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LINGÜÍSTICA

“Lingüística Crítica”, de Fowler y Kress

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Los materiales analizados en el libro sugieren que hay fuertes y omnipresentes
conexiones entre la estructura lingüística y la estructura social. Los estudios
demuestran que los agrupamientos y las relaciones sociales influyen en el
comportamiento lingüístico de los hablantes y escritores.
Alegamos que la visión del mundo les viene a los usuarios del lenguaje de su relación
con las instituciones y de la estructura socioeconómica de su sociedad. Les es facilitada
y confirmada por un uso del lenguaje que lleva improntas ideológicas de la sociedad.
Nuestras “selecciones organizadas” al formar un texto son respuestas a teorías
prácticas de la naturaleza de los sucesos comunicativos en los que participamos; hemos
sido socializados para abrazar tales teorías y nuestros juicios son ampliamente
automáticos. Además, estos procesos tienen a ser inconscientes, para la mayoría de los
miembros de la comunidad de habla, la mayor parte del tiempo. Sino lo fueran no
funcionarían.
Uno de los sistemas de apreciaciones centralmente influyente de los que se valen los
usuarios del lenguaje se refiere a las diferencias de poder y estatus entre los mismos y
sus interlocutores.
Si el significado lingüístico es inseparable de su ideología, y ambos dependen de la
estructura social, entonces el análisis lingüístico deberá ser una herramienta poderosa
para el estudio de los procesos ideológicos que mediatizan las relaciones de poder y
control.
RESUMEN GHÍO: El significado lingüístico y la ideología son inseparables y dependen de
la estructura social, ya que el uso del lenguaje conlleva improntas ideológicas de la
sociedad y, recíprocamente, la ideología está mediatizada lingüísticamente.
El análisis lingüístico es una herramienta para el estudio de los significados ideológicos
que intervienen en las relaciones de poder y de control entre estamentos sociales.
Pero la lingüística es una disciplina, y en este sentido descansa en ciertas
presuposiciones que constituyen un instrumento “neutro” para el estudio de la
ideología, pero en realidad es un instrumento que ha sido neutralizado. Lo que se
necesita es una lingüística que sea crítica, que sea consciente de las presuposiciones en
las que se basa y esté preparada para reflexionar sobre la naturaleza a la que pertenece
el lenguaje y los fenómenos de éste que estudia.
RESUMEN GHÍO: Se requiere una lingüística crítica que contrarreste los siguientes
supuestos de la lingüística de la lengua (Saussure- Estructuralismo) y de la competencia
(Chomsky –sociolingüística).
Hay dos dualismos prevalecientes y relacionados en la teoría lingüística habitual que a
nuestro entender tienen que ser puestos en tela de juicio:

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a) Uno es la creencia de que “significado” puede separarse de “estilo” o de la
“expresión”. Nuestros análisis sugieren por el contrario que los elementos léxicos,
formas lingüísticas y los procesos lingüísticos acarrean significados específicos que
están por encima de los elementos y procesos aislados.
b) El segundo dualismo es entre la pauta “lingüística” y la “sociolingüística” en textos y
enunciados. Se realiza una distinción entre las estructuras que proporciona la
gramática del lenguaje y las maneras en que éstas se despliegan en los casos efectivos
de comunicación lingüística. Además, el uso o significado social se deja en segundo
plano y se cree que puede estudiarse de forma aislada la gramática sin referencia a la
función social. Para nosotros la gramática no sólo debería dar cuenta de la capacidad
de producir y comprender oraciones, sino también de la producción de enunciados
contextualmente apropiados, la percepción de lo apropiado, etc. Además, entendemos
al individuo como socializado. Los papeles, estatutos y posiciones de las personas en el
interior del sistema de clases, las propiedades que los ligan o separan de otras
personas, afectan esta capacidad comunicativa de tal manera que su “capacidad
lingüística” (término de Chomsky) es producto de la estructura social.
Seguimos a Halliday al exigir que los significados sociales y sus realizaciones textuales
se incluyan en el ámbito de la descripción gramatical. El lenguaje se aprende en
contextos de interacción, y por esto responde a necesidades comunicativas de esas
interacciones. El lenguaje debería mirarse como formado en respuesta la estructura de
la sociedad que lo usa.
RESUMEN GHÍO: De acuerdo a lo anterior se proponen tres presupuestos para el
análisis crítico:
1. El lenguaje tiene tres funciones predominantes (ideativa, interpersonal y
textual) y el analista puede relacionar cada elemento lingüístico y cada proceso
lingüístico con una o más de ellas.
- Ideativa: para expresar la actitud de un hablante ante esas proposiciones.
- Interpersonal: para expresar la relación percibida del hablante con un
interlocutor.
- Textual: para presentar lo anterior en un texto coherente, adecuado y
apropiado
2. Las elecciones se hacen en un acervo de sistemas y de una manera guiada
sistemáticamente, que asegura la unidad o congruencia de los elementos,
estructuras y procesos realizados en el texto.
Diferentes áreas del conjunto de la gramática de un lenguaje se organizan en
sistemas para realizar estas funciones (las de Halliday). Los hablantes hacen una
selección apropiada de estos sistemas, de modo que la elección de una forma
lingüística siempre es una elección de entre una gama específica de opciones. La
elección misma resulta altamente significativa y puede rastrearse en un discurso o
texto dado. Las elecciones no son al azar.
3. Esos significados son expresados por los procesos y formas sintácticas, es decir,
se pueden “leer” significados en la sintaxis.
Aquí se completa el nexo entre la realidad social y la forma lingüística. La
significatividad de la selección dentro de un sistema no es suficiente por sí sola. Es
sólo cuando reconocemos el significado transportado por los elementos mismos del
lenguaje cuando puede demostrarse que la forma lingüística es una realización de

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significado social. Al interior de nuestra teoría los términos tienen significado por
oposición (como Saussure), pero tienen también contenido por derecho propio, es
decir,cada palabra contiene un significado o contenido propio que no es susceptible
de ser trocado por el de otra palabra, por más que sean sinónimos. Por eso la
importancia de las elecciones.
Según la sociolingüística los lazos apropiados entre la sociedad y el lenguaje son
accidentales, arbitrarios. Para nosotros el lenguaje es parte integral del proceso social.
No aciertan al no reconocer la relación bidireccional entre lenguaje y sociedad.
Nuestros análisis sugieren que la influencia opera en ambas direcciones.
Para nosotros el lenguaje sirve para confirmar y consolidar las organizaciones que los
configuran, y se usa para manipular a las personas, para establecerlas y mantenerlas en
papeles y estatutos económicamente convenientes, para mantener el poder de
determinadas instituciones y corporaciones.
El lenguaje es parte del proceso social y a la vez resultado suyo.

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En esta sección se enjuicia a los sociolingüistas por no reconocer lo mencionado
anteriormente. Esta falla es producto de la ideología encarnada en el lenguaje y en la
práctica sociolingüística misma.
El argumento predominante en la sociolingüística podría llamarse “correlacional”.
Alegan a que en contextos comunicativos dados se presentan regularmente formas
apropiadas de hablar y escribir. Tales variables se correlacionan con variables de tipo
situación, de hablante, de tema, de contexto de clase, etc.
Es interesante desde nuestro punto de vista que un factor que recurre en muchos
estudios de la variación sociolingüística sea el poder o el estatuto y la diferencia de
poder. Así, por ejemplo, alguien que pertenece a un estatuto superior está autorizado a
dirigirse a alguien que sea subordinado según determinados criterios.
Este tipo de investigación parece afirmar que sólo ciertas formas lingüísticas ocurren en
medios sociales especificados, siendo sustituidas por otra en otros medios, como que
un subordinado trate de usted a un superior.
En este sentido, lo que hace la sociolingüística, según dicen, es correlacionar y describir
la variación lingüística y su circunstancia de manera “objetiva” y científica, “sin
valorizaciones” de los fenómenos descriptos.
Pero la supuesta objetividad de esta corriente se ve nublada si se tiene en cuenta que
fue desarrollada en Norteamérica como respuesta a las necedades económicas de la
sociedad en los años ´60. En este sentido, la corriente está ligada a la necesidad de
educación que surgió en esa época en una sociedad capitalista altamente
industrializada que quería eliminar el analfabetismo para obtener trabajadores
calificados.
Entonces, si la sociolingüística es producto de un modelo particular de estructura
social, es de esperarse que los conceptos teóricos que utilizan estén engranados con
los requeridos por la sociedad que ideó el modelo. Así, por ejemplo, toman como algo

