca
también sonreía al ver los colores que iba cogiendo el rostro de Esther sin saber que hacer o
decir todavía desde la puerta.
M: Pero tranquila...
Ana: ¡Pues ale! -iba y cogía su bolso para después agarrarse del brazo de Esther- ¡lista! Y a tus órdenes
E: Y tú no te aburras
Ana: ¡Eso! Si acabáis pronto llamas al móvil de esta y te vamos a buscar ¿a qué sí? -le preguntaba a
Esther.
E: Sí... claro
Cada una en un lugar de lo más distinto disfrutaba de su velada como más bien podía, Esther sentada en
el cine entre Jessica y Ana, veían una comedia amor que Jessica se empeñó en ver y Ana no
puso objeción dejándola fuera de réplica.
Miraba la pantalla sin darse cuenta ni de lo que estaba viendo, pues su mente estaba bastante lejos de
allí, exactamente en uno de los mejores restaurantes de Madrid, donde Maca sin hablar apenas
escuchaba al igual que su madre como los hombres allí presentes hablaban de sus negocios.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Observó a su madre que disimulaba interés a lo que su marido hablaba con Arturo, se fijo en como reía o
callaba según lo hacía su padre, miró a Arturo y este le sonrió y le acarició la mano, notó hundir
su mundo al imaginarse igual que su madre, una mujer de lo más fría posible, sin ningún tipo de
entusiasmo por nada, pero sobre todo, sumisa a las ordenes de aquel hombre que era su
marido.
De repente le vino la imagen de Esther a la cabeza, esa sonrisa le daba fuerza para todo, pero volvía a
mirar a su padre y su imaginación no llegaba a alcanzar la furia y la cólera de este si suspendía
todo aquello para lo que faltaban apenas un mes.
E: ¿Eh?... -se secaba las lagrimas- sí... no... por... por la película
Jessica miraba hacía la pantalla y para nada la imagen mostrada era para lo que Esther estaba haciendo,
esta estiró su brazo comprendiendo el por qué de aquellas lágrimas y Esther no tuvo más
opción que cobijarse en ella llorando lo más silenciosamente posible para que la gente no la
escuchase, al contrario que Ana, que miró la escena y dirigió su vista hasta Jessica que se la
devolvía con un gesto de rabia por su amiga.
Salían del cine sin decir ninguna palabra, fueron hasta una hamburguesería y tras pedir se dispusieron a
comer, Ana y Jessica se miraban sin saber muy bien que hacer o que decir para no trastornar
más a una Esther más que distante de aquel lugar donde se encontraban.
Dijo aquello sin ningún tipo de aviso haciendo que Ana que estaba bebiendo de su refresco se le cruzara
el líquido por algún otro sitio que no era el debido y comenzase a toser, Jessica se levantó y la
golpeaba en la espalda intentando conseguir que se recuperara.
Jessica:... -se sentaba de nuevo junto a ella-... Esther no salgas con esas que nos conocemos
E: Si vosotras no queréis lo veo perfecto, os dejo en casa, pero yo me voy... -seguía comiendo de su
comida siendo observaba por las dos chicas que no salían de su asombro.
No quisieron decir nada pues se la veía de lo más convencida de ello, así que decidieron ir con ella.
Mientras tanto Maca, había conseguido acortar aquella cena fingiendo jaqueca, Arturo no insistió, pero
sus padres si replicaron haciendo que la pediatra algo ofuscada les contestase y comenzaran
una trifulca que Arturo detuvo como bien pudo.
Llegaron a la casa y como la pediatra se figuraba no habían llegado todavía, se cambió y tras escuchar
como sus padres se acostaban y Arturo también, esperó a que este se durmiese para volver a
levantarse.
Desde la cocina esperaba a que las chicas llegaran sin ningún tipo de suerte, se fue hasta el salón
desesperada y decidió llamarla al móvil.
E: Venga ven... -le tiraba de la mano para llevarla con ella-... baila conmigo
Jessica: ¡Espera! -se iba hasta ella quien había comenzado a andar- vale
E: Así me gusta... -la cogía de la cintura y la sacaba hasta donde una multitud en aquella discoteca
bailaba al son de la música.
Ana: Ahí que ver la pobre como está... -hablaba sola mientras las veía a lo lejos- ¿y esto? -escuchaba un
ruido procedente del bolso de Esther- lo que me faltaba... -leía en aquel teléfono como estaba
recibiendo una llamada de su casa- ¿lo cojo? -se preguntaba a sí misma- ¿y si es Arturo?... no...
mejor no lo cojo... -lo metía de nuevo en el bolso.
La pediatra había insistido todo lo que la línea le había permitido hasta que un leve pitido le comunicaba
que no tenía respuesta, colgó desesperada y se sentó de nuevo en el sofá.
Miraba el teléfono queriendo volver a llamar, pues no era normal que tardasen tanto y encima no le
cogiesen el teléfono móvil.
De nuevo marcaba aquellos dígitos y esperaba a que la señal sonase, esperó y esperó escuchando uno
tras otro los tonos hasta que de nuevo aquel pitido sin respuesta, le dio al botón de re llamada y
esperó otra vez.
Ana: ¡Joder! Si al final... -sacaba el teléfono del bolso- ¿diga? -preguntando con miedo.
Ana: ¿Maca? -se tapaba uno de los oídos intentando escucharla- ¿Maca eres tú?
M: Pues claro que soy yo ¡joder! ¿Dónde estáis? ¿Sabéis la hora que es?
Ana: ¡Espera que no te oigo! -chillaba todo lo que podía mientras salía de allí- ¡me voy a la calle!
Ana: -conseguía esquivar a la gente y salía hasta la puerta- ¡Ahora!... uuufff dime Maca
M: ¿Dónde estáis?
Ana: Pues... -se daba la vuelta mirando el cartel de la discoteca- en... ¿T-ATREVES?
Ana: Pues no lo sé, pero lo que sí sé es que estamos en chueca, así que imagina
Ana: Porque tu linda damisela está más ciega que los quicos y solo obedece si la sacas a bailar
Ana: ¿Sí hija sí? Así que no sé qué vamos a hacer... si es que... la tienes enamoraita a la pobre
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Unos pitidos le comunicaban que Maca había colgado y refunfuñando volvió a entrar rezando a dios que
estuviera aquel mismo sitio donde poder sentarse a esperar.
Esther baila con Jessica que aun sin beber no alcanzaba a coger el ritmo de su amiga, que no para de reír
y decir una y otra vez con todas las canciones que ponían “esta me encanta” volviendo a bailar
sin dejar respirar a su cuerpo ni al de Jessica.
Jessica intentaba llegar hasta Ana que estaba al otro lado del local, no entendía como a esas horas aun
quedase gente con tantas ganas de estar de fiesta un miércoles, pero en Madrid todo es
posible.
Notó como un brazo la cogía entre la multitud parando sus pasos, cerró los ojos algo irritada y giró
dando voces.
Jessica: ¡Que no Esther! ¡que no bailo más! -se giraba alzando la voz- ¡Maca!
M: ¿Dónde está?
Jessica: Allí la tienes... -señalaba con su mano hasta que Maca la vio-... como no la convenzas tú
M: Esperarme en la puerta
Jessica: Sí
Maca se quedó observándola un instante ajena de todo el mundo, la separaban un número bastante
grande de personas, pero en su interior supo que era algo más, no le gustaba verla así y
comenzó a andar hasta ella sin aparta su vista.
E: ¡Que sí! ¡Que sí! Que ya nos vamos... -le decía sin girarse, haciendo que Maca se acercase hasta su
oído para volver a llamar su atención.
M: Esther por favor... -pasó su mano por la cintura de esta haciendo que se parase en seco al reconocer
aquella voz.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
En un segundo toda aquella gente que allí había desapareció solo con su voz, el ruido y la música se
esfumó, dejando a dos personas solas una con la otra, Esther cerró los ojos y comenzó a
marearse, sacó las pocas fuerzas que le quedaban y se giró con una sonrisa en los labios.
E: ¡Já! Que le haga caso dice... -se deshacía de las manos de la pediatra- no Maca no... no te voy a hacer
caso... ¿y sabes por qué? ¡porque al final la que siempre acaba destrozada soy yo! ¡Por eso!
-había comenzado a llorar- ¡eres una cobarde Maca! ¡Eso sí! ¡La cobarde más preciosa del
mundo!
Se marchaba de allí enfadada y se dirigía hasta el lugar donde había dejado a Ana que ya no estaba, se
giró en si misma buscándola pero no la vio, solo pudo observar como Maca iba de nuevo hacía
ella.
E: ¿¡Otra vez aquí!? -decía enfadada- ¿es que no te rindes o qué? -la esquivaba y se dirigía hasta la
puerta.
M: ¡No! ¡Contigo no Esther! -Esther paraba sus pasos y Maca tras ella hacía lo mismo- por favor Esther,
vamos a casa... -puso su mano de nuevo sobre ella.
E: ¡No me toques!
M: Está bien... -levantaba sus manos- no te toco... pero vámonos... Jessica y Ana están en la puerta
Sin decir nada se dirigió hasta la calle, cuando consiguieron salir las dos chicas respiraron tranquilas
desde donde las esperaban apoyadas, Esther cogió su bolso de las manos de Ana de una
manera brusca y comenzó a andar hasta el coche siendo seguida por las tres en silencio.
Llegaron hasta el coche y Esther buscaba en su bolso las llaves para poder abrir, Maca a su lado
esperaba a que lo hiciera.
M: Dámelas
E: ¡¿Pero es que todo el mundo me va a decir que hacer o que cojones pasa aquí?! -decía chillando y
tirando el bolso al suelo.
Jessica: Estás muy nerviosa Esther... -se acercaba hasta ella con miedo.
E: ¡Déjame! -andaba unos pasos hasta llegar a una parada de autobús para sentarse.
Todas presenciaban la escena con el corazón encogido por verla de aquella manera, Ana comenzó a
llorar de ver a Esther en ese estado y al comprobar cómo la pediatra seguía parada en el mismo
lugar mirando al suelo sin saber qué hacer.
Jessica: Inténtalo...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Maca levantó su vista para encontrar la de su amiga que aun llorando tímidamente asentía dándole ese
empujoncito que le hacía falta, dio la vuelta y vio como Esther con los pies subidos en el banco
se abrazaba a si misma mientras escondía su cara entre ambas piernas convulsionando su
cuerpo por el llanto.
Iba despacio cogiendo fuerzas para lo que se le avecinaba, se sentó junto a ella sin decir nada y con un
brazo la acercó hasta ella que se dejó llevar y abrazó a la pediatra asustada.
A Maca se le rompía el alma por ver a Esther en ese estado por su culpa, comenzó a llorar con ella
mientras abrazaba más y más a Esther.
M: Lo siento mucho cariño... te juro que... ¡dios! -la estrechaba contra ella- perdóname...
Tras un rato Maca aun abrazada a ella, la llevaba hasta el coche y la sentaba en el lugar del copiloto,
Jessica y Ana montaban detrás en completo silencio, Maca se sentó al volante e intentando
recordar el trayecto en taxi para salir de allí.
E: Sigue recto y al final a la derecha... sales a gran vía... -estaba recostada mientras miraba a la pediatra
completamente perdida.
Las chicas miraban la escena sin contener las lágrimas por ver a sus amigas en aquella situación tan
dolorosa.
Pusieron rumbo de nuevo a la casa con Esther ya dormida, bajaron del coche y mientras la llevaban a la
habitación Jessica dijo que dormiría junto a Ana, para así dejar la cama para que Esther pudiera
dormir tranquila, Jessica cogió su pijama y salió de allí dejándolas solas, la pediatra cambiaba a
Esther y conseguía ponerle el pijama para acostarla.
E: No te vayas...
M: Esther...
La pediatra se recostaba en la cama detrás de Esther y la rodeaba con sus brazos, Esther cogía sus manos
y dejaba un beso en aquellos brazos que la estrechaban dándole por un rato esa calma que se
esfumaba de su vida cada día.
Maca daba dulces besos en su cabeza mientras con su dedo acariciaba la piel de Esther haciendo que
esta comenzase a relajarse para poder dormir.
E: Te quiero Maca
M: Y yo a ti... -daba otro beso mientras una lágrima caía por su mejilla.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Maca siguió en aquella posición con los ojos abiertos aun escuchando como la respiración de Esther le
hacía saber que ya se había dormido, algo le hacía no poder levantarse de allí y no opuso
resistencia, decidió que cuando amaneciese se levantaría de allí para que no la vieran.
4 de Marzo
Arturo entraba en la cocina y se encontraba al matrimonio ya desayunando junto a María que terminaba
de preparar el desayuno para él.
Pedro: Hola
Arturo: ¿Y Maca?
Rosario: Enseguida vuelvo... -la mujer hacía oídos sordos a Arturo y salía de allí a buscar a su hija.
Salió al jardín buscándola pero no había rastro de ella, subió las escaleras y sabiéndose sola comenzó a
abrir las puertas del pasillo buscándola, llegó hasta la habitación donde dormían Ana y Jessica,
cerró despacio para no hacer ruido y abrió la puerta siguiente descubriendo un despacho.
Llegó hasta la última y abriendo tímidamente vio dos cuerpos abrazados mientras dormían, se quedó
paralizada al observar a su hija, estaba pegada a Esther mientras su mano se entrelazaba con la
de la chica.
Rosario: Maca...
Maca se removía en la cama y se frotaba los ojos miró a Esther quien seguía durmiendo, le dio un beso
en la frete y volviéndose para salir de allí se quedó paralizada al ver a su madre parada en la
puerta.
M: Mamá no...
Esther comenzó a moverse y esperó hasta ver como se volvía a dormir sin haberse dado cuenta de nada
para salir de allí con dirección a la ducha.
Intentando apaciguar sus nervios bajó hasta el jardín donde Arturo estaba con el matrimonio charlando.
M: Hola...
M: Estaba... -tragó saliva-... Esther se encontraba mal anoche y esperando a que se durmiese me quedé
yo dormida y...
Arturo: Algo me ha dicho tu madre... ¿está mejor? -por la forma de hablar supuso que su madre le había
dicho algo como aquello.
Rosario: Le decía a Arturo... -miró a su hija-... que mejor nos quedamos aquí ya hasta la boda
M: Pero... -miró a Arturo y a su padre para volver hasta ella- y... ¿la bodega?
Si pensaba que las cosas no podían ir peor, estaba equivocada, su madre una vez más hacía uso de su
más despiadada mente, y habiendo descubierto a su hija decidió estar cerca para solventar
aquello en lo que la pediatra quisiese meter sus ideas modernas y acabar con todo lo que
habían soñado para ella.
Maca bastante distante de todo nuevamente estaba sentada junto a Arturo que no le quitaba ojo de
encima al verla tan triste, pero no diciendo nada para esperar a estar a solas.
Ana: Buenos días... -fue saludada por los allí presentes- ¿Cómo estás? -le susurró al oído pero siendo
observada por Rosario.
Maca le hizo una seña con su mano desde un lugar donde su madre no podía ver nada, y Ana
entendiendo aquello miró disimuladamente a Rosario y se dispuso a desayunar.
Mientras tanto Jessica comenzaba a despertar a Esther quien a malas penas podía abrir los ojos.
Jessica: Es lo más normal del mundo, contando con la cantidad de alcohol que te metiste entre pecho y
espalda anoche
Jessica: Solo te diré que tuvo que venir Maca a convencerte para venir
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E: ¿Maca? -decía extrañada, de repente las imágenes llegaban hasta su mente, todo lo que había dicho
comenzó a recordarlo, hasta que se quedó dormida en los brazos de ella- mierda... -se tapaba la
cara.
E: ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! -se levantaba de la cama mientras se vestía lo más rápido que podía sin caerse
al suelo.
E: ¡No joder!
Salieron de allí casi corriendo si no llega a ser porque Esther le iba y le venía la cabeza según el
movimiento, llegaron hasta la puerta que daba al jardín y Esther respiró hondo para abrir la
puerta ante ella seguida de Jessica que no quería perderse aquello por nada del mundo.
Arturo: Hola hija... -se levantaba y se acercaba hasta ell-... ¿Cómo te encuentras?
E: Mejor no... -se tocaba la barriga, pues en verdad no podía probar bocado.
Tras dar los buenos días, ambas se sentaron junto a los demás que seguían hablando de lo que habían
interrumpido anteriormente
Esther hablaba con Jessica mientras esta comenzaba a desayunar de lo que habían puesto en la mesa,
Maca la miraba tensa mientras su madre no le quitaba la mirada poniéndola más que nerviosa.
Pedro: Gracias... -marcaba unos números y esperaba a que le respondieran- ¡Marco! Sí... soy Pedro... oye
que al final nos quedamos aquí hasta la boda de mi hija...
Fue lo único que apreció escuchar, giró su vista velozmente hasta Maca que ya la miraba, la pediatra bajó
no queriendo ser vista por su madre que no había perdido detalle, Esther giró su rostro y miró a
Rosario que la miraba también con unos ojos que dejaban todo claro, esa mujer intuía algo y no
iba a dejar a su hija tomar la decisión de lo que quería realmente poniéndole las cosas más
difíciles aun.
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Se levantó de la mesa sin ningún tipo de prisa ante la mida de todos y fue hasta el garaje, Ana la siguió
para poder hablar con ella.
Ana: ¡Esther!
E: No hace falta que la excuses Ana... no sé cuando, pero hace tiempo me di cuenta de que... -bajó la
mirada para decir aquello-... por mucho que me quiera nunca se enfrentara a su familia... solo...
necesito asimilarlo...
Ana: Esther...
E: Tranquila... -esbozó una sonrisa llena de tristeza- soy fuerte... -unas lágrimas caían por sus ojos que
Ana también pudo ver.
Salió de allí siendo vista pero le daba igual, se incorporó a la carretera sin saber donde dirigía, no supo
desde cuándo pero lloraba bastante e intentaba controlar su vista para no caer de la moto, lo
que le dijo a Ana hacía tiempo que lo sentía pero hasta que no lo dijo en voz alta, no supo
cuanto dolía en verdad.
Veía pasar su vida, sus amigos, su familia, recordó a su madre, miró un segundo al cielo queriendo
hablarle, le pidió fuerza, fuerza para soportar todo y volver a ser la persona que fue un día,
queriendo esfumar esa dependencia que la pediatra había conseguido que tuviera de ella.
Por primara vez desde todo eso maldijo el día en que la conoció, la maldijo a ella, por enamorase de
aquella desastrosa manera, se odio por ello, por quererla sumamente tanto que la odiaba por
no tenerla por quererla tanto.
A su mente volvía su sonrisa, las dos veces que la había amado siendo completamente suya.
Gritó, gritó a la vez que aceleraba la moto, veía los coches pasar uno tras otro a una velocidad pasmosa,
no le importaba, nada lo hacía en ese momento, solo la libertad que sentía de aquella manera
mientras gritaba y creía quedarse sin voz.
Mientras en la casa Jessica daba vueltas en la habitación preocupada por Esther, sabía que era
responsable, pero en aquel estado nada podía venir de sorpresa.
Jessica: Mira... -se sentaba junto a ella en la cama-... conozco a Esther unos meses, pero creo conocerla
para decir que... o Maca hace algo pronto... o la perderá
Ana: Que tiene asumido que Maca no plantará cara a su familia y que solo necesita asimilarlo
Ana: Conozco a Maca desde siempre... nunca la había visto tan asustada... -Jessica bajo la vista-... pero
tampoco tan enamorada
Jessica: Vale... a ver... tenemos a Esther por un lado que aunque no quiere tirar la toalla piensa en
hacerlo ¿no?
Jessica: Y tenemos a Maca que tiene claro lo que quiere pero tiene miedo
Ana: Sí
Jessica: ¿El padre y los ogros tienen algún plan para hoy?
Ana: Sí pero al “cirque du soleil” -decía con acento francés-... lo que es lo mismo
Ana: Exacto
Las horas pasaban y comenzaban a comer sin Esther que aun no había aparecido de su marcha
repentina, Maca empezaba también a ponerse nerviosa, pero no se mostraba inquieta para que
sus padres no se dieran cuenta.
De vez en cuando Maca miraba a Ana preguntándole con la mirada y esta negaba una vez con la cabeza y
seguía con su comida. Jessica si estaba visiblemente nerviosa y decidió ir a llamarla, le decía que
aquel teléfono estaba apagado o fuera de obertura, colgó con rabia y volvió a salir con los
demás.
Arturo estaba con Pedro en el despacho ultimando algunas cosas mientras este le daba algún que otro
consejo sobre el negocio entre manos, Rosario miraba la televisión con los cinco sentidos
activados, pues allí mismo se encontraban las demás bastante nerviosas todas esperando a
Esther.
Un ruido llegó a sus oídos y todas menos Rosario anduvieron rápidas hasta la entrada, el sonido de la
moto de Esther no dejaba lugar a la duda.
Maca llegó la primera a la puerta y la vio aparcar frente a la puerta, se sacaba es casco y miraba al suelo
unos segundos para bajar y dirigirse hasta la entrada donde ya estaban todas esperándola.
E: ¿Desde cuándo tengo que dar explicaciones estando en mi propia casa? -pasó entre ellas sin mirar a
ninguna a los ojos).
Comenzó a caminar hasta las escaleras, Maca la miraba sorprendida, de nuevo aquella Esther autoritaria
y a la defensiva salía a relucir.
Esther paró un segundo sus pasos pero no se giró, siguió andando hasta su habitación, Ana y Jessica
miraban a Maca y cruzaban los dedos por que su plan saliese como ellas pensaban.
Maca le dijo a Arturo que Esther ya había llegado, así que este la dejó sola con su padre y salió del
despacho rumbo a la habitación de su hija, la cual sabía que estaba rara por algo, supuso sería
el estado de Sonia, pero que nunca antes su hija había estado con ese carácter.
E:... -unos ruidos en la puerta la sacaban de sus pensamientos recostada en la cama- ¡Qué me dejéis en
paz!
Arturo: Que... -andaba unos pasos y quedaba frente a ella-... bueno, que hemos sacado unas entradas
para el circo del sol, y sé la ilusión que tenías por ir
E: ¿Para cuándo?
E: Me encuentro mal
Su padre la conocía a la perfección, y sabía que algo le ocurría, fue hasta su cama y se sentó junto a ella
comenzando a acariciar su cabeza mientras la miraba, veía la misma niña asustada que era en
su infancia, cuando algo no le bajaba respirar y le obligaba a ser otra persona.
E: Nada papá... -cerró los ojos con rabia por mentirle a su padre.
En otro lado de la casa Maca intentaba mirar a cualquier otro sitio que no fuese su padre, pues este
tenía su mirada clavada en ella a propósito y estaba consiguiendo lo que quería.
Pedro: Bueno... ¿has dormido bien esta noche? -preguntó sin ningún tipo de reparo.
Maca giró su rostro lentamente hasta encontrarse con aquella mirada fría y lejana que siempre había
tenido, si era cierto que lo quería, pero no como una hija debe sentir por su padre, lo que más
sentía por aquel hombre, sentado frente a ella era lástima.
M: ¿Cómo dices?
Pedro:... -se levantó metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón-... Tu madre me lo ha contado...
-su tono era tranquilo pero hacía que su cuerpo se estremeciera-... nunca cambiarás... -se giró
hasta ella y la miraba con rabia- ¡estás enferma!
Pedro: No, si... no pienso decir nada a Arturo... -se acercaba hasta ella-... me ha costado mucho trabajo
tenerte donde te tengo ahora... como debería ser
M: Como tú quieres que sea... -miraba al frente mientras notaba el aliento de su padre tras ella.
Pedro: Para ti claro... y para todos... me alegro de haber venido, así por lo menos me encargaré
personalmente de que no metas la pata... y hablaré con Arturo... a ver si esa niña vuelve pronto
con sus estudios
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther abrazada a la almohada escuchaba como su padre intentaba sonsacarle algo que ella era incapaz
de decir, entonces se dio cuenta de cómo se sentiría Maca y miró unos instantes a su padre que
la tenía la mirada preocupada.
E: Perdona... -se sentaba junto a él y este le pasaba un brazo alrededor de los hombros.
E: Ya...
Arturo: Bueno... -le dio un beso en la frente-... ¿sabes que pase lo que pase me lo puedes contar verdad?
E:... -tragó saliva una vez más y cerrando los ojos-... Sí papá
Se levantaron y comenzaron el camino hasta el despacho donde una Maca se revelaba contra su padre si
conseguir nada pues este irritándola más se mostraba en calma dándole donde más le dolía.
Pedro: Que no la toque dice... -andaba de un lado a otro mirándola-... mira que pensaba que se te había
quitado toda esa tontería de las mujeres... pero ahora... ahora sí que me avergüenzo de ti...
¡¡con la hija de tu futuro marido!!
M: No sigas
En ese momento se abría la puerta dando paso a Arturo y Esther que escucharon como Pedro daba
voces, miraron a padre e hija y Maca bajó la mirada temiendo lo peor.
Esther miraba a Maca, Pedro miraba a Maca, Arturo miraba a Pedro y nadie decía nada, Esther comenzó
a sentir que sabía porque de aquellos gritos y notó como una mirada la fulminaba casi
traspasando su cuerpo, se giró y tal como pensaba Pedro la miraba.
Pedro: No pasa nada... -se acercó hasta Arturo-... ¿Cuándo nos vamos?
Quedaron los tres en aquel despacho y ninguno sabía que decir, Arturo sabía de las disputas de Maca
con su padre, pero nunca había presenciado ninguna y no sabía cómo actuar, se acercó hasta
ella.
M: Sí... tranquilo
Esther miraba como su padre se preocupada por ella, y no supo si marcharse o quedarse allí, su mente
paralizó cualquier acto que no fuese mirarla a ella.
Salió de allí dejándolas solas, Maca se había medio sentado en la mesa del despacho mientras miraba al
suelo, Esther seguía parada cerca de la puerta parecía que cada una estaba en un mundo
distinto notando la presencia de la otra, pero sin hacer nada.
M: Lo saben
Esther sabía a qué se refería pero necesitaba oírselo decir, algo le decía que no habían hablado por
iniciativa de la pediatra, y esta si tenía algún tipo de fuerza anterior para hacerlo, aquel hombre
se la había quitado en tan solo unos segundos momentos antes.
E: ¿Y?
M: No lo sé...
Conocía a su padre de sobra, y sabía de sus maneras para hacer las cosas, le había amenazado usando a
Esther, y si lo conocía bien, sabía que la separaría de ella fuese como fuese, eso tampoco lo
quería, había sufrido unos meses sin ella, y no quería volver a pasar por lo mismo, pero no
podía decirle aquello, sabía que reaccionaría mal y empeoraría las cosas.
Se marchó de allí sin obtener una respuesta, comenzaba a tener todo claro, aun queriéndola como lo
hacía, no podía hacer por entrar en ese mundo de miedo que Maca tenía en su interior, no
podía ayudarla, y aun culpándose por ello, comenzó a sentir su lejanía como nunca antes lo
había hecho.
