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Resumen Austin Vidal Naquet PDF
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El concepto de ‘economía’ en sentido moderno no existe en el griego. El término
griego de oikonomia no tiene el mismo sentido que nuestra palabra economía’
(significa gestión de la propiedad familiar, del oikos, y no sólo en términos
económicos).
Como la economía en sentido moderno no constituyó para los griegos categoría
autónoma alguna, no hay en los autores griegos un auténtico pensamiento ni un
verdadero análisis económico. Esto no quiere decir que los griegos desconocieran la
importancia de los factores económicos en la historia, sino que dichos factores no
fueron considerados aisladamente como factores estrictamente económicos;
existieron en relación con otros factores y otros datos que para los griegos tenían más
importancia.
La ‘economía’ no constituyó para los griegos un terreno aislado. La
economía se hallaba ‘integrada’ en la sociedad en su sentido más amplio. Lo
económico se halla siempre bajo la influencia de factores y consideraciones
que actualmente se denominarían ‘no económicos’ pero en lo concreto sería
un error El análisis económico no sólo se topará con el político, sino
asimismo con el ético y con el estudio de los valores en general.
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4. En cuanto a las definiciones de la riqueza y la pobreza, para nosotros estos
términos designan dos puntos extremos vinculados con el nivel de fortuna de
una persona (un rico tiene más de lo que necesita para vivir, un pobre tiene
menos), mientras que la definición griega es totalmente distinta: las dos
categorías no se corresponden con dos extremos, se hallan en contacto, y
pueden confluir en el centro. El criterio no es el nivel de fortuna, sino la
necesidad de trabajar: se es rico cuando no se necesita trabajar para vivir, y
pobre cuando no se puede vivir sin trabajar ( la inmensa mayoría de los
griegos eran pobres). A su vez, distinguían entre el pobre y el mendigo (aquel
que no posee absolutamente nada y vive de la generosidad de los demás). El
ideal ampliamente difundido es el del ocio, entendido como inactividad
económica.
La intensidad de estos patrones fue distinta en cada época. Ej.: los prejuicios contra
el trabajo manual, tan fuertes en la época clásica, fueron menos importantes en la
época de Homero (sus héroes no rechazaban el trabajo manual como tal, siempre que
ese trabajo estuviese orientado a mantener su propia autarquía). Por otro lado, había
también grandes diferencias entre los distintos Estados griegos. Ej.: el rechazo de
cualquier forma de actividad económica por parte de los Iguales es total en Esparta.
Austin y Vidal-Naquet hacen mucho hincapié en que no hay que considerar que estas
ideas eran unos simples prejuicios aristocráticos sin influencia real en la sociedad;
estas ideas aparecen con demasiada frecuencia como para no corresponder a nada
(además, no había un pensamiento de los sectores bajos opuesto al aristocrático).
LA ESCLAVITUD EN GRECIA
Para entender la institución de la esclavitud hay que tener en cuenta otros factores:
- El relativo estancamiento de las técnicas, que hacía imposible el aumento de la
producción a menos que se recurriera a una ampliación del trabajo servil;
- El hecho de que en Grecia se consideraba la desigualdad entre los hombres como
natural: la libertad de unos no podía concebirse sin la esclavitud de los otros.
En todas las épocas de la historia de Grecia se encuentra trabajo servil en
una forma u otra, y nadie cuestionó seriamente su necesidad.
LA HISTORIA SOCIAL
Los problemas que surgen al estudiar la historia social de Grecia son del mismo estilo
que los referentes a la historia económica; por ejemplo, es arriesgado querer aplicar
los conceptos elaborados para la historia social moderna a la Grecia antigua. Al igual
que hubo un período ‘modernizador’ de la historia económica de Grecia, hubo también
tendencias ‘modernizadoras’ en el estudio de la historia social, mediante las cuales las
modernas nociones de clases sociales y de su lucha eran aplicadas más o menos
literalmente al caso de Grecia, transformándose la historia social de Grecia en un
reflejo de la Europa posterior a la revolución industrial.
Así como no hay una categoría económica autónoma para los griegos, tampoco hay
una categoría social independiente. En Grecia, lo social se funde con lo político.
Por ejemplo, no se puede utilizar como criterio de análisis de las luchas antiguas las
modernas representaciones de la lucha de clases, realizando un análisis a partir del
lugar que ocupaban los grupos en las relaciones de producción: no es el lugar que
ocupan en las relaciones de producción lo que separa a los grupos sociales. Un
ciudadano ateniense que trabaja manualmente en la misma obra que un meteco o un
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esclavo se halla separado de sus compañeros por un abismo social: no los unirá
ninguna lucha común. Desde luego que las tareas consideradas inferiores o
físicamente agotadoras (ante todo, las de la producción minera) tenderán a ser
desarrolladas exclusivamente por esclavos, pero ello no implica la formación en estos
de una conciencia común. Una gran diversidad de oficios (incluyendo a veces los
propios de un alto funcionario) eran desempeñados por esclavos, sin otra
reivindicación común que la libertad, y sin la pretensión de reemplazar al grupo
dirigente o establecer una ‘sociedad sin clases’ Los esclavos no constituyen una
clase social. Además, no hay que olvidar la impermeabilidad jurídica existente: por
ejemplo, un ilota no puede convertirse en un espartano en el pleno ejercicio de sus
derechos y de su rango.
