Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuadra - 2c Hector Las Relaciones Internacionales y Las Ciencias Sociales
Cuadra - 2c Hector Las Relaciones Internacionales y Las Ciencias Sociales
Héctor Cuadra1
Introducción
1
Héctor Cuadra “Las relaciones internacionales y las Ciencias Sociales”, en Anuario Mexicano de Relaciones
Internacionales, ENEP-Acatlán, UNAM, México, 1980, pp. 37-53
2
Recordemos aquí las palabras iniciales de Miriam Limoeiro Cardoso en su libro: La construcción de
conocimientos. Cuestiones de Teoría y Método. Edic. Era, México, 1977. “La cuestión básica que me
propongo discutir aquí es la del conocimiento de una realidad concreta, la cual existe independientemente de
nuestra conciencia y de la cual nuestro pensamiento trata de apropiarse como su objeto. Creo que este es el
problema fundamental de toda investigación empírica: cómo construir el conocimiento de la realidad”, p. 11.
PRIMERA PARTE
3
Cfr. M. Merle, J.W. Burton, et. al., El estudio científico de las relaciones internacionales, FCPyS, UNAM,
México, 1978.
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Las Relaciones Internacionales y las Ciencias Sociales Héctor Cuadra 3
4
Por lo mismo, este trabajo puede constituirse en material didáctico a la luz de las consideraciones expuestas
por el Centro de Relaciones Internacionales en “Proyecto de programa para el curso de Introducción al
Estudio de las Relaciones Internacionales”, El Estudio científico de las relaciones internacionales, cit. Pp. 77
y ss. Está emparentado con otros que igual función tienen; Cfr. Particularmente Alfredo Romero Castilla,
“Notas sobre la evolución de la enseñanza de las relaciones internacionales en la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales” y Graciela Arroyo Pichardo, “El carácter disciplinario de las Relaciones Internacionales
y su estructura dentro del nuevo plan de estudios”, ambos en Relaciones Internacionales, Núm. 16 (Vol. V,
Enero-Marzo, 1977).
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Las Relaciones Internacionales y las Ciencias Sociales Héctor Cuadra 4
5
Cfr. J. Piaget et. al., Tendencias de la investigación en las ciencias sociales, Madrid, 1973.
abstractas y concretas. Para Comte, la clasificación de las ciencias tiene por fin
principal establecer las relaciones de dependencia que pueden existir entre sí y
para definir una jerarquía de las mismas.
Por artificiales que sean las clasificaciones, no hay que perder de vista que
las relaciones entre los hechos científicos siguen siempre siendo dependientes de
ciertas convenciones, es decir, de una cierta concepción de las relaciones entre
las ciencias y su definición.
Sin embargo, subsisten grandes divisiones de la ciencia que corresponden
más a distinciones de las ciencias según su objeto y a discriminaciones
pedagógicas que a una clasificación lógica fundada sobre una jerarquía entre las
ciencias mismas o sobre su historia.
Desde este punto de vista, se pueden distinguir en las ciencias modernas
cuatro grandes subdivisiones:
1. Las matemáticas
2. Las ciencias de la materia, física, química y astronomía
3. Las ciencias de la vida o ciencias biológicas y
4. Las ciencias humanas cuya categoría esencial está constituida por las
ciencias sociales.
Para referirnos únicamente a estas últimas, es muy cierto que las ciencias sociales
aparecieron tardíamente en la elaboración de las ciencias por varias razones:
porque el hombre antes de tomar conciencia de su lugar en el mundo de sus
semejantes sintió la necesidad de tomar conciencia de su lugar dentro del mundo
de la naturaleza; porque esas ciencias exigen una independencia de juicio que no
pudo manifestarse sino en una época relativamente tardía del desarrollo de la
humanidad, y finalmente porque las primeras reflexiones sobre la sociedad
estuvieron dominadas por una tendencia normativa de inspiración metafísica,
religiosa o ideológica.
Fue menester esperar el triunfo definitivo del método experimental en las
ciencias físicas y en las ciencias de la vida para que se afirmara, al mismo tiempo
que la existencia de las ciencias humanas autónomas en relación a la religión y a
la metafísica, el espíritu de las ciencias sociales.6
Poco a poco se fue perfilando la idea de que toda comunidad humana, por
primitiva que sea, está compuesta de ciertos elementos endógenos y posee una
organización definida que se expresa en forma de costumbres, reglas, leyes,
valores cuyo conjunto constituye su estructura social y que se impone al individuo
para limitar y orientar su comportamiento, unificándolo al mismo tiempo con el de
los demás individuos dentro de una historia del grupo.