Ya en el coche esperaban a Maca que saliese que no tardó mucho en hacerlo, pusieron rumbo hasta
donde se efectuaría la representación y salvo los padres de la pediatra y Arturo, nadie más
hablaba en aquel pequeño espacio donde tantos pensamientos volaban ajenos del mundo
Ya sentados, Ana y Jessica se las apañaron para que la pareja se sentase junta, quedando ella al lado de
Esther, y el matrimonio a la derecha de Arturo, Esther intentaba estar lo más lejos de ella
acomodándose a un lado.
Arturo:... -se inclinaba hacia delante para hablar con su hija- ¿Los asientos son los mejores eh?
E: Sí... gracias... -su padre le guiñaba un ojo y seguidamente no pudo evitar mirar a la pediatra.
Mirándose se apagaron las luces, en la oscuridad una tenue luz les permitía seguir así sin ser vistas por
nadie.
Una chica ataviada con un traje de época se colocaba a un extremo del escenario y un hombre a la par
de ella en el otro extremo, ambos comenzaron a cantar la melodía que se escuchaba de fondo.
Un grupo de hombres hacían su aparición tras un foco justamente frente de los espectadores formando
un juego de sombras donde solo se apreciaban sus cuerpos, podían distinguir como corrían
hasta un saltador centrado en el escenario permitiéndoles dar unos saltos de gran altura
retorciendo sus cuerpos en el aire sacando más de un suspiro por los allí presentes, se cruzaban
y saltaban varios a la vez haciendo de ese un gran espectáculo.
Una gran red se abría encima de ellos donde también comenzaban a descender unas cuerdas por donde
empezaron a trepar con solo la fuerza de sus brazos, unas luces invadieron el lugar permitiendo
ver como solo un pantalón de color plata cubría sus cuerpos acompañado de un maquillaje
corporal oriental.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Un agarrador típico del circo llegaba hasta uno de los lados donde se repartían los hombres, uno de ellos
se agarraba a él fuertemente tras frotarse las manos, se dejaba lanzar con fuerza mientras en el
aire, donde antes se agarraba de los brazos ahora se colgaba de la piernas quedando bocabajo,
yendo de un lado a otro hasta coger velocidad y agarrar a otro de sus compañeros.
Comenzaron a cruzarse uno tras otro soltándose en el aire para volver a cogerlo en su caída.
Esther estaba visiblemente emocionada, si apartar su vista de aquel maravilloso acto humano
comenzaban a caer unas lágrimas de sus ojos, Maca la miraba cuidadosamente y no pudo evitar
el impulso de buscar su mano en la oscuridad, fue bajándola hasta encontrarla reposar en su
pierna, con sus dedos la levantó y los entrelazó a los suyos haciendo que Esther la mirase y
formase una sonrisa en sus labios.
La estrechó todo lo que pudo y con su dedo dejaba una suave caricia, volvió a mirarla y vio como se
mordía el labio quizás conteniéndose de hacer algo, esa vez fue Esther quien escribía con su
dedo un “te quiero” invisible, pero muy marcado en el corazón de la pediatra que hizo lo mismo
escribiendo “yo más” sacando una sonrisa a Esther quien tuvo que centrarse de nuevo en el
espectáculo para no perder la calma.
De repente notó como ambas manos iban de nuevo hasta su mulso quedando la mano de Maca debajo,
con su dedo acariciaba esa vez la pierna, consiguiendo que Esther se pusiera nuevamente
nerviosa.
Aquel espectáculo acababa mientras uno a uno iban saltando desde los casi treinta metros de altura que
los separaba del suelo hasta llegar a la red que los resguarda, lo hacían uno a uno en su
acrobacia particular.
Tras ellos unas chicas acompañadas de unas cuantas niñas ataviadas con su mismo traje de lycra
totalmente pegado a sus cuerpos, no dejando lugar a la imaginación, se agarraban a unos largos
pañuelos caídos del techo donde con solo sus manos y piernas conseguían un juego de altura
haciendo que sus cuerpos enrollados a él descendiesen y subiesen al ritmo de la música.
Una de las chicas comenzó a hacer un baile con saltos y en un momento una de ellas comenzó a abrir sus
piernas hasta un punto en que a las chicas les hizo gracia, Esther reía sin mirar a la pediatra que
la observaba sonriente, no pudo evitar mirar y la pediatra arqueando una ceja y señalando a la
chica en el escenario con la cabeza consiguió que Esther tuviera que poner la mano libre en su
boca conteniendo una carcajada.
Las luces del gran lugar se encendían al completo por unos aplausos más que merecidos del público
haciendo que rápidamente aquellas manos que permanecieron entrelazadas todo el tiempo se
soltasen con tristeza.
Uno a uno todos los integrantes que habían formado aquel espectáculo iban dando las gracias haciendo
algún que otro juego por la ocasión, Esther sonreía a la par que aplaudía mirando de vez en
cuando a Maca que pensaba que con solo aquella sonrisa se podía iluminar el gran recinto
donde se encontraban.
Por último los dos cantantes tomaron lugar en el centro del escenario siendo rodeados por sus
compañeros mientras formaban un ocho entre todos al caminar mientras se marchaban.
Arturo: Esther estaba con el gusanillo desde hace años y en cuanto me enteré…
E: Ha estado genial...-(llevaba las manos en los bolsillos de la chaqueta se acariciaba la mano antes
tocada por la pediatra.
Jessica: Pues estos tienes que estar en un circo toda su vida porque si no ya me dirás tú, colgándose de
eso... ¡sin nada más!¡ Cómo para dejarse los sesos en el suelo!
Mientras hacían cola para salir Jessica y Ana se miraban quedando claro que ahora empezaba su plan y
tenían que estar de acuerdo para actuar y no hacer que los demás pensasen nada extraño.
En fila de uno atravesaban la puerta hasta llegar al parking donde todos los espectadores intentaban
montar en sus coches y llegar hasta sus casas.
Ana: Oye Maca que habíamos pensado que ya que es el cumpleaños de Jessica, celebrarlo por aquí
E: Pero... -Esther iba a hablar cuando notó la mano de Jessica darle un pellizco en su costado- ¡au!
E: Nada... que me... me ha dado un pinchazo... pero ya se pasa... -se tocaba el estómago.
M: Pero...
Esther no se quedaba muy conforme y allí parada junto a sus amigas veía como el coche conducido por
su padre las dejaba allí, miró a Jessica un segundo y esta elevó sus hombros con una sonrisa en
sus labios.
E: A ver... -se ponía en jarras y miraba a las chicas- ¡tú! -señalaba a Ana-... te has compinchado con esta...
-miraba a Jessica-... porque que yo sepa tu cumpleaños es en septiembre
Jessica: Pero vamos a ver... -levantaba los brazos viéndolo obvio- ¡si ellos no lo saben! Así podemos
disfrutar de una noche tranquila ¡mujeres!
Ana: Es que... -estirando dos de sus dedos se daba leves golpes en la frente-... que no pensáis ¡eh!
Jessica y Ana se agarraban del brazo como si fueran amigas de toda la vida comenzando a caminar
siendo observadas por la pareja que miraba atónita todo aquello, se miraron un segundo y
encogiéndose de hombros comenzaron a andar tras ellas.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
No sabían dónde se dirigían pero era lo de menos, parecía que aquellas dos lo tenían más que
solucionado todo.
Ninguna hablaba no sabían si por vergüenza de que sus amigas hicieran todo eso por ellas, o por los
nervios que las acompañaban siempre a donde iban, Maca no aguantó más y con sus dedos
avisaba lentamente a la mano de Esther, esta miró un segundo hacía donde recibía aquel tacto y
sonrió al ver como Maca le cogía la mano.
No hizo por detenerla y la imitó, continuaron así todo el camino hasta que después de dar alguna vuelta
que otra por la pérdida de orientación de sus amigas llegaron hasta un restaurante donde Ana
dio su nombre y las acompañaron hasta un de las mesas.
E: Pues gracias
El vino comenzaba a hacer sus efectos arrancado las carcajadas en aquella mesa, estaban bastante
relajadas y se notaba, algún que otro piropo o palabra subida de tono ya había salido entre
ellas.
M: Ya se te ve jajajaja... -Jessi apoyada en la silla dejaba salir toda su barriga fuera del pantalón.
Ana: Bueno pues... -se frotaba las manos-... ahora vuelvo... -se levantaba para marcharse de allí.
Jessica: Ya lo veréis
Tras unos minutos donde la pareja se miraba inquieta esperando a Ana y haciendo que Jessica se lo
pasara en grande esquivando mil preguntas esta llegaba con algo entre las manos.
M: ¿Qué es eso?
E: Eso ya se ve
E: Me callo, me callo
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Ana: Continuo... esto... es una tarjeta que abre una de las habitaciones, de este hotel tan maravilloso
donde nos encontramos... porque si no os habíais dado cuenta, es el restaurante de un hotel...
-hablaba chistosa todo el tiempo.
Ana: La pregunta la has formulado mal cariño... -se apoyó en la mesa y se acercó a las dos- ¿Qué es lo
que pretendéis hacer vosotras con esto?
M y E: ¿Cómo?
Ana: Que podéis pasar la noche en este hotel donde mi amiga y yo... -mirando a Jessica-... os hemos
reservado una habitación donde podéis... hablar... -decía sonriendo-... simplemente dormir...
pero eso si... solo les quedaban camas de matrimonio... -le dejaba la tarjeta frente a ellas que
seguían mirándola con la cara compungida y cogía su bolso volviendo a coger a Jessica del
brazo-... nosotras nos vamos de fiesta, mañana a las nueve en la puerta
Ana: Una cosa... -se volvía hasta ellas-... la habitación está ya pagada, no me hagáis tirar el dinero es la
número 569
Se fueron de allí dejándolas tal y como habían permanecido desde que les dijeran aquello, las dos
miraban la tarjeta sin saber qué hacer, de vez en cuando se miraban pero la retiraban
rápidamente.
E: La mato
M: Te dejaré algo, porque no creo que quede nada de ella después de que pase por mis manos
E: Están locas
E: ¡Y encima se van!
M: Y de fiesta
Hablaban nerviosas sin llegar a hacer nada con aquella llave, vieron como los camareros comenzaban a
recoger las mesas colindantes a la suya dejando claro que estaban cerrando el local.
M: Sí
E: ¿Entonces?
E: Ya
M: ¿Tú...?
E: Me da igual
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Vale
Salieron de allí sin haber pensado muy bien lo que estaban haciendo, se subieron en el ascensor y
movían las manos nerviosas, Maca llevaba la tarjeta en su mano, llegaron hasta la quinta planta
donde se encontraba su habitación, miraron la numeración y vieron como tenían que tomar el
pasillo de la derecha, Esther seguía a la pediatra notando como un nudo de los nervios se
formaba en su estómago.
Llegaron hasta la puerta y las dos miraron aquel número en la puerta, Maca miró a Esther y seguido
introdujo la tarjeta haciendo que la puerta se abriera, entraron después de haber encendido la
luz y vieron como efectivamente la cama era de matrimonio.
Esther vio el gran balcón ante ellas, parecía el de un ático, salió hasta él y vio como la capital estaba
totalmente inundaba por cientos de luces y de gente ajena a ellas. Se apoyó en la barandilla y
cerró los ojos respirando la fría brisa de la noche, de pronto escuchó como Maca también lo
hacía justo a su lado, la miró un instante y siguieron mirando la ciudad en silencio.
E: Ya lo había pensado
M: Me ha encantado el circo
E: A mí también
E: Que se aguanten
E: Supongo
M: Te quiero
Esther pensaba responder automáticamente como llevaba haciendo un rato, pero Maca habiéndose
dado cuenta quería terminar con eso intentando sacar la conversación de lo que las había
llevado hasta allí.
E:... –suspiró-... ¿Y mañana que Maca? ¿te llevaré a ver el arreglo floral?
Se metió de nuevo en la habitación dejando a Maca aun allí pensando en toda la razón que tenía, no
sabía que pasaría mañana, pero en ese momento solo le importaba el presente, un presente
donde nadie le podía arrebatar a Esther.
Fue tras ella que estaba sentada dándole la espalda en la cama y gateando llegó hasta ella sentándose y
abrazándola por detrás.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: No sé que pasara mañana Esther... no sé si lo mandaré todo a la mierda... si cuando llegue no podré
mirar a tu padre a la cara y me marcharé lejos de todo... no lo sé... lo único que sé... ahora... es
que te quiero... y eso nunca nadie me lo podrá sacar del corazón... -Esther respiraba tranquila,
más de lo que ella hubiera imaginado-... porque sé que te querré el resto de mi vida... dejemos
el mañana en lo que es...
No supieron cuando, pero sus labios ya ardían en los de la otra, se amaban una y otra vez dejando que
sus cuerpos tomasen el control de algo en donde la razón no estaba invitada.
Se regalaban besos inundando un cuerpo que ya tenía dueña, donde no querían que nadie más pusiera
sus labios, marcando cada centímetro de él como propiedad privada.
Dos respiraciones agitadas intentaban volver a tranquilizarse tras haberse vuelto a amar una vez más, no
sabían cuantas horas llevaban así, pero no querían ni podían parar de hacerlo, la rabia se unía al
deseo y al amor formando una sensación fuera de todos sus pensamientos.
5 de Marzo
Los primeros rallos de sol las recibía de la misma manera, abrazadas sobre sus cuerpos sudorosos y
cansados pero sin poder dejar de amar, sus sombras se reflejaban en las paredes creando el
dibujo de dos almas que esperaban con miedo el definitivo amanecer donde tendrían que
volver a separarse.
M:... -tenía a Esther recostada en su pecho mientras le acariciaba el hombro-... Cuando lleguemos
estaremos igual que ellas...
M: Mmm... -giraba su cuerpo quedando encima de ella-... pídemelo... -besaba su cuello-... dímelo...
E: No podemos... -besaba sus labios con el mismo deseo que toda esa noche.
M: Lo sé... -la miraba desde su postura-... lo sé... -se recostaba esta vez en ella-... ¿sabes qué? -se
sentaba a ahorcajadas encima de ella mientras sostenía sus manos en el aire.
E:... -se incorporaba hasta tenerla a escasos centímetros- ¿Sabes que nos tendremos que ir verdad?
M: Me da igual... no diremos lo nuestro todavía... tú dirás que vuelves a California... y si hace falta me
voy contigo de verdad...
E: Maca...
M: Estoy harta Esther... harta de deambular por la casa queriéndome encontrar contigo, harta de verte
llorar, harta de todos, quiero estar contigo... -se acercaba a sus labios-... quiero pasar toda mi
vida contigo... sin pensar en nadie más que no seas tú...
Comenzó a mover sus caderas encima de Esther haciendo que esta mientras la besaba emitiese un leve
gemido como señal de lo que nuevamente se avecinaba otra vez, teniendo de testigo al sol, se
amaron por última vez hasta que terminaran de solucionar todo lo que no las permitía estar
juntas tanto tiempo.
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Ana: ¿Tú qué crees que habrá pasado? -estaba en recepción sentadas en un sofá con cara de no haber
parado en toda la noche.
Jessica: Pues si así no han llegado a nada en claro, yo sí que tiraré la toalla
El ascensor se abría dando paso a dos personas radiantes, sin tener nada que ver con las de la noche
anterior, fueron hasta recepción y entregaron la llave a la chica que allí estaba para comenzar a
andar unidas de la mano hasta las chicas que las esperaban comenzando a sonreír.
Jessica:... -miraba las manos y lo despacio que caminaban-... Por vuestra velocidad intuiría agujetas
Ana: ¿Son agujetas? -preguntaba sonriente mientras se acercaba rápidamente hasta ellas.
M: Yo solo diré que tengo mucho sueño... -tiró de Esther con la sonrisa en los labios mientras salían de
allí.
Anduvieron hasta la parada de taxis más cercana siendo acosadas a preguntas por parte de las dos, no
podían evitar reír mientras hacían lo posible por tardar lo más posible en contestar, haciendo
que Ana comenzara a enfadarse.
E: Ana
M: Ana
Ana: ¡Porque vamos! Toda la noche sin dormir de bar en bar haciendo tiempo
E, M y Jessica: ¡Ana!
Ana: ¿Qué?
M: Que gracias
E: Que seguramente después de hoy estaremos un tiempo sin veros, o por lo menos a ti...
E: Por ahora no
M: Y tampoco creo que mis padres digan nada, más que nada por la vergüenza que sufrirán... -Ana se
había quedado clavada en el suelo sin decir nada.
Ana:... -unas lágrimas caían por sus ojos- Que... que os quiero un montón y que me alegro por vosotras
¡coño! -las abrazó y luego arrimó a Jessica hasta ellas.
En el taxi cruzaban Madrid, donde ambas exprimían cada momento juntas prodigándose besos en aquel
coche ante la mirada feliz de sus amigas, quien también las hacían sufrir sus bromas.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Llegaron hasta la puerta donde se detuvieron sabiendo lo que se les venía encima.
E: Hasta luego
M y E: Jajaja
Entraron despacio por si estuviera alguien ya levantado, entraron hasta el salón dejando los bolsos en la
mesa y cayendo en el sofá de un golpe por el cansancio.
María: Señorita
Cogieron el coche rápidamente y pusieron rumbo al hospital, Maca estaba nerviosa mientras no sabía
nada de cómo estaba su padre, Esther la miraba de reojo sin querer decir nada para no
incomodarla.
Corrían por el parking de urgencias para llegar hasta él, cruzaron la entrada y se dirigieron hasta una
mujer mayor que había en el mostrador.
M: Perdone
M: Pedro Wilson
Mujer: Un segundo... -descolgó el teléfono y habló con alguien a través de él- un segundo que ya viene la
doctora que lo lleva... vayan a la sala espera mientras
M: Gracias
Fueron hasta aquella habitación y se sentaron como bien pudieron, Esther se sentó junto a ella
queriendo no dejarla sola en ese momento.
E: Tranquila vale
M: Sí
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Se levantó nerviosa comenzando a recorrer el camino a lo ancho de la sala, viendo como algún médico
entraba llamando a otras personas que permanecían allí también.
Doctora: Hola... –se presentaba antes- soy la doctora Gándara... pero llámame Cruz
C:... -vio como las tres chicas iban junto a la pediatra también-... Se encuentra estable pero ha sufrido un
infarto bastante agudo... así que... estas cuarenta y ocho horas son primordiales
M: ¿Puedo verle?
C: Acompáñenme
Recorrían los pasillos siendo dirigida por aquella doctora, Esther pasó su mano por la espalda de la
pediatra mientras caminaba y esta se lo agradeció con la mirada, tras subir algunas plantas
llegaron hasta una habitación, Cruz llamó a la puerta y seguidamente la abrió encontrándose
Arturo y Rosario dentro.
M: Mamá
M: Lo... lo siento... -se giró viendo a su padre que estaba rodeado de maquinas y de tubos.
M: ¿Cuándo fue?
Todas las siguieron y dejaron sola a Maca con su madre que tardó en hablar mientras la miraba con el
semblante lo suficientemente serio para asustarla hasta tal punto que comenzó a temblar.
M: ¿Qué dices?
Rosario: ¡Te crees que somos tontos! Que no sabemos qué estuviste con esa anoche
Rosario: ¡Tu padre lo sabía al igual que yo y por eso está aquí! ¡Por todos los disgustos que le das!
Rosario: ¡Ahora me vas a escuchar! tu padre siempre ha hecho todo por ti... porque tuvieras todo lo que
él no tuvo y así se lo devuelves! ¡Matándolo!
Esther que había preferido quedarse en aquel pasillo cuando su padre dijo de bajar a la cafetería creyó
escuchar voces así que se acercó hasta la puerta para intentar oír algo más claramente.
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Rosario: ¿Sabes lo que me dijo antes de desmayarse? ¡que en el fondo lo que tú quieres es que se muera
para hacer lo que te dé la gana!
Rosario: ¡No me llames así! Tú ya no eres mi hija... -decía mirándola con repugnancia, haciendo que esta
se destrozara más aun-... en cuanto te cases con Arturo no quiero saber nada más de ti
Escuchó a Maca llorar y apretaba su mandíbula con rabia queriendo entrar, pero sabiendo que si lo hacía
quizás metiera la pata, pero no pudo más y con su mano en el puño entro sin avisar.
Rosario: Ahí que ver que poco te pareces a tu padre... eres una insolente
E: Yo seré una insolente... pero usted es de todo menos persona... dudo mucho que lo que le corre por
las venas sea sangre
Rosario: ¡Cállate!
E: No señora, no... -se acercó hasta la pediatra- Maca vámonos... -le tendía la mano-... no mereces que te
hable así... -la pediatra la miró, tenía los ojos completamente hinchados y temblaba lo
suficiente como para que pudiese distinguirlo con claridad.
E: Maca
Maca escuchaba ambas voces y miraba a su padre postrado en la cama, no sabía qué hacer, su cuerpo
estaba paralizado por todo lo que la rodeaba, veía como Esther le tendía su mano y quería
marcharse junto a ella, pero su cuerpo no le respondía haciendo que siguiera aun sentada en
aquel sillón.
No se dio cuenta cuando, pero Esther ya no estaba allí, su madre la seguía mirando de la misma manera
mientras se sentaba junto a su marido, se levantó y se encerró en el cuarto de baño donde
aquel temblor continuaba siendo aun mayor acompañado por unas lágrimas que le quemaban
la cara pensando en Esther.
Había salido andando de allí, con la mirada perdida en ningún punto, recordando como Maca no cogió su
mano, borrando todo aquello que se dijeron esa misma mañana, llegó hasta otra planta y llamó
a la puerta.
E:... -entró sin decir ni hola y se abrazó a la persona que había acostada en aquella cama.
Sonia: Esther... -la abrazaba intentado parar aquel escalofrió que sintió al verla así- ¿Esther que ocurre?
Pero no decía una sola palabra, ninguna lágrima caía de sus ojos que permanecían abiertos, respiraba
tranquila sin saber cómo, su alma se perdía por segundos sin saber encontrar la forma de
quedarse con ella.
Pasadas unas horas en las que había permanecido echada junto a ella alguien entraba también en la
habitación preguntando por ella.
Sonia: Entró sin decirme nada... y sigue igual... ¿Qué ha pasado Ana?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ana: No lo sé... esta mañana parecía que todo se había arreglado... pero... -le contó lo sucedido con el
padre de Maca- volví a verla y estaba encerrada en el aseo y cuando salió ya no era la misma,
está sentada frente a la ventana desde entonces
Con la ayuda de Ana y de Jessica evitando que Arturo la viese así, la llevaron hasta su casa, donde la
acostaron quedándose cerca controlándola en todo momento Jessica mientras Ana volvía al
hospital junto a Maca.
Arturo sentado junto a Maca esperaban como buenamente podía, un silencio incomodo llenaba la
habitación, Rosario se había quedado dormida y Arturo leía el periódico mientras Maca
terminaba por aceptar que había perdido a Esther completamente esa vez, haciendo que sus
ojos se volvieran cristalinos cada pocos segundos.
Un pitido sacaba a todos de sus pensamientos mientras se giraban mirando a Pedro en la cama.
Rosario: ¡Pedro!
Rosario: Yo me quedo
Arturo cogía a Maca hasta sentarla en las sillas cuando vieron a Ana llegar por el pasillo que corrió hasta
ellos.
Ana: ¿Qué ha ocurrido? -recibió una mirada negativa por parte de Arturo- dios... Maca... ¿Maca me
oyes?
Arturo: Pero...
Pero mientras, en la casa Esther hacía su maleta en silencio tras obligar a Jessica a que hiciese la suya,
quien no pudo negarse, y hacerle caso.
Mientras terminaban de hacerlas Jessica intentaba por todos los medios hacerla cambiar de idea, pero
esta ni contestaba siguiendo con su faena sin escuchar nada.
Llamaron a un taxi y esperaron en la puerta hasta que este llegó, mientras aun no había salido de ella
otro entraban llevando a Maca y Ana, los dos se cruzaron paralelamente haciendo que ambas
se viesen a través del cristal apenas unos segundos, pero que Maca comprendió a la perfección
como una despedida.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
1 de Abril
Esther sentada en su sofá terminaba de repasar unos apuntes para el examen que tenía al día siguiente,
masticaba su trozo de pizza sin escuchar como apretaban el timbre insistentemente, hasta que
en uno de sus pensamientos se dio cuenta de ella y pizza en mano se acercó hasta la puerta.
E: Hola
E: ¿Para qué?
E: Ten... -le daba el mando-... ¿Estás sin comer verdad? Por que vaya humor traes
Jessica pasaba los canales buscando el canal internacional para ver la retransmisión española.
E: Está en el dieciséis
E: ¡Joder!
Un programa de corazón comenzaba a hablar de su padre haciendo que esta intuyéndolo se tapara la
cara con un cojín para no verlo, pero no pudiendo evitar escucharlo.
“Un comunicado oficial ha llegado informando que hoy a dos días de su boda, todo queda cancelado”
Esther levantaba la mirada sorprendida “desde que muriera el padre de Macarena habíamos
visto a la pareja algo distante y en ella una tristeza que a todos nos partía el corazón, los
encontramos a la salida de la casa que compartían ambos pero que fuentes cercanas dicen
dejará la jerezana en breve, nos informa Carolina Casado”
Unas imágenes de su casa aparecían en la pantalla mientras ella salía con una grandes gafas de sol
acompañada de su padre, Jessica se giró mirándola.
Observaba que Maca se metía en el coche sin decir una palabra mientras su padre la ayudaba y cerraba
la puerta quedando él fuera y empezando a hablar.
Arturo: Por supuesto... y ya que dejo este tema claro os pediría por favor que la dejaseis en paz, no está
pasando por un buen momento como todos sabéis
“Fueron las palabras de Arturo García mientras acompañaba a la que hubiera sido su mujer al
aeropuerto”
Maca tras llegar de Jerez para enterrar a su padre se había metido en su habitación y con la foto de
Esther entre sus brazos se sentaba frente a la ventana sin mirar anda en concreto.
Arturo llevada días queriendo hablar con Esther sin ninguna suerte, y no sabía tampoco que hacer con
Maca, que cada día estaba más distante y temía que cayera enferma.
Arturo: Maca... -entraba despacio en la oscura habitación)-.. tienes que cenar algo
M: No me apetece
M: Da igual
Se sentaba junto a ella y comenzaba a acariciarle el pelo intentando transmitirle confianza para que
hablase.
M: Con la boda
Arturo: Por eso no te preocupes, más adelante cuando todo esté más calmado y tú mejor pues...
M: No me entiendes... -lo miro por primera vez-... yo... yo no puedo casarme Arturo
Arturo: Ssshh -la envolvió entre sus brazos cuando comenzó a llorar- tranquila... no tienes que hacer
nada que no quieras ¿me oyes?... -cogía su cara entre sus manos mientras le limpiaba las
lágrimas.
1 de Abril
Jessica apagó la televisión y sentada en la mesa se giró para volver a mirar a Esther que seguía mirando
la televisión apagada.
Jessica: No se casa
E: Eso ya no importa... -se levantó con la caja de la pizza y se fue hasta la cocina.
Jessica: Pero...
E: ¡Por favor!
Jessica: Sí pero quiero llegar con tiempo al aeropuerto para desayunar tranquila
E:... -se dirigía hasta la ducha-... Ya sabía yo que la comida estaba en medio de todo esto... -recibió un
cojinazo en la cabeza- ¡eso! ¡Eso! ¡Encima maltrata a tu madrina!