La esclavitud de los clásicos no fue el factor de descomposición de la
sociedad griega, sino el elemento que la posibilitaba, al asegurar la libertad
del ciudadano.
Si se elimina la oposición entre amos y esclavos como componente esencial de las
luchas de clase en el mundo griego, ¿cuáles fueron entonces sus características
fundamentales?
1. El antagonismo no se produce entre grupos que ocupan un lugar especial en las
relaciones de producción, sino que generalmente es protagonizado por
propietarios y no propietarios (propiedad referida esencialmente a la tierra).
2. El antagonismo entre la minoría propietaria y la mayoría sin propiedad es
fundamental en la lucha de clases griega pero, en sí mismo, no constituye
condición suficiente para movilizar el conflicto entre unos grupos organizados; la
lucha de clases sólo puede expresarse entre ciudadanos, gracias a su pertenencia
(o a la posibilidad de pertenecer) a la ciudad y, en consecuencia, a la potencial
posesión del poder político. Al margen del cuerpo cívico puede haber propietarios
y no propietarios, pero este antagonismo no logra moldearse; esto explica la
falta de participación de los esclavos como grupo en los conflictos sociales y
políticos entre ciudadanos acaecidos en ciudades como Atenas.
Lo que se ponía en juego en las luchas entre ciudadanos no tenía un
carácter estrictamente económico: generalmente las reivindicaciones
políticas y económicas confluían, y a menudo la revolución política implicaba
simultáneamente una revolución social. En cuanto a las reivindicaciones
económicas, las consignas revolucionarias fueron, desde la época arcaica, la supresión
de las deudas y el reparto de tierras. Económica y socialmente, la tensión entre
ciudadanos se expresó en forma de enfrentamientos entre grandes terratenientes y
pequeños campesinos independientes. El gran éxito de la época clásica consistió en
hacer posible el acceso a la ciudad de los campesinos; en algunas ciudades, éstos se
convirtieron en ciudadanos, fenómeno desconocido en la historia anterior a los
griegos. En el siglo IV, cuando por múltiples razones la combinación ideal campesino-
ciudadano se desvalorizó, la polis clásica estaba ya en decadencia. Y en ese momento
la reivindicación del reparto de tierras reaparecerió con mayor violencia en la historia
de Grecia.
El antagonismo entre ciudadanos propietarios y ciudadanos no
propietarios constituyó la mayor división entre los ciudadanos. Pero no fue la
única.
Otra división era la que se establecía entre hombres y mujeres. La ciudad clásica de
tipo ateniense se caracterizaba por una doble exclusión: la de los extranjeros y la de
las mujeres. En este tipo de ciudad era inconcebible que los esclavos pudieran
pretender acceder al poder político, y de la misma forma el poder femenino no
suponía un riesgo político directo: entraba en el terreno de la utopía. No ocurría lo
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mismo en las sociedades arcaicas, cuyo ejemplo más famoso es Esparta; en dichas
sociedades, así como las reivindicaciones políticas de los esclavos de tipo ilota
constituían una realidad constante en su historia, comenzaban a aparecer en la
leyenda y en las tradiciones la posibilidad del poder femenino.
Otra división es la que existe entre jóvenes y adultos. La ciudad griega se superpuso
a instituciones y agrupaciones más antiguas, sin eliminarlas por completo. Un ejemplo
de ello lo constituyen las clases de edad que se pueden observar en numerosos
lugares del mundo griego. Esparta y las ciudades cretenses representan el tipo más
extremo: en ellas, las clases de edad desempeñaban un papel fundamental en toda la
organización de la sociedad. En todos los Estados griegos (democracias y oligarquías)
intervino el principio de antigüedad en la atribución de las responsabilidades políticas.
PRINCIPALES FUENTES
EL MUNDO MICÉNICO
El primer testimonio histórico que nos ha llegado después de la caída del mundo
micénico, y la primera obra literaria de la historia de Grecia, son los poemas
homéricos de la Ilíada y la Odisea, los cuales se presentan como una evocación de
sucesos que tuvieron lugar en el mundo micénico durante la Edad de Bronce.
Debate sobre qué representa el mundo homérico como fuente histórica.
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- Para algunos (los más numerosos) los poemas homéricos constituyen una
representación más o menos fiel del desaparecido mundo micénico. Según Austin
y Vidal-Naquet, ese punto de vista resulta insostenible. Aunque los poemas
pretenden ser una descripción de ese mundo desaparecido, están plagados de
omisiones en el terreno de las instituciones y de los hechos de civilización, de
exageraciones (ej.: en el poder y la riqueza de los reyes), de uniformidad en las
instituciones de las distintas regiones del mundo griego, y existen también
anacronismos que pertenecen a la época inmediatamente posterior al mundo
micénico, época en que probablemente viviera el poeta.
