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arte. En la obra de arte se plasma como acaece la enfermedad y la muerte. Una vedad
inegable que le demuestra al hombres su fragilidad al estar condenados a ese fatídico
destino. Heidegger señala que la posibilidad más presente del ser humano es la muerte,
la angustia la presenta como un elemento existenciario. A partir del análisis
hermenéutico de la obra de arte y de algunos poemas de Edgar Poe pretendo dilucidar
esa angustia ante la muerte como elemento existenciario que le da un nuevo sentido a la
comprensión misma que tenemos de la existencia, como nos permite cambiar el rumbo
y el sentido de la vida, a través de un breve relato quiero expresar una pequeña reflexión
sobre la angustia ante la muerte, como tema principal. Desde varias lecturas y
reflexiones quese hacen sobre la muerte se pretende establecer un dialogo entre las
ideas.
Tic tac, tic tac, era el sonido que marcaba la existencia fétida de todos los hombres
arrojados al fatal destino donde acaecía la necesidad, el dolor, el hambre, la enfermedad
y su posibilidad más presente la muerte. Para muchos la existencia perdía valor si al
final todo inevitablemente se precipitaba a la nada, al sin sentido de la muerte.. Para
otros la muerte era el sueño y descanso eterno de una miserable existencia, desean la no
conciencia del dolor ante lo que acaece en su seno, una nada donde el pensar se diluye y
la conciencia se esfuma. Para mi era la angustia que no dejaba de perseguirme, la he
visto varias veces, he enterrado familiares, amigos, conocidos. He experimentado el
dolor de perder un cariño, un amor, de ver como ese ser que amamos se marchita como
una flor. El cambio del ser al no ser solo nos muestra la realidad inexorable de la
naturaleza indiferente, donde es parte del ciclo natural de las cosas, donde de la fuente
de la vida surge como fuerza vital la muerte.
La verdad me ha golpeado desde mi tierna niñez, es por ello que fue fácil entender la
verdad que se me revelaba el comprender el ciclo vital de la cadena alimenticia; como el
carnívoro necesita del herbívoro, como este por su parte necesita la vegetación para
sobrevivir. Y así los minerales y nutrientes de los muertos nutren los animales
carroñeros y a las plantas para que puedan crecer, todos necesitamos de todos, todos
somos uno y uno somos todos, un ciclo vital de vida y muerte es siempre un
intercambio equivalente. Y esta es una forma de comprender la muerte, pero ahora me
aplastaba la placa gris de la angustia frente a la pérdida que nos propinaba la muerte, la
pérdida de un cariño de un lazo existencia con el otro. Recordaba una hermosa canción
titulada El Camino de la Vida del Trio America decía: Y aprendemos que el dolor y la
alegría son la esencia permanente de la vida. Al escuchar tal verdad mi angustia revolvía
con amargura mis entrañas, un velo gris de desesperación apareció ante mi mirada,
todos mis pensamientos tomaron un matiz nostálgico y deprimente.
Odiaba en aquel momento la miserable existencia. Estaba allí sentado en este cuarto
oscuro y nauseabundo, ella estaba a mi lado tosiendo sin parar, el aire que daba
aintentaba dejar su cuerpo, sin poder conciliar el sueño desde haces 2 días, la
enfermedad la consumía. Ella era mi dulce Eleonor, mi musa y mi desvelo, sufría asma
y ahora tenía uno de sus ataques temporales. Estaba agotado de verla así, sentía el
susurro del nunca más cada vez que enfermaba, sentía impotencia de poder ayudarla a
respirar, tenía miedo, era la angustia a la muerte la que acechaba mi espíritu. Me
encontraba saliendo de mi rutina de trabajo estaba agotado pronto me iría a mi cálido
hogar donde la humildad calentaba su seno sagrado. Era duro estar allí cuando la
enfermedad acaecía y la veía postrada devastada, sentía impotencia de no poder hacer
nada. Hoy quería caminar, quería despejar mi mente, estirar mis músculos. Era
complicada la existencia no solo para mi, sino para ella, me imaginaba el terror y la
angustia que ella vivía día y noche cuando dormía y en medio de la noche una mano
invisible se posaba sobre su cuello y le cortaba el aire vital, la vigilia traía los aires de
supervivencia, forzándose a respirar y mantenerse con vida. En medio de mi angustia
innumerables preguntas inundaban mi mente, como seria para la persona enferma la
experiencia con sospechar su propia muerte, recuerdo una vieja frase de las abuelas:
mija siento que tengo un pie aquí y otro en el más allá, con ironía recibía esas palabras.
Era una insoldable distancia la que tendría que recorrer para volver a verla. Estaba
agotado realmente pesaba en mi pecho la existencia, cada paso me quitaba un suspiro de
vida. En ese momento sentí una presencia a mi lado, alguien me acompañaba en la
solitaria caminata, dirigí mi mirada hacia la presencia y era una vejete de lo más
repúgnate pues la muerte la acompañaba como una vieja amiga. Sería aquella mujer la
parca, angel demoniaco que busca arrebatar la vida? Oh, no lo sabia pero al verla un frio
de ultratumba subia por mi espina dorsal. El vieja chaparra como un duende, tenía
dientes desiguales, torcidos y manchados, una cabellera bañada por los rayos de plata de
la luna, unos ojos blancos tal mente ciega, sus harapos develaban la miseria económica
que lo atravesaba, un baston de roble era su única reliquia. Al notar mi presencia el
anciana me miro tiernamente, como una vieja conocida, lentamente me susurro:
- Caballero tiene toda la razón esta vieja loca que podrá decir del mundo, su
mundo, en mi ojos la claridad de la razón no reina nunca he visto sus cosas, pero
mi mundo es este que es para mí la melodía de múltiples colores que brincan por
doquier, es un sendero de raíces y raíces antiguas, de mitos y leyendas, de
palabras embrujadas y sagradas, de danzas y cantos ancestrales. Pero dime allí
donde las palabras quedan cortas, allí donde el sentimiento es tal que no puedo
expresarlo en palabras, simple nos rumba la intensidad en dulces gotas de mar o
sonoras carcajadas, dime allí tu sagrada ciencia te salvara, en la enfermedad y en
la inevitable muerte tu medicina nos salvara.