Llegaron para facturar y dirigirse hasta la cafetería para desayunar y calmar el dichoso apetito que esa
mujer podía llegar a tener.
Jessica: Sí, sí, animal... -asentía con la cabeza haciendo reír más a Esther.
Llevaban varias horas en el avión y Jessica para no variar se había dormido, dio gracias por que le tocara
ventanilla, así podría perder la mirada fuera de ese trasto que le gustaba coger tan poco.
Recordaba su vida en Madrid, y como no había vuelto desde hacía cinco años cuando decidió
terminar sus estudios en florida y posteriormente comenzar a trabajar en un hospital de allí.
Pensó en cómo se encontraría a su padre que no veía desde las navidades de hacia ya casi dos años y
que por aquel entonces salía con una francesa bastante atractiva.
Pensando y sin poder dormir llegaron hasta Madrid y tras sin casi esfuerzo despertar a Jessi, salieron en
1busca de sus maletas para salir a buscar a quien las iba recoger.
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E: ¡Mírala!
Jessica corrió dejándole la maleta a Esther que refunfuñando se fue hasta ellas quienes se besaban
descaradamente siendo observadas por todo el mundo que pasaba.
E: Muy bien, muy bien y yo ahora a comerme las babas de las dos
Sonia:... -volvía hasta Jessica-... Pero si se lo digo de otra manera cariño mío... -la abrazaba por la cintura.
Meses después de que Esther volviese a California Sonia fue a hacerle una visita, y algo surgió entre ella
y Jessica que comenzaron a salir, haciendo que esta también se mudara con ellas allí, Esther
estaba feliz por sus dos amigas, y más cuando le comunicaron que iban a casarse, haciendo que
dos semanas antes que ellas Sonia pusiese rumbo a España para comunicárselo a su familia de
una manera menos fría que el teléfono.
Esther no quiso quedarse en su casa y decidió reservar habitación en un hotel mientras buscaba piso y
fueron allí para dejar las maletas y que la pareja pusiera rumbo a la casa de Sonia para ver a
Luisa y Esther por su parte visitar a su padre.
Se despidieron hasta la cena que lo harían donde Luisa para que Esther la viese también.
Llegó hasta el portal en taxi y se bajó sin llegar a entrar, miraba a través de la verja y sintió como añoraba
todo aquello, llamó al timbre y la puerta fue abierta mientras ella la cruzaba caminando
despacio y observaba como seguía todo en aquel lugar.
No le dio tiempo a llegar hasta la casa, su padre salía por la puerta, llegaba hasta ella y la abrazaba
levantándola en peso por la alegría.
Arturo: Deja que te vea... -se separaba de ella y la miraba de arriba abajo-... ¡mira que siempre estás
preciosa!
Arturo: No tan bien como tú... -pasaba su brazo atrayéndola hasta el mientras caminaban hasta la casa-
¿y la parejita feliz?
Entraron en la casa y estuvieron charlando sin separarse sentados en el sofá, Esther le contaba sus
avances en el hospital y como había sentido despedirse de sus compañeros, pero que todo lo
pasaba por las ganas de volver a su país, con los suyos.
E: Oye... ¿y tu francesa?
Arturo: Pues... ahora sí... ahora no hay quien me la quite Esther, se llama Mª José y es... lo mejor que me
ha pasado desde hace tiempo
Pasaron el resto de la tarde hablando, contándose todo lo que había pasado en sus vidas
respectivamente y de la mudanza de Esther, que le dijo que sus cosas llegarían en unos días y
que tenía que ir buscando algún piso rápidamente, así que su padre haciendo oídos sordos a lo
que le decía su hija ya se lo había buscado, y al decirle que era un ático Esther guardó su orgullo
y le dio las gracias.
A media tarde llegaba la novia de su padre y tras hacer las presentaciones a Esther le parecía una mujer
bastante guapa, pero de lo más normal comparándola con las demás adquisiciones de su padre.
Estaban todos en la casa de la señora Luisa hablando de la futura boda mientras reían y contaban como
les había ido por las Américas como la mujer decía.
Sonia: ¿Y dónde?
Jessica: En el Central
Sonia: Maravillas
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Todos: jajaja
Luisa: Jessica...
Todos: Jajaja
Esther ayudada por las chicas subía algunas cosas del camión de mudanzas, que prefería que no pasase
por las manos de aquellos hombres que parecían no tener ningún cuidado.
Jessica: ¿Tenerte de vecina? ¡con todos los años que llevo viviendo contigo!
E: Yo también te quiero
Pasaron la tarde acompañadas por más de una botella de vino que fue dejando su huella en ellas,
haciendo que tras acabar se echaran a dormir allí directamente, Esther al día siguiente tenía
que ir al hospital a firmar el contrato y quedar en que día se incorporaría.
Amanecía con Esther ya en la cocina preparando café cuando Sonia se levantaba dejando a Jessica en la
cama aun durmiendo.
Sonia: Sí jajajaj
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E: A las nueve... ahora que lo dices coge mi cartera que está ahí y saca una tarjeta que hay que no me
acuerdo por quien tengo que preguntar
E: Es verdad
Sonia:... -volvía a meterla y veía algo también que le llamo la atención- ¿Todavía la llevas?
No dijo nada se levantó y conforme ella la había sacado la volvió a coger para colocarla en su sitio, uno
que no había abandonado en todos esos años.
Sonia: Pues si quieres comer con nosotras vamos a comer aquí... -decía saliendo de la cocina.
E: Vaya morro...
Bajó hasta el parking donde reluciente la esperaba la moto que había comprado antes de llegar a Madrid
y que recogió el día anterior. Se colocó el casco y puso rumbo al hospital, sonrió al ver y
recordar aquellos atascos, y el por qué le gustaban tanto las motos.
Llegó hasta la puerta y tras aparcarla en la puerta llegó hasta el mostrador donde una mujer que
recordaba de alguna ocasión anterior allí la recibía casi de la misma manera.
E: Buenos días
Mujer: Cartilla...
Mujer: Ais ¡habérmelo dicho mujer!... -le ofrecía su mano-... yo soy Teresa
E: Encantada
T: Venga te aviso ahora mismo... -cogió de nuevo el teléfono y tras hablar con Dávila llamó a alguien que
la llevase hasta allí-... ahora mismo te acompañan
E: Gracias
E: Pues se lo agradecería
T: Tutéame mujer
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E: Gracias Teresa
Un hombre alto hacía su aparición mientras hablaba con la que supuso alguien a quien le daba el alta.
T: Sí... -decía mientras salía del mostrador-... mira ella es Esther la nueva doctora... él es Aimé, médico de
urgencias también
E: Encantada
T: Era para ver si la puedes acompañar al despacho de Dávila que la está esperando
E: Sí
Iban andando mientras aquel hombre le comentaba alguna que otra cosa con respecto al lugar, ella
miraba curiosa y no perdía detalle de lo que éste le decía haciendo que el hombre sonriera por
el interés de su nueva compañera.
E: En California... me especialice allí en neurocirugía y me ofrecieron un puesto allí mismo así que...
A: Yo diría más que eso -llegaban hasta la puerta del despacho- pues hasta aquí la visita
Llamó a la puerta mientras escuchaba como alguien la invitaba a entrar viendo como aquel hombre
hablaba por teléfono, permanecía de pie esperando mientras observaba aquel despacho.
D: Perdona... -se acercaba hasta ella-... Antonio Dávila... -le estrechaba la mano.
E: Esther
D: Nos llevaremos bien... –hizo sonreír a Esther- bueno pues... -sacaba una carpeta de un cajón- este es
el contrato que hablamos repásalo sin ninguna prisa y cuando lo firmes te sigo contando
Como le había dicho Esther comenzó a leerlo viendo que no había ningún problema y era como había
acordado anteriormente por teléfono, así que sacó un bolígrafo de su bolso y tras plasmar su
firma en cada una de las hojas se las devolvió.
D: Uy... ¡usted no por dios! Que bastante viejo me siento ya... aquí todos me llaman Dávila
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D: Muy bien... pues ahora bajas y le dices a Teresa que le hace falta para terminar tu alta y ya la llamo yo
para que te diga una última cosa
De nuevo salía de aquel pasillo intentado recordar el camino de vuelta para no perderse, llegó hasta
urgencias sin ningún problema y entonces no supo por donde dirigirse, miraba dudosa de un
lado a otro observando como una chica con una bata se acercaba hasta ella.
E: No si... venía del despacho de Dávila y tengo que ir donde Teresa pero me he perdido
E: ¿Laura?
L: Sí
E: Sí
E: Pues te lo agradecería
Andaban por los pasillos hablando de su nueva incorporación mientras llegaban hasta Teresa que las
esperaba con unos papeles en la mano.
E: Me perdí lo siento
Teresa terminó de pedirle algunos datos necesarios y recibió una llamada de Dávila diciéndole que
avisara a Cruz y que fuera hasta ellas para que conociera a Esther.
E: Está bien
Minutos más tarde la mujer en cuestión salía por las puertas que daban a urgencias discutiendo
cariñosamente con un hombre bastante gruñón por lo que podía diferenciar.
C: Hola
T: Aquí la tienes
C: Hola soy Cruz... -le tendía la mano-... y este señor tan simpático es el doctor Vilches
E: Encantada
C: Luego nos vemos, bueno... me ha dicho Antonio que empiezas mañana mismo
C: Pues me alegro por que estamos algo agobiadillos ¿te han enseñado esto?
C: Aunque está bien... todavía quedan cosas que ver ven conmigo –sonrió comenzando a caminar.
Andaban mientras Esther intentaba pensar de qué conocía a aquella mujer que le resultaba tan familiar,
decidió dejar eso a un lado mientras esta le enseñaba las instalaciones y lo que sería su lugar de
trabajo a partir de entonces, también le presentaba a quien se iba encontrando por el camino.
E: Jajajj supongo
E: Perfecto
E: Hasta mañana
T: La nueva
T: Empieza mañana ¡es majísima ¡oye! pregúntale a Laura, que parece que tiene una amiga en común y
todo... mira por ahí viene... ¡Laura!
L: Sonia una amiga... pero que Esther estaba fuera se ve que trabajando y le dijo que yo trabajaba aquí...
y ya ves tú la coincidencia... Maca... ¿te encuentras bien?
T: Hija que humor... -miraba la ficha que acababa de terminar-... García, Esther García
Si la hubieran atravesado con un cuchillo no hubiera emitido el menor ruido, pues esta, sufría un estado
de shock aquel nombre había conseguido sacar aquellos demonios con los que aun luchaba.
Miraba aquel papel donde la firma de Esther se distinguía claramente mientras sus compañeras
comenzaban a preocuparse por ella.
La llevó de la mano hasta la cafetería, la pura inercia y el peso de su cuerpo ayudaron a Laura a sentarla
mientras le preparaba una manzanilla. Se la sirvió y comprobó como todavía tenía la mirada
perdida mientras con la cucharilla le daba vueltas al líquido en su taza.
M: Es ella
M: Esther
L:... -se pasaba la mano por la cara mientras pensaba- A ver... ¿y qué vas a hacer?
L: ¿Pero?
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M:... -se levantó de la silla- No Laura... una vez le destrocé la vida... y no pienso cometer el mismo error
Se marchó de allí siendo observada por Laura que aun estaba con la cara desencajada por aquella
sinceridad de su amiga.
Maca le había contado que hace años se enamoró de una chica, que fue algo bastante duro para ambas,
porque era una relación imposible sin llegar a contarle la verdadera razón, pero que por su
culpa esta se marchó con el corazón roto y seguramente, odiándola.
Laura había cogido un gran cariño a la pediatra, era una persona a la que poca gente podía llegar debido
a su carácter, pero que una vez conseguido, era la persona más dulce y amable que había
conocido.
Una idea llegó a su cabeza y decidió ponerla en práctica, pero tenía que esperar en acabar su turno para
meditarla.
Llegaba a su piso realmente contenta por su nuevo trabajo, dejó las llaves en la mesita y el casco en la
primera silla que encontró, intentó escuchar algún ruido por parte de sus compañeras, pero
nada.
Se metió en la cocina a pensar que preparar de comer, a lo tonto se había tirado toda la mañana en
aquel hospital y ya era la hora para comer, su estomago también opinaba lo mismo.
Mientras sacaba algunas cosas del frigorífico escuchó unas risas provenientes del pasillo, se encaminó
hasta donde estas venían secándose las manos con un trapo, llegó hasta su habitación y vio
como sus amigas envueltas en una toalla seguían unos juegos que seguramente provenían de la
duchas.
Jessica: ¡Hola!
E: ¿Qué? también me habéis estrenado la ducha por lo que veo... -decía con una sonrisa en los labios.
Entre las tres comenzaron a preparar algo ligero mientras eso sí, Jessica se preparaba algún que otro
filete para ella. Esther les comentaba como había ido la mañana en el hospital, y de la manera
que lo hacía estas vieron como estaba contenta por ello, y se alegraron muchísimo por su
amiga.
Jessica: ¿tonces... ando empizas? -decía mientras masticaba con la boca repleta de comida.
E: Mañana
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E: A mí me gusta mi trabajo
Sonia: ¿Sí?
E: Pues sí...
Aquella noche Maca estaba en su apartamento sin apetito, cambiando canales uno tras otro intentado
quitar de su cabeza lo que se había alojado en ella todo el día desde que se enteró que Esther
comenzaría a trabajar en el hospital al día siguiente.
Se preguntaba cómo reaccionaría al verla, tenía algo de intriga, pero tenía miedo de que al verla, ella la
despreciara, no creía soportarlo.
Se levantó y fue hasta su despacho, se sentó frente al ordenador y se puso a mirar cosas por Internet
intentado evadirse, pero nada lo conseguía, se recostó en la silla y miró aquel cajón que tenía
cerrado con llave, se mordía el dedo mientras dudaba en abrirlo o no.
Palpó la madera de la mesa por debajo hasta que encontró aquella llave que había pegado allí el mismo
día que decidió cerrarlo, despegó la llave y jugando con ella entre sus dedos lo abrió.
Sacó algunos papeles, una carta y aquella foto que envolvió en un pañuelo con toda la delicadeza
posible.
Tras destaparla se quedó mirándola con nostalgia, tenía ganas de verla, claro que las tenía, nunca dejó
de pensar en ella, siempre antes de dormirse era su último pensamiento, al principio intentó
que no fuera así, pero viéndolo imposible, se fue convirtiendo en un ritual.
Se abrazaba a la almohada como cada noche pero esta vez mirándola a ella, decidió colocar la foto en la
mesilla junto a su cama, no pudo dejar de observarla desde que la sacara de aquel cajón, y así
poco a poco sus ojos fueron cerrándose dejando grabada aquella imagen, una vez más, en su
mente.
L: ¡Si lo tenía por aquí! -rebuscaba en una pequeña agenda- ¡míralo! a ver... -descolgó el teléfono y
comenzó a marcar.
Voz: ¿Sí?
L: ¿Sonia?
L: Soy Laura
L: Pues bien, acabo de terminar el turno y como hoy conocí a Esther decidí llamarte
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Sonia: Sí... Esther me lo comentó comiendo... es muy buena gente, te llevarás bien con ella
Sonia: Dime
L: A lo mejor pensarás que soy una entrometida pero... mira hacemos una cosa
L: Mañana entro a las ocho pero... ¿tú podrías quedar antes conmigo y con un café te lo digo?
Jessica salía de la cocina con un bocadillo y se sentaba en el sofá de un golpe quedando bastante pegada
a Sonia.
Sonia: Es Laura
L: ¿Cómo dices?
Sonia: Sigue
Sonia: Mmm yo creo que sí, nos vemos a las siete y cuarto en... Gospel... que te pilla cerca
L: Está bien
Sonia: Anda calla... -se abrazaba a ella para ver la televisión un rato juntas antes de ir a dormir.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Se levantaba bastante temprano pues algunos nervios no la dejaban dormir, estaba segura de que todo
iría bien, pero empezar en un trabajo nuevo siempre conlleva tener que adaptarse y sobre todo
compenetrarse con sus compañeros.
Se terminaba la taza de café y cogía su casco, salió canturreando de su casa, puso la moto en marcha y
comenzó el camino al hospital.
Vio un puesto de churros por el camino y decidió parar, compró algunos y los metió en la pequeña
maleta que llevaba la moto, continuó su camino y tras aparcar nuevamente frente a la puerta
comenzó a entrar por las puertas de urgencias.
L: ¿Entramos?
Sonia: Sí vamos
Tras mirar las mesas vacías Laura fue hasta la que estaba más retirada se sentaron y rápidamente el
camarero fue hasta ellas, pidieron unos cafés y segundos después servidos frente a ellas.
L: A ver... no quiero que pienses que soy ninguna cotilla eh... te diré el porqué y lo comprenderás
Sonia: Suéltalo
L: A ver cómo te digo yo esto... mmm en mi hospital hay una persona que también conoce a Esther
Sonia: Mmm deja que piense... después de mí... estuvo con Jessica y con... -miró a Laura seria a los ojos-
¿Maca?
L: Exacto
L: Creo que no... cuando Maca se enteró por la forma que reaccionó...
Sonia: Madre mía... -se tapaba la cara-... la que nos viene encima
Esther entraba con la bolsa en sus manos sonriente hasta una Teresa que ya estaba enfrascada en la
revista que compró antes de entrar aquella mañana.
E: Buenos días
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Sonia llegó a su casa corriendo con la idea de hacer una llamada, entró mientras comprobó que los
demás dormían, entró hasta su habitación donde Jessica tapada completamente se quejaba por
la luz.
Sonia: ¡Ja!... -cogía un listín telefónico- ¿oye te acuerdas del bufete donde trabajaba Ana?
Jessica se destapó rápidamente mientras se sentaba boquiabierta mirando su chica con aquel libro entre
las piernas.
Sonia: No hija no... Laura... -Jessi asentía-... pues conoce bien a Maca se ve... y esta le contó una historia
que tuvo hace años y ayer Maca se enteró de lo de Esther cuando esta se había ido y se lo
terminó de medio contar y Laura sabiendo que yo la conozco me lo ha contado
Jessica: ¡Para! ¡Para! ¡Para! ¿Maca sabe que Esther va a trabajar allí pero Esther no sabe que Maca lo
sabe, y tampoco que trabaja allí?
Sonia: Sí... hola buenos días... mire usted... estoy buscando a una persona que trabaja allí pero de la cual
no sé los apellidos, sí... se llama Ana y es abogado en ese bufete... sí... espero... -se giraba hasta
Jessi-... que espere dice
Jessica: Ya te he escuchado
Sonia: Sí... me podría dar su móvil... es muy urgente... sí... sí... sí... gracias... -terminaba de anotar y volvía
a marcar-... me ha dado su móvil
Sonia: ¿Ana?
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Ana: Sí
Ana: ¿Sonia? -se paraba a pensar- ¡Sonia! ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo!
Sonia: Esther
Sonia: No, no, hoy empezaba a trabajar en el mismo hospital donde está Maca y aun no lo sabe...
aunque no sé si la habrá visto ya... Ana... ¿Ana estás ahí?
Sonia: Anota
Esther ya con su bata recorría las cortinas junto a Cruz que le iba explicando algunos casos que habían
ingresado, realmente su trabajo le fascinaba y Cruz lo percibía.
C: Te propongo algo
C: Ahora tengo que entrar a operar a un niño... ¿te gustaría entrar conmigo?
E: Me encantaría
C: Venga pues te doy diez minutos mientras veo si la pediatra ha entrado ya y nos ponemos manos a la
obra
E: Bien
Cruz se marchaba hasta la entrada para preguntarle a Teresa por Maca, llegó y vio como Teresa discutía
con Vilches por algo, haciendo que este terminara yéndose ofuscado.
C: Teresa
T: Ahí la tienes... -la pediatra entraba guardando algo en el bolso, directa hacía ellas.
M: Buenos días
M: ¿Ocurre algo?
C: Bueno... venga, de todos modos la chica nueva entrará conmigo, nos podremos apañar... -decía
dándose la vuelta.
M: Ahora voy
Llegó hasta su despacho temblando, ya no podía echarse atrás, la vería en diez minutos, luego pensó en
que no había sido buena idea, el verla la primera vez dentro de un quirófano la iba a poner
demasiado nerviosa, pero cerró los ojos y se propuso que no iba a perder esa profesionalidad
por la que siempre luchaba, se puso su bata y fue hasta la zona séptica, vio que Cruz ya estaba
dentro y tras lavarse entró.
M: Ya estoy aquí
En ese momento las puertas se abrían dejando paso a alguien con las manos levantadas no queriendo
tocar la puerta, vio como se giraba lentamente, con la mascarilla puesta podía distinguir a la
perfección aquellos ojos, su corazón comenzó a palpitar demasiado deprisa, quiso tranquilizarse
pero entonces aquella mirada la atravesaban al descubrir de quien se trataba.
E: Ya estoy aquí...
Miró a la otra persona allí presente que supuso sería la pediatra, a quien aun no conocía y tras unos
segundos mirando aquello tan familiar creyó pensar que su mente estaba riéndose de ella.
Se quedó parada en la misma posición no sabiendo que hacer, de nuevo aquellos ojos, aquellos con lo
que no había dejado de soñar una sola noche, aquellos que imaginaba en sus momentos más
tristes.
E: Sí...
No pudo más y esquivó esa mirada que traspasaba su cuerpo y su alma, Esther no quiso que aquello
interfiriera en su primera operación allí, así que respiró hondo y se puso junto a Cruz que
entablaba conversación con ella respecto al caso sin percatarse de la situación en la que se
encontraba.
Maca no hablaba se dedicaba a seguir la operación por si surgía alguna complicación y a escuchar
aquella voz que seguía grabada en su cabeza a fuego.
E: No te quites merito
E: Hasta luego -se despidió desde la puerta intentando salir lo más rápido posible de allí.
Estaba en la sala de médicos revisando algunos historiales sobre casos que le habían asignado, junto a su
taza de café no podía evitar que su mirada se perdiese en el aire pensando en Maca, pensó en
la cantidad de hospitales que podía llegar a haber para que tuviera que estar en ese.
No podía irse de allí, había firmado un contrato y no actuaría siendo ella misma dejando al hospital de
aquella manera tan poco profesional.
E: Hola Laura
L: Te veo bien
E: Sí...
L: ¿Puedo?
L: Pues... -hacía memoria-... unos cinco años... estaba aquí antes de que yo llegase...
E: Ahm...
L: ¿Por qué?
E: No... por nada... -en ese momento sonaba su móvil- dime petarda... jajaja sí... aquí con Laura... -tapa
el teléfono- es Sonia... dime... ¿hoy? Vale... ¿me vienes a buscar?... vale te espero
L: ¿Qué dice?
L: Hasta luego...
Recogía las carpetas y tras ponerlas bajo su brazo se encaminaba hasta la puerta que comenzó a abrirse
dando paso a la persona con la que menos quería cruzarse ese día.
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M: Hola
L: ¡Maca!
M: Esther
La pediatra se sentaba en una de las sillas moviendo un bolígrafo entre sus dedos, Laura la miraba
expectante esperando que dijese algo, pero ninguna palabra salía de sus labios.
L: Dale tiempo
L: Ha debido ser una impresión fuerte, tú por lo menos lo supiste antes de verla... cuando se
acostumbre...
M: Quizás...
Pasaron la mañana sin volver a hablar, se cruzaron en algún momento pero eran miradas furtivas
evitadas por Esther que se sentía extraña con ella cerca.
Mientras se cambiaba pensaba en lo raro que se le iba a hacer y planteándose hablar con ella, iban a ser
compañeras y tenían que hacerlo de una manera u otra.
C: ¿Ya te vas?
C: Es sobre el chaval de esta mañana, tenemos que hacer un informe y ya que Maca llevaba el caso
deberíais hacerlo entre las dos
E: ¿Con Maca?
E: Gracias
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Salió de allí despacio mientras pensaba, al día siguiente tendría que trabajar con ella, no sabía si estar a
solas sería lo más conveniente, aunque tampoco sabía de la vida de la pediatra, seguramente
habría rehecho su vida y no se incomodaría por ello.
Sonia al ver que Esther no salía decidió entrar a buscarla, así si veía a Maca podría sacar el tema con más
sutileza y no tan a saco como le parecía cada vez que lo pensaba.
E: ¡Sonia!
E: Perdona... -le daba un beso en la mejilla- me he liado... -miró a Teresa quien no perdía detalle- ella es
Teresa
T: Encantada
Sonia: Igualmente... -no pudo evitar estirar un poco el cuello por si la veía aparecer.
E: ¿Nos vamos?
Sonia: Sí... oye y ¿Laura por donde anda? Que ya que estoy aquí
E: Pues no lo sé... -comenzaba a ponerse nerviosa, no había caído en que podría ver a Maca y conllevaría
una larga conversación con su amiga-... venga vámonos
De repente lo que más temía sucedió, Maca cruzaba las puertas con Laura mientras reían por algo,
Esther tragó nerviosa y comenzó a meterle prisa para que Sonia no se diera cuenta, pero era
demasiado tarde, pues esta al ver a la pediatra frente suya se quedó parada.
Sonia: ¡Maca! -se acercaba a ella y le daba un pequeño abrazo- ¡cuánto tiempo!
L: ¡Hola! ¡Eh!
L y Sonia: Jajaja
L: Sí
Sonia: Eh... -miró a Esther- he venido a recoger a Esther... que me la llevo a comer
M: Uhm... -miró a Esther quien algo sonrojada bajó su mirada- pues nada... pasarlo bien
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Sonia: Hasta luego chicas... -le dio dos besos a cada una y fue de nuevo hasta Esther que esperaba cerca
de la puerta y le pasó un brazo por los hombros- ¡vamos anda! -le decía medio regañando.
Sonia había llevado su coche así que decidieron ir en él y luego volver a por la moto de Esther, esta iba
callada durante todo el trayecto mientras su amiga la miraba varias veces, decidió hablar más
tranquilamente cuando llegaran al restaurante.
E: Y ¿cómo se supone que tengo que estar? Después de seis años sin verla me la encuentro en mi nuevo
trabajo, en el que por cierto tenía toda la ilusión del mundo... -decía enfadada.
E: ¡Sonia! ¡La tengo que ver todos los días y trabajar con ella!
El camarero llegaba con una botella de vino que descorchó y le dio a probar a Sonia que asintiendo con
la cabeza hizo que el chico la dejara en la mesa.
Sonia: Gracias... -volvía a mirar a Esther-... pero si ya lo tienes superado Esther... no tiene por que
importarte ¿o no?
E: Estaba muy tranquila Sonia, conseguí estar tranquila... aunque la tuviera en mi cabeza
Sonia: La sigues queriendo... -ante aquello unas tímidas lágrimas salieron de los ojos de Esther.
Sonia: No tiene por qué ser igual Esther... esta vez, todo es diferente
E: ¿Pero quién te dice a ti que no está casada? ¿O que tiene pareja? No me quería... si lo hubiera hecho...
