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DE LA LEGITIMACIÓN A LA CONTESTACIÓN
manera: "Las ideologías sexuales se definen como sistemas de creencias que explican
cómo y porqué se diferencian los hombres de las mujeres. Sobre esa base, especifican
desiguales para cada sexo y justifican reacciones negativas ante los inconformistas"1.
legitimación tomará la forma cultural hegemónica de cada sociedad. En este apartado daré
1
Saltzsman, Janet, op.cit., p.44.
2
antiguo, ha sido objeto del análisis crítico de género. Mercedes Madrid ha mostrado que en
tipos de figuras de mujer: las que encarnan la feminidad positiva por integrarse al orden
Sirenas, Medusa, las Amazonas)3. Recordemos también que Pandora es, como la Eva
bíblica, la que marca el final de la Edad de Oro con su lujuria, gula y curiosidad irreflexiva
que la lleva a abrir la jarra que encerraba todos los males del mundo.
tradición occidental. El discurso explicativo de la realidad y del origen del Universo en los
Amazonia se cuenta que las mujeres poseían el poder y que, hasta que los hombres,
valiéndose de tretas, no las vencieron, fueron dominados por ellas. Una variante de este
mito del matriarcado primitivo cuenta que ellas tenían los instrumentos de caza o de
música pero que los utilizaban mal por lo que los hombres tuvieron que arrebatárselos.
¿Cómo debemos interpretar estos mitos? Probablemente como narraciones que legitiman
patriarcado, a un tiempo real en el que las mujeres habrían tenido el control de las armas,
sino que serían explicaciones de por qué los hombres deben ser los únicos depositarios de
éstas.
2
Puede consultarse también: Puleo Alicia H. (coord.), Papeles sociales
de mujeres y hombres, Materiales de apoyo para el profesorado,
Secundaria Obligatoria, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid,
1995.
3
Ver Madrid, Mercedes, La misoginia en Grecia, ed. Cátedra, Madrid,
1999. Puede consultarse también Iriarte, Ana, Las redes del enigma.
Voces femeninas en el pensamiento griego, Taurus Humanidades,
Madrid, 1990.
3
explicaba el orden político y social en base a una supuesta voluntad divina. Cuando esta
cambia de registro y se hace laico. A partir del siglo XVIII y más explícitamente en el XIX
Por lo general, las grandes religiones han enseñado a través de sus figuras los
mensaje divino y el pensamiento patriarcal de los autores. Así, advierte Emilio García
Estébanez: "La pertinacia con que la religión patriarcal se representa la divinidad como
consistió en que los hombres quisieron ser como dioses" 5. Mercedes Navarro, por su parte,
cristiana. Los conceptos de pecado y de virtud tienen fuertes componentes de género que
4
Ver, entre otros: Pikasa, J., La mujer en las grandes religiones, ed.
Desclée de Brower, Bilbao, 1991; Anderson, B., Zinsser, J., Historia de
las mujeres, una Historia propia, ed. Critica, Barcelona, 1991; Wagner,
Marina, Tú sola entre todas las mujeres. El mito y el culto de la Virgen
María, Taurus Humanidades, Madrid, 1991; Gil, Alicia, "La Biblia y la
constitución del género", en Proyecto Now, Mujeres, Humanidades,
Comunicación y otras Culturas, Universitat Jaume I, 1998, pp.131-142.
5
García Estébanez, Emilio, ¿Es cristiano ser mujer? La condición servil
de la mujer según la Biblia y la Iglesia, Madrid, Siglo XXI, 1992, p.170.
6
Navarro, Mercedes, "Pecado", en Navarro, Mercedes, 10 mujeres
escriben Teología, Ed. Verbo Divino, Estella, 1993, pp.258-298.