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natural “el principio de movilidad social hacia arriba”, por el cual los pobres son
individualmente responsables de su lucha por esos beneficios. Lo cual es un término
tendencioso y debería tomarse no como un concepto aplicable en general, sino como
producto de la ideología académica de una sociedad particular.
Este tipo de análisis escéptico debería aplicarse a otros términos pretendidamente
científicos que subyacen en la sociolingüística, ya que sus teorías corresponden
estrechamente a las categorías oficiales de la sociedad, sin cuestionarlas.
Palabras como apropiado, típico y normal se usan generosamente en toda esta
literatura. Se desliza así un juicio de valor sobre la necesidad de comportarse de
manera apropiada en situaciones que reflejan directamente las de las instituciones. No
se da ningún análisis explicativo de las instituciones que exigen de los hablantes que
hagan esa selección. Al dejar de analizar los significados que subyacen en un sistema
sociolingüístico, mientras se escribe positivamente sobre la regularidad con la que
funciona, parece que éstos asumen los valores que expresan.
Otra implicación dudosa de tal trabajo yace en la sugestión de que las formas del
lenguaje son libremente escogidas por los usuarios del lenguaje. Pero los términos que
se seleccionan provienen de factores que están fuera del control del usuario de la
lengua, como de acuerdo al nivel socioeconómico, por lo que no eligen libremente,
sino que se escoge desde lo que es “apropiado”, asequible gracias a la socialización.
Esto equivale a decir que la competencia sociolingüística es una capacidad que la
sociedad ha impuesto a los usuarios del lenguaje les guste o no. Siempre la actuación
lingüística está bajo la de sanción de normas sociales.
Cuando examinamos de esta manera la relación entre la sociedad y la lengua, la
correlación deja de ser una faceta neutral de la descripción sociolingüística y surge
como un hecho relativo a la organización social.
Para recapitular:
1) Las formas de la organización social influyen en la estructura lingüística y en el uso
lingüístico.
2) Esta influencia opera de una manera determinista: la estructura social exige
determinadas variedades lingüísticas.
3) El proceso puede ser inconsciente o, si un hablante sabe efectivamente lo que está
sucediendo, está bajo una gran presión que lo empuja a no resistir.
4) La estructura social pesa sobre todas las partes del lenguaje, no únicamente sobre
aquellas partes que son sobre relaciones personales y de grupos tales como los
pronombres personales o las clases o papeles.
5) Las diferentes formas de lenguaje no deben considerarse como cognitivamente
equivalentes. No son meramente estilísticas en sus efectos.
6) Entre las estructuras sociales que influyen en estructuras lingüísticas es preeminente
la desigualdad de poder.
7) El lenguaje no sólo codifica diferencias de poder sino que es instrumental también
en su efectuación.

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Los análisis lingüísticos de este libro difieren de la lingüística y la sociolingüística
convencionales en que toman como su materia textos socialmente situados y
generalmente completos. Estos no son estudiados en busca de estructuras generales
del lenguaje, sino que son tratados como temas independientes para una
interpretación crítica.
El lenguaje no es un simple reflejo de los procesos y estructuras sociales. En la
expresión de esos procesos y estructuras éstos son afirmados y contribuyen a la
consolidación de las estructuras sociales y las estructuras materiales existentes.
La interpretación es el proceso de recuperación de significados sociales expresados en
el discurso mediante el análisis de las estructuras lingüísticas a la luz de sus contextos
sociales interactivos más amplios.
La naturaleza crítica de esta interpretación tiene motivo en el hecho de que gran parte
del significado social es implícito. Por eso, esta es una crítica de las estructuras sociales
y las metas de una sociedad que ha impregnado en su lenguaje significados sociales.