E: Dejemos este tema Sonia... he tenido un día duro y lo que menos me apetece es hablar de ella
Tras unos minutos parecía que Esther se calmaba pudiendo hablar como normalmente lo hacía con su
amiga, había conseguido ponerla en un segundo plano en su cabeza, durante los años que
estuvo en California fue su única salida, así que acostumbrándose a ella, de nuevo volvía reír
mientras disfrutaban de una agradable comida como en los viejos tiempos.
Sonia: ¿Hablando del rey de Roma! -cogía el móvil y contestaba- ¡hola cariño! jajaj... con Esther... ¿Dónde
estás?... ¡a pues estáis aquí al lado!... Sí... ¿venís?... perfecto... os esperamos
Sonia: No sé... dice que se ha encontrado con alguien que nos gustará ver
E: ¿Nos?
Sonia: Sí
E: Tú novia es de un raro...
Continuaron hablando mientras pedían los cafés y esperaban a Jessi con aquella visita que decía “había
encontrado”, mientras reían la cara de Sonia cambió dando a entender que su chica ya llegaba
con ella.
Chica: ¡Ejem! ¡Ejem!... -estaba detrás de Esther que no se había percatado de su presencia, pero se giró y
quedó sorprendida.
Ana: Esta misma mañana, llamé a Sonia... -la miró para que no la contradijese- y quedé en darte una
sorpresa... -se sentaron con ellas- ¿Cómo estás? Aparte de igual de guapa
E: Jajaj pues nada... yo llegué también hace ¿tres semanas? -preguntaba mirando a Jessica- sí, tres
semanas y nada
Ana: ¿Y vosotras qué? -miraba a la pareja que no dejaba de darse besos y prodigarse caricias-...
¡pastelosas!
Sonia: Jajaj ¡pues ya ves! Con decirte que nos vamos a casar
Ana: ¡Enhorabuena! -le daba dos besos a cada una- ¿tendrás un buen sueldo? -le preguntaba a Sonia-...
porque para dar de comer a esto
E: Es en broma tonta
Jessica: Defiéndeme
Sonia: Tranquila que si tuviera que echar horas extras para cobrar más, yo las echo
Todas: Jajaja
Parecía que al contrario de lo que habían pensado, para nada le había sentado mal a Esther la visita de
Ana, quien hablando con su jefe adelantó parte de sus vacaciones para ir a la capital por si sus
amigas necesitaban ayuda.
Reían recordando buenos momento intentando evitar la palabra Maca que Esther llevaba en su mente
todo aquel tiempo, pues era inevitable estar con Ana y no pensar en ella.
E: ¿Y dónde te alojas?
Ana: Pues... la verdad es que... he venido así como quien dice deprisa y corriendo y... ni siquiera he
avisado ha... -parecía no querer nombrarla.
E: A Maca... tranquila...
Ana: Pues gracias, que a todo esto... tendría que llamarla por lo menos porque si no... de esta me mata
E: Yo tengo que volver a por mi moto... podemos ir ahora, te esperamos y ya te vienes a casa
Mientras Maca en el hospital que tenía doble guardia, estaba en recepción con Teresa en uno de sus
descansos riendo por los intentos de contarle algún que otro marujeo del hospital.
Chica: Perdone, estoy buscando a la pediatra más borde de Madrid... -Maca se giró teniendo a Ana
enfrente suyo.
M: ¿Y eso? ¿Dónde?
Ana: Jajaja mira, como me han dado unos minutos por qué no me invitas a un café y te lo cuento
Iban hasta la cafetería donde Maca servía sendos cafés para las dos y se sentaba con Ana, mientras
Esther esperaba fuera sentada en su moto esperándola, Sonia y Jessica habían ido a por sus
maletas que se encontraban en la casa de esta.
M: ¡Bueno! ¡Pero cuéntame! ¿A qué se debe esta maravillosa visita? -preguntaba feliz.
Ana: Bueno... aparte de que tenía ganas de verte... -le daba una palmada en la mano-... sé lo de Esther
Ana: Bueno, pero es su primer día y también estaría nerviosa... así que dale tiempo
M: ¿Dónde está?
Ana: Bien... aunque bueno... vamos fuera... a ver si, conseguimos algo
M: No sé si...
Recogieron la mesa y Ana se enganchó del brazo de su amiga y comenzaron a salir hablando
alegremente mientras se acercaban a la puerta donde Ana le apretaba un poco la mano para
que no estuviera nerviosa.
Ambas se miraban sin decir nada y Ana sonreía al recordar como lo hacían de la misma manera años
atrás.
E: Cuando quieras
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ana: Bueno Maca pues mañana si eso me llevas a comer ¿no? ¡Y podríamos hablar con la parejita feliz
también! Para ir a cenar ¿Qué te parece? -miraba a Esther.
E: Claro
M: Hasta luego... -le daba dos besos- hasta mañana... -miraba Esther.
Y con Ana agarrada a su cintura emprendía el camino a su casa con aquella sensación que creía olvidada.
Ana sonreía sin poderlo evitar contenta porque su plan estaba funcionando y sabía que se seguían
queriendo como el primer día.
Maca entraba como en una nube en el hospital sin escuchar a nadie y se dirigía directamente a su
despacho, se sentaba y esbozaba una sonrisa deseando verla al día siguiente.
Llegaban hasta la casa de Esther y en el portal esperaban las chicas sonrientes con las maletas de Ana.
Jessica: Que digo yo, que una copia de las llaves nos podrías dar ¿no?
Mientras Sonia y Ana sacaban su ropa en la habitación que Esther había decidido para ella en esos días,
comentaban cómo hacer para juntarlas de nuevo.
Jessica ayudaba a Esther en la cocina mientras preparan algo para picar más tarde en el salón todas
juntas.
E: Quien
Jessica: Maca
E: Jess
E: Vale...
E: No lo quiero pensar
E: ¿Qué? -decía mientras la miraba sonriendo, la verdad es que aun sin quererlo aquella chica le
arrancaba una sonrisa siempre.
Jessica: Que tú dirás lo que quieras de mí... ¡pero te has acostado con las tres pedazo de zorra!
Jessica: Es que...
E: ¿Te molesta?
Jessica: No... pero que ¡te has acostado con mi futura mujer!
Jessica: Veeeeenga...
E: ¡Que no!
E: Pues por supuesto que Maca –se giró hasta uno de los cajones.
Jessica: Lo suponía
Jessica: Por que por mucho que digan... donde este el sexo con amor...
E: Sí...
Maca se colocaba la chaqueta y tranquila terminaba de recoger algunos papeles que había por encima
de la mesa para guardarlos.
Miró si le faltaba algo y cogió su bolso, echó un último vistazo antes de salir de allí, iba despacio jugando
con las llaves en sus manos, después de firmar y despedirse salió para comenzar su camino a
casa.
Los últimos rayos de sol iluminaban su cara haciéndola sentir ese espléndido calor, iba paseando sin
ninguna prisa, era una de las muchas costumbres que había adquirido con los años, conforme
llegaba a su casa se paraba a observar a las personas a su paso.
Cruzó aquel portal dando las buenas tardes al portero que parecía que se pasase toda la vida sentado en
aquella silla. Al entrar al ascensor comenzó a tararear una canción que había escuchado aquella
mañana.
Abrió la puerta y fue hasta el equipo de música y tras darle al play comenzó a sonar aquella que estaba
buscando.
M: Contigo me sentía bien... no me acordaba del pasado... -cantaba en voz alta mientras se dirigía a la
cocina.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Mientras escuchaba la música, la vio, aquella fotografía que la hacia sonreír, se quedó mirándola como
mismo había hecho aquella mañana.
La música seguía sonando y ella alzaba la voz cada vez que algún trozo le gustaba, haciéndolo suyo. Se
sentía feliz por haberla encontrado de nuevo, aunque hubiese sido ella quien la encontrara.
Seguía terminándose la cena pensando en cómo conseguir hablar con ella sin llegar a intimidarla y
sonrió al pensar que Ana estaba en su casa, seguramente intentaría algo, conociéndola habría
venido por eso.
Unas semanas después de haberse instalado en el piso fue hasta la agencia como anteriormente Esther
había hecho, y convenció a aquel muchacho de que le hiciera copias de cada una de las fotos
donde ella salía, pagándoselas para no que no tuviera ningún problema.
Se recostaba en el sofá con la copa de vino en su mano mientras seguía mirándola, soñando e
imaginando como Esther la perdonaba, como aun seguía amándola.
En el salón seguían riendo y charlando mientras Jessica y Sonia comenzaban a preguntar ideas para que
su boda no fuese la típica, fueron aportando algunas pero inevitablemente, las bromas eran el
plato fuerte de la conversación, Esther estaba contenta, tenía a sus amigas con ella y parecía
que el tiempo no hubiese pasado, aunque faltaba algo que en aquel momento sintió con
nostalgia.
E: Menos mal... me pone la cabeza loca... -refiriéndose a Jessica que se acababa de marchar junto son
Sonia.
Ana: Es un encanto...
E: Sí... siempre es mejor saber la verdad desde un principio que intentar suavizarla con mentiras... -se
estiraba cansada-... yo me voy a ir acostando
E: Tú como en tu casa
Ana: Gracias
Mientras Esther se acostaba, Ana se quedaba viendo la televisión haciendo zapping esperando a que
Maca la llamase, que supuso no tardaría mucho en hacerlo, se levantó aburrida y se puso a
mirar las fotos que habían por el mueble del salón.
Había algunas de Esther y de su padre, las típicas fotos con amigas en algunas vacaciones, pero unas le
llamaron la atención, salían las tres junto con Arturo la noche vieja que pasaron juntos, y al lado
una de Esther y de Maca sonriendo.
La acarició deseando que sus amigas tuvieran algo más de suerte y pudieran dejar de sufrir separadas
para darse otra oportunidad.
Esther miraba al techo pensando en cuando llegase al hospital la mañana siguiente tenía que hablar con
Maca para el informe y aunque le pareció extraño, le apetecía, tenía una excusa en la que
escudarse para poder ver que ocurría teniéndola cerca de nuevo.
Ana: Pues nada, hemos cenado aquí las cuatro e imagínate con Jessi aquí... risas todo el rato
M: Me apetece verla... a Sonia la vi hace unos meses pero poco tiempo, a Jessica desde... bueno
M: Cruz me ha mandado hacer un informe con Esther sobre un chaval que operamos esta mañana
Ana: A mí me da que no... -decía mientras miraba la foto del mueble-... bueno pues te dejo descansar,
mañana voy a por ti y comemos ¿vale?
De nuevo con su taza de café intentaba estar lo más tranquila posible, miraba el reloj y veía como los
minutos no pasaban y quería salir ya hasta el hospital.
Escuchó ruidos provenientes de la habitación así que supuso que Ana se estaba levantando y preparó
otra taza para ella.
Ana: ¿Qué haces ya así? -veía como Esther ya arreglada esperaba para irse.
E: Estos días estoy algo nerviosa y no lo puedo evitar... hago tiempo para irme ya
Ana: Ah... -esbozó una pequeña sonrisa recordando lo que le dijo Maca la noche anterior- ya...
Ana: ¡Anda venga! Luego como tengo que ir a recoger a Maca nos vemos allí
Estaba contenta, de buen humor, y creía saber porque, pero no quería que fuese así, no quería mostrar
para nada como se sentía, así que mientras llegaba intentaba mentalizarse de ello.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
T: Hola... Maca me ha dicho que te espera en su despacho para el informe que tenéis que hacer
E: Gracias
Se marchaba de allí para cambiarse, mientras lo hacía intentaba acompasar su respiración para no
parecer nerviosa, que era como estaba realmente. Se colgó el fonendo al cuello y colocándose
el busca, salió de allí con las manos en los bolsillos mientras caminaba despacio saludando a los
compañeros a su paso.
Llegó hasta su puerta, una pequeña placa en la puerta con su nombre la hizo saber que era allí, llamó
con su puño un par de veces hasta que obtuvo respuesta abriendo tímidamente la puerta.
E: ¿Se puede?
M: Claro... pasa... -retiraba algunos papeles de la mesa para que ella pudiese trabajar cómoda-...
perdona el desorden
E: Tranquila... -no sabía cómo actuar, veía como Maca recogía la mesa algo nerviosa y no supo qué hacer
más que mirar a su alrededor observando.
E: Gracias
M: Bueno pues... aquí tienes los informes anteriores y la evolución, como el tratamiento que se estuvo
siguiendo... -le daba una carpeta.
Estaba concentrada en su trabajo y tenía la mirada fija en los papeles, pero podía notar como Maca la
miraba de reojo mientras escribía algunas veces.
La tenía delante, después de todos esos años, ni un metro la separaba de ella y la veía más guapa si
cabía que entonces, con el pelo más corto y algo más mayor hacía que no pudiese evitar
observar los pequeños cambios en su cuerpo, la veía más delgada, no mucho, pero se notaba
después de tanto tiempo sin verla.
E:... -levantó la vista después de ver como no dejaba de mirarla, se encontró con sus ojos.
Bajó de nuevo su vista hasta aquel informe, pero no pudo evitar sonreír y Maca lo vio, haciendo que
respirase más tranquila al ver que no le había sentado mal.
E: Pues yo creo que no hace falta poner nada más... -le daba el documento que había rellenado por su
parte.
M: A ver... -se recostaba en su asiento y como ella había hecho anteriormente, Esther no pudo evitar
mirarla mientras leía- sí... yo creo que le valdrá... -lo ponía de nuevo en la mesa y lo firmaba-
¿se lo quieres llevar tú?
M: Claro...
E: Hasta luego -no pudo terminar de abrir la puerta cuando Maca la llamaba de nuevo.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: ¡Esther! -se levantaba decidida- me preguntaba si... bueno si... ¿te tomarías un café conmigo cuando
tuvieses un rato?
E:... -la miró y no pudo evitar sonreír sin ser vista, pues Maca tenía la mirada en el suelo nerviosa-...
Claro... luego te busco
Esther recorría el hospital sin borrar esa sonrisa que se había alojado en sus labios sin avisar, llegaba
hasta el despacho de Cruz y tras llamar entraba.
E: Hola
C: Hola Esther
C: ¿Ya? -preguntaba sorprendida- a ver... mmm... está perfecto... -asentía mientras seguía leyéndolo-...
prefecto
E: Me alegro
E: Sí
E: De acuerdo
Esther se había entretenido bastante tiempo con Vilches con un caso y otra operación, no se había
acordado ni de que tenía que buscar a Maca para el café, cosa que la pediatra si había notado,
había preguntado varias veces por ella pero no conseguía encontrarla.
Estaba algo cabizbaja junto a Teresa rellenando un alta cuando Esther apareció de la nada.
E: Hola
E: Perdón... -intentaba no reírse haciendo que Maca sonriera de verla así-... no sabía que estabas tan
concentrada
M: Tranquila... creo que mi corazón ha vuelto a su sitio... -vio como Teresa seguía la conversación-... que
Teresa... ¿se ha terminado de leer la revista?
E: Pobre
Sin darse cuenta estaban teniendo aunque pequeña, una conversación de lo más normal.
Fueron en silencio hasta la cafetería donde se sentaron en la mesa que quedaba libre, Maca se sentaba
pero Esther se quedaba de pie a su lado.
E: Yo traigo los cafés... era... -haciendo memoria-... solo con una cucharada de azúcar
E: Ahora vengo
Desde la mesa la observaba preparar los cafés y su mirada se puso a repasar aquel cuerpo algo
descaradamente, pero no le importó, ella tenía las cosas bien asumidas y no era su plan
agobiarla, pero por qué no, si intentar recuperarla con el tiempo.
M: Gracias
M: ¿Cómo lo llevas?
E: Gracias
Un silencio invadió el momento, no llegaba a ser incomodo pero dejaba claro que había bastantes cosas
pendientes entre ellas que tenía un gran peso.
T: Esther...
T: Se lo he dicho para no tener que molestarte en el descanso pero me ha dicho que te diga... -tragaba
para decir lo que intentaba recordar-... que es Jessica y que si no te pones tendrá que venir y no
cree que quieras
M: Jajaja no cambia
M: Te espero aquí
E: Vamos Teresa
Andaba sonriendo mientras negaba con la cabeza por las maneras de su amiga, llegó hasta el mostrado y
se colocó el teléfono en la oreja, escuchaba la conversación que esta tenía suponía con Sonia de
la manera en que hablaba.
E: Si interrumpo cuelgo
Jessica: ¡Esther!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Dime pesada
Jessica: Te cuento...
E: A ver...
E: Vale
E: Sí
E: Dime
Jessica: Que comemos todas juntas, vamos a por vosotras en tu coche que le he dicho a Ana que cogiera
las llaves
Jessica: ¡Cállate anda! Si estás deseando estar con Maca, ¡no te hagas la dura! ¡A las tres estamos en la
puerta!
Colgó sin dejar que la respondiera, Esther se quedó mirando el teléfono y sonriendo por la contestación
de su amiga y tras colgar y mirar a Teresa que la miraba extrañada volvía hasta la cafetería
donde había dejado a Maca.
Jessica: ¡Es lo que todo el mundo piensa pero nadie se lo dice! Ya estoy harta, que somos mayorcitas
para jugar a enrollar a la gente ¡joder!
Jessica: Pues esta noche te vas a enterar tú lo mandona que puedo llegar a ser
Esther seguía riendo mientras se sentaba en la silla, Maca la miraba sin saber qué hacer, pero esto no se
cortaba tampoco.
E: Es que la mataba
M: ¿Qué pasa?
E: Pues nada, que a las tres nos vamos todas a comer, nos vienen a recoger las tres en mi coche
Siguieron con sus respectivos trabajos notando como las horas pasaban volando sin apenas darse
cuenta, Esther no podía estar más a gusto en su trabajo, había conocido a todos sus
compañeros y les caía bastante bien.
M: ¿Puedo pasar?
E: Sí... estoy acabando... -desde la puerta pudo observar como con la camisa aun abierta terminaba de
abrocharse los pantalones-... no te quedes ahí mujer, que si no todo el hospital verá lo que tú
E: Venga que ya termino... -la pediatra se volvía a girar- ya está, ya puedes mirar... -se ponía las botas y
cogía su bolso de la taquilla- ¿nos vamos?... -preguntaba a su lado.
M: Esther yo...
E: Dime
E: Ya... yo también, pero mejor en otra ocasión... más tranquilas... disfrutemos de la comida ¿vale?
E: Pues vamos
M: Vamos
Salían juntas por aquel pasillo, Esther buscaba algo en su bolso sin encontrarlo, se despidieron de Teresa
y seguían saliendo hasta donde el coche estaba aparcado sin encontrar lo que buscaba.
Jessica: ¡Hola!
E: ¡Joder!
E: La cartera... no la encuentro
Las tres chicas desde el coche miraban la escena sorprendidas, las dos hablaban como si tal cosa y no
sabían como en solo un día lo habían conseguido, sobre todo por parte de Esther, que siempre
había sido tan reacia para hablar de Maca.
M: Voy contigo
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Se fueron de allí otra vez sin tan siquiera saludar a las chicas que cada vez estaban más sorprendidas por
lo que estaban presenciando. Se miraban unas a otras sin pronunciar una palabra cuando vieron
como de nuevo salían hablando animadamente.
E: Es que como viniste pues ya se me fue el santo al cielo para que no estuvieras esperando...
M: Ya
E y M: ¡Hola! -miraban a las chicas que habían salido y apoyadas de brazos cruzados miraban la escena.
E: ¿Hoy no comemos?
M: ¡Hola Jessica!
E: Venga dame las llaves anda que tengo hambre... -se metía en el coche para conducir y Maca junto a
ella de copiloto.
Iban en el coche con la música puesta, Maca y Esther hablaban de algunos casos de aquella mañana,
intercambiaban opiniones y alguna que otra anécdota con los pacientes, las tres desde detrás
seguían sin dar crédito a lo que estaban viendo y oyendo.
Llegaron hasta el restaurante y entraron hacía una de las mesas libres en el local, la pareja sin darse
cuenta del silencio de sus amigas seguían charlando sin realmente ser conscientes de nada.
E: ¡Tengo un hambre!
M: Yo estoy igual... -las dos estaban enfrascadas en la carta y no se daban cuenta de cómo las miraban.
E: ¿Estáis muy calladas? –elevó su vista de la carta y al mirarlas no comprendía el por qué de esas caras.
E: Uuff ¿ahora?
E: Está bien
Mientras Sonia agarraba del brazo a Esther y la llevaba casi a rastras al cuarto de baño Ana y Jessica
miraban a Maca esperando alguna palabra por parte de ella.
M: ¿Cómo?
Ana: ¿Todo esto? -la señalaba a ella y al lugar donde se sentaba Esther.
Jessica: ¡El rollo que te llevas con Esther! ¿Desde cuándo? ¡Porque que yo recuerde... vosotras no erais
las mejores amigas ayer!
Mientras en el cuarto de baño Esther llegaba refunfuñando por la actitud de su amiga que seguía sin
soltarle el brazo en todo el camino, entraron y Sonia cerró la puerta para mirar seriamente a
Esther.
Sonia: Ayer me dices llorando que no quieres nada otra vez con ella y hoy... hoy os lleváis como las
mejores amigas del mundo... no lo entiendo Esther
E: Pues es muy sencillo, somos compañeras de trabajo y solo pretendo llevarme bien con ella ya que nos
tenemos que ver a diario... ¿o prefieres que vaya llorando por las esquinas por no querer hablar
con ella?
E: Sí... esta mañana tuvimos que hacer algo juntas y luego pues nos tomamos un café y hasta ahora... no
sé porque lo ves tan mal
Sonia: No lo veo mal cielo... lo que no quiero es que te engañes, sabes que la quieres... lo veo Esther...
sigues muriéndote por ella... y lo que estás montando es una fachada que cuanto más la pintes
con risas y actos de amiga... te será más difícil parar si es necesario
Sonia: Pero si lo que yo más quiero es que volváis... pero en serio, hablando las cosas... siendo personas
adultas Esther, no así... sin deciros nada de lo que pasó
Sonia: Sí que importa Esther... el pasado es el que forma el futuro, y sin tenerlo claro... no puede salir
bien
Sonia: Sí
Salió de allí enfadada, sabía que Sonia tenía razón, toda la del mundo y era lo que más le dolía, que
sabiéndolo quiso hacer la idea a un lado sin importarle lo que pasase.
Consiguieron comer algo más relajadas, en el fondo todas estaban contentas de la relación que estaban
tomando las dos, aunque después sufrieran, estaban seguras de que estarían allí para coger los
trozos si hiciese falta.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Jessica: Jajaja ¿pero te acuerdas aquella tía que nos encontramos en la playa?
E: Sí jajajaj estábamos... -tenía que parar a respirar para continuar hablando-... estábamos aquí las tres,
más borrachas que Pocholo en sus mejores tiempos y no se nos ocurre otra cosa que ir a
descansar a la playa
Jessica: ¡Ey! Qué bien que pensantes que era buena idea en su momento
E: Pues nada... -miraba a Maca que prestaba la más absolutas de las atenciones mientras Esther le
hablab-... nos echamos un ratito y ya está ¿no?
Jessica: Pues cuando estábamos más sobás que la bella durmiente, llega una tía y se pone a mirar y a
preguntarnos ¿where this Lucy? ¿Where this Lucy? ¡Con cara de loca pasmosa!
Sonia: Jajajaja y esta y yo nos despertamos... -señalando a Jessica-... y vemos como empieza a acostarse
al lado de Esther abrazándola... claro está, ¡pensando que era la Lucy esa! -levantaba la mano
gesticulando-... y esta... -mirando a Esther.
E: Jajajaja y yo me doy la vuelta y al verla pues me asusté y me dice lo mismo ¿where is Lucy? Y con to mi
sueño le suelto ¡que coño Lucy! ¡Quita!
Sonia: Y la otra que también iba fina y no entendía español suelta ¿coño?... -exagerando el acento-...
¿what is coño Lucy?... toda convencida ella de que aquí la pobre Esther era Lucy
Jessica: Jajaja y esta toda borde suelta “sí, sí, eso es lo que tú quieres... pero ¡no! ¡No te voy a dar na de
na! Así que pa tu casa ¡chata!” y ya comenzamos a andar para el piso con la tonta de la otra
detrás llorando por esta, mientras la llamaba Lucy y claro nosotras muertas de la risa
Sonia: Buuff y yo pensando que estudiaban, vaya tela con las dos, unas degeneras que estaban echas
E: ¿Estaban?
Jessica: ¡Eso! ¡Eso! Que aquí la modosita se enrolló con una tía que poco envidiaba a las de las vigilantes
de la playa
Jessica: Mmm
E: Sandy
Jessica: Ois ¡sí! Sandy... como el helado del burguer... ¡igual! -decía lo más pijamente que podía- bueno la
Sandy estaba buena
Sonia: ¿Cómo?
Sonia: ¡Ah!
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Jajaja ósea... -miró a Esther-... ¿Qué ligas mucho por las américas?
Jessica: Es que... allí ven a las españolas como... ¿cómo te diría yo?... ¡como un tío a una brasileña!
¡Igual!
Continuaron de la misma manera durante más tarde el café, Jessica comenzó a decir que quería
“descansar” dejando claras sus reales intenciones, así que de nuevo en el coche iban rumbo
hasta casa de Luisa para dejar a la pareja que haciendo suya la pesadez personificada no
paraban de decir que a cualquier plan las llamasen.
De nuevo al hospital a recoger la moto de Esther para llevarla a su casa iban algo más tranquilas en el
coche.
Ana: ¡Pues claro! Lo llevas tú y así te quedas un rato más conmigo... -miraba a ambas sonriendo.
M: Si a ti de da igual claro
M: Sí
Bajaron del coche ocupando esta vez Maca el asiento al volante, Ana también salía y se colocaba a su
lado, observaban como Esther se subía a su moto y tras arrancarla se incorporaba a la carretera
siendo seguida por el coche tras ella.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
De vez en cuando miraba por el retrovisor para que no la perdiese y aprovechaba para mirar a la
pediatra que veía como hablaba con Ana.
Ana: Sí
M: Hombre... –suspiraba-... yo por mí lo intentaba, ya lo sabes... pero ella... no quiero que sufra, yo... le
hice mucho daño Ana
M: ¿Y si en vez de reconquistarla me da la espalda por que ella no opina igual?... yo no sé si aun siente
algo por mí... que lo dudo... sinceramente
M: ¿Qué?
Ana: Esta mañana me levanté temprano por que ya sabes tú que cuando empiezo a dar vueltas no hay
quien me retenga... bueno... que me levanté y aun faltaba más de una hora para que ella
tuviera que ir al hospital y ya estaba más que lista tomándose un café en la cocina
M: ¿Nerviosa porque?
Ana: ¿Vosotras no teníais que hacer no sé qué informe juntas esta mañana?
M: No creo que fuera por eso –negaba sin perder la vista de la carretera.
Ana: Jajaja pues igual cariño... estaba deseando ir al hospital, que te lo digo yo
Ana: Lo creo, sí que lo creo... aunque despacio, con tranquilidad... para que ella lo vaya notando y no se
asuste...
Ana: Exacto... lo último que queremos es que actué por impulso y luego se arrepienta
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Algo despacio para que Maca no se perdiese ya que ella tenía la movilidad más fácil por la moto llegaron
hasta el gran edificio donde estaba su ático, desde fuera pulso el mando y la puerta del garaje
se abría dejando paso primero a Esther que bajó rápida para indicarle a Maca donde debía
aparcarlo.