- Existe un punto de vista, menos difundido, según el cual hay que considerar los
poemas homéricos como testimonios de su propio tiempo, es decir, del siglo VIII.
Sin embargo, por otro lado, los poemas homéricos no pueden considerarse una
descripción literal del mundo en el que vivía el poeta.
Probablemente, lo que Homero describe no era ni el mundo micénico ni su propia
época, sino un mundo intermedio en el tiempo (pero no necesariamente en las
instituciones), el mundo griego de la edad oscura de los siglos X y IX, posterior a la
caída de los palacios micénicos, pero anterior al desarrollo de la polis en el siglo VIII,
fenómeno que inaugura una época completamente nueva en la historia de Grecia.
Pero describir la sociedad homérica no es exactamente describir la sociedad griega de
los siglos X-IX. Esquemáticamente, existen 3 niveles históricos en Homero:
1. el mundo micénico que el poeta trata de evocar;
2. la edad oscura;
3. la época en que vivió el poeta.
Muchas veces es difícil distinguir lo que pertenece a uno u otro nivel.
Por otro lado, Homero muestra dos realidades diferentes en la Ilíada y en la Odisea:
la primera refleja un mundo más arcaico y menos abierto que la Odisea, y muestra
además una sociedad en guerra, en la que la aristocracia guerrera desempeña un
papel esencial por la supremacía militar que ostenta, y en la que el papel de las clases
inferiores queda más desdibujado. La Odisea, en cambio, da una imagen mucho más
detallada de la sociedad y de la ‘economía’, y presta más atención al individuo (los
humildes tienen mayor protagonismo).
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ocupan el primer plano de la escena y actúan, por lo general, autónomamente, como
si no existiera la comunidad).
- En su aspecto puramente humano, el oikos tiene un grupo familiar más o menos
extenso en su centro, pero incluye simultáneamente a todas las personas, libres
o esclavas, que dependen directamente del jefe del oikos, es decir, a todos los
servidores dedicados a las numerosas tareas necesarias para la vida económica
del oikos. Cuanto más grande y poderoso sea el oikos, más servidores tendrá.
- Además del grupo humano, el oikos engloba toda clase de bienes, muebles e
inmuebles, inseparables en la práctica del grupo humano, pues posibilitan su
existencia material En tanto unidad económica, el ideal del oikos es la
autarquía: debe bastarse a sí mismo en la mayor medida posible. En su interior
no caben los intercambios: toda la producción se concentra en manos del jefe del
oikos, que luego la reparte según su criterio. Por lo tanto, es a la vez una unidad
de producción y de consumo, y la mayor parte de sus necesidades materiales se
satisfacen al margen de cualquier contacto con el exterior y de cualquier
intercambio comercial.
La riqueza material del oikos se basaba, en primer lugar, en las tierras: los nobles
guerreros eran ante todo terratenientes (la tierra es explotada en todas sus formas,
pero sobre todo predominó la economía pecuaria; la riqueza de los grandes jefes se
medía sobre todo por el número de cabezas de ganado, sobre todo de bueyes, que
tenían en su territorio). Además de la tierra, el ganado y los esclavos, la riqueza del
oikos se basaba en el tesoro acumulado: la posesión de un tesoro lo más cuantioso
posible no obedecía sólo a imperativos estrictamente utilitarios, sino que también
respondía a consideraciones de prestigio; el poderío del noble guerrero se mide, entre
otros patrones, por la magnitud de su tesoro y por la magnificencia de los regalos que
puede ofrecer a los huéspedes de su mismo rango.
El ideal de autarquía era en la práctica imposible de mantener estrictamente: los
bienes más problemáticos en este sentido eran los metales y los esclavos. Los
mecanismos para adquirir estos bienes eran:
- La guerra: incursiones organizadas con la intención de saquear. El botín que se
toma del enemigo se repartía luego entre quienes participaron de la expedición,
y el jefe tenía derecho a una parte especial. El problema con esta estrategia es
que comportaba muchos riesgos.
- El intercambio: el mundo homérico conoce un amplio código de relaciones con el
extranjero mediante el cual pueden organizarse los intercambios sin renunciar a
la ética aristocrática, como ser el regalo (que establece la obligación del regalo
por correspondencia), aunque estas transacciones carecían de ánimo lucrativo (la
noción que importa es la de equivalencia).
- El comercio: fue expuesto en los poemas (más en la Odisea que en la Ilíada),
pero dista de hallarse desarrollado; los únicos especialistas del comercio son
extranjeros, en particular los fenicios, y su reputación es muy mala.