4
evitar la demonización de la mujer. Así, por ejemplo, Agrippa de Nettesheim aduce que la
orden de no comer los frutos del árbol del conocimiento había sido dada por Dios sólo a
Adán y que Eva la desconocía. Por lo tanto _y contra las lecturas misóginas de los Padres
de la Iglesia_ el pecador era el primer hombre. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los
interesante citar un fragmento del antiguo manual destinado a los inquisidores, el famoso
Malleus Malleficarum (Martillo de las Brujas) escrito por los frailes dominicos alemanes
Heinrich Kraemer y Jacob Sprenger en el siglo XV. En la introducción, los autores preten-
den explicar por qué hay más mujeres que hombres entre los acusados de tener tratos con
nociones de sexualidad, pecado, feminidad y Mal: "Dado que (las mujeres) son débiles en
las fuerzas del cuerpo y del alma, no es extraño que pretendan embrujar a aquellos a
quienes detestan. Por lo que hace al intelecto o a la comprensión de las cosas espirituales,
parecen de una naturaleza diferente a la de los hombres (...) la razón natural explica que (la
mujer) es más carnal que el varón (...) Finalmente, examinando los carnales deseos de su
cuerpo: ¿de dónde proceden tan innumerables males para la vida humana? (...) realmente,
si el mundo pudiese estar sin mujeres, (...) si no existiese la malicia de las mujeres, (...) el
es fétido, su compañía mortal (...) Concluyamos pues: todas estas cosas de brujería
provienen de la pasión carnal que es insaciable en estas mujeres (...) Santo Tomás explica
que la corrupción primera del pecado por la cual el hombre se ha convertido en esclavo del
diablo nos llega por la vía del acto genital. De ahí que Dios permita al Diablo ejercer un
poder maléfico más fuerte sobre estos actos que sobre los demás"7. Recordemos que hubo
de esa cifra el ochenta y dos por ciento eran mujeres. Nos podemos preguntar por las
Marvin Harris8 desde su perspectiva materialista cultural sostiene que las víctimas eran
escogidas entre las personas que menos poder y lazos con la sociedad tenían y que, por lo
tanto, carecían de posibilidades de venganza. Una anciana pobre y aislada podía ser una
buena víctima, chivo expiatorio de una situación de crisis económica, social y política.
odio sobre ciertas personas. Así, Emilio García Estébanez 9 destaca que los autores del
inferioridad y malignidad de las mujeres, sino que se limitan a reunir y ordenar las que
encontraron en la Tradición y en los Libros Sagrados. Consiguen con ello convencer a sus
una herencia del paganismo. Otras interpretaciones feministas 10 han visto en el discurso
sobre las brujas una oportuna justificación para eliminar a comadronas y curanderas que
sesgo patriarcal 11. Esta iniciativa tiene un precedente notable en el siglo XIX con Elisabeth
8
Harris, M., Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas. Los enigmas de la
cultura , trad. Juan Oliver Sánchez Fernández, Alianza ed., Madrid,
1980.
9
García Estébanez, Emilio, op.cit, Madrid, Siglo XXI, 1992, pp.138-140.
10
Ehrenreich, Barbara, English, Deirdre, Por su propio bien. 150 años
de consejos de expertos a las mujeres, trad. Mª Luisa Rodríguez Tapia,
Taurus Humanidades, Madrid, 1990.
11
Ver, entre otros: Navarro, Mercedes, 10 mujeres escriben Teología,
ed. cit., Arana, Mª José et alt., El sacerdocio de la mujer, Cuadernos
Verapaz nº11, Ed. San Esteban, Salamanca, 1993; Navarro, Mercedes
(dir.), Para comprender el cuerpo de la Mujer. Una perspectiva bíblica y
6
realiza un intento similar con el Corán cuando, por ejemplo, sostiene que Mahoma no
ordenó que las mujeres llevaran velo y que el pasaje que se suele citar para obligar su uso
ha sido mal interpretado por los enemigos del Profeta 12. En realidad, "descenso del velo",
en la sura 33, significa descenso del versículo del cielo y envío por Alá de una cortina que
separó al Profeta de unos invitados indiscretos. La actitud igualitaria de Mahoma hacia las
mujeres habría encontrado una gran resistencia. En ese clima de tensión, y por la influencia
Vemos, pues, que los textos sagrados siempre admiten _a veces con dificultad_ una
sociedad de una época dada), así como de las interpretaciones humanas posteriores.