Mientras Maca hacía las maniobras pertinentes Esther se quitaba ambos guantes y los metía en el casco
que dejó colgando de su brazo.
Cogida del brazo de la pediatra para que por si acaso se arrepentía no se le ocurriese irse, andaban tras
Esther que llegaba al ascensor y entraba mientras llegaban después de ella. Maca se fijó como
Esther marcaba el último piso de los tantos que había, y recordó como le gustaba mirar la
ciudad desde lo alto.
Al llegar al piso el ascensor antes de abrirse pedía una llave que Esther sacó de su bolso previamente y
que conseguía abrir esas puertas dando paso directamente a su casa.
Maca entraba algo sorprendida por aquel lugar, el edificio parecía algo antiguo por fuera pero ni mucho
menos tenía que ver con lo que había en su interior.
Mientras escuchaba como Ana hacía un mini recorrido por esta diciendo casi prácticamente lo mismo
que Esther cuando se la enseño a ella, se iba a la cocina y sacaba tres copas y la botella de
baileys.
Llegaba al salón y se sentaba tras llenar los vasos, dio un pequeño trago a su copa y se sentó de nuevo.
M: ¿Y eso?
E: Jajaja es que la terraza es como... mi lugar de la casa... lo dice por eso... ven
Siguió a Esther hasta un gran cristal que no estaba cubierto por ninguna cortina, vio como cogiendo un
agarrador tenía que coger fuerza y tirar de ella, haciendo que esta, que era corredera, se abriera
completamente, dejando ver una inmensa terraza, donde por la altura se podía divisar toda
Madrid casi.
Un pequeño silencio llenó el momento con las dos apoyadas de la misma manera mientras miraban
como comenzaba a atardecer.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: ¿Cómo está?
M: ¿Y le va bien?
E: El mejor...
Se miraron unos instantes y nerviosas la retiraron rápidamente de nuevo a la lejanía del paisaje que
tenían frente a ellas.
Esther no sabía muy bien cómo actuar, pues estaba realmente a gusto, nunca hubiera pensado que lo
llegaría a estar y no quería estropearlo. Sin llegar a mirarla veía la sombra de su cuerpo, y
mientras respiraba volvía a inspirar aquel aroma inolvidable que desprendía la pediatra.
M: Vamos
M: Es increíble
Ana: Sí
M: Nunca pensé que... que volviese a dirigirme la palabra... la verdad es que creí que no volvería a verla
Ana: Ya... -cogía su vaso y bebía un trago-... ¿te has fijado en los muebles que bonitos?
Ana: ¡Que no Maca! ¡Fíjate bien en el mueble! -cogía la cara de la pediatra con ambas manos
dirigiéndola hasta un punto exacto en el mueble-... mira
Maca buscaba aquello que intentaba decirle Ana sin ninguna suerte, miró una por una las estanterías a
su vista y pareció dar con lo que pretendía. Se quedó quieta haciendo que Ana quitase sus
manos de allí, dejándola en la misma postura algo sorprendida.
La misma foto que tenía ella, Esther la tenía también puesta en el salón, solo aquella foto adornaba el
lugar, junto a una pequeña cajita de madera.
E: Ya estoy aquí... -se había puesto un pantalón de chándal con una camiseta de manga corta bastante
graciosa, iba solo con los calcetines así que llegó hasta el sofá y se subió en el quedando
sentada con los pies junto a ella-... esto tendrá que estar ya frió ¿no? -cogía su vaso y daba un
trago- que rico
Ana: Por que podríamos irnos a algún sitio... así no me tenéis aquí encerrada todos los días
Ana: Pues sí
Ana: ¡Perfecto!
M: Claro... pero bueno podría cambiar algún día, por eso no hay problema
E: Está bien
Hablaban comentando cosas sin importancia, pero que para la pareja era el motivo perfecto para no
tener que despedirse, Maca había mirado el reloj una vez y sabía que comenzaba a hacerse
tarde, pero el simple hecho de tener que marcharse de allí le daba pavor, y más sabiendo que
era Esther quien se ofrecería a llevar lo más seguro, no dejándola coger un taxi, deseaba hablar
con ella, pero comenzó a sentir algo nuevo, la vergüenza, tenía y mucha por quedarse con ella.
Ana: Maca
M: Dime
Ana: ¿No se te está haciendo muy tarde? ¿A qué hora entras mañana?
M: A las ocho
E: ¡Pero mujer! ¡Habérmelo dicho! -se levantó rápida y salió de nuevo colocándose la chaqueta.
E: A llevarte claro
M: No Esther... llamo un taxi y listo... -al decir aquello recibió un pellizco de Ana e intentó no gritar al
mirarla con los ojos casi cerrados.
E: De eso nada
Ana y E: No
E: ¿Qué?
Ana: No sabía yo que tuvieras miedo a las motos... -se daba la vuelta en el sofá mirándola por encima de
él.
E: Pues toma entonces... -Maca la miró un momento y notó como Esther estaba disfrutando en ese
momento.
M: Está bien
Bajaron sin decir nada, pero Esther no podía evitar de sonreír al ver como estaba la pediatra de nerviosa,
subía y bajaba la visera de aquel casco y ella la miraba con gracia. Llegaron hasta el garaje,
Esther se colocó sus guantes y el casco, subió a su moto y quitó el caballete para arrancarla, ya
acomodada miró a Maca que estaba quieta a su lado sin hacer nada.
E:... -se incorporó dejando sus manos en el depósito de la moto- ¿Piensas montarte o...?
Mientras se colocaba dicho casco pensó en que no había caído en la cuenta que diera de aquel miedo
que sentía, tenía que abrazar a Esther para no caerse de ella y si solo el hecho de tener que
subir no la tenía precisamente tranquila, eso empeoraba las cosas.
E: Agárrate... -la miró de lado y notó como nerviosa, ponía las manos en su cintura- Maca así no... ¡que
te vas a caer! -cogió ambas manos y las pasó por su cintura rodeándola haciendo que Maca
tuviera que recostase un poco hacía delante- ¡así!
Maca no podía articular palabra, no solo la había vuelto a ver, no solo había conseguido a empezar una
amistad con ella, si no que ahora la estaba abrazando.
Esther subió aquella rampa dándole la ponencia justa a la moto, haciendo que al llegar a la calle tuviera
que frenar un poco haciendo chocar ambos cuerpos, paró y se subió la visera para hablar con
Maca.
E: No sé dónde vives
Tras decirle donde dirigirse, Esther comenzó a conducir por las calles de Madrid, Maca ni siquiera
prestaba atención a los lugares por donde pasaban, estaba más concentrada en lo que tenía
entre sus brazos.
Sin pensarlo y no siendo consciente de ello, comenzó a subir y bajar su dedo pulgar dejando una caricia
encima de la cazadora de Esther.
Esther lo notó, pero algo en su cabeza la hizo no querer mirar para asegurarse, pero al parar en un
semáforo y sentarse con el cuerpo más erguido comprobó que cesó.
E: ¿Vas bien?
M: Sí... sí
E: Llegamos enseguida
M: Vale
Se puso en verde y Maca seguía en su posición, pero cuando Esther aceleró se tuvo que agarrar a ella en
un reflejo, haciendo que sus manos apretaran su cuerpo contra el suyo.
Comenzó a sonreír, pues le estaba empezando a gustar ir en moto, dos semáforos después llegaban a su
calle y Maca le indicaba el portal. Aparcó frente a él y se bajó apoyando su mano en el hombro
de Esther.
M: No, no... no ha sido tan malo el viaje... -le daba el suyo-... gracias por traerme
E: No hay de qué, no podía dejar que cogieras un taxi... era una tontería... -se colaba el otro de su brazo-
pues nada... hasta mañana
M: Sí... hasta mañana... -cuando parecía que Esther se disponía a marcharse la detuvo-... ¡Esther!
Arrancó su moto sin dar tiempo a que continuasen hablando y Maca desde aquella acera la veía
marchar, dijo aquello sin pensar en las posibles consecuencias y apostó a la carta más alta,
recibiendo el mejor premio posible.
¿Realmente era fácil ser feliz? Ella supo entonces que sí, con solo su presencia, con esa frase al
despedirse, hizo que consiguiera que aquella noche, resultara diferente a las demás.
No sabía si conseguiría algo, si simplemente se quedaría en una amistad, pero lo que sí sabía es que
tenerla a su lado, hacía que todo mereciese la pena.
Estaba en la cama con la certeza de saber que no dormiría, estaba de lado mirando la foto sobre la
mesilla, había estado seis años sin verla, pero sentía el mismo cosquilleo en el estómago al
pensar en ella, y sobre todo, la quería tanto o más que el primer día.
No pudo evitar pensar en la última vez que la vio, tras ese cristal, con la mirada más triste que nunca se
había cruzado con la suya.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Supo al instante que no volvería a verla, aquella misma noche, aun con su padre fallecido, lo único en lo
que podía pensar era en ella, en el dolor que le había causado, pero no fue por qué no quisiera
ir con ella, pues su mente en aquel momento estaba bloqueada, por un lado su madre
reprochándole el estado de su propio padre, este en la cama moribundo, la presión con la que
había estado viviendo desde hacía meses, y Esther frente e ella dándole la ansiada libertad
haciendo lo que ella nunca había sido capaz, plantarle cara a su familia.
Se levantó de la cama no habiendo dormido, se duchó y después de tomar un café y alguna que otra
tostada puso rumbo al hospital.
T: Está bien
T: Tranquila
Se fue dejando a la mujer algo intrigada por aquella sonrisilla que dibujaban sus labios.
Se sentó frente a su mesa y comenzó a repasar los niños que tenía que visitar en planta, miró el reloj y
pensó en que Esther no tardaría en llegar.
T: No tan bien como vosotras por lo que se ve... ¿repartían algo por la calle o qué?
E: ¿Vosotras?
T: ¡Sí hija! Maca ha llegado hace un momento, iba con la misma cara de contenta que tú
E: Ya... bueno pues... ¿me guarda esto por ahí si no es mucha molestia? -le daba su casco.
T: Tranquila
Se marchaba de allí riendo, pues esa mujer era de los más peculiar, al entrar comprobó que estaba vacía
y agradeció el poder elegir una mesa, se fue hasta la que estaba más en el fondo y dejó la
chaqueta en la silla para ir a echarse el café.
Vio que el periódico del día estaba en el mostrador y se lo llevó también, comenzó a leer mientras
disfrutaba del silencio momentáneo y el café entre sus manos.
T: Se lo guardo a Esther
T: ¿Te llevas bien con ella no? Para el poco tiempo que os conocéis digo
T: ¿No me digas?
T: Y oye que...
Entró buscándola con la mirada y apenas tardó unos segundos, pues el lugar estaba completamente
vació con solo la presencia de Esther.
Fue hasta la cafetera para servirse y después comenzó a caminar despacio, mirándola, aprovechando el
que no era vista, pero apenas a unos pasos de ella la saludó.
M: Buenos días
M: ¿Puedo?
M: Que madrugadora
E: Me ha dicho Teresa que estás de buen humor -apoyaba su cabeza en su mano mientras la miraba.
M: He dormido bien... -no supo que decir y fue lo único que se le ocurrió.
E: Entonces eso lo explica todo... -se levantó de su silla-... voy a cambiarme... nos vemos luego
E: Te vas a caer... -pasó por su lado y tiró un poco de la silla haciendo que la pediatra se tuviera que
agarrar a la mesa para no caer.
M: ¡Pero serás! -la miraba sonriendo haciendo que esta le sacase la lengua.
La mañana pasaba tranquila, Maca iba por cada habitación observando la evolución de los niños allí
ingresados, tenía una palabra alegre para cada uno siempre, pero aquel día se la veía más
contenta y hacía las gracias de todo aquel que visitaba.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Hola renacuajo... -removía el pelo del niño-... ¿Cómo te encuentras hoy? -cogía la carpeta colgada de
la cama mientras le preguntaba.
Jorge: ¿Sí?
Jorge: Es que... mi padre me dijo que si hacía buen tiempo me llevaría a un partido de fútbol, y en dos
semanas juega el Madrid contra el Barcelona
Esther iba por el pasillo con un informe entre las manos, tenía que ver a uno de los niños ingresados que
le había mandado Cruz, llegó hasta la puerta cuando escuchó algo en la habitación de al lado.
Se asomó a la puerta que estaba entornada y pudo apreciar como la pediatra estaba sentada con aquel
niño, hablándole con una dulzura que solo ella capaz de conseguir.
M: Que bien... yo primero, primero soy del Cádiz ¿no? -decía como si fuese una niña-... pero después
también soy del Madrid
Jorge: Es el mejor
M: jaja bueno... voy a dejarte descansar, que tienes que estar bueno para entonces ¡eh!
Jorge: Sí
Esther no había podido moverse de aquel lugar, veía como trataba a ese niño y no podía evitar recordar
como la trataba a ella hacía años, podía ser la persona más cariñosa y dulce que había conocido,
destruyendo así su faceta de arrogante.
M: Hola... -se encontraba con ella nada más salir-... ¿Cómo tú por aquí?
E: ¿Lo conoces?
E: Pues te lo agradecería
M: Venga vamos
Fueron en silencio hasta la habitación del chaval, al entrar comprobaron que estaba en el aseo, el chico
tenía quince años y Maca comprobó en su piel lo rebelde que podía llegar a ser hasta que te
ganabas su confianza y quería ayudar a Esther con él.
M: Hola pablo
E:... -le tendió la mano al chico y este agradecía que no lo tratara como a un niño como todo el mundo
hacía-... Encantada
E: No tranquilo
E: No es eso... -sonrió por el comentario-... pero supongo que no te gusta que venga nadie nuevo a
marearte de nuevo... -decía mientras leía atentamente su historial.
E: Seguir tu evolución
M: Pablo
M: No seas desagradable
E: Déjalo... ¿tú crees que te vas a morir? -preguntó al chico haciendo que Maca la mirase seria.
Pablo: Y eso lo dicen los libros con los que estudió claro
E: Eso lo digo yo y mucha gente que lo ha conseguido... mira... -rodeo la carpeta contra su pecho-... antes
de venir aquí... yo estaba en California
Pablo: Me encantaría ir
E: ¿Y eso?
E: Pues estando allí... un chico no más mayor que tú tenía el mismo problema ¿y sabes qué?
Pablo: ¿Qué?
E: Sí
E: -miró a Maca un instante y continuo hablando-... Te juro que haré todo lo que pueda para que alguna
vez vayas a ver esas olas
Continuaron un rato más con aquel muchacho, Maca miraba sorprendida como había conseguido que se
abriera a ella, pues sabía de gente que tristemente había tirado la toalla con él, haciendo que
solo tomasen parte profesionalmente, y en casos como ese, era algo que no le gustaba por
parte de algún compañero.
E: ¿Y eso?
M: Creo que eres la primera que consigue entablar conversación con él, el primer día
M: Pues quizás... -decía sonriendo mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su bata.
Se cruzaba con ella por los pasillos, corrían hacía alguna urgencia juntas, sus miradas se cruzaban en
algún momento del día, y sobre todo, podía percibir aquella maravillosa sonrisa que le brindaba
en alguna ocasión.
Apenas había pensado en la hora que era cuando miró el reloj y se había dado cuenta de que su turno
había acabado y aun seguía sentada en su mesa.
Cerró el documento que estaba revisando en el ordenador para después apagarlo, recogía algunas cosas
cuando llamaban a la puerta.
M: ¡Hola!
M: ¿Y cómo sabes que no tengo en que ir? -preguntaba colocándose el bolso y saliendo con ella por la
puerta.
E: Teresa
M: Lo suponía
E: Pues sí
M: Adiós Teresa
E: Pues claro que llevas... -abría la pequeña maleta de la moto- ¿crees que permitiría que fueras sin él?
M: Pues no me extrañaría... -la miró seria haciendo que Esther la imitara con la mirada un poco
extraña-... perdona... no...
A Esther no le había sentado muy bien aquel comentario, ni siquiera habían hablado y le soltaba esa
broma como si no fuese a dolerle.
Por ello iba un poco tensa y la pediatra lo notaba, al contrario que la noche anterior, esa vez no había
dicho ni una palabra a la vez que tampoco se había girado en ninguna ocasión, se limitaba a
conducir sin más.
Quiso morderse la lengua castigándose por decir eso que no tenía ningún fuste decirla en aquel
momento, pero el tenerla cerca hacía que estuviese relajada y no percatarse en ocasiones como
en aquel comentario.
Sin contestar apagó el motor dejando la moto aparcada frente a su portal, Maca sonrió al verla hacerlo,
pero también hubiera preferido que hubiera sido de otra manera.
Subían en el ascensor sin ni tan siquiera mirarse habiendo de único ruido el timbreo del juego de las
llaves de Maca que giraba en sus manos.
E: Maca... -la miró poniendo su mano sobre esas llaves que no paraban de sonar poniéndola nerviosa-...
para
M: Perdona... -esbozó una sonrisa pues Esther se lo dijo muy suavemente- los nervios...-arqueó una ceja.
Entraron en el piso despacio, Maca cogió su bolso y su chaqueta al igual que le pidió lo suyo a Esther y lo
dejó en el recibidor.
E: A mí también...
Aquello parecía un estudio, apenas unas paredes se diferenciaban en el lugar, la invitó a mostrársela y la
primera parada fue el dormitorio, realmente grande y una cama que iba a juego con su tamaño.
El salón tenía un trozo donde parecía haber un despacho con lo último en tecnología.
El aseo también era amplio y su decoración rustica hacía las delicias al observar como una bañera de
grandes dimensiones era la atracción principal.
E: ¿Y no te ahogas ahí?
La miró fijamente mientras decía aquello y el corazón de Esther se disparó considerablemente tras una
mala pasada de su imaginación, que fue provocada claramente por la pediatra.
E: Me gusta mucho
M: Ahí lo tienes
La pediatra se iba hasta la cocina mientras Esther se disponía a llamar a Ana, antes de marcar se quedó
observando el lugar, donde su subconsciente no hacía más que buscar algo sin saber qué.
Ana estaba en la ducha y salía corriendo envuelta en una toalla al escuchar su móvil, cuando miró la
pantalla sonrió al ver quién era.
Ana: ¿Esther?
E: Sí
E: Sí la traje y me invitó a subir para enseñarme la casa... -miraba a todos sitios poniéndose un poco
nerviosa.
Ana: Venga... ¡dale un beso a la otra media naranja! ¡Adiós! -y colgó para no tener que escuchar la
segura replica por el chiste.
Se quedó sentada en el sofá uniendo sus manos, sabía que era inevitable tener que hablar con ella, subió
a su piso teniéndolo claro, pero tampoco sabía cómo empezar y si en cambio era ella, no tenía
ni idea de por donde saldría.
Miró nerviosa el mueble, y se quedó extrañada, una foto suya, donde solo salía ella reposaba junto a
otra donde parecía salir Maca con Ana, se levantó y se acercó para cerciorarse.
Estaba en lo cierto, allí estaba ella, ahora si se ponía nerviosa, eso quería decir más de lo que ella podía
haber imaginado.
M: ¿Te molesta?
E: ¿Eh?
E: Me parece bien
E: Vale
Entraban a la cocina en silencio, Esther se sentaba en la silla que había junto a la ventana, observaba
como Maca sacaba un poco de fiambre y lo proporcionaba en un plato. Le resultaba raro que
estuviera tan tranquila, que no estuviera como ella de histérica, pero en el fondo no sabía hasta
que punto podía la pediatra fingir su estado de ánimo.
E: ¡Ains! ¡Es verdad! Nada que luego viene para el café y que te diera un beso
M:... -dejó lo que tenía entre sus manos y se daba la vuelta- ¿Y me lo vas a dar?
Estaba claro que iba al grano, Esther tragó saliva mientras no podía apartar su vista de ella, para más
sorpresa vio como la pediatra iba despacio hasta ella, se paró frente a ella y tras unos segundos
se arrodilló apoyándose en sus rodillas.
M: Esther... yo...
E: Maca... ¿Por qué cuando anulasteis la boda no hiciste por hablar conmigo?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Claro que merecía preguntarle eso, y esperaba que lo hiciera, se sentó en el suelo, cubriendo su cara con
ambas manos, Esther la miraba expectante alguna respuesta, a una pregunta que se había
hecho en silencio durante todo ese tiempo.
M: Lo intenté...
Se levantó sin decir ni una palabra saliendo de allí, Esther la escuchaba abrir cajones en la mesa de su
despacho, aquellos nervios habían desaparecido dejando paso a las dudas, a las dudas del por
qué.
E: ¿Y por qué no fuiste? -en las manos tenía un billete de avión a California, un billete que no fue usado.
M: Me asusté... la idea de que... de que me rechazases por... por lo que pasó aquel día...
M: Preferí tener la esperanza... junto al miedo de no verte más a... que me dejaras claro que no querías
volver a verme... ¿te puedo preguntar una cosa?
E: Dime
E:... -con su mano hacía que la mirase-... Te he echado de menos cada día que estado allí
Todo ocurría a cámara lenta, sin dejar de mirarse Maca se acercaba hasta ella con la intención de
besarla, lo hacía lentamente a propósito, para que si ella no estaba preparada pudiera parar su
acción, pero cuando ya podía respirar de su aliento, Esther no había expuesto ninguna
negación, así que un milímetro más allá se encontró con aquellos labios a los que ansiaba besar.
Comenzó siendo un beso tímido, donde aquellas bocas comenzaban de nuevo a presentarse por si
tenían algún tipo de olvido, sus lenguas activas, comenzaron a formar parte de ese deseo que
comenzaba a ser imposible de parar.
La piel ardía, su aliento se colaba por su garganta arrancándole la piel, sentía sus labios al rojo vivo
bombear la sangre velozmente.
Notó como las manos de la pediatra comenzaban a acariciar su cuerpo, e intentando hacer las cosas
bien, sacó la poca razón que tenía en su mente y cogiendo la cara de Maca entre sus manos fue
aminorando aquel beso para acabar con sus frentes unidas.
E: Vayamos despacio ¿vale?... -su voz sonaba ronca-... para que no nos equivoquemos esta vez
M: Vale...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Fue un vale a medias pues de nuevo se lanzaba besando esos labios que le gritaban por ella. Era un beso
necesario, anhelado, ansiado, que dejaba claro el amor que no habían dejado de sentir en
ningún momento.
E: Oye...
M: Lo sé... pero...
E: ¿Pero?
M: Es que... tengo aquí otra conversación pendiente... -señalaba sus labios y luego los de ella-... ¿puedo
continuar?
Les fue imposible comer, sentadas en el sofá, abrazadas, se miraban y se besaban. Habían decidido
hablar pero no en ese momento, ese era para que poder encontrar un equilibrio, entre la
añoranza y el deseo por compartir.
M: Sí... -hablaba en un suspiro pues su cuerpo se encontraba muy relajado junto a ella.
E: Y no hemos comido
M: Ya...
E: ¿Vas a decir algo más que monosílabos? -se despegaba de ella y la miraba sonriente.
Parecían no saciar su apetito, estar cerca aunque fuese hablando era la excusa perfecta para volver a
hacerlo, así que una vez más, ahí estaban, prodigándose caricias y besos con toda la calma del
mundo, pero fueron interrumpidas por el timbre.
M: Ya está aquí
E: Seguro que sí
La miraba irse de su lado, sonrió mientras con su mano acariciaba el lugar donde momentos antes estaba
sentada a su lado. Escuchó como la pediatra se reía de su amiga por el telefonillo sin abrirle la
puerta, le encantaba el humor que podía llegar a tener.
M: Ya sube
E: ¿Se lo decimos? -se levantó y se puso frente a ella rodeándola por la cintura.
M: ¿Tú quieres?
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: ¿Sí?
Y una vez más, de pie, en medio del salón comenzaba ese baile de labios que hacía que ambos cuerpos
vivieran en un duradero estremecimiento por saber que por fin estaban comenzando algo que
dejaron a medio.
Ana entraba hablando en voz alta para que la escucharan quejarse por el comportamiento de la pediatra
antes de conseguir que le abriese la puerta.
Ana: ¡Cuando te pones así de guasona no lo soporto Maca! Es que eres... -cruzó el marco de la puerta y
sus ojos creían ver algo que para nada se esperaba- idiota...
Dejaron de besarse y en le misma posición giraron sus rostros para ver a Ana que en la puerta y con una
bandeja de lo que parecían dulces no seguía ni retrocedía en su camino.
M: Es de mala educación entrar y no saludar Anita... -su sonrisa dejaba claro que estaba disfrutando con
aquello.
Ana: ¡De verdad que me descolocáis! -se marchaba hasta la cocina con cara de circunstancia.
M y E: Jajaja
Andaban sonrientes hasta la cocina, donde ella misma sacaba un plato y comenzaba a poner los dulces
para el café al que pensaba que iba a comer.
Ana: Por lo que veo no habéis comido... -veía como la pasta cocida seguía en la cazuela.
Ana: -se giraba apoyando sus manos en el mueble- ¿Puedo chillar ya?
M: ¿Cómo?
E: Lo que quieras
Ana perdiendo cualquier síntoma de vergüenza comenzaba a salta mientras con los puños alzados
representaba una señal de victoria, y todo acompañado por un grupo de gritos de “aleluya”
“por fin” o cualquier definición parecida.
Ana: Jajaja de verdad... -respiraba profundamente-... que peso me quito de encima... -las abrazaba a las
dos.
E: Lo sé...
Ana: Ais mi pequeña ¡qué ahora va a estar más contenta que unas castañuelas! -le pellizcaba los
mofletes.
E: Mientras habláis como buenas amigas me llevo esto... -cogía el plato con los dulces y desaparecía de
la cocina.
M y Ana: Jajaja
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Habían pasado dos días en que sus turnos les había impedido hablar y solo podían verse en el hospital y
apenas unos minutos por la noche, Esther pensaba que quería hablar con ella con toda esa
tranquilidad que necesitaban para llegar a tener todo claro, sin que nadie las interrumpiese.
Iba por el pasillo pensando en que hacer para conseguirlo, había notado como Maca se desvivía en
mostrarle su cariño, como encontraba cualquier motivo para sacarle una sonrisa sin esfuerzo.
M: Teresa... ¿Esther?
M: Ya... curiosidad...
E: ¡Hola!
M: -la miró con los ojos entrecerrados- Pues ahora que lo dices sí
Maca miró a Teresa que frente ellas no perdía detalle mientras hacía que rellenaba algo en el ordenador,
volvió a mirar a Esther y esta sonreía por la situación, así que sin esperar un segundo cogió su
mano y comenzó a tirar de ella dirección al cuarto de baño. Cuando llegaron miró por si alguien
estuviese ahí dentro, al ver que no, echó el cerrojo y la acorralo contra la pared.
M: Provocarme
E: Yo no amenazo cariño
Estaban completamente pegada una a la otra, la pediatra tenía las manos de Esther contra la pared
haciendo que esta no pudiese moverse, y tenerla así solo conseguía excitarla más de lo que
comenzaba a estar.