Mostrar de qué forma la vida en sociedad moldea al hombre inculcándole
maneras de sentir, de pensar, de actuar¸ a las que se le incita a conformarse si
desea realizar su integración al grupo, y además describir, comparar, explicar los
diferentes grupos sociales y étnicos, su historia y los diferentes mecanismos, tal es
la tarea general de lo que se denomina ciencias sociales.
6
Cfr. M. Duverger, Métodos de las ciencias sociales, Barcelona, 1974.
7
Cfr. UNESCO: La ciencia política contemporánea; Contribución a la investigación, al método y a la
enseñanza; París, 1950.
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Las Relaciones Internacionales y las Ciencias Sociales Héctor Cuadra 7
8
Cfr. P. Lazarsfeld, Philosophie des Sciences Sociales, París, 1970.
Toda ciencia social, por ejemplo, utiliza los métodos de encuesta, pero cada
una los adapta a sus imperativos técnicos: la encuesta etnográfica tiene sus
particularidades respecto de la encuesta en economía política o en las ciencias
políticas. La metodología permite, entonces, rechazar desde el principio la
pretensión de ciertos sociólogos de anexarse todas las ciencias sociales.9
Nosotros mismos, en ensayos y escritos anteriores quizás habíamos
parecido partidarios de este “imperialismo sociológico” porque en trabajos de
divulgación sobre el carácter científico de nuestra disciplina proponíamos, al lado
de otros autores españoles y franceses, por ejemplo, para la denominación de
nuestra disciplina ser denominada “sociología de la política internacional”. Otros
como Merle, la denominarían “sociología de las relaciones internacionales” y el
profesor Truyol y Serra llamaría a su ensayo “la teoría de las relaciones
internacionales como sociología.”10
5. Vamos a adelantar un tanto en esta discusión para plantear cuál es
exactamente, a nuestro modo de ver, el planteamiento del problema.
La encuesta llevada a cabo por la UNESCO en 1948 en torno a la ciencia
política contemporánea nos permite plantear una serie de interrogantes para
discutir, entre otras cosas, su mismo nombre. Si debía expresarse en singular,
“ciencia política”, o plantearse en plural, “ciencias políticas”. No era una cuestión
meramente de gramática, sino de forma y de fondo.11
Si se emplea la expresión ciencia política en singular, se admite que la
ciencia política es una ciencia autónoma, que tiene un objeto propio que se puede
precisar. Si, por el contrario, se emplea la expresión en plural, se sostiene que
existen simplemente ciencias políticas y que lo que se llama ciencia política no es,
en verdad, sino una suma de investigaciones realizadas por las ciencias políticas
sin que sea posible establecer entre estas investigaciones un vínculo lógico
diferente al que resulta del empleo del término “político”.
Después de muy largas discusiones, la conferencia se pronunció sobre el
problema y decidió que la expresión “ciencia política” debería emplearse en
singular, pero en lugar de definir su objeto, se decide que el campo de esta ciencia
estará determinado por la lista de los temas y de los campos de investigación. Es
decir, que en lugar de llegar a una definición lógica que afirmara la autonomía de
la ciencia política y se empeñara en definir su objeto general, se emplea un
método empírico que consiste en hacer el catálogo de las materias consideradas
con el carácter de ciencia política.
Para los miembros de la conferencia, la enumeración de las ciencias con el
carácter de ciencias políticas era la siguiente: la teoría política (historia de las
ideas políticas y teoría general de la política), las instituciones políticas, el estudio
de los partidos, de los grupos y de la opinión pública y, finalmente, las relaciones
9
Cfr. G. Burdeau, “Méthode de la Science Politique”, Dalloz, París 1959, p. 111.
10
Cfr. H. Cuadra, “Estudio preliminar sobre la Teoría de las Relaciones Internacionales”, en J.W. Burton,
Teoría General de las Relaciones Internacionales, F.C.P. y S. UNAM, 1973.
11
Cfr. UNESCO, La ciencia política contemporánea, cit.
