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LICEO TAJAMAR

PROVIDENCIA
MCQA
Análisis de fuentes históricas: “Periodo de Entreguerras”

SECTOR: Historia y Cs. Sociales PROFESORA: M. Cecilia


Quinteros A.
NIVEL: 1° Medio CURSO: …………. FECHA: abril 2011

TEXTO n°1 El Presidente de los EEUU Woodrow Wilson entre 1913 y 1921, dirigiéndose al Presidente de Francia durante las
conversaciones de Paz en Versalles, Paris, 1919
"Espero que Vd. esté de acuerdo, en principio, como el Sr. Lloyd George en la moderación que es necesario mostrar con Alemania. No
queremos ni podríamos destruirla: nuestro mayor error sería darle razones poderosas para que quisiera un día tomarse la revancha. Cláusulas
excesivas sembrarían la semilla segura de la guerra (...)
Es necesario que evitemos dar a nuestros enemigos la impresión de injusticia. No temo para el futuro las guerras preparadas por complots
secretos de los gobiernos, sino más bien los conflictos creados por el descontento de las poblaciones. Si nos hacemos a nosotros mismos
culpables de injusticia, ese descontento es inevitable."

TEXTO n°2 Memorandum de Lloyd George durante las tratativas de Paz en Versalles, Francia, 25 de marzo de 1919. Lloyd George fue
Primer Ministro Ingles entre los años 1916 y 1922
"Desde todos los puntos de vista, me parece que debemos esforzarnos por establecer un acuerdo de paz como si fuéramos árbitros
imparciales, olvidándonos de las pasiones de la guerra.
Este acuerdo deberá tener tres objetivos: ante todo, hacer justicia a los Aliados, teniendo en cuenta la responsabilidad de Alemania en los
orígenes de la guerra y en los métodos de guerra; seguidamente, el acuerdo debe ser de tal manera que un gobierno alemán consciente de
sus responsabilidades pueda firmarlo estimando que podrá cumplir las obligaciones que hay suscrito; por último, este acuerdo no deberá tener
ninguna cláusula cuya naturaleza pueda provocar nuevas guerras, y deberá ofrecer una alternativa al bolchevismo, porque será para las
gentes razonables una solución igualitaria del problema europeo."

TEXTO n°3 Georges Clemenceau Presidente de Francia entre los años 1917 y 1920 dirigiéndose a las potencias ganadoras de la guerra,
Versalles, Paris 1919.
"Tomo acta de las palabras y de las excelentes intenciones del Presidente Wilson. Él elimina el sentimiento y el recuerdo: es ahí donde
tengo una observación que hacer respecto a lo que acaba de decir.
El presidente de EE.UU. desconoce el fondo de la naturaleza humana. El hecho de la guerra no puede ser olvidado. América no ha visto
esta guerra de cerca durante los tres primeros años; nosotros, durante ese tiempo, perdimos un millón y medio de hombres. No nos queda
mano de obra. Nuestros amigos ingleses, que han perdido menos que nosotros, pero lo bastante para haber también sufrido mucho, me
comprenderán.
Las pruebas que hemos debido pasar han creado un sentimiento profundo sobre las reparaciones que nos son debidas; y no se trata
sólo de reparaciones materiales: la necesidad de reparaciones morales no es menos fuerte (...)
Buscáis hacer justicia a los alemanes. No penséis que ellos nos van a perdonar, buscarán la ocasión de la revancha, nada destruirá la
rabia de aquellos que han querido establecer su dominación en el mundo y que se han creído tan cerca de conseguirlo."