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podía ser muy variable: la distinción entre libre y esclavo no pasa por la naturaleza
del trabajo que realizan; hay esclavos que sólo están para ejecutar lo que se les
ordena, y hay privilegiados que gozan de la confianza de sus amos, participando en la
gestión del oikos (incluso pueden llegar a poseer otros esclavos). De todas formas, no
hay que negar toda significación a la antítesis libre/esclavo: por un lado, la situación
del thes también puede variar y no implica necesariamente un término inferior bien
definido; por el otro, la situación de los esclavos ‘privilegiados’ parece ser una
excepción.
Falta información acerca de los demás miembros de la sociedad. Aparecen pastores
independientes (pero no se sabe mucho sobre ellos), y no hay rastros de campesinos
dependientes como serán conocidos en la época arcaica, lo que no significa que no
existieran en tiempos de Homero. Un grupo aparte está formado por los ‘demiurgos’,
especialistas itinerantes (que no ejercen en el marco del oikos) que ofrecen su servicio
a la comunidad, y cuya habilidad les confiere un rango en cierta medida especial. No
se trata únicamente de artesanos: también hay profetas, médicos, arquitectos, aedos.
Hesíodo nos informa acerca de un aspecto de la sociedad griega más o menos
desentendido por Homero: la vida del pequeño campesino.
EL DESARROLLO DE LA ‘POLIS’
La época arcaica es probablemente el período más importante de la historia de
Grecia. Aunque la Grecia de la época clásica es la más atrayente, no puede concebirse
sin el período que la precedió.
En el plano de las instituciones, la mayor novedad es el desarrollo de la polis, que
será durante varios siglos el marco esencial para el desarrollo de la civilización griega
hasta la época helenística. La polis representa un tipo ideal, y no se desarrolla en
todos los ámbitos del mundo griego, ni siguió el mismo ritmo en todos sus
asentamientos. La mayor evidencia de los comienzos de la polis la proporciona la
colonización, iniciada a mediados del siglo VIII. Las colonias implantadas, excepto por
ciertos emporia, son todas desde un principio poleis, que imitan las instituciones de
sus metrópolis, lo que prueba la existencia de la polis desde los comienzos de la
colonización.
No se conocen muy bien las causas del desarrollo de la polis. Por lo general se
explica a través del factor geográfico: el fraccionamiento físico de Grecia habría tenido
como resultado su fraccionamiento político. Pero este argumento es insuficiente: por
un lado, la polis hace una aparición relativamente tardía en la historia de Grecia, y el
factor geográfico hubiera debido intervenir antes; por el otro, la repartición de las
poleis no concuerda siempre con el fraccionamiento físico.
La polis se constituyó primero en Asia Menor, en la Grecia de la costa oriental y en la
Grecia central, en las islas del Egeo y en Creta. Algunas de estas primeras ciudades se
formaron alrededor de antiguas ciudadelas micénicas, que sirvieron de refugio.
En realidad, se escapa totalmente el proceso de cristalización de la polis. Únicamente
se pueden esbozar los principales avances de la época arcaica hacia la polis:
- Codificación de las leyes (a partir del siglo VII), con frecuencia por obra de un
legislador. Se definen las normas que rigen a la ciudad; así, al ser sustraídas a la
arbitrariedad de los poderosos, la justicia se convierte en un asunto público. Se
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pasa de un estado de pre-derecho a un estado de derecho En general, mejora
la situación económica y social de los ciudadanos.
- Reforma de los hoplitas (a lo largo del siglo VII). Es un rasgo fundamental en el
desarrollo del sentimiento comunitario: el soldado ciudadano que combate en
grupo se convierte en el reflejo militar de la ciudad.
- Desarrollo de la noción de ciudadano y de no ciudadano, así como la de
extranjero dentro de la comunidad política y, sobre todo, la del esclavo
(extranjero total, privado de libertad y que en teoría carece de todo derecho).
Aunque el trabajo servil no era ninguna novedad, la institución de la esclavitud-
mercancía y su difusión constituyen una novedad de la época arcaica, que resulta
inseparable del desarrollo de la ciudad.
El papel de la moneda habría sido menos económico y más ético al principio. En las
ciudades griegas la moneda prevaleció siempre como un emblema cívico: acuñar
moneda con las armas de la ciudad constituye una orgullosa proclamación de su
independencia política El desarrollo de la acuñación a lo largo del siglo VI se debe
poner en conjunción con el fenómeno social que significa el desarrollo de las ciudades
y de los sentimientos cívicos.
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Una de las características fundamentales de la época arcaica es la
colonización, iniciada hacia mediados del siglo VIII para prolongarse hasta finales
del VI, vinculada a los problemas que padecía en aquella época el mundo griego.
Es necesaria una distinción entre:
- la colonia típica (apoikia), fundada con el objetivo de convertirse en una ciudad
independiente, aunque suele mantener estrechos vínculos con la metrópoli;
- el asentamiento estrictamente comercial (emporion), mucho menos numeroso.