E: Actuar
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Se acercó a su cuello y con la punta de la lengua recorrió de abajo arriba hasta llegarael lóbulo de su
oreja dando apenas un pequeño mordisco que hizo que la pediatra cerrara sus ojos mientras se
mordía el labio inferior.
E: ¡Eso! Es provocar
E: ¿Lo consigo?
M: No quiero
E: Pues me empiezo a aburrir eh... -estaba tonteando con ella de la más descarada de las maneras.
Maca no pudo más y se lanzó a su boca, ya la tenía abierta cuando llegó hasta la de Esther, que la recibió
con la misma excitación, cambiaban el sentido de sus besos una y otra vez, Maca la rodeó con
sus brazos haciendo que está en un ataque de pasión acabara con sus piernas rodeando a Maca
mientras esta sostenía el peso de su cuerpo contra la pared.
E: Maca... -intentaba hablar pero no podía dejar de besarla- Maca nos van a ver... uhm...
E: Maca en serio...
M: Ya... ya... -intentaba relajarse mientras aun se besaban pausadamente- es que... dios Esther... no sé...
M: Te quiero -fue un susurro que el cuerpo de Esther recibió como una descarga de electricidad-... guapa
M: Que sepas que puede ser que se acabe enterando, cuando se propone algo
E: Tranquila... a mí me da igual
M: Y a mí también
E: -abría la puerta y se quedaba a medio salir- ¿Yo? Tú no sabes lo bicho que puedo llegar a ser... -se
mordió el labio terminando aquella frase dejando a Maca peor aun.
La pediatra si no fuera porque notaba el suelo a sus pies, diría que estaba siempre flotando, nada,
ningún deseo hubiese sido mejor que aquello que estaba viviendo en ese momento de su vida.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Por desgracia la vez anterior no pudo saborear el juego que Esther y ella podían llegar a tener mientras
se intentaban intimidar mutuamente, ella se lo pasaba en grande poniéndola nerviosa en más
de una ocasión, pegando su rostro al de ella al intentar coger algo, acariciándole la cintura al
pasar por su lado, o decirle algo al oído cuando la pillaba desprevenida, y siempre tenía la
misma reacción, esos ojos con los que la miraban eran amor y deseo en estado puro, haciendo
que las ganas de poseerla fueran más grandes según pasaban las horas.
Estaba sentaba de lado en una mesa junto a Teresa viendo uno de los archivos que había ido a buscar, la
mujer le preguntaba cosas intentando saber más de ella.
E: No Teresa, no tengo novio... -no la miraba mientras le hablaba fijándose en lo que intentaba leer.
Maca llegaba con una mujer y su hijo, a este le estaba dando el alta mientras le comentaba a la madre
algunas pautas de los medicamentos, mientras lo hacía miraba de reojo a Esther.
Se fue de allí dejando a la mujer totalmente descolocada, su mente no iba tan rápida como para
entender aquel comentario a la primera, estaba con la mirada ida preguntándose el por qué de
esa respuesta cuando Maca la sacó de su mundo.
T: Nada... no que... Esther... no he entendido lo que me ha querido decir... -salió de su trance como si
nada hablando rápidamente.
T: Pues nada que estábamos aquí hablando y le he preguntado... pues que... Que si tenía novio ¿no? y
pues... me ha dicho que no... pero no lo he visto normal... la muchacha es guapa y eso se la ve...
y nada entonces
T: Pues nada le he dicho que tendría algún amigo... ¡y también me ha dicho que no! ¿Tú te crees? Total
que de repente se levanta porque claro, yo le he dicho ¿entonces que tienes tu criatura? Y va y
me dice... ¡yo tengo amiga y amigas!
Habían esperado a cenar todas juntas para dar la noticia, Esther había ido a recoger a Maca y así ir juntas
hasta el restaurante, llegaba en su coche antes de la hora a propósito para pasar un rato con
ella antes de ir a su cita.
E: ¡Vale! Aguanta Esther... tú... aguanta... no vayas... -intentaba convencerse para no ir hasta donde se
encontraba la pediatra.
Andaba por el salón con las manos a la espalda, miraba alguna que otra cosa a su camino, haciendo lo
posible por no pensar en lo que llevaba pensando desde que entró por la puerta. Notó como
Maca cogía sus manos por detrás y comenzaba a besarle el cuello haciendo que retirase su
cabeza haciéndole el trabajo más fácil.
E: -se daba la vuelta y pasaba sus brazos por el cuello de la pediatra-... Hola
E: Pues como pasará un rato hasta que digamos que somos pareja oficialmente... tenía que reponer mi
dosis de ti
M: ¿Pareja oficialmente?
E: Sí
M: Me alegra saberlo
M: ¿Seguro?
E: Me acordaría
M: Mmm pues vamos a tener que solucionarlo –se iba acercando a su rostro.
E: Estás tardando
Comenzaron a besarse frenéticamente, parecían dos adolescentes que aprovechan cada minuto al
máximo para cuando tuvieran que separarse.
Maca que había aparecido con el pantalón solamente llevando en su torso solamente el sujetador,
notaba como las manos de Esther volaban por su espalda, el tacto de sus dedos clavándose en
su piel la hacían arder más y más en la pasión.
Fueron dando pequeños pasos intentando no despegarse mientras llegaban al sofá, Maca se recostó en
el dejando a Esther encima suya, la pediatra tenía más fácil poder acariciar el cuerpo de su
chica, así que sin detener sus actos comenzó a acariciar los muslos de Esther haciendo subir su
falda.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
La cosa empezaba a ponerse seria, no paraban de besarse haciendo que la excitación aumentase, Esther
sentía las manos de Maca acariciar sus muslos, se movió encajando la cintura de Maca entre sus
piernas.
Se lanzaba a su cuello lamiéndolo con efusividad mientras Maca comenzaba a arquear su espalda
acoplando su cuerpo más al de Esther.
E: Estoy pensando que... -la volvía a besar-... que ¿Por qué esperar?
M: Estoy contigo
Maca se incorporó y levantando los brazos a Esther le quitó aquel fino vestido dejándola en ropa interior,
la tenía sentada encima suya y podía admirar aquel cuerpo que se le antojaba más que
perfecto, hundió su cara entre sus pechos mientras se abrazaba a ella inspirando todo aquel
aroma que parecía llevarla al mismo cielo.
Mientras besaba aquel lugar colocó sus manos detrás de ella dejando escapar aquella prenda que la
separa totalmente de aquel torso, cayó lentamente en una suave caricia, Esther reclinó su
cabeza hacia atrás invitando a la pediatra al lugar donde ella ya deseaba ir.
Comenzó a repartir húmedos besos repartiéndolos con su cuello, Esther creía desfallecer, sujetaba la
cabeza de Maca haciéndola saber que no quería que se alejase.
M: Te deseo Esther...
Devoraba su pecho sin ningún tipo de pudor, dando pequeños mordiscos que arrancaban unos gemidos
a Esther consiguiendo que Maca quisiera más.
Esther cansada de no poder actuar recostó a la pediatra si dejar de estar sentada en ella, mordió su
barbilla antes de bajar besando aquel cuello que le parecía infinito, comenzó a besar sus
hombros mientras pasaba sus manos bajo ella haciendo que su pecho quedara libre al igual que
el suyo.
Comenzó a descender besando toda la piel a su paso, llevó sus manos hasta el botón de aquel pantalón
que tanto le estorbaba, Maca viéndola venir levantaba su cintura ayudando a Esther a que se lo
quitase.
Se quedó observándola, tendida en aquel sofá, completamente a su merced, veía como su pecho baja y
subía rápidamente, y se fue de nuevo hasta ella besándola con furia, haciendo arder aquella
piel.
Habían perdido el control del tiempo, lo único que pretendía era satisfacer aquel cuerpo frente al suyo.
Esther comenzó a besar su abdomen prestándole más atención a aquel ombligo que dejaba colar aquella
parte de ella que tanta vida tenía en aquel momento, Maca no sabía cuánto más aguantaría,
pues hacía verdaderos esfuerzos por contenerse.
Como si de un rayo se tratara, notó la mano de Esther bajando la última prenda que quedaba en ella,
levantó su cabeza para quedar mirándose, sus ojos reflejaban toda aquella ráfaga de
sensaciones acumuladas, la cabeza de Esther subía lentamente por su cuerpo mientras aun la
miraba, pasó por encima de su sexo dejando un pequeño beso para seguir subiendo hasta llegar
de nuevo a sus labios.
M: Esther por favor... -dejaba clara su excitación haciéndose vulnerable frente a ella.
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Besó sus labios para callarla, mientras su mano iba hacía el camino que la dueña quería, notó la gran
humedad en ella y sonrió momentáneamente imaginándose lo que la estaba haciendo sufrir. Se
separó de ella, abrió sus piernas dejando el espacio justo para poder seguir con sus labios lo
que había dejado a medias su mano.
Comenzó a besarlo, lamiendo toda aquella excitación que Maca desprendía. La pediatra jadeaba y gemía
sin importarle el volumen de su voz, le daba igual el mundo, le daba igual todo, lo único que
podía percibir era lo que Esther hacía en ella.
Rápidamente un escalofrió acompañado de algunos espasmos terminaban por dejarla rendida en aquel
sofá con todos sus músculos en tensión, Esther volvía a trepar por ella abrazándola mientras
notaba como su respiración terminaba por volver a ser pausada.
Se vestían mientras se miraban sonrientes, solo un te quiero había salido de sus labios después de aquel
momento. Parecía que no se atrevían a pronunciar una palabra con miedo a estropearlo. Ya
vestidas se cogieron de la mano mientras bajaban las escaleras. En la calle paseaban tranquilas
hasta el coche de Esther, que una vez hubieron llegado, no querían separarse, poniéndose de
puntillas dio un imprevisto beso en los labios de la pediatra antes de dirigirse hasta su lado del
coche.
M: No es nada
Esther notó algo raro en ella, aunque la mirase sonriendo, algo había en su cabeza que no terminaba de
convencerla, la miraba de reojo mientras alguna vez que otra cuando podía, ponía su mano
sobre su pierna.
Cuando uno de los semáforos en rojo la hizo detenerse se quedó mirándola mientras esta tenía la mirada
perdida en la calle.
Maca se giró mirándola mientras unas finas lágrimas caían por su rostro, Esther sin llegar a comprender
que ocurría, puso el coche en el borde del arcén y ponía las luces mientras apagaba el motor.
E: ¿Pero por qué? -se había acercando tanto a ella que comenzó a besar esos ojos por los que caían esas
lágrimas que tan poco le gustaban.
M: Después de todo lo que consentí... todo el daño que te hice... mira como te portas conmigo
E: ¡Pero tonta! -la abrazaba notando como Maca lo hacía con miedo, pareciendo una niña asustada-...
¿pero qué cosas tienes? No digas eso y mucho menos lo pienses
E: Escúchame
E: Escúchame... -cogía su rostro entre sus manos-... lo que hago o digo lo hago porque quiero y si es así,
es porque tan mal no te portas conmigo ¿no crees?
E: Por esto es por lo que quería que hablásemos antes... -le daba un beso intentado tranquilizarla-...
antes de que lo hagamos deja de pensar en esas cosas porque es una tontería mi amor... ¿uhm?
E: No tienes que recompensarme nada Maca... por favor... solamente, se tú... haz lo que sientas... yo no
puedo evitar quererte
Andaban sonrientes mientras llegaban al restaurante, parecía que Maca estaba más tranquila después
de que Esther le dijese aquello.
Había demasiadas cosas por resolver, demasiadas preguntas, demasiados remordimientos. Estaban bien,
pero la estabilidad nacía de la sinceridad y tenían que conseguirla, desbancando todos aquellos
sufrimientos y reproches pasados.
E: Maca estamos llegando y nos van a ver... -la pediatra iba tras ella abrazándola haciendo que sus pasos
fueran al mismo compás.
M: Que nos vean... ya verás que contentas se ponen... -tenía su barbilla sobre el hombro de Esther
mientras le hablaba cariñosamente.
M: A mí a no ser que seas tú nadie me la da... -besó su cuello sonoramente y se puso a su lado
rodeándola con su brazo mientras le hablaba-... pero cachondeo si va a ver un rato...
Cruzaban la esquina que hacía llegar hasta donde sus amigas las esperaban, iban contagiando esa
felicidad que desprendían sus cuerpos, ajenos a alguien que creyendo reconocerlas se
sorprendía hasta el punto de no atinar a sacar una cámara de su bolso para inmortalizar el
momento que sus ojos no creían creer.
Ana: ¡Por ahí vienen! -sonrió ampliamente al verlas venir abrazadas mientras hablaban y se besaban
sonrientes.
Jessica: ¿Pero qué coño...? -su cara se paralizó al verlas llegar de aquella manera.
Ana: Jajaja sí que puede ser sí... -cruzaba los brazos bajo su pecho orgullosa.
Mientras llegaban las miraban esperando algún comentario que no llegaba, se miraron frunciendo el
ceño extrañadas. Maca quitó su brazo de allí para entrelazar su mano con la suya hasta llegar a
ellas.
E: Hola
E: jaja no te pongas celosa cariño -se acercaba a ella besando sus labios varias veces humedeciéndose
sus labios.
Sonia: ¡Jess!
M: Déjala... -cogió la mano de Esther y tiró de ella para entrar al restaurante pasando por delante de
ellas- si tiene razón... -dijo cerca de ella.
En otra parte de la ciudad una chica iba hasta su oficina y descargaba su cámara, esperaba nerviosa
mientras veía como la barra con el porcentaje pasa de un número a otro. Una ventana saltaba
avisándola de que ya podía ver los elementos descargados.
Abrió la carpeta y fue viendo una a una las fotos que había hecho, era una cámara bastante normal y
sufrió por que las fotos no se vieran bien por la oscuridad de la noche, pero como ella quería, se
diferenciaban a la perfección.
Cogió el teléfono y marcó un número esperando a que su interlocutor descolgase para darle aquella
fantástica noticia.
Chica: ¿Álvaro? Sí soy yo... no... escúchame... tengo algo que te puede interesar... sí... seguro que se
pelean por quitártelas de las manos... en diez minutos... hasta luego
Colgó nerviosa por lo que estaba haciendo, ni siquiera se había parado a pensar en ellas, el dinero le
vendría bastante bien, y al verlas, las reconoció al instante haciendo que su bombilla se
encendiera.
Abrió de nuevo la carpeta y las miró lentamente, tenía en todas las situaciones, abrazándose, de la
mano, sonriendo, y una que le pareció que era la mejor, la que seguramente saldría en todas las
portadas, le dio al zoom varias veces y haciendo que esta ocupara toda la pantalla se recostó en
su asiento sonriendo.
Sonia: ¿Pero desde cuándo? -se apoyaba en la mesa mientras las miraba feliz.
Jessica: -hacía cuentas con sus dedos- ósea... cuatro días... ¡habéis tardados cuatro días!
Ana: Han estado liadas con el trabajo ¡eh! En eso ya... -hacía por defenderlas.
Jessica: Sí... a ti te voy yo a contar luego en lo que han estado liadas... -decía enfadada mientras cortaba
su carne.
M: ¡Eso!
M: Perdón
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Jessica: ¡Es que joder! -dejaba los cubiertos encima del plato- nosotras calentándonos el coco para que
volváis... apañándonos las cosas entre todas para poder juntarnos y que habléis... ¡sufriendo
coño!... y os pasáis cuatro días sin decir nada... ¡pues normal que me enfade! -se hizo un
silencio en donde todas la miraban sorprendidas por esa reacción.
Sonia: ¡Es que mi niña vale millones! -cogía su cara y le daba besos repetidamente.
Jessica: -con voz de niña pequeña- Y seguro que han estado follando como locas y yo aquí que parece
que estoy en medio del ramadán...
Todas estallaron en una carcajada haciendo que todo el restaurante se girara a mirarlas, estaba claro, era
imposible que por muy seria que se pusiese no soltase una de esas frases firmadas con su
nombre para hacer que perdieran toda solidez sus palabras.
Jessica: Hemos pensado no, vamos a hacerla juntas... porque tú no te vas por ahí de despedida... vamos
hombre... ni hablar
Jessica: Cchhss ¿Por qué? Porque conozco a tus amigas y seguro que te contratan una tía y no me da la
gana
Jessica: ¿Quieres que la hagamos separadas y yo contrate una? -la miraba seria.
Sonia: No
Todas: Jajajaja
E: Por cierto Maca... -la miraba mientras se metía la cuchara en la boca haciendo que Maca dirigiera su
mirada hasta allí.
Todas: Jajaja
M: No
E: Sí
M: Mentira
E: Te lo juro
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: No puede ser
E: Lo he visto esta mañana –se acercó hasta sus labios sin llegar a besarla.
M y E: Jajajaja
E: -colaba un mechón de pelo tras su oreja- Que me la llevo a la sierra a pasar el fin de semana... -la
miraba fijamente.
E: Iremos todas... pero después... este fin de semana es para solucionar algo que tenemos pendiente...
así que... lo siento
M: No lo sientas... si se pican, pues que se piquen... vamos hombre... -se lanzaba a su cuello-... ¡con lo a
gusto que voy a estar yo por dios!
Todas: Jajaja
El día llegaba, Maca había salido un rato antes y en el coche de Esther había ido a recoger su maleta a su
piso, volvía después para cuando Esther saliera, solo tuvieran que intercambiar los lugares en el
coche.
M: Hola... -la besa tranquilamente cuando se hubo sentado ya de copiloto- ¿estás cansada?
Mientras el coche avanzaba una mujer llegaba hasta el hospital y se dirigía hasta Teresa. Se paró en el
mostrador esperando a que terminase de hablar por teléfono.
T: Cartilla
Chica: No, no vengo por que este enferma, estoy buscando a alguien que trabaja aquí
T: ¿A quién?
Chica: Vaya
Chica: Sí gracias
T: Tranquila
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Las furgonetas de las distribuidoras de prensa hacían su reparto mañanero por todos los kioscos de
prensa de la ciudad, había un gran número de ejemplares de una conocida revista del corazón,
que era la esperada de aquel viernes.
Teresa salía un segundo al de kiosco de la esquina para comprar las dos habituales que ya le guardaba su
amigo el quiosquero, con la bolsa sin haberlas mirado volvía hasta su puesto.
Se sentó frente al mostrador atrayendo la bolsa hacía si, y sacó la primera revista, la rosquilla que
pensaba comerse cayó al suelo haciéndose añicos, se colocó bien las gafas y miró la portada
mientras su corazón latía rápidamente.
Salió corriendo de allí buscando a Laura, recorrió casi toda urgencias hasta que dio con ella por un pasillo
y la llevó hasta el baño.
Puso la revista frente a la residente que habría su boca asombrada, lo que tenía frente a ella podía
llevarlas a un problema y gordo.
L: ¿Alguna la ha visto?
L: ¿Me la prestas?
Laura salió corriendo del hospital mientras ponía rumbo a casa de Sonia, mientras conducía no podía
evitar mirar de reojo la revista, pasaba las páginas observando por encima las fotos.
Llegó y llamó repetidas veces al timbre hasta que le abrieron la puerta y subió escopeteada.
L: Tenemos un problema
Sonia: Dios... -se tapaba la boca observando la portada- ¡Jessica! -la llamaba a gritos sin apartar su vista
de aquella revista.
Sonia: Ven
Jessica: ¿Qué pasa? -se sentaba a su lado y miraba la foto- ¡que putada!
L: Creo que no
Sonia: No me lo quiero ni imaginar... tengo que llamar a Esther... -cogía su móvil y marcaba el número,
pero este decía que no estaba disponible-... lo tiene apagado...
Sonia: Ana...
Llegaban a la casa y comenzaban a sacar lo que habían comprado en el camino a la vez que sus maletas.
Esther se dedicaba a abrir puertas y ventanas ventilando la casa mientras Maca comenzaba a
guardar la comida y ordenar un poco las cosas.
Esther llegó a la cocina y abrazó a la pediatra por detrás que guardaba algunas cosas en los armarios.
E: ¿Te gusta?
E: Vale
Entre la dos preparaban lo que iban a cenar, cuando ya quedaba poco, Esther comenzó a poner unos
cojines en el suelo, decidió que cenarían en una mesa que había bastante baja en medio del
salón.
M: La única comunicación que va a tener doctora, es conmigo... -se acercaba a ella hasta quedar junto a
sus labios.
Se inclinó más y comenzó a besarla, Esther cogía la cara de la pediatra entre sus manos y la acercaba más
a ella. Maca lejos de querer separarse comenzó a recostarse encima de ella hasta dejarla
totalmente en el suelo colocándose encima.
Con su pierna comenzó a correr la mesa para tener más espacio, en ningún momento dejando de
besarse.
Esther comenzaba a colar las manos bajo su jersey mientras Maca llevaba rato acariciando su pierna.
M: La cena se va a enfriar
Y allí, en medio del salón, se amaron nuevamente, en la intimidad de un bosque donde nadie las podía
interrumpir, haciendo que su lujuria no tuviera pudor por salir, recreándose en juegos que
inventaron aquella noche.
Abrazadas bajo la manta ya dormían en la cama, después de haber rodado por todo el salón decidieron
ir donde mejor controlaban el asunto, el sol llevaba horas trabajando, pero ellas apenas un rato
durmiendo.
Maca rodeaba la cintura de Esther con su pierna, mientras tenía su rostro prácticamente pegado al suyo
sobre la almohada.
E: Perdona... -se abrazaba a ella mientras colocaba la cara en su cuello-... mmm que gusto por dios...
M: Sí... -acariciaba su espalda-... me despertaría así el resto de mi vida... -Esther levantó la cabeza y se la
quedó mirando-... ¿Qué pasa?
M: Lo sé... -la recostaba en ella otra vez- pero no hay prisa ¿vale? Haremos las cosas con calma...
E: Vale...
E: Prefiero quedarme aquí contigo... -se acurrucaba en ella haciendo que Maca la abrazase con
ternura-... pegadita a ti
En la casa de Esther las tres amigas junto a Laura comentaban que podían hacer para avisar a las chicas.
Ana al enterarse puso el grito en el cielo como era de esperar, eso traería demasiadas
complicaciones y ahora que la cosa empezaba a marchar era lo que más temían.
Ana: Pues tenemos que dar con ellas... no se pueden presentar como si nada después de esto
Todas estaban alrededor de la revista como si estuvieran planeando un ataque de la antigua Roma
preparando su jugada.
Jessica: ¿Y qué le decimos cariño? Mira Arturo es que tenemos que avisar a Esther, que por cierto está
con Maca, como habrás imaginado por la revista, para que venga a hablar contigo...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Sonia: Yo sí
Se levantaron y se pusieron a recoger el salón, parecía que una estampida de caballos había cruzado por
allí la noche anterior.
Se ducharon juntas continuando con aquel juego que comenzaron nada más salir de Madrid. Esther
propuso coger algo de comida y buscar un lugar tranquilo donde comer por la sierra.
Llenaron una mochila con una manta para sentarse y algo de comida con la que saciar el apetito que no
había resuelto la noche anterior.
Llegaron hasta una explanada verde, donde encontraron el lugar perfecto donde comer, extendieron la
manta y colocaron la comida para empezar a comer. Lo hicieron sin ninguna prisa, mientras
alguna que otra vez se dejaban llevar para besarse.
M: Que bien me he quedado... -había recogido todo y estaban tumbadas mirando el cielo.
M: Dime
Había llegado el momento, y ambas lo sabían, había demasiadas preguntas en el aire que buscaban su
respuesta, Esther necesitaba de esas respuestas, y Maca contarle algunas cosas que ocurrieron
durante su marcha.
M: Cuando volvimos de enterrar a mi padre... yo no estaba bien, mi madre no me había dicho nada y
sabía que tenía que explotar en algún momento... tú... te habías ido y... yo me dedicaba a
sentarme frente a la ventana esperando a que volvieras... -notó como Esther se abrazaba a ella
mientras la escuchaba-... él intentaba que comiera, que saliera, incluso me dijo que volviera a
trabajar... pero yo solo sabía que necesitaba tiempo... tiempo para asumir que te habías ido...
un día... mientras seguía en aquella ventana tu padre vino y empezó a hablarme, todavía no sé
qué era lo que decía pero las palabras salieron de mi boca sin pensarlas... le dije que no podía
seguir con aquello y él entendió que estaba agobiada pero que me casaría con él, entonces se lo
dejé claro, le dije que no estaba enamorada de él, fue muy compresivo... en ningún momento
me reprochó nada... comenzamos a buscar un piso para trasladarme... una tarde me preguntó
si estaba enamorada de alguien y le dije que sí... pero que era algo imposible... y no me dijo
nada más... el día que firmé el contrato de la casa fue la última vez que lo vi... le di un abrazo y
las gracias... y desde entonces...
Esther no decía nada, asimilaba e imaginaba todo lo que Maca le había contado, tuvo que ser duro, al
igual que para ella, cada una lo pasó de una manera pero con la misma intensidad.
Acariciaba su costado, respiraba aquel aroma desde su pecho, miraba si mirar, imaginaba y seguía
respirando, sabía que ahora le tocaba a ella, que tenía que abrirse a Maca, soltar los miedos
que tuvo y la rabia que sintió.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
E: Quise odiarte Maca... te juro que lo intenté con toda mi alma... intentaba pensar cosas horribles de
ti... y a veces lo conseguía... pero luego me sentía horrible por ello... a veces salía queriendo
encontrar a alguien con quien intentar olvidarte aunque fuera por una noche... -levantó la
cabeza y siguió mirándola- no podía Maca... lo intenté pero no podía... solo pensar en tocar a
alguien que no fueras tú...
M: Esther...
E: Ssshhh
M: Te vi Esther
M: En él hablaron bastante de ti, pusieron imágenes tuyas, también las de la noche de fin de año cuando
nos conocimos, hice por no verlo, pero, no pude evitarlo y mientras lo hacía me bebí casi una
botella de vodka yo sola... y borracha salí a la calle, a partir de ahí solo recuerdo que me
desperté en mi cama con una mujer
E: ¿Te... te acostaste...?
M: No fue nada para mí... estaba borracha... no soporté verte y... me hundí Esther... -se levantó de aquel
suelo donde había permanecido escuchándola- Esther
Se fue de allí caminado despacio hasta la casa, eso había traspasado su corazón, la verdad es que no
tenía porque no haberlo hecho, no era el acto en sí, si no qué, al hacerlo creía pensar que no
era tanto como decía quererla.
Subió hasta la habitación, abrazando sus piernas permanecía sentada en la cama, con la mirada perdida
no sabía dónde, no queriendo imaginar a Maca con otra mujer. Unas lágrimas caían por sus ojos
irremediablemente.
Maca sentada en la escalera miraba hacía la puerta donde Esther se encontraba, hubiera entrado hace
horas pero no quería obligarla a nada, hubo un momento días antes en donde sintió la
necesidad de contárselo, pero no encontraba el momento. No quería comenzar algo con ella no
siendo sincera, pues bien sabía que aquello no había significado nada, pero no quería que
cualquier día por que el destino jugase de nuevo en su contra Esther se enterase de algo, quería
ser en todo momento sincera con ella.
Se levantó y fue hasta la puerta, tocó un par de veces pero no obtuvo respuesta.
