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Hunza era la capital del cacicato, allí en el cercado de Quiminza quedaban la sede del
Zaque y justo allí sobre estos terrenos, se construyó el Claustro de San Agustín. Para
el año 1549 la comunidad de los Agustinos realizo la solicitud de construir el convento
al Cabildo de Tunja, petición que fue negada inicialmente. Los Agustinos se establecen
finalmente n 1585 y para el año de 1586 Fray Lorenzo de Sufre, presentó los planos
de la iglesia al Cabildo de Tunja. Después del fallo de la real audiencia a favor de los
Agustinos, se inicia la construcción, y en el año 1659 se da por terminada la obra de
la iglesia y el convento.
La arquitectura del Claustro de San Agustín esta inspirada en modelos sevillanos, con
estilo renacentista, columnas toscanas de piedra, arquerías en ambos niveles, arcos
de medio punto de rosa lisa. El estilo mudéjar esta representado con la escalera, la
cual inicia de la parte norte del claustro y se bifurca en dos. El templo tiene una
espadaña de estilo barroco mudéjar, considerada como una de las más bellas del país.
De igual forma se destacan fragmentos de pinturas murales.
Los Agustinos abren noviciado con estudios en gramática, artes y teología a finales
del siglo XVI, para ese momento era el segundo en importancia del país. En el año de
1821 los Agustinos tuvieron que entregar la edificación del claustro al Colegio de
Boyacá, en razón a la nueva Ley de educación, que ordeno cerrar los conventos con
menos de ocho religiosos, entre los cuales se encontraba el Convento de San Agustín
de Tunja.
En el del Convento de San Agustín, antiguo panóptico, hoy restaurado por el Banco
de la República, sede del Archivo Regional de Boyacá, el Magíster en Historia y la
Biblioteca "Alfonso Patino Rosselli". Según los tunjanos, este espanto aparece la
noche del 1°. de noviembre, día de Todos los Santos, vísperas del Día de los
Difuntos. Las gentes tunjanas veían salir de la antigua sacristía de la Iglesia, la
extraña figura de un fraile agustino, vestido de negro con capucha y mangas
anchas, con un cordón o cinto al lado; al verlo encontraban una calavera bajo la
capucha.
Esta extraña figura se dirigía con premura a lo largo del corredor. Si alguien se le
interponía al monje, éste se le abalanzaba y lo arrojaba al patio con violencia. Los
presos del Panóptico le tenían miedo a la llegada del 1° de noviembre en la media
noche, anterior al día de difuntos; y en la misma forma, el viernes santo en las horas
de la tarde. El poeta tunjano Alfredo Gómez Jaime, se propuso conocer el terrible
espanto; según sus comentarios, lo pudo ver y sentir en la noche víspera del Día
de Difuntos. Según la tradición tunjana, el poeta se desmayó y estuvo varios días
en el Hospital de Tunja. Sobre sus impresiones, escribió su poesía "La garra fría",
poco conocida en el mundo de las letras.
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ELEMENTOS ARQUITECTONICOS
PLANTA CENTRAL: Se distingue por su planta de cruz latina.
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FACHADA: Portada en piedra con pilastras y un arco de medio punto, según
estudios se distinguió por un muro proyectado para la época que fue penitenciaria.
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ESCALERAS: En la parte norte del claustro de estilo mudéjar caracterizada su
estilo mudéjar y por sus grandes proporciones que se bifurcan en dos.
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TECHUMBRE: Estructura sobre madera con casetones, tapajuntas y viguetas
restaurada casi en su totalidad
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