religioso legitimador del monarca por derecho divino del Antiguo Régimen es suplantado
teológico, lo cual no significa que éste desaparezca. De hecho, durante largo tiempo, las
se quejaban de que sus mujeres fueran muy piadosas pero al mismo tiempo se cuidaban de
que no perdieran esa devoción porque, en el fondo, era una seguridad para sus propias
vidas privadas. Por otro lado, constituía una buena excusa a la hora de decidir si se daba el
voto a las mujeres o no. Como eran tan devotas, se arguía que no era conveniente
Hacia mediados del XVIII, Pierre Roussel inaugura la serie de tratados sobre la
filósofos sostenían que la diferencia biológica que existe entre los sexos es la causa de la
del cuerpo femenino. Según los médicos decimonónicos, el cuerpo femenino se halla
regido por el útero. En el siglo XVIII se consideraba incluso que el útero era móvil, se
trasladaba de la cabeza a los pies y producía alucinaciones. Esto hacía de la mujer un ser
La consecuencia política que se extraía de este saber científico era que los hombres
sanitarios, etc., de la sociedad). Las mujeres, como seres dominados por su biología,
androcéntrica. Veamos, por ejemplo, lo que dice el clásico diccionario del psicoanálisis de
diferencia anatómica de los sexos." En la descripción que hace Freud, cuando la niña
13
Ver Fraisse, Geneviève, Musa de la razón. La democracia excluyente
y la diferencia de los sexos, trad. Alicia H. Puleo, Cátedra, Madrid, 1991.
8
descubre que carece de pene, siente una espontánea envidia y desea poseer un pene;
propia inferioridad; pero se rebela asimismo contra este desagradable estado de cosas" 14.
incluso elegir un objeto homosexual; c) puede tomar la vía de la mujer normal la cual, a
través de un hijo varón, se apropia por fin del pene tan deseado.
de poder. Así, afirma la destacada psicoanalista Emilce Dio Bleichmar: "la sexualidad
teoría psicoanalítica, pues pone de relieve que es el género el que configura y normativiza
a la sexualidad"16.
principios del XX generaron una reacción misógina muy profunda que alcanza su cenit
con Otto Weininger. Tradicionalmente se ha considerado esta misoginia como un rasgo
reactiva a una situación de conflicto entre los sexos. Había un importante grupo de mujeres
que exigían ser admitidas en esa sociedad moderna de la cual habían sido excluidas a
justificar esa exclusión. Por lo tanto, la lectura que debemos hacer de los grandes
14
Freud, S., "Sobre la sexualidad femenina", en Obras completas,
vol.III, trad. de Luis López Ballesteros y de Torres, Madrid, ed. Biblioteca
Nueva, 1967, p.522.
15
ibid.
16
Dio Bleichmar, Emilce, La sexualidad femenina, Paidós, Psicología
Profunda, Barcelona, 1997, p.25.
9
En el ámbito del arte, como lo prueba el estudio de Bram Dijkstra 17 sobre las
una clara reacción frente a la resistencia de las mujeres a plegarse a los límites del angel
animales, como fuerza ciega de la Naturaleza, seductora y peligrosa que requiere fuertes
controles externos. Mujeres, judíos y negros son representados en esa época como seres
inferiores más sensuales que el varón intelectual de clase media. La Mujer como gran
espiritualidad. Sexismo, clasismo y racismo forman una amalgama ideológica en ese fin de
aquí la relevancia del enfoque de género para acceder a la comprensión de las creaciones
culturales.
Feminismo y género
17
Dijkstra, Bram, Idolos de perversidad. La imagen de la mujer en la
cultura de fin de siglo, trad. Vicente Campos González, Madrid, ed.
Debate, 1994.
18
Alario, Mª Teresa, "La imagen: un espejo distorsionador", en Alario,
Mª Teresa, García Colmenares, Carmen, Persona, género y educación,
ed. Amarú, Salamanca, 1997, pp.87-112.