E: Lo de menos es que te acostaras con ella Maca... el hecho en sí no es ese... si tú quieres a alguien no
haces eso Maca
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Mira... -se levantó mirándola-... enfádate conmigo, ódiame, chíllame... pero nunca... ¿me oyes?
Nunca... dudes de que te quiero Esther... y menos a estas alturas
Se fue de allí también enfadada, comprendía a Esther, claro que lo hacía, pero no iba a permitir que
pensase eso, no después de todo lo que había pasado y esperado para estar donde estaban
ahora.
Se fue hasta la puerta y se sentó en la escalera que daba a la entrada, apoyando su barbilla en sus
rodillas miraba el extenso monte frente a ella.
M: Tenía claro hace tiempo que te lo tenía que decir... -seguía mirando al frente-... pero no encontré la
oportunidad
M: No me vuelvas a decir eso Esther... por favor... -escondía la cabeza entre sus brazos- tú no...
Mientras tanto en Madrid Laura había llamado a Arturo preguntando por Esther, excusándose en que
tenían una emergencia en el hospital y tenían que lo localizarla como fuese. Este le había dicho
como llegar a la casa de la sierra, con ella al volante y las tres chicas iban rumbo hacía allí con el
ejemplar de la revista en sus manos.
Sonia: Ya... pero tenemos que hacerlo... esto es muy grave... -leía el titular de la portada-... ¿La causa de
la ruptura?... -debajo una foto donde las dos paradas en medio de la calle se besaban
abrazadas- lo que hace el dinero...
L: Esto es una putada de las gordas... no sé cómo se lo tomará Esther, pero conociendo a Maca no me
extrañaría que le rompiera la cara al que las ha echado
Ana: Tampoco lo dudo... pero la que se va a poner a echar fuego por las orejas es su madre
Todas: Jajaja
En la casa Esther se había apoyado en Maca mientras la abrazaba, la pediatra jugaba con su mano y las
dos esperaba a que volviese la calma para volver a seguir con la conversación que se había
interrumpido momentos antes.
M: Eso ya no se puede arreglar... me culpa de la muerte de mi padre, no la he vuelto a ver desde que
recogí lo último que me quedaba en Jerez y no fue nada agradable...
E: Lo siento
M: Si ella no entiende que quiera compartir mi vida contigo pues que se aguante... es mi vida... no tengo
por qué vivirla como ella quiere
E: Cuanto hubiese deseado que dijeras eso entonces... -dijo con una voz bastante triste.
Habían llegado a la sierra y seguían las instrucciones que habían anotado por parte de Arturo, Sonia iba
delante indicando a Laura que hacía lo posible por no perderse.
La casa estaba frente a ellas y un nudo se les formaba en el estómago a todas, pararon antes de llegar a
la puerta y todas en silencio miraban hacía allí sin tener fuerza para bajar.
Jessica: Trae... -le quitaba la revista a su chica de las manos y bajaba del coche- rajás... que sois unas
rajás
Jessica: ¡Hola! -decía tras la puerta mientras miraba a la pareja sentada en la escalera.
E: ¿Pero qué...?
Jessica corría el pasador de la puerta bajo la mirada sorprendida de ambas, entraron una tras una
después de ella, la pareja tenía tal cara de incredulidad que no sabían que decir.
Jessica: A ver Esther... es algo realmente importante... -tenía la revista detrás de su cuerpo ocultándola.
M: ¡Más os vale sino habrá dos lesbianas y una ninfómana menos en el mundo!
Ana: ¡Oye!
E: Escupe
Jessica: Toma
Le daba la revista y ambas la miraban sin saber que decir, no parpadeaban, no respiraban apenas, las
manos de Esther temblaban, sus ojos comenzaron a no saber dónde mirar, Maca la miró un
segundo y cogió la revista de sus manos viendo como esta ni se inmutaba teniendo la mirada en
la misma dirección, la pediatra buscaba nerviosa las paginas que contenía con el resto del
reportaje.
M: Cariño mírame... -tuvo que cogerla de los hombros para que reaccionase- mírame Esther
E: Mi padre Maca...
M: Pase lo que pase ¿me estás escuchando? pase lo que pase... no vas a estar sola... pasaremos por esto
juntas...
E: Me odiará...
M: No digas tonterías
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
En Madrid, Arturo estaba en su despacho terminando de redactar un contrato que tenía que llevar a su
próximo cliente, cuando recibía una llamada de su abogado diciéndole lo que había aparecido
en la revista de mayor tirada del corazón. Con un “gracias” colgó a aquel hombre para seguir
con su trabajo.
Las chicas iban en los dos coches hacía el centro, esa vez fue Maca la que tuvo que conducir, ya que
Esther estaba atacada y no podía ni hablar.
La miraba cada vez que podía observando que estuviese bien mientras había cogido su mano pegándola
con la suya mientras conducía.
Esther estaba aterrada, una cosa es que ella hablase con su padre como personas adultas y otra muy
diferente que lo dejase en ridículo gracias a la prensa. No sabía cómo reaccionaría, y tenía
miedo.
Llegaron a la gran casa, las chicas habían decidido seguirlas aunque se quedasen en el coche esperando,
aparcaron frente a la puerta y ambas bajaron, la pediatra la cogió de la mano y detuvo su
camino.
M: ¿Estás bien?
M: No te dejaré sola
Esther abría la puerta de la casa con miedo, la pediatra no soportaba verla así y no poder hacer nada,
acariciaba su espalda intentado transmitirle la calma que le faltaba en aquel momento que
sabía sería bastante duro para ella, conocía perfectamente la relación con su padre y no
soportaría que le diese la espalda.
M: Esther
E: Por favor
Entró con miedo, con dudas, pidiendo que no hubiera visto la revista, que tuviera la opción de hablar con
él y que este intentase comprenderla.
Recorrió el pasillo que llevaba al despacho sabiendo que estaría allí, llegó hasta la puerta y se detuvo
frente a ella, respiraba inquieta, no sabía que le esperaba tras esa madera, y no supo si le
saldría la voz para intentar las palabras adecuadas. Tímidamente abrió la puerta y anduvo
despacio viendo como su padre no levantaba la cabeza de lo que leía en aquel momento.
E: Hola papá
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Arturo sabía que era ella la que había entrado, y pero no cómo reaccionar, dejó el papel y lentamente
levantaba la cabeza encontrándose con su hija, esa a le que siempre adoró por encima de todo,
por la que se había desvivido para darle lo mejor, todo eso que él por la escasez de su familia no
pudo recibir.
Arturo: ¿Hola papá? es lo único que se te ha ocurrido... -su voz era limpia y calmada, pero fría como el
hielo.
Arturo: ¿Sabes lo más curioso? que ya lo sabía... desde que volví de aquel viaje... sabía que algo había
ocurrido... y esperé a que fueras tú la que me lo contase...
E: Papa... intenté... intenté que no fuese así... -su voz sonaba entre cortada y profundamente triste
haciendo que a su padre se le partiera el corazón.
Arturo: No me importó Esther... yo sabía que Maca no me quería... veía sus ojos cuando te miraba... y
veía los tuyos... y supe que no tenía nada que hacer...
E: Lo siento mucho
Arturo: Me has decepcionado Esther... has tardado más de seis años... y porque un paparazzi os ha roto
el secreto, que por cierto... no fuisteis muy discretas... ¿Por qué no pudiste ser sincera conmigo
como siempre?
E: Me dolía mucho papá, cuando te miraba... yo... no podía hacerte eso... si me fui...
Arturo: Esta madrugada alguien me llamó... me dijo que tenía un sobre en el buzón... tengo las originales
por si las quieres
Esther no podía dejar de llorar mientras miraba la frialdad en los ojos de su padre, nunca había sido así
con ella, siempre había tenido una palabra de cariño en los momentos más duros, y ahora, lo
tenía frente a ella siendo un completo desconocido con toda la razón del mundo.
De nuevo bajó su cabeza dando a entender que aquella conversación había llegado a su fin, Esther tardó
unos segundos en poder quitar la mirada de él rogándole en silencio que se levantase y le diera
un abrazo, pero fue uno que nunca llegó.
Maca sentada frente a la cama veía como Esther estaba completamente encogida después de haberse
quedado dormida, había estado horas llorando sin pronunciar una palabra, no le había contado
nada de lo que su padre le había dicho, pero si conocía a Arturo y creía que sí, sabía que no
habría sido brusco, pues con su hija era imposible que lo fuera, pero sabía que la dureza y la
frialdad habrían jugado fuerte entre esas cuatro paredes.
La miraba con una rabia en su interior por lo que había llevado a que estuviese así, no comprendía cómo
podía haber gente que se gastase el dinero de su sueldo en cotillear sobre la vida personal de la
gente.
Maldijo a la persona que sacó esas fotos, y se juró hacérselo pagar, se levantó sin hacer ruido y cubrió el
cuerpo de Esther con una manta para luego acostarse junto a ella abrazándola, aunque
dormida, Esther cogió sus brazos y la pegó más a ella, volviendo a llorar, Maca dejaba besos en
su hombro intentado que unas lágrimas no cayeran por sus ojos también.
M: Te quiero...
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Notaba entre sus brazos el cuerpo de Esther moviéndose por los sollozos de su llanto, se pegó más si
cabía a ella y colocó su cara junto a la de ella dándole calma, cobijándola, haciéndola sentir
protegida, de nuevo el silencio le regalaba el saber de que se había vuelto a dormir.
M: Mal... -Jessica y Sonia habían pasado por la casa de la pediatra para ver como se encontraban.
Jessica: Como me entere de quien echó esas fotos le voy a meter una caja de carretes por el culo... para
que sienta como joden una fotos... -Maca casi sonrió por aquel comentario.
Sonia: ¿Cómo?
M: Cuando llegasteis a la casa esta mañana... Esther y yo acabábamos de tener una discusión, le... le
había contado que hace unas semanas me acosté con una mujer después de emborracharme
una noche en que salió un reportaje de ella y de su padre...
M: La cosa es que... aquella mujer... se ve que no le bastó esa noche y comenzó a llamarme, yo le decía
que fue sexo, una noche de sexo y alcohol que no significó nada para mí y que no quería volver
a verla...
M: Exacto... comenzó a amenazarme diciéndome que me lo iba a hacer pagar... que ella no se acostaba
con la gente así porque sí... que no era ningún objeto o no sé qué rollo me montó
M: No... no recuerdo donde está su casa... aunque del barrio sí... si fuese a lo mejor...
M: ¿Y decirle qué? ¿que por echar unas fotos en la vía pública y sacarse un dinero la vamos a matar?
Los días posteriores eran un infierno, a donde fuera que iban un grupo de periodistas las seguían,
llegaban a fingir algún problema de salud para llegar a infiltrarse en el hospital, no podían
siquiera salir a hacer la compra, Maca se la había llevado a su casa después de hablar con Dávila
y llegar al acuerdo de que habían llegado a una situación insostenible en la que no podían ni
trabajar.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther sin lo único que conseguía tener su mente distraída, llevada días en la cama sin salir de la casa,
Maca cada vez estaba más preocupada por ella y no sabía qué hacer.
Aquella tarde había quedado con las tres chicas para ir hasta el barrio que creía recordar para ver a la
mujer en cuestión.
Teresa con todo el jaleo de la revista y teniendo que combatir con más de un periodista en la entrada del
hospital había olvidado por completo la visita de aquella mujer que fue en busca de la pediatra
el fatídico día.
M: No
Tocaron a uno de los timbres fingiendo ser repartidoras de publicidad y una vez dentro miraron los
buzones y había más de uno que por desgracia no llevaba placa con la identidad del inquilino
que alojaba el piso, así que Jessica haciendo uso de su gran imaginación decidió uno a uno por
los pisos donde no sabían quien se encontraba.
Jessica: Yo llamo al timbre te quedas a mi lado y si no me aprietas el brazo es que no es y yo hago como
que nos hemos equivocado ¿vale?
M: Está bien
Llegaron al primer piso y en la puerta tampoco se encontraba ninguna información que les facilitara
aquel trabajo así que tocaron al timbre.
Hombre: ¿Sí?
Jessica: -esperó dos segundos ya que había salido un hombre- Perdone creo que me he equivocado de
piso
Jessica: No había contado yo con eso... ¿pudiera ser que estuviera casada la zorra esa?
En el siguiente piso salió una mujer bastante mayor y no hubo falta esperar a que Jessica saliese con
aquella frase interpretada para irse de allí.
M: ¡Tú!
M: Azucena...
Jessica: Entra pa dentro a la de ya... -empujaba del hombro a la chica hacía el salón.
M: Te lo preguntare una vez... -se acercaba a ella amenazante- ¿fuiste tú la que hizo llegar las fotos a la
prensa?
M: Te he dicho que te lo iba a preguntar una vez así que no pretendas que me enfade por que puedo
llegar a ser de lo más desagradable
Jessica: Ni te imaginas lo loca que puedo llegar a estar así que de ti... hablaría rápido antes de que sufra
uno de mis ataques de locura
M: Hija de puta
Jessica: ¿Hija de puta? su madre no tiene culpa... eres un pedazo de mierda a la que me encantaría
aplastar ¿lo sabes? -se acercaba a ella mientras esta retrocedía en sus pasos- ¡has hecho que mi
mejor amiga esté en una puta casa encerrada por esas jodidas fotos!
La mano de Jessica volaba hacía la cara de aquella mujer haciéndola caer al sofá con el labio roto
mientras esta daba saltos de dolor en su mano por el puñetazo que le había propinado.
Jessica: ¡Me cago en la puta! ¡Joder! creo que me la he roto... -se iba hasta Maca.
M: A ver... -tocaba sus dedos mientras esta gritaba- sí más de un dedo se ha ido de su sitio
Jessica: ¡Cállate que todavía me rompo la otra con tu cabeza! que sepas que esto no ha acabado aquí...
te vas a tragar una a una esas fotos que hiciste... aunque me tenga que pasar la vida corriendo
detrás de ti
M: Eres una infeliz que solo consigue ser alguien disfrutando del dolor de la gente
M: No... la pena me la das tú a mí ¿Por qué sabes qué? Que lo único que has conseguido es que sepa
que nunca voy a dejar de querer a esa mujer por la que te mataría ahora mismo... por el daño
que le has hecho
En urgencias Sonia y Ana esperaban a Jessica mientras Maca la había acompañado con Laura para que le
viesen la mano, como Maca decía, tenía varias partes de los huesos de la mano fracturados,
pero eran fracturas limpias y solo necesitaría ser inmovilizada.
M: Gracias Jessi
Jessica: Oye... ahora te pongas ñoña que tenemos que ir a hablar con ella y ya no puedo ayudarte...
-sonreía mirándola.
L y M: Jajaja
Durante el camino Jessica se llevó la consecuente bronca por parte de Sonia por haberle pegado a
aquella mujer, esta defendiéndose miró a Maca y dijo que la otra se había abalanzado primero,
Maca devolviéndole el favor le dijo que era verdad y pareció que fue suficiente para que
comenzara a hacerle mimos por heroína cosa que Jessica llevó mejor dejándose querer.
M: Esperarme aquí
Ana: Tranquila
Iba hacía la habitación, prácticamente se pasaban la vida allí, Esther por no querer salir y Maca por
querer estar con ella. Abrió la puerta y la vio acostada, se quitó la ropa y se metió junto a ella
bajo las mantas.
En un principio Esther parecía no moverse con el cuerpo de la pediatra pegado al suyo, pero después de
unas cuantas caricias esta despertaba sonriendo al verla a su lado.
E: Hola...
M: ¿Cómo estás?
E: No... -la miraba con tanta seriedad que incluso asustó a Maca- hazme el amor Maca
E: Lo necesito
Se abalanzó sobre sus labios con furia, si no la hubiese visto dormida minutos antes, pensaría que estaba
de lo más activa, viendo la manera en la que se movía sobre ella.
Se separó para quitarse la camiseta que cubría su torso quedando solo con la prenda interior que cubría
su sexo, la pediatra la miraba con devoción empezando a excitarse, dudo un instante en si
debería seguirle la intención o no, pero pensó que a lo mejor así reaccionaría para comenzar
salir de aquel bache, llevaban si hacer el amor desde el día en la sierra y por muy razonable que
quisiese ser, tenerla encima de ella casi desnuda y teniendo esa posesión que había adquirido
momentos antes era imposible decir que no.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Esther parecía un animal salvaje, devoraba sus labios ferozmente mientras llevaba su mano al sexo de la
pediatra, esta comenzó a curvar su espalda levantándola del colchón, necesitaba respirar pero
Esther no la dejaba, cubría toda su boca abriendo al máximo la suya.
E: Te necesito Maca...
Bajaba por su cuerpo mientras directamente lamía su piel haciendo que Maca perdiera la cordura, nunca
la había sentido así, nunca había visto esa rabia en sus ojos mientras hacían el amor.
Notó como con brusquedad le separaba las piernas todo lo que su cintura permitía mientras las tenía
flexionadas. Colocó sus labios donde Maca sabía que haría, lamía cada rincón de su sexo a una
velocidad pasmosa, mordía aquella piel arrancando sus gemidos haciendo que no pudiese
pensar en nada, pero a la vez notase que algo no iba bien.
De nuevo la sorprendía parando y subiendo de nuevo por ella, se sentó a horcajadas en su pecho, Maca
comprendió que pretendía, unos segundos más tarde Esther colocaba su sexo sobre los labios
de Maca mientras ponía sus manos en la pared para apoyarse, la pediatra contestó a aquella
provocación haciendo lo que esperaba.
Esther reclinaba la cabeza completamente fuera de sí, movía las caderas al ritmo que Maca marcaba con
sus besos. Vio como Esther miraba hacía ella excitada sin apartar sus ojos de los suyos mientras
besaba aquel recóndito lugar.
Decidió tomar el control a pesar de lo excitada que estaba, salió de entre sus piernas y quedando tras
ella sin hacer que cambiase aquella postura comenzó a besarla girando su rostro, acariciando su
sexo.
Besaba su cuello lentamente mientras acariciaba su estomago, Esther fuera de sí volvió a besarla
calmando el ansia sentida. Maca intentaba calmarla todo lo que podía aminorando el ritmo de
aquel beso.
De nuevo se fue de ella para besar su pecho, mientras lo hacía, comenzó a masajear lentamente su sexo
haciendo que Esther pidiese más y más rápido aquel acto, esta lejos de querer hacer eso,
aminoró más la marcha torturándola.
Recostándola se colocó encima de ella mientras continuaba con su mano en el mismo lugar
sucumbiendo a las peticiones de Esther.
Cuando vio que ya estaba lo suficientemente excitada se colocó encima suyo uniendo sus sexos. Esther
movía más y más sus caderas mientras se sujetaba a su espalda clavando los dedos en ella.
Maca con la cara en su cuello intentaba respirar mientras se acostumbraba al ritmo de Esther que
parecía no querer parar.
Llegó un orgasmo fuerte, intenso, en donde Maca creyó morir, pero para su sorpresa Esther buscaba de
nuevo sus besos, volviendo a moverse bajo ella.
La pediatra quiso complacerla y sacando fuerzas de donde no las tenía volvía a moverse, notó como
Esther ponía las manos en sus glúteos apretando con fuerza más sus sexos, Maca creía no poder
seguir, pero en un brote de rabia por verla así, comenzó a moverse más rápido que Esther
haciendo que esta parase notando el peso de Maca sobre ella y llegando a un segundo orgasmo
donde las dos cayeron exhaustas sobre la cama.
Mientras las tres amigas seguían en el salón mirando la tele, ninguna decía nada esperando que otra se
adelantase, mirándose entre ellas nerviosas.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Jessica: Además... que estarán ellas solucionando sus cosas y nosotras como tres idiotas mirando la TV
pudiendo hacer otras cosas
Jessica: Perdone usted señorita escarlaata... -cambio su tono de voz haciendo reír a Ana-... pero es que
yo también tengo mis necesidades...
Sonia: Da igual...
Jessica: ¡No! No da igual... -se levantó e iba hacía la puerta del salón cuando Ana y Sonia se levantaron y
la cogieron de los brazos.
Sonia: Siéntate
Sonia: Más convaleciente te voy a dejar como no pares... y no va a ser usando la fuerza precisamente
Minutos más tarde se volvía desesperar, miraba a su chica como hablaba con Ana sobre el programa que
emitían.
Empezó a morderse las uñas pensando en que hacer para salir de allí, no podía pasar más tiempo
esperando y más sabiendo el por qué.
Jessica: ¡Me da igual lo que digáis! -salió corriendo despavorida hacía la habitación seguida por las dos
chicas.
Ana: Jessi por dios no me seas morbosa... -Jessi la miró con los ojos entrecerrados.
Jessica: Mi vida sexual por ahora es tan buena que no me hace falta... ¡ninfómana!
Sonia y Ana se miraron y decidieron no hacer ruido mientras Jessica seguía con su gamberrada, esta
ponía toda su atención en los ruidos de aquella habitación sin encontrar ninguno.
Sonia: ¡Jessica!
Jessica: ¿Qué? ¡no me llames tanto cariño! ¡por favor! ¡Maca! ¿me oyes? -golpeaba la puerta.
Jessica: ¿Rara? El calentón lo tendrá raro, querrás decir... ahora echar un polvo lo llaman estar rara...
-miraba a las chicas que no sabían dónde meterse.
M: Luego os llamo
Jessica: Tú sin prisa hija... -Maca sonrió-venga campeona nos vamos... -se despedía de Maca que volvía a
cerrar la puerta.
Jessica: Eso... que estoy enferma... -con su voz de niña pequeña salían por la puerta entre risas dejando a
la pareja sola en la casa.
Maca sentada en la cama, observaba como Esther se había quedado dormida, lo que había ocurrido
momentos antes la había dejado descolocada aunque siendo sincera no le había molestado,
pero si hacía que se preocupara por ella.
En un movimiento, Esther se poyó en su regazo volviéndose a dormir, acariciaba su pelo con ternura
mientras pensaba en lo mal que lo estaba pasando y pensaba en cómo ayudarla, sonreía al
pensar en lo pasional del momento, nunca la había sentido así, y supuso que toda la rabia e
impotencia que tenía dentro la sacó de la única manera que supo, lograría hacerlo escapar.
M: Dime
E: Vale
Recostándose más en ella la abrazaba con cariño, Maca sintió una dependencia por ella que para nada le
molestaba, sentía querer estar con ella a cada segundo, hiciese lo que hiciese, no quería pasar
un segundo más de su vida sin ella, y haría todo lo posible por conseguirlo, aunque tuviera que
enfrentarse con el mundo entero por ello.
Se había quedado dormida en la cama, con Esther durmiendo sobre sus piernas, notó como el calor
emanaba de su cuello y una presión entre sus piernas, antes de terminar de despertarse emitió
un leve gemido.
E: ¿A ti que te parece?
M: Mmm... -no podía apenas hablar, Esther con la mano en su sexo no dejaba de acariciarlo- ¿Qué te
pasa?
E: No lo sé
Sentada sobre ella le quitaba la bata que se puso para levantarse horas antes, masajeaba sus pechos con
decisión, la besaba con garra, mordía su labio con lascivia.
Maca no podía pararla y se dejó hacer, Esther subió apenas su cuerpo facilitándole la llegada a sus
pechos ofreciéndoselos a la pediatra, esta la rodeó con sus brazos atrayéndola hacía si, los
devoraba mientras notaba las manos de Esther sobre su cabeza impidiéndole que se marchara
del lugar.
La pediatra decidió jugar como ella, teniéndola encima quitó uno de sus brazos de su cintura colándolo
entre ellas dos hasta llegar a la humedad de Esther, que ya era más que evidente.
Con sus dedos en ella, veía como con la pasión en su interior devoraba su cuerpo a la vez que le hablaba
pidiéndole más.
E: Más rápido Maca... -su voz completamente ronca y excitada hacían que no pudiese negarse pero quiso
hacerlo de otra manera.
M: Hazlo tú
Paró sus dedos dentro de ella y Esther la miraba con furia, besó de nuevo sus labios cubriendo con el
calor que emanaba de ella toda la parte inferior de su boca.
Esther entendió a la perfección la idea de la pediatra y comenzó a subir y descender su cuerpo haciendo
que ella misma marcase el ritmo de la intensada que quería. Maca cerró los ojos mientras
escuchaba la voz de Esther.
Esther no cesa y cada vez lo hacía más rápido y bajando del todo su cuerpo, haciendo que Maca tuviera
que hacer fuerza para que su mano permaneciese en el mismo lugar.
Momentos después unos gritos intensos mientras se abrazaba a su cuello le dieron a entender que había
llegado al orgasmo. Permaneció allí todo el tiempo que tardó en recuperarse, sintió como su
respiración ya se había normalizado.
Maca estaba abrazaba a ella completamente apoyada en su hombro donde dejaba algún que otro tierno
beso.
De nuevo sintió el calor, Esther besaba su cuello, cerró los ojos imaginando lo que le esperaba ese día en
donde parecía imparable sin poder saciar su rabia. Recostó su cabeza sobre el respaldo de la
cama entregando su cuerpo a la merced de aquella mujer que podía conseguir de ella todo lo
que quisiese.
Esther se separó y colocándose junto a sus pies la agarró de los tobillos y tirando de ella hasta dejarla de
nuevo totalmente acostada.
Se colocó encima y estuvo unos instantes mirándola seria, Maca colocaba un mechón de pelo que le caía
detrás de su oreja, Esther besó su mano por tenerla tan cerca, haciendo que Maca acariciara su
rostro consiguiendo que Esther cerrara los ojos con tranquilidad.
Vio su misma dependencia en la voz de Esther, esa frase salió como lágrimas por sus ojos, como súplica
ante la vida, haciéndola sentir dichosa.
Inclinó su rostro besándola de nuevo, sus lenguas peleaban salvajes en la boca de la otra, en el mínimo
descanso para respirar Esther mordía su labio estirándolo y succionándolo.
M: Esther...
Colocó su cuerpo sobre el de la pediatra cogiendo sus piernas y rodeándoselas a su cuerpo, Maca las
colocó con fuerza, cogió sus brazos y los estiró a lo ancho de la cama haciendo que Maca se
agarrase a las sabanas.
Comenzó a mover sus caderas sin pausa, Maca clavaba sus uñas sobre el cocho mordiéndose el labio,
reclinó su cabeza haciendo que su cuello se mostraba impasible frente a Esther.
Mordía su nuez, besaba su barbilla si aminorar aquel ritmo que estaba llevando a Maca al cansancio
placentero mientras con sus piernas hacía la fuerza justa para llegar a ese orgasmo que la dejó
sin aliento respirando fatigada con un sudor cubriendo su cuerpo.
Sonia: Eso ya lo sé yo
Sonia: Estoy convencida, lo conozco de sobra... y sé lo que quiere a Esther, pero por eso mismo está tan
dolido creo yo... necesita pensarlo y que el follón de la presa deje de meter la baza
Jessica: Es que cada vez que me acuerdo... tenía que haber seguido dándole hasta dejarla del revés
Sonia: Rencor
Jessica: Esa lo que pasa que se dio cuenta que no había follado en su vida como dios manda... y Maca se
lo haría bien y le gustó demasiado -hablaba completamente seria mientras se comía un
sándwich- ya me dijo Esther que era una fiera... -Ana y Sonia se miraron serias estallando en
una carcajada.