Las apoikias son asentamientos básicamente agrarios. El objetivo fundamental de la
empresa de colonización era la búsqueda de nuevas tierras en el extranjero (como
respuesta a la crisis de superpoblación que había afectado a gran parte del mundo
griego). Los emplazamientos de numerosas colonias fueron elegidos en función de la
calidad del territorio circundante. Se ignora hasta qué punto se consideraban
igualitarios los repartos de tierras y en qué medida se consideraban inalienables las
tierras repartidas, pero, sin importar cuál haya sido la situación de partida, pronto
empezaron a producirse numerosas desigualdades.
Las apoikias eran comunidades agrarias autónomas, fundadas bajo la égida de una
metrópoli que nombraba al oikistes (fundador), y que probablemente también era la
que procuraba las naves, técnicos, etc., necesarios para fundar la nueva colonia. Entre
estas colonias típicas hay que distinguir entre las que eran estrictamente autárquicas
(cuya existencia sólo dependía de la explotación de su territorio por los propios
colonos), y las que recurrían total o parcialmente a la mano de obra bárbara (de las
poblaciones indígenas sometidas por los griegos tras su llegada a esos lugares).
Pero la búsqueda de nuevas tierras no fue el único objetivo en la fundación de
colonias; la búsqueda de ciertas materias primas indispensables (fundamentalmente
metales) condujo a los griegos a establecerse en el extranjero para comerciar con las
poblaciones bárbaras. Es probable que los asentamientos comerciales, en ciertas
ocasiones, hayan precedido a la colonización propiamente dicha. De hecho, no todos
los asentamientos económicos eran asentamientos cívicos: Náucratis (en el delta del
Nilo) constituye el caso mejor conocido de esta época de lo que Polanyi llamó ‘port of
trade’ (puerto de comercio), asentamiento puramente económico, en el que se
organizan y controlan los intercambios entre dos sociedades de diferente tipo
económico.
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apoya el tirano. Es precisamente en el siglo VII cuando aparece el slogan
característico de la historia de Grecia: el del reparto de tierras. El éxito de los tiranos
pasaba por el desarrollo de los intereses comunitarios: construcción de templos y
edificios cívicos, promoción de fiestas religiosas nacionales y cultos populares (el de
Dionisio), creación de una moneda, etc.
Por su parte, las reformas de Solón se basaban en el progreso de la idea comunitaria
ateniense: ya no era aceptable la existencia de la esclavitud por deudas. En estas
reformas se proclamaba que ningún ateniense volvería a ser esclavo en Atenas.
Atenas fue en época clásica la ciudad en la que el ciudadano vio un mayor desarrollo
de sus derechos y de su poder, por encima de cualquier otra ciudad-griega; la noción
del ciudadano libre encuadra con el desarrollo de otro tipo de servidumbre, el de la
esclavitud-mercancía importada del extranjero. Máximo desarrollo de los derechos
del ciudadano y de la esclavitud-mercancía.
Los Estados griegos pueden clasificarse según el grado de desarrollo que alcanzaron
(lo cual se establece no sólo según la evolución de sus formas constitucionales, sino
también en función de toda su vida social y económica).
1. Hay que hacer una primera distinción entre:
- Estado sin centro urbano (Estado-ethnos): la población vive diseminada por
numerosas aldeas, unida por vínculos políticos bastante laxos; en general la
existencia del Estado está bastante desdibujada. Suele ser la extensión
geográfica lo que determina la falta de centralización, ya que hace difícil la
transformación de estos ethnos en auténticas poleis con un centro urbano. El
Estado-ethnos representa un estadio mucho más atrasado respecto a la polis y
es cronológicamente anterior a ella: el ethnos se encuentra en aquellas regiones
donde la polis tuvo un desarrollo insignificante (es decir, en regiones que no
conocían la civilización micénica). En ocasiones se fue superando el estadio
primitivo: podía darse el caso de que en el interior del ethnos se desarrollaran
poleis, que en mayor o menos medida podían independizarse y proseguir una
vida política autónoma. Será en el siglo IV uando algunos de estos Estados-
ethnos comenzarán a tener tanta importancia como las principales poleis, que se
hallaban exhaustas; y en el siglo siguiente llegarán a tener el papel principal.
- Estado con centro urbano (Estado-polis).
2. Puede hacerse una segunda distinción (según el grado de claridad con el que se
definen las nociones de ciudadano y hombre libre por oposición al esclavo) entre:
- Estados ‘modernos’/clásicos: el Estado moderno es siempre una polis; su
prototipo evidente es la Atenas clásica, donde las nociones son bien claras y no
hay categorías intermedias: por un lado están los ciudadanos (que, salvo algunas
excepciones, tienen todos la misma condición), y por el otro los extranjeros,
divididos en hombres libres (metecos) y esclavos, sin que ni unos ni otros
participen en la comunidad política.
- Estados ‘arcaicos’: pueden ser una polis o un ethnos. Estos Estados no
conocieron una evolución tan adelantada en los campos fundamentales. En los
Estados arcaicos las nociones de ciudadano y de hombre libre quedan
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desdibujadas, y la existencia de grados intermedios entre ellos hace aún más
imprecisos los límites. El típico ejemplo es Esparta.