10
En un temprano artículo de 1971 19, Nicole Claude Mathieu, socióloga del CNRS y
miembro del grupo responsable de la revista Questions Féministes, afirmaba que de las
profesional o clase social, edad y sexo) la primera ya había sido definida sociológicamente
biológicos. No sólo se describía a los grupos sociales, sino que se los estudiaba en su
relación, con lo cual se había llegado a una problemática de conjunto. Para la variable
edad, este tipo de estudios se hizo más tarde y, en cuanto a las categorías de sexo, la
conceptualización del sexo social, señalaba Mathieu, está por hacerse. Agregaba la autora
que, si se tenía en cuenta a los productores del discurso científico, se podía concluir que las
categorías de sexo constituían una dimensión de la sociología del conocimiento ya que las
pequeño anexo al final del capítulo o de la obra, anexo tan discreto "como si viniera del
mostrándolas aisladas (las mujeres en el trabajo, las mujeres en la política, etc.). Para
lenguaje (por ejemplo, hombre como sinónimo de ser humano) y no menos importantes
Diez años más tarde, bajo el título de "Femmes et théories de la société: remarques
sur les effets théoriques de la colère des opprimées" (1981) 20, Colette Guillaumin
constataba que las teorías de las ciencias sociales, definidas como la faz mental de las
relaciones concretas, habían sufrido una verdadera revolución que pone en tela de juicio
19
"Notes pour une définition sociologique des catégories de sexe", en
Epistémologie sociologique, II). Este artículo se encuentra recogido en
Mathieu, Nicole-Claude, L'anatomie politique. Catégorisations et
idéologies du sexe, París, Côté-femmes, 1991.
20
Este artículo se encuentra recogido en Guillaumin, Colette, Sexe,
Race et Pratique du pouvoir. L'idée de Nature, París, Ed. Côté-femmes,
1992.
11
sus principios. Recordaba el carácter único de los textos políticos generados por el
movimiento feminista en los años setenta: expresión directa del grupo oprimido, sin
intermediarios; a menudo, obra colectiva como las octavillas redactadas por grupos
feministas o los artículos que, por toda firma, llevaban un nombre de mujer sin el apellido,
considerado una marca patriarcal. En tanto textos provenientes de una minoría (en el
sentido sociológico de grupo de menor poder), los textos feministas fueron primeramente
una amenaza. Sin embargo, terminaron por generar consecuencias de gran importancia a
en la segunda mitad del siglo XX: a) la relación entre ambos sexos, considerada hasta ese
momento por las ciencias sociales como una relación perteneciente al ámbito de la
anteriormente como incuestionables (por ejemplo: la división sexual del trabajo y el acceso
entre los sexos como armonía preestablecida a otra descripción que la caracteriza como un
problema; b) Las ciencias sociales alcanzan poco a poco una visión dialéctica de los sexos
al concebir que ambos grupos (varones y mujeres) no son elementos previos a la relación,
sino fruto de la relación. Con el estudio de las relaciones de dominación, se supera el
punto de vista del problema de la mujer el cual no era más que una perspectiva patriarcal.
vamente en las mujeres para ver a éstas en su relación con los hombres y con el sistema
dominación que habían sido estudiados separadamente. Entre estos últimos, se cuentan la
gratuidad del trabajo de las mujeres, la diferencia de salarios entre ambos sexos, el acoso
sexual, la presencia potencial constante de la violación como forma de control social que
21
Para el tratamiento conjunto e interdependiente de hombre y mujer
en la familia española ver, Alberdi, Ines, "Las mujeres españolas y la
familia", en Astelarra, Judith (comp.), Participación política de las
mujeres, Madrid, CIS-Siglo XXI, 1990, pp.67-82.
12
muestran como dos fases de una misma moneda de manera aún más clara que en los
insistir en este nuevo fenómeno: la actual progresiva inclusión de la crítica feminista en los
sentidos pero aquí me centraré en sus consecuencias en el ámbito del saber. La década de
los sesenta y setenta extiende su influencia hasta nuestros días ya que su impacto
académica del feminismo. Esto significa su entrada por primera vez en la corriente
porque puede ser una forma de superar el olvido generado por el carácter cíclico propio de
todo "nuevo" movimiento social. Como es sabido, existen diferentes hipótesis sociológicas
sobre las causas que hacen que estos movimientos tengan fases ascendentes y fases de
movilización y protesta22). Para el tema que nos ocupa, me interesa simplemente señalar la
previo fundamental como fue el abrir las puertas de las Universidades a las mujeres.
