El término churrigueresco proviene del apellido Churriguera. Los
Churriguera fueron una familia de arquitectos barrocos cuya obra se caracterizó porque presentó una recargada decoración. Por extensión, el término se ha utilizado para denominar el barroco español del primer tercio del siglo XVIII. Se entendían por churriguerescas todas aquellas arquitecturas que poseían un marcado movimiento y una abigarrada ornamentación, sobre todo en la retablística.
La influencia españolaEspaña por su estupenda situación geográfica,
atesoró las grandes influencias artísticas de muchas civilizaciones importantes. Del mismo modo se produjo dentro de su territorio un estilo nuevo y propio: el Barroco, pero seria en esta misma etapa cuando el Churrigueresco diera sus inicios.En cierta forma el churrigueresco es una continuación del barroco. El churrigueresco fue introducido a Nueva España por el arquitecto y escultor sevillano Jerónimo de Balbás.
Se diferencia del barroco por utilizar a manera de soporte (en lugar de
columnas o pilastras) el estípite, es decir, un pedestal en forma de pirámide invertida que se prolonga en sentido vertical usando cubos y un sinfín de elementos, todos ellos producto de una gran inventiva del artista de estas latitudes. A veces fue tratado de una manera muy geométrica y otras lo perdemos entre la gran cantidad de adornos vegetales. Se utilizó tanto en retablos como en fachadas.
Relatos históricos narran que nuestros indígenas asumieron con
actitud optimista la encomienda de tallar la piedra y la madera para edificar un anhelado sueño “El templo Barroco mexicano”.
En los inicios de la conquista española se destruyó, entre otras cosas,
con asombro y temor toda evidencia de carácter religioso que tuviera relación con los vencidos. El despojo y la acción de tales acontecimientos produjeron, en los indígenas sobrevivientes, un vacío espiritual, un suelo desértico, en pocas palabras la vacuidad.
Con el tiempo los vestigios artísticos como la arquitectura, escultura
y pintura así como las manifestaciones rituales devotas mesoamericanas, fueron sustituidos por la religión católica, por las edificaciones fortificadas, es decir los conventos, así como una gran gama iconográfica escultórica y pictórica que devenían fielmente con el catolicismo. Aunque incomprendidos al principio, por los indígenas, los Franciscanos, Dominicos y Agustinos se dieron a la tarea de implantar la nueva redención. Las capillas abiertas fue uno de los principales frutos arquitectónicos, únicos y trascendentes en el nuevo continente, que ayudaron a acentuar los primeros actos espirituales en donde el indígena empezaba a estar presente. Un espacio delimitado con cuatro paredes y libre de techumbre fue el medio para desarrollar el culto al aire libre. El miedo del indígena hacia lo desconocido se iba perdiendo poco a poco; se encontraban ansiosos y necesitaban poner toda la devoción, esperanzas, sueños y fe en algo, ese algo fue lo permitido, lo que se presentaba como la nueva y única alternativa. El siguiente paso fue adentrar a los indígenas a desenvolver el rito dentro de espacios cerrados. Es entonces cuando se empiezan a edificar los nuevos templos. La necesidad de la fe es tanta que el mismo indígena empieza a ser instruido para levantar templos requeridos en devoción a su fe. Aprende a construir, esculpir, pintar y recitar las plegarias formales y literales del viejo mundo. El sincretismo respondió de increíble manera. El nuevo arte aportaba señales de autenticidad con la arquitectura barroca Tratar al barroco mexicano es sin duda alguna aludir específicamente al