Austin y Vidal-Naquet describen la Esparta clásica, tal como se la conocía a
finales del siglo VI y durante todo el siglo V.
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de la posibilidad de aportar regularmente a las syssitiai; si no se cumplía con
esta obligación, se descendía a una clase más baja, la de los Hypomeiones o
Inferiores, lo que significaba la pérdida de los plenos derechos de ciudadanía.
Además, el espíritu competitivo que animaba a los Iguales propiciaba la
formación de élites; entre los Iguales existían grupos privilegiados, como el
cuerpo de los 300 Koroi o Hippeis, que eran elegidos entre los guerreros más
jóvenes y formaban una guardia de honor de los reyes. Existían también los
criptos, grupo selecto de jóvenes que los éforos mandaban al campo (en solitario
y con tan sólo un puñal) a matar ilotas. Queda claro que la igualdad de los
espartanos nunca fue más que un ideal imposible, y la realidad iría alejándose
cada vez más de él.
Los Periecos
- Formaban pequeñas comunidades independientes, principalmente en Laconia
pero también en Mesenia. Aunque tenían cierta autonomía local, estaban
completamente subordinados a Esparta en relación a la guerra y a la política
exterior.
- Aunque carecían de derechos políticos, formaban igualmente parte del estado
espartano Eran algo más que aliados o súbditos de Esparta (esto muestra una
profunda diferencia entre el Estado arcaico y el tipo ateniense). Los periecos, en
cierta medida, eran ciudadanos de segunda (mientras que los metecos
atenienses no tenían participación alguna en el Estado ateniense). Además, los
periecos eran ciudadanos en su propia comunidad.
- Las comunidades de periecos poseían sus propias tierras (otra diferencia
fundamental respecto de los metecos atenienses, que tenían prohibido poseer
tierras).
- No pagaban rentas regulares a los ciudadanos espartanos (a diferencia de los
ilotas y de los metecos atenienses), aunque cada uno de los reyes de Esparta
detentaba el derecho a un tementos (terreno especial) tomado de entre las
tierras cultivadas por los periecos.
- Los periecos eran reclutados regularmente para el ejército espartano, aunque
no estaban obligados a la ética aristocrática y guerrera de los espartanos.
- Se dedicaban a todas las actividades económicas a las que los ciudadanos se
negaban: cultivaban sus tierras, se dedicaban a la artesanía, fabricaban armas,
etc.
- Los periecos gozaban de una situación relativamente envidiable: el sistema
espartano les garantizaba una seguridad de la que gozaron durante tanto tiempo
pocos Estados griegos. Muy raramente se encontrará entre ellos desafecto a los
espartanos. En general fueron uno de los elementos básicos para la estabilidad
de Esparta.
Los Ilotas
- Existen diferencias fundamentales entre los esclavos atenienses (esclavos-
mercancía importados del extranjero y comprados en el mercado) y los ilotas. La
esclavitud de tipo ateniense fue una institución más moderna, mientras que el
ilotismo representa otra de tipo más arcaico.
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- Los ilotas se caracterizan (a diferencia de los esclavos atenienses) por su
homogeneidad: todos son pueblos indígenas (griegos o no griegos) que hablan la
misma lengua (los esclavos atenienses tienen un origen variado y carecen de
identidad común).
- Como poblaciones homogéneas, estos grupos se reprodujeron en su propio
seno, y no se compraban en el mercado de esclavos como una mercancía.
- Mientras que en Atenas raramente se reclutaban esclavos para el servicio
militar (y, si se hacía, se comenzaba por liberarlos), en Esparta era normal
servirse de los ilotas para la guerra, y cuando se decidía liberarlos solía ser
después del período de servicio.
- Por otro lado, la homogeneidad de los ilotas les daba cierta posibilidad de
acción común totalmente vetada a los esclavos atenienses. Así, aunque en teoría
los ilotas no forman parte del Estado, los ilotas liberados por el Estado (no
podían ser liberados por individuos, como en Atenas) se convertían en ‘nuevos
miembros del damos’, lo que en cierto modo les hacía ciudadanos de Esparta,
aunque no al mismo nivel de los Iguales (en Atenas, por el contrario, el esclavo
liberados devienen en meteco: su situación personal mejora, pero no le acerca al
Estado ateniense). Gracias a su homogeneidad también fueron frecuentes las
rebeliones (escasas en Atenas). Había dos grandes grupos de ilotas: los de
Laconia (conquistados menos recientemente) y los de Mecenia (conquistados
más recientemente, hacia finales del siglo VIII) Los ilotas de Mesenia
mantenían una clara conciencia de su identidad de origen (a diferencia de los de
Laconia), y fueron los que encabezaron las mayores rebeliones.
- Podían contraer lazos matrimoniales con miembros de otras categorías:
mientras que en Atenas los únicos matrimonios reconocidos legalmente eran los
que se realizaban entre atenienses (de modo que sólo podía ser ateniense el hijo
de madre y padre ateniense), en Esparta los hijos de un Igual con un ilota podían
reclamar algún tipo de ciudadanía.