El cambio producido ha sido muy profundo, si bien dista mucho de ser completo.
Como destacan Ana de Miguel y Rosa Cobo: "el feminismo, que comenzó reivindicando
conceptos clásicos de lo público y lo privado. (...) ha llevado al espacio público temas que
se han considerado exclusivos del espacio privado (planificación familiar, aborto, violencia
Desearía hacer una observación final sobre la diferencia entre la producción teórica
feminista de los años setenta y la actual. Las obras clásicas del feminismo de los setenta
como las de Friedan, Firestone, Millet... resultan relativamente fáciles de leer, son obras de
la relectura de La Dialéctica del sexo de Shulamith Firestone realizada por la nórdica Anna
24
Jónasdóttir tiene un nivel de abstracción y una terminología técnica de filosofía política
que la hace de difícil acceso. Hay que decir, sin embargo, que hoy también se editan
algunos libros feministas de divulgación como es el caso del célebre Reacción 25 de Susan
Faludi. Pero, en la mayoría de los casos, las producciones actuales son mucho más
complejas y especializadas. Este fenómeno constituye por un lado un obstáculo, por otro
debe olvidar que la savia que lo nutre es el movimiento social del que surgió y no tiene que
escolásticas disputas.
23
De Miguel, Ana, Cobo, Rosa, "Implicaciones políticas del feminismo",
en Quesada, Fernando, Filosofía política I. Ideas políticas y movimientos
sociales, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, ed. Trotta, Madrid,
1997, pp.203-204.
24
Jónasdóttir, A, op.cit.
25
Faludi, S., Reacción. La guerra no declarada contra la mujer
moderna, Barcelona, Anagrama, 1993. Su lectura es de gran interés ya
que ofrece un análisis agudo de algunos fenómenos de la cultura de
masas.
14
lejos de ser alcanzado pues mientras las investigadoras feministas dialogan con pensadores
y científicos y manejan las teorías en boga en cada disciplina, por lo general, los científicos
tiempo hasta que Habermas comenzara a tomar en cuenta las observaciones críticas de las
feministas habermasianas.
Otros pensadores se apropian de los conceptos sin citar a las teóricas feministas que
los forjaron. Tal es el caso de Pierre Bourdieu que ha publicado La domination masculine
(1998) sin las referencias bibliográficas de rigor y presentando como suyas teorías que las
materialistas radicales francesas habían desarrollado veinticinco años antes 26. Hay
En todo caso, para cerrar ya este capítulo quiero recordar que el sociólogo Anthony
Si las ciencias sociales modifican las prácticas sociales, a su vez las prácticas modifican las
provoca un cambio en las prácticas, lo cual a su vez genera un cambio en las ciencias. A
transformaciones económicas y sociales pero también porque ha habido algo que se llama
26
Ver el análisis detallado de estas omisiones en Mathieu, Nicole-
Claude, "Bourdieu ou le pouvoir auto-hypnotique de la domination
masculine", en Les Temps Modernes, nº 604, mai-juin-juillet 1999,
pp.286-324.
27
Giddens, A., Consecuencias de la Modernidad, trad. Ana Lizón
Ramón, Madrid, Alianza, 1993.
15
Implica una actitud reflexiva y crítica hacia el ámbito microestructural en el que se dan a
amistad... Y, como estamos viendo, también vuelve su mirada crítica hacia las ciencias
enfoque crítico de género, como esfuerzo de superación del sexismo y del androcentrismo,
forman parte de esta gran transformación de las relaciones entre los sexos que está en
curso.
La segunda parte de este libro está dedicada a las diferentes investigaciones realizadas en
28
Puleo, Alicia H., "Feminismo", en MARDONES, José María (dir), 10
palabras clave sobre Movimientos sociales, Ed. Verbo Divino, Estela,
1995.
16