TEXTO n°4 Carta de Clemenceau, presidente de la Conferencia de Paz, al conde Brockdorff Rantzau, presidente de la delegación alemana
Versalles, l6 de junio de 1919
Señor Presidente:
Las Potencias aliadas y asociadas han otorgado la más escrupulosa consideración a las observaciones presentadas por la delegación
alemana sobre las condiciones de paz. La respuesta alemana protesta contra la paz (…) Según la opinión de las Potencias aliadas y
asociadas, la guerra que estalló el primero de Agosto de 1914, constituye el crimen más grande contra la humanidad y la libertad de los
pueblos, que haya sido conscientemente realizado por una nación que pretende ser civilizada. (…) la responsabilidad de Alemania no se limitó
al hecho de haber querido y desencadenado la guerra. Alemania es igualmente responsable por su manera salvaje e inhumana de conducirse
durante la guerra.
Los alemanes fueron los primeros que han hecho uso de los gases tóxicos, a pesar de los terribles sufrimientos que debía producir su
ejemplo. Ellos tomaron la iniciativa de los bombardeos por medio de aviones, de disparos a larga distancia sobre las ciudades, sin razón
militar, con el único objeto de menguar la moral de los adversarios, alcanzando a las mujeres y a los niños. (…) Ellos comenzaron la campaña
submarina… condenando a muerte a un gran número de pasajeros y de marinos inocentes, en pleno océano, lejos de todo socorro, a merced
de los vientos y de las olas y, lo que es peor todavía, a merced de las tripulaciones de los submarinos. (…)
La terrible responsabilidad que gravita sobre Alemania se resume en el hecho que sepultados en Europa yacen siete millones de
muertos, al propio tiempo que veinte millones de supervivientes, con sus heridas y sus sufrimientos, testimonian el hecho de que Alemania, por
medio de la guerra, ha querido satisfacer su pasión de tiranía. Las Potencias aliadas y asociadas creen que faltarían a aquellos que lo han
sacrificado todo por salvar la libertad del mundo sí transigieran en no considerar esta guerra como un crimen contra la humanidad y el
derecho. (…)
Alemania ha arruinado las industrias, las minas y las fábricas de los países limítrofes (…) Alguien debe sufrir las consecuencias de la
guerra. ¿Quién debe sufrir? ¿Alemania o solamente los pueblos a los cuales Alemania ha causado daños? (…) Las Potencias aliadas y
asociadas han examinado con solicitud la petición presentada por la delegación alemana tendente a conseguir la admisión de Alemania en la
Sociedad de las Naciones. No pueden acceder a esta petición. En el estado actual del sentimiento público internacional, no es posible esperar

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de las naciones libres del mundo que se asocien inmediatamente y en un pie de igualdad con las que les han causado daños tan graves (…)
Para terminar, las Potencias aliadas y asociadas deben afirmar claramente que esta carta y el adjunto memorándum constituyen su
última palabra (…) En consecuencia, las Potencias aliadas y asociadas esperan de la delegación alemana, en el plazo de cinco días a contar
desde la fecha de la presente comunicación, una declaración participándoles que está dispuesta a firmar el Tratado en su forma actual.
A falta de tal declaración (…) Se considerará terminado, en consecuencia, el mencionado Armisticio, y las Potencias aliadas y asociadas
tomarán las medidas que juzguen necesarias para imponer sus condiciones. Aceptad, señor Presidente, la seguridad de mi mayor
consideración. Georges Clemenceau

TEXTO n°5 Isabel Allende. La Casa de los Espíritus. Ed. Plaza y Janés. Barcelona, 1992.
“La clase alta, sin embargo, dueña del poder y de la riqueza, no se dio cuenta del peligro que amenazaba el frágil equilibrio de su posición.
Los ricos se divertían bailando el charlestón y los nuevos ritmos el jazz, el fox-trot y unas cumbias de negros que eran una maravillosa
indecencia. Se renovaron los viajes en barco a Europa, que se habían suspendido durante los cuatro años de guerra y se pusieron de moda
otros a Norteamérica. Llegó la novedad del golf, que reunía a la mejor sociedad para golpear una pelotita con un palo, tal como doscientos
años antes hacían los indios en esos mismos lugares. Las damas se ponían collares de perlas falsas hasta las rodillas y sombreros de
bacinilla hundidos hasta las cejas, se habían cortado el pelo como hombres y se pintaban como meretrices, habían suprimido el corsé y
fumaban pierna arriba. Los caballeros andaban deslumbrados por el invento de los coches norteamericanos, que llegaban al país por la
mañana y se vendían el mismo día por la tarde, a pesar de que costaban una pequeña fortuna y no eran más que un estrépito de humo y
tuercas sueltas corriendo a velocidad suicida por unos caminos que fueron hechos para los caballos y otras bestias naturales, pero en ningún
caso para máquinas de fantasía. En las mesas de juego se jugaban herencias y las riquezas fáciles de la posguerra, destapaban el champán,
y llegó la novedad de la cocaína para los más refinados y viciosos.”

TEXTO n°6 J. M. Keynes. Las consecuencias económicas de la paz. 1919.


“Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad;
si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos, alemanes, austríacos, húngaros y los
demás son hijos de del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y
que esté rodeada de enemigos, entonces rechacemos todas las proposiciones generosas, y particularmente las que puedan ayudar a
Alemania a recuperar una parte de su antigua prosperidad material. (...).
Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental,
entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos¡ Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no
dudo en predecirlo, no tardará.”