LA ORIGINALIDAD DE ESPARTA
Existen algunas particularidades de Esparta que hacen de ella un Estado único en la
historia de Grecia:
- Posee un territorio bastante superior en extensión y calidad al de los demás
Estados griegos, lo cual maximizaba sus posibilidades de autarquía y minimizaba
los contactos con el exterior.
- Presenta una doble realeza sin paralelo en el mundo griego.
- Aunque era considerada una polis, no tenía un verdadero centro urbano, carecía
de una acrópolis fortificada, y los espartanos vivían diseminados en 5 aldeas.
- El Estado organizaba la educación de los Iguales para inculcarles su propio ideal
de virtud guerrera y obediencia Es el único ejemplo de un Estado griego que
se atribuye deliberadamente el papel de educador de sus miembros, por
considerar que sin subordinarlos a un único fin no sería posible su supervivencia.
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CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DEL TIPO ATENIENSE
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Durante el siglo V (y también durante el VI) Atenas es la ciudad griega
económicamente más desarrollada, y el verdadero centro comercial de toda la costa
oriental del Mediterráneo. Esto se vincula especialmente con su supremacía política,
pero también la atmósfera más libre de Atenas contribuyó a ello. De todas formas, la
aportación de Atenas en el terreno económico fue más limitada de lo que se piensa:
combatió algunas actitudes hostiles hacia la actividad económica, pero no intentó
crear un nuevo sistema de valores relativos al trabajo con el que sustituir los
aristocráticos; los verdaderos valores de Atenas se dieron más bien en el terreno
político.
Cuando se dice que los Estados griegos tuvieron una política económica, se trata
siempre de una política de importación, cuyo objetivo era asegurar el
aprovisionamiento de ciertos productos esenciales para su existencia (el trigo ocupaba
un lugar fundamental, y también eran importantes los materiales estratégicos), y
nunca de una política de exportación que intentara imponer en el extranjero las
producciones nacionales: el Estado se preocupaba por proteger los intereses de los
ciudadanos consumidores, no de los ciudadanos productores. No puede hablarse de
industria ni de comercio nacionales; la actividad económica se daba a pequeña
escala, y sólo raras veces encontramos un vínculo regular entre productores y
exportadores.
Una buena parte de la actividad económica se desarrolla al margen de
cualquier intervención del Estado.
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general rudimentaria, tanto en sus objetivos como en sus métodos. Las ciudades no
conocen auténticos presupuestos; su tendencia es la de vivir al día. En lugar de
intentar colocar los excedentes en inversiones ventajosas, tenderán a gastarlos en
empresas que no tienen carácter económico (gastos de puro prestigio, como la
construcción de monumentos públicos, cívicos y religiosos). Otra manera de gastar el
excedente consistió en el reparto de la riqueza del Estado entre los ciudadanos; se
trata de una idea griega muy antigua, según la cual la riqueza del Estado pertenece a
todos sus ciudadanos (en la mayoría de los casos los ciudadanos tenían que bastarse
a sí mismos, pero recibían de una u otra forma retribuciones del Estado:
distribuciones de dinero, trigo, carne, subvenciones, etc.).
LAS MINAS
LOS IMPUESTOS
La principal fuente de ingresos para la mayoría de las ciudades griegas fueron los
impuestos. Las tasas directas y regulares sobre los bienes de los ciudadanos y,
principalmente, sobre sus personas, eran sentidas como una degradación y solían ser
evitadas, pero no había escrúpulos en imponer tasas directamente sobre los no
ciudadanos (por ejemplo el metoikon). De todas formas, en las ciudades griegas una
de las obligaciones morales de los ciudadanos ricos era gastar su riqueza para el bien
público. En Atenas, los ciudadanos (y los metecos) estaban obligados, según sus
fortunas, a asumir ‘liturgias’ (servicios para la comunidad).
Además, los impuestos indirectos fueron frecuentemente utilizados por los Estados
griegos y constituían una de sus principales fuentes de ingresos. En la imposición de
estos impuestos caso casi no había distinción entre ciudadanos y no ciudadanos.
La percepción de estos impuestos indirectos generalmente estaba asegurada por
arrendatarios privados, pero también existían varias magistraturas que se ocupaban
de la actividad económica en general.
IMPERIALISMO Y TRIBUTO
Otra fuente de ingresos de los Estados griegos era dominar otras ciudades. El
‘imperialismo’ es la consecuencia natural de:
- la no valoración del trabajo y de la actividad económica;
- la aceptación de la guerra como medio de adquisición;
- la concepción de que la manera ideal de vivir del ciudadano es a expensas del
Estado.
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El imperialismo era aceptado como un estado permanente de las relaciones entre
las ciudades.
