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Capítulo 65

En la cama con Nadine


Capítulo falso

Uno de los tormentos preferidos aplicados por los Brujos de Chiclana era
una celda en cuyo interior se cumplían todos los deseos sin siquiera formularlos y
─lo que es peor─ sin que fuera posible detener su cumplimiento.
La víctima, después de un rato de banales apariciones, asistía a
innumerables crueldades nacidas en su propio corazón. Los enemigos, los
parientes, los padres, sufrían tormentos que alguna vez el ocupante de la celda
había deseado para ellos.
Los amantes de Nadine Stéfano han dicho que su cama, o mejor dicho,
cualquier cama en la que ella se acostara, funcionaba del mismo diabólico modo:
una vez saciada la poética lujuria, el deseo empezaba a fluir desde abismos
oscuros hasta que aparecía la propia aniquilación como un sueño, como una meta
inconfesable.
Pero ¿quiénes han sido verdaderamente amantes de Nadine? Los hombres
que hablan de ella no pueden dar cuenta sino de sus fantasías. Wang, el pequeño
ayudante chino, ha jurado muchas veces que ella jamás tuvo un amante.
Una noche de mayo Nadine se encontró con Jorge Allen en el distrito de la
niebla, en una esquina imposible de precisar. Allí le informó que iba a dejarlo. Allen
permaneció en silencio, pensando en la inutilidad de cualquier pregunta. Los
hombres suelen aferrarse a los romances moribundos estableciendo
conversaciones de agonía, aclaraciones últimas, incisos de demora. O acaso
profesan la superstición de que una palabra afortunada llegará para salvarlos del
desamor a última hora.
El poeta renunció a cualquier procedimiento dilatorio. Muy pronto se dio
cuenta de que su dignidad era también supersticiosa y que, en secreto, estaba
esperando ser recompensado por ella. Pasaron largos minutos. De pronto,
perturbado por la tristeza, tomó una decisión desesperada.
─No hay en el mundo un mal mayor que perderte. No hay paraísos posibles
en tu ausencia. Estoy diciendo que te seguiré a cualquier parte.
En medio de la cerrazón, Allen buscó la mano de Nadine Stéfano,
asombrado de su propia decisión.
No encontró nada. Ella se había ido. Tal vez en ese momento. Tal vez
mucho antes.

Cartas marcadas de Alejandro Dolina.


(La palabra tachada es decisión del autor).

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