TEXTO n°7 Extractos del Tratado de Versalles, impuesto a Alemania como condición para firmar la paz. Paris, Francia 1919.
Artículo 118. Fuera de sus límites de Europa, tales como quedan fijados en el presente Tratado, Alemania renuncia a todos sus derechos,
títulos o privilegios relativos a los territorios que hayan pertenecido a ella o a sus aliadas (…)
Artículo 119. Alemania renuncia a todos sus derechos y títulos sobre sus posesiones de Ultramar en favor de las principales Potencias aliadas
y asociadas (...)."
Artículo 159. Las fuerzas militares alemanas serán desmovilizadas y reducidas (…)
Artículo 160. Desde ese momento, la totalidad de los efectivos del ejército que constituyen a Alemania no deberá exceder de 100.000
hombres, incluidos los oficiales y depósitos, y será destinado exclusivamente al mantenimiento del orden en el territorio (…)
Artículo 169. (…) las armas, las municiones y el material de guerra alemán, incluso el destinado a la defensa contra aeronaves, existentes en
Alemania y que excedan de las cantidades autorizadas, deberán ser entregados a los gobiernos de las principales Potencias aliadas y
asociadas para que sean destruidos o inutilizados. (…)
Artículo 170. Estará estrictamente prohibida la importación en Alemania de armas, municiones y material de guerra, sea cual fuere su
naturaleza. Lo mismo ocurrirá respecto a la fabricación y exportación, con destino a países extranjeros, de armas, municiones y material de
guerra, sea cual fuere su naturaleza.
Articulo 171…También será igualmente prohibida la fabricación e importación en Alemania de carros blindados, tanques y otros artefactos
similares que puedan servir para fines de guerra.
Artículo 173. Quedará suprimido en Alemania todo servicio militar universal obligatorio.
Artículo 198. Las fuerzas militares de Alemania no pueden tener aviación militar y naval (...)"
Artículo 231. Los gobiernos aliados y asociados declaran, y Alemania reconoce, que Alemania y sus aliados son responsables, por haberlos
causado, de todos los daños y pérdidas infligidos a los gobiernos aliados y asociados y sus súbditos a con secuencia de la guerra que les fue
impuesta por la agresión de Alemania y sus aliados.
Artículo 232. (…)Los gobiernos aliados y asociados exigen… y Alemania se compromete a ello, que sean reparados todos los daños causados
a la población civil de cada una de las Potencias aliadas y asociadas, o a sus bienes (…)

TEXTO n°8 Extractos de un discurso pronunciado por Hitler, Canciller alemán, en el Palacio de los Deportes de Berlín, el 26 de septiembre
de 1938
"Henos aquí ahora en presencia del último problema de debe ser y será resuelto. Es la última reivindicación territorial que tengo que
formular en Europa, pero es una reivindicación a la que no renuncio.
"Durante veinte años, los alemanes de Checoslovaquia y el pueblo alemán del Reich han tenido que contemplar este espectáculo. Más bien,
han sido forzados a permanecer como espectadores: no es que el pueblo alemán haya aceptado esta situación, es que sin armas, no podía
ayudarles contra los que les martirizaban.
¡Y el mundo de las democracias se indigna! Hemos aprendido en estos años a despreciar a las democracias mundiales. En toda Europa,
sólo hemos encontrado un único Estado que fuera una gran potencia europea y, a la cabeza de ese Estado, un sólo hombre que ha sido

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comprensivo con los sufrimientos de nuestro pueblo: ¡mi gran amigo Benito Mussolini!
Benes está en Praga, y está convencido que no le puede ocurrir nada porque tiene detrás de él a Francia e Inglaterra
Conciudadanos, creo que ha llegado el momento de hablar claro. No se puede negar el título de pacífico a los que han aguantado una
vergüenza tal durante veinte años. Benes tiene un pueblo de siete millones de individuos tras él, y aquí hay un pueblo de setenta y cinco
millones de hombres.
Le he asegurado, lo que vuelvo a decir aquí, que una vez que esté este problema resuelto no habrá más problemas territoriales en
Europa... Yo declaro al pueblo alemán: en lo que concierne a la cuestión de los Sudetes, mi paciencia está al límite. Benes tiene en su mano la
paz o la guerra. O bien acepta este ofrecimiento y da finalmente la libertad a los alemanes, o bien nosotros iremos a buscar esa libertad. Que
el mundo se dé por enterado."
*Benes: Presidente de Checoslovaquia

TEXTO n°9 Reacción alemana al Tratado de Versalles


"Somos condenados no sólo a la impotencia política, sino también a la ruina económica y a la servidumbre", dijo un representante germano. Ni
bien se tomó conocimiento en Alemania de las condiciones del Tratado, se decretó una semana de luto nacional, a la vez que se realizaban
demostraciones contra la firma. Pero Clemenceau no cedió en nada importante. Sabía que no podían oponerse a su mandato. En el Weimar
(gobierno alemán) se vivía el más grande abatimiento. El primer ministro Scheidemann dimitió el 21 de junio y fue designado jefe del gabinete
el socialdemócrata Bauer. Un día después la Asamblea Nacional de Weimar votó sobre la firma del Tratado: por 237 votos contra 138 se
resolvió acatar el mandato de los vencedores haciendo dos reservas: se negaba a reconocerse como única responsable de la guerra y se
negaba a entregar a la Entente a sus ciudadanos acusados de crímenes contra el derecho internacional. Clemenceau replicó que no se
aceptaba ninguna concesión. Así, tal como fue establecido por los aliados, se firmó el tratado el 28 de junio de 1919, e n Versalles

* Clemenceau: Presidente de Francia

TEXTO n°10 Causas del fracaso de la Sociedad de Naciones. Su hundimiento.