En ocasiones sólo se trataba de una dominación política y militar, que no implicaba
que la ciudad dominante intentara automáticamente sacar ventajas económicas de su
supremacía; otras veces se establecían colonias. Pero la dominación más importante
de la historia de Grecia en época clásica es la de Atenas: la ‘Liga de Delos’, fundada
en 478-477 y que agrupaba a numerosas ciudades griegas del Egeo, se transformó
lentamente en un imperio ateniense, proceso que legó a su término con la paz de 30
años de 446-445, que consagró la división del mundo griego en dos bloques, uno
dominado por Esparta y otro por Atenas. El imperio duraría hasta la capitulación de
esta última en 404, al final de la guerra del Peloponeso.
LA GUERRA EN EL SIGLO IV
La característica principal del siglo IV es que el estado de guerra se convirtió casi
en permanente, especialmente entre el 431 y el 338. Las causas son múltiples.
En primer lugar debe nombrarse el fracaso del imperialismo hegemónico, que en
Atenas logró triunfar durante el siglo V, pero que en el IV se desmoronó. En 404,
Atenas capitula ante Esparta y su imperio tiene que disolverse.
Esparta, que sucede a Atenas como primera potencia del mundo griego, declinó de
forma mucho más brutal. El sistema espartano, tan rígido y cerrado en sí mismo, no
logra adaptarse al gobierno de un imperio tan extenso. La riqueza que proporcionaba
el imperio agravó las desigualdades y tensiones sociales ya existentes, y favoreció la
concentración de la propiedad en un número cada vez más restringido de ciudadanos
de pleno derecho. Como los Iguales formaban la base del ejército espartano, el
poderío militar de Esparta disminuyó.
A Esparta la sucede Tebas, la rival que acaba de derrotarla; Tebas intentará
desempeñar el papel de Esparta por tierra y de Atenas por mar, pero este intento
hegemónico también fracasó.
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Pronto fue perfilándose en el norte una nueva potencia: Macedonia. En 20 años Filipo
de Macedonia se adueñó del mundo griego, y perfiló la conquista de Asia que luego
llevaría a cabo su hijo Alejandro de Macedonia.
Uno de los rasgos esenciales del siglo IV y también una de las principales causas de
los disturbios que por entonces vive la ciudad es la difusión de los conflictos
sociales (stasis) entre propietarios y no propietarios. Ésta aparece en el transcurso
de la guerra del Peloponeso: la oposición entre Esparta y Atenas equivale en parte a
la oposición entre democracia y oligarquía, y también entre las dos clases sociales que
dirigen ambos regímenes. A lo largo del siglo IV se irá ahondando el abismo entre
ricos y pobres. Las aspiraciones igualitarias implícitas en la noción de ciudadano
agravan las tensiones, de modo que las desigualdades sociales se sienten más a flor
de piel. Aunque la crisis no tiene la misma gravedad en todas partes (ej.: Esparta no
conoció ninguna revolución social antes de la época helenística), en numerosas
ciudades se suceden revoluciones, exilios y confiscaciones, sin que se alcanzara una
salida airosa, mientras que con frecuencia se repetía el slogan del reparto de tierras.
En Atenas, el empobrecimiento de los atenienses generó una gran tensión entre ricos
y pobres. Aun así, la crisis social no alcanzó en Atenas una gran intensidad. Aunque se
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dio un empobrecimiento de las clases inferiores, la ciudad no vivió en el siglo IV
conflictos sociales como los que conocieron muchos otros Estados griegos.
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- Evoluciona el derecho comercial, que sustituye a los antiguos tratados jurídicos
en los que dos Estados resolvían los litigios que se producían entre sus
ciudadanos. En este sentido se dan cambios importantes:
Aparece la personalidad jurídica del esclavo: éstos pueden servir de testigos al
igual que los hombres libres, pueden firmar contratos y ser demandados
personalmente.
Los no ciudadanos comienzan en este aspecto a ocupar un lugar similar al de
los ciudadanos: ya no necesitan un patrono que los represente.
Se valora la copia escrita: antes sólo contaban los testigos.
Las causas comerciales reciben una tratación de urgencia: se buscaba favorecer
a los comerciantes para que pudieran salir a la mar sin perder tiempo.
- Se desarrolla el préstamo marítimo: a través de un contrato escrito, se
especificaba que los riesgos del viaje corrían a cuenta del acreedor, mientras que
el prestamista aportaba como garantía su barco, su mercancía o ambas cosas.
- Se desarrolla la banca: aparecen los primeros bancos (de pequeña escala).
- Se desarrollan fortunas mobiliarias: talleres en donde trabajaban esclavos.
- Avanza la práctica de los créditos sobre la propiedad inmobiliaria: son siempre
préstamos para gastos de prestigio, no para empresas económicas.
Pese a estos cambios, no puede hablarse de una economía ‘moderna’, en tanto aún
continúa el sistema de valores arcaicos, que no son económicos.
Una de las mayores conquistas de la época clásica era el desarrollo del ideal de
campesino-ciudadano con plenos derechos, que había eliminado la oposición ciudad-
campo. En el siglo IV este ideal se corresponderá cada vez menos con la realidad,
pues la clase campesina se debilitará. La oposición ciudad-campo vuelve a
aparecer, incluso en Atenas.
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