12
Frente a la objeción posible de que, considerar a las Relaciones Internacionales dentro del ámbito de las
ciencias políticas, es impropio puesto que esta disciplina no se agota en la mera consideración de los
fenómenos políticos, del problema de la autoridad o de la cuestión del poder, sino que estudia los fenómenos
económicos, por ejemplo, de la sociedad internacional y por lo tanto estudian las relaciones económicas
internacionales, las relaciones sociales internacionales, etc., se puede aducir con G. Burdeau, cit. que cuando
parece hacerse primar lo político sobre lo económico, lo social, etc., es porque “la ciencia política modela así
su esfuerzo de síntesis sobre el proceso de integración social que se realiza bajo la influencia del poder”.
Por lo tanto, al estar la sociedad integralmente politizada, ¿no puede reclamar la ciencia política ser la
ciencia social por excelencia?
La evolución innegable que conduce a una politización durable de la totalidad de las sociedades concierne
menos a la política en sí, que a la marcha general de las sociedades hacia una integración cada vez mayor que
se realiza al reforzar en ellas, la parte de lo político.
Dicho de otro modo, la primacía profunda de lo político es la consecuencia de la integración social.
13
Cfr. Marcel Merle, Sociología de las Relaciones Internacionales, (trad. De Roberto Mesa), Alianza
Editorial, Madrid, 1976, p. 22.
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Las Relaciones Internacionales y las Ciencias Sociales Héctor Cuadra
10
14
Frente al planteamiento del problema de las Relaciones Internacionales y las ciencias sociales que hemos
hecho, de naturaleza positivista y su derivación en la problemática disciplinaria, sociología versus Ciencia
Política versus Relaciones Internacionales; la concepción marxista plantea la historia de las sociedades como
regida por las relaciones de producción y los antagonismos de clase que de ella derivan, por lo que la realidad
social se sitúa al nivel de los enfrentamientos por el control de los instrumentos de producción. Por ello, todas
las instituciones, comprendido el Estado y las luchas políticas que entre ellas se desarrollan, no son más que
los elementos de una superestructura sin existencia propia y que sólo reproduce, enmascarándolas, los
conflictos de clase.
De esta forma, la sociedad internacional no es la simple yuxtaposición de Estados soberanos. El Estado,
sólo superestructura, no puede constituir la célula de las relaciones internacionales. Éstas sólo pueden basarse
y explicarse a la luz de los antagonismos de clase a escala mundial.
Metodológicamente, la categoría de formación económico-social derivada del estudio del sistema
capitalista, como sistema mundial, es la que permite aprehender la mecánica del conflicto, es decir, la lucha
de clases, al interior de los Estados. Si se reconoce, además, el principio de la unidad dialéctica de la política,
según la cual la política interna y la política exterior de un Estado, es una y la misma cosa, las consecuencias
que de ello se derivan, tan sólo a efecto de nuestro análisis son: en primer término la irrelevancia de la
diferencia entre política interna y política internacional, sobre la cual está planteada la razón de ser de las
Relaciones Internacionales como disciplina propia y por lo tanto la irrelevancia sobre el debate
interdisciplinario. En segundo lugar, la exigencia de investigación y la construcción teórica en torno de la
categoría de “formación económica-social a escala mundial” para la aprehensión científica de los problemas
internacionales, o de la “realidad internacional” y la consiguiente recuperación de su conocimiento hacia una
visión unitaria propia al método dialéctico. Dicho de otro modo, el único problema real, a la luz de estas
consideraciones, es el empleo de la dialéctica como alternativa metodológica para la disciplina de las
Relaciones Internacionales. Cfr. El artículo de Roberto Peña, con ese nombre en El Estudio Científico de las
relaciones internacionales, cit. p. 131 y ss.
15
Cfr. Ch. Eisenmann, “Sobre el objeto y el método de las ciencias políticas”, en La ciencia política
contemporánea, UNESCO, cit., pp. 104 y ss.
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Las Relaciones Internacionales y las Ciencias Sociales Héctor Cuadra
11
16
Nos referimos a las notas, infra. 9, 11 y 13.
Antología Teoría de Relaciones Internacionales I
Mtra. Ileana Cid Capetillo
Mtra. Mayra López Díaz
Mtra. Teresa del Socorro Pérez Rodríguez