Desde el principio se mostró como una institución débil, eso fue debido, entre otras cosas, a que no tuvo realmente un alcance universal.
Estados Unidos no llegó a entrar en la S.D.N. y esto le restó fuerza; a Alemania no se le permitió ingresar hasta 1926 y a la U.R.S.S. hasta
1934. Esta falta de poder hacía que sólo la flota británica tuviera que llevar a cabo las sanciones (bloqueo económico) contra otros países en
caso de aprobarse.
Otra causa de su debilidad es la ambigüedad de su articulado en algún caso se llega incluso a aceptar la guerra ofensiva como legítima, esto
le restaba fuerza moral. Dentro de esa ambigüedad destaca el que no deja claro cuál es la definición de agresión y esto hace que un país
agresor pueda ser o no castigado por ello en función de la lectura que se haga del artículo 16.
A estas dos causas hemos de añadir una tercera, no supo frenar el expansionismo de varias potencias en los años treinta, al constatarse su
inoperancia muchos países se desilusionaron con la función de este organismo. Como castigo a estas potencias se les expulsó de la S.D.N.
(Alemania y Japón en 1933, Italia en 1937 y la U.R.S.S. en 1939) el expulsar a estos países le quitó todavía más fuerzas a una organización
ya devaluada, y además se vio que el castigo era insignificante. En resumidas cuentas, le faltó firmeza para imponer sanciones y respetar los
pactos.

TEXTO n°11 La ocupación del Ruhr por los franceses en 1923.


El roce más grave entre Alemania y Francia se produjo en 1923 y duró hasta 1925. La crisis monetaria era tan fuerte en Alemania en 1923 que
ese año no pudo pagar la parte correspondiente de la deuda con Francia.
Como respuesta Francia, sin el apoyo de la opinión pública y sin estar respaldada por ninguna potencia, ocupa toda la cuenca del Ruhr para
cobrarse en carbón la deuda, este hecho hizo subir la tensión entre los dos países hasta unos niveles insospechados. Ante tal situación el
Gobierno alemán decreta la resistencia pasiva, convoca una huelga de los obreros contra los franceses, el propio Gobierno les pagaría lo que
no cobrasen por la huelga. Como reacción los franceses expulsan a los 200.000 obreros alemanes y los sustituyen por franceses. La situación
es insostenible, Francia no tiene apoyos y está aislada, y el gobierno alemán no puede aguantar la sangría de tener que pagar a 200.000
obreros despedidos y no cobrar por la producción del Ruhr. Consecuencia de todo esto es que en Alemania se produce una tremenda crisis
económica. Al final Stresseman, canciller alemán, no tiene más remedio que ordenar el fin de la huelga y a cambio Francia respetaría la
integridad de Alemania y en 1924 aceptaría la reducción de la deuda.

TEXTO n°12 La crisis de las democracias y el surgimiento de los sistemas totalitarios


El período de entreguerras fue una de las épocas de mayor inestabilidad en el continente europeo. Las consecuencias de la Primera Guerra
Mundial desencadenaron fuertes conflictos políticos y económicos agravados por la crisis de 1929. La crisis económica provocó recesión en la
producción y en los intercambios comerciales. En 1932 la producción industrial mundial había caído en un 38%. Se extendió el alza de precios
y el desempleo. Las dificultades en el plano económico afectaron a la sociedad en su conjunto. Las huelgas, las protestas y las
manifestaciones se expandieron rápidamente. La reacción de los gobiernos no se hizo esperar y en muchos casos la respuesta fue la
represión de estos movimientos
El fin de la “Gran Guerra”, terminó con las monarquías de carácter absoluto y permitió la expansión de los principios democráticos. Muchos
países, entre ellos, Francia y Gran Bretaña, pretendieron establecer gobiernos en los que se respetara la división de poderes y la
representación popular. No obstante no dejaron de tener dificultades para mantener un justo equilibrio entre el parlamento y el poder ejecutivo.
Tanto en Italia como en Alemania empezó a gestarse la creencia de que se necesitaba un hombre fuerte, un “líder” que con autoridad y fuerza
pudiera sacar a sus países de la crisis

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