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El análisis crítico también debe ser práctico. Debe dedicarse a construir una técnica de
análisis disponible para otros practicantes.
Sin embargo, no hay una rutina analítica con la cual pueda recorrerse un texto y
obtener automáticamente al final una descripción crítica.
Igualmente, nos situaremos sobre las 3 presuposiciones que hemos dado para delinear
algunos rasgos lingüísticos reveladores.
En este sentido se desprenden 5 encabezados principales que corresponden a cada
uno de los análisis que se desplegarán a continuación:
1) Acontecimientos, estados, procesos y las entidades asociadas a ellos: la
gramática de la transitividad.
2) Las relaciones interpersonales del hablante y el oyente: la gramática de la
modalidad.
3) La manipulación del material lingüístico: transformaciones.
4) El ordenamiento lingüístico: la gramática de la clasificación.
5) Coherencia, orden y unidad del discurso.

1) La gramática de la transitividad (función ideacional-experencial)


Los predicados son los encargados de representar los acontecimientos y las situaciones
de las que habla el texto. Para ello, se asocian a los participantes, los que cumplen
papeles específicos: acción + Agente; procesos mentales + Experimentante; etc. Son
estudiados en relación con los papeles de los sustantivos que los acompañan.

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Los modelos alternativos para representar los acontecimientos son pocos:
- Cantidad de entidades afectadas o requeridas y su aparición o no en el texto.
- Carácter de las entidades: afectadas, efectuadas, etc.
a. Cristina describió la situación
b. Cristina pintó / hizo un cuadro de la situación
– Reflexividad de la acción sobre el agente:
(1) Los argentinos se critican duramente a sí mismos/ mutuamente.
– Presencia de una Iniciador y un Agente:
(2) Un juez ordenó liberar a los barrabravas.
– Presencia de un Beneficiario:
(3) El gobierno entrega netbooks a los estudiantes.
– Carácter de las circunstancias que rodean el acontecimiento y cómo se conectan:
espacial, temporal, instrumental o causalmente.
– Es interesante observar los inanimados, las abstracciones y los nombres de
organizaciones que aparentemente realizan acciones propias de un agente animado:
(4) La crisis se cobró dos nuevas víctimas.
(5) La Justicia actúa con la ley en la mano.
(6) La OTAN invade Irak.
(7) El campo vuelve al paro.
– Interesa también observar los procesos que aparecen como acciones con dos
participantes, cuando el acontecimiento es de otro tipo: estados, procesos mentales u
otros que requieren un participante:
(8) a. Renunció el Ministro de Economía.
b. El Presidente “renunció” al Ministro de Economía.

2) La gramática de la modalidad (función interpersonal)


Comprende aquellas construcciones lingüísticas que expresan:
a) Actitudes de los hablantes con respecto a sí mismos, a sus receptores y a los temas que
tratan.
b) Relaciones sociales y de poder del emisor con los receptores.
c) Acciones que se realizan mediante el lenguaje (ordenar, acusar, prometer, implorar, etc.).
También las convenciones para los nombres de las personas a las que el hablante se dirige
o a las que se refiere: el nombre de pila/ el apellido/ el nombre y el apellido/ el título, etc.
Las diferentes apariciones significan diferentes apreciaciones por parte del hablante –
escritor de su relación con la persona que se refiere o a la que se dirige.