Maca había dejado en la cama a Esther aprovechando que se volvió a quedar dormida y decidió darse un
baño, le dolía todo el cuerpo y sus músculos pedían relajación. La llenó de agua caliente y se
metió en ella sintiendo el calor por todo su cuerpo.
Tras zambullirse se recostó apoyando la cabeza sobre el borde cerrando los ojos, un silencio inundaba la
casa y sintió que se recuperaba lentamente.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Recordó la manera de amarse que tuvieron, sin control, desenfrenada y aunque no le gustaba el motivo,
nunca antes lo había vivido tan intensamente con Esther. Le gustó esa rabia por querer
poseerla, esa pasión y esa necesidad de abarcar todo su cuerpo.
Escuchó la puerta abrirse y negó sin apenas mover la cabeza, no hizo señal por moverse y saberse
descubierta.
E: Te lo prometo
La tenía frente a ella aun desnuda, le sonreía como hacía días que no hacía y no pudo hacer otra cosa
que mover su cuerpo haciéndole un sitio entre sus piernas.
La abrazó y Esther reposó la cabeza en su hombro, pasaba la mano por su estómago en una caricia,
besaba su hombro con tranquilidad, unía sus manos a las de ella entrelazando sus dedos
mientras tocaban la espuma en el agua.
Todo sería perfecto sin la tristeza de Esther, no decían una sola palabra, solamente disfrutaban de esa
tranquilidad que se otorgaban mutuamente. El dedo de Maca comenzó a escribir una M sobre
su abdomen, Esther sonrió y escondió la cara en su cuello mientras Maca seguía escribiendo su
nombre lentamente en ella.
Estaba segura de no encontrar nada mejor en ninguna parte, conseguía lo que nadie más, la quería con
todo lo bueno y malo que tuviera, se sentía protegida entre esos brazos, y sintió no querer salir
de ellos, parándose a pensar si alguna vez se separasen de nuevo, su alma conocería la muerte.
No podía terminar de describir aquella situación, sentía mil cosas recorrer su cuerpo pegado al de ella,
todo aquello consiguió que sus sentimientos le jugaran una mala pasada y comenzara a besar
aquel cuello frente a ella con sensualidad.
Esther con los ojos cerrados buscó aquella mano que seguía acariciándola y la llevó hasta su entrepierna
despacio, la dejó allí y con las suyas comenzó a acariciar los muslos de la pediatra.
M: No puedo evitarlo...
Parecía disculparse por romper aquel momento de calma, pero Esther no sintió esa interrupción como
tal, su cuerpo necesitaba de ella y no podía evitarlo, echó sus manos hacía atrás rodeando el
cuello de Maca que seguía besando todo el camino de su sien hasta el hombro.
Maca jugaba con su mano en aquel lugar haciendo que Esther se excitara de nuevo, aquella vez era
diferente, una calma dulce y con un inmenso amor llenaba aquella bañera. Esther giró su rostro
y comenzó a besarla con tranquilidad, mil te quiero salieron de sus labios, decenas de besos
sellaban el momento, y dos almas gritaban en el silencio dando las gracias por esa unión.
Había salido de casa con una intención, y pensaba llevarla a cabo, dejó a Esther dormida sobre el sofá,
dejándole una nota explicándole que tenía que resolver una cosa y que no tardaría en llegar.
Mientras conducía recordaba lo ocurrido en aquella casa, cuantos encuentros furtivos, cuantas palabras
con dolor, cuantas lágrimas derramadas en el silencio de una tristeza que las consumía en un
pasado.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
No sabía cómo reaccionaría al verla allí, pero no podía consentir que Esther permaneciera más tiempo
así, no podía soportar verla en ese estado y no hacer nada, no podía quedarse a su lado
esperando que la solución llegara sin saber cuándo.
Llamó al timbre de la entrada y segundos más tarde esta se abría dándole paso, llegó hasta la puerta y
aparcó el coche para dirigirse hasta quien le esperaba en el puerta.
Arturo: Pasa...
Se quitó de su camino dándole paso, cerró la puerta y fue andando hasta el salón, cogió dos copas y
sirvió ambas dándole una a la pediatra que tomaba asiento sobre el sofá dejándola la copa en la
mesa.
M: Es sobre Esther...
Arturo: Eso ya lo sé
M: Lo sé, pero... ella no tuvo toda la culpa de lo que ocurrió... yo también tengo mi parte
Arturo: No se trata de culpa y no culpa Maca... se trata de que mi hija se enamoró de la que iba a ser mi
mujer y en vez de hablar las cosas como personas adultas como ha hecho conmigo siempre,
estuvo acostándose contigo a mis espalda y seis años después me lo dice porque una revista os
pillos besándoos... la falta de sinceridad es lo que me hace estar decepcionado
M: La quiero con toda mi alma Arturo y... no soporto verla así, sabe que... sabíamos que tuvimos que
hablar contigo, pero la situación cada vez era más insostenible y yo... con mis padres tampoco le
di ninguna seguridad como para que lo hiciera... he estado seis años culpándome de haberla
dejado ir y ahora no puedo estar de brazos cruzados esperando a que esto se solucione sin
saber cuando
Arturo: -dejó la copa en la mesa y con los brazos apoyados en sus piernas frotaba su rostro con ambas
manos.
M: -se levantó de aquel sofá- Solo te pido un poco de compresión... sabes que Esther te quiere con
locura, os tenéis el uno al otro... -se fue hasta la puerta de salón pero se detuvo antes de salir-...
está en mi casa...
Se marchó de allí dejando a Arturo bastante dolido por su comportamiento, había cogido las llaves del
coche mil veces para ir a verla y hablar, pero su orgullo, su estúpido orgullo lo había detenido
siempre, y ahora Maca le contaba eso que tanto miedo tenía al pensar el estado en que se
encontraría Esther.
M: Está bien
E: Maca
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
M: Dime
E: Siento lo de ayer...
M: No seas tonta... me tenías preocupada... pero, tampoco estuvo mal... -la miró con una pequeña
sonrisa.
M: Y yo a ti princesa
La pediatra había salido a comprar el pan y algunos dulces para el café ya que sus amigas irían a casa
para hablar con Esther sobre Azucena, no querían que Maca se llevara todo el enfado si es que
lo había y así entre todas apoyarla.
En el sofá miraba la tele inerte, la mirada perdida la seguía halla donde fuera a menos que Maca
estuviera con ella, entonces todo su dolor tenía la recompensa para equilibrar todo tipo de
sufrimiento.
E: Pensaba que tardarías más... -se quedó muda a ver a quien estaba tras la puerta- papá...
Mientras su padre entraba al salón, se colocaba mejor la ropa no queriendo mostrar tan claro como era
su estado.
Arturo: Verás Esther... -de pie frente a ella con las manos en los bolsillos del pantalón hablaba
seriamente pero no con la frialdad de la última vez-... quería pedirte disculpas
E: Papá... no...
Arturo: Sí hija sí, he sido orgulloso... me sentí defraudado y no pensé en como estarías tú, sé que nunca
harías nada para hacerme daño
E: Nunca
Esther no contestó pero fue rápido hasta él, este la abrazaba con una mano en su cabeza mientras ella
lloraba en su pecho, le daba repetidos besos en la cabeza mientras se culpaba por haber
dudado en algún momento de ella.
Arturo: El saber que tienes a alguien que te quiere tanto... -lo miró extrañada-... Maca vino a verme
anoche... y me abrió los ojos
Arturo: Lo suponía, hay que tener valor para hacer lo que hizo... y quererte mucho
E: Papá... lo siento mucho... -estuvieron unos minutos en silencio sin romper aquel abrazo que tanto
necesitaban ambos.
E: ¿Te marchas?
Arturo: Haremos algo mejor... cuando vuelva os venís a comer a casa ¿Qué me dices?
E: ¿Estás seguro?
Arturo: No puedo pedir nada más... -dio un beso en su frente-... dale las gracias a Maca de mi parte
E: Descuida
Se sentó en el sofá esperando a que Maca regresase, su cara había perdido toda aquella tristeza y una
sonrisa no se borraba de sus labios, había ido a hablar con él, ni siquiera pensó en eso, pero
ahora le demostraba algo más cuando pensaba que no podía hacerlo, no podía llegar a quererla
más de lo que lo hacía, notaba en su corazón que al pensar en ella, este se emocionaba tanto
como ella y palpitaba más y más rápido. Escuchó como abría la puerta y salió corriendo hasta
ella dando un salto para abrazarla quedando agarrada a su cuerpo.
E: Te quiero Maca... -la pediatra la tenía subida a su cuerpo mientras observaba aquella maravillosa
sonrisa que le daba fuerzas para cualquier cosa)- te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te
quiero... -alternaba cada te quiero con un beso que hacía que la pediatra riera más y más.
M: Jajaja vamos a ver... -la llevó en brazos hasta el sofá y se sentó sin quitarla de aquel lugar quedando a
horcajadas en ella- ¿Qué ocurre?
E: Ha venido mi padre
E: No lo sé...
M: Por eso
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E: Gracias Maca...
M: No hay por qué darlas... por mucho que yo le haya dicho es él, el que ha decidido venir
Prepararon la comida felices, bromeaban mientras se hacían muestras de cariño, Maca no alcanzaba a
ver toda la felicidad que había en esos ojos, esos ojos que la miraban y le decían lo mucho que
la quería.
Comieron como otras veces, sentadas en el suelo alrededor de la mesa, reían, reían sin parar, mientras lo
hacían Esther se dio cuenta que hasta entonces no había conocido la tranquilidad de la
verdadera felicidad.
Sonia: ¡Sí! -gritaba mientras subía los primeros escalones hasta el ascensor.
Las chicas subían deseando ver a Esther, llevaban días sin verla en un sitio que no fuera la cama y Maca
ya les había dicho que aquella mañana que estaba levantada con ella en el salón y que seguiría
allí cuando ellas llegasen.
Jessica: ¡Hola!
Jessica: Vaya preocupación me has dao jodia... -la abrazó con cariño.
Sonia: Hola cariño... -se fue hasta ella y le dio un sentido abrazo que Esther recibió gustosa- ¿Cómo
estás?
Ana: Hola... -está también le daba un abrazo algo más corto-... estás guapa
Ana: Me alegro
Jessica: Entonces... ¿estás mejor de verdad? -pasaba un brazo por los hombros de Esther.
Jessica: ¿No tendrá nada que ver con la traca que os disteis ayer verdad? Jajaja
M: Pero...
Todas: Jajaja
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Hablaban sonrientes viendo como Esther había cambiado su actitud, le contaron el hecho ocurrido el día
anterior con Azucena, al principio no se lo tomo muy bien pero respecto a aquella mujer, que
sin conocerla había intentado destruir su vida, le contaron también la hazaña de Jessica
haciendo que esta le riñese al igual que Sonia, pero comprendiendo y agradeciendo que lo
habían hecho todo por ella.
M y E: No
E: Todo bien... con decir que me ha dicho que cuando vuelva de viaje quiere que vayamos a comer
E: Sí
Todas: Jajaja
Aquella noche, abrazadas dormían tranquilas, por lo menos Esther, que acoplada al cuerpo de la
pediatra.
Maca seguía despierta por algo que no se quitaba de la cabeza “Jessica: ¡Os casáis!” no se había
planteado esa posibilidad aun, estaba tan centrada en ella, que no le importaba nada más, pero
ahora, habiendo recibido aquella información se replanteaba muchas cosas.
Se levantó temprano queriendo ir a trabajar dijesen lo que dijesen, Maca seguía dormida, ese día libraba
y no quería despertarla, escribió una nota y puso rumbo al hospital.
Se despertaba y buscó el cuerpo de Esther, pero la cama estaba vacía, se colocó una camiseta y salió en
su busca pero no la encontró, entró en la cocina y vio una nota junto a la cafetera que seguía
caliente intuyendo que hacía poco que se habría marchado.
“He ido a trabajar, no quería despertarte, estabas preciosa ¿Cuándo te levantes me llamas?, estoy
deseando volver, ¿me esperas para comer?, te he hecho café, se buena... te quiero. Esther”
Sonrió y se bebió su taza de café en la misma cocina, pensó en todo lo que quería hacer con ella, todo lo
que vivirían juntas, ahora nada se ponía en su camino e intentaría hacerla la mujer más feliz del
mundo.
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Se vistió y feliz salió a la calle, tuvo que evitar a algún fotógrafo de los pocos que quedaban por el boom
que ocasionó la revista, fue hasta la zona de tiendas en el centro, tras aparcar el coche se dirigió
sabiendo a donde iba.
Esther pasó la mañana más que contenta, había tenido dos casos bastante complicados, escuchaba
algún que otro murmullo por los pasillos, más de una persona se giraba a mirarla al descubrir
de quien se trataba, pero le daba igual, estaba feliz, su padre había hablado con ella y todo
había salido bien, Maca estaba a su lado y pretendía que así fuese siempre.
Le contó a Laura lo ocurrido con su padre, esta no cogía en su cuerpo de la alegría, sabía lo importante
que era para Maca, sabía de su amor por ella desde hacía tiempo y también de lo mal que lo
pasó al principio.
La pediatra ya estaba en casa después de haber hecho su compra, ataviada con el delantal preparaba la
comida para Esther que no tardaría en llegar.
Desde la puerta miraba la mesa que había preparado, la comida no la había sacado del horno
aprovechando el calor de este para que se mantuviese caliente, se acercó y movió los cubiertos
y el plato para que estuvieran más juntas.
E: ¿Maca?
M: ¡En la cocina!
Esther se dirigió hasta allí con la misma sonrisa que tenía desde que apareció por la puerta, entró en la
cocina y la vio de espaldas con algo entre las manos, la rodeó con sus brazos y le dio un beso en
la espalda.
M: Pues vamos...
De la mano la llevó hasta el salón donde se sorprendía por todo lo que había preparado, Maca le retiraba
la silla para invitarla a sentarse, sonriendo agradecía por el gesto y se sentaba con ella a la
mesa.
Sirvió sendas copas de vino y destapó el manjar que reposaba caliente en la bandeja, el olor cubrió el
salón haciendo que Esther cerrara los ojos e inspirara aquel aroma que agudizaba sus sentidos.
E: Gracias Maca
M: Por mi reina lo que sea... -la miró feliz-... ¿Qué tal el día?
E: Bien, no me han acosado más de lo normal... esta mañana en la puerta seguían habiendo fotógrafos
E: Y nada... Laura se alegra mucho por nosotras y Teresa no sabe cómo hacer para preguntarme cosas
jajaja
E: Se la ve
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Continuaron comiendo, una agrádale conversación las hacía relajarse y disfrutar de la compañía, reían
contando alguna cosa sobre las chicas y pequeños detalles que notó Esther en el hospital de las
que no hizo otra que cosa que buscar lo cómico de ellas.
Maca recogía la mesa después de no haber dejado que Esther la ayudase, esta esperaba aun mientras la
pediatra servía los cafés.
M: El dulce eres tú... -se agachó y dejó un beso en sus labios-... enseguida vuelvo
Se marchó de allí dejando a Esther sonriendo, que facilidad tenía para decirles esas cosas, conseguía que
en su mente no hubiera otra cosa que felicidad y amor por ella. Removía el café pensativa
escuchando los pasos que volvían.
M: Confía en mí
Como le había dicho cerró los ojos despacio, Maca pasó su mano por delante asegurándose de ello,
cuando vio que no podía ver nada, abrió una cajita sacando un colgante, la volvió a cerrar y muy
despacio lo colocó sobre el cuello de Esther que sintió el frió del mental en su piel.
M: -se sentó junto a ella- Va a juego contigo... ¿de verdad que te gusta?
M: Pues... cuentan que una mujer hace miles de años, una diosa de la naturaleza, vivía por y para el
mundo, librando batallas, buscando la paz y el equilibrio para él, los dioses le otorgaron sus
poderes con la condición de que tenía que cumplir su objetivo durante el resto de la eternidad,
ella aceptó gustosa pero un día se enamoró de una preciosa guerrera que luchaba junto a ella,
vivieron un intenso romance hasta que las descubrieron y la guerrera fue encarcelada, le dieron
un ultimátum a la diosa, tenía que elegir, seguir con su propósito olvidándose de ella o morir y
dejar vivir a su amor
E: Que triste...
M: Sí... así que un día, habló con un brujo y la convirtió en ese colgante, diciéndole que tras hacerlo
buscara a su amor y se lo entregase, la chica fue desterrada y aquel brujo la buscó durante años
por el mundo. Cuando dio con ella era casi una anciana que vivía en la montaña, le entregó el
colgante y una nota
M: Que aun conociendo la inmortalidad, pudiendo disfrutar del mundo y teniendo un inmenso poder,
nada era comparado con la fuerza que sentía en su interior por ese amor, y que luchando por
última vez contra el mundo, había ganado el mayor tesoro, pasar con ella el resto de su vida
estando viva dentro de ese colgante
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M: Esther... -con sus pulgares limpiaba sus ojos-... habrá mil cosas en el mundo por las que podría
luchar... pero solo quiero hacerlo por ti... luchar y ganar contigo... vivir en mi eternidad junto a
ti...
La pediatra notaba como el cuerpo de Esther se movía por su llanto y empezaba a notar la humedad de
él en su cuello, donde esta había escondido su rostro. La dejó llorar, pues ella hacía lo mismo,
era un llanto sin dolor, un llanto de amor, un llanto por donde salía esa fuerza interior de la que
hablaba Maca en su leyenda.
Habían pasado varios meses, meses en los que habían decidido vivir juntas, una noche en la que Esther
dormía, Maca pensaba en como decírselo, no tenía dudas en que le dijese que sí, pero sabía de
Esther y su intimidad con su espacio. En la madrugada la despertó sin poder esperar más, y
entre susurros se lo pidió, sin ninguna duda Esther le contestó haciendo que esa noche ninguna
pudiese dormir celebrando la buena nueva.
En el hospital ya conocían el amor que se prodigaban, besos robados por los pasillos, muchos te quiero
en silencio solo escuchados por ellas dos, caricias en el camino, nada iba mal, Arturo aunque
costándole al principio, llevaba bien la relación de Maca con su hija, habían comido varias veces
juntos las dos parejas, veía en su hija la felicidad que siempre deseo para ella.
Aunque salían alguna que otra vez con las chicas y Ana buscaba con ansia cualquier fin de semana para
regresar a Madrid, intentaban pasar el mayor tiempo posible juntas, echadas en el sofá viendo
la TV, yendo a hacer la compra o simplemente paseando por el parque.
La boda de Sonia y Jessica estaba a la vuelta de la esquina, todo estaba listo y preparado, los invitados
avisados, la celebración lista y un más que viaje de novias que Arturo entregó como su regalo de
bodas haciendo que Jessica lo bautizara como “papá” pidiendo su consentimiento anterior.
Esther y Maca iban hasta la tienda donde Sonia se hacía la última prueba de ese vestido que aunque no
era de novia iba realmente preciosa, sacando los suspiros de todo aquel que la veía vestida con
él.
E: Ya estamos aquí
E: ¿Y tú madre?
Entraba en el probador con la chica de la tienda y comenzaba a vestirse, ambas esperaban fuera
prodigándose muestras de cariño que hizo sonreír a más de una dependienta allí presente, si
algo tenían claro es que no iban a fingir y no hacer algo que querían por encontrarse en público.
Sonia se miraba por última vez en el espejo y salía ante la mirada de la pareja que se había
quedado helada.
E: Estás preciosa
Sonia: -se miraba en el espejo mientras hablaba con ellas- En cuanto lo vi supe que sería con este con el
que me casaría
E: -se colocaba tras ella mirándola a través del cristal- Serás la novia más guapa de la tierra... -el móvil de
Maca sonaba.
Sonia: Te quiero mucho Esther... -la abrazaba con fuerza-... fuiste y eres muy importante para mí...
E: Estoy segura, Jessica te quiere con locura y en tus ojos veo lo mismo
Sonia: Sí... –suspiraba- nunca pensé... llegar a conocer una mujer como ella, me costó mucho...
E: Lo sé... -con sus manos acarició sus mejillas-... siento todo el daño que te hice
Sonia: No fuiste tú, Esther... lo mismo que yo me enamoré un día de Jessi lo hiciste tú de Maca... y no fue
fácil, te mereces haber llegado hasta aquí... -se abrazaron de nuevo quedando unos instantes
así.
M: ¿Me tengo que poner celosa? -preguntaba sonriente mientras miraba la escena.
Sonia: Mmm no sé yo ¡eh! Que lo mismo antes de casarme me apetece hacer una locura
M: ¡Ja! Pues con la mía no... -la cogía del brazo y tiraba con ella rodeándola con los suyos- que esta es
solo para mí
Sonia y E: Jajaja
El día de la boda llegó, Esther estaba con Sonia intentado tranquilizarla, aquella mañana se había
levantado de lo más nerviosa, no por dudas o por querer echarse atrás, sino por el gran cambio
que sufriría su vida, y no sabiendo si lo haría bien para que durase todo el tiempo posible.
E: Sonia... mírame... -cogía su cara- todo va salir bien... os queréis, todo el mundo os apoya...
E: Pues por ahora terminar de arreglarte... mientras bajo con Maca que está esperándome
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Bajó algo más tranquila, pensando en todo lo que habían cambiado sus vidas, hacía ya siete años
estaban estudiando, terminando sus carreras, siendo felices juntas sin ataduras, pensando en
que la vida era algo más que hacer planes y seguir un rol marcado por la sociedad, queriendo
vivir el momento sin pensar en el mañana, ese mañana que llega para todo el mundo con una
plan escrito, ese plan que debes seguir según el destino y que algunas veces es tan complicado
que las ganas de tirar la toalla son más grandes que la ilusión por vivirlo.
Entró en el salón y la vio allí sentada con la madre de Sonia comentando algo que no llegaba a escuchar,
viendo como Luisa reía por sus comentarios, entonces pensó como todo lo que había sucedido
había valido la pena, todo lo que había sufrido tenía su recompensa.
M: Hola -vio la silueta en el marco de la puerta y al mirar la encontró sonriente mientras la miraba.
Se marchó de allí y ambas se miraban sin decir nada disfrutando de esa visión, de ese sentimiento que
solo con una mirada les recordaba que seguía en ellas intacto, Maca sin apartar su mirada rozó
su mano para después cogerla.
M: ¿Cómo estás?
E: Sí
En el juzgado todos miraban sonrientes y emocionados como la pareja se daba el sí quiero, Arturo había
ido con su pareja y estaba junto a Esther que no soltaba la mano de Maca en ningún momento,
la presencia de Arturo en esa boda estaba bajo secreto absoluto, intentado no buscar el morbo
en la prensa ya que los tres de aquel triangulo que en meses anteriores ocasionó tanto revuelo
se encontrarían en el mismo lugar.
En la celebración todos disfrutaban de esa fiesta riendo, sobre todo riendo, disfrutando de aquella
felicidad de dos personas en ese día.
El grupo de amigas tras un buen rato habían conseguido ponerse en la misma mesa, algo bebidas reían
recordando anécdotas y preguntándose por ese futuro que les esperaba.
Jessica: Quiero decir algo... -se levantaba copa en mano haciendo que todas la imitasen-... hace casi
ocho años... -se paró en seco-... madre mía que rápido nos hacemos viejas chicas...
Todas: Jajaja
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Jessica: Bueno... que en casi ocho años puedo decir que mi vida ha cambiado bastante, estando en el
extranjero... causado por que mi padre pretendía que yo sentase la cabeza... iluso de él...
-arrancó otra carcajada de las chicas- conocí a una chica que estaba algo perdida en este
mundo... le cogí cariño y me llevó de la mano a conocer a la que hoy es la persona más
importante de mi vida... -miró a Sonia que estaba algo emocionada- y gracias a dios... ella
también encontró su camino y hoy... podemos decir gritando... ¡QUE ESTA PUTA VIDA MERECE
LA PENA! -dijo en un grito mientras cerraba los ojos riendo.
Todas: ¡AMEN!
Una canción que Jessica había pedido hace rato comenzó a sonar, las parejas allí presentes comenzaron
a salir a la pista mientras las personas que preferían algo más movido se marchaban. De la
mano salieron con los invitados para bailar tranquilas, abrazadas.
M: ¿Bailas conmigo?
E: Será un placer... -cogía la mano de la pediatra que se la ofrecía para que la acompañara.
Abrazadas bailan al son de la música, Maca rodeaba su cintura mientras Esther tenía las manos en su
espalda. Pensaban en mil cosas pero no decían nada, algunas personas las miraban, viendo
como aquellas parejas en la pista hacían de aquel momento el más romántico de la velada.
M: Esther
E: Uhm...
M: Cásate conmigo
Sus cuerpos pararon pero no se separaban, Maca con un resquicio de miedo por la respuesta de Esther, y
Esther, pensando y descifrando lo que había escuchado, alguna vez lo había pensado, y más
desde que solo faltaban unos meses para la boda de sus amigas, pero no pensaba en que ese
momento llegaría.
Separó su rostro y la miró a los ojos, le decían tantas cosas que sentía como su cuerpo y su alma
pertenecerían a ella para siempre.
M: Cásate conmigo Esther... -repitió en un susurro mientras tenía su mirada clavada en la suya.
En las adversidades es cuando realmente nos damos cuenta de cuánto poder tenemos en todos los
aspectos, cuando podemos hacer cambiar el mundo. La vida en su mayor parte es muy dura,
haciendo que algo tan fácil como estar con la persona que amas y te ama, se convierta en un
sufrimiento que agota toda tu ilusión.
Hay dos caminos que puedes coger, el primero y más fácil, no hacer nada, huir de los problemas, dar la
espalda a la realidad, sin conseguir a veces, que lo que pretendiste como solución, se vuelva en
tu tortura, por recordar cada día, y arrepentirte cada segundo de no haber pasado de largo y
probar suerte con el segundo.
Ese camino que está más lejos, hace que recorras un camino más largo y duro, un camino donde el valor
y la esperanza en que el mundo cambie, hace que llegues a él, y lo haces con más fuerza,
habiendo aprendido durante ese camino, que la única fuerza que mueve tu mundo y elige por
él eres tú misma.
El amor es la fuerza más grande de este mundo, es lo que lleva a la felicidad, y la hace que no nos
extingamos, habrá fuerzas, fuerzas que intente obligarte a huir, fuerzas que ajenas a lo que tú
sientas te impongan unos ideales que no son los tuyos, que no comprendan lo que tú sientes,
pero señoras, entender algo que no tienes, es imposible, así que el que diga que no comprende
el amor entre dos personas, es por ese amor que dice no creer, no lo ha conocido.
Algo aparentemente imposible por AdRi_HC
Ese segundo camino te lleva a lo que deseas, a lo que por conseguirlo peleas. Sonríes y lo resguardas en
tus brazos, lo haces entrar en tu corazón, pensando, en que lo que tú creías imposible se
convierte en la que hoy es tu realidad y por la que puedes gritar a la vida que elegiste el camino
correcto consiguiendo que todo en esta vida, en tu vida, seas capaz de vivir ALGO
APARENTEMENTE IMPOSIBLE.
FIN