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Los pronombres personales: Merecen siempre examinarse. Vale recordar que toda
enunciación lleva implícito un yo o un nosotros como fuente, pero generalmente no está
presente en la estructura de superficie del texto.
– “Yo” enunciador o del discurso (implícito o explícito): La supresión del pronombre
personal corresponde a un tono impersonal y generalizador, generalmente se usa en
periódicos, libros de texto, artículos científicos.
– “Yo” de acción: es muy raro su uso. Centrado en sí mismo y propio del columnista,
investigaciones con testigos oculares, etc. Ej.: “Un ex empleado del ingreso interno me dijo
la semana pasada...”
– “Nosotros”: la fuente pretende hablar en nombre de sí mismo y de alguien más, puede
ser: excluyente (excluye al destinatario pero agrega a un tercero), incluyente (incluye al
destinatario) o abarcador (incluye al destinatario y un tercero).
– “Nosotros” inclusivo: implica al interlocutor, produce impresión superficial de solidaridad
y entrega en el discurso escrito. Este se puede decir que es aventurero porque
generalmente el otro incluido es desconocido para el locutor.
– “Nosotros” de poder: usado por un participante de mayor rango. De manera confiada e
incuestionable, imposible de desafiar, incluye al otro, al participante inferior o
subordinado.
– “Nosotros” corporativo: se habla en nombre de una organización, diferenciándola del
interlocutor pero personalizando la fuente. Ej.: “En Mercedez-Benz construimos coches
que...” Generalmente al excluir al destinatario fácilmente puede transformarse en
“nosotros sabemos lo que es mejor para ustedes”.
– “Tú”: su aparición y frecuencia es índice de lo presente que el receptor está en la
conciencia del emisor, de su preocupación por él y su deseo de manifestarlo.
Una herramienta debe durarle a usted toda la vida.
– “Tú/vos/usted” como el “nosotros” generalizado, pero sin incluirse ni solidarizarse. Se
dirige a una persona o grupo diferente al hablante – escritor. Las formas de segunda
persona pretenden ser una referencia personal. Se usan intensivamente en las
publicidades, Ej.: “Lo mejor para vos”.
– Tercera persona: de clases de individuos implicados en mandatos explícitos o implícitos.
Ej.: “Los fondos buitre deberían aceptar la quita”.
– El sistema tú/usted establece proximidad o distancia; naturaleza directa o indirecta de la
interlocución: “tú / ellos - vosotros / usted”.
Los actos verbales interesan cuando se trata de actos explícitamente manipulativos de
mandar (directivos) y de requerir o pedir: Un ejemplo son los imperativos manifiestos de la
publicidad (donde el consumidor no se siente amenazado por la orden).
Los actos indirectos aparecen cuando la diferencia de poder es menor o no puede
reconocerse abiertamente.
Los verbos y/o las desinencias modales expresan la proximidad y lo directo entre emisor y
receptor o entre emisor y mensaje: significan obligación, capacidad, posibilidad, necesidad,
expectativa, etc. También interesa de quién se invoca la autoridad (el sujeto modal).

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Los adverbios modales y adverbios de oración: serían los que complementan las
proposiciones sin declarar la autoridad de esos juicios: a) posiblemente, ciertamente,
necesariamente, etc. b) desgraciadamente, justificadamente, etc.
Verbos que rigen proposiciones y que transmiten posturas del hablante frente a lo que dice
y frente al receptor: parecer que…, pensar que…, sentir que…, querer que…, desear que…,
tratar de que…, entender que…, etc., con un efecto distanciador en diverso grado: pensar
que presenta un proceso mental del emisor; parecer que presenta el efecto producido en
el hablante como algo exterior.
Tiempo y espacio pueden actuar como dispositivos de distanciamiento y no como
referencia temporal o espacial:
a) El presente atemporal (tiempo del comentario) puede usarse para señalar lo
incuestionable, la certidumbre, la continuidad, la universalidad.
b) La distancia temporal del pretérito (tiempo del relato) transmite casi siempre distancia
modal, es decir, puede apuntar a una distancia temporal y/o modal.
VER BIEN MODALIZADORES PARA COMPRENDER ESTO. EN EL TEXTO DE LINGÜÍSTICA
CRÍTICA ESTO SE EXPLICA EN LAS PÁGINAS 114 A 117.

3) Transformaciones (función textual)


Entre las transformaciones sintácticas dos tipos han sido particularmente fecundos en
nuestros estudios: nominalizaciones y pasivizaciones.
La nominalización atenúa la “actividad” en el lenguaje y promueve la impersonalidad en el
enunciado:
– Desaparecen los participantes y tienen que ser sobreentendidos a partir del contexto.
– Desaparece la modalidad y el tiempo.
– El efecto es la objetivación de un proceso (verbo), es decir se lo presenta como un objeto
(sustantivo). Además, la lexicalización vuelve habitual la entidad objetivada.
Ej.: “La protesta del campo produce desabastecimiento.”
La pasivización produce:
– Supresión de los participantes.
– Lexicalización: desaparecidos, desocupados, carenciados.
– Tematización del participante afectado (es decir, se lo pone al principio de la oración), el
cual adquiere agentividad en la posición de sujeto (como si realizara la acción):
Ej.: “Los obreros son acusados de producir perjuicios a la empresa.” (El orden lógico sería
La empresa acusa a los obreros por producirle prejuicios).
Ascenso de la negación: Por este proceso, la negación afecta el verbo principal y no el
verbo subordinado; así, la negación afecta procesos distintos: mentales o verbales /
materiales: Se pone la negación al principio, eso es ascenso de la negación.
a. [No queremos [decir más por el momento]]
b. [Preferimos [no decir más por el momento]]

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a. [No queremos [apresurarnos]]
b. [Preferimos [no apresurarnos]].
En otros casos, la negación permite obviar lo que resulta incómodo de decir:
a. Voto en contra.
b. Mi voto no es positivo.
Ascenso del sujeto de la subordinada a la principal con verbos como parecer, resultar y
otros como comenzar, terminar, seguir, volver, soler (aspectuales) o bien prometer,
amenazar, saber con sujetos cuyas condiciones semánticas no corresponden a las que
imponen estos verbos:
a. [Parece [que el gobierno acuerda con el FMI]]
b. [El gobierno parece [acordar con el FMI]]
Ascenso del objeto de la subordinada al sujeto de la principal, cuyo efecto es reorientar la
percepción de la representación:
a. [Es difícil [manejar este asunto]]
b. [Este asunto es difícil de manejar]
La extrapolación consiste en el movimiento de una frase nominal o cláusula sujeto detrás
del verbo y sus complementos, cuyo efecto es tematizar y focalizar la evaluación del emisor
(este proceso ocurre con construcciones de ser + adjetivo, que señalan actitudes o
modalidades):
a. Está claro ahora el problema del campo con el gobierno
b. El problema del campo con el gobierno está claro ahora.

4) Clasificación (función ideativa experencial-textual)


Se refiere al ordenamiento lingüístico del mundo.
- La lexicalización: ver nominalización.
- La relexicalización: comprende el reetiquetamiento a través de neologismos o por medio
de una reorientación de los significados de términos existentes: piqueteros, villeros,
proceso, desaparecido; (educación o jubilación) estatal, privada, etc.
La sobrelexicalización genera gran cantidad de sinónimos o de cuasi sinónimos para alguna
zona especializada de la experiencia y revela la preocupación por el tema y la ideología del
grupo que la genera: préstamo, crédito, financiamiento, esquemas de crédito, etc.
La ubicación de los adjetivos:
– El adjetivo predicativo pospuesto al nombre revela el compromiso del hablante con la
valoración que hace (modalidad valorativa).
– El adjetivo epíteto antepuesto al nombre indica una clasificación por medio de un
elemento léxico complejo más que por un análisis conceptual modalizado:
a. El espectáculo fue excelente.
b. El excelente espectáculo tuvo lugar…

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Construcción de referentes por medio de traslados de un campo léxico a otro:
a. La lucha del campo / El paro del campo / La protesta del campo
(campo “gremialismo”)
b. El lockout de las patronales agrarias / Los piquetes de la abundancia / Los cortes de las
4x4
(campo “burguesía” ).

5) Coherencia, orden y unidad (textual)


Este último tema no es abordado, sólo se señala que en la construcción de un discurso
coherente, el hablante – escritor pone en obra su concepción del orden interior de los
materiales que está presentando.
La interrelación de los acontecimientos, su respectiva secuencia, importancia,
interdependencia, quedan indicados en la estructura del discurso como conjunto.
La noción principal es siempre la unidad o congruencia predominante de todas las
unidades lingüísticas, pues defina la base ideológica del